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El Lobo de Jayne´ll 1
El Alpha de Kevin´s 2
El Mago de Farren 3
El Fantasma de Elijah 4
El Segador de Porter 5
El Toque de Temple 6
1
Sinopsis
Madison Archer sueña con el día que pueda reclamar a Temple como su
compañero. Sin embargo, cuando Temple se marcha a la escuela, Maddie
se preocupa de quedar en el olvido entre los nuevos amigos de Temple.
Puede que un medio lobo no pueda comprender el enlace entre
compañeros.
2
Capítulo 1
Cruzando la plaza, Temple Stewartson examinaba el campus, intentando
emparejar el actual terreno con sus recuerdos de las fotos en el álbum de su
padre. Localizó unos pocos edificios nuevos, pero no había grandes
transformaciones. El aire vibraba por todos los hechizos de protección que
estableció el Director Jaynell, un hombre al que Temple llamó tío desde
que dio su primer paso.
La magia del tío Jay impregnaba el aire como el rocío húmedo en la hierba
por la mañana, dejando un residuo brillante en todo lo que tocaba. Temple
dudaba que los magos puros siquiera notaran la energía que saturaba su
campus. Absortos en aprender sobre sus nuevas habilidades, tenían poca
atención para perder en cualquier otra cosa. Temple había crecido cerca del
gran mago y conocía el olor del hogar. Jay podría no ser su verdadero tío,
pero en una manada, todos los adultos de una generación mayor se
convertían en tío o tía para enseñar y guiar a los jóvenes.
—Reena tiene razón, tienes que entrenar tus poderes —Cannon dijo. Sus
ojos amarillos de alfa brillaban de un amarillo metálico. Cannon tenía la
bestia más fuerte que ninguno de ellos, apenas contenida bajo su fachada
humana. Fue el primero en sugerir que ellos comenzasen una manada.
Todos accedieron, sabiendo que Cannon no podría quedarse con su manada
de nacimiento mucho más tiempo. Aunque su hogar había sido un sitio
agradable para crecer, ninguna manada podía tener dos Alfas. Como los
hermanos Stewartson no abandonarían a su hermano planearon mudarse
juntos cuando Temple terminase su educación. 4
Sin embargo, necesitaban ser capaces de proveer financieramente a su
manada antes de mudarse, y pedir a Papá y Mamá dinero abollaría esa
independencia. Los dos hermanos de Temple encontraron su sitio en la vida
y se estaban preparando para su pequeña manada. Cannon ya había
comenzado a ahorrar un buen colchón para ellos con su compañía de
construcción y Reena había comenzado su propia compañía de inversiones
para cambiaformas. Su habilidad para manejar el dinero había convertido
su pequeño fondo financiero en una cantidad respetable. No lo suficiente
para una pequeña casa para la manada, pero estaban acercándose. Una vez
que Temple comenzara a añadir a los fondos, crecería mucho más rápido,
pero Temple necesitaba terminar cuatro años en la escuela de magia antes
de poder abrir una clínica curativa empática para ayudar emocionalmente a
cambiaformas dañados.
—Llevo unos cuantos días sin ver a Maddie. ¿Cómo lleva que vayas a la
escuela?
—Lo siento, Temple. —Reena bajó los ojos para aplacar al lobo de 5
Temple. La sinceridad de Reena suavizó a la bestia de Tempel. Asintió,
aceptando su disculpa. Aún tardó varios minutos hasta que sus dedos
cambiaron completamente a humanos.
—No puedo pensar en él estando con alguien más. —Las manos de Temple
temblaron por la idea de su dulce lobo dando su atención a otro. Las
inseguridades de la niñez le alteraron. Sin ser suficiente como lobo, apenas
un mago ¿Qué tenía para ofrecer? Haría cualquier cosa para mantener lo
único bueno en su vida.
Temple soñaba con tener uno o dos cachorros, aún con su genética
dañada. Maddie sería un fantástico padre. Grande, de naturaleza dulce,
Maddie siempre jugaba con los cachorros de la manada con la paciencia
de un santo. En general, los cambiaformas desconfiaban de la
inseminación artificial, creyendo que un niño vendría o no, y la gente no
debería interferir en los planes de la naturaleza. Un descenso en la tasa de
natalidad aún no había cambiado la mentalidad de la mayoría de los
cambiaformas.
Los recuerdos le trajeron al presente justo a tiempo para evitar golpear con
un árbol. Su corazón dolió por la visión de las ramas floreadas. —Maddie,
amarías este sitio. —Maddie adoraba la jardinería.
—Allá voy.
Abrió la puerta y descubrió a una gnoma sentada tras una amplia mesa.
Levantó la mirada cuando Temple entró.
—¿Y no te importa?
Crecer apestaba. Como niño, pasó infinitos días con su mejor amigo
corriendo por la casa de la manada, Maddie a menudo en su forma de lobo.
Ahora, eran jóvenes planeando sus carreras por separado. Se negaba a
pensar que era una situación permanente. Su lobo interior insistía en que
pertenecía a Maddie. Temple no estaba en desacuerdo, pero necesitaba su
diploma, no importa cuánto su lobo tozudo gruñese.
Temple se giró y vio a un chico con ojos grises y pelo negro, con una
sonrisa conocedora que curvaba sus labios. —¿Qué?
Los ojos de Dirk se iluminaron con interés. —¿Estás hablando del Director
Jaynell?
—Me encantaría escuchar más historias del director. Sólo le he visto por el
campus. Espera, eso significa que eres un cambiaformas. ¿Qué haces en el
campus? Pensaba que los cambiaformas no podían hacer magia. —El tono
de Dirk había cambiado de amistoso a sarcástico. 13
—Soy mitad mago. —Temple le dio una sonrisa falsa. Normalmente
pensaba sobre sí mismo como medio lobo. Esta fue la primera vez que se
consideró medio mago. Esto probaba que había entrado en una nueva
sección de su vida.
¡Imbécil!
Después de coger todo, se dirigió a la caja. Una vez que se quedó con el
bolsillo seco, Temple sacó la tarjeta de crédito que su madre sacó a su
nombre. La cajera le miró por un segundo.
—Um, no. No hay ningún problema. Solo que nunca antes he visto una 14
tarjeta de plata. He oído que no tienen límite.
No sabía por qué importaba. Seguro que no era el único estudiante con
padres ricos en el campus.
Al pasar otro edificio, echó un vistazo dentro, pero sólo había filas de
pupitres. Mañana estaría ocupando uno de esos asientos. Después de pasar
toda su niñez siendo uno de la manada, ahora podía ponerse a prueba
individualmente.
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Capítulo 2
Madison Archer se sentó en las escaleras de la casa de la manada,
centrando su atención en la acera. No hubo ningún cambio desde que se
quedó mirándola hace treinta minutos.
—Ya viene.
—Lo sé. —Lo hacía. Su lobo aullaba, y a pesar del poder de su alfa, el
cambiaformas más grande no pudo mantener su atención—. Pero un día no
lo hará.
El alfa James suspiró y se sentó a su lado. Maddie podía sentir el calor del
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fuerte cuerpo del cambiaformas más grande. James no habló, pero su
presencia calmó al lobo de Maddie. —Sólo fue a coger sus libros y aún va
a vivir aquí. Así no va a tener que compartir habitación con alguien que no
le guste a su lobo.
Maddie asintió ante el sentido común de su alfa. Las cosas podrían ponerse
rápidamente feas si Temple tuviese un compañero idiota. Al ser un medio
lobo, Temple tenía menos control sobre su bestia interior que aquellos que
se podían convertir totalmente, un extraño dilema entre un hombre pasivo y
un muy agresivo lobo interior. Maddie siempre pensó que el lobo de
Temple era más agresivo que la mayoría porque no podía salir.
—Lo sé. —Se mordió el labio inferior de nuevo. Aún podía dormir junto a
Temple por la noche, ¿Pero y todos los magos calientes que tendría cerca
todos los días? ¿Alguno de ellos intentaría arrebatarle a su compañero?
¿Pensaba Temple en él como su compañero? ¿Cómo podría Temple
escoger a un lobo que conocía desde la niñez sobre una escuela llena de
gente que podía discutir sobre magia y hechizos? Maddie no salía bien en
esa comparación.
—¿Qué es lo que te preocupa? Llevas tenso todo el día. —La cara de James
reflejaba su preocupación. El alfa estaba pendiente de los miembros de su
manada, pero a veces Maddie deseaba el anonimato.
—Ya me has oído. Si Temple ve que estás interesado en otro hombre y sois
realmente compañeros, su lobo se opondrá. Hay una fiesta de
emparejamiento la próxima semana, deberías asistir. Si sabe que no es el
único que tiene opciones, podría conducirle a reclamarte.
Maddie se puso de pie pero su pie derecho perdió el escalón. Buscó con
una mano para agarrar la barandilla, apenas parando a tiempo para evitar
caer al suelo. Enderezándose, vio a Temple salir de la limo, sin esperar al
conductor.
—¡Maddie!
Dio un paso atrás cuando Temple le soltó. — ¿Cómo fue tu primer día?
Tres largas y malditas horas. —Espero que te haya gustado la escuela tanto
como pensabas. —Su lobo interior aullaba descontento.
Temple le abrazó fuerte. —Va a estar bien, Maddie. Todo está bien.
Se mecieron adelante y atrás unas pocas veces hasta que Maddie liberó a
Temple y dio un paso atrás. Si no rompía el contacto ahora mismo,
terminaría montando a su mejor amigo y esa no era la forma en que
deseaba presentar la posibilidad de que eran compañeros.
Temple le dio una extraña mirada pero no dijo nada. —Espero que no sea
el tipo de cosa a la que vaya a tener que acostumbrarme.
Temple asintió. —Sé que lo harán, pero los magos sin grados no tienen el
mismo prestigio que los que lo tienen. Podría impedirme abrir mi propio
sitio si la gente cree que fracasé en la escuela antes incluso de comenzar.
—Bien. —Maddie no tenía grandes planes para su vida. Sólo quería cuidar
de Temple.
Temple se encogió de hombros. —Sólo recogí los libros y revisé las cosas.
No empiezo nada hasta mañana.
—Ouch. —Selwood se frotó la cabeza. —Sólo digo que será un gran mago
porque su otra mitad compensará. No quería que sonase así.
—No te preocupes, Sel. —Temple mordió una galleta pero no dijo nada
más.
Selwood les sirvió dos vasos de leche y se los dio como disculpa. —Creo
que ser empático es un trabajo duro. Preferiría ser un lobo. —Hizo una
mueca cuando se dio cuenta de lo que dijo.
No era exactamente la mención que había esperado con su nuevo plan, pero
al menos Temple le necesitaba para algo. — ¿En qué vas a trabajar hoy?
—No tengo que dormir solo. —Amontonarse juntos para dormir era una
tradición de la manada. No había vergüenza en preguntar por un
compañero para dormir.
—¿Lo prometes?
—He estado pensando que podría intentar llamar a mi avatar. Quiero poder
controlarlo antes de tener que hacerlo en clase.
—Te preocupa que te miren mal por no ser cien por cien mago, ¿Verdad?
—Maddie comprendía las preocupaciones de Temple mejor que nadie.
No había nadie con un corazón más grande que Temple. Maddie siempre
agradeció a los dioses y diosas que su manada tuviese un alfa tan increíble
y que todo el mundo se ayudase.
—Sí. —Maddie tomó una gran bocanada de aire y la dejó salir en pequeños
incrementos. El rápido latido de su corazón se ralentizó y el mundo dejó de
dar vueltas—. Estoy bien ahora. Lo siento. Debería haberme tumbado y
haber dejado esto para ti.
—No, está bien. Lo dejaré por hoy. Vamos. Te haré compañía. —Temple
cogió la mano de Maddie y le llevó a la cama—. Túmbate conmigo. Eso
siempre te hace sentir mejor.
—Sí, vale. —Maddie se quitó los zapatos y dejó que Temple se tumbase
antes de acurrucarse junto a él. Su lobo aspiró y se puso relajó,
inmediatamente feliz por estar con su compañero. Bestia tonta.
Maddie sonrió por el interés de Temple. —Muy bien. Harv dijo que podía
trabajar en un coche por mi cuenta mañana, lo que significa claro, con
alguien vigilándome cada segundo. Pero aun así, es un paso.
—Lo es.
Hubo una pausa antes de que Temple hablase de nuevo — ¿Lo llevas bien 28
de verdad? Parecías triste antes y sabes que eres la única persona que no
puedo leer.
—Lo sé. —Experimentaron con ello cuando eran niños. Temple podía
tocar a una persona y conocer sus sentimientos e incluso vagos
pensamientos. Con un poco de entrenamiento, Jay pensaba que Temple
podría hacerlo sin contacto físico, pero con Maddie, Temple tenía que usar
sus habilidades como lo haría un doctor humano. Algo en su relación
creaba una barrera entre ellos. Maddie siempre sospechó que era el enlace
de compañeros, pero no se atrevió a expresarlo.
29
Capítulo tres
Temple se dirigió a su clase de Teoría Mágica, con la esperanza de que el
Profesor Lungstrom resultase interesante. Era una clase de cinco días a la
semana y Temple ya lamentaba que fuese la primera en la mañana. Quizás
debería decir a tío Jay que no le apuntase a nada antes de mediodía. ¿Cómo
iba a asistir a las reuniones de la noche de la manada si tenía clases tan
temprano a la mañana siguiente? Quizás podría hacer que Jay le examinase.
Había aprendido la mayor parte del contenido de su padre mientras crecía y
lo que su padre no pudo enseñarle, Jay rellenó los espacios en blanco. A
pesar de su determinación de crecer sin un trato especial, fuertemente
consideró sacar la carta de compañero en la manada.
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Temple levantó la vista y se encontró con Dirk de pie sobre él. A su lobo
no le gustaba que nadie estuviese sobre ellos. Resistió la urgencia de saltar
a sus pies y gruñir al odioso hombre.
—Hola, Dirk.
—Lo hago. Estoy exento de unas cuantas clases. —Una chispa de furia le
atravesó. No necesitaba justificarse a nadie.
Dirk le miró con mala cara. —Debe ser agradable conocer al Director.
Puede que si le conociese, también pudiese librarme de algunas clases.
Los celos no le sentaban bien a nadie, y la bonita cara de Dirk perdió algo
de su atractivo por el arrebato de furia que atravesaba sus mejillas.
—Te ayuda desde que el director te entrena desde que naces. Sin
mencionar que mi padre y tíos están bien entrenados en varias artes
mágicas.
Podría ser sólo medio lobo, pero sus conexiones magas eran útiles.
—Te tiene pillado, Dirk. —Una pequeña chica con coletas marrones
sonrió—. Soy Daisy. Me especializo en magia de tierra.
Temple se echó a reír. —Espero que no estés esperando que eso ocurra. Jay
es uno de los magos más fuertes que han existido jamás, y su compañero es
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un lobo poderoso. Si tu padre piensa que va a tener la mínima oportunidad
de hacerle algo, será mejor que lleve pantalones de ácido porque Gabriel, el
dragón de tres cabezas de Jay, atacará a cualquiera que le vaya contra él.
Sin mencionar que no necesita el trabajo ni el dinero. Trabaja aquí porque
el consejo escolar le rogó que dirigiese la escuela. Podría irse en cualquier
momento y no tendría ningún problema.
—¿Y tú no? —Encontraba extraño cómo ella podía tener una opinión
diferente al resto de su familia.
—No. Dirk realmente tampoco. Dale una oportunidad. Hablaré con él. ¿De
acuerdo? —Le ofreció la mano de nuevo.
—Es genial. —Daisy metió las manos en los bolsillos traseros. — ¿Qué
quieres hacer cuando te gradúes?
—Nunca he escuchado eso antes. Parece una gran forma de usar tus
habilidades. Yo todavía no sé lo que quiero hacer. Mi magia es general. Un
poco de todo, pero no lo suficiente para que sea útil.
—No necesitas dinero para ser feliz, Daisy. Uno de mis amigos más
cercanos no tiene ni un penique a su nombre, pero es una de las mejores
personas que conozco. —Imágenes de Maddie pasaron por su cabeza.
Esperaba que Daisy le estuviese diciendo la verdad y que Dirk sólo tuviese
un mal día. Odiaría que le echasen de la escuela por arrancar la cabeza a
Dirk y arrojarla a la fuente.
—De acuerdo. Suena divertido. —Y con otro grupo de gente allí, Temple
no se sentiría como si estuviese en una cita.
—A las ocho.
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1
Happy hour: Periodo de tiempo en que se ofrecen descuentos en las bebidas.
Daisy se alejó, dejando a Temple con una sensación de intranquilidad. Su
lobo no estaba gruñendo, pero tenía la sensación de que había hecho algo
erróneo e irreversible.
—¿Una chica?
—No estoy interesado en él. —Temple dio otro paso hacia Maddie.
Temple se frotó las manos por los brazos intentando calentarse después del
repentino escalofrío. La ausencia del saludo de Maddie le heló los huesos.
Sin abrazo, sin frotarse las mejillas y sin la sonrisa de Maddie estaba
completamente perdido.
Temple corrió a alcanzar a Maddie. — ¿Va a ser así? ¿Salgo con otros 37
magos y ya no somos amigos? —La furia sobrepasó al dolor mientras
confrontaba a Maddie.
—No quiero que me des espacio. —Temple llevó a Maddie a sus brazos.
Se calmó. Esto era lo correcto—. Sólo puedo intentar hacer cosas sí sé que
estás esperándome. Eres mi red de seguridad. — ¿Cómo no se había dado
cuenta de su dependencia de Maddie a lo largo de los años? Sin el apoyo de
Maddie, nunca tendría el coraje para perseguir sus sueños.
Maddie restregó sus mejillas por las de Temple. —No voy a quedarme en
casa sentado mientras que vas de fiesta con tus amigos magos. El Alfa
James me ha estado animando a asistir al próximo encuentro de
cambiaformas. Es la misma noche en que sales. Puede que sea bueno para
los dos que conozca a gente nueva.
Temple se echó hacia atrás para mirar a los ojos a Maddie. —No se trata
del tiempo, sino de la persona. Yo no he tenido sexo aún tampoco y confía
en mí, no es algo que se deba superar. Espera a alguien especial. Y si tu
compañero cree que eres un perdedor por haberte reservado a él,
mándamelo y le patearé el culo. O si no puedo, haré que lo haga Cannon.
— parte de James, nadie podía vencer a Cannon en una pelea.
Nuestro.
Maddie negó con la cabeza. —No quiero que acortes tu noche para hacer
de niñero. Estaré bien. Puede que no sea el lobo más fuerte pero puedo
correr rápido si es necesario.
—¿Me ayudarás a elegir mi ropa? Tienes mejor sentido de la moda que yo.
—La esperanzadora sonrisa de Maddie retorció los intestinos de Temple.
Curvó los dedos para esconder las garras que surgían de las yemas de sus
dedos. Dos veces en un día era un nuevo record.
—Genial. Será mejor que te deje estudiar. Nos vemos. —Maddie besó a
Temple en la mejilla y se alejó.
—¿Mi compañero?
Mierda.
—¿Quién es Daisy?
—No. Pensé que era hora de conocer a gente fuera de la manada. Podría
necesitar conexiones en la comunidad más adelante para mis pacientes.
—No. Se lo expliqué.
—Sí, pero una vez que me encontró, se acabó. —La engreída sonrisa de su
padre hizo a Temple rodar los ojos.
—Ni una sola vez, pero todo el mundo es diferente y planteaste un buen
punto en lo de hacer amigos. Nadie vive en una isla. Si quieres ir,
mantendré un ojo en tu compañero durante la reunión, —su padre
prometió.
—No quiero hacerte daño, Maddie. —Haría cualquier cosa para ahorrar 43
dolor a Maddie.
Temple dio la vuelta a Maddie hasta que el lobo quedó tumbado bajo él.
—¿Por qué no dijiste nada?
44
Capítulo 4
Maddie casi se vino solamente con esas palabras. Él nunca había tenido
sexo y tener su primera vez con su pareja era el material de sus sueños
idealistas. Joder, él estaba contento de que había esperado y no le dio su
virginidad a uno de los lobos zalameros que venían a las reuniones. Temple
se apartó. Maddie gruñó.
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tenía lugar en el mundo de los shifters.
Los shifters quemaban tres veces más las calorías que los seres humanos.
No existían shifters gordos, su metabolismo no permitía la acumulación de
grasa con la cantidad de energía que gastaban en un día normal.
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Tragándose sus nervios, Maddie obedientemente rodó sobre su estómago.
Después de una pausa rompe nervios, Temple trazó una ruta en la línea
entre las nalgas de Maddie, burlándose de él antes de sumergir un dedo en
el botón de rosa entre ellas.
Cuando Temple no hizo nada más, Maddie se empujó hacia atrás con la
esperanza de animar a su pareja. —Estoy bien–más.
Temple empujó otro dedo dentro, luego los curvó, cepillando la próstata de
Maddie. Él se sacudió.
—¿Cómo sabes qué hacer? —Preguntó Maddie—. Dijiste que nunca has
tenido sexo, pero sin duda pareces saber lo que estás haciendo.
—No. Está bien. —El lobo de Maddie estaba más que feliz de mostrar su
vientre. Ambos lados de Maddie confiaban en Temple.
Antes de que Maddie pudiera preguntar por qué había esperado tanto
tiempo, Temple se empujó en su interior.
—Siempre has sido mío. —Temple susurró contra sus labios antes de
tomarlos en un beso duro y empujarse más profundo en su interior.
Maddie levantó su culo para ayudar a Temple. Él rompió el beso para dejar
salir un profundo grito. —Oh, mierda, sí, más. —Un hilo de letras pasaron
a través de su cabeza. Se esforzó para agarrar las suficientes para
agruparlas en palabras. Entonces ya no importaba porque el lenguaje entre
ellos las transformó a una nueva marca de comunicación basándose en el
tacto. Temple rozando sus dedos por el rostro de Maddie compartía su
amor, un beso en los labios transmitía necesidad, mientras que Temple
golpeando dentro de él revelaba un patrón arraigado de deseo.
Maddie asintió. Dejó que Temple tirara de él a sus pies. No pudo ocultar su
decepción.
—Lo sé. —Él tragó el nudo de lágrimas. Él no sabía por qué estaba
tomándolo tan mal. Él sabía que Temple se preocupaba por él y habían sido
amigos durante años. No había forma de que Temple no completaría su
unión. Su lobo, sin embargo, no tenía la comprensión humana y lloriqueó
por su pareja.
Temple lo arrastró hasta el baño y comenzó la ducha. Una vez que estaba lo
suficientemente caliente, tiró a Maddie bajo el agua con él. Temple
enjabonó a Maddie antes de hacerlo con su propio cuerpo.
Cuando Maddie se enjuagó y se giró para irse, Temple lo hizo girar. —Ya
sea que te muerda o no, tú eres mío. —Temple se abalanzó y hundió sus
dientes en el hombro de Maddie.
Reclamado. Finalmente.
—¿Qué pasa? —Maddie dio un paso hacia adelante y luego pasó un brazo
alrededor de la cintura de Temple.
Había visto a Temple realizar magia antes. Esta vez una sensación de
arrastre tiró de él hasta que se sentó en el suelo junto a Temple. Temple
acarició la espalda de Maddie como si estar junto a él y no tocarlo estuviera
más allá de su capacidad.
El pequeño lobo tenía ojos marrones tristes y la piel de color gris claro
recubierta de sangre. Los otros shifters lo lamieron, tratando de ofrecerle
comodidad al shifter, obviamente, traumatizado.
Jay se acercó y se arrodilló junto a ellos. Maddie había estado tan centrado
en el lobo herido que no había tomado nota de alguien no acurrucado con el
triste y derrotado shifter.
—¿Qué pasa con el enlace alfa? —A veces el lobo alfa podía hablar mente
a mente con otros lobos.
Temple se giró hacia él y Maddie vio los ojos de Temple brillar con una
combinación extraña de oro lobo y el poder de mago. Incluso cuando él
cambió parcialmente, su lobo nunca había aparecido tan fuertemente antes.
—Porque eres mi pareja. —Temple gruñó, sus incisivos creciendo.
—Está bien, está bien. Estás aquí para ayudarlo, no mutilarlo. Haz lo tuyo.
—Acarició la espalda de Temple, tratando de sacar a Temple de su
inesperada furia.
Temple negó con la cabeza y con unos pocos parpadeos sus ojos volvieron
a la normalidad. —Lo siento, supongo que nuestro vínculo es demasiado
nuevo para que sea capaz de soportar verte tocar a otros.
—Lo sabemos, pero sigues siendo nuestra mejor apuesta — dijo Jay—.
¿Puedes intentar?
Ellos nunca lo habían hecho de esta manera antes, pero Maddie había leído
que algunas parejas podrían tomar energía del otro. Bien podrían intentarlo
porque si alguien necesitaba un impulso adicional era este lobo.
Temple presionó una mano en la frente del lobo y la otra sobre su corazón.
—Que encuentres la paz con tu pasado y estés a gusto.
—Tal vez sea porque somos pareja. Deberías hablar con el tío Jay y el tío
Kevin, ambos tienen parejas shifters. —Maddie se deleitó en el tacto de
Temple—. ¿Qué pasó con el lobo?
—Huh, tal vez lo comprobaré más tarde. —Maddie no podía evitar la idea 55
de que él debería conocer al extraño lobo.
Maddie se rió. —Lo mismo para ti. Escuché que las túnicas sacerdotales
son la cosa caliente para salir de fiesta en estos días.
—No sabes lo que te gusta. Ninguno de los dos lo hace. —Los ojos de lobo
de Temple brillaban—. Tengo ganas de explorar un montón de cosas
contigo.
Maddie esperó hasta oír a Temple salir del edificio antes de dejar escapar
un aullido solitario. Él no se molestó en vestirse. En su lugar, abrió la
puerta y luego cambió. Su pareja se había ido y la mitad lobo en él
necesitaba correr de su angustia.
—¡Temple se fue! —No había tenido intención de hacerlo sonar como una
traición brutal, pero no pudo evitar el llanto que lo dejó.
—Lo sé. Mi hermanito está loco por ti. Ahora, ve a tu carrera y haz algo de
ejercicio, estará de vuelta antes de que te des cuenta.
—¿Problemas de pareja?
—Puedes cambiar el aceite en ese Pontiac allí. —Harv señaló a un auto gris
colocado en la bahía de tres. 59
—¿Yo solo?— Él no había hecho nada por sí solo aún.
Unas pocas horas después él había cambiado el aceite en tres autos y había
ayudado a rotar los neumáticos en el Pontiac.
Harv le dio una palmada en la espalda. —He estado pensando que es hora
de añadirte a la nómina.
—¿En serio?—Maddie había pensado que el lobo más viejo habría tratado
de embaucarlo para conseguir tanta mano de obra gratis como fuera
posible.
—No voy a conseguir mi culo pateado por el alfa porque cree que estoy
aprovechándome. —Harv metió un trapo aceitoso en su bolsillo trasero—.
Eres un buen chico y yo sé que quieres hacerlo bien por tu pareja.
60
Cubierto de sudor y grasa, Maddie se dirigió a casa. Por suerte, podía
caminar a casa desde el garaje. Tal vez era tonto que un mecánico no fuera
propietario de un auto, pero Maddie no quería el gasto extra. Él no tenía
una familia rica como Temple y tenía que ahorrar cada centavo para darle a
su pareja la vida que quería.
A una cuadra de la casa de la manada, una figura delgada salió de entre los
arbustos. —Ahí estás.
Su lobo empezó a gruñir una baja advertencia. A ninguno de los dos lados
de Maddie le gustaba esta nueva situación. Un vistazo rápido alrededor le
mostró que no había nadie más en la calle. La sospecha lo puso a olfatear la 61
zona. Nada sobresalía como inusual, pero no pudo evitar la sensación de
que algo estaba mal. ¿Por qué Kaleb lo emboscaría aquí en vez de hablar
con él en la casa de la manada? — ¿Por qué estás aquí solo? ¿No deberías
estar todavía curándote?
Maddie dio un paso hacia atrás. —Ya veo. ¿Qué te pasó? ¿Quién te hirió?
—Debido a que mi padrastro quiere una línea de sangre pura y soy parte
mago. Él te necesita para su plan.
62
Capítulo 5
Sin Maddie.
Huh.
—No. Acabo de comprobar. Llamé al garaje y Harv dijo que Maddie salió
hace tres horas. No lo puedo sentirlo a través del enlace de manada, ¿y tú?
—Sí.
—En realidad, no piensas que ellos están afuera corriendo, ¿verdad? —le
preguntó el alfa.
Temple lo siguió, más lento. Una nube oscura se había envuelto alrededor
de él y lo mantuvo apretado. Respirar tomaba toda su concentración. Sin
Maddie nada tenía sentido. Maddie jamás solo habría escapado si pensaba
que Temple estaría en casa pronto. No era el ego lo que tenía pensando que
Maddie estaría esperándolo, era la experiencia. ¿Quién querría hacerle daño
a Maddie? Nunca había nacido un lobo más dulce.
Reena corrió tras ellos. — ¿Qué? No voy quedarme atrás. —Reena cruzó
de brazos y golpeado ligeramente sus largas uñas.
Cannon negó con la cabeza. —Los llamaremos una vez que encontramos a
Maddie. Ellos no pueden hacer nada en este momento.
—¿En serio? —Reena levantó las cejas hacia Temple—. ¿Maddie saliendo
a comer con alguien aparte de ti? ¿Sin llamar?
—Porque estoy cansado de la gente que piensa que soy un idiota. Agarrar a
un lobo herido y exigirle respuestas no me va a ganar ningún premio de
popularidad.
Reena resopló. —No sabía que estabas compitiendo para el concurso del
lobo más popular.
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podemos manejar tanta ternura.
Continuaron siguiendo el olor del extraño lobo hasta que otro olor llamó la
atención de Temple. —¡Maddie!
—El auto como que arruina las cosas. No tenemos ninguna idea de a dónde
podría haber ido. —Reena pasó un brazo alrededor de la cintura de Temple,
ofreciendo comodidad silenciosa—. Resolveremos esto.
—¿Cómo podría alguien hacer que Maddie vaya a alguna parte sin mí?
—Bueno, claro, no pensaste que tendríamos una manada sin él, ¿verdad?
—Preguntó Cannon.
Reena le dio un codazo, sus huesos afilados peor que cualquier cuchillo. —
Lo que mi hermano está tratando de decir es que Maddie ha desaparecido.
—Es una cosa alfa. Tal vez Cannon tendrá la misma capacidad. —
James cabeceó hacia hermano de Temple—. En cuanto a los
sobrevivientes, debe tener al menos una tía o un tío que sobrevivió. La
pregunta es, ¿por qué lo quieren ahora? Si sabían dónde estaba, ¿por qué no
sólo vinieron a invitarlo a visitarlos? ¿Por qué el ardid para infiltrarse en
nuestra manada y noquear Maddie? Maddie es un lobo amistoso. Él se
alegraría de conversar con sus familiares psicóticos si tan sólo le enviaran
un correo electrónico.
—Por supuesto que sí. —Jay tomó la piedra—. Kevin, ¿me podría entregar
ese mapa del estado sobre la mesa junto a ti?
—No sé. —Nunca había visto este tipo de hechizos ser lanzado antes.
72
Capítulo 6
Un grito despertó a Maddie bruscamente. El ruido, sentido y discordante,
cortó a través del subconsciente de Maddie y lo sacó del lugar oscuro en el
que había caído. Miró a su alrededor.
¿Dónde estoy?
—¿Dónde estoy?
73
nunca había estado aquí antes. ¿Cómo alguien neutralizaría cada posible
aroma?
Aún nada.
—Espeluznante. —Él no podría saber dónde estaba ni por qué todo eso le
quedaba pero él no tenía intención de queda el tiempo suficiente para
encontrar las respuestas. Él tenía que volver con Temple. Su pareja debía
estar frenético ahora. Maddie nunca había ido a ninguna parte sin decirle a
alguien de su destino.
Se dirigió a la puerta sólo para llegar a un alto cuando ésta se abrió. Una
mujer entró. No parecía mucho más vieja que Maddie pero sus ojos tenían
la sabiduría de los años. Ella había visto mucho y no parecía que gran parte
de ello había sido buena.
—Hola, Madison.
¿Cómo sabía su nombre? Aún peor, ¿era ella la que lo había llevado hasta
allí? Mejor acercarse con cautela. —Hola. Yo no quiero ser grosero, pero
¿te conozco? —Ni siquiera podía atrapar su aroma en este horrible lugar.
—Estoy tan feliz de que vinieras a visitarme. —Ella sonrió, pero el cálculo
frío en sus ojos puso al lobo de Maddie en el borde.
—Hice que Kaleb te trajera. El mocoso tonto ni siquiera pudo hacer eso
bien. —Su sonrisa se desvaneció debajo de la mueca—. Lo bueno es que
envié ayuda. Los miembros de la manada son buenos para la fuerza bruta,
incluso si no son demasiado brillantes.
—Excelente. Yo sabía que serías razonable. Siempre has sido un niño tan
obediente. —Rose envolvió una mano alrededor del brazo de Maddie y lo
sacó de la habitación.
—Este es un buen lugar. —Tal vez si él conseguía que ella hablara le diría
a qué demonios estaba pasando.
Rose apretó su agarre. —Por supuesto que no. Sólo una buena comida para
ayudar a liberar tu cuerpo de los efectos de las drogas y conocer a la
familia.
—Como usted desee. —No iba a sacar nada de ella antes de que ella
estuviera lista.
—No se puede oler nada aquí tampoco —dijo Rose, su sonrisa apretada—.
Toda la finca es a prueba de olor.
Maddie no habló. Rara vez se había encontrado con cualquier cosa con la
energía tan oscura antes. Su lobo estaba en silencio, esperando y asustado
de hacer algún movimiento brusco. Ambas mitades de él conocían a un
depredador más grande cuando encontraban uno. Mejor no llamar la
atención hasta que fuera necesario.
Klaus le concedió una sonrisa fina. El hombre midió a Maddie con sus
oscuros ojos como una serpiente antes de atacar. —No soy un shifter, pero
me casé con tu tía y yo soy su maestro, por lo que me pone a cargo.
¿En qué mierda había caído? Un tío mago tenebroso golpeando a su mujer
no estaba exactamente haciendo de esto una reunión familiar feliz, y él
todavía no sabía por qué estaba allí.
Aún nada.
La falsa sonrisa de Klaus era casi más aterradora que su mirada. —No te
preocupes, Madison, los llamaremos y les dejaremos saber que estas
visitando a tu familia.
—Por favor, siéntate aquí junto a mí, querido Madison. —Klaus indicó una
silla a la derecha de la cabecera de la mesa—. Voy a compartir todos los
maravillosos planes que tengo para ti.
Maddie se sentó, pero no habló. Mejor dejaba que Klaus creyera que era un
participante dispuesto que volver al hombre desconfiado. Los instintos de
Maddie le gritaban que se mantuviera en el lado bueno de Klaus hasta que
pudiera escapar. Silenciosos sirvientes llegaron alrededor de la mesa y
dejando platos de comida como si se tratara de un restaurante de cuatro
estrellas en lugar de la casa de alguien. Esto añadió aún más formalidad al
entorno estéril.
Sólo había tomado dos bocados antes de que Klaus hablara. —Tengo que
decir que espero que me perdones por no ponerme en contacto contigo
antes, Madison. No tenía ni idea hasta hace poco que existías. Rose ha
estado guardándome secretos.
Maddie levantó la vista a tiempo para ver una expresión de pánico cruzar el
rostro de su tía.
—Sí, al menos, tu hijo fue bueno para algo. —Klaus dijo mientras cortaba 80
un trozo de su carne. Nadie habló mientras Klaus tomó unos bocados
más—. Me disculpo por la forma en que fuiste secuestrado. No podría
haber sido agradable despertar en un lugar extraño.
—No es necesaria una disculpa, Alpha Klaus. Estoy feliz de saber que
todavía me queda alguna familia. —Incluso si Klaus tenía algo de sangre
shifter, él no sería capaz de oler la mentira de Maddie. Klaus debió haber
tomado eso en consideración cuando él había hecho sea lo que sea que él le
hizo al aire.
Maddie sonrió y asintió. Cuanto más oía hablar de los planes de Klaus
menos creía que iba a salir de esto con vida.
—Temple.
Mierda.
—Klaus, querido, ¿cree que Maddie está en esto? Es decir, nos lo llevamos
de la casa de su manada apenas ayer. Deberíamos darle unos días para
aclimatarse, ¿no te parece? —Rose lanzó una mirada asustada hacia su
marido.
—Esa es una buena idea, Rose. Madison ha sido muy cooperativo. No creo
que sea demasiado dejarlo que se acostumbre a su nuevo hogar antes de
conseguirlo emparejado.
Vampiro.
Nunca había oído hablar alguna historia positiva sobre las sanguijuelas. No
sabía si eso significaba que todos eran malos o si simplemente él escuchó
lo peor de lo peor. Si la manada estaba abaja en número tal vez Klaus se los
había comido. Maddie apenas logró tragar su excelente carne.
Maddie inclinó la cabeza y jugaba con sus dedos mientras pensaba en una
respuesta adecuada. —No soy un lobo tan fuerte como mi tía Rose. No
estoy cerca de ser un alfa. —Por no hablar de que no parecía haber ayudado
a su tía.
Ella había perdido su maldita mente. Esa podría ser la única explicación
que Maddie pudo encontrar. ¿Por qué ella enfrentaría a su loco esposo?
Ella necesitaba agarrar a su hijo y correr de allí, no pararse y discutir.
Klaus cogió a Rose por el cuello y la tiró contra la pared. Los sirvientes se
dispersaron como cucarachas cuando la luz se encendía. Ni uno solo de
ellos trató de ayudarla a levantarse, sin duda, asustados de llamar la
atención de Klaus.
—¿Quiere acoplarme con otro shifter para así poder tener alimento? —
Maddie esperaba que él mantuviera el asco fuera de su voz.
—Maté a todos los fuertes. Las criaturas trataron de derrocarme. Tenía que
hacer un ejemplo de ellos. Pensé que llevar a su alfa a la cama resolvería
todo. Yo no sabía de su tonto orgullo. Bestias estúpidas. —Klaus se
recompuso y volvió a sentarse—. Sé que a las mascotas les gusta sentirse
útiles. ¿Para qué estaba entrenando?
—Y-yo tendré eso en mente. —Era difícil hablar mientras tragaba la bilis,
pero Maddie lo consiguió—. Si no te importa me gustaría ir a acostarme de
nuevo. No estoy recuperado completamente todavía.
Klaus se paró.
Mierda.
—¿Qué?
Cobardes.
Si Klaus no hubiera eliminado todos los olores, el olor del miedo habría
apestado el lugar. Maddie apenas podía funcionar lo suficiente como para
estar de pie. Podía sobrevivir a Klaus. Él haría lo que fuera necesario para 87
volver a su pareja.
88
Capítulo 7
Los mataría a todos ellos.
Él llevaba dos semanas, dos días, diecisiete horas y quince minutos que no
era capaz de percibir a Maddie. Ahora el solo vivía para escuchar
nuevamente la voz de su pareja, quizás no la volvería a escuchar nunca,
pero jamás perdería la esperanza a menos que él viera a Maddie yaciendo
sin vida delante de él. La imagen en su cabeza puso a su lobo a aullar en su
interior.
En el fondo, Dirk no era un chico malo, sólo tenía el ego de tres magos
completamente entregados. Dirk había retrocedido sobre su retórico odio al
lobo y sinceramente parecía molesto por la desaparición de Maddie.
—No, esto no es nada bueno. Por supuesto que es muy difícil que el mago
pueda retener el alma de Maddie. —Temple había usado cada conexión que
tenía su familia y estos a su vez buscaron más ayuda. Nadie había visto o 90
escuchado sobre Maddie. Tragó nuevamente yéndose al borde de la
histeria. Temple respiró profundamente y trató de usar una de las técnicas
nuevas para calmarse que su padre le había enseñado. Sus padres se habían
apresurado a llegar a casa antes de que Cannon los hubiera llamado sobre el
tema de Maddie.
—Te hablé sobre mis habilidades sobre la tecnología mágica. Puedo hacer
algunas búsquedas. ¿Tienes alguna pertenencia de Maddie?, así la podría
usar como piedra focal cuando lance mis hechizos de búsqueda. 91
—Ellos lo intentaron antes de lanzar los hechizos de localización. —
Temple no iba a permitir que sus esperanzas se esfumaran. Sería necio
pensar que un aprendiz de mago pudiera conseguir lo que nadie había
podido hacer. Todavía, no desecharía la ayuda bien intencionada de su
amigo. Sacó la piedra focal de su bolsillo y la colocó encima. —Yo no sé si
esto sigue teniendo su esencia. Desde que él desapareció la he estado
llevando conmigo.
—Sí, espero eso. Solo no la vayas a perder. —Él miró con reticencia
cuando Dirk deslizó la pieza de ónix en su bolsillo.
Temple miró fijamente a su amigo. —No tenía ni idea que fueras tan
romántico.
—Sé que no fue bien cuando nos conocimos, pero estoy esperando que me
consideres como un amigo.
—Lo hago. —Él no iba a negar la opinión inicial de Dirk, pero ¿por qué lo
necesitaría él? Dirk había dicho la verdad—. Verdaderamente aprecio tu
oferta para ayudarme.
El resto del día pasó como si hubiera sido una bruma. No podía
concentrarse. El dolor por la ausencia de Maddie lo arrastraba
miserablemente como un ancla se hunde en el mar, amenazándolo con
ahogarlo.
—Lo haremos. Solo puedo esperar a que llegue ese momento. ¿Has sabido
algo sobre la manada de Maddie?
—No puedo dejar de pensar que todo tiene algo que ver con esto. ¿Por qué
cualquier persona solo ocultaría a Maddie por placer? Ellos no pidieron
dinero o favores o cualquier otra cosa. Quién se llevó a Maddie, quería a
Maddie. —Temple no quería pensar sobre alguien manteniendo a su
compañero. Aunque él consideraba que Maddie era especial, sabía que su
amado no tenía nada para ofrecer a un secuestrador que se negó a hacer
cualquier demanda.
—Sabes que voy a seguir buscando hasta que descubramos que es lo que
pasó, ¿lo sabes verdad? Maddie nos necesita a todos nosotros. —James
radiaba sinceridad pero Temple solo estaba preocupado por los resultados.
—Tal vez haya otra razón por la que no pueda encontrar a Maddie. —La
expresión desconsolada de James le dijo a Temple que es lo que pensaba.
—Tranquilo Temple.
—Hey Temple, soy Dirk. Creo que he encontrado a uno de los parientes de
Madison, una señora que atiende al nombre de Rose Klaus. Si mi magia y
la búsqueda ha sido correcta, ella es tía de Madison. 94
El forzó a dejar en su pecho el aullido triunfal que amenazaba con explotar.
—¿Por qué crees que podría tenerlo?
—Dos cosas me llamaron la atención. Una es que se dice que solo tiene un
hijo cuyo nombre es Kaleb y lo segundo es que, ese hijo que se va a casar
se llama Madison Klaus. No puedo encontrar un certificado de nacimiento,
cambiaformas o humano. Recuerda, ellos no existen en ningún listado.
—Y aquí está el golpe final. Rose Klaus está casada con un mago llamado
Viton Klaus. Él es una mala noticia. Uno de los miembros de su manada
escapó y declaró ante las autoridades que Viton había estado drenando
sangre a los miembros de su propia manada. El Consejo de Magos envió un
investigador pero volvió sin ninguna prueba y las acusaciones del Shifter se
retiraron al día siguiente antes de que desapareciera.
—Esto es más de lo que nadie podría haber reunido. No olvidaré lo que has
hecho.
—Eso suena como un trato. Tan pronto como traiga de vuelta a Maddie. —
Si él encontraba a Maddie con la información de Dirk, él mismo se
encargaría de que el mago tuviera una invitación para cada reunión de la
manada hasta que se graduara.
Temple colgó y se puso frente a su alfa. Él le dijo todo lo que Dirk le había
dicho.
—¿Y qué hacemos si él está allí? Tres de nosotros no podremos parar a una
manada de lobos y un posible vampiro por nuestra propia cuenta. Si nos
matan en el proceso no podremos hacer mucho para salvar a Maddie.
—Es por eso que vamos a pedirle a nuestro mago residente que te de una
bola portal, la llevarás contigo. Si encuentras a tu pareja, la activas y os
venís a través de ella, recuperando a nuestro cachorro perdido. Está bien,
está dentro de las normas del Consejo reclamar un miembro que haya sido
secuestrado a un grupo al que pertenecía, es un acto no autorizado, no ha
sido una unión deseada por ambas partes, —James dijo.
Temple no puso atención a lo que dijeron sus padres, primero iría a por
Maddie. Se sentía genial saber que contaba con su apoyo y aprobación. — 97
¿Crees que te ayudarán?
98
Capítulo 8
—Te ves muy guapo, Madison, —Rose le dijo.
—Gracias, Rose.
Madison asintió con la cabeza, no dudó. Sólo había visto a su novio tres
veces y nunca a solas. ¿No se supone que los lobos se movían por el
instinto y el olor? Nadie le había explicado la falta completa de olor
alrededor de la casa y sus instintos de lobo le decía que no olía a nada. —
¿Por qué estamos haciendo esto otra vez?
—Mi pareja no querrá vivir en esta casa. —Madison no sabía si esto era 99
cierto o no pero él estaba dispuesto a decir cualquier cosa que ayudara a
que lo sacaran de esa casa. Él contempló la idea de salir corriendo pero
sabía que Klaus lo mantenía vigilado muy de cerca y con él varios
guardias. Incluso su magnífica pareja no sintió ninguna atracción por él. El
contacto con el hombre, siempre se había resumido en un apretón de
manos, que le hizo al recibirlo para cenar. ¿Cómo actuarían ellos en una
relación de trabajo?
Madison había corrido por el bosque durante horas una vez que intentó
escapar de la estéril casa de los horrores. Sabía que no se iba a acostumbrar
a esa sensación y para eso es mejor estar muerto. De todas formas, en este
agujero del infierno, incluso los bosques habían sido limpiados de aroma.
Él oyó murmullos inquietos de huéspedes y sabía que aquello no era una
realidad habitual.
Rose remarcó una y otra vez que Maddie siempre había vivido aquí, pero
cada vez que Klaus iba de viaje y Maddie quedaba solo durnate cualquier
periodo de tiempo, los recuerdos comenzaban a llegar. Destellos de
imágenes iban y venían a su mente hasta que casi podía montar una imagen
completa de un lugar diferente donde había sido feliz. Nadie había crecido
con un solo recuerdo de su nombre y la historia de un accidente que había
hecho perder sus recuerdos del pasado nunca había sido muy creíble.
—No hay nada malo con los híbridos, —espetó Maddie. La imagen de un
hermoso hombre delgado que lo miraba con amor en sus ojos atravesó su
cabeza. Era una imagen que había visto noche tras noche en sus sueños.
Aún no había conseguido ponerle un nombre, pero había algo en el hombre
que le llamaba la atención. Ellos eran cercanos, él y el extraño sin nombre.
En otro tiempo ellos estuvieron juntos en otro mundo. Nada que dijeran
sobre esto le quitaría esa sensación.
—No, por supuesto que no. —Rose enderezó su cuello por cuarta vez—.
Estoy segura que Kaleb encontrará a alguien.
El lobo de Maddie gruñó. Su bestia interior sabía que algo no estaba bien.
Sin embargo, ninguno de los dos sabía cómo actuar en esa situación. Si
daba un falso paso, sabía que su padre castigaría a Rose y Kaleb, los
pondría frente a él y los castigaría por desobediencia. Maddie sabía que no
era suficientemente fuerte para arrancarle el corazón a Klaus, pero él lo
deseaba y mucho. El abusivo idiota tenía mucho poder. Un lobo débil no
podría hacer frente a la magia de uno de sus dedos meñiques. No, Maddie
tenía que ser inteligente, tal vez podría trabajar con quién pronto sería su
compañero y así descubrir lo que estaba sucediendo.
Salió al balcón y colocó sus zapatos en los pies. Con cuidado el subió a la
barandilla y se dejó colgar hasta el balcón de la siguiente planta. Había
sentido que su futuro compañero estaba en la planta baja. Mirando hacia
abajo, se dio cuenta que tenía un pie en la cornisa del balcón inferior. Se
dejó caer.
—No debes confiar en un mago, pero el dinero que nos ofreció hará las
cosas más fáciles para la manada, —dijo una voz más profunda que Maddie
logró identificar como la voz del padre de Briant.
—Pero que hacemos para obtener ese dinero? Maddie no parece interesado
en querer acoplarse conmigo, —Briant dijo.
—No si Klaus tiene algo que ver con eso, —dijo Maddie sin pensar.
La nube gris envolvió otra vez la mente de Maddie. —No sé. Mi cabeza
está brumosa y no me permite pensar.
—Te lo hizo ese mago. Está nublando tu mente. —Briant puso sus manos a 103
ambos lados de la cara de Madison—. Vamos a ver si puedo ayudarte. Me
niego a casarme con un compañero que ni si quiera conoce su mente.
—Sí. —él estaría de acuerdo con cualquier cosa que le ayudara a despejar
su cabeza.
—Soy Madison Archer y tengo una pareja. —Maddie abrió los ojos. El
dormitorio se había encajado en su enfoque cuando su bestia interior casi
había salido, dispuesta a defenderse de los intrusos. Nadie conseguiría
volver a engañarlo nuevamente.
—¡Maddie!
Maddie parpadeo y las lágrimas salieron. Su pareja estaba viniendo por él.
—Lo siento pero no puedo casarme contigo.
Briant asintió con la cabeza. —Me imaginaba algo así. ¿Qué vamos a
contarle a nuestros padres?
—Mi padre no debe saber esto. Él nunca aceptaría enviar a nuestra gente a
un sacrificio.
—¿Incluso por muchísimo dinero? —Alguna gente hace cualquier cosa por
dinero.
10
5
—No. —Briant miró a Maddie—. ¿Temple maría personas por dinero?
—Me gustan los hombres y las mujeres así que las posibilidades de
encontrar a alguien son buenas.
—Mi pareja tiene una hermosa hermana, si no te importa que sea mitad
loba y ella no ha mostrado cualquier habilidad como maga.
Briant negó con la cabeza. —Eso es un disparate. ¿Por qué tendría que
preocuparnos que dos hombres se acoplen? Tenemos un cambia formas
lobo y otro zorro que se han emparejado y tienen los más lindos y
hermosos cachorros.
—Supongo que es una cosa más sobre las que mintieron. —Todavía, la
idea corría veloz por su mente—. Raro.
—Ya estoy casi allí. —La voz de Temple sonó en su cabeza, fue como una
caricia de bienvenida.
—Sí. —Maddie sabía que una expresión tonta cruzaba su rostro cuando
pensaba en Temple—. Es increíble pero yo tenía problemas de 107
apareamiento cuando ya iba al colegio. La separación duele.
—Oh, Maddie. ¿Por qué no me lo dijiste?
—Suena como una pareja razonable. —Briant cogió su teléfono que estaba
sobre el aparador—. Voy a llamar a mi padre.
—Eso espero. Nadie quiere pensar que su padre los haya vendido a todos
por dinero. —La expresión de Briant no parecía tan segura como antes.
—Lo veremos.
El padre de Briant entró sin llamar. —¿Qué sucede? —Él se detuvo cuando
vio a Maddie—. Hola Madison.
—Algunas veces la gente tiene que sacrificar los bienes mayores, —dijo el
padre de Briant.
10
—¿Desde cuando está bien enviar a un pueblo para ser la alimentación de
8
un vampiro?, —preguntó Maddie.
—Pero no firmé.
Frank sonrió. —¿Piensas que voy a creerme este plan con el cual mi hijo y
tu salís ahora para convencerme? Vosotros solo queréis avergonzarme. —
Dirigió la última parte de la frase a Briant.
—¿Por qué haría eso padre? Siempre he hecho todo lo que me has pedido.
¿Por qué iba a esperar a estar aquí para protestar? Yo te lo podría haber
dicho en casa. Estaba dispuesto a casarme con Madison pero no del modo
en que lo tenían engañado. Él tiene una pareja.
Briant abrió su boca pero la volvió a cerrar otra vez cuando vio la 109
advertencia en la mirada de Maddie.
—Voy a ir a hablar con Klaus y llegar al fondo de todo esto. Vosotros dos
permaneced aquí. —Frnak los señaló a cada uno con un dedo, como si
fuera a imponer su voluntad.
Maddie esperó hasta que Frank salió de la sala para hablar. —Lo siento
Briant, pero no confío en él.
—¿Qué es eso?
—Proteger a la manada.
—¿Temple?
No hubo respuesta.
—Podrías estar en lo cierto. —La voz de Klaus hizo que Maddie se girara
hacia la puerta—. No puedes hacerte una idea de lo lamentable que es para
ti haberte despertado antes de haber tenido la oportunidad de casarte,
—¡Porque tengo hambre! Los ojos de Klaus se volvieron rojo oscuro y sus
caninos asomaron por encima de su labio inferior.
110
no importa. Si no te casas, mataré a tu padre, y Madison, si no cooperas,
rebanaré la garganta de tu pareja.
—¡Temple!, —Maddie gritó en su cabeza.
Nada.
—No puedes comunicarte con él. Lo capturé tan pronto como él cruzó la
frontera. No iba a permitir a un asistente para mago arruinar todo, —Klaus
se mofó.
Las personas a ambos lados de las líneas de flores tenían los rostros
sombríos. Nadie parecía haber esperado ver esto. Los lobos podían sentir
que algo estaba mal y la gente de la manada de Rose había visto
desaparecer a muchos de sus hermanos como para que fuera una novedad.
—Una vez que estés casado ellos serán liberados, —dijo Klaus.
El padre de Briant estaba sentado al otro lado del pasillo en el mismo 111
estado catatónico.
—¿Y mi padre?
Klaus alzó una mano. Briant saltó y cayó al suelo en el lugar donde Había
estado Klaus, se quedó con los ojos abiertos, inmóvil.
Nadie se atrevió a hacer nada y menos aún atacar. Varias de los asistentes
se enfocaron en Briant, incluido su padre.
Klaus levantó su mano y Briant se detuvo como si fuera una marioneta, sus
manos se agitaban con cada movimiento que intentaba. —Ahora te casarás
y harás lo que yo diga.
Ahora ya era demasiado tarde para pensar en lo que debería haber hecho.
Sin la habilidad de moverse, él no podía activar el portal. El hechizo de
Klaus también parecía impedirle comunicarse con Maddie. Los pocos
pensamientos que trató de enviar no parecieron llegar a su compañero.
Temple cerró los ojos. Éxito. Esa contracción en sus labios indicaba que
estaba recuperando la sensación de movilidad. Boqueó el drone con que el
viejo lobo trataba de unir a Maddie con el otro lobo. La bestia interna de
Temple rugió con ira quemando a través de él, el ruido aplacó la niebla
blanca en su cerebro cuando echó la cabeza atrás y gritó. 113
El suelo parecía más lejos cuanto más crecía él. Las garras atravesaron sus
dedos y un profundo aullido salió como un rayo de su pecho. Su rostro
dolía mientras su mandíbula se quebraba estirándose para dar cabida a sus
nuevos y enormes dientes.
Klaus silbó, sus dientes se alargaron y sus ojos brillaron en color rojo, era
una criatura de pesadilla en carne y hueso. Cannon corrió más allá de
donde Temple se encontraba distrayendo a Klaus. Temple pulsó el orbe que
sacó de su bolsillo y la lanzó contra una roca en el suelo. Se hizo añicos.
Un ruido pulsante hizo vibrar la tierra bajo los pies descalzos de Temple.
Sus zapatos debieron haberse destrozado con la transformación.
El padre de Temple empujó a Klaus hacia Farren. Farren levantó sus manos
y fuego puro estalló en sus palmas. Los lobos gimieron tras Temple. Él no
cubrió sus ojos del fuego, para no perderse ningún momento. Raramente
había visto a los magos más viejos en acción, ellos tienden a practicar su
magia en una casa privada de la manada.
Apenas tuvo tiempo para elaborar detalles cuando Maddie se vio atrapado
entre los brazos de Temple y fue levantado en un fuerte abrazo. —Ugh, tú
las tienes enormes. 115
—¿Tú lo hiciste hijo? ¿Qué crees que podría haber causado esto?
Farren miró a los ojos de Temple. —Es precioso. Creo que deberías hablar
con Jay sobre tu avatar.
Maddie frunció el ceño. —¿Por qué crees que tienes una nueva forma?
—No lo sé. —Él no podía pensar ahora por qué había comenzado a mutar
sin una razón.
—Tengo una teoría, —su padre dijo aproximándose a ellos—. Creo que
Maddie podría ser tu avatar y la combinación “temer por la vida de tu
pareja y tener acceso a la energía extra de los lobos” empujó a tu nueva
forma híbrida.
—Pensé que nunca te vería otra vez. —Maddie escondió su cabeza contra
el cuello de Temple y rompió a llorar.
—Le pregunté a él. —El aspirante a novio no pareció intimidado por la ira
de Temple.
117
volver a casa con su hermoso lobo.
—No creo que debamos pensar en este grupo como un buen ejemplo en el
que basar nuestra propia manada, —dijo Cannon con su tono de voz hueso
y de un modo seco.
Temple y Reena comenzaron a reír. Al final, había sido ese tipo de día.
118
Capítulo 9
Maddie había estado en casa durante dos semanas y las cosas estaban
comenzando a volver la normalidad. Tía Rose le había dado la posición de
pareja del alfa y se había ido de vacaciones a Miami mientras Kaleb había
decidido a quedarse con ellos, alegando que quería ver cómo era el
funcionamiento de una buena manada de lobos.
—Sí. —Temple lo visitaba mentalmente, a cada hora, tan pronto como salió
de clase, contactó con Maddie. Temple no sabía si alguien podría atacar a
Maddie en la casa del centro de la manada. Kaleb había sido atrapado solo
porque Klaus lo había chantajeado con la vida de su madre.
—Estoy bien, aquí. ¿Sabes que Briant ha decidido venir a visitarnos para
conocer a Reena? Creo que ellos podrán llegar a algo. —Maddie tenía que
sonreír cada vez que veía los intentos del dulce alfa por hablar con Reena.
La hermana de Temple parecía alagada, pero hasta ahora se mostraba 119
inquebrantable.
—Eso es genial. —El tono de Kaleb no coincide con su expresión
desinteresada.
—De acuerdo, suena bien. Saldré hoy. Podría enseñarte los alrededores. —
Quizás su primo necesitaba alguna atención. No podría haber sido tan fácil
para él, sin el olfato, su fría mamá y un padrastro psicótico.
—Voy a salir a tomar pizza con Kaleb, —él envió mentalmente a Temple.
Su compañero necesitaba saber dónde estaría él.
—¿Listo?
—Sí.
—Toda persona tiene algo digno para admirar, —dijo Kaleb—. Mientras la
gente lo escuchaba, él no era tan malo.
Ellos subieron dentro del vehículo y tomaron asiento uno frente a otro. —
¿Quieres agua o un refresco? —Maddie ofreció a Kaleb.
—Tú, solo tú. —Los ojos de Kaleb se volvieron completamente color oro.
121
¿Quién crees que planeó tu secuestro? ¿Acaso piensas que él daba una
maldita mierda por la pureza de la raza o no? Él dijo lo que yo quería que
dijese. —Un destello maniático llenó los ojos de Kaleb—. Tú lo destruiste.
Contigo bajo mi control tendrán que devolvérmelo.
—¡Maddie!
—Estoy bien.
—Siempre iré a por ti. —Para cualquier otra persona habría sonado como
algo ensayado, pero la verdad, en la voz silenciosa de Temple, sonaba
como un voto solemne.
—¿Cómo llegaste aquí tan rápido? —Aun agitado por el ataque, Maddie se
aferró a Temple.
123
volver a ver a Kaleb.
Templo se alejó de él. —No voy a tener sexo contigo en la parte posterior
de la limosina. Quiero el aroma de las hojas.
Fin
124
Sobre la Autora
Amber Kell ha hecho una carrera de ensueño. Fue un hábito de toda su vida
que ella practicara diligentemente la falta de total enfoque sobre cualquier
cosa no relacionada con la creación de un mundo de fantasía.
Cuando ella le contó a su marido lo que quería hacer con su vida, él le dijo;
ve y diviértete.
Durante todos aquellos segundos que ella no está escribiendo recuerda que
tiene hijos, cuyo humor es parecido al del juego, “¿Qué pasaría sí?” y
permite que ellos la saquen a tierras extranjeras para obtener inspiración.
Su confidente más joven, le dijo que necesitaría una página web y un
nombre como autora; dos cosas que aparentemente son propias de un
verdadero escritor.
Ella se frustra durante el día por un terrible tráfico de gatos en las escaleras
y un perrito que se empecina en caminar, pero ella persevera valientemente.
125
Creditos
126