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TEORÍAS DE LA PERSONALIDAD
FORO
CARÁCTER VS TEMPERAMENTO
AUTOR: GRUPO 03
José Ramírez Merchant - Alberto Rodríguez Jiménez - Lintzy Itzel Vaylón Chávez -
al171214 al172048 al172176
Cytlali Cariztma Salas Poggio Víctor Hugo Sustaita Rebeca Silva Rosillo -
- al172394 Rodríguez - al172163 al171190
La personalidad como la define Susan Cloniger (2003) son “las causas internas que subyacen al
comportamiento individual y a la experiencia de la persona”, es decir, involucra por una parte al
temperamento (como las causas internas) y al carácter (como el comportamiento y experiencia de la
persona), involucrando a ambos en el desarrollo de la personalidad.
El temperamento es algo que ya está determinado, y esto tiene que ver con nuestro sistema
nervioso. Desde hace mucho tiempo se clasificaba a los humanos por temperamentos. Hipócrates hizo la
primera clasificación, según la cual los humanos teníamos dentro del cuerpo ciertos líquidos (llamados
humores) como lo son la bilis, la bilis negra, la flema y la sangre, cuyo equilibrio determinaba el temperamento
de las personas: Por ejemplo, si la flema predominaba, se decía que una persona era flemática, o si bien
predominaba la sangre, que era colérica.
El carácter es un conjunto de cualidades que posee una persona que lo hace identificable, gracias a él
se diferencia del resto de las personas. Es aquel sello distintivo que llevamos todos que nos hace ser quien
somos, y que las personas que nos rodean eligen como compañía. El carácter es el componente aprendido
de la personalidad. Aparece como consecuencia de las experiencias que vivimos, que influyen en
nuestra forma de ser modulando las predisposiciones y tendencias biológicas, es decir,
temperamentales.
Es importante que desde la niñez se le enseñe al pequeño a forjar un buen carácter, para que
crezca con una buena estabilidad emocional y se eviten problemas que a la larga puedan afectar a su entorno
o a si mismos.
Cada uno de nosotros tiene su propia personalidad. Todos tenemos diferentes cualidades y formas
de pensar y expresarnos. Esto fomenta amistades agradables e interesantes. Pero las diferencias de
personalidad también pueden provocar conflictos. Y son muchos los factores que han moldeado nuestra
personalidad; por ejemplo, nuestro nivel social, económico y cultural, el entorno, la crianza, las amistades y la
formación religiosa. Incluso el entretenimiento, como los programas de televisión y las películas que vemos,
deja su huella en nosotros. Si logramos reconocer qué factores ejercen una influencia negativa en
nuestra personalidad, nos será más fácil reducir sus efectos.
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El conocer el grado de afectación de estos factores nos
permite estar más consientes y controlarlos. En algunas naciones
del mundo, por ejemplo, es frecuente evaluar la personalidad
basándose en el grupo sanguíneo. En Japón, por poner un
caso, se inician muchas conversaciones preguntando: “¿Cuál es
su tipo de sangre?”. Según esta teoría, la gente del grupo A es
tranquila, responsable y suspicaz; la del B, abierta, temperamental
y cándida, y así por el estilo. De igual modo, se afirma que dos
individuos congeniaran o no en función de los grupos implicados.
Por consiguiente, hay quienes conceden gran importancia al tipo
de sangre a la hora de agrupar estudiantes, elegir ejecutivos e
incluso buscar pareja. Queda claro entonces, que la
personalidad de una persona puede modificarse dependiendo de factores que lo rodean.
Aunque el temperamento es por herencia y el carácter es por adopción, hemos pensando que ambos
conceptos son los que influyen en nuestra forma de desarrollar la personalidad. Creemos que la
intervención de estos dos aspectos en la formación de la personalidad pueden influir en partes igualmente
importantes (50% y 50%), esto es lo esperado, pero tambien que el carácter tiende a modificar la
personalidad de las personas conforme se van adquiriendo dichas vivencias y se obtienen conceptos de vida
más seguros.
No se puede omitir uno del otro, el temperamento es parte del equipaje, es decir, con toda aquella
memoria instintiva y genetica; el carácter por el contrario es el mismo individuo que va adquiriendo como parte
de sus experiencias y su forma de relacionarse con su contexto social, el cual puede modificar. Seelbach,
(2013) menciona en la página 10, “No se puede asignar más peso a uno u otro factor, en realidad la
personalidad se determina en partes proporcionales”.
Por lo tanto, podemos decir que siempre tendremos esa tendencia innata a actuar, es decir, nuestro,
temperamento, y, según la gente que nos rodea y las experiencias que vayamos viviendo, seguiremos
moldeando nuestro carácter. Por otra parte, debemos recordar que, aunque nuestra constitución orgánica, y
nuestro entorno y circunstancias influyan fuertemente en nuestro temperamento y carácter respectivamente,
siempre tendremos la oportunidad de mejorar nuestra personalidad y esforzarnos por llegar a ser
aquello que queremos ser.
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REFERENCIAS
3 González, G. A. (2013) Teorías de la personalidad. México: Red Tercer Milenio. Consultado 11 de enero de 2018