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Sistemas dispersos.

Soluciones.

Las soluciones son sistemas dispersos que tienden a la homogeneidad (esto es: no importa cuál sea
la región de la cual se extraiga una muestra, ésta tendrá, aproximadamente, la misma composición).

En una solución binaria, se distinguen dos componentes: el disolvente y el soluto. El disolvente es,
en general, la sustancia que se encuentra en mayor proporción dentro del sistema; el soluto, al
contrario, es, obviamente, la que se encuentra en menor proporción.

A pesar de que las soluciones son sistemas que tienden a la homogeneidad, debe considerarse que,
para cada valor de temperatura, existen límites en los valores de la concentración de los distintos
solutos para los cuales la solución sigue siendo homogénea. Se reconocen tres tipos de solución
siguiendo el anterior criterio; éstos son (i) solución insaturada, que se caracteriza por contener al
soluto en una concentración menor y no-próxima a la máxima para la cual éste aún es soluble; (ii)
solución saturada, que se caracteriza por contener al soluto en una concentración bastante próxima o
igual a la máxima para la cual es soluble; (iii) solución sobre-saturada, que se caracteriza por contener
al soluto en una concentración mayor aún a la máxima para la cual es soluble.

Según algunos autores, para que un sistema disperso sea considerado como una “solución”, las
partículas dispersas en el medio predominante tienen un “diámetro” (suponiendo que se trata de un
cuerpo esférico) que pertenece al intervalo (0m, 1𝑥10−9 m), esto es, por supuesto, 2𝑟 < 1𝑥10−9 m.

Algo que debe considerarse es que la formación de una solución insaturada o saturada requiere que
las fuerzas de interacción entre las sustancias que componen al sistema sean mayores a las fuerzas de
cohesión de cada uno de los componentes.

Ejemplos de soluciones son: (i) la que se obtiene al mezclar sal de mesa (cloruro de sodio) con agua
(en este caso, la formación de tal solución es posible debido a la atracción que existe entre los iones
que conforman a la sal de mesa y los dipolos eléctricos de las moléculas de agua); (ii) la que se obtiene
al mezclar persulfato de potasio en agua; (iii) la que se obtiene al mezclar hidróxido de potasio con
etanol.

Suspensiones.

Se denomina suspensión a un sistema disperso generalmente heterogéneo, es decir, a una mezcla


cuyos componentes no experimentan un nivel de atracción tan alto como para mantenerse mezclados
de manera permanente.

Sistemas coloidales.

El carácter de sistema coloidal lo tiene toda suspensión de partículas cuyo “diámetro” (nuevamente,
suponiendo que se tratara de un cuerpo esférico) pertenece al intervalo cerrado [1𝑥10−9 m, 1𝑥10−6 m],
es decir, el “diámetro” debe ser mayor o igual a un nanómetro y menor o igual a un micrómetro.

Ejemplos de sistemas coloidales son: (i) el sistema disperso obtenido de la adición de alguna proteína
(p.ej. las glutelinas) a una muestra de agua (debe considerarse que aunque existan múltiples proteínas
solubles en agua, este tipo de sistemas son considerados sistemas coloidales en cuanto el tamaño de
las proteínas favorece tal clasificación); (ii) el sistema disperso obtenido de la adición de almidón a
una muestra de agua; (iii) el sistema disperso obtenido de la adición de sales de celulosa a, por
ejemplo, etanol.
Coloides liofílicos o geles.

A las partículas coloidales cuyo nivel de solubilidad en disolventes polares (es decir, con un momento
dipolar neto considerable) se les conoce como coloides liofílicos o geles.

Coloides liofóbicos o soles.

Existen partículas altamente insolubles que son, en realidad, agregados de algunos compuestos
iónicos, o bien, agregados de pequeñas moléculas altamente insolubles en disolventes polares, pero
generalmente solubles en disolventes no-polares. A estos agregados de compuestos químicos se
conoce como coloides liofóbicos o soles.

Aerosoles.

Además de los sistemas coloidales anteriormente referidos, existen los areosoles, los cuales son
sistemas dispersos conformados por minúsculas partículas de un líquido o sólido que se encuentran
suspendidas entre las moléculas de un gas.

Una de las características principales de los coloides es la capacidad de dispersar luz; es decir, cuando
incide algún rayo de luz blanco, los coloides emiten múltiples rayos de luz de diferentes frecuencias.

Emulsiones.

Los ácidos grasos y macromoléculas derivadas de éstos son generalmente partículas coloidales (no
obstante, también existen moléculas hidrofílicas que lo son). En un disolvente polar, tal como el agua,
se dice que éstos forman una emulsión, esto es: una suspensión de agregados lipídicos que, ante una
estimulación mecánica, tal como la agitación, se comprimen y se difunden entre las moléculas de
agua.

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