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Lola G. Luna Universidad de Barcelona En la década de los afios setenta comienzan a apa- recer estudios sobre la situacién de la mujer Jatinoamericana en el contexto de Ia investigacién sobre el desarrollo, el subdesarrollo y la depen- dencia.! La mayor parte de estos trabajos van a centrar su atencién en la posicién de la mujer en la sociedad en relacién al trabajo. Se estudia la incorporacién de la mujer al trabajo asalariado y se comienza a hablar del trabajo invisible. Por owo lado, la mujer también ha sido objeto de atencién en los estudios del control de poblacién por su condiciGn de reproductora. En Colombia se adelantardn investigaciones so- brea unidad de reproducci6n doméstica,elimpac- to del capitalismo en el agro y cémo afecta al uabajo femenino y su papel en la familia, asi como la incorporaciGn de la mujer a la industria y su posicién subordinada en la jerarquizaciGn laboral.? Sigue existiendo sin embargo, un gran desconoci- miento en lo que se refiere a Ia historia de tas mujeres colombianas, Concretamente hay un periodo de la historia de este pais, 1930-1957, en el que las mujeres tuvieron un gran protagoni: mo, La mujer en general goz6 de la atencién de la prensa, ocup6 largas horas de discusién en la Camara legislativa, su papel en la sociedad se puso en cuestién y produjo una gran polémica en la que participaron no sélo los partidos liberal y conservador sino también y por primera vez las propias mujeres. La voz de las mujeres de forma 1. Marysa Navarro. “Investigaciéa sobre Ia mujer en Latinoamérica” en Exctitor en Mo Fa de la Revista "Qué pasa Mujer”, Boge sf, pi. 2 Sobre en i ACEP (Asociacién Colombiana pr el Poblacién) ha publicado varios Volimenes coordinados por Magdalena Leén de Leal: La Mujer allo en Colombia, 1977. Mujer y Copinal io, 1980, Debate sobre “la Mujer de América Latina y el Caribe @ v.) 1982 LOS MOVIMIENTOS DE MUJERES FEMINISMO Y FEMINIDAD i" EN COLOMBIA (1930 = 1943) * colectiva se expresé por primera vez por boca de aquellas que asumieron el papel de lideres en la lucha por el reconocimiento de una serie de derechos ciudadanos. El movimiento de las muje~ res por los derechos civiles y politicos que tuvo lugar a Io largo de casi tres décadas en Colombia habja sido precedido por otros de igual signo en Europa y Norteamérica, conocidos como movi mientos sufragistas. Este campo de la historia colombiana, atin por explorar es lo que nos ha Nevado a abordar este tema. LAS MUJERES EN MOVIMIENTO El sufragio aparece en Norteamérica, Europa y Australia a mediados del siglo XIX y es la expresin primera del feminismo como lucha organizada de las mujeres por conseguir los dere- chos civiles y politicos. El derecho a administrar los propios bienes, la independencia econémica en el matrimonio, el derecho al uabajo y un salario igual al de los varones, el acceso a ta educacién secundaria y universitaria, el poder desempeftar cargos publicos y desde luego el derecho a votar, son las reivindicaciones mas co- nocidas de las mujeres sufragistas. Pero también alzaron sus voces para cuestionar la prostitucién y su reglamentacién y se preocuparon por la problemftica de los nifios abandonados y las ma. dres solteras. Algunas de estas voces fueron mis all acercdindose a lo que seria el nticleo central del pensamiento feminista de los aos setenta: 1a sexualidad y ta reproduccién, sacando a la luz las técnicas de control de la natalidad que las mujeres conocian desde hacia siglos. Sdlo algunas voces radicales intufan que la posicién subordinada de la mujer tenfa raices mas profundas que li discrimi- nacidn en los derechos de ciudadania. La lucha se iniciaba sobre evidencias que ponian en contradic- cidn al sistema liberal en auge, pero que no traspasaban el mbito de lo piblico. La esfera de lo privado, donde transcurre Ia vida de la mayor, parte de las mujeres, donde se establecen tas relaciones de poder entre los sexos que dan lugar a la posicion de subordinacin y de dependencia femenina, las bases del patriarcado, iban a quedar intactas. Asf se explica que ef feminismo emerja de nuevo en los affos setenta a través de la brecha que abrieron las sufragistas, Evans y Lloyd, ponen en relacién el surgimiento de las clases medias -en cl contexto de ta industrializaci6n- con ta salida de las mujeres urbanas del hogar hacia los empleos burocréticos y la educacién superior. Concretamente Evans sefiala: “La aparicién de estos grupos de pre- sién para la admision de las mujeres en Ja vida profesional provocé una especie de reaceién en cadena, a medida que ¢s- tas mujeres se vieron en Ia necesidad de hacer campaias en favor de su admisién en las Universidades, a fin de adquirir los titulos necesarios para su admisién ea fa vida profesional, y Iuego comen- zaron a hacer campafias en favor del voto a fin de adquirir ef poder politico necesario para forzar unos cambios le- gislativos que les permitieran entrar en la universidad"3. En América Latina los movimientos de mujeres en lucha por los derechos civiles y politicos, Pensamos que son también un eslabén de esta cadena que se protonga hasta mediados del siglo XX. Iniciada en el XIX en los paises capitalistas hegemsnicos, se extiende a la periferia latinoame- ricana muchos aflos después de que 1a nueva imagen de tantas mujeres europeas y nort americans levantara las iras y los insultos de hombres y mujeres. Esta imagen ridiculizada viajaria unida a las ideas que se iban a propagar hasta los paises subdesarrollados y sobre ella se encuentran repetidas referencias. La tardanza de las mujeres latinoamericanas cn reivindicar sus derechos como cindadanas, hay que selacionurla con el proceso especifico que sigue el capitalismo en su implantacién en Jas SO SA at Sane 3. Evans, Richard J. Las Feministas Los movi de emancipacin de ta mujer en Europa, Amética y Australis, 1840-1920. §. XXI, 1977, phy 53-54 Loyd, antiguas colonias hispano-portuguesas, si acepta- mos Ia tesis de Evans y Lloyd de que es la idealogéa liberal ta justificacion intelectual de los movimientos feministas sufragistas y los cam- bios en Ia estructura de clase dados por la indus- ializacién. Fs necesario avanzar en el estudio del tema en los diferentes paises latinoamericanos para establecer si esia tesis es correcta, pero concretamente en Colombia no hay duda que es en el contexto de la industrializacién donde vemos ‘aparecer las mujeres reivindicando sus derechos. Por otro lado cs obvio scfialar que este movi- miento tendra un proceso especifico en cada pats como por ejemplo en Colombia, en donde el voto no sc consiguié en ta década de los cuarenta, los afios de lucha més intensa del movimiento.4 Pero el caricier. internacionalista del sufragio se vera confirmado también en este caso en donde hemos encontrado influencias y vinculaciones con la Alianza Internacional Sufragista, la Liga Pro Paz y Libertad, y la Comisién de Mujeres de la Unidn Panamericana. Recogemos a continuacién la opinién de una escritora colombiana en 1935 ante la difusién del feminismo en este pats, en donde sc puede obser- var tanto el intemacionalismo de este fendmeno histérico como su rechazo, asi como la posicién feministaconservadoraquedefiende,tendenciaque concretaremos més adelante: “El primer movimiento que nos vino fue de Inglaterra, hace ya _ bastantes afios, y si bien es cierto que en el fondo se perseguian (més menos), los mis- mos ideales de hoy, la manera como tas inglesas quisieronimponerlos __ocasion: ron su fracaso en la mayor parte del mundo, y entre nosotras apenas hubo una sonrisa de conmiseracion para aque- Mas damas que Megaron hasta el ridicuto en su afin de redencién y progreso. Mas tarde, en época relativamente reciente, surgié en Estadas Unidas otra movie o feminista que si logré en prine io una que otra adepta entre nosotras, Ver periodiuaciéa. 5. Luncita Rubio de Laverde, Ideales Feministas, Ea. Nue vo Mundo, Hogotd, 1950. Especialmente abundan tas referencias y lox contactos con Ia Liga Pro-Paz y Libertad fon la década de lor cuarena. Habla sido creada en 1915, Leteas y Hincajes, 222, 1945. bien pronto las pe ya que tal movimiento procedia de un pais de tan extrafias modalidades a las del nuestro. La diferencia de raza, religion y costum- bres, eran motivos mas que suficientes para un completo fracaso en Colombia. Pero el movimiento actual es muy dis- tinto, nos yiene de paises andlogos al nuestro a los cuales estamos unides por la raza, la religién y las costumbres, Teniendo en cuenta estas circunstancias no hay raz6n para que no queramos per> manecer sordas a las continuas Mamadas que nos hacen nuestras hermanas de la América hispana; ya no tenemos discul- pa alguna para no querer ingresar en las filas de esa numerosa legién que hoy forman las mujeres de la Argentina, Chil Bolivia, Venezuela, Ecuador, Cu- ba, etc., cuyos ideales son los mismos nuestros, superacién espiritual e inte- lectual por medio de estudios superio- res que mo abran amplios horizontes, que nos saquen de nuestra ignorancia y pasividad coloniales y nos coloquen en el alto puesto a que tenemos derecho por nuestras cualidades de talento y corazén. Como bien se comprende, un feminismo de esta clase que no aspira sino @ superacion es decir, a hacernos mejores, sin prescindir de los encantos propios del sexo, no debe ser mirado con desconfianza y mucho menos con desprecio".6 Antes de continuar dando cuenta de nuestros hallazgos sobre el feminismo en Colombia, ‘queremos hacer algunas precisiones conceptuales en tomo al término movimientos de mujeres. En {a literatura actual sobre los movimientos feministas, estos aparecen denominados como “el movimiento de la mujer” o “el movimiento de las mujeres” y con este sentido lo hemos utili ior,” pero conforme avan- nhinos”, Letras y Encajes, af 101, octubre, 1935. 7 “Notas para una historia social del movimiento de las . en colaboracin con Concha Fagoags, de Madsid, 1984 (en prensa) zan los estudios sobre el tema de las lucha de las\\ mujeres, sacando a la luz movimientos femeni- nos que han surgido en torno a reivindicaciones no espectficamente feministas. se impone ls revisién de la utilizacién del concepto. ‘Temma Kaplan al estudiar movimientos de muje~ res en Barcelona, Milén y Mosct en el periodo de entreguerras, surgidos para protestar por la carestia de os alimentos, Ia subida de los alquileres etc. ha arrojado luz sobre este punto al plantear el concepto de “conciencia feminista” para explicar qué mueve a estas mujeres a salir a Ia calle y organizarse. Concluye Kaplan que es la conciencis de ser buenas madres, esposas. amas de casa, lo que impulsa a estas mujeres a la protests y rei- vindicacién de asuntos ligados a su rol femenino tradicional. En Colombia, Luis Vitale ha apuntado otros sig- nos de movimientos de mujeres: la huelga de las obreras de Fabricato (Antioquia) en 1920, liderada or Betsabé Espinoza, que acabé logrando el 40% de aumento en los salarios: y un manifiesto firma- do por 14.000 mujeres indigenas sobre “los derechos de la mujer indigena". en 1927,9 hechos que estin a la espera de ser estudiados en profun- didad. En el Uruguay a comienzos de siglo, existian organizaciones de resistencia de lavanderas, plan- chadoras, cigarreras y se tienen datos de que en 1905, las costureras Hlevaron a cabo una huclgs. Son mavimientos de mujeres que surgen en torno a reivindicaciones de clase y que se encuentran distanciados de los grupos feministas. !0 En Chile, durante cl gobiemo de Allende recorde mos “las caceroladas”, manifestaciones femeninas de protesta por la escasez de alimentos y que curio: samente se nutrieron de mujeres de clase media y hyrguesa, que tenian mas bien un caricter oposi tor a la Unidad popular. El movimiento actual de las Madres de Plaza de Mayo en Argentina y numerosos movimientos de mujeres estén apare 8. “Female Consciousnes and Collective (Case of Barcelona, 1910-1918". Signs 1982 9. Historia y Séeiologia de ls Mujer Latinoamericans, Ea, Foouumars, Barcelona, 1981. Pig. 53-54 10. Silvia Rodriguez Villamil y Graciela Sapriza, Mujer, Endo y Politics en el Unugus Action: The ciendo en Chile, Peru, Bolivia, etc. nutridos de mujeres de las clases populares que se retinen para organizar {as “ollas comunitarias"!! 0 como apoyo a las huelgas de los mineros, son hechos que exigen ampliar la si “movimiento de mujeres". ificacién del concepto Por otro lado, estos movimientos de mujeres nos plantean lanecesidad de nuevos concepios operati- vos a fin de explicarlos © interpretarlos. Esta necesidad surge de la propia investigacién de la historia de las mujeres, ignorada y desconocida hasta ahora y que requiere tanto a nivel metodo- Idgico, como teérico, nuevos planteamientos y cenfoques. Conciencia femenina, conciencia femi- nista, conciencia de clase vemos que mueve a unas y otras mujeres a salir de su espacio wadi- ional -la casa, la familia- a protestar en la plaza piiblica. nciencia femenina que no cuestiona la in sexual del trabajo, ni las tareas que le ha icado su género, construido socialmente sobre una diferencia biolGgica, sino que por el contrario la asuncién hasta el final de su posicién femenina en la sociedad, ama de la casa, madre, le mueve en determinados momentos de la historia a reivindicar derechos inherentes a su rol: la vida de los hijos que ella ha dado, los alimentos necesarios para la reproduccién de la fuerza de abajo, la rebaja en Ia carestia de la vida, etc. La reivindicacién colectiva de los derechos resultan- tes de la divisién del trabajo -segin Kaplan- tendria a veces, consecuencias revolucionarias y legaré a politizar los entramados de Ia vida cotidiana. Y aqui cabe la pregunta de si esta politizacién de la mujer en momentos coyun- turales de crisis, en las que sus obligaciones de género se ven afectadas, supone un paso hacia el cuestionamiento de su papel tradicional cn la sociedad. Lo que ha puesta de relieve el estudio de Kaplan es que Ia irrupcidn de las mujeres en la vida pablica con sus demandas por una mejor calidad de vida, colocan las necesidades humanas por encima de otras preocupaciones politicas y hacen pensar en oura visién de la sociedad I. Alicia Silvia Hennings. "Las ollas comunes: uns experiencia de abajo solidario en Ia zona oreme de Santiago". Ponencia presentada al Seminario Trabajo ~——~ide_tuamana. Bareclona 12-15, septiem Los movimientos de mujeres, en cambio, que han surgio de la toma de conciencia de las mujeres de una situacion de discriminacién, subor- dinacién, opresién o explotcién, segiin el enfo- ‘que que adoptemos en el andlisis, nos plantean el significado y la formacién de la conciencia feminista. El movimiento sufragista y el movimiento feminista actual son fenémenos que nos pueden proporcionar los elementos para explicar hist6- ricamente la formacién de esa conciencia. Sin pretender llegar a una definicion de ésta, que por otro lado seria dificil, si consideramos que el feminismo es un proceso inacabado que aparece, se sumerge y vuelve de nuevo a la luz, si queremos apuntar algunos elementos que podrian ponerse en relacién con la formacién de la conciencia feminista en el sufragismo. En el caso colombiano, como veremos més adelante, un grupo de mujeres que socialmente pueden ser consideradas como privilegiadas, ain sin penenecer a la oligarquia, toman conciencia de su discriminacién y marginaci6n de los dere- chos ciudadanos (el voto, el trabajo asalariado, la educacién superior, etc.) y considerarin que su situacién dentro del matrimonio es de "siervas” al no poder disponer de sus propios bienes. El énfasis puesto en esta situacién de dependenci: econdémica, que ellas mismas también califican de “esclavitud” les Mevaré a la ceivindicacin de “compafiera y no sierva”!2. Pensamos que la idea de emancipacién de esa situacién de servidumbre es el elemento fundamental de la primera toma de conciencia feminista en el sufragismo. Por otro lado, no es de extraflar que encontremos esta idea de esclavitud subyaciendo en el discurso de las sufragistas colombianas dado que los origenes del sufragismo estin estrechamente liga- dos al movimiento abolicionista especialmente en Estados Unidos.'3 Las sufragistas colom- bianas un siglo después de tos inicios det movimiento (Seneca Falls 1948) y cuando éste ya ha desaparecido en Europa y Noneamérica, 12 La cits paulina es el ilo de un anicnlo escrito por Gloria Rodriguez. panicipanic en el IV Congreso Intemacional Femenino que se celebré en Bogout en 1930, El Tiempo, 11 = 31 13. Kate Millet, Politica Sexual, Ed. Aguilar, México Pplantearin idSnticas reivindicaciones emancipa- doras: el ser reconocidas camo sujeto de derechos. Las sufragistas en general pondrin en cuestiGn su ausencia en la sociedad como ciudadanas, la ausen- cia de su vor, su voto, su participacién en la vida politica, pero no Hegarén en su pensamiento y en su discurso feminista a traspasar este nivel. En relacidn a este punto, Julieta Kirkwood, femi ta chilena y una de las pioneras en la investi cién de los movimientos feministas latinoameri canos, cuya muerte reciente ha supuesto una gran péedida, sefialaba hace pocos afios Ia importancia de la recuperacién del sufragismo para la historia y la lucha de las mujeres porque: se buscé en él las razones de su posterior derrota y éstas siempre mos- traron tener que ver con el hecho de que las mujeres no habian elaborado su propia especifidad politica; que por mucho tiempo esperaron desde fuera la aparicién de una teoria lgica y estruc- turada para formar su movimiento; que permitieron que su discriminacién espe- cifica apareciera disfrazada, postergada como secundaria, sin presionar ni exi- gir a la teorizacion y a la practica poli contestaria -por no proyocar divisionismo- que se pusiera de cara a ‘su contenido sexista. 4 Habia de pasar medio siglo para que el movi- miento apareciera de nuevo y la conciencia feminista pasara de la idea de emancipacién a la de liberaciGn, poniendo su mirada en la esfera de lo privado para descubrir que la adquisicidn de los derechos de ciudadan‘a habia sido un paso inicial y que slo habia tocado la superficie del patriarca- do, La incorporacién de la mujer al abajo asalariado, el derecho a votar, la participaci6n de las mujeres en la politica, siempre de forma ‘excepcional, en los aflos que siguieron al auge del sufragismo fue una experiencia necesaria para constatar que no se habia alcanzado en la préctica inisino y paticipacién politica en Chile”, » de trabajo nu? 159. Santiago, 1982 Ouos trabajos sobre el tema de la EL feminismo como negation del material de discusin 9 52, 1983 (mmimeografindo) yy “Femininas y "Nueva sociedad, n° 78, Carncas 1985, Flecso, la igualdad formal adquirida. Esto dio lugar a buscar nuevas vias de formacién de la conciencia. Los grupos de autoconciencia en los que se ha trabajado a partir de la puesta en comin de los problemas individuales que tienen las mujeres en el trabajo, en las relaciones personales, en el simple caminar por la calle, en los partidos politicos, han Wevado a descubrir "la politica sexual” que ha dado lugar a la construccién de los géneros y su funcién social.!5 Desborda las intenciones de este trabajo analizar en profundidad ese salto en conciencia feminista que va de la idea de emancipacisn a Ia de liberacién, pero si apun- tar c6mo Ia idea de emancipacién no puso en cuestiOn la tradicional divisién del trabajo por sexos. La adquisicin de derechas civiles y polf- ticos y la independencia econémica de las mujeres burguesas y de clase media, asi como el acceso al trabajo remunerado, significaban la libertad frente a la sumisiGn, salir de su condicién de "sicrvas” y sentirse "compaficras”. En lo que se refiere a la conciencia de clase trabajadora, que hemos seftalado movia a otras mujeres a reivindicar mejoras salariales, es nece- sario profundizar en el estudio de su toma de conciencia como mujeres ante la discriminacién en los salarios respecto a los hombres. En las tendencias sufragistas que inclufan Ia idea de la justicia social 0 las cercanas al socialismo sc puede apreciar la preocupacién por la situacién de las mujeres obreras, insistiendo en la reivindi- cacién de “a trabajo igual salario igual", conflu- yendo en Ia reivindicacién de! voto, aunque ta izquierda mantenia sus prejuicios respecto al feminismo por sus origenes burgueses. En cl nuevo feminismo de los setenta si est4 mas claro el acercamiento entre el feminismo y la lucha de clases, aunque los prejuicios seguirin existiendo en los sectores mas dogmiticos, pero sc dard una mayor articulaciOn en base a los avances te6ricos y la toma de conciencia de las mujeres que verdn mas clara su posicién subordinada en ta jerar- quizaci6n laboral en raz6n de su sexo. En Colombia y durante tres décadas (1930-1957) ‘se pueden detectar signos en ta prensa diaria sobre. la existencia de "movimiento" en torno a cuestio~ nes como el voto y otros derechos civiles reclama- 15. Millet, citada. Politica Sexual, fue su tesis doctoral cen Is Universidad de Harward, ex ella puso de manifiesto as bases ideoldgicas dsel patriarcado. ‘dos por las mujeres, Son los aftos en que el poder politico es asumido por los liberales y en que la historia del pais discurre por los caminos de la “revolucién en marcha” de Lépez Pumarejo, la modernizacién industrial y social, que desembo- can en los afios teflidos de sangre por "la violencia. La presiGn de las mujeres colombianas, rompié algunas barreras jurfdicas e hizo que el tema del voto se siguiera obteniendo en la Cimara aflo tras alo sin vencer las resistencias de liberales y conservadores. La modernizacién del Estatlo y de la sociedad por los liberales en el poder, se puede decir que qued6 incompleta en este punto. El principio de igualdad, uno de los pilares de 1a doctrina liberal no Negé a ser un argumento de suficiente peso para que se les reconociera a las mujeres este derecho. Ofelia Uribe de Acosta, lider feminista en esta lucha sefiala: "“Curioso es que en muchos de los pai- ses de América Latina los derechos ciudadanos hayan sido otorgados a la mujer por dictadores: asi sucedié en Ecuador, Brasil, Argentina, Peri, Pan: may ntemente en el Paraguay". 16 En Colombia también ser un dictador, Rojas Pinilla, el que concedi6 el voto en 1954, Esia constante, habria que analizaria en relacién al extendidoargumentosobreelcardcterconservador del voto femenino, esgrimido por los liberales y que denota una resistencia masculina ante la amenaza de pérdida de privilegios. En cambio los conservadores, parece ser que creyeron en el argumento y en la Camara defenderin su propio proyecto. El periodo que sefialamos de ta historia de Colombia, 1930-57, corresponde a los aflos en que consideramos que el movimiento se fue organizando, tuvo su auge y se agotd. 1930 es ta fecha en que se realiza en Bogotd el IV Congreso Internacional Femenino. En él aparecen las prime: ras declaraciones sobre el feminismo y cl de! se centra en el proyecto sobre Capitulaciones Matrimoniales de} gobierno Olaya Herrera. 1957 es el afio del Plebiscito que inaugura cl pacto 16. ‘Una You Insurgentc, Ed. Guadalupe, Bogots 196), Pie 222 gubemamental, Frente Nacional, entre conserva- dores y liberales como férmula para acabar con “la violencia”. En él, las mujeres votan por primera vez. En el plebiscito, paradéjicamente, las mujeres con su voto ratifican el derecho por fin reconocido en 1954. A la concesién del voto habia seguido una recuperacién de la actividad de las mujeres feministas a uavés del periédico Verdad, fundado por Ofelia Uribe de Acosta. Durante 1955 éste fue cerrado por el dictador en medio de una fuerte ola represiva contra la prensa, denunciada por el periédico. Ante la creencia generalizada en la sociedad colombiana y mantenida en algunas publica- ciones de que fueron los liberales a través del Plebiscito quienes concedieron el voto a la mujer, Ofelia Uribe puntualiza en su libro: "Me he propuesto una absoluta imparcialidad, Sé que Ia verdad es amarga. Pero como no escribo para agradar sino para decirla, me tiene sin cuida- do el turbién de injurias que se desataré sobre mi por afirmar piblicamente, y de acuerdo con la mésestricta verdad, que la mujer colombiana debe a Rojas Pinilla su liberacién politica. Lo inereible es que la tremenda lucha librada por tas feministas para lograr tal objetivo no solamente fue silencinda por la prensa, que fingia ignorarla, sino que el sefior Alberto Lieras Camargo tuvo Is audacia de declarar, ante el Se- minario de Mujeres reunido en Bogoti en 1959, que los derechos politicos ha- bian sido un obsequio sorpresivo hecho por el plebiscito a las mujeres".17 Este largo periodo de tiempo cn que las mujeres de Colombia tucharon por sus derechos vg diferentes ctapas segiin nucstras pesquisas. Proponemos la siguiente periodizacién en rela- ida al proceso seguido por ef movimiento: 1930-43 la lucha por la independencia econémica, el acceso a Ia educacién superior y a cargos ply 17. Cuunda, pig. 222 1K Con anterioridad a estos afisos, Gladys Gimeno We existencia de algunas mujeres que reclamabay wechot y cuya vide fue un testimonio feminista, com de Rojas en Antioquia en el primer cust: ‘Las luchas de las mujeres por sur derechoe eu el siglo XX ext Colombia” poncacta preseatade ab blicos. La toma de conciencia colectiva y los primeros espacios feministas, 1944-48 Ia lucha por el voto. Auge del movi- miento: | y Tl Congreso Nacional Femenino. Conexionesinternacionales. Organizaciones fe nistas y rganos de expresién: Agitacién Femeni- na y Mireya. 1949-57 Ia violencia: el silencio y la mucrte. Nuevas voces: el periddico Verdad. Concesién del voto y ratificacion. En este primer abordaje del tema nos vamos a centrar en el primer perfodo de los senalados: 1930-1943, y nos hemos limitado a las fuentes escritas fundamentalmente por mujeres, teniendo en cuenta las limitaciones que. éstas presentan, especialmente en este perfodo en que atin no han aparecido Ia investigacién de las fuentes orales que aiin pueden ser recogidas. Las limitaciones que observamos en las fuentes escritas estiin relacionadas con el cardcter que tienen los espacios donde se ha desarrollado la historia de las mujeres. Su vida al margen de la politica, sin mAs canal de expresién que las escasas revistas femeninas, hace que la investi- gacidn sea dificultosa. Para estos afos hemos localizado informacién en dos revistas de la época. El grueso de ella se encuentra en Letras y Encajes, publicada en Medellin (Antioquia) desde 1929, dirigida y escrita por mujeres con acceso a la educaciGn y status social burgués. Su linea podria calificarse de conservadora en lo que s¢ fefiere al feminismo. La otra revista, Aurora, que se publicaba en Bucaramanga (Santander) en los afios 41-42, estaba dirigida por un varéa yen ella seminario otganizado por el ISMAC, Medellin 1980 {imimeografindo). Este ct el pwimer trabajo que ha abor dado el tema de forma general haciendo, un recorrido de las luchas de las mujeres colombianss hasta el feminismo ‘actual, Aradecemos 2 su autora la gentileza de habémor- Jo proporcionai. También queda pendicate el estudio sobre Maria Cano. lider socialists, més alli de ta mirads androcéntrica de Torres Giraldo: Maria Cano, Apostolado revolucionario. Carlos Vatencia Editores, Bogets 1980. Pensamos que de sus lecturas sobre mujeres, algunas comsideradas como inspirsdoras del feminismo Latinoamericano, como Gabriels Mistral, Alfonsina Stomi, etc. pudieson surgir reflexiones desconocidas hasta hoy y calificadas por 10 compariero y bidgrafo, Torres Giraldo de “inclinacién al Feminismo bargués” (pg 32). escribian hombres y mujeres. Contiene escasos articulos sobre el tema que nos ocupa y su linea es semejante a la anterior. Esparédicamente he- mos localizado algunas referencias en la prensa diaria de aquellos aftns: El Tiempo (Bogotd) y El Radical (Tunja-Chiquinguira). La tendencis mis radical, por estos afos no tiene un canal de expresién escrita, hasta 1942 con la “Pagina Femenina” de El Radical, vacio que puede ser en parte salvado por la obra escrita de la mujer que aparece como lider desde 1930, Ofelia Uribe de Acosta. En los afios anteriores, al tener difi- cultades para expresarse en la prensa, estas mujeres recurrieron a Ia radio y desde este medio intentaron Megar a las mujeres y concienciarlas sobre la necesidad de luchar por sus derechos civiles y politicos. !9 Lucila Rubio de Laverde ¢s otra de las mujeres que destaca como Ider del movimiento. Muerta hace afios, jugé un papel clave de conexién con las organizaciones interna- cionales ¢ interamericanas y su protagonismo se destaca en el segundo periodo (1944-1948) como presidenta de la Alianza Femenina de Colom- bia 20 No dudamos de que muchas otras mujeres fueron protagonistas en esta tarea y que atin estén por descubrir. Nuestro objetivo en este trabajo es recoger el pensamiento que las mujeres feministas, tanto conservadoras como radicales fueron expresando sobre la mujer y sus derechos en este momento, asi como los espacios que conquistaron, a fin de ir sacando a Ia luz los elementos que funda- mentarin su postura politica ante el sufragismo y Ja formacién de su conciencia feminista. NOTA: Por su extensién la ultima parte de este articulo aparecerd en Chichamaya N* 9, 19. Una vor Insurgente, citads, page 199-200. Ofclis Uribe he sido basta hoy uns incawsable militante feminista. Fue impulsora de la revista Agiacién Femenins y del periddico Verdad. Liberal de ta izquierda esuvo cerca a Olaya Herrera por lazos familiares apoyé a Lépez Pumarejo decantindos: hacia el gaitanis ‘con sus planteamientos revoluciv: fnarioe, aunque siempre prefirié definirse

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