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Escrito por Steph Radabaugh | Traducido por Maria Del Rocio Canales
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Las teorías del desarrollo de Freud y Erikson contienen etapas similares. (Digital Vision./Photodisc/Getty Images)
El desarrollo humano describe la progresión de un individuo a través de la vida en
una seriede etapas. Los seres humanos se mueven a través de las etapas de desarrollo
individualmente dependiendo de la genética y el medio ambiente. La evaluación e
investigación de las etapas de desarrollo comenzó desde los años 335 a 323 A.C. cuando
Aristóteles propuso un modelode tres etapas. Sigmund Freud y Erik Erikson crearon
teorías del desarrollo durante el siglo XX.
Erikson
Erik Erikson desarrolló una teoría del desarrollo de ocho fases después de la muerte de
Freud. Erikson favoreció la obra de Freud, pero no estuvo de acuerdo con sus teorías
sobre la sexualidad conduciendo la personalidad de un individuo. La primera etapa,
confianza versus desconfianza, aparece entre el nacimiento y el primer año de edad. Un
niño entre la edad de 1 y 3 años desarrolla su autonomía frente a las dudas y controla su
manera de comer, comienza a hablar e ir al baño. La etapa de la iniciativa contra la culpa
surge entre los 3 y 6 años de edad y es cuando el niño aprende a controlar mejor el
ambiente. El niño entre entre las edades de 7 y 11 años experimenta la etapa de la
laboriosidad contra la inferioridad y es cuando el niño adquiere un sentido de autoestima
a través de un dominio de habilidades. Durante la adolescencia, el niño pasa por la etapa
de identidad contra la confusión de roles: en esta etapa el adolescente se ajusta a las
funciones entrecruzadas como estudiante, hijo o hija, hermano o hermana, o atleta.
Erikson cree que los adultos se mueven a través de tres etapas diferentes. La etapa de la
intimidad frente al aislamiento inicia la capacidad para mantener los compromisos con
los demás. La etapa de la generatividad contra el estancamiento implica tomar la decisión
de participar en la integración de la comunidad, una familia o una carrera. La etapa final
etiquetada como integridad contra la desesperación implica reflexionar sobre las opciones
y acciones a lo largo de la vida.
Similaridades
Las teorías de Freud y de Erikson sobre las etapas del desarrollo contienen temas
similares en las fases de 1 a 3 años, 7 a 11 años y la edad adulta. Ambas teorías están de
acuerdo en que durante la etapa de 1 a 3 años de edad el niño inicia el control de acciones
específicas. La etapa de 7 a 11 años, según Freud y Erikson, se centra en dominar nuevas
habilidades y actividades. La etapa de la edad adulta en ambas teorías muestra un
enfoque en las relaciones amorosas en algún punto.
Diferencias
La incorporación del placer sexual dentro de las etapas del desarrollo de Freud crea una
diferencia significativa con las etapas de Erikson. Las etapas de desarrollo según Erikson
se centran alrededor de temas o deberes que se satisfacen a edades específicas. La teoría
de Erikson describe que si un individuo no finaliza con éxito una etapa se mueve a la
siguiente llevando los remanentes de la etapa anterior. La teoría de Freud dice que si el
fallo ocurre durante cualquier fase, el individuo se estanca. El estancamiento en una etapa
más tarde podría conducir a trastornos de la personalidad.
La corriente del psicoanálisis iniciada por Sigmund Freud hace más de 100 años en una
de las principales influencias de la cultura occidental contemporánea.
Si sus teorías sobre el funcionamiento del inconsciente han servido como influencia en
muchas áreas de las humanidades y el arte, no es menos cierto que buena parte de sus
planteamientos tienen que ver con la sexualidad humana. La teoría del desarrollo
psicosexual con sus distintas etapas es la plasmación de esta idea.
La energía vital que se expresa a través de la sexualidad, según Freud, está presente ya
desde las primeras semanas de nuestra vida, lo cual significa que nuestra vertiente sexual
no nace en la adolescencia, tal y como muchos investigadores de su época sostenían.
Pero las repercusiones de esto no tienen que ver simplemente con localizar el inicio de
nuestro desarrollo sexual en uno u otro punto de nuestro calendario vital. Tiene
implicaciones profundas en el modo en el que freud relacionaba nuestra personalidad con
nuestra vertiente íntima, afectiva y basada en impulsos.
Así, si los factores externos a un niño hacen que no pueda satisfacer estas tendencias tal
y como se desearía (por ejemplo, a causa de las reprimendas de sus padres), esta
angustia se traduce en una fijación que tiene que ver con ideas relacionadas a una zona
erógena en concreto (que no tiene por qué estar en el área genital). Para Freud, por tanto,
en el desarrollo psicosexual interviene tanto la biología como la crianza.
1. Etapa oral
La etapa oral ocupa aproximadamente los primeros 18 meses de vida, y en ella aparecen
los primeros intentos por satisfacer las demandas promovidas por la libido. En ella, la boca
es la principal zona en la que se busca el placer. También es la boca una de las principales
zonas del cuerpo a la hora de explorar el entorno y sus elementos, y esto explicaría la
propensión de los más pequeños a intentar "morderlo" todo.
Si se impide tajantemente que los bebés utilicen su boca para satisfacerse, esto podría
producir un bloqueo que haría que ciertos problemas quedasen fijados en el inconsciente
(siempre según Freud).
2. Etapa anal
Esta etapa se produciría desde el fin de la etapa oral y hasta los 3 años de edad. Se trapa
de la fase en la que se empiezan a controlar el esfínter en la defecación. Para Freud, esta
actividad está vinculada al placer y la sexualidad.
Las fijaciones relacionadas con esta fase del desarrollo psicosexual tienen que ver con la
acumulación y con el gasto, vinculadas con el espíritu ahorrador y la disciplina en el primer
caso, y con la desorganización y el derroche de recursos en el segundo.
3. Etapa fálica
Esta fase pulsional duraría entre los 3 y los 6 años, y su zona erógena asociada es la de
los genitales. De este modo, la principal sensación placentera sería la de orinar, pero
también se originaría en esta fase el inicio de la curiosidad por las diferencias entre
hombres y mujeres, niños y niñas, empezando por las evidentes disimilitudes en la forma
de los genitales y terminando en intereses, modos de ser y de vestir, etc.
Además, Freud relacionó esta fase con la aparición del "complejo de Edipo", en el que los
niños varones sienten atracción hacia la persona que ejerce el rol de madre y sienten celos
y miedo hacia la persona que ejerce el rol de padre. En cuanto a las niñas que pasan por
esta etapa del desarrollo psicosexual Freud "adaptó ligeramente la idea con Complejo de
Edipo para que englobas a estas, a pesar de que el concepto había sido desarrollado para
que cobrase sentido principalmente en los varones. Fue más tarde cuando Carl Jung
propuso el complejo de Electra como contraparte femenina al Edipo.
4. Etapa de latencia
Esta fase empieza hacia los 7 años y se extiende hasta el inicio de la pubertad. La etapa
de latencia se caracteriza por no tener una zona erógena concreta asociada y, en general,
por representar una congelación de las experimentaciones en materia de sexualidad por
parte de los niños, en parte a causa de todos los castigos y amonestaciones recibidas. Es
por eso que Freud describía esta fase como una en la que la sexualidad queda más
camuflada que en las anteriores.
5. Etapa genital
La etapa genital aparece con la pubertad y se prolonga en adelante. Está relacionada con
los cambios físicos que acompañan a la adolescencia. Además, en esta fase del desarrollo
psicosexual el deseo relacionado con lo sexual se vuelve tan intenso que no se puede
reprimir con la misma eficacia que en etapas anteriores.
La zona erógena relacionada con este momento vital vuelve a ser la de los genitales, pero
a diferencia de lo que ocurre en la fase fálica, aquí ya se han desarrollado las
competencias necesarias para expresar la sexualidad a través de vínculos de unión de
carácter más abstracto y simbólico que tienen que ver con el consenso y el apego con
otras personas. Es el nacimiento de la sexualidad adulta, en contraposición a otra ligada
solo a las simples gratificaciones instantáneas y obtenidas mediante actividades
estereotípicas.
Índice
La Teoría del Desarrollo Psicosocial de Erikson
Erikson entiende que el individuo, a medida que va transcurriendo por las diferentes
etapas,va desarrollando su consciencia gracias a la interacción social.
Otro de los rasgos fundamentales de la teoría de Erikson es que cada una de las etapas
se ven determinadas por un conflicto que permite el desarrollo individual. Cuando la
persona logra resolver cada uno de los conflictos, crece psicológicamente.
1. Confianza vs Desconfianza
Este estadio transcurre desde el nacimiento hasta los dieciocho meses de vida, y depende
de la relación o vínculo que se haya creado con la madre.
La relación con la madre determinará los futuros vínculos que se establecerán con las
personas a lo largo de su vida. Es la sensación de confianza, vulnerabilidad, frustración,
satisfacción, seguridad… la que puede determinar la calidad de las relaciones.
Este estadio empieza desde los 18 meses hasta los 3 años de vida del niño.
3. Iniciativa vs Culpa
El niño empieza a desarrollarse muy rápido, tanto física como intelectualmente. Crece su
interés por relacionarse con otros niños, poniendo a prueba sus habilidades y
capacidades. Los niños sienten curiosidad y es positivo motivarles para desarrollarse
creativamente.
En caso de que los padres reaccionen de negativamente a las preguntas de los niños o a
la iniciativa de éstos, es probable que les genere sensación de culpabilidad.
4. Laboriosidad vs Inferioridad
Este estadio se produce entre los 6-7 años hasta los 12 años.
Los niños muestran un interés genuino por el funcionamiento de las cosas e intentan llevar
a cabo muchas actividades por sí mismos, con su propio esfuerzo y poniendo en uso sus
conocimientos y habilidades. Por esa razón es tan importante la estimulación positiva que
pueda ofrecerle la escuela, en casa o por el grupo de iguales. Éste último comienza a
adquirir una relevancia trascendental para ellos.
En el caso de que esto no sea bien acogido o sus fracasos motiven las comparaciones
con otros, el niño puede desarrollar cierta sensación de inferioridad que le hará sentirse
inseguro frente a los demás.
Este estadio comprende desde los 20 años hasta los 40, aproximadamente.
Si se evade este tipo de intimidad, uno puede estar rozando la soledad o el aislamiento,
situación que puede acabar en depresión.
El estancamiento es esa pregunta que se hace el individuo: ¿qué es lo que hago aquí si no
sirve para nada?; se siente estancado y no logra canalizar su esfuerzo para poder ofrecer
algo a los suyos o al mundo.
Margaret Mahler (1897-1985) hizo una aportación importante con su detallada descripción
del desarrollo de la personalidad en la muy temprana infancia. A Mahler se le considera
principalmente una teórica de las relaciones objetales por su énfasis en las representaciones
mentales del Yo y los otros y su concentración en los aspectos interpersonales del
desarrollo. Mahler, que era pediatra, se interesó por la muy estrecha relación entre madre e
hijo, lo cual la llevó al final a convertirse en psicoanalista. Para ella, la cuestión no era el
progreso del desarrollo libidinal sino las fases de separación e individualización. La pregunta
clave del desarrollo era ¿hasta qué punto el niño, nacido originalmente sin identidad,
adquiere un sentido de
identidad separada? El trabajo inicial de Mahler con niños gravemente trastornados la llevó a
investigar este terreno. Mahler consideraba que la personalidad empieza en un estado de
fusión con otras personas, en especial con la madre. Los recién nacidos no parecen
distinguir entre ellos mismos y los demás. Parecen considerar el “Yo” y el “no Yo” de igual
modo. La madre les parece al principio parte del Yo. La teoría de Mahler se concentra al
principio en el proceso por el que el infante asume su propia identidad
física y psicológica, distinta de la de otras personas. El desarrollo del Yo implica separarse
del estado de fusión total y convertirse en un individuo independiente. Esta autora dividió el
desarrollo del niño en tres fases: 1) el autismo normal, 2) la simbiosis normal y 3) la
separación individuación (esta última fase compuesta por 4 subfases). La forma en que los
niños “negocian” cada una de estas fases determina en gran medida la naturaleza de sus
relaciones interpersonales como adultos. Este aspecto es similar al esquema de Freud, en
que el grado en que se logra pasar por las etapas psicosexuales de desarrollo influye en la
personalidad posterior. La diferencia principal consiste en que, para Freud, el desarrollo de la
personalidad significa canalizar la energía sexual hacia metas placenteras. Para Mahler, el
desarrollo comprende la inversión de la energía psíquica en relaciones con otras personas.
− Autismo normal. Durante este período, que abarca el primer mes de vida, los estados del
sueño del recién nacido sobrepasan a los de vigilia y son reminiscentes de los estados
primarios que prevalecían en la vida intrauterina.
− Simbiosis normal. En este período, comprendido entre los 2 y los 3 meses, el aumento de
la vigilia y la experiencia perceptiva del mundo permite una distinción gradual entre lo que
está dentro y lo que está fuera, lo que es placentero y lo que es displacentero. La
característica esencial de esta fase es una fusión con la representación de la madre y el
delirio de límites comunes entre dos individuos físicamente separados.
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Si sus teorías sobre el funcionamiento del inconsciente han servido como influencia en
muchas áreas de las humanidades y el arte, no es menos cierto que buena parte de sus
planteamientos tienen que ver con la sexualidad humana. La teoría del desarrollo
psicosexual con sus distintas etapas es la plasmación de esta idea.
La energía vital que se expresa a través de la sexualidad, según Freud, está presente ya
desde las primeras semanas de nuestra vida, lo cual significa que nuestra vertiente sexual
no nace en la adolescencia, tal y como muchos investigadores de su época sostenían.
Pero las repercusiones de esto no tienen que ver simplemente con localizar el inicio de
nuestro desarrollo sexual en uno u otro punto de nuestro calendario vital. Tiene
implicaciones profundas en el modo en el que freud relacionaba nuestra personalidad con
nuestra vertiente íntima, afectiva y basada en impulsos.
Así, si los factores externos a un niño hacen que no pueda satisfacer estas tendencias tal
y como se desearía (por ejemplo, a causa de las reprimendas de sus padres), esta
angustia se traduce en una fijación que tiene que ver con ideas relacionadas a una zona
erógena en concreto (que no tiene por qué estar en el área genital). Para Freud, por tanto,
en el desarrollo psicosexual interviene tanto la biología como la crianza.
La etapa oral ocupa aproximadamente los primeros 18 meses de vida, y en ella aparecen
los primeros intentos por satisfacer las demandas promovidas por la libido. En ella, la boca
es la principal zona en la que se busca el placer. También es la boca una de las principales
zonas del cuerpo a la hora de explorar el entorno y sus elementos, y esto explicaría la
propensión de los más pequeños a intentar "morderlo" todo.
Si se impide tajantemente que los bebés utilicen su boca para satisfacerse, esto podría
producir un bloqueo que haría que ciertos problemas quedasen fijados en el inconsciente
(siempre según Freud).
2. Etapa anal
Esta etapa se produciría desde el fin de la etapa oral y hasta los 3 años de edad. Se trapa
de la fase en la que se empiezan a controlar el esfínter en la defecación. Para Freud, esta
actividad está vinculada al placer y la sexualidad.
Las fijaciones relacionadas con esta fase del desarrollo psicosexual tienen que ver con la
acumulación y con el gasto, vinculadas con el espíritu ahorrador y la disciplina en el primer
caso, y con la desorganización y el derroche de recursos en el segundo.
3. Etapa fálica
Esta fase pulsional duraría entre los 3 y los 6 años, y su zona erógena asociada es la de
los genitales. De este modo, la principal sensación placentera sería la de orinar, pero
también se originaría en esta fase el inicio de la curiosidad por las diferencias entre
hombres y mujeres, niños y niñas, empezando por las evidentes disimilitudes en la forma
de los genitales y terminando en intereses, modos de ser y de vestir, etc.
Además, Freud relacionó esta fase con la aparición del "complejo de Edipo", en el que los
niños varones sienten atracción hacia la persona que ejerce el rol de madre y sienten celos
y miedo hacia la persona que ejerce el rol de padre. En cuanto a las niñas que pasan por
esta etapa del desarrollo psicosexual Freud "adaptó ligeramente la idea con Complejo de
Edipo para que englobas a estas, a pesar de que el concepto había sido desarrollado para
que cobrase sentido principalmente en los varones. Fue más tarde cuando Carl Jung
propuso el complejo de Electra como contraparte femenina al Edipo.
4. Etapa de latencia
Esta fase empieza hacia los 7 años y se extiende hasta el inicio de la pubertad. La etapa
de latencia se caracteriza por no tener una zona erógena concreta asociada y, en general,
por representar una congelación de las experimentaciones en materia de sexualidad por
parte de los niños, en parte a causa de todos los castigos y amonestaciones recibidas. Es
por eso que Freud describía esta fase como una en la que la sexualidad queda más
camuflada que en las anteriores.
5. Etapa genital
La etapa genital aparece con la pubertad y se prolonga en adelante. Está relacionada con
los cambios físicos que acompañan a la adolescencia. Además, en esta fase del desarrollo
psicosexual el deseo relacionado con lo sexual se vuelve tan intenso que no se puede
reprimir con la misma eficacia que en etapas anteriores.
La zona erógena relacionada con este momento vital vuelve a ser la de los genitales, pero
a diferencia de lo que ocurre en la fase fálica, aquí ya se han desarrollado las
competencias necesarias para expresar la sexualidad a través de vínculos de unión de
carácter más abstracto y simbólico que tienen que ver con el consenso y el apego con
otras personas. Es el nacimiento de la sexualidad adulta, en contraposición a otra ligada
solo a las simples gratificaciones instantáneas y obtenidas mediante actividades
estereotípicas.