Vous êtes sur la page 1sur 18

SALA DE CASACIÓN CIVIL

Magistrado Ponente: C A R L OS OB E R T O V É L E Z

En el juicio de Interdicto de O bra N ueva, seguido ante el Juzgado Segundo de


Primera Instancia en lo C ivil y Mercantil de la C ircunscripción Judicial del Estado Zulia,
por los ciudadanos HE L IME N A S SE GU N D O PR IE T O PR IE T O Y A L IS GR A C IE L A
PIR E L A D E PR IE T O, judicialmente representados por los profesionales del derecho María
R osario D iaz B orjas y N ellys Margarita Zambrano V iloria, contra los ciudadanos JOR GE
KOWA L C HU K PIWOWA R Y MA GL E N E D E L A C R U Z FA R IA V IL L A SMIL D E
KOWA L C HU K, patrocinados por los abogados en ejercicio Luis Pérez Paris e Irw ing
U rdaneta; el Juzgado Superior Primero en lo C ivil y Mercantil de la misma C ircunscripción
Judicial, en fecha 21 de diciembre de 1998 dictó sentencia declarando “…inadmisible la
denuncia propuesta y (sic) se revoca y se declara N U LA la decisión apelada…”.

C ontra el aludido fallo, los querellantes, anunciaron recurso de casación, el cual fue
admitido y oportunamente formalizado. H ubo impugnación, réplica y contrarréplica.

C oncluida la substanciación del recurso, pasa la Sala a dictar su máxima decisión

procesal bajo la ponencia del Magistrado quien con tal carácter suscribe el fallo, y lo hace

previas a las siguientes consideraciones:

R E C U R SOS POR D E FE C T OS D E A C T IV ID A D

C on apoyo en el ordinal 1º del artículo 313 del C ódigo de Procedimiento C ivil, los

formalizantes denuncian la infracción del artículo 15 eiusdem y 68 de la C onstitución de


1961, por violación al derecho a la defensa.

Por vía de fundamentación, los recurrentes exponen:


“…al declarar el Juez Superior la inadmisibilidad de la demanda subvirtiendo en
forma flagrante el ‘equilibrio procesal’ y vulnerado el derecho a la defensa y al
debido proceso previsto y contemplado en el artículo 68 de la C onstitución
N acional, por haber quebrantado formas sustanciales del procedimiento.
Por su parte, el Legislador ha establecido, como una garantía a ese derecho a la
defensa, una serie de normas de tipo adjetivo que regulan el curso del
procedimiento donde se va (sic) dilucidar la petición del actor. Esas normas
constituyen una garantía para el administrado quien conocerá de antemano todas
las fases o estadios por los cuales discurrirá su pretensión. A sí, se establecen los
presupuestos procesales de la demanda, las condiciones para su admisión o
inadmisión, los requisitos para el emplazamiento del demandado, la oportunidad
para la contestación de la demanda, el momento de apertura de los lapsos de
promoción, impugnación y evacuación de pruebas; la oportunidad para presentar
informes (…). Todo esto contiene lo que se denomina ‘El principio del debido
proceso’ que se inserta dentro del principio constitucional del ‘derecho a la
defensa (sic), ya que, esas normas son una garantía para hacer valer el derecho, al
extremo de ser consideradas normas de orden público.

En este orden de ideas tenemos que, el derecho de peticionar en juicio como


ejercicio del derecho de acción, constituye el elemento primario del derecho a la
defensa, por ende, el Legislador ha sido excesivamente cuidadoso y celoso al
momento de establecer taxativamente causales de inadmisibilidad de la demanda,
ya que su inobservancia podría involucrar un menoscabo o cercenamiento del
derecho a la defensa.

(…O missis…)

En este tipo de situaciones lo que hace inadmisible la demanda es el hecho


concreto de que, aun cuando se sustancie el procedimiento en forma plena, aún
cuando se produzca confesión ficta o reconocimiento pleno de los hechos, tal
petición no puede ser reconocida por el órgano sentenciador en la providencia de
mérito ya que una norma de derecho contiene una disposición que contradice
abiertamente tal petición, con lo cual, el juez no puede reconocerla ya que estaría
contradiciendo una norma de derecho. Y el juez está para ‘decir el derecho’ mas
no para decir el ‘contraderecho’.

(…O missis…)

A hora bien, es el caso ciudadanos Magistrados, que la Juez de la recurrida


consideró que la querella interdictal incoada por mis representantes era
IN A D MISIB L E por el simple hecho de que – a su juicio – no se encontraban
cumplidos los presupuestas sustanciales para la sentencia de mérito favorable,
concretamente, el hecho de que la obra contra la cual se intentó el interdicto
prohibitivo de obra nueva se encontraba terminada.
Para el supuesto negado de que tal hecho fuera cierto, la demanda no podía ser
declarada IN A D MISIB LE, sino que podía declarar C O N LU G A R la apelación,
revocar el decreto de ad (sic) quo y declarar improcedente la acción formulada,
pero nunca declarar IN A D MISIB LE la acción.

C on tal proceder la Juez de la R ecurrida creó un supuesto de hecho le gal


prohibitivo de la acción incoada no estableció en ley alguna, violando en forma
flagrante el derecho de defensa y al debido proceso, por lo que, pido a esta muy
honorable Sala, declare C O N LU G A R la presente denuncia….” (negritas y
mayúsculas del formalizante; subrayado y cursivas de la Sala).

Para resolver la Sala, observa:


N o obstante que, la nueva C onstitución de la R epública B olivariana de V enezuela,
como garantía de la justicia, tiende a la flexibilización de los extremos formalismos
doctrinarios, no puede considerarse implícito, dentro del contenido y alcance de la norma
constitucional en cuestión, un quebrantamiento radical de los perfiles que sobre la adecuada
técnica ha de utilizarse para formular las denuncias en materia de casación, las cuales se han
venido reiterando en forma didáctica y especializada a través de la máxima decisió n
procesal, como un elemento natural del recurso de casación para revisar el derecho o los
hechos en una controversia.

A l respecto, y con relación a la técnica de formalización, atinente a la denuncia en


estudio esta Sala, estableció:
“…’U na correcta técnica de denuncias de infracción en indefensión o menoscabo
del derecho de defensa y apoyadas en el respectivo supuesto del ordinal 1º del
artículo 313 del C ódigo de Procedimiento C ivil, implica necesariamente lo
siguiente’:

‘a) Explicación de cuál ha sido la forma quebrantada u omitida y si lo ha sido por


el juez de la causa o el de la alzada’.

‘b) Indicar cómo, con tal quebrantamiento u omisión de las formas sustanciales de
los actos, se lesionó el derecho de la defensa o el orden público, según el caso, o
ambos’.

‘c) Si el quebrantamiento u omisión de las formas que menoscabó el derecho de


defensa o lesionó el orden público, la ha sido por el juez de la causa, y si
considera procedente la reposición de la misma, denunciar la infracción del
artículo 208 de la Ley Procesal, la norma expresa contenida en la disposición
general del artículo 15 del C ódigo de Procedimiento C ivil…’.

‘d) Si el quebrantamiento u omisión de las formas que menoscabó el derecho a la


defensa o lesionó el orden público lo ha sido por el Tribunal de la alzada, además
de la infracción de la norma contenida en el artículo 15 del C ódigo de
Procedimiento C ivil, deben denunciarse como infringidas las disposiciones
referentes al quebrantamiento u omisión de las formas que menoscaban el derecho
a la defensa o las que establecen el orden público que ha sido lesionado por el
propio Juez de la recurrida’.
‘e) La explicación a la Sala que con respecto a dichos quebrantamientos u
omisiones de formas o lesiones al orden público, se agotaron los recursos’….”(
Sentencia N º 107 de la Sala de C asación C ivil de fecha 13 de abril de 2000, exp.
N º 91- 719). (subrayado de la Sala).

Para resolver la Sala, observa:

D e la lectura y análisis efectuado sobre la denuncia en cuestión, se determina, que

los formalizantes enfilan la misma contra el juez de la alzada; siendo así, es necesario que

dicha denuncia esté ajustada a lo establecido en el literal “d” de la doctrina transcrita. En


tal sentido, la Sala estima, que los supuestos expresados por los denunciantes, no son

acordes a la técnica indicada; éllo en razón, a que no señalan cuales son las disposiciones

infringidas, referentes al quebrantamiento de las formas sustanciales del proceso que expresa

fueron violentadas menoscabando su derecho a la defensa.

Por otra parte, no encuentra la Sala, que el sub iudice, el juez de la recurrida, le haya
limitado o impedido indebidamente, a los formalizantes, ejercer los recursos o medios

legales para hacer valer sus derechos, menoscabándole la garantía constitucional al derecho
a la defensa.

En consideración a lo precedente, es concluyente expresar, que la denuncia in

comento, carece de la adecuada técnica para su formulación, aunado a éllo, no encuentra la

Sala, que a los querellantes se les haya causado indefensión, impidiéndoles ejercer los

medios o recursos legales, a la luz de la conceptualización, acogida por su doctrina pacífica


e inveterada. En consecuencia, la infracción señalada, debe ser declarada improcedente. A sí

se resuelve.

II

C on apoyo en el ordinal 1º del artículo 313 del C ódigo de Procedimiento C ivil, los

formalizantes denuncian la infracción del ordinal 3º del artículo 243 eiusdem, porque a su
juicio la sentencia carece de una síntesis, clara, precisa y lacónica de los términos en que

quedó trabada la controversia.

Por vía de fundamentación, explican en extenso, la conceptualización, de los términos


del articulado referentes a la síntesis clara, precisa y lacónica, luego transcriben, en forma
total, la decisión cuestionada, para concluir señalando:
“…Las diez (10) primeras páginas referidas en la parte narrativa de la sentencia
contienen:

1º La aclaratoria de que le correspondió conocer de esa causa pre vio el


cumplimiento de la distribución.

2º Mención de cuando se recibieron en el superior las copias certificadas de la


apelación.

3º La fecha en que fueron consignados los informes de las partes, el número de


folios anexos.

4º La fecha en que se celebraron las observaciones.

5º D el folio 2 al folio 7 se transcribieron los términos de la demanda.

6º refiere cuando fue admitida por el Juzgado ad quo la demanda cuanto ha lugar
en derecho.

7º R efiere cuando se fijó y ejecutó el traslado para la inspección de la obra y que


fue el experto que acompañó al Tribunal.

8º R efiere la orden de paralización de la obra y que la misma fue objeto de


apelación.

N o cabe ninguna duda, C iudadanos Magistrados, que el sentenciador se ocupó en


forma indebida de referir todas y cada una de las fases procedimentales, haciendo
referencias que escapan al objeto de la controversia y sin referir, en concreto,
cuales son los términos en que quedó trabada la misma, quedando a la deducción
del lector su determinación sin saber si coincide o no con el objeto ‘percibido’ por
el sentenciador. En otras palabras, quien lee la sentencia debe hacer un esfuerzo
intelectual, lógico deductivo, para decidir de toda esa farragosa construcción, cual
fue el objeto de la controversia, ya que en ella (sic) no se expresa cuál es el thema
decidendum, esto es, su contenido y límite.

Por ello, al no contener la sentencia una síntesis clara, precisa y lacónica de los
términos en que quedó trabada la controversia, se violó lo dispuesto en el artículo
243 del C ódigo de Procedimiento C ivil en su ordinal 3º, haciendo nulo el fallo por
disponerlo así el artículo 244 ejusdem….”

Por su parte, la recurrida expresa:


“…Tal como consta de actas los ciudadanos H ELIMEN A S PR IETO PR IETO Y
A LIS G R A C IELA PIR ELA D E PR IETO , asistidos por las profesionales del
derecho N ELLY MA R G A R ITA ZA MB R A N O V ILO R IA Y MA R IA R O SA R IO
D IA Z B O R JA S, en ejercicio de la profesión y de este domicilio ocurrieron ante el
tribunal de la Primera Instancia alegando ser propietarios y poseedores legítimos
de un inmueble constituido por un apartamento con las siglas PB .
de un inmueble constituido por un apartamento con las siglas PB .

(…O missis…)

Indican también que los ciudadanos JO R G E K O WA LC H U K PIWO WA R Y


MA G LEN E D E LA C R U Z FA R IA V ILLA SMIL D E K O WA LC H U K son
propietarios del apartamento signado con las siglas PA .

Q ue en (sic) 15 - 08 – 97 los referidos ciudadanos les solicitaron verbalmente


permiso para construir una terraza descubierta con materiales livianos sobre el
espacio libre que daba hacia el frente del citado inmueble de su propiedad.

(…O missis…)

Q ue los esposos K ow alchuk Faría en vez de construir una terraza construyeron


una pieza amplia y cerrada por frente y lado O este sobre la placa vaciada y con
columnas y vigas de concreto(…). A simismo construyeron otra pieza sobre la
misma placa ya existente por el lindero O este del mismo lado izquierdo,

(…O missis…)

También exponen que la construcción de las obras que se han venido realizando
por parte de dichos esposos, de manera ilegal ha causado serios daños en la
estructura de la placa original por su lado izquierdo

(…O missis…)

Por auto del 05 – 06 – 98 se fijó el traslado y constitución del Tribunal para ese
mismo día a partir de las once (11) de la mañana la cual se llevó a efecto a la hora
fijada y el Tribunal resolvió decretar la prohibición de continuar la O bra N ueva ya
identificada y determinada en el edificio donde se encuentra constituido el
Tribunal.

(…O missis…)

Pues bien, tal decisión fue apelada como anteriormente se expresó por los
ciudadanos querellados antes identificados quienes en la oportunidad legal para
presentar informe en esta alzada alegan entre otros los siguientes argumentos: que
la misma parte querellante en el libelo de demanda reconocen que le dieron su
consentimiento para levantar la obra en cuestión y le permitieron levantar las
columnas y vigas necesarias para el levantamiento de dicha obra la cual se
comenzó en realidad el día 15 de mayo de 1997

(…O missis…)

El Tribunal hechas las consideraciones observa:


En virtud de la defensa de los apoderados judiciales de los demandados realizada
en los informes presentados en esta alzada en cuanto a que en el presente caso no
concurren los cinco (5) presupuestos materiales que exige tanto la doctrina como
la jurisprudencia para que proceda o sea admisible la querella interdictal de obra
nueva por cuanto los mismos demandantes reconocen en el escrito de denuncia
que dicha construcción ya está terminada…”
que dicha construcción ya está terminada…”

Para resolver la Sala, observa:

D e un detenido estudio sobre las actas acreditadas al expediente, se determina que del

procedimiento especial interdictal de obra nueva ventilado, en su etapa sumaria, el a-quo


toma la decisión de prohibir la continuación de la obra, en tanto que el ad quem la revocó,

declarando inadmisible la denuncia; al respecto, nuestra doctrina casacionista ha definido

que en el citado procedimiento existen dos etapas o fases, una sumaria, en la cual el juez se

pronunciará sobre la prohibición de continuar o no la obra, y la otra, que es el juicio

ordinario, considerándose que la decisión proferida en la fase sumaria del interín procesal,
tiene carácter de interlocutoria.

La Sala, reiterando el criterio establecido en decisión del 18 de noviembre de 1998,

en el expediente N º 94 - 674, considera oportuno precisarlo a los efectos de una mejor


inteligencia. En ese sentido acoge, que aquellas decisiones interlocutorias dictadas en

juicio, durante el interín de la substanciación del mismo, aún cuando éstas tengan fuerza

definitiva, por ende revisables en casación, como es el sub iudice, las mismas no ameritan
que se cumplan en su conformación, todos y cada uno de los requisitos intrínsecos que exige

el artículo 243 del C ódigo de Procedimiento C ivil, siendo indispensables solamente los
extremos de motivación y congruencia, no asi para aquellas decisiones que la doctrina ha

denominado, definitivas formales de reposición o interlocutorias formales, cuyas

características, son: a) que se produzca en la oportunidad en que se deba dictar la sentencia

definitiva de última instancia, es decir ya substanciado el proceso, se ordena reponerlo, b)


que no decida la controversia, sino que ordene dictar nueva sentencia, en cuyo caso deberán

cumplir con todos los requisitos previstos en el citado artículo. Q uedan fuera de e sta

clasificación los llamados autos del proceso, cuyas características generales están recogidas

el en artículo 310 del C ódigo de Procedimiento C ivil, y vienen a configurar situaciones

ordenadoras del proceso, que tienen que ser necesariamente consideradas, por el juez

dentro del ejercicio de su facultad rectora, pero que no envuelven controversia ni resuelven
puntos en discusión por las partes y que por ende en contra de los mismos no se admite el

recurso subjetivo procesal de apelación, pudiendo ser revisados solamente, por vía de la
recurso subjetivo procesal de apelación, pudiendo ser revisados solamente, por vía de la

figura jurídica del contrario imperio, y son los llamados, autos de mero tramite o

substanciación.
D e los anteriores considerandos, y siendo que la decisión recurrida, aun cuando tiene
fuerza definitiva, está subsumida en el carácter de interlocutoria dictada dentro de la
substanciación del proceso, en consecuencia no es impretermitible su revestimiento por parte
del juez del requisito previsto en el ordinal 3º del artículo 243 del C ódigo de Procedimiento
C ivil.

N o obstante, en el caso en particular, de las transcripciones realizadas, se verifica,

que la recurrida cumple, dentro de los límites y posibilidades del grado de substanciación

del proceso, con la sinopsis clara, precisa y lacónica de los planteamientos generales de la
situación controvertida; estos elementos conllevan a declarar, con mayor tesón, la

improcedencia de la denuncia en cuestión, no existiendo la violación del artículo 243 en su

ordinal 3º del C ódigo de Procedimiento C ivil. A sí se establece.

III

C on apoyo en el ordinal 1º del artículo 313 del C ódigo de Procedimiento C ivil, los

formalizantes denuncian la infracción, del artículo 243 ordinal 4º eiusde m, “…por


encontrarse los motivos de la decisión total y absolutamente divorciados del dispositivo de

la sentencia….”

C omo fundamento a sus alegaciones, transcriben parte de la jurisprudencia, que sobre


la materia de motivación y razones de hecho y derecho, sostuvo la extinta C orte Suprema,

en igual forma transcriben parte del fallo recurrido y posteriormente señalan:


“… El Tribunal hecha las consideraciones observa:

(…O missis…)

C omo se observa uno de los requisitos de procedibilidad es precisamente que la


obra nueva no esté concluida.

(…O missis…)

C on tal declaración contenida en la solicitud donde se denuncia la construcción


de obra nueva las mismas partes accionantes están aceptando que la obra
efectivamente se encuentra concluida, aún cuando no esté rematada, criterio que
como anteriormente se dejó establecido con la doctrina citada hacen improcedente
la paralización de la obra.

(…O missis…)

E s decir, si el mismo actor indica que la obra esta terminada, sin rematar, el
juez de la Primera Instancia ha debido proveer a la negación de la denuncia
por cuanto no cumple con los extremos requeridos en la norma del artículo
785 del C ódigo C ivil que como anteriormente se expresó requiere para su
procedencia que la obra no esté terminada, por lo que ante tal circunstancias,
de que la obra se encuentra terminada no procede la denuncia de obra nueva,
subsistiendo las otras acciones posesorias. A sí se declara. (negrillas mías)

En tal sentido, la Juez de la R ecurrida está reconociendo en forma expresa que en


los interdictos prohibitivos de obra nueva es requisito sustancial para la sentencia
de mérito favorable, esto es, para la procedibilidad de la acción el que la obra no
se encuentre terminada, con lo cual, la consecuencia lógica de una querella
interdictal que no cumpla con tal presupuesto es qu e sea declarada
IMPR O C ED EN TE nunca considerar IN A D MISIB L E la demanda.

A hora bien, el Juez refiere en la parte motiva de su decisión las razones por las
cuales la demanda debió ser declarada IMPR OC E D E N T E . En este sentido
formuló las premisas lógicas que permitían deducir que la conclusión última debía
ser el que se declarara IMPR O C ED EN TE la demanda, pero en forma por demás
sorprendente llegó a una conclusión total y absolutamente distinta y además ajena
en forma radical a los argumentos formulados, considerando que la demanda era
IN A D MISIB LE, sin hacer ningún tipo de referencia a las premisas lógicas
necesarias para que la demanda pueda ser declarada inadmisible.

En tal sentido, los motivos de la sentencia se encuentran total y absolutamente


divorciados del dispositivo, nada tienen que ver con el (sic), no guardan ninguna
relación, no existiendo correspondencia lógica entre los planteamientos
formulados por el Juez como fundamentos de su decisión y la conclusión misma,
configurando con ello un caso tipo de inmotivación….” (negritas y mayúsculas del
formalizante).

Para resolver, la Sala observa:

D el contenido implícito de la denuncia, corroborado con la parte final de la

transcripción que antecede, cabe señalar que nos encontramos ante la delación del vicio de

inmotivación del fallo; sobre esta materia la Sala ha dicho:


“…’La inmotivación consiste en la falta absoluta de fundamentación; y que los
motivos exiguos o escasos o la motivación errada, no configuran el vicio de falta
de motivación. También ha establecido la Sala, por sentencia pacífica y constante,
que el vicio de inmotivación puede adoptar varias modalidades:

1) La sentencia no contiene materialmente ningún razonamiento de hecho o de


derecho en que pueda sustentarse el dispositivo; 2) Las razones expresadas por el
sentenciador no tienen relación alguna con la pretensión deducida o con las
excepciones o defensas opuestas, caso en los cuales los motivos aducidos a causa
de su manifiesta incongruencia con los términos en que quedó circunscrita la litis,
deben ser tenidos como jurídicamente inexistentes; 3) Los motivos se destruyen
los unos a los otros por contradicciones graves e inconciliables, generando así una
situación equivalente a la falta absoluta de fundamentos; 4) Los motivos son tan
vagos, generales e inocuos, ilógicos o absurdos, que impiden a la casación
conocer el criterio jurídico que siguió el juez para dictar su decisión, caso éste
que se equipara al de la falta de motivación; 5) C uando el juez no analiza la
prueba de autos’….” (Pierre Tapia, O scar R ., R epertorio Mensual de
Jurisprudencia de la C orte Suprema de Justicia, Tomo II, N º 11, pág. 828, 829 y
830, año 1999. Sentencia de la Sala de C asación C ivil de fecha 18 de noviembre
de 1999).

En el sub iudice, a juicio de esta Sala, los postulados recogidos por la doctrina

enunciada, no se subsumen dentro de la estructuración de la sentencia, no encontrándose en

élla la existencia de alguna de las modalidades que puedan establecer la procedencia del
vicio de falta de motivación denunciado, siendo que la pretendida por los recurrentes está

orientada a la señalada en la modalidad segunda, sin embargo tal posibilidad alude al

divorcio total entre la pretensión o las defensas, y las razones del sentenciador,

observándose particularmente que la inadmisibilidad de la demanda es una pretensión de los


querellados, expresada ante el superior cuando señalan “…por lo que consideramos (sic) el

Tribunal de la causa no ha debido admitir la presente Q uerella Interdictal prohibitiva de


obra nueva y mucho menos ordenar la paralización de la obra (…) y así pedimos a este

Superior Juzgador lo declare en la D efinitiva…”.

La recurrida expresó, lo siguiente:


“...En virtud de la defensa de los apoderados judiciales de los demandados
realizada en los informes presentados en esta A lzada en cuanto a que en el
presente caso no concurren los cinco (5) presupuestos materiales que exige
tanto la doctrina como la jurisprudencia para que proceda o sea admisible la
querella interdictal de obra nueva por cuanto los mismos demandantes en el
escrito de denuncia que dicha construcción ya está terminada, el Tribunal
vista tal defensa procede a analizar la misma en los siguientes términos:

(...omissis...)

Es decir, si el mismo actor indicada que la obra está terminada, sin rematar,
el Juez de la Primera Instancia ha debido proveer a la negación de la
denuncia por cuanto no cumple con los extremos requeridos en la norma del
artículo 785 del C ódigo C ivil (Sic) que como anteriormente se expresó
requiere para su procedencia que la obra no esté terminada, por lo que ante
tal circunstancia, de que la obra se encuentra terminada (Sic) no procede la
tal circunstancia, de que la obra se encuentra terminada (Sic) no procede la
denuncia de obra nueva, subsistiendo las otras acciones posesorias y
petitorias. A sí se declara....”

De lo anterior es concluyente determinar, que la denuncia presentada, es

improcedente, no existiendo la violación del artículo 243 ordinal 4 del C ódigo de

Procedimiento C ivil. A sí se resuelve.

D E N U N C IA POR IN FR A C C IÓN D E L E Y

Ú N IC A

C on apoyo en el ordinal 2º del artículo 313 del C ódigo de Procedimiento C ivil, los

formalizantes denuncian la infracción por la recurrida del artículo 341 eiusdem, por errónea
interpretación.

Por vía de formalización los querellantes, exponen:


“…El juez de alzada afirmó en el dispositivo de la sentencia que la demandada
debió ser declarada IN A D MISIB LE, fundamentada en el hecho de que la demanda
no cumplía con los presupuestos establecidos en el artículo 785 del C ódigo C ivil.

En efecto, el artículo 785 de la ley sustantiva establece como presupuesto del


interdicto prohibitivo de obra nueva, entre otros el que la obra no esté terminada y
que no haya transcurrido un año después de su inicio.

C onforme con esta disposición legal, la juez de la recurrida interpretó que si en la


demanda no están cumplidos los extremos exigidos en el artículo 785 del C ódigo
C ivil, la demanda debe ser declarada IN A D MISIB LE por ser contraria a una
disposición expresa de la ley.

(…O missis…)

En conclusión, la interpretación que hizo la juez es que el interdicto prohibitivo


de O bra N ueva era IN A D MISIB LE por cuanto a obra estaba terminada.-

3.- Por que se considera errónea.-


La interpretación que hace la juez es errónea por cuanto, con funde los
‘presupuestos de inadm isibilidad’ de la demanda con los ‘presupuestos
sustanciales para la sentencia de m érito favorable’.

En efecto, refiere la doctrina que existen presupuestos necesarios para que la


demanda pueda prosperar en derecho y ser declarado C O N LU G A R en la
sentencia definitiva. Estos presupuestos han sido señalados por el procesalista
H ernando D evis Echandia de la siguiente manera:

‘Son presupuestos materiales de la sentencia favorable al demandante: 1) la


existencia real del derecho o relación jurídica sustancial pretendida; 2) la prueba
existencia real del derecho o relación jurídica sustancial pretendida; 2) la prueba
en forma legal de ese derecho, es decir de los hechos o actos jurídicos que le
sirvan de causa; 3) la exigibilidad del derecho, por no estar sometido a plazo o
condición suspensiva; 4) la petición adecuada al derecho que se tenga, porque
puede tenerse el derecho y haberse probado, pero si se ha pedido cosa distinta se
obtendrá sentencia desfavorable, haber enunciado en la demanda los hechos
esenciales que sirven de causa jurídica a las pretensiones, ya que su falta trae el
fracaso en la sentencia, aunque se tenga el derecho y se haya pedido bien y
probado, porque el Juez debe basar su decisión en tales hechos.’( D evis echandia,
H ernando. C ompendio de D erecho Procesal, Tomo I, D écima Edición., pág. 251)

En tal sentido, ciudadanos Magistrados, si el actor presenta una demanda en la


cual no se encuentran cumplidos los presupuestos necesarios establecidos en la ley
para que nazca su pretensión, esa demanda no podrá prosperar en derecho, por lo
que la misma será irremisiblemente declarada SIN LU G A R en la sentencia
definitiva. Pero, como es obvio, ello será materia de sentencia de mérito.

A hora bien, el Tribunal de alzada hizo una interpretación errada del artículo 341
del C ódigo de Procedimiento C ivil específicamente de la mención que reza ‘…
Presentada la demanda, el tribunal la admitirá si no es contraria a alg una
disposición expresa de Ley.’

La juez de la recurrida declaró que la demanda era IN A D MISIB LE entendiendo


por ello que se esta (sic) referido a los presupuestos sustanciales para la
procedencia de la acción, esto es, a los ‘presupuestos sustanciales para la
sentencia de mérito favorable’; por lo que, a su juicio, si de la demanda se
evidencia que la misma no cumple con los presupuestos de procedibilidad, no
pudiendo prosperar en derecho, debe ser entonces declarada –ab initio-
IN A D MISIB LE por ser contraria a disposición expresa de ley, lo cual configura
un caso de evidente error de interpretación de la norma jurídica….” (negritas y
cursivas de los formalizantes)

Por su parte, la recurrida expresa:


“…C iertamente nuestra legislación sustantiva en el artículo 785 del C ódigo C ivil
para la procedencia de la paralización de la obra nueva establece rigurosos
presupuestos: ‘…Q uien tenga razón para temer que la obra nueva emprendida por
otro, sea en su propio suelo, sea en suelo ajeno, cause perjuicio a un inmueble, a
un derecho real o a un objeto poseído por él, puede denunciar al Juez la obra
nueva, con tal que no está terminada y de que no haya transcurrido un año desde
su principio’.
C omo se observa uno de los requisitos de procedibilidad es precisamente que la
obra nueva no esté concluida.

(…O missis…)

En el caso en concreto de autos ciertamente observa la sentenciadora que los


querellantes en el renglón 64 del folio 4 y específicamente en el papel sellado del
estado Zulia 97-3961651 y en los renglones del 1 al 7 del folio 5 que corresponde
al papel sellado 97-4234789 señalan textualmente: ‘...Q ue se determinó que en la
planta alta de dicho inmueble por su fachada principal y por su fachada izquierda
visto desde su frente se observó una construcción terminada, sin rematar
construida de bloques frisada, con loseta vaciada y acabado de cerámica y esa
pieza funge de cocina, y se observaron asimismo paredes transversales, con
estructuras de gabinetes que conforman la cocina, y toda esta construcción reposa
sobre la losa o paca de 15 cm de la planta baja’.

C on tal declaración contenida en la solicitud donde se denuncia la construcción de


obra nueva las mismas partes accionantes están aceptando que la obra
efectivamente se encuentra concluida, aún cuando no esté rematada, criterios que
como anteriormente se dejó establecido con la doctrina citada hacen improcedente
la paralización de la obra.

(…O missis…)

Es decir, si el mismo actor indica que la obra está terminada, sin rematar, el Juez
de la Primera Instancia ha debido proveer a la negación de la denuncia por cuanto
no cumple con los extremos requeridos en la norma del artículo 785 del C ódigo de
Procedimiento C ivil que como anteriormente se expresó requiere para su
procedencia que la obra no esté terminada, por lo que ante tal circunstancias, de
que la obra se encuentra terminada no procede la denuncia de obra nueva,
subsistiendo las otras acciones posesorias y petitorias. A sí se declara.

(…O missis…)

En consecuencia (sic) se declara IN A D MISIB LE la denuncia propuesta y (sic) se


revoca y se declara N U LA la decisión apelada…” (El subrayado es de la
recurrida).

L a Sala, para resolver observa:

El artículo 341 del C ódigo de Procedimiento C ivil prevé:

“Presentada la demanda, el T ribunal la admitirá, si no es contraria al


orden público, a las buenas costumbres o alguna disposición expresa de
la ley. En caso contrario, negará su admisión expresando los motivos de la
negativa….”(negritas de la Sala).

D entro de la normativa transcrita, priva, sin duda alguna, la regla general, de que los

Tribunales cuya jurisdicción, en grado de su competencia material y cuantía, sea utilizada

por los ciudadanos a objeto de hacer valer judicialmente sus derechos, deben admitir la
demanda, siempre que no sea contraria a las buenas costumbres o a la ley, éllo puede

interpretarse de la disposición legislativa cuando expresa “…el Tribunal la admitirá…”; bajo

estas premisas legales no le está dado al juez determinar causal o motivación distinta al
orden establecido para negar la admisión in limine de la demanda, quedando legalmente

autorizado para éllo, siempre y cuando, dicha declaratoria se funde en que la pretensión sea

contraria al orden público, a las buenas costumbres o alguna disposición expresa de la Ley.

Fuera de estos supuestos, en principio, el juez no puede negarse a admitir la demanda.

C uando la inadmisibilidad no sea evidente, considera el procesalista R ic ardo


H enríquez La R oche, en su Libro C ódigo de Procedimiento C ivil, Tomo III, Pág. 34, la

prudencia aconseja al juez permitir que sea el demandado quien suscite la cuestión previa

correspondiente.

En el sub iudice, la recurrida con fundamento a lo previsto en el artículo 785 del

C ódigo C ivil y en razón a la naturaleza de la demanda propuesta, consideró que no estaban


llenos los extremos contenidos en la citada norma, relacionados con la querella interdictal

de obra nueva y por vía de consecuencia determinó la Inadmisibilidad de la denuncia.

A hora bien, efectivamente la norma en la cual fundamentó su razonamiento de


derecho la recurrida, establece:
“Q uien tenga razón para temer que una obra nueva emprendida por otro, sea
en su propio suelo, sea en suelo ajeno, cause perjuicio a un inmueble, a un
derecho real o a otro objeto poseído por él, puede denunciar al Juez la obra
nueva, con tal que no esté terminada y de que haya transcurrido un año
desde su principio….”( negritas y subrayado de la Sala)

A nte la diatriba surgida, entre la regla general de admisión de la demanda y los

presupuestos legales del caso en particular, centrados en la determinación legislativa

subrayada anteriormente por la Sala, se hace necesario entrar a determinar someramente, la

materia acerca de la admisibilidad o no de una demanda y la procedencia o no de ésta.

En este sentido, la doctrina autoral patria ha considerado:


“…C on respecto a esta facultad que el nuevo C ódigo atribuye a los jueces, estimo
conveniente observar, entre otros comentarios, que dicha facultad no es otra cosa
que una aplicación, en materia de introducción de la causa, del principio del
impulso procesal de oficio al que se refiere el artículo 11 del C ódigo que comento,
que inviste al juez del papel de director del proceso. A demás, estimo que la
apreciación que ahora deben hacer los jueces para determinar si una demanda es o
no admisible, para ellos (sic) implica la carga de examinar los presupuestos
fundamentales que debe llenar toda demanda como inicio del proceso. En efecto, a
mi entender, los jueces pueden, in limine litis, negarse a admitir las demandas que
se funden en la derogación de normas declaradas de orden público o porque la
se funden en la derogación de normas declaradas de orden público o porque la
Ley prohibida la acción como el caso de las deudas de juego (artículo 1801 (sic)
del C ódigo C ivil), porque su violación, la Ley la declara nula y sin ningún valor
por atentar contra el orden público.

(…O missis…)

En cuanto al otro motivo de inadmisibilidad, o sea, cuando la demanda sea


contraria a alguna disposición expresa de la Ley, los jueces tienen que tener
mucho cuidado al manejar esta facultad, porque lógicamente, no podrían en el acto
de admisión, resolver cuestiones de fondo….”(D uque C orredor, R omán J.,
A puntaciones Sobre El Procedimiento C ivil O rdinario , Editorial Jurídica A lva,
S.R .L. C aracas, 1990, pág. 94 y 95)

En cuanto a los presupuestos procesales de la demanda, el procesalista H ernando

D evis Echandia, en su obra “C ompendio de D erecho Procesal”, Tomo I, Teoría G eneral del
Proceso, año 1995, ha considerado, que además de los presupuestos de la acción, los de la
demanda se definen como requisitos necesarios para iniciar el proceso o relación jurídica

procesal, los cuales debe examinar el juez antes de admitir la demanda, denuncia o querella.

En este sentido, los recoge en número de cinco que ha saber son: 1) Q ue la demanda,

denuncia o querella sea formulada ante el juez de la Jurisdicción a que corresponde el


asunto; 2) La capacidad y la debida representación del demandado, o “legitimatio ad

processum”; 3) La debida demanda que incluye los requisitos de forma y la presentación de


los documentos que la ley exija; 4) En lo contencioso-administrativo, además el haber

pagado el valor de la multa o impuesto y haber agotado la vía administrativa; 5) La caución

para las medidas cautelares previa.

Señala, el citado autor:


“…Los presupuestos procesales en general tienen características de ser revisables
y exigibles de oficio por el juez, en razón de estar vinculados a la validez del
proceso. Esto no se aplica a los casos de litis pedentia, cosa juzgada, transacción,
prescripción y desistimiento de proceso anterior, que no son verdaderos
presupuestos procesales, sino presupuestos materiales de la sentencia de fondo, y
que el juez no puede declararlos ni examinarlos de oficio para lo no admisión de
la demanda, aun cuando aparezcan en el expediente, sino como excepciones
previas si le son propuestas o en la sentencia como excepciones de mérito….”
(D evis Echandia, H ernando, C ompendio de D erecho Procesal, Tomo I, Teoría
G eneral del Proceso, décima edición, Editorial A .B .C ., B ogotá, 1985, pág. 288.).

Igualmente el citado procesalista, en obra señalada, específicamente en su página


430, comenta lo siguiente:

“...para la admisión de la demanda no le corresponde entrar a estudiar la


procedencia o exactitud de tales hechos y peticiones, ya que su examen de fondo
debe reservarse para la sentencia, y aun cuando por la lectura del libelo se
convenza el juez de la falta de derecho del demandante, no puede rechazar la
demanda, porque son cuestiones para decidir en la sentencia...”

En el caso en particular, los denunciantes aducen la errónea interpretación del citado

artículo 341 del C ódigo de Procedimiento C ivil, en ese sentido se observa, que la recurrida

pese a que no hizo uso del referido articulado para declarar la inadmisibilidad de la
demanda, no obstante, su determinación al respecto, tiene contenida obligatoria e

implícitamente una aplicación del mismo, pues su decisión está vertida sobre el precepto de

admisión de la demanda, ya considerado, éllo en razón a que a través de la misma


necesariamente abordó la prevención del citado artículo 341, por interpretación sistemática

integral de la norma, conciliándose en complemento con el artículo 785 del C ódigo C ivil, la

cual contiene específicamente los presupuestos para el ejercicio de la ación por interdicto de
obra nueva, entre los cuales se indica, que la obra no esté terminada.

Sobre este punto cabe destacar, que son los propios demandantes, los que señalan que

la obra está terminada, estas afirmaciones se delatan de la transcripción parcial de lo dicho


por la recurrida, esta confesión viene a subsumir la situación de hecho planteada en el caso,

dentro de una de las excepciones contenidas en el precitado artículo 785, cuando prevé

“...puede denunciar al Juez la obra nueva, con tal que no esté terminada...” siendo asi al

declarar la inadmisibilidad de la demanda, el jurisdicente interpretó la norma conforme a


los supuestos indicados y como efecto de lo establecido en la misma.

Por otra parte, aunado al análisis precedente, estima la Sala, que aun cuando pudiera

haber existido una interpretación errónea de la norma, que hubiese conllevado a una

reposición de la causa, sin duda alguna que estaríamos ante una casación inútil, en razón a
que la demanda por interdicto de obra nueva, necesariamente sería improcedente por no

estar llenos los extremos de los presupuestos contemplados en el precitado articulo 785 del
C ódigo C ivil, puesto que la obra, como ya se indicó, estaba terminada.

D e lo anteriormente considerado, cabe concluir que la denuncia en estudio e s

improcedente por no haber infracción del artículo 341 del C ódigo de Procedimiento C ivil.

A si se resuelve.

D E C ISIÓN

En fuerza de las anteriores consideraciones, este Tribunal Supremo de Justicia de la

R epública B olivariana de V enezuela, en Sala de C asación C ivil, administrando justicia en

nombre de la R epública y por autoridad de la Ley, declara SIN L U GA R el recurso

anunciado contra la sentencia de fecha 21 de diciembre de 1998, publicada por el Juzgado

Superior Primero en lo C ivil y Mercantil de la C ircunscripción Judicial del Estado Zulia.

Se condena en costas del recurso a los querellantes, de conformidad con lo

establecido en el artículo 320 del C ódigo de Procedimiento C ivil, en concordancia con el


281 eiusdem.

Publíquese, regístrese y remítase el expediente al Tribunal de la causa, Juzgado

Segundo de Primera Instancia en lo C ivil y Mercantil de la misma C ircunscripción Judicial y

particípese de esta decisión al citado Juzgado Superior.

D ada, firmada y sellada en la sala de D espacho de la sala de casación C ivil, del


Tribunal Supremo de Justicia, en C aracas a los once ( 11 ) días del mes de octubre de dos

mil. A ños: 190º de la Independencia y 141º de la Federación.

El Presidente de la Sala,

_________________________
FR A N K LIN A R R IEC H E G .

El V icepresidente,

___________________________
A N TO N IO R A MÍR EZ JIMÉN EZ.

Magistrado-Ponente,
______________________
C A R LO S O B ER TO V ÉLEZ

La Secretaria,

_______________________
D ILC IA Q U EV ED O

E xp. 99-191

Vous aimerez peut-être aussi