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Por un lado, esta gobernanza está de- Dicho esto, pienso que se avanza si se
masiado estrechamente ligada a las enuncian las dificultades, las contra-
nuevas condiciones de rentabilidad dicciones reales. Observo al menos
de los capitales como para depender dos que están en un primer plano.
simplemente de decisiones coyuntu- La primera es que una izquierda ca-
rales arbitrarias. Por el otro, no deja paz de «sacar provecho» de la crisis,
de socavar sus propias bases de legi- como dicen, debería ser una «izquier-
timidad social, como bien lo demues- da mundial», o como dicen los angló-
tran los análisis de Karl Polanyi o, fonos, una global left. Se trataría de
de otra manera, los de Robert Castel una izquierda «altermundializado-
sobre la «individualidad negativa» ra», que proponga no el repliegue
que sucede a la «sociedad salarial» y nacional, sino una transformación o
al contrato social de la época key- una bifurcación en la mundializa-
nesiana. La situación se caracteriza ción, y que reúna fuerzas, conviccio-
pues por una extrema inestabilidad y nes y pasiones en ese sentido. Hay
una violencia potencial, y desde ese factores objetivamente unificado-
punto de vista la democracia aparece res a largo plazo, como la emergen-
a la vez como blanco de la ofensiva y cia climática, aun cuando no todo el
como capacidad de resistencia. mundo la sienta del mismo modo.
Sin embargo, resulta bastante claro
Si bien la crisis de 2007-2008 parece al que esta global left solo existe por el
menos haber generado consenso sobre sus momento en la imaginación, o más
causas, la izquierda nunca logró realmente bien, que está afectada por terribles
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Entrevista con Étienne Balibar
Sé muy bien lo que se objeta a este hablaba en ese texto. Este es un tema
razonamiento, que multiplica los lu- central para los próximos años.
gares de lo político: es la idea típica-
mente nacionalista de la «soberanía» Los lazos de dependencia adminis-
indivisible. O incluso la idea de que trativa, jurídica y comercial entre los
la voluntad general y la soberanía del Estados europeos –y, por consiguien-
pueblo no pueden manifestarse fuera te, entre las propias naciones– son ex-
de los marcos nacionales heredados tremadamente difíciles de deshacer,
del pasado. Lo que significa confun- como probablemente se comprobará
dir la soberanía del pueblo con la so- en las negociaciones sobre el «Bre-
beranía estatal, que pretende seguir xit». Lo que, desde mi punto de vista,
encarnándola por sí sola, precisa- no es un factor de recuperación polí-
mente cuando, por otra parte, los Es- tica sino una fuerza de inercia. Peor
tados, incluso los más «poderosos», aún, es la expresión del hecho de que
son cada vez menos soberanos. Un la clase dirigente europea –entién-
Estado cuyas finanzas públicas es- dase por ella un conglomerado de fi-
tán a merced de los mercados finan- nancistas que se creen invulnerables
cieros, que son los que determinan e infalibles y de figuras políticas na-
las tasas de interés en función de las cionales que se creen dueñas de sus
políticas económicas y sociales im- electorados– estableció una «divi-
plementadas, no es verdaderamente sión del trabajo» que permite a la vez
soberano. Por eso, en el libro Europe, externalizar los centros de decisión
crise et fin?3 planteaba la cuestión de sustrayéndolos a la representación
la soberanía compartida como condi- democrática y controlarlos desde las
ción para la recuperación del poder instancias intergubernamentales.
colectivo.
El hecho de que todo este mecanis-
Al mencionar la Unión Europea, usted afir- mo «se bloquee» en la crisis y pierda
ma sin un optimismo exagerado, que existe poco a poco su legitimidad, más que
una «alternativa democrática europea a inspirar reformas, tiende a generar
la crisis de la construcción europea»4. obstáculos o escenarios catastróficos.
¿Es factible aún una recuperación de la ini- Ese es el riesgo. Al respecto, temo
ciativa política?¿Pueden los movimientos lo peor de la nueva idea en boga en
de indignados representar esa fuerza de la clase política francesa y entre al-
«democratización de la democracia»? gunos economistas y politólogos de
la centroizquierda y la centrodere-
Mi optimismo hoy, debo decirlo, no cha: la constitución de una «pequeña
va tan lejos como para pensar que
la ue como tal constituye la «alterna- 3. Le Bord de l’Eau, París, 2016.
tiva democrática europea» de la que 4. Ibíd.
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Entrevista con Étienne Balibar
REVISTA BRASILEIRA
DE CIÊNCIAS
SOCIAIS
RBCS
Junho de 2017 San Pablo Vol. 32 No 94