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I REUNIÓN DE ACTUALIZACIÓN EN PARKINSON

Quetiapina y ziprasidona en el tratamiento de los trastornos


psicóticos de la enfermedad de Parkinson
L.J. López del Val, S. Santos

QUETIAPINE AND ZIPRASIDONE IN THE TREATMENT


OF THE PSYCHOTIC DISORDERS IN PARKINSON’S DISEASE
Summary. Introduction. As neurologists we often find it necessary to use antipsychotics in our clinical practice. They are not
only used in the treatment of the behavioural disorders accompanying dementias, but also in the psychotic symptoms that
frequently appear or complicate the clinical progress of our patients suffering from Parkinson. Patients and methods. Taking
into account the numerous side effects of the typical antipsychotic drugs, we began a prospective study on the use of a new
antipsychotic agent, quetiapine, in the treatment of 134 patients with Parkinson’s disease who presented signs or symptoms of
parkinsonian psychosis at some time during the course of their clinical progression; results were analysed at three and six
months. At the same time, we review the efficacy of another antipsychotic agent, ziprasidone, which from the chemical point of
view fulfils a profile that suits the needs of our patients. At the time of writing this paper we have recorded 43 cases of patients
with Parkinson’s disease and concomitant parkinsonian psychoses, which responded adequately to treatment without any kind
of side effects. Results. The administration of quetiapine in doses of 25-50 mg/day brought about an important improvement in
the control over the signs of parkinsonian psychoses in our patients. The same occurred with the administration of 20-40
mg/day of ziprasidone. Both drugs were found to be extremely well tolerated and of great clinical value in the treatment of this
clinical entity. Conclusions. Both quetiapine and ziprasidone are drugs that can be of great value in the treatment of
parkinsonian psychoses. In addition to their high degree of clinical effectiveness, they also have a broad safety profile and no
side effects. [REV NEUROL 2004; 39: 661-7]
Key words. Atypical antipsychotics. Extrapiramidal symptoms. Parkinsonian psychosis. Quetiapine. Ziprasidone.

INTRODUCCIÓN un perfil teórico del que caben esperar pocos SEP [3]; carece
Una de las características de la nueva generación de antipsicóti- hoy día de estudios publicados en la población anciana. Todas
cos atípicos (AA) es su menor capacidad de inducir o agravar las características derivadas de la unión a los diferentes recep-
síntomas extrapiramidales (SEP). Esta propiedad se relaciona tores se reflejan en la tabla I.
con la capacidad para bloquear los receptores D2 de la dopami- El control hematológico obligado que conlleva el uso de
na en el estriado. clozapina limita notablemente su aplicación, a pesar de que no
Al analizar el espectro de los nuevos agentes antipsicóticos, agrava el parkinsonismo [4]. La quetiapina es un neuroléptico
sabemos que el perfil farmacológico de la risperidona se aproxima atípico, cuya capacidad para bloquear los receptores D2 es simi-
al de los neurolépticos clásicos [1], y la FDA la Dirección General lar al de la clozapina, y, a diferencia de ésta, no exige controles
de Farmacia han informado recientemente (abril de 2003) del hematológicos periódicos [5].
aumento de la incidencia de eventos de tipo vascular cerebral en La aparición de trastornos psicóticos asociados a la enfer-
los pacientes tratados con la misma; recomiendan que no se utilice medad de Parkinson (EP) es relativamente frecuente [6-9]. Más
en trastornos de comportamiento relacionados con demencias. del 60% de los cuadros psicóticos se relaciona con el uso de la
La clozapina se patentó en el decenio de 1960 y se utilizó medicación antiparkinsoniana (pacientes con dosis altas de an-
con éxito en los años 60 y 70, pero la agranulocitosis observa- tiparkinsonianos, largo tiempo de consumo y deterioro cogniti-
da en el 2% de los pacientes obligó a su retirada del mercado vo); suelen requerir la reducción de la dosis y, en ocasiones, el
en 1975, aunque se reintrodujo en 1990 con la absoluta reco- ingreso en el hospital o instituciones. Las manifestaciones clíni-
mendación de una vigilancia hematológica. En el año 1984 se cas varían, de menor a mayor gravedad y frecuencia, e incluyen
descubrió la quetiapina, aprobada por la FDA en 1997. Apare- sueños vívidos, ilusiones, alucinosis visual benigna, alucinacio-
ció con un perfil clínico en el que destacaba su ausencia de nes amenazantes o molestas, delirio paranoide y delirio. El des-
SEP. También en esta época se introdujo la olanzapina, que, arrollo de cuadros psicóticos, por tanto, tiene un impacto muy
por las características de su unión a los receptores ya tiene un importante sobre el tratamiento del paciente, redunda negativa-
perfil más proclive a favorecer la aparición de SEP; se sabe mente en los cuidadores y afecta tanto a la calidad de la aten-
que agrava las manifestaciones motoras en aproximadamente ción al paciente como a la elección del tratamiento.
el 50% de los pacientes con EP [2]. Y, finalmente, la ziprasido- Las estrategias terapéuticas para el control de las alteracio-
na, de reciente introducción en el vademécum nacional, tiene nes de la conducta y los síntomas psicóticos asociados a la EP
han incluido la administración de ansiolíticos, antidepresivos,
Recibido: 08.06.04. Aceptado: 20.07.04. antiepilépticos y antipsicóticos. La gran mayoría de los estudios
Unidad de Trastornos del Movimiento. Hospital Clínico Universitario Lo-
sobre la eficacia de los antipsicóticos en el control de los sínto-
zano Blesa. Zaragoza, España. mas neuropsiquiátricos se ha realizado con neurolépticos clási-
Correspondencia: Dr. L.J. López del Val. Unidad de Trastornos del Movi- cos, como el haloperidol y la tioridacina. Sin embargo, la admi-
miento. Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa. Avda. San Juan Bos- nistración de este tipo de fármacos provoca también una inci-
co, 15. E-50009 Zaragoza. E-mail: javivineuro@telefonica.net dencia elevada de SEP.
 2004, REVISTA DE NEUROLOGÍA En la búsqueda de nuevos fármacos que no produzcan efec-

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L.J. LÓPEZ DEL VAL, ET AL

tos secundarios extrapiramidales, en nuestra Tabla I. Acción sobre los receptores


Unidad de Trastornos del Movimiento inicia-
mos estudios prospectivos con algunos de Bloqueo D1 D2 D3 D4 H1 AcH α1 α2 5-HT1 5-HT2
ellos para valorar su utilidad y los resultados Clorpromacina 3+ 3+ 4+ 4+ 3+ 3+ 4+ ++ + 4+
obtenidos con su utilización. Dedicaremos las
líneas siguientes a la revisión de dos de estos Pimozide ++ 5+ 4+ 3+ + + 3+ ++ + 3+
neurolépticos atípicos en el tratamiento de las Haloperidol 3+ 5+ 4+ 5+ + + + + + 3+
psicosis que acompañan a la EP: la quetiapi-
na y la ziprasidona. Clozapina 3+ ++ ? 4+ 4+ 3+ 3+ 3+ ++ 4+

Olanzapina 3+ 3+ 4+ 4+ 4+ 4+ 3+ ++ 4+ 4+
Quetiapina
La quetiapina tiene una mínima capacidad de Quetiapina + ++ ? – 4+ – 4+ 3+ ++ ++
bloqueo sobre los receptores D2 y carece de la Ziprasidona + ++ ? – + – + – 3+ 3+
intensa actividad serotoninérgica para los re-
ceptores 5-HT2A de otros neurolépticos, y de la Risperidona 3+ 5+ ++ 5+ 3+ + 5+ 4+ ++ 5+
afinidad muscarínica M1; ello la convierte en
un fármaco idóneo para pacientes con deterio-
ro cognitivo y déficit de transmisión colinérgica [10]. mido dentro del intervalo de dosis autorizado de 50-75 mg/día. Se permitie-
Con las premisas establecidas en las líneas precedentes, nos ron incrementos de dosis cada siete días. Se podía reducir la dosis en cual-
planteamos evaluar, en un estudio abierto y prospectivo, la efi- quier momento, pero se indicó la retirada del estudio de todo aquel paciente
cacia de la quetiapina en el control de las manifestaciones psi- que no tolerara la dosis mínima de 25 mg/día.
cóticas asociadas a la EP.
Evaluación de la eficacia y seguimiento
La escala NPI evalúa de forma genérica la presencia de manifestaciones psi-
PACIENTES Y MÉTODOS quiátricas y alteraciones conductuales en pacientes con enfermedades orgáni-
Población de pacientes cas como la EP [11]. Un entrevistador cualificado obtiene las contestaciones
Se incluyeron pacientes, hombres y mujeres, valorados de forma consecuti- de cuidadores informados que se ocupan habitualmente del paciente, basadas
va en la Unidad de Trastornos del Movimiento del Hospital Clínico Univer- en las observaciones de la semana previa. Consta de 12 áreas de comporta-
sitario Lozano Blesa, de Zaragoza, que cumplían criterios diagnósticos de miento: ideas delirantes, alucinaciones, agitación/agresividad, depresión, an-
EP, en quienes la enfermedad se había complicado por psicosis relacionada siedad, euforia, apatía, desinhibición, irritabilidad, comportamiento motor
con la medicación. aberrante, alteraciones nocturnas y trastornos alimentarios. La puntuación de
Se definió como psicosis un trastorno persistente de la percepción, gene- cada apartado oscila entre 0 y 3 (0: ausente; 3: gran trastorno para el paciente
ralmente con alucinaciones visuales, con o sin autocrítica, o un trastorno del y dificultad de atención para el cuidador).
pensamiento con sensorio claro. Para incluirse en el estudio los pacientes Los valores basales se obtuvieron en la visita inicial. Los criterios de valo-
debían tener una puntuación de dos puntos o más en cualquiera de los apar- ración de eficacia, en función de la puntuación obtenida en los diferentes
tados de agitación/agresividad, alucinaciones o ideas delirantes de la escala apartados de la escala NPI, se expresaron como la mejoría adicional observa-
NPI (del inglés, Neuropsychiatric Inventory) [11]. da en los pacientes tras haber recibido tratamiento durante seis meses. Todos
Se excluyeron todos los pacientes que tenían antecedentes de un trastor- los criterios de valoración que se presentan aquí se definieron a priori.
no del Eje I (DSM IV), como enfermedad de Alzheimer, esquizofrenia, tras- El criterio de valoración principal de la eficacia fue la variación media,
torno bipolar, depresión grave o recurrente en los 12 meses previos al inicio desde el período basal hasta la visita final, de la puntuación de los subapar-
del estudio, así como a los que presentaban cualquier trastorno neurológico tados de la escala NPI de alucinaciones, ideas delirantes y agitación.
grave distinto de la EP que pudiera contribuir a la psicosis. El criterio de valoración secundaria de la eficacia fue la variación media,
No se permitió el uso concomitante de fármacos que pudieran potenciar desde el período basal hasta la evaluación final, de la puntuación total de
las manifestaciones psicóticas, como anticolinérgicos, y se planteó la posi- dos apartados de la escala NPI (alucinaciones e ideas delirantes) y la pun-
bilidad de reducir la dosis, primero de agonistas y, eventualmente, de levo- tuación de los apartados de dicha escala que analizan la presencia de desin-
dopa, en la medida que lo permitiera el estado motor. Asimismo, se excluye- hibición y trastornos del sueño.
ron aquellos pacientes que habían usado fármacos antipsicóticos o inhibido- Además, se evaluó también la repercusión de la quetiapina en los sínto-
res de la acetilcolinesterasa. mas motores de los pacientes y en la esfera mental mediante las subescalas
Todos los pacientes o sus representantes autorizados firmaron un docu- mental y motora de la escala UPDRS (del inglés Unified Parkinson’s Disea-
mento de consentimiento informado, tras conocer los objetivos de la nueva se Rating Scale), UPDRS1 y UPDRS3 respectivamente, la escala de Schwab-
medicación y sus posibles efectos adversos. En la visita de selección inicial England para actividades de la vida diaria y los estadios de Hoehn y Yahr,
se registró la historia clínica y se realizó una evaluación psiquiátrica, una de acuerdo con las normas establecidas [12]. Aquellos que experimentaban
exploración física y un electrocardiograma (ECG) para valorar el segmen- oscilaciones en la respuesta se evaluaron en estado on.
to QT. La exploración física y el ECG se repitieron en la evaluación final. El seguimiento de los pacientes se realizó a los tres y a los seis meses. Se
Se evaluaron las constantes vitales (presión arterial en decúbito y en sedes- mantuvo estable la dosis cuya relación beneficio/tolerancia resultaba ópti-
tación, pulso, peso y temperatura corporal) y se realizaron pruebas clínicas ma. A los seis meses se aplicaron nuevamente las escalas de medida y se dio
de laboratorio (bioquímica clínica, electrolitos y hematología). por concluido el período de observación. La puntuación de los distintos sub-
apartados de la escala NPI considerados como variables principales se utili-
Diseño del estudio zó para clasificar a los pacientes en respondedores (reducción del 50% o
Se realizó un estudio abierto de carácter prospectivo no comparativo, duran- mayor con respecto al período basal) o no respondedores. Del mismo modo,
te un período de seis meses. Los pacientes que cumplieron los criterios de se distinguió entre pacientes totalmente respondedores (remisión completa
inclusión, y tras ser valorados de forma secuencial en la fase de selección de los síntomas) y parcialmente respondedores.
inicial, recibieron quetiapina en un intervalo de dosis flexible de 25, 50 o
75 mg/día. Independientemente de la puntuación inicial en la escala NPI, Métodos estadísticos
todos los pacientes recibieron un tratamiento uniforme con 25 mg/día (un Las variables cualitativas se presentan con su distribución de frecuencias. Las
comprimido) en una dosis nocturna única. Posteriormente, y según el crite- variables cuantitativas se resumen con su media y desviación estándar (DE),
rio del médico, las dosis diarias se ajustaron con incrementos de un compri- junto a su intervalo de confianza al 95%. Se realizó un análisis de la varianza

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I REUNIÓN DE ACTUALIZACIÓN EN PARKINSON

Tabla II. Descripción basal de la muestra. Tabla III. Evolución de la intensidad de los síntomas psicóticos.

Media (DE) % (n) Basal 3 meses 6 meses p

Sexo Alucinaciones auditivas 2,14 1,97 1,89 < 0,001

Hombres 52,2 (70) Alucinaciones visuales 2,90 1,75 1,35 < 0,001

Mujeres 47,8 (64) Delirio 2,34 1,85 1,81 < 0,001

Edad (años) 71,24 (7,05) Desinhibición 2,50 1,90 1,60 < 0,001

Tipo de EP Agitación 2,51 1,91 1,58 < 0,001

Mixto 64,2 (85) Trastornos del sueño 2,31 1,96 1,73 < 0,001

Tremórico 16,4 (23) 0: ausente; 4: grave.

Rigidoacinético 19,4 (26)

Años de evolución de la 12,72 (5,56) 70 hombres), con una edad media de 71,24 años (DE: 7,05). El tiempo
enfermedad de Parkinson medio transcurrido desde el inicio del primer síntoma definitorio de la EP
hasta el comienzo del estudio era de 12,72 años (DE: 5,56). Los datos
Escala Hoehn & Yahr
demográficos de los pacientes incluidos se reflejan en la tabla II.
II 22,4 (31) Todos los pacientes recibieron inicialmente una dosis nocturna de 25 mg
de quetiapina para garantizar la uniformidad del tratamiento en la visita ini-
III 43,3 (58) cial. La dosis media final fue de 46,64 mg/día. Los pacientes se encontraban
en un estadio de Hoehn y Yahr medio de III, en fase de respuesta óptima a la
IV 34,3 (45)
medicación antiparkinsoniana. No se incluyó ningún paciente con un esta-
Schwab & England 68,06 (11,87) dio I de Hoehn y Yahr.
El tiempo medio transcurrido desde el inicio de la enfermedad fue de 12,72
Tiempo de alucinaciones (meses) 10,46 (5,70) años (DE: 5,56), y el tiempo medio de la evolución de los síntomas psicóticos
fue de 10,46 meses (DE: 5,70). Destaca un claro predominio de la forma mix-
Dosis de levodopa 766,42 (± 162,46) ta de la EP (64,2%) frente a la tremórica (16,4%) y la rigidoacinética (19,4%).
Agonistas de levodopa Resultados de eficacia
Ninguno 13,4 (18) De forma global, podemos decir que entre los diferentes síntomas referidos
el delirio descendió desde el 35,8% de los pacientes al inicio del tratamien-
Pergolide 27,6 (37) to hasta el 11,9% al final del seguimiento (p < 0,001), las alucinaciones
auditivas del 14,9 al 0% (p < 0,001), las visuales del 91 al 34,3% (p < 0,001)
Ropinirol 20,8 (28) y la agitación del 56,7 al 9% (p < 0,001). La mejoría de los pacientes tam-
Pramipexole 38,2 (51) bién se reflejó en la variación de sus puntuaciones medias en los apartados
de trastornos del sueño y desinhibición (variables secundarias de eficacia):
Otros antiparkinsonianos la desinhibición disminuyó del 73,1 al 13,4% (p < 0,001) y los trastornos
del sueño del 52,2 al 22,4% (p < 0,001).
Ninguno 69,4 (93) En la tabla III se detallan las puntuaciones obtenidas en los diferentes
subapartados de la NPI considerados como variables primarias de eficacia,
Amantadine 5,9 (8)
así como las puntuaciones correspondientes a los subapartados de trastor-
IMAO 16,4 (22) nos del sueño y desinhibición (variables secundarias) en la visita basal, a los
tres meses y en la última evaluación a los seis meses. La evolución de los
ICOMT 35,1 (47) síntomas psicóticos según las características y el porcentaje de mejoría se
refleja en la tabla IV. Se recoge, por ejemplo, que las alucinaciones auditi-
vas mejoraron en 110 de nuestros pacientes (103 ausentes y siete leves); las
de medidas repetidas (MANOVA) para evaluar la diferencia de la media de la alucinaciones visuales mejoraron en 91 casos (52 ausentes y 39 leves), y
situación basal y las mediciones posteriores al inicio del tratamiento (intrasuje- permanecieron con alucinaciones moderadas 43 pacientes.
to), en las variables continuas y un factor entre grupos al comparar categorías. La evolución de los síntomas psicóticos según las características basales
En las variables cualitativas se contrastó con el test de McNemar para (variables continuas) se recoge en la tabla V, y de forma semejante ocurre con
datos apareados. Para evaluar las diferencias entre las variables cualitativas el resto de los síntomas referidos (alucinaciones, delirio y otros –Figs. 1 y 2–).
basales y las características clínicas de los pacientes se utilizó el test de χ2 o Durante los seis meses del estudio, la quetiapina redujo la intensidad de
la prueba exacta de Fisher, en el caso de que más de un 25% de los espera- las alteraciones de la conducta y de los síntomas psicóticos de los pacientes,
dos fueran menores de cinco. En el caso de las variables ordinales se con- así como la puntuación media total de los apartados considerados como
trastó la hipótesis de tendencia ordinal de proporciones. En todos los casos variables principales de eficacia (alucinaciones, ideas delirantes y agita-
se comprobó la distribución de la variable frente a los modelos teóricos y se ción). Consecuentemente, también se redujo de forma significativa la pun-
contrastó la hipótesis de la homogeneidad de las varianzas. En todos los tuación en la subescala mental de la UPDRS (UPDRS1). No se encontró una
contrastes de hipótesis se rechazó la hipótesis nula con un error de tipo I o repercusión funcional ni empeoramiento en la subescala motora de la citada
error α menor a 0,05. El paquete estadístico utilizado para el análisis fue el UPDRS (UPDRS3 –Figs. 3 y 4–).
SPSS para Windows, versión 11.0. En general, en el análisis por subgrupos no se observaron diferencias sig-
nificativas en ninguna de las puntuaciones de eficacia en función de la edad,
el sexo, los años de evolución de la enfermedad o el tipo de EP (mixto, tre-
RESULTADOS mórico, rigidoacinético). Sí se encontraron diferencias significativas en fun-
Características y distribución de los pacientes ción del estadio de Hoehn y Yahr del paciente, el tipo de agonista dopami-
Se incluyeron un total de 134 pacientes en el estudio (n = 67) (64 mujeres y nérgico utilizado y la puntuación en la escala Schawb-England.

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L.J. LÓPEZ DEL VAL, ET AL

Tabla IV. Evolución de los síntomas psicóticos según las características


basales (variables cualitativas).

% (n) de mejoría total p

Sexo 0,39

Hombres 52,2 (70)

Mujeres 47,8 (64)

Tipo de EP 0,22

Mixto 64,2 (85)

Tremórico 16,4 (23)

Rigidoacinético 19,4 (26) Figura 1. Alucinaciones y delirio: porcentaje de mejoría a lo largo del se-
guimiento.
Escala Hoehn & Yahr 0,01

II 26,1 (35)

III 42,5 (57)

IV 31,3 (42)

Alucinaciones auditivas 0,094

Ausentes 76,8 (103)

Leves 5,2 (7)

Moderadas 10,4 (14)

Alucinaciones visuales 0,006

Ausentes 38,8 (52)

Leves 29,1 (39) Figura 2. Evolución de la intensidad de los síntomas (0: ausente; 4: gra-
ve); p < 0,001.
Moderadas 32,1 (43)

Delirio 0,013

Ausente 63,4 (85)

Leve 9,7 (13)

Moderado 15,6 (21)

Grave 11,1 (15)

Alucinaciones + delirio < 0,001

Moderados 75,3 (101)

Graves 24,6 (33)


Figura 3. Evolución del UPDRS1. Media (DE); p < 0,001.
Trastorno del sueño 0,027

Ausente 48,5 (65)

Leve 38,0 (51)

Moderado 13,4 (18)

Agonistas levodopa < 0,001

Ninguno 11,1 (15)

Pergolide 28,3 (38)

Ropirinol 21,6 (29)

Pramipexole 38,8 (52)


Figura 4. Evolución del UPDRS3. Media (DE).

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I REUNIÓN DE ACTUALIZACIÓN EN PARKINSON

Tabla V. Evolución de los síntomas psicóticos según las características basales (variables continuas). La quetiapina no empeoró los sín-
tomas motores de la EP, sino que, sor-
Mejoría p prendentemente, se observó una mejo-
Nula Parcial Total ría significativa a corto plazo del rendi-
miento motor. En la demencia con cuer-
Edad 71,63 (7,21) 73,54 (6,28) 69,33 (7,22) 0,072 pos de Lewy, Parsa [15] comunicó que
Años de evolución 13 (2,73) 13,96 (5,6) 11,67 (5,94) 0,291 la quetiapina mejoraba los síntomas
psiquiátricos sin empeorar la confusión
Schwab & England 65 (12,54) 62,88 (12,34) 72,88 (9,44) 0,003 ni los síntomas motores. Varias obser-
Tiempo de alucinaciones 12,38 (5,8) 10,65 (4,43) 9,85 (6,56) 0,526 vaciones en series pequeñas corroboran
(meses) la eficacia de este fármaco como anti-
psicótico en pacientes con EP [16-18] y
Dosis de levodopa 718,75 (113,19) 807,69 (183,14) 745,45 (151,74) 0,235
la baja proporción de éstos en los que
UPDRS1 9,25 (0,46) 8,12 (1,31) 6,64 (1,54) 0,000 se agravan las manifestaciones moto-
ras. Un aspecto de importancia práctica
UPDRS3 31,75 (7,50) 33,65 (5,66) 30,06 (4,33) 0,041
aún sin determinar es definir la dosis óp-
tima de quetiapina en esta indicación.
En el presente estudio no se identificaron indicios de SEP
Resultados de seguridad mediante las valoraciones objetivas (subescala motora de la
El tratamiento con quetiapina fue bien tolerado, ya que los SEP experimen- UPDRS). Probablemente, éste es uno de los puntos fuertes de
tados por los pacientes fueron escasos o nulos. En la evaluación final a los los AA frente a los antipsicóticos clásicos, que en ocasiones se
seis meses ningún paciente experimentó un incremento significativo de su
incapacidad motora basal. La variación en la puntuación media de las
asocian a tasas de incidencia de SEP del 60% [19], aunque en
subescalas mental y motora de la escala UPDRS se presenta en las figuras 1 algunos estudios abiertos con risperidona también se han regis-
y 2, respectivamente. No se observó ninguna variación significativa en la trado tasas de SEP que oscilan entre el 50 y el 53% [20,21].
puntuación total de la subescala UPDRS3 con respecto al período basal, lo Dosis medias de 40 mg/día de quetiapina usadas por otros auto-
que indica que el aumento de la incidencia de síntomas parkinsonianos fue res [16] indujeron en algunos casos hipotensión ortostática,
mínimo. Sí se registraron variaciones significativas en la puntuación media náuseas y cefalea y, además, agravaron los síntomas de la enfer-
total de la UPDRS1, hallazgo congruente con lo obtenido en el análisis de la medad en un 18% de los pacientes. Estos efectos indeseables no
variación de las variables primarias y secundarias de eficacia.
No se registraron acontecimientos adversos ni cambios significativos en
fueron observados por nosotros. En nuestra serie, por tanto, no
las constantes vitales ni en los parámetros cardiovasculares. Ningún pacien- se registraron variaciones significativas en las constantes vitales
te se retiró del estudio por intolerancia al tratamiento. ni signos de hipotensión ortostática. Esto contrasta con lo reco-
gido en los estudios con antipsicóticos clásicos [22-25].
Como en cualquier ensayo abierto, este estudio no está
DISCUSIÓN exento de limitaciones. La ausencia de un brazo paralelo, bien
Los resultados de este estudio indican que la quetiapina, admi- con placebo, bien con otro principio activo, y el probable uso
nistrada durante un período de seis meses, mejora el control de no restringido de benzodiacepinas dificultan la valoración glo-
las alteraciones del comportamiento y de los síntomas psicóti- bal del efecto aislado de la quetiapina. Además, en el estudio se
cos en pacientes con la EP. Tal y como indica el criterio de valo- utilizaron dosis flexibles del fármaco y se contempló la posibi-
ración principal de eficacia, consistente en la variación de las lidad de incrementarla semanalmente, por lo que no se pudo
puntuaciones individuales de los apartados de agitación/agresi- obtener ninguna indicación de la relación entre la dosis y la
vidad, alucinaciones e ideas delirantes, dichos síntomas se redu- respuesta. Por otro lado, el objetivo del estudio era comprobar
jeron de forma significativa en todos los ítems explorados. Se la eficacia de la quetiapina en una población bien definida de
observaron también reducciones significativas en la puntuación pacientes, no analizar la curva de dosis y efecto.
global de alucinaciones e ideas delirantes, así como en el apar- En resumen, el estudio demuestra la eficacia y la seguridad
tado de trastornos del sueño y desinhibición. Consecuentemen- de la quetiapina en la dosis nocturna inicial de 25 mg/día en el
te, dicha mejoría también se objetivó en la subescala mental de control de las manifestaciones psicóticas asociadas a la EP
la UPDRS (UPDRS1). [26,27]. Dicha eficacia cubre todo el espectro de los síntomas
Tariot et al [13] realizaron un ensayo multicéntrico y abierto, psicóticos (agitación/agresividad, alucinaciones visuales y
de 52 semanas de duración, en 184 pacientes ancianos con una auditivas, ideas delirantes y desinhibición) con una mejoría aña-
edad media de 76,1 años, para evaluar la seguridad y la eficacia dida en el control de los trastornos del sueño.
del uso a largo plazo de la quetiapina en la población de ancia- La quetiapina mejora significativamente los trastornos del
nos. El estudio concluyó que la quetiapina (dosis total media de pensamiento (delirio y/o alucinaciones) y disminuye la presen-
137,5 mg) era segura y eficaz en el tratamiento a largo plazo de cia de confusión, agitación y trastornos del sueño en los pacien-
la psicosis debida a varias causas en poblaciones de ancianos. tes con EP tratados con levodopa.
Juncos et al [14] realizaron un estudio abierto sobre el uso Las variables asociadas con la mejoría de los trastornos del
de la quetiapina en 40 pacientes (promedio de edad, 72,6 años) pensamiento han sido el grado de EP, las subescalas mental y
con psicosis asociada a EP. Estos pacientes formaban parte de motora de la UPDRS y la intensidad de las alucinaciones visua-
un ensayo más extenso (n = 184) de un año de duración [13]. A les y el delirio.
estos pacientes se les sometió a seguimiento durante un máximo
de un año con una dosis media de 75 mg/día y la quetiapina fue Ziprasidona
eficaz para mejorar sus síntomas psicóticos. Se trata de un nuevo antipsicótico que aporta una gran especifi-

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L.J. LÓPEZ DEL VAL, ET AL

cidad de acción sobre los diferentes receptores cerebrales (Ta- Nuestra experiencia en el momento de redactar este trabajo,
bla I), con una respuesta más eficaz en los síntomas conductua- se limita a 43 enfermos a los que se les ha administrado una
les y menos SEP. Se ha demostrado su eficacia en el tratamien- dosis entre 20 y 40 mg/día de ziprasidona, en los que ha contro-
to de los síntomas positivos, negativos, afectivos y cognitivos, y lado adecuadamente los episodios alucinatorios y los delirios
en la gravedad de la esquizofrenia de forma global, en compara- acompañantes de las psicosis parkinsonianas que presentaban.
ción con un placebo, con haloperidol y/o con otros antipsicóti- No se han referido efectos secundarios en ninguno de nues-
cos [28-30], así como una menor incidencia de SEP en compa- tros enfermos, y nuestro próximo objetivo se encaminará a am-
ración con otros antisicóticos [31] y de menos alteraciones del pliar la serie de pacientes y presentar los resultados en próximas
movimiento que la risperidona [32]. reuniones científicas.

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QUETIAPINA Y ZIPRASIDONA EN EL TRATAMIENTO QUETIAPINA E ZIPRASIDONA NO TRATAMENTO


DE LOS TRASTORNOS PSICÓTICOS DE LA ENFERMEDAD DAS PERTURBAÇÕES PSICÓTICAS DA DOENÇA
DE PARKINSON DE PARKINSON
Resumen. Introducción. La utilización de antipsicóticos es una ne- Resumo. Introdução. A utilização de antipsicóticos é uma necessi-
cesidad, muchas veces frecuente, en nuestra práctica clínica como dade, muitas vezes frequente, na nossa prática clínica como neuro-
neurólogos. No sólo en el tratamiento de los trastornos del compor- logistas. Não apenas no tratamento das perturbações do comporta-
tamiento que acompañan a las demencias, sino también en los cua- mento que acompanham as demências, como também nos quadros
dros psicóticos que en numerosas ocasiones se presentan en nues- psicóticos que se apresentam em numerosas ocasiões ou compli-
tros enfermos parkinsonianos o complican su evolución. Pacientes y cam a evolução dos nossos doentes parkinsónicos. Doentes e méto-
métodos. Tras valorar los numerosos efectos secundarios de los dos. Avaliando os numerosos efeitos secundários dos antipsicóticos
antipsicóticos típicos, se inició un estudio prospectivo con un nuevo típicos, inicia-se um estudo prospectivo com a utilização de um
antipsicótico, la quetiapina, en el tratamiento de 134 pacientes con novo antipsicótico, a quetiapina, no tratamento de 134 doentes com

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I REUNIÓN DE ACTUALIZACIÓN EN PARKINSON

enfermedad de Parkinson que, en el transcurso de su evolución, pre- doença de Parkinson, que no decorrer da sua evolução apresenta-
sentaban signos o síntomas de psicosis parkinsoniana. Se analizan vam sinais ou sintomas de psicose parkinsoniana, e analisam-se os
los resultados a los tres y a los seis meses. Simultáneamente, se revi- resultados aos três e aos seis meses. Simultaneamente, reviu-se a
só la eficacia de otro antipsicótico, la ziprasidona, que desde el eficácia de outro antipsicótico, a ziprasidona, que sob o ponto de
punto de vista químico reúne un perfil adecuado a las necesidades vista químico reúne um perfil adequado às necessidades dos nossos
de nuestros pacientes. Se recogen en el momento de redactar este doentes. No momento de redigir este artigo, recolhem-se 43 casos
artículo 43 casos de pacientes con enfermedad de Parkinson y psi- de doentes com doença de Parkinson e psicose parkinsoniana con-
cosis parkinsoniana concomitante que han respondido adecuada- comitante, que responderam adequadamente ao tratamento sem
mente al tratamiento sin efectos secundarios de ningún tipo. Resul- efeitos secundários de qualquer tipo. Resultados. A administração
tados. La administración de quetiapina en dosis de 25-50 mg/día de quetiapina na dose de 25-50 mg/dia, conseguiu uma importante
consiguió una importante mejoría en el control de los signos de psi- melhoria no controlo dos sinais de psicose parkinsoniana nos nos-
cosis parkinsoniana en nuestros pacientes. Lo mismo ocurrió con la sos doentes. O mesmo ocorreu com a administração de 20-40 mg/dia
administración de 20-40 mg/día de ziprasidona. Se comprobó la ex- de ziprasidona. Comprovou-se a excelente tolerância e grande utili-
celente tolerancia y la gran utilidad clínica de ambos fármacos en dade clínica de ambos os fármacos no tratamento da referida enti-
el tratamiento de dicha entidad. Conclusiones. Tanto la quetiapina dade. Conclusões. A quetiapina e a ziprasidona são dois fármacos
como la ziprasidona son dos fármacos que pueden ser de gran utili- que podem ser de grande utilidade no tratamento das psicoses par-
dad en el tratamiento de las psicosis parkinsonianas, pues a su gran kinsonianas, e à grande eficácia clínica adiciona-se um amplo per-
eficacia clínica añaden un amplio perfil de seguridad y una caren- fil de segurança e uma carência de efeitos secundários. [REV NEU-
cia de efectos secundarios. [REV NEUROL 2004; 39: 661-7] ROL 2004; 39: 661-7]
Palabras clave. Antipsicóticos atípicos. Psicosis parkinsoniana. Que- Palavras chave. Antipsicóticos atípicos. Psicose parkinsoniana. Que-
tiapina. Síntomas extrapiramidales. Ziprasidona. tiapina. Sintomas extrapiramidais. Ziprasidona.

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