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^ ^ í |. S, O k m i o . 7rm iis p e o r csttlcx v n u liiltu l m a trim o n ia l. M a d rid ,' 1*)99, |>p. 929-955.
268 JOSÉ BONET ALCÓN
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XIII. LA ANOTACIÓN DE LA NULIDAD
MATRIMONIAL EN LOS LIBROS
PARROQUIALES
n . r,
En cu a n to a las fases del proceso p odem os con sid erar dos o cuatro p a r
tes, seg ún el p u n to de vista. Si lo consideram os más a n a líticam e n te se pod rá
distinguir: la presentación de la petición, la in strucció n de la ca u sa y el v o to
del Obispo, por u n lado; y po r otro lado, la decisión de la S anta Sede.
P resentación de l a pet ic ió n :
I n strucción de l a c a u s a :
las causas de n ulidad de m atrim on io, siem pre que p u e d a n c o m p ag in a rse con
la índole de estos pro cesos2’8. T a n to los cónyuges, com o de oficio el, in s
tructor, p ued en p re sen tar testigos que a te stig ü en la h onestid ad y v e r a c i d a d ^
de los m ism os cónyuges acerca de la in c o n s u m a c ió n del m atrim onio.
No se p ub lican las actas p o r trata rse de u n a gracia. Sin em bargo , si el
Juez considera que po r las p ru e b as p re s en tad as puede surgir u n o b s t á c u l o ^
grave p ara la petición del o rado r o p ara la ex c ep ció n de la p arte convenida,§S|1
se lo hará saber p ru d e n te m en te a la p arte interesada. El Juez p ued e m o s t r a r ^ 3
a la parte que lo solicite u n d o c u m en to presentado , o u n testim onio recibí- *
do, y fijar un plazo para p re sen tar c o n c lu sio n e s219. ;
Concluida la instrucción, el instructor transmitirá al Obispo todas las a c t a s | > -
con el voto oportuno; y éste^expresará su dictamen acerca de la verdad, tanto !
sobre el hecho de la inconsumación, como sobre la causa justa para la dispensa, ^ ^
y la oportunidad de que se otorgue esta gracia220. Sobre el tema de la justa c a u - t i
sa para la dispensa ya se trató en el derecho matrimonial sustantivo. ^ j ¡
La d ecisió n de la S a n ta S e d e : %j ~
-
La com petencia para con ceder la dispensa del vínculo en estos casos de ^
in co n su m ac ió n , corresponde exc lu siva m e nte al R om ano P on tífice221. P e r o ^ '
se sirve de la C ongregación de Sacram entos. En efecto, de acuerdo a la Const.fc i
Apost. Pastor Bonus n° 67, corresponde a esta Congregación exa m in a r el h e c h o .
de la in co n su m ac ió n del m atrim onio y la existencia de causa ju s ta para c o n
ceder la dispensa. Así pues, recibe todas las actas j u n t o con cl parecer del®* :
Obispo y los alegatos del Defensor del Vínculo, las pondera atentam ente, segúnfc;
un procedim iento especial, y, si se da cl caso, som ete al Sumo Pontífice la.fi
petición para o b ten er la dispensa. * j
El rescripto positivo puede concederse en forma absoluta y en to n ce s l a s V j
partes pueden pasar a segu ndas nupcias, u n a vez que se haya notificado y | | , I
ejecutado el rescripto; o puede concederse con cláusulas. En este caso, p u e - ^ I
de ser ad m o t í n » (según las circun stancias especiales de cada caso, cu y a * " I
remoción se confía al Ordinario); o vvíito transitu ad novas nuptias (por m otivosÜ ' j¡
de m ayo r im portancia y gravedad), cuya remoción se ha de pedir a la C o n - ^ 1
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decir a otros que el cón yug e había falleeido; se d eb e rán a p o rta r tod o s los
datos, d o cu m en to s y escritos del pre su n to difu nto ; la fecha de su d esa p a ri
ción; si estuvo en algun a guerra o catástrofe; si estaba o no e n 'b u e n a s rela
ciones con la familia; sí padecía alg u n a enferm edad, etc. A v e c e s esa m u erte
pre sun ta se deberá probar, a falta de testigos, p o r conjeturas, p re su ncio nes,
indicios y circu nstancias de cualquier género, d ejan do al juicio p ru d e n te del
Juez in stru cto r la valoración de esas conjeturas. Pero ten ien d o en c u e n ta que
es necesario h ab e r obtenido la certeza m oral sobre el fallecimiento, y que no
basta la carencia de noticias al respecto, sino que se deben te n e r noticias
positivas acerca de que ese fallecimiento se haya producido.
Notem os que la Iglesia tiene sobre la m uerte p re su n ta u n m odo de v e r
m u y distinto al de los orden am ien to s civiles. En éstos con frecuencia se c o n
sidera suficiente la publicación de edictos y la falta de noticias sobre la per-i
sona a 1o largo de un período de tiempo. Como con secuen cia el J u e z civil
puede d ecla rar la m uerte presu nta del cónyuge. Pero esa d ec la rac ión no da
derecho a c o n tra e r nupcias canó n ic am en te, p o rq u e p ara la Iglesia debe reaf-
1izarse n ecesaria m e n te el proceso canónico. /
Las cautelas y la m inuciosa y p ru d e n te in vestigación que realiza la Igle
sia está ju stific ad a, porque si se celebra un m atrim o n io sin h a b e r fallecido
realm en te el otro cónyuge, ese nu ev o m atrim o nio celebrado no te n d ría n i n
gu na validez p o r existir el im pedim ento de ligam en.