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Historia de los anticonceptivos a lo largo de la historia

Las personas desde tiempos ancestrales han utilizado todo tipo de sustancias y artefactos para
controlar los embarazos. Algunos útiles y otros no sólo fallaban sino que eran peligrosos.

Ya Aristoteles hablaba de que el excceso de población llevaba a los paises a la ruina. Los
primeros datos que tenemos de métodos anticonceptivos se retoman a un papiro egipcio, el
papito de Petri, del año 1850 a.C., decía que una mezcla de estiércol de cocodrilo y miel,
colocado en la vagina femenina antes del coito impedía el embarazo.

Papiro de Ebers, se considera el segundo texto más importante; contiene la primera referencia
de un tapón de hilaza medicado: ...tritúrese con una medida de miel, humedézcase la hilaza
con ello y colóquese en la vulva de la mujer.

Talmud, libro de la tradición hebrea; se menciona la práctica del uso del moch (término
genérico que significa algodón, que en este caso particular se refiere a un tampón) para las
relaciones sexuales, en el judaísmo se ha debatido extensamente acerca de la maneras y
situaciones permitidas para el uso de este y otros anticonceptivos.

Aristóteles 384-323 a.C en su libro "Historia de los animales" explicaba métodos


anticonceptivos con ungüentos que se ponían en las paredes vaginales de aceite de cedro,
aceite de oliva o incienso.
Hipócrates en su libro "las enfermedades de las mujeres" ya sabía que el momento fértil se
producía después de la menstruación.
El médico Sorano de Efeso recomendaba además de los aceites vaginales, la introducción de
una bola de lana en la vagina hasta el cérvix empapada de vino u otras sustancias ácidas.

Estos pesarios, como se les conocía, tuvieron una pequeña diferencia con los elaborados en la
India y África, al variar las excretas por las de elefante, lo que se mantuvo vigente hasta el
siglo XI de Nuestra Era. Más moderno era la introducción vaginal de medio limón
Según los especialistas contemporáneos, doctores Niels Lawersen y Seteven Whitney, en la
obra "Este es tu cuerpo", los pesarios o antiguos métodos anticonceptivos también fueron de
oro, consistentes en una esfera de 18 mm de diámetro, que se insertaba en la vagina antes del
acto sexual.

De la misma idea de los pesarios provienen los diafragmas, y se dice que su antecesor fue la
cáscara de nuez, debidamente acondicionada.
El coitus interruptus aparece mencionado en el Génesis (38,8-10). Judá dijo a Onan "cásate
con la mujer de tu hermano y cumple como cuñado procurándole descendencia para tu
hermano". Onan que sabía que aquella descendencia no iba a ser suya, si bien tuvo relaciones
con su cuñada, derramaba el semen en la tierra. Javé se enfadó y le hizo morir también.
Las mujeres descubrieron que amamantar a sus hijos durante dos o tres años después del
parto, les evitaba el embarazo.

La historia del condón, se remonta nada menos que a la época de Minos, rey de Creta. Según
la leyenda, el antiguo rey cretense usaba una vejiga de cabra como medio para evitar la
concepción. Pero fueron los romanos los primeros en emplearlo como barrera contra las
enfermedades venéreas.

En la Roma antigua e imperial se empleaban las tripas y las vejigas de los animales para
cubrir el pene, pues esos tejidos tenían la apropiada finura y una gran capacidad de tensión.
Hay algunos como los pertenecientes al faraón Tutankamon que se pueden ver en la
actualidad en el museo del Cairo.

Carlos II de Inglaterra después de tener tres hijos ilegítimos, recurrió al uso de preservativos
por consejo de un tal doctor Condom, del cual proviene el nombre actual.
Casanova, en sus famosas correrías, fue uno de los que lo usó constantemente. De acuerdo
con la historia, exponía a sus amigos las ventajas de lo que llamaba "capote ingles".
El origen de los anticonceptivos orales se remonta a bebidas inocuas que contenían aceites,
frutas, granos y otras especies vegetales, y otro tipo de sustancias no tan inocuas como la
orina o vísceras de animales que mezclaban con ínfimas cantidades de mercurio, arsénico o
estricnina.
Los historiadores atribuyen a los árabes la invención del dispositivo intrauterino. Para evitar
la preñez de los camellos en las largas travesías por el desierto, les colocaban a las hembras
un aro en el útero o piedras.

Ya en la época romana, en la primera mitad del siglo II D.C., Sorano de Éfeso escribió un
trabajo sobre la anticoncepción que ha permanecido vigente hasta el siglo XIX. Para evitar la
concepción se hace eco de la teoría de los “días fértiles” de Hipócrates “cuidado con
mantener relaciones sexuales en los períodos más propicios para la fecundación y evitar el
sexo durante los días siguientes a la menstruación.

El desarrollo y científico trajo consigo nuevos métodos


En 1564 la descripción realizada por Falopio de una vaina de lino destinada a cubrir el glande
del pene como mecanismo de protección frente a la sífilis puede ser considerada el inicio del
desarrollo de los dispositivos anticonceptivos modernos. No obstante pasaron más de tres
siglos para que las primeras vulcanizaciones del caucho hiciesen posible disponer de
preservativos.

El primer capuchón cervical fue realizado en 1838 por el ginecólogo alemán F.A. Wilde, el
primer diafragma por otro alemán el doctor Hasse, quien lo describió en un artículo científico

en 1880 y que fue firmado con el seudónimo de Mesinga.

Los primeros productos espermicidas se pusieron a la venta en Londres en el año 1885.

El antecesor del DIU actual fue un anillo metálico, descrito inicialmente por Richter en el año
1909 y popularizado por Grafenberg en 1929.

Por último, en 1956 Pincus, Rock y García publicaron los resultados de sus trabajos que
condujeron a la comercialización, en 1960, de la píldora anticonceptiva. El invento más
importante del siglo XX, favoreció la libertad de la mujer al separar procreación y sexualidad.

El progreso de la Ciencia

Todos los métodos anticonceptivos que conocemos hoy en dia tienen algun rudimentario
origen. A continuación vamos a dar ejemplo de algunos de ellos.

Como primer ejemplo de este tipo de progresos que tuvo todo el sistema de anticoncepción,
tenemos el remedio de mercurio y plomo usado por las mujeres en China para controlar la
fertilidad, el cual muchas veces tenía consecuencias poco favorables como la infertilidad o la
muerte, era común durante la Edad Media que las mujeres ataran a su cuello testículos de
comadreja, coronas de hierbas en su cabeza o llevaran pequeños costales con el hígado de un
gato negro disecado. En Canadá, las mujeres acostumbraban beber una poción de testículos de
castor macerados en una solución alcohólica muy fuerte y la desinformación del control natal
todavía se presentó hasta 1990 cuando diversas comunidades de adolescentes en Australia
utilizaban envoltorios de golosinas como condón.
Si bien los métodos más eficaces para el control natal siempre han sido los conductuales, es
decir, la abstinencia total, también es sabido que todos los productos anticonceptivos que
conocemos hoy en día -¡en serio todos!- tuvieron un origen rudimentario que fue
perfeccionándose y apoyándose de mejores materiales y formas en orden a evolucionar hacia
la modernidad

Métodos de Barrera

La representación más antigua que se tiene de un hombre usando condón esta pintada en la
pared de una cueva en Francia con antigüedad de 15 mil años. En Egipto también se han
hallado ilustraciones de este método anticonceptivo con una antigüedad de 3 mil años.

Los historiadores no han llegado a un acuerdo


sobre el origen de la palabra, algunos piensan que fue acuñada en el siglo XVIII cuando el Dr.
Conton abastecía las gavetas del rey con fundas hechas de tejido animal para evitar que tuviera
hijos ilegítimos o contrajera enfermedades de las prostitutas. Algunos otros proclaman que la
palabra deviene del Coronel Condum de la Guardia Real Inglesa quien incitó su uso para
proteger a sus hombres de las enfermedades venéreas mientras estaban en Francia, sin embargo,
es más probable que la palabra tenga su origen en el latín condon que significa receptáculo.

Esponja Vaginal

Las primeras versiones del condón femenino tienen su origen en las esponjas vaginales,
método de barrera que impide al semen producir embarazos. Se sabe que las mujeres
empleaban vainas vegetales o tapones de hierbas y raíces machacadas pero fueron las
esponjas uno de los métodos antiguos de mayor efectividad cuando de bloquear y absorber el
semen se trataba.
Su referencia más antigua se encuentra en el Talmud (escrito de origen judío) que proponía
usar mokh -esponjas bañadas en vinagre- cuando la mujer era demasiado joven para
sobrevivir a un embarazo, se encontraba preñada (se pensaba que el semen podía matar al
bebé) o si estaba amamantando.

Diafragmas

Giovanni Giacomo Casanova solía usar la mitad de un limón semiexprimido como un


primitivo capuchón cervical y lo colocaba en el cuello del útero de sus amantes. Métodos
similares se han empleado en todo el mundo, en Asia las trabajadoras sexuales se colocaban
discos de papel encerado, en la Isla de Pascua se usaban algas marinas, el cuello uterino ha
sido cubierto por las mujeres de la historia con pimienta, plata, sal de roca, cera de abeja y
hasta bolas de opio con tal de evitar el embarazo.

Fue hasta el año de 1850 cuando Charles Goodyear logró con su tecnología de goma crear
pesarios similares a los que podemos encontrar actualmente, estos eran únicamente vendidos
a mujeres casadas, con la supuesta necesidad de sostener el útero o mantener un medicamento
en su lugar pero nunca como método anticonceptivo.

La Píldora

Cuenta la leyenda que cuando Perséfone -Diosa de la Primavera- fue arrebatada de la


compañía de su madre Deméter -Diosa de la Agricultura- y raptada por el Dios de la Muerte
hacia el mundo subterráneo, se negó a comer nada excepto semillas de granada. Los
historiadores médicos descubrieron que su determinación tiene relación con las propiedades
anticonceptivas de la granada.
Este mito griego explica el origen del primer invierno que surge como consecuencia de la
decisión de Perséfone por retirar su fertilidad mientras se encontraba presa. Todos los
inviernos sucesivos son un eco de sus padecimientos y su negativa de quedar embarazada
contra su voluntad.

Durante muchos siglos, las mujeres griegas celebraron el reencuentro de Deméter con su hija
en un ritual secreto -al que no entraban los hombres- en el cual se empleaban cuatro plantas
esenciales para el festejo: granada, poleo, pino y vitex (o árbol casto). Todas estas plantas son
hoy reconocidas por sus cualidades anticonceptivas y el uso de hierbas anticonceptivas fue
promovido hasta la Edad Media, cuando se comenzó a pensar en la mujeres que conocían
remedios de cualquier tipo como brujas y se les castigaba con la hoguera-. Esta práctica tenía
tan buenos resultados que incluso el Silfio -el mejor y más costoso método anticonceptivo de
la época- termino por extinguirse en el siglo IV.

Es difícil de creer que uno de los libros de recetas más completos sobre anticoncepción
precoital y poscoital fue escrito por un hombre que llegó a ser Papa. Pedro de España, quien
había plasmado sus consejos sobre anticonceptivos y sobre cómo inducir la menstruación en
su libro inmensamente popular Thesaurus Pauperam (Tesoro de los pobres), fue coronado
papa Juan XXI en 1276. Mediante estudios modernos, se ha comprobado que muchas de las
recetas de Pedro son realmente eficaces, lo cual es una fuerte razón para creer que las mujeres
de la antigüedad tenían más control sobre su reproducción de lo que se creyó por mucho
tiempo.
Anticoncepcion en America Latina

Más de 430 millones de habitantes que pueblan 21 países independientes, conforman el


espacio latinoamericano. Su potencial es enorme y sus problemas, también.

Una investigación del Centro Latinoamericano Salud y Mujer (CELSAM) indica que a pesar
de las políticas de educación y orientación familiar, impulsadas por diferentes gobiernos, los
métodos anticonceptivos en la región continúan situándose muy por debajo de los países
desarrollados: tan sólo 52 por ciento de las mujeres latinoamericanas en edad fértil (de 15 a
49 años de edad) utilizan métodos anticonceptivos, cifra muy inferior a los promedios
europeos o norteamericanos.

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