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Instituto de Expansión de la Consciencia Humana

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¿QUÉ ES LA TERAPIA GESTALT?


Una entrevista casi olvidada con Fritz Perls
(en http://fritzgestalt.com/artifritz.htm) 1972.

por Adelaide Bry

Adelaide Bry: ¿Dr. Perls, qué es la Terapia Gestalt?


Fritz Perls: Discutir, hablar, explicar, es irreal para mí. Yo odio la intelectualización.
¿Usted no?
A. B: A veces, pero yo quiero entrevistarlo. Quiero saber sobre la Terapia Gestalt. Así
que...
Fritz: Probemos algo diferente. Usted sea la paciente. Sea real... no más intelectualización.
A. B.: Bien, si eso es lo que usted quiere, yo lo intentaré. Intentaré ser la paciente. En ese
caso le diría: "Yo soy Adelaide y lo vengo ver a usted, Fritz Perls, como una paciente. Estoy
deprimida, y también tengo este miedo de volar que se expresa fisiológicamente. Las manos me
transpiran. Mi corazón late más rápidamente". ¿Ahora qué?
Fritz: Yo podría curarla de su miedo a volar fisiológicamente expresado, en cinco minutos.
A. B.: ¿Ah, sí? Bien. ¿Y cómo lo haría?
Fritz: Cierre sus ojos. Entre en el avión. Comprenda que usted no está en un avión real,
sino en su fantasía. Esta fantasía la va a ayudar a ver lo que usted experimenta cuando
está volando.
A. B.: Ya mi corazón empieza a latir más rápidamente...
Fritz: No abra sus ojos...
A. B.: Bien...
Fritz: Su corazón empieza a latir más rápidamente... Continúe.
A. B.: Veo la espalda del piloto allí y, usted sabe, yo no estoy segura que él pueda hacerlo.
Fritz: Bueno. Levántese y dígale eso.
A. B.: Lo golpeo en el hombro, él echa una mirada alrededor, y yo digo, ¿"usted está
fijando sus ojos en el camino"? Él me manda a mi asiento.
Fritz: No regrese a su asiento. Cambie de asiento. Usted es el piloto. (el Dr. Perls me pidió
que me levantara, y me sentara en otra silla enfrente de la que me había sentado
anteriormente. Cada vez que cambiaba de roles, cambiaba de silla.)
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A. B.: Yo soy el piloto. ¿Qué está haciendo esta mujer interrumpiéndome? Salga de la
cabina y vuelva a su asiento. Yo sé lo que estoy haciendo.
Fritz: Yo no le creo al tono de su voz. Escuche su voz.
A. B.: (Como piloto del avión) Lo siento, señora, lo siento mucho, señora, lo siento
terriblemente, pero nosotros sí sabemos cómo manejar este avión; hágame el favor de
regresar a su asiento. Todo está bien y bajo control.
Fritz: OK. ¿Cuál es su nombre? ¿Adelaide? ¿Adelaide?
A. B.: (Como Adelaide) Me gustaría regresar a mi asiento, pero estoy preocupada por este
avión, porque no me gusta estar alejada de la tierra. No me gusta estar en el aire a
cincuenta mil pies de altura. Esto no es natural para mí.
Fritz: OK, como usted es escritora, escriba este libreto.
A. B.: (Como piloto) Escuche, nosotros hacemos lo mejor que podemos. Somos seres
humanos también. Usted sabe que este avión fue verificado por Pan American y que costó
cinco millones de dólares, y créame, si hay una cosa que nos gusta es el dinero. Cada vez
que un avión cae perdemos dinero y perdemos gente. Eso es muy malo para nuestras
relaciones públicas y nosotros hacemos todo lo posible para mantener este avión en el
aire. Ahora, si de vez en cuando... mi Dios... si de vez en cuando se nos escapa algo, las
cosas pasan y usted tiene que aprovechar sus oportunidades en esta Tierra. Hasta el
momento no hemos tenido ningún accidente transatlántico. ¿Comprende usted eso?
(Como Adelaide) Pero, yo, yo... sería mi destino ir a Londres, usted sabe, y yendo a
Londres, hundirme en medio del Océano Atlántico. Así yo extrañaría la vejez, yo
extrañaría muchas cosas horribles. Así que no sería tan malo, después de todo. (Como
piloto) Escuche, señora, ésa no es manera de pensar cuando se está yendo de vacaciones.
Usted está siendo absolutamente estúpida.
Fritz: Repita esto último.
A. B.: (Como piloto) Usted está siendo absolutamente estúpida, estúpida, estúpida,
estúpida, estúpida. ¡Qué diablos! Yo me gano la vida haciendo esto. Aún cuando gano
cincuenta mil dólares al año, puedo hacer otra cosa. Yo me gano la vida haciendo esto. No
todos los días, quince días al mes me gano la vida haciendo esto. Y usted es una mujer
estúpida. (Como Adelaide) Yo realmente sé que soy estúpida. Es para reírse, sé que soy
estúpida. Usted sabe, yo tengo que decírselo... Incluso he tomado lecciones de vuelo.
Tomé lecciones de vuelo para intentar hacer algo sobre el miedo, en el pequeño Piper
Cubs.
Fritz: No me diga...
A. B.: (Como piloto) Piper Cubs, ah, Piper Cubs, claro. Piper Cubs, ¡usted me está
cargando! Usted está en un Boeing 707, Piper Cubs. No hay ninguna relación entre ellos
dos. Yo sugiero, señora, que regrese a su asiento, y que me deje...
Fritz: Yo le sugiero algo distinto. Tome ahora el avión. Vaya al asiento del piloto.
A. B.: (Como Adelaide) ¡¡¡Oooooooooh, me encanta!!! Sólo sé que me encanta tener el
control.
Fritz: No me lo diga a mí. Dígaselo a él.
A. B.: (Como Adelaide) Escúcheme, yo puedo volar este avión mejor que usted con mi
mano izquierda detrás de mi espalda. Usted sabe que hay unos pocos diales pequeños y
cosas técnicas aquí. Pero yo podría aprender eso en un par de meses. Usted sabe que soy
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suficientemente inteligente como para aprender eso. Ahora vuelva a sentarse ahí, y yo voy
a llevar a cabo esta función.
Fritz: Diga esto de nuevo: "yo voy a llevar a cabo esta función."
A. B.: Yo voy a llevar a cabo esta función.
Fritz: De nuevo.
A. B.: Yo voy a llevar a cabo esta función.
Fritz: Diga esto con todo su cuerpo.
A. B.: Yo voy a llevar a cabo esta función.
Fritz: Ahora, dígame esto a mí: "Fritz, yo voy...
A. B.: Fritz, yo voy a llevar a cabo esta función.
Fritz: De nuevo.
A. B.: YO VOY A LLEVAR A CABO ESTA FUNCIÓN.
Fritz: ¿Ha aprendido algo?
A. B.: Sí, esa soy yo, desafortunadamente.
Fritz: Aquí usted tiene una pequeña muestra de lo que es la Terapia Gestalt.
A. B.: Es hermoso.
Fritz: Usted tiene un ejemplo ahora en el que no estamos analizando. Sólo estamos
integrando. Usted ha dado el modelo, algunas de sus necesidades de dominar. Yo le
permití enmendarse para que se sienta un poquito más fuerte.
A. B.: Cierto, cierto.
Fritz: Esto es la Terapia Gestalt.
A. B.: Veo. ¿Toda la Terapia Gestalt trabaja de esta manera? ... Yo lo vi hacerlo ayer en una
demostración. ¿Usted siempre utiliza este tipo de técnica, con una persona cambia roles y
asientos para dar énfasis a un punto?
Fritz: Siempre que vea una polaridad, sí. Cuando tenemos dos opuestos. Notará que estos
opuestos están peleando. El pasajero y el piloto son enemigos. Ellos son enemigos porque
no se escuchan el uno al otro. En este diálogo, asumiendo esta otra parte que parece estar
fuera de usted persiguiéndola, usted ve que en realidad es usted, usted misma.
Recuperando estos sentimientos usted reasimila un poco de estas necesidades de dominio
A. B.: Bueno, realmente, tal vez para que yo lo entienda más profundamente, tendríamos
que trabajar con esto veinte veces o veinte años. O tendríamos que invertir un año, quizá,
trabajando en esto para que opere dentro de mí.
Fritz: No, no, no, no. Ahora tengo que decirle lo que dije ayer, que encontré una solución
finalmente. Usted no necesita quedarse veinte años en el diván o ir a terapia un año sí y
un año no. Nosotros podemos hacer todo esto en aproximadamente tres meses. De la
neurosis a la autenticidad. Y la solución es la comunidad terapéutica: donde nosotros
vamos juntos, trabajamos juntos, y hacemos terapia juntos. El núcleo de la terapia está en
aprender a confrontar sus opuestos. Una vez que usted conoce esta manera de
confrontarse con los opuestos, la próxima vez podría hacerlo más fácil. Si yo le doy, por
ejemplo, un ejemplo de lo que son los opuestos más frecuentes en las personas, entonces
verá lo que pasará. El ejemplo de los opuestos más frecuentes es el “perro de arriba” y el
“perro de abajo”. Y nosotros extrapolaremos un fragmento para esto.
A. B.: bien.
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Fritz: El “perro de arriba” se sienta aquí (en una silla). El “perro de arriba” empieza,
"Adelaide, usted debería..." (Otra vez, cambie de asientos cuando cambie de roles).
A. B.: (Como el “perro de arriba”) Adelaide, usted debería... Usted debería levantarse
todas las mañanas a las siete. Debería no comer demasiado. Debería hacer ejercicio.
Debería ser totalmente eficaz en sus escritos. Debería estar en la máquina de escribir a las
ocho de la mañana.
Fritz: Ahora diga esto más fuerte...
A. B.: (Como “perro de arriba”) DEBERÍA ESTAR EN LA MÁQUINA DE ESCRIBIR A
LAS OCHO DE LA MAÑANA.
Fritz: ¿Se da cuenta que todavía guarda cinco pulgadas de distancia con ella?
A. B.: (Como “perro de arriba”) Ah!... Yo voy a bajarte una bofetada porque... voy a bajarte
una bofetada porque no estás viviendo la vida, bueno, eficazmente en todos los niveles.
Estás demasiado llena de conflictos; estás demasiado llena de bosta; no has sido una
buena madre de tus niños.
Fritz: OK, cambie de asientos. Usted es el perro de abajo.
A. B.: (Como “perro de abajo”) Yo soy una persona muy necesitada. No puedo hacerlo
sola. Necesito un hombre que cuide de mí. No puedo pararme sola.
Fritz: Ahora, escriba este libreto.
A. B.: (Como “perro de abajo”) Él no es perfecto. O.K., yo tampoco. Él está aquí y me gusta
mucho. Pero si me caso, no soy libre.
Fritz: ¿Usted se da cuenta que el “perro de abajo” está a la defensiva?
A. B.: Sí.
Fritz: ¿Usted ha notado esto? Cada vez que se cambia de asientos, usted cruza sus piernas
y aprieta sus genitales, y en ese mismo momento usted se cierra completamente.
A. B.: Cuando yo me convierto en el “perro de arriba”?
Fritz: No sé. Ahora mismo sólo dése cuenta que usted está completamente cerrada. Ahora
háblele al “perro de arriba” nuevamente.
A. B.: (Como el “perro de arriba”) Bien. Tú eres una pequeña muchacha dulce, pero
simplemente no estás desarrollando tu potencial y tu conflicto es que tienes miedo de ser
un ser humano independiente. Y has visto demasiada bosta por aquí, la viste anoche en el
grupo de encuentro, en una convención psicológica en Washington, D.C.; tú percibes ese
maldito miedo que tienen todos en lo que se refiere a su ego y las relaciones sociales y tú
no tienes esa tara... Realmente ya estás hecha, si sólo supieras cómo actuar. Tú no tienes ni
la mitad de los miedos que tiene la gente de por aquí. Tú ya estás como veinte niveles más
allá de eso, y tienes miedo de asumir el rol. Esas personas son como pequeños ratoncitos
asustados y tú no eres así en absoluto.
Fritz: ¿Se da cuenta que el “perro de arriba” está cambiando? Ahora está suplicando,
persuadiendo.
A. B.: Sí. Bueno... yo sé que probablemente tenga mucha más visión que algunos... (Como
el “perro de abajo”) Tú no puedes hacerme hacer lo que yo no quiero. Tú no puedes. Tú
no puedes.
Fritz: Usted está poniéndose rencorosa, usted está a la defensiva.
A. B.: (Como el “perro de arriba”) O.K. Si no quieres hacerlo, no quieres hacerlo. Tú no
tienes que lograr toda esta maldita bosta que piensas que tienes que lograr; simplemente
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sigue y sé. ¿Así que algún día pensaste que ibas a ser una buena escritora? Y no tenías la
única cosa necesaria para ser una gran escritora. Esa cosa es la habilidad de pegar el culo a
la silla ocho horas por día. Y si tú no la tienes, no la tienes. ¡Y a quién diablos le importa!
Bueno, es una clase de arrepentimiento, pero yo no me siento más arrepentida. Hasta el
momento ha sido interesante, ha sido divertido. Cualquier cosa que sea...
Fritz: ¿Qué está haciendo con sus manos?
A. B.: ¿Hmmm?... Quiero usarlas de alguna manera. Quiero usarlas de alguna manera.
Quizá, eh... Creo que quiero usarlas en la máquina de escribir. Quiero usarlas.
Fritz: ¿Para qué?
A. B.: (Como el “perro de abajo”) Por aprobación, usted sabe. Por amor y aprobación.
Usted es el gran padre y yo quiero que me diga, "Adelaide, tú eres genial. Realmente lo eres.
Eres maravillosa, carajo. ”Y, eh... eso es todo lo que es ser un ser humano en esta tierra.
Simplemente ser bastante razonable y tener un poco de amor y un poco de cariño, y
sobrevivir económicamente. Eso es todo lo que se necesita.
Fritz: ¡Cambie de rol ahora!
A. B.: (Como el “perro de arriba”) Pero eso no es todo lo que hay, eso es lo que tú dices. A
estas alturas tienes que involucrarte en algo. No puedes hacerte a un lado y simplemente
sentarte a mirar. OK. Si necesitas involucrarte, hazlo. No es algo tan difícil de hacer. Hay
miles de cosas ocurriendo allí afuera. Tienes todos los modos de involucrarte. Hazlo y ve
qué sucede.
Fritz: Usted parece empezar a experimentar algo.
A. B.: Es verdad. La experiencia es que yo estoy creando un conflicto cuando realmente no
tiene que haber ningún conflicto para mí, a esta altura. Estoy fabricando el conflicto.
Fritz: Ya veo. Bueno, veamos cómo podemos resolver esto, y siga regañando y
provocando al “perro de abajo”
A. B.: (Como el “perro de arriba”) Está bien. Hazlo. Hazlo. Hazlo. Párate y hazlo. ¡Que el
demonio tome al más perturbador! Tú sabes. Tienes que sacar el pasado de tu mente. Lo
que pasó, pasó. Y tienes que seguir adelante. Eso es todo. Ya es hora de seguir adelante. Es
tiempo de atravesar ese maldito impasse. Has llegado hasta él cuarenta veces. Has tenido
un millón de experiencias. Atraviésalo. Tú sabes. Sabes más que la mitad de esas personas
que estaban en el escenario ayer. Entendiste a Fritz Perls. Muy bien. Muy bien. Lo
entendiste todo. No lo habrías entendido cinco años atrás. OK. ¡Fuck you! ¡Fuck you! ¡Fuck
you!
Fritz: (como el “perro de abajo”) ¿Cómo te atreves a decirme una cosa así?
A. B.: (como el “perro de abajo”) ¿Cómo te atreves a decirme una cosa así? Yo estoy a
cargo tuyo. Me voy a sentar por los próximos treinta a sentir lástima por mí misma y no
voy a hacer nada. Y no me digas lo que hay que hacer. No me digas. Se me mezclaron los
roles. Se me mezclaron.
Fritz: Eso es porque los roles están mezclados.
A. B.: Claro. No quiero hacer nada. Parte del entusiasmo que yo tenía por la vida se ha
ido, y yo sigo tratando de encontrarlo otra vez, pero no puedo. Y no sé qué chispa es la
que me va a hacer sentir viva otra vez.
Fritz: Bueno.
A. B.: No sé. Me importa una mierda el ego. No sé.
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Fritz: Vuelva al asiento. Hágalo una vez más.


A. B.: Está bien. ¡Fuck you! ¡Fuck you!
Fritz: Ponga su voz en la silla. Háblele a su voz.
A. B.: ¿Que ponga mi voz en esa silla...? Mi voz es bonita. Una vez hice un show en la
radio. Tú eres una voz bonita. Tú estás viva, eres interesante, eres bonita, grave,
inteligente... eres una voz que refleja lo profundo. Es una voz excelente. Y no sólo eso, sino
que te ha llevado muy lejos este tipo de voz con la gente, inmediatamente ordena algo.
Las personas la escuchan porque tiene esta cualidad... (cambiando). La voz se controla.
Fritz: “Yo me controlo”.
A. B.: Yo me controlo. Yo soy la voz, y la voz...
Fritz: “Yo soy la voz”.
A. B.: Ah, lo soy. ¿Yo soy la voz, verdad?
Fritz: Sea su voz.
A. B.: Yo me controlo. Sé que estoy interpretando este rol. Sé que puedo hacerlo. Me
deleito en él. Sé lo que puedo hacer contigo, voz. Sé usarte para lo que quiero, cuando
quiero. ¿No...?
Fritz: Usted no se está transformando en su voz. “Te estoy controlando, te estoy
encantando... “
A. B.: Te estoy controlando.
Fritz: “Encantándote”.
A. B.: Te estoy encantando. Te estoy manteniendo irreal en cierto modo. Te aparto de mi
yo real porque he sido un arma tan buena para ti toda tu vida. He sido una manera de
controlar tu enojo, tú sabes. He sido una manera de ayudarte a conseguir lo que tú
quieres, al mismo tiempo. Yo soy buena para esto. Yo soy buena para esto. Realmente lo
soy.
Fritz: Probemos esto. “Yo soy la más grande manipuladora...”
A. B.: Ah. Yo soy la más grande manipuladora en la tierra. Pero tengo que estar aquí
mismo. Soy la peor manipuladora de la tierra porque todos ven a través de mis
manipulaciones después de un rato. Al principio no, pero después ellos ven a través de mi
manipulación. Y yo pienso que puedo jugar un juego que nadie más reconoce, pero ellos
me ven. Ellos me ven. Y yo no me doy cuenta que ellos me ven. Ésa es la parte estúpida.
Fritz: No cambie su voz.
A. B.: La apenada soy yo. La apenada soy yo. La apenada soy yo. La apenada soy yo. La
apenada soy yo. Y deja esa estupidez de sentir lástima por ti misma. La apenada soy yo.
Fritz: Más pena, más.
A. B.: Adelaide, yo me siento apenada por ti, pero, este mmm...
Fritz: Ten mucha pena.
A. B.: yo me siento apenada por ti y me siento apenada porque Dios te dio mucho y tú no
lo has aprovechado todavía. Simplemente no lo has hecho. Realmente no lo has hecho.
Siento lástima por ti porque no puedes ponerte de pie. Ah, tú te has puesto de pie
bastante, pero podrías hacerlo más seguido.
Fritz: ¿Qué escucha usted?
A. B.: A una niña suplicando.
Fritz: ¿De qué edad?
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A. B.: Siempre llego a los nueve. Hubo algo a los nueve.


Fritz: Otra vez...
A. B.: Ah, yo lo siento por ti, Adelaide, por esa estúpida familia, y todos los gritos en mis
oídos. Ellos estropearon mis oídos. Yo no podía escuchar. Así que me cerré y cerré mis
oídos. Pero es tiempo de abrir tus oídos ahora. Porque nadie está gritando ahora. Y
apegarte a tu niñez es tan aburrido. Es tan aburrido. Estoy cansada de pensar en ella.
Realmente no me interesa. Si realmente no te interesa ya, entonces todo lo que tienes que
hacer es abrir tus oídos y escuchar. Eso es todo lo que tienes que hacer. Simplemente
escucha. Escucha al mundo. Escucha la música. Y escucha. Tal vez sea todo lo que hay que
hacer.
Fritz: Cambie y dialogue con sus oídos.
A.B.: Mis oídos. Estos oídos están... mis oídos están cerrados. Yo soy mis oídos y estoy
toda cerrada y no escucho. Yo me cerré entera. No quiero escuchar. Estoy oyendo sólo una
cosa. Sólo estoy oyendo a alguien gritando terriblemente. Todos gritan... Todas esas
personas horribles, horrorosas, de mi familia con la excepción de ese hermoso padre.
¿Podía escucharlo? No, yo no podía escuchar a nadie.
Fritz: ¿Su padre?
A. B.: Él era patético, pero bueno.
Fritz: Hable con él.
A. B.: Querría haberte amado más cuando estabas aquí. Eras un hombre dulce, un hombre
muy inteligente, un hombre sabio. Y yo no te escuché. Yo no te escuché en absoluto. Me
hubiera gustado. ¡Si tan sólo mis hijos pudieran escucharte! Ellos no tienen ningún padre
a quien escuchar. Ellos tienen un ambiente totalmente diferente.
Fritz: ¿Qué oye?
A. B.: Una mezcla. Oigo una mezcla de él y de ambos gritando.
Fritz: ¿Qué oye?
A. B.: Oigo la cinta del grabador. Eso es lo que escucho. Descubrí algo nuevo en esto.
Escuché algo completamente nuevo que nunca había escuchado antes, Fritz. Se lo debo a
usted. Descubrí toda una cosa sobre escuchar que nunca había descubierto antes. Todo un
sentimiento sobre abrir mis oídos.
Fritz: ¿Qué oye?
A. B.: ¿Qué oigo? Me oigo a mí misma queriendo escuchar.
Fritz: ¿Usted no tiene oídos todavía?
A. B.: ¿Yo no tengo oídos todavía? Estoy en camino, sin embargo, la gente siempre me está
diciendo, "Pero tú nunca me escuchas. No escuchaste lo que te dije."
Fritz: Haga silencio.
A. B.: Está bien. Lo oigo suplicar conmigo, mi padre, para escucharme.
Fritz: ¿Qué oye ahora?
A. B.: el Vacío.
Fritz: Ahora...
A. B.: Oigo el grabador. Lo oigo a usted. Ajá... Ajá... Lo descubrí... Escucho lo que es.
Escucho lo que es ahora.
Fritz: Más...
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A. B.: Escucho el sonido de las personas en el pasillo. Lo escucho a usted. Oigo el


grabador. Oigo el aparato de aire acondicionado.
Fritz: ¿Qué oye?
A. B.: Así es. Oigo lo que es ahora.
Fritz: Usted necesita usar sus oídos.
A. B.: Descubrí un nuevo modo que me vino en lo que se refiere a escuchar. Me escucho a
mí misma y mi voz sigue allí afuera. Mi voz es... Siento esta realidad dentro de mí, que yo
sentí durante mucho tiempo. Pero mi voz no transmite... esto no transmite lo que yo
quiero expresar. En eso la fragmentación me hace mentir.
Fritz: El escuchar y el decir.
A. B.: ¿Ve? Eso es... La cuestión sobre escuchar es... ¿Le digo? Ni siquiera recuerdo ahora
lo que he dicho como el piloto.
Fritz: Así que usted necesita el grabador.
A. B.: Es verdad. No retengo. No retengo.
Fritz: No, usted no incorpora.
A. B.: Pero, ángel, yo realmente no... usted sabe que yo le tengo que decir esto... Realmente
no vine a esta entrevista para hacer esto.
Fritz: Aaaaah...
A. B.: ¿usted sabía? Me refiero a que esto no es para lo que yo vine.
Fritz: Esas son sólo excusas.
A. B.: Esas son sólo excusas.
Fritz: He pasado por esto cien veces.
A. B.: Eso no es lo que yo... no. ¿Podríamos continuar? ¿Por favor? ¿A las mujeres se les
permite conseguir lo que quieren, no? ¿No? ¿Por favor? Yo quiero. Si no, tendré que
inventar la entrevista que había planeado.
Fritz: No.
A. B.: Yo pondré lo que usted dijo en la charla sobre "limpiarse solo el culo es una señal de
madurez". Tengo toda una nueva dimensión. Pero la cosa es que sin haber vivido todo lo
que viví hasta el momento, no la tendría. ¿Usted sabe lo que quiero decir?
Fritz: Yo sí sé lo que quiere decir.

© Copyright 1972 por Adelaide Bry Nota biográfica sobre Adelaide Bry (por Max Gartenberg,
Agente Literario) Adelaide Bry era una escritora interesada en los distintos modos en que los
psicoterapeutas alcanzaron a curar las mentes, y en compartir este interés con los lectores en
general. En su libro “Inside Psychotherapy” (“Dentro de la Psicoterapia”), libro en el que esta
entrevista con Fritz Perls fue publicada por primera vez, ella entrevistó nueve prestigiosos clínicos
de diferentes escuelas. Entre sus otros libros hubo dos sobre análisis transaccional, “The T. A.
Primer” (“La Base del A. T.”) y “T. A. Games” (“Juegos de A. T.”), y “A Primer of Behavioral
Psychology” (“Una Base de la Psicología del Comportamiento)

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