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navigation Enfoque del curso
Problemas En este singular y extraordinario artículo se plantea la inconsistencia de resultados obtenidos con las ecuaciones de Maxwell en
la resolución de conocidos problemas electromagn éticos para cuerpos en movimiento.
Temas Especiales
La solución propuesta para dilucidar esa cuesti ón consistió en una revisión completa y la modificación profunda de los conceptos
más básicos del conocimiento, el espacio y el tiempo, y resultó la formulación inicial de la Teoría de Relatividad Especial.
Estos cambios conceptuales resultan como consecuencia del desarrollo de la Teoría, elaborada para sistemas inerciales, a partir
de dos Postulados basados en hechos experimentales. Uno establece que cualquier fen ómeno natural responde a la misma ley
en todos los sistemas inerciales, y el otro postula la constancia de la velocidad de la luz en el vacío para todos los observadores.
El primer postulado establece la imposibilidad de distinguir entre el reposo y el movimiento rectilíneo uniforme, en el sentido que
son estados de movimiento naturales equivalentes, haciendo inconsistente la existencia de un sistema de referencia absoluto, y
además provee la herramienta operativa fundamental para encontrar y validar todas las leyes relativistas.
El segundo postulado afecta directamente la Teor ía de Relatividad de Galileo, publicada en 1637 y aceptada como una
formulación de validez universal, con consecuencias directas en la mec ánica de Newton, madre de todas las teor ías físicas
existentes.
En el año 1916 Einstein present ó la Teoría de Relatividad General, luego del fracaso por incorporar el campo gravitatorio en la
Relatividad Especial. Este tema será tratado posteriormente.
La formulación y desarrollo de la Relatividad General conducen a una ecuación tensorial de segundo orden no lineal, para el
campo gravitatorio, sin lograrse una soluci ón general de la misma. A pesar de ello su aplicaci ón en casos particulares dio
resultados y predicciones de tanta importancia (conocidos como curvatura de la luz, corrimiento al rojo y desplazamiento del perihelio
de Mercurio), que práctica y lamentablemente se abandonaron otras líneas de investigación del campo gravitatorio.
La Teoría General de Relatividad de Albert Einstein, que esencialmente es una teor ía de gravitación, ha sido el modelo seguido por
varias Teorías Cosmol ógicas actuales. No obstante, en los últimos años resultados experimentales no compatibles con las
predicciones te óricas han generado una incipiente resistencia a este modelo f ísicomatemático. En este sentido es interesante
reconocer la existencia de otras teor ías competitivas, entre las que se destaca la Teoría Relativista de Gravitación (2002) del
notable f ísico ruso Anatoly Alekseyevich Logunov.
resultados y predicciones de tanta importancia (conocidos como curvatura de la luz, corrimiento al rojo y desplazamiento del perihelio
de Mercurio), que práctica y lamentablemente se abandonaron otras líneas de investigación del campo gravitatorio.
La Teoría General de Relatividad de Albert Einstein, que esencialmente es una teor ía de gravitación, ha sido el modelo seguido por
varias Teorías Cosmol ógicas actuales. No obstante, en los últimos años resultados experimentales no compatibles con las
predicciones te óricas han generado una incipiente resistencia a este modelo f ísicomatemático. En este sentido es interesante
reconocer la existencia de otras teor ías competitivas, entre las que se destaca la Teoría Relativista de Gravitación (2002) del
notable f ísico ruso Anatoly Alekseyevich Logunov.
Los temas a tratar ser án:
1 – Sistemas Inerciales
2 – Relatividad de Galileo
3 – Postulados de la Teor ía de Relatividad Especial. Fundamentación
4 – Transformaciones de Lorentz
5 – Simultaneidad. Causalidad
6 – Contracción Espacial y Dilatación Temporal
7 – Cinemática Relativista. Efecto Doppler
8 – Cantidad de movimiento. Masa Relativista
9 – Dinámica Relativista. Fuerzas
10 – Trabajo y Energía
11 – Principio de Equivalencia entre Masa y Energía
12 – Complementos de Energ ía
13 – Masa Propia y Potencia
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navigation Sistemas Inerciales
Home La descripción del movimiento de un cuerpo requiere ineludiblemente la introducción de un sistema de coordenadas espaciales
que permitan identificar unívocamente cada punto del espacio físico de interés, y una coordenada temporal que permita
Teoría de
determinar el orden cronológico de sucesos en cualquier punto del espacio. A este conjunto de coordenadas espaciotemporal se
Relatividad
lo denomina sistema de referencia.
Especial
El número de coordenadas espaciales necesarias depender á de los vínculos del sistema físico. Por ejemplo, cuando el
Introducción
movimiento esté limitado a una superficie, tal como sucede con objetos sobre una mesa, bastar á con 2 coordenadas espaciales.
Sistemas
Históricamente, hasta el advenimiento de la Teoría de Relatividad Especial, se aceptó que la coordenada temporal era la misma
Inerciales
para todos los sistemas de referencia posibles, lo que la hacía independiente de la posición y del estado de movimiento relativo
Relatividad de entre diferentes sistemas de referencia.
Galileo
Por otro lado, la descripción de los fen ómenos (leyes) y el valor de las magnitudes involucradas resultaban diferentes
Postulados de la dependiendo del sistema de referencia elegido, dando lugar a distintos grados de dificultad.
Teoría de
Fue la obra de Galileo ( “Diálogos acerca de Dos Nuevas Ciencias”) la que permitió asumir la existencia de un grupo particular de
Relatividad
sistemas de referencia, llamados inerciales o galileanos, en los que los fenómenos mecánicos sucedían de la misma manera y las
Transformaciones leyes tomaban la forma matemática más simple posible.
de Lorentz Galileo estableci ó, a través de sus notables observaciones sobre reposo y movimiento rectilíneo uniforme de cuerpos libres de
fuerza, que eran dos estados de movimiento equivalentes, relativos al observador.
Simultaneidad
Supongamos tener dos cuerpos, uno en reposo y el segundo en movimiento rectil íneo uniforme, respecto de un observador O.
Contracci ón Para otro observador O' que se moviera con la misma velocidad del segundo objeto, éste estar ía en reposo y el primero, que
espacial y supusimos en reposo, ahora tendr ía un movimiento rectilíneo uniforme.
Dilatación
Además, postuló que en estos privilegiados sistemas se cumplía que los fen ómenos mecánicos suced ían de la misma forma,
temporal
respondiendo a las mismas (id énticas) leyes, por lo cual no era posible distinguir mediante experiencias mecánicas cual de ellos
Cinem ática estaba en reposo y cual en movimiento.
relativista Isaac Newton le dio forma a estos conceptos a través del “Principio de Inercia”, cuyo significado profundo es postular la
equivalencia entre sistemas inerciales.
Cantidad de
movimiento Existen dos definiciones de sistemas inerciales de uso cotidiano que son aceptadas en forma recurrente. La primera de ellas
(históricamente) es la que establece que cualquier sistema de referencia que esté en reposo respecto de las estrellas fijas es un
Dinámica
sistema inercial. La segunda postula que un sistema inercial es aquel en el que las leyes de la física adoptan la forma más simple
relativista
posible. Ambas definiciones adolecen de inconsistencias y/o falta de rigor cient ífico.
Trabajo y Energ ía
Analicemos brevemente ambas definiciones tratando de establecer si son operativas y funcionales.
Principio de
La primera hace mención de estrellas fijas. Obviamente esto es una reminiscencia del modelo del éter y el sistema absoluto, que
Equivalencia
tuvo vigencia hasta el inicio del siglo XX. Asumiremos como estrellas fijas a aquellas que est án tan alejadas que su
Complementos de movimiento relativo se hace imperceptible a simple vista, es decir que la distancia aparente entre ellas permanece invariable.
Energía En este caso la definición resulta adecuada para los sistemas de referencia que rotan respecto de ellas, dado que todos ellos
son no inerciales pues aparecen fuerzas, denominadas ficticias (centrífuga y coriolis), que provocan que no se cumpla ninguno
Masa Propia y
de los tres Principios de la Mecánica de Newton.
Potencia
Sin embargo, la definición falla si se trata de discriminar entre dos sistemas de referencia que, sin rotar respecto de las estrellas
Problemas alejadas, tienen aceleraci ón relativa rectilínea entre ellos, pues la posición aparente de las estrellas alejadas no sufre alteraci ón
perceptible, salvo que las velocidad relativa entre los sistemas de referencia sea muy elevada o cercana a la velocidad de la luz,
Temas Especiales
en cuyo caso se detectar án modificaciones de posici ón de las estrellas alejadas.
En resumen, con esta definici ón no es posible determinar (operativamente) si un sistema es inercial o no.
La otra definición hace referencia a un concepto subjetivo, tal cual es lo de la forma m ás simple posible. Este mero hecho hace
que la definición no sea precisa aunque, desde un punto de vista did áctico, tal vez sea la más recomendable si se la expone
adecuadamente.
En general la “simpleza” que adoptan las leyes depende del fen ómeno particular al cual se apliquen. Nótese, por ejemplo en
fuerzas centrales, el cl ásico problema de dos cuerpos que se atraen. Por conservaci ón de momento angular el movimiento de
ambos cuerpos sucede en un plano. Si usamos un sistema de referencia (no inercial) que rota con una adecuada velocidad
angular y con su origen en el centro de masa del sistema de dos cuerpos, se obtiene un problema unidimensional de una única
masa en un campo de fuerzas centrales, mucho “más simple” de resolver y analizar (v éase Goldstein. ”Mecánica Clásica”, Cap.
III).
Una definición más precisa es la siguiente: sistema de referencia inercial es todo sistema que esté en reposo o con
movimiento rectilíneo uniforme respecto de un objeto material sobre el cual no actúa fuerza alguna, cualquiera sea su
posición en el espacio. La dificultad (insalvable) de esta definición est á en la imposibilidad física de disponer de un cuerpo libre
de interacciones.
Al no contar con una definición que operativamente permita determinar sin ambig üedad si un dado sistema de referencia es
inercial o no, debe considerarse que la existencia de sistemas de referencia inerciales es una abstracci ón que no puede ser
demostrada experimentalmente.
Los experimentos sobre fricción realizados por Galileo mostraron que si una esfera se hacía rodar sobre una tabla horizontal ella
llegaría más lejos si las superficies estaban pulidas y lustradas.
Por ello Galileo, contradiciendo las ideas aristotélicas, asever ó que la fricción era la que frenaba a la esfera, que si no hubiera
rozamiento no ser ía necesario estar empuj ándola para mantener su velocidad y el cuerpo seguir ía con movimiento rectilíneo
uniforme eternamente. Pero en este caso tendr íamos un movimiento sin que hubiera una acci ón aplicada en la direcci ón del
movimiento, condición idéntica a la de los cuerpos en reposo.
como un ente físico real.
Los experimentos sobre fricción realizados por Galileo mostraron que si una esfera se hacía rodar sobre una tabla horizontal ella
llegaría más lejos si las superficies estaban pulidas y lustradas.
Por ello Galileo, contradiciendo las ideas aristotélicas, asever ó que la fricción era la que frenaba a la esfera, que si no hubiera
rozamiento no ser ía necesario estar empuj ándola para mantener su velocidad y el cuerpo seguir ía con movimiento rectilíneo
uniforme eternamente. Pero en este caso tendr íamos un movimiento sin que hubiera una acci ón aplicada en la direcci ón del
movimiento, condición idéntica a la de los cuerpos en reposo.
Actualmente el Principio de Inercia tiene una significación más general en virtud del conocimiento que se agregó durante 400
años. En primer lugar Einstein lo extendi ó a todos los fen ómenos, es decir que todas las leyes de la f ísica tienen la misma forma
en los sistemas inerciales. Adem ás, luego de la incorporación de la acción a través de campos, debida a Maxwell, y la constancia
de la velocidad de la luz en el vac ío para todos los sistemas inerciales, se modific ó la relación entre estos sistemas que ahora se
vinculan con las Transformaciones de Lorentz.
Los sistemas inerciales pueden ser considerados una proposici ón arbitraria y artificial generada por el desconocimiento sobre las
leyes que cumplen las interacciones de tipo gravitatorio. Si se dispusiera de un modelo matem ático que describiera al campo
gravitatorio en un sistema inercial y se conocieran los campos que generan los objetos materiales en movimiento, las fuerzas
inerciales tales como la centrífuga y la de coriolis, que aparecen en los sistemas de referencia que rotan respecto de las estrellas
alejadas, podr ían ser tratados como efectos provocados por la rotaci ón de la materia.
Por último, cabe preguntarse si el concepto de equivalencia de sistemas inerciales no puede generalizarse a todos los sistemas
de referencia, incluso los acelerados, postulando que dos sistemas son equivalentes si el movimiento relativo entre ellos es a
velocidad constante, y en ellos las leyes conservan la forma asumiendo que los sistemas se relacionan a través de las
Transformaciones de Lorentz (u otras adecuadas).
Para ello deber ía disponerse de las ecuaciones (leyes) que corresponden a las distintas interacciones y los campos
correspondientes, incluidos los gravitatorios, v álidas en un sistema y que conserven la forma ante Transformaciones de Lorentz.
Lamentablemente tenemos una descripci ón completa sólo para el caso electromagnético (ecuaciones de Maxwell).
La idea resulta muy interesante pues, si fuera consistente, permitiría aplicar la física relativista de la Teoría de Relatividad
Especial en cualquier sistema de referencia.
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navigation Relatividad de Galileo
Home La primera Teoría de Relatividad fue desarrollada por Galileo Galilei (15641642), creador del método científico, como resultado
de sus estudios sobre movimiento de cuerpos, rozamiento y caída libre.
Teoría de
Relatividad En sus obras “Diálogo sobre los principales sistemas del mundo" (1632) y “Diálogos acerca de Dos Nuevas Ciencias” (1636), dio las
Especial características de los sistemas de referencia inerciales o “galileanos ”, con una notable descripción de experimentos y su
interpretaci ón para dos observadores en movimiento relativo, uno de ellos sobre un barco que se desplaza suavemente (sin
Introducción
aceleración), y el otro en tierra firme.
Sistemas
Las conclusiones obtenidas permiten postular en sistemas inerciales la equivalencia entre reposo y movimiento rectil íneo
Inerciales
uniforme para dos observadores en movimiento relativo, sentando las bases del Principio de Inercia.
Relatividad de
Asimismo, enunció la relatividad de las trayectorias y de las velocidades de objetos respecto del observador. Veamos como se
Galileo
desarrolla esta Teor ía:
Postulados de la
Teoría de
Caída de los cuerpos
Relatividad La primera demostración rigurosa sobre que todos los cuerpos caen con la misma velocidad la dio Galileo mediante un
razonamiento por el absurdo.
Transformaciones Supongamos tener dos cuerpos de distinto peso, material y forma, que los dejamos caer partiendo del reposo en un sistema
de Lorentz inercial. De acuerdo a las ideas aristot élicas el más pesado caer ía más rápido, como muestra la figura.
Simultaneidad
Contracci ón
espacial y
Dilatación
temporal
Cinem ática
relativista
Cantidad de
movimiento
Dinámica
relativista
Ahora realicemos la misma experiencia pero agregando un nuevo cuerpo formado por dos objetos id énticos a los iniciales,
Trabajo y Energ ía ligados entre si (pegados). Para este nuevo objeto durante su ca ída el de mayor peso est á siendo frenado por el peque ño, que
cae más despacio, mientras que el peque ño est á siendo acelerado por el grande, que cae más rápido. En consecuencia el nuevo
Principio de
cuerpo caerá ubicado entre los cuerpos originales, resultando una contradicción pues es el más pesado. La única solución lógica
Equivalencia
posible es que todos caigan con la misma velocidad.
Complementos de
Resuelto el tema anterior, Galileo encaró descubrir la ley de caída, es decir encontrar la función que permita relacionar la posici ón
Energía
con el tiempo durante la caída.
Masa Propia y Para ello, siendo Profesor en la Universidad de Pisa (1589), dise ñó un modelo experimental que contemplaba obtener un
Potencia conjunto de pares de datos correspondientes a posici ón y tiempo, que obtendría soltando objetos desde los distintos pisos de la
Torre de Pisa. La dificultad principal resultó la medición del tiempo de caída, que era obtenida con el pulso de un abate. Los
Problemas
resultados no eran precisos ni repetitivos y no permitieron obtener la ley.
Temas Especiales
Luego del fracaso inicial decidi ó determinar los tiempos utilizando una “clepsidra”, que es un recipiente con agua que tiene una
canilla de salida (tapón cónico de madera). El proceso de medición de tiempos consist ía en abrir la canilla cuando soltaba el
cuerpo y cerrarla cuando el objeto llegaba al piso. La masa del volumen de agua recogida lo determinaba con una balanza y era
proporcional al tiempo transcurrido. Lamentablemente, este método tampoco result ó lo suficientemente preciso para asegurar un
comportamiento, por lo cual Galileo concluyó que la dificultad central de este proyecto era la rapidez con que caían los cuerpos.
Era necesario entonces retrasar la ca ída de los cuerpos, es decir lograr que caigan más despacio. Luego de unos importantes
estudios sobre fricción, con esferas de madera sobre una tabla lustrada, desarroll ó el “plano inclinado” como dispositivo para
retrasar la rapidez de la ca ída de los cuerpos. No resulta pretencioso asegurar que el Plano Inclinado de Galileo fue el primer
acelerador de part ículas en la historia, y el más importante.
Con este avance experimental obtuvo un conjunto de pares ( x,t) que permiten hacer un gráfico de puntos (x,t) y ajustarle un
polinomio, resultando que una par ábola es adecuada para dicho ajuste. La ley obtenida por Galileo fue:
Siendo e el espacio recorrido en un tiempo t, con aceleración constante a.
Nota: Sugiero al lector que analice porqu é el polinomio de ajuste no puede ser de grado impar.
Es muy interesante describir, de acuerdo con datos históricos, algunos aspectos sobre c ómo Galileo obtuvo la ley de caída de los
cuerpos con el plano inclinado (actividades realizadas en la Universidad de Padua a partir de 1592).
Si bien este dispositivo permite retardar la ca ída disminuyendo al ángulo que el plano forma con la horizontal, dicho ángulo no
pod ía ser muy chico pues, en ese caso, el rozamiento se har ía importante y no podr ía despreciarse.
Por otro lado, la determinación de los intervalos no era simple, ya que la clepsidra no brindaba la precisi ón suficiente y los datos
de pruebas repetidas presentaban gran variabilidad, no resultando adecuado para el objetivo propuesto.
Aunque resulte incre íble, Galileo decidió usar un péndulo para medir los tiempos..., y una metodología genial.
Determinar con precisión lapsos breves con un p éndulo suena a disparate, a menos que dichos lapsos se inicien y terminen
exactamente coincidentes con la bolita del péndulo en un extremo de la oscilación, pues ello es una condici ón fácilmente
distinguible y precisa.
Por ejemplo, si con el péndulo oscilando se suelta la esfera en el plano inclinado (inicio de la caída) exactamente en el instante
de pruebas repetidas presentaban gran variabilidad, no resultando adecuado para el objetivo propuesto.
Aunque resulte incre íble, Galileo decidió usar un péndulo para medir los tiempos..., y una metodología genial.
Determinar con precisión lapsos breves con un p éndulo suena a disparate, a menos que dichos lapsos se inicien y terminen
exactamente coincidentes con la bolita del péndulo en un extremo de la oscilación, pues ello es una condici ón fácilmente
distinguible y precisa.
Por ejemplo, si con el péndulo oscilando se suelta la esfera en el plano inclinado (inicio de la caída) exactamente en el instante
en que la oscilación cambia de sentido, y luego se logra que la ca ída de la esfera concluya con el péndulo en idéntica posición al
cabo de un per íodo completo, el error de medici ón se minimiza.
Luego se repite el m étodo para dos per íodos, y as í sucesivamente.
Obviamente, se deben seleccionar los espacios recorridos en el plano inclinado para que se cumpla la condici ón anterior, para 1,
2, 3,..., n oscilaciones. Para ello Galileo usó un tope móvil de madera y ajustó su posición correcta del final de la caída que
corresponda, con el sonido del choque entre la esfera y el tope, coincidente con la posición del péndulo en un extremo de la
oscilación.
Así obtuvo la ley de ca ída de los cuerpos, que inicialmente se llamó la “Ley de los números impares”, debido a que los espacios
recorridos en cada oscilaci ón del péndulo ten ían esa sucesi ón numérica (ver figura).
Transformaciones de Galileo
Sean dos sistemas de referencia inerciales (O y O ’). Llamaremos V (en mayúscula) a la velocidad relativa entre ellos, v (en
minúscula) la velocidad de un objeto respecto de O, y v ’ la velocidad respecto de O ’. Las coordenadas espaciales x,y,z se
refieren al sistema de O, siendo x’,y’,z’ las correspondientes al sistema del observador O’.
En general, todas las variables no primadas corresponderán al sistema O y las primadas al O ’.
En general, la relación funcional entre las coordenadas de ambos sistemas, conocidas como Transformaciones de Galileo, ser án:
La coordenada temporal es la misma en ambos sistemas.
Estas transformaciones son la base conceptual que fundamentan la “Dinámica del punto material”, desarrollada por Newton.
Relatividad de las trayectorias
Se deja caer un objeto partiendo del reposo y con coordenadas iniciales (x0 ,y0 ,0), en el sistema O.
Su trayectoria es rectilínea en dicho sistema, como muestra la figura, y se pretende determinar c ómo es para un observador en
O’.
En el sistema O el movimiento del cuerpo cumple con
En el sistema O el movimiento del cuerpo cumple con
Resolviendo este sistema de dos ecuaciones se obtiene la forma explícita
La conclusión es que la trayectoria de un objeto es relativa al sistema de referencia. Lo que es una ca ída libre rectilínea para un
observador ser á un arco de par ábola para otro en movimiento respecto del primero.
Teorema de adición de velocidades
Este importante Teorema fue demostrado por Galileo en una época en que a ún no se conocían las derivadas.
El problema consiste en determinar, para un mismo objeto, como se relacionan las velocidades que le miden dos observadores
inerciales en movimiento relativo. Su demostración es muy simple y sus consecuencias eran muy conocidas pues se lo aplicaba
cotidianamente. Por ejemplo, para subirse a un carro en movimiento lo mejor es correr hasta ponerse en reposo respecto del
carro.
La importancia de este Teorema radica en que Galileo mostró matemáticamente su validez en todos los sistemas inerciales.
Con las Transformaciones de Galileo podemos relacionar fácilmente las velocidades de un mismo objeto medidas desde O y O ’,
resultando:
Teorema de Adición de velocidades
Es decir:
La conclusión es que la velocidad de un móvil es diferente para dos
observadores en movimiento relativo.
Las aceleraciones son absolutas
Siendo la aceleraci ón de un punto material la derivada de su velocidad respecto del tiempo, resulta muy simple encontrar qué
valor tendrá en dos sistemas inerciales en movimiento relativo. Derivando la expresión obtenida en el Teorema de adición de
velocidades, obtenemos:
Siendo la aceleraci ón de un punto material la derivada de su velocidad respecto del tiempo, resulta muy simple encontrar qué
valor tendrá en dos sistemas inerciales en movimiento relativo. Derivando la expresión obtenida en el Teorema de adición de
velocidades, obtenemos:
La aceleración de un punto material es absoluta, es decir que su valor es el mismo medido en cualquier sistema de referencia
inercial.
Este resultado junto a la invariancia de la masa de un punto material fundamenta la aseveración de que no hay posibilidad de
determinar cual sistema est á en reposo y cual en movimiento mediante experimentos mec ánicos, pues las magnitudes Fuerza,
Masa y Aceleración son absolutas.
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navigation Postulados de la Teoría de Relatividad
Home Fundamentación
Supongamos tener una fuente luminosa en reposo respecto de un observador O 1 en un sistema inercial, y otros dos
Teoría de
observadores en movimiento relativo constante respecto del primero, tal que el O 2 se acerca y el O 3 se aleja, como muestra la
Relatividad
figura.
Especial
Introducción
Sistemas
Inerciales
Relatividad de
Galileo
Postulados de la Los tres observadores miden la velocidad de la luz proveniente de S.
Teoría de Asumiendo que est án en el vacío el observador O 1 mide c (300.000 Km/seg).
Relatividad De acuerdo a la Teoría de Relatividad de Galileo, aplicando el teorema de adici ón de velocidades, el observador O 2 deber ía medir
Transformaciones
c+V, y el O 3 mediría cV.
de Lorentz Una serie de experimentos ópticos muy precisos, realizados con un interferómetro por los investigadores norteamericanos
Simultaneidad Michelson y Morley, dieron reiteradamente como resultado que los tres observadores miden la misma velocidad C.
Postulados de la Teoría de Relatividad Especial
En su trabajo original Einstein hace inicialmente un an álisis sobre simultaneidad de eventos y lo vincula con la medición de
distancias y tiempos, detallando un método adecuado para sincronizar relojes en distintos puntos de un sistema inercial, válido
bajo condiciones de isotrop ía y homogeneidad del espacio y uniformidad del tiempo.
Por razones did ácticas un análisis sobre espacio y tiempo lo trataremos por separado en este mismo capítulo.
Aceptemos, por el momento, que en un sistema inercial la métrica está establecida y el tiempo est á sincronizado. Un objeto en
reposo mide lo mismo en cualquier posici ón del espacio y orientaci ón del objeto (homogeneidad e isotrop ía), y un evento o
fenómeno bajo las mismas condiciones tarda lo mismo en cualquier lugar y momento en que ocurra (uniformidad).
Los postulados de La Teoría de Relatividad Especial enunciados por Einstein son:
1. Principio de Relatividad.
Las leyes que describen los cambios de los sistemas físicos no resultan afectadas si estos cambios de estado están referidos a
uno u otro de dos sistemas de coordenadas en traslación con movimiento uniforme.
2. Principio de invariancia de la velocidad de la luz.
Cualquier rayo de luz se mueve en el sistema estacionario con velocidad "c", tanto si el rayo es emitido por un cuerpo en reposo o
en movimiento.
El primer postulado est á indicando que en todos los sistemas inerciales todos los fen ómenos ocurren de la misma forma, es decir
que tienen el mismo comportamiento, por lo cual todos los sistemas inerciales resultan absolutamente equivalentes e
indistinguibles.
No hay posibilidad alguna de determinar cual está en reposo o en movimiento. Sin duda, este enunciado hace innecesario e
incluso contradictorio la existencia de un sistema de referencia absoluto. Asimismo, incorpora implícitamente el Principio de
Inercia.
No debe confundirse lo anterior con que una magnitud f ísica tomará el mismo valor en todos los sistemas inerciales, pues una
El primer postulado est á indicando que en todos los sistemas inerciales todos los fen ómenos ocurren de la misma forma, es decir
que tienen el mismo comportamiento, por lo cual todos los sistemas inerciales resultan absolutamente equivalentes e
indistinguibles.
No hay posibilidad alguna de determinar cual está en reposo o en movimiento. Sin duda, este enunciado hace innecesario e
incluso contradictorio la existencia de un sistema de referencia absoluto. Asimismo, incorpora implícitamente el Principio de
Inercia.
No debe confundirse lo anterior con que una magnitud f ísica tomará el mismo valor en todos los sistemas inerciales, pues una
magnitud no es una ley. Supongamos, por ejemplo, un fenómeno eléctrico simple, una carga puntual en reposo en el origen de
coordenadas de un sistema inercial.
En este sistema un observador medir á un campo eléctrico E estacionario y un campo magnético B=0, dado que no hay corrientes
ni imanes. Otro observador en movimiento relativo constante medir á un campo eléctrico E’ que no es estacionario, pues para
este observador la carga se est á moviendo, y un campo magnético B’ distinto de cero debido a que la carga que est á en
movimiento es una corriente.
O sea, las magnitudes involucradas tienen diferente valor para dos observadores en movimiento relativo. Sin embargo, las leyes
(Ecuaciones de Maxwell) que describen el fen ómeno son las mismas en los dos sistemas.
Su aplicación en cada uno de los sistemas dar á el resultado correcto, siendo diferente en cada sistema los valores de las
magnitudes que intervienen.
El segundo Postulado acepta la constancia de la velocidad de la luz como un Principio Universal, sustentado en resultados
experimentales, resultando la clave para vincular dos sistemas inerciales ya que permite encontrar las transformaciones de
coordenadas necesarias para que la velocidad de la luz sea la misma en ambos sistemas.
Espacio y Tiempo
La Teoría de Relatividad no es un modelo sobre el movimiento de los cuerpos, o de la Mec ánica o del Electromagnetismo, ni sobre
alguna disciplina particular de la Física.
Es una teor ía sobre el espacio y el tiempo, que trata sobre sus propiedades y de qu é manera ellas inciden y regulan las leyes
sobre el comportamiento de los fen ómenos naturales.
Hasta fines del siglo XIX se suponía que el espacio y el tiempo eran magnitudes independientes con valores absolutos, por lo
cual toda medición de distancia o de intervalo era id éntica para todo observador. Nuestro Universo era tridimensional, de
geometr ía euclídea, y solamente su evolución requería el análisis temporal, sin que ello incidiera en las propiedades del espacio.
La métrica del espacio (euclídeo tridimensional) era invariante, condición que puede expresarse en coordenadas cartesianas
mediante:
Esta interpretación, aceptada durante m ás de dos milenios, puede ser entendida con un ejemplo cotidiano. Supongamos tener
una dada secuencia de fotos de un móvil, obtenidas a intervalos conocidos y c ámara fija, tal que el movimiento del objeto puede
estudiarse por comparaci ón y así conocer la evolución del fenómeno dinámico.
Cada foto ser á distinta pero ellas siguen siendo bidimensionales, su m étrica espacial es la misma (y su escala se conserva).
Espec íficamente se ha demostrado que si aceptamos que los fenómenos que ocurren en nuestro Universo responden a una
métrica cuadridimensional seudo eucl ídea del espacio tiempo, entonces el Principio de Relatividad y la existencia de una
velocidad tope y absoluta pueden ser obtenidos como consecuencias.
De acuerdo con el notable físico ruso A. Logunov, la Teor ía de Relatividad queda rigurosamente establecida postulando que los
fenómenos físicos suceden en un espacio cuadridimensional cuya geometría es seudo euclídea.
Consecuencias
Esta formulación moderna de la Relatividad Especial (Logunov, 1996) reviste una extraordinaria importancia ya que establece
rigurosamente que las condiciones de validez de la teor ía dependen única y exclusivamente de las propiedades del espacio y el
métrica cuadridimensional seudo eucl ídea del espacio tiempo, entonces el Principio de Relatividad y la existencia de una
velocidad tope y absoluta pueden ser obtenidos como consecuencias.
De acuerdo con el notable físico ruso A. Logunov, la Teor ía de Relatividad queda rigurosamente establecida postulando que los
fenómenos físicos suceden en un espacio cuadridimensional cuya geometría es seudo euclídea.
Consecuencias
Esta formulación moderna de la Relatividad Especial (Logunov, 1996) reviste una extraordinaria importancia ya que establece
rigurosamente que las condiciones de validez de la teor ía dependen única y exclusivamente de las propiedades del espacio y el
tiempo asignadas. No es necesario postular la constancia de la velocidad de la luz ni el Principio de Relatividad.
Es fundamental resaltar que la homogeneidad e isotropía del espacio, la uniformidad del tiempo, y la métrica seudo euclídea
invariante, que convalidan la Teoría Especial de Relatividad, son exactamente los mismos postulados que fundamentan los
llamados Principios Universales de conservaci ón (Teorema de Emmy Noether, 1915), por lo cual todas las leyes v álidas en esta
teoría poseen la misma jerarqu ía que las leyes de conservaci ón de la energ ía, de la cantidad de movimiento y del momento
angular.
En consecuencia, el extraordinario descubrimiento hecho por A. Logunov nos pone frente a una integraci ón histórica de las leyes
relativistas de la F ísica y los Principios Universales, generando una situación crítica, ya que el incumplimiento de cualquiera de
estas leyes relativistas que signifique invalidar sus fundamentos obligará a revisar todo el conjunto, pues todas ellas se derivan
de los mismos postulados b ásicos.
Destaquemos la evidente incompatibilidad entre las teor ías General y Especial, debida a que las propiedades establecidas en
cada caso para el espacio y el tiempo son contradictorias y antag ónicas entre sí. Ante la presencia de masa ambas teor ías tienen
métricas espacio temporales distintas, lo que implica que los fen ómenos se interpretan de manera distinta y, por supuesto,
responden a leyes diferentes.
Como vemos, existe una profunda sutil diferencia entre cambiar de sistema de referencia espacio temporal, procedimiento usual,
útil y lícito, a modificar sus propiedades cambiando la m étrica.
No debemos extra ñarnos, entonces, que en la Teoría General de Relatividad no se cumplan ni los Principios Universales ni la
Relatividad Especial, dado que la métrica (espacio curvo) es dependiente de la distribución de materia. Más aún, ninguna ley
relativista en el espacio de Minkowski es v álida en la Teoría General, y ello incluye al Electromagnetismo de Maxwell. En este
sentido digamos que hay una discusi ón centenaria respecto de la validez de la mal denominada Paradoja de Born , sobre que un
electrón en movimiento hiperbólico no irradia en el espacio curvo de la Teoría General y si lo hace en el espacio de Minkowski de
la Teoría de Maxwell.
Este tema puede ser profundizado con los siguientes trabajos:
1 – A. Logunov (“Curso de Teoría de la Relatividad y de la Gravitación”, Lecciones 1 y 2, 1998)
2 – N. Mermin ("Relativity without light", Am. J. Phys. 52 (2), 1984)
3 S. Cacciatori, V. Gorini, A. Kamenshchik ("Special Relativity in the 21st century", 2008)
4 Mitchell J. Feigenbaum ("The Theory of Relativity Galileo's Child", 2008)
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Home Los Postulados de Einstein no son consistentes con las Transformaciones de Galileo, ya que la constancia de la velocidad de la
luz para todos los observadores inerciales resulta incompatible con el Teorema de adici ón de velocidades de Galileo.
Teoría de
Relatividad Considerando que la medici ón de velocidades implica medir espacio recorrido y tiempo empleado, no debemos anticipar o
Especial prejuzgar caracter ísticas espaciales y/o temporales para las transformaciones de coordenadas entre sistemas inerciales.
x’=f1(x,y,z,t) y’=f2(x,y,z,t) z’=f3(x,y,z,t) t’=f4(x,y,z,t)
Tratemos de analizar cómo deben ser estas funciones para que el espacio y el tiempo posean los mismos atributos en ambos
sistemas.
Supongamos que la función x’=f (x,y,z,t) es la siguiente relación cuadrática: x’=a.x 2, siendo a una constante.
1
En este caso un objeto r ígido de longitud L=x 2x1 en el sistema O, cuyo tamaño es el mismo en cualquier posici ón sobre el eje x,
en el sistema O’ tendrá una longitud dada por L’=(x’2x’1)= a(x 22 x12), cuyo valor depende de la posición en que est é ubicado
sobre el eje x. Nótese que si desplazo el objeto en la direcci ón del eje x’ su longitud cambia. Es decir que en el sistema primado
el espacio no es homog éneo.
El mismo análisis puede hacerse con las otras coordenadas, llegando a la conclusi ón de que la única manera de mantener
similares propiedades del espacio y el tiempo en ambos sistemas es que las transformaciones sean lineales, cuya expresi ón más
general para la coordenada x' es:
Nota: Muchas de estas constantes podr án anularse con la elección particular de ambos sistemas. Por ejemplo, si establecemos
que en el instante t=t'=0 los sistemas coinciden, los términos independientes (a5) se anularán.
Sean dos sistemas de referencia inerciales (O y O ’), inicialmente coincidentes. Llamaremos V (en mayúscula) a la velocidad
relativa entre ellos. Cuando exista un objeto en movimiento, será v (en minúscula) su velocidad medida en el sistema O, y v’ su
velocidad respecto de O ’.
Las coordenadas ( x,y,z,t) se refieren al sistema de O y las coordenadas ( x’,y’,z’,t’) son las correspondientes al sistema O ’.
En general, todas las variables no primadas corresponderán al sistema O y las primadas al O’.
En general, todas las variables no primadas corresponderán al sistema O y las primadas al O’.
Mediante un c álculo simple podemos hallar la relación de velocidades (de un objeto) entre sistemas, obteniendo:
Siendo constantes arbitrarias que determinaremos mediante cuatro (4) experimentos pensados.
Experimento 1 Objeto en reposo en O
Para un observador en O ’ este objeto se mueve con velocidad v´=V, con movimiento rectilíneo uniforme seg ún el eje x’.
Experimento 2 Objeto con v x = V en O
Para un observador fijo en O ’ este objeto est á en reposo.
Experimento 3 – Un haz de luz se propaga según el eje x en O
En ambos sistemas la velocidad medida resulta c.
Experimento 3 – Un haz de luz se propaga según el eje x en O
En ambos sistemas la velocidad medida resulta c.
Experimento 4 – Un haz de luz se propaga según el eje y en O
En ambos sistemas la velocidad medida resulta c.
Halladas las constantes quedan determinadas las transformaciones de coordenadas que vinculan ambos sistemas, resultando
ser las Transformaciones de Lorentz, pero con diferente significado, ya que son las transformaciones lineales que relacionan la
métrica de dos sistemas de referencia inerciales.
Tienen la propiedad de que la velocidad de la luz resulta la misma (c) en todos los sistemas inerciales. Esta deducción tiene la
ventaja que utiliza como argumento principal la constancia de la velocidad de la luz y el Teorema de Pit ágoras.
Las mismas nos permiten pasar del sistema O al O’. Si quisiéramos encontrar las transformaciones que permiten pasar del O ’ al O
bastar ía con despejar las variables ( x, y, z, t) en función de (x’, y’, z’, t’).
Transformaciones de Lorentz
Estas transformaciones no son generales pues corresponden al caso particular en que la velocidad relativa entre sistemas es
colineal con el eje x. Algunos temas particulares requieren que la dirección de la velocidad entre sistemas de referencia inerciales
sea cualquiera. En este caso las Transformaciones de Lorentz generales son más complicadas, resultando una expresión simple
si se usan las coordenadas tangencial y transversal a la velocidad V, respectivamente (Pauli, “Theory of Relativity”, pág. 10):
Estas transformaciones no son generales pues corresponden al caso particular en que la velocidad relativa entre sistemas es
colineal con el eje x. Algunos temas particulares requieren que la dirección de la velocidad entre sistemas de referencia inerciales
sea cualquiera. En este caso las Transformaciones de Lorentz generales son más complicadas, resultando una expresión simple
si se usan las coordenadas tangencial y transversal a la velocidad V, respectivamente (Pauli, “Theory of Relativity”, pág. 10):
Importante:
Nótese que si la velocidad relativa entre sistemas es mayor que c se obtienen valores imaginarios de espacio y tiempo,
perdiendo su significado f ísico. Asimismo, hacer la velocidad del sistema igual a c genera una indeterminaci ón pues el
denominador se anula en las Transformaciones de x y t.
En consecuencia, asignar a un sistema de referencia inercial una velocidad relativa V mayor o igual a la velocidad de la luz
carece de significado y no puede ser tratado en el marco de esta Teoría.
Algunas otras importantes conclusiones podemos obtener de un primer an álisis.
Las Transformaciones de Lorentz convergen a las de Galileo si V << c.
Esto resulta importante pues nos permite asegurar que la mec ánica clásica es valedera para velocidades bajas respecto de la
de la luz.
Cuando V es mucho menor que c el tiempo resulta absoluto ( t'=t).
La experiencia posterior a la Teor ía de Relatividad nos ha mostrado que todas las leyes relativistas convergen a las leyes
clásicas correspondientes cuando las velocidades involucradas son mucho menor que c, lo que se tradujo en el Principio de
Correspondencia.
El Principio de Correspondencia establece como condici ón necesaria de validez que todas las leyes relativistas tiendan a las
clásicas cuando V/c tiende a cero, proveyendo una importante herramienta operativa para el desarrollo de leyes relativistas
en cualquier línea de trabajo.
Tiempo y espacio están vinculados.
Como veremos luego en forma más detallada, esta relaci ón funcional permitirá mostrar que la evolución temporal es diferente
entre sistemas inerciales en movimiento relativo. Este hecho genera uno de los cambios conceptuales necesarios más
importante, que trataré de explicar con un experimento pensado.
Supongamos tener un p éndulo oscilando con pequeñas amplitudes. El sistema cuelga de un clavo en reposo respecto a
nuestro sistema. El movimiento resulta peri ódico y su período T medido es constante, dependiendo de la longitud del hilo ( l) y
de la aceleración de la gravedad ( g). Su expresión matemática es:
Ahora imaginemos otro péndulo oscilando, de igual longitud de hilo, que pasa frente a nosotros con velocidad V constante.
Midiendo adecuadamente el (pseudo) per íodo del p éndulo en movimiento encontramos, como demostraremos más adelante,
que oscila más lentamente que el nuestro.
Medir adecuadamente significa tener en cuenta que la posición inicial y la final de una oscilación del péndulo móvil son
distintas para nosotros y que, cualquiera sea la técnica de medición usada, corregiremos efectos aparentes, tales como
retrasos debido a la velocidad de la luz, paralaje, etc.
Más aún, dado que la longitud de los péndulos es la misma (y'=y) debemos asumir que la aceleración de la gravedad es
diferente en los sistemas en movimiento relativo.
Antes de la Teoría de Relatividad Especial medir implicaba tener un instrumento de medición y un objeto. Ahora medir involucra
también al observador.
Todo parece indicar que "casi" todas las magnitudes f ísicas (sus valores) son relativas al sistema de referencia, como resultado
de que los sistemas en movimiento relativo tienen métricas espacio temporales distintas.
Las magnitudes que tienen car ácter absoluto, adem ás de la velocidad de la luz en el vacío, son pocas y se especula que juegan
un papel fundamental en la estructura de nuestro universo. Para hallar estas magnitudes supuestamente "claves", es necesario
disponer de modelos te óricos relativistas de los distintos tipos de interacciones. En particular, las ecuaciones de Maxwell cumplen
este requisito, lo que permitió deducir que la carga es un invariante. Un electrón tendrá el mismo valor de carga eléctrica en
cualquier sistema de referencia inercial.
Como veremos más adelante en detalle, ésta creencia más la formulación de la Teoría de Relatividad en un espacio de cuatro
dimensiones (Minkowski), influyó en muchos especialistas generando una diferencia de criterios importante respecto de la masa,
aún no resuelta.
un papel fundamental en la estructura de nuestro universo. Para hallar estas magnitudes supuestamente "claves", es necesario
disponer de modelos te óricos relativistas de los distintos tipos de interacciones. En particular, las ecuaciones de Maxwell cumplen
este requisito, lo que permitió deducir que la carga es un invariante. Un electrón tendrá el mismo valor de carga eléctrica en
cualquier sistema de referencia inercial.
Como veremos más adelante en detalle, ésta creencia más la formulación de la Teoría de Relatividad en un espacio de cuatro
dimensiones (Minkowski), influyó en muchos especialistas generando una diferencia de criterios importante respecto de la masa,
aún no resuelta.
En el ítem siguiente veremos otro caso de invariancia como consecuencia de las Transformaciones de Lorentz, que conforma una
propiedad fundamental de la m étrica de los sistemas inerciales.
Invariancia del Intervalo
Se define suceso al conjunto (x, y, z, t) que determinan el punto en el espacio y el instante en que ocurre. Los sucesos
pertenecen a un espacio (matem ático) tetradimensional donde cada punto, llamado punto del universo, representa un suceso.
El movimiento de una partícula puntual en este espacio ser á una curva denominada curva de universo.
Llamaremos Intervalo al valor S obtenido de la relación
Con las Transformaciones de Lorentz podemos calcular sin dificultad el intervalo de estos dos sucesos medidos por dos
observadores inerciales cualesquiera, resultando:
Llegamos a una conclusi ón muy importante:
El intervalo entre sucesos es igual en todos los sistemas inerciales.
Queda planteado demostrar que dos sucesos pueden ser causales sólo si S es real.
Se propone, a modo de ejercicio usando cálculo diferencial, que se demuestre con las Transformaciones de Lorentz que el
intervalo elemental ds2 = c 2dt2 – (dx2+dy 2+dz2) es un invariante.
Discusión
Las Transformaciones de Lorentz fueron desarrolladas en el a ño 1900 como un avance para establecer las leyes del
electromagnetismo para sistemas inerciales en movimiento relativo. Lorentz mostr ó (parcialmente) que estas Transformaciones
dejaban invariantes las ecuaciones de Maxwell, sin lograr una interpretación conceptual.
Estas interpretaciones, tanto para el electromagnetismo como para la invariancia de la velocidad de la luz, tenía serias e
irreconciliables inconsistencias generadas principalmente por su interpretación dentro de un marco espacio temporal absoluto
(teoría del éter).
La deducción elaborada por Einstein se apoyaba en resultados experimentales (Postulados) y no requer ía conjeturas auxiliares,
tales como sistema de referencia absoluto, arrastre del éter, deformación de objetos, o mal funcionamiento de relojes. Pero este
premio no era gratis, había que cambiar el concepto establecido sobre el espacio y el tiempo.
Analizando las Transformaciones de Lorentz bajo la óptica de Einstein lo primero que hay que destacar es que las coordenadas
(x, y, z, t) representan un punto del espacio y un instante, correspondientes a un sistema inercial O, y que las coordenadas (x',
y', z', t') representan ese punto del espacio y ese instante, pero correspondientes a un sistema inercial O' que se mueve
respecto del primero.
No son coordenadas particulares de un evento, ni la posici ón de un objeto o el instante inicial de un fenómeno. Son coordenadas
que dan la métrica espacio temporal del sistema correspondiente.
Es decir que las transformaciones relacionan las m étricas del espacio y el tiempo entre dos sistemas inerciales.
La interpretación de las Transformaciones de Lorentz como relación entre las métricas espacio temporales de los
sistemas inerciales debe ser considerada como uno de los avances más importantes del conocimiento universal.
Aclaremos un poco más este tema. Cuando decimos que el tiempo t es uniforme estamos indicando que la evolución temporal de
los fenómenos causales es constante en el sistema O. Un dado proceso, como la ca ída de una piedra o el crecimiento celular,
transcurre en el mismo lapso bajo idénticas condiciones, cualquiera sea el momento en que se inicie el proceso.
Además, al indicar que t es la coordenada temporal del sistema O hemos asumido arbitrariamente que el sistema est á
sincronizado, y en un instante cualquiera tenemos el mismo valor temporal en cualquier punto del espacio.
Lo mismo vale para el sistema O', con su coordenada t' uniforme y sincronizada. La gran novedad aparece cuando vinculamos
ambas coordenadas ( t', t) con las transformaciones de Lorentz. Solamente hay coincidencia en el origen en el instante inicial
(t'=t=0) porque as í lo establecimos en la deducción de dichas transformaciones, concluyendo que para que la velocidad de la luz
sea invariante tenemos que aceptar que los sistemas inerciales en movimiento relativo tienen diferente evoluci ón temporal y
distinta métrica espacial, y que esas diferencias dependen de la velocidad relativa entre ellos.
La dependencia de la coordenada temporal de un sistema con el tiempo y la posición del otro sistema provoca p érdida de
sincronización en el sistema móvil pues no da un mismo valor t' para puntos ( x) diferentes. Es decir que el sincronismo, que
requiere fijar el valor temporal simultáneamente en todo punto del espacio, es relativo al sistema.
Dicho más claramente, cada observador O y O' ve sincronizado su sistema, en el cual est á en reposo, y sin sincronismo el
sistema móvil.
Dicho más claramente, cada observador O y O' ve sincronizado su sistema, en el cual est á en reposo, y sin sincronismo el
sistema móvil.
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navigation Simultaneidad
Postulados de la
Teoría de
Relatividad
Para que (t’2 t’1) > 0 debe ser
Dividiendo por (t 2 – t1) obtenemos
Dado que el segundo t érmino del primer miembro es menor que 1 pues las velocidades del observador y de la piedra siempre
son menores que la velocidad de la luz, la desigualdad es valedera y queda demostrado que un fen ómeno causal es absoluto.
Causalidad y Determinismo
No se tiene conocimiento del origen ni el momento histórico en que se incorpora en la humanidad el concepto de causalidad, en
el sentido de que cualquier cambio del estado de un sistema est á provocado por una causa anterior.
Más aún, el entrenamiento de animales dom ésticos ha demostrado que este concepto est á incorporado en los ejemplares
adultos, y se especula que todas las especies animales adquieren su conocimiento durante la gestaci ón y en la primera etapa de
su vida, como consecuencia de la repetibilidad de los fenómenos naturales, teniendo incidencia en su comportamiento particular
e incluso con el “sentido ” de preservaci ón de la especie.
Causalidad y Determinismo
No se tiene conocimiento del origen ni el momento histórico en que se incorpora en la humanidad el concepto de causalidad, en
el sentido de que cualquier cambio del estado de un sistema est á provocado por una causa anterior.
Más aún, el entrenamiento de animales dom ésticos ha demostrado que este concepto est á incorporado en los ejemplares
adultos, y se especula que todas las especies animales adquieren su conocimiento durante la gestaci ón y en la primera etapa de
su vida, como consecuencia de la repetibilidad de los fenómenos naturales, teniendo incidencia en su comportamiento particular
e incluso con el “sentido ” de preservaci ón de la especie.
1. Siempre que ocurre un fen ómeno se pueden encontrar dos eventos distinguibles (A y B), que están separados
cronológicamente y cumplen:
2. Asignemos que A sea el primer suceso. Siempre que ocurre A, luego sucede B, y se conserva el orden de los sucesos.
Resulta evidente que la estrecha e indisoluble relaci ón entre la magnitud tiempo y el concepto de causalidad incidió en el
desarrollo cient ífico, cuya consecuencia principal fue la postulación del Principio de Causalidad, aceptada como una ley inviolable
de la naturaleza, desde principios del siglo XIX. El Principio de Causalidad postula que todo efecto debe tener siempre una
causa.
Esta postura radical hizo que determinismo y causalidad fueran confundidos e, incluso, considerados la misma cosa. Como
veremos en este mismo capítulo, la causalidad es una ley inviolable, el determinismo no lo es. En consecuencia, cualquier ley,
teoría o modelo físico debe cumplir con el Principio de Causalidad y puede no ser determinista.
Asimismo, mostró la falsedad de la causalidad lineal y estableci ó para los sistemas lineales, es decir aquellos que pueden ser
representados por ecuaciones diferenciales lineales, la condición matemática que debe cumplir una funci ón dependiente del
tiempo para ser causal. La deducci ón de la condición de Paley Wiener puede verse en el libro de A. Papoulis, “The Fourier Integral
and its Applications”.
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Sigue > Contracción espacial y Dilatación temporal
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navigation Contracción espacial y Dilatación temporal
Sistemas Contracción de longitudes
Inerciales Un observador inercial mide el largo (longitud propia) de un objeto en reposo, determinando las coordenadas espaciales de sus
extremos seg ún indica la figura, resultando l0 = x 2 – x1.
Relatividad de
Galileo
Postulados de la
Teoría de
Relatividad
Transformaciones
de Lorentz
Simultaneidad
Contracci ón
espacial y
Dilatación
temporal
Cinem ática
relativista
Cantidad de
movimiento
Se pretende determinar qu é longitud le mediría otro observador O ’ en movimiento relativo con velocidad constante.
Dinámica Debemos eliminar o corregir las ilusiones ópticas producidas por la velocidad finita de la luz.
relativista Por ejemplo, si quisiéramos determinar la longitud de un objeto en movimiento sacándole una foto cuando se est á acercando o
Trabajo y Energ ía alejando, tendr íamos que corregir las medidas obtenidas pues una foto, en esas condiciones, dará un tamaño aparente (ilusi ón
óptica). Se propone al lector que muestre que la foto dar á un tamaño mayor cuando se acerca y menor cuando se aleja.
Principio de
Equivalencia Como el objeto est á en movimiento para el observador O ´debemos ser cuidadosos y adoptar un criterio de medici ón adecuado,
como sería determinar ambas coordenadas “simultáneamente ” en el sistema O’, lo que implica t’1 = t’2.
Complementos de
Energía
Luego debemos comparar la longitud l’ = x’2 – x’1 con la longitud propia mediante las Transformaciones de Lorentz.
Despejando l’ obtenemos:
Conclusión:
La longitud de un objeto en movimiento es menor que cuando el mismo objeto est á en reposo pues V/c es siempre menor que 1.
En primer lugar digamos que la F ísica como ciencia intenta explicar cómo suceden las cosas y no porqué suceden. Todo lo que
estamos elaborando y todas las teor ías ya desarrolladas son modelos que procuran describir el comportamiento de los distintos
fenómenos naturales lo mejor posible, pero los modelos no son el fen ómeno. Esta postura es la científica y quedó plasmado
desde el inicio mismo del método científico, creado por Galileo, cuando distingui ó que la filosofía natural no incluye los mitos.
El gran físicomatemático argentino Jorge Staricco, en la introducci ón del magistral curso de Mecánica que dio en la Facultad de
Ingenier ía de la Universidad de Buenos Aires en 1965, al cual asist í como alumno, dijo: la importancia de la Ley de atracción
universal enunciada por Newton no es la relación funcional entre la fuerza y la distancia, que por otro lado hubiera sido resuelta por
Cavendish un ratito después, sino cómo la introdujo: Todo pasa como si existiera una fuerza…
Ahora permítanme que haga una pregunta directa sobre realidad:
¿Existe la fuerza de gravedad?
Recordemos que con el conocimiento funcional de la fuerza gravitatoria Newton demostr ó las Leyes de Kepler. Todo parece
indicar que dudar de la existencia de la fuerza de gravedad es demencial.
universal enunciada por Newton no es la relación funcional entre la fuerza y la distancia, que por otro lado hubiera sido resuelta por
Cavendish un ratito después, sino cómo la introdujo: Todo pasa como si existiera una fuerza…
Ahora permítanme que haga una pregunta directa sobre realidad:
¿Existe la fuerza de gravedad?
Recordemos que con el conocimiento funcional de la fuerza gravitatoria Newton demostr ó las Leyes de Kepler. Todo parece
indicar que dudar de la existencia de la fuerza de gravedad es demencial.
En el año 1916 apareció otra Teor ía que postulaba que la fuerza gravitatoria no existe, que las masas no se atraen pero tienen
la propiedad de alterar la m étrica espacio temporal. Con ella también se demostraron las Leyes de Kepler. Su autor fue Albert
Einstein y la Teoría es la de Relatividad General.
Al no tener una respuesta l ógica única, el concepto de realidad en la física se modificó durante el siglo XX, principalmente por el
desarrollo de la Mecánica Cuántica y la Teoría de Relatividad, de tal manera que su interpretaci ón fuera única.
El concepto de realidad es un tema filos ófico que depende de la línea de pensamiento particular.
Realidad, para la ciencia, es lo que muestran las mediciones y es válida solamente en el marco de la teoría correspondiente, cuya
bondad y alcance no depende de las creencias del lector.
En consecuencia, digamos que todo pasa como si el tamaño “real” de un objeto fuera mayor cuando est á en reposo que cuando
est á en movimiento, pues eso es lo que se mide. En el marco de la Teor ía de Relatividad Especial los objetos en movimiento
tienen un tamaño menor que en reposo.
Dilatación temporal
Un observador inercial mide la duraci ón (tiempo propio) de dos sucesos que ocurren en un punto fijo (x 0 ; y 0 ; z 0 ), como por
ejemplo prender una lámpara en el instante t1 y apagarla en t2, estando en reposo respecto de la l ámpara.
Resulta evidente que T’ > T0 pues la velocidad relativa V debe ser menor que c
Conclusión:
Cualquier lapso medido (t 2 – t1) de dos sucesos es relativo al sistema de referencia.
Asimismo, se demuestra que el tiempo propio de cualquier fen ómeno es el menor valor posible de la duración de dicho evento.
Nota:
Hemos calculado la contracción de la longitud de un objeto y la dilataci ón temporal de un reloj, ambos en reposo en el sistema O.
Por supuesto que si estuvieran en reposo en el sistema O’ obtendr íamos idénticas conclusiones simétricas pues todos los
sistemas inerciales son equivalentes.
Tiempo propio
Cuando un cuerpo o sistema físico se mueve arbitrariamente, el tiempo propio de un proceso que ocurra en dicho objeto debe
calcularse asumiendo que se tiene un reloj fijo en el objeto.
Un sistema de referencia fijo a un cuerpo que se mueve arbitrariamente puede no ser inercial, por lo cual en general no
podremos aplicar las Transformaciones de Lorentz para comparar las métricas.
Sin embargo, si aceptamos que la aceleración no tiene influencia en la evolución temporal en dicho sistema no inercial, veremos
que es posible calcular el tiempo propio buscado.
Destaquemos que esta suposici ón no tiene respaldo te órico alguno (ver Möller “The Theory of Relativity”, pág. 49) y no es
verificada por determinaciones experimentales incuestionables (GPS), por lo cual este tema ser á tratado en detalle por
separado.
Lo que sigue es el tratamiento usual del tema en la bibliograf ía clásica tradicional, sin que ello implique que sea correcto
rigurosamente.
De acuerdo con la suposici ón históricamente aceptada podemos asumir que en cada instante hay un sistema inercial cuya
velocidad relativa coincide con la velocidad del cuerpo o sistema físico, lo que permitirá calcular el tiempo propio como la suma de
las variaciones infinitesimales ( dt’) en dicho sistema.
Las Transformaciones de Lorentz que hemos deducido oportunamente no son generales puesto que hemos puesto
arbitrariamente la velocidad relativa entre sistemas coincidente con el eje x. Dado que esta condici ón no se cumplirá para un
movimiento arbitrario, debemos usar las Transformaciones de Lorentz generales, cuya expresi ón para la coordenada temporal
es:
Teniendo en cuenta que el proceso cuyo tiempo propio estamos midiendo est á sobre el objeto en movimiento y que la velocidad
del cuerpo corresponder á en cada instante a la velocidad del sistema inercial que le fijemos, ser á v=V. En consecuencia,
diferenciando la expresi ón anterior llegamos a:
Es importante destacar que en esta expresión la velocidad corresponde a la del objeto y puede ser funci ón del tiempo
dependiendo del movimiento que realice el objeto.
Además, dado que el integrando es siempre menor que 1, el tiempo propio siempre es el menor valor posible, cualquiera sea el
movimiento del objeto.
Debe tenerse en cuenta que no podemos comparar las m étricas entre sistemas pues solamente requerimos que uno sea inercial,
sino que hallamos la expresi ón general para el cálculo de tiempo propio de un objeto, cualquiera sea su movimiento, a trav és de
mediciones temporales hechas desde el sistema inercial.
Veamos un ejemplo simple:
Un objeto rota alrededor de un observador inercial con movimiento circular uniforme. Se sincronizan dos relojes en t=t’=0, uno
(t’) fijo al objeto y el otro ( t) en el sistema inercial. Al cabo de una vuelta se comparan los tiempos resultando que el reloj fijo al
cuerpo atras ó. El cálculo es simple pues el módulo de la velocidad v es constante.
Este atraso (cualitativo) no es relativo al sistema, es absoluto, y ello ocurrir á sobre cualquier reloj acelerado respecto de uno
inercial.
Una vez comprendido el concepto (hist órico) de tiempo propio y la forma de calcularlo, la maltratada "Paradoja de los gemelos"
deja de ser un misterio y puede ser analizada sin dificultad. Recomiendo su an álisis aunque advierto que este tratamiento es
incompleto pues no considera los efectos temporales debidos a la aceleración.
Nota:
Las correcciones temporales que se programan en el Sistema de Posicionamiento Global (GPS) para mantener el sincronismo
entre sat élites dedicados y la Tierra, suelen describirse como efectos debidos al " cambio temporal" de la Relatividad Especial y al
"retraso temporal" causado por el campo gravitatorio, predicho por la Teoría General.
En mi opinión esta manera de enfocar el tema esconde el error cometido en este tema dentro de la Teoría de Relatividad
Especial, cual es asumir que las aceleraciones no tienen influencia en la marcha de los relojes.
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navigation Cinemática relativista. Efecto Doppler
Home La cinemática relativista no presenta gran dificultad en la parte operativa debido a que los cálculos son similares a los que se
realizan en cinemática clásica. Si un dado problema de movimiento de un cuerpo es complicado en el modelo relativista, también
Teoría de
lo es en la mecánica newtoniana.
Relatividad
Especial No sucede lo mismo desde el punto de vista conceptual cuando se pretende comparar un determinado movimiento de un cuerpo
desde dos sistemas de referencia inerciales en movimiento relativo. La raz ón de que ello ocurra es que en cinemática relativista
Introducción
la velocidad de la luz es un valor finito.
Sistemas
La primera gran dificultad está con la posición de un punto material que se desplaza respecto de un observador inercial. Lo
Inerciales
“vemos” en un punto del espacio pero sabemos que est á en otro, debido al tiempo que tardó en llegarnos la información. Es
Relatividad de decir que tenemos dos panoramas posibles: el “aparente ”, que es el que vemos, y el que llaman “real”, que ser ía el que
Galileo corresponde a la supuesta posición calculada, teniendo en cuenta el tiempo que tarda en llegarnos la informaci ón. En realidad el
que conocemos con certeza es el aparente, que es el que medimos.
Postulados de la
Teoría de La mayoría de los cálculos se hacen con las posiciones que denominamos reales, en razón de que las Transformaciones de
Relatividad Lorentz relacionan la métrica espacio temporal de dos sistemas inerciales sin contemplar lo que medir ía un observador que no
tuvo en cuenta las correcciones relacionadas con la velocidad de la luz.
Transformaciones
Este hecho parece resolver la cuesti ón estableciendo un criterio para la descripci ón de los movimientos, haciendo referencia
de Lorentz
siempre a posiciones reales.
Simultaneidad Sin embargo, veremos que ello resulta inadecuado en determinados casos.
Principio de Otro aspecto complicado, que extrañamente la bibliografía usual no trata, se refiere a la posición real de un objeto en
Equivalencia movimiento respecto de dos sistemas inerciales. Analicemos un caso particular:
Se pretende saber cu ál es la posición x’ del objeto para O ’ en el instante t’=0.
Usando las Transformaciones de Lorentz obtenemos lo que medir ía O’:
Veamos un caso simple.
Siendo v’ la velocidad del objeto medida por O ’, cuyo cálculo se mostrará luego con el teorema de adición de velocidades.
En el segundo miembro de la igualdad, el último término representa lo que avanz ó el objeto. Esta expresión puede ponerse de la
siguiente forma:
Si el cuerpo está en reposo respecto de O, la velocidad v’ medida por O’ será V, y la coordenada x’0 valdrá:
Este resultado muestra el efecto de la contracción de longitudes ya visto.
De éste an álisis obtenemos una consecuencia muy importante para el estudio de los sistemas de muchos cuerpos no
estacionarios, como por ejemplo el Universo.
Supongamos que en un sistema inercial queremos obtener la configuraci ón dinámica de un determinado conjunto de cuerpos
puntuales en movimiento. Para ello debemos conocer simultáneamente la posición y la velocidad de cada uno de los puntos
materiales.
Si ahora deseamos saber qu é configuración se obtendr ía en otro sistema inercial en movimiento relativo, deberemos hacer
correcciones que contemplen le p érdida de sincronismo entre sistemas.
Nota: En el apartado de Temas Especiales se adjunta un desarrollo original (no publicado) que demuestra que la expansi ón del
Universo es absoluta, es decir que en todos los sistemas inerciales las galaxias se alejan de un punto (centro), y en todos ellos
se cumple la forma de la Ley de Hubble (velocidad proporcional a la distancia).
Teorema de adición de velocidades
Dado un cuerpo que se mueve con velocidad v respecto de un sistema inercial O, se pretende determinar qué velocidad le mide
otro observador O ’ en movimiento relativo uniforme. En la figura, por razones did ácticas, se indica solamente la componente en
la dirección x.
Usando las Transformaciones de Lorentz podemos calcular las velocidades medidas por un observador O ’.
Usando las Transformaciones de Lorentz podemos calcular las velocidades medidas por un observador O ’.
Se destacan las siguientes particularidades:
1 – Para velocidades del objeto ( v) y del sistema (V) mucho menores que c se obtienen las relaciones de Galileo.
El cálculo de las aceleraciones se deja planteado como ejercicio, destacando que se obtienen con el mismo procedimiento
empleado y que la aceleración no resulta una magnitud absoluta (como sucede en la mec ánica clásica).
Efecto Doppler
La frecuencia de una onda emitida por una fuente resulta diferente si dicha fuente est á en reposo o en movimiento relativo al
observador, aumenta cuando la fuente se acerca y disminuye cuando se aleja.
El fenómeno fue descrito y explicado te óricamente en forma clásica (no relativista) por el f ísico y matemático austríaco Christian
Doppler (18031853) en el año 1842, en una monograf ía sobre espectroscop ía en estrellas binarias.
La ley original obtenida relaciona la frecuencia de una onda luminosa con la velocidad relativa entre el observador y la fuente de
las ondas, y no es consistente con la teor ía de relatividad (desarrollada posteriormente) pues se fundamenta en las
Transformaciones de Galileo. La formulaci ón relativista rigurosa del fen ómeno fue elaborada por Einstein en su principal
publicación de 1905.
El efecto es de naturaleza ondulatoria y su estudio aparentemente resulta complejo en virtud de que intervienen tres actores: la
fuente de ondas, la onda que se propaga y el observador. Sin embargo, veremos que el fenómeno puede ser explicado como un
efecto relativista sobre la propagaci ón ondulatoria.
Los procesos ondulatorios fueron convenientemente explicados por el matem ático francés D’Alembert (17171783), cuyos
aportes en el planteo y soluci ón de ecuaciones diferenciales a derivadas parciales le permitieron elaborar la teor ía matemática de
las ondas en 1747, estableciendo su famosa “ecuación de ondas ”:
Toda solución Ф(x,y,z,t) de esta ecuaci ón es una onda cuya velocidad de propagación es v. Asimismo, si una función no satisface
esta ecuaci ón no puede ser asignada a un fen ómeno ondulatorio. La soluci ón más simple posible, conocida como “onda
armónica simple”, que se propaga en el sentido positivo de las x, corresponde a la expresi ón:
Al respecto, aunque en este curso se asume que el lector conoce la teor ía de ondas, es conveniente recordar algunas
particularidades:
La función verifica la ecuación de ondas si se cumple v=w/k.
A es la amplitud máxima de la onda. Sus unidades quedar án determinadas por el tipo de onda que se trate. Por ejemplo, si es
una onda sonora, A podr á tener unidades de presi ón.
En ambos sistemas inerciales la onda tiene la misma forma funcional pues la ecuación de ondas es relativista.
Se deja planteado demostrar que dicha ecuaci ón conserva su forma ante Transformaciones de Lorentz.
Primero mostraremos que la frecuencia de una onda, cualquiera sea su naturaleza, es una magnitud relativa al sistema de
referencia.
Supongamos tener dos observadores inerciales en movimiento relativo, como muestra la figura, que miden la frecuencia y la
velocidad de una onda armónica simple que se propaga de izquierda a derecha en la direcci ón del eje x.
una onda sonora, A podr á tener unidades de presi ón.
En ambos sistemas inerciales la onda tiene la misma forma funcional pues la ecuación de ondas es relativista.
Se deja planteado demostrar que dicha ecuaci ón conserva su forma ante Transformaciones de Lorentz.
Primero mostraremos que la frecuencia de una onda, cualquiera sea su naturaleza, es una magnitud relativa al sistema de
referencia.
Supongamos tener dos observadores inerciales en movimiento relativo, como muestra la figura, que miden la frecuencia y la
velocidad de una onda armónica simple que se propaga de izquierda a derecha en la direcci ón del eje x.
Aplicando las Transformaciones de Lorentz podemos encontrar la correspondiente expresi ón en el sistema primado:
En el sistema en movimiento se cumple:
Comparando con la relaci ón anterior se obtiene:
En rigor, la frecuencia de cualquier sistema o proceso f ísico periódico resulta ser una magnitud relativa al sistema de referencia
en el que se mide. Dos observadores con distinto estado de movimiento medirán distinta frecuencia de un mismo proceso
periódico.
Por supuesto que si la fuente se encuentra en reposo en uno de los dos sistemas de referencia, el observador en dicho sistema
medirá la misma frecuencia de la onda y de la fuente (frecuencia propia), mientras que el observador en movimiento medirá
distintas frecuencias no coincidentes, tanto de la fuente en movimiento como de la onda. La conclusión global será que la
frecuencia de una onda aumenta si la fuente se mueve hacia el observador, disminuye si se aleja, y en estos casos no
coincide con la frecuencia de la fuente en movimiento.
En rigor, la frecuencia de cualquier sistema o proceso f ísico periódico resulta ser una magnitud relativa al sistema de referencia
en el que se mide. Dos observadores con distinto estado de movimiento medirán distinta frecuencia de un mismo proceso
periódico.
Por supuesto que si la fuente se encuentra en reposo en uno de los dos sistemas de referencia, el observador en dicho sistema
medirá la misma frecuencia de la onda y de la fuente (frecuencia propia), mientras que el observador en movimiento medirá
distintas frecuencias no coincidentes, tanto de la fuente en movimiento como de la onda. La conclusión global será que la
frecuencia de una onda aumenta si la fuente se mueve hacia el observador, disminuye si se aleja, y en estos casos no
coincide con la frecuencia de la fuente en movimiento.
Finalmente, siendo w0 la frecuencia propia y (Vf ) la velocidad de la fuente de ondas, que arbitrariamente definimos positiva si la
fuente se aleja al observador y negativa si se acerca, la relaci ón funcional entre la frecuencia medida (w) y la velocidad de la
fuente (Vf ), estará dada por:
Esto último parece estar en contradicción con el hecho aceptado por el cual la frecuencia de una onda debe ser la misma que la
de la fuente que la produce, cosa que solo sucede para un observador en reposo respecto de la fuente periódica.
La explicación de esta aparente contradicci ón es sutil pero simple. Nótese que la forma en que se miden las frecuencias de la
fuente y de la onda es diferente: la correspondiente a la onda se mide en un punto fijo (reposo) respecto del observador,
mientras que la de la fuente se mide en movimiento.
La frecuencia de un sistema peri ódico, medida por un observador en movimiento relativo, se modifica de acuerdo a la ley de
“dilatación temporal”:
Por otro lado, una onda es un proceso espacio temporal y su frecuencia se determina como la inversa del tiempo que tarda en
pasar una longitud de onda por un punto fijo respecto del observador.
Efecto Doppler Transversal
Se denomina as í al cambio de frecuencia de una onda que ocurre cuando la fuente de ondas se mueve en direcci ón transversal a
la recta que une la fuente y el observador.
Este efecto, predicho por Einstein, fue detectado experimentalmente en 1938.
La explicación relativista es muy simple: la fuente que se mueve transversalmente está sujeta a la “dilatación temporal”, por lo
cual su frecuencia se modifica de acuerdo a la última relación vista y coincide con la frecuencia de la onda medida debido a que la
fuente no se aleja ni se acerca del observador:
Siendo w0 la frecuencia propia de la fuente, w la frecuencia (de la onda y de la fuente) medida por el observador, y V la velocidad
transversal de la fuente. Nótese que el efecto Doppler transversal siempre da corrimiento al rojo (w < w0).
Este planteo último y el tratamiento anterior pueden inducir al error de creer que el efecto Doppler tangencial y transversal
son dos fenómenos distintos, cuando en realidad se trata de un único efecto: el cambio de frecuencia de una onda debido al
movimiento relativo entre la fuente y el observador.
Si hubiéramos analizado los cambios que se producirían sobre una onda cuando la fuente se mueve en cualquier dirección,
obtendr íamos una única relación general válida para el Doppler transversal y longitudinal respectivamente. Esto lo haremos a
continuación.
Tratamiento general del efecto Doppler luminoso (enfoque ondulatorio)
Nos interesa determinar la frecuencia medida por un observador inercial de una onda emitida por una fuente m óvil con velocidad
vs , en relación a la frecuencia propia de la fuente (en reposo).
Supongamos tener una fuente de ondas monocromática en reposo en un sistema inercial y un observador O en el punto A, como
muestra la figura.
El observador medir á la misma frecuencia a la onda y a la fuente (w0).
Para evitar confusiones llamaremos u x y u y a las componentes de la velocidad (c) de propagación de la onda.
A los efectos de estudiar solamente el cambio de frecuencia que medirá un observador O ’ en movimiento respecto de O, la onda
(con simetría esférica) que llega al punto A puede ser considerada una onda escalar plana (fuente alejada). La dirección de
propagaci ón queda determinada por los cosenos directores del vector velocidad de propagaci ón (c). La expresión matemática es
El observador medir á la misma frecuencia a la onda y a la fuente (w0).
Para evitar confusiones llamaremos u x y u y a las componentes de la velocidad (c) de propagación de la onda.
A los efectos de estudiar solamente el cambio de frecuencia que medirá un observador O ’ en movimiento respecto de O, la onda
(con simetría esférica) que llega al punto A puede ser considerada una onda escalar plana (fuente alejada). La dirección de
propagaci ón queda determinada por los cosenos directores del vector velocidad de propagaci ón (c). La expresión matemática es
de la forma:
En el sistema primado la función de onda tendr á la misma forma matemática, aunque sus parámetros pueden tomar valores
distintos que en el sistema O.
Ahora podemos dar la expresión general del efecto Doppler (tangencial y transversal) y una regla para evitar posibles errores de
signos.
Si establecemos arbitrariamente que la velocidad de la fuente VS sea positiva si se aleja del observador y negativa si se
acerca, y el coseno del ángulo lo tomamos siempre positivo, la frecuencia que éste le mide est á dada por:
Dado que , siendo e el versor con la dirección y sentido de propagación de la luz, la relación anterior
Ahora podemos dar la expresión general del efecto Doppler (tangencial y transversal) y una regla para evitar posibles errores de
signos.
Si establecemos arbitrariamente que la velocidad de la fuente VS sea positiva si se aleja del observador y negativa si se
acerca, y el coseno del ángulo lo tomamos siempre positivo, la frecuencia que éste le mide est á dada por:
Dado que , siendo e el versor con la dirección y sentido de propagación de la luz, la relación anterior
puede expresarse (M öller, "The Theory of Relativity", pág 62):
Nota:
Este efecto tambi én puede ser tratado desde el punto de vista corpuscular, considerando a la luz formada por fotones con
cantidad de movimiento y energ ía. En este caso se puede realizar el mismo tipo de análisis anterior y determinar c ómo se
modifica la energía del fotón, llegando al mismo resultado final del efecto Doppler.
Se propone al lector que haga el c álculo utilizando las transformaciones de Lorentz de la cantidad de movimiento y la energ ía
(E/c), que tienen la misma forma que las del espacio y el tiempo respectivamente.
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Home En Mecánica Clásica la forma más usual de introducir la cantidad de movimiento es mediante su definición como el producto de la
masa de un cuerpo material por su velocidad, para luego analizar su relación con la ley de Newton a trav és del teorema del
Teoría de
impulso y la variación de la cantidad de movimiento.
Relatividad
No obstante, luego del desarrollo de la F ísica Moderna, esta manera de hacerlo no resultó la más conveniente para abordar esta
Especial
magnitud fundamental.
Introducción
El defecto principal es que esta forma esconde el concepto inherente a la magnitud, que resulta ser una propiedad de cualquier
Sistemas ente físico con o sin masa, necesaria para describir las interacciones.
Inerciales Los modelos actuales consideran que no s ólo los cuerpos masivos poseen cantidad de movimiento, también resulta ser un
atributo de los campos y los fotones.
Relatividad de
Galileo Para abordar el tema con un enfoque m ás moderno primero se deben analizar las interacciones en sus diferentes
manifestaciones de acuerdo a los modelos cl ásicos convencionales:
Postulados de la
Teoría de La primera, que resulta clásica en mecánica racional, es considerar el choque entre cuerpos materiales, aceptando
Relatividad implícitamente que entre ellos no hay fuerzas atractivas o repulsivas, siendo fortuito el encuentro. Aqu í aparece la cuesti ón
sobre choque el ástico perfecto y choque plástico con pérdida de energ ía.
Transformaciones
de Lorentz El siguiente tipo, campopartícula sin pérdida de energ ía (choque el ástico), resulta de considerar que cada part ícula posee
un campo asociado capaz de interactuar con la otra, modificando sus trayectorias, velocidades y energ ías. Un ejemplo típico
Simultaneidad es el estudio de fuerzas centrales en mecánica analítica.
Contracci ón
En este modelo se considera que los campos actúan instant áneamente, es decir a velocidad infinita, perdiendo su significado
espacial y
como ente físico real, para ser un formalismo auxiliar que simplifica su análisis. En esta categoría est án la Ley de Coulomb y la
Dilatación
Ley de gravitación universal de Newton.
temporal El caso de interacción campopartícula con pérdida de energ ía resulta más complejo pues aparece un tercer participante, un
fotón con la energía disipada.
Cinem ática
Un ejemplo importante e ilustrativo que permite explicar el espectro continuo de emisión de rayos x, es el estudio de la
relativista
radiación de frenado que ocurre con electrones r ápidos obligados a cambiar bruscamente de direcci ón por acción del campo
Cantidad de eléctrico de un núcleo atómico, con pérdida de energ ía por emisión de radiación (fotón de radiación x).
movimiento
La interacción radiación materia es el caso más ilustrativo de la limitación de la definición usual de la cantidad de movimiento
Dinámica (p=mv ). El efecto Compton, que ocurre entre fotones de rayos x o rayos gamma con electrones cuasi libres, es explicado
relativista convenientemente si el fotón posee una cantidad de movimiento cuyo m ódulo est á dado por:
Trabajo y Energ ía p= , siendo h la constante de Planck y v la frecuencia.
Principio de
El fotón y la partícula material modifican sus trayectorias, cantidades de movimiento y energías como resultado de una
Equivalencia
interacción.
Complementos de Los cuatro casos descriptos tienen en com ún la transferencia de energ ía durante la interacci ón y/o cambios de dirección del
Energía movimiento. A los efectos de poder predecir las consecuencias de una interacción de acuerdo a lo mostrado por la experiencia, es
Masa Propia y
necesario hacer extensivo el concepto de cantidad de movimiento a todos los entes f ísicos capaces de transferir energ ía, siendo
Potencia
una magnitud vectorial con direcci ón y sentido de la velocidad de la partícula y cuyo comportamiento responde a leyes de
conservación.
Problemas
Esta magnitud, que nos permitir á calcular el estado final de los participantes luego de una interacción, resulta ser:
Temas Especiales
1. Para part ículas masivas p=mv
2. Para fotones en el vacío p= c
1. El Principio de conservación de la energ ía
2. El Principio de conservación de la cantidad de movimiento
3. El Principio de conservación del momento angular
La gran matemática Emmy Noether (18821935) demostró en 1915 que estos Principios son propiedades de leyes de simetr ía del
espacio y el tiempo. Una demostraci ón de estos "Principios" en el marco de la mec ánica analítica puede verse en el libro 1 de
Landau Lifshitz "Curso abreviado de Física Teórica". Se demuestra que:
2. La conservaci ón de la cantidad de movimiento es consecuencia de la homogeneidad del espacio.
Conservación de la cantidad de movimiento (no relativista).
La isotrop ía y la homogeneidad espacial requieren que las transformaciones de coordenadas entre sistemas inerciales sean
lineales.
La uniformidad del tiempo y la suposici ón de que su evoluci ón es la misma en todos los sistemas inerciales hace que la
coordenada temporal sea absoluta.
Estas propiedades del espacio y el tiempo permiten deducir f ácilmente las Transformaciones de Galileo. Veamos su desarrollo:
Estas propiedades del espacio y el tiempo permiten deducir f ácilmente las Transformaciones de Galileo. Veamos su desarrollo:
Las transformaciones lineales son
Consideremos un objeto en reposo en O en la coordenada x. Para cualquier observador de O’ el objeto se mueve con velocidad
v’x’ = V
Derivando obtenemos:
Reemplazando resultan las Transformaciones de Galileo
x’ = x V t y’ = y z’ = z
Mostraremos ahora que el Principio de conservación de la cantidad de movimiento se obtiene como consecuencia de las
Transformaciones de Galileo.
Estas transformaciones tienen una propiedad muy interesante: la diferencia de dos velocidades cualesquiera, sean de un objeto
o de cuerpos diferentes y en el mismo instante o en instantes distintos, es la misma para todo observador inercial, es decir que
es absoluta. Ello se debe a que las velocidades medidas por dos observadores inerciales están relacionadas por:
Nótese que cuando se calcula la diferencia entre dos velocidades se simplifica la velocidad V, con lo cual se hace independiente
de la velocidad relativa entre sistemas.
Ahora analicemos el caso de una interacci ón entre dos cuerpos.
Consideremos dos part ículas (1 y 2) que interactúan. Midiendo su velocidad antes (a) y despu és (d) de la interacción podemos
plantear las siguientes relaciones absolutas, v álidas para las tres componentes:
Siendo la aceleraci ón media la diferencia de velocidades dividida el tiempo de interacción, que es el mismo para ambas
partículas, resulta:
En consecuencia, reemplazando obtenemos el Principio de conservación de la cantidad de movimiento.
Nota:
Un aspecto interesante es que la demostraci ón es aplicable a todo tipo de part ículas, incluyendo aquellas cuya masa propia sea
nula (fotones). Sin embargo, si consideramos válida la definición de masa dada por Mach, toda part ícula con la capacidad de
interactuar tiene masa asociada. Este hecho genera un nuevo dilema, pues en el caso de fotones se acepta que no son masivos
(masa propia nula). Más adelante, en din ámica relativista, veremos que este tema admite distintos tratamientos y es
actualmente un motivo de discusi ón.
Conservación de la cantidad de movimiento en Relatividad Especial.
Masa relativista.
El Principio de Relatividad establece que las leyes válidas de la física deben ser invariantes ante transformaciones de Lorentz,
esto es que conserven su forma en todo sistema inercial.
Las leyes describen comportamientos mediante ecuaciones que relacionan magnitudes, las cuales pueden tomar valores
distintos respecto de diferentes sistemas, es decir ser relativas al sistema de referencia.
En consecuencia, el Principio de Relatividad nos brinda una herramienta muy importante para la formulaci ón y/o verificación de
leyes.
El procedimiento es el siguiente: definidas las magnitudes involucradas en una ley clásica, válida en un sistema inercial, se
aplican las transformaciones de Lorentz y se determina cómo deben modificarse dichas magnitudes para que la ley conserve su
forma. Luego, usando el Principio de Correspondencia, se verifica que la ley relativista se transforme en la clásica para c
tendiendo a infinito .
Finalmente, se analiza la conveniencia que dicha formulaci ón tiene frente a otras opciones posibles.
Puede suceder que existan diferentes opciones para obtener una dada ley. De hecho ese fue el caso cuando se intentó
establecer le ley fundamental de la mec ánica relativista. Einstein utilizó inicialmente la Ley de Newton expresada mediante
F=ma.
La forma en que se transforman la Fuerza y la aceleraci ón cuando se pasa de uno a otro sistema de referencia es diferente, y
esa diferencia es distinta seg ún se trate de las componentes paralelas a la velocidad relativa entre sistemas o transversales a
ella. En consecuencia, si se pretende que la ley de Newton as í expresada ( F=ma) sea relativista, la masa debe tomar valores
distintos seg ún sea una dirección paralela a su velocidad o transversal a ella.
Esta p érdida de isotrop ía de la masa no result ó “atractiva” conceptualmente, y se resolvi ó proponiendo F=dp/dt como ley de la
mecánica, pues esta forma de expresar la Ley de Newton conserva su forma ante Transformaciones de Lorentz, sin que la masa
pierda su isotrop ía.
Si aceptamos como definición de cantidad de movimiento p=mv , siendo m la masa, debemos determinar cómo se modifican las
magnitudes involucradas para que la ley de conservaci ón de la cantidad de movimiento sea v álida en todos los sistemas de
esa diferencia es distinta seg ún se trate de las componentes paralelas a la velocidad relativa entre sistemas o transversales a
ella. En consecuencia, si se pretende que la ley de Newton as í expresada ( F=ma) sea relativista, la masa debe tomar valores
distintos seg ún sea una dirección paralela a su velocidad o transversal a ella.
Esta p érdida de isotrop ía de la masa no result ó “atractiva” conceptualmente, y se resolvi ó proponiendo F=dp/dt como ley de la
mecánica, pues esta forma de expresar la Ley de Newton conserva su forma ante Transformaciones de Lorentz, sin que la masa
pierda su isotrop ía.
Si aceptamos como definición de cantidad de movimiento p=mv , siendo m la masa, debemos determinar cómo se modifican las
magnitudes involucradas para que la ley de conservaci ón de la cantidad de movimiento sea v álida en todos los sistemas de
referencia inerciales.
La modificación de las velocidades ya fue resuelta con el teorema de adición de velocidades, por lo cual nos queda por
determinar cómo debería modificarse la masa para que la Ley tenga la misma forma en todos los sistemas inerciales.
Dos partículas idénticas se mueven seg ún muestra el esquema. Por isotropía espacial sus masas deben ser iguales.
En estas condiciones el centro de masa del sistema permanece en reposo y su cantidad de movimiento es nula. Al sistema de
referencia en el cual el centro de masa está en reposo se lo denomina Sistema de centro de masa (o inercia).
Dado que es un planteo unidimensional ( x;x’) no indicaremos los sub índices de los ejes.
Para otro observador que se mueva con velocidad V = v, la partícula 1 está en reposo y el centro de masa posee una velocidad
v ’CM = v . A este sistema de referencia en el cual una partícula está en reposo se lo denomina Sistema de Laboratorio.
La cantidad de movimiento en el Sistema de Laboratorio es:
Siendo m’ la masa de la partícula 2, con velocidad v’2 y m0 la masa de la partícula 1, en reposo. Aqu í la condición de simetría no
corresponde pues las part ículas tienen distinto estado de movimiento.
Despejando obtenemos:
Aplicando las transformaciones de las velocidades podemos calcular v’2
Reemplazando en la expresi ón de la masa y operando obtenemos:
Siendo m0 la masa de la partícula 1, en reposo, y m’ la masa de la partícula 2 en movimiento.
Dado que las part ículas son idénticas en reposo, podemos generalizar la expresi ón anterior y aplicarla para una partícula en
movimiento.
Esta masa variable con la velocidad, junto al Principio de Equivalencia entre masa y energ ía, dieron lugar a la definición de masa
relativista. Volveremos a tratar el tema luego del estudio sobre energ ía relativista.
Es muy importante destacar dos cosas:
1. En la expresión anterior no aparece expl ícitamente la velocidad relativa entre sistemas de referencia.
La masa relativista expresa el valor de la masa en funci ón de la velocidad que posee respecto de cada observador inercial.
La inercia de un cuerpo material es relativa al observador y depende de su velocidad.
2. Hemos supuesto que la masa propia de la part ícula m0 es invariante, es decir que toma el mismo valor en cualquier sistema
de referencia inercial. Ello no es arbitrario pues si as í no fuera los sistemas inerciales no ser ían equivalentes ya que habr ía
una forma de distinguirlos.
La masa relativista expresa el valor de la masa en funci ón de la velocidad que posee respecto de cada observador inercial.
La inercia de un cuerpo material es relativa al observador y depende de su velocidad.
2. Hemos supuesto que la masa propia de la part ícula m0 es invariante, es decir que toma el mismo valor en cualquier sistema
de referencia inercial. Ello no es arbitrario pues si as í no fuera los sistemas inerciales no ser ían equivalentes ya que habr ía
una forma de distinguirlos.
Operando la última expresión y usando la definición clásica de cantidad de movimiento (p=mv ), obtenemos:
Siendo m la masa relativista y m0 la masa en reposo que, rigurosamente, deber ía llamarse masa propia.
Esta definición de cantidad de movimiento es compatible con p=mv sólo si aceptamos que la masa varía con la velocidad. Por ello
resulta conveniente, cuando se traten relaciones o leyes que involucren a la masa, indicar a la masa en reposo con el subíndice
0.
Nota:
De acuerdo con la definición clásica de cantidad de movimiento (p=mv ) debemos aceptar que esta Ley de conservaci ón resulta
válida si aceptamos que la masa de un cuerpo depende de su velocidad (m ás rigurosamente de su contenido energético).
El concepto de masa establecido por la mecánica clásica es que su valor es una medida de su inercia, es decir la tendencia a
conservar su velocidad. Aceptar que la inercia de un cuerpo material aumenta con la velocidad, hecho que fue confirmado
experimentalmente, tiene otras implicancias muy profundas.
Tal vez la más importante sea su relaci ón con la masa gravitatoria.
El estudio de ca ída libre relativista da resultados diferentes si el campo gravitatorio se aplica sobre la masa relativista (caso
correcto) o sobre la masa en reposo.
En la carpeta Temas Especiales se trata la “Caída libre relativista”, con ambos tratamientos.
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navigation Dinámica relativista
Introducción
2. Cómo responden cuerpos distintos ante un mismo requerimiento ( causalidad).
3. Cómo se comportan los cuerpos entre s í (interacciones).
Sistemas
Inerciales Para Newton (16431727) la formulación es con sus tres leyes (Principios), que en conjunto responden exactamente a cada uno
de los puntos anteriores, y es de validez limitada a sistemas de referencia inerciales.
Relatividad de
Este enfoque no requiere de ning ún otro postulado b ásico, que alguna bibliografía redundantemente incorpora, como por
Galileo
ejemplo el llamado Principio de independencia de los movimientos, que resulta una consecuencia matem ática del carácter
Postulados de la vectorial de las magnitudes (velocidad, aceleración, fuerza).
Teoría de
Muchos autores, particularmente los correspondientes a la denominada “escuela americana” (Sears, Ingard y Kraushaar,
Relatividad
Feynman), no suelen analizar en profundidad la fundamentaci ón de la Mecánica, y tratan al Principio de Inercia (primera ley)
Transformaciones como si estuviera contenido en la segunda ley de Newton, despreciando o ignorando un aspecto fundamental del enunciado, por
de Lorentz el cual la primera ley es un Principio.
Como veremos, esta paup érrima interpretación induce a cometer dos errores graves: no comprender el significado del Primer
Simultaneidad
Principio y creer que un Principio es demostrable.
Contracci ón
Veamos más en detalle el tema en cuestión.
espacial y
La primera ley de Newton establece que " Si sobre un cuerpo no actúa fuerza alguna éste permanece en su estado de reposo o de
Dilatación
movimiento rectilíneo uniforme (MRU)".
temporal
No hay duda que el mismo describe explícitamente la ley de inercia de los cuerpos, desarrollada por Galileo.
Cinem ática Sin embargo, un aspecto muy significativo de este enunciado es que implícitamente contiene el Principio de Relatividad de los
relativista movimientos, ya que trata a ambos estados (reposo y MRU) como estados naturales equivalentes (ver A. Sommerfeld, "Lectures
on Theoretical Physics Mechanics"). Este simple hecho tiene varias consecuencias importantes:
Cantidad de
movimiento Relaciona a observadores inerciales en movimiento relativo, pues un cuerpo en reposo para un observador se mover á con
MRU para el otro.
Dinámica
relativista Incorpora las transformaciones de Galileo, ya que son las únicas que satisfacen la equivalencia entre reposo y MRU
conservando el car ácter absoluto del tiempo.
Trabajo y Energ ía
Generaliza la teor ía a todos los sistemas inerciales conteniendo, en consecuencia, el Principio de Relatividad de Galileo.
Principio de
En mi opinión, postular la equivalencia entre el reposo y el MRU es el aspecto clave de este enunciado y le da entidad de Principio
Equivalencia
a la primera ley de Newton.
Complementos de
Si el objetivo de la primera ley tan sólo fuera establecer que la velocidad es constante cuando no hay fuerzas aplicadas, ello ya
Energía
estar ía contenido en la segunda ley y no har ía falta referirse al estado de reposo (V=0) pues éste ser ía un caso particular.
Masa Propia y Obviamente, con esta interpretación parcial la primera ley de Newton no tendría razón de ser.
Potencia Probablemente esta interpretación incompleta del Principio de Inercia tenga su origen en la forma en que fuera enunciado por
Newton, qui én debió desterrar las ideas aristot élicas propias de esa época, por las cuales se asum ía que para que un cuerpo se
Problemas
mueva hay que estar empuj ándolo.
Temas Especiales
Aunque este Curso de Relatividad no requiere el conocimiento de Mecánica Analítica (Euler, Lagrange, Hamilton), señalemos
que su formulación se basa en un Principio extremal que resulta válido en cualquier sistema de referencia (inercial o no),
mientras que las interacciones se tratan asumiendo que pueden ser descritas por funciones continuas que cumplen ciertos
requisitos. Este enfoque es más general que el newtoniano y su estudio es necesario para la fundamentaci ón y desarrollo de la
Mecánica Cuántica.
Siguiendo las ideas de Poincaré y Einstein, la teoría de la mecánica, ya sea clásica o relativista, puede fundamentarse en las
propiedades de simetr ía del espacio y del tiempo, y en el Principio de Relatividad, indicando con esto último que las leyes de la
mecánica son las mismas en todos los sistemas inerciales.
La homogeneidad e isotrop ía del espacio y la uniformidad del tiempo, aceptados como postulados v álidos para los sistemas
inerciales, permiten deducir como teorema las transformaciones de coordenadas que correspondan, las de Galileo (mecánica
clásica) si asumimos que el tiempo es absoluto, o las de Lorentz (mecánica relativista) si aceptamos que la velocidad de la luz en
el vacío es la misma para todos los observadores inerciales (ver Transformaciones de Lorentz ).
En este enfoque la segunda ley de Newton ya no es un Principio, es la definición de fuerza.
Resumiendo, los axiomas de la teoría mecánica bajo este encuadre son:
Principio de Relatividad.
Homogeneidad e isotrop ía del espacio.
Uniformidad del tiempo.
Válidos para todo observador inercial.
Nota importante:
Estudios más profundos sobre las propiedades del espacio y el tiempo, iniciados por Poincar é (1904) y Minkowski (1908), y
continuados por N. Mermin ("Relativity without light", Am. J. Phys. 52 (2), February 1984) y A. Logunov (1998), permitieron mostrar
que la Teoría de Relatividad queda rigurosamente establecida postulando que los fenómenos físicos suceden en un espacio
cuadridimensional cuya geometr ía es pseudo euclídea.
Al fijar la métrica no es necesario incorporar el Principio de Relatividad ni la constancia (absoluta) de la velocidad de la luz, pues
ello se obtiene como consecuencia.
Un análisis completo puede verse en el extraordinario libro de A. Logunov ( "Curso de Teoría de la Relatividad y de la Gravitación",
lecciones 1 y 2).
continuados por N. Mermin ("Relativity without light", Am. J. Phys. 52 (2), February 1984) y A. Logunov (1998), permitieron mostrar
que la Teoría de Relatividad queda rigurosamente establecida postulando que los fenómenos físicos suceden en un espacio
cuadridimensional cuya geometr ía es pseudo euclídea.
Al fijar la métrica no es necesario incorporar el Principio de Relatividad ni la constancia (absoluta) de la velocidad de la luz, pues
ello se obtiene como consecuencia.
Un análisis completo puede verse en el extraordinario libro de A. Logunov ( "Curso de Teoría de la Relatividad y de la Gravitación",
lecciones 1 y 2).
La condición de invariancia de la velocidad de la luz en el vacío provocó la revisión de los conceptos sobre el espacio y el tiempo,
modificando la formulación de la mecánica desde sus cimientos. Las Transformaciones de Lorentz ocuparon el lugar de las de
Galileo y el Principio de Relatividad brindó la herramienta para la formulaci ón de leyes relativistas.
Una ley clásica resulta relativista s ólo si conserva su forma en los sistemas inerciales. Como vimos, esto condiciona a las
variables físicas que intervienen en ella pues, ante transformaciones de Lorentz, deben modificarse de tal manera que la
expresión de la ley sea la misma.
Pedir que las leyes conserven su forma no es un nuevo requisito. Cuando en mec ánica clásica decimos que las leyes de Newton
son válidas en todos los sistemas inerciales es exactamente decir que conservan su forma ante transformaciones de Galileo. Tal
vez esto no era tan notorio en la mec ánica clásica debido a que la fuerza, la masa y la aceleraci ón son magnitudes invariantes
ante transformaciones de Galileo, es decir, no modifican su valor al cambiar de un sistema inercial a otro inercial.
Lo nuevo en Relatividad Especial es el grupo de transformaciones que utilizamos (Lorentz), cuya aplicación usualmente provoca
que las magnitudes involucradas en una ley sean relativas al sistema de referencia. En consecuencia, corresponde ser muy
cuidadoso en la definici ón de las mismas.
Masa
El concepto básico que asumiremos es que la masa de un cuerpo, part ícula o ente físico capaz de interactuar con otro, es una
medida de su inercia, y su definición debe ser compatible con la conservaci ón de la cantidad de movimiento, tema ya tratado.
Como veremos oportunamente, la masa inercial de un cuerpo depende de su contenido energético, por lo cual el concepto de
masa como cantidad de materia no resulta muy adecuado en esta formulación.
La definición de Newton, como la constante de proporcionalidad entre la fuerza y la aceleración, que se mide con una balanza,
hay que descartarla totalmente pues la fuerza y la aceleraci ón no resultan colineales en mec ánica relativista. Dado que ésta
definición es utilizada por algunos pocos autores, digamos que en ese caso la masa deja de ser una magnitud escalar pues
toma valores distintos seg ún la dirección que se trate.
La definición operativa de Mach de masa relativa, utilizada en un apartado anterior, tiene una restricci ón formal menor, su
definición no puede aplicarse a un sistema de más de dos cuerpos. Sin embargo, resulta una opci ón atractiva y es posible
adecuarla incluso para partículas no masivas (fotones). En todos los casos las mediciones se deben realizar antes y despu és
de la interacción.
Nosotros vamos a mantener el concepto de masa como una medida de la inercia.
Nota:
Un análisis más profundo nos demuestra que el fen ómeno de inercia de los cuerpos tiene dos causas de distinta naturaleza: la
masa relativista, que es una propiedad del cuerpo, y la imposibilidad de superar la velocidad de la luz, que es una consecuencia
de las propiedades del espacio y del tiempo.
Por el momento, para partículas masivas, adoptaremos la definición de masa de Mach. Esta magnitud es relativa al sistema de
referencia, y queda determinada por la expresión de masa relativista, ya vista en el apartado anterior.
El caso de masa inercial distribuida sobre un campo de radiaci ón electromagnética es más complejo y requiere el conocimiento
del vector de Poynting, por lo cual no ser á tratado en este curso inicial.
Luego, cuando veamos energía y el Principio de equivalencia entre masa y energía, daremos una definición precisa, más
amplia y general, aplicable en todos los casos.
Cantidad de movimiento
Definimos como cantidad de movimiento a la magnitud vectorial p=mv , siendo m la masa inercial.
Fuerza
La mecánica relativista puede formalmente proponerse partiendo de la definici ón de fuerza a través de la relación vectorial:
Considerando que ésta ley debe conservar su forma ante Transformaciones de Lorentz, se pueden obtener las fórmulas de
transformación de las tres (3) componentes de la fuerza, resultando expresiones complicadas (ver M öller, “The Theory of
Relativity”), debido a que la fuerza y la aceleraci ón pueden no ser paralelas.
Desarrollando la expresión anterior obtenemos:
Considerando que ésta ley debe conservar su forma ante Transformaciones de Lorentz, se pueden obtener las fórmulas de
transformación de las tres (3) componentes de la fuerza, resultando expresiones complicadas (ver M öller, “The Theory of
Relativity”), debido a que la fuerza y la aceleraci ón pueden no ser paralelas.
Desarrollando la expresión anterior obtenemos:
Resulta evidente que la fuerza y la aceleración no son colineales en general.
Ésta caracter ística es una de las principales diferencias con la mec ánica clásica y es la raz ón por lo que se dice que la fuerza es
“conceptualmente ” diferente en relatividad a la aceptada en la mecánica newtoniana.
Asimismo, corresponde reiterar que la expresi ón F=ma no es válida pues no es equivalente a la definición de fuerza que hemos
adoptado y no deber ía ser utilizada.
El Teorema del Impulso y la variación de la cantidad de movimiento sale naturalmente de la definición de fuerza.
Resulta claro que si no hay fuerzas exteriores aplicadas se cumple la conservaci ón de la cantidad de movimiento.
Permítanme ahora tratar una relaci ón muy importante, derivada de la definición de fuerza, cuya demostración será dada luego de
tratar el tema de energ ía relativista. Ella es:
Esta última expresión muestra claramente que si la velocidad de una partícula tiende a la velocidad de la luz (c), la aceleración en
la dirección del movimiento tiende a cero (0), cualquiera sea el valor de la fuerza aplicada. En consecuencia, ningún cuerpo
material puede alcanzar la velocidad de la luz en un tiempo finito.
Ahora supongamos que tenemos una part ícula (fotón) que se desplaza a la velocidad de la luz, sobre la cual actúa una fuerza.
Las expresiones vistas muestran claramente que la aceleraci ón tangencial siempre ser á nula, por lo cual no es posible modificar
el módulo de su velocidad (c). Sólo es posible modificar su dirección pues la aceleraci ón transversal puede no ser nula. Como
veremos, la masa relativista del fotón es m = hv/c 2.
f
En la carpeta Temas Especiales se tratará el tema “Curvatura de la luz en Relatividad Especial".
Por otro lado, si reemplazamos la masa relativista y despejamos F, resulta:
Estas expresiones han dado lugar a que algunos autores que usan solamente la masa en reposo consideren, erróneamente,
que la partícula posee una inercia “longitudinal” diferente de la “transversal ”. Obviamente el error consiste en aceptar como
válida la expresión F=ma. En la formulación planteada en este curso la masa que mide la inercia es la masa relativista, que es
isótropa.
Conclusiones
Ningún cuerpo material puede alcanzar la velocidad de la luz en el vac ío.
Ninguna radiación puede modificar el módulo de su velocidad en el vacío.
Las radiaciones poseen masa inercial m>0 y masa propia nula.
Fuerza y aceleración no son colineales en general.
Nota:
Un fotón puede ser considerado una part ícula pues re úne las tres características necesarias:
1. Posee energ ía (hv).
2. Posee cantidad de movimiento ( hv/c).
3. Posee estructura (campo, longitud de coherencia).
___________________________________
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navigation Trabajo y Energía
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Comenzaremos el estudio sobre energ ía tratando el caso de una part ícula (puntual) de masa propia m0, en estado libre en un
sistema inercial. Cuando aplicamos una fuerza externa ello provocar á un cambio de su cantidad de movimiento que podemos
Teoría de
calcular con el Teorema del Impulso, como vimos en el apartado anterior.
Relatividad
Especial Ahora vamos a profundizar el estudio de las modificaciones dinámicas que sufre la partícula sobre la que actúa una fuerza
externa, a trav és del Trabajo (W) que realiza la fuerza aplicada. El trabajo elemental de una fuerza se define como:
Introducción
Sistemas
Inerciales Usando la definición de fuerza obtenemos:
Relatividad de
Galileo
Postulados de la
Teoría de
Relatividad
Transformaciones
de Lorentz
Contracci ón
espacial y
Dilatación
temporal
Dinámica Reemplazando en la ecuación del trabajo elemental dW, queda una expresión muy sencilla:
relativista
Trabajo y Energ ía
Resulta evidente que el trabajo elemental realizado se tradujo en una variación de su masa relativista. Dado que la misma sólo
Principio de depende de la velocidad, es inmediato ver que la variación de la masa se debe a la variaci ón de la velocidad de la part ícula.
Equivalencia
El Trabajo de la Fuerza a lo largo de un camino quedar á expresado por:
Complementos de
Energía
Masa Propia y
Potencia
Siendo m 1 y m 2 la masa de la partícula en el punto inicial y final, respectivamente. Reemplazando la masa relativista queda:
Problemas
Temas Especiales
Haciendo cálculos y quedándonos con la aproximación de primer orden, tenemos:
Reemplazando en la ecuación original y operando, se obtiene el resultado esperado.
En consecuencia, para una partícula sobre la cual aplicamos una fuerza a lo largo de un camino, el Trabajo de la fuerza es igual
a la variación de su energía cinética, y ella está implícitamente incorporada en la variación de la masa relativista.
Reemplazando en la ecuación original y operando, se obtiene el resultado esperado.
En consecuencia, para una partícula sobre la cual aplicamos una fuerza a lo largo de un camino, el Trabajo de la fuerza es igual
a la variación de su energía cinética, y ella está implícitamente incorporada en la variación de la masa relativista.
Nótese que la trayectoria, la masa y la posición son relativas al sistema de referencia. En consecuencia, el trabajo de una fuerza
será también una magnitud relativa al sistema de referencia.
Ahora veamos cómo se calcula la energía cinética que posee una part ícula. Si en la posición inicial la partícula está en reposo,
entonces el trabajo ( W) de la fuerza será igual a la energ ía cinética final. Es decir:
Fuerza relativista
En el apartado anterior (el de din ámica) definimos la fuerza por la relaci ón F=dp/dt.
Desarrollando esta expresi ón tenemos:
Despejando se llega a la importante relaci ón
Esta expresi ón tiene varias consecuencias destacables, ya vistas:
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navigation Principio de Equivalencia entre Masa y Energía
En el apartado Temas Especiales se tratará la aplicación de este concepto en el art ículo “Curvatura de la luz en Relatividad
Especial ”.
4. Los Principios de conservación de la masa y de la energía, que se formularon de manera independiente para sistemas
aislados, ahora se relacionan en un único Principio pues masa y energ ía est án relacionadas por el Principio de Equivalencia
entre masa y energ ía.
En consecuencia, podemos dar una definici ón precisa para la cantidad de movimiento, válida para part ículas masivas y no
masivas: p = E/c 2 v , siendo E la energía total
En el apartado Temas Especiales se tratará la aplicación de este concepto en el art ículo “Curvatura de la luz en Relatividad
Especial ”.
4. Los Principios de conservación de la masa y de la energía, que se formularon de manera independiente para sistemas
aislados, ahora se relacionan en un único Principio pues masa y energ ía est án relacionadas por el Principio de Equivalencia
entre masa y energ ía.
En consecuencia, el Principio de Equivalencia podría (y debería) ser formulado de la siguiente manera:
El contenido total de energía de un ente físico cualquiera es igual a su masa relativista multiplicada por el cuadrado de la
velocidad de la luz
Nota:
Muchos autores, especialmente los dedicados a la f ísica de partículas, proponen su validez solamente para cuerpos en reposo,
con argumentos poco convincentes que resultan ser los mismos por los cuales tampoco aceptan la masa relativista. Lo más
inexplicable es que luego usan los conceptos que rechazan.
En su trabajo original de tres carillas, Einstein analiza la emisión de radiación y la variación de la masa en la forma usual del
formalismo de la teoría, es decir desde el punto de vista de dos observadores inerciales, uno en reposo respecto del cuerpo y el
otro en movimiento con velocidad constante.
Proponer que esa demostraci ón es s ólo válida para cuerpos en reposo es falso, sin criterio y ridículo.
Creación y Aniquilación de pares
Este singular fenómeno no se conoc ía en el inicio de la Teoría de Relatividad y su descubrimiento se debi ó justamente a dicha
teoría. En 1928 el ingeniero electricista (luego matemático y posteriormente doctor en f ísica) Paul Dirac (19021984) predijo la
existencia de antimateria al relacionar la mecánica cuántica con la relatividad.
El positrón (e+), que es la antipartícula del electrón (e ) y posee sus mismas propiedades salvo la carga, que es positiva, fue
observado por primera vez por Anderson en 1932.
La creación de pares es el proceso por el cual una partícula (masiva o no), de energía suficiente y bajo ciertas condiciones, crea
dos o más partículas diferentes.
Este fen ómeno es t ípico en los aceleradores de partículas, en las reacciones nucleares y en la radiación cósmica.
Nos interesa tratar el caso de creación de pares obtenidos de fotones de alta energía.
La cantidad de movimiento de un fot ón es distinta de cero cualquiera sea el sistema de referencia que se elija, mientras que para
dos part ículas masivas, en el particular sistema de su centro de masa, resulta nula.
En consecuencia, teniendo en cuenta que en ausencia de fuerzas exteriores la conservación de la cantidad de movimiento debe
ser válida en todos los sistemas inerciales, la creación de pares a partir de un fot ón aislado no es viable. Debe recordarse que en
este marco te órico la velocidad relativa entre sistemas inerciales (V) siempre es menor que c.
Para fotones, la ocurrencia del fenómeno indefectiblemente requiere que el fot ón interactúe con algún otro ente físico real, dado
que esta condici ón es consistente con el Principio de conservaci ón de la cantidad de movimiento.
A modo de ejemplo vamos a describir la fenomenología de un caso caracter ístico, en el sistema de referencia en el que el agente
perturbador est é en reposo luego de la interacci ón:
Por conservación del momento angular el fotón gamma inicial, el electrón y el positrón, tienen sus velocidades en un mismo plano.
Suponiendo que el plano es el ( x,y) y que la dirección inicial del fotón es coincidente con el eje x, tenemos:
Este fen ómeno, que es tratado en la Teoría Cuántica de Campos (QFT), ha tenido diferentes interpretaciones (Fock, Feynman,
Stueckelberg), particularmente en el tratamiento cu ántico. En todas ellas se cumplen las relaciones relativistas antes y despu és
del proceso, pero no necesariamente durante el mismo, lo cual puede ser considerado una limitaci ón del modelo te órico utilizado
(QFT).
En las relaciones anteriores no se ha tenido en cuenta la energ ía de enlace entre electrón y positrón que se atraen, pues se
considera que es despreciable frente a la energ ía del fotón madre aunque, como veremos, esto es seriamente discutible.
Analicemos algunas dificultades del modelo teórico desde el punto de vista relativista. Por el Principio de conservación de la
carga, que postula la conservaci ón de la carga total del universo, las dos part ículas deben crearse simultáneamente y ello sólo
es posible si los eventos ocurren en el mismo punto (ver el capítulo de simultaneidad). Si la aniquilación del fotón y la creación del
par ocurren en un mismo punto, la energía necesaria para separarlas se hace infinita por la atracci ón eléctrica entre electrón y
positrón, y no se cumple la conservación de la energía.
En el tratamiento cuántico Feynman utilizó el Principio de Incerteza (no se conserva la energ ía durante el tiempo del proceso de
creación ni está definida la posición de cada part ícula), y la postulación de fotones "virtuales" con velocidades mayores que c para
no violar el principio de causalidad, con lo cual el modelo se ajust ó muy bien a los resultados experimentales.
No obstante y dadas las transgresiones relativistas, considero que no sabemos mucho sobre el proceso real.
Se ha confirmado experimentalmente que una vez creado un positr ón su condición más probable es que se vincule con un
electrón formando un sistema metaestable excitado, llamado “positronio ”, con niveles de energ ía, y cuya vida media es del orden
de 10 7 seg. Aparentemente no tiene un nivel fundamental estable.
Durante este lapso el positronio (en reposo) decae emitiendo fotones poco energ éticos (como cualquier átomo excitado), y
finalmente se aniquila en dos fotones gamma idénticos de 0.511 Mev de energ ía, emitidos en oposición (180 0 ), requisito
necesario para la conservaci ón de la cantidad de movimiento.
No obstante y dadas las transgresiones relativistas, considero que no sabemos mucho sobre el proceso real.
Se ha confirmado experimentalmente que una vez creado un positr ón su condición más probable es que se vincule con un
electrón formando un sistema metaestable excitado, llamado “positronio ”, con niveles de energ ía, y cuya vida media es del orden
de 10 7 seg. Aparentemente no tiene un nivel fundamental estable.
Durante este lapso el positronio (en reposo) decae emitiendo fotones poco energ éticos (como cualquier átomo excitado), y
finalmente se aniquila en dos fotones gamma idénticos de 0.511 Mev de energ ía, emitidos en oposición (180 0 ), requisito
necesario para la conservaci ón de la cantidad de movimiento.
Nótese que a pesar de que la energ ía del fotón inicial es mayor que la necesaria para crear el par electrónpositrón, luego de su
aniquilación obtenemos dos fotones gamma id énticos y de energía exactamente igual a la energ ía en reposo de cada part ícula. El
exceso de energ ía del fotón inicial se consumió luego de la creaci ón del positronio en estado excitado, por decaimiento del mismo
con emisión de fotones de baja energ ía.
Sin embargo, hay un caso muy importante en el que el par electrónpositrón no forma el positronio. Si las partículas chocan con
velocidades diferentes, ambas cercanas a las de la luz, como puede suceder en experimentos en aceleradores (CERN), éstas se
aniquilarán “al vuelo” sin formar un estado metaestable previo. En ese caso, los dos fotones gamma resultantes de la
aniquilación serán idénticos, podrán formar ángulos distintos de 180 º en sus trayectorias de salida y serán más energ éticos (E f >
0.511 Mev). Este hecho experimental muestra la conversión total de la masa relativista en radiación.
En este caso para cada fot ón gamma emitido se cumple:
Relación entre Energía y Cantidad de movimiento
La equivalencia entre masa y energ ía puede ser expresada en relaci ón a la cantidad de movimiento.
Si ahora le aplicamos una fuerza durante un tiempo, asumimos que le entregamos energía mediante un trabajo mecánico que,
por definición (dW = F.ds), solo produce un desplazamiento modificando su velocidad (Teorema de las fuerzas vivas).
Es evidente que este proceso solamente es v álido si la masa propia permanece invariante.
En consecuencia, para dos observadores inerciales tendremos:
Este invariante es similar al del “Intervalo” tratado en el apartado de Transformaciones de Lorentz.
Nota:
Su demostración en el espacio de Minkowski es elegante y simple, basada en que la cantidad de movimiento se transforma como
las coordenadas (x, y, z) y la energía como el tiempo.
La masa en reposo
En el ítem anterior hemos tratado el caso de la invariancia de la masa en reposo para una partícula libre. Veremos que esto no es
general y que la masa en reposo puede ser modificada bajo ciertas condiciones. Previamente hagamos algunas aclaraciones para
evitar que los amantes de la bella formulaci ón geométrica de la Relatividad se suiciden en masa. Los invariantes obtenidos en
ese modelo son rigurosos matem áticamente, tal como sucede con la masa propia ( m0), y ello es consecuencia de c ómo se
transforman las "variables" relacionadas (E,p). La masa propia resulta entonces un invariante simplemente porque hemos
establecido que, para una part ícula puntual, la única modificación posible cuando le entregamos energ ía es que cambie su
cantidad de movimiento.
En consecuencia, aunque poco probable, si encontráramos algún mecanismo de transferencia de energ ía que no modificara su
velocidad, sería inevitable que cambie la masa propia de una partícula puntual.
En primer lugar digamos que existen otros procesos (no aplicables a partículas puntuales), adem ás del trabajo mecánico ya visto,
capaces de transferir energ ía (calentamiento, deformaci ón, fricción, absorción, etc). Por ejemplo, si el cuerpo material es un
sistema macroscópico en reposo, podemos entregarle o quitarle energía (Q) por intercambio de calor.
Dado que este mecanismo puede ser hecho sin necesidad de modificar su velocidad, debemos concluir que tiene que modificarse
su masa en reposo, que en el caso en que se le entregue energía ser á:
Para un sistema macroscópico, la masa en reposo del mismo es función de la temperatura.
En general, si a un sistema físico, sea puntual o extenso, podemos entregarle o quitarle energ ía sin modificar su velocidad, el
sistema cambiará su energ ía total, su masa relativista y su masa propia, de acuerdo con el Principio de Equivalencia entre masa y
energ ía.
Si el sistema pierde energía bastar á con cambiar el signo en la relaci ón anterior y la masa propia final ser á menor.
Para un sistema macroscópico, la masa en reposo del mismo es función de la temperatura.
En general, si a un sistema físico, sea puntual o extenso, podemos entregarle o quitarle energ ía sin modificar su velocidad, el
sistema cambiará su energ ía total, su masa relativista y su masa propia, de acuerdo con el Principio de Equivalencia entre masa y
energ ía.
Analicemos el caso más simple posible, que consiste en un sistema formado por dos part ículas que se atraen, y supongamos que
inicialmente están juntas y en reposo. Para separarlas debemos realizar un trabajo mínimo (W), cuyo valor representa la energía
que se debe entregar al sistema para desvincular las part ículas y que ellas queden en reposo. Si se le entrega más energ ía que
la necesaria (W), las partículas libres (no vinculadas) tendrán energ ía cinética.
En consecuencia, el sistema con las part ículas “pegadas ” posee menos energ ía que el mismo sistema de dos part ículas cuando
ellas no est án vinculadas. En general, si el sistema y las part ículas (idénticas) están en reposo, en su condici ón de mínima
energ ía (pegadas), su energ ía ser á:
Siendo m0 la masa propia de cada partícula y W el trabajo necesario para desvincularlas (separarlas).
Es evidente que la masa del sistema es menor que la suma de las masas de sus componentes ( ).
Cuando el sistema no est á vinculado (partículas libres en reposo), su masa ser á 2m 0.
Ahora veamos el caso del átomo de Hidrógeno, formado por un electr ón y un protón.
La energ ía de ionización es 13.5984 eV, que representa la energ ía mínima que debo suministrarle al átomo para desvincular su
electrón. Esta energ ía es muy peque ña para que pueda detectarse la diferencia de masa entre el átomo en estado fundamental
y la suma de las masas de sus dos componentes.
De acuerdo a lo visto, la masa del átomo de Hidrógeno en estado fundamental debe ser menor que la suma de las masas del
protón y el electrón. Hagamos las cuentas:
Masa del prot ón: 1.6726 × 10 27 kg
Masa del electrón: 9.11 x 10 31 kg
Masa del electrón + Masa del protón: 1.673511 × 10 27 kg
Masa del H (estado fundamental): m p +me – 13.5984 eV/c = 1.673510976 × 10 27 kg
2
Diferencia de masa: 2.4 x 10 35 kg
Nótese que la diferencia de masa es 100 millones de veces menor que la masa del sistema.
Considerando que todos los átomos de la Tabla periódica tienen energ ías de v ínculo de electrones del mismo orden que la del
Hidrógeno, la diferencia de masa por el enlace con sus electrones no ser á significativa.
Sin embargo, en el átomo hay energías de v ínculo muchísimo más grandes, que son las que ligan a las partículas del núcleo
atómico (nucleones), relacionadas con las fuerzas nucleares, que trataremos a continuaci ón.
Defecto de masa
Se denomina defecto de masa a la diferencia de masa de un núcleo atómico, medida experimentalmente (masa del sistema), y la
que corresponde a su n úmero atómico (suma de las masas de sus componentes). Esto es exactamente lo que acabamos de
analizar en el ítem anterior pero, en este caso, con fuerzas de ligadura muchísimo más grandes.
Masa prot ón: 1.0073 u
Masa neutr ón: 1.0087 u
Masa Deuterio: 2.0136 u
Defecto de masa: (m p +mn ) mD = 0.0024 u
En este caso la diferencia de masa es 1000 veces menor que la masa del sistema.
Si se compara con el caso anterior (átomo de Hidrógeno) se puede obtener una idea cualitativa de la magnitud de las fuerzas
nucleares respecto de las electromagn éticas.
No obstante, el Deuterio es un n úcleo poco ligado si se lo compara con otros.
Las mediciones de defecto de masa de los distintos átomos tienen mucha importancia dentro de la Física Nuclear y en el estudio
de las reacciones nucleares, como as í también en la Astrofísica, en los modelos sobre la evoluci ón de las estrellas.
Relatividad de la energía
Es evidente que la energ ía de un sistema f ísico es una magnitud relativa al sistema de referencia. Tomemos, por ejemplo, la
energ ía total de una partícula libre, de masa propia m0 y velocidad constante v, cuya expresión est á dada por
Nota: En este marco te órico toda magnitud propia de un cuerpo en movimiento uniforme es invariante. De lo contrario los
sistemas inerciales ser ían distinguibles, invalidando el Principio de Relatividad.
No debe interpretarse que la masa propia no pueda variar ante determinados procesos, sino que en movimiento uniforme
(energ ía constante) la masa propia es la misma para todos los observadores inerciales.
Hallemos la ley de transformación de la energ ía para dos sistemas inerciales, usando el teorema de adición de velocidades.
Operando el radicando del denominador en el segundo miembro se obtiene la siguiente igualdad
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navigation Complementos de Energía Los Campos Vectoriales
Trabajo y Energ ía
Principio de
Equivalencia
En general no se conoce el campo A pero sí su divergencia (fuentes y sumideros).
Complementos de
Procediendo de manera inversa podría suponerse que si conocemos las fuentes y sumideros de un campo podríamos determinar
Energía
unívocamente la forma funcional del mismo mediante la solución de la ecuación diferencial de la divergencia. Ello no es correcto
Masa Propia y pues quedar ía determinado a menos de otra funci ón vectorial cualquiera de divergencia nula.
Potencia
Podemos se ñalar algunos aspectos interesantes relacionados con la divergencia.
Problemas
Todo campo de divergencia nula en todo el espacio tiene l íneas de corriente (también llamadas líneas de fuerza) cerradas. Tal
Temas Especiales es el caso del campo magn ético B(x,y,z,t).
Campo magnético de una corriente filiforme.
Todo campo uniforme (constante) en todo el espacio tiene divergencia nula.
Es fácil mostrar que el único campo radial con simetría esférica que tiene divergencia nula en todo el espacio (excepto en el
origen), varía como 1/r 2 .
Este comportamiento corresponde tanto al campo eléctrico de una carga puntual en el origen como al campo gravitatorio de una
masa puntual en el origen, que para cuerpos en reposo en interacciones campo partícula conducen a la ley de Coulomb y a la ley
de Newton de gravitaci ón universal, respectivamente.
En el origen el campo no est á definido (singularidad).
Este comportamiento corresponde tanto al campo eléctrico de una carga puntual en el origen como al campo gravitatorio de una
masa puntual en el origen, que para cuerpos en reposo en interacciones campo partícula conducen a la ley de Coulomb y a la ley
de Newton de gravitaci ón universal, respectivamente.
En el origen el campo no est á definido (singularidad).
Para el caso el éctrico las cargas positivas son las fuentes donde “nace ” el campo y las negativas los sumideros donde “muere”,
mientras que en el gravitatorio las masas son siempre sumideros (la constante es negativa).
Rotor
El rotor de un campo vectorial da otra función vectorial (pseudovector). Por definición es:
Las líneas de corriente del rotor de un campo vectorial son siempre cerradas, lo que significa que su divergencia es nula. Se deja
al lector mostrar que la divergencia del rotor de un campo vectorial es siempre nula (sugerencia: use el Teorema de Schwartz de
la igualdad de las derivadas cruzadas).
Alguna bibliografía suele destacar como importante utilidad del rotor la relaci ón que dicho cálculo tiene con la descripción de
“torbellinos ”, en particular cuando se trata de un campo de velocidades de un fluido.
Sin negar que tal relaci ón exista (de ella salió la denominación de rotor) es mi opinión que esta interpretaci ón no es relevante y
esconde la importancia conceptual que tiene esta operación.
Cuando el rotor se aplica a un campo f ísico asociado a interacciones, el aspecto m ás fundamental del mismo es que su cálculo
permite reconocer si dicho campo admite o no una funci ón escalar potencial, tal que su gradiente determina al campo.
En efecto, si en todo punto del espacio se cumple:
Cuando el rotor es nulo diremos que el campo es conservativo, caso que trataremos en detalle más adelante en este cap ítulo.
En general no conocemos ni A(x,y,z,t) ni R(x,y,z,t), pero en algunos casos es posible saber por consideraciones f ísicas si es
conservativo (o no).
Esto implica disponer de tres ecuaciones diferenciales a derivadas parciales de primer orden, una para cada componente del
rotor, cuya solución no es suficiente para determinar un ívocamente el campo vectorial A(x,y,z,t), pues queda determinado a
menos de otro campo vectorial de rotor nulo.
Vemos entonces que conocer s ólo la divergencia o el rotor de un campo vectorial no es suficiente para hallar dicho campo
vectorial. En cambio, puede mostrarse que si conocemos ambos el campo A queda determinado (unicidad de la soluci ón).
Para hallar la ecuación que relaciona al campo vectorial con su divergencia y su rotor usaremos una identidad vectorial.
La última relación representa tres ecuaciones diferenciales a derivadas parciales, de segundo orden, cuya solución formal
determina el campo A unívocamente.
Nótese que en el caso en que el campo sea conservativo su rotor es nulo resultando la ecuación de Poisson vectorial (tres
ecuaciones). Como veremos, el planteo se simplifica pues existe una funci ón potencial escalar, quedando finalmente una única
ecuación de Poisson.
Nota
En física tienen notable importancia aquellos campos que est án relacionados con las interacciones entre sistemas y, en
consecuencia, tienen relaci ón funcional con los intercambios de energ ía. Por ello deben ser compatibles con la Teor ía de
Relatividad Especial y con el Principio de Causalidad, por lo cual ante procesos no estacionarios los campos deben cumplir
también con la ecuación de ondas (velocidad finita de propagación).
Campos conservativos
I Mecánica clásica
Teorema de conservación de la energía mecánica
Se dice que un campo vectorial F es conservativo si se cumple que la circulación de dicho campo a lo largo de cualquier curva
cerrada es cero.
Si el campo F es un campo de fuerzas, la expresi ón anterior equivale a calcular el trabajo W realizado por la fuerza a lo largo del
camino cerrado C, resultando nulo cualquiera sea el camino elegido. Como veremos, si el trabajo W es nulo para toda curva
cerrada entonces se puede definir la Energ ía Potencial de una part ícula en presencia de dicho campo de fuerzas, y definir la
magnitud “Energ ía Mecánica”, que resulta constante para dicho sistema, siendo esto último el origen de la denominaci ón
“conservativo ”.
Para que esa integral curvil ínea (“circulación de F”) sea nula para cualquier camino C, su integrando debe ser un diferencial
exacto (Pfaffiano).
“conservativo ”.
Para que esa integral curvil ínea (“circulación de F”) sea nula para cualquier camino C, su integrando debe ser un diferencial
exacto (Pfaffiano).
Desarrollando el producto escalar y el diferencial total, obtenemos:
Discutiremos algunos aspectos que no suelen tratarse en la bibliograf ía técnica.
1. El primero es respecto de la información que poseen un campo vectorial y uno escalar.
Un campo vectorial nos da tres (3) datos en cada punto (m ódulo, dirección y sentido), mientras que un campo escalar sólo
da un (1) número. ¿Cómo es posible que el campo escalar tenga toda la informaci ón del campo vectorial?
Si se observa la igualdad resulta claro que la informaci ón del campo vectorial est á incorporada en la forma de la función
escalar y no en su valor en un punto, y que esa información se obtiene a través de las derivadas con la operaci ón gradiente.
2. El segundo aspecto se refiere a la existencia y al Teorema de unicidad de la función potencial. Si un campo vectorial es
conservativo siempre existe una funci ón potencial y es única a menos de una constante arbitraria (que al derivar se anula).
En consecuencia, el valor numérico de la función potencial en un punto del espacio no tiene significado físico, pero sí la
diferencia de valores de la funci ón potencial entre dos puntos del espacio.
Si el campo no es conservativo no existe función potencial.
Si ahora calculamos el trabajo W sobre una part ícula entre dos puntos cualesquiera (curva C abierta), obtenemos:
Recordando que el trabajo W es igual a la variación de la Energ ía Cinética, quedará:
Dado que los puntos 1 y 2 son dos puntos cualesquiera del espacio, llegamos a la conclusión que para una part ícula en presencia
de un campo conservativo, la suma de su energ ía cinética y su energía potencial es un valor constante.
Se define como Energía Mecánica de una part ícula a la suma de su Energ ía Cinética y su Energía Potencial.
El desarrollo que acabamos de ver es el Teorema de conservación de la Energ ía, cuyo enunciado dice:
En todo sistema inercial aislado, si las fuerzas son conservativas, la Energía Mecánica es una constante.
Notas importantes:
1. El valor numérico de la Energ ía Mecánica carece de significado físico. Se deja al lector que analice esta aseveración.
Solamente le indico que la utilidad del Teorema de Conservación de la Energ ía Mecánica reside en que sea aplicado en dos
puntos separados.
2. Asimismo, muestre que la Energía Potencial no puede depender del tiempo.
No obstante, es com ún encontrar en la bibliografía expresiones sobre la funci ón potencial dependiente del tiempo para
sistemas no conservativos (reales). Ello es correcto y no se refiere al tema visto en este cap ítulo. Será tratado en el
apartado que se agregar á sobre Ecuaciones de Maxwell.
4. Para saber si un campo vectorial es conservativo basta con calcular su rotor.
Veamos cómo se vincula el rotor de un campo con que sea conservativo.
Con el Teorema de Stokes, que relaciona la circulaci ón de un campo vectorial con el flujo del rotor de dicho campo a través
de cualquier superficie que tenga por borde a la curva C, se puede demostrar que la circulaci ón de un campo vectorial (en
una curva cerrada) es nula si el campo tiene rotor nulo en todo el espacio. Matemáticamente es:
Si el rotor es nulo en todo el espacio, el campo es conservativo.
II Mecánica relativista
Se puede demostrar que las propiedades de un campo vectorial quedan totalmente determinadas si se conocen su divergencia y
su rotor. La divergencia es una operación que relaciona al campo con las “fuentes y sumideros ” del mismo. Hemos visto que el
rotor nos dice si el campo es conservativo o no.
Ahora mostraremos que la condición de un campo de ser conservativo no es una ley relativista, es decir que es una caracter ística
solamente v álida en un dado sistema de referencia (lo mismo sucede en el caso no relativista).
II Mecánica relativista
Se puede demostrar que las propiedades de un campo vectorial quedan totalmente determinadas si se conocen su divergencia y
su rotor. La divergencia es una operación que relaciona al campo con las “fuentes y sumideros ” del mismo. Hemos visto que el
rotor nos dice si el campo es conservativo o no.
Ahora mostraremos que la condición de un campo de ser conservativo no es una ley relativista, es decir que es una caracter ística
solamente v álida en un dado sistema de referencia (lo mismo sucede en el caso no relativista).
Para ello analicemos el siguiente ejemplo:
Sea un sistema formado por una carga puntual en reposo en el origen de coordenadas de un sistema inercial.
El campo eléctrico correspondiente es conservativo, con rotor nulo en todo el espacio, excepto en el origen donde no est á
definido. Su función potencial es fácilmente calculable y no depende del tiempo.
Otro observador inercial O ’ en movimiento relativo verá una carga puntal moviéndose con velocidad constante. En cada punto del
sistema primado tendremos un campo el éctrico y un campo magnético, ambos dependientes del tiempo, que cumplen con las
ecuaciones de Maxwell. Matem áticamente describiremos esta situaci ón en ambos sistemas de referencia:
Es evidente que en el sistema primado el campo no es conservativo pues su rotor no se anula.
Teorema de conservación de la energía (caso relativista)
Hemos mostrado en forma general que si un campo de fuerzas tiene rotor nulo, entonces es conservativo y existe la funci ón
energ ía potencial. En este caso se cumple:
Integrando esta expresi ón para dos puntos del espacio, quedar á:
La última igualdad es la expresi ón matemática del Teorema de conservación de la energía, cuyo enunciado es:
En todo sistema inercial aislado, si las fuerzas son conservativas, la suma de la energía total (mc 2) y la energía potencial
es una constante.
En todo sistema inercial aislado, si las fuerzas son conservativas, la suma de la energía cinética y la energía potencial es
una constante.
Un electrón inicialmente en reposo es acelerado por un campo electrost ático, sin irradiar. Se pide la variación de la masa del
electrón luego de ser acelerado por una diferencia de potencial. Las caracter ísticas del problema son:
El campo electrost ático es conservativo.
El campo eléctrico E está dado por
La fuerza es . Como q < 0 (electrón) el movimiento será hacia donde crece el potencial.
Aplicando el Teorema de conservación de la energ ía obtenemos:
Asumiendo que en el punto 1 estaba en reposo y despejando, se obtiene:
Su velocidad puede hallarse de la expresi ón de masa relativista
Su velocidad puede hallarse de la expresi ón de masa relativista
Campos no conservativos
Un campo de fuerzas no es conservativo si su rotor es distinto de cero, lo que es equivalente a decir que la energía del sistema
no permanecer á constante si el móvil realiza cualquier trayectoria cerrada. En efecto, si el rotor no es nulo, aplicando el Teorema
de Stokes tenemos:
La experiencia nos muestra que muchas veces son reconocibles los mecanismos que causan que un campo de fuerzas no sea
conservativo. Entre ellos se distinguen los siguientes tres procesos que provocan p érdidas irreversibles de energ ía del sistema:
rozamiento, deformación plástica y/o radiación térmica.
En estos casos es posible asumir que el campo de fuerzas puede ser expresado como la suma de uno conservativo y otro no
conservativo, quedando
___________________________________
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navigation Masa Propia y Potencia
Home La formulación de Minkowski de la Relatividad Especial (1907) trata sobre las propiedades que asignamos al espacio
(homogeneidad e isotrop ía) y al tiempo (uniformidad), de acuerdo con el comportamiento observado de los fen ómenos naturales,
Teoría de
y las relaciones funcionales que esas magnitudes fundamentales cumplen en los sistemas inerciales.
Relatividad
Este modelo matemático, escrito en un espacio de Riemann de 4 dimensiones, denominado Espacio de Minkowski, provee un
Especial
método anal ítico que fue fundamental para toda la F ísica Relativista.
Introducción
En su aplicación a la Mecánica y por razones matem áticas, Minkowski sostuvo que la masa propia deb ía ser un invariante.
Sistemas Aunque no es objetivo de este curso plantear la Relatividad en lenguaje tensorial, resulta conveniente describir algunos
Inerciales aspectos contradictorios de esta formulación inicial que, en mi opinión, condujeron a malas interpretaciones posteriores.
Relatividad de Minkowski, usando cuadrivectores, propuso varias formas distintas (equivalentes) como ley fundamental del movimiento (ley
Galileo tensorial, que representa cuatro ecuaciones escalares):
Postulados de la
Teoría de
Relatividad
Transformaciones
de Lorentz
Simultaneidad
Temas Especiales
Asimismo, Pauli y Möller más tarde mostraron que si la masa propia se considera invariante, la Termodinámica Relativista deja de
ser válida desde sus fundamentos.
Este tema puede verse con más detalle en el tratado de Pauli ( “Special Theory of Relativity”, Cap. 3 – pág. 108) y en el libro de
Möller (“The Theory of Relativity”, Cap. 4 – pág. 106).
Aparentemente ello no fue incorporado convenientemente por parte de otros especialistas pues, salvo raras excepciones, la
bibliografía y trabajos científicos, usualmente referidos a la f ísica de partículas, tratan a la masa propia como si fuera un
invariante en todos los casos, incluso algunos de manera expl ícita a pesar de los innumerables ejemplos que contradicen dicha
postura, y modifican por conveniencia las leyes de acuerdo al problema.
Esta mala práctica tuvo consecuencias académicas lamentables, como rechazar la masa relativista como una propiedad
fundamental de los sistemas físicos, desvirtuando el concepto relativista de inercia, o limitar el Principio de Equivalencia entre
masa y energía sosteniendo ins ólitamente que sólo es válido para cuerpos en reposo (y ciertas formas de energ ía), o redefinir la
cantidad de movimiento para acomodar la teor ía a sus torpezas.
En definitiva, un conjunto de arbitrariedades innecesarias y perjudiciales, sobre todo para la ense ñanza de la Relatividad, que
costar á años revertir.
Veamos cómo debe ser tratado el tema de la masa propia de manera simple.
Se define como masa propia de un sistema físico al valor de su masa medida en reposo en un sistema de referencia inercial.
Mostraremos que la masa propia de sistemas no puntuales no s ólo no es un invariante, sino que necesariamente debe variar
durante las interacciones si aceptamos v álido el Principio de conservación de la energ ía.
Hemos asumido que la masa propia m0 de un sistema físico real puede variar durante una interacci ón (ver Möller “The Theory of
Relativity”, pág. 106).
Al respecto, veamos un caso particular muy ilustrativo.
Con la emisión del fotón el átomo vuelve a su estado fundamental y adquiere movimiento uniforme en sentido contrario al del
fotón emitido, que asumimos propagándose en sentido negativo de las x, cumpliéndose la conservaci ón de la cantidad de
movimiento del sistema. Dado que el problema es unidimensional no indicaremos componentes según los ejes del sistema de
referencia.
Además, por conservación de la energ ía, se cumple que la energía del átomo excitado antes de la emisi ón es igual a la suma de
la energ ía del átomo en estado fundamental y en movimiento uniforme, m ás la energ ía del fotón emitido.
La masa relativista del átomo en estado fundamental tiene movimiento uniforme y cumple con:
Siendo m0 la masa propia del átomo en estado fundamental. Operando obtenemos:
Queda demostrado que la masa propia de un átomo excitado es mayor que cuando está en su estado fundamental, y con
ello que la masa propia no es un invariante.
Por supuesto, es inmediato obtener (ver balance energ ético anterior) que el exceso de masa del átomo excitado es exactamente
la masa relativista del fot ón posteriormente emitido.
Calculemos ahora cuanto aumenta la masa propia de un átomo excitado en las condiciones establecidas, respecto de su masa
propia en estado fundamental.
Nota:
Este tipo de an álisis es aplicado de manera sistem ática en el reconocimiento de productos de reacciones nucleares.
En consecuencia, la potencia instant ánea de un sistema (no puntual) ser á:
El trabajo mecánico elemental, sobre un cuerpo masivo, es dW=F.ds , siendo F la fuerza total aplicada (en su centro de masa),
que debe incluir la reacción de radiación en el caso en que el sistema irradie de manera anisótropa.
Nota:
Este tipo de an álisis es aplicado de manera sistem ática en el reconocimiento de productos de reacciones nucleares.
En consecuencia, la potencia instant ánea de un sistema (no puntual) ser á:
El trabajo mecánico elemental, sobre un cuerpo masivo, es dW=F.ds , siendo F la fuerza total aplicada (en su centro de masa),
que debe incluir la reacción de radiación en el caso en que el sistema irradie de manera anisótropa.
Veamos otros dos ejemplos que tratan con cambios de la masa propia del sistema.
1 – Enfriamiento o calentamiento de un cuerpo en reposo.
Sea dQ/dt la potencia calórica (o frigorífica) instantánea del sistema, es decir la cantidad de calor (en Joules) intercambiada por
unidad de tiempo.
Por el Principio de Equivalencia entre masa y energ ía, la variación de la masa del sistema estar á dada por:
Dado que el sistema permanece en reposo en todo momento, no hay trabajo mec ánico, y su masa es (por definición) la masa
propia del sistema, que resulta función de la temperatura.
La potencia instant ánea del sistema ser á:
Como demostraremos, luego de estos ejemplos, esta Potencia instant ánea es absoluta, es decir que todo observador inercial
medirá el mismo valor de potencia calórica o frigorífica instantánea.
2 – Energía radiante y pérdida de masa del Sol
Para un observador terrestre y para intervalos temporales breves (un segundo en nuestro caso) el sol puede ser considerado en
reposo en un sistema inercial.
Se ha estimado en 3.65 x 10 23 kW la energía radiante total del Sol emitida por unidad de tiempo.
De acuerdo con el Principio de Equivalencia entre masa y energía, cada segundo el sol pierde 4.05 millones de toneladas,
disminuyendo su masa propia. El cálculo simple es:
Nota:
Estos dos ejemplos muestran que en los sistemas físicos reales, si las interacciones no modifican su cantidad de movimiento, la
variación de su masa propia es indispensable para el cumplimiento del Principio de conservaci ón de la energ ía.
(1)
Relatividad de la Potencia
Usaremos las transformaciones relativistas generales de Lorentz para la energía y el tiempo, obtenidas para dos observadores
inerciales (O,O’) con velocidad relativa V (constante).
Siendo p=mv la cantidad de movimiento del sistema físico, medida por O.
La potencia instant ánea cumplirá con:
Siendo p=mv la cantidad de movimiento del sistema físico, medida por O.
La potencia instant ánea cumplirá con:
Siendo a la aceleración del sistema f ísico, medida por O.
La última expresión (2) debe ser analizada en detalle pues permite obtener conclusiones importantes sobre las características de
las interacciones.
1 – Potencia Radiante
Si consideramos el sistema f ísico en un sistema aislado (sin campo gravitatorio), formado sólo por radiación, es inmediato ver que
la potencia radiante (instantánea) en cada punto del espacio es la misma para todo observador inercial (P‘=P), pues la
aceleración (a) de la radiación es siempre nula.
2 – Interacciones con fuerza total aplicada nula
No se modifica la cantidad de movimiento del centro de masa del sistema, tal como ocurre en compresiones o expansiones
isótropas, procesos t érmicos de intercambio de calor con simetría esférica, emisión electromagnética de dipolo radiante en
reposo, etc.
Nota:
Este resultado es consistente con el caso anterior pues, si un cuerpo en reposo irradia, la energía que pierde por unidad de
tiempo debe ser igual a la potencia radiada, por el Principio de conservaci ón de la energ ía.
Ambas potencias instant áneas son absolutas, por lo cual este proceso existe para todo observador y no puede ser eliminado
con la elección de un sistema de referencia particular, siendo esto último una característica de todos los fen ómenos causales.
Por supuesto, la energ ía ganada o perdida por el sistema en un dado lapso es relativa al sistema de referencia debido a que la
evolución temporal es distinta en diferentes sistemas inerciales.
Supongamos que el sistema f ísico está en reposo ( v = 0) para el observador O y sufre un incremento dE sin modificar su estado
de reposo. En ese caso para un observador O ’ que se mueve con velocidad V, el incremento será:
3 – Observador inercial comóvil (instantáneo) con el sistema físico
Primero destaquemos que si un sistema f ísico está acelerado, un observador inercial s ólo estará comóvil con su centro de masa
en un instante único, cuando V = v, es decir que para mantenerse com óvil con el objeto acelerado se requieren infinitos
sistemas inerciales.
La expresi ón (2), que relaciona la potencia instantánea de un mismo proceso medida por dos observadores inerciales distintos,
puede ponerse en funci ón de la Fuerza total aplicada.
Para el observador inercial com óvil instantáneo se cumple V = v, quedando:
Durante una interacción aparecen fuerzas aplicadas no nulas, por lo cual un sistema f ísico no puntual debe sufrir modificaciones
geométricas y dinámicas que alteran su contenido de energía total y también su masa propia.
La explicación de ello es que los procesos causales tienen un inicio y, dado que las fuerzas aplicadas no se transmiten a
velocidad infinita a todos los puntos del sistema, aparecer án tensiones que alteran el sistema modificando su geometría y masa
propia.
Lo importante, desde un punto de vista teórico, no es el valor de la modificación de la masa propia, que puede ser muy peque ña
o incluso despreciable, sino la existencia de ella.
Finalmente digamos que estas conclusiones (1, 2 y 3) invalidan la falsa creencia de que un electr ón con aceleración propia
constante (en movimiento hiperbólico) no irradia y que por ello el observador com óvil no detecta radiaci ón (ver “La Paradoja de
Born”).
En consecuencia, si un sistema irradia ello suceder á para todo observador, sea o no inercial.
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AGRADECIMIENTO
Posted by Anonymous User at 2009 09 28 07:30
SOY MAESTRA DE BACHILLERATO UNIVERSITARIO Y QUIERO AGRADECER POR ESTE CURSO QUE ME PERMITIO DAR UNA
EXPLICACIÓN A MIS ALUMNOS MÁS ACORDE A SU NIVEL DE CONOCIMIENTOS, LA MATERIA QUE IMPARTO ES "TEMAS
SELECTOS DE FÍSICA" EN EL CUAL ABORDAMOS TRES UNIDADES RELATIVIDAD, MECÁNICA CUÁNTICA Y ASTRONOMIA Y
ESTE CURSO ME ESTA AYUDANDO MUCHO.
reply
Muy amable
Posted by Hugo Fern ández at 2009 09 29 22:56
Gracias por su atento comentario.* Hugo Fern ández
reply
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navigation Problemas de Relatividad Especial
Home Si no se indica lo contrario, asuma que todos los sistemas de referencia son inerciales
Teoría de (Nota: Se están incorporando las respuestas y algunas soluciones completas).
Relatividad
1. ¿Cuál ha de ser la velocidad relativa de dos observadores inerciales para que sus medidas de intervalos de tiempo difieran en
Especial
1% ?
Problemas (Respuesta: V=0.99995 c). Solución
3. En el caso de los mesones pi considerados en el ejercicio anterior, indicar qué distancia habrá recorrido el laboratorio en el
sistemas de referencia de los mesones.
(Rta.: 7.02 m)
4. ¿Cuántas veces aumentar á la vida de una partícula inestable (para un observador en reposo), si se mueve a una velocidad
0.99 c ?
(Rta.: T´/ T0= 7.09)
5. Un avión vuela a 3x10 6 c (3240 Km/h). Asumiendo que la Tierra fuera un sistema inercial, indicar:
a. ¿En qué proporción se verá contraída la longitud del avi ón con respecto a la Tierra?
b. ¿Durante un a ño medido en tierra (3.16x10 7 seg), qué intervalo de tiempo marcará el reloj del avión?
(Rta: No se detectarán cambios, ni de longitud ni de tiempo)
6. Demuestre que si un fenómeno es causal no puede existir un sistema de referencia en el cual el orden de los sucesos esté
invertido.
(Solución en la última parte del cap ítulo de Simultaneidad)
7. Dos naves espaciales se aproximan desde posiciones opuestas en un sistema inercial. Si la velocidad de cada una de ellas es
de 0,9 c, calcule la velocidad relativa entre las naves.
(Rta.: Vel rel = 0.994 c) Solución
8. Un haz luminoso se mueve a lo largo del eje y’ del sistema inercial S’ con velocidad c. S’ se est á moviendo con respecto a
S según el eje x con una velocidad V constante. Se pide:
a. Hallar las componentes vx y vy del haz con respecto a S.
(Rta.: v = V v = [c2V2] 1/2 )
x y
b. Demostrar que la velocidad de la luz con respecto a S es c.
(Rta.: c2 = v 2 + v 2)
x y
9. Un cuerpo se mueve a una velocidad v3 = 0.9 c a lo largo del eje x ” de un sistema inercial S”. S” se mueve hacia la derecha a
una velocidad v2 = 0.9 c sobre el eje x’ de un sistema S ’, y S’se mueve hacia la derecha a una velocidad v1 = 0.9 c sobre el eje x
de un sistema S.
Se pide hallar la velocidad del cuerpo con respecto a S.
(Rta.: v = 0.9997 c)
10. Dos naves espaciales de 100 m de longitud propia se mueven en sentido opuesto a velocidad 0.8 c respecto a la Tierra
(suponga el sistema inercial). Se pide:
a. Indicar que longitud tiene cada nave con respecto a la otra.
(Rta.: L' = 21.95 m)
b. En el instante t = 0, medido en Tierra, las proas de las naves se cruzan. Calcular la diferencia de tiempo que marcar á el
reloj de la Tierra cuando se crucen sus popas.
(Rta.: T = 2.5x10 7 seg)
11. Un tren cuya longitud propia es de 1200 m pasa a gran velocidad por una estaci ón cuyo andén mide 900 m, y el jefe de la
estaci ón observa que al pasar el tren ocupa exactamente toda la longitud del andén. Se pide calcular la velocidad del tren.
(Rta.: 0.66 c)
12. Una nave espacial pasa frente a la Tierra (suponga inercial el sistema) a una velocidad v = 0.6 c. En ese instante un
observador en la Tierra y el tripulante de la nave ponen simultáneamente sus relojes en cero. Cuando el tripulante de la nave
lea 60 seg en su reloj mandará una se ñal luminosa hacia la Tierra. Cuando el observador de la Tierra reciba la se ñal, a su vez
mandará hacia la nave una se ñal de confirmación. Se pide:
a. ¿A qué hora seg ún él reloj de la Tierra llega la señal de la nave?
(Rta.: 120 seg)
b. ¿A qué hora seg ún el reloj de la nave recibirá la señal de confirmación?
(Rta.: 240 seg)
13. Sea un tren que camina a una velocidad V con respecto a la Tierra. Sobre los extremos del tren caen rayos que dejan marcas
P’ y Q’ sobre él, y P y Q sobre la Tierra. Un observador O que esté sobre la Tierra a mitad de camino entre P y Q ve caer los rayos
en forma simultánea. Indicar si ocurrirá o no lo propio para un observador O ’ situado en el punto medio del tren (ejemplo
propuesto por Einstein).
Solución
15. Un electrón se mueve a una velocidad v = 1.8 x 10 8 m/seg con respecto a un observador inercial. Indicar:
a. Su masa. (Rta.: m=1.25 m 0=1.14x10 30 Kg)
b. Su energía cinética. (Rta.: 0.128 Mev)
c. Su energía total. (Rta.: 0.638 Mev)
17. Un electrón es acelerado hasta que su energ ía cinética es 1000 MeV. Indicar:
a. La relación m/m o. (Rta.: 1958)
b. La relación v/c. (Rta.: 0.999...)
18. ¿Qué potencial eléctrico constante debe usarse para llevar un protón a la velocidad 0.6 c?. ¿Cuál será su energ ía total?.
¿Cuál será su energ ía cinética?. ¿Cuál será su cantidad de movimiento?.
(Rta.: E =1172.85 MeV; E
TOTAL =234.57 MeV; V=2.34x10 8 Volts; p=3.75x10 19 Kg m/seg)
CINÉTICA
19. Indicar el trabajo necesario para llevar un electrón de la velocidad 0.6 c a la velocidad 0,9 c.
(Rta.: W=0.533 MeV)
20. Cuánta energ ía en MeV es necesaria para llevar la masa de un electrón al doble de su masa en reposo?
(Rta.: Energía necesaria=0.511 MeV)
Indicar:
a. La velocidad del electrón. (Rta.: 0.86 c)
b. Su energía cinética. (Rta.: 0.511 MeV)
21. En un sistema inercial actúa una fuerza constante F sobre un cuerpo inicialmente en reposo, durante un tiempo t. Demostrar
que se cumple p = F t
(Rta.: Usar definición de fuerza e integrar)
(Rta.: Usar Principio de Equivalencia y masa relativista)
24. ¿Cuál es la velocidad de un electrón que ha sido acelerado por una diferencia de potencial de 105 KVolts?
25. ¿Cuál es la energ ía cinética de un electrón cuya cantidad de movimiento es de 2 MeV/c ?
26. Calcular la cantidad de movimiento de un electrón cuya velocidad es 0,8 c.
28. En el sistema S un electrón se mueve hacia la derecha a una velocidad 0.6 c. Un observador se mueve a una velocidad 0.8 c
en la misma dirección y sentido que el electr ón. Indicar la energ ía del electrón que mediría el observador.
29. Un fotón gamma tiene una energía de 6 MeV. Determine su cantidad de movimiento.
30. Un cuerpo tiene una masa m y una velocidad v según un sistema inercial S. Indicar la masa que tendrá seg ún un sistema S’
que se desplaza con velocidad V constante hacia la derecha con respecto a S.
39. Sean tres partículas idénticas de masa mo en reposo, que con respecto a un sistema S tienen velocidades tales como est á
indicado en la figura adjunta.
A. Se pide indicar para un observador situado en S:
a. La energía total del sistema.
b. La cantidad de movimiento del sistema.
c. La energía cinética de cada partícula.
B. Lo mismo para un observador en B.
40. Un fotón gamma de 4 Mev se aniquila creando un par electr ón positrón. Determinar:
a. La energía cinética de cada partícula.
b. El ángulo de salida entre electr ón y positrón.
41. Un observador inercial nota que dos naves espaciales se aproximan entre s í en una misma dirección, y hacia él. La velocidad
de ambas naves con respecto al observador es de 0.8 c y están separadas por 600000 Km para el observador. Se pide
averiguar:
a. En cuanto tiempo, seg ún el observador, chocarán ambas naves.
b. La velocidad de cada nave con respecto al piloto de la otra nave.
c. El tiempo que tiene el piloto de una de las naves para evitar una colisi ón.
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navigation Ecuaciones de Maxwell
ECUACIONES DE
the Electromagnetic Field”).
MAXWELL
Es interesante remarcar que en esa época ya se conoc ían muchas leyes individuales sobre el comportamiento de la electricidad y
el magnetismo, pero no se ten ía una teor ía formal que usando el menor n úmero posible de Postulados explicara los fen ómenos
de naturaleza electromagn ética conocidos.
Maxwell supo seleccionar cuatro fen ómenos b ásicos fundamentales como Principios, con los cuales armó un modelo físico
matemático capaz de explicar la totalidad de las leyes en esa disciplina y predecir fenómenos desconocidos.
El desarrollo del Electromagnetismo permitió comprender el mecanismo de interacción entre cuerpos, invalidando la denominada
“acción a distancia” que implícitamente establec ía la Ley de Coulomb. Nótese que si en la ley de Coulomb una de las dos cargas
modificara su valor, la fuerza sobre la otra carga cambiar ía simultáneamente, lo que implica una acción a velocidad infinita entre
las cargas, mecanismo m ágico que no soporta razonamiento alguno.
La interpretaci ón de las interacciones entre cuerpos por medio de campos asociados que se propagan a velocidad finita, hoy
llamada interacción “campopartícula”, resultó consistente con el Principio de Causalidad y con la posterior Teoría de Relatividad
Especial, por lo cual se la asumi ó de validez general e independiente de la naturaleza particular del fenómeno.
La formulación moderna del electromagnetismo fue elaborada en 1884 por el gran cient ífico autodidacta Olivier Heaviside (1850
1925), para lo cual estructuró el análisis vectorial y replanteó la formulación de Maxwell, llevándola a la forma que trata la
bibliografía actual mediante ecuaciones diferenciales a derivadas parciales.
FUNDAMENTOS DE LAS ECUACIONES DE MAXWELL
Los cuatro fen ómenos b ásicos tomados como Postulados del electromagnetismo son:
1 – Ley de Faraday sobre la fuerza electromotriz inducida
Esta ley fue descubierta por Michael Faraday en 1831, quien se desempe ñaba como encargado del pa ñol del laboratorio
(ordenanza) de la “Royal Institution” de Inglaterra, usando un dise ño propio muy simple, como muestra la figura 1.
Figura 1 – Dispositivo de Faraday
Al mover el imán dentro del cart ón, que tenía enrollado un alambre de cobre, las láminas metálicas del electroscopio se abrían,
indicando la acumulación de cargas el éctricas en ambas hojuelas como consecuencia de una corriente el éctrica por el alambre de
cobre, simultánea con el movimiento.
Ello nos indica que en el conductor de cobre existe un campo el éctrico, condición que s ólo se cumple cuando hay movimiento
Figura 1 – Dispositivo de Faraday
Al mover el imán dentro del cart ón, que tenía enrollado un alambre de cobre, las láminas metálicas del electroscopio se abrían,
indicando la acumulación de cargas el éctricas en ambas hojuelas como consecuencia de una corriente el éctrica por el alambre de
cobre, simultánea con el movimiento.
Ello nos indica que en el conductor de cobre existe un campo el éctrico, condición que s ólo se cumple cuando hay movimiento
relativo entre el imán y el conductor.
De esta manera contundente Faraday descubrió que la electricidad y el magnetismo se relacionaban funcionalmente si los
campos eran variables en el tiempo.
La forma matemática de la ley de Faraday es:
El primer miembro (circulación del campo eléctrico) es la definición de la denominada fuerza electromotriz inducida en el
conductor, siendo C la curva definida por el alambre de cobre.
El segundo miembro es la variación temporal (debida al movimiento del im án) del flujo magnético a través de la superficie que
tiene por borde a la curva C.
Debe destacarse que inicialmente esta importante ley fue mal interpretada, asumiendo que el campo eléctrico era “creado ” por el
campo magnético variable, como si fueran causa y efecto, sin reconocer que el comportamiento de ambos campos ( E y B) está
provocado por el movimiento relativo (causa). Este error, que aún figura en muchos libros sobre el tema, quedará totalmente
explicado cuando analicemos las ecuaciones de Maxwell.
2 – Ley de GaussFaraday sobre inducción eléctrica
Los experimentos de inducci ón eléctrica realizados por Faraday (antes del a ño 1831) mostraron que si una carga Q es encerrada
por un recipiente conductor inicialmente neutro, pero sin establecer contacto directo con el cuerpo cargado (ver figura 2), el
recipiente conductor reordena sus cargas (fen ómeno de inducción) de tal manera que las superficies interior y exterior del
recipiente quedan cargadas con signo opuesto.
La carga total inducida en cada superficie resulta de magnitud exactamente igual a la de la carga encerrada.
Figura 2 – Fenómeno de inducción
El hecho de que la carga inducida en cada superficie sea igual en magnitud a la carga encerrada es algo realmente asombroso,
que nos muestra aspectos fundamentales de la electricidad.
Los variados experimentos de Faraday sobre inducci ón permitieron comprender que los medios conductores poseen una
cantidad inmensa de cargas libres en su interior que pueden reordenarse, y mostraron que la carga neta de un conductor
permanece constante ante fen ómenos inductivos, confirmando la conservación de la carga.
Asimismo, se verificó que para cuerpos en reposo el interior de los conductores es neutro, sin campo el éctrico, aún en presencia
de cuerpos externos cargados. Ello implicaba que en el interior de un medio conductor el campo electrost ático es nulo, por lo cual
la carga inducida sobre su superficie debe anular la acci ón de cualquier carga, externa o encerrada, fen ómeno que se conoce
como “apantallamiento ”.
La expresi ón matemática de esta ley fue dada por Gauss y reformulada por Heaviside con la actual forma vectorial, utilizando el
campo de “inducción” D, que fuera definido y medido por Faraday, cuyo m ódulo en un punto cualquiera del espacio representa la
densidad de carga inducida máxima que podría obtenerse si ubic áramos una plaquita metálica (transversal al campo).
3 – La ley de Ampère
Hasta el a ño 1820 se pensaba que la electricidad y el magnetismo eran fen ómenos no relacionados. En una conferencia que
daba el dinamarqu és Oersted (para conseguir fondos para sus proyectos), justamente mientras intentaba mostrar dicha
independencia, pos ó una brújula sobre un conductor con corriente provocando que la aguja se orientara de manera transversal
al conductor. Así, de casualidad, descubri ó que una corriente eléctrica está rodeada por un campo magn ético (ver figura 3).
Hasta el a ño 1820 se pensaba que la electricidad y el magnetismo eran fen ómenos no relacionados. En una conferencia que
daba el dinamarqu és Oersted (para conseguir fondos para sus proyectos), justamente mientras intentaba mostrar dicha
independencia, pos ó una brújula sobre un conductor con corriente provocando que la aguja se orientara de manera transversal
al conductor. Así, de casualidad, descubri ó que una corriente eléctrica está rodeada por un campo magn ético (ver figura 3).
Figura 3 – Ley de Ampère
Luego, Oersted repiti ó el experimento ante sus alumnos y, aunque no logró dar una explicación satisfactoria, lo publicó.
Fue el gran físico matemático francés A. Ampère (17751836) quien interpret ó y dio la expresión matemática del fenómeno (que
lleva su nombre), además de proponer a las corrientes como única “causa ” del magnetismo, propuesta conocida como la
Hipótesis de Ampère.
Hoy sabemos que las corrientes eléctricas y el campo magnético asociado no son causa y efecto ya que ambos, corriente y
campo, aparecen simultáneamente con el movimiento (causa) de cargas.
Matemáticamente la ley de Ampère se expresa:
El primer miembro es la circulación de H, siendo C cualquier curva cerrada que rodee a la corriente I concatenada. Esta ley es
válida sólo para corrientes constantes.
La ley de Ampère puede ser expresada usando el vector densidad de corriente, cuya relaci ón con la corriente est á dada por:
Siendo S la sección del conductor donde circula la corriente. Dado que el contorno C de la ley de Ampère encierra la corriente y
que fuera del conductor el vector J es nulo, podemos extender el recinto de integración hasta el borde C, quedando:
Nótese que si la corriente es constante, J debe ser estacionario, es decir no depender del tiempo.
4 – No existencia de monopolos magnéticos
La experiencia mostró que no existen polos magn éticos aislados. Si un imán se parte al medio se obtienen dos imanes de menor
intensidad.
Esto muestra una particular propiedad del campo magnético (B), cuyas líneas de fuerza son necesariamente cerradas pues no
tienen ni fuentes ni sumideros.
Figura 4 – Líneas de fuerza de B
LAS ECUACIONES DE MAXWELL
Los tres primeros fen ómenos descritos responden a ecuaciones integrales, es decir que su cumplimiento requiere conocer el
recinto de integración y su cálculo particular.
Las ecuaciones integrales son muy elegantes pero no son v álidas en un punto ya que describen un fenómeno extenso, por lo
cual no siempre es posible encontrar una relación funcional válida punto a punto entre las magnitudes que intervienen en una
ecuación integral.
El primer mérito destacable de Maxwell fue justamente lograr una descripción (leyes) de los fenómenos anteriores mediante
ecuaciones diferenciales, en una época en que a ún no se hab ía desarrollado el an álisis vectorial.
Teorema de Gauss
La superficie encierra el volumen
Teorema de Stokes
La curva es el contorno de la superficie
Estos dos teoremas deben ser tratados como igualdades sin interpretarlos “físicamente” de manera ridícula y forzada como
suelen hacer varios autores, es decir que hacer el c álculo del primer miembro da un resultado exactamente igual al cálculo del
La superficie encierra el volumen
Teorema de Stokes
La curva es el contorno de la superficie
Estos dos teoremas deben ser tratados como igualdades sin interpretarlos “físicamente” de manera ridícula y forzada como
suelen hacer varios autores, es decir que hacer el c álculo del primer miembro da un resultado exactamente igual al cálculo del
segundo miembro, y nada más.
Lo realmente importante de estos teoremas es el cambio de dimensi ón en la igualdad establecida (cambio de recinto de
integración).
Para evitar confusiones se aclara que estamos refiri éndonos al concepto de "dimensión topológica", la cual asigna dimensión 0 al
punto, dimensión 1 a cualquier curva (que puede ser descrita en R 3 ), dimensión 2 a las superficies, etc., concepto que resulta
equivalente al de "grado de libertad".
El teorema de Gauss pasa de un c álculo sobre una superficie (2 dimensiones) a uno en un volumen (3 dimensiones).
En la igualdad de Stokes se pasa de un c álculo sobre una curva (1 dimensión) a uno sobre una superficie ( 2 dimensiones).
1 – Primera ecuación de Maxwell
Partimos de la Ley de Faraday sobre la fuerza electromotriz inducida.
Usando el Teorema de Stokes queda:
Si en el segundo miembro pudiéramos conmutar las operaciones de derivada temporal y la integral, podríamos igualar los
integrandos de la ecuaci ón porque tendr ían el mismo recinto de integraci ón.
Para ello debemos exigir que dicho recinto no dependa del tiempo, lo que físicamente significa que los puntos de la superficie de
integración se mantengan estacionarios.
En ese caso quedar á:
Como los puntos de inter és deben estar en reposo se cumple:
Ahora podemos igualar los integrandos obteniendo la primera ecuación de Maxwell.
Nótese que es una ecuaci ón vectorial lo que implica tres ecuaciones escalares.
Ahora podemos analizar la relación entre los campos en un punto fijo del espacio.
Esta ecuaci ón nos muestra que en un punto cualquiera pueden coexistir E y B, con sus formas funcionales relacionadas por la
ecuación dada.
En rigor, si muevo un imán o una carga tendré ambos campos, magnético y eléctrico, en todos los puntos del espacio. El
fenómeno ocurre en todo el espacio y no necesita que en el punto haya un conductor, otra carga u otro imán que, en el caso de
existir, sólo pondrían en evidencia el fen ómeno pues habr ía interacción campoobjeto.
2 – Segunda ecuación de Maxwell
Partimos de la ley de GaussFaraday sobre inducci ón eléctrica.
Usando el teorema de Gauss queda:
Dado que las integrales tienen el mismo recinto de integración podemos igualar los integrandos y obtenemos la segunda
ecuación de Maxwell.
Esta ley escalar nos indica que las fuentes del campo D son las cargas positivas y los sumideros las cargas negativas. El campo
eléctrico asociado a una carga nace en ella (si es positiva) o muere en ella (si es negativa).
3 – Tercera ecuación de Maxwell. La Hipótesis de Maxwell
Partimos de la ley de Ampère
Usando el teorema de Stokes queda:
Partimos de la ley de Ampère
Usando el teorema de Stokes queda:
Dado que las integrales tienen el mismo recinto de integración podemos igualar los integrandos y obtenemos la llamada “Ley de
Ampère microscópica”.
Como la ley de Ampère vale sólo para corrientes constantes, la anterior ecuaci ón es válida si el vector J es estacionario.
Cabe preguntarse c ómo será la ecuación en el caso general. No tenemos elementos de juicio o experimentos que nos permitan
contestar el requerimiento para corrientes variables en el tiempo.
No obstante, hay un razonamiento que puede ayudarnos a encontrar la respuesta.
Se basa en el Principio de Conservación de la carga, por lo cual se acepta que la carga neta total del Universo permanece
constante. En consecuencia, si en un volumen dado la carga neta cambi ó, ello indica que ha salido o entrado carga desde el
exterior al volumen elegido, implicando corrientes durante el cambio.
Tomemos una superficie cerrada cualquiera y calculemos el flujo de J a través de ella.
Si da positivo (negativo) indica que está saliendo (entrando) carga, si da cero la carga neta en su interior permanece constante.
Fácilmente podemos establecer la siguiente relaci ón:
Siendo la integral del segundo miembro la carga neta en el volumen V.
Aplicando el teorema de Gauss obtenemos
Para poder igualar los integrandos de esta ecuaci ón integral, debemos lograr que conmuten la derivada temporal con el cálculo
integral en el segundo miembro. Para ello bastar á con pedir que los l ímites de integración no dependan del tiempo, condición que
se cumple si los puntos que pertenecen al volumen permanecen en reposo.
Esta última ecuación diferencial escalar se conoce como Ecuación de Continuidad, y tiene validez general.
De acuerdo con la segunda ecuación de Maxwell, la densidad de carga en un punto est á dada por la divergencia de D en dicho
punto, lo que permite la siguiente relación:
4 – Cuarta ecuación de Maxwell
Si aceptamos que las líneas de fuerza del campo magn ético son cerradas, hecho verificado experimentalmente, la expresión
matemática es inmediata pues el campo magn ético B no tiene fuentes ni sumideros. En consecuencia, su divergencia es nula.
RESUMEN
Las cuatro ecuaciones de Maxwell, descritas por Heaviside, son consideradas los Principios de la Teoría Electromagnética, que
corresponden a cuatro fen ómenos b ásicos que no tienen demostración teórica. Es importante recalcar que de estas ecuaciones
se deducen todas las leyes conocidas del electromagnetismo, conformando una teor ía clásica completa.
Ellas son:
Las cuatro ecuaciones de Maxwell, descritas por Heaviside, son consideradas los Principios de la Teoría Electromagnética, que
corresponden a cuatro fen ómenos b ásicos que no tienen demostración teórica. Es importante recalcar que de estas ecuaciones
se deducen todas las leyes conocidas del electromagnetismo, conformando una teor ía clásica completa.
Ellas son:
Estudios posteriores mostraron que si aceptamos el Principio de Conservación de la carga, las ecuaciones escalares 2 y 4 son
demostrables, dejando de ser postulados, por lo cual en este modelo sólo tendríamos dos ecuaciones vectoriales
independientes (1 y 3), es decir seis ecuaciones escalares. No obstante, es usual que la bibliografía especializada contin úe
tratando a las cuatro ecuaciones de Maxwell como Postulados de la teoría.
LOS CAMPOS E, D, B y H
Un tema que no suele tratarse en la bibliograf ía es la necesidad de explicar los fenómenos electromagn éticos usando dos
campos para la electricidad y dos para el magnetismo.
¿Por qu é no tenemos un único campo para la electricidad o el magnetismo?
La respuesta es inmediata si recordamos, por ejemplo, que el campo eléctrico E asociado a una carga en reposo resulta
diferente si el medio es aire o agua. En consecuencia, conocer el campo E en todo el espacio no es suficiente para saber el valor
de dicha carga asociada en reposo (fuente).
Análogamente, si conocemos el campo D en todo el espacio podremos calcular las fuentes pero no podemos determinar la fuerza
que aparecer ía sobre otra carga externa.
Brevemente, ya sea en electricidad o en magnetismo, un campo permite tratar las acciones y el otro est á referido a sus fuentes.
En general, podemos clasificar los campos en intensivos (E y B) y extensivos (D y H).
De manera simplificada podemos indicar:
Fenómenos eléctricos
E para determinar acciones. F = q E (Fuerza eléctrica)
D para calcular las fuentes. (Ley de Gauss Faraday)
Fenómenos magnéticos
B para determinar acciones. F = q v x B (Fuerza magnética)
H para calcular las fuentes. (Para el caso I constante)
La relación entre los campos correspondientes permite caracterizar los medios, cuyo comportamiento queda establecido
midiendo ambos campos relacionados.
Por ejemplo, el vacío queda caracterizado el éctricamente mediante su constante dieléctrica, y magnéticamente a través de su
permeabilidad magnética, cumpliéndose:
Nota:
Debe quedar claro que para determinar estas constantes del vac ío es necesario medir los cuatro campos.
Si pretendemos que las ecuaciones de Maxwell sean generales, es decir v álidas para todos los medios y geometr ías arbitrarias,
su formulación deber á tener explícitamente los cuatro campos electromagn éticos.
SOLUCIÓN FORMAL DE LAS ECUACIONES DE MAXWELL
Diremos que un problema matemático tiene solución formal si reúne las condiciones y requisitos m ínimos, necesarios y
suficientes, para tener una posible solución.
De ninguna manera debe suponerse que si un problema dado tiene soluci ón formal, dicha solución será obtenida, pues ello
depender á de las dificultades metodol ógicas del cálculo necesario.
Encontrar la solución rigurosa de un capacitor plano infinito es un problema simple, pero si le damos un martillazo a una placa
haciéndole una peque ña deformación, con la abolladura se complic ó el cálculo y, muy probablemente, también se acab ó la
solución rigurosa aunque tenga soluci ón formal.
En general, la simetr ía juega un papel muy importante en la resolución de los problemas en electromagnetismo.
Veamos que requisitos mínimos necesitamos para tener posibilidades de soluci ón de un problema arbitrario.
Resumiendo, la solución formal de un problema arbitrario requiere el conocimiento (m ínimo) de los medios que intervienen, con
sus condiciones de contorno, la geometr ía del problema y la densidad volumétrica de carga.
Cumplido esto, la solución concreta depender á de las dificultades de cálculo.
LA HIPÓTESIS DE MAXWELL Y LA EXISTENCIA DE ONDAS
La primera ecuación de Maxwell, que se cumple en todo punto del espacio en reposo, describe un fen ómeno que debemos
analizar en detalle de manera conceptual.
Supongamos que tenemos un im án en movimiento armónico, por lo cual se verifica que hay un campo magnético dependiente del
espacio y del tiempo en todo punto del espacio. Desconocemos de qu é manera el movimiento del imán (y su campo) se transmite
a los puntos fuera del imán, modificando el valor existente del campo en cada punto. Veremos que la Hipótesis de Maxwell
resuelve el misterio.
Desde un punto de vista matem ático, en un punto cualquiera del espacio y en un instante dado, la derivada temporal de B
existirá siempre y cuando exista campo magn ético antes y despu és del instante elegido, pues para que exista derivada temporal
la función debe estar definida en el entorno (temporal). Simultáneamente existir á también en ese punto un campo el éctrico cuyo
rotor es, en módulo, igual a la derivada temporal del campo magnético pero, dado que el rotor requiere derivadas espaciales,
este campo el éctrico variará también en el entorno (espacial) del punto. Aunque es algo burda, la representación de la figura 5
permite entender el proceso, el campo B varía temporalmente en el punto P y el campo E lo hace también en el entorno espacial.
Figura 5
Se concluye que si en un punto del espacio hay un campo magn ético variable en el tiempo, en el entorno del punto habrá
también un campo eléctrico variable. Esto no es suficiente para transmitir la perturbación magnética a un punto contiguo, a
menos que exista otro proceso similar al estudiado pero con los campos conmutados, es decir que un campo eléctrico variable en
el tiempo coexista con uno magn ético variable en el entorno espacial.
Exactamente este nuevo proceso es el que provee la Hipótesis de Maxwell incorporada en la tercera ecuación.
Este mecanismo de vinculación entre campos variables en el tiempo, hist óricamente se lo denominó concatenación de campos, lo
que es una manera tonta de decir propagaci ón ondulatoria.
EL NACIMIENTO DEL CAMPO y LAS ONDAS ELECTROMAGNÉTICAS
Pasemos a la sala de parto para asistir al nacimiento del campo, uno de los acontecimientos más importante en la historia de las
ciencias.
Supongamos estar en el vac ío, es decir sin materia ni cargas ni corrientes, y asumamos válidas y sin restricciones las ecuaciones
de Maxwell que, en estas condiciones, son las siguientes:
Cabe esperar que los campos sean idénticamente nulos en todo el espacio, puesto que, adem ás de ser la solución trivial de las
ecuaciones planteadas, estamos acostumbrados a asociar los campos con sus fuentes, en este caso inexistentes.
Aplicando rotor en ambos miembros de la primera ecuación de Maxwell y usando la igualdad vectorial
, resulta:
Usando la segunda ecuaci ón (divergencia nula) y considerando que la derivada temporal y el rotor son operaciones que
Veamos la demostraci ón matemática.
Aplicando rotor en ambos miembros de la primera ecuación de Maxwell y usando la igualdad vectorial
, resulta:
Usando la segunda ecuaci ón (divergencia nula) y considerando que la derivada temporal y el rotor son operaciones que
conmutan pues operan sobre variables independientes, queda:
Finalmente, reemplazando el rotor (tercera ecuaci ón) obtenemos
Por comparación con la ecuación de D’Alembert, podemos determinar la velocidad de propagación de las ondas
electromagnéticas en el vacío, cálculo simple que da como resultado (maravilloso) la velocidad de la luz:
Análogamente, haciendo el mismo procedimiento completo a partir de la tercera ecuación, llegamos a la siguiente relaci ón:
Estudios más avanzados (Teorema de Poynting) demuestran que una onda posee energ ía y cantidad de movimiento. En
consecuencia, no puede aparecer de la nada pues ello violaría Principios Universales aceptados, tal como el de conservación de
la energ ía.
Asimismo, se demuestra que para que exista una onda electromagnética debemos tener aceleración de su fuente (cargas), lo
que implica que la onda aparece como un efecto de un proceso causal y, una vez creada, es un ente físico independiente tan real
(o más real) que la fuente que la originó.
Cuando tengamos campos estacionarios ellos estarán asociados siempre a sus fuentes.
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navigation La Ley de Hubble en la Relatividad Especial
Home Trabajo original (no publicado). Fecha: 11/11/06 (corregido 20/2/07)
v la velocidad de fuga
r la distancia
H0 la constante de Hubble (70 Km/seg/Mpc)
Este descubrimiento más el hecho de observarse una distribuci ón espacial uniforme de las galaxias provocaron una serie de
consideraciones e interrogantes, entre los cuales, desde el punto de vista de la Relatividad Especial, pueden enumerarse los
siguientes:
1. Nuestro universo observable ser ía finito, tiene simetría esférica y su radio máximo actual podría ser calculado si asumimos
que la velocidad límite de las galaxias es la de la luz.
2. El universo en expansión habría tenido un inicio (Big Bang). La edad m ínima del universo podría ser calculada con la
velocidad máxima de fuga detectada.
3. Si el universo es finito resulta muy poco probable que estemos ubicados en su centro por casualidad.
Los dos primeros puntos son especulaciones compatibles con la Teor ía de Relatividad Especial y no tienen dificultad en su
tratamiento.
El tercer punto resulta más complejo pues requiere un an álisis de la validez de la ley de Hubble (consistencia relativista), con las
transformadas de Lorentz. Debemos verificar si la expansión del universo cumple con el Principio de Relatividad.
Estos y otros aspectos vinculados fueron abordados casi con exclusividad utilizando la Teoría General de Relatividad con
modificaciones, en un intento de elaborar una teor ía cosmológica consistente. Extra ñamente no hay muchos desarrollos o
investigaciones sobre estos temas en el marco de la Relatividad Especial. Esta asimetr ía en el estudio del universo no resulta un
hecho menor pues la concepci ón del espacio y el tiempo en ambas teor ías resulta absolutamente diferente.
En la Teoría General la materia, el espacio y el tiempo están indisolublemente ligados y en este marco teórico la Relatividad
Especial es inaplicable en presencia de masas.
En la Especial el espacio y el tiempo resultan independientes de la materia, y el campo gravitatorio, cuyas ecuaciones
desconocemos, es tratado en la misma categor ía que el electromagn ético o el nuclear.
El presente trabajo es un estudio relativo de la configuraci ón dinámica del universo vista por dos observadores inerciales en
movimiento relativo, y sobre la consistencia de la Ley de Hubble.
DESARROLLO
La configuración dinámica de muchos cuerpos está determinada por la posición y la velocidad de los objetos, medidas en un
instante cualquiera (simultáneamente).
Sean dos observadores inerciales O y O ’ con velocidad relativa V.
El observador O mide la configuraci ón en el instante t=0, obteniendo la relación
v = H 0 r (Ley de Hubble)
Siendo v la velocidad de una galaxia ubicada en r.
Las líneas de corriente del campo de velocidades son rectas que se cortan en el origen de O.
Esta relación vectorial es válida para todos los cuerpos (galaxias), dando lugar a las siguientes ecuaciones escalares:
En consecuencia se cumple:
Las líneas de corriente del campo de velocidades son rectas que se cortan en el origen de O.
Esta relación vectorial es válida para todos los cuerpos (galaxias), dando lugar a las siguientes ecuaciones escalares:
En consecuencia se cumple:
Con las Transformadas de Lorentz para t=0 obtenemos las coordenadas (x’,y’,z’,t’) que no corresponden a la configuraci ón que
observa O ’ debido a que no son las posiciones simult áneas para dicho observador.
La corrección necesaria de la posici ón es simple de calcular si consideramos que las galaxias se alejan con velocidad constante.
Para ello debemos calcular las velocidades que poseen en el sistema primado y con ello calcular el espacio recorrido hasta que
t’=0. Las siguientes relaciones vinculan las componentes de la velocidad de un objeto medidas en los sistemas O ’ y O.
Por simetría las coordenadas transversales (y,z) tendrán el mismo comportamiento respecto de x, por lo cual bastará con
analizar la coordenada "y" corregida.
Las posiciones corregidas son:
El subíndice de las coordenadas espaciales est á indicando el instante en que esa coordenada es medida. Estas relaciones
obtenidas son v álidas para t=t’=0, y deben interpretarse como la posición de un mismo objeto medida por dos observadores
inerciales.
Si ahora relacionamos x e y con la ley de Hubble, obtenemos:
Haciendo un corrimiento de origen en el sistema O’, dado por:
,
obtenemos la misma forma de la Ley de Hubble:
CONCLUSIONES
1. La ley de Hubble es relativista pues conserva la forma. Su expresión más general es v = H 0 (rr0), siendo r0 la distancia O
CONCLUSIONES
1. La ley de Hubble es relativista pues conserva la forma. Su expresión más general es v = H 0 (rr0), siendo r0 la distancia O
Centro de simetría.
El Universo conserva su simetría esférica en todos los sistemas inerciales.
Resulta oportuno resaltar que la descripci ón que figura en la bibliograf ía espec ífica, sobre cómo cambia la configuración del
universo para un observador que modifica su velocidad, atribuida a la aberración de la luz, resulta inadecuada por la
invariancia de la simetría.
2. La constante de Hubble H0 es relativa al sistema de referencia y su relación para dos observadores inerciales est á dada
por
Nótese que la relatividad de la “constante ” de Hubble implica que la velocidad de expansión, el radio máximo y la
antigüedad del universo tambi én son relativos.
3. El centro de simetría se corre en el sentido de la velocidad relativa entre sistemas, con un desplazamiento dado por
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navigation Caída Libre Relativista (Un Tema Fundamental)
Home Trabajo original (no publicado). Fecha: marzo 15, 2007
Corrimiento al
La teor ía Electromagnética resultó ser relativista de nacimiento y no fue necesario modificar sus postulados, las ecuaciones de
Rojo
Maxwell. No obstante, su interpretaci ón desde el punto de vista relativista, permiti ó comprender la electrodin ámica de los cuerpos
en movimiento y significó un avance importante en la teoría de campos.
Masa, Inercia y
Fotones
La similitud funcional entre la ley de Coulomb y la ley de Gravitaci ón de Newton hicieron creer que el campo gravitatorio podría ser
descrito sin dificultad por una teoría clásica de campos, pues se contaba con el formidable modelo de Maxwell.
La Paradoja de Por todo ello resultó realmente desconcertante que la gravitaci ón no pudiera ser descrita con ecuaciones de campo v álidas en
Born ese marco teórico. Hasta el momento, en mi conocimiento, todo intento por obtener una teoría de campos para la gravitaci ón,
ECUACIONES DE
consistente con la Relatividad Especial, condujo a resultados incorrectos.
MAXWELL Nota del autor (junio 12 de 2009): Es oportuno destacar la producci ón científica del grupo de f ísica teórica liderado por el físico
ruso A. Logunov, que en los últimos años publicaron importantes contribuciones sobre gravitaci ón en el espacio de Minkowski. En
este enfoque te órico el campo gravitatorio es considerado un campo f ísico real de igual jerarquía que el nuclear o el
electromagnético y, por supuesto, consistente con la Teor ía Especial. Entre estos trabajos se destaca la Teoría Relativista de
Gravitación (revisión 2002), cuyo análisis, discusión y desarrollo podría significar un avance significativo de la f ísica teórica en los
próximos años y, eventualmente, una superior teoría de gravitación que la Teoría General de A. Einstein pues resultaría
consistente con la Relatividad Especial.
En 1934 Einstein publicó un documento (“El mundo como yo lo veo”) que relata sus intentos anteriores a la Teor ía General de
Relatividad. Uno de sus p árrafos, cuya traducción se transcribe a continuación, muestra claramente que el problema de la caída
de los cuerpos le resultó un obstáculo insalvable.
“El camino más simple era, por supuesto, retener el potencial escalar de Laplace y completar la ecuación de Poisson de una manera
obvia, de tal forma que se satisficiera la teoría especial de relatividad. La ley de movimiento de una masa puntual en un campo
gravitatorio tendría también que adaptarse a la teoría especial de relatividad. El camino aquí no dejaba de ser errático, pues la masa
inercial de un cuerpo podría depender del potencial gravitatorio. De hecho, cabría esperar que así fuera debido al principio de la inercia de
la energía.
Estas investigaciones, sin embargo, llevaron a resultados que me generaron fuertes sospechas. De acuerdo a la mecánica clásica, la
aceleración vertical de un cuerpo en un campo gravitatorio vertical es independiente de la componente horizontal de la velocidad. De aqu í
se sigue que en tal campo gravitatorio la aceleración vertical de un sistema mecánico, o de su centro de gravedad, opera en forma
independiente a su energía cinética interna. Pero en la primera teoría que investigué, la aceleración del cuerpo que cae no era
independiente de la velocidad horizontal ni de la energía interna del sistema.
Lo anterior no se ajusta al viejo hecho experimental según el cual todos los cuerpos tienen la misma aceleración en un campo
gravitatorio.”
En la primera parte de este trabajo se mostrará que el “movimiento hiperbólico” no es una soluci ón válida para el caso
gravitatorio, lo que implica en forma indirecta que la masa gravitatoria necesariamente tiene que variar con la energía del cuerpo.
Un aspecto inicial (histórico) es si se acepta o no que la masa gravitatoria var ía con su energ ía.
En el caso afirmativo es inmediato ver que el movimiento hiperbólico no corresponde al caso de un campo gravitatorio
constante pues la fuerza que provoca sobre el móvil resulta variable.
Si aceptamos que la masa gravitatoria no cambia entramos en conflicto insalvable con el Principio de equivalencia entre masa y
energ ía, y con la especulación de que la propuesta de Galileo sobre la ca ída de los cuerpos es de validez universal.
En la primera parte de este trabajo se mostrará que el “movimiento hiperbólico” no es una soluci ón válida para el caso
gravitatorio, lo que implica en forma indirecta que la masa gravitatoria necesariamente tiene que variar con la energía del cuerpo.
Luego se encontrar á una solución relativista completa, compatible con las condiciones impuestas.
Finalmente se probar á que la solución hallada cumple con el Principio de Equivalencia mediante una importante relaci ón funcional
entre masa y campo gravitatorio.
Caída Libre Relativista
El problema consiste en encontrar la ley de ca ída de los cuerpos materiales en un campo gravitatorio constante (vertical), que
cumpla con las siguientes condiciones:
El movimiento transversal al campo debe cumplir con la conservación de la cantidad de movimiento.
La aceleración de un cuerpo en la direcci ón del campo es independiente de la masa del cuerpo y de su velocidad transversal.
El movimiento de dos cuerpos, como muestra la figura, es tal que deben llegar al piso al mismo tiempo.
Primero mostraremos la inconsistencia del “movimiento hiperbólico”.
En dicho planteo (Born; Sommerfeld) se propone:
Para la componente (z) en la direcci ón del campo, quedar á:
Este resultado muestra que la aceleraci ón en la dirección del campo depende de la velocidad transversal (vx), por lo cual este
caso (F= m 0 g) no es consistente con la condici ón impuesta.
Queda demostrado que el “movimiento hiperbólico” no es válido para un campo gravitatorio constante.
Para la componente ( z) en la dirección del campo, obtenemos:
En este caso ( F= m g) la aceleración en la dirección del campo gravitatorio resulta independiente de la masa y de la
velocidad transversal.
En consecuencia, la hip ótesis de que el campo gravitatorio actúa sobre la masa relativista es consistente con la propuesta de
Galileo sobre caída de los cuerpos.
Debemos resolver la ecuación diferencial y verificar si corresponde al comportamiento esperado.
Se concluye que se cumple la independencia de los movimientos pero con sentido restrictivo: solamente vale para la aceleraci ón
en la dirección del campo gravitatorio. En la direcci ón transversal al campo se debe conservar la cantidad de movimiento
correspondiente pues no hay fuerza aplicada. Dado que el cambio de velocidad durante el movimiento modifica la masa
relativista, la velocidad transversal deberá adecuarse para tal conservaci ón. Esto lo analizaremos luego, en detalle.
Ecuaciones de Movimiento (Caída Libre)
Dado que el movimiento en la dirección del campo es independiente de la velocidad transversal del móvil, estudiaremos primero el
movimiento en esa dirección (vertical), para una part ícula con velocidad inicial vz= 0, cuya ecuación diferencial es la última relación
anteriormente vista.
correspondiente pues no hay fuerza aplicada. Dado que el cambio de velocidad durante el movimiento modifica la masa
relativista, la velocidad transversal deberá adecuarse para tal conservaci ón. Esto lo analizaremos luego, en detalle.
Ecuaciones de Movimiento (Caída Libre)
Dado que el movimiento en la dirección del campo es independiente de la velocidad transversal del móvil, estudiaremos primero el
movimiento en esa dirección (vertical), para una part ícula con velocidad inicial vz= 0, cuya ecuación diferencial es la última relación
anteriormente vista.
El gráfico que sigue permite analizar el comportamiento funcional de vz
Para tiempo infinito se cumple
Para peque ñas velocidades debe ser gt/c ≈ 0, y la expresión anterior tiende a la ley clásica v = gt, siendo consistente con el
Principio de Correspondencia.
La ecuación horaria la obtenemos integrando la ecuaci ón anterior, resultando:
Esta expresi ón tiende a la ley clásica de la caída de los cuerpos.
Haciendo el reemplazo Ch (x) = 1 + 2 Sh 2 (x/2) ≈ 1 + x 2/2 (para peque ños valores de x), y luego aproximando la exponencial con
un desarrollo en serie, obtenemos la relaci ón clásica:
Los resultados son consistentes con el Principio de Correspondencia.
MOVIMIENTO TRANSVERSAL AL CAMPO
Veamos ahora c ómo es la aceleración seg ún el eje x para la caída libre con velocidad inicial horizontal vx = V 0x .
La componente horizontal de la fuerza aplicada es nula, cumpli éndose
Esta última relación muestra que existe aceleraci ón transversal al campo gravitatorio a pesar de que no hay fuerza aplicada en
esa dirección, y su valor depende también de la velocidad en la dirección del campo (Vz). Esta aceleración resulta necesaria para
la conservación de la cantidad de movimiento en la dirección horizontal.
Reemplazando vz en la expresión anterior queda:
El siguiente gráfico muestra la dependencia (temporal) de la velocidad transversal
El siguiente gráfico muestra la dependencia (temporal) de la velocidad transversal
Este comportamiento está de acuerdo con lo esperado. El aumento de la masa con la velocidad v debe compensarse con una
disminución de la velocidad (seg ún x) para la conservación de la cantidad de movimiento en esa direcci ón.
El coseno hiperb ólico (para valores positivos de su argumento) es una funci ón creciente cuyo valor mínimo es 1, por lo cual la
velocidad transversal vx resulta una magnitud monótona decreciente con el tiempo, anulándose para tiempo infinito,
Se ha encontrado la soluci ón completa del movimiento de un cuerpo en un campo gravitatorio constante, consistente con la
Relatividad Especial y con las condiciones propuestas.
TEMAS COMPLEMENTARIOS
Relación funcional de la masa con el tiempo y con la altura, para caída libre.
La ley fundamental de la din ámica relativista establece:
Para la componente ( x) transversal al campo la fuerza es nula, resultando:
Siendo mt=0 la masa relativista del cuerpo en el instante inicial, m0 la masa propia, y V0 la velocidad (total) del cuerpo en el
instante inicial.
En la última relación (ley de conservación) las masas son las relativistas. El sub índice de la masa indica que corresponde al
instante inicial.
Resulta claro que esta relaci ón funcional debe cumplirse en todo instante para que se conserve la cantidad de movimiento según
el eje x.
LEY DE CONSERVACIÓN DE LA MASA Y EL POTENCIAL GRAVITATORIO
Mostraremos que un cuerpo material en un campo gravitatorio conservativo cumple con la siguiente (general) ley de
conservación.
El Principio de Equivalencia entre Masa y Energía establece que el contenido total de energ ía de un cuerpo es igual al producto de
su masa relativista por el cuadrado de la velocidad de la luz. Cualquier modificación de su contenido energ ético, sin importar el
mecanismo que la produzca, ir á acompañada por un cambio de su masa relativista, cumpli éndose:
Si el cuerpo está en presencia (solamente) de un campo gravitatorio conservativo, el trabajo elemental realizado es igual a la
variación de su energ ía, resultando:
Corresponde destacar los siguientes aspectos:
La ley de conservación hallada se deduce del Principio de Equivalencia entre Masa y Energ ía, el cual está fundamentado en la
conservación de la energ ía, y es válida para una partícula (masiva o no) en presencia de un campo gravitatorio en un sistema
inercial aislado.
De acuerdo con los resultados experimentales, que lo confirman sin excepci ón, hemos aceptado sin restricciones el Principio de
Equivalencia entre Masa y Energ ía, por lo cual debemos incluir también los intercambios energ éticos debido a las interacciones
gravitatorias. En este caso, la ley de conservaci ón hallada es de cumplimiento estricto y general.
La demostración requiere la igualdad entre masa gravitatoria y masa inercial.
En efecto, en la expresión la masa del primer miembro corresponde a la masa gravitatoria, mientras que la del
segundo miembro se refiere a la masa inercial, por lo cual la deducción de ésta ley de conservaci ón sólo es viable si ambas masas
son la misma (masa relativista). En consecuencia, todo parece indicar que la igualdad entre masa inercial y gravitatoria no es
una casualidad sino una necesidad.
Algunas consecuencias importantes merecen ser descritas:
Supongamos tener una part ícula inicialmente en reposo de masa propia m0 y un campo gravitatorio conservativo cualquiera.
En cualquier punto de dicho campo se cumple:
Recordando que el gradiente de la energía potencial es la fuerza (cambiada de signo), obtenemos la definici ón correcta de la
fuerza gravitatoria, lo cual conforma una prueba indirecta de consistencia.
CONCLUSIONES
Se ha demostrado que el “movimiento hiperbólico” (Born; Sommerfeld) no es una soluci ón válida para el movimiento de un
cuerpo masivo en un campo gravitatorio constante.
Se encontró una solución completa del movimiento de una part ícula en un campo gravitatorio constante, consistente con la
Relatividad Especial y con la especulación de Galileo sobre la caída de los cuerpos.
Este hecho es muy importante y estimulante pues avala la suposici ón de que la gravitaci ón puede ser incorporada en la
Relatividad Especial.
Se ha mostrado la importancia conceptual de la masa relativista.
El uso incorrecto de la masa por parte de especialistas es poco frecuente y puede pasar desapercibido debido a que los
resultados obtenidos son aproximados a los correctos. Por ejemplo, en la ca ída libre tratada como movimiento hiperb ólico,
cuando el objeto alcanza la velocidad 0.7 c, el valor correcto (para un mismo tiempo) es 0.76 c.
La experiencia ha mostrado que para el movimiento (masa inercial) y para el campo, tanto en sus acciones como en sus
Este hecho es muy importante y estimulante pues avala la suposici ón de que la gravitaci ón puede ser incorporada en la
Relatividad Especial.
Se ha mostrado la importancia conceptual de la masa relativista.
El uso incorrecto de la masa por parte de especialistas es poco frecuente y puede pasar desapercibido debido a que los
resultados obtenidos son aproximados a los correctos. Por ejemplo, en la ca ída libre tratada como movimiento hiperb ólico,
cuando el objeto alcanza la velocidad 0.7 c, el valor correcto (para un mismo tiempo) es 0.76 c.
La experiencia ha mostrado que para el movimiento (masa inercial) y para el campo, tanto en sus acciones como en sus
causas (masa gravitatoria, activa y pasiva), el uso de la masa relativista da los resultados correctos. Resulta inconcebible que
alguien promueva rechazar su uso en lugar de realzar su importancia conceptual.
Se estableció una importante ley de conservaci ón, como consecuencia del Principio de Equivalencia entre masa y energía, que
relaciona la masa relativista con el potencial gravitatorio.
En mi experiencia personal, he podido usarla convenientemente en varias aplicaciones interesantes tales como curvatura de la
luz, efecto Mössbauer y la ley de corrimiento al rojo.
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navigation El Efecto Mössbauer en la Relatividad Especial
Home Trabajo original (no publicado). Fecha: abril 1, 2007
Ca ída Libre
Aclaremos un poco más el tema. Se denomina espectro al conjunto de colores que forman un haz luminoso. Los gases a muy alta
temperatura (incandescentes) tienen la particularidad de emitir y absorber solamente ciertos colores, formando un espectro de
Efecto Mössbauer líneas que es único y representativo del gas, y que corresponde a la superposici ón de los espectros de los elementos qu ímicos
Corrimiento al
que lo componen. Todos los elementos de la tabla periódica tienen un espectro distinto, que los caracteriza, por lo cual podemos
Rojo
identificar (y cuantificar) la presencia de un determinado elemento en una sustancia analizando el espectro de la luz emitida por
la sustancia en estado gaseoso.
Masa, Inercia y
Fotones
Los espectros obtenidos de la luz proveniente de estrellas son m ás complejos que lo relatado, pero dan una configuraci ón
común con líneas de absorci ón reconocibles que permiten su análisis. La imagen que sigue muestra el espectro obtenido de la
La Paradoja de luz solar (en la parte superior) y de luz proveniente de un cluster de galaxias muy distante.
Born
ECUACIONES DE
MAXWELL
En este art ículo nos limitaremos a tratar solamente el corrimiento debido al campo gravitatorio, en el marco de la Relatividad
Especial.
En 1957 el joven físico alemán Rudolf Mössbauer, mientras realizaba su tesis de doctorado en el Instituto Max Planck (Heidelberg
Alemania), descubrió el efecto que lleva su nombre, con el que se desarrolló una técnica espectrosc ópica de muy alta resolución
que permite, entre muchas otras aplicaciones, determinar con much ísima precisión cambios insignificantes de la energía de
fotones gamma.
Por este descubrimiento recibi ó el premio Nobel de Física en 1961, a la edad de 32 a ños.
Una descripción del efecto Mössbauer puede verse en:
http://fisica.facyt.uc.edu.ve/einstein/8.doc
Una de las aplicaciones más importante y más citada en publicaciones científicas fue el magnífico experimento de Pound y
Rebka, realizado en 1960, para la determinación de la diferencia de energ ía entre fotones gamma emitidos por una misma
sustancia, medidos en puntos con distinto potencial gravitatorio, cuyo resultado fue considerado una prueba de consistencia de
la Teoría General de Relatividad.
El experimento fue hecho en la torre del Harvard´s Jefferson Physical Laboratory, con la fuente de radiaci ón gamma en el piso y
el absorbente a una altura de h = 22.6 m.
Un cambio de frecuencia de la radiaci ón implica un cambio de energía de los fotones correspondientes. El resultado obtenido fue:
La Teoría General de Relatividad predice un corrimiento relativo de energía dado por:
Siendo g la aceleración de la gravedad en la superficie terrestre.
Para esa altura el corrimiento calculado da 2.5x10 15 , mostrando un excelente ajuste con el resultado experimental.
Como veremos a continuación, este efecto puede ser perfectamente explicado en el marco de la Relatividad Especial, aunque con
una interpretaci ón (dinámica) totalmente distinta.
DESARROLLO
En la Teoría Especial de Relatividad el campo gravitatorio debe tratarse con igual jerarquía que cualquier otro tipo de campo f ísico
capaz de producir efectos din ámicos sobre otros cuerpos.
Si bien desconocemos las ecuaciones generales de campo, la experiencia (Newton) muestra que en el caso estacionario el campo
gravitatorio puede ser considerado conservativo y, en consecuencia, posee un potencial gravitatorio (escalar).
Asimismo, en este modelo te órico cualquier ente capaz de interactuar posee energía, masa relativista y cantidad de movimiento.
En particular, los fotones son partículas que presentan las siguientes características:
Si la partícula (fotón) está en presencia de un campo gravitatorio conservativo, el trabajo elemental realizado por el campo es
igual a la variación de energ ía del fotón, resultando:
Integrando esta ecuaci ón diferencial entre dos puntos (1 y 2) obtenemos la Ley de Conservación de la Masa (relativista) y el
Potencial Gravitatorio.
Para peque ñas diferencias de potencial gravitatorio podemos desarrollar en serie la exponencial, obteniendo la misma expresión
que fuera predicha con la Teoría General de Relatividad.
En nuestro caso particular resulta , quedando:
CONCLUSIONES
La ley de corrimiento al rojo gravitatorio es obtenida en el marco de la Relatividad Especial como consecuencia del Principio de
Equivalencia entre Masa y Energ ía y la Ley de Conservaci ón entre Masa y Potencial Gravitatorio.
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navigation Corrimiento al Rojo en Relatividad Especial
Home Trabajo original (no publicado). Fecha: setiembre 17, 2007
2. El segundo motivo tiene que ver con la Teoría General y el descubrimiento de la Ley de Hubble en el año 1929, que
describe una relaci ón lineal entre el corrimiento al rojo relativo de cada línea del espectro y la distancia de la galaxia a la
Tierra. El auge y desarrollo de la Teor ía General en esa época provocaron las conjeturas de Lemaitre sobre la “Expansión del
Universo” (1927) y el “Big Bang” (1931), que incidieron en los modelos cosmológicos basados en la Teor ía General. El
fenómeno del corrimiento fue entonces considerado como un soporte experimental muy importante de dichas conjeturas, a
mi parecer con exagerado optimismo.
Corresponde aclarar que la interpretaci ón actual de la Expansión del Universo como el crecimiento continuado de la m étrica
espacial (expansión del espacio), conjetura aceptada masivamente debido a que la Teor ía General admite una métrica espacial con
esa caracter ística (FriedmannLemaîtreRobertson Walker), entra en contradicci ón con la Teoría Especial a menos que en esta
última se postule la existencia de un campo de fuerzas central cosmol ógico que provoque la “fuga” de los cuerpos y su
correspondiente variaci ón de la cantidad de movimiento.
Nótese que esa interpretaci ón, analizada en la métrica de Minkowski, requiere que las galaxias posean velocidad radial variable
en el tiempo y en un sistema inercial eso sólo es posible si hay fuerzas aplicadas.
No debe confundirse la Expansión del Universo, que hace referencia al supuesto aumento de las distancias entre galaxias a
medida que transcurre el tiempo, con la interpretaci ón llamada Expansión del espacio, que intenta explicar al fenómeno con una
propiedad particular del espacio.
Debemos agregar que si bien la expansi ón del universo es un hecho aparentemente comprobado por mediciones (Ley de
Hubble), su interpretaci ón como la expansión del espacio agrega comportamientos no verificados por la observación, tal como la
aceleración aparente de los cuerpos que se mediría en una métrica de Minkowski.
Encarar la elaboraci ón fundamentada de un modelo cosmológico con el conocimiento e información existente en la actualidad,
cualquiera sea el marco teórico que se utilice, es una tarea con muy pocas probabilidades de éxito. Por esta misma razón no
deber ía extrañarnos que los ajustes de los modelos actuales agreguen propuestas tales como materia oscura, energía oscura,
expansi ón acelerada, inflación, Big Crunch, energía negativa y otras yerbas.
Asimismo, resulta paradójico y extraño que alguna bibliografía e incluso reconocidos especialistas se refieran a la Teoría General
como una generalizaci ón de la Especial o, más grave aún, que la contiene, cuando de hecho son dos teor ías diferentes, sobre
estacionaria no distorsionada por la materia, condición inconsistente con la Teor ía General.
En este enfoque las variaciones de la cantidad de movimiento de cualquier cuerpo s ólo son posibles por acción de fuerzas de
naturaleza gravitatoria. Lamentablemente esta propuesta actualmente no tiene posibilidades de desarrollo pues desconocemos
las ecuaciones del campo gravitatorio en este marco teórico. Las ecuaciones de Einstein del campo gravitatorio de la Teoría
General no pueden ser expresadas en la m étrica de Minkowski y no son compatibles con la Teoría Especial.
Asimismo, resulta paradójico y extraño que alguna bibliografía e incluso reconocidos especialistas se refieran a la Teoría General
como una generalizaci ón de la Especial o, más grave aún, que la contiene, cuando de hecho son dos teor ías diferentes, sobre
temas y objetivos distintos y con fundamentos mutuamente excluyentes.
El hecho de que en ausencia de materia la Teor ía General puede describir un espacio homog éneo e is ótropo en cada instante,
carece de significado físico y solo indica una propiedad matem ática de la geometr ía de Riemann para la m étrica elegida.
Este grave error epistemológico y conceptual no se cometer ía si se recordara que la Teoría Especial es un modelo físico
matemático para describir todos los fen ómenos naturales postulando propiedades de simetría del espaciotiempo de acuerdo a
la fenomenolog ía observada (homogeneidad e isotrop ía del espacio y uniformidad del tiempo), las cuales permiten demostrar los
Principios de Conservaci ón Universales, que dicho sea de paso no se cumplen en la General, mientras que la Teoría General es
un modelo para explicar la gravitación postulando asimetrías particulares del espacio tiempo, dependientes de la materia, y la
inexistencia de interacciones entre masas.
Tampoco debemos olvidar que la formulación de la Teoría General fue obtenida luego del fracaso te órico de los múltiples intentos
fallidos entre 1905 y 1914 (Einstein, Weyl, Nordstrom, Mie, etc.) y otros posteriores, para incorporar las interacciones
gravitatorias en la Teor ía Especial de forma consistente (v éase " Ca ída Libre Relativista – Un tema fundamental ").
http://eprintweb.org/S/authors/All/lo/Logunov
Entre estos trabajos se destaca la “Teoría Relativista de Gravitación” (revisión 2002), cuyo análisis, discusión y desarrollo podría
significar un avance significativo de la f ísica teórica en los próximos años y, eventualmente, una superior teoría de gravitación
pues resultar ía consistente con la Relatividad Especial.
El objetivo de este trabajo es analizar en el marco de la Teoría Especial cuales de las distintas hip ótesis propuestas pueden
provocar el corrimiento al rojo observado, como así también su interpretaci ón y aplicación.
DESARROLLO
El desplazamiento de cualquier l ínea del espectro se mide por la relaci ón:
En 1981 H. Reboul publicó un catálogo con 780 referencias y una clasificaci ón en 17 grupos distintos de corrimiento al rojo
anómalos, indicando con ello interpretaciones que no corresponden a los tres casos denominados cl ásicos (Doppler, Gravitatorio
y Cosmológico), que fue enriquecido por varias publicaciones posteriores.
Describiremos algunos de los distintos procesos propuestos que podrían modificar la frecuencia de la radiación, indicando
aquellos que est án comprobados experimentalmente.
1. “Efecto Doppler”. Este fen ómeno, demostrado experimentalmente a mediados del siglo XIX, consiste en el cambio de
frecuencia que ocurre en la onda emitida por una fuente en movimiento. La formulaci ón rigurosa de este efecto se obtiene
con la Teoría Especial (ver el cap ítulo de cinemática relativista) y es de naturaleza relativista, siendo válido también para el
caso de fotones pues admite un tratamiento corpuscular. Este fen ómeno de cambio de frecuencia sucede en el emisor en
movimiento y no durante la propagaci ón.
2. “Corrimiento gravitatorio” (Efecto Einstein). Predicho por Einstein y verificado en Laboratorio por la genial experiencia de
Pound y Rebka (1960). En la Teor ía Especial se interpreta como un proceso dinámico debido a la interacción fotóncampo.
Se demuestra que el efecto depende de la diferencia de potencial gravitatorio entre el punto donde est á la fuente emisora y
el punto donde est á el observador, y ocurre durante la propagación. Se destaca que la ley de corrimiento deducida con la
Teoría Especial es diferente a la que se obtiene en Relatividad General con la soluci ón de Schwarzschild, aunque ambas
llegan al mismo resultado para campos débiles. Esta diferencia reviste gran importancia para el análisis del fenómeno en un
sistema inercial, pues la solución rigurosa de la Teor ía Especial es de alcance general.
Luego del breve an álisis anterior corresponde analizar en detalle los dos efectos que sabemos con certeza que intervienen en el
fenómeno de corrimiento al rojo.
EFECTO DOPPLER RELATIVISTA
Fue comprobado experimentalmente por Fizeau en 1848 y se debe al movimiento de la fuente emisora de radiaci ón respecto del
observador.
Su aplicación tiene vigencia en ambos marcos te óricos (General y Especial), pero de manera totalmente diferente debido a la
distinta interpretaci ón que ambas teor ías dan a la Expansi ón del Universo. Nos interesa su interpretaci ón en un sistema inercial.
Reemplazando en el c álculo de z y operando obtenemos:
Es importante destacar que el ángulo (Theta), formado por la dirección de la velocidad de la fuente y la recta que une el
observador con dicha fuente ( “línea de visi ón”), siempre debe considerarse menor o igual a 90 º si VS se toma negativo cuando la
fuente se acerca y positivo cuando se aleja (regla mnemotécnica).
En la práctica cotidiana y también en muchas publicaciones los cálculos de velocidad de las galaxias lejanas se suelen hacer
asumiendo nula la componente transversal de la velocidad, debido probablemente a la dificultad de su determinación. En este
caso (sin componente transversal) las expresiones anteriores quedan:
Veremos que ignorar la componente transversal de la velocidad, como sucede en muchos trabajos relacionados con
observaciones astron ómicas (comenzando con el de Hubble), puede conducir a conclusiones falsas, particularmente para z
grandes.
La tabla siguiente da el valor de velocidades relativas versus z, para dos casos:
n La galaxia sólo tiene velocidad radial (fuga).
n La galaxia sólo tiene velocidad radial (fuga).
La segunda columna corresponde a los valores relativos de la velocidad de fuga para el caso que no tiene componente
transversal.
La tercera y la cuarta columna dan los valores de velocidad total y componente radial respectivamente, para una velocidad que
forma un ángulo de 60 º con la línea de visi ón.
CORRIMIENTO GRAVITATORIO
La demostración general de la Ley de corrimiento gravitatorio válida para un observador en reposo en un sistema inercial, vista
anteriormente en el trabajo “El efecto Mössbauer en la Relatividad Especial ”, se fundamenta en el Principio de Equivalencia entre
Masa y Energ ía. Veamos su desarrollo:
Si la partícula (fotón) está en presencia de un campo gravitatorio conservativo, el trabajo elemental realizado por el campo es
igual a la variación de energ ía del fotón, resultando:
Cuando se analiza el corrimiento debido a radiaci ón proveniente de galaxias lejanas suele considerarse a este efecto
despreciable frente al Doppler, lo cual puede ser un error de método muy grave dada la diversidad de galaxias distintas.
Observamos que el corrimiento depende del potencial gravitatorio del sistema y no del valor local del campo, lo que introduce
un elemento que puede provocar variaciones importantes de z cuando se aplica a galaxias distintas.
Aclaremos lo anterior con un gr áfico cualitativo del potencial gravitatorio (newtoniano) de dos cuerpos puntuales con sus masas
ubicadas en cada extremo del eje horizontal.
La línea de trazo rojo corresponde a dos cuerpos de igual masa, la azul es para dos cuerpos de masa distinta en relaci ón 4/1, es
decir que el cuerpo de la izquierda tiene 4 veces la masa del de la derecha (n ótese la deformación que provoca al potencial)
despreciable frente al Doppler, lo cual puede ser un error de método muy grave dada la diversidad de galaxias distintas.
Observamos que el corrimiento depende del potencial gravitatorio del sistema y no del valor local del campo, lo que introduce
un elemento que puede provocar variaciones importantes de z cuando se aplica a galaxias distintas.
Aclaremos lo anterior con un gr áfico cualitativo del potencial gravitatorio (newtoniano) de dos cuerpos puntuales con sus masas
ubicadas en cada extremo del eje horizontal.
La línea de trazo rojo corresponde a dos cuerpos de igual masa, la azul es para dos cuerpos de masa distinta en relaci ón 4/1, es
decir que el cuerpo de la izquierda tiene 4 veces la masa del de la derecha (n ótese la deformación que provoca al potencial)
Del análisis del gráfico se obtiene que el valor de la diferencia de potencial entre un punto cercano a la masa de la izquierda y el
otro punto cercano a la de la derecha, es muy dependiente de la posición de los puntos de inter és y de la masa de los cuerpos,
particularmente entre puntos cercanos a las masas.
Debemos agregar que el potencial newtoniano que utilizamos para este an álisis básico es válido con certeza solamente para el
caso de campos d ébiles, por lo cual desconocemos como es su comportamiento cerca de las masas. Sin embargo, existen fuertes
argumentos te óricos (radio de Schwarzschild) que indican que el potencial gravitatorio tiende a infinito fuera del centro de masa
de cada galaxia, tanto m ás lejos del centro de la galaxia cuanto mayor sea su masa total.
Este tema ser á tratado por separado en un art ículo posterior (“Masa y Gravedad ”) en el marco de la Teoría Especial.
Ahora podemos analizar el efecto para el caso de galaxias.
El corrimiento al rojo correspondiente a una galaxia se determina de un espectro que est á formado estad ísticamente por fotones
que provienen de la corona estelar de miles de millones de estrellas y gases distribuidos en la galaxia. La galaxia entera est á en
movimiento de rotación y sus estrellas poseen velocidades y parámetros diferentes entre si. En consecuencia, el espectro
obtenido corresponder á al subconjunto más populoso de espectros similares, provenientes de un inmenso n úmero de estrellas
y gases distribuidos en la galaxia. Probablemente los elementos de ese subconjunto est én mayoritariamente ubicados en el
borde del n úcleo galáctico.
No queda duda alguna que los corrimientos gravitatorios de las galaxias pueden dar valores muy distintos. Posiblemente ésta
sea la raz ón de la diferencia del corrimiento correspondiente a cuásares y galaxias ligadas, comunicado por el astr ónomo H. Arp.
CONCLUSIONES
Considerando que ambos efectos (Doppler y corrimiento gravitatorio) son concurrentes e inevitables, y que los dos presentan
problemas metodol ógicos importantes para su utilización por el desconocimiento, en un caso del ángulo de la velocidad con la
línea de visi ón, y en el otro de los potenciales gravitatorios de los puntos de emisión y recepción de radiación, su aplicación como
método cuantitativo está seriamente cuestionada y las anteriores conclusiones obtenidas con estos efectos deben ser
revisadas.
Anexo Espectroscopía
Se denomina espectro visible al conjunto de colores que forman un haz de luz luego de ser separado en sus componentes por
un elemento dispersor. El mismo concepto de espectro se aplica a radiaciones en rangos no visibles por el ojo humano, tales
como el infrarrojo y el de microondas, más allá del rojo, o el ultravioleta, el de rayos X y el de rayos gamma, más allá del violeta.
La separaci ón de las radiaciones que componen un haz puede realizarse de varias formas, siendo las más usuales por medio de
prismas, redes de difracci ón o una combinación de ambos tipo de elementos dispersores.
La espectroscopia astron ómica cuantitativa fue iniciada en el año 1814 por el óptico e inventor Joseph von Fraunhofer (1787 –
1826), cuyos desarrollos tales como la red de difracción y el espectroscopio de anteojo óptico, hicieron que esta t écnica resultara
la principal herramienta de análisis de las radiaciones. Los espectros del Sol obtenidos por este singular cient ífico autodidacta le
permitieron determinar la longitud de onda de 574 l íneas de absorci ón en el rango visible. Asimismo, al obtener y analizar el
espectro visible de otras estrellas, demostr ó que hab ía diferencias entre s í, iniciando lo que hoy se conoce como espectroscop ía
estelar.
En general el espectro visible de las estrellas es complejo y est á constituido por un fondo brillante continuo de todo el rango
visible, desde el rojo al violeta, sobre el que se superponen líneas de absorci ón (oscuras) y, ocasionalmente, l íneas de emisi ón
(más brillantes), emitidas por elementos constitutivos de la atm ósfera estelar.
El espectroscopio posee un colimador y un anteojo ocular montados sobre una escala circular. El colimador tiene por función
lograr un haz paralelo de la radiación cuyo espectro desea conocerse. El anteojo permite enfocar el espectro que se obtiene
luego de ser dispersado el haz. La figura muestra el esquema de un espectroscopio simple de prisma.
El espectroscopio posee un colimador y un anteojo ocular montados sobre una escala circular. El colimador tiene por función
lograr un haz paralelo de la radiación cuyo espectro desea conocerse. El anteojo permite enfocar el espectro que se obtiene
luego de ser dispersado el haz. La figura muestra el esquema de un espectroscopio simple de prisma.
Los espectros se clasifican en continuos, de bandas y discretos (o de l íneas).
Los continuos presentan todos los colores sin interrupci ón. Son producidos por los sólidos incandescentes, como es una l ámpara
de filamento.
Los de bandas tambi én son continuos pero a tramos, es decir que presentan zonas sin radiaci ón. Se obtienen de líquidos o
gases poliat ómicos complejos incandescentes.
Los discretos o de l íneas est án formados por colores bien definidos. Son producidos por gases simples incandescentes.
Los espectros pueden ser de emisi ón, cuando el haz proviene directamente de un objeto emisor, o de absorción, cuando una
sustancia se interpone entre la fuente de luz (usualmente un filamento incandescente) y la rendija de entrada. Los de emisión
sirven para obtener informaci ón de la sustancia incandescente, mientras que los de absorci ón lo serán para la sustancia
absorbente. Las l íneas que emite un gas simple incandescente son las mismas que dicho gas absorbe. La imagen siguiente
muestra tres ejemplos diferentes.
Espectros estelares
Actualmente en Astronomía se utilizan espectrofot ómetros, que son dispositivos similares a los espectroscopios pero que tienen
reemplazado el anteojo ocular por un sensor (fotoel éctrico o ccd), lo que permite registrar un gráfico de alta resolución,
obteniendo espectros estelares muy precisos.
La figura muestra el espectro visible de la estrella Vega. Este y otros registros pueden verse en
http://www.regulusastro.com/regulus/spectra/vega.html
Espectro visible de Vega (Cortes ía John Blackwell)
http://www.espacioprofundo.com.ar/verarticulo/Clasificacion_de_los_espectros_estelares.html
Espectros galácticos
Los espectros de radiaci ón proveniente de galaxias, como el caso de una galaxia activa (líneas de emisi ón muy brillantes) que se
muestra en el gr áfico siguiente, son los más difíciles de obtener y analizar.
verse en:
http://www.espacioprofundo.com.ar/verarticulo/Clasificacion_de_los_espectros_estelares.html
Espectros galácticos
Los espectros de radiaci ón proveniente de galaxias, como el caso de una galaxia activa (líneas de emisi ón muy brillantes) que se
muestra en el gr áfico siguiente, son los más difíciles de obtener y analizar.
Espectro (rango visible) galaxia espiral NGC 4750
http://www.astro.ugto.mx/cursos/astrofisicaII/AstrofisicaII_Parte_II/capitulo_7/cap_7_docs/Espectros_deGalaxias.htm
Nota.
Es importante destacar que el espectro de una galaxia est á conformado de manera estad ística por radiación proveniente en
general de más de cien mil millones de estrellas. Las l íneas de absorci ón que forman el espectro caracter ístico tienen su origen
en la atmósfera estelar y en la materia interestelar existente.
En consecuencia, cabe esperar que el espectro (de emisi ón) que se registre en cada caso corresponda al subconjunto de
estrellas con caracter ísticas similares de emisión, más significativo estadísticamente, hecho que est á relacionado con la
intensidad de la radiación y con la subpoblación espectral homog énea más numerosa.
No existe aún un modelo teórico satisfactorio sobre el espectro de emisi ón y absorción de radiación de galaxias, en parte debido
a la gran diversidad de galaxias diferentes observadas.
No obstante, se especula que en la mayor ía de los casos los espectros corresponden al denso subconjunto de estrellas
pertenecientes al borde del n úcleo central de la galaxia.
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navigation Masa, Inercia y Fotones en Relatividad Especial
La aparición de la mecánica relativista introdujo cambios drásticos. En primer lugar, si mantenemos la definición clásica de
cantidad de movimiento y su conservación en ausencia de fuerzas exteriores, la masa inercial de un cuerpo deja de ser
invariante, tomando su menor valor cuando est á en reposo respecto del observador. M ás aún, la masa inercial de cualquier ente
físico capaz de interactuar pasa a ser una magnitud relativa al sistema de referencia y por ello se la denomin ó masa relativista.
Es evidente que la masa como cantidad de materia no es aceptable en este enfoque. Por otro lado, las definiciones de Mach y
Maupertuis no son aplicables en su forma convencional debido a la existencia de una velocidad tope y a que las interacciones
instant áneas entre part ículas (acción a distancia) no tienen validez rigurosa.
El estudio particular de la caída libre relativista en presencia de un campo gravitatorio constante nos indica que una descripción
consistente del movimiento de un cuerpo material se obtiene si utilizamos la masa relativista, tanto para su masa gravitatoria
como para su masa inercial. En consecuencia, la masa relativista adquiere un papel fundamental en los procesos din ámicos y,
como veremos, resulta ser una “propiedad din ámica” o “parámetro de estado din ámico” del cuerpo.
La masa relativista puede ser rigurosamente descrita por dos relaciones distintas (vinculadas) y de validez universal, dando el
mismo resultado numérico, una de ellas fundamentada en el Principio de Conservación de la Cantidad de Movimiento y la otra en
el Principio de Equivalencia entre Masa y Energía.
Resulta importante destacar que la usual creencia sobre que la masa relativista de un cuerpo depende sólo de su velocidad,
como aparentemente se infiere de la primera expresión, no es rigurosamente cierta pues la masa en reposo de un cuerpo no es
en general un invariante. Este error histórico se debe a que los especialistas dedicados a part ículas elementales asumen que
ellas no poseen niveles discretos de energ ía, por lo cual cualquier interacción solamente puede provocar cambios de su
velocidad.
Por otro lado, los m últiples experimentos sobre “defecto de masa ” confirman que un núcleo atómico excitado, al igual que un
átomo excitado, posee distinta masa propia que cuando est á en su estado fundamental.
El Principio de Equivalencia entre Masa y Energía permite dar una definici ón rigurosa de la masa relativista, como la magnitud
que mide el contenido de energía total de cualquier sistema físico.
En consecuencia, la masa de un sistema físico presenta un sólo grado de libertad, por lo cual su valor queda unívocamente
determinado en cada instante por el contenido de energ ía, cualquiera sea el proceso involucrado.
Esta nueva definición incorpora naturalmente el concepto de masa a los campos y las radiaciones (fotones), tema que ser á
tratado por separado.
Dado que la masa relativista de un sistema es directamente proporcional a su energía, y que el contenido de energ ía de un
sistema es una propiedad del mismo, resulta claro que la masa relativista es una propiedad din ámica de los sistemas, sean
masivos o no masivos, indicando con esto último la existencia o no de masa propia.
La condición de propiedad de una magnitud puede ser tratada matem áticamente.
Una vez definida una magnitud f ísica cualquiera corresponde indicar sobre qué tipo de fenómenos se intenta analizar su rol.
Decimos que una magnitud h es una propiedad de un sistema f ísico real si cumple con:
Siendo C cualquier trayectoria cerrada (proceso físico relacionado con h).
En nuestro caso de inter és resulta inmediato ver que la masa relativista de un sistema dado debe ser una propiedad del mismo
pues solamente depende de una variable que es una propiedad del sistema, el contenido energ ético del mismo, por lo cual dm
es un diferencial exacto.
Siendo C cualquier trayectoria cerrada (proceso físico relacionado con h).
En nuestro caso de inter és resulta inmediato ver que la masa relativista de un sistema dado debe ser una propiedad del mismo
pues solamente depende de una variable que es una propiedad del sistema, el contenido energ ético del mismo, por lo cual dm
es un diferencial exacto.
Cualquier proceso que en su desarrollo contenga modificaciones de energ ía implicará cambios proporcionales de su masa
relativista, la cual volverá a tomar el mismo valor inicial si el sistema recupera su estado energético inicial, cumpliéndose:
Nota: Resulta parad ójico y lamentable que algunos especialistas promuevan abolir sin motivo real el uso de esta magnitud
fundamental para la mec ánica, para lo cual apelan a argumentos matemáticos de escaso o nulo contenido f ísico y opiniones
subjetivas sin fundamento (Okun – 1989). Ello implica un desconocimiento concreto de profundos conceptos f ísicos que contiene
la Teoría Especial de Relatividad.
Inercia
El fenómeno de inercia de los cuerpos materiales resulta m ás complejo de analizar que en mec ánica clásica debido a que en
mecánica relativista la fuerza aplicada y la aceleraci ón adquirida pueden tener distinta direcci ón y, además, a que la velocidad de
un objeto no puede superar la velocidad de la luz.
La tendencia de los cuerpos a conservar su estado de movimiento y los factores que intervienen en el fenómeno pueden ser
estudiados con la expresi ón relativista de la aceleraci ón (ver “Dinámica relativista”):
Resulta evidente que la masa relativista no es suficiente para caracterizar la inercia de un cuerpo, ya que la aceleraci ón adquirida
depende tambi én de una relación vectorial entre la velocidad y la fuerza aplicada.
Aclaremos un poco más este tema. La expresi ón anterior muestra que si solamente aumentamos la masa de un cuerpo su
aceleración disminuye, lo cual es consistente con el concepto de masa como una medida de la inercia.
Sin embargo, para un mismo cuerpo de masa m, el segundo t érmino del numerador nos indica que la aceleración depende
también de la velocidad del cuerpo, requisito necesario para que un cuerpo masivo no pueda alcanzar la velocidad de la luz bajo
ninguna circunstancia. Nótese que el segundo t érmino es un vector con el sentido de la velocidad, por cuya raz ón el módulo de la
aceleración tangencial a la velocidad será menor cuanto mayor sea la velocidad.
En consecuencia, podemos concluir que la inercia de un cuerpo depende de la masa del mismo y de su estado de movimiento.
Las componentes de la aceleraci ón (longitudinal y transversal a la velocidad) permiten una determinación experimental de la
masa relativista de un cuerpo material que no requiere conocer "a priori" su masa propia m0 , lo que resulta de gran utilidad si se
trata de part ículas cargadas en presencia de campos el éctricos y/o magnéticos.
En efecto, despejando la masa relativista m en cualquiera de las dos componentes, preferentemente la transversal pues resulta
independiente de la velocidad, obtenemos:
La Teoría Especial de Relatividad nos demuestra entonces que el fenómeno de inercia de los cuerpos tiene dos causas de
distinta naturaleza: la masa relativista, que es una propiedad del cuerpo, y la imposibilidad de superar la velocidad de la luz.
Como vemos, el concepto de masa como la medida única de la inercia de un cuerpo deja de ser rigurosamente válido en la Teoría
Especial.
Fotones
La teor ía de Einstein del efecto fotoel éctrico (1905) postula que la luz está formada por part ículas no masivas (fotones) que se
propagan con velocidad c en el vacío. Un fotón posee una energ ía , siendo h la constante de Planck y v la frecuencia
(color) de la radiación.
Por otro lado, la Teoría electromagn ética, que es relativista de nacimiento, demuestra que el campo se propaga en el vacío con la
velocidad de la luz (c), cualquiera sea la forma (estructura) que adopte dicho campo.
La Física Moderna y la Mec ánica Cuántica hicieron extensivo este concepto de fotón a todas las radiaciones no masivas emitidas
o absorbidas por la materia.
La Teoría de Relatividad permite demostrar que si aceptamos como hipótesis que los fotones se propagan a la velocidad de la
luz, entonces necesariamente tienen masa propia nula, masa relativista y cantidad de movimiento no nulos, y el m ódulo de su
velocidad no puede ser modificado. De esta manera, procesos tales como el efecto Compton, el efecto Doppler, el efecto
Mössbauer y el efecto Einstein, entre muchos otros, pueden ser te óricamente tratados con la mecánica relativista.
Por definición, la masa relativista de un fotón est á dada por:
Nótese que la masa relativista de un fot ón siempre es >0.
Por definición de cantidad de movimiento obtenemos:
En consecuencia, la cantidad de movimiento de un fotón no puede ser nula.
La masa propia de un fotón es nula y ello puede ser demostrado de varias maneras.
Veamos un razonamiento físico (1) y otro matemático (2):
1 El Principio de Equivalencia entre masa y Energía establece:
En consecuencia, la cantidad de movimiento de un fotón no puede ser nula.
La masa propia de un fotón es nula y ello puede ser demostrado de varias maneras.
Veamos un razonamiento físico (1) y otro matemático (2):
1 El Principio de Equivalencia entre masa y Energía establece:
2 – La masa relativista siempre debe cumplir con la expresión general:
En el caso de fotones la velocidad es c, haciendo nulo el denominador en la expresión anterior y la relación pasa a ser una
indefinición numérica. La única posibilidad matemáticamente compatible con una masa relativista m finita (número real), que
evita la indefinición, es que la masa propia del fotón también sea nula. En este caso la relaci ón queda indeterminada pero no
resulta inconsistente con una masa relativista finita.
El módulo de la velocidad de los fotones no puede ser modificado. Ello puede demostrarse con la expresión general de la
aceleración tangencial, que ocurriría debido a una interacción, dado que esta componente de la aceleraci ón es la única que
produciría cambios del módulo de la velocidad.
Claramente se observa que para un fot ón con velocidad c la aceleración tangencial se anula, lo que implica que no hay
posibilidad alguna de modificar el módulo de su velocidad. Se concluye que los fotones s ólo pueden tener una única velocidad (c),
que resulta ser la misma para todo observador (es absoluta).
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navigation La Paradoja de Born
Home Trabajo original (no publicado). Fecha: abril 23, 2008. Última modificación: febrero 21, 2009
Temas Especiales “Debe hacerse notar que un electrón en movimiento hiperbólico no tiene radiación propia, sin importar cuan
grande sea su aceleración, pero arrastra su campo consigo. Hasta ahora esta circunstancia era reconocida
Ley de Hubble
solamente para electrones en movimiento uniforme. La radiación sólo se muestra en casos que se apartan del
Ca ída Libre movimiento hiperbólico. La radiación y la resistencia a la radiación sólo aparecen fuera del movimiento
hiperbólico.”
Efecto Mössbauer
Max Born
Corrimiento al
Rojo
(Movimiento hiperbólico se denomina al que realiza una partícula sometida a una fuerza constante, cuya solución rigurosa aparece por
Masa, Inercia y primera vez con la Teoría Especial de Relatividad)
Fotones
Introducción
La Paradoja de El párrafo inicial, extraído de un art ículo publicado por Max Born en 1909 [1], dos años despu és de que Einstein bas ándose en la
Born igualdad entre masa inercial y gravitatoria postulara el Principio de Equivalencia, constituye lo que posteriormente se denomin ó la
ECUACIONES DE “Paradoja de Born”.
MAXWELL Su trabajo, basado en el modelo del electr ón rígido de Abraham, contiene una de las propuestas que mayor controversia entre
especialistas ocasion ó hasta nuestros d ías, principalmente porque se relaciona con la Teor ía General de Relatividad.
La cantidad de art ículos vinculados que se han publicado a favor o en contra de su validez en aproximadamente un siglo es
abrumadora, lo que muestra su trascendencia en temas fundamentales y también que su proposición es muy cuestionable [2] [3]
[4] [5] [6] [7] [8] [9] [10] [11] [12] [13] [14] [15].
La paradoja describe un extra ño comportamiento inesperado del electrón acelerado por una fuerza constante, ya que de
acuerdo con la teoría establecida hasta ese momento toda carga acelerada emite radiaci ón.
En efecto, en un sistema inercial las ecuaciones de Maxwell permiten determinar el campo electromagn ético en cualquier punto
del espacio utilizando los potenciales retardados, como así también la potencia total radiada, lo que se resume en la ley
relativista de Liénard (1898):
Siendo , y el factor de Lorentz ( )
En el caso unidimensional (fuerza colineal con la velocidad) el producto vectorial es nulo, quedando una expresi ón más simple de
analizar:
Esta ley es relativista rigurosa y contradice la conjetura de Born.
La radiación ocurrirá cualquiera sea la aceleraci ón existente no nula.
La propuesta tampoco tiene suficiente respaldo te órico pues se basa en un modelo del electrón no puntual pero utilizando
resultados obtenidos para cargas puntuales.
Es bien sabido que la radiación de un electrón o de cualquier otra part ícula elemental con carga no puede ser tratada
rigurosamente sin conocerse su estructura espacial y la distribución de su carga, conocimientos que actualmente no disponemos
[16].
El tema fue tratado anteriormente por Abraham [17], Lorentz [18], Laue [19] y Poincar é [20], entre otros, quedando claro que
sin un modelo adecuado del electr ón [16] no es posible determinar la forma funcional de su campo asociado cuando el electrón
est á acelerado. Todos estos modelos han sido grandes contribuciones para entender el comportamiento real, pero en todos los
casos no llegaron a expresiones rigurosas sino a descripciones aproximadas.
Por otro lado, as í como considerar que un electrón es “puntual ” conduce a resultados f ísicos inaceptables (por ejemplo, energ ía y
masa en reposo infinitas), el modelo r ígido de Max Born resulta inconsistente con la relatividad especial [21].
Poincaré propuso un muy interesante modelo de electrón deformable, dinámicamente estable por medio de fuerzas de ligadura
(tensiones de Poincaré) de naturaleza no electromagn ética, el cual fuera abandonado con la aparici ón de la mecánica cuántica
ante la evidencia de que la física clásica no resulta estrictamente aplicable [16].
No obstante, su an álisis cualitativo (en un sistema inercial) permitió comprender que la estructura de una carga acelerada es
variable en el tiempo, por lo cual su geometría y su distribución de carga también son funciones dependientes del tiempo.
En consecuencia y hasta tanto no tengamos un modelo consistente del electrón y las partículas elementales, ningún desarrollo
actual puede describir con rigor matemático la radiación de un electrón acelerado.
Por tal motivo sostener o rechazar la Paradoja de Born o el Principio de Equivalencia de Einstein con argumentos que requieren
la forma funcional del campo de una carga acelerada no es aceptable, simplemente porque no sabemos con certeza cómo es su
campo cuando est á acelerada.
En este sentido, llama la atenci ón la subsistencia de artículos científicos que obtienen conclusiones utilizando estos falsos
razonamientos en uno u otro sentido, como el muy citado trabajo de Boulware [22], sobre que el observador (comóvil) con la
variable en el tiempo, por lo cual su geometría y su distribución de carga también son funciones dependientes del tiempo.
En consecuencia y hasta tanto no tengamos un modelo consistente del electrón y las partículas elementales, ningún desarrollo
actual puede describir con rigor matemático la radiación de un electrón acelerado.
Por tal motivo sostener o rechazar la Paradoja de Born o el Principio de Equivalencia de Einstein con argumentos que requieren
la forma funcional del campo de una carga acelerada no es aceptable, simplemente porque no sabemos con certeza cómo es su
campo cuando est á acelerada.
En este sentido, llama la atenci ón la subsistencia de artículos científicos que obtienen conclusiones utilizando estos falsos
razonamientos en uno u otro sentido, como el muy citado trabajo de Boulware [22], sobre que el observador (comóvil) con la
carga no detecta radiaci ón, y el de Parrott [23], que lo discute mostrando lo contrario.
Esos art ículos pueden ser considerados muy importantes contribuciones para describir o entender el comportamiento de manera
aproximada, pero no deber ían ser usados como pruebas de validez de nada.
Cabe preguntarse entonces con qu é argumentos Born propone un comportamiento como el descrito. La respuesta, si bien es
una suposici ón, es que ello se deber ía a una curiosa conjunción de aportes te óricos importantes ocurridos entre 1903 y 1908, y
un sutil pero grave error sobre el tipo de movimiento que realiza un cuerpo en ca ída libre, inducido por el enfoque geométrico de
la Relatividad Especial de Minkowski, hechos que mencionaremos en orden cronol ógico.
1. Un modelo del electrón (rígido) de Abraham (1903) [17] [24] y otro (deformable) de Lorentz (1904) [18], ambos no
relativistas y válidos en sistemas inerciales, condujeron a una relaci ón aproximada de la fuerza de frenado (reacción de
radiación), reconocida como la Ley de AbrahamLorentz, que aparece cuando una carga puntual acelerada irradia. Su
expresión matemática es:
Claramente se obtiene una fuerza de frenado nula cuando la aceleraci ón es constante.
Además de que la deducci ón de la ley de AbrahamLorentz es para una carga puntual, y por lo tanto inv álida para el caso
real que nos interesa, varios estudios posteriores mostraron que presenta serias inconsistencias [16] [28] y su aplicaci ón
es limitada.
Algunos notables autores [1] [25] [26] [27] han sostenido que la fuerza de frenado es nula porque la aceleración propia de
la carga es constante en este tipo de movimiento, expresando la ley de manera covariante en el espacio de Minkowski. Sin
entrar a discutir la validez de la dudosa ley y de su aplicaci ón e interpretación covariante, corresponde se ñalar que para un
observador inercial único se debe considerar la aceleración referida a dicho observador inercial y no la (propia) referida a los
infinitos observadores inerciales comóviles instant áneos.
En consecuencia, la aceleración no es constante y esta ley bien usada tambi én predice que hay fuerza de frenado para una
carga en movimiento hiperbólico.
2. En 1905 aparece la Teor ía de Relatividad Especial cuyo fundamento teórico son las ecuaciones de Maxwell, que son
relativistas de nacimiento. Queda bien establecida la electrodinámica de los cuerpos en movimiento y c ómo se transforman
los campos para observadores inerciales diferentes (relatividad de los campos).
Varios trabajos usan la relatividad del campo electromagn ético para demostrar que la radiación de una carga puntual
acelerada en un sistema inercial no es detectada por un observador comóvil con la carga, conclusión que no corresponde al
fenómeno para una carga real (no puntual), por lo cual no es relevante en nuestro caso si tal conclusión es cierta o no.
Es importante agregar que dicha postura también desconoce la causalidad del proceso de radiaci ón. La Relatividad Especial
permite demostrar fácilmente que si una onda electromagn ética existe en un dado sistema inercial, ella existe para todo
otro sistema inercial, lo que permite asegurar que si un observador detecta radiaci ón, ella será detectada por cualquier otro
observador inercial, lo que es equivalente a decir que el fenómeno de radiación es absoluto.
Asimismo, toda radiación causal cumple con las condiciones de PaleyWiener [29] y es expresable por una integral de Fourier
sobre infinitas ondas electromagnéticas, cuya existencia individual es absoluta.
Este aspecto ser á desarrollado más en detalle en este trabajo como argumento para discutir la validez de la Paradoja de
Born.
En el enfoque de la Relatividad Especial las interacciones son consideradas procesos causales independientes del
observador, y por ello no pueden ser eliminadas mediante la elecci ón de un sistema de referencia particular.
De acuerdo con la mecánica clásica relativista todo cuerpo acelerado en un sistema inercial est á sometido a una interacci ón
causal, que en este marco te órico se describe mediante fuerzas aplicadas, provoc ándole aceleraci ón y también cambios
propios a cualquier sistema f ísico con estructura no puntual y acelerado.
Estos efectos pueden ser relativos al observador, incluso anularse alguno de ellos, tal como la aceleraci ón del cuerpo para
un observador comóvil con él, pero no la totalidad de los mismos pues un fen ómeno causal no puede desaparecer. Ello
permite asegurar que en rigor no es aceptable la creencia, a la que muchos adhieren, que en un sistema de referencia
comóvil con una carga acelerada su campo ser á similar a cuando ella está en reposo y libre de acciones externas.
3. El Principio de Equivalencia, que Einstein calific ó como la idea más feliz de toda su vida, se publica en 1907 y se basa en la
aparente igualdad entre masa inercial y masa gravitatoria de un cuerpo. Por ello propuso que un campo gravitatorio
uniforme pueda ser reemplazado por un sistema de referencia acelerado, propuesta descrita de forma simple en su famosa
experiencia pensada del ascensor, punto de partida de la Teor ía General de Relatividad.
Reemplazar una fuerza (gravitatoria) por otra (inercial) no era algo nuevo y se lo usaba cotidianamente, por ejemplo en la
resolución teórica de sistemas que rotan, mediante un cambio de sistema de referencia inercial a uno rotante no inercial.
Lo audaz y revolucionario fue que tambi én postul ó que para un observador en ca ída libre se cumplen todas las leyes de la
física de igual manera que en un sistema inercial galileano, es decir que también es inercial.
En consecuencia, una carga y una part ícula neutra deben caer de igual manera en un campo gravitatorio uniforme en un
sistema galileano, condición que s ólo se cumpliría si la carga no irradia en su ca ída, ya que si existiera radiación habría
fuerza de frenado y podr íamos distinguir si estamos en presencia de un campo gravitatorio.
Por otro lado y en contradicci ón con lo anterior, la teoría electromagn ética predice que toda carga acelerada emite ondas
física de igual manera que en un sistema inercial galileano, es decir que también es inercial.
En consecuencia, una carga y una part ícula neutra deben caer de igual manera en un campo gravitatorio uniforme en un
sistema galileano, condición que s ólo se cumpliría si la carga no irradia en su ca ída, ya que si existiera radiación habría
fuerza de frenado y podr íamos distinguir si estamos en presencia de un campo gravitatorio.
Por otro lado y en contradicci ón con lo anterior, la teoría electromagn ética predice que toda carga acelerada emite ondas
electromagnéticas, cualquiera sea la causa de la aceleración y cualquiera sea la estructura de la carga y su distribuci ón,
pues las ecuaciones de Maxwell son lineales y admiten la superposici ón.
Esta incompatibilidad entre el Principio de Equivalencia y el Electromagnetismo crea una situaci ón crítica, ya que la validez
estricta de la teoría de Maxwell es esencial para la Teoría Especial de Relatividad y el cumplimiento del Principio de
Equivalencia es indispensable para la Teor ía General.
4. La formulación de Minkowski de la Relatividad Especial [31], aparecida en 1907, es el modelo matem ático más adecuado
para la Teor ía Especial descrita en un espacio de Riemann de cuatro dimensiones y, sin duda, su aparici ón facilitó el
desarrollo de toda la f ísica relativista.
Sin embargo, una mala aplicaci ón e interpretación elaborada con ella condujo a una conclusión errónea que no se ajusta al
comportamiento real observado, que influyó en muchos especialistas.
Me refiero explícitamente a la falsa conclusión de que la masa propia es un invariante, aseveraci ón que s ólo vale si la
variación de energ ía de un sistema f ísico masivo se debe únicamente a cambios de su cantidad de movimiento, hecho que ni
siquiera con las part ículas elementales sabemos que ocurra con certeza.
Bastaría recordar que cualquier sistema f ísico macroscópico tiene una masa propia dependiente de la temperatura o que la
masa propia de un átomo excitado es mayor que la que tiene en estado fundamental, para concluir que la masa propia no
es en general un invariante.
Este error conceptual inicial, a ún no erradicado del todo, tuvo efectos secundarios en los distintos intentos fallidos (Einstein,
Weyl, Nordstr öm, Mie) para elaborar una teor ía de campos para la gravitaci ón consistente con la Relatividad Especial, al
considerar que la masa propia era el sumidero del campo, y no la masa relativista, como hoy sabemos que corresponde.
Einstein en su propuesta plante ó, para el caso estacionario de una masa “sumidero” única, la ecuación de Poisson usando la
masa propia [32].
Con ese criterio la fuerza provocada por un campo gravitatorio uniforme es constante y el movimiento resultante para ca ída
libre es el llamado hiperbólico, movimiento que no corresponde al caso real.
5. En 1908 Minkowski, al año de publicar su formulación geométrica de la Relatividad Especial, realizó el estudio de un
movimiento simple denominado “hiperbólico” [33], el cual tiene una característica distintiva respecto de cualquier otro
movimiento, todo objeto que lo cumpla posee aceleración propia constante.
El movimiento hiperbólico puede definirse como aquel que realiza un cuerpo sometido a una fuerza constante, cuya solución
rigurosa aparece por primera vez con la Teor ía Especial de Relatividad, sin que ello presente resultados extraños.
En consecuencia, si en un sistema inercial se asume (incorrectamente) que el campo gravitatorio act úa sobre la masa propia
[1] [34], la fuerza sobre una part ícula en caída libre resulta constante, resultando un movimiento hiperb ólico.
La creencia generalizada de que la ca ída libre en un campo gravitatorio uniforme era con movimiento hiperbólico tuvo gran
incidencia en el desarrollo te órico posterior.
Este error hist órico, que aún continúa para muchos especialistas, en mi conocimiento nunca fue publicado, ni discutido ni
tratado en la abundante bibliograf ía espec ífica, por lo cual sigue instalado en general.
Al respecto, como simple ejemplo demostrativo, se transcribe un p árrafo del muy famoso y citado art ículo de T. Fulton y F.
Rohrlich [6] publicado en Annals of Physics en 1960, “Classical Radiation from a Uniformly Accelerated Charge”, donde resalto
en negrita el error aludido.
“A particle is said to be in uniformly accelerated motion when it experiences constant acceleration [a'" = (0,a'), a' = const.] in its
instantaneous rest system S'[v'" = (1,0,0,0)]. Such motion can be produced by a constant, homogeneous gravitational
field or, when the particle is charged, by a constant, homogeneous electric field.”
En el presente trabajo mostraremos, en el marco de la Relatividad Especial, aspectos particulares del movimiento hiperbólico, del
movimiento de caída libre en un campo uniforme, y de la causalidad de la radiación de una carga acelerada.
Con el objeto de permitir un análisis más simple consideraremos el caso en que el campo gravitatorio uniforme es colineal con la
velocidad (movimiento unidimensional) y con el mismo sentido.
Aspectos del movimiento hiperbólico relativista
Este tipo de movimiento simple ocurre cuando la fuerza aplicada es constante, y su denominación se debe a que la ecuaci ón
horaria correspondiente es la ecuaci ón de una hip érbola [35].
(1)
Siendo m la masa relativista y v la velocidad de la part ícula.
Este tipo de movimiento simple ocurre cuando la fuerza aplicada es constante, y su denominación se debe a que la ecuaci ón
horaria correspondiente es la ecuaci ón de una hip érbola [35].
(1)
Siendo m la masa relativista y v la velocidad de la part ícula.
(2)
La aceleración que le mide un observador inercial disminuye con la velocidad, tal como debe suceder para que la part ícula no
supere la velocidad de la luz. N ótese que la aceleración para un observador inercial no es constante.
(3)
El resultado (3) muestra que la aceleración propia es constante e independiente del sistema inercial instantáneo que corresponda,
vale lo mismo para todo observador inercial, siendo una caracter ística que s ólo cumple el movimiento hiperbólico.
Aclaremos un error común que figura en alguna bibliografía, donde se indica que esta aceleraci ón propia es la que “siente” un
observador com óvil con la partícula. En caída libre la partícula y el observador comóvil no “sienten” aceleración alguna (de
arrastre).
Si hubiéramos sido cuidadosos la fuerza constante habría sido designada F0.
En ese caso la aceleración propia ser ía:
(4)
No resulta extraño que se haya considerado que este tipo de movimiento correspond ía al de caída libre, pues es el único en el
que la aceleración propia es constante e id éntica para todo observador inercial. Más aún, el sentido común nos indicaría que
cualquier observador inercial que calcule la aceleración propia de un objeto en ca ída libre en un campo uniforme g obtendr ía
siempre la misma aceleración propia, lo cual mostraremos que no es correcto.
Aspectos de la caída libre relativista
Nos interesa establecer algunos aspectos din ámicos de la caída libre en un campo g constante, correspondientes a dos sistemas
inerciales SI y SI P , siendo SI P el sistema propio instantáneo.
La fuerza aplicada es F = m g, siendo m la masa relativista.
Partiendo de la (1) obtenemos, para el problema unidimensional visto desde SI,
(5)
La aceleración que ocasiona el campo gravitatorio g constante en el sistema SI es una función monótona decreciente con la
velocidad de la part ícula y, por supuesto, con el tiempo. La aceleraci ón es máxima y vale g sólo en el instante en que la part ícula
est á en reposo respecto del observador. La aceleraci ón tiende a cero cuando la velocidad de la part ícula tiende a la de la luz (c).
Procediendo de igual manera que en (3) obtenemos la aceleración propia en SI P :
(6)
Siendo V=v la velocidad relativa entre SI y SI P .
Este resultado, muchas veces ignorado, es muy importante pues nos demuestra que en ca ída libre en un campo uniforme la
aceleración propia no es constante en el tiempo, pues la velocidad relativa entre SI y SI P cambia continuamente.
Para un mismo observador inercial la aceleraci ón propia de la partícula aumenta con la velocidad que ella tiene respecto del
observador, tal como debe suceder para una part ícula en movimiento en un campo gravitatorio constante debido a la relatividad
del campo gravitatorio.
Analicemos como se modifica el campo gravitatorio para un observador inercial que esté en reposo instant áneo con el cuerpo
(sistema primado). En dicho sistema la masa es la propia. Para su c álculo usamos las transformaciones de Lorentz, que en
nuestro caso unidimensional (seg ún el eje x) resulta muy simple.
(7)
El campo gravitatorio no es absoluto, es relativo al sistema de referencia y su valor es distinto para observadores
inerciales en movimiento relativo.
Analicemos como se modifica el campo gravitatorio para un observador inercial que esté en reposo instant áneo con el cuerpo
(sistema primado). En dicho sistema la masa es la propia. Para su c álculo usamos las transformaciones de Lorentz, que en
nuestro caso unidimensional (seg ún el eje x) resulta muy simple.
(7)
El campo gravitatorio no es absoluto, es relativo al sistema de referencia y su valor es distinto para observadores
inerciales en movimiento relativo.
La solución completa de la caída libre puede verse en:
http://www.fisicarelatividad.com.ar/temasespeciales/caida libre
Nótese que la ca ída libre en un campo gravitatorio uniforme converge al movimiento hiperbólico para v << c.
Causalidad de la radiación de una carga acelerada
Ya hemos nombrado que varios autores aducen que si bien es cierto que la radiaci ón se detecta en todo sistema inercial, no
sucede as í en un sistema acelerado com óvil con la carga.
Corresponde se ñalar una propiedad fundamental de la Potencia, relacionada con el Principio de Causalidad. Si la Potencia de un
sistema físico cualquiera es distinta de cero estamos en presencia de un proceso causal.
La emisión de radiación por un electrón acelerado implica pérdida de energ ía de la carga que irradia, proceso que no es casual
sino causal, ya que sucede cuando la carga es acelerada por una fuerza externa. Ello nos permite identificar a la interacción
cargacampo (externo) como la causa del fen ómeno de radiación.
Por otro lado, la Relatividad Especial y el Principio de Causalidad consideran que los fen ómenos causales son absolutos y no
pueden ser evitados mediante la elecci ón particular de algún sistema de referencia, inercial o no inercial.
Durante una interacción aparecen fuerzas aplicadas en la carga no puntual, por lo cual debe sufrir modificaciones geom étricas y
dinámicas que alteran su contenido de energía total y también su masa propia.
La explicación de ello es que los procesos causales tienen un inicio y, dado que las fuerzas aplicadas no se transmiten a
velocidad infinita a todos los puntos del sistema, aparecer án tensiones que alteran el sistema modificando su geometría y masa
propia.
Lo importante, desde un punto de vista teórico, no es el valor de la modificación de la masa propia, que puede ser muy peque ña
o incluso despreciable, sino la existencia de ella.
Una verificación experimental de ambos procesos lo brinda el ciclotrón, en el cual hay radiaci ón de frenado durante toda la
trayectoria curva en cada ciclo a pesar de que solamente hay trabajo mec ánico en dos peque ños arcos de la misma.
Otro caso interesante lo ofrece el movimiento de una carga en un plano transversal a un campo magn ético constante, cuya
fuerza es normal a la velocidad por lo cual la potencia entregada por el campo externo es nula. La trayectoria de la carga es una
espiral en el caso relativista, con pérdida continua de su energ ía cinética por emisión continua de radiaci ón, como claramente
puede observarse en la imagen registrada para un electr ón en la figura 1.
espiral en el caso relativista, con pérdida continua de su energ ía cinética por emisión continua de radiaci ón, como claramente
puede observarse en la imagen registrada para un electr ón en la figura 1.
Fig. 1 – Electrón relativista en un campo magnético transversal constante
Que la potencia sea una magnitud absoluta tiene otras implicancias importantes, ya que si esta magnitud es distinta de cero
entonces el vector de Poynting no es nulo al menos en alguna regi ón no estacionaria del espacio, contigua a la carga acelerada
[16], por lo cual existe campo magnético no nulo para todo observador, incluido el com óvil con la carga.
Discusión y conclusiones
El comportamiento de una carga acelerada por un campo gravitatorio uniforme ha sido tratado brevemente con un enfoque
clásico mediante la Teoría Electromagnética, la Teoría de Relatividad Especial y el Principio de Causalidad.
De acuerdo con ello se ha mostrado que un error histórico sobre el movimiento en caída libre condujo a muchas conclusiones
falsas, en particular sobre el controvertido tema de si existe o no radiaci ón de una carga en ca ída libre.
Considerando el movimiento correcto de un cuerpo en ca ída libre no hay controversia posible, pues aún aplicando la dudosa ley
de Abraham Lorentz, sea con la aceleraci ón respecto de un observador inercial o con la aceleración propia, resulta una fuerza de
frenado no nula, lo que s ólo es posible si hay radiaci ón.
Sin duda este resultado tiene incidencia directa sobre el Principio de Equivalencia y la Teoría General de Relatividad, cuyas
condiciones de validez deben ser revisadas.
Las conclusiones principales de este trabajo son:
1. La Paradoja de Born no es v álida.
Más correcto ser ía decir que no existe paradoja pues su formulaci ón no es consistente con el conocimiento establecido y
aceptado, ya sea la Electrodinámica, la Relatividad Especial o el Principio de Causalidad.
Un electrón acelerado en un sistema inercial emite radiación cualquiera sea la causa que la provoque y tipo de movimiento
que realice, de acuerdo con las ecuaciones de Maxwell.
El fenómeno de radiación es causal y por ello ocurre para todo observador, inercial y no inercial, inclusive para aquel que
est é en reposo respecto de la carga.
2. El Principio de Equivalencia no es v álido.
Una carga en caída libre irradia ondas electromagn éticas y ello permitiría formalmente distinguir si se está en presencia de
un campo gravitatorio o no
Hay una incompatibilidad insalvable entre este Principio y el Electromagnetismo, la Relatividad Especial y el Principio de
Causalidad, debido a que el Principio rechaza la existencia de las interacciones part ículacampo gravitatorio.
3. La Teoría General de Relatividad deja de tener validez universal y sus limitaciones deben ser analizadas cuidadosamente.
En este sentido todo parece indicar que puede ser considerada correcta para bajas velocidades.
Referencias
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