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El andaluz filósofo y místico Abd al-Haqq Ibn Sab’in es uno de los personajes más

incomprendidos de la historia del pensamiento islámico. Casi todo lo que se ha escrito sobre
Ibn Sab’in es problemático. Su nombre, su origen étnico, su moral, su honradez entre muchas
otras cosas han sido puestas en duda. Ha sido llamado plagiador, seductor de mujeres y autor
de obras inteligibles y pedantes. Curiosamente, a pesar de las disputas sobre quíén o qué Ibn
Sab’in numerosos autores lo han descrito como lo que él pretendía ser: un musulmán seguidor
de Hermes Trismegisto que buscaba la verdad, más allá de los límites de la filosofía
peripatética, el sufismo y la religión formal.

LA TERCERA VÍA HERMENÉUTICA

Ibn Sab’in ponía en práctica lo que John Walbridge denominó como Orientalismo Platónico,
una inspiración griega de la sabiduría oriental que tiene su origen en la antigüedad tardía, pero
todavía era popular en el mundo islámico medieval donde tuvo su apogeo en Egipto y la India.
Según Ibn Khaldun, un centro de hermenetismo en España musulmana fue en Ricote (Am
Riqut), una ciudad situada al noroeste de la ciudad de Murcia, donde concretamente nace
nuestro autor a comentar.

Walbridge identificó cuatro temas que eran característicos del hermenetismo islámico
medieval:

 Concepción superior de la filosofía como una forma de revelación


 Una tradición sabia llamada (bikma gadima) que incluían a sabios egipcios tales como
Hermes Trismegistos y filósofos presocráticos.
 Un misticismo de Iluminación (ishTaqi) que utiliza la luz como metáfora de revelación.
 La legitimación del ocultismo y la apertura a la Teurgia y otras ciencias.

Además de interconfesionalismo religioso, otros temas importantes de hermenetismo islámico


se podrían encontrar en las escrituras de Ibn Sab’in. Estos temas doctrinales pone entredicho
la afirmación de que el hermenetismo era puramente sincrética y no tenía una doctrina única a
sí mismo. Tal conclusión no se puede sostener, como un argumento lógico y después de un
exámen critico por parte de numerosos escritores se llegó a la conclusión de que la existencia
del hermenetismo como una alternativa intelectual implica una doctrina que no se encuentran
en otras tradiciones. El concepto de sincretismo niega la legitimidad a las doctrinas postulando
su pureza.

En la obra de Ibn Sab’in la 'tercera vía' hermética incluye dos doctrinas adicionales que
pueden utilizarse para distinguir hermetismo de otras tradiciones intelectuales de la
antigüedad tardía y el Islam medieval:

 la 'tercera vía' de la hermenéutica implica una crítica doctrinal de la filosofía


peripatética y epistemológica y sus alternativas como gnosticismo y el sufismo
 La hermenéutica de la tercera vía es una filosofía mística ecléctica, dibujando
pesadamente en neoplatónico y Neo-Pitagorismo, cuyo enfoque doctrinal principal
está en la centralidad del intelecto como el fundamento de la existencia.
El núcleo de su doctrina ha sido una Teosofía unificada y monista que era categorizada
por el término wahdat al-wujud (una sola existencia). Este concepto se atribuye más a
menudo a la sufí Muhyi al-Din Ibn al-Arabi.
La tercera vía de Ibn Sab’in tal y como se expresa en el concepto de wahdat al-wujud
revela sus raíces hermenéuticas en su electicismo doctrinal. En sus obras se citan una
gran cantidad de pensadores musulmanes y no musulmanes, centrándose en particular
en los filósofos griegos, pero también incluyendo una referencia al judío filósofo y
teólogo Maimonides.
El núcleo doctrinal de la teosofía de Ibn Sab’in es el monopsiquismo, que quiere decir
un intelecto de unidad que une a todas las almas dentro de un único Nous. Para Ibn
Sab’in, se trataba de la doctrina fundamental de la tradición de la sabiduría Oriental
representada por Avicena.
Según Ibn Sab’n, el alma humana se une con el intelecto cuando se 've' las formas
arquetípicas de cosas (al-mdlümät) y llega al conocimiento total y completo de su
naturaleza interna (al-tnatani al-kulliyya). El intelecto humano se asocia con el alma
humana que se organiza en una jerarquía que asciende desde el conocimiento de lo
Sensible al conocimiento de lo Inteligible. Esta jerarquía es congruente con la jerarquía
de las almas y comienza con el intelecto instintivo primario, que se asocia con el alma
Animal, la práctica intelecta asociada con las órdenes más bajas del alma racional, la
inteligencia cognitiva asociada con las órdenes más elevadas del alma racional y el alma
de sabiduría iluminada, y por último el intelecto productivo humano asociada con el
alma de la sabiduría y el alma profética.
El alma animal se asocia con el intelecto instintivo primario porque las acciones de un
animal y las decisiones se toman por instinto, con poco o ningún conocimiento. Esto
diferencia a los animales de los seres humanos, que utilizan la cognición en su toma de
decisiones. La mayoría de los seres humanos usamos el intelecto práctico pero ésta
acompañada del intelecto cognitivo. Esto es porque el intelecto práctico gobierna el
conocimiento derivado de la experiencia, que es la forma más básica del conocimiento
humano. El intelecto práctico gobierna las formas instrumentales del conocimiento,
tales como las habilidades y las artes. Una minoría de los humanos usan el intelecto
cognitivo más a menudo porque su ``trabajo’’ está basado en el conocimiento, estos son
los intelectuales (eruditos) que potencian sus pensamientos hacia el alma racional
filosófica o el alma de la sabiduría iluminadora.
Ibn Sab’in se destaca de otros pensadores musulmanes por su postulación de seis
sentidos en lugar de cinco. En el ápice de los cinco sentidos como la vista, oído, olfato,
gusto y tacto, añade un sexto llamado como el sentido de la detección (at-hass), que en
términos modernos se llama intuición porque es la base de la imaginación y se vincula
con la imaginación como una de las facultades lógicas, que se encuentran en el cerebro.
Estas facultades lógicas consisten en memoria retentiva (al-hifz), que se encuentra en la
parte posterior del cerebro, el pensamiento (al-fikr) que se encuentra en el centro del
cerebro y de la imaginación figurativa (al-wahm) situado en la parte frontal del cerebro.

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