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A. B.: Yo soy el piloto. ¿Qué está haciendo esta mujer interrumpiéndome? Salga de la
cabina y vuelva a su asiento. Yo sé lo que estoy haciendo.
Fritz: Yo no le creo al tono de su voz. Escuche su voz.
A. B.: (Como piloto del avión) Lo siento, señora, lo siento mucho, señora, lo siento
terriblemente, pero nosotros sí sabemos cómo manejar este avión; hágame el favor de
regresar a su asiento. Todo está bien y bajo control.
Fritz: OK. ¿Cuál es su nombre? ¿Adelaide? ¿Adelaide?
A. B.: (Como Adelaide) Me gustaría regresar a mi asiento, pero estoy preocupada por este
avión, porque no me gusta estar alejada de la tierra. No me gusta estar en el aire a
cincuenta mil pies de altura. Esto no es natural para mí.
Fritz: OK, como usted es escritora, escriba este libreto.
A. B.: (Como piloto) Escuche, nosotros hacemos lo mejor que podemos. Somos seres
humanos también. Usted sabe que este avión fue verificado por Pan American y que costó
cinco millones de dólares, y créame, si hay una cosa que nos gusta es el dinero. Cada vez
que un avión cae perdemos dinero y perdemos gente. Eso es muy malo para nuestras
relaciones públicas y nosotros hacemos todo lo posible para mantener este avión en el
aire. Ahora, si de vez en cuando... mi Dios... si de vez en cuando se nos escapa algo, las
cosas pasan y usted tiene que aprovechar sus oportunidades en esta Tierra. Hasta el
momento no hemos tenido ningún accidente transatlántico. ¿Comprende usted eso?
(Como Adelaide) Pero, yo, yo... sería mi destino ir a Londres, usted sabe, y yendo a
Londres, hundirme en medio del Océano Atlántico. Así yo extrañaría la vejez, yo
extrañaría muchas cosas horribles. Así que no sería tan malo, después de todo. (Como
piloto) Escuche, señora, ésa no es manera de pensar cuando se está yendo de vacaciones.
Usted está siendo absolutamente estúpida.
Fritz: Repita esto último.
A. B.: (Como piloto) Usted está siendo absolutamente estúpida, estúpida, estúpida,
estúpida, estúpida. ¡Qué diablos! Yo me gano la vida haciendo esto. Aún cuando gano
cincuenta mil dólares al año, puedo hacer otra cosa. Yo me gano la vida haciendo esto. No
todos los días, quince días al mes me gano la vida haciendo esto. Y usted es una mujer
estúpida. (Como Adelaide) Yo realmente sé que soy estúpida. Es para reírse, sé que soy
estúpida. Usted sabe, yo tengo que decírselo... Incluso he tomado lecciones de vuelo.
Tomé lecciones de vuelo para intentar hacer algo sobre el miedo, en el pequeño Piper
Cubs.
Fritz: No me diga...
A. B.: (Como piloto) Piper Cubs, ah, Piper Cubs, claro. Piper Cubs, ¡usted me está
cargando! Usted está en un Boeing 707, Piper Cubs. No hay ninguna relación entre ellos
dos. Yo sugiero, señora, que regrese a su asiento, y que me deje...
Fritz: Yo le sugiero algo distinto. Tome ahora el avión. Vaya al asiento del piloto.
A. B.: (Como Adelaide) ¡¡¡Oooooooooh, me encanta!!! Sólo sé que me encanta tener el
control.
Fritz: No me lo diga a mí. Dígaselo a él.
A. B.: (Como Adelaide) Escúcheme, yo puedo volar este avión mejor que usted con mi
mano izquierda detrás de mi espalda. Usted sabe que hay unos pocos diales pequeños y
cosas técnicas aquí. Pero yo podría aprender eso en un par de meses. Usted sabe que soy
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suficientemente inteligente como para aprender eso. Ahora vuelva a sentarse ahí, y yo voy
a llevar a cabo esta función.
Fritz: Diga esto de nuevo: "yo voy a llevar a cabo esta función."
A. B.: Yo voy a llevar a cabo esta función.
Fritz: De nuevo.
A. B.: Yo voy a llevar a cabo esta función.
Fritz: Diga esto con todo su cuerpo.
A. B.: Yo voy a llevar a cabo esta función.
Fritz: Ahora, dígame esto a mí: "Fritz, yo voy...
A. B.: Fritz, yo voy a llevar a cabo esta función.
Fritz: De nuevo.
A. B.: YO VOY A LLEVAR A CABO ESTA FUNCIÓN.
Fritz: ¿Ha aprendido algo?
A. B.: Sí, esa soy yo, desafortunadamente.
Fritz: Aquí usted tiene una pequeña muestra de lo que es la Terapia Gestalt.
A. B.: Es hermoso.
Fritz: Usted tiene un ejemplo ahora en el que no estamos analizando. Sólo estamos
integrando. Usted ha dado el modelo, algunas de sus necesidades de dominar. Yo le
permití enmendarse para que se sienta un poquito más fuerte.
A. B.: Cierto, cierto.
Fritz: Esto es la Terapia Gestalt.
A. B.: Veo. ¿Toda la Terapia Gestalt trabaja de esta manera? ... Yo lo vi hacerlo ayer en una
demostración. ¿Usted siempre utiliza este tipo de técnica, con una persona cambia roles y
asientos para dar énfasis a un punto?
Fritz: Siempre que vea una polaridad, sí. Cuando tenemos dos opuestos. Notará que estos
opuestos están peleando. El pasajero y el piloto son enemigos. Ellos son enemigos porque
no se escuchan el uno al otro. En este diálogo, asumiendo esta otra parte que parece estar
fuera de usted persiguiéndola, usted ve que en realidad es usted, usted misma.
Recuperando estos sentimientos usted reasimila un poco de estas necesidades de dominio
A. B.: Bueno, realmente, tal vez para que yo lo entienda más profundamente, tendríamos
que trabajar con esto veinte veces o veinte años. O tendríamos que invertir un año, quizá,
trabajando en esto para que opere dentro de mí.
Fritz: No, no, no, no. Ahora tengo que decirle lo que dije ayer, que encontré una solución
finalmente. Usted no necesita quedarse veinte años en el diván o ir a terapia un año sí y
un año no. Nosotros podemos hacer todo esto en aproximadamente tres meses. De la
neurosis a la autenticidad. Y la solución es la comunidad terapéutica: donde nosotros
vamos juntos, trabajamos juntos, y hacemos terapia juntos. El núcleo de la terapia está en
aprender a confrontar sus opuestos. Una vez que usted conoce esta manera de
confrontarse con los opuestos, la próxima vez podría hacerlo más fácil. Si yo le doy, por
ejemplo, un ejemplo de lo que son los opuestos más frecuentes en las personas, entonces
verá lo que pasará. El ejemplo de los opuestos más frecuentes es el “perro de arriba” y el
“perro de abajo”. Y nosotros extrapolaremos un fragmento para esto.
A. B.: bien.
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Fritz: El “perro de arriba” se sienta aquí (en una silla). El “perro de arriba” empieza,
"Adelaide, usted debería..." (Otra vez, cambie de asientos cuando cambie de roles).
A. B.: (Como el “perro de arriba”) Adelaide, usted debería... Usted debería levantarse
todas las mañanas a las siete. Debería no comer demasiado. Debería hacer ejercicio.
Debería ser totalmente eficaz en sus escritos. Debería estar en la máquina de escribir a las
ocho de la mañana.
Fritz: Ahora diga esto más fuerte...
A. B.: (Como “perro de arriba”) DEBERÍA ESTAR EN LA MÁQUINA DE ESCRIBIR A
LAS OCHO DE LA MAÑANA.
Fritz: ¿Se da cuenta que todavía guarda cinco pulgadas de distancia con ella?
A. B.: (Como “perro de arriba”) Ah!... Yo voy a bajarte una bofetada porque... voy a bajarte
una bofetada porque no estás viviendo la vida, bueno, eficazmente en todos los niveles.
Estás demasiado llena de conflictos; estás demasiado llena de bosta; no has sido una
buena madre de tus niños.
Fritz: OK, cambie de asientos. Usted es el perro de abajo.
A. B.: (Como “perro de abajo”) Yo soy una persona muy necesitada. No puedo hacerlo
sola. Necesito un hombre que cuide de mí. No puedo pararme sola.
Fritz: Ahora, escriba este libreto.
A. B.: (Como “perro de abajo”) Él no es perfecto. O.K., yo tampoco. Él está aquí y me gusta
mucho. Pero si me caso, no soy libre.
Fritz: ¿Usted se da cuenta que el “perro de abajo” está a la defensiva?
A. B.: Sí.
Fritz: ¿Usted ha notado esto? Cada vez que se cambia de asientos, usted cruza sus piernas
y aprieta sus genitales, y en ese mismo momento usted se cierra completamente.
A. B.: Cuando yo me convierto en el “perro de arriba”?
Fritz: No sé. Ahora mismo sólo dése cuenta que usted está completamente cerrada. Ahora
háblele al “perro de arriba” nuevamente.
A. B.: (Como el “perro de arriba”) Bien. Tú eres una pequeña muchacha dulce, pero
simplemente no estás desarrollando tu potencial y tu conflicto es que tienes miedo de ser
un ser humano independiente. Y has visto demasiada bosta por aquí, la viste anoche en el
grupo de encuentro, en una convención psicológica en Washington, D.C.; tú percibes ese
maldito miedo que tienen todos en lo que se refiere a su ego y las relaciones sociales y tú
no tienes esa tara... Realmente ya estás hecha, si sólo supieras cómo actuar. Tú no tienes ni
la mitad de los miedos que tiene la gente de por aquí. Tú ya estás como veinte niveles más
allá de eso, y tienes miedo de asumir el rol. Esas personas son como pequeños ratoncitos
asustados y tú no eres así en absoluto.
Fritz: ¿Se da cuenta que el “perro de arriba” está cambiando? Ahora está suplicando,
persuadiendo.
A. B.: Sí. Bueno... yo sé que probablemente tenga mucha más visión que algunos... (Como
el “perro de abajo”) Tú no puedes hacerme hacer lo que yo no quiero. Tú no puedes. Tú
no puedes.
Fritz: Usted está poniéndose rencorosa, usted está a la defensiva.
A. B.: (Como el “perro de arriba”) O.K. Si no quieres hacerlo, no quieres hacerlo. Tú no
tienes que lograr toda esta maldita bosta que piensas que tienes que lograr; simplemente
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sigue y sé. ¿Así que algún día pensaste que ibas a ser una buena escritora? Y no tenías la
única cosa necesaria para ser una gran escritora. Esa cosa es la habilidad de pegar el culo a
la silla ocho horas por día. Y si tú no la tienes, no la tienes. ¡Y a quién diablos le importa!
Bueno, es una clase de arrepentimiento, pero yo no me siento más arrepentida. Hasta el
momento ha sido interesante, ha sido divertido. Cualquier cosa que sea...
Fritz: ¿Qué está haciendo con sus manos?
A. B.: ¿Hmmm?... Quiero usarlas de alguna manera. Quiero usarlas de alguna manera.
Quizá, eh... Creo que quiero usarlas en la máquina de escribir. Quiero usarlas.
Fritz: ¿Para qué?
A. B.: (Como el “perro de abajo”) Por aprobación, usted sabe. Por amor y aprobación.
Usted es el gran padre y yo quiero que me diga, "Adelaide, tú eres genial. Realmente lo eres.
Eres maravillosa, carajo. ”Y, eh... eso es todo lo que es ser un ser humano en esta tierra.
Simplemente ser bastante razonable y tener un poco de amor y un poco de cariño, y
sobrevivir económicamente. Eso es todo lo que se necesita.
Fritz: ¡Cambie de rol ahora!
A. B.: (Como el “perro de arriba”) Pero eso no es todo lo que hay, eso es lo que tú dices. A
estas alturas tienes que involucrarte en algo. No puedes hacerte a un lado y simplemente
sentarte a mirar. OK. Si necesitas involucrarte, hazlo. No es algo tan difícil de hacer. Hay
miles de cosas ocurriendo allí afuera. Tienes todos los modos de involucrarte. Hazlo y ve
qué sucede.
Fritz: Usted parece empezar a experimentar algo.
A. B.: Es verdad. La experiencia es que yo estoy creando un conflicto cuando realmente no
tiene que haber ningún conflicto para mí, a esta altura. Estoy fabricando el conflicto.
Fritz: Ya veo. Bueno, veamos cómo podemos resolver esto, y siga regañando y
provocando al “perro de abajo”
A. B.: (Como el “perro de arriba”) Está bien. Hazlo. Hazlo. Hazlo. Párate y hazlo. ¡Que el
demonio tome al más perturbador! Tú sabes. Tienes que sacar el pasado de tu mente. Lo
que pasó, pasó. Y tienes que seguir adelante. Eso es todo. Ya es hora de seguir adelante. Es
tiempo de atravesar ese maldito impasse. Has llegado hasta él cuarenta veces. Has tenido
un millón de experiencias. Atraviésalo. Tú sabes. Sabes más que la mitad de esas personas
que estaban en el escenario ayer. Entendiste a Fritz Perls. Muy bien. Muy bien. Lo
entendiste todo. No lo habrías entendido cinco años atrás. OK. ¡Fuck you! ¡Fuck you! ¡Fuck
you!
Fritz: (como el “perro de abajo”) ¿Cómo te atreves a decirme una cosa así?
A. B.: (como el “perro de abajo”) ¿Cómo te atreves a decirme una cosa así? Yo estoy a
cargo tuyo. Me voy a sentar por los próximos treinta a sentir lástima por mí misma y no
voy a hacer nada. Y no me digas lo que hay que hacer. No me digas. Se me mezclaron los
roles. Se me mezclaron.
Fritz: Eso es porque los roles están mezclados.
A. B.: Claro. No quiero hacer nada. Parte del entusiasmo que yo tenía por la vida se ha
ido, y yo sigo tratando de encontrarlo otra vez, pero no puedo. Y no sé qué chispa es la
que me va a hacer sentir viva otra vez.
Fritz: Bueno.
A. B.: No sé. Me importa una mierda el ego. No sé.
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© Copyright 1972 por Adelaide Bry Nota biográfica sobre Adelaide Bry (por Max Gartenberg,
Agente Literario) Adelaide Bry era una escritora interesada en los distintos modos en que los
psicoterapeutas alcanzaron a curar las mentes, y en compartir este interés con los lectores en
general. En su libro “Inside Psychotherapy” (“Dentro de la Psicoterapia”), libro en el que esta
entrevista con Fritz Perls fue publicada por primera vez, ella entrevistó nueve prestigiosos clínicos
de diferentes escuelas. Entre sus otros libros hubo dos sobre análisis transaccional, “The T. A.
Primer” (“La Base del A. T.”) y “T. A. Games” (“Juegos de A. T.”), y “A Primer of Behavioral
Psychology” (“Una Base de la Psicología del Comportamiento)