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Joseph Cardenal Ratzinger LA EUCARISTIA CENTRO DE LA VIDA Dios esté cerca de nosotros i UNIVERSIDAD DE NAVARRA hi \ Wassus SERVICIO DE BIBLIOTECAS COLECCION: FONDO DE LO HUMANO N. St Primers eden: Julio 2003, "TETULO ORIGINAL: GOTT IST UNS NAME Fasharsio Mites Lebene © by Sink Uo Vas Gm, Aspire : "Traducin dl alemsn al catllano por: Juan Lo6n Herero Pérez Detalle Portada: Cristo en ens de Magdalena. G. de Mil ‘Sota Ce Floren Diss: Antonio Die Tosa Fotccomposiciéa: EDICEP PRINTED IN SPAIN LSB: 84-7050-7265, Dept Legal: 2646-2008, © by EDICEPCB. Almirante Cars, 11 » 46005- VALENCIA (Espata) "Tao: (496 395 20.45 + 95 3957293 + Fax: 96 3952297 Ema edicepG@edicep.com * wwwedicep.com [MPRIME: GUADA Liogafa $1.” VALENCIA Exp a INTRODUCCION fy INDICE Dios st con nosotros y entre nosottes «Se encarné de Maria, la Virgen, por obra del Espiritu Santo se hizo hombre» 1. Gramitca y contenido dea expresin del Cred 2. Bl fundamen biblico de la expres 3, Lashes d2Di0§ nnn Els{de Dios ysu amor también se mantienen. en Fa mete nn lorigen dela Bucaristaen el misorio pascal Fueate de vida surgida del costado abierto del Sefor en su entrega amorasa.. La Bucarista, centr deta Iglesi@o ‘Comida de a reconciliacion-fiesta dela resurreceion Sobre lacomecta elebracion dela santa Ears La proximidad de Dios enel Sacramento Lapresencia real de Cristo en el sacramento de la Buca 8. oon La actualizacién de la presencia el Sefior en la vida cotidiana Sobre a cuestin del culo yel eardcter seagrado de ta Eucarist soso u B 15 25 Be 45 45 6 ol 8 a 103 103 7. lSefior esti cerca de nosotros: en muestra conciencia, en su palabra, en su presencia personal en fa Bucaristia 00. 13 Homila sobre Dt4, 7 13 8, Estarante el Seiortr con el Sefior-arrodillarse Adelante del Sefor. U9 Ena fsa del Corpus Christ cm 9 Unewp m= INTRODUCCION 9. Todos formamos un solo cuerpo, tun migmo pan (C0 10,17) ..snsnnnnnn ir En la teologia de Joseph Ratzinger la Bucaristfa ocupa Bucaristae Iglesia on — 1m tan lugar central desde ef principio, yen especial su com- prensidn de la Iglesia esta en dependencia de ella: «La an eee aes a Tglesia surge de y consiste en que el Sefior se comunica a eee Tos hombres, entra en comunién con ellos y los lleva a co- ie ee oavaonaee eee a ‘munién mntua entre ellos. La Iglesia es la comunién de Dios con nosotros, que crea simulténeamente la verdale~ 1 Ipesia de todoslos agaresydetodestas temps. 138 +a conunién de los hombres entre i>. Ya para su esis Celeraciénencomunitn co ePaper 133 doctoral: ,eligié Ratzinger como 12 Lagasse como tinnay ena 13 Tema «Unum panis uma corpus sums mul porque Hons sobre Heh? 42 . 13s Sarieciten pane aa ie anna telavent arisais cuerpo. enna Ce Exist un hilo conductor ininterrumpido que leva des- ee ee 4e ios tiempos preconciliares hasta el momento actual ¥ iiss ane ee aque hace referencia a comprensién de la Eucaristia y de 3. todo lomibestyen in la peso tal como prueban ls publicaconesy a leccio- 4 Incropane capetios eae 12 nes de J. Ratzinger. Bsa eclesilog( evcarstica encuen- trast expresinen los mismos texts del Concilio, Fuente delasartcuas aiginales on 16 1 ARAN Cnc se ci oi Wiki es er ie, ndorcnge. Tee as Sb, a por Sole 91 8 ‘ 7 San Para Ratzinger la alta estima de la tradicional piedad eucarfstica que se muestra en procesiones, conmemora- ciones, meditaciones ante el Santisimo ~todo lo cual en- ‘uentra expresién tambien en el presente libro-no es una reliquiairreflexiva del tiempo preconciliar, sino que con el transcurso de Tos afios se ha revelado cada vez mis ia importancia de estas formas de piedad como expresién de lacomunién personal con Crist. Presupuesto para fa conmunio es una comprension de Dios segiin lacul «el Absoluto» no es solamente una im- personal «ley que rige la realidad, sino que se trata de Palabra, de Sentido y de Amor, es decir de comunidad viva?, De este modo, los desarrollos sobre la Eucaristia estan condicionados por dos referentes que iluminan su horizonte, un horizonte que es mucho mayor: en primer ugar el hecho de que el Dios trinitario ha venido hasta nosotros, ha llegado a ser el Dios con nosotros y cl Dios entre nosotros; y, en segundo lugar, esto supone también ‘que nosotros, en definitiva, no corremos hacia el vacfo, sino que la cercanfa de Dios nos proporciona un gozo de- finitivo. Las contribuciones al tema de la Eucaristia que aqui se presentan estén en su mayor parte redactadas a posteriori en base a registros magnetofbnicos de sermones, que fue- ‘on proounciados en situsciones concretas y en determi- nadas citcunstancias, y se ha mantenido intencionada- mente su caricter de lenguaje oral. No obstante nos, parece ver en Jos textos escogidos importantes impulsos para una comprensién més profunda del misterio de Ia ‘cereanfa de Dios nosotros en la Bucarista. 2. Cie ALRATANGER a, pp. 17.24 "Nuestro agradecimiento, en primer lugar, al autor, que se ha puesto al servicio de Ia tarea iluminadora de Ia fe cistiana y ala transmisién de su mensaje con una dedica- ‘in incansable, y a menudo Tlegando a fos imites de lo ‘que es humanamente posible ‘También agradecemos al servicio de prensa del arzo- bispado de Munich porla amable grabacion de los sermo- ‘nes del cardenal Joseph Ratzinger en su etapa de Munich, as{ como al Sr. Flelmath Brandner por su desinteresada ayuda y patrocinio ‘Ala Erich Wewel Verlag el agradecimiento por la auto- rizacién para la impresién de cuatro sermones publicados ‘en 1978 bajoel titulo de «Bucarstn, Centro de la Iglesia YY no en stimo lugar estamos agradecidos a la Sankt Ulrich Verlag, a cuya iniciativa se remonta este libro. En particular vaya nuestro agradecimiento al lector, sefor Michael Widmann, el cual ley6 una innumerable colec- ci6n de sermones del cardenal Ratzinger y aconsejé la pu- blicacién, asf como a la sefiora Anja Beck, que se ocups de la elaboracién del texto y de la maquetacién con una gran dedicacién, Los editores 1 Dios est4 con nosotros y entre nosotros: «SE ENCARNO DE MARIA, LA VIRGEN, POR OBRA DEL ESPIRITU SANTO YSE HIZO HOMBRE»? El Credo niceno es, como toxios los grandes Simbolos de fe de la antigua Iglesia, desde sus propios cimientos luna contfesi6n del Dios trinitario, Su contenido esencial es ‘una afirmacién de! Dios vivo como Sefior nuestro, del cual procede nuestra vida y hacia el cual ella misma re- verte. Es una confesién de fe, Pero, gqué significa para nosotros decir de Dios que es un Dios que vive, un Dios -«viviente»? Con ello queremos decir que este Dios no es tuna consecuencia éltima de nuestro raz6n, que nosotros situamos por encima de las dems con lacerteza que nos otorga nuestra capacidad de conocer y nuestro entendi- -iento; si solamente se tratara de eso este Dios seguiria siendo un pensamniento humano y cualquier esfuerzo por centregarse a él quizés pudiera ser una biisqueda de espe- 3. Pad cone to ttncarams std pct Sacto ex Mai Vir ines: as en aye mand $1995, 59. S057, yen Re ult 5 (1988) ctademo 7p 107-10, ranza y de aliento, pero ta intento s6lo conduciria a algo difuso, indeterminado. Fl hecho de que hablemos de un Dios «viviente» significa que este Dios se nos manifiesta, observa el tiempo desde la eternidad y establece una tela- ign con nosotros. No nos comresponde a nosotros defini {0 de cualquier modo posible; él mismo se ha «definido» y,de esa manera, ahora esti, como Sefior nuestro, delante ‘de nosotros, sobre nosotros y en medio de nosotros. Ese anostrarse» Dios, en base al cual él no es pensamiento nuestro sino nuestro Sefior, constituye con todo derecho el punto central del Simboto de la fe. ‘La confesién de la historia divina en medio de la his- toria humana no sélo surge de la simplicidad de la con- fesiGn de Dios sino es su condicién interna. Por eso el contro de todos nuestros Credos es el «sin a Jesucristo: «Se encamé de Marfa la Virgen por obra del Espititu Santo y se hizo hombre». Ante esta frase nos arrodilla- ‘mos, porque en este punto el Cielo, el Velo que cubre lo ‘culto de Dios, ha sido rasgado y el misterio nos ha aea- riciado sin mAs intermediatios. £1 Dios leiano se ha con- vertido en Dios nuestra, en «Emmanuel» «Dios con no- sotrose—(MU1,23). Los grandes maestros de la musica sacra hin sabido dar sicmpre a esta frase, mis alld de sus expresivas pala- bras, melodias siempre nuevas a través de las cuales aquello que no puede ser expresado en palabras ha llega 0 aimpresionar nuestros ofdos y nuesto corazén. Tales, ‘composiciones son una «exégesis» del misterio, mucho ‘ms profunda de lo que alcanzain todas nuestra interpre taciones racionales; pero como fue la Palabra la que se hizo came, nosotros tenemos que intentar siempre tradu- ‘ir de nuevo esta Palabra creadora original, que «estaba junto a Dios» y que «era Dios» (Jn 1, 1) a nuestra palabra n hhumana para que asf en nuestra palabras Palabra ‘Seuchemos ta 1, Gramética y contenido del expresion del Credo Cuando, para empezar, considera eta fase ce suestructura gramatical, observam0s Que inciuye gee sujetos, Son citados expresament el Espa gee Virgen Maria; por también et later pen encamé>. Este «éb> (eliptco) ya habia sido designs tes con diversos nombres: Jesueristo, «Hijo nies Dios... Dios verdadero de Dios verdadero... deja ne © naturaleza que el Padre», de modo que en este gj. separable de él- est incluido otto «y0>:el Pagre go que es consustancial de forma que puede ser ee el Dios de Dios. Esto significa: cl sujeto primero y roi taco esta frase es Dios (en reidad, no podiaos epursyo fuera de otra manera después de lo dicho), pero Digest Trinidad de sjtos, que sin embargo So gan ee ‘uno: el Pacire, el Hijo y el Espiritu Santo. Latengg at frase se sitla ahora en que no hace una denon tt ctemidad sobre el ser de Dios, sino ure doelanes oe ccional, a cual vista mis de cerca puede aire ie s0 como una declaracién de «padecimienc, Gyn pasivo.A esta declaracién funcional, 0 aque partic. Jas tes divinas personas, cada una @ Su manera, pore ‘pan el ede Maria a Virgen del que perdelatnsiengge tica del conjunto; pues sin Maafa la entata de iggy historia no llegarfa a su meta, por cuanto ng leaner la declaracién del Credo: que Dios 10 6 inca Dios en sfy paras mismo, sino un Dios connor pues la tr, se calfica a mismaconope a sranza y de aliento, pero tal intento s6lo conduciria a algo difuso, indeterminado. El hecho de que hablesmos de wn Dios «viviente» significa que este Dios se nos manifiesta, ‘observa cl tiempo desde la etemnidad y establece una rela- — (Mt 1,23). Los grandes maestros de la miisica sacra han sabido dar siempre a esta frase, mds alld de sus expresivas pala- bras, melodias siempre nuevas a través de las cuales quello que no puede ser expresacto en palabras ha liege do a impresionar nuestros ofdos y nuestro corazén, Tales composiciones son una «exégesis» del misterio, mucho ‘més profunda de lo que aleanzain todas nuestas interpre taciones racionales; pero como fue la Palabra la que se hizo came, nosotros tenemos que intentar siempre tradu- cir de nuevo esta Palabra creadora original, que «estaba junto a Dios» y que cera Dios» (Jn 1, 1) nuestra palabra n Inumana para que asi en nuestras palabras escuchemos fa Palabra, 1. Gramética y contenido dela expresién del Credo ‘Cuando, para empezar, consideramos esta frase segtin suestructura gramatical, observamos que incluye cuatro sujetos, Son citados expresamente el Espftit Santo y la ‘Virgen Maria; pero también est la terera persona del «se ‘encarnd», Este «él (eliptico) ya habfa sido designado an- tes con diversos nombres: Jesueristo, «Hijo tinico de ‘Dios... Dios verdadero de Dios verdadero... de la misma, naturaleza que el Padre», de modo que en este «éb> -¢ n= separable de él- esta incluid otro «yon: el Padre, con el que es consustancial de forma que puede ser llamado ‘Dios de Dios. Esto significa el sujeto primero y propio de esa frase es Dios (en realidad, no podtamos esperar que fuera de otra manera despus de lo dicho), pero Dios ena ‘Trinidad de sujetos, que sin embargo s6lo constituyen ‘uno: el Padce, el Hijo yel Espiritu Santo. La tensién de la frase se sitia ahora en que no hace una declaracién de, ‘teinidad sobre el ser de Dios, sino una dectaracién fun- ‘ional, la cual vista mis de cerea puede presentarse inclu- s0 como una declaracién de «padecimiento», como un jpasivo. Asta dectaraci6n funcional, en la que participan Jas tres divinas personas, cada uta su manera, pertenece el ede Maria, la Virgen», del que pend la tensi6n dramé- tica del conjunto; pues sin Maria la entrada de Dios en a historia no legaria a su meta, por cuanto no aleanzaria la declaracién del Credo: que Dios no es tinicamente un ‘Dios en sy para si mismo, sino un Dios con nosotros. Asi pues, la mujer, que se califica asf misma como humilde, B es decir como mujer anénima (Le 1, 48)4, se sitiaen el punto esencial del Credo del Dios «viviente>, y tal Credo es absolutamente inconcebible sin ella, Ella est unida de modo inrenunciable @ nuestra fe en el Dios vivo y activo. Lapalabra se enearnd, el etemo fundamento del sentido del mundo penetté en él. No sélo lo contempla desde fue- 12, sino que él mismo actia en él Para que pudiera suce- der asi necesits a la Virgen, la cual puso la totalidad de su persona, y con ello su cuerpo, a su disposicién para que legara a serel habitéculo de Dios en el mundo, La encar~ ‘acid requeria aceptacidn; solamente as{ pudo acontecer realmente la fusi6n de Logos y Carne. «El que te cre6 sin ti, no quiso salvate sin ti> dijo san Agustin al respecto 5. EL «mundo», al que vino el Hijo, la «came» que asumié, no esti en cualquier lugar ni es de cualquier manera; este mundo, esta came es una persona concreta, un corsz6n, abierto. La caata a los Hebreos ha interpretado el proceso de la encamnacién a partir de los Salmos como un dislogo real intradivino: et Hijo le dice al Padre «Ti me has pre- parado un cuerpo» (Hb 10, 5). Pero esta preparacion de lun cuerpo sc ha Hevado a cabo porque también Maria dice: tt no quieres sacrificios ni ofrendas, ti: me has pre~ parado un cuerpo... Mira, aquf estoy para hacer tu volun- tad (Hb 10, 5-7; Sal 40, 6-8). Al Hijo le ha sido preparado el cuerpo porque Marfa se ha entregado por completo ala voluntad del Padre y asi ha puesto su cuerpo disponible ‘como tienda del Espiritu Santo, 4. Cf aussi, rig de Muster Js Neen Tstament (St. len 1953, 485: ., apes slain Ft, poguti, ob itl insigt- ‘ne. "exe ahr” es goede ransformado por compe Marin ano ser ns a inascendenie “ima” mer tne l coarse todas peneraciones..» 5. SANAGUSTIN, Semin 109, 11.m 13 (PL 38, 923K, Sa Hoe vena Breslau, Ve. 3, 1“ 2, Elfundamento biblico dela expresién Para comptender en toda su profundidad esta expre- siGn.central del simbolo de laf, tenemos que retroceder alas fuentes del Credo: la Sagrada Escritura, El Simbo- lo de la fe se presenta a este respecto, y con una mirada mas profunda, como una sintesis de los tres grandes tes- timonios bfblicos sobre la encamacién del Hijo: Mt 1, 18-25; Le 1, 26-38; In 1, 13 yss. Sin necesidad de entrar ‘en un detallado analisis de estos textos, intentemos pe- netrar en ellos para tener presente cémo contribuyen de forma peculiar y propia a la comprensién de la encarna- cin de Dios. Mateo 1, 18-25 El evangelio de Mateo se inscribe en un ambiente ju- dio y judeocristiano. Su intencidn es establecer la conti- nuidad entre el Antiguo y el Nuevo Testamento: el Anti- guo Testamento conduce a Jestis, en él se cumplen las promesas. La interna conexién entre espera y cumpli- ‘miento consttuye la prueba directa de que aqui acta ver~ daderamente Dios y de que Jests es el Salvador del mun- doenviado por él. Este punto de vista condiciona, en primer lugar, que ‘Mateo desarrolle la historia de la infaneia de Jestis par- tiendo de la figura de san José, para mostrar que Jestis es hijo de Davia, el heredero prometido que otorga perpetui- ‘dad ala dinastia davidica y la transforma en el Reinadio de Dios sobre el mundo. 1 rbol genealdgico sia a José como descendiente de David. El angel se ditige en suefios a José como hijo «le David (Mt 1, 20). Por eso seri José quien ponga nom- Is bre a Jests: «la aceptacién de alguien como hijo se reali- zaeneel hecho de ponerle el nombre...» Precisamente porque Mateo quiere mostrar la cone- xi6n entre promesa y cumplimiento, introduce la figura de la Virgen Maria junto a la de José. La promesa hecha por Dios através del profeta Isaas al inerédulo rey Acab, cl cual ni siquiera ante el asedio de los ejércitos extranje- ros reunidos quiere pedir un signo divino, todavia no ha- bia sido cumplida ni comprendida, El Seftor, «por su ‘cuenta os dart un signo: Mirad, la Virgen concebird y ddaré a luz un hijo, y le pondra por nombre Emmanuel, {ue significa Dios-con-nosotros» (Is 7, 14), Nadie puede decir lo que esta sefial pudo significaren aquel momento hist6tico para el rey Acab, si se cumplid o no, y en qué consisti6; pero la promesa se extiende mas alla de aque momento y sobrepasé la historia de Israel como luz de es- peranza, que alumbraba hacia un futuro todavia descono- ido. ¥ para Mateo con el nacimiento de Jests de la Vir- ‘gen Maria el velo ha sido levantaco: es ahora cuando se cumple aquel sign, Con el cumplimiento de la promesa desde esta nueva dimensién, ahora va ligado también un nuevo nombre, que da al nombre de Fess toda su auténti- cca importancia y toda su profundidad. Al recibir el nifio de la promesa isaiana el nombre de Emmanuel el marco de la promesa davidica queda autométicamente desborda- do, El reinado de este nfo se extiende mucho més lejos de lo que la promesa davidica podia esperar: su reinado es cel reinado de mistno Dios, participa de la universalidad del poder de Dios, porque en é! es Dios mismo quien ha centrado en la historia, ste anuncio, presentado ya en la (6. LGNILA, Das Manhtuscumgeion Frio 1986) 1. 16 historia de la concepeién y el nacimiento de Jess, slo seri recogido de nuevo en Ios iltimos versfculos del evangelio. Asi, mientras durante su vida camal Jestis se sabe estrechamente ligado a a casa de Israel y todavia no se considera enviado al resto de pucblos de la tierra, des- pués de su muerte en cruz, cuando ya ha resucitado, dive: «laced discipulos de todos los pueblos... Mirad, yoestoy ‘eon vosotros todos los dias hasta el fin del mundo» (Me 28, 195s). Ahora se presenta ya com el Dios-con-noso- tros, cayo muevo reinado incluye todos los pueblos, por- ‘que Dios es uno y universal. Consecuentemente, Mateo altera las palabras de Isafas en el relato de la concepeidn de Jestisen un lugar: ya no dice «ela (la Visgen}le pon- ‘dr por nombre Emmanuel», sino «le pond por nom- bre Emmanuel, Dios con nosotros». En este «ellos» (los ‘que le pond por nombre Emmanuel] se inctuye Ta fare ra comunidad de los creyentes, la Iglesia, que lamaré a Jestis de esa manera. En el relato de Mateo todos esti di- rigido hacia el Cristo, porque todo esté ditigido hacia Dios; asf lo ha comprendido justamente la profesicn de fe yy asf lo ha transmitido la Iglesia, Pero precisamente por- {que ahora Dios esté con nosotros, también tienen una im- pportancia esencial los hombres portadores de la promesa: José y Marfa. A José le comesponde hacer presente ta con- fianza en la promesa del Dios de Istael, mientras que Ma sa encarma Ia esperanza de la humanidad. Fos es el padre segin la ley, mientras que Maria es madre con su propia ‘came: de ella depende que ahora Dios haya liegado a ser, realmente, uno de nosotros. 7, ONL, 02 ” Lucas 1, 26-38 [Echemos ahora una mirada ala epresentacién lncana de la concepcisn y nacimiento de Jesis, no para explicar aqui este riguisimio texto como tal, sino gnicamente para capa su particular contribucién al simbolo dela fe. Voy a limitarme a la pericopa del anuncio del nacimiento de Jestis por parte del aredngel Gabriel (Le 1, 26-38). Lucas deja deslizar el misterio trnitario en las palabras del én- gel, dando asi al suceso un lugar teolégico central, pre- sentdadolo como referencia para toda la historia de la salvacién, y, por tanto, también para el Credo. El nifio «que naceri seré llamado Hijo del Altisimo, Hijo de Dios; el Espiritu Santo, fuerza del Altisivo, actuaré misteriosa- ‘mente en su concepciéa, Asf, de este modo, se habla del Hijo, indirectamente del Padre, y también del Espiritu ‘Santo, Lucas, para significar la aceién de! Espiritu Santo cen Marfa emplea aguf la palabra «cubrir con su sombra (versiculo 35); con ello se refiere al relato Veterotesta- ‘mentario de la nube sagrada, que se colocaba sobre la “Tienda del Encuentro sefialando la morada de Dios, De este modo esté designando a Maria como la nueva Tien- da de Encuentro, como el Arca viva de la Alianza, Su «sip es el lugar del encuentro, en el cual Dios halla su ‘morada en el mundo, Dios, que no habita en edificios de piedra, vive en este «sf» expresado con cuerpo y alma; aquél, a quien el mundo no puede contener, puede habi- tarsin restricciones en una persons, Este motivo del ne- vo'Templo, de la verdadera Arca de Ia Alianza, es intro- ducido por Lucas muchas otras veces, y especialmente cen el saludo del dngel a Marfa: «Alégrate, lena de gracia, EI Seifor est contigo» (Le 1, 28). Hoy apenas disewte nadie que estas palabras del Angel transmitidas por Lucas 18 corresponden a las de la profecia de Sofonfas 3, 14 que {as aplica ala hija de Sin y le anuncia la morada de Dios dentro de ella; asi, por medio de este saludo, Marfa apa- rece como la hija de Sién en persona c, igualmente, como lugar de habitacin, como Tienda sagrada, sobre la que se hace presente la nube de Dios, Los Santos Pa- res han recogido esta idea, que también ha determinado laiconografia de la antiglledad cristiana, San José es ca- racterizado como Sumo Sacerdote por medio de su vara florida, como prototipo del obispo cristiano; Maria, por su parte es la Iglesia viva, hasta ella lega el Espititu San- to, y de este modo se consttuye como el nuevo Templo. José, el justo, es designado administrador de los miste- rios divinos, padre de familia y defensor del santuario formado por la esposa y el Logos que habita en clla, Por ‘es0 es imagen del obispo, al. que Ie es contfiada la esposa; porque ella no esta su disposicidn sino asu custodia®, Todo aqui esti orientado hacia el Dios trinitatio, pero justamente por ello su presencia en Ia historia a través del rmisterio de Marfa y de la Iglesia se hace especialmente evidente y accesibe. “Todavia hay un punto de Ia historia del anuncio lucano {que me parece importante para muestra pregunta, Es el: {guiente: Dios solicita el si del hombre y no hace una sim- ple exhibicién de su poder, En el hombre creado Dios se hacreado un interlocutor libre y necesita shora la libertad fs MLNOLESIA, Lo enangeir dane, (Madrid 1980 188-1601, ZING Du stl de Geen J RATZINGER/ HEN. uC, Crd (Rn 1982), 105-165. 105-102. 8. Me apoyo agufen un rab, no public, eA THHERMEER. Jo ol dei des abc Bach und Press Roma 989), qu be ‘seunsexpicasin dela des smog dl Aro do Tn de Sea Me- ela Majora paride lstextos rues comemporiets. 9 de ese ser ereado para que su reinado, que no se funda- Imenta en el poder externo sino en la libertad, pueda ha- cerse realidad. Bemardo de Claraval ha expuesto en for- ‘ma dramatica en uno de sus sermnones esta espera de Dios yy de la humanidacl «il Angel esperabs tu respuesta, pues| es hora de volver a quien le ha enviado... Oh, Sefiora, res- ponde ala palabra, Ia que esperan la tierra, los abismos yeel cielo. Del mismo modo que el Rey y Seiiorse prendé e tu belleza, asf ansfa t respuesta complaciente... ;Por ‘qué tardas? {Por qué tienes miedo?... Mira, el ansiado pot todos los pueblos de Ja tierra lama a la puerta. ;Ay, si pa- sara de largo porque tt vacilas! (Levsntatel, bre! ;Que te levante tu fe, que te dé alas tu entrega, que tu acepiacién te eve a abrir!» Sin este libre consentimiento de Marfa, Dios no puede encarmarse. Cietamente, ese «sf» de Maa ¢s todo gracia; el dogma de la inmaculad concepcién de “Maria, en realidad, ha de hacer patente este nico sentido: ‘mostrar que ningiin hombre por su propio poder pone en ‘marcha Ia salvacién, sino que su «s6> esti sumergido en un, primigenio y previo amior divino, que le abarca desde an- tesde que nazca. 20, Buchan, Mie der Kc, Machen 1975, 9, 2.675 adogo(e.7 Enlace equ atrvctamesapzee cad ver momo pus cane eae aos celeb dea Fuca, as como score compres. Porto vay aaproveskarcon meh puso ns pede Tas cus ‘rool umesmales, qe ne habtahech el pases Wane de ge fia SL Mchcls de Macs para dessa us cnegoess fundamental soe fst strameno en aque be borden nia los probes peas def ‘alii yu vefoma, come las cestions dogmices ermales. De esta ‘tna epi seo nt cnn ops de nest ergo 10% ‘us espera qu a deen de tenderer rng de os tas unduetls e Sracatguas catia sobre cai Elen api preset respond a vepsto magneto de as seme es, aya culdadoan elboracinapradeco cornet la fia de pees ‘dtp de Mach, Pas a ines oad elo del te ‘comotanbign oe completo misma en varios gare, per pernane- ‘cs delteradament inca serie propia del dca oval Noes cis, oes dee que rasta de ninguna derusn academia so mplemerse fnacreqien pars los, nev ceteris ua ala cad "1 ctf dela mara Pollo spot tan sprees tao og sinpratendr vedere lamp treo dela dscusncetca AS, 2» En cierto modo no quedaba del todo claro lo que que- ria decir con ello; probablemente queria traducir aun es- logan fécil lo que se puede leer en Bultmann en el dificil enguaje de los especialistas. Dice Bultmann: no sabemos ccémo Jestis asumai6 su muerte, mo la afront6; tenemos: ue dejar abierta la posibilidad de que haya dudado 2. Para comprender esto debe considerarse eémo eshoza Bultmann la propia figura de Jess. Partiendo dela consi- deracién de que, en cualquier circunstancia, solamente puede suceder aquello que es probable, de que es imposi- ble historicamente un milagro del «completamente-otro>, elimina de Jess todo To inusual, lo extraondinario, lo di- vino. Fn definitiva, no quedarfa sino un Rabi mediocre, tal como es concebible en cualquier época. Pero entonces: se hace incomprensible como este Rabies conducido si- bitamente ala cruz, porque a un profesor intrascendente no se Ie crucfica. Desde luego, el Jess real no titubea en la cruz, peto este Jesis imaginario si. Desde la cruz es bien visible que Jestis era un hombre que no puede com- prenclrse segin los parsimetros habituales, sino que est por encima de ellos. De lo contrario no seria comprensi- ble emo en ella se pueden pone de acuerdo stibitamente sie tenn de eat iio sige snd morals ras de in Sei ena ey del iso Sendo de, que mre ae de ges feted os empos. Espa peste elo tm nde secondo ae os qos presi por ls sinlzain dea eros ono, ‘veg crea Ringe, Ro, ead a Assn de Ma 1978 21. R BULTMANN, Dat Vers der wcitichen Chrsabonchaf aon historic Jesu idly 190), Paral ics ne: IEKFELAGE (ed), Der Ted Jesu Dewagen in Neuen Testament vedo 9TH SCHORANN, Je ignore 1975), 22, Chel imperaie aro dH. SCHR, «Zr Frage West ess, fe LONILKA (cd) Neues Testament und Kise. lr Schacht Fe bu 197), 399370; cul sigaifieafaun cambio de aentacin ene aa- ete dltoma, 30 todos los poderes enemigos: udios y romanos, devotos y ateos, para climinar a ese exirafo profeta, El no entra en riinguno de los esquemas elaborados por los hombres, y porello tiene que ser quitado de enmectio, Con ello se ma- nifiesta una vez: més que nosotros no podemios reconocer al aut&ntico Jestis cuando lo presentamos segrin nuestros patrones;eltnico Jess es el Jestis de sus testigos. No hay ‘mejor posibilidad para nosotros de conocerle que atender ala palabra de quienes vivieron con él, de quienes reco- rrieron ast lado el camino de su vida earl Si interrogamos a estos testigos, veremos -y, propia- mente, la cosa se expla por si misma que nose ha ditigi- do ala cruz por sorpresa y desprevenido; no pod ignorar Ja tormenta que iba a desatarse sobre él dada la fuerza de Jas contradiccfones, dela enemistad y de rechazo que iba ‘convocindose alrededor de él. Bn st tinerario evidente ha-

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