Iduán Armando Garcia Vega

Causalidad como unificación del tiempo y espacio en El mundo como voluntad y

representación de Arthur Schopenhauer

Así que el cambio, es decir, la alteración producida conforme a la ley causal,

se refiere siempre a una determinada parte del espacio y a una determinada
parte del tiempo a la vez y en unión. En consecuencia, la causalidad une el
espacio con el tiempo.1

Partiendo de que la intuición pura del espacio y el tiempo sólo se manifiesta como
causalidad, y con ello determina las condiciones de posibilidad de toda
experiencia, y en su conjunto cualquier representación del mundo. Es entonces,
que tiempo y espacio se pueden concebir gracias a la causalidad, que es en su
defecto, la unificación de tiempo y espacio y la manifestación de su relación.

Quisiera explorar la relación que establece Schopenhauer entre el tiempo y

espacio y cómo su unificación hace pensable la causalidad. La relación causal se
expresa en el cambio, de la percepción del cambio se abstrae el tiempo, que
determina la sucesión del cambio, la esencia del tiempo es entonces, sucesión.
Una serie de momentos que anteceden y suceden a otros. No obstante, para que
el cambio logre apreciarse como lo que es, o como en realidad se percibe, es
necesario establecer esa sucesión temporal en un marco espacial, es decir, en un
lugar. Así, se percibe la esencia del cambio; un objeto pasa de un lugar a otro en
un tiempo determinado.

Que la relación causal se expresa en el cambio quiere decir que la explicación del
cambio en términos espacio-temporales, determina su posibilidad, es decir el
cambio tiene que suceder necesariamente dentro del tiempo y espacio, son
condiciones para su existencia.

La unificación del tiempo y espacio en forma de causalidad es definido como un

proceso del entendimiento, más aun, como único proceso, y es en esta medida en

1Arthur, Schopenhauer. El mundo como voluntad y representación, p 58, §4.

Traducció n, introducció n y notas de Pilar Ló pez de Santa María. Editorial Trotta.
la que se habla de su unificación, pues la causalidad manifiesta en todo cambio es
pensable en las determinaciones subjetivas del entendimiento. De esta forma, el
mundo exterior, en tanto determinación objetiva, o representación, es unificado
según Schopenhauer bajo el entendimiento, en especifico bajo el principio de
razón, lo que en primera instancia hace posible la causalidad y la unificación de
tiempo y espacio, y asimismo distinguir las nociones de simultaneidad y de
duración, conceptos clave que hacen explicable el cambio de la materia.