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Ganador del Reconocimiento al Mérito Estatal de Investigación 2014 en la Subcategoría de Divulgación y Vinculación

La pirámide de Ehecatl Quetzalcóatl de


Oaxtepec Raúl Francisco González Quezada
Steffany Martínez Gómez

A l in te rio r d e las in stalacio n e s d e l b aln e ario El Bo sq u e e n la co m u n i-


dad de O axtepec (el antiguo Huaxtepetl), Municipio de Yautepec, Mo-
relos se encuentran actualm ente expuestos a la visita pública condi-
cionada al pago del acceso a los servicios del lugar, una serie de elem entos
arqueológicos pertenecientes con alta probabilidad todos ellos al período lla-
m ado Posclásico Tardío (1325-1521 d.n.e.).
Desde el acceso al lugar, en los arcos de entrada ha sido em potrada con con-
creto una escultura antropom orfa de origen previo a la invasión española. Al
interior del lugar y protegido por una m alla ciclónica perim etral se expone un
elem ento petrograbado denom inado localm ente com o “piedra de los sacrifi-
cios”, la cual es en realidad un canto rodado en la ribera sur del R ío Yautepec
con m arcas de actividades de desbaste y pulido de artefactos líticos. O tro
elem ento exhibido en la cercanía de un m anantial, es una escultura zoom or-
fa que representa una serpiente enroscada que ha perdido la cabeza, ésta es
altam ente coincidente con una antigua “m ojonera” referida en el pleito de tie-
rras entre las com unidades de Huaxtepetl y Tlayacapan durante el virreinato,
figura a la que le llam aban thequque “…lo que en idiom a castellano quería
decir culebra de piedra la que luego nos dem ostraron dentro de un ojo de
agua y tenía com o una bara…” (AGN Vista de ojos del Pueblo de Tlayacapan,
1766:91v).
En la m argen sur del R ío Yautepec corre una geoform a elevada de m aterial
basáltico con orientación este-oeste, la cual m uestra en su sección m edia en el
punto m ás alto, una estructura arquitectónica piram idal de planta circular y un Fachada sur con la perspectiva de las alfardas. (Fotografía Jorge Alberto Linares R am írez)
escalonam iento con alfardas, la cual está orientada hacia el este, en un estado crem enta el riesgo de sufrir un daño m ayúsculo por colapso, incluso no sería
deplorable de conservación. descabellado indicar que la visita pública se ha vuelto peligrosa porque ha
La zona arqueológica no se encuentra bajo custodia del Centro INAH More- perdido capacidad de carga estructural en algunas secciones, com o en la alfar-
los, pero ha sido referida por investigadores que han explorado esta región da sur cuyo rem ate está al punto del colapso. A pesar de que la visita al sitio
que por las referencias etnohistóricas con que contam os sobre el altépetl de la venden com o parte de los “atractivos” del balneario, no m ás del diez por
Huaxtepetl, debió haber sido un gran centro urbano, el cual fue conform ado ciento de los visitantes llegan a tal punto en su visita y sinceram ente pocos de
incluso com o cabecera de tributación junto con Cuauhnahuac para la Excan ellos se enteran que acam pan en una zona arqueológica.
Tlatolloyan (Triple Alianza) para la extracción de la riqueza de m uchas com u- Es notorio que hace algún tiem po la estructura fue intervenida al grado de la
nidades al sur de la Sierra Chichinautzin. (Nalda 1980; García Besné 1986; reconstrucción con el uso de concreto. En la fachada trasera del tem plo, la
Sm ith, Michael E., Tim othy S. Hare y Lisa M. Montiel 2006; Góm ez Serafín que observa hacia el poniente, es notorio que le fue agregado un enlucido de
2011) concreto que es tan viejo y se encuentra tan m al colocado que los grafitis m o-
En las condiciones en las que se encuentra actualm ente ésta pirám ide se in- dernos que la vandalizaron hace algunos años ya se han perdido parcialm ente
junto con este enjarre de concreto.
La pirám ide carece de vigilancia continua y se ha convertido en un espacio
libre para visitantes con pretensiones en casos, de carácter depredador. Algu-
nos visitantes claram ente llegan a observar en este espacio lejos del bullicio
del balneario y poco vigilado, un lugar para ejercer prácticas sociales que
afectan el patrim onio arqueológico.
En antiguo altépetl de Huaxtepetl tiene una ocupación que espacialm ente no
se ha podido precisar a través de proyectos arqueológicos que hayan involu-
crado recorridos sistem áticos acom pasados con excavaciones arqueológicas y
análisis regionales de los m ateriales arqueológicos que eventualm ente se pu-
dieran recuperar. Q uizá la gran tragedia es el desarrollo de grandes proyectos
constructivos que llegaron antes que la investigación de largo alcance. Asen-
tam ientos com o Lom as de Cocoyoc, R eal de O axtepec, Altos de O axtepec,
Vergeles de O axtepec, Praderas de O axtepec, Santa R osa, El Capulín, José
O rtíz, el Parque Acuático O axtepec han generado una presión urbana que han
m inado las posibilidades de entender el antiguo asentam iento de Huaxtepetl.
Los asentam ientos arqueológicos identificados se encuentran en vínculo di-
recto con la Cuenca del R ío Yautepec la concentración de m anantiales con
su epicentro en las inm ediaciones del actual centro de O axtepec. Al norte del
R ío Yautepec el antiguo asentam iento habría ocupado un espacio com prom e-
tido hacia el norte hasta Santa R osa, incluidos sitios com o El Púlpito y Lom as
de Cocoyoc; hacia el sur del R ío Yautepec alcanzaría quizá hasta la Alejan-
Plantaas arquitectónicas de cuatro sitios del Posclásico en el Altiplano Central. Calixtlahua- dra pasando por la Tehuixtlera, ya en las inm ediaciones de la carretera hacia
ca, Huexotla y Acozac (Estado de México); Zultepec-Tecoaque (Tlaxcala). (Tom ado de Izúcar de Matam oros (cfr. Góm ez Serafín 2011:32, 85 y ss.). En este espacio
Sm ith 2008:134) se habrían de desarrollar m om entos ocupacionales desde el Preclásico Medio
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hasta el virreinato y en la actualidad.


La estructura piram idal presente en O axtepec de planta circular es altam ente
posible que pertenezca al Posclásico (900-1521 d.n.e.). Este tipo de estruc-
turas se repiten en m últiples sitios de este período en el Altiplano Central,
tales com o Mexico-Tenochtitlan, Mexico-Tlatelolco, Calixtlahuaca, Acozac,
Huexotla, Zultepec-Tecoaque, Teopanzolco, Tula, Malinalco, Coatetelco, etc.
Sobre su solución arquitectónica nos hablan Sahagún, Durán y Torquem ada,
e insisten en su planta redondeada y la inclusión de una cubierta tam bién re-
donda llam ada xacalli. En Calixtlahuaca, Tenochtitlan, Tlatelolco y Malinalco
se encontraron directam ente asociados a los tem plos redondos esculturas con
los signos de Ehécatl. En general parece incluso haber un canon del partido
arquitectónico que em pata perfectam ente con la estructura de la Zona Ar-
queológica localizada en el balneario El Bosque. Todos ellos m antienen una
planta arquitectónica que incluye una sección rectangular donde se localiza
el escalonam iento, el tem plo en la cim a es de planta circular, y fundam ental- Esquem a de las orientaciones arquitectónico-astronóm icas de la pirám ide circular de
m ente a excepción de Malinalco, los tem plos están orientados hacia el este. Huexotla (Tom ado de Sprajc 1996)
Su orientación ha perm itido considerar que deriva del m ito de la creación del
quinto m undo que em ergió por el oriente donde vieron los dioses Q ueztzal- De esta pirám ide no contam os con las m ediciones precisas de sus orienta-
cóatl, Ehecatl, Tótec o Anáhuatl y Tezcatlipoca R ojo (Matos y Barrera 2011). ciones arquitectónicas, pero por lo que conocem os de otros ejem plos inves-
A ello habría que añadir la presencia de alfardas rem atando el escalonam iento, tigados, las expectativas de descubrir elem entos relevantes sobre el orden
en la m ayoría al parecer de carácter liso. cosm ovisional y sus efectos en la arquitectura son altas. El m ejor caso que se
Las estructuras piram idales de planta circular son m uy antiguas en Am érica ha analizado desde esta perspectiva en el Altiplano Central es la estructura lo -
Media, su presencia prim era quizá se concentre en sitios com o La Venta en calizada en Huexotla, al sur de la ciudad de Texcoco en el Estado de México,
la Costa del Golfo, Guachim ontones, El Arenal, San Felipe y el Cam panillo ubicada fuera del centro urbano de esta ciudad, precisam ente al sureste sobre
en la región O ccidente de México, así com o en Cuicuilco en el suroeste de una lom a de pendiente ligera. Su orientación es hacia el este y cuenta con
la Cuenca de México, desde 1000 años antes de nuestra era (Morán y R am os dos fases constructivas. Cada fase constructiva cuenta con una orientación
2013). Sin em bargo, estas estructuras piram idales de planta circular tan anti- distinta aunque estas no son hacia donde m iran directam ente las escaleras,
guas, previas a Posclásico, tienden a reducir sus cuerpos m ientras adquieren sino precisam ente desde la orientación de las alfardas hacia el poniente “…Las
altura, no m uestran alfardas, pocas tienen una sección de planta rectangular m ediciones con tránsito efectuadas en noviem bre de 1988 … revelaron
asociada al escalonam iento y su orientación es frecuentem ente hacia el po- que el eje de la escalinata de la segunda fase tiene el acim ut de 107º
niente, todas ellas diferencias con las estructuras del Posclásico Tardío que 26’, que parece estar relacionado con el Sol. La subestructura, en cam -
están dedicadas a Ehécatl según lo corrobora la inform ación etnohistórica, los bio, m uy probablem ente fue orientada hacia el extrem o norte de Venus
registros de orientación con fenóm enos de la bóveda celeste y arqueológica- vespertino”. (Sprajc, 1996:79).
m ente con los hallazgos de las esculturas de esta deidad. Asim ism o, la topografía circundante del lado poniente reafirm a su relevancia,
La estructura piram idal de O axtepec está orientada en efecto hacia el este, pues al prolongar el eje hacia el horizonte, la línea visual pasa por el Pico
consta de dos cuerpos y vista en planta la sección oriental tiene form a rec- Tres Padres, el cerro m ás alto visible en el horizonte noroccidental (3000
tangular con presencia de dos escalonam ientos rem atados con alfardas lisas, m snm ), situado al norte de la ciudad de México y a unos 30 km de
las del segundo cuerpo parecen haber sido agregadas posteriorm ente y llam a Huexotla. Venus, visto desde la estructura circular de Huexotla, se coloca de-
la atención que su altura es incluso ligeram ente m ayor que el piso de la cim a trás del Pico Tres Padres cuando alcanza sus extrem os norte, m ism as fechas
del tem plo. que corresponden al inicio de la época de lluvias, es decir, a principios de
Aparentem ente el espacio construido en la sección alta fue de planta tam bién m ayo (Sprajc, 1996:81-82).
sem icircular y si estam os en lo correcto, la cubierta habría sido acaso un xaca- Esto quiere decir que el fenóm eno astronóm ico, el cual pudo observarse des-
lli de form a cónica. El prim er cuerpo m uestra una volum etría bicónica donde de la subestructura, era apreciado hacia el lado poniente ya que su alineación
el cono superior en su contacto con el inferior deja una pequeña saliente a resultó coincidir con el Pico Tres Padres y las paradas m ayores de Venus ves-
m anera de gotero. pertino, m edidas que corresponden a una declinación que va de los 24º a los
La estructura m uestra diversos m om entos de saqueos recientes. Estos han 27º, y en ocasiones poco m ás de 27. Algo curioso que podem os apreciar es
dejado profundas oquedades, el m ás trágica es la ejecutado en la sección alta que la ubicación del acceso o escalinata (lado oriente) no indica la direc-
donde la profundidad de la horadación de saqueo ha dejado casi sin capaci- ción del registro astronóm ico, situación opuesta para los tem plos que tienen
dad de carga efectiva al m uro perim etral del segundo cuerpo que se sostiene una orientación solar, en los cuales se consideraba la escalinata y el fenóm eno
con dificultad. astrónóm ico juntos.
En m últiples puntos hace falta junta y calces, así com o pérdida de m am pues- Es frecuente que los tem plos previos a la invasión española estuvieran orien-
tos que unirían las coronas de las alfardas del segundo cuerpo con el resto tados hacia cerros prom inentes en sus alrededores, y en m uchos casos estas
del m ism o, las cuales han quedado peligrosam ente exentas de la estructura. orientaciones solían tener un sentido astrológico, en el sentido que se vin-
La estructura desplanta directam ente sobre el m aterial parental que es una culaba con su cosm ovisión y en específico con su religiosidad. R especto a
roca volcánica basáltica, de la cual está conform ada toda la geoform a sobre la Venus, los alineam ientos hacia sus extrem os com o estrella de la tarde, que es
que se encuentra este asentam iento. el caso de Huexotla, indican fenóm enos que delim itan la época de lluvias y
Los escalones del segundo cuerpo se han perdido en m ás de la m itad de sus el ciclo agrícola, a lo que se ha llam ado com plejo Venus-lluvia-m aíz, el cual
sillares y la vegetación florece en todo espacio donde la junta se ha perdido “… form a parte de la versión epiclásica del culto a Q uetzalcóatl, en la
así com o en los pozos de saqueo. Derivado de este estado ruinoso y a la au- que se han integrado tanto la serpiente em plum ada com o Ehécatl. La
sencia de sello, la estructura sufre hum edades descendentes que agrava aún divulgación de esta novedosa religión en varias partes de Mesoam érica
m ás su condición. se puede atribuir a la expansión de los pueblos del área del Golfo (los
putun-olm eca-xicallanca)” Estas poblaciones com enzaron a erigir tem plos cir-
culares consagrados a Q uetzalcóatl-Ehécatl, los cuales se siguieron edificando
durante el periodo Posclásico, algunos de ellos con alineam ientos hacia los
extrem os de Venus vespertino (Sprajc, 1996:80, 115-116).
Se ha considerado que la subestructura de Huexotla con base en la presencia
de la cerám ica tipo Azteca Tem prano habría sido construida aproxim adam en-
te entre 1150 y 1350 d.n.e. “…la m ejor correspondencia entre la orienta-
ción de la subestructura del Circular y los extrem os m áxim os norte de
la estrella de la tarde sería a m ediados del siglo XII… parece que la evi-
dencia astronóm ica apoya el fecham iento arqueológico” (Sprajc, 1996:80).
Tanto en Huexotla com o en Huaxtepetl los tem plos de planta circular habrían
funcionado en lugares privilegiados en los asentam ientos, quizá no subor-
dinados a los proyectos arquitectónicos de los centros urbanos com o Teo-
panzolco o Coatetelco. Q uizá estos tem pos se hayan desplantados donde se
podía asegurar orientaciones con cierta precisión y coincidencia con el ciclo
cosm ovisional de la sociedad que los produjo.
La estructura piram idal de planta circular dedicada con alta posibilidad a Ehé-
catl en Huaxtepetl es una gran oportunidad para investigar la expresión fe-
nom énica de este culto en la m arginalidad del sistem a social del Posclásico,
donde diversos centros hegem ónicos establecieron cultos análogos, se difun-
Fachada este donde se aprecia los dos cuerpos escalonados con rem ates de alfardas. dieron com o elem entos asociados al poder y se incluyeron en la planifica-
(Fotografía Jorge Alberto Linares R am írez) ción de grandes ciudades. Estos cultos tuvieron su expresión tam bién entre
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los grupos subalternos com o O axtepec que por estrategia tributaria la Excan INAH, México.
Tlatoloyan hacia el Posclásico Tardío eligió para colocar a sus cobradores re- Matos Moctezum a, Eduardo y R aúl Barrera R odríguez
gionales de tributos (calpixque) donde de las riquezas locales eran entregadas 2008 El Tem plo de Ehécatl-Q uetzalcóatl del recinto sagrado de México-
gracias al m iedo de enfrentar a los déspotas arm ados de la Cuenca de México. Tenochtitlan. Arqueología Mexicana , No. 108:72-77.
La pirám ide circular de O axtepec podría m ostrar tanto una orientación ca- Moran Hernández, Carm en Margarita y Luisa Massiel R am os Iglesias
nónica hacia el este vinculada en su generalidad con Q uetzalcóatl y quizá 2013 Estructuras de Planta circular en el Salvador. Entorno, Universidad
presente al igual que Huexotla orientaciones inversas hacia el poniente vincu- Tecnológica de El Salvador, w w w .utec.edu.sv, Abril 2013, núm ero 52: 10-
ladas con Venus o el Sol. Esto lo averiguarem os en cuanto podam os realizar 23, SSN: 2218-3345. http:/ / w w w .utec.edu.sv/ m edia/ publicaciones/ flips/ en-
las m ediciones correctas en los m om entos específicos que nos perm ita corro- torno/ entorno52/ files/ revista%20entorno%20no.52.pdf
borar o rechazar esta hipótesis. Antes de ello, necesitam os que la estructura Sm ith, Michael E.
se conserve y sobre será preciso avanzar esfuerzos institucionales y con la 2008 The Aztec Em oire. En The Aztec World . Brum fiel, Elizabeth y Gsby
com unidad local. M. Feinm an (Editores). Harry N Abram s Inc, Chicago.
Bilbliografía Sm ith, Michael E., Tim othy S. Hare y Lisa M. Montiel
García Besné, María de las Mercedes 2006 R econocim iento superficial del Valle de Yautepec, Morelos. Inform e
1986 Posibles desplazam ientos teotihuacanos durante el Clásico en O axte- Final. Inform e entregado al Consejo de Arqueología, Instituto Nacional de
pec . Tesis de Licenciatura en Arqueología, ENAH, México. Antropología e Historia.
Góm ez Serafín, Susana Sprajc, Ivan
2011 Altepetl de Huaxtepec. Modificaciones territoriales desde el siglo XVI. 1996 Venus, lluvia y m aíz: sim bolism o y astronom ía en la cosm ovisión m e-
soam ericana , INAH, México.

Resguardos para el alma, las cruces de los


caminos América Malbrán Porto

H an pasado los días de m uertos y a lo largo de los cam inos, carrete-


ras y calles de ciudades y pueblos se aprecian las cruces y pe-
queñas “capillas” o nichos adornadas con flores, que lentam ente van
m uriendo. Se han vuelto un elem ento tan com ún que m uchas veces pasan in-
m itas”, m ientras que en Perú se les llam a “Alm itas”. Son producto de una
com binación de creencias com o el anim ism o, politeísm o y religiones conven-
cionales.
La anim ita tiene im plícitas las nociones de hogar, m uerte, alm a, fe, fam ilia y
advertidas salvo en los casos en que hay m uchas agrupadas en un solo lugar, tragedia, las cuales pueden com binarse de las m ás variadas form as, dando luz
es entonces cuando nos dam os cuenta que estam os en un espacio virtualm en- a un paisaje m ortuorio que se adapta a las condiciones sociales y geográficas
te peligroso, sin em bargo al pasar el tram o, todo vuelve a la norm alidad y ellas de cada ciudad, cam po y cam ino.
vuelven a quedar en el olvido. Se considera que si el alm a del difunto auxilia en las soluciones de problem as
Esta costum bre de colocar cruces en el lugar donde falleció alguien está pre- el deudo le debe agradecer poniéndole una placa, o exvoto. A m edida que se
sente en diversos países de Latinoam érica, claram ente influenciados por el juntan las placas se entiende que es una anim ita m ilagrosa y aum enta la canti-
cristianism o, pueden ser desde sim ples cruces de m adera o m etal, para que dad de fieles. De esta form a las anim itas vienen a cum plir (o suplir) la función
sean m ás duraderas, lápidas o placas labradas, hasta pequeñas casitas cons- de los santos populares.
truidas de cem ento y ladrillo, todas ellas con el nom bre y la fecha de naci- La anim ita com o expresión viva es un fenóm eno de encrucijada en cuanto
m iento y defunción, y en algunas ocasiones un epitafio. puede ser leída desde lo religioso, lo social, lo psicológico, filosófico, iden-
En el interior de las casitas se colocan veladoras, objetos personales, flores, titario, estético y patrim onial. Son un com ponente del paisaje cultural de los
fotos, rosarios, im ágenes santas y algunas veces hasta un foco que se m antie- cam inos y carreteras a lo largo de todo el Continente. Su valoración sim bó-
ne encendido todo el año. Inclusive en las calles de las grandes ciudades de lica sin em bargo varía de región a región. Mientras en algunos lugares son
México se pueden encontrar estas cruces y la colección de veladoras que han veneradas, respetadas y tom adas en cuenta com o una form a de patrim onio
quedado asociadas a ellas. colectivo, e incluso son cuidadas y restauradas. En México se dan casos com o
O tras son com binaciones de cruces y casitas, y tam bién se observan m onu- el ocurrido en Nayarit en febrero de 2010, en que el alcalde Héctor Paniagua
m entos funerarios sim ilares a los que se encuentran en los cem enterios o Salazar m andó retirar durante horas de la m adrugada cerca de 200 capillitas y
variantes tales com o pequeñas vitrinas para resguardar los objetos persona- cruces porque “se veían m uy feas”. Los trabajadores que fueron entrevistados
lesde las inclem encias del tiem po, hasta verdaderos m ausoleos en los que se por la periodista Paty Aguilar (2010) m encionaron que:
incluyen im ágenes de santos o Vírgenes. “Jam ás en su vida se hubieran im aginado tener que hacer “eso” por conservar
Su fin, com o aquellas que se encuentran en los cem enterios, es honrar y re-
cordar al finado y se les suele dar el m ism o trato que a las de los panteones
durante los días de m uertos, en que se adornan y llenan de flores, a partir del
día 28 de octubre en que se recuerda a quienes m urieron por causa de un
accidente, por violencia o asesinados.
Estas capillitas o cruces son espacios sim bólicos destinados a lograr que el di-
funto descanse en paz para de esta m anera evitar que su alm a ande penando,
ya que se entiende que los fallecidos en circunstancias trágicas dejan su alm a
o ánim a vagando en el lugar donde cayeron o son sepultados y de esta form a
necesitan de la construcción de los tem pletes. Se entiende entonces que este
espacio está destinado al alm a del finado y no a su cuerpo, por lo que la rela-
ción con este tipo de difunto es diferente a la que se da con aquellos que han
m uerto en su casa o en un hospital y que llegan directam ente al cem enterio
después de haber sido velados. En este caso ese paso no existe, de ahí que sea
necesaria la construcción de la capillita o colocar la cruz, entonces se le puede
pedir al alm a que intervenga frente a los santos o el m ism o Dios
Para la Iglesia católica la presencia de las cruces en las carreteras no tiene gran
significado, sin em bargo estipula que deben ser bendecidas antes en una m isa
de difuntos.
Es probable que esta tradición se iniciara en el periodo colonial y que tenga
su origen en la Europa o España Medieval. Probablem ente una rem iniscencia
la encontrem os en las cruces a lo largo de los cam inos Europeos, que seña-
laban la cercanía de una población, o bien en las cruces que se encuentran a
lo largo del Cam ino de Santiago, cuya función es m ostrar al peregrino el iti-
nerario correcto para llegar a Com postela; antiguam ente eran un lugar donde
los cam inantes se detenían a rezar o a descansar. Tal vez la presencia de estas
cruces en los cam inos am ericanos esté relacionada, adem ás de con el resguar-
do del alm a del difunto, con la piedad del peregrino de rezar ante la cruz por
esa ánim a desgraciada.
En ciertos países de Sudam érica estos espacios reciben el nom bre de “Ani-

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