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DEFINICIÓN DE ESTRATEGIA DE APRENDIZAJE.

1.1. Técnicas y estrategias.

Las estrategias de aprendizaje, son el conjunto de actividades, técnicas y medios


que se planifican de acuerdo con las necesidades de la población a la cual van
dirigidas, los objetivos que persiguen y la naturaleza de las áreas y cursos, todo
esto con la finalidad de hacer más efectivo el proceso de aprendizaje.

Al respecto Brandt (1998) las define como, "Las estrategias metodológicas,


técnicas de aprendizaje andragógico y recursos varían de acuerdo con los
objetivos y contenidos del estudio y aprendizaje de la formación previa de los
participantes, posibilidades, capacidades y limitaciones personales de cada
quien".

Es relevante mencionarle que las estrategias de aprendizaje son conjuntamente


con los contenidos, objetivos y la evaluación de los aprendizajes, componentes
fundamentales del proceso de aprendizaje.

Siguiendo con esta analogía, podríamos explicar qué es y qué supone la


utilización de estrategias de aprendizaje, a partir de la distinción entre técnicas
y estrategias:

 TÉCNICAS: actividades especificas que llevan a cabo los alumnos


cuando aprenden.: repetición, subrayar, esquemas, realizar preguntas,
deducir, inducir, etc. Pueden ser utilizadas de forma mecánica.
 ESTRATEGIA: se considera una guía de las acciones que hay seguir. Por
tanto, son siempre conscientes e intencionales, dirigidas a un objetivo
relacionado con el aprendizaje.

Tradicionalmente ambos se han englobado en el término PROCEDIMIENTOS.

 USO REFLEXIVO DE LOS PROCEDIMIENTOS


ESTRATEGIA

 COMPRENSIÓN Y UTILIZACIÓN O APLICACIÓN DE


TÉCNICAS
LOS PROCEDIMIENTOS

Para explicar la diferencia entre técnicas y estrategias se podría usar una


analogía de Castillo y Pérez (1998): no tiene sentido un equipo de fútbol de
primeras figuras (técnicas) jugando al fútbol sin orden ni concierto, sin un
entrenador de categoría que los coordine (estrategias). Y éste poco podría hacer
si los jugadores con los que cuenta apenas pueden dar algo de sí...

La técnica, sin la estrategia muere en sí misma, pero es prácticamente


imposible desarrollar cualquier estrategia sino hay calidad mínima en los
jugadores (dominio de la técnica). Por otra parte, si el mejor futbolista dejase
de entrenar y su preparación física decayera (hábito) poco más de alguna
genialidad podría realizar, pero su rendimiento y eficacia se vendría abajo.

Los futbolistas realizan la tarea, pero el entrenador la diseña, la evalúa y la


aplica a cada situación, determinando la táctica que en cada momento
proceda.

Por tanto, se puede definir ESTRATEGIA DE APRENDIZAJE, como:

Proceso mediante el cual el alumno elige, coordina y aplica los procedimientos


para conseguir un fin relacionado con el aprendizaje.

Resumiendo: no puede decirse, que la simple ejecución mecánica de ciertas


técnicas, sea una manifestación de aplicación de una estrategia de aprendizaje.
Para que la estrategia se produzca, se requiere una planificación de esas técnicas
en una secuencia dirigida a un fin. Esto sólo es posible cuando existe
METACONOCIMIENTO.

El metaconocimiento, es sin duda una palabra clave cuando se habla de


estrategias de aprendizaje, e implica pensar sobre los pensamientos. Esto
incluye la capacidad para evaluar una tarea, y así, determinar la mejor forma de
realizarla y la forma de hacer el seguimiento al trabajo realizado.

1.2. De las técnicas de estudio a las estrategias de aprendizaje.

Desde este punto de vista, las estrategias de aprendizaje, no van, ni mucho


menos, en contra de las técnicas de estudio, sino que se considera una etapa
más avanzada, y que se basa en ellas mismas.

Es evidente pues que existe una estrecha relación entre las técnicas de estudio y
las estrategias de aprendizaje:

 Las estrategias, son las encargadas de establecer lo que se necesita para


resolver bien la tarea del estudio, determina las técnicas más adecuadas a
utilizar, controla su aplicación y toma decisiones posteriores en función de
los resultados.
 Las técnicas son las responsables de la realización directa de éste, a
través de procedimientos concretos.

1.3. Características de la actuación estratégica:

Se dice que un alumno emplea una estrategia, cuando es capaz de ajustar su


comportamiento, (lo que piensa y hace), a las exigencias de una actividad o
tarea encomendada por el profesor, y a las circunstancias en que se produce. Por
tanto, para que la actuación de un alumno sea considerada como estratégica es
necesario que:

 Realice una reflexión consciente sobre el propósito u objetivo de la tarea.


 Planifique qué va a hacer y cómo lo llevará a cabo: es obvio, que el
alumno ha de disponer de un repertorio de recursos entre los que escoger.
 Realice la tarea o actividad encomendada.
 Evalúe su actuación.
 Acumule conocimiento acerca de en qué situaciones puede volver a
utilizar esa estrategia, de qué forma debe utilizarse y cuál es la bondad de
ese procedimiento (lo que se llamaría conocimiento condicional).

Si se quiere formar alumnos expertos en el uso de estrategias de aprendizaje,


estos son los contenidos en los que habrá que instruirlos.

2. CLASIFICACIÓN DE LAS ESTRATEGIAS DE APRENDIZAJE EN EL


ÁMBITO ACADÉMICO.

Se han identificado cinco tipo de estrategias generales en el ámbito educativo.


Las tres primeras ayudan al alumno a elaborar y organizar los contenidos para
que resulte más fácil el aprendizaje (procesar la información), la cuarta está
destinada a controlar la actividad mental del alumno para dirigir el aprendizaje
y, por último, la quinta está de apoyo al aprendizaje para que éste se produzca
en las mejores condiciones posibles.

2.1. Estrategias de ensayo.

Son aquellas que implica la repetición activa de los contenidos (diciendo,


escribiendo), o centrarse en partes claves de él. Son ejemplos:

 Repetir términos en voz alta, reglas mnemotécnicas, copiar el material


objeto de aprendizaje, tomar notas literales, el subrayado.

2.2. Estrategias de elaboración.


Implican hacer conexiones entre lo nuevo y lo familiar. Por ejemplo:

 Parafrasear, resumir, crear analogías, tomar notas no literales, responder


preguntas (las incluidas en el texto o las que pueda formularse el alumno),
describir como se relaciona la información nueva con el conocimiento
existente.

2.3. Estrategias de organización.

Agrupan la información para que sea más fácil recordarla. Implican imponer
estructura al contenidos de aprendizaje, dividiéndolo en partes e identificando
relaciones y jerarquías. Incluyen ejemplos como:

 Resumir un texto, esquema, subrayado, cuadro sinóptico, red semántica,


mapa conceptual, árbol ordenado.

2.4. Estrategias de control de la comprensión.

Estas son las estrategias ligadas a la Metacognición. Implican permanecer


consciente de lo que se está tratando de lograr, seguir la pista de las estrategias
que se usan y del éxito logrado con ellas y adaptar la conducta en concordancia.

Si utilizásemos la metáfora de comparar la mente con un ordenador, estas


estrategias actuarían como un procesador central de ordenador. Son un sistema
supervisor de la acción y el pensamiento del alumno, y se caracterizan por un
alto nivel de conciencia y control voluntario.

Entre las estrategias metacognitivas están: la planificación, la regulación y la


evaluación

Estrategias de planificación.

Son aquellas mediante las cuales los alumnos dirigen y controlan su conducta.
Son, por tanto, anteriores a que los alumnos realicen ninguna acción. Se llevan
acabo actividades como:

 Establecer el objetivo y la meta de aprendizaje


 Seleccionar los conocimientos previos que son necesarios para llevarla a
cabo
 Descomponer la tarea en pasos sucesivos
 Programar un calendario de ejecución
 Prever el tiempo que se necesita para realizar esa tarea, los recursos que
se necesitan, el esfuerzo necesario
 Seleccionar la estrategia a seguir

Estrategias de regulación, dirección y supervisión.

Se utilizan durante la ejecución de la tarea. Indican la capacidad que el alumno


tiene para seguir el plan trazado y comprobar su eficacia. Se realizan actividades
como:

Formularles preguntas

 Seguir el plan trazado


 Ajustar el tiempo y el esfuerzo requerido por la tarea
 Modificar y buscar estrategias alternativas en el caso de que las
seleccionadas anteriormente no sean eficaces.

Estrategias de evaluación.

Son las encargadas de verificar el proceso de aprendizaje. Se llevan a cabo


durante y al final del proceso. Se realizan actividades como:

 Revisar los pasos dados.


 Valorar si se han conseguido o no los objetivos propuestos.
 Evaluar la calidad de los resultados finales.
 Decidir cuando concluir el proceso emprendido, cuando hacer pausas, la
duración de las pausas, etc.

2.5. Estrategias de apoyo o afectivas.

Estas estrategias, no se dirigen directamente al aprendizaje de los contenidos.


La misión fundamental de estas estrategias es mejorar la eficacia del
aprendizaje mejorando las condiciones en las que se produce. Incluyen:

 Establecer y mantener la motivación, enfocar la atención, mantener la


concentración, manejar la ansiedad, manejar el tiempo de manera efectiva,
etc.

Por ultimo señalar, que algunos autores relacionan las estrategia de aprendizaje
con un tipo determinado de aprendizaje. Para estos autores cada tipo de
aprendizaje (por asociación/por reestructuración) estaría vinculado a una serie
de estrategias que le son propias.

 El aprendizaje asociativo: ESTRATEGIAS DE ENSAYO


 El aprendizaje por reestructuración: ESTRATEGIAS DE ELABORACIÓN,
O DE ORGANIZACIÓN.

El siguiente esquema representa gráficamente los distintos tipos de estrategias.

Para ver el gráfico seleccione la opción "Descargar" del menú


superior
3. LA ELECCIÓN DE LAS ESTRATEGIAS DE APRENDIZAJE.

El alumno debe escoger, de entre las de su repertorio, la estrategia de


aprendizaje más adecuada en función de varios criterios:

 Los contenidos de aprendizaje (tipo y cantidad): la estrategia utilizada


puede variar en función de lo que se tiene que aprender, (datos o hechos,
conceptos, etc.), así como de la cantidad de información que debe ser
aprendida. Un alumno que, p.e., sólo debe aprender la primera columna de
los elementos químicos de la tabla periódica, puede, elegir alguna estrategia
de ensayo: repetir tantas veces como sea preciso el nombre de los elementos,
o utilizar alguna regla mnemotécnica. Estás mismas estrategias, pueden ser
utilizadas para la memorización de vocabulario en inglés (datos).
 Los conocimientos previos que tenga sobre el contenido de aprendizaje:
si el alumno quiere relacionar, p.e., los distintos tipos de aviones que existen
y clasificarlos es necesario tener unos conocimientos más amplios que saber
el nombre.
 Las condiciones de aprendizaje (tiempo disponible, la motivación, las
ganas de estudiar, etc.). En general puede decirse que a menos tiempo y más
motivación extrínseca para el aprendizaje más fácil es usar estrategias que
favorecen el recordar literalmente la información (como el ensayo), y menos
las estrategias que dan significado a la información o la reorganizan
(estrategias de elaboración o de organización).
 El tipo de evaluación al que va a ser sometido: en la mayoría de los
aprendizajes educativos la finalidad esencial es superar los exámenes; por
tanto, será útil saber el tipo de examen al que se va a enfrentar. No es lo
mismo, p.e., aprender el sistema periódico químico para aplicarlo a la
solución de problemas químicos que aprenderlo para recordar el símbolo o
estructura atómica de cada elemento. Esto es, las pruebas de evaluación que
fomentan la comprensión de los contenidos ayudas a que los alumnos
utilicen más las estrategias típicas del aprendizaje por reestructuración.

4. LA ENSEÑANZA DE LAS ESTRATEGIAS DE APRENDIZAJE


4.1. Por qué enseñar estrategias de aprendizaje.

Como profesores todos nos hemos preguntado muchas veces, por qué ante una
misma clase, unos alumnos aprenden más que otros. ¿Qué es lo que distingue a
los alumnos que aprenden bien de los que lo hacen mal?. Existen muchas
diferencias individuales entre los alumnos que causan estas variaciones. Una de
ellas es la capacidad del alumno para usar las estrategias de aprendizaje:

Por tanto, enseñar estrategias de aprendizaje a los alumnos, es garantizar el


aprendizaje: el aprendizaje eficaz, y fomentar su independencia, (enseñarle a
aprender a aprender).

Por otro lado, una actividad necesaria en la mayoría de los aprendizajes


educativos es que el alumno estudie. El conocimiento de estrategias de
aprendizaje por parte del alumno influye directamente en que el alumno sepa,
pueda y quiera estudiar.

 SABER: el estudio es un trabajo que debe hacer el alumno, y puede


realizarse por métodos que faciliten su eficacia. Esto es lo que pretenden las
estrategias de aprendizaje: que se llegue a alcanzar el máximo rendimiento
con menor esfuerzo y más satisfacción personal.
 PODER: para poder estudiar se requiere un mínimo de capacidad o
inteligencia. Está demostrado que esta capacidad aumenta cuando se
explota adecuadamente. Y esto se consigue con las estrategias de
aprendizaje.
 QUERER: ¿es posible mantener la motivación del alumno por mucho
tiempo cuando el esfuerzo (mal empleado por falta de estrategias) resulta
insuficiente?. El uso de buenas estrategias garantiza que el alumno conozca
el esfuerzo que requiere una tarea y que utilice los recursos para realizarla.
Consigue buenos resultados y esto produce que (al conseguir más éxitos)
esté más motivado.

Durante mucho tiempo los profesores se han preocupado fundamentalmente de


la transmisión de los contenidos de sus asignaturas. Algunos valoraban el uso de
las técnicas de estudio, pero las enseñaban desconectadas de los contenidos de
las asignaturas.

Para estos profesores, los alumnos serían capaces por sí mismos, de aplicarlas a
los distintos contenidos, sin necesidad de una intervención educativa que
promueva su desarrollo o aplicación. Las últimas investigaciones indican:
Es insuficiente enseñar a los alumnos técnicas que no vayan acompañadas de
un uso estratégico (dosis de metaconocimiento en su empleo). La repetición
ciega y mecánica de ciertas técnicas no supone una estrategia de aprendizaje.

Desde este punto de vista, no sólo hay que enseñar las técnicas, (subrayar, toma
apuntes, hacer resumen.), también hay que adiestrar al alumno para que sea
capaz de realizar por si mismo las dos tareas metacognitivas básicas:

 PLANIFICAR: la ejecución de esas actividades, decidiendo cuáles son las


más adecuadas en cada caso , y tras aplicarlas;
 EVALUAR su éxito o fracaso, e indagar en sus causas.

Por tanto, hay que enseñar estrategias, ¿pero cuáles?:

 ¿Estrategias especificas (las que se aplican en situaciones o en


contenidos concretos)
 generales (las que se aplican por igual en diferentes situaciones o
contenidos)?.

La respuesta es clara: hay que guiarse por los contenidos y enseñar las que más
se usen en el curriculum y en la vida cotidiana, esto es; aquellas que resulten
más funcionales.

Partiendo de esto se puede deducir fácilmente que el inicio de la enseñanza de


estrategias de aprendizaje se puede fijar desde el principio de la escolaridad
(aunque puede iniciarse en cualquier momento).

Son muchos los autores que han trabajado en este tema. Algunos proponen un
plan que incluye las destrezas y estrategias básicas de aprendizaje, así como un
calendario a través de todo el sistema educativo. En nuestra institución, por la
edad y el nivel académico de nuestros alumnos, es de suponer que muchos de
ellos ya posean gran parte de estas estrategias. No obstante, la propuesta es
interesante, y nos dará idea de qué estrategias básicas deben tener nuestros
alumnos para conseguir un aprendizaje eficaz, qué debemos enseñarles si no lo
poseen y qué debemos reforzar.

 Comprensión lectora.
 Identificar y subrayar las ideas principales.
 Hacer resúmenes.
 Expresión escrita y oral.
 Orientación básica en el uso de la atención y de la memoria y en el saber
escuchar.
 Estrategias de memorización para recordar vocabulario, definiciones,
fórmulas....
 Realización de síntesis y esquemas.
 Estrategias para los exámenes, para aprovechar las clases y para tomar
apuntes.
 Realización de mapas conceptuales.
 Estrategias de aprendizaje más especificas de cada materia, (realización
de análisis morfosintáctico, enseñanza explícita de razonamiento,
estrategias de resolución de problemas, pensamiento crítico).
 Cómo utilizar la biblioteca.
 Cómo organizar y archivar la información en el estudio.
 Cómo realizar trabajos monográficos y hacer citas bibliográficas.

Por último decir, que se recomienda además:

 Enseñar cómo se emplea la estrategia.


 Cuando se puede usar:

4.3. Cómo enseñar las estrategias de aprendizaje.

Nadie discute la utilidad y la necesidad de enseñar estrategias de aprendizaje.


Pero, ¿cómo podemos enseñarlas a nuestros alumnos?.

Una de las cuestiones más discutidas es si es mejor realizar la enseñanza


incorporada al curriculum o separada de él. En el primer caso el profesor
introduce la enseñanza de las estrategias con la del contenido normal de la
asignatura. En el segundo caso se imparte un curso especifico centrado en la
enseñanza de las estrategias.

En la actualidad, existen cursos de enseñanza de las estrategias de aprendizaje


fuera del currículum, (los llamados talleres para aprende a aprender). Sin
embargo, una de las dificultades que presentan estos métodos de aprendizaje de
estrategias fuera del curriculum normal, es que se corre el riesgo, de que los
alumnos no lo conecten con sus asignaturas. Si es así, la incidencia será mínima.
Por eso, en la actualidad todos los expertos están de acuerdo en que:

Las estrategias de aprendizaje pueden y deben enseñarse como parte integrante


del curriculum general, dentro del horario escolar y en el seno de cada
asignatura con los mismos contenidos y actividades que se realizan en el aula.

Su enseñanza va vinculada a la Metodología de enseñanza, y se relaciona con las


actividades que el profesor plantea en el aula, con los métodos usados, con los
recursos que utiliza y con la modalidad de discurso que usa para interactuar con
sus alumnos. Todo ello, eso sí, programado en su UNIDAD DIDÁCTICA.

En este sentido, se puede decir, que la esencia de la enseñanza de estrategia de


aprendizaje consiste en: pensar en voz alta en clase y hacer explícitos los
procesos que han llevado a aprender o resolver una tarea.

El método más usual para estimular la enseñanza directa de las estrategias, es


el MOLDEAMIENTO seguida de una PRÁCTICA GUIADA.

En el moldeamiento se entiende que se va más allá de la imitación. Se trata de


que el control y dirección, que en un principio son ejercidos por el profesor,
sean asumidos por el alumno. El medio utilizado para conseguir esto es la
verbalización.

 Los pasos serian los siguientes:


 El profesor enseña la forma adecuada de ejecutar la estrategia. En esta
fase él marca qué hacer, selecciona las técnicas más adecuadas y evalúa los
resultados. Lo puede hacer a través de:
o Explicitar una guía concreta.
o Ejemplificar cómo utilizar la estrategia a través de un modelo,
(que puede ser el mismo profesor).
o Exponer en voz alta las decisiones que deben tomarse para la
aplicación.
 El alumno aplica la estrategia enseñada por el profesor con la constante
supervisión de este: en esta fase el profesor vigila el trabajo del alumno y
puede ir guiándole. La interrogación guiada; es decir, ir haciendo
preguntas al alumno sobre el trabajo es una buena técnica, (¿qué has hecho
primero?, ¿qué has hecho después?, ¿qué pasos has llevado a cabo?, ¿por
qué has hecho eso?, etc.).
 Se practicará la estrategia en temas y contextos distintos: el alumno debe
enfrentarse a tareas que requieran reflexión y toma de decisiones para ir
asumiendo el control estratégico.
 Una vez consolidada la ejecución de la estrategia, se debe comprender en
qué circunstancias se puede utilizar y en cuáles no es recomendable su
utilización.
 Aquí, el profesor, comienza a responsabilizar a sus alumnos, de las
decisiones que deben tomarse al extender la estrategia a distintas áreas. En
este caso, el profesor puede, para aprovechar a los alumnos más
aventajados, facilitar la práctica en pequeños grupos heterogéneos; y debe
ofrecer feed-back (retroalimentación) continuo con respecto a los problemas
que vayan surgiendo.
 Se facilitará que el alumno generalice la estrategia a otros temas y tareas de
mayor complejidad, con la mínima ayuda del profesor. Se van retirando las ayudas,
y promoviendo que el alumno practique la estrategia de forma autónoma en
entornos de aprendizaje tan reales como sea posible.

ALUMNO

+ Dependencia - Dependencia

Presentación de la Práctica en Uso estratégico y Práctica


estrategia contextos variados aumento de la independiente
responsabilidad

+ Control actividad - Control actividad

PROFESOR

En definitiva, la enseñanza de las estrategias de aprendizaje exige que:

 Se produzca la interacción profesor - alumno.


 El alumno desempeñe un papel activo en su aprendizaje.
 Se centre la enseñanza en los procesos de aprendizaje y no sólo en los
productos.

Esto lleva en muchos casos, a un cambio en los métodos didácticos. Donde se


implique al alumno en el aprendizaje, se diseñen actividades teniendo en cuenta
el objetivo y la estrategia necesaria para realizarla, y donde después de llevarlas
a cabo, se dedique un tiempo a evaluar los pasos dados.

5. EL PROFESOR ANTE LAS ESTRATEGIAS DE APRENDIZAJE.

Todos estaríamos de acuerdo en afirmar que nadie puede enseñar lo que no


sabe. Si es el profesor el que debe enseñar las estrategias de aprendizaje, es
necesario formar profesores estratégicos. Es decir, profesores que:

 Conozcan su propio proceso de aprendizaje, las estrategias que poseen y


las que utilizan normalmente. Esto implica plantearse y responder
preguntas como: ¿soy capaz de tomar notas sintéticas en una charla o
conferencia?, ¿sé como ampliar mis conocimientos profesionales?, etc.
 Aprendan los contenidos de sus asignaturas empleando estrategias de
aprendizaje: No olvidemos, que en la forma en que los profesores aprenden
un tema para enseñarlo a sus alumnos, así lo enseñaran; y la metodología de
enseñanza, influye directamente en la manera en que los alumnos estudian y
aprenden.
 Planifiquen, regulen y evalúen reflexivamente su actuación docente. Es
decir, plantearse cuestiones del tipo ¿cuáles son los objetivos que pretendo
conseguir?, ¿qué conocimientos necesitaré para realizar bien mi trabajo?,
¿son adecuados los procedimientos que estoy utilizando?, ¿ me atengo al
tiempo de que dispongo?, ¿he conseguido, al finalizar la clase, los objetivos
que me propuse?, si volviese a dar la clase, ¿qué cosas modificaría?, etc.

6. DIFICULTADES PRÁCTICAS PARA ENSEÑAR A LOS ALUMNOS


ESTRATEGIAS DE APRENDIZAJE.

Las dificultades que se presentan se pueden analizar en 3 niveles:

Dificultades por parte del profesor:

 Rechazo de toda innovación: La enseñanza de estrategias de aprendizaje


lleva aparejado utilizar unos determinados métodos de instrucción. En
muchos casos, éstos son distintos de los que los profesores venían
utilizando. Para algunos profesionales, esto supone una inferencia con la
práctica aceptada, y lo rechazan.
 Desconocimiento del propio proceso de aprendizaje: Enseñar estas
estrategias depende, en buena medida, de la capacidad que el profesor tenga
para discutir el aprendizaje con sus alumnos. Para ello, es necesario que éste
sea capaz de hacer consciente su propio proceso de aprendizaje. Esto no
siempre es así.
 No formación en los métodos desarrollados para la enseñanza de este
contenido.

Dificultades por parte del alumno:

 El principal problema es la resistencia del alumno a ser activo en su


aprendizaje. Esto es así, porque los modelos tradicionales de enseñanza así
lo fomentaban y, sobre todo, porque no aprecia la utilidad de este
aprendizaje para el rendimiento en los exámenes; pues normalmente éstos
premian el aprendizaje más o menos mecánico o memorístico.
 Problemas administrativos:
 El tiempo: es difícil con el actual plan de estudios encontrar tiempo para
introducir este aprendizaje en el aula. Por otro lado, también el profesor
necesita tiempo para preparar actividades. Esto es especialmente
complicado en las Academias y Escuelas, donde los profesores, además de
las labores docentes, suelen tener otras obligaciones profesionales (guardias,
ser responsable de otras actividades, etc.).
 Disposición del mobiliario en clase: el debate y el trabajo en grupo es una
de las maneras de llevar a cabo esta enseñanza. Se necesita contar con un
mobiliario adecuado donde, p.e., se cuente con mesas y sillas móviles.
 Presiones sociales: existen presiones sociales que dificultan esta
enseñanza: necesidad de dar determinados contenidos, el tener alumnos
que deben superar examen basados, fundamentalmente, en los contenidos
conceptuales (en muchos casos puestos por el jefe del departamento u otro
profesor), tradición de un sistema de educación tradicional, etc.

En definitiva, son muchos los problemas, que hoy por hoy, existen en la
Enseñanza para poder generalizar la enseñanza de estrategias de aprendizaje.
Sin embargo, se ha de hacer un esfuerzo por superarlos. De lo contrario un flaco
favor se estaría haciendo a los alumnos que serán los profesionales del mañana.
En este sentido en la actualidad se cuenta, además de los esfuerzos personales
de cada uno de los profesores en sus respectivas asignaturas, con un espacio y
un tiempo que se pueden aprovechar para la realización de cursos específicos:
LAS TUTORIAS.

CAPÍTULO II: ESTRATEGIAS DOCENTES PARA UN APRENDIZAJE


SIGNIFICATIVO

a. La Función Mediadora del Docente y la Intervención Educativa.

Desde diferentes perspectivas pedagógicas, al docente se le han


asignado diversos roles: el de transmisor de conocimientos, el de
animador, el de supervisor o guía del proceso de aprendizaje, e
incluso el de investigador educativo. El maestro se puede reducir
solo a transmitir información si lo de facilitar del aprendizaje, sino
tiene que mediar el encuentro de sus alumnos con el conocimiento
en el sentido de guiar y orientar la actividad constructiva de sus
alumnos.
El papel de los formadores de docentes es el de proporcionar el
ajuste de ayuda pedagógica, asumiendo el rol de profesor
constructivos y reflexivos.

La formación del docente debe abarcar los siguientes planos


conceptuales, reflexivos y práctico.

b. Constructivismo y Aprendizaje Significativo.

El constructivismo es la idea que mantiene que el individuo tanto


en los aspectos cognitivos y sociales del comportamiento como en
los afectivos su conocimiento no es copia fiel de la realidad, sino
una construcción de ser humano.

La concepción constructivista del aprendizaje escolar se sustenta


en la idea de que la finalidad de la educación que se imparte en la
escuela es promover los procesos de crecimiento personal del
alumno en el marco de la cultura del grupo al que pertenece.

Uno de los enfoques constructivistas es el "Enseñar a pensar y


actuar sobre contenidos significativos y contextuales".

El aprendizaje ocurre solo si se satisfacen una serie de condiciones:


que el alumno sea capaz de relacionar de manera no arbitraria y
sustancial, la nueva información con los conocimientos y
experiencias previas y familiares que posee en su estructura de
conocimientos y que tiene la disposición de aprender
significativamente y que los materiales y contenidos de aprendizaje
tienen significado potencial o lógico.

Las condiciones que permiten el logro del aprendizaje significativo


requieren de varias condiciones: la nueva información debe
relacionarse de modo no arbitrario y sustancial con lo que el
alumno ya sabe, depende también de la disposición (motivación y
actitud) de éste por aprender, así como los materiales o contenidos
de aprendizajes con significado lógico.

c. La Motivación Escolar y sus Efectos en el Aprendizaje.

La motivación es lo que induce a una persona a llevar a la práctica una acción.


Es decir estimula la voluntad de aprender. Aquí el papel del docente es inducir
motivos en sus alumnos en sus aprendizajes y comportamientos para aplicarlos
de manera voluntaria a los trabajos de clase.

La motivación escolar no es una técnica o método de enseñanza particular, sino


un factor cognitivo presente en todo acto de aprendizaje. La motivación
condiciona la forma de pensar del alumno y con ello el tipo de aprendizaje
resultante.

Los factores que determinan la motivación en el aula se dan a través de la


interacción entre el profesor y el alumno.

En cuanto al alumno la motivación influye en las rutas que establece,


perspectivas asumida, expectativa de logro, atribuciones que hace de su propio
éxito o fracaso. En el profesor es de gran relevancia la actuación (mensajes que
transmite y la manera de organizarse).

Metas que logra el alumno a través de la actividad escolar. La motivación


intrínseca en la tarea misma y en la satisfacción personal, la autovaloración de
su desempeño.

Las metas extrínsecas encontramos la de valoración social, la búsqueda de


recompensa. Uno de los principios para la organización motivacional que puede
ser aplicado en el aula son:

a. La forma de presentar y estructurar la tarea.


b. Modo de realizar la actividad.
c. El manejo de los mensajes que da el docente a sus alumnos.
d. El modelado que el profesor hace al afrontar las tareas y valorar
los resultados.

a. Aprendizaje Cooperativo y Proceso de Enseñanza.

Hay que reconocer que la enseñanza debe individualizarse en el sentido de


permitir a cada alumno trabajar con independencia y a su propio ritmo. Pero es
necesario promover la colaboración y el trabajo grupal, ya que este establece
mejores relaciones con los demás alumnos, aprenden más, les agrada la escuela,
se sienten más motivados, aumenta su autoestima y aprenden habilidades
sociales más efectivas al hacer en grupos cooperativos.

Cuando se trabaja en situaciones escolares individualista no hay una relación


entre los objetivos que persigue cada uno de los alumnos, sus metas son
independientes entre sí. El alumno para lograr los objetivos depende de su
capacidad y esfuerzo de la suerte y dificultad.

En situaciones escolares competitivas, los objetivos que persigue cada alumno


no son independientes de lo que consigan sus compañeros. En la medida que los
alumnos son comparados entre sí y ordenados, el número de recompensas
(calificaciones, halagos y privilegios) que obtengan un estudiante, depende del
número de recompensas distribuidas entre el resto de sus compañeros.

Cuando se trabaja de manera individualista y competitiva se evalúa a los


alumnos con pruebas basadas en el criterio y cada uno de ellos trabaja sus
materiales ignorando a los demás. La comunicación entre compañeros de clase
no solo es desestimado sino castigado.

El trabajo en equipo tiene efectos en el rendimiento académico, ejemplo: no hay


fracasos, así como también en las relaciones socioafectivas: Las relaciones
interpersonales son favorables, ya que se incrementa el respeto, la solidaridad,
los sentimientos de obligación y ayuda.

Cooperar es trabajar juntos para lograr metas compartidas. El aprendizaje


cooperativo se caracteriza por dos aspectos:

1. Un elevado grado de igualdad.


2. Un grado de mutualidad variable.

No todo grupo de trabajo es un grupo de aprendizaje cooperativo. En los grupos


de trabajo tradicionales algunos alumnos habilidosos en lo que asumen un
liderazgo solo ellos se benefician de la experiencia a expensas de los miembros
menos habilidosos. Solo algunos son los que trabajan académicamente y otros
cubren funciones de apoyo (fotocopiado o escriben a máquina).

Esta situación inadecuada de funciones trae problemas en el grupo como lucha


de poder, divisionismo, segregación del grupo.

Hay componentes esenciales del aprendizaje cooperativo como lo son:

 Interdependencia Positiva: se proporcionan apoyo, coordinan sus


esfuerzos y celebran junto su éxito. Su frase "Todos para uno y uno para
todos".
 Interacción cara a cara: se necesita de gente talentosa, que no puede
hacerlo sólo. Aquí se realizan actividades centrales donde se promueve el
aprendizaje significativo en donde hay que explicar problemas, discusiones,
explicación, etc.
 Valoración personal-responsabilidad: aquí se requiere fortalecer
académicamente y afectivamente al grupo. Se requiere de una evaluación en
cuanto al esfuerzo del grupo y proporcionar retroalimentación en el ámbito
individual o grupal.

Pasos que permiten al docente estructurar el proceso de Enseñanza-Aprendizaje


cooperativo:

1. Especificar objetivos de enseñanza.


2. Decidir el tamaño del grupo.
3. Asignar estudiantes a los grupos.
4. Preparar o condicionar el aula.
5. Planear los materiales de enseñanza.
6. Asignar los roles para asegurar la interdependencia.
7. Explicar las tareas académicas.
8. Estructurar la meta grupal de interdependencia positiva.
9. Estructurar la valoración individual.
10. Estructurar la cooperación intergrupo.
11. Explicar los criterios del éxito.
12. Especificar las conductas deseadas.
13. Monitorear la conducta de los estudiantes.
14. Proporcionar asistencia con relación a la tarea.
15. Intervenir para enseñar con relación a la tarea.
16. Proporcionar un cierre a la lección.
17. Evaluar la calidad y cantidad de aprendizaje de los alumnos.
18. Valorar el funcionamiento del grupo.

De acuerdo a estos pasos el profesor puede trabajar con cinco tipos de


estrategias:

1. Especificar con claridad los propósitos del curso o lección.


2. Tomar ciertas decisiones en la forma de ubicar a los alumnos en el
grupo.
3. Explicar con claridad a los estudiantes la tarea y la estructura de
meta.
4. Monitorear la efectividad de los grupos.
5. Evaluar el nivel de logros de los alumnos y ayudarles a discutir,
que también hay que colaborar unos a otros.
Para que un trabajo grupal sea realmente cooperativo reúne las siguientes
características:

· Interdependencia positiva.

 Introducción cara a cara.


 Responsabilidad Individual.
 Utilización de habilidades interpersonales.
 Procesamiento grupal.

A estas características se recomiendan algunas técnicas pero entre ellas las más
aplicables son:

1. Aprendiendo juntos con frases como:

o Selección de la actitud - Toma de decisiones respecto al tamaño del grupo -


Realización del trabajo en grupo y Supervisión de los grupos.

1. Investigación en grupo con pasos como:

 Selección de la tarea.
 Planeación Cooperativa.
 Implementación de habilidades: Monitoreo del profesor.
 Análisis y síntesis de lo trabajado.
 Presentación del producto final.
 Evaluación.

1. Aprendizaje en equipo. TAI (Team Assisted Individuation).

Combinación de cooperación y enseñanza individualizada.

La técnica co – op – co – op de Kegan y la cooperación guiada se realiza por lo


general con estudiantes universitarios.

Aquí el alumno toma control de aprender. El equipo se prepara sus


presentaciones.

Análisis.

El docente conocedor de su tarea y manejando bien el aprendizaje cooperativo


con ese tratamiento constructivista, dando autonomía a sus alumnos es lógico
que podría lograr éxito en el aprendizaje.
Pero muchos son las quejas en las que dicen que la institución les permite solo
la enseñanza individualizada, que los grupos son numerosos, los contenidos no
se prestan las presiones familiares, bien un fin de excusas.

Por otro lado se tiende a dar grandes ventajas al aprendizaje cooperativo debido
pues a la recompensa. Pero la pregunta esta dado un aprendizaje cooperativo
¿Se beneficiaran por igual todo tipo de estudiante independientemente de su
capacidad y rendimiento previo? Para contestar veamos una Aplicación.

Dada mi experiencia como docente con jóvenes adolescentes he tratado de llevar


a cabo en este bimestre el aprendizaje en equipo o cooperativo tomando en
cuenta algunas técnicas de aprendizaje cooperativo concluir que se adecua a
todas las materias. Existe un alto grado de colaboración, por parte de los
alumnos. Se redujo la inasistencia, eso indica que les gusta la escuela. Son
solidarios, incremento de su autoestima, el alumno más tímido ha logrado
participar esto indica que los alumnos si aprenden.

a. Estrategias de Enseñanzas para la Promoción de Aprendizaje


Significativo.

Algunas de las estrategias de enseñanza que el docente puede


ampliar con la intención de facilitar el aprendizaje significativo de
los alumnos y que a la vez pueden incluirse basándose en su
momento de uso y presentación tenemos:

Las preinstruccionales (antes): son estrategias que preparan y


alertan al estudiante en relación a qué y cómo va a aprender, entre
esta están los objetivos (que establece condiciones, tipo de
actividad y forma de aprendizaje del alumno y el organizador
previo que es información introductoria, tiende un puente
cognitivo entre la información nueva y la previa).

Las estrategias coinstruccionales: apoya los contenidos


curriculares durante el proceso mismo de enseñanza, cubren
funciones como: detección de la información principal,
conceptualización de contenidos, delimitación de la organización y
la motivación aquí se incluye estrategias como ilustraciones,
mapas conceptuales, redes semánticas y analogías.

Las estrategias posinstruccionales: se presenta después del


contenido que se ha de aprender y permitir al alumno formar una
visión sintética, integradora. Permite valorar su propio
aprendizaje. Algunas estrategias posinstruccionales más
reconocidas son preguntas intercaladas, resúmenes, mapas
conceptuales.

Hay estrategias para activos conocimientos previos de tipo


preinstruccional que le sirve al docente para conocer lo que saben
los alumnos y para utilizar tal conocimiento como fase para
promover nuevos aprendizajes, se recomienda resolver al inicio de
clases. Ejemplo: actividad generadora de información previa
(lluvia de idea) Preinterrogantes, etc.

Estrategias para orientar la atención de los alumnos: son aquellas


que el profesor utiliza realizar y mantener la atención de los
aprendices durante una clase. Son de tipo construccional pueden
darse de manera continua para indicar a los alumnos que las ideas
deben centrar sus procesos de atención codificación y aprendizaje.
Algunas estrategias son: preguntas insertadas, el uso de pistas o
claves y el uso de ilustraciones.

Estrategias para organizar información que se ha de aprender:


permiten dar mayor contexto organizativo a la información nueva
se ha de aprender al representar en forma gráfica o escrita, hace el
aprendizaje más significativo de los alumnos.

Estas estrategias pueden emplearse en los distintos momentos de


la enseñanza. Podemos incluir en ella a las de representación
visoespacial, mapas o redes semántica y representaciones
lingüísticas como resúmenes o cuadros sinópticos.

Estrategias para promover el enlace entre los conocimientos


previos y la nueva información que se ha de aprender: son aquellas
estrategias destinadas a crear y potenciar enlaces adecuados entre
los conocimientos previos y la información nueva que ha de
aprender asegurando con ella una mayor significatividad de los
aprendizajes logrados. Se recomienda utilizar durante la
instrucción para lograr mejores resultados en el aprendizaje.
Podemos citar los organizadores previos y las analogías.

El uso de estas estrategias dependerá del contenido de aprendizaje,


de las tareas que deberán realizar los alumnos, de las actividades
didácticas efectuadas y de ciertas características de los aprendices.
b. Estrategia para el Aprendizaje Significativo.

¿Qué significa Aprender a Aprender?

Es enseñar a los alumnos a que se vuelvan aprendices autónomos,


independientes y autorreguladores, capaces de aprender a aprender.

Esto implica la capacidad de reflexionar la forma en que se aprende y actuar en


consecuencia autorregulando el propio proceso de aprendizaje mediante el uso
de estrategias flexibles y apropiadas que se transfieren y adoptan a nuevas
situaciones.

¿Qué son las estrategias de aprendizaje?

Son procedimientos que incluyen técnicos, operaciones o actividades, persiguen


un propósito determinado "Son más que hábiles de estudio".

La ejecución de las estrategias de aprendizaje ocurre asociada con otros tipos de


recursos y procesos cognitivos de que dispone cualquier aprendizaje. Ejemplo:

· Procesos cognitivos básicos: se refiere a todo el procesamiento de la


información (atención, percepción, almacenaje, etc.).

 Bases de conocimiento: se refiere a hechos, conceptos y principios que


tiene el cual esta organizado en forma de esquema jerárquico llamado
conocimientos previos.
 Conocimiento estratégico: son las llamadas estrategias de aprendizaje
"Saber como conocer".
 Conocimiento metacognitivo: conocimiento que poseemos sobre qué y
cómo lo sabemos, así como el conocimiento que tenemos sobre nuestros
procesos y operaciones cognitivas cuando aprendemos recordamos o
seleccionamos problemas.

Consiste en ese saber que desarrollamos sobre nuestros propios procesos y


productos de conocimientos.

Las estrategias de aprendizaje pueden clasificarse en función de que tres


generales o específicas son: del dominio del conocimiento al que se aplican, del
tipo de aprendizaje que favorecen, de su finalidad, del tipo de técnicas
particulares que conjuntan.
Existen dos clasificaciones de estrategia según el tipo de proceso cognitivo y
finalidad u objetivo. En otra se agrupan las estrategias según su efectividad para
determinados materiales de aprendizaje.

· Las Estrategias de Recirculación de la información, es un aprendizaje


memorístico, al pie de la letra se hace un repaso en repetir una y otra vez.

 Las Estrategias de Elaboración son de aprendizaje significativo. Puede


ser simple o complejas. Ambos radican en el nivel de profundidad y entre su
elaboración visual o verbal.
 Las Estrategias de Organización de la Información, permite hacer una
reorganización constructiva de la información que ha de aprenderse. Es
posible organizar, agrupar o clasificar la información, a través de mapas
conceptuales, redes semánticas, etc.
 Las Estrategias de Recuperación, permite optimizar la búsqueda de
información que hemos almacenado en nuestra memoria, se hace un
recuerdo de lo aprendido.

a. Estrategia para el Aprendizaje Significativo, Comprensión y


Composición de Texto.

La comprensión de texto se definió como un proceso cognitivo complejo de


carácter constructivo, en el que interaccionar características del lector, del texto
y de un contexto determinado.

La compresión de un texto es una actividad estratégica porque el lector reconoce


sus alcances y limitaciones de memoria y sabe que de no utilizar y organizar sus
recursos y herramientas cognitivas en forma inteligente y adaptativa, el
resultado de su comprensión no será alcanzado y no ocurre un aprendizaje.

Son muchas las clasificaciones de los tipos de estrategias específicas que tienen
como base establecer una distinción de las mismas a partir de los tres
momentos que ocurre, al llevar a cabo todo proceso. Estrategias que pueden
aplicarse antes, durante o después del proceso lector. Para ellos tenemos:

Las Estrategias previas a la lectura: se establece el propósito de la


lectura de tal modo que loa alumnos participen y la perciban como
actividades autoiniciales y así como mejorar la motivación al leer.
Se reconoce como estrategia autorreguladora en donde se planifica
distintas acciones a realizar en todo el proceso. Algunas estrategias
especificas son: la activación del conocimiento previo y elaborar
predicciones o preguntas.

 Estrategias durante la lectura: se aplican cuando ocurre la interacción


directa con el texto y al ejecutarse el micro y macroprocesos de la lectura.
Una de las actividades autorreguladoras más relevante durante la lectura es
el monitoreo o supervisión del proceso en donde se establecen actividades
específicas como resaltar la importancia de partes relevantes del texto,
estrategias de apoyo al repaso, subrayar, tomar notas o elaborar conceptos.
 Estrategias después de la lectura, ocurren cuando ha finalizado la lectura
se da la actividad autorreguladora que es la evaluación de los procesos en
función del propósito establecido. Las estrategias típicas son elaboración de
resúmenes, identificar las ideas principal, formulación y contestación de
preguntas.

La composición de texto es un proceso cognitivo complejo autorregulado en


donde el escritor trabaja en forma reflexiva y creativa sin tener las ventajas del
hablante. La composición escrita se organiza con base en un tema determinado.
La persona que redacta un escrito tiene que decir qué va a contar, cómo es que
va a hacerlo y para qué va a hacerlo.

Tanto para la enseñanza de las estrategias de compensación como para las del
dominio de la composición, la enseñanza que se ha demostrado más efectiva es
aquella que se basa en la transferencia del control y la práctica guiados en
contextos dialogados entre un enseñante y los aprendices.

a. Constructivismo y Evaluación Psicoeducativa.

La evaluación educativa es una actividad compleja pero constituye una tarea


necesaria y fundamental en la labor docente. Se describe como proceso continuo
de reflexión sobre la enseñanza y debe considerársele como parte integral de
ella. Sin la evaluación es imposible la comprensión y la realización de mejoras
en el proceso de enseñanza y aprendizaje.

Desde el punto de vista constructivista la evaluación parte de tres coordenadas


básicas: la Dimensión Psicopedagógica, las prácticas de Evaluación y la
Normativa.

Al hablar de evaluación lo asociamos a medir. Sin duda la evaluación incluye


actividades de estimación cualitativa o cuantitativa, pero involucra otros
factores que va ella en que lo define.
GLOSARIO DE TÉRMINOS

 Aprender a aprender: adquirir una serie de habilidades y estrategias que


posibiliten futuros aprendizajes de una manera autónoma. Conlleva prestar
una consideración especial a los contenidos procedimentales (búsqueda de
información, análisis y síntesis de la misma, etc.)
 Conocimientos previos: Conocimiento que tiene el alumno y que es
necesario activar por estar relacionados con los nuevos contenidos de
aprendizaje que se quiere enseñar.
 Contenido: Lo que se enseña, el objeto del aprendizaje. El currículum
distingue entre tres tipos de contenidos: conceptos, procedimientos,
actitudes.
 Ensayo: una técnica memorística que supone la repetición del material a
recordar.
 Metacognición: pensar sobre el propio pensamiento, lo que incluye la
capacidad para evaluar una tarea y así determinar la mejor forma de
realizarla y la forma de hacer el seguimiento al trabajo realizado.
 Mnemotécnica: ayudas a la memoria, como versificaciones concretas o
asociaciones mentales que facilitan el almacenamiento y la recuperación de
la información.
 Procedimientos: serie ordenada de acciones que se orienta al logro de un
fin o meta determinada. Es un contenido del curriculum y engloba a las
destrezas, las técnicas y las estrategias.
 Proceso de aprendizaje: acciones ocurridas entre la captación de
información y la competencia final.
 Tarea académica: conjunto coherente de actividades que conducen a un
resultado final observable y medible.
 Toma de decisiones: Juicios sobre la utilidad de diferentes resultados. Se
refiere a la elección entre diferentes alternativas.
 Tutoría: (acción tutorial) es la tarea que realizan los profesores que se
responsabilizan de conocer y orientar a los alumnos del grupo-clase que
tutelan.

CONCLUSIONES

Después de analizado el texto Estrategias Docentes para un Aprendizaje


Significativo hemos concluidos:
 El papel del docente en la promoción del aprendizaje significativo de los
alumnos, no necesariamente debe actuar como un transmisor de
conocimientos o facilitador del aprendizaje, sin mediar el encuentro de sus
alumnos con el conocimiento de manera que pueda orientar y guiar las
actividades constructivista de sus alumnos.
 El aprendizaje significativo ocurre solo si se satisface una serie de
condiciones: que el alumno sea capaz de relacionar de manera no arbitraria
y sustancial lo nueva información con los conocimientos y experiencias
previas y familiares que tiene en su estructura de conocimientos.
 La motivación en el aula depende de la interacción entre el profesor y sus
estudiantes.
 Todas las estrategias de enseñanza son utilizadas intencional y
flexiblemente por el profesor y este las puede usar antes para activar la
enseñanza, durante el proceso para favorecer la atención y después para
reforzar el aprendizaje de la información nueva.
 El papel de las distintas estrategias de aprendizaje tienen como meta
desafiante en el proceso educativo que el aprendizaje sea capaz de actuar en
forma autónoma y autorregulada.
 El principal responsable de la tarea evolutiva en el aula debe ser el
docente.

RECOMENDACIONES.

Después de analizar el texto Estrategias Docente para un Aprendizaje


Significativo.

Hacemos las siguientes recomendaciones:

1. El verdadero docente ponga en práctica las diferentes estrategias que le


permitan hacer del aprendizaje significativo logros éxitos en beneficios de
los aprendices en todo el proceso de enseñanza aprendizaje.
2. Hacer uso de mapas conceptuales y redes semánticas como una forma de
codificar visual y semánticamente los conceptos o conocimientos.
3. El profesor debe poseer un cierto conocimiento teórico y práctico más o
menos preciso de todo un nutrido arsenal de instrumentos y técnicas
para evaluar los aprendizajes de los alumnos.
Activar y generar conocimientos previos mediante la motivación y la
presentación de objetivos y el uso de diferentes tipos de estrategia de enseñanza
(lluvia de ideas, ilustraciones logrando el interés y participación del grupo).

BIBLIOGRAFÍA

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SELMES, I. La mejora de las habilidades para el estudio. Paídos. Madrid, 1988

Instituto Superior Pedagógico Privado

Clasificación de las estrategias


Existen diferentes clasificaciones de las estrategias, una de ellas es la que proponen Weinstein
y Mayer (1985). Para estos investigadores, las estrategias cognoscitivas de aprendizaje se
pueden clasificar en ocho categorías generales: seis de ellas dependen de la complejidad de la
tarea, además de las estrategias metacognoscitivas y las denominadas estrategias afectivas.

1. Estrategias de ensayo para tareas básicas de aprendizaje


Existe un número de tareas educativas diferentes que requieren de un recuerdo simple. Un
ejemplo de estrategia en esta categoría lo constituye la repetición de cada nombre de los
colores del espectro, en un orden serial correcto. Estas tareas simples ocurren particularmente
en un nivel educacional menor o en cursos introductorios. Una diferencia importante entre
expertos (quienes utilizan la información de manera efectiva) y novatos (quienes aún no
dominan las estrategias efectivas para recuperar y utilizar la información), parece estar
relacionada con la base de conocimientos que poseen. La estructura, la organización y la
integración de esta base de conocimientos es importante para la experta toma de decisiones,
aun para los alumnos más inteligentes, con formas profundas de procesamiento de la
información.

2. Estrategias de ensayo para tareas complejas de aprendizaje


Las estrategias de aprendizaje en esta categoría son más complejas y tienden a involucrar el
conocimiento que se extiende más allá del aprendizaje superficial de listas de palabras o
segmentos aislados de información. Las estrategias en esta categoría incluyen copiado y
subrayado del material de lectura. Generalmente involucran la repetición dirigida hacia la
reproducción literal. Estas actividades parecen ser particularmente efectivas cuando se
ejercitan conjuntamente con otras estrategias que conducen a un procesamiento significativo
de la información, tales como el uso de la elaboración, la organización o el monitoreo de la
comprensión.

3. Estrategias de elaboración para tareas básicas de aprendizaje


La elaboración involucra el aumento de algún tipo de construcción simbólica a lo que uno está
tratando de aprender, de manera que sea más significativo. Esto se puede lograr utilizando
construcciones verbales o imaginales. Por ejemplo, el uso de imaginería mental puede ayudar
a recordar las secuencias de acción descritas en una obra, y el uso de oraciones para
relacionar un país y sus mayores productos industriales. La creación de elaboraciones efectivas
requiere que el alumnno esté involucrado activamente en el procesamiento de la información a
ser aprendida. Numerosos estudios han demostrado que esto es un prerrequisito importante
para el aprendizaje significativo versus la codificación superficial para el recuerdo.

4. Estrategias de elaboración para tareas complejas de aprendizaje


Las actividades de esta categoría incluyen la creación de analogías, parafraseo, la utilización
de conocimientos previos, experiencias, actitudes y creencias, que ayudan a hacer la nueva
información más significativa. Una vez más, la meta principal de cada una de estas actividades
es hacer que el alumno esté activamente involucrado en la construcción de puentes entre lo
que ya conoce y lo que está tratando de aprender. Las diferentes maneras de elaborar incluyen
el tratar de aplicar un principio a la experiencia cotidiana, relacionar el contenido de un curso al
contenido de otro, relacionar lo que se presentó anteriormente en una lectura a la discusión
actual, tratar de utilizar una estrategia de solución de problemas a una situación nueva y
resumir un argumento.

5. Estrategias organizacionales para tareas básicas de aprendizaje


Las estrategias en esta categoría se enfocan a métodos utilizados para traducir información en
otra forma que la hará más fácil de entender. En esta categoría se incluyen, por ejemplo, el
agrupamiento de las batallas de la Segunda Guerra Mundial por localización geográfica, la
organización de animales por su categoría taxonómica, etc. En este tipo de estrategias, un
esquema existente o creado se usa para imponer organización en un conjunto desordenado de
elementos. Nótese que las estrategias organizacionales, como las de elaboración, requieren un
rol más activo por parte del alumno que las simples estrategias de ensayo.

6. Estrategias organizacionales para tareas complejas de aprendizaje


Las estrategias organizacionales pueden ser también muy útiles para tareas más complejas.
Ejemplos comunes del uso de este método con tareas complejas incluyen el esbozo de un
capítulo de un libro de texto, la creación de un diagrama conceptual de interrelaciones causa-
efecto, y la creación de una jerarquía de recursos para ser usados al escribir un trabajo final.
Parecen contribuir a la efectividad de este método tanto el proceso como el producto.

7. Estrategias de monitoreo de comprensión


La metacognición se refiere tanto al conocimiento del individuo acerca de sus propios procesos
cognoscitivos, como también a sus habilidades para controlar estos procesos mediante su
organización, monitoreo y modificación, como una función de los resultados del aprendizaje y la
realimentación.
Una sub área dentro de la metacognición que es particularmente relevante, se llama monitoreo
de comprensión. Operacionalmente, el monitoreo de la comprensión involucra el
establecimiento de metas de aprendizaje, la medición del grado en que las metas se alcanzan
y, si es necesario, la modificación de las estrategias utilizadas para facilitar el logro de las
metas. El monitoreo de la comprensión requiere de varios tipos de conocimiento por parte de
los alumnos. Por ejemplo, ¿cuáles son sus estilos preferidos de aprendizaje?, ¿cuáles son las
materias más fáciles o más difíciles de entender?, ¿cuáles son los mejores y los peores
tiempos del día? Este tipo de conocimiento ayuda a los individuos a saber cómo programar sus
horarios de actividades de estudio y los tipos de recursos o asistencia que necesitarán para
una ejecución eficiente y efectiva.

Los alumnos también necesitan tener algo del conocimiento acerca de la naturaleza de la tarea
que van a ejecutar, así como de los resultados anticipados o deseados. Es difícil lograr una
meta si no se sabe lo que es. Por ejemplo, muchos estudiantes experimentan gran dificultad
para leer un libro de texto, a pesar de la cantidad de tiempo y esfuerzo que le dedican a la
tarea. Muchos estudiantes no saben seleccionar las ideas principales y detalles importantes
para estudios posteriores. Tratan cada oración como si fuera tan importante como las demás.
El no saber acerca de las diferentes estructuras del texto, o cómo identificar la información
importante, puede hacer que la lectura de un texto sea una tarea casi imposible.

8. Estrategias afectivas
Las estrategias afectivas ayudan a crear y mantener climas internos y externos adecuados para
el aprendizaje. Aunque estas estrategias pueden no ser directamente responsables de
conocimientos o actividades, ayudan a crear un contexto en el cual el aprendizaje efectivo
puede llevarse a cabo. Ejemplos de estrategias afectivas incluyen ejercicios de relajación y
auto-comunicación o auto-hablado positivo para reducir la ansiedad de ejecución; encontrar un
lugar silencioso para estudiar para así reducir distracciones externas; establecer prioridades, y
programar un horario de estudio. Cada uno de estos métodos está diseñado para ayudar a
enfocar la capacidad (generalmente limitada) del procesamiento humano sobre la meta a
aprender. Eliminando las distracciones internas y externas se contribuye a mejorar la atención y
lograr la concentración.

La problemática de las estrategias: la transferencia


La enseñanza de las estrategias de aprendizaje se ha enfrentado con un problema básico, que
tiene que ver con su propia validez: la transferencia de los aprendizajes a la situación escolar.
La asimilación de estrategias en un contexto de laboratorio, con finalidades de investigación,
tienen pocas probabilidades de ser generalizables a una situación real, si los contenidos de la
tarea son sensiblemente diferentes a los que el alumno debe aprender de manera cotidiana.

La transferencia se ha definido como la posibilidad de aplicar las habilidades entrenadas en


otras situaciones a diferentes tareas y materiales (Aguilar y Díaz Barriga, 1988). ¿Qué
posibilidades existen de que determinadas estrategias como elaboración o redes, aprendidas
por medio de contenidos de historia, se puedan adaptar al aprendizaje de contenidos de las
ciencias naturales o de matemáticas? Además, existe un problema aún más difícil de resolver,
que tiene que ver con la adaptación de la estrategia recién aprendida a los propios estilos y
formas de aprendizaje que el estudiante utiliza regularmente, con los cuales se siente seguro.

La problemática que plantea la transferencia es complicada y no es posible tratar de darle


solución por una sola vía. Sin embargo, es posible considerar algunas sugerencias que ofrecen
diferentes autores. Santiuste, Barriguete y Ayala (1990) proponen el entrenamiento de
estrategias junto con tareas educativas para mejorar el rendimiento escolar. Suponen que, de
este modo, el alumno puede percibir la aplicabilidad de las técnicas a materias concretas, y la
relación entre una metodología y un contenido, lo cual redunda en una mejora de aprendizaje.

Aguilar y Díaz Barriga (1988) sugieren que el problema de la transferencia puede resolverse si
se enseña a los estudiantes no sólo las estrategias de aprendizaje sino también estrategias
metacognoscitivas, las cuales son empleadas para detectar las discrepancias entre lo que se
sabe y lo que no se sabe, y para monitorear los procesos de adquisición y comprensión de la
nueva información. De esta manera, los estudiantes no solamente mejoran la ejecución y el
completamiento de la tarea, sino la transferencia y el mantenimiento de las habilidades
adquiridas.

Antonijevic y Chadwick (1981) desarrollan el concepto de metacognición, a la cual le asignan


tres funciones: la planificación del aprendizaje, su supervisión sobre la marcha (o monitoreo) y
la evaluación del éxito del aprendizaje y de la aplicación de las diferentes estrategias.

1. La planificación involucra varias fases por las que el alumno debe pasar, y el profesor debe
estar atento para asegurarse de ello. La primera es el conocimiento sobre la naturaleza de la
tarea. Aunque parezca obvio, porque de alguna manera un ejercicio siempre guarda conexión
con lo aprendido, el alumno no sabe en muchas ocasiones qué es lo que debe hacer. Para el
profesor implica una clarificación de la tarea; para el alumno implica un proceso de indagación
hasta conocer la índole del problema o tarea que realizará.

Una segunda fase se relaciona con saber lo que se domina y lo que no se domina en la tarea a
realizar. Si el alumno sabe lo que ya domina, puede relacionar, de manera relativamente
sencilla, la información nueva con aquélla relevante previamente aprendida.

Por último, el alumno debe fijarse objetivos de aprendizaje de corto plazo contra los cuales
contrastar sus progresos durante la ejecución de la tarea. Además debe decidir acerca de las
estrategias específicas que utilizará en su aprendizaje.

Estas tareas de preparación para el aprendizaje son quizá, dentro de los procesos de
metacognición, las que permiten al alumno una transferencia exitosa a una variedad de
situaciones, tanto de conocimientos como de estrategias.

2. La supervisión del proceso, llamada también monitoreo, es una especie de evaluación


personal del progreso que el estudiante percibe en sí mismo al realizar una tarea. El monitoreo
impulsa al estudiante a convertirse en un auto-regulador de su propio proceso de aprendizaje y
un estratega avanzado. Constantemente debe estar preguntándose: ¿Entendí tal concepto?,
¿con cuáles otros conceptos puedo relacionar éste?, ¿cómo está mi ritmo de aprendizaje?,
¿esta estrategia está dando los resultados que planeé?, etc.

3. La evaluación final que el estudiante hace de los resultados de la tarea, se refiere a su propia
evaluación sumaria e implica el estar conciente de cuánto aprendió, en cuánto tiempo, con
cuáles dificultades, bajo qué condiciones, etc. El estudiante puede comparar varias estrategias
que ha usado e identificar aquéllas que se adaptan de manera idónea a los requerimientos de
las siguientes tareas. Por ejemplo, si usó imágenes en una tarea en la que había abundancia
de proposiciones verbales y manejo de conceptos abstractos, puede llegar a la conclusión de
que la próxima vez debe cambiar de estrategia. Si siente que no está seguro del conocimiento
recién adquirido, puede tratar de afianzarlo mediante el uso de una estrategia de retención, o
recurrir al profesor o a sus compañeros más avanzados.

Además de los procesos metacognoscitivos, los factores motivacionales parecen jugar un papel
importante en la transferencia de las estrategias aprendidas. Si a un alumno se le expone con
claridad cómo puede mejorar sus métodos de aprendizaje mediante el dominio de ciertos
procedimientos, que al final pueden apreciarse en su propio rendimiento académico, es
probable que al menos su disposición para experimentar las estrategias aumente, en
contraposición con el alumno al que se deja creer que el aprendizaje es una capacidad
inamovible, y se siente amenazado por el esfuerzo adicional que implica el dominar las
estrategias.
Como sugieren McKeachie, Pintrich y Lin (1989), al referirse a un programa de entrenamiento
de estrategias de aprendizaje:

"Como en cualquier otro programa de entrenamiento estratégico, enseñamos a los alumnos


acerca de estrategias que puedan ser útiles para su aprendizaje. También les enseñamos las
razones teóricas y empíricas que sostienen estas estrategias. Tratamos de ayudarlos a
entender cómo y por qué las estrategias mejorarán su aprendizaje. Asumimos que los
estudiantes que poseen estos conocimientos condicionales de estrategias de aprendizaje
estarán más dispuestos y motivados a usar estrategias durante y después de nuestro curso".

La efectividad con la que operen las estrategias depende fundamentalmente de la transferencia


que internamente arregle el propio estudiante por lo que, si se pretende que utilice tales
estrategias de manera permanente en las situaciones cotidianas, es necesario que se le
brinden además, tanto apoyos motivacionales como orientaciones acerca de los procesos
metacognoscitivos en los que se puede apoyar.

Estrategias de aprendizaje
Rafael Paniagua Zapatero, Psicopedagogo y Jefe de Estudios de Infantil y
Primaria del Colegio San Pablo-CEU de Montepríncipe (12/12/2005)
¿Se puede aprender a aprender?
Se debe enseñar a aprender. Todo aprendizaje requiere voluntad, interés por parte
del aprendiz, una mínima motivación que justifique la finalidad de dicho
aprendizaje.

Aprender a aprender ¿para qué? Bastará con que el alumno descubra la facilidad
con la que se pueden adquirir los aprendizajes, para que valore la importancia de
estas estrategias.

Todo aprendizaje requiere además el dominio de una técnica. Las técnicas se


pueden enseñar, pero es imprescindible su práctica hasta conseguir dominarla; de
lo contrario, se conocerá la técnica, pero no se sabrá utilizarla. Podemos enseñar
cómo se monta en bicicleta, pero no se aprende a montar en bicicleta hasta que
realmente montamos en ella y empezamos a pedalear. Igualmente podemos
enseñar a aprender, pero no se aprenderá hasta que no se ponga en práctica la
teoría aprendida.

El aprendizaje de cualquier técnica exige constancia. Todo en la vida es


aprendizaje. Decía John Dewey que el aprendizaje es la actividad más
trascendente en la vida de todo humano, es la razón de toda nuestra filogénesis y
ontogénesis. Aprendemos a andar, aprendemos a hablar, aprendemos a conocer
nuestro entorno, aprendemos asentir. Si la primera vez que nos pusimos de pie y
dimos los primeros pasos y nos caímos, no nos hubiéramos levantado para
intentarlo de nuevo, no hubiéramos aprendido nuca a andar.

¿Cómo aprenden nuestros alumnos?


Cuando a un alumno de secundaria le preguntamos cómo estudia, nos suele
contestar que leyendo la lección tantas veces como sea necesario hasta
aprendérsela de memoria. Nuestros alumnos leen mucho, pero no estudian nada
aprenden de memoria, pero no saben, no entienden lo que han aprendido. Es el
aprendizaje del papagayo.

Para hacer consciente a un alumno sobre su ignorancia en estrategias de


aprendizaje basta con hacerle las siguientes diez preguntas:
1. ¿Tienes una agenda en la que anotas a diario los trabajos y materiales que piden
los profesores, así como las explicaciones de cada clase, y al llegar a casa haces
los trabajos pedidos y estudias lo explicado?
2. ¿Estudias siempre en el mismo lugar?
3. ¿Tienes un horario fijo de trabajo personal en casa para cada día de la semana?
4. ¿Aclaras tus dudas preguntándolas o consultándolas en algún diccionario o
enciclopedia?
5. ¿Subrayas las palabras más importantes del texto que estás estudiando?
6. ¿Haces esquemas con esas palabras subrayadas?
7. ¿Utilizas alguna técnica, que no sea la lectura repetitiva del texto, para
memorizar?
8. Cuando crees que ya te lo sabes, ¿lo compruebas de alguna manera?
9. ¿Haces "chuletas"?
10. ¿Repasas de vez en cuando tus "chuletas"?

La mayoría de ellos contestarán afirmativamente a menos de 6 preguntas,


denotando con ello una forma de estudiar notablemente deficiente.

Dificultades a la hora de estudiar


De sucesivas encuestas pasadas a alumnos de entre 12 y 16 años tratando de
buscar cuáles son las dificultades más frecuentes que encuentran a la hora de
estudiar, nos encontramos los siguientes resultados:
69% Problemas de atención y concentración.
"Me distraigo fácilmente"

33% Falta de interés.


"Me aburro estudiando"

27% Falta de constancia.


"Me canso enseguida"

18% Problemas de comprensión y técnica.


"No encuentro las ideas esenciales"

Además de otras razones menos frecuentes, como "me falta memoria ", "no puedo con tanto", "me molestan", "soy
vago".

Como se puede comprobar, la suma de los porcentajes es superior al 100%, lo que significa que más de un alumno
señalaba más de una dificultad a la hora de estudiar.

Consultando otras estadísticas, nos encontramos con que solamente un 10% de los alumnos matriculados en las
distintas facultades y escuelas universitarias terminan sus estudios dentro de los años previstos para ello. Algunos
tardarían uno, dos o más años en terminar su carrera, pero son muchos los que no la terminan. ¿por qué?

¿Qué es estudiar?
El primer grave error de todo estudiante es pensar que estudiar es lo mismo que leer. Leer es simplemente entender un
texto escrito para satisfacer la curiosidad del momento. Estudiar es analizar un objeto, hacerlo propio y poder
reproducir en el futuro lo aprendido.

Hay quien opina que los factores que intervienen en el éxito de los estudios son la inteligencia, a la que le atribuyen un
600/0 del éxito, y el trabajo, con un peso del 30 %, reservando el 10% restante a la suerte. No somos de la misma
opinión. No podemos dejar ni el 1% de las posibilidades de éxito en los estudio en manos de la suerte. La suerte
solamente debe intervenir en los juegos de azar. El resultado del estudio hay que garantizarlo al 100%.

Después de más de 30 años de docencia, tratando con adolescentes, participando en evaluaciones académicas,
comparando resultados escolares con los tests psicológicos y hablando con padres y alumnos, creemos que el 40% del
éxito en los estudio se debe a la voluntad del alumno (hace más el que quiere que el que puede), el 30% a su capacidad
intelectual (la inteligencia no nace, se hace), el 15% a un buen material y a su correcto uso, el 10% al ambiente que
rodea al alumno y el 5% a las técnicas que utilice. Por mucho que quiera el alumno aprobar, por muy inteligente que
sea, aunque tenga muy buen material y le rodee un ambiente muy favorecedor, si no sabe cómo estudiar, no rendirá al1
00% de sus posibilidades.

La voluntad
En todo acto volitivo tenemos que distinguir una parte intelectiva durante la cual el sujeto debate lo que quiere, las
ventajas e inconvenientes que le reportará su acción y la decisión final de pasar a la acción o no. La segunda parte sería
la puesta en marcha de la acción determinada. Nuestros alumnos desarrollan perfectamente la primera. Todos saben lo
que quieren, conocen sus consecuencias e incluso están decididos a pasar a la acción, a estudiar seriamente; pero, no lo
hacen, algo se lo impide: la falta de hábito, no saben cómo hacerlo; la falta de confianza en sí mismo, no se consideran
capaces; la pereza, creyendo que cualquier otro momento posterior será mejor para empezar que el presente; la falta de
motivación, porque no encuentran una satisfacción a su esfuerzo; la falta de medios, disculpándose con que nunca
encuentran el material necesario; y, en el peor de los casos, el exceso de confianza, creyéndose capaces de poder
resolver sus problemas cuando llegue el momento sin necesidad de planteamientos previos.

La capacidad intelectual
De estudios comparativos entre los resultados de las pruebas psicométricas hechas a escolares y sus resultados
académicos se deduce que no son los alumnos más inteligentes los que obtienen mejores resultados académicos, sino
aquellos que presentan mayor motivación, los que ponen más interés y esfuerzo, los que le dedican a sus estudios el
tiempo necesario, los que tienen una buena organización a la hora de distribuirse su trabajo, los que tienen mayor
capacidad de concentración y los que utilizan alguna técnica a la hora de estudiar.

El material
Independiente de los libros cuadernos y demás instrumentos escolares, todo buen estudiante debería disponer de una
agenda donde anotar cuantos trabajos le manden, los temas que en cada clase se hayan tratado y el material que pida
cada profesor; un archivador donde guardar sus apuntes, resúmenes y esquemas, y un fichero donde almacenar cuantas
fichas ("chuletas") vaya realizando; además de muchos folios de papel.

La mesa de estudio debe tener una superficie lisa y sin brillo, con cajones laterales y apoya-pies y ser lo
suficientemente grande como para poder tener desplegado encima de ella un libro, un atlas, un folio, un diccionario y
un porta-lápices.

La silla debe estar proporcionada con la mesa y la altura del estudiante. No debe ser muy cómoda, pero sí debería estar
ligeramente almohadillada, tener apoya-codos y que el respaldo alcanzara la altura de los hombros de su usuario.

La luz debe entrar por el lado contrario de la mano con la que se escribe. Es preferible estudiar con luz natural o con
luz artificial blanca y, si es posible, con filtro azul o blanco, mejor que con luz fluorescente. El estudiante no debería
ver el foco de luz cuando está leyendo. Tampoco es bueno que los rayos de luz se dirijan directamente hacia el folio o
libro sobre el que se está trabajando. Si se estudia con flexos, hay que evitar la aproximación de la cara a las pantallas.
Es muy conveniente que el resto de la habitación también se encuentre algo iluminada.

El ambiente
El estudio requiere mucha concentración, por lo tanto, el lugar de estudio debería estar alejado de ruidos y otros
motivos de distracción, como ventanas que den a parques o calles ruidosas, el salón donde se reúnen las visitas que
llegan a la casa, el cuarto de los hermanos más pequeños, la puerta de entrada a la casa, el teléfono, la radio o la
televisión, para evitar distracciones innecesarias. De igual manera, el cuarto del estudiante debería estar decorado con
motivos que inviten al estudio y no con otros elementos que desvíen la atención del estudiante. Es muy conveniente
que el cuarto del estudiante pueda ventilarse fácilmente y que no esté muy cargado de plantas. El radiador debería
encontrarse lo más distante posible de la mesa del estudiante. Y, para evitar pérdida de tiempo, la mesa de estudio
debería encontrarse cerca del mueble donde el alumno haya guardo los textos del curso anterior, diccionarios, atlas,
folios y demás instrumentos de trabajo.

Las técnicas
Antes de estudiar todo alumno debe formularse tres preguntas: qué tengo que hacer, cuándo lo tengo que hacer y cómo
lo tengo que hacer. A la primera pregunta debe responder su agenda, a la segunda su horario de trabajo personal en
casa, y a la tercera las técnicas de estudio.

Antes de ponerse a estudia debe consultar su agenda y comenzar por aquellas tareas más difíciles, seguir por las más
fáciles y terminar con las de dificultad media.

En su horario debería diferenciar entre un tiempo para hacer los deberes, otro para estudio y otro de repaso.

Supuesto que el alumno va a estudiar algo ya explicado en clase, el primer paso debe ser hacer una lectura analítica del
texto, es decir, leer el texto comprensivamente, muy despacio, relacionando lo leído con otros conocimientos que ya
posea, tratando de entender cada palabra y buscando en el diccionario las que no entienda, a la vez que debería
subrayar las palabras clave, con las que después debería elaborar un esquema. Las palabras subrayadas deberían ser
muy pocas, nombres, fechas, pero nunca preposiciones ni artículos. Hay muchos tipos de esquemas, es aconsejable
usar el de llaves y sobre el folio apaisado, poniendo previamente, en el ángulo superior del folio, una referencia sobre
la asignatura, el tema en cuestión y el número del folio, pues seguramente que necesitará más de un folio para cada
tema, todo ello con el fin de guardarlo posteriormente de forma ordenada en el archivador. Hecho el esquema, debe
comprobar que lo entiende y que es correcto lo que ha escrito, antes de pasar a memorizarlo. Hay muchas técnicas de
memorización, es aconsejable que lo haga por asociación de imágenes, es decir, creando una imagen para cada palabra
y formando una cadena con ellas, de tal forma que cada una de las palabras le recuerde la siguiente. Cuando crea que
ya se lo sabe, debe hacerse una autoevaluación por escrito, para ello no es necesario volver a escribirlo todo, basta con
ir poniendo rayas en lugar de palabras a la vez que verbal iza la palabra que representa cada raya (esqueleto del
esquema). y aún debe dar un último paso, hacerse una "chuleta", es decir una ficha para los repasos. En la ficha
solamente deberían figurar aquellas palabras que realmente necesite recordar para desarrollar el tema, las que le
gustaría que le "soplaran" en el examen. Por mucho que se estudie, si no se repasa periódicamente, se olvidará, por ello
que sea necesario repasar por la noche lo estudiado cada tarde, antes de que pasen ocho horas; los fines de semana hay
que repasar todo lo estudiado durante la semana, y las vísperas de los exámenes volver a repasar lo que va a entrar en
dichos exámenes. Estas fichas también deberían tener en su ángulo superior derecho la referencia de la asignatura,
tema y número de orden de la ficha con objeto de guardarla posteriormente en el archivador.

Conclusión
Siguiendo este método, solamente hay que estudiar una vez, cada tarde, al llegar a casa, lo que cada profesor haya
explicado en su clase, y repasar la "chuleta" tres veces, antes de acostarse, los fines de semana y antes de cada examen.

Aprender sí, ... pero ...


Cora Amorín González, Profesora de Filosofía (12/12/2005)
“Aprender sí, pero ¿cómo?” es el título de una obra de Philippe Meirieu; obra que
ha sido reeditada 18 veces y traducida al italiano, al español, al árabe y al inglés.

En la contratapa del libro de este autor francés se puede leer: “La vocación de la
escuela es facilitar el aprendizaje. No hay duda, y todo el mundo lo acepta. Pero
no es suficiente: el consenso es inútil sin el enunciado de los medios a utilizar.
Philippe Meirieu prosigue en esta obra la reflexión iniciada en “La escuela,
modo de empleo”, (Octaedro, 1997) centrándose esta vez específicamente en el
acto de aprender. Denuncia cualquier planteamiento ilusorio y aporta ideas para
que el enseñante pueda elaborar, regular y evaluar su actividad. Aborda a la vez
la relación pedagógica, la racionalización didáctica y las estrategias individuales
de aprendizaje. Muestra cómo dirigir la atención hacia estas tres dimensiones y
así permite mantener “el equilibrio ecológico del sistema de enseñanza”.
Situándose más allá del enfrentamiento entre teoría y práctica, esta obra
constituye una referencia para todos los profesionales de la enseñanza”.

Se vive en sociedades caracterizadas por procesos acelerados de cambio a niveles


tecnológicos, económicos y sociales fundamentalmente. El mundo es cada vez
más heterogéneo, por suerte, a pesar de que a primera vista pareciera que no hay
modelos alternativos efectivos dada la globalización masiva que los medios de
comunicación, particularmente Internet, producen. Se está inmerso en una cultura
de lo diverso. El paradigma de la realidad muestra múltiples facetas así como
diferentes modos de adaptación.

Como todos los seres humanos, los niños tienen una capacidad tremenda y una
enorme capacidad de aprendizaje.

Aprender significa lograr un conducta que modifica la anterior; es ir avanzando en


un proceso continuo de conocimiento; desde la comprensión hasta la aplicación.
El aprendizaje es un cambio relativamente permanente del comportamiento
debido a la experiencia pasada.

Para aprender hay estrategias que unas son más adecuadas que otras. Una
estrategia es un proceso, una fusión de reglas que fortalecen competencias
óptimas en cada momento; las estrategias implican diversas técnicas. Es posible
definir las estrategias de aprendizaje como procesos de toma de decisiones
(conscientes e intencionales) en los cuales el alumno elige y recupera, de manera
coordinada, los conocimientos que necesita para cumplimentar una determinada
demanda u objetivo, dependiendo de las características de la situación educativa
en que se produce la acción. Resumiendo son procedimientos que se aplican de
modo controlado, dentro de un plan diseñado deliberadamente con el fin de
conseguir una meta fijada. Utilizar una estrategia supone algo más que el
conocimiento y la utilización de técnicas o tácticas en la resolución de una tarea
determinada. Mucho sobre esto ya se ha escrito, basta con hacer un recorrido
viajando por Internet y se obtiene al tema.

El conocimiento como acumulación de saber no es significativo, su valor radica


en el uso que se haga del mismo, por tanto, las escuelas deben, con esta
perspectiva, replantear los programas educativos desde “el saber hacer” a partir
del desarrollo de competencias y de su aplicación a situaciones de la vida real.

Competencia es la “capacidad de actuar de manera eficaz en un tipo definido de


situación, capacidad que se apoya en conocimientos pero no se reduce a ellos”
(Philippe Perrenoud; “Construir Competencias desde la Escuela” 2002)

El aprendizaje se construye, reconstruye y se aplica en la resolución de problemas


(aprendizaje significativo) y se concibe con una perspectiva de proceso abierto,
flexible y permanente, lo que implica que existe la libertad de incorporar los
avances de la cultura, la ciencia y la tecnología a los programas educativos en el
momento en que éstos se están dando, con la finalidad de que los alumnos estén
actualizados en su área disciplinar.

La base está en “aprender a aprender” y “aprender a des-aprender” para generar


un acompañamiento a las nuevas conquistas y a los nuevos paradigmas. La
oscilación entre la pertenencia y el extrañamiento está la apertura del aprendizaje.

“En la experiencia de aprender haciendo… los estudiantes aprenden… mediante


la práctica de hacer o ejecutar reflexivamente aquello en lo que buscan
convertirse en expertos y se les ayuda a hacerlo así gracias a la mediación que
ejercen sobre ellos otros ‘prácticos reflexivos’ más experimentados, que
usualmente son los profesores; pero pueden ser también compañeros de clase más
avanzados” (Díaz Barriga, Frida.2002)

“Aprender sí, pero ¿qué?”

El desarrollo de una competencia, va más allá de la simple memorización o


aplicación de conocimientos de forma instrumental en situaciones dadas. La
competencia implica la comprensión y transferencia de los conocimientos a
situaciones de la vida real, exige relacionar, interpretar, inferir, interpolar,
inventar, aplicar; transferir los saberes a la resolución de problemas, intervenir en
la realidad o actuar previendo la acción y sus contingencias. Es decir, reflexionar
sobre la acción y saber actuar ante realidades imprevistas o contingentes.

Aprender técnicas o procedimientos es esencial. Dominar la indagación y la


investigación es imprescindible para poder avanzar en lo cognitivo. Formular
problemas, formular hipótesis y confrontarlas, ordenar de forma sistemática según
criterios, destacar lo básico y clasificar son habilidades que subyacen el
aprendizaje de contenidos. Cuanta más variedad de técnicas haya disponibles, más
variados pueden ser las estrategias.

“Aprender sí, pero ........”

Aprender para saber. “Todos los hombres tienen el deseo de saber” manifiesta
Aristóteles. El aprendizaje humano implica una amplia dimensión cognoscitiva, la
cual es afectada por las expectativas, las relaciones percibidas, las imágenes
mentales y otros fenómenos, factores que influyen en el modelamiento, como el
éxito o el fracaso.

Concluyo este trabajo tomando como referencia al filósofo uruguayo Carlos Vaz
Ferreira quien escribió en 1908 un libro que llamó “Moral para intelectuales” y
dice: “...la inmensa diferencia que existe entre estudiar para saber y estudiar
para demostrar que se sabe. ..... El deber que voy a recomendarles pertenece a la
clase de deberes no sólo fáciles, sino agradables. La vida del estudiante es
infinitamente más grata para el que, además de preocuparse de estudiar en
superficie, se preocupa también de estudiar en profundidad” . (el subrayado es
mío)

Estudiar para saber implica como lo marca Vaz Ferreira estudiar en profundidad,
por ideas pedagógicas directrices de escalonamiento o de penetración. Y los
consejos vazferreirianos para aprender son dos: formarse hábitos y leer libros (en
los comienzos del siglo XX único medio para acceder a lo que otros estudiaron,
pues como señala Paulo Freire: “leer un libro es estudiar a quien estudiando lo
escribió”).
Cómo enseñar a aprender
Juan José Azcárate, Director General de CCC (12/12/2005)
Después de un buen número de años académicos, no son pocos los alumnos que
se dan cuenta de que su principal problema consiste en que no saben estudiar de
manera correcta y eficaz. Como se suele decir, no han aprendido a aprender.

Existen técnicas y estrategias de estudio y aprendizaje sencillas y efectivas. Por


ejemplo, CCC ofrece a sus alumnos una Guía con ideas útiles para aumentar la
rentabilidad del tiempo de estudio y unos consejos prácticos para aprender a
estudiar.

Como se afirma en esta Guía, no todo el mundo sabe estudiar. Existe una ley
básica, cuyo desconocimiento ha llevado a muchas personas al aburrimiento, al
desánimo y al fracaso. Esta ley afirma que “nuestra mente asimila solamente las
ideas que le resultan interesantes, comprensibles y útiles”.

En CCC damos 10 consejos que aumentan la eficacia del aprendizaje:

1. No estudies por estudiar. No olvides nunca que el estudio es como un trabajo


que haces por tu propio bien. Debes realizarlo con ilusión, continuidad y orden.
2. Hazte un plan. Antes de nada, estúdiate a ti mismo. No todas las personas
somos iguales. Por lo tanto, debes adaptar la materia de estudio a ti y no al revés.
Es decir, debes adaptarla a tu ritmo, a tu memoria, a tu capacidad de expresión... Y
debes establecerte un plan, un horario diario y ser constante.
3. Concéntrate. Si piensas en muchas cosas al mismo tiempo, no podrás estudiar
bien. Deberás aislarte del mundo y olvidarte del resto de las preocupaciones.
4. Convierte la memoria en herramienta de trabajo. Sólo se aprende bien lo que
realmente interesa. Si algo te resulta importante y ameno, apenas tienes problemas
para retenerlo y recordarlo. Por eso, lo ideal es actuar sobre la memoria,
facilitando su interés por lo que se aprende en cada momento. ¿Cómo hacerlo?
Ante todo, no intentes memorizar, sino comprender. Se retiene más si se aprende
en pequeños ratos.
5. Utiliza lo que acabas de aprender. Si es posible, debes utilizar lo que acabas de
aprender. ¿Cómo? Pues, a veces, sencillamente, explicándoselo a alguien que te
escuche. Así de fácil: un hermano, un amigo... Da un resultado estupendo. Y si no,
grábate tu voz y luego escúchate.
6. Toma buena nota. Lo que se escribe se recuerda mejor que lo que se lee; y lo
que se ve es más duradero que lo que se escucha. Pues bien, tomar notas mientras
se estudia es de gran ayuda. Trata de elaborar tus propios apuntes y realiza
resúmenes y esquemas, que te recuerden de un vistazo todo lo aprendido.
7. Antes de empezar, repasa lo anterior. Una buena forma de entrar en materia es
repasar lo que has estudiado el día anterior. Esto te permitirá centrarte
rápidamente y afianzar lo que ya sabías.
8. Examínate a ti mismo. Para comprobar tu nivel de comprensión, intenta
recordar y repetir lo que acabas de leer, o de ver en el DVD, o en la pantalla del
ordenador, o de escuchar en un CD... También es útil grabar tu voz y escucharte.
Te ayudará, al mismo tiempo, a mejorar tu capacidad de expresión, algo también
muy importante.
9. Haz caso de tus profesores. Sigue los consejos e indicaciones de los profesores.
Ganarás tiempo y efectividad en el estudio. Y no dudes en ponerte en contacto con
ellos para cualquier consulta.
10. Demuestra lo que has aprendido. Haz los ejercicios y responde a las preguntas
que te harán tus profesores. Ellos analizarán tus trabajos, los corregirán, te harán
llegar sus aclaraciones y responderán a tus preguntas, para luego calificar lo que
has hecho.

Concluyendo, lo primero que se debe hacer es aprender a aprender.

El antes y el después del estudio, ¿tarde? ¡Nunca!


Salvador Boro Romero Campos, gerente de la Fundación para la Formación de
Altos Profesionales (FUFAP) (12/12/2005)
Tarea ardua, la explicación en pocas palabras de la necesidad del ser humano que
tiene de ‘saber’, antes de aplicar una técnica eficaz de estudio que permita hacer
buen uso de los distintos instrumentos intelectuales de que se dispone, deberemos
tener en cuenta otros factores, sin dejar nuestro objetivo ‘saber’ para lo que
deberemos ‘aprender’, en este artículo no entraré a evaluar algo tan importante
como estado físico, sueño y descanso, hábitos, deformaciones de la costumbre, y
otros muchos factores que van a influir de modo decisivo en el aprendizaje.

El enriquecimiento cognoscitivo servirá para guiar y ayudar en la constante toma


de decisiones en todos los ámbitos sociales, por ello, el aprendizaje es el eje sobre
el que gira todo el entorno social del ser humano.

Escuchamos con demasiada frecuencia “yo no puedo, soy mayor, es muy tarde
para mí” nunca es tarde, siempre y por muy bajo que sea nuestro estado previo,
podremos superarnos; con este tipo de afirmaciones tan solo dañamos nuestra
autoestima, y nos impide apreciar que tan sólo nos separa del éxito el tiempo,
dedicación, ilusión, esfuerzo y sistema correcto aplicado para el aprendizaje.

El adulto, tiende a estabilizar su vida y provocar con ello un retroceso, al igual


que quien deposita un dinero bajo un ladrillo e intenta utilizarlo diez años
después, con toda seguridad su capacidad de adquisición se habrá visto mermada
por diferentes factores, a su vez, atendiendo a nuestras propias experiencias,
sabemos que almacenar información y no tener instrumentos para saber utilizarla
tampoco sirve de mucho.

Entrando en el objetivo de este artículo y habiendo hecho hincapié en la


importancia de nunca decir ‘no’ al aprendizaje, veamos los aspectos generales que
deben tenerse en cuenta cuando hablamos del aprendizaje del adulto.

Las experiencias personales, en la mayoría de los seres, llevan a la costumbre, y


hábitos que se adquieren cuando se realizan repetidamente actos, en el
aprendizaje, y mucho más en las técnicas aplicables al mismo, será importante la
forma, y mucho más tener en cuenta el origen, cuando una persona adulta desea
incorporarse o continuar un estudio, lo hace por varios motivos, necesidad,
continuidad, o complacencia, si el motivo es la continuidad no existen demasiados
problemas, puesto que durante su continuo estudio ha generado y adoptado las
técnicas que mejor se adaptan a su disponibilidad de horario y a su que hacer
diario, al igual que en el caso de la complacencia, e incluso mejor en este
segundo, debido a que la mejor motivación es la que expresa nuestro propio yo,
los problemas o necesidades de sistemas de aprendizaje en los adultos vendrán
generados normalmente por los casos en que la necesidad es el motivo de la
incorporación al estudio, en estos casos, habrá que considerar diversos factores, a
saber:

Es imposible la aplicación de una regla general, por lo que deberemos atenernos


en la primera fase, a la procedencia tanto en su modo cuantitativo, como
cualitativo, deberemos aplicar técnicas más especificas al caso concreto,
dependiendo del nivel educativo del que se precede y de la edad del sujeto, al ser
dos variables que afectan directamente a la capacidad y la calidad del aprendizaje,
siendo dispar a pesar de proceder del mismo nivel educativo, el haber estado
anclado en él, 10 ó 30 años, porque la costumbre habrá generado hábitos que
deberemos desmembrar y reconducir.

Sin olvidar el apartado anterior, la velocidad de aplicación de las técnicas, es


directamente proporcional al resultado de las mismas, no deberá importarnos la
prontitud que requiera la necesidad, deberá aplicarse en los plazos necesarios para
la reprogramación mental del sujeto.

La elección y control del tipo de aplicación para el óptimo rendimiento, asignando


pautas y tiempos de control, de modo que si las variables no son las óptimas o
deseadas, deberá ser sustituida la pauta. No es un medicamento y por ello,
necesitamos la máxima colaboración de la persona que deberá desear aprender,
principalmente atenderemos durante todo el proceso la actitud para generar
aptitud.

Nos encontramos con la necesidad del cambio de hábito, a pesar, de haber


conseguido nuestro objetivo, incluso una satisfacción total del individuo no será
suficiente para una verdadera culminación, debiendo aplicar practicas de
habitualidad, para generar el hábito del estudio, basado generalmente en el hábito
de la lectura, para no perder en poco tiempo lo conseguido, y volver al estadio
inicial; sí, en otro nivel, pero, estancado como estuvo cuando se inició.

El aprendizaje, es un proceso sin fin, un proceso en el que deberemos de algún


modo, subyugarlo a nuestra vida, para conseguir estar “actualizados” con y para
nuestro entorno social, claro que Ortega diría que hablo de las ideas y no de las
creencias, pero, solo concibo la vida desde la perspectiva del continuo estudio y la
continua superación, sin necesitar para ello competir, buscando únicamente la
realización como persona, al igual que la Constitución Española, que lo reconoce
como un derecho fundamental.

En resumen, seguiremos las pautas necesarias para incorporar en la persona el


aprendizaje, de modo que se consiga entender y no sólo memorizar, creando
hábito y placer donde existía precariedad y obligación, disponiendo de armas
como la constancia, técnica y materiales, sobre todo la tecnología actual, y unido
de forma inherente a las armas, serán necesarias la perseverancia y sinceridad del
individuo para llevar a buen fin nuestro cometido.

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Información General / Educ

Y después llegaron las técnicas de estudio


Miguel Ángel González Expósito, Pedagogo y Director de Zona Madrid de
Kumon Instituto de Educación de España (12/12/2005)
Los programas de técnicas de estudio son muy necesarios e importantes. Sin
embargo, antes de aplicar uno de ellos y beneficiarse de los resultados obtenidos
tenemos que tener en cuenta algunas cuestiones previas.

Cuando me plantearon participar en un monográfico basado en las técnicas de


estudio por mi cabeza rondaron ideas de todo tipo:

- Hacer una compilación de autores de la pedagogía moderna y relacionar sus


ideas fundamentales (aprendizaje significativo, constructivismo, etc...) con las
diferentes técnicas de estudio que existen.

- Buscar un fundamento y un soporte desde la psicología evolutiva a las edades en


las que se deben ejercitar los alumnos en una determinada técnica de estudio.

- Nombrar las técnicas de estudio que están más en boga y dar unas pautas
generales de entrenamiento en las mismas.

- Presentar el no tener alumnos lo suficientemente ejercitados y entrenados en


estas técnicas de estudio como una de las causas del fracaso escolar. ¡Seguro que
ganaría muchos puntos!

Con posterioridad intenté ponerme en el lugar de los alumnos, los padres y los
profesores. Para ello recordé mi propia experiencia como estudiante y como
responsable del programa de técnicas de estudio en mi anterior trabajo, y
reflexioné sobre lo que realmente quería transmitir con este artículo.

Finalmente decidí hablar de ambas cosas, de mi experiencia como alumno (espero


que, por mi propio bien, no demasiado lejana) y de mi experiencia como profesor,
y delegar en vosotros, lectores, el trabajo de realizar un resumen, extraer las ideas
principales y secundarias y hacer un mapa conceptual del texto.

Comenzaré con mi experiencia como alumno. Por lo que dicen mis padres y
hermanos, yo era un alumno “medio”. No era ni excesivamente brillante ni
tampoco tenía demasiadas dificultades. En aquella época (1990 - 5º ó 6º de EGB)
no era tan habitual hablar de las técnicas de estudio como concepto genérico, pero
sí que se hablaba de alguna de estas técnicas por separado. Recuerdo algunas
experiencia como alumno:

- Un profesor me pidió que leyera El Quijote y extrajera las ideas principales y


secundarias del texto. Creo que su intención era que practicara y ejercitara la
facultad de conocer la organización de un texto. Sólo llegué a leer 15 páginas del
libro. Para hacer ese trabajo debería haber estado concentrado unas ¡1.000 horas!

- En otra ocasión un profesor de Biología me pidió que realizara un mapa


conceptual de una unidad del libro de texto. Por supuesto, lo primero que dije fue:
¿Un mapa qué? Por lo visto quería que realizase un esquema en el que aparecieran
relacionados los conceptos y contenidos que se trataban en esa unidad. Fui
incapaz de hacerlo. Quizás tuvo algo que ver que siempre me hubiera hecho
preguntas cerradas que podían ser contestadas gracias a un ejercicio correcto de
evocación memorística. Nunca me hizo preguntas como la siguiente: ¿Qué
relación existe entre el componente molecular de los seres vivos y las funciones
que realizan para mantenerse con vida? Siendo así, ¿cómo quería que luego fuese
capaz de hacer un mapa conceptual? ¿Por qué las preguntas de los exámenes de
este profesor eran tipo test?

- También me acuerdo de un profesor de Historia que me pidió que realizara un


resumen con mis propias palabras de un texto sobre la civilización romana. Por
supuesto copié párrafos enteros. ¡Aquel texto era incomprensible! Además, ¡tenía
que estar concentrado haciendo lo mismo durante muchísimo tiempo! ¿Quién
podía entender lo que significaba la palabra prefecto?

Mi experiencia como profesor no fue mucho mejor:

- Un día de clase pedí a P.S. (10 años) que redactara un resumen con sus propias
palabras de un tema de la asignatura a la que él llamaba “Cono”. Se quedó blanco.
Por descontado, fue incapaz de hacerlo. Fue un titán, incluso fue capaz de
aprenderse de memoria varios párrafos del texto (que ni siquiera entendía) para
demostrar que era capaz de hacerlo con el libro cerrado (requisito que yo le
exigía).

- A.V. (14 años) era un alumno increíble. Yo me esforzaba por conseguir que
preparara mapas conceptuales y esquemas de los temas que estudiaba, pero
siempre me encontraba con el mismo problema. A.V no era capaz de estar
concentrado ni diez minutos, también era porque no entendía ni la mitad de las
palabras que leía.

- Recuerdo a otro alumno mayor que los anteriores (18 años). Para este alumno
era prioritario realizar una planificación de sus tareas con vistas a un año. Este
alumno fue incapaz de cumplir los plazos programados por él mismo. Eso si, no
faltó a ninguna fiesta organizada por sus “colegas”. ¿Cómo iba a cumplir plazos
una persona totalmente desmotivada y anárquica durante toda su vida? No
necesitaba técnicas de estudio, necesitaba técnicas de socialización y civismo.
Con estas experiencias queda claro que algo fallaba, y sigue fallando, en los
programas de técnicas de estudio (con los que, dicho sea de paso, estoy totalmente
de acuerdo).

Otra experiencia como estudiante (que no he contado antes) podría ser la siguiente
(esta no es tan desastrosa):

- En la facultad la cosa cambió. Era un lector competente; tenía curiosidad; los


profesores realizaban preguntas basadas en la comprensión; probaba diferentes
reglas nemotécnicas (copiadas de mi hermano y algún compañero); a veces hacía
resúmenes, esquemas o mapas conceptuales (llegué a desarrollar la habilidad para
realizarlos y utilizarlos; además, los utilizaba con éxito y si no era así,
perfeccionaba mi técnica). Los modelos de mis compañeros y familiares me
ayudaron, pero al final desarrollé mis propias técnicas de estudio. Para
conseguirlo sólo fue necesario que desarrollara: una aptitud suficiente
(capacidades generales, destreza lecto-escritora, etc...), una actitud máxima
(interés, curiosidad, comportamiento autodidacta, etc...) y una coherencia
didáctica (la mayoría de los profesores de la facultad fomentaba una forma de
estudio que daba cabida a la práctica de diferentes técnicas de estudio).

Esta última experiencia hace que me plantee una serie de cuestiones. En mi


modesta opinión, la respuesta hay que encontrarla en la base del aprendizaje, que
es algo previo a los programas de técnicas de estudio.

Todo programa de técnicas de estudio debería haber tenido en cuenta la audiencia


a la que va dirigida y el contexto en el que se realiza. Tanto los destinatarios como
el contexto de enseñanza-aprendizaje deberían reunir previamente una serie de
variables:

- Alumnos y profesores con interés y placer por aprender.

- Comportamiento autodidacta. Por lo menos el haber sido puesto en esa situación.

- Que el contenido con el que se trabajan sea atractivo para las personas que lo
utilizan.

- Capacidad de autoevaluar la propia actividad y generar el autoconcepto


académico. El alumno debe ser consciente de su competencia para una u otra
técnica de estudio.

- Tener desarrollado un hábito de trabajo y la capacidad de concentración mínima


para hacer factible un trabajo asociativo y de investigación.

- La coherencia didáctica entre lo que el alumno realiza diariamente y este tipo de


técnicas. En la mayoría de las ocasiones las fórmulas cerradas de enseñanza y
evaluación son un obstáculo para el desarrollo de este tipo de habilidad.

- Competencia aptitudinal suficiente y actitudinal máxima.

Por todo ello creo que es prioritario que todas estas premisas se cumplan antes (o
al menos paralelamente) de aplicar un programa de técnicas de estudio. Cuando
los padres llegan a nuestros CENTROS KUMON precisamente ofrecemos el
desarrollo y la mejora de estas premisas iniciales. Creo firmemente que un alumno
con esas características de partida desarrollará sus propias técnicas de estudio y,
además, tendrá éxito en su aplicación. En el caso de que no sea así cualquier
programa de técnicas de estudio verá mermada su utilidad si las variables
comentadas anteriormente no se respetan y se tienen en cuenta.

Aprender a estudiar
Olga Ibiricu Díaz, Departamento de Investigación de Técnicas de Estudio de
AULA 2 (Pamplona) (12/12/2005)
Muchos padres se quejan de que sus hijos pasan muchas horas delante de los
libros, encerrados en su habitación, y que sin embargo esa dedicación no se
acompaña de unos resultados proporcionales a las horas invertidas. Más frustrante
es para los educadores cuando muchos alumnos nos insisten en que ellos estudian
muchas horas y que no obtienen resultados. Ellos están convencidos de que ponen
todo por su parte pero que algo falla. Lo peor es que eso los hace dudar de sus
propias capacidades achacándolo a problemas de memoria, concentración. La
respuesta no es simple ya que habría que analizar cada caso y estudiar cómo son
las aptitudes intelectuales, la situación familiar, el estado emocional, la adaptación
social y escolar. Cuando todos estos aspectos se sitúan en unos parámetros
“normales” y no justifican el bajo rendimiento, es cuando debemos preguntarnos
cómo estudia ese chico, si es la falta de un método adecuado lo que está
dificultando su aprendizaje.

Por otro lado todos tenemos la experiencia de esos alumnos organizados y


metódicos en su trabajo que parece que tienen tiempo para todo y además sacan
adelante los cursos con éxito.

Pero, ¿Cómo se adquiere esa forma eficaz de estudiar?, Muchos estudiantes


adquieren su propio método de forma natural a través de las experiencias
escolares y de determinados profesores que les van marcando el camino pero otros
muchos no son tan afortunados entre otras cosas porque el método ideal no
existen distintos estilos de aprendizaje. Aquí se plantea otra cuestión que es la de
quién debe enseñar a nuestro alumnos a estudiar. Unos plantean que es a los
propios profesores a quienes corresponde esta tarea que así estaría integrada en el
propio currículo del alumno. La necesidad de formación específica para el
profesorado y la amplitud de los contenidos a impartir dificultad el llevar a la
práctica esta opción y se opta por impartir cursos de técnicas de estudios de forma
externa bien desde el Departamento de Orientación o como en nuestro caso,
recurriendo a profesionales especializados de fuera del centro.

A veces, el hecho de que los alumnos nos vean como ajenos al centro con lo que
supone de desconocedores de los antecedentes de los alumnos y fuera del proceso
de evaluación, permite vivir estos cursos como una experiencia diferente y sin
prejuicios.

El otro tema que suscita cierta polémica es la validez de estos cursos. Es frecuente
la desconfianza hacía ellos por considerar que no existen fórmulas mágicas que
mejoren radicalmente el rendimiento.

Más cuando se ofrecen con el comercial eslogan de “aprende sin esfuerzo” que
hace ver esos cursos como una receta milagrosa y que nosotros rechazamos
profundamente. Y es que si algo es fundamental es que las técnicas que tratamos
de que nuestros alumnos aprendan, se conviertan en verdaderos hábitos de trabajo,
que cambien su forma de abordar el estudio. Precisamente por la importancia que
le damos al hábito es por la que necesitamos la colaboración de los padres para
que puedan hacer una labor de seguimiento en cuanto al modo de estudiar de sus
hijos.

¿Cuál es la edad óptima para aprender a estudiar?

Si apelamos al sentido común desde que los alumnos empiezan a tener que
estudiar. Hay unos hábitos básicos que deben aprender desde los primeros cursos
de primaria relativos al orden, la limpieza, la realización de tareas en un entorno
físico y psíquico agradable y conforme pasan a 4º Primaría y hay que añadir otros
hábitos sobre realización de tareas y proposición de controles.

Por otro lado desde nuestra experiencia de más de 18 años recomendamos la


enseñanza de técnicas a alumnos desde 4º - 5º Primaria porque lo que queremos es
que adquieran hábitos.

¿Qué hay que enseñar en un curso de Técnicas de Estudio?

El primer paso debería consistir en un análisis por parte del propio alumno de su
forma de estudiar. Debemos ayudarle a detectar sus fallos y que sepa qué no es
estudiar bien para a partir de ahí ir subsanando lo errores.

Aunque es a esta edad cuando más negativos están y más tendentes a la


colaboración con el profesorado.

Este no quiere decir con un alumno de la ESO o Bachillerato no pueda aprender


pero siempre ante de que el estudio se convierta en algo tortuoso y que cree
frustración en el alumno.
El estudio incluye muchos aspectos (motivación, elaboración, concentración,
memorización y elaboración de exámenes), uno de los temas que preocupan a los
alumnos y casi se han convertido en el “coco” que es la memorización.

Tradicionalmente se ha asociado el estudio con “hincar codos” y con la memoria


repetitiva y por tanto con una de las tareas más aburridas y tortuosas del
estudiante.

Todavía hay muchos chicos/as cuya forma de estudiar consiste en repetir y repetir
hasta aprender un tema entendiéndolo más o menos pero muchas veces sin llegar
a asimilarlo. El resultado en el caso de que sea satisfactorio, sólo se verá a corto
plazo porque a largo plazo se olvidará casi todo lo aprendido.

Sabemos que la memoria a largo plazo requiere que los conocimientos se


almacenen habiéndolos relacionado entre sí previamente y eso no se consigue
utilizando sólo memoria repetitiva. Además es importante que el aprendizaje sea
significativo, es decir que se relacione con otros conocimientos y experiencias ya
asimilados y provoque en el estudiante un interés y gusto por aprender.

En primer lugar hay que desterrar la imagen del libro abierto sólo encima de la
mesa. Tienen que ser consientes que colocarse de forma pasiva ante el libro o los
apuntes dificulta la concentración u que repetir mentalmente frases sueltas no es
estudiar sino perder el tiempo y no asimilar de forma correcta. Hay que estudiar
siempre con papel y lápiz ya que a medida que se va leyendo y entendiendo, van a
ir surgiendo dudas que habrá que consultar, además es necesario sintetizar y
relacionar ideas que conviene ponerlas por escrito en forma de esquema.

Entre los estudiantes es frecuente creer que hacer esquemas es perder el tiempo
porque los libros cada vez son más claros y proporcionan el material más
sintetizado pero el que no elabora no asimila ya que estudiar bien un tema supone
comprenderlo a fondo, sintetizar sus ideas y relacionarlas entre sí. Todo esto es
difícil hacerlo mentalmente, y por eso les recomendamos ir poniéndolo por escrito
conforme se van entendiendo y ordenando las ideas.

Se trata de que finalmente cada uno adquiera su propio estilo que le dé autonomía
para un aprendizaje enriquecedor.

Aprender a aprender
Rosa Mª Mayoral, Responsable Académica de Talenta (12/12/2005)
Aprender es, definitivamente, el acto más largo de nuestras vidas. Siempre y en
cada momento aprendemos algo nuevo que surge ante nuestros ojos. Todo ello,
son actos, no siempre conscientes, vemos, sentimos, percibimos, pero, no siempre
lo hacemos nuestro. Ese quedarse con lo aprendido y estructurarlo ya es “harina
de otro costal”.

Es fácil decir a alguien:


• haz un resumen, sintetiza el tema y llega a hacer un cuadro sinóptico
• subraya lo básico, subraya la idea principal y estúdiatelo
• etc.

No hay que creer mucho en las técnicas de estudio a “palo seco”. Hay que creer
en la técnica personal de estudio; aquella que tras la criba te la haces tuya, la
modificas un poco hasta llegar al “traje a medida” a veces hasta la “alta costura”.

El proceso si se tiene que hacer solo es, difícil y nos pide demasiado “ensayo y
error”. Por ello, lo ideal es, tener a nuestro lado a alguien que con su experiencia y
conocimiento en esas técnicas nos haga propuestas concretas, seleccionadas y
adecuadas a cada uno de nosotros, teniendo en cuenta características personales,
capacidades y aptitudes.

Un buen profesional puede ser el puntal para salir airoso de esta situación de
forma eficaz y en un tiempo razonable.

Nada es más satisfactorio que ver que somos capaces, que entendemos, que
relacionamos, que hacemos nuestro esa parte del saber.

Curiosidad, inquietud y una buena ayuda son fundamentales para crear unos
hábitos técnicos-personales que nos acompañarán siempre.

Lo material hoy está y mañana no se sabe, nuestro conocimiento, cultura e


inquietud siempre lo llevaremos puesto, vale la pena el esfuerzo de enseñar para el
futuro venidero.

Es muy difícil aprender a aprender de mayor, el hábito hay que crearlo de pequeño
adecuándolo a cada edad e, ir tirando del hilo hasta que se convierta en soga.

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Universitaria (SACU) en la Universidad de Sevilla
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Algunas perversiones acerca de las técnicas de estudio


Bienvenido Santiago Muñoz, Coordinador de la Asesoría Psicológica y Social
del Servicio de Asistencia a la Comunidad Universitaria (SACU) en la
Universidad de Sevilla (12/12/2005)
Son pocas las actividades a las que los humanos (occidentales) dedicamos tanto
tiempo como a estudiar, y que a su vez tienen un tan pésimo diseño para la
adquisición de las habilidades básicas para su manejo.

Y no será porque se trate de una habilidad harto compleja, ya que el tiempo que se
tarda en explicar la secuencia de actividades que están comprendidas bajo la
etiqueta “estudiar” no va más allá de 20 minutos.

Y tampoco creo que se trate de una actividad novedosa para la humanidad, hace
siglos que estudiamos y los procedimientos están descritos hasta la saciedad:
Ebbinghaus nos explicaba en el siglo XIX cómo funcionaba nuestra memoria, que
por otro lado, sigue funcionando igual, claro; la cantidad de libros que describen
técnicas de estudio (a veces con nombres dignos de las mejores películas de
ciencia ficción, por cierto) es ingente.

Tampoco será porque no exista una preocupación de todos los actores implicados
en el hecho educativo, que a día de hoy somos casi todos ya sea como padres,
alumnos o profesionales. La propia administración educativa en todos los niveles,
incluido el universitario (impensable hasta hace apenas un lustro), no hace otra
cosa que enseñar a sus alumnos a... ¿estudiar?

Si es efectivamente tan simple, está tan bien descrito y todo el mundo está
interesadísimo en el asunto, entonces ¿qué sucede?, ya que es evidente que el
índice de fracaso escolar es elevadísimo.

Partamos del hecho que “estudiar” significa adquirir una serie de habilidades y
ponerlas en práctica de manera eficaz, eficiente y efectiva para obtener un
resultado determinado. Como también podríamos decir de “conducir”. Si
preguntáramos a alguien que ya tiene carné que cómo se conduce, podría hacernos
una descripción de los elementos básicos que componen esta habilidad. Pero si
preguntamos a alguien que cómo estudia, y yo lo hago diariamente a
universitarios/as a los que se le supone un dominio de esta habilidad, las
respuestas son bastante desconcertantes: “¿te refieres a dónde estudio?”, “¿cómo
que cómo estudio?, pues estudiando”.... ¿Por qué sucede esto?

A mi entender, existen algunas perversiones alrededor de hecho de estudiar. Sin


ánimo de ser exhaustivo por el espacio con el contamos, voy a señalar algunas de
ellas.

La primera y básica, es la confusión que se establece cuando se igualan


actividades tan diferentes como estudiar y aprender. No son incompatibles, pero
estaremos de acuerdo en que lo que hay que hacer para aprender (tarea que puede
resultar incluso muy agradable) no es lo mismo que lo que hay que hacer para
estudiar, que incluye la memorización de cara a un examen y la memorización no
es ninguna tarea agradable.

Es esencial tener presente esta diferencia ya que en todos los niveles del sistema
educativo se establece una encarnizada batalla alrededor al aprendizaje ¿o del
estudio? Un profesor universitario de una carrera técnica me decía que la virtud de
la enseñanza se encontraba en el justo equilibrio de 2 fuerzas opuestas: la del
alumno queriendo aprobar y la del profesor queriendo que aprendan.

En primaria, que es la etapa en la que el alumno comienza a instaurar sus hábitos


frente a los libros, el sistema vuelca sus esfuerzos en que los/as alumnos/as
aprendan y les piden raramente que estudien. Evidentemente también les enseñan
a estudiar, pero a los alumnos no les resulta necesario para aprobar. Como mucho,
necesitan leer un día antes del examen. Y si esto es lo que necesitan, esto es lo que
harán, como es lógico. Por pura economía de comportamiento. Pero, ¿estudiar es
leer el día antes del examen? Parece claro que no. Y sobre todo conforme vamos
subiendo de nivel en el sistema educativo en donde cada vez más se le exige la
habilidad de estudiar. Con memorización incluida, por supuesto.

Pero esta exigencia empieza a hacerse presente con más intensidad a partir de
secundaria, es decir, cuando el alumno lleva años (6 en concreto) relacionándose
con los libros de una manera determinada. Y con éxito, por cierto.

¿Nos hacemos una idea de lo que supone cambiar un hábito instaurado durante
al menos 6 años, en una edad tan temprana, que le ha dado resultado hasta la
fecha y que la alternativa implica más esfuerzo? A mi, sinceramente, no se me
antoja una tarea especialmente fácil.

A partir del momento en que las exigencias comienzan a subir, cada uno hace lo
que puede y, por ensayo y error en la mayoría de las ocasiones, va llegando a sus
propias conclusiones. Con distinto grado de acierto, evidentemente. He conocido
universitarios (y no uno ni dos) que leían 50 veces cada párrafo para ¿estudiarlo?
¿aprenderlo? Para hacernos una idea del análisis al que se somete el tema del
estudio, baste decir que la solución primera que se da cuando hay problemas es
invertir más tiempo, es decir, no hay análisis de actividad sino incremento de
tiempos, y claro, hacer las cosas mal durante más tiempo sólo nos garantiza
hacerlas estupendamente mal.

La intervención para la mejora del rendimiento académico no sólo puede ofrecer


información sobre la estrategia de estudio “buena”, sino que implica establecer un
programa de actuación cuya finalidad sea cambiar los hábitos de trabajo tan
fuertemente instaurados. Si le preguntamos a los alumnos de los cursos de
técnicas de estudio al uso que qué tal, casi siempre responden “bueno...”. Los
asistentes esperan que les den la varita mágica y la estructura de estos cursos suele
responder a un listado de actividades bien hechas que, normalmente sumen al
asistente en más desesperación por su sentida incapacidad para hacerle frente.

Hasta que el sistema educativo no aplique un enfoque coherente (contingente) de


lo que significa aprender/estudiar, las intervenciones en rendimiento académico se
deberán parecer más, salvando las distancias, a un proceso de intervención para la
deshabituación de sustancias adictivas que a una clase magistral en la que
indicando “el camino”, los alumnos se lanzarán a él.

Estrategias de aprendizaje
Rafael Paniagua Zapatero, Psicopedagogo y Jefe de Estudios de Infantil y
Primaria del Colegio San Pablo-CEU de Montepríncipe (12/12/2005)
¿Se puede aprender a aprender?
Se debe enseñar a aprender. Todo aprendizaje requiere voluntad, interés por parte
del aprendiz, una mínima motivación que justifique la finalidad de dicho
aprendizaje.

Aprender a aprender ¿para qué? Bastará con que el alumno descubra la facilidad
con la que se pueden adquirir los aprendizajes, para que valore la importancia de
estas estrategias.

Todo aprendizaje requiere además el dominio de una técnica. Las técnicas se


pueden enseñar, pero es imprescindible su práctica hasta conseguir dominarla; de
lo contrario, se conocerá la técnica, pero no se sabrá utilizarla. Podemos enseñar
cómo se monta en bicicleta, pero no se aprende a montar en bicicleta hasta que
realmente montamos en ella y empezamos a pedalear. Igualmente podemos
enseñar a aprender, pero no se aprenderá hasta que no se ponga en práctica la
teoría aprendida.

El aprendizaje de cualquier técnica exige constancia. Todo en la vida es


aprendizaje. Decía John Dewey que el aprendizaje es la actividad más
trascendente en la vida de todo humano, es la razón de toda nuestra filogénesis y
ontogénesis. Aprendemos a andar, aprendemos a hablar, aprendemos a conocer
nuestro entorno, aprendemos asentir. Si la primera vez que nos pusimos de pie y
dimos los primeros pasos y nos caímos, no nos hubiéramos levantado para
intentarlo de nuevo, no hubiéramos aprendido nuca a andar.

¿Cómo aprenden nuestros alumnos?


Cuando a un alumno de secundaria le preguntamos cómo estudia, nos suele
contestar que leyendo la lección tantas veces como sea necesario hasta
aprendérsela de memoria. Nuestros alumnos leen mucho, pero no estudian nada
aprenden de memoria, pero no saben, no entienden lo que han aprendido. Es el
aprendizaje del papagayo.

Para hacer consciente a un alumno sobre su ignorancia en estrategias de


aprendizaje basta con hacerle las siguientes diez preguntas:
1. ¿Tienes una agenda en la que anotas a diario los trabajos y materiales que piden
los profesores, así como las explicaciones de cada clase, y al llegar a casa haces
los trabajos pedidos y estudias lo explicado?
2. ¿Estudias siempre en el mismo lugar?
3. ¿Tienes un horario fijo de trabajo personal en casa para cada día de la semana?
4. ¿Aclaras tus dudas preguntándolas o consultándolas en algún diccionario o
enciclopedia?
5. ¿Subrayas las palabras más importantes del texto que estás estudiando?
6. ¿Haces esquemas con esas palabras subrayadas?
7. ¿Utilizas alguna técnica, que no sea la lectura repetitiva del texto, para
memorizar?
8. Cuando crees que ya te lo sabes, ¿lo compruebas de alguna manera?
9. ¿Haces "chuletas"?
10. ¿Repasas de vez en cuando tus "chuletas"?

La mayoría de ellos contestarán afirmativamente a menos de 6 preguntas,


denotando con ello una forma de estudiar notablemente deficiente.

Dificultades a la hora de estudiar


De sucesivas encuestas pasadas a alumnos de entre 12 y 16 años tratando de
buscar cuáles son las dificultades más frecuentes que encuentran a la hora de
estudiar, nos encontramos los siguientes resultados:
69% Problemas de atención y concentración.
"Me distraigo fácilmente"

33% Falta de interés.


"Me aburro estudiando"

27% Falta de constancia.


"Me canso enseguida"

18% Problemas de comprensión y técnica.


"No encuentro las ideas esenciales"

Además de otras razones menos frecuentes, como "me falta memoria ", "no puedo con tanto", "me molestan", "soy
vago".

Como se puede comprobar, la suma de los porcentajes es superior al 100%, lo que significa que más de un alumno
señalaba más de una dificultad a la hora de estudiar.

Consultando otras estadísticas, nos encontramos con que solamente un 10% de los alumnos matriculados en las
distintas facultades y escuelas universitarias terminan sus estudios dentro de los años previstos para ello. Algunos
tardarían uno, dos o más años en terminar su carrera, pero son muchos los que no la terminan. ¿por qué?

¿Qué es estudiar?
El primer grave error de todo estudiante es pensar que estudiar es lo mismo que leer. Leer es simplemente entender un
texto escrito para satisfacer la curiosidad del momento. Estudiar es analizar un objeto, hacerlo propio y poder
reproducir en el futuro lo aprendido.

Hay quien opina que los factores que intervienen en el éxito de los estudios son la inteligencia, a la que le atribuyen un
600/0 del éxito, y el trabajo, con un peso del 30 %, reservando el 10% restante a la suerte. No somos de la misma
opinión. No podemos dejar ni el 1% de las posibilidades de éxito en los estudio en manos de la suerte. La suerte
solamente debe intervenir en los juegos de azar. El resultado del estudio hay que garantizarlo al 100%.

Después de más de 30 años de docencia, tratando con adolescentes, participando en evaluaciones académicas,
comparando resultados escolares con los tests psicológicos y hablando con padres y alumnos, creemos que el 40% del
éxito en los estudio se debe a la voluntad del alumno (hace más el que quiere que el que puede), el 30% a su capacidad
intelectual (la inteligencia no nace, se hace), el 15% a un buen material y a su correcto uso, el 10% al ambiente que
rodea al alumno y el 5% a las técnicas que utilice. Por mucho que quiera el alumno aprobar, por muy inteligente que
sea, aunque tenga muy buen material y le rodee un ambiente muy favorecedor, si no sabe cómo estudiar, no rendirá al1
00% de sus posibilidades.

La voluntad
En todo acto volitivo tenemos que distinguir una parte intelectiva durante la cual el sujeto debate lo que quiere, las
ventajas e inconvenientes que le reportará su acción y la decisión final de pasar a la acción o no. La segunda parte sería
la puesta en marcha de la acción determinada. Nuestros alumnos desarrollan perfectamente la primera. Todos saben lo
que quieren, conocen sus consecuencias e incluso están decididos a pasar a la acción, a estudiar seriamente; pero, no lo
hacen, algo se lo impide: la falta de hábito, no saben cómo hacerlo; la falta de confianza en sí mismo, no se consideran
capaces; la pereza, creyendo que cualquier otro momento posterior será mejor para empezar que el presente; la falta de
motivación, porque no encuentran una satisfacción a su esfuerzo; la falta de medios, disculpándose con que nunca
encuentran el material necesario; y, en el peor de los casos, el exceso de confianza, creyéndose capaces de poder
resolver sus problemas cuando llegue el momento sin necesidad de planteamientos previos.

La capacidad intelectual
De estudios comparativos entre los resultados de las pruebas psicométricas hechas a escolares y sus resultados
académicos se deduce que no son los alumnos más inteligentes los que obtienen mejores resultados académicos, sino
aquellos que presentan mayor motivación, los que ponen más interés y esfuerzo, los que le dedican a sus estudios el
tiempo necesario, los que tienen una buena organización a la hora de distribuirse su trabajo, los que tienen mayor
capacidad de concentración y los que utilizan alguna técnica a la hora de estudiar.

El material
Independiente de los libros cuadernos y demás instrumentos escolares, todo buen estudiante debería disponer de una
agenda donde anotar cuantos trabajos le manden, los temas que en cada clase se hayan tratado y el material que pida
cada profesor; un archivador donde guardar sus apuntes, resúmenes y esquemas, y un fichero donde almacenar cuantas
fichas ("chuletas") vaya realizando; además de muchos folios de papel.

La mesa de estudio debe tener una superficie lisa y sin brillo, con cajones laterales y apoya-pies y ser lo
suficientemente grande como para poder tener desplegado encima de ella un libro, un atlas, un folio, un diccionario y
un porta-lápices.

La silla debe estar proporcionada con la mesa y la altura del estudiante. No debe ser muy cómoda, pero sí debería estar
ligeramente almohadillada, tener apoya-codos y que el respaldo alcanzara la altura de los hombros de su usuario.

La luz debe entrar por el lado contrario de la mano con la que se escribe. Es preferible estudiar con luz natural o con
luz artificial blanca y, si es posible, con filtro azul o blanco, mejor que con luz fluorescente. El estudiante no debería
ver el foco de luz cuando está leyendo. Tampoco es bueno que los rayos de luz se dirijan directamente hacia el folio o
libro sobre el que se está trabajando. Si se estudia con flexos, hay que evitar la aproximación de la cara a las pantallas.
Es muy conveniente que el resto de la habitación también se encuentre algo iluminada.

El ambiente
El estudio requiere mucha concentración, por lo tanto, el lugar de estudio debería estar alejado de ruidos y otros
motivos de distracción, como ventanas que den a parques o calles ruidosas, el salón donde se reúnen las visitas que
llegan a la casa, el cuarto de los hermanos más pequeños, la puerta de entrada a la casa, el teléfono, la radio o la
televisión, para evitar distracciones innecesarias. De igual manera, el cuarto del estudiante debería estar decorado con
motivos que inviten al estudio y no con otros elementos que desvíen la atención del estudiante. Es muy conveniente
que el cuarto del estudiante pueda ventilarse fácilmente y que no esté muy cargado de plantas. El radiador debería
encontrarse lo más distante posible de la mesa del estudiante. Y, para evitar pérdida de tiempo, la mesa de estudio
debería encontrarse cerca del mueble donde el alumno haya guardo los textos del curso anterior, diccionarios, atlas,
folios y demás instrumentos de trabajo.

Las técnicas
Antes de estudiar todo alumno debe formularse tres preguntas: qué tengo que hacer, cuándo lo tengo que hacer y cómo
lo tengo que hacer. A la primera pregunta debe responder su agenda, a la segunda su horario de trabajo personal en
casa, y a la tercera las técnicas de estudio.

Antes de ponerse a estudia debe consultar su agenda y comenzar por aquellas tareas más difíciles, seguir por las más
fáciles y terminar con las de dificultad media.

En su horario debería diferenciar entre un tiempo para hacer los deberes, otro para estudio y otro de repaso.

Supuesto que el alumno va a estudiar algo ya explicado en clase, el primer paso debe ser hacer una lectura analítica del
texto, es decir, leer el texto comprensivamente, muy despacio, relacionando lo leído con otros conocimientos que ya
posea, tratando de entender cada palabra y buscando en el diccionario las que no entienda, a la vez que debería
subrayar las palabras clave, con las que después debería elaborar un esquema. Las palabras subrayadas deberían ser
muy pocas, nombres, fechas, pero nunca preposiciones ni artículos. Hay muchos tipos de esquemas, es aconsejable
usar el de llaves y sobre el folio apaisado, poniendo previamente, en el ángulo superior del folio, una referencia sobre
la asignatura, el tema en cuestión y el número del folio, pues seguramente que necesitará más de un folio para cada
tema, todo ello con el fin de guardarlo posteriormente de forma ordenada en el archivador. Hecho el esquema, debe
comprobar que lo entiende y que es correcto lo que ha escrito, antes de pasar a memorizarlo. Hay muchas técnicas de
memorización, es aconsejable que lo haga por asociación de imágenes, es decir, creando una imagen para cada palabra
y formando una cadena con ellas, de tal forma que cada una de las palabras le recuerde la siguiente. Cuando crea que
ya se lo sabe, debe hacerse una autoevaluación por escrito, para ello no es necesario volver a escribirlo todo, basta con
ir poniendo rayas en lugar de palabras a la vez que verbal iza la palabra que representa cada raya (esqueleto del
esquema). y aún debe dar un último paso, hacerse una "chuleta", es decir una ficha para los repasos. En la ficha
solamente deberían figurar aquellas palabras que realmente necesite recordar para desarrollar el tema, las que le
gustaría que le "soplaran" en el examen. Por mucho que se estudie, si no se repasa periódicamente, se olvidará, por ello
que sea necesario repasar por la noche lo estudiado cada tarde, antes de que pasen ocho horas; los fines de semana hay
que repasar todo lo estudiado durante la semana, y las vísperas de los exámenes volver a repasar lo que va a entrar en
dichos exámenes. Estas fichas también deberían tener en su ángulo superior derecho la referencia de la asignatura,
tema y número de orden de la ficha con objeto de guardarla posteriormente en el archivador.

Conclusión
Siguiendo este método, solamente hay que estudiar una vez, cada tarde, al llegar a casa, lo que cada profesor haya
explicado en su clase, y repasar la "chuleta" tres veces, antes de acostarse, los fines de semana y antes de cada
El estudio
J. Francisco Romo Adanero, Director del Colegio San Pablo-CEU de Claudio
Coello (12/12/2005)
Una de las quejas que se producen frecuentemente en el mundo del estudio es que
los estudiantes no estudian nada. A penas dedican diariamente un breve tiempo a
realizar deberes o tareas; en cualquier caso un tiempo mínimo e insuficiente
señalan la mayoría de los profesores.

Se afronta bien un problema cuando se comprende el sentido de lo que está en


juego. Al fin y al cabo somos seres racionales aunque nos pese. Esto significa que
el hombre no alcanza el conocimiento de algo si no comprende su significado.

Desde que existen seres humanos sobre la tierra, la realidad ha despertado en ellos
la curiosidad y el deseo por comprenderla. Podemos decir que el estudio no es un
problema ni un sacrificio para aquellos que quieren descubrir aquel aspecto de la
realidad que les interesa, más bien al contrario el deseo por descubrir, comprender
y poseer lo que nos interesa se convierte en una aventura fascinante.

En el colegio o la universidad el estudio adquiere además una forma específica,


empieza y vive en esa relación que se plantea entre el maestro o profesor y el
alumno. Quien no ha tenido la experiencia en alguna materia o asignatura que
resultándonos difícil, al haber tenido algún buen profesor, comprendíamos
perfectamente en clase las explicaciones, pero en cuanto nos separábamos del
profesor y pretendíamos por nosotros comprender aquella materia nos volvía a
parecer una tarea imposible.

En la historia de la humanidad pues el estudio nace como curiosidad. Pero que


fatiga cuando uno tiene que afrontarlo sólo.

Tres problemas se plantean hoy que hacen más difícil que en otros momentos el
disfrutar del estudio:

Existe un escepticismo muy difundido que dificulta el despertar del interés por
conocer la verdad de lo que nos rodea. Es imposible plantear preguntas cuando no
se esperan respuestas. Hoy la tentación de los profesores es dar respuestas a
preguntas que no se plantean y así la relación profesor alumno es árida y... el
desierto avanza.

En segundo lugar el nihilismo dominante nos deja en manos como decía Pasolini
de la cultura dominante, del poder. Se niega la existencia de la realidad y de su
significado y se la sustituye por la realidad virtual apareciendo los gurus
mediáticos y los mangas que recomiendan a nuestros jóvenes no pensar pues
produce dolor, obedecerles a ellos evita el sufrimiento. El máximo que uno
persigue entonces es huir, huir de la realidad, de la vida, de los problemas, de la
familia, de uno mismo...

El individualismo y la tremenda soledad en la que vive hoy la persona es el tercer


factor que impide el despertar de muchos intereses. Hoy un observador atento se
da cuenta que vive entre autistas, gentes incapaces de comunicarse. Se da un pacto
tácito: no entrar en el mundo del otro

Todo ello nos ha llevado en nuestro Colegio San Pablo CEU de Claudio Coello a
mantener viva una de las tradiciones frecuentes en los colegios en los años 60 y
70 del siglo pasado. La de favorecer un clima de estudio. Es verdad que las
técnicas de estudio son importantes, pero hay algo previo. La mayoría de los
estudiantes son incapaces de estar frente al libro 1hora y media seguida sin
moverse. En la propia casa todo conspira contra el silencio y el hábito continuado
del estudio. Además los fines de semana hemos logrado con 50 estudiantes lograr
estar en silencio y no moverse del asiento durante momentos de 1hora y media, en
salidas de estudio fuera de Madrid, en Albergues de la Comunidad. Ello sería
imposible sin profesores que proponen esta relación a sus alumnos y les
acompañan, única forma de despertar en ellos la curiosidad y el deseo por el
estudio de la realidad y por la pasión por el propio destino.

El aprendizaje como modo de adaptación y evolución


Javier Tuñas, Psicólogo y Coordinador de Oposiciones de Centro de Estudios Adams (12/12/2005)
Desde los primeros momentos de nuestra vida el hombre está aprendiendo. Ciertas conductas tendrán un
componente determinado de forma innata (conductas básicas vitales: alimento, descanso, etc.), mientras
que otras conductas exigirán de un acto consciente de aprender.

El aprendizaje es básico para la subsistencia y para la evolución de la especie, modifica y transforma las
estructuras y así, permite la realización de nuevos aprendizajes de mayor complejidad.

Este acto de aprender, puede producirse de distintas formas:


- aprendizaje por imitación (típico en edades infantiles)
- aprendizaje por observación
- aprendizaje por ensayo-error…

De ahí, que existan múltiples teorías del aprendizaje: Teorías Asociacionistas de condicionamiento clásico
(Pavlov), de condicionamiento instrumental operante (Thorndike), Teorías Cognitivas, Gestalt, etc.

Cada una de estas teorías incide en una característica peculiar de los procesos de aprendizaje: unas en
procesos de equilibración (Piaget), otras toman como elemento esencial la instrucción, otras teorías se
apoyan en el papel importante que juega el medio social y cultural donde se desarrolla en individuo, etc.

Así vemos que cada una de estas formas de aprendizaje está determinada por las edades de los sujetos (no
aprende igual un bebé que un universitario, ni lógicamente utilizan las mismas estrategias), por el lugar o
contexto donde se encuentra el sujeto (colegio, empresa, entorno familiar…) ni la necesidad por la que se
establece dicho aprendizaje, de ahí que cada vez se dé más importancia a los mecanismos o técnicas que
posibiliten que el individuo aprenda, ya sea a nivel educacional (programas de técnicas de estudio) como a
nivel profesional (en las empresas se utilizan con mayor frecuencia técnicas de aprendizaje para los
empleados, por ejemplo para el reciclaje profesional), pero se plantea ya un aprendizaje más dinámico, un
modo de aprender más activo, es decir, dejamos de lado la enseñanza específica y concreta y pasamos a dar
pautas o técnicas de “aprender a aprender” independientemente de las materias o habilidades que
necesitemos incorporar a nuestro conocimiento y que serán de aplicación a diferentes campos o
situaciones.

Lo que se plantea en la actualidad es que se produzca un aprendizaje significativo: el “alumno” ha de


construir su conocimiento sobre cómo utilizar los procedimientos y además ha de poder representarse el
cuándo, dónde y por qué utilizarlos y en qué medida favorece este uso para la resolución de una tarea. Así,
tendremos que “enseñar” el uso estratégico de los procedimientos a utilizar, partir de los conocimientos
declarativos, procedimentales y condicionales previos de los alumnos, tratar un conjunto de
procedimientos similares (correspondientes a la misma habilidad básica) dentro de una complejidad
creciente de situaciones de aprendizaje

Hay que intentar que el sujeto que está inmerso en un proceso de aprendizaje, ya sea en ámbitos
académicos, profesionales o incluso personales, pueda adquirir las habilidades necesarias para que de
forma independiente puede ser actor de su propio aprendizaje.

De esta forma, lograremos que el individuo utilice dichas estrategias en cualquier situación de aprendizaje;
la idea es que el sujeto sepa utilizar una serie de procedimientos independientemente del contexto de
adquisición de nuevos conceptos en el que esté actuando:

- el alumno que se tiene que enfrentar a unos temarios para luego hacer frente a unos exámenes o pruebas
donde tendrá que demostrar si ha adquirido esos conocimientos,
- el profesional que en su trabajo necesita aprender nuevos conceptos, materias o procedimientos para
desarrollar su labor porque le son exigidos, por ejemplo para una subida de puesto.
- A nivel personal, ante nuevas situaciones que exigen un cambio en la forma de actuar.

En todos estos casos, existiría cierta similitud a la hora de aprender: hay que intentar sistematizar una serie
de pasos para llegar al fin perseguido:

1.- Elaborar y organizar la información que nos llega y que nosotros tenemos
2.- Conocer, controlar y regular la aplicación de los procedimientos a seguir.
3.- Ejecutar dichos procedimientos.
4.- Evaluar la acción que hemos emprendido (éxito o fracaso) para futuros procesos que emprendamos.

Por ello, en la actualidad, los procesos de aprendizaje pasan por hacer que los sujetos aprendan a aprender
y no simplemente recibir información puntual y específica de procesos concretos, de esta forma
lograremos una mayor capacidad de adaptación a las diferentes y cada vez más complejas situaciones en
las que el hombre tendrá que aprender para seguir con su evolución.

TECNICAS DE ESTUDIO.

LAS ESTRATEGIAS DE APRENDIZAJE EN EL AULA

El profesor, en su función docente, y siempre según los contenidos y el


aprendizaje de los alumnos, puede incidir en algunas de las estrategias de
aprendizaje consideradas como prioritarias. En general los grandes bloques de
técnicas de estudio suelen ser estas:

1. ¿Cómo leer un texto o un libro?

La mejor forma de leer es intentar adivinar o buscar lo que uno va a leer, esta
actitud activa de búsqueda facilita la lectura; por consiguiente se aconseja
preparar al lector de la siguiente forma:

leer el título, el índice, el prólogo, la introducción u otros datos del autor que
nos indique a quién va dirigido el texto, cual es su formación, etc;
leer el principio y/o el final de algún capítulo o algún u otro punto del libro o
texto, para ver si se cumplen las expectativas previstas;

leer rápidamente, por encima, para ver si lo que propone el libro nos interesa
o es útil;

leer despacio, subrayar o tomar notas o incluso escribir anotaciones al margen;

¿Como tomar apuntes en la clase?

Los apuntes pueden tomarse en forma de resumen si se explican conceptos


lógicos o con esquemas si hay mucha información, especialmente memorística

Recomendaciones aproximativas:

Escribir en un cuaderno de hojas intercambiables;

anotar fecha, materia y profesor, cada día, para poder coleccionar y ordenar
mejor los apuntes;

escribir sólo las cuestiones importantes:

- lo que indica el profesor que es importante

- lo que escribe en la pizarra

- las definiciones

- lo que más se repite, etc.

si se pierde el hilo de la explicación pedir al profesor que lo vuelva a repetir;

si aún así no se entiende dejar de tomar apuntes y centrar más aún la atención
o tomar notas de forma literal;

escribir con letra clara y dejar espacios en blanco;

repasar los apuntes en casa lo antes posible;

se aprovecha más el tiempo escribiendo los apuntes con letra clara en la clase
que pasarlos en limpio en casa.
El subrayado:

Las normas del subrayado pueden resumiese así.-

subrayar las definiciones y lo que consideramos como más importante;

rodear con un círculo los términos más relevantes. Si no se comprenden bien,


consultar un diccionario;

dejar espacios en blanco y márgenes para completarlos en la sesión de estudio


y para memorizarlos mejor;

ordenar y distribuir las ideas de forma lógica;

Recomendaciones generales:

leer el texto y tratar de comprenderlo;

subrayar según las indicaciones anteriores;

construir una o varias frases enlazando las palabras más importantes que
incluyan el sentido del texto;

estas frases constituirían el resumen. Pero también puede presentarse en


forma de esquema enlazando las palabras más Importantes con los detalles
básicos.

¿Cómo preparar un examen?

A) Antes del examen:

- preparar y ordenar todo el material necesario para el examen;

- leer rápidamente, por encima, los temas de estudio para tener conciencia del
trabajo a realizar, distribuir el tiempo necesario y elegir las técnicas de estudio
adecuadas;

- seleccionar el material que hay que memorizar mecánicamente, como:


nombres, fechas, textos que hay que citar textualmente, etc, para memorizarlos
en diferentes etapas en el tiempo mediante el reaprendizaje;

- los contenidos que hay que comprender conviene relacionarlos entre sí o con
otros similares ya conocidos; hay que poner especial interés en analizar los
aspectos lógicos de dichos contenidos ya que lo que se entiende no hay que
memorizarlo;
- procurar estudiar imaginando en cada sesión de estudio como va a ser el
examen;

- realizar ejercicios simulados de examen, con preguntas, problemas y tiempo,


lo más parecido posible a la situación real;

- consultar con el profesor, o con los compañeros de clase, las cuestiones que no
se han comprendido; cerciorarse de cuales son los temas básicos y de como va a
examinar el profesor;

- en exámenes de cuestiones abiertas las preguntas pueden resumiese

en tres grandes bloques por orden de menor a mayor dificultad:

preguntas que se relacionan con los contenidos a memorizar, son las que se
introducen con palabras como: definir, describir, enumerar, analizar, etc.

temas a comprender que suelen ir precedidos por verbos como: relacionar,


comparar, resumir, etc.

valoraciones del tema. Con palabras como: juzgar, opinar, criticar, etc, se exige
que los alumnos realicen aportaciones personales al tema

B) ¿Qué hacer durante el examen?

El día antes del examen:

- preparar el material necesario para el examen: bolígrafo, reloj, calculadora,


regia, etc;

- dormir suficientemente la noche anterior;

- No aprender temas nuevos los últimos días, sino se pueden asimilar bien,
puesto que produciría transferencia negativa e interferiría con los temas
aprendidos.

Durante el examen:

leer atentamente todas las preguntas;

repartir el tiempo de¡ examen por cada una de las cuestiones;

resulta ventajoso escribir en forma de esquema lo que se sabe de cada


pregunta, pero sólo debe dedicarse a esta tarea unos 1 0 minutos en un examen
de una hora;

dedicar sólo el tiempo previsto a cada una de las preguntas; caso de que no
haya tiempo debe responderse sólo a los conceptos básicos del tema a examen
de todas las cuestiones, ya que de este modo resulta más fácil aumentar la
puntuación;

lo ideal sería que sobrasen 5 minutos para repasar el examen, corregir posibles
errores y añadir conceptos que pudieran habernos pasado por alto.

Como es obvio estas técnicas solamente son válidas para exámenes con
preguntas abiertas, si se trata de resolver un problema de matemáticas, por
ejemplo, el alumno deberá tener presente los diferentes pasos a realizar,
sabiendo que, los errores primeros stielen repercutir en el resultado final.
Normalmente el profesor explica los pasos que deben tenerse en cuenta en cada
caso, el alumno debe anotarlos, memorizarlos y, una vez detectado el tipo de
problema expuesto, seguir rigurosamente los pasos ya descritos

La realización de trabajos por escrito

Descripción de los principales pasos que el alumno deberá tener presente en la


realización de trabajos: confección de un calendario marcha atrás, según los
siguientes procesos, desde el día de la entrega hasta la fecha del inicio del
mismo,

- elección del tema ampliación y comprensión del trabajo con diccionarios y


enciclopedias;

- confeccionar un índice aproximativo o esquema del tema;

- buscar material en libros o capítulos según el esquema confeccionado de


antemano;

- revisar el índice según los materiales encontrados;

- considerar la proporción de los contenidos de los diferentes apartados del


esquema, agruparlos o subdividirlos según los textos encontrados; analizar el
material básico, gráfico, de detalles que suele encontrarse en las revistas, para
introducirlo en cada capitulo si fuera necesario;

- escribir el resumen para recordarlo mientras se realiza el trabajo;

- primera redacción: atención al índice y al resumen, con estilo directo y


sencillo, redactarlo de forma casi ininterrumpida. Si se suspende la redacción
unos días habrá que leer antes el resumen o quizás todo lo escrito con
anterioridad;

- dejarlo unos días para volverlo a leer o pedir a un compañero que lo lea y nos
de su opinión;

- posible corrección total o parcial y, mejor aún, una segunda redacción;


- pasarlo a máquina u ordenador y, si no fuera posible, cuidar al menos la letra,
la presentación y la encuadernación;

- copiar de algún libro serio la forma de citar, las notas, si las hay

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