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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

UNIVERSIDAD RAFAEL URDANETA


FACULTAD DE CIENCIAS POLÍTICAS,
ADMINISTRATIVAS Y SOCIALES
ESCUELA DE DERECHO
TRABAJO ESPECIAL DE GRADO

NATURALEZA JURÍDICA Y ALCANCE DEL CONTRATO DE


TRANSACCIÓN EN EL ORDENAMIENTO JURÍDICO VENEZOLANO

D O S
R VA
R E SE
S
AUTORES:

C H O
E
DER María Virginia Converso Sarcos.
C.I. V-18.945.012.
Juan Carlos Pérez Vergel.
C.I. V-17.952.430.

TUTOR:

PROF. JOHANNA MONTILLA

Maracaibo, Septiembre de 2009.


AGRADECIMIENTO

A Dios nuestro Señor; por brindarnos la sabiduría, fuerza y


entereza, para lograr y alcanzar esta gran meta.

A nuestros padres; por colocar en nuestras manos las herramientas


necesarias para cristalizar los sueños planteados.

A nuestros amigos y compañeros; por apoyarnos y darnos ánimo


en los momentos difíciles, y estar presentes en los momentos de felicidad.

A nuestra tutora; Profesora Johanna Montilla, por brindarnos sus


conocimientos, y apoyo a lo largo del desarrollo de esta investigación
académica.

D O S
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H O S
E C
DER

2
DEDICATORIA

Le dedico este logro alcanzado a mi mamá por estar siempre


conmigo apoyándome en todo el transcurso de la carrera.

A mi papá por creer en mí, en las buenas y en las malas, en las


altas y en las bajas, por ser mi compañero de estudio y mi gran amigo,
durante mis estudios.

Y a Lisa por tenerme paciencia y escucharme, por ser mi mejor


amiga, y nunca abandonarme durante las noches que tuve que
desvelarme para alcanzar esta meta.

María Virginia Converso

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DER

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Ante todo, dedicaría el fruto de este esfuerzo a Dios, por haberme
colmado de valor y fortaleza, para superar las adversidades a lo largo de
la carrera. Por derramar sobre mí, el don de la paciencia, para soportar
los inconvenientes y disgustos, y sobre todo por darme el don de la
sabiduría e inteligencia para poder lograr mis objetivos.

Igualmente, dedicaría este gran logro, a mi mamá Patricia, y mis


abuelos, Atenágoras y Marina, quienes, con su amor incondicional, me
brindaron todo su apoyo, su presencia en los momentos alegres y
amargos que tuve que soportar a lo largo de la carrera, y me motivaron a
luchar cada día con mayor entusiasmo y poder superar todas las
adversidades; debo agradecer muy especialmente mi mamá, quien
aunque no se encuentra entre nosotros, le debo todo lo que hoy día soy, y
a quien conmemoro minuto a minuto de mi vida, por ser un ejemplo de
vida y fortaleza para mi, por sus esfuerzos, su empeño para sacarme a
adelante, y su amor inmensurable.
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También, de manera muy agradecida, a todas aquellas personas

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que de manera directa o indirecta, aportaron un granito de arena para la

DER
construcción de este sueño, porque gracias a todos ellos hoy en día se
cristaliza.

¡Gracias a todos!.

Juan Carlos Pérez Vergel.

4
INDICE GENERAL

Agradecimientos………………………………………………………………….I

Dedicatoria……………………………………………………………….………II

Índice General……………………………………………………………….....IV

Resumen…………………………………………………………………….…..XI

Introducción…………………………………………………………….…...….XII

CAPITULO I: EL PROBLEMA...…..……………………….……....…...........1

Planteamiento del Problema………………...…………………………………2

D O S
E R VA
ES
Formulación del Problema………………..…………………………….6

O S R
E C H
DER
Objetivos de la Investigación.....……………………………………………….7

Objetivo General…………………………………………………………7

Objetivos Específicos……………………………………………………7

Justificación e Importancia de la Investigación………………………………7

Delimitación de la Investigación…………………………………...…………..8

CAPÍTULO II: MARCO TEÓRICO…………………………………………….9

Antecedentes de la Investigación………….…………………………….…..10

5
Bases Teóricas…………………………………………………………….…..12

Teoría General del Proceso…………………………………………………12

Noción de proceso……..…….…………………………………..…….13

Fin del proceso y partes que intervienen…………………………....14

Teorías sobre la naturaleza jurídica del proceso……………………16

Teoría del contrato……………………………………………..16

Teoría del cuasi contrato……………………………………….17

Teoría de la relación jurídica…………………………………..17

D O S
E R VA
ES
Teoría de la institución jurídica…………..……………………18

S R
TeoríaCdeHlosO
R E presupuestos procesales..…………………….18
DE
Jurisdicción y Competencia…………………………………………...19

La Acción…………..……………………………………………………21

La Excepción…………………………………………….…………….. 21

La Sentencia como forma normal de terminación del proceso…....22

Modos especiales, excepcionales o anormales de terminación del


proceso………………………………………………………………….23

6
Diferencias entre la Transacción y Otras Instituciones Jurídicas….24

Compromiso…………………………………….…………….. 25

Desistimiento…………………………………….……………. 25

Convenimiento………………………………….…………….. 26

Sentencia…………………………….………..………………..26

Remisión de la Deuda………………………………………. 27

El Contrato de Transacción……………………………………………..….28

Definición………………………………………………………………….…....28

O S
Elementos del Contrato de Transacción………………………………..31
D
R VA
R E SE
Elementos Generales………………………………...………………31

H O S
E C
DEREl Consentimiento……………………………………………31
El Objeto……….…………..………………………………….32

La Causa…………………….………………………………. 34

La Capacidad…………..……………………………….……. 34

Capacidad de Obrar o de Hecho………………...….. 35

Elementos Esenciales…………………………………………………37

Incertidumbre…………..………………………………………37

Recíprocas Concesiones……………………………..….…. 38

7
Litigio Pendiente y Eventual…………………..……………. 38

Principios fundamentales de la Transacción…………………..……………40

Indivisibilidad de la transacción………………………………….…40

Interpretación restrictiva………..……………………………………42

Efectos de la Transacción………………………………………………...…. 43

Efecto de Cosa Juzgada………………………..….………………… 46

Impugnación de una transacción con autoridad de cosa


juzgada……………………………………………………….…48

Tipos de Transacción…………………………………………………….……49

Transacción Judicial…………………………….……………………..49

D O S
Características de la Transacción V
R A
ES E Judicial……………..……50

O S R
E C H
Tratamiento dado a las costas en la transacción…………..53

DER
Transacción Extrajudicial………………………………………………55

Revocatoria de la Transacción Extrajudicial…………….….56

Los modos de transigir. ………………….………………………………….. 58

Consecuencias…………………………………………………..58

Facultad de Disposición. Mandato…………………………………..……..61

La Ratificación………………..………………………………….63

Los terceros en la transacción………………………………………………65

Excepción a los efectos de la transacción frente a terceros..66

8
El Fiador frente a la transacción celebrada por el afianzado..68

Las cosas que no pueden transigirse……………………………………….69

Prohibiciones Generales……………………………………….69

Prohibiciones Específicas………….…………………………...70

El Error…………………………….…………………………………….………73

Error de Hecho………………………………………………….. 74

Error de Derecho………………………………………………... 76

Error de Cálculo…………..………………………….. 77

Nulidad de la Transacción…………………………………………………. 78

O S
Nulidad de la Transacción que se ha fundamentado en un título
D
E R
nulo…………………….……………………………………. VA 79

S R ES
C H O
E
Nulidad de la transacción por haberse efectuado fundándose en

DERdocumentos falsos……………………………………………81
Nulidad de la Transacción por haberse realizado con
fundamento en un litigio decidido por sentencia
iiiiiiiiiiejecutoriada………………………………………………......82

Nulidad de la transacción que se efectuó con desconocimiento de


documentos que luego son descubiertos………………….84

Simulación en la Transacción…………………………..…………………….85

Doctrinas sobre la Naturaleza Jurídica del Contrato de Transacción……88

La Transacción es sólo declarativa de derechos………………..88

9
La Transacción es constitutiva de Derechos……………………..89

La Transacción es declarativa y constitutiva de derechos………90

La transacción es atributiva de derechos………………….….... ..91

Mapa de Variables……………………………………………………………..92

CAPÍTULO III: MARCO METODOLÓGICO………………………………..94

Metodología de la Investigación…………………………………………...…95

Tipo de Investigación……………………………………………...………..…95

Diseño de Investigación……………………………………………………….96

D O S
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R E SE
Fuentes Iniciales………………………………………………………….……96

H O S
Técnica deE
C
RE de Datos…………………………..……………….97
D Recolección
Técnica de Análisis de Datos…………………………………………………98

CAPÍTULO IV: ANÁLISIS DE LOS RESULTADOS………...…………..100

Naturaleza jurídica del Contrato de Transacción en el Ordenamiento


Jurídico Venezolano Vigente………………………………………………..101

Alcance del Contrato de Transacción en el Ordenamiento Jurídico


Venezolano Vigente…………………………………………………...……106

10
Procedimiento contenido en el Código de Procedimiento Civil Venezolano
con respecto al Contrato de Transacción en el Ordenamiento Jurídico
Venezolano Vigente…..……………………………………………………...111

Conclusiones………………..…………………..………..…………………..118

Recomendaciones………………..…………………..………..…………….120

Marco Referencial………………..…………………..………..……………..121

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UNIVERSIDAD RAFAEL URDANETA
FACULTAD DE CIENCIAS POLÍTICAS, ADMINISTRATIVAS Y
SOCIALES
ESCUELA DE DERECHO

RESÚMEN

Naturaleza jurídica y el alcance del Contrato de Transacción en el


Ordenamiento Jurídico Venezolano.

AUTORES: María Virginia Converso S.


Juan Carlos Pérez V.

TUTOR: Msc. Johanna Montilla.

FECHA: Maracaibo, Julio de 2009.

La presente investigación tiene como objeto principal, el determinar la


naturaleza jurídica y el alcance del Contrato de Transacción en el
Ordenamiento Jurídico Venezolano Vigente; para lo cual se utilizará una
investigación de tipo descriptiva, conjugada con un diseño documental, en

D O S
VA
virtud de que las herramientas necesarias para resolver el problema

SE R
planteado, se encuentran compiladas en leyes, jurisprudencias y doctrina

R E
nacional y extranjera. Igualmente, en la recolección de datos, que servirán
S
H O
de fundamento para el desarrollo de la presente investigación, se
C
E
DER
empleará el análisis documental, de todos aquellos instrumentos que
regulan la materia. Finalmente, luego de realizada la investigación y los
análisis necesarios, se pudo concluir que, en Venezuela, el contrato de
transacción es un acto jurídico bilateral, que puede generar, transformar o
extinguir derechos u obligaciones. En el campo procesal, la transacción
es una de las formas especiales de conclusión del proceso, caracterizada
esta por las concesiones reciprocas que realizan las partes. Se encontró
que el criterio doctrinario seguido hasta el momento es el de considerarla
como declarativa de derechos. Con respecto al Alcance, se concluyó que
el Contrato de Transacción encuentra su limite en su objeto, partiendo de
las premisas establecidas en el del Código Civil, y su causa esta formada
por las reciprocas concesiones que las partes conceden mutuamente para
lograr la finalización de un litigio pendiente o prevenir la consecución de
un litigio eventual.

Descriptores: Transacción, Partes, Modos de Autocomposición


Procesal, Procedimiento.

maryconverso@hotmail.com
juan_cpv1@hotmail.com

12
INTRODUCCIÓN

El presente trabajo de investigación ha sido elegido dentro del


ámbito del derecho adjetivo con el propósito de suministrar un material de
apoyo bibliográfico para el estudio de el Contrato de Transacción en el
contexto jurídico venezolano, inspirado en los interesantes y novedosos
aspectos que reviste el tema tratado para el progreso de la técnica
jurídica procedimental. Igualmente, esta motivado por la necesidad de
conjugar ordenadamente todos los aspectos relativos a la misma y la
estipulación en nuestro ordenamiento positivo vigente, en tal forma aclarar
y establecer la naturaleza y el alcance del contrato de transacción.

El desarrollo del tema se adecuo a lo establecido en la legislación,


doctrina y jurisprudencia venezolana, realizando un análisis comparativo y

O S
siguiendo los parámetros para resaltar la situación actual; por esto se
D
R VA
SE
ofrece una visión general del contrato de transacción como solución

S R E
convencional del proceso y la objetividad que el tema amerita, con la

C H O
ERE
intención de que cada lector pueda, mediante el análisis e interpretación,
Dgeneralizado.
aplicar lo

La presente investigación gira entorno a la Transacción, que bien


puede entenderse como aquellos contratos mediante los cuales las partes
contratantes acuerdan jurídicamente una solución negociada, para
resolver una diferencia que mantenían entre ellas.

Llama la atención, que aunque las transacciones tienen una


connotación litigiosa, no necesariamente se producen en juicio, pues
pueden poner fin a diferencias entre las partes que todavía no hayan sido
planteadas en una demanda judicial.

13
De este modo, para lograr los objetivos establecidos en la presente
investigación, se estructura en cuatro capítulos, tal y como se describen a
continuación:

El Capítulo I; denominado: El Problema: Contiene los aspectos


esenciales del problema que da origen y fundamento a la presente
investigación. En este punto, se realiza la descripción de la situación
objeto de estudio. Posterior a ello, se formulan una serie de interrogantes
de la situación planteada. También, se expresan los objetivos que se
pretenden alcanzar con la investigación, señalándose además, las
razones que la justifican, así como sus posibles aportes desde el punto de
vista teórico y práctico. Asimismo, en el referido capítulo, se delimita la
investigación en tiempo, espacio y contenido.

Seguidamente por el Capítulo II, llamado Marco Teórico

O S
Conceptual de la Investigación. En este capitulo se citan una serie de
D
R VA
SE
trabajos anteriores, realizados por estudiantes de diversas casa de

S R E
estudio de la ciudad, los cuales sirven como antecedentes de esta

C H O
ERE la investigación con conocimientos y la posición
investigación. Y finalmente, las bases teóricas que tienen como propósito
Dteóricamente
sustentar
frente a los mismos, utilizando para ello los instrumentos normativos
aplicables, los trabajos doctrinarios más relevantes en la materia y
cualquier herramienta que haga un aporte significativo en el
establecimiento de las bases teóricas.

El Capítulo III; denominado Marco Metodológico de la


Investigación. Comprende el tipo de investigación, diseño de la
investigación, las fuentes iniciales y la Técnica de recolección de datos
que se utilizará para darle solución a los objetivos planteados.

Seguidamente, por el Capítulo IV; denominado: Análisis de los


Resultados. En donde se plantea el objetivo general, el cual queda

14
titulado de la siguiente manera: “Determinar la naturaleza jurídica y el
alcance del Contrato de Transacción en el Ordenamiento Jurídico
Venezolano Vigente.” este capítulo está conformado por tres sub-
objetivos u objetivos específicos, todos orientados a dar respuesta de
manera general al objetivo general; es decir, este capítulo presenta los
resultados obtenidos de la investigación, con base en los objetivos
específicos planteados en la misma.

Por último, una vez desarrollada la presente investigación, se


establecen las conclusiones y recomendaciones pertinentes que se
arrojaron de la misma.

D O S
R VA
R E SE
H O S
E C
DER

15
CAPÍTULO I:

S
EL PROBLEMA
D O
R VA
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H OS
E C
DER

16
CAPÍTULO I

EL PROBLEMA

Planteamiento del Problema

Desde los mismos comienzos en que se concibió el derecho por los


hombres, surgió el contrato de transacción como una solución para
resolver los conflictos que pudieran ventilarse ante los órganos judiciales
por las personas, quienes pretenden dar certeza a una posición jurídica
determinada en la cual se encuentran y ha sido capaz de crear dudas
sobre su legitimidad. Como dice Manresa (1907, Pág. 98), “aparece
preterida, casi sin ser nombrada, tanto en el derecho romano como en los
tiempos medios, edades ambas en las cuales se produce hasta la
exageración un fenómeno singular, no obstante sus caracteres anómalos,

O S
ha contribuido tanto al desenvolvimiento de la ciencia del derecho”.
D
R VA
R E SE
H O S
Siguiendo al mismo autor, se observa que fue a partir del período

E C
DER“colocada con mayor o menor acierto en el sistema de los
de la codificación cuando definitivamente se introdujo la doctrina de las
transacciones
contratos, bien injerida en ellos (como en el italiano, que coloca
arbitrariamente el título que le está dedicado entre los contratos
conmutativos y aleatorios, rompiendo la continuidad de unos y otros), bien
al término de todos los principales, según con mayor acierto, hacen el
Código Francés, Portugués, entre otros.”

Luce oportuno delimitar la Transacción, como la ha denominado la


legislación, doctrina y jurisprudencia, y al efecto ha expresado sobre la
misma lo siguiente:

La transacción la define el Art. 1.713 del Código Civil Venezolano,


así: “La transacción es un contrato bilateral por el cual las partes,

17
mediante recíprocas concesiones, terminan un litigio pendiente o
precaven un litigio eventual”.
Así el Tribunal Supremo de Justicia, en Sala Político-
Administrativa, en sentencia Nº 310 de fecha 29 de febrero del 2000, con
ponencia del Magistrado Carlos Escarrá, Expediente No.: 5.533,
estableció que:

“... (Omissis) Los artículos 255 y 256 del Código de Procedimiento


Civil señalan textualmente lo siguiente:
Artículo 255. "La transacción tiene entre las partes la
misma fuerza que la cosa juzgada."
Artículo 256. "Las partes pueden terminar el proceso
pendiente, mediante la transacción celebrada conforme a
las disposiciones del Código Civil. Celebrada la
transacción en el juicio, el Juez la homologará si versare
sobre materias en las cuales no estén prohibidas las
transacciones, sin lo cual no podrá procederse a su
ejecución."
Al respecto, observa está Sala que la transacción es un
convenio jurídico que, por virtud de concesiones

D O S
recíprocas entre las partes que lo celebran, pone fin al
R VA
SE
litigio pendiente antes del pronunciamiento definitivo del

R E
juez en el juicio, es decir, tiene la misma fuerza jurídica
S
H O
de una sentencia, y procede su ejecución sin más
C
E
DER
declaratoria judicial.
Sin embargo, el ordenamiento jurídico impone para su
validez, el cumplimiento de varios requisitos específicos
cuya inobservancia podría configurar causales que el
Código Civil sanciona con nulidad. Igualmente, como todo
acuerdo, la transacción está sometida a todas las
condiciones requeridas para la validez de los contratos en
general, muy especialmente, aquellas que aluden a la
capacidad y poder de disposición de las personas que los
suscriben... (Omissis)”
(Pierre, 2000, Págs. 143 y 144)

En igual sentido el Tribunal Supremo de Justicia, en Sala Político-


Administrativa, en sentencia Nº 00935 de fecha 25 de Abril del 2000, con
ponencia del Magistrado José Rafael Tinoco, Expediente No.: 2.850,
estableció que:

“... (Omissis) Los artículos 255 y 256 del Código de


Procedimiento Civil señalan textualmente lo siguiente:

18
Artículo 255. "La transacción tiene entre las partes la
misma fuerza que la cosa juzgada.".
Artículo 256. "Las partes pueden terminar el proceso
pendiente, mediante la transacción celebrada conforme a
las disposiciones del Código Civil. Celebrada la
transacción en el juicio, el Juez la homologará si versare
sobre materias en las cuales no estén prohibidas las
transacciones, sin lo cual no podrá procederse a su
ejecución.".
Al respecto, observa ésta Sala que la transacción es un
contrato por el cual las partes, en virtud de recíprocas
concesiones ponen fin al litigio pendiente antes del
pronunciamiento definitivo del juez en el juicio, es decir,
tiene entre las partes la misma fuerza que la cosa
juzgada y procede su ejecución sin más declaratoria
judicial.
En nuestro ordenamiento jurídico se establecen diversos
requisitos para la validez de la transacción, cuya
inobservancia podría configurar causales que el Código
Civil sanciona con la nulidad. Asimismo, como todo
contrato la transacción está sometida a las condiciones
de validez de éstos, especialmente las que se refieren a
la capacidad para disponer de las cosas comprendidas

D O S
en la transacción, así como el haberse dado tal facultad
R VA
SE
expresamente a quienes la realizan con el carácter de

R E
representantes o apoderados en juicio. ... (Omissis)
S
H O
(Pierre, 2000, págs. 303 y 304)
C
D E RE
Siendo, entonces, la transacción un equivalente ideal de la
sentencia definitivamente firme, ella es por su naturaleza, una norma o
mandato jurídico individual y concreto, con fuerza de ley (Art.1.150 C.C.) y
de cosa juzgada entre las partes (Art. 1.718 C.C. y Art.255 C.P.C.) y por
su función autocompositiva, es declaratoria de derecho, cuando las
recíprocas concesiones versan sobre el mismo objeto de la litis (consensu
in idem), o constitutiva de derechos, si las recíprocas concesiones
constituyen, modifican o extinguen una relación diversa de aquella que
era objeto de la litis. (Rengel, 1987, Págs. 330 al 333).

La transacción necesita de muchos análisis y estudios para lograr


una verdadera institución jurídica que aporte soluciones, las cuales
reflejen la intención de resolver conflictos judiciales, sin el menoscabo de

19
los intereses de las partes, las cuales no pacten en condiciones
desventajosas y que tengan los conocimientos de cuales son sus
derechos y hasta donde transigir en ellos; las concesiones recíprocas son
equitativas, que la necesidad no supere a la justicia, y que cada parte
conozca el alcance y la naturaleza jurídica de la transacción que están
celebrando.

La diversidad de decisiones de los Tribunales de la República con


ocasión de la interpretación dada a los modos de terminar un proceso
distinto a la sentencia, ha sido motivo para realizar una investigación
doctrinaria y jurisprudencial acerca de este aspecto.

Es cierto que se han realizado algunas recopilaciones de autores


que han escrito obras de derecho civil o procesal civil y, dentro de las
mismas, dedican algún capítulo a la transacción, lo cual también

O S
contribuye a esclarecer dudas cuando se indaga sobre el particular.
D
R VA
R E SE
H O S
Ahora bien, por evidentes razones de conveniencia social, el

E C
DERlas controversias que puedan surgir entre las personas
Estado se ha reservado la facultad de resolver, por medio de los órganos
jurisdiccionales
integrantes de la comunidad, ya sean éstas naturales o jurídicas.

Sin embargo, es incuestionablemente evidente que ésta función no


ha podido ser cumplida por el Estado en forma satisfactoria en virtud de
que a ellos se ha opuesto diversos factores, entre los cuales cabe
destacar los siguientes: lo dispendioso e impráctico de los mecanismos
procesales destinados a poner en movimiento los órganos jurisdiccionales
con la finalidad de obtener la actualización del derecho; los altos costos
derivados, en parte de la aplicación de leyes, de arancel judicial y en
parte, de la utilización de profesionales del derecho; además de hacer
incierto el resultado por lo largo de la espera contribuye a crear un
ambiente de temor ante la factibilidad de no obtener la solución deseada.

20
Ante tal situación, no puede resultar extraño que quienes se vean
envueltos en una controversia procuren, convirtiéndose en jueces de su
propia causa, resolverla mediante un acuerdo privado, el cual, si bien les
impone el tener que hacer sacrificios en sus derechos reclamados, les
concede a cambio el beneficio de la rápida solución, evitándose los sin
sabores del litigio y disminuyendo el riesgo de una pérdida mayor, sin
dejar de lado la tranquilidad en el desenvolvimiento de sus actividades
normales, así como el alejarse de las consecuencias propias de sostener
y alimentar posiciones opuestas.

Pero ésta intervención privada, destinada en parte a lograr ese


interés social que encuentra su cabal expresión en la tranquilidad
ciudadana, no podría ser extraña al ordenamiento jurídico, y es por ello
que el Código Civil Venezolano le dedica un grupo de normas a su

O S
regulación, las cuales comienzan por darle una configuración contractual
D
R VA
SE
específica, señalan luego sus efectos y concluyen determinando
supuestos de nulidad.
S R E
C H O
DE
En
RE
tal sentido, la presente investigación pretende analizar, las
normas reguladoras de la transacción y su adecuación con la realidad
actual, estableciendo un análisis de su contenido, su naturaleza jurídica,
pero sobre todo del alcance derivado de la aplicación de ésta figura
jurídica, entre los particulares.

Formulación del Problema

En atención al planteamiento expuesto en líneas anteriores, se


considera formulado el problema de la siguiente manera: ¿Cuál es la
naturaleza jurídica y el alcance del Contrato de Transacción contenido en
el Ordenamiento Jurídico Venezolano Vigente?

21
Objetivos de la Investigación

Objetivo General

 Determinar la naturaleza jurídica y el alcance del Contrato de


Transacción en el Ordenamiento Jurídico Venezolano Vigente.

Objetivos Específicos

 Establecer la naturaleza jurídica del Contrato de Transacción en el


Ordenamiento Jurídico Venezolano Vigente.
 Analizar el alcance del Contrato de Transacción en el
Ordenamiento Jurídico Venezolano Vigente.
 Describir el procedimiento contenido en el Código de
Procedimiento Civil Venezolano con respecto al Contrato de Transacción
en el Ordenamiento Jurídico Venezolano Vigente.
D O S
R VA
R E SE
H O S
Justificación de la Investigación

RE C
D E
El presente estudio contribuye al conocimiento teórico-práctico de
la transacción en materia civil, donde se verifican y aportan aspectos
sobre la naturaleza y el alcance de la transacción en el ordenamiento
jurídico civil venezolano, las cuales son fenómenos sociales, jurídicos y
culturales que trasciende de los individuos intervinientes en la misma, por
tal motivo poseen una estructura compleja.

Prescribe entonces una faceta normativa, al mismo tiempo que una


faceta fáctica en su desarrollo, donde al pretender dar una visión integral
de la realidad, la cual constituye un convenio de recíprocas concesiones,
no se puede prescindir de ninguno de los dos aspectos, surgiendo de la
necesidad de aplicar la norma a la resolución de conflictos.

22
Por otra parte, la naturaleza de las normas rectoras del acto
transacción tiene un carácter general, abstracto, reclama imperiosamente
la necesidad de procedimientos técnicos apropiados que posibiliten la
adecuación de la misma a los casos concretos y particulares que se
someten a la consideración del intérprete, particularmente del funcionario
judicial y las partes intervinientes en la transacción que deben
recíprocamente conceder.
Cabe destacar, que se deja abierta la posibilidad de nuevos
estudios por lo importante y trascendental del tema tratado, sirviendo este
como apoyo técnico-práctico en la realización de otras investigaciones
que pudieran desprenderse de ésta.

Finalmente, la transacción, como fenómeno social; su


razonamiento jurídico no se puede encontrar únicamente en la norma,
sino en el mundo en que vive dicha norma. Sería infantil pretender que

O S
con ésta investigación se agota el tema expuesto, es bien sabido que los
D
R VA
SE
actos jurídicos no son fosilizados, no es algo estático, muy por el

S R E
contrario, es movimiento constante, de cambios sociales, del quehacer de

C H O
RE
los hombres, de las relaciones humanas, el hacer de los pueblos, y en
de E
general D la vida en sociedad.

Delimitación de la Investigación

La presente investigación se llevará a cabo en la ciudad de


Maracaibo del Estado Zulia, durante el período comprendido desde Enero
de 2.009 hasta Julio de 2.009, concretamente en el área de Derecho Civil
y Procesal Civil, a luz de lo señalado en el Código Civil de Venezuela
publicado en Gaceta Oficial Extraordinaria Nº. 2.990 de fecha 26 de Julio
de 1.982 y en el Código de Procedimiento Civil de Venezuela publicado
en Gaceta Oficial Nº. 4.209 de fecha 18 de Septiembre de 1.990 en la
doctrina más reconocida en la materia y en las decisiones emanadas de
los órganos jurisdiccionales y administrativos con competencia en la
materia.

23
CAPÍTULO II:

D O S
E RVA
RESTEÓRICO
MARCO
S
CH O
E
DER

24
CAPÍTULO II
MARCO TEÓRICO

Antecedentes de la Investigación

En la presente investigación se tomarán como antecedentes a la


misma, una serie de Trabajos Especiales de Grados, presentados por
diversas personas egresadas de distintas Instituciones Académicas, del
país, de países extranjeros, así como de la localidad, las cuales en sus
respectivas oportunidades abordaron temas relacionados con la
Naturaleza del Contrato de Transacción en el Ordenamiento Jurídico
Venezolano, que servirán como fundamento teórico para desarrollar los
objetivos formulados.

En primer lugar, se seleccionó la investigación de Gobetti (2002)


titulada “La sentencia definitiva en el Derecho Procesal Civil Argentino”. El

D O S
propósito de ésta investigación fue estudiar la sentencia definitiva en el

E R VA utilizado fue el
ESdiseño bibliográfico, utilizando el
Proceso Civil Argentino. El tipo de investigación

O S R
H
documental, analítico descriptivo, con

R E C
D E
método de observación documental, y la técnica de análisis de contenido.

En éste trabajo, se explicó en su marco teórico, toda la parte


conceptual, legal y doctrinaria de la sentencia como forma normal de
terminación del proceso, lo que conduce además a explicar otras formas
de terminación del proceso, como las extraordinarias o formas anormales,
entre éstas últimas, se encontraba la transacción; explicándose en el
marco teórico todo lo relativo a la transacción, del cual se infiere que las
partes mediante este modo conclusivo especial, hacen concesiones
recíprocas sobre algún asunto dudoso o litigioso, evitan el pleito que
podría promoverse o finalizando el ya iniciado.

Con las concesiones recíprocas también se pueden crear, regular,


modificar o extinguir relaciones diversas de aquellas que han constituido

25
el objeto de la controversia entre las partes. La transacción tiene el valor
de cosa juzgada; y así mismo se encuentra establecido en los artículos
1713 y 1718 del Código Civil Venezolano, mediante los cuales logramos
identificar y vincular dicha investigación con las disposiciones de nuestro
Ordenamiento Jurídico.

Otro trabajo seleccionado fue el de Silva (2003), titulado


“Obligaciones”. El objetivo general de ésta investigación fue analizar los
modos de terminación de las obligaciones: La simple convención extintiva,
la revocación unilateral del contrato, la muerte del deudor o del acreedor
en ciertas obligaciones, la solución o pago, la novación, la compensación,
la condonación o remisión, la confusión, la imposibilidad de ejecución, la
prescripción liberatoria, Plazo extintivo y condición resolutoria, la
resolución judicial, la revocación judicial o acción pauliana, la declaración
judicial de simulación, transacción, declaración judicial de nulidad y la
perención judicial de las acciones procesales.
D O S
R VA
R E SE
H O S
La metodología utilizada fue documental con diseño bibliográfico en

C
RE un análisis sobre los modos de terminación de la
un nivel descriptivo; empleando la técnica del análisis documental. A tal
DEdesarrolla
efecto, Silva
obligación, por lo cual, estudia las figuras que en materia civil extinguen el
proceso. En este sentido, se tomó la parte relativa al convenimiento, la
transacción, la perención de la instancia, que se corresponden a los fines
del estudio propuesto; y ésta es la relación de este antecedente con el
trabajo en desarrollo.

Por otra parte se encontró una investigación titulada: “La


transacción en el proceso civil”, por Toro (2001). Dicha investigación,
destacaba que la transacción, consiste en concesiones, renuncia o
transmisión de derechos, intereses y pretensiones que un adversario
materializa a favor de otro para ponerle fin a un juicio o precaver uno
eventual, por lo que concluye que la transacción es la voluntad de las
partes que están en conflicto.

26
Así mismo, expone que en realidad, más que una renuncia de un
derecho, se renuncia a una esperanza, ya que el derecho sólo es firme,
cuando está acreditado por una sentencia que lo reconozca. En el
desarrollo del estudio, la autora hace una breve exposición sobre los
aspectos generales de la transacción, para ello, señala los conceptos,
características y regulación legal, de este modo de extinción procesal,
para posteriormente explicar su aplicación específicamente en el proceso
civil.

Dado que se explicaron las nociones fundamentales de ésta forma


de extinción especial del proceso, su aplicación en el proceso civil y la
jurisprudencia relacionada con la temática, se considera que el aporte de
ésta investigación para el trabajo, fue precisamente, toda la información
documental especializada, y actualizada obtenida de ese documento, por
cuanto, lo allí planteado constituye también objeto de estudio para la

O S
presente. De manera que todo ese aporte doctrinario, podrá ser aplicado
D
R VA
SE
en el análisis propuesto.

S R E
C H O Bases Teóricas
E
DER
I

Teoría General del Proceso

En la teoría general del proceso se encuentra nociones, principios y


teorías fundamentales para explicar cada una de las categorías de
análisis presentada, que han sido seleccionados para optimizar la
comprensión del tema objeto de estudio.

A tal efecto, en ésta primera parte se expondrá lo referente a la


noción del proceso, fin y partes que intervienen, las teorías sobre la
naturaleza jurídica del proceso, la jurisdicción y competencia, la sentencia

27
como forma normal de terminación del proceso. Y los modos
excepcionales o anormales de terminación del proceso.

Noción de proceso

Explican Bello y Bello (1989, Pág. 188) que etimológicamente la


palabra –proceso- “se deriva del verbo latino procedendo que está
compuesta por el prefijo pro, hacia delante y cedere, caer o llegar lo que
significa el cumplimiento de una serie de actos dirigidos a lograr
determinado objetivo”. La definición de proceso, según los antes citados
autores comprende “la integración de una serie de actos cuya finalidad
fundamental es la de proteger un derecho” (Bello y Bello, 1989, Pág. 187)

En éste mismo orden de ideas, Couture (1981) define el proceso


jurídico como “un cúmulo de actos, su orden temporal, su dinámica, la

O S
forma de desenvolverse” (p.122) Igualmente este autor señala que
D
R VA
SE
comprende “una secuencia o serie de actos que se desenvuelven

S R E
progresivamente, con el objeto de resolver, mediante un juicio de

C H O
E
DER
autoridad, el conflicto sometido a su decisión” (p. 123)

Por su parte Alcalá (1947, Pág. 174) explica la distinción entre


proceso y procedimiento, de la siguiente manera: “hoy ya se admite
generalmente la distinción entre proceso y procedimiento y se afirma que
si bien todo proceso requiere para su desarrollo un procedimiento, no todo
procedimiento es un proceso”.

Devis (1985, Pág. 157) define el proceso como:


“El conjunto de actos coordinados que se ejecutan por ante
los funcionarios competentes del órgano judicial del Estado,
para obtener, mediante la actuación de la ley en un caso
concreto, la declaración, la defensa o la realización coactiva
de los derechos que pretendan tener las personas privadas o
públicas, en vista de su incertidumbre o de su

28
desconocimiento o insatisfacción (en lo civil, laboral o
contencioso administrativo o tributario) o para la investigación,
prevención y regresión de los delitos y las contravenciones
(en materia penal), y para la tutela del orden jurídico y de la
libertad individual y de la dignidad de las personas, en todos
los casos (civiles, penales, penales, etc), Este es el verdadero
proceso.”

Para el autor el proceso jurídico es un método constituido por


etapas que se ejecuta ante el órgano administrativo o jurisdiccional para
lograr obtener el derecho que se pretende, mediante el cumplimiento de la
ley, revestido de certeza y seguridad jurídica como garantías en las
actuaciones y en las resultas.

Fin del proceso y partes que intervienen

D O S
R VA
SE
Con relación al fin del proceso, Bello y Bello (1989) consideran que

S R E
para explicarlo se hace necesario estudiar por un lado, la teoría objetiva,

C H O
RE
la cual considera el proceso en su esencia, y la subjetiva, referida al
enE
procesoD sus resultados prácticos.

Devis (1985) explica que en la concepción objetiva, el fin del


proceso “es la actuación del derecho objetivo en el caso concreto” (p.
158), y para la subjetiva, el fin del proceso “es la tutela de los derechos
subjetivos y de la libertad y de la dignidad humana”. (p.158)

Según lo explican Bello y Bello “consiste en hacer efectivos los


derechos inherentes a la persona cuando son violados, desconocidos o
existe temor de que sean cuestionados” (p.190) No obstante, está teoría
ha sido rechazada por los tratadistas modernos, sufriendo numerosos
reparos, siendo el más notorio, según explican los citados autores “de que

29
es una contradicción al propugnar la tutela de unos derechos que ya
están tutelados en la ley” (p. 196)

No obstante, para Bello y Bello (1989) la doctrina que hoy tiene


mas aceptación es la del derecho objetivo, porque se acerca más a la
realidad, en este punto tan difícil de la concepción del proceso en su fin.

Para Devis (1985, Pág. 158), ”ambos conceptos encierran gran


parte de la verdad, pero no toda: tomados en forma excluyente desvirtúan
la verdadera naturaleza del proceso jurisdiccional, pero si se coordinan
nos dan su verdadera noción.

Ahora bien, con relación a las partes en el proceso expone Devis lo


siguiente:
“Cuando se trata de relaciones procesales el concepto de

O S
parte se refiere a quienes intervinieron en el proceso, sin que
D
R VA
SE
importe la situación en que se encuentren respecto del

S R E
derecho sustancial discutido o por satisfacer y del litigio que

C H O
RE
sobre ese derecho se haya presentado. De ésta suerte, puede
DE
ser parte en el proceso quien no lo será en la relación
sustancial, ni en el litigio quien no lo sea en el proceso”. (p.
323)

Por su parte Bello y Bello señalan que son parte en el juicio “las
personas físicas o jurídicas, que en nombre propio o en cuyo nombre es
solicitada la actuación y el cumplimiento de la ley, también aquellas
personas frente a las que dicha voluntad es requerida (p. 207)

Para Guasp (1956, Pág. 183) las partes son el sujeto activo y el
sujeto pasivo de la pretensión que se hace valer en la demanda judicial.

30
Devis (1989, Pág. 296) hace una distinción entre los sujetos de la
relación jurídica sustancial que debe ser discutida o simplemente declaran
en el proceso (mismos sujetos del litigio) y los sujetos de la relación
jurídica procesal y del proceso. En ese sentido, el citado autor señala lo
siguiente:
“Los primeros son los sujetos titulares, activos y pasivos, del
derecho sustancial o de la situación jurídica sustancial que
debe ventilarse en el proceso (por ejemplo el acreedor y su
deudor, el propietario y el tercero poseedor del bien
reivindicado, el hijo extramatrimonial y el supuesto padre, el
autor del hecho ilícito y la víctima del mismo, etc.). Los
segundos son las personas que intervienen en el proceso
como funcionarios encargados de dirigirlo y dirimirlo (jueces y
magistrados como órganos del Estado) o como partes
(demandantes, demandados, terceros intervinientes,
ministerio público, síndico o imputado. “

Teorías sobre la naturaleza jurídica del proceso

D O S
Explican Bello y Bello, que el estudio de la naturaleza jurídica del

E R VA ha suscitado entre
EEnS tal sentido para una mejor
proceso es uno de los temas que mayores discusiones
R
S
CHOse hace la siguiente síntesis de las teorías.
los cultivadores de la disciplina.
comprensión R delE
DE
proceso
Teoría del contrato, teoría del cuasi contrato, teoría de la relación jurídica,
teoría de la institución jurídica, teoría de los presupuestos procesales.

Teoría del contrato:


Según Bello y Bello (1989, p.192);
“El proceso se tenía como un contrato, que venía a servir de
unión entre los sujetos y el objeto del proceso, ya que las
partes acudían a el mediante previo acuerdo,
comprometiéndose formalmente a acatar la resolución dictada
en el momento oportuno por el órgano jurisdiccional que
previamente habían escogido.“

Ésta teoría fue perfectamente defendible en el viejo Derecho


Romano, donde la relación jurídica material era novada por el proceso,
suposición que en la actualidad es sostenible porque se la estaría

31
construyendo sobre una base de principios de Derecho Privado
incorporados a una institución de Derecho Público y bien a las partes
en ciertos casos acuden al proceso en virtud de mutuo acuerdo, en
otras ocasiones pudo haber negativas, la que no obsta para su debido
desenvolvimiento, y en fin, la ejecución del resultado no descansa en
la voluntad de las partes sino en la fuerza coactiva que al mismo
impone el ordenamiento jurídico.

Teoría del cuasi contrato:


Tiene su fundamento en la existencia de un presunto
consentimiento o en la voluntad unilateral de alguna de las partes.
Para Bello y Bello (1989, p.192), viene a ser como la anterior, lógica
consecuencia de la concepción privatista del proceso, que la
consideraba como producida por el mismo derecho subjetivo, la crítica
mas acertada que puede hacérsele es la de que los vínculos

O S
formativos del proceso descansan en la voluntad de los interesados.
D
R VA
R E SE
H O S
Teoría de la relación jurídica:

E C
ER
Al respecto, explica Couture (1981, p.132) lo siguiente:
D“La doctrina dominante concibe al proceso como una relación
jurídica. El proceso es relación jurídica, es decir, en cuanto varios
sujetos, actúan en vista de la obtención de un fin. Los sujetos son
el actor, el demandado y el juez, sus poderes son las facultades
que la ley confiere para la realización del proceso, su esfera de
actuación es la jurisdicción, el fin es la solución del conflicto de
intereses. Puede afirmarse que la tesis de la relación jurídica
procesal es la que ha contado con más adhesiones en nuestro
tiempo a pesar de ciertas disidencias”.

El argumento de quienes se contraponen a ésta teoría consideran


según explica Couture que es cierto que la sentencia y más
exactamente, en efecto la cosa juzgada, es el fin del proceso, es

32
igualmente cierto que según algunas teorías la sentencia tiene eficacia
de un negocio jurídico material, es decir, la de alterar las relaciones
jurídicas materiales. Pero aún cuando éstas teorías tuviesen
fundamento, en rigor, cabria atribuir a los actos procesales la calidad
de negocio jurídico, más no la de una relación jurídica.

Así para Couture ésta es la proposición más correcta. La idea de


una relación angular era insuficiente, ya que excluye nexos y
ligamentos procesales como el que surge entre las partes con motivo
de la responsabilidad procesal.

Teoría de la institución jurídica:


Guasp (1956), quien es uno de sus mayores defensores, considera
que en el proceso existen verdaderos derechos y deberes jurídicos, y
por lo tanto hay un complejo de actividades relacionadas entre si por el

O S
vínculo de una idea objetiva, a la que figuran adheridas las diversas
D
R VA
SE
voluntades particulares de los sujetos de quienes proviene dicha
actividad.
S R E
C H O
DE
Así
RE
explican Bello y Bello (1989, p.194) que “la institución se
compone de dos elementos el objetivo que está situado por encima de
esas voluntades que se adhieren a la idea para lograr su realización”

Teoría de los presupuestos procesales:


Explican Bello y Bello (1989) que “para lograr una sentencia de
cualquier contenido, ya sea favorable o desfavorable, es necesario
que se den por parte de los interesados en el litigio una serie de
requisitos, tales como el derecho, la legitimación y el interés, los
cuales deberán ser examinados previamente por parte del juez, para
establecer la condicionalidad de lo licitado.”

33
Todas las teorías citadas tienen razón, dependiendo de cada caso en
particular, no obstante, si se trata de los modos especiales de terminación
del proceso, se puede decir en primer lugar, que se produce una relación
triangular, atendiendo a la teoría de la relación jurídica porque éstas o
alguna de ella mediante su actuación (transacción, conciliación,
perención) o de su inacción (desistimiento) deciden terminar el proceso
por alguno de esos modos auto compositivos, sin llegar a la sentencia
entonces aquí, el juez simplemente declara la extinción del proceso, pero
no decide.

En segundo lugar, en el caso de las formas de extinción


relacionadas con la acción o acto de las partes, se podrían ubicar éstas
formas extintivas en la teoría del contrato, porque justamente la
terminación del proceso se da por acuerdo de voluntades, lo cual
constituye un elemento fundamental de los contratos.

D O S
R VA
SE
Jurisdicción y Competencia

S R E
Para Hernández (1958, Pág. 12):

C H O
E
DERdentro de los poderes y atribuciones de la soberanía
“La jurisdicción es el poder genérico de administrar
justicia,
del Estado; mientras que la competencia es precisamente el
modo o manera como se ejerce esa jurisdicción por
circunstancias concretas de materia, cuantía, grado, turno,
territorio imponiéndose por tanto una competencia, por
necesidades de orden práctico. Se considera, entonces, tanto
como la facultad del juez para conocer en un asunto dado,
como también el conflicto que puede existir por razón de
competencia.”

La jurisdicción es el género, mientras que la competencia viene a


ser la especie; todos los jueces tienen jurisdicción, pues tienen el poder
de administrar justicia, pero cada juez tiene competencia para

34
determinados asuntos. Por su parte, Devis (1985) considera que la
jurisdicción, como facultad de administrar justicia incumbe a todos los
jueces y magistrados; es indispensable reglamentar su ejercicio para
distribuirla, en cada rama jurisdiccional, entre los diversos jueces. Y es
ésta la función que desempeña la competencia.

Así, Maltirolo (1906, Pág. 3), define la competencia como “la


facultad que cada juez o magistrado de una rama jurisdiccional tiene, para
ejercer la jurisdicción en determinados asuntos y dentro de cierto
territorio.”

Mientras que, la jurisdicción según Devis (1985, Pág. 134) es:


“El género y la competencia es la especie, ya que por ésta se
le otorga a cada juez el poder de conocer de determinada
porción de asuntos, mientras que la jurisdicción corresponde a

O S
todos los jueces de la respectiva rama, en conjunto, y
D
R VA
Eadministrativo,
comprende todos los asuntos adscritos a ésta (civiles,
E S
penales, laborales,
H SR
contencioso fiscales,
Oellas hay una diferencia cuantitativa y no
E C
DER “
militares, etc.) Entre
cualitativa.

Por otra parte, Couture (1981, Pág. 40) define la jurisdicción de la


siguiente manera:
“Función pública realizada por órganos competentes del
estado con las formas requeridas por la ley, en virtud de la
cual, por acto de juicio, se determina el derecho de las partes,
con el objeto de dirimir sus conflictos y controversias de
relevancia jurídica mediante decisiones con autoridad de cosa
juzgada, eventualmente factibles de ejecución.”

35
La Acción

Según explica Avilez (2003, Pág. 15): “El vocablo acción proviene
del latín actio, que significa ejercer, realizar, el efecto de hacer, posibilidad
de ejecutar alguna cosa”.

En el ámbito jurídico, la palabra ha tenido diversas aceptaciones,


así, se encuentra acción utilizado para referirse a la realización de un
hecho punible, para diferenciar las diversas ramas de derechos, bien
procesal, laboral, penal, de niños y adolescentes, contencioso
administrativo.

Couture (1981, Pág. 58) define la acción como “el poder jurídico
que tiene todo sujeto de derecho de acudir a los órganos jurisdiccionales
para reclamarles la satisfacción de una pretensión.”

D O S
RVA
SE
Para Bacre (2002, Pág. 20)

S R E
“La acción es un derecho público subjetivo mediante el

C H O
E
cual se requiere la intervención del órgano jurisdiccional para

DER
la protección de una pretensión jurídica. Ello es consecuencia
de la prohibición de hacerse justicia por mano propia y de
haber asumido el Estado la función jurisdiccional. Acción y
jurisdicción son conceptos que se corresponden y llevados a
un último análisis, podría decirse que: la acción es el derecho
a la jurisdicción.”

La Excepción

Explica Couture (1981, Pág. 89) que en su más amplio significado,


la excepción “es el poder jurídico de que se halla investido el demandado,
el cual le habilita para oponerse a la acción promovida contra el.”

Para Avilez (2003, Pág. 12)


“El derecho de contradicción es el mismo derecho de
acción en negativo, lo que es llamado la excepción, es decir,

36
otorgada al demandado. El derecho de contradicción es aquel
que pertenece a todo sujeto, bien sea persona natural o
jurídica, por el simple hecho de ser accionado o demandado,
o bien por el hecho de ser imputado por la comisión de un
hecho punible, mediante el cual, se defiende de las
pretensiones o imputaciones (excepción). Este derecho es
una emanación del derecho constitucional de la defensa que
debe reina en todo proceso legal.

De ésta manera, el derecho de contradicción al igual


que el derecho de acción, se fundamenta en un interés
general, dado que no mira en específico la defensa del
demandado o imputado sino el interés público, respecto a los
principios constitucionales de no poder ser juzgado sin antes
ser oído, sin darle los medios adecuados para su defensa, en

O S
el plano de igualdad de oportunidades y derechos, y el que
D
R VA
SE
niega el derecho de hacer justicia por su propia mano.”

S R E
C H O
E
DER
La Sentencia como forma normal de terminación del proceso

Couture (1981, Pág. 277) explica el vocablo sentencia sirve para


denotar, al mismo tiempo, un acto jurídico procesal, y el documento en
que el se consigna. Así, señala el citado autor que como acto “la
sentencia es aquel que emana de los agentes de la jurisdicción y
mediante el cual deciden la causa o punto sometido a su conocimiento; y
como documento es la pieza escrita emanada del tribunal que contiene el
texto de la decisión emitida.”

Por su parte Devis (1985, Pág. 457) define la sentencia como “el
acto por el cual el juez cumple la obligación jurisdiccional derivada de la
acción y del derecho de contradicción de resolver sobre las pretensiones
del demandante y las excepciones de merito o fondo del demandado.”

37
Fraga (1996, Pág. 27) explica que “es la sentencia definitiva el
acto por medio del cual, el proceso culmina en forma natural, esto es,
mediante el cual se decide la causa o la controversia sometida al
conocimiento de la jurisdicción.”

Rengel (1992, Pág. 150) considera a la sentencia un acto procesal


del juez, y en ese sentido para este autor “son las providencias que
resuelven el mérito de la causa, acogiendo o rechazando la pretensión del
demandante, o bien un punto o cuestión incidental surgida en el curso del
proceso.”

Modos especiales, excepcionales o anormales de terminación del


proceso

O S
Couture (1981, Pág. 206) incorpora los modos especiales de
D
R VA
SE
extinción a los actos de disposición de las partes, a tal efecto, señala, que

S R E
los actos de éstas, tienen por fin obtener la satisfacción de sus

C H O
E
ERcompositivo,
pretensiones (terminando el proceso, sea a través de una sentencia o de
Dauto
un modo como forma especial de extinción del mismo).
En éste sentido, opina el citado autor que se hace necesario hacer
algunas distinciones por lo cual corresponde diferenciar los actos de
obtención y los actos dispositivos de las partes.

Los primeros señala Couture (1981, Pág. 206) “tienden a lograr del
tribunal la satisfacción de la pretensión hecha valer en el proceso, es
decir, actos de petición, actos de afirmación, y actos de prueba, con el
propósito de llegar a la sentencia; los segundos, “tienen por objeto, crear,
modificar o extinguir situaciones procesales.”

Entonces existe disposición del derecho, según éste autor,


mediante: Transacción, Desistimiento, Conciliación, porque constituyen

38
modos de terminación del proceso, por acto de las partes, distinto a la
sentencia.

Por su parte, explica Devis (1985, Pág. 573) que “el modo ordinario
de terminar la relación procesal es la sentencia. Sin embargo, existen
otros actos que producen el mismo resultado, aunque son de naturaleza
distinta y alguno de ellos tienen efectos diferentes.”

Lo anterior implica entonces que además de la sentencia las partes


pueden acordar formas especiales, excepcionales o anómalas de
terminación del proceso, a los fines de culminar con el proceso y
solucionar la disputa en forma más expedita. Estos, constituyen por lo
tanto, modos de extinción distintos a la sentencia, previsto en la ley.

Así, éstas formas de auto composición procesal son: el

O S
convenimiento, el desistimiento, la perención, y la transacción, la cual es
D
R VA
SE
el punto focal de ésta investigación.

S R E
C H O
E
DER
Diferencias entre la Transacción y Otras Instituciones Jurídicas

Podría confundirse la transacción con otros actos jurídicos que


celebren las partes, bien sea, como dice Aguilar (1997, Pág. 481), para
obtener los efectos específicos de la transacción o para excluirlos. Así
suelen calificarse de transacciones “negocios jurídicos de otra índole
(participaciones, compromisos, préstamos, etc.) o a la inversa, atribuyen a
verdaderas transacciones otra calificación jurídica (remisión de deuda,
liquidación de cuentas, donación, etc.”

De acuerdo al comentario precedente, se señalan a continuación


las diferencias existentes entre la transacción y las instituciones jurídicas
que guardan alguna similitud y, por ende, son motivo de confusión.

39
Compromiso
Ha sido llamado transacción impropiamente por su semejanza,
pero las diferencias son substanciales. En efecto, el compromiso y
la transacción tienen como presupuesto fundamental, eliminar el
proceso judicial sobre un asunto preexistente entre las partes; pero
mientras la transacción supone recíprocas concesiones que se
hacen las partes, en el compromiso las partes se obligan a someter
a árbitros las cuestiones que han surgido entre ellos o que puedan
presentarse. El juicio continuará enmarcado dentro de las reglas
que estipulen las partes.

Otra diferencia es que el compromiso surge generalmente como


consecuencia de un contrato principal que han celebrado las partes
y las controversias se determinan de modo particular o general. La
transacción presenta como característica la accesoriedad.

D O S
R VA
SE
Desistimiento

S R E
Ésta figura consiste en abandonar el derecho presunto que

C H O
E
DER El actor inicia un juicio y posteriormente lo abandona
tiene la parte o dejar de ejecutar el intento que se había
comenzado.
mediante escrito dirigido al Juez, comunicándole su deseo de no
continuar la controversia.

Existen en nuestro ordenamiento jurídico dos formas de


desistir en un juicio, a saber:
Cuando se desiste del procedimiento, la acción permanece
intacta y podrá proponerse nuevamente el juicio ante el Tribunal
competente pasado el lapso de noventa días establecido en el
artículo 266 del Código de Procedimiento Civil Venezolano.

Ahora bien, si se desiste de la acción y del procedimiento, se


está renunciando al derecho que se tiene o pretende sobre lo

40
discutido. Como se observa, en el desistimiento no se dan las
concesiones recíprocas, ni hay la aceptación expresa cuando se
refiera a la acción.

La transacción, por el contrario, exige las mutuas


concesiones que confirman la voluntad manifiesta de las partes
para terminar un litigio o precaver uno eventual.

Convenimiento
Mientras en la transacción se suceden las recíprocas
concesiones entre las partes, en el convenimiento el demandado
acepta los términos de la demanda y hasta propone arreglos que
bien pueden ser aceptados por el actor. Es decir, el convenimiento
presupone un acto unilateral del demandado que escapa a la
posición del demandante, ya que éste no puede rebatir la
aceptación de aquel a los términos de la demanda.
D O S
R VA
R E SE
H O S
En cambio la transacción, es un contrato bilateral celebrado

E C
DER
entre personas que tienen una controversia, originándose bien por
efecto de un juicio o a través de un instrumento que contiene las
estipulaciones acordadas sobre los derechos que se discuten.

Sentencia
La transacción carece de la fuerza ejecutoria de la sentencia,
por cuanto es una convención entre los sujetos de la litis. Sin
embargo, al ser homologada por el Juez, deberá entenderse que
produce ejecutoria. Por otra parte la sentencia es declarativa o
constitutiva de derechos, mientras que la transacción reconoce una
situación jurídica incierta a la que las partes atribuyen certeza, aun
cuando la transacción pueda ser igualmente declarativa o
constitutiva de derechos.

41
Mazeaud (1962, Pág. 633) dice que:
“Una y otra le ponen término a una controversia, ambas
son actos declarativos; sin embargo, ni la una, ni la otra
son oponibles a los terceros; su efecto es relativo. La
transacción es un contrato y no un acto de la autoridad
pública. De ello resulta que no tiene fuerza ejecutoria,
salvo que se acredite en un documento auténtico.
Igualmente no puede ser afectada por vías de recurso
judicial: no es susceptible de ser impugnada sino por la
acción de nulidad.”

Otra diferencia entre la transacción y la sentencia, es la


forma de cada una: mientras en la transacción los sujetos jurídicos
redactan de mutuo acuerdo las estipulaciones que la contienen, en

O S
la sentencia se distinguen las partes narrativa, motiva y dispositiva
D
R VA
SE
que determinan la conclusión a la que ha llegado el juzgador.

S R E
C H ORemisión de la Deuda
RE Messineo (1965, Pág. 214) que la transacción se
DEApunta
distingue de la remisión de la deuda (aún cuando ésta última tenga
lugar contractualmente), por el hecho de que, en la transacción,
hay remisión, pero de ambas partes, o sea en los dos sentidos;
mientras la remisión opera solamente en un sentido (del acreedor
frente al deudor); además, la transacción es un contrato a título
oneroso, mientras que la remisión se hace a título gratuito.”

42
II

El Contrato de Transacción

Definición

De acuerdo al léxico utilizado corrientemente, transar es acordar


sobre un punto discutido, o bien se refiere a operaciones mercantiles o
bursátiles. La Real Academia de la Lengua define “transigir” como
“consentir en parte con lo que no se cree justo, razonable o verdadero a
fin de llegar a un ajuste o concordia, evitar algún mal, o por mero espíritu
de condescendencia”.

Desde el punto de vista jurídico, Osorio (1970, Pág. 759) define la


transacción como: “el acto jurídico bilateral por el cual las partes,
haciéndose concesiones recíprocas, extinguen obligaciones litigiosas o

S
dudosas”.

A D O
E R V
De manera general,
S
RE legales y en todas ellas, con
las diversas legislaciones definen
la

O S
H como Austria donde la califican como “acto
transacción dentro de sus disposiciones
excepción deR E Cpocas
DE
unas
jurídico”, la transacción es definida como un contrato sometido a todos los
requisitos exigidos para ellos: capacidad, objeto, causa. Así aparece en la
mayoría de los distintos Códigos Civiles de Latinoamérica y en casi todos
los Códigos Europeos.

Con la misma orientación la mayoría de los autores definen la


transacción, aunque admiten que como acto jurídico tendría un ámbito
más amplio que como contrato y sería un modo de extinción de las
obligaciones.

Con respecto a esto, Ricci (1978, Pág. 205) la define como “un
contrato por el cual las partes, dando, prometiendo o conservando alguna
cosa, ponen fin a un litigio ya comenzado o previenen uno que pueda
surgir”

43
Por su parte, Hedemann (1958, Pág. 481) considera que la
transacción “presupone, otra relación jurídica. Pero sobre ésta última
existe discordancia o inseguridad, añadiéndose entonces como segunda
relación, la transacción: en la cual, cada una de las partes abandona
parcialmente sus expectativas y pretensiones, y en vista de esas
recíprocas concesiones la transacción se lleva a cabo como un contrato
obligacional”.

En las definiciones anteriores se hace evidente que aún cuando


ambos autores conceptualizan la transacción de manera diferente,
coinciden en el propósito perseguido con la figura jurídica. Igual que ellos,
los demás autores también concluyen señalando como característica
inherente a la transacción, la renuncia de derechos y la creación de
obligaciones. Es el modo de apreciar subjetivamente los resultados de un
juicio iniciado o la objetividad observada en la precaución que se tiene
para evitar el litigio. En tal duda, las partes dan seguridad a una situación,

D O S
VA
mediante la celebración de la transacción.

E S ER
O S Ren el artículo 1.713 del Código Civil
CH es un contrato por el cual las partes,
Conforme a lo dispuesto
“laE
Venezolano, R
DE
transacción
mediante recíprocas concesiones, terminan un litigio pendiente o
precaven un litigio eventual”.

Ésta definición es concordante con la que nos ofrece el artículo


1.965 del Código Civil Italiano de 1.942, según la cual “la transacción es
un contrato por el cual, las partes, haciéndose recíprocas concesiones,
ponen fin a una litis ya comenzada, o previenen otra que puede surgir
entre ellas. Con las recíprocas concesiones se pueden crear, modificar o
extinguir incluso relaciones diversas de aquella que ha formado el objeto
de la pretensión y de la contestación de las partes”.

A su vez es concordante con la disposición contenida en el artículo


1.710 del Código Civil Portugués, esto es, que “la transacción es un

44
contrato por el cual los contratantes previenen o terminan un pleito,
cediendo uno de ellos o ambas partes de sus pretensiones, o
prometiendo uno al otro alguna cosa en trueque del reconocimiento del
derecho discutido”

Disposición similar con la que proporciona el artículo 832 del


Código Civil Argentino, para el cual “la transacción es un acto jurídico,
bilateral, por el cual las partes, haciéndose recíprocas concesiones,
extinguen obligaciones litigiosas o dudosas”.

Como también es concordante con el artículo 2.147 del Código


Civil Uruguayo, el cual la define diciendo que “la transacción es un
contrato por el cual, haciendo recíprocas concesiones terminan los
contrayentes un litigio pendiente o precaven un litigio eventual”; y con la
del artículo 2.094 del Código Civil mexicano, para el cual “la transacción

O S
es un contrato por el cual, las partes, haciéndose recíprocas concesiones,
D
R VA
SE
terminan una controversia presente o previenen la futura”.

S R E
C H O
ER E
Difiere en cambio en su texto con la definición establecida en el
artículo D
1.809 del Código Civil Español, el cual expresa: “la transacción es
un contrato por el cual, las partes, dando, prometiendo o reteniendo cada
una alguna cosa, evitan la provocación de un pleito o ponen término al
que había comenzado”.

A su vez, difiere con la disposición contenida en el artículo 2.044


del Código Civil Francés ““la transacción es un contrato por el cual, las
partes terminan un pleito iniciado o previenen el que va a promoverse”.

Como también con el artículo 779 del Código Civil Alemán, el cual
reza: “el contrato por el cual se pone fin a la diferencia o incertidumbre de
las partes sobre un negocio jurídico, mediante concesiones recíprocas
(transacción), es nulo, si el estado de las cosas tomado como base

45
respecto al contenido del contrato, no responde a la realidad, y que, de
haberse conocido el estado real, la diferencia o incertidumbre no se
hubiesen producido. A la incertidumbre del negocio jurídico se ha de
asimilar la incertidumbre de la relación de un derecho”.

Cabe destacar que no obstante éstas diferencias terminológicas, es


decir, éstas diferencias de lenguaje, tanto, la doctrina como la
jurisprudencia de cada país le ha otorgado un sentido y alcance similar, si
no idéntico, a la institución.

Elementos del Contrato de Transacción

Elementos Generales

Al igual que todo contrato, la transacción requiere del

O S
consentimiento, el objeto y de la causa para su existencia, cuyo
D
R VA
SE
estudio corresponde lógicamente a la doctrina general del contrato,

S R E
no sólo porque al hacer su regulación especial, el legislador no ha

C H O
E
DERla estructura contractual de la transacción.
dictado normas concretas sobre la materia, sino porque no es
diferente

El Consentimiento
El sólo hecho de que las partes se propongan finalizar un
litigio pendiente o precaver uno eventual, es suficiente para admitir
la existencia del consentimiento porque ello es indispensable una
manifestación de voluntades concordantes sobre dicho objetivo. Al
exigir el legislador las recíprocas concesiones, es a su vez requisito
fundamental el que las partes se acuerden en cuanto a dichas
concesiones, es decir, que debe existir un concierto de voluntades
de las partes, con lo cual se configura el consentimiento.

46
El Objeto
Según lo dispuesto en el único aparte del artículo 1.966 del
Código Civil Italiano, “la transacción es nula si tales derechos (los
que forman su objeto), por su naturaleza o por disposición de la ley,
son sustraídos a la disponibilidad de las partes”. Ésta norma, si
bien no se encuentra expresamente consagrada en nuestra
legislación positiva, es igualmente aplicable a tenor de lo dispuesto
en los artículos 1.155 y 1.156 del Código Civil Venezolano.

En efecto conforme al primero, el objeto de los contratos


debe ser posible, lícito, determinado o determinable, quedando
sustraídos a la disponibilidad de las partes aquellos bienes o
derechos que se encuentren fuera del ámbito de estos requisitos.

Por el segundo se admite celebrar el contrato sobre cosas

O S
futuras, como sería el caso de un derecho sobre una cosa aún no
D
R VA
SE
existente, pero se niega el derecho a renunciar a una sucesión aún

S R E
no abierta, con lo cual se sustrae éste derecho a la disponibilidad

C H O
E
DER
de los contratantes por disposición de la ley.

En éste contrato es necesario que haya la disponibilidad de


los derechos sobre los cuales se transige. Éste requerimiento
supone que no podrá transigirse sobre aquellos derechos
considerados inalienables, como por ejemplo, los atinentes a la
persona en sí misma o los referidos a alimentos.

Podrá recaer sobre las cosas que estén en el comercio o


sobre hechos lícitos, de acuerdo con las buenas costumbres, y que
sean posibles además de no violentar el orden moral y no vaya en
perjuicio de terceros. Es decir, todas aquellas cosas y derechos
que estén en el comercio y sobre las cuales existe duda o sea
parte de un juicio, siempre y cuando las partes tengan el poder de

47
disposición que les permita realizar el contrato. Excluyendo
aquellos casos prohibidos, todos los demás derechos pueden
constituir el objeto de la transacción, aún cuando la misma se
sujete a condiciones.

Gasperi (1964, Pág. 318) anota acertadamente que:


“La transacción por su objeto no escapa a las reglas
generales relativas al objeto de los actos jurídicos y de
los contratos. De ésta suerte, las prestaciones
obligatorias nacidas de ellas, deben reunir los
requisitos de su determinación, de su posibilidad y de
su libertad o licitud y de su valor patrimonial o
económico”

Es así como el objeto de la transacción está estrechamente

O S
ligado con la capacidad para disponer, cuya ausencia determinará
D
R VA
SE
la nulidad de la transacción. La doctrina en general considera que

S R E
si faltare el poder de disposición no habría invalidez sino ineficacia

C H O
REquien realmente pueda disponer de la cosa o el derecho.
de la transacción, salvo la confirmación o ratificación que pueda ser
DEpor
hecha

Es decir, que no debe confundirse la capacidad para


disponer con el poder de disposición. En este sentido Messineo
(1965, Pág. 211) considera que “la capacidad de disponer está en
el sujeto que transige. Objeto de la transacción puede ser toda
relación jurídica patrimonial a excepción de los derechos
indisponibles.”

De ésta manera, se puede afirmar que, en principio la


transacción puede recaer sobre cualquier litigio pendiente o
eventual, como lo destaca Planiol (1986, Pág. 933): “ya se
contraiga a la existencia de cualquier derecho, a sus modalidades,

48
a su validez o su extensión, pero siempre con la condición de que
dicho objeto se encuentre en el comercio.”

La Causa
Señala Marin (1998, Pág. 239) “la causa como elemento del
contrato se relaciona directamente con el por qué del contrato, con
la utilidad social que pretende derivarse en concreto de cada
contrato, con el fin económico-social que se aspira a obtener y con
la protección que dicho fin o utilidad recibe del ordenamiento
jurídico y que sólo en este sentido será que podremos hablar de
causa en los contratos”.

Conjuntamente Valsecchi (1954, Pág. 190) expresa: “la


causa ésta constituida por la extinción del litigio pendiente o la
precaución del litigio eventual a través de recíprocas concesiones,

O S
porque este es el fin económico-social que las partes aspiran y al
D
R VA
SE
cual el ordenamiento jurídico brinda protección.”

S R E
C H O
E
DEElRartículo 1.714
Capacidad
del Código Civil Venezolano establece:
“para transigir se necesita tener capacidad para disponer de las
cosas comprendidas en la transacción”.

Camacho (1989, Pág. 271) expresa: “resulta que para


celebrar el contrato de transacción es preciso que las partes tengan
la capacidad general para contratar y, además, que estén
legitimadas para disponer de las cosas comprendidas en la
transacción”. Por tanto, ninguna categoría de incapaces, ni
absolutos, ni relativos, pueden transigir válidamente sin que su falta
de capacidad sea cubierta o se complete su insuficiencia.

49
Por último, se puede decir, que como en todo contrato, en la
transacción se requiere la legitimación para realizar el acto. Si
faltare el elemento capacidad, entendida como el atributo de la
persona para actuar, el acto o contrato carecería de validez.
Partiendo de ésta premisa, se distinguen dos tipos de capacidad:
de hecho o estado de la persona para actuar por sí mismo, y la
capacidad de disponer o facultad de disposición, denominada
también capacidad de derecho.

Capacidad de Obrar o de Hecho


Es la facultad que tiene el sujeto para actuar por si
mismo en las relaciones jurídicas que pudieran
presentársele. Anteriormente se expuso que para la validez
de la transacción, se requiere que las partes no sean
incapaces para contratar. Éste principio general está

O S
consagrado en el artículo 1.143 del Código Civil Venezolano
D
R VA
SE
el cual dispone: “pueden, contratar todas las personas que

S R E
no estuvieren declaradas incapaces por la ley.” La

C H O
REson incapaces los menores, entredichos, inhabilitados y
disposición siguiente de éste cuerpo normativo establece
DEque
cualesquiera otras personas a quienes la ley les niega la
facultad de celebrar determinados contratos.

Dominici (1980, Pág. 143) expresa que hay necesidad


de distinguir entre la capacidad para transigir y el poder para
transigir. “La capacidad se refiere a la persona misma; el
poder a las facultades de que está investido el que la
representa. Y de allí consecuencias muy importantes,
porque si la transacción ha sido hecha por una persona
incapaz, el acto existe mientras no se reclame y rescisión; y
debe reputarse inexistente, si ha sido celebrada por una
persona que no tenía poder para transigir, sin necesidad de

50
proponer acción de nulidad o, mejor dicho, de que haya
declaratoria de nulidad.”

Una sentencia del Juzgado Superior Tercero del


Distrito Federal y Estado Miranda de fecha 22 de Julio de
1985, relacionada con la nulidad de la transacción y a la cual
puede aplicarse el caso de análisis, sostiene:
“Es cierto que conforme al artículo 1.718 del Código
Civil, la transacción goza de la autoridad de la cosa
juzgada cuando ha quedado definitivamente firme, es
decir, cuando se hace intangible, o sea, cuando ya no
es susceptible de admitir recurso alguno contra ella.
Esto es así porque como se ha expresado, la
transacción es un contrato y como tal el Código Civil al
regularlo establece diversas causales por las cuales se

O S
hace procedente su nulidad, como son los casos
D
R VA
SE
específicos establecidos en los artículos 1.719, 1.720,

S R E
1.1721, 1.722 y 1.723. Pero aparte de estos supuestos,

C H O
RE de invalidez
la transacción puede quedar comprendida en alguna
DEcausa relativa a la generalidad de los
contratos, como es el caso expresado en el artículo
1.147 en el sentido de que al faltar uno de los
elementos esenciales, el contrato es nulo. Pero es más,
la falta de consentimiento apareja igualmente, en este
caso, la falta de causa del contrato, puesto que ésta no
es más que la razón inmediata y directa que impulsa a
una persona a contratar, es decir a obligarse en un
contrato.

Por consiguiente, si esa persona no fue parte en la


convención (…) carece de causa y de conformidad con
el artículo 1.157 del Código Civil (…) tal transacción no

51
tiene efecto alguno, por ser nula de nulidad absoluta.”
(Ramírez y Garay, 1985, Pág. 46)

Elementos Esenciales

Para que la transacción sea considerada como tal, no es


suficiente con darle fisonomía de un contrato, sino que además
deben concurrir los requisitos que la ley exige en cuanto a su
tipicidad.

Incertidumbre
Ésta debe ser objetiva, ya que es indispensable que el
contratante realmente dude de lo que le corresponde; la existencia
de su derecho, de tal manera que si con posterioridad pudiera
llegarse a probar que se tenía razón, la transacción sería
impugnable.
D O S
R VA
R E SE
H O S
A su vez debe ser subjetiva, ya que sólo se requiere que ella

E C
DER del contrato, es decir, que exista como fundamento de
exista en la mente de los contratantes al momento de la
celebración
sus pretensiones, independientemente de su mayor o menor grado,
y de ahí que la transacción no será menos válida por el sólo hecho
de que alguno de los contratantes tuviera la convicción de obtener
éxito en la controversia.

Éste último criterio rige en la doctrina alemana según la


opinión de Enneccerus (1961, Pág. 511), para quien “no es
menester la incertidumbre objetiva, porque cabe también transigir
sobre derechos inciertos únicamente desde el punto de vista
subjetivo.”

52
Recíprocas Concesiones
Se refieren al mutuo sacrificio de las partes en relación con
sus pretensiones, en la recíproca renuncia a sus derechos
inciertos, los cuales pueden o no existir.

El artículo 1.713 del Código Civil Venezolano, exige como


requisito fundamental de la transacción el que las partes
convengan mediante el otorgamiento de recíprocas concesiones,
para componer la controversia.

La doctrina estima que por recíprocas concesiones se ha de


entender el que una parte sacrifica el derecho afirmado con la
pretensión o negación.

Así pues según Carnelutti (1936, Pág. 114), las recíprocas

O S
concesiones significan sacrificio de las pretensiones aducidas por
D
R VA
SE
las partes en la controversia o, si se quiere, de los derechos por las
mismas alegados.
S R E
C H O
E
DERPendiente y Eventual
Litigio
Bello y Bello (1989, Pág. 5) sostienen que “el litigio es un
conflicto de interés de trascendencia jurídica que viene a ser hecho
patente en razón o virtud de las opuestas pretensiones de las
partes.”

Así planteada la cuestión, el litigio, sea pendiente o eventual,


es siempre un conflicto de intereses con trascendencia jurídica,
siendo éste, por tanto, el significado que hay que atribuirle al
artículo 1.713 del Código Civil Venezolano que reza: “La
transacción es un contrato por el cual las partes, mediante
recíprocas concesiones, terminan un litigio pendiente o precaven
un litigio eventual”.

53
Cuando se trata de un litigio eventual, las partes, ni
pretenden ni afirman nada, sino únicamente tienen incertidumbre
subjetiva, y por tanto, no hay controvertidas pretensiones que en el
futuro las partes podrían llegar a formularse, de donde las
recíprocas concesiones vendrían a estar constituidas por el
derecho aceptado frente a las diferencias entre ellas existentes.

Sin embargo, las partes en su deseo de poner fin al litigio


pendiente o precaver el eventual, no agoten las recíprocas
concesiones dentro del ámbito de la relación controvertida, sino
que extiendan su contenido a otros derechos o acciones que no
han sido objeto ni del litigio ni de la incertidumbre.

Destaca Valsecchi (1954, Pág. 184):

O S
“La transacción tiene un contenido necesario y
D
R VA
SE
suficiente, constituido por los bienes y derechos que

S R E
conforman el litigio o la incertidumbre, y en éste ámbito,

C H O
RE
bien puede extinguirse el elemento de las recíprocas
DEconcesiones por la configuración de un negocio
perfecto. Pero dichas concesiones también pueden
comprender cosas y derechos extraños a la
controversia, sin que ello incida en los lineamientos de
la institución, porque no se trata de un elemento
necesario, ni menos aún suficiente para integrar el
esquema causal del negocio”.

54
Principios fundamentales de la Transacción

Indivisibilidad de la transacción

Uno de los principios fundamentales de la transacción, es el


carácter indivisible que le es intrínseco. Los contratantes establecen las
cláusulas que la componen y si alguna resultare anulada, la totalidad de la
transacción sería nula.

Esto se explica por cuanto las partes han escogido libremente su


propia decisión que tendrá autoridad de cosa juzgada, y si se ha realizado
con el ánimo de imponer obligaciones o cumplimiento de requerimientos,
tales características deben ser lícitas y enmarcadas dentro de la
legalidad. Si la transacción se anulara por falta de capacidad o por vicios
del consentimiento o por las causas determinadas en la Ley, la
consecuencia sería la extinción de la obligación.
D O S
R VA
R E SE
H O S
De la misma manera, si una de las cláusulas estipuladas en la

E C
DERserán nulas, debido a que el principio de la indivisibilidad
transacción por las partes adolece de nulidad, decreta la misma, todas las
otras cláusulas
de la transacción es fundamental para su existencia. En este sentido, ésta
se ha efectuado como un todo y cualquier elemento que la vicie determina
que las partes no habrían celebrado el contrato de transacción.

El doctrinario Planiol (1986, Pág. 957-958) estima que la


transacción no puede ser dividida y:
“su nulidad, en cuanto a ciertas partes, la suprime en su
totalidad (…) esa indivisibilidad no tiene, por otra parte, otro
carácter que el de regla de interpretación de la voluntad de las
partes. Éstas pueden libremente desconectar unas cláusulas
de otras, o las diversas cláusulas asociadas, de sus

55
transacciones, o con los efectos de éstas en relación con los
distintos interesados.
Corresponde al Tribunal de Instancia, apreciar y reconocer
esa intención, a condición de fundar su decisión, recordando
que el principio fundamental de fundar su decisión, sea la
indivisibilidad, conforme a la voluntad de las partes, no sólo
entre las diferentes cláusulas de una misma transacción, sino
entre las transacciones celebradas separadamente, quedando
evocadas todas ellas tan pronto como una queda anulada. La
misma indivisibilidad suprime también en su totalidad la
transacción, cuando una de las cláusulas se hace imposible
de ejecutar.”

Según el tratadista citado, existe la indivisibilidad de la transacción,


pero las partes pueden condicionar tal principio de acuerdo a su voluntad,

O S
lo cual debe ser expreso, porque de no existir el reconocimiento de la
D
R VA
SE
separación entre las cláusulas, siempre será nula la transacción, cuando
unas de sus partes lo sea.
S R E
C H O
ElD ERE o acto constitutivo de la transacción es unitario en el
documento
sentido de que no admite interpretaciones sobre la validez parcial de éste
contrato. Si una de las partes solicita la nulidad por considerar que atenta
contra el orden público, las buenas costumbres o la Ley y le es acordado
tal pedimento, el Juez no podrá hacer distinciones sobre la validez de una
de las cláusulas y la nulidad de otras.

Distinto sería el caso en que la parte impugnante convalide alguna


de las cláusulas de la transacción mediante su declaración expresa, pues
rige el principio de la autonomía de la voluntad de los contratantes.

56
Interpretación restrictiva

El artículo 1.160 del Código Civil Venezolano dispone que “los


contratos deben ejecutarse de buena fe y obligan no solamente a cumplir
lo expresado en ellos, sino a todas las consecuencias que se derivan de
los mismos contratos, según la equidad, el uso o la Ley.”

Es éste el principio general aplicable a todos los contratos; pero el


artículo 1.717 eiusdem establece: “Las transacciones no ponen fin sino a
las diferencias que se han designado, sea que las partes hayan
manifestado su intención por expresiones especiales o generales, sea
que ésta intención aparezca como una consecuencia necesaria de lo que
se haya expresado.”

Se desprende de ésta disposición el carácter restrictivo de la

O S
transacción, pues solamente se terminarán aquellas controversias que las
D
R VA
SE
partes hayan determinado, sin que puedan extenderse las consecuencias
a otras cuestiones.
S R E
C H O
DE
Por
RE
consecuencia de la transacción, las partes renuncian a ciertas
cosas que les competen y por ello no puede haber interpretación amplia
de esa voluntad, sino circunscrita a lo que han designado como parte de
esa transacción. Es una especie de reconocimiento de una situación
jurídica incierta en la cual los intervinientes imponen su voluntad,
mediante la modificación o aceptación de la relación.

Sin embargo, éste principio restrictivo tiene su excepción cuando


se trata de transacciones en las que se envuelve la traslación de la
propiedad en cualquier forma, por cuando allí hay otras secuelas
derivadas del título adquisitivo.

57
Pero fuera de estos casos, la transacción no puede extenderse a
otras obligaciones, derechos o cosas sino a lo que constituye su objeto y
así lo señala el artículo 1.716 del Código Civil, el cual agrega que la
renuncia a todos los derechos y acciones comprende únicamente lo
relativo a las cuestiones que han dado lugar a la transacción, con lo que
se está haciendo reconocimiento expreso de la interpretación restrictiva
de este contrato.

Efectos de la Transacción

En toda transacción, las partes que la realizan hacen un


reconocimiento del derecho de la otra, que incluye dentro del instrumento
que la contiene, la previsión mediante la cual se termina el litigio
pendiente o se precave el eventual, produciéndose los efectos
declarativos sobre los derechos que las partes han involucrado como

D O S
VA
constitutivos del objeto de la transacción.

S E R
Se reconocen
SR
derechosE
que las partes consideraban les
C H O se había planteado o se plantearía el litigio.
E
DERlas partes pueden acordar la constitución de derechos u
pertenecían y por los cuales
Sin embargo,
obligaciones, así como incluir cláusulas traslativas de derechos.

Planiol (1986, Pág. 951) explica detalladamente los dos casos,


asentando que el primero de ellos “se presenta cuando una de las partes
renuncia a su pretensión contra una nueva obligación, ajena a esa
pretensión. En relación con esa obligación, la transacción aparece como
creadora y no como declarativa de una obligación. Igualmente se admite
que la parte que concede parcialmente una ventaja a la otra, pacte que
sus obligaciones anteriores, se sustituyan por las obligaciones nuevas.
También en este caso la transacción deja de ser simplemente declarativa
y puede, en tal sentido, ser resuelta por incumplimiento de las
obligaciones creada por ella”.

58
El segundo caso se presenta cuando la renuncia de una parte a los
derechos que pretendía se obtiene mediante la adquisición, por ella, de
determinado bien no litigioso, perteneciente a la otra. Es evidente que
ésta transacción da lugar a una transcripción, a la garantía o
saneamiento, y que constituye un título para la prescripción y que, de no
ser cumplida, es objeto de resolución.

Al analizar el efecto declarativo de la transacción, Aguilar (1997,


Pág. 485) dice que:
“Se ha sostenido que la transacción sólo puede ser resuelta
cuando existen cláusulas traslativas o constitutivas de
derechos, ya que en caso contrario bastará a la otra parte
oponer la excepción fundada en la transacción o ejercer la
acción de cumplimiento.
La extinguida Corte Federal y de Casación declaró que la
transacción no podía ser atacada por vía de acción
resolutoria, pero derivó ésta afirmación del valor de cosa
juzgada que le atribuye la Ley. Sin embargo, se ha admitido
unánimemente que el incumplimiento definitivo o el retardo en

D O S
VA
el cumplimiento de las obligaciones derivadas de la

ER
transacción puede ser sancionado con cláusula penal.”

En cambio, Mazeaud S
E S
R Pág. 630), considera que “por simple
H O (1962,

R la C
E
DE
acto declarativo, transacción no constituye un justo título de adquisición
que sirva de fundamento para la usucapión decenal. Por la misma razón
las partes no se deben garantía (…) la transacción no es declarativa sino
en la medida en que concierna a los derechos litigiosos; cuando se
extienda, como es frecuente, a derechos no litigiosos cedidos como precio
o condición de las concesiones que se hayan hecho, es traslativa en
cuanto a esos derechos.”

La ahora extinta Corte Suprema de Justicia, en sentencia del 25 de


Mayo de 1982, haciendo referencia a otra decisión del 18 de Junio de
1974, dictada por la disuelta Corte Superior Primera en lo Civil y Mercantil
de la Circunscripción Judicial del Distrito Federal y Estado Miranda, indicó
que:

59
“En algunos casos la transacción judicial como contrato se
consume o se agota de una sola vez, sin que quede a cargo
de las partes ninguna otra obligación pendiente, de ejecución
ulterior; pero, en otros casos, la transacción crea nuevos
derechos y obligaciones a favor y a cargo de las partes; y si
en cuanto a las obligaciones nacientes se llegara a cuestionar
la validez, eficacia, interpretación o ejecución, entonces las
partes del contrato de transacción deben acudir a un nuevo
proceso, ya que, para la dilucidación de la cuestión surgida no
puede la autoridad judicial proveer dentro de un proceso que,
por la autocomposición judicial que hubo, quedó extinguido”

En virtud de ésta decisión, la Corte acoge el criterio de la


constitución de derechos u obligaciones en la transacción; tesis
predominante sostenida por la mayoría de los autores.

De ésta manera, queda establecido que el principio general


determina que la transacción es un acto declarativo, pero la existencia del
derecho nacido de una transacción, implícitamente conlleva la transmisión
de tales derechos, salvo que se estén reconociendo los preexistentes,

D O S
VA
hipótesis en la cual el efecto sería puramente declarativo.
ER
R E S
Como un apoyo a éstaSaservación,
C H O se recuerda que las partes son

R E
DE
libres de estipular lo que estimen conveniente dentro del contrato, de
acuerdo al principio de la autonomía de la voluntad, siempre y cuando no
atenten contra las buenas costumbres, el orden público o la ley, lo cual
está preceptuado en el artículo 1.133 del Código Civil, disposición que
define el contrato, como una convención entre dos o mas personas para
constituir, reglar, transmitir, modificar o extinguir entre ellas un vínculo
jurídico.

Por otra parte la transacción tiene efectos extintivos. Así, cuando


las partes renuncian parcialmente a sus pretensiones originales a favor de
la otra parte, están aceptando la prohibición de intentar nuevamente la
acción sobre el asunto objeto de la transacción. Es por ésta razón que se
produce un efecto extintivo, lo cual está sancionado en el artículo 1.718

60
del Código Civil, que concede a la transacción la misma fuerza que la
cosa juzgada, con relación a los sujetos intervinientes en ella.

Efecto de Cosa Juzgada

Los artículos 255 del Código de Procedimiento Civil y 1.718 del


Código Civil establecen que la transacción tiene entre las partes la misma
fuerza que la cosa juzgada.

Según se encuentra reseñado entre los diversos autores, la norma


mencionada tiene su origen escrito en una decisión solemne de los
Emperadores Diocleciano y Maximiano: “Non minorem auctoritatem Quam
rerum indicatorum esse, recta ratione placuit…”, la razón de ésta máxima
es que la voluntad de las partes prevalecerá en los acuerdos sobre la
finalización de una disputa.

S
Cuando las partes transigen están decidiendo eliminar entre ellas
D O
VA
todas aquellas diferencias que han surgido en la relación. En este sentido,
R
R E SE
se adelantan a una sentencia que debería pronunciar un Juez, de no

H O S
C
ERE
haber llegado a un entendimiento, es decir, sustituyen la sentencia y, por
ende, elDefecto que produce debe ser el mismo entre los interesados,
siempre que reúnan los requisitos exigidos para su validez.

Celebrada la transacción, las partes deberán presentarla ante el


Juez para que este la homologue o confirme, si versa sobre materias en
las cuales no están prohibidas las transacciones como lo señaló el
legislador en el artículo 256 del Código de Procedimiento Civil, y así
tendrá la misma autoridad de la cosa juzgada que la sentencia, una vez
que haya sido ejecutoriada, no pudiendo volverse a plantear la
controversia sobre el mismo punto ante el Juez, ya que el Artículo 273
eiusdem dispone que la sentencia definitivamente firme es la ley entre las
partes en los límites de la controversia decidida y es vinculante en todo
proceso futuro.

61
Ésta disposición concuerda con el ordinal 3º del artículo 1.395 del
Código Civil, que establece la no procedencia de la cosa juzgada sino
respecto de lo que ha sido objeto de la sentencia. Para que haya cosa
juzgada, “es necesario que la cosa demandada sea la misma; que la
nueva demanda esté fundada sobre la misma causa, que sea entre las
mismas partes y que éstas vengan al juicio con el mismo carácter que el
anterior”.

El Juez deberá observar estos requisitos para decretar la no


procedencia de la acción, con fundamento en el artículo 272 del Código
de Procedimiento Civil que establece la prohibición para los jueces de
volver a decidir la controversia ya decidida por una sentencia, a menos
que haya recurso contra ella o que la ley expresamente lo permita.

Considerando que la equiparación entre la transacción y la


sentencia con autoridad de cosa juzgada debido a ciertas variantes,

D O S
VA
Aguilar (1997, Pág. 52), expresa ciertas variantes:

SE R
S R E
“1. La transacción no presupone necesariamente que
C H O
E
se haya incoado un juicio.

DE2.RLa Transacción no causa ejecutoria.


3. La Transacción se interpreta por el Juez conforme a
las reglas de interpretación de los contratos; y

4. La Transacción no es impugnable como sentencia


(por ejemplo, vía de apelación, casación, etc.) sino como
contrato (por ejemplo, por acción de anulabilidad)”.

Además de éstas diferencias, Gasperi (1964, Pág. 314), agrega las


siguientes:

1. Las sentencias que deciden diversas cuestiones pueden


ser modificadas en parte y subsitir por el resto, al paso que la
transacción, por ser indivisible, anulada que sea en parte,
queda anulada en el todo.

2. Sus formas son distintas.

62
3. Las sentencias sólo pueden ser dictadas cuando se da una
controversia ya nacida, mientras que la transacción puede
ajustarse para precaver un litigio eventual.

4. Las sentencias no pueden ser atacadas por vicios del


consentimiento, al paso que la transacción puede ser anulada
por éstas causas (…)

5. La Transacción es atacable por acción de nulidad y las


sentencias sólo por los recursos instituidos por el
procedimiento.”

Impugnación de una transacción con autoridad de cosa


juzgada

Antes hemos comentado que la transacción tiene entre las


partes la misma fuerza que la cosa juzgada, una vez que ha sido
homologada por el Juez. No obstante, podría ser nula o anulable
por las causas específicas que contempla el mismo Código Civil y

S
también por no cumplir con los requisitos esenciales de los
D O
contratos.
ER VA
E S
R extinta Corte Suprema de Justicia en
Así lo sostuvo laSahora
H O
R deC
E
DE
sentencia fecha siete (07) de Mayo de 1958:

“Es cierto que la transacción tiene entre las partes la


misma fuerza que la cosa juzgada, pero no quiere decir
que sea intangible, puesto que el propio título del
Código que se refiere a esa convención establece
diferentes causales que pueden hacerla posible de
nulidad. Pero además, de tales causales específicas,
es evidente que la transacción como contrato que es,
queda también incursa en las disposiciones generales
que se refieren a todos los contratos, señaladamente
entre aquellas, las que aluden a la validez de ellos.

Por tanto, en vano se alegaría, por ejemplo, que es


inatacable una transacción celebrada por un incapaz,
por el sólo hecho de que no se prevé este caso en la
parte del Código que se refiere especialmente a tal
especie de contrato. De ésta manera, bien pudo ser
impugnada la transacción materia de éste litigio, por
carecer de causa. La acción por tal respecto es

63
absolutamente procedente.” (Gaceta Forense N° 20,
Pág. 126)

De acuerdo a ésta doctrina del máximo tribunal de la


República, la transacción como contrato está sometida a las
disposiciones generales que rigen todos aquellos y, por tanto, su
validez, estará sujeta al cumplimiento de tales extremos.

Tipos de Transacción

Tal como lo estipula la disposición del Código Civil, el contrato de


transacción podrá celebrarse para precaver un litigio eventual o para dar
término a uno ya iniciado. De ésta manera, se pueden dar dos tipos de
transacción según se realice fuera o dentro del juicio.

Transacción Judicial

D O S
VA
Ésta transacción también llamada “procesal”, ha sido considerada
R
R E SE
como la potestad privativa de las partes para tomar determinaciones

H O S
E C
sobre la totalidad o parte de los derechos litigiosos, finalizando así un

DERventilado ante un Tribunal, el cual se halla pendiente de


procedimiento
sentencia.

Una vez comenzado un proceso, las partes pueden acordar dar


término al mismo en cualquier estado en que se encuentre y antes que se
dicte sentencia declarada definitivamente firme, ya que si esto último ha
sucedido no habrá más juicio o contradicción sobre el problema planteado
que se quiere transigir. En cualquier instancia puede celebrarse la
transacción hasta que se hayan agotado todos los medios dispuestos en
la ley, para ser utilizados por las partes, como por ejemplo la decisión del
Recurso de Casación.

Aguilar (1997, Pág. 150) considera que la transacción judicial sólo


puede celebrarse, en principio, “antes de que se dicte sentencia definida

64
en juicio, pero puede celebrarse después si queda la posibilidad de
interponer recursos, si existe dificultad para interpretar o ejecutar la
sentencia o cualquier otra circunstancia análoga”.

Aún cuando la sentencia haya quedado definitivamente firme, las


partes podrían convenir sobre algunas cuestiones relativas a la forma de
cumplir lo ordenado en la sentencia; pero ello no sería en ningún
momento una transacción, pues no existe el litigio sino la ejecución de la
decisión. Habiéndose producido una sentencia, el acreedor podría aceptar
cumplimientos parciales de la misma, o igualmente, se podrían hacer
menos gravosas las estipulaciones impuestas al deudor. Sin embargo, no
puede catalogarse de transacción por ser una prerrogativa exclusiva de la
parte gananciosa.

Características de la Transacción Judicial

O S
En virtud del principio regente de la transacción procesal, mediante el
D
R VA
SE
cual las partes pueden finalizar un juicio que se halla pendiente de

S R E
sentencia, se evidencian varias características propias de este tipo de

C H O
E
DER
transacción, que de seguidas se analizan:

A) Es un acto de derecho privado o privativo de las partes dentro del


juicio, que configura un contrato como lo estipula el Código Civil en
el Capítulo referente a las transacciones. En éste contrato, las
partes se otorgan recíprocas concesiones, las cuales deben variar
desde la eliminación de la incertidumbre que dio origen al proceso
hasta la renuncia al derecho de obtener una sentencia que dilucide
el punto discutido. Así, existirá la transacción cuando el
demandante abandone su pretensión mediante el desistimiento y
el demandado acepte o convenga en ese comportamiento,
renunciando a las costas a que pudiera tener derecho.

65
Igualmente habrá transacción en todos aquellos casos en que el
demandante desista de su demanda y el demandado lo haga en
relación a la reconvención o también si el actor admite la extinción
de la obligación que dio origen a la acción judicial y el demandado,
a su vez admite el derecho que asistía al actor para interponer el
juicio. En general, habrá transacción cuando las partes de un
proceso eviten el pronunciamiento del juez de la causa, dando
término al juicio que se ventila mediante concesiones que se
otorgan mutuamente.

B) Debe existir un juicio ante un Tribunal, no importando el estado en


que se encuentre ni si los fundamentos son procedentes o que el
Tribunal sea competente. Lo único que se requiere es el auto de
admisión decretado por el Tribunal y la notificación del demandado
a los efectos del conocimiento del juicio. El artículo 256 del Código

O S
de Procedimiento Civil consagra ésta propiedad de la transacción
D
R VA
SE
judicial, al disponer que las partes pueden terminar el proceso

S R E
pendiente mediante la transacción celebrada conforme a las

C H O
E
DER
disposiciones del Código Civil.

Luego emplea el mismo concepto cuando dice: “Celebrada la


transacción en el juicio, el juez la homologará”. Ello no significa, desde
luego, que las partes no puedan celebrar una transacción extrajudicial
sobre el objeto litigioso que dio lugar al juicio; pero en tal caso, dicha
transacción, para producir los efectos correspondientes, deberá ser
consignada en el tribunal de la causa y homologada por el juez, a
menos que el actor utilizara la vía del desistimiento, supuesto en el
cual evitarían la consignación de la transacción y las posteriores
consecuencias de una ejecución por incumplimiento de los términos
de la transacción en los casos en que hayan obligaciones pendientes
a cargo de las partes. En este supuesto de desistimiento, el
demandado debería renunciar a las costas.

66
Cuando la transacción extrajudicial se lleva al juicio, pasa a ser una
transacción procesal que producirá todos los efectos una vez
homologada por el Juez. Al respecto, la Corte Suprema de Justicia
en sentencia del 4 de diciembre de 1985, asienta: “ Es sabido que
en la doctrina y así lo ha acogido la jurisprudencia de instancia e
inclusive de casación, las partes intervinientes en un litigio pueden,
voluntariamente, mediante la declaración de voluntad unilateral de
una de las partes o la manifestación de ambas, celebrar un acto o
negocio jurídico mediante el cual renunciando o cediendo a sus
recíprocas pretensiones, ponen fin a la controversia planteada; esto
puede ocurrir dentro del mismo proceso, ante el tribunal de la
causa, el cual impartirá su aprobación a la manifestación de una de
las partes o ambas, en los términos establecidos por éstas, lo cual
se denomina homologación.

D O S
R VA
SE
Pero la situación anterior, según la naturaleza del acto, también

S R E
puede suscitarse fuera del proceso, extrajudicialmente, mediante el

C de Oun documento auténtico, que puede,


H
E
DER hacerse valer en el juicio de que se trate por una
otorgamiento
posteriormente,
de las partes, en cuyo caso el Tribunal de igual manera, la
homologará, sin exigir ningún otro requisito y se actuará como en el
caso de sentencia pasada con autoridad de cosa juzgada, una vez
como haya quedado definitivamente firme, el acto de
homologación.”

C) Debe efectuarse ante el Tribunal de la causa, salvo que exista otro


proceso en un Juzgado diferente que igualmente pueda conocer
del asunto, supuesto en el que la transacción celebrada podrá ser
incorporada al expediente llevado por el otro Tribunal, y siempre
que se le haya referido dentro del contexto de la transacción.

67
D) La transacción que se celebre en un juicio debe versar sobre el
objeto litigioso, el cual consiste en el derecho o pretensión del actor
fundamentado bien sea en hechos o en derechos, sometido a una
decisión o sentencia de un Tribunal que conoce del asunto.
Pudiera ser la transacción sobre la totalidad del objeto o sobre
parte de el e igualmente podría incluir bienes o derechos que no
hayan formado parte del juicio, siempre que ellos estén a la
disposición de uno o ambos sujetos; pero debe referirse al objeto
litigioso a fin de poner término a la controversia.

E) Después de la homologación de la transacción, la misma tendrá el


efecto de una sentencia ejecutoriada. El artículo 255 del Código de
Procedimiento Civil, dice que la transacción tiene entre las partes la
misma fuerza de la cosa juzgada, repitiendo así lo establecido por
el Código Civil (artículo 1.718).

D O S
R VA
SE
F) Además de los efectos comunes a toda transacción, los cuales se

S R E
estudian en capítulo separado, la transacción judicial tiene algunos

C H O
RE fin a la litispendencia y, por ende, a las diferencias
efectos que son propios:
D1.EPone
entre las partes que dieron origen al juicio;
2. Al tener entre las partes la misma fuerza que la cosa
juzgada, la transacción constituye un título ejecutivo.

Tratamiento dado a las costas en la transacción


El artículo 277 del Código de Procedimiento Civil, dispone que en
la transacción no hay lugar a costas, salvo pacto en contrario.

En este caso, el legislador supuso que si hay las recíprocas


concesiones, no debería existir un perdidoso en el juicio; pero, sin
embargo, se admite que se prevea el pago de costas cuando las partes

68
así lo convengan, en virtud de que la transacción no pierde el carácter de
contrato, donde la con sensualidad es fundamental.

Jiménez (1977, Pág. 355) sostiene que “la transacción supone un


acuerdo entre las partes sobre todo lo litigado, inclusive sobre las costas,
permitiendo la afirmación que por principio el problema de costas quedará
dilucidado en el contenido de la transacción, pero que excepcionalmente,
en caso de no haber convenio sobre las costas judiciales, se intentaran
cargarlas a la parte demandante”.

Agrega dicho doctrinario, que en caso de desacuerdo del


demandado sobre el monto estimado e intimado por la parte actora, aquel
podrá hacer uso del recurso a que elude la disposición (artículo 282 del
Código de Procedimiento Civil), según la cual el juez abrirá una
articulación por ocho días para decidir sobre las costas.

D O S
R VA
SE
Respecto a la opinión de Jiménez, las costas en la transacción no

S R E
proceden salvo su estipulación por las partes, pues como se desprende

C H O
RE
de las disposiciones legales sobre transacción, las partes acuerdan todo
DE
lo referido a ésta composición procesal, la cual se considera indivisible en
cuanto a su integración por cláusulas estipuladas del convenio de las
partes sobre el punto debatido.

De manera que no hay razón para fundamentar una reclamación


de costas que no hayan sido pactadas en la transacción, aunque pudiera
darse el caso del incumplimiento de la transacción, pero en éste supuesto
se estaría hablando de las costas de ejecución y no de costas derivadas
de una transacción sea ésta judicial o extrajudicial.

69
Transacción Extrajudicial

La transacción puede consistir, como se esbozó anteriormente, en


precaver un litigio eventual. No es requisito indispensable que exista el
juicio, sino que haya la inminencia del mismo; y las partes para evitarlo,
celebran el contrato extrajudicialmente. Se procede con fundamento a una
controversia suscitada en la relación surgida entre los sujetos, quienes
admiten la existencia de los supuestos necesarios para la interposición de
un juicio. Es decir, las partes consideran que el otro tiene derecho a la
reclamación y establecen la forma en que han acordado poner fin a las
diferencias.

Planiol (1986, Pág. 922), analizando éste tipo de transacción, dice


que la existencia de un litigio de hecho es una apreciación más difícil; en
efecto, hay un gran número de supuestos que, aún cuando la existencia

O S
de los derechos de las partes no se discute, la cuantía de los mismos, por
D
R VA
SE
ser indeterminada, ha de ser discutida.

S R E
C H O
RE alimenticias y de la mayoría de las indemnizaciones
Tal es el caso, especialmente, de casi todos los créditos por daños
DEdeudas
y perjuicios,
por seguros contra incendio. La jurisprudencia predominante admite con
razón, que en cuanto al acreedor y al deudor, el hecho de haberse puesto
de acuerdo sobre la cuantía de una de esas deudas, constituye en todo
caso una transacción.

Sin embargo, los efectos de la transacción extrajudicial están


limitados al cumplimiento por las partes, sin que pueda dársele carácter
de cosa juzgada, como sucedería con la transacción judicial.

Es por esto que el máximo Tribunal de la República, el Tribunal


Supremo de Justicia ha decidido en varias oportunidades con este criterio,

70
como se observa en sentencia Nº 713 del 16 de diciembre de 2005, que
expresa:
“La cosa juzgada no puede emanar de transacciones
extrajudiciales, pues, su concepto procesal está referido a la
materia que ha sido decidida por una sentencia judicial, la
cual debe ser además definitiva, ejecutoriada y firme, pues la
llamada autoridad dada por la ley a la cosa juzgada proviene
de la inconveniencia de que lo decidido ya, sea materia de
una nueva decisión, por lo cual la ley vincula a la decisión la
presunción de verdad: Res indicata pro veritate habetur.

Por consiguiente, si la cosa juzgada es la que está


decidida por una sentencia válida que ya no puede ser
revisada ni modificada por Tribunal alguno y su autoridad o
eficacia no va mas allá de lo estrictamente decidido sin que en
ningún caso pueda admitirse la existencia de la cosa juzgada
fuera del objeto de la sentencia, una llamada por las partes,
transacción, obtenida fuera de juicio, no puede ser invocada
como fundamento teórico para sostener una excepción de
cosa juzgada (…)”

O S
No obstante, la transacción extrajudicial si ha sido celebrada
D
R VA
SE
mediante documento autenticado, tendrá la ventaja de constituir un título

S R E
ejecutivo, cuyo efecto inmediato es el reconocimiento de una situación

C H O
RE podrá exigirse su cumplimiento a través de la vía
jurídica determinada que debe ser respetada integralmente por las partes,
DEcontrario
pues caso
ejecutiva.

Revocatoria de la Transacción Extrajudicial


Cuando las partes celebran una transacción, pueden condicionarla
al cumplimiento de ciertas obligaciones, y por ésta razón su eficacia
estará supeditada a esa condición. Si la transacción celebrada con éste
tipo de obligación condicional no se cumple, no finalizará el litigio, el cual
proseguirá a petición de parte, mediante la ejecución de la transacción.

Sería el caso del demandado que, obligado a pagar una suma de


dinero por cuotas o partes exigibles en la fecha estipulada en la
transacción, incumplió. En estos supuestos, sería inoperante iniciar un

71
nuevo juicio, por cuanto se podría oponer la cuestión previa por litis
pendencia e inclusive, la cosa juzgada.

Ésta demanda carecería de la tutela jurídica necesaria porque el


actor, teniendo un título ejecutivo con respecto a esa obligación cuyo
efecto ha sido precisamente el de suplir la sentencia, no debe proponer
otra demanda iniciando una nueva discusión sobre el mismo asunto. Ello
se comprende porque de admitirse un nuevo proceso, existirían dos
similares entre los mismos sujetos y con la misma pretensión, además de
que habría cosa juzgada de conformidad con el artículo 1.718 del Código
Civil.

La ejecución de la transacción sujeta al cumplimiento de una


condición, se producirá cuando la parte afectada por el incumplimiento de
la otra parte, comparezca al Tribunal de la Causa y solicite al Juez la

O S
continuación del juicio. El juez procederá como si se tratara de la
D
R VA
SE
ejecución forzada de una sentencia (artículos 523 y siguientes del Código
de Procedimiento Civil).
S R E
C H O
RE fue sostenido por la Sala de Casación Civil de la
DEprincipio
Este
Corte Suprema de Justicia en decisión el 28 de junio de 1985, donde
establece que la transacción:
“Es uno de los modos de auto composición procesal, la cual
tiene la misma eficacia que la sentencia. Constituye una
solución convencional de la litis, mediante la cual las partes se
elevan ellas mismas a jueces de sus respectivas peticiones y
ponen fin al proceso, dejando resuelta la controversia con el
efecto de cosa juzgada propio de la sentencia.
Está definida en el artículo 1.713 del Código Civil como un
contrato por el cual las partes, mediante recíprocas
concesiones, terminan un litigio pendiente o precaven un
litigio eventual, con fuerza de ley (artículo 1.159 del Código
Civil) y de cosa juzgada entre las partes (artículo 1.718 del
Código Civil).
Como tal, produce el efecto procesal de terminar el litigio
pendiente, pone fin al proceso y a la controversia,
subrogándose a la sentencia. De tal modo que la transacción

72
es título ejecutivo que el juez tiene el deber de cumplir y
ejecutar, siguiendo al efecto las reglas de la ejecución de la
sentencia”.

Agrega la mencionada sentencia, que a partir de la resolución


homologatoria efectuada por el juez, la transacción se hace susceptible
de ejecución, es decir, adquiere la misma eficacia de la sentencia prevista
en el Código de Procedimiento Civil.

Asimismo, se puede concluir, que para los dos tipos de transacción


distinguidas, se requiere para su existencia la evidencia de un desacuerdo
entre las partes sobre sus derechos. Tanto en la judicial como en la
extrajudicial, la transacción tiene como fin único dar por terminadas las
diferencias que dividen a las partes; de modo que no pueda existir este
contrato si se pretende alguna prosecución sobre el objeto del mismo,
aunque los intervinientes en el negocio puedan acordar la forma de

O S
cumplimiento, sobre todo cuando se trata de cancelaciones de sumas de
D
R VA
SE
dinero donde es común estipular pagos parciales por cierto tiempo y cuyo

S R E
incumplimiento dará lugar a la ejecución de la transacción, como si se

C H O
E
DER
tratara de la ejecución de una sentencia.

Los modos de transigir. Consecuencias

Anteriormente se examinaron los tipos de transacciones, bien sea


judiciales o extrajudiciales. En cualquiera de ellas se persigue el mismo
fin: dar por terminado un juicio o evitar el inicio del mismo. Si el caso se
ventilara en un tribunal, la transacción a celebrarse sería la judicial, pero
ello no obsta para que pudiera verificarse una transacción fuera del juicio
sobre el mismo conflicto, de acuerdo a la voluntad de las partes, quienes
podrán hasta desistir del juicio.

Tampoco es formalidad requerida que se haga en el mismo


expediente llevado por el tribunal de la causa, pues las partes, a su

73
elección, optarán entre comparecer ante el Juez a contentivo del contrato
transaccional pudiendo protocolizar (o notariar) según su conveniencia.

En cuanto a la forma, la Ley no exige lineamientos específicos; el


instrumento sustento de la transacción se presentará ante el Juez si se
refiere a derechos litigiosos, dándose por terminado el juicio y creando
una situación jurídica regulada por las partes.

En aquellos casos en que la transacción celebrada fuera del juicio


para regular uno existente no se consignara en el expediente respectivo,
quedaría abierta la posibilidad de una continuidad del proceso, en el
entendido de que al no homologarse por el Juez la transacción celebrada,
no tendría el carácter de sentencia pasada con autoridad de cosa
juzgada. No habrá la conclusión del juicio, ya que las partes podrían
desistir de lo que han convenido, salvo que mutuamente se hayan hecho

O S
concesiones que no puedan restituirse. Es el caso de la obligación de
D
R VA
SE
hacer cuando la misma se haya cumplido y habrá de restituirse el
equivalente en dinero.
S R E
C H O
E
DER
Melich (1985, Pág. 402) establece que:
“El principio de las restituciones recíprocas plantea en
materia de resolución del contrato con la eventual
imposibilidad de restituir en que, en virtud de su propio hecho,
pudiere hallarse el legitimado para intentar la acción de
nulidad, a saber: si ésta imposibilidad suya de efectuar la
restitución en especie a que estaría obligado como
consecuencia de la declaratoria de nulidad que pretende
obtener del Juez, inhibe o no su derecho, tal pretensión debe
rechazarse. Una cosa es la acción de nulidad y otra los
eventuales derechos de restitución que de su ejercicio puedan
derivarse”.

En todo caso, el problema del desistimiento de lo convenido en la


transacción que se celebro fuera del juicio existente, mediante la
continuación del procedimiento, podría dar lugar a otras acciones e

74
inclusive penales, si se tratara de un engaño o fraude cometido en
perjuicio de la otra parte y con ánimo de beneficiarse quien incumple.

Ello sería lógico si se piensa que ha convenido en alguna cosa


mediante instrumento público y luego continuó el proceso, el cual debió
haberse dado por terminado en virtud de la transacción celebrada. Otro
sería el caso en que se haya prometido por una de las partes el
cumplimiento de prestaciones periódicas, muy común en las
transacciones. Si el acreedor no ha llevado al expediente la transacción
celebrada fuera del juicio, tendría que hacerlo para solicitar la
homologación del Juez y luego proceder a solicitar la ejecución de la
transacción por el incumplimiento del deudor. No sería recomendable
intentar un nuevo juicio, porque podría oponérsele al documento
transaccional alegando la cosa juzgada, debido a la existencia del
proceso anterior que dio origen a esa transacción.

D O S
R VA
SE
Distintos a los casos de transacciones que tengan por objeto el

S R E
litigio ya ventilado ante un Tribunal, son las que se fundamentan en las

C H O
E
DER
recíprocas concesiones que se dan las partes, para evitar un litigio
pendiente.

En estos supuestos, el incumplimiento de la transacción


extrajudicial dará lugar a solicitar la ejecución de la misma, mediante
demanda que debe intentarse ante un Tribunal competente y como se
trata de un instrumento público, podría optarse por el procedimiento de la
vía ejecutiva. Pero aun cuando podrían presentarse casos de
transacciones extrajudiciales en documentos privados y en tales
supuestos el procedimiento a seguirse en la ejecución, sería la vía
ordinaria.

75
Facultad de Disposición. Mandato

La Transacción exige además, la capacidad por parte de quien


pretenda disponer de las cosas que la comprenden (Artículo 1.714 del
Código Civil). Significa ello que podrán transigir quienes sean propietarios
de la cosa litigiosa o que aún sin serlo, se hallen involucrados en la
controversia. Pero también puede suceder que sin poseer éstas
condiciones se encuentre en capacidad de disponer de la cosa como en
el caso del mandato, siendo requisito impretermitible que tal facultad sea
expresa, y así lo exige el artículo 1.688 del Código Civil, complementado
por el artículo 1.689 eiusdem: “El mandatario no puede exceder los límites
fijados en el mandato. El poder para transigir ni envuelve el de
comprometer”.

De modo, que es necesaria la autorización de transigir contenida

O S
en el poder, pues caso contrario, el acto podrá ser declarado nulo debido
D
R VA
SE
al vicio que conlleva la falta de capacidad para disponer.

S R E
C H O
E
DEdelRapoderado para
El artículo 154 del Código de Procedimiento Civil al referirse a las
facultades cumplir todos los actos del proceso,
consagra el principio contenido en la disposición del Código Civil antes
analizada: Para transigir se requiere facultad expresa. Es decir, no podrá
el apoderado celebrar transacciones, a menos que así se haya dispuesto
de manera expresa, dentro de las facultades conferidas en el mandato
otorgado, sin que puedan darse interpretaciones amplias sobre el punto,
pues se trata de proteger al poderdante de la actuación del mandatario en
conceder más de lo permitido, además de la limitación para los
mandatarios, quienes no podrán excederse en el ejercicio de su mandato,
la cual está contemplada en los artículos 1.689 del Código Civil y 164 del
Código de Procedimiento Civil.

76
Al respecto dice Ricci (1978, Pág. 125), que el mandatario “no trata
un negocio propio, sino ajeno y por cuenta ajena; y como sus facultades
nacen del encargo recibido, termina con éste; he aquí porque el
mandatario no puede hacer nada que exceda de los límites del mandato
conferido”.

De acuerdo a lo expuesto, podría ejercerse mandato general o


especial para cuestiones judiciales, siendo el mismo aceptado para todos
los actos del proceso, pero si no se señala expresamente la facultad de
transigir, el apoderado no podrá hacerlo bajo ningún concepto, pues la
transacción celebrada estará viciada, lo cual conllevaría la reposición de
las cosas al estado en que encontraban para el momento en que se
celebró el acto transaccional invalidado.

En tal caso, el mandatario responderá de sus actos, sea por dolo o

O S
por culpa cometidos en la ejecución del mandato, además de estar sujeto
D
R VA
SE
a rendir cuentas de las operaciones realizadas en el ejercicio del poder

S R E
conferido (Artículos 1.693 y 1.694 del Código Civil).

C H O
Ricci
RE Pág. 141)
DE(1978, sostiene que: “la responsabilidad del
mandatario a consecuencia de los principios generales del derecho es
que cualquier hecho del hombre que perjudique a otro, obliga a su autor a
resarcir. El principio es indiscutible; pero en la práctica pueden surgir
dudas sobre si hay o no hay culpa.”

Planiol (1986, Pág. 928) expone que la transacción “no puede ser
consentida por un mandatario convencional, si no ostenta un poder
expreso para ello. Éste es el principio general. Sin embargo, ha de ceder
en caso de mandato general para administrar en cuanto a las
transacciones que se refieran a simples actos de administración.

77
Concierne, especialmente, al marido administrador de los bienes de
su mujer, al administrador de los bienes del ausente y al heredero acogido
al beneficio de inventario a quienes el poder de administrar se haya
conferido. Si esas diversas personas transigen sobre otras materias que
sus actos de administración, la transacción no obligará al que ellas
representan.”

La Ratificación

Con respecto a este punto, existe la discusión acerca de la


ratificación de la transacción realizada por el apoderado sin mandato
expreso para ello. Algunos doctrinarios opinan que la ratificación por el
mandante de una transacción celebrada sin mandato expreso por el
apoderado, no es posible debido a que sólo podrán ratificarse aquellos
actos que se conocían al momento de otorgar el mandato y en el caso de

O S
la transacción, si se hubiera querido autorizar tal acto, debió hacerse en
D
R VA
SE
forma expresa como lo contemplan las disposiciones de los Códigos Civil
y de Procedimiento Civil.
S R E
C H O
DE
En
RE
éste orden de ideas, la parte que haya transigido con el
mandatario que se excedió en los límites de su mandato o no tenía
facultades para transigir, podrá alegar la nulidad de la transacción ya que
la misma se realizó faltando uno de los requisitos esenciales para su
validez.

Dominici (1980, Págs. 94-95), refiriéndose al caso, dice que: “el


mandatario debe limitarse a cumplir lo que el mandato contiene. El que
está autorizado, por ejemplo, para vender no lo está para hipotecar y
viceversa. En lo que exceda del mandato procede el mandatario sin
autorización, y por consiguiente como un extraño. Los actos efectuados
así, deben considerarse inexistentes para el mandante, quien tiene

78
además derecho de indemnización contra el mandatario, en cuanto lo
haya perjudicado.”

Santos (1986, Pág. 41) expresa que la ratificación es “una


expresión técnica por la cual una persona aprueba los actos que otra ha
hecho a su nombre sin haber recibido el mandato o sin autorización”.

Dicho autor agrega más adelante, citando el Código Civil Argentino,


“que en estos casos de exceso del mandatario o de falta de mandato, la
ratificación equivale al mandato y tiene esos efectos que van hacia el
pasado, partiendo del día del acto, con todas las consecuencias como si
hubiera existido plena y válidamente la procuración. Pero dicho efecto
retroactivo de la ratificación no puede extenderse de tal forma que cause
perjuicios a derechos de terceros, que hubieren nacido entre el acto del
seudo mandatario y la ratificación del supuesto mandante. Es a partir de

O S
la ratificación cuando los terceros deben respetar como válido y existente
D
R VA
SE
el mandato.”

S R E
C H O
E
DERinmediata corroborar
Así concebida la ratificación sobre el mandato, tendría como
consecuencia la acción del mandatario, dándole
licitud al acto que era ilícito, y colocando al mandante en situación de
aceptar lo que originariamente no previó.

En el ordenamiento jurídico Venezolano, el mandato debe contener


la facultad expresa permitiendo al mandatario transigir; pero igualmente
se acepta la ratificación por parte del mandante de los actos para los
cuales el apoderado no tenía facultad de disposición y, sin embargo, lo
realizó en nombre del poderdante.

79
Los terceros en la transacción

Cuando las partes celebran una transacción, las obligaciones y


derechos derivados de dicho contrato no benefician ni perjudican a los
terceros no intervinientes en la misma, aún en aquellos casos en que las
obligaciones sean indivisibles.

A este respecto, Mazeaud (1962, Págs. 631-632) opina que como


todo contrato, la transacción no surte efecto con respecto a los terceros.
“Cuando varias personas tengan un interés en un litigio, los que no sean
partes en la transacción no se encuentran obligados por aquella (…)
desde luego, cuando la transacción contenga una estipulación a favor de
terceros, el tercero beneficiario puede alegarla (…) la oponibilidad de los
actos jurídicos a los terceros, que es la regla, presenta un peligro muy
grave para los terceros que hayan adquirido derechos sobre la cosa
litigiosa antes de la transacción.
D O S
R VA
R E SE
H S
Tal es la situación de la partición: los derechos adquiridos a título
O durante la indivisión desaparecen
E C
DER si el bien entra en el lote de otro condominio (…) esos
singular, de uncoheredero
retroactivamente
fundamentos no existen para la transacción; los terceros que hayan
adquirido algunos derechos sobre la cosa litigiosa deben ser preferidos a
las partes.”

El autor citado, analiza el principio según el cual las sentencias


declarativas no tienen efecto a quien no haya intervenido en el juicio. Es
decir, habrá cosa juzgada para las partes intervinientes en el litigio, pero
no para los terceros ajenos al mismo. Éste principio está consagrado en el
artículo 1.718 del Código Civil: “La transacción tiene entre las partes la
misma fuerza que la cosa juzgada.”

80
Basta señalar que las partes podrán acordar su decisión con
respecto a ellos, pero no en relación a terceros. Se resalta así la
relatividad de la cosa juzgada en la transacción, que obligará solamente a
las partes que la celebran.

Excepción a los efectos de la transacción frente a terceros

La transacción frente a terceros encuentra su excepción en el caso


de la solidaridad, cuyo principio se encuentra enmarcado en el
ordenamiento jurídico venezolano en el artículo 1.221 del Código Civil,
que será explicado mas adelante.

Así pues, el principio general de la relatividad de la transacción


para obligar a los intervinientes en la misma, tiene su excepción en el
caso de la solidaridad. En efecto, la transacción realizada por uno de los

O S
deudores solidarios necesariamente beneficia a los codeudores, pero no
D
R VA
SE
podrá oponérseles. Igualmente, la transacción concretada con un

S R E
acreedor solidario, puede ser invocada por cualquiera de los otros

C H O
E
ERaquella
acreedores y, como en el caso de los deudores solidarios, no podrá serles
opuesta,Dsalvo parte que corresponda a su acreencia.

De ésta manera, se elimina la posibilidad mediante la cual el


deudor o acreedor solidario pacte en contra del otro o lo perjudique con la
transacción celebrada.

Sanojo (1981, Pág. 90) opina en el mismo sentido, acotando que la


transacción celebrada por alguien con uno de los herederos de su
acreedor, no podrá oponerse por el deudor a los demás herederos ni
éstos al deudor.

“La transacción celebrada por uno de los herederos


solidarios podrán invocarla los otros, porque todo
acreedor tiene un mandato para ejecutar todos los

81
actos útiles a la conservación del crédito o que puedan
asegurar su pago, pero no podrá oponérseles aquella
transacción a los acreedores que no han intervenido en
ella, porque un acreedor solidario no representa a los
otros cuando ejecuta un acto agravante de su posición,
si tuviese efecto contra ellos. Por supuesto podrá
oponérseles por la parte que en el crédito corresponda
al acreedor que ha transigido.”

Messineo (1965, Pág. 90) dice que la solidaridad pasiva no se


excluye motivado a que los deudores singulares estén obligados cada uno
con modalidades diversas. Uno de los codeudores no puede oponer al
acreedor, las excepciones personales que sean oponibles por la persona
de los otros codeudores. “La transacción, hecha por el acreedor con uno
de los codeudores solidarios, solamente produce efecto respecto de los
otros si ellos declaran querer aprovecharse de la misma.”

En el sistema jurídico venezolano, la solidaridad como principio

D O S
general impone a cualquiera de los deudores que se han obligado a una

E R VAla obligación de pagar


EScontra sus codeudores para lograr
misma cosa y acerca de un mismo acto o hecho,
por la totalidad, conservandoS R
HO
la acción
la repetición Rde Ela C
DE
proporción que correspondía pagar a cada uno de
éstos.

Establece el artículo 1.221 del Código Civil, “La obligación es


solidaria cuando varios deudores están obligados a una misma cosa, de
modo que cada uno pueda ser constreñido al pago por la totalidad, y que
el pago hecho por uno sólo de ellos liberte a los otros, o cuando varios
acreedores tienen el derecho de exigir cada uno de ellos el pago total de
la acreencia y que el pago hecho a uno sólo de ellos liberte al deudor para
con todos.”

En el caso de la transacción se dijo antes que existe la excepción


de virtud de que los deudores solidarios podrían beneficiarse con ella,
pero en ningún caso podrá oponérseles y en la misma situación

82
quedarían los acreedores solidarios a quienes no podría oponérseles una
transacción celebrada por uno de los acreedores, a menos que le haya
beneficiado, lo que conduce, según Messineo, a no aplicar el principio de
la comunicabilidad de los efectos beneficiosos a los sujetos que no hayan
participado en la transacción, haciéndose depender la comunicación de la
voluntad de estos.

El Fiador frente a la transacción celebrada por el afianzado

La transacción entre el deudor y el acreedor referida a las


obligaciones donde exista la solidaridad de un fiador, hace desaparecer la
obligación de éste aún en el supuesto en que haya sido sentenciado el
juicio contra el fiador y haya quedado definitivamente firme. Tal caso se
comprende, porque el deudor quedará obligado con el fiador por ser éste
quien ha respondido ante el acreedor por la obligación contraída
originalmente.

D O S
R VA
SE
Por consiguiente, si se produce el arreglo entre el deudor y el

S R E
acreedor, se extingue la obligación en virtud de la cual se constituyó la
C H O
EREen que se produjere la subsanación por el fiador de la
fianza; en ésta situación, el mismo fiador podrá invocar la transacción.
Para el D
supuesto
obligación asumida, habiéndose celebrado previamente la transacción
entre deudor y acreedor, quedarán expeditas las acciones penales y
civiles a que haya lugar, pues es evidente la ilicitud del pago que se
produciría.

Por otra parte, si es el fiador quien transige con el acreedor sobre


las obligaciones contraídas por el deudor, la cuestión varía pues aunque
beneficia al deudor frente al acreedor, su obligación permanecerá vigente,
por cuanto no ha desaparecido frente al fiador que se convierte en su
acreedor.

Es decir, lo que el fiador ha pagado al acreedor del deudor, será


descontado de la deuda contraída originalmente por éste con su acreedor,

83
pero las condiciones de la transacción no le aprovecharán debido a que el
fiador podrá exigirle el pago o cumplimiento de la obligación.

Asimismo, las estipulaciones de la transacción celebrada entre el


acreedor y el fiador, no podrán afectar al deudor que no ha intervenido en
el contrato.

Las cosas que no pueden transigirse

La transacción es nula o inválida según se realice sobre derechos


de los cuales no podía disponer la parte que la celebra, o que tenga un
objeto ilícito. Será anulable cuando aquel que la realizó no tenía
capacidad de obrar o cuando se haya celebrado con mala fe o por todas
aquellas causas que pueden dar origen a la petición de nulidad por la
parte que se sienta afectada en su derecho. Pero además de la nulidad

D O S
VA
de la transacción, existen prohibiciones expresas contenidas en la Ley,
las cuales pueden ser de carácter general o R
ES E específico.

O S R
C H
D ERE Prohibiciones Generales
A pesar que la transacción tiene por objeto fundamental precaver
un litigio eventual o poner fin al ya iniciado, no pueden transigirse o no
son susceptibles de la misma, aquellas situaciones o derechos en que
esté interesado el orden público. Entre esos casos, deben señalarse los
siguientes:
A) Las acciones sobre posesión de estado. Sobre el particular,
Aguilar (1997, Pág. 484) considera que existen dos excepciones:
“Primero, son susceptibles de transacción las consecuencias pecuniarias
de las mismas. Y segundo, son susceptibles de transacción según parte
de la doctrina, las acciones de estado intentadas por quien sólo tiene en
ellas interés patrimonial”. Debe agregarse que el estado en sí no podrá
estar envuelto en la transacción, cuyo carácter queda fuera de juicio,
además de ser inherente a la persona.

84
B) Todos los asuntos relativos al matrimonio con excepción de la
liquidación de la comunidad de bienes, en el cual los cónyuges
pueden acordar la partición de los mismos con las
correspondientes adjudicaciones.
C) El estado civil de las personas.
D) Los deberes y derechos derivados del ejercicio de la patria
potestad.
E) Los actos que excedan de la simple administración, cuando los
padres que ejerzan la patria potestad administren los bienes de sus
hijos menores y aun simplemente concebidos (contenido en el
artículo 267 del Código Civil Venezolano). Para transigir en tales
casos, se requiere la autorización del Juez de Menores.
F) Los juicios penales de acción pública no pueden transigirse. El
artículo 1.715 del Código Civil Venezolano dispone que puede

O S
transigir sobre la acción civil proveniente del delito; “pero la
D
R VA
SE
transacción no impide el juicio penal por parte del Ministerio
Público”.
S R E
C H O
RE
Es decir, que la víctima puede celebrar una transacción con el
DEdel
autor delito sobre la indemnización de los daños y perjuicios
que hayan podido causársele con el hecho, o pagar el equivalente
o devolver la cosa en el caso de la estafa y la apropiación indebida
calificada por ejemplo, mediante la figura de la transacción.
Este tipo de transacción no afectará el juicio penal o las
acciones derivadas del delito cometido. Más, en aquellos casos en
que el delito sea de acción privada, en los cuales la reparación del
daño proveniente del hecho generalmente se traduce en el pago de
una indemnización, es procedente la transacción.

Prohibiciones Específicas
El principio general en materia de capacidad para transigir lo
establece el artículo 1.714 del Código Civil Venezolano al expresar “para

85
transigir se necesita tener capacidad para disponer de las cosas
comprendidas en la transacción.”

Además de aplicarse todas aquellas disposiciones sobre la


capacidad de las partes contratantes contenidas en los artículo 1.143,
1.144 y 1.145 del Código Civil.

Por otra parte, existen normas especiales que el legislador ha


establecido expresamente:
A) El artículo 154 del Código de Procedimiento Civil
Venezolano, exige que se otorgue al apoderado facultad
expresa para poder transigir. De la misma manera, el
artículo 1.688 del Código Civil exige como condición que
el mandato para transigir debe ser expreso.
B) El artículo 258 del Código de Procedimiento Civil, señala

D O S
que el Juez no podrá instar a las partes a la conciliación

R VA
cuando se trate de materias en las cuales estén

R E SE
S
prohibidas las transacciones. Éstas materias a que se

C H O
E
DER de las cuales se mencionaron anteriormente.
refiere la norma son aquellas de orden público, algunas

C) Quien no pueda disponer libremente del objeto sobre


que verse la controversia, no puede celebrar
transacciones. Para ello deberá obtener la previa
autorización (Artículo 259 del Código Civil). Es el caso de
los tutores que administran los bienes del pupilo, los
padres que ejercen la patria potestad o los mandatarios
que no tienen facultad expresa para transigir. El padre y
la madre que ejerzan la patria potestad y el tutor no
podrán celebrar transacciones in obtener previamente
autorización judicial (Artículos 267 y 365 del Código
Civil).

86
D) Los asuntos relativos al divorcio y separación de
cuerpos, no son susceptibles de transacción.

E) No pueden transigir los menores emancipados, quienes


sólo podrán realizar actos de simple administración. Para
estar en juicio y para los actos de jurisdicción voluntaria,
el emancipado deberá estar asistido por uno de los
progenitores que ejercen la patria potestad y, a falta de
ellos, por un curador especial que el mismo menor
nombrara con la aprobación del Juez (Artículo 383 del
Código Civil).

F) Todo lo relativo a los asuntos fiscales, no pueden ser


transigido por los funcionarios que se ocupen de ello. Sin
embargo, dentro del juicio que se origine por estos

O S
conceptos, se admite la transacción en cuanto a la
D
R VA
SE
determinación de los hechos y no en cuanto al

S R E
significado de la norma aplicable. Ésta transacción será

C H O
E
DER Ministerio de
autorizada por el Ejecutivo Nacional a través del
Hacienda, previo el pronunciamiento
favorable del Consejo de Ministros y oída la opinión del
Contralor General de la República.

El artículo 7º de la Ley Orgánica de Hacienda Publica


Nacional dispone que en ninguna causa fiscal, se podrá
convenir en la demanda, celebrar transacciones, ni
desistir de la acción ni de ningún recurso, sin
autorización previa del Ejecutivo Nacional dada por
escrito y con intervención del Procurador de la Nación.

En los asuntos que dependen de la Contraloría de la


Nación la autorización a que se refiere este artículo será

87
impartida previo informe del Contralor de la Nación. Ésta
transacción será otorgada en nombre de la República,
pudiendo celebrarse sin la opinión del Contralor General
de la República, cuando hayan transcurrido tres meses
sin haberse recibido su respuesta. No será necesario el
pronunciamiento del Consejo de Ministros, cuando el
asunto sometido a transacción no exceda de un millón
de bolívares (Artículos 58 y 59 del Código Orgánico
Tributario).

G) Los fiscales del Ministerio Público, dentro de cuyas


funciones se le atribuye, las de velar por la recta
aplicación de las leyes en los procesos penales y en los
que estén interesados el orden público y las buenas
costumbres, ni pueden celebrar transacciones por la

O S
misma razón expuesta acerca de los juicios penales de
D
R VA
SE
acción pública, los cuales no pueden transigirse (Artículo

S R E
6º de la Ley Orgánica del Ministerio Público).

C H O
E
DER El Error

Se ha definido como un falso conocimiento de la realidad. Algunos


lo equiparan a la ignorancia, considerando a ambos como vicios del
consentimiento, que pudieran ser fundamento para exigir la nulidad del
acto.

Al respecto, Messineo (1965, Pág. 434) sostiene que el error,


“consiste en una falsa representación y, por consiguiente, en un falso
conocimiento de la realidad. Al mismo está equiparada la ignorancia, es
decir, la falta de cualquier noción sobre un determinado hecho”.

88
El mencionado autor estima que tanto el error como la ignorancia
son equiparables. Pero otros sostienen una opinión contraria, como
Savigny –Citado por Santos (1986, Pág. 330)- quien hace la siguiente
distinción:
“Se llama error, ordinariamente, el estado intelectual en el
cual la idea de las cosas está oscurecida y oculta por un
pensamiento falso. Sin embargo, aquí el punto especial es la
ausencia de una idea verdadera, porque se puede muy bien
no tener ninguna noción sobre una cosa sin poseerla falsa.
Tal es la diferencia fundamental que existe entre el error y la
ignorancia (error et ignorantia), aun cuando sus efectos
jurídicos sean absolutamente idénticos. Se debería, pues,
para mayor seguridad y exactitud, hablar genéricamente de la
ignorancia, porque ésta palabra expresa en su más alta
generalidad dicho estado defectuoso de concepto. No
obstante, los autores hablan más frecuentemente del error,
sin duda porque es la forma más ordinaria y de mayor
importancia en la práctica.”

Uno y otro concepto referidos al acto jurídico o contrato, tienen la

D O S
misma importancia. Ignorancia es la falta de conocimiento de un objeto
determinado; incluye al error que es R
E VAequivocación
ES
una o falso

O S R
H
conocimiento.
E C
DER Error de Hecho
Éste error ocurre cuando el conocimiento que se tiene sobre
una situación particular es falso, carente de exactitud. Cuando
recae sobre elementos substanciales del acto se denomina “error
de hecho esencial”, pudiendo solicitarse la anulación del acto por
quien se sienta afectado.

Ésta anulación puede obtenerse cuando el error de hecho


recae sobre el objeto del negocio o error en el negocio, como en
los casos en que se adquiere una cosa por otra; sobre la identidad
de la obligación; sobre la cualidad, el objeto de la prestación o error
de la sustancia; sobre la identidad de la persona con quien se

89
contrate; sobre la cantidad, siempre que sea determinante en la
voluntad del sujeto.

Messineo (1965, Pág. 435) opina que éste tipo de error no lo


es en la declaración, sino en el motivo, “a propósito del mismo se
suele anunciar el principio –en lo mas está comprendido lo menos-;
del que se deduce que una declaración que se refiera a una
cantidad mayor que la querida, no contiene un error (en la
cantidad) relevante, porque quien quiere dar (o recibir) lo más, a
Fortiori quiere dar (o recibir) lo menos.

Sin embargo, tal consecuencia no siempre es legítima; no es


legítima en caso de negocio (más particularmente: contrato)
oneroso, donde, por efecto de la relación que debe existir entre
prestación y contraprestación, es necesario que ambas partes

O S
hayan hecho referencia a la misma cantidad; y si las dos
D
R VA
SE
cantidades por efecto de error de uno de los declarantes, el
negocio es anulable.”
S R E
C H O
RE el error de hecho, el legislador venezolano estableció
DESobre
que produce la anulabilidad del contrato cuando recae sobre una
cualidad de la cosa o sobre una circunstancia que las partes han
considerado como esencial o que debe ser considerada como tal
en atención a la buena fe y a las condiciones bajo las cuales ha
sido concluido el contrato.

Es también causa de anulabilidad el error sobre la identidad


o las cualidades de la persona con quien se ha contratado, cuando
esa identidad o esas cualidades han sido la causa única o principal
del contrato (Artículo 1.148 del Código Civil).

90
El error de hecho en la transacción, se debe comparar con el
que ocurre en cualquier otro contrato. El Código Civil se refiere a la
validez de la transacción cuando haya error de derecho.

En este sentido Manresa (1970, Págs. 127-128) considera


que puede ser error de hecho o de derecho:
“El error de hecho, puede recaer a su vez, sobre la
persona, sobre el objeto y sobre la causa del contrato.
El error de hecho sobre la persona no produce la
nulidad sino cuando es sustancial, esto es, cuando la
consideración de la persona fuese la causa principal
del contrato.
El error de hecho sobre la sustancialidad del objeto,
anula también la transacción. Si una de las partes
ignoraba una circunstancia decisiva que hacía su
derecho absolutamente cierto y viene después a su
conocimiento, podrá atacar de nulidad la transacción,
porque no se transige sino sobre derechos que se
consideran más o menos dudosos. Otro tanto se dirá
del error de hecho sobre la causa.”

D O S
E R VA
Según Covielo S R S 420) este error consiste en la
EPág.
Error de Derecho

C H O (1938,

E R E norma de derecho o en la falsa interpretación o


D
ignorancia de una
inexacta aplicación de la misma; la ignorancia de un derecho
subjetivo es ignorancia de derecho, cuando recae sobre un
elemento de derecho; y es ignorancia de hecho cuando versa
sobre un elemento de hecho, o sea sobre un hecho jurídico de que
surge el derecho.

Cuando aparece error de derecho en un contrato, el mismo


es anulable, siempre que sea producto de una causa determinada
que haya movido a su celebración. Así el Código Civil dispone en el
artículo 1.147, que el error de derecho produce la nulidad del
contrato sólo cuando ha sido la causa única o principal.

91
El artículo 1.719 del Código Civil dice que no es anulable la
transacción por error de derecho sino cuando sobre el punto de
derecho no ha habido controversia entre las partes. Es decir, no se
podrá impugnar la transacción invocando el error de derecho.

Esto se explica porque al transigir se está consintiendo en


llegar a un arreglo sin esperar a que haya una decisión de un
tribunal, creadora de obligaciones; se está renunciando al derecho
que pueda afirmarse con la sentencia.

Las partes han transigido con conocimiento de sus derechos;


sabían cuales eran las diferencias existentes y también sus
pretensiones.

Como consecuencia de ello, no podrá alegarse la nulidad de

O S
la transacción que, como dice Mazeaud (1962, Pág. 625) “está
D
R VA
SE
justificada, tanto por el cuidado del legislador para evitar un

S R E
proceso que las partes querían descartar al transigir como por la

C H O
E
DER del derecho,
naturaleza de esa convención: la duda que recae sobre la
existencia objeto de la transacción, proviene, casi
siempre, de la dificultad de interpretación de las reglas jurídicas; se
abriría ampliamente la puerta al arrepentimiento de las partes si se
les permitiera descartar la transacción invocando un error de
interpretación.”

Error de Cálculo
Dentro del error de derecho, cabe asimilar el error de cálculo
en las sumas que se señalen en la transacción o en las que hayan
formado parte de la misma.

En tal sentido, se sostiene que este tipo de error no anula la


transacción y así lo consagran, entre otras, las legislaciones

92
francesa, española y alemana, pero haciendo la salvedad que el
mismo debe ser rectificado, siempre que sea un error puramente
aritmético, pues si las partes han hecho consideraciones diferentes
de sus derechos o sobre los beneficios que le aportará la
transacción, no pueden luego alegar que hubo error de cálculo para
solicitar la rectificación.

Aun cuando el Código Civil Venezolano nada contiene al


respecto, es lógico admitir la rectificación, cuando se pruebe que
exista un error aritmético, lo cual se evidenciará del mismo
contenido de la convención celebrada y, en todo caso, la parte
afectada podría accionar por pago de lo indebido. (Artículo 1.178 y
siguientes del Código Civil).

Nulidad de la Transacción

D O S
R VA
SE
Como todo contrato, la transacción no será válida si concurren las

S R E
mismas causas que hacen nulos los hechos y actos jurídicos. En éste

C H O
RE
sentido, se debe definir la nulidad antes de analizar las causas que
DEpara
prevalecen dejar sin efecto una transacción.

Una de las definiciones mas precisas es la de Borda (1976, Pág.


1234) quien concibe la nulidad, como “la sanción legal que priva de sus
efectos normales a un acto jurídico, en virtud de una causa originaria, es
decir, existe en el momento de su celebración.”

La mayoría de los autores coinciden en que la nulidad es una


sanción legal mediante la cual el acto o negocio se reputa inválido o sin
efecto alguno.

93
La legislación venezolana, igual que otras, ha consagrado algunas
normas particulares que puedan hacerse valer para anular la transacción,
las cuales se analizan de seguidas.

Nulidad de la Transacción que se ha fundamentado en un título


nulo
El conocimiento que se tenga de hechos o circunstancias
anteriores a la celebración de la transacción, las cuales de haberse
conocido no se habría celebrado o no existiría el planteamiento, es
motivo de la anulación de la transacción.

El artículo 1.720 del Código Civil dispone que “se puede


también atacar la transacción hecha en ejecución de un título nulo,
a menos que las partes hayan tratado expresamente sobre la
nulidad.”
D O S
R VA
R E SE
H O S
Sería el caso en que las partes creyendo que los títulos eran

RE C
válidos han transigido, pero luego se evidencia que dichos títulos
DE
son nulos y, y por consiguiente la transacción estaría viciada por
ausencia de causa o, como asientan la mayoría de los autores, por
existir error en la substancia de los hechos litigiosos.

Sanojo (1981, Pág. 94) consideró que “la transacción que es


únicamente la ejecución de un título nulo carece de causa, a
menos que las dificultades suscitadas sobre la nulidad hayan sido
su objeto.”

El mismo autor reseña un ejemplo sobre un testamento en el


cual las partes han transigido sin saber que ese título había sido
revocado por uno posterior y, en consecuencia “desde que se
aprueba el error de los contratantes por la exhibición del segundo

94
instrumento que revoca el primero, la transacción viene a tierra,
porque carece de causa y es fruto del error.”

Quiere decir, que en este caso la transacción sería


inexistente, porque no habría el derecho de una de las partes sobre
el fundamento que dio lugar a la misma.

Si se trata de documentos aparecidos posteriormente a la


transacción, habría la certeza sobre los hechos que una vez se
consideraron dudosos y dieron origen a la transacción, pero
siempre y cuando la voluntad de las partes haya sido transigir
sobre el mismo objeto o por la misma causa, no podría solicitar la
nulidad, salvo que haya habido mala fe de una de las partes que
retuvo los documentos y transigió sabiendo que existían, para
beneficiarse en perjuicio del otro, lo cual caería dentro del ámbito

O S
de los vicios del consentimiento, concretamente del dolo.
D
EdelR CódigoVA
E S
Pero de
H
la
O SR
disposición Civil, transcrita

R E C
anteriormente, se interpreta que si una de las partes sabía de la
DE del título, ésta no podrá alegar la nulidad de la transacción
nulidad
y la misma situación ocurría cuando haya una nulidad visible y las
partes aún así hayan transigido, motivo por el cual no podrán
alegarla, en vista de que el mismo cuerpo normativo, en el artículo
1.719 dispone que no es anulable la transacción por error de
derecho.

El título que trata la norma comentada, significa, según


Planiol (1986, Pág. 964) “todo acto o todo hecho del que pueda
derivarse un derecho, y se le considera como nulo siempre que una
causa cualquiera le haga ineficaz (…) este precepto, como es
natural, tiene cuidado de excluir la transacción celebrada en cuanto
a la misma validez del acto. En los casos que se admite, ésta

95
transacción cubre la nulidad, que supone, además, conocida por
una de las partes. Pero cuanto éstas han transigido sobre la
ejecución de un acto, no se entenderá que al mismo tiempo lo han
hecho en cuanto a su validez, sino a condición de que lo hayan
dicho expresamente.”

Se desprende de la mencionada disposición, que una vez


celebrada la transacción y dentro de ella se contenga el
conocimiento de las partes acerca de la nulidad, la misma será
válida sin que pueda alegarse error por esa causa.

Pero ello no es limitativo de la acción de las partes, quienes


pueden solicitar la nulidad por otras causas. Ahora bien, será
anulable la transacción si una de las partes creía válido el título y,
en tal caso, ésta podrá solicitar su nulidad bien mediante una

O S
acción principal o dentro del mismo juicio donde se celebró.
D
R VA
R E SE
H S
Nulidad de la transacción por haberse efectuado fundándose
Oen documentos falsos
C
RE el artículo 1.721 del Código Civil,
DESegún “la transacción
fundada en documentos que después se reconocen como falsos,
es enteramente nula.”

De la misma manera que se explicó anteriormente, será


anulable la transacción por la parte que no conocía de la falsedad
de los documentos. Si la parte afectada no conocía la falsedad del
documento y transige sobre ese fundamento creyendo en la
certeza del mismo y luego llega a su conocimiento el hecho real,
podrá atacar como nula la transacción por la misma esencia de ese
contrato.

96
Planiol (1986, Págs. 964-965) ha sostenido que “títulos nulos
y documentos falsos, vician del mismo modo la transacción que se
contraiga a sus efectos. Así la transacción que se refiere a una
cuestión de captación de voluntad en un testamento es
evidentemente nula si ese documento era falso (…) la Ley declara
que la transacción sobre documentos falsos es enteramente nula.
Esto no es más que la aplicación de la regla de la indivisibilidad de
la transacción, de la que no puede llegarse a la conclusión de que
esa indivisibilidad, en contra del derecho común, sea en este caso,
de orden público ni se imponga, sea cual fuere la intención de las
partes.”

El contenido de la disposición que se comenta, está


estrechamente ligado con la causa de los contratos, pues si la
obligación se fundamenta en una causa ilícita o falsa, no tendrá

O S
ningún efecto (Artículo 1.157 del Código Civil). Es decir, si la causa
D
R VA
SE
no es verdadera no podrá producir efectos jurídicos.

S R E
C H O
E
DER en base a un documento cuyo contenido es cierto y de
En este caso habrá la presunción de que se ha celebrado la
transacción
allí la causa que origina el acto; pero si luego se determina su
falsedad, lógicamente debe concluirse que la causa ha sido falsa.

Nulidad de la Transacción por haberse realizado con


fundamento en un litigio decidido por sentencia ejecutoriada

Según el artículo 1.722 del Código Civil, “Es igualmente nula


la transacción sobre un litigio que ya estaba decidido por sentencia
ejecutoriada, si las partes o alguna de ellas no tenían conocimiento
de ésta sentencia”.

97
En casi todas las legislaciones se repite el mismo dispositivo
legal. Algunas como la española, agregan que la ignorancia de una
sentencia que puede revocarse, no es causa para atacar la
transacción, lo que es lógico si se piensa que existen los mismos
fundamentos que habrían para transigir en caso de no haber
sentencia, ya que al no estar ejecutoriada, podrían utilizarse los
recursos acordados por la ley. En este caso se considera que el
desconocimiento de la sentencia no es motivo para invalidar la
transacción.

Nuestra doctrina se pronuncia por el mismo criterio, aún


cuando no lo expresa así la disposición, pero ello debe entenderse
como implícito por el hecho que la sentencia debe ser ejecutoriada.
Sin embargo, si una de las partes o ambas no tenían conocimiento
de la sentencia y la misma ya fue ejecutoriada con anterioridad a la

O S
transacción, podrá solicitarse la nulidad de ésta.
D
R VA
R E SE
H O S
Para el supuesto en que sea una de las partes, será

C
RE que le
facultativo de ésta solicitar la nulidad, pues bien podría renunciar a
DEderechos
los confiera una sentencia o preferir las
consecuencias de la transacción.

Si ambas partes desconocían la sentencia, cualquiera podría


pedir la nulidad; pero aquí surge la interrogante de si la otra puede
alegar la eficacia de la transacción, por cuanto se hizo válidamente
en vista de que ambas desconocían la sentencia que se ejecutó.

En estos casos habrá que tomar en cuenta la prioridad de la


sentencia y aplicar la letra de la ley que así lo impone. La
transacción será nula en consecuencia, si una de las partes lo
solicita, aun cuando ambas hayan procedido de buena fe. Como
motivo podría alegarse la rescisión del contrato celebrado porque

98
una de las partes no lo habría pactado de conocer el elemento que
ha aparecido: la sentencia.

Algunos consideran que las partes que transigen ignorando


la sentencia ya producida y ejecutoriada, lo hacen por error,
creyendo que aún existía la posibilidad de evitar alguna
consecuencia.

Otros opinan que la validez va unida a la causa del contrato


y si faltara ésta en la transacción, la misma habrá de tenerse como
inexistente.

Aguilar (1997, Pág. 487) comenta que “la causa se presume


y en ésta hipótesis es verosímil que una transacción en tales
circunstancias tenga por objeto evitar en el procedimiento de

O S
ejecución, discusiones sobre el alcance de lo decidido por el Juez,
D
R VA
SE
etc.”

S R E
C H O
E
DER que ha delimitado o establecido la sentencia, pero tal
Según otro criterio las partes no podrían renunciar a los
derechos
opinión es extrema, por cuanto es posible que las partes acepten
renunciar a su derecho mediante la ratificación de la transacción
celebrada desconociendo la sentencia. Los sujetos de la litis son
creadores de una nueva situación jurídica, proveniente de su
acuerdo transaccional.

Nulidad de la transacción que se efectuó con desconocimiento


de documentos que luego son descubiertos

El artículo 1.723 del Código Civil dispone que:


“Cuando las partes hayan comprendido en la
transacción con la designación debida todos los
negocios que pudieran tener entre sí, los documentos

99
que entonces les fuesen desconocidos y que luego se
descubran, no constituirán un título para impugnar la
transacción, a menos que los haya ocultado una de las
partes contratantes.
La transacción será nula cuando no se refiera más que
a un objeto, y se demuestre por documentos
nuevamente descubiertos, que una de las partes no
tenía ningún derecho sobre dicho objeto.”

El encabezamiento del artículo transcrito, expresa la idea del


legislador acerca de dar por terminado el litigio pendiente o
precaver el eventual, cuando las partes se han puesto de acuerdo.

Si se transige sobre todos los problemas o negocios que


tengan las partes entre sí, se están extinguiendo las acciones por
el mutuo consentimiento; las dudas que existían deben extinguirse
con la celebración de una transacción global y, por ello, si aparecen
nuevos documentos desconocidos por las partes al momento de

D O S
transigir, los mismos no servirían de títulos para solicitar la nulidad
a menos que los haya ocultado una deR A contratantes.
Vpartes
ES E las

O S R
E C H
D E R
Si esto último sucede, es perfectamente impugnable, porque
se evidencia el dolo de la parte que ocultó el documento para
beneficiarse de la transacción. Se presume que hubo ciertas
maquinaciones para que una de las partes engañara a la otra
conscientemente. En tal caso el afectado con el hecho doloso
podrá solicitar la nulidad de la transacción de conformidad con los
artículos 1.146, 1154 y 1.346 del Código Civil, siempre y cuando
demuestre que de haber conocido el documento oculto, no hubiera
transigido.

Simulación en la Transacción

En términos generales, la razón por la cual las partes efectúan la


simulación es para evitar a sus acreedores, eliminando las posibles

100
garantías de cobro que pudiera tener en un momento determinado en que
aquellos exijan el cumplimiento de la obligación.
Los terceros que por cualquier título hayan adquirido derechos
sobre inmuebles que estuvieren envueltos en una transacción, en el caso
en que ésta se efectúe con apariencia de realidad sin serlo, podrán
accionar la simulación, siempre que hubieren intervenido en el juicio.

Es decir, podría ocurrir que la transacción se convierta en el


instrumento utilizado por las partes para actuar en fraude de los derechos
de un tercero, quien podrá solicitar la nulidad de la transacción bien sea
por vía de acción principal o dentro del juicio en el cual no ha sido parte
inicialmente, pero que, dadas las circunstancias, se ha visto obligado a
participar para salvaguardar su derecho.

Con respecto a esto, Ferrara (1953, Pág. 198) anota sobre la

O S
simulación de transacciones, que fundamentar en éstas la enajenación de
D
R VA
SE
inmuebles o la renuncia de derechos con efectos traslativos es un fraude

S R E
peligroso. “Sobre la falsa alegación de una contienda imaginaria, para dar

C H O
E
DER y, merced de ella, las partes renuncian o se conceden
aspecto a la cual se inicia a veces un juicio convenido, se procede a hacer
una transacción,
derechos recíprocamente.”

Joserand (1951, Pág. 392) opina que la transacción “cuyo objeto


confesado de conciliación, se convierte a veces en un medio de fraude
(…) se le utiliza para disfrazar la verdad jurídica, completamente diferente.
No hay que decir que si se descubre el engaño el acto será tratado como
lo que en realidad es: partición, donación, venta (…) pero, conforme a un
principio ya expuesto, el acto no será nulo por sí: la simulación no es, por
si sola, causa de nulidad.”

En cuanto a la simulación que se efectúa mediante una


transacción, pudiera ser absoluta o relativa. En el primer caso las partes

101
harían una declaración engañosa de los hechos cuyo efecto sería
aparentar que con la transacción se crea un acto constitutivo, declarativo
o extintivo de derechos como en el caso de traspaso, donaciones o
renuncias a derechos. Las partes simulan una transacción, pero no hay
intención de realizar el negocio; no hay un acto verdadero. En este caso
la transacción celebrada es ineficaz.

La simulación relativa pudiera ser total en aquellos casos en que se


utiliza la transacción para ocultar un contrato o acto distinto al que
realmente corresponde. Tal sería el supuesto en que se aparenta una
compraventa cuando se trata de una donación.

Asimismo, ésta simulación relativa pudiera ser parcial, cuando la


transacción envuelve actos o hechos aparentes y, a su vez, contiene
declaraciones veraces como por ejemplo, cuando se estipula un precio

O S
real y en la transacción se menciona otro mayor o menor a conveniencia
D
RVA
SE
de las partes o de una de ellas. Éste último caso, no invalida la

S R E
transacción porque queda una realidad que prevalece, además de existir

C H O
E
DER
el acuerdo entre los sujetos intervinientes.

En relación a estos tipos de simulación, Santos (1986, Pág. 522)


señala que “la acción judicial que se promueve para desmantelar el acto
ostensible de su apariencia engañosa, tiene por objeto evitar que una de
las partes, beneficiándose con el acto visible, pretenda desconocerlo y
actúe como si fuera negocio serio y real. Si la simulación fuera absoluta,
obraría como si se tratara de un negocio concluido, ejecutable, definitivo.
Si es relativa, ignoraría el negocio verdadero oculto y obraría según el
ostensible ficticio. Ésta acción, pues, protege al sujeto víctima de dicho
desconocimiento, para evitar una deslealtad, pues el otro ha actuado no
cumpliendo el pacto y como si se tratara de un acuerdo simulado.”

102
En todo caso, la parte que se sienta perjudicada por el acto
simulado, deberá demandar la nulidad de la transacción o el
reconocimiento de su derecho a fin de obtener el objetivo real que
inicialmente se propuso y lograr que las cosas se retrotraigan a su estado
original.

Doctrinas sobre la Naturaleza Jurídica del Contrato de Transacción

A continuación se hará referencia a diversas corrientes


doctrinarias, con el fin último de explicar la naturaleza jurídica del contrato
de Transacción, como tema de estudio de la presente investigación.
Dichas corrientes doctrinarias son: a) la transacción como institución
jurídica declarativa de derechos; b) la transacción como institución jurídica
constitutiva de derechos; c) la teoría mixta, la cual plantea que la
transacción es declarativa y constitutiva de derechos; d) la transacción
como institución atributiva de derechos.
D O S
R VA
R E SE
H O S
La Transacción es sólo declarativa de derechos

C
ERE a ésta doctrina, dice Barbero (1960, Pág. 542): “el
DConforme
supuesto del contrato se encuentra en la llamada –res dubia o la
falta de certeza de la relación- y por tanto, se llega a dicha certeza
por medio de una declaración de voluntad de las partes, llamada
precisamente declaración negocial”.

El artículo 836 del Código Civil Argentino, “por la transacción no


se transmite, sino que se declaran o reconocen derechos que
hacen el objeto de las diferencias sobre que ella interviene”.

En consecuencia, conforme a ésta doctrina, cuando en la


transacción, una de las partes reconoce a la otra algún derecho,
ello no implica que le está haciendo atribución del mismo, ni que lo

103
están creando, modificando o extinguiendo, sino simplemente que
las partes están determinando que en lo sucesivo una de ellas
tendrá la facultad para ejercerlo frente a la que se reconoció, pero
nada más.

La Transacción tiene una naturaleza simplemente declarativa,


siempre y cuando, claro está, no involucren en ella cláusulas que
no tengan nada que ver con la relación jurídica controvertida.

La Transacción es constitutiva de Derechos

Borda (1976, Pág. 544) establece que:

“El resultado de la transacción, no se resuelve en el


paradigma: -aquello en que las partes convengan, es lo
que era entre ellas-; sino antes bien, y precisamente,
las –concesiones recíprocas-, dato esencial del
contrato, el –aliquid dare, aliquid retinere-, implican una

O S
modificación y, por tanto, un efecto constitutivo, que
D
VA
responde a este otro paradigma: -aquello en que
R
E SE
convengamos, es un punto de encuentro conciliativo
R
H O S
entre nosotros a fin de prevenir la litis o poner fin a ella.

E C
Y esto, sobre todo, con efecto ex nunc, que tiene título

DER
en la transacción”.

De la misma opinión es Messineo (1965, Pág. 209) para quien


las recíprocas concesiones: “constituyen el instrumento puesto por
la ley a disposición de las partes para que pongan fin a la litis o
puedan precaver una litis eventual, operan creando, modificando o
extinguiendo obligaciones, independientemente que sus efectos se
extienden a otras relaciones distintas de aquellas constitutivas de la
pretensión y la oposición de las partes. El hacerse recíprocas
concesiones implica de por si una modificación, confiriéndole a la
transacción un carácter constitutivo, en vez de declarativo.

A éste mismo criterio se llega partiendo del carácter contractual


de la transacción porque, teniendo el contrato como finalidad el
crear, modificar y extinguir obligaciones, su celebración, así sea

104
haciéndose las partes recíprocas concesiones, necesariamente
tiene que perseguir algunos de estos fines y en cualquiera de ellos
habrá siempre una modificación de la situación anterior.”

La transacción es de naturaleza constitutiva, teniendo en cuenta


que como todo negocio se dirige a la modificación de la situación
anterior, por la creación, extinción o modificación de las relaciones
jurídicas.

En términos propios, la eficacia constitutiva de la transacción


significa que, como todo negocio jurídico, crea, modifica o extingue
relaciones jurídicas. Así pues, en una relación jurídica existente
entre las partes que transigen, y que se ha hecho dudosa por la
controversia, la transacción sería una forma de modificar o extinguir
aquella relación creando otra en su lugar.

O S
La Transacción es declarativa y constitutiva de derechos
D
R VA
R E SE
Para ésta corriente doctrinaria la cuestión no debe ubicarse

H O S
E C
únicamente en uno de los polos antes señalados, sino que debe

DER a los efectos que la transacción produce en cada caso.


atenderse
Es decir, admite que la transacción puede producir efectos
meramente declarativos y meramente constitutivos, pero que
también puede producir ambos a la vez. Por ello, sostiene que es
necesario determinar cuál es la situación de las partes una vez
estipulada la transacción y a que modificación conducen las
recíprocas concesiones de ellas.

Esto es tanto más factible cuanto que, conforme al único


aparte del artículo 1.965 del Código Civil Italiano, la transacción
puede extenderse a relaciones distintas de aquellas que han
constituido las pretensiones de las partes.

105
La transacción es atributiva de derechos

La transacción, posee una naturaleza atributiva, o en otras


palabras, que mediante ella las partes se hacen mutuas dejaciones
de sus derechos.

En dicha teoría traslativa se ve en la transacción una


modificación de la situación jurídica preexistente, y dicha
modificación se produce a través de las recíprocas concesiones.
Esos mutuos sacrificios implican siempre disposición, renuncia,
desaparición de derechos de cada uno de los patrimonios de los
transigentes. A este respecto dice Chevalier (1932, Pág. 180) que
las renuncias no recaen solamente sobre acciones o pretensiones,
sino sobre los mismos derechos, fundamento de aquellas.

Por ello, dado que la transacción es un contrato, las renuncias

O S
que se operan no son de tipo abdicativo, que tienen la forma de
D
R VA
SE
actos jurídicos unilaterales, sino de tipo traslativo. Ahora bien,

S R E
cuando se trata de la discusión de un derecho de crédito, la
C H O
DE
real
RE
renuncia implica una remisión de la deuda. Si es de un derecho
lleva consigo la entrada en el patrimonio del otro sujeto de la
transacción del derecho renunciado. La transacción, en suma, es
una cesión de derechos litigiosos.

106
Mapa de Variables

Objetivo General: Determinar la naturaleza jurídica y el alcance del Contrato de


Transacción en el Ordenamiento Jurídico Venezolano Vigente.
Objetivos Categoría Subcategoría Unidad de
Específicos Análisis
Establecer la Naturaleza Declarativa de Barbero (1960)
Derechos
naturaleza jurídica Jurídica del
Borda (1976)
del Contrato de Contrato de Constitutiva de
Derechos Messineo
Transacción en el Transacción
(1965)
Ordenamiento Declarativa y
Constitutiva de Chevalier
Jurídico
Derechos (1932)
Venezolano
Atributiva de Código Civil
Vigente.
Derechos Venezolano
(1982)
Carácter Contractual
Analizar el alcance Alcance del Recíprocas Código Civil
Concesiones Venezolano
S
del Contrato de Contrato de
D O (1982)
Transacción en el Transacción
R VA
Litigio Pendiente y
Ordenamiento
R E SE Litigio Eventual Carnelutti(1936)

H O S
Jurídico
E C Objeto Valsecchi

DER
Venezolano
Causa
(1954)

Vigente. Bello y Bello


(1989)

Messineo
(1965)

Gasperi (1964)
Describir el Procedimiento Cosa Juzgada Código de
Procedimiento
procedimiento
Homologación Civil
contenido en el Venezolano
Costas Procesales (1990)
Código de
Procedimiento Civil Cabanellas
(1993)
Venezolano con
respecto al Aguilar (1997)

107
Contrato de Jiménez (1977)
Transacción en el
Borjas (1964)
Ordenamiento
Jurídico
Venezolano
Vigente.

D O S
R VA
R E SE
H OS
E C
DER

108
CAPÍTULO III:

D O S
R VA
ESE
R
MARCO METODOLÓGICO
S
CH O
E
DER

109
CAPÍTULO III

MARCO METODOLÓGICO

Metodología de la Investigación

A continuación se presentará la metodología utilizada para el


desarrollo de la presente investigación. En éste capítulo, se encuentran
incluidos el tipo de la investigación, el diseño de investigación, las fuentes
iniciales utilizadas y la técnica empleada para la recopilación de los datos
que servirán para dar respuesta al problema planteado.

Tipo de Investigación

D O S
VA
Para la autora Sánchez (2007, Pág. 55) las investigaciones de tipo

SE R
E
Jurídico-Descriptiva:

O S R
“Tiene R C H
E objetivo lograr la descripción del tema que se
DE como
estudia, interpretando (lo que es). Utiliza el método de
análisis, y de ésta forma el problema jurídico se
descompondrá en sus diversos aspectos, permitiendo ofrecer
una imagen del funcionamiento de una norma o institución
jurídica tal como es”.

Las investigaciones Descriptivas, tal como lo reseña Arias (2006,


Pág. 24) “…consiste en la caracterización de un hecho, fenómeno,
individuo o grupo, con el fin de establecer su estructura o
comportamiento”.

En efecto, y como ocurrirá en la presente investigación, donde


partiendo de unas premisas y siguiendo un sistema de investigación
estructurado se determinarán las conclusiones arribadas.

110
La presente investigación conforme al grado de profundidad del
tema tratado, se ha de indicar que la misma se corresponde con una
investigación descriptiva, toda vez que se estudia la naturaleza jurídica y
el alcance del Contrato de Transacción en el Ordenamiento Jurídico
Venezolano, de lo cual se podrá llegar a la conclusión de si es viable o no
dentro del ordenamiento jurídico nacional.

Diseño de Investigación

A la luz de Arias (1999, Pág. 47), el diseño de la investigación


documental, se define como: “…aquella que se basa en la obtención y
análisis de datos provenientes de materiales impresos u otro tipo de
documentos”.

Toda vez que la presente investigación tiene por finalidad,

O S
determinar la naturaleza jurídica y el alcance del Contrato de Transacción
D
R VA
SE
en el Ordenamiento Jurídico Venezolano, reseñada y compilada en

S R E
diversidad de libros e instrumentos normativos, datos éstos que se

C H O
ER E
encuentran elaborados a través de los años e inmortalizados en textos,
Dde
partiendo la revisión de todos esos documentos escritos es que se
lograrán los objetivos de la investigación, analizando y comparando los
datos obtenidos, es por lo que, la estrategia a emplear para responder al
problema planteado es la de una Investigación Documental.

En éste sentido se consultarán tesis, libros de doctrina clásica


referidas a las materias objeto de estudio, diccionarios, cuerpos legales,
entre otros.

Fuentes Iniciales

Las fuentes de información utilizadas en el presente trabajo de


investigación, son documentos o fuentes documentales, siendo éstas

111
definidas por Arias (1999, Pág. 27) como: “el soporte material (papel,
madera, tela, cinta magnética) o formato digital en el que se registra y o
conserva una información.

Fuentes las cuales se clasifican en: Fuentes Primarias; cuando se


tratan de obras originales, y en Fuentes Secundarias; trabajos en los
cuales se hacen referencias a la obra de un autor.”

Entre las fuentes primarias, referenciadas en ésta investigación, se


encuentran a libros de doctrina clásica, textos jurídicos como diccionarios
y cuerpos u ordenamientos legales, cabe destacar que entre estos últimos
se pueden encontrar la Constitución Nacional de la República, el Código
Civil Venezolano, y el Código de Procedimiento Civil.

Mientras que entre las fuentes secundarias presentes en la

O S
investigación, se pueden situar a los trabajos especiales de grado, cuyos
D
R VA
SE
autores referencian o citan a otros autores o ensayistas en el desarrollo

S R E
de su investigación. Y a su vez, se sitúan en el presente trabajo especial a

C H O
E
DER
las obras de autores que referencian a otros doctrinarios y a sus trabajos.

Técnica de Recolección de Datos

En éste orden de ideas, la técnica de recolección de datos, según


lo establece Arias (2006, Pág. 67), puede entenderse como: el
procedimiento o forma particular de obtener datos o información.

Así mismo, Arias (2006, Pág. 67), define los instrumentos de


recolección de datos, como: cualquier recurso, dispositivo o formato (en
papel o digital), que se utiliza para obtener, registrar o almacenar
información.

112
Todo lo anteriormente expuesto, permite inferir que, en la presente
investigación se utilizará como técnica para la recolección de datos, el
análisis documental, el cual comporta la descripción exhaustiva y
detallada de determinados documentos.

A su vez, se empleó el fichado, como técnica auxiliar en la


investigación científica.

Asimismo, Hernández (1998, Pág 54) establece que el


fichado:
“Consiste en registrar los datos que van obteniendo en los
instrumentos llamados fichas, las cuales, debidamente
elaboradas y ordenadas contienen la mayor parte de la
información que se recopila en una investigación por cual
constituye un valioso auxiliar en esa tarea, al ahorrar mucho
tiempo, espacio y dinero.”

Igualmente, servirán como medios, de donde se obtendrán las

S
informaciones necesarias para dar respuesta a los objetivos formulados,
D O
R VA
la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, el Código Civil,

R E SE
el Código de Procedimiento Civil, diversas jurisprudencias emanadas del

H O S
E C
Tribunal Supremo de Justicia, y en general, todas aquellos instrumentos

DEy R
normativos doctrinarios que regulen, de manera directa e indirecta, la
naturaleza jurídica y el alcance del Contrato de Transacción en el
Ordenamiento Jurídico Venezolano.

Técnica de Análisis de Datos

Para Fino y Nava (1996, Pág. 72), el análisis documental es un


“conjunto de operaciones que tienden a representar al contenido de un
documento de una forma distinta a la original y provoca la elaboración de
un documento secundario”.

El análisis del contenido se efectúo mediante la elaboración de la


matriz de análisis, la cual comprende los objetivos, las categorías de
análisis, subcategorías y unidades de análisis.

113
Con relación al método jurídico para efectuar el análisis de las
normas que establecen el Contrato de Transacción, dentro de los Códigos
Civil y de Procedimiento Civil venezolano, se utilizó la interpretación
lógica.

A tal efecto, Olaso y Casal (2003, Pág. 477) explican que la


interpretación lógica del derecho “supone la descomposición del
pensamiento del legislador para establecer las relaciones entre las
distintas partes que lo componen.”
También se explicaron artículos de diversas legislaciones,
utilizando la interpretación gramatical de las normas jurídicas y la lógica,
tal y como lo señala la teoría pura del derecho de Kelsen.

D O S
RVA
R E SE
H O S
E C
DER

114
CAPÍTULO IV:

D OS
ANÁLISIS DE LOS RESULTADOS
E R VA
R E S
O S
ECH
DER

115
CAPÍTULO IV

ANÁLISIS DE LOS RESULTADOS

Naturaleza jurídica del Contrato de Transacción en el Ordenamiento


Jurídico Venezolano Vigente

Las ideas expuestas anteriormente en el Capítulo II del presente


trabajo de investigación, acerca de las diferentes teorías discutidas por la
Doctrina con respecto a la Naturaleza Jurídica de la Transacción, son la
base fundamental utilizada para la determinación y análisis que se va a
realizar a continuación, en el presente Capítulo, de dicha naturaleza,
desde el punto de vista del ordenamiento jurídico venezolano.

Con respecto a la transacción, y su carácter declarativo o


constitutivo en el ordenamiento jurídico civil venezolano, establece Sanojo
(1954, Págs. 81-82):

D O S
“Lo que puede dar lugar a duda esR
E VAla transacción se
EScomo una enajenación. Y en
que

S R
considera bajo muchos aspectos
O a su derecho, después de haber
C H
Eque está fundado, hace un sacrificio para el, el
efecto, quien renuncia

DERpuede tomar fisonomía de una enajenación. Pero la


sostenido
contrato
otra parte, en cuyo favor se han hecho la renuncia, y que
pretendía igualmente tener derecho, no juzga que se haya
hecho una enajenación en su provecho.

En su concepto, la operación se ha reducido a dejarle lo que


le pertenece y reconocer la justicia de su pretensión. En este
estado de cosas, ¿Qué hace la ley? no se permite juzgar las
pretensiones respectivas aparte todo debate ulterior sobre un
contrato que ha tenido por objeto poner fin a la controversia
de las partes, dando por sentado que cada una de ellas ha
querido hacer una justicia voluntaria e inclinarse ante la
verdad. En principio, pues y por su naturaleza, la transacción
es puramente declarativa, reconoce el derecho preexistente y
no lo crea”.

Dominici (1962, Págs. 191-192), por su parte, expresa que:

116
“La transacción es por si misma un título declarativo de
derechos. Las partes no se dan ni se transfieren nada en ella,
se reconocen derechos o acciones que pretenden de
antemano tener. A veces comprende también un título
traslativo de dominio o de derechos inherentes a la propiedad,
como cuando, en cambio o compensación de derechos o
valores reconocidos o cedidos, los que transigen se dan o
traspasan valores o derechos no contenidos en el litigio”.

En igual sentido se expresa Aguilar (1997, Pág. 440), para quien:

“En virtud del carácter declarativo indicado, las partes no


quedan como causahabiente la una y causante la otra. En
consecuencia: A) La transacción no constituye justo título para
adquirir por usucapión; B) No existe saneamiento entre las
partes; y C) La Transacción no implica novación de las
obligaciones”
Por tanto, el criterio doctrinario seguido hasta el momento es
el de considerar la transacción como declarativa de derechos
y diríamos que ello encuentra su fundamento legislativo en lo
dispuesto por el artículo 1.718 del Código Civil Venezolano, el
cual expresa: “La transacción tiene entre las partes la misma
fuerza de la cosa juzgada”.
D O S
E R VnoArige la estabilidad del
ES lo reconoce Aguilar (1997,
Sin embargo, ésta declaración legislativa,
R
negocio transaccional, comoSacertadamente
O
C H
Eseñalar que:
DER
Págs. 439-440) al

“A) La transacción no presupone necesariamente que se haya


incoado un juicio; B) La Transacción no causa ejecutoria; C)
La Transacción se interpreta por el juez conforme a las reglas
de interpretación de los contratos; y D) La Transacción no es
impugnable como sentencia (p.ej. por vía de apelación,
casación, etc.) sino como contrato (p.ej. por acción de
anulabilidad)”.

Por tanto, no puede considerarse tal apoyo legislativo como


realmente serio a favor de la tesis declarativa.

Pero aparte de ésta afirmación, nos encontramos con el argumento


ya expuesto por los autores citados en el sentido de que la transacción no
constituye un medio traslativo de dominio y, en consecuencia, no es
creadora de derechos. Pero este argumento incurre en una lamentable

117
confusión: identificar el carácter traslativo con el carácter constitutivo. Ya
hemos visto que el segundo surge del hecho mismo de las recíprocas
concesiones que las partes se hacen y por medio de las cuales de alguna
manera se modifica la situación preexistente a la transacción y que no
podría ser de otra manera si aceptamos su carácter contractual, mientras
que el primero sólo puede surgir cuando las partes, a través de las
concesiones, incluyen derechos no discutidos y, en consecuencia, ajenos
a la transacción misma.

Por ello se cree que también en el derecho Venezolano, el carácter


constitutivo de la transacción, entendido en el sentido que lo hemos
indicado, es perfectamente aceptable, aunque sin descuidar que en la
transacción, como dice Messineo, el carácter declarativo no falta y que
consiste en determinar cual es la situación de las partes una vez
estipulada.

D O S
VAtiene fuerza de cosa
En síntesis se puede decir, que la transacción es Declarativa de

E R
ES por existir una declaración de
derechos, al ser por su naturaleza un contrato,

O S R
H
juzgada entre las partes y precisamente
C
D ERlasE partes, se deriva el hecho de la declaración de los
voluntad entre
derechos reconocidos por una de las partes a la otra. Sencillamente como
en todo contrato; y al ser la transacción un contrato; se pone de
manifiesto un acuerdo o convención de voluntades de las partes.

Igualmente el carácter constitutivo, como se dijo anteriormente


también está presente en la transacción, puesto que las recíprocas
concesiones tienen como consecuencia la creación, modificación o
extinción de las obligaciones, y porque no, la transacción puede producir
ambos efectos, puede ser declarativo y constitutivo, desde el punto de
vista desde el que se vea. El Artículo 1713 del Código Civil Venezolano es
claro cuando establece la definición de transacción de la siguiente
manera: “La transacción es un contrato por medio del cual las partes

118
mediante recíprocas concesiones, terminan un litigio pendiente o
precaven uno eventual.”

Por una parte al establecer la naturaleza contractual de la


transacción, de la cual se discutirá más adelante, se está aceptando el
carácter declarativo de la misma, tanto la declaración y reconocimiento
que conlleva este acuerdo de voluntades, como se acepta igualmente el
carácter constitutivo al hacer mención de las recíprocas concesiones,
pudiendo crear, modificar o extinguir obligaciones.

Y por otra parte, la transacción puede ser atributiva de derechos,


puesto que a través de las recíprocas concesiones, se produce una
modificación de la situación jurídica preexistente, cuya modificación
implica la renuncia, disposición o desaparición de los derechos, tal y como
se explicó anteriormente en el Capítulo II de ésta investigación. Así pues
se puede decir que de la transacción se puede ver desde un carácter

D O S
VA tendrá la naturaleza
atributivo o traslativo, desde este punto de vista, como bien se dijo cuando

E R
ES
se mencionó el carácter declarativo y constitutivo,
que se refleja, desde el puntoSde R
C H O vista que se observe.

ER E
Dque
Lo si queda claro de todo esto es que el legislador venezolano
deja abierta la posibilidad de que la naturaleza jurídica de la transacción
no se entiende de forma restrictiva sino de forma, amplia pudiendo ser
ésta declarativa, constitutiva o hasta atributiva de los derechos desde el
punto del cual se observe, y que a falta de Jurisprudencia y de Doctrina
Patria abundante en la materia, podemos al realizar una interpretación del
tema, llegar a dicha conclusión.

Además se puede decir, que la naturaleza de la transacción es


contractual, al asignarle un ámbito amplio, tanto del acto jurídico bilateral
que hace nacer, como del que transforma, o extingue obligaciones, en
efecto pensamos que la transacción es el acto jurídico bilateral y
patrimonial, es un contrato. Y así lo define el artículo 1713 del Código Civil

119
“La transacción es un contrato por el cual las partes, mediante recíprocas
concesiones, terminan un litigio pendiente o precaven un litigio eventual”.

La transacción es un contrato y como tal tiene fuerza de ley entre


las partes. Cuando el Código Civil en su artículo 1718 dice que tiene entre
las partes la misma fuera que la cosa juzgada, lo que significa es que los
puntos contenidos en la transacción no pueden ser controvertidos por las
partes, para quienes vale aquella como sentencia ejecutoriada.

Tal vez podría ampliarse la definición con otro carácter sustancial


antes mencionado en el capítulo II del presente trabajo: La indivisibilidad
que es un principio fundamental en cuanto a este instituto jurídico se
refiere, de ésta forma, que las diferentes cláusulas de una transacción son
indivisibles y cualquiera de ellas que fuere nula, o que se anulase, deja
sin efecto, todo el acto de la transacción.

O S
Además existen dos principios generales que se aplican al instituto
D
R VA
SE
de la transacción: en primer lugar, la interpretación restrictiva que de ella

S R E
debe hacerse, las transacciones deben interpretarse restrictivamente.
C H O
ERE1717 del Código Civil dispone que las transacciones
ElDartículo
ponen fin a las diferencias que se han designado, de lo cual se desprende
el carácter restrictivo de la transacción, pues solamente se terminaran
aquellas controversias que las partes hayan determinado, sin que pueda
extenderse las consecuencias a otras cuestiones, y por ello no puede
haber interpretación amplia de la voluntad de las partes, tal y como fue
explicado previamente en el Capítulo II de este trabajo de investigación.

Y en segundo lugar, el carácter declarativo de la misma, ya que por


la transacción no se transmiten, sino que se declaran o reconocen
derechos que hacen al objeto de la transacción. Las partes no se dan ni
se transfieren ordinariamente nada en ella; se reconocen derechos o
acciones que pretenden de antemano tener. A veces comprende también
un carácter traslativo de dominio o de derechos inherentes a la propiedad,

120
como cuando en cambio o compensación de derechos o valores
reconocidos o cedidos, los que transigen se dan o traspasan valores o
derechos no contenidos en el litigio.

Por último se puede decir que este contrato es consensual.


Perfeccionándose por el simple consentimiento sin necesidad de ninguna
formalidad especial.

Podrá por consiguiente probarse, como cualquiera otra convención.


Además es sinalagmático, porque impone obligaciones recíprocas. Cada
parte renuncia lo que dice su derecho, mediante una concesión que la
otra le hace.

Y como la renuncia de la una se considera compensada por el


sacrificio de la otra, se deduce que es un contrato oneroso. Por esto no
debe confundirse con la donación. Las partes no obran aquí en un espíritu

O S
de liberalidad, proveyendo a su propio interés. Este sacrificio debe ser
D
R VA
SE
doble, porque de lo contrario no habría transacción, sino desistimiento o
renuncia.
S R E
C H O
Como RE
DEconsecuencia necesaria de lo dicho, puede sostenerse que,
en principio, la transacción no es creadora de derechos sino que reconoce
los preexistentes, pero podría ser además de constitutiva de obligaciones,
constitutiva o traslativa de derechos, dependiendo de la voluntad de las
partes. También podrá ser declarativa y traslativa como en el caso en que
se reconocen derechos y se transfieren bienes.

Alcance del Contrato de Transacción en el Ordenamiento Jurídico


Venezolano Vigente

Al comenzar a explicar el alcance de la transacción, se tomará en


cuenta las ideas y principios básicos, que fueron explicados
específicamente en el Capítulo II de ésta investigación. Puesto que al
verse reflejado el contrato de transacción en la realidad del ordenamiento

121
jurídico venezolano, sería ilusorio al analizar su alcance y su límite dado
por el legislador venezolano, el no tomar en cuenta aspectos
fundamentales como el objeto y la causa de dicho contrato, surgidas de
las intenciones y la voluntad de las partes. Así pues, se utilizarán y se
enunciarán, para dicho análisis las diversas disposiciones del Código Civil
Venezolano que aclaren y expliquen cada una de las ideas que serán
traídas a la explicación de éste objetivo.

La transacción no se extiende a más de lo que constituye su objeto.


La renuncia a todos los derechos y acciones comprende únicamente lo
relativo a las cuestiones que han dado lugar a la transacción (Art.1.716
del Código Civil)

Las transacciones no ponen fin sino a las diferencias que se han


designado, sea que las partes hayan manifestado su intención por

O S
expresiones especiales o generales, sea que ésta intención aparezca,
D
R VA
SE
como una consecuencia necesaria de lo que ha sido expresado. (Art.
1.717 del Código Civil)
S R E
C H O
ERE es sin duda muy favorable, jamás debe restringirse
Dtransacción
La
su alcance natural; pero tampoco debe extenderse mas allá de lo que
hayan pensado las partes. Por generales que sean los términos de una
transacción, jamás abrazan más que los puntos en que las partes han
tenido la intención de ocuparse.

Debe buscarse la causa de la transacción, y una vez encontrada,


debe detenérsela ahí, sin intentar franquearla. Ésta idea es exacta y debe
seguírsela, aun cuando las partes se hubiesen servido de las palabras
más generales.

Así supóngase que la transacción dice que las partes renuncian


todos sus derechos, acciones y pretensiones: ésta fórmula usada en la

122
mayor parte de los actos de este género, no envuelve, a pesar de su
generalidad, sino los derechos, acciones y pretensiones relativas a la
diferencia que ha dado lugar a la transacción. Sin esto seria capciosa y
habría temor en emplear en los contratos expresiones generales.

A veces las partes en lugar de una sola controversia, tienen


muchas, y la transacción las extingue todas, cuando tiene ésta misma
fórmula de renuncia. Las partes han tenido evidentemente en mira poner
término a todas sus controversias presentes y previstas. La transacción
queda, pues, circunscrita a su objeto, cuando se le atribuye este alcance.
Ya lo hemos dicho: si la extensión no debe llevarse más allá de sus
límites, tampoco debe reducirse la esfera que se haya naturalmente
trazado.

Sea que la renuncia general no envuelva más que un sólo contrato,

O S
sea que abrace muchos, siempre se juzgará que extingue no sólo los
D
R VA
SE
debates actuales, sino también los debates futuros que podrían suscitarse

S R E
sobre la misma causa. La transacción tiene un objeto de paz, y es

C H O
E
DER sea para lo porvenir.
menester que este objeto quede libre de toda causa de disensión sea
para lo presente,

No parece racional dar grande importancia a la cláusula por la cual


las partes declaren que han resuelto hacer cesar toda controversia entre
ellas, no sólo en cuanto a las causas y objetos previstos, sino también en
cuanto a todas las demás causas y objetos no previstos, desconocidos y
extraños al objeto de la transacción. Tales cláusulas son de estilo,
introducidas por la ignorancia y la rutina, y por otra parte carecen de
reflexión y son por lo mismo poco racionales. Toca a los tribunales
establecer cual ha sido la intención de las partes.

El artículo 1.717 claramente da a entender que ésta es una


cuestión de intención, cuando dice. “sea que las partes hayan

123
manifestado su intención por expresiones especiales o generales, sea
que ésta intención aparezca como una consecuencia de lo que ha sido
expresado”.

De conformidad con el artículo 1.713 del Código Civil Venezolano


“La transacción es un contrato en que las partes, mediante recíprocas
concesiones, terminan un litigio pendiente, o precaven un litigio eventual”.
Siendo la causa de la transacción ese litigio pendiente o eventual, que las
partes quieren terminar o precaver por medio de ella.

En el Capítulo II de el presente trabajo se estableció que dicho


acuerdo o convención entre las partes (Transacción), se perfeccionaba
con la concurrencia de las recíprocas concesiones que pueden recaer
bien sobre un litigio pendiente, entendido este como el mutuo sacrificio de
las partes en relación con sus pretensiones, en la reciproca renuncia a
sus derechos; o por un litigio eventual,
DO S
aquellas
pretensiones

E R VA
controvertidas que en un futuro podrían llegar a presentarse entre las
partes, previniendo éstas a travésRdeE Snegocio transaccional.
H O S un

C
La ERE estima que por recíprocas concesiones se
DDoctrina ha de
entender el que una parte sacrifica el derecho afirmado con la pretensión
o negación, y que va a operar sobre derechos inciertos, en el sentido de
que su existencia no es objetivamente reconocida, sino sólo afirmada por
las partes. (Valsecchi, 1954, Pág. 180)

Así pues las recíprocas concesiones significan sacrificio de las


pretensiones aducidas por las partes en la controversia dando
prometiendo, o reteniendo alguna cosa o, si se quiere de los derechos por
las mismas alegados.

Sin embargo, es pertinente advertir la posibilidad de que las partes


sacrifiquen algo distinto de sus pretensiones. Así cuando se entrega, por

124
ejemplo, a cambio del reconocimiento de la de una de ellas, una suma
determinada de dinero, o se le reconoce a su vez la propiedad de una
cosa, aunque esto no haya sido objeto de discusión.

Igualmente al hacer mención acerca del objeto de la transacción es


importante destacar que dicho objeto, debe ser alguna cosa que este en
el comercio o un hecho que no sea ilícito, imposible o contrario a las
buenas costumbres o que se oponga a la libertad de las acciones o de
conciencia, o que perjudique a un tercero en sus derechos. Es decir,
todas aquellas cosas y derechos que estén en el comercio y sobre las
cuales exista duda o sea parte de un juicio, siempre y cuando las partes
tengan el poder de disposición que les permita realizar el contrato.

Partiendo de esto, se puede decir que el objeto de la transacción


se encuentra estrechamente vinculado con la capacidad de disponer,

O S
cuya ausencia determinará la nulidad de la transacción. Pero además de
D
R VA
SE
la nulidad de la transacción, existen prohibiciones expresas contenidas en

S R E
la ley, las cuales pueden ser de carácter general o específico y que se

C H O
E
DER
explicaron debidamente en el Capítulo II del presente trabajo.

Por lo que, a nuestro criterio, el contrato de Transacción encuentra


su limite en su objeto, Partiendo de la premisa establecida en el artículo
1.716 del Código Civil Venezolano, ya mencionado anteriormente, dice
que, “la transacción no se extiende a más de lo que constituye su objeto”,
y su causa está formada por las recíprocas concesiones que las partes
conceden mutuamente para lograr la finalización de un litigio pendiente o
prevenir la consecución de un litigio eventual, y que por lo tanto si las
partes no se dan, ceden, reconocen, prometen, o retienen alguna cosa,
recíprocamente, el acto no será transacción.

125
Procedimiento contenido en el Código de Procedimiento Civil
Venezolano con respecto al Contrato de Transacción en el
Ordenamiento Jurídico Venezolano Vigente.

El Código de Procedimiento Civil Venezolano contempla en su


Libro I, Título V, Capítulos I, II, III y IV, las normas correspondientes a la
terminación del proceso judicial.

Proceso el cual, alcanza su final mediante dos modos; el modo


común o normal de finalización de un juicio que es mediante la Sentencia,
y otro modo conformado por los Formas Anormales o Autocomposición
procesal de las partes, que puede comprender a la Conciliación,
Desistimiento, Convenimiento o Transacción.

Contempla el mencionado cuerpo legal en su artículo 255, la fuerza


de la transacción, al disponer: “La transacción tiene entre las partes la

D O S
misma fuerza que la cosa juzgada.”
ER VA
Cabe destacar que el S
E S
R Civil Venezolano en su artículo 1.713
O
CHcomo: “un contrato por el cual las partes, mediante
Código

R E
DE
define a la transacción
recíprocas concesiones, terminan un litigio pendiente o precaven un litigio
eventual.”

Lo que refleja que la finalidad de la transacción, es terminar con un


estado de incertidumbre, evitando un pleito futuro o, exigiéndolo si ya
estuviere iniciado.

Como previamente, se mencionó, son caracteres de la transacción:


ser bilateral y oneroso, ya que implica concesiones recíprocas, es
consensual, conmutativo, de ejecución instantánea o de tracto sucesivo,
finalmente es indivisible, ya que la nulidad o anulación de cualquiera de
sus cláusulas, deja sin efecto toda la transacción.

126
A su vez, es importante recalcar que es necesario como condición
de validez de la transacción, que quienes transigen, deben ser capaces,
puesto que la transacción importa la facultad de enajenación.

Ahora bien, el Código Civil Venezolano, establece en su artículo


1.718, que la transacción tiene entre las partes la misma fuerza que la
cosa juzgada en relación con el litigio de la misma.
1.- Efecto Extintivo:
A. Para determinar el ámbito del indicado efecto de la
transacción debe tenerse en cuenta las reglas interpretativas
del contrato.
B. Por otra parte, no es plenamente exacta la equiparación
entre la transacción y la sentencia con autoridad de cosa
juzgada porque:
- La transacción no presupone necesariamente que
se haya incoado un juicio;
D O S
R VA
SE
- La transacción no causa ejecutoria.

S R E
- La transacción se interpreta por el Juez conforme a
lasH
C O de interpretación de los contratos; y
E
DER - La transacción no es impugnable como sentencia
reglas

(Ej. Por vía de apelación, casación, etc.) sino como


contrato (Ej. acción de anulabilidad). En cambio, al
igual que la sentencia pasada con autoridad de cosa
juzgada, la transacción puede hacerse valer
procesalmente como excepción de cosa juzgada, se
ejecuta como una sentencia y da derecho a hipoteca
judicial.

2.- Efecto Declarativo


La transacción, además produce efectos declarativos
respecto de los derechos sobre los cuales versa el litigio.

127
A. En virtud del carácter declarativo indicado, las partes no
quedan como causahabientes de la una y causante la
otra. En consecuencia:
- La transacción no constituye justo título para
adquirir por prescripción adquisitiva o usucapión.
- No existe saneamiento entre las partes; y
- La transacción no implica novación de las
obligaciones.
B. El carácter declarativo indicado no excluye que la
transacción sea traslativa o constitutiva de derechos
sobre los cuales no versaba el litigio ni que las partes
pacten saneamiento o novación.
C. Con el carácter declarativo de la transacción se vincula
el problema de si la transacción puede ser resuelta por
incumplimiento. Al respecto, se ha sostenido que la

O S
transacción sólo puede ser resulta cuando existen
D
R VA
SE
cláusulas traslativas o constitutivas de derechos, ya que

S R E
caso contrario bastara a la otra parte oponer la excepción

C H O
E
DERcumplimiento.
fundada en la transacción o ejercer la acción de

Nulidad de la Transacción:
Es anulable la transacción si se celebró en virtud de
documento nulo o falso (Arts. 1.710 y 1.721 del Código Civil) y si tal
circunstancia no fue considerada; se transigió dando merito a
documentos no validos, a base de error.
La transacción que decide sobre una litis ya sentenciada, es
nula de pleno derecho, porque la resolución que ha quedado
ejecutoriada tiene autoridad de cosa juzgada.
El Artículo 256 del Código de Procedimiento Civil, contempla la
homologación de la transacción judicial, al establecer:

128
“Las partes pueden terminar el proceso pendiente,
mediante la transacción celebrada conforme a las
disposiciones del Código Civil. Celebrada la transacción en el
juicio, el Juez la homologará si versare sobre materias en las
cuales no estén prohibidas las transacciones, sin lo cual no
podrá procederse a su ejecución.”

Cabanellas (1993, Pág.189), considera a la Homologación como


una “confirmación judicial de determinados actos de las partes, para la
debida constancia y eficacia.”

A su vez, dicho doctrinario conceptualiza la Homologación, como


un “auto o providencia del juez que confirma actos o contratos de las
partes, a fin de hacerlos más firmes, ejecutivos y solemnes.”

Frente a ésta situación, el Juzgado Superior en lo Civil, Mercantil,


del Transito y de Protección de la Circunscripción Judicial del Estado

D O S
VA
Barinas, en sentencia de fecha 25 de Enero de 2.007, expresó lo

SE R
siguiente:
S R E
C H O
E
“Debe ésta juzgadora precisar que la homologación de una

DER
transacción es el acto por el cual el juez imparte su
aprobación al contrato bilateral por el que las partes, mediante
recíprocas concesiones, terminan -en el caso de autos- un
litigio pendiente; es decir, los efectos procésales de la
transacción no se producen sino a partir de la referida
homologación, por lo que sólo desde ese momento puede
hacerse referencia a la fuerza de cosa juzgada que tiene entre
las partes.
La gravedad de ello, por tanto, obliga a la verificación de la
capacidad de las partes para disponer del proceso, y, muy
especialmente, de los abogados que como apoderados las
representen, por parte de la autoridad jurisdiccional a la cual
competa impartir tal aprobación.

El artículo 1.714 del Código Civil dispone: “Para transigir se


necesita tener capacidad para disponer de las cosas
comprendidas en la transacción.”.
El artículo 256 del Código de Procedimiento Civil establece:
“Las partes pueden terminar el proceso pendiente, mediante
la transacción celebrada conforme a las disposiciones del
Código Civil.

129
Celebrada la transacción en el juicio, el Juez la homologará si
versare sobre materias en las cuales no estén prohibidas las
transacciones, sin lo cual no podrá procederse a su
ejecución.”

Se exige además que la transacción conste por escrito, que


sea circunstanciada, con especificación de los derechos en
ella comprendidos, y siempre que se trate de derechos
litigiosos disponibles.”

Por otra parte el Artículo 277, del Código de Procedimiento Civil,


expresa: “En la transacción no hay lugar a costas, salvo pacto en
contrario.”

Disposición que es concordante con el artículo 274 de dicho cuerpo


legal, la cual reza: “A la parte que fuere vencida totalmente en un proceso
o en una incidencia, se le condenará al pago de las costas.”

D O S
R VA
SE
De acuerdo al artículo bajo estudio, está obligada la parte

S R E
totalmente vencida en un proceso o en incidencia, a resarcir al vencedor

C H O
RE
los gastos que le ha causado en el proceso, para lo cual es necesario que
se E
el Juez D pronuncie condenando en costas.

Borjas (1964, Pág. 689) dice que: “son costas son todos los gastos
hechos por las partes en la sustanciación de los asuntos judiciales, tanto
los expresamente previstos en la ley, como todos los demás gastos
diversos hechos en el proceso y con ocasión de él desde que se inicia
hasta su completo término, siempre que consten en el expediente
respectivo.

Las costas no revisten el carácter de una pena, sino el de una


indemnización debida al vencedor por los gastos que le ocasiona su
contrincante al obligarlo a litigar.

130
La omisión de pronunciamiento sobre costas autoriza la solicitud de
aclaratoria, ya que se consagra la llamada –Teoría del vencimiento total-.”

En razón, que en materialización de la transacción, las partes, han


realizado una modificación de la situación jurídica preexistente, y dicha
modificación se produce a través de las recíprocas concesiones. Esos
mutuos sacrificios implican siempre disposición, renuncia, desaparición de
derechos de cada uno de los patrimonios de los transigentes.

A este respecto dice Chevalier (1932, Pág. 180) que las renuncias
no recaen solamente sobre acciones o pretensiones, sino sobre los
mismos derechos, fundamento de aquellas.

Por lo tanto, ha de entenderse, que en la transacción, las figuras de


parte vencedora y parte perdidosa, no tienen lugar, ya que, se encuentra
que ambas partes, han sacrificado un objeto o derecho de su interés para

O S
la conformación de este contrato, y por ende no existe una vencimiento
D
R VA
SE
total en la controversia.

S R E
C H O
E
De igual manera, la figura de la transacción, es contemplada dentro

DER
de las reglas de sustanciación de la tacha de instrumentos, tal como se
enuncia en el artículo 442 del Código de Procedimiento Civil:

“Si por la declaración de que se insiste en hacer valer


el instrumento, deba seguir adelante el juicio de impugnación
o la incidencia de tacha, se observarán en la sustanciación las
reglas siguientes:

(…)

15. Cualquiera transacción de las partes necesitará


para su validez, además del informe del Ministerio Público, la
aprobación del Tribunal, si éste no la encontrare contraria a la
moral o al orden público.”

Calvo (2004, Pág. 422) comenta que la tacha “es la acción o medio
de impugnación para destruir total o parcialmente la eficacia probatoria
del documento.”

131
Puede indicarse que, una vía que otorga la Ley para desvirtuar el
valor probatorio del documento público, es el llamado procedimiento de
tacha de falsedad; contra la virtualidad de su fe no se concede ningún otro
recurso, porque, aun siendo principio jurídico reconocido que toda prueba
puede ser combatida por cualquier otra, el documento publico constituye
una excepción y debe substituirse en toda su fuerza y vigor y no ser
invalidable mientras no sea declarado falso.

Expresa dicho autor que la tacha de instrumentos “consiste en


alegar un motivo legal para desestimar en un pleito los documentos o
instrumentos opuestos por la contraparte con el carácter de prueba.

Se puede interpretar la tacha de instrumentos en dos formas que


son:

1. Tacha por la vía principal: Ya sea como objeto principal

O S
de la causa, en este caso, el demandante expondrá en
D
R VA
SE
su libelo los motivos en que funde la tacha, expresando

S R E
pormenorizadamente los hechos que le sirven de apoyo y
C H O
E
DE2.RTacha por la vía incidental: Es la que se puede proponer
que se proponga probar.

en cualquier estado y grado de la causa, por los motivos


expresados en el código civil.”

132
CONCLUSIONES

Del presente trabajo de investigación, se deriva que las


transacciones son contratos mediante los cuales las partes intervinientes
convienen jurídicamente una solución negociada, para resolver una
diferencia existente entre ellas. Aunque las transacciones tienen una
connotación litigiosa, no necesariamente se producen en juicio, pues
pueden poner fin a diferencias entre las partes que todavía no hayan sido
planteadas en una demanda judicial.

Por otra parte, la transacción está basada en un cambio de


sacrificios; pues si una de las partes, sacrificara un derecho, en ello se
configuran una renuncia de derechos; pero no una transacción, que exige
la existencia de concesiones recíprocas; aunque en la práctica, con el
nombre de transacción se formulen actos procesales que contiene un

D O S
VA
allanamiento del demandado o un desistimiento del actor.

E S ER
O S R está considerada dentro de los
H es un convenio de dos o más partes para crear,
Igualmente, la transacción
contratos; porR E Cesta
DE
cuanto
regular, modificar o extinguir una relación jurídica patrimonial.
Concluyéndose que la transacción es un acto jurídico bilateral, el cual
puede generar, transformar o extinguir derechos u obligaciones. En el
campo procesal, la transacción es una de las formas especiales de
conclusión del proceso. Caracteriza a la transacción, las concesiones
recíprocas.

Con respecto a la naturaleza jurídica de la transacción, se puede


concluir que ésta puede ser declarativa de derechos, ya que las partes se
reconocen derechos y acciones, y al ser un contrato donde hay un
acuerdo de voluntades, con fuerza de cosa juzgada se dan la declaración
de derechos reconocidos por las partes.

133
Igualmente puede ser constitutiva de derechos, por cuanto dicho
convenio de voluntades, se deriva de las concesiones recíprocas
establecidas por las partes, las cuales, pueden crear, extinguir o modificar
obligaciones, y por otra parte, la transacción puede ser traslativa de
derechos, es decir, que mediante ella las partes se hacen mutuas
dejaciones de sus derechos, modificándose la situación jurídica
preexistente.

Ahora bien, el alcance de la transacción se encuentra en su objeto,


el Código Civil es claro cuando establece que la transacción no podrá
extenderse a más de lo que constituye su objeto, jamás debe restringirse
su alcance natural; pero tampoco debe extenderse más allá de lo
pensado por las partes. Por generales que sean los términos de una
transacción, jamás abrazan más de los puntos en los cuales las partes
han tenido la intención de ocuparse.

D O S
VA
Por último con respecto al procedimiento, las transacciones

S E R
RE una fuerza de cosa juzgada tan
celebradas en el curso de un juicio no sólo ponen fin a éste (o a una parte

O S
CH por el tribunal. Es decir, que en estos casos, la
del mismo), sino que además adquieren

R E
DE
pronto son homologadas
ley les reconoce al texto de las transacciones el valor de una sentencia
judicial firme, cuya ejecución forzosa puede obtenerse en cualquier
momento dentro de los términos pactados en la propia transacción.

Esto, en muchos casos representa una ventaja, sobre todo para la


parte que resulta acreedora de una obligación según la transacción. En
efecto, en este caso será la parte deudora contra la cual se pretende
ejecutar forzosamente la transacción, la que deberá oponer defensas
contra tal ejecución para impedirla, o impugnar la transacción mediante
una demanda de nulidad, si considera que adolece de vicios que
comprometen su validez o eficacia.

134
RECOMENDACIONES

Se recomienda a la nueva generación de abogados y a los actuales


profesionales del derecho, la aplicación de la figura de la transacción en la
resolución de las controversias, ya que como se mencionó en la presente
investigación, entre las ventajas de la admisibilidad de este mecanismo de
solución de controversias, se puede mencionar: la celeridad para obtener
una decisión, la economía y eventual reducción de costos al acortar los
procedimientos judiciales, la menor formalidad en los procedimientos, la
confiabilidad, el secreto y el descongestionamiento de los tribunales de
justicia atestados de causas litigiosas, lo que en definitiva conlleva a una
mayor eficacia en la administración de justicia, por lo tanto es un modo
recomendable para la terminación de un litigio pendiente o eventual.

Por lo tanto se recomienda el constante estudio y análisis de la

D O S
VA
transacción, como figura jurídica, de manera que pueda facilitarse a los
R
R E SE
practicantes del derecho la utilización de esta forma de resolución de

H O S
conflicto.
E C
DER

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CONSTITUCIÓN DE LA REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA.


Gaceta Oficial Nº 5.453 Extraordinario. De fecha veinticuatro (24) de
marzo de 2000.

140
CÓDIGO CIVIL DE VENEZUELA. Gaceta Oficial Nº 2.990. De fecha
veintiséis (26) de julio de 1982.

CÓDIGO DE PROCEDIMIENTO CIVIL DE VENEZUELA. Gaceta Oficial


Nº 4.209 Extraordinaria. De fecha dieciocho (18) de Septiembre de 1990.

CÓDIGO CIVIL ITALIANO. Gaceta Oficial de la República Italiana,


aprobado por Real Decreto Nº 262. De fecha dieciséis (16) de Marzo de
1942.

CÓDIGO CIVIL PORTUGUÉS. Aprobado por Decreto Ley N° 47.344 de


fecha veinticinco (25) de Noviembre de 1966.

CÓDIGO CIVIL ARGENTINO. Sancionado por Decreto Ley Nº 340, de


fecha veinticinco (25) de Septiembre de 1869.

D O S
R VA
R E SE
CÓDIGO CIVIL DE LA REPÚBLICA ORIENTAL DEL URUGUAY.
H O S
E C
DER
Aprobado por Decreto Nº 2.230. En fecha treinta (30) de agosto de 1893.

CÓDIGO CIVIL MEXICANO. Aprobado según Decreto-Ley Nº 328


fechado el veintinueve (29) de agosto de 1932.

CÓDIGO CIVIL ESPAÑOL. Aprobado por Real Decreto de fecha


veinticuatro (24) de julio de 1889.

CÓDIGO CIVIL FRANCÉS. Promulgado el veintiuno (21) de marzo de


1804.

CÓDIGO CIVIL ALEMÁN. Promulgado el primero (01) de enero de 1900

141
JURISPRUDENCIA:

Sentencia Nº 310, dictada por el Tribunal Supremo de Justicia en Sala


Político-Administrativa, el veintinueve (29) de febrero del 2000. Ponencia
del Magistrado Carlos Escarrá, Expediente No.: 5.533. Caso: Time Share
de Venezuela, C.A., contra Inversionista del Transporte, C.A

Disponible en: http://www.tsj.gov.ve/decisiones/spa/Febrero/310-


290200-5533.htm

Sentencia Nº 00935, dictada por el Tribunal Supremo de Justicia, en Sala


Político-Administrativa, en de fecha veinticinco (25) de Abril del 2000, con
ponencia del Magistrado José Rafael Tinoco, Expediente No.: 2.850.
Caso: EMBOTELLADORA GUAYANA S.A. contra Contraloría General de
la República

D O S
R VA
SE
Disponible en: http://www.tsj.gov.ve/decisiones/spa/Abril/00935-
250400-2850.htm
S R E
C H O
DE
Sentencia
RE
dictada por el Juzgado Superior en lo Civil, Mercantil, del
Transito y de Protección de la Circunscripción Judicial del Estado Barinas,
en fecha 25 de Enero de 2.007. Expediente. N° 07-2682-T. Caso: José
Gregorio Manzanilla Peraza contra Pedro Pablo Torres Manzanilla

Disponible en: http://barinas.tsj.gov.ve/decisiones/2009/febrero/799-


17-07-2682-T.-.html

Sentencia Nº 215, dictada por el Juzgado Superior Tercero del Distrito


Federal y Estado Miranda de fecha veintidós (22) de Julio de 1985, Caso:
Credival C.A. contra Precoven C.A. y otro. (Jurisprudencia Venezolana
RAMIREZ & GARAY. Tomo XCIV, Pág 265)

142
Sentencia Nº 175 del 25 de Mayo de 1982, dictada por la Corte Suprema
de Justicia haciendo referencia a otra decisión del 18 de Junio de 1974,
dictada por la disuelta Corte Superior Primera en lo Civil y Mercantil de la
Circunscripción Judicial del Distrito Federal y Estado Miranda,
(Jurisprudencia Venezolana RAMIREZ & GARAY. Tomo LXXXV, Pág.
370)

Sentencia Nº 713, dictada por la Corte Suprema de Justicia, en fecha


dieciséis (16) de Diciembre de 1988. (Jurisprudencia Venezolana
RAMIREZ & GARAY. Tomo CV. Pág. 402)

Sentencia Nº 652, dictada por la Corte Suprema de Justicia, en fecha


cuatro (04) de diciembre de 1985. (Jurisprudencia Venezolana RAMIREZ
& GARAY. Tomo XCV, Pág. 539)

O S
Sentencia Nº 127, dictada por la Sala de Casación Civil de la Corte
D
R VA
SE
Suprema de Justicia, en fecha veintiocho (28) de junio de 1985.

S R E
(Jurisprudencia Venezolana RAMIREZ & GARAY. Tomo XCIV, Pág. 156)

C H O
DE
Sentencia
RE
Nº 585, dictada por la Corte Suprema de Justicia-Casación. En
fecha veintiuno (21) de septiembre de 1.988. Caso: C.A. Lander y otro
contra V.R. Esteves y otros. (Jurisprudencia Venezolana RAMÍREZ &
GARAY, Tomo CIII, 1.988, Pág. 417),

Sentencia Nº 159, dictada por la Corte Suprema de Justicia, en fecha


siete (07) de Mayo de 1.958. (Gaceta Forense N° 20, SE. Pág. 126.
Publicaciones de la Corte Suprema de Justicia),

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