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el exterior
Por Gonzalo Acuña (*)
El 22 de julio de 2016 se publicó en el Boletín Oficial la ley 27.260,mediante la cual se aprobó el
“Programa Nacional de Reparación Histórica para Jubilados y Pensionados” (Libro I, Título I),
cuyo objeto es, por un lado, reajustar los haberes jubilatorios y, por el otro, cancelar las deudas
previsionales que el Estado Nacional mantiene con los jubilados.
A partir de la sanción de dicha norma nace el Régimen de Sinceramiento Fiscal que en el Libro
II, Título I, comprende un sistema voluntario y excepcional de declaración de tenencia de
moneda nacional, extranjera y demás bienes en el país y en el exterior, cuyo objeto principal es
la obtención de fondos líquidos para hacer frente a la referida ley de“reparación histórica”.
Existen varias circunstancias que han llevado a los contribuyentes que tienen fondos o bienes no
declarados en el exterior a blanquearlos a la luz del régimen mencionado.
En ese sentido, hay una gran cantidad de países que han suscripto el compromiso de efectuar
dicho intercambio en los próximos dos años, entre los que se encuentra Suiza, una de las
principales plazas que resguarda el secreto bancario, en éste ultimo caso bajo algunas
exigencias adicionales como ser la posibilidad de que previamente los sujetos afectados puedan
regularizar su situación fiscal a través de un régimen especial amplio.
En materia de cuentas bancarias y sociedades "off shore" se destacan los efectos provocados
por Herve FALCIANI, en relación a las cuentas del HSBC Geneve Suisse y por el Consorcio
Internacional de Periodistas de Investigación en el caso de los "Panamá Papers", observándose
en el ámbito local la información que difundió el ex ejecutivo Hernán ARBIZU correspondiente a
la Entidad JP MORGAN.
En tercero, y último lugar, las instituciones financieras han comenzado a exigir a sus respectivos
clientes que para la apertura de cuentas, en las cuales se depositarán fondos, éstos deberán
estar declarados ante el Fisco de los países donde las personas físicas o jurídicas posean su
domicilio fiscal, al igual que las que ya se encuentren en funcionamiento, bajo apercibimiento de
proceder a su cierre en un breve plazo.
A partir de ello, se han ventilado en el ámbito público gran cantidad de sociedades “ off shore”
que habrían utilizado entidades bancarias localizadas en diversas partes del mundo para
intentarocultar o enmascarar fondos que tributarían en nuestro país (Impuesto a las Ganancias
y/o Impuesto al Valor Agregado y/o Impuesto Sobre los Bienes Personales, según el caso), a
través de la utilización de estas personas jurídicas y, a la par, se han iniciado diversas
investigaciones en orden a la posible comisión de ilícitos tributarios.
El punto de partida de estas pesquisas, en la mayoría de los casos, parte de una información
bancaria o financiera que contiene un momento histórico, el que se refleja en un monto dinerario,
depositado en una cuenta determinada, en un fecha específica.
Las circunstancias antes apuntadas, exista o no una investigación penal, han llevado a
numerosos contribuyentes a exteriorizar esas tenencias de dinero en el exterior dentro del marco
regulado por la ley 27.260 y, a la vez, a ser acreedores de los beneficios estipulados por el
artículo 46 de la mencionada norma, la que estableció, en cuanto interesa, lo siguiente:
a) No estarán sujetos a lo dispuesto por el artículo 18, inciso f), de la ley 11.683 (t.o. 1998)
y sus modificaciones, con respecto a las tenencias declaradas;
b) Quedan liberados de toda acción civil y por delitos de la ley penal tributaria , penal
cambiaria, aduanera e infracciones administrativas que pudieran corresponder por el
incumplimiento de las obligaciones vinculadas o que tuvieran origen en los bienes y tenencias
que se declaren voluntaria y excepcionalmente y en las rentas que éstos hubieran generado.
c) Quedan liberados del pago de los impuestos que se hubieran omitido ingresar y que
tuvieran origen en los bienes y tenencias de moneda declarados en forma voluntaria y
excepcional, de acuerdo con las siguientes disposiciones:
4. Los impuestos citados en los incisos precedentes que se pudieran adeudar por los períodos
fiscales anteriores al que cierra el 31 de diciembre de 2015, por los bienes declarados conforme
lo previsto en el artículo 38 de la presente ley...” (el resaltado me pertenece).
Ello, en virtud de que por el art. 46 inc.”b” de aquel cuerpo legal se estipuló la posibilidad de
liberar de acciones penales emergentes de hechos sancionados por la Ley Penal Tributaria.
Al quedar descartada la aplicación del art. 18, inc. “f” de la ley 11.683, para la reconstrucción de
la que podría haber sido la situación tributaria de los contribuyentes al momento, y como
consecuencia, de la generación y/o de la obtención de los fondos que dieron lugar a la formación
de las tenencias exteriorizadas, correspondería concluir que, en la economía o en el método de
la ley 27.260 los mismos contribuyentes son quienes pueden individualizar las transgresiones
que deberían estimarse regularizadas como consecuencia de la exteriorización.
Una conclusión contraria impediría concebir la forma correcta en que podría materializarse el
goce de los beneficios que fueron establecidos con la finalidad evidente de estimular la adhesión
al régimen que se instauró por la sanción de la mencionada ley.
Se destaca “…que la primera regla de interpretación de las leyes es dar pleno efecto a la
intención del legislador (Falos: 302:973), y la primera fuente para determinar esa voluntad es la
letra de la ley (Fallos: 299:1679…” (Fallos 320:1962, considerando 6°), como también, en función
de lo puesto de resalto por el considerando anterior, que “…la incongruencia o falta de previsión
no se suponen en el legislador y, por esto, se reconoce como principio que las leyes deben
interpretarse considerando la totalidad de sus preceptos, evitando darles un sentido por el cual
se ponga en pugna sus disposiciones, destruyendo las unas por las otras, y adoptando como
verdadero el que las concilie y deje a todas con valor y efecto (Fallos 303:1965; 304:794, 954,
1733, 1820; 305:357; 306:721; 307:518; 314:458, entre otros)”.
Por lo tanto, si bien la ausencia de una previsión legal podría dejar abierta la posibilidad de que
se obtengan los beneficios estipulados por el art. 46 de la ley 27.260 respecto de sucesos a los
cuales, sin mayor información no podría reconducirse la tenencia de divisas en el exterior, lo
cierto es que, como ha establecido la Corte Suprema de Justicia de la Nación, “…no
corresponde a los jueces sustituir al legislador, sino aplicar la norma tal como éste la concibió
(Fallos: 273:418) y que está vedado a los tribunales el juicio sobre el mero acierto o
conveniencia de disposiciones adoptadas por los otros poderes en ejercicio de sus propias
facultades (Fallos: 277:25)…”, (Fallos: 300:700 y 329:5567).
Resta agregar que por el artículo 45 “in fine”, de la ley 27.260 se “…faculta a la Administración
Federal de Ingresos Públicos, para establecer medios y documentación adicionales a los
mencionados precedentemente, para acreditar la titularidad, a la Fecha de Preexistencia de los
Bienes, de la tenencia de moneda extranjera en el exterior por parte de los sujetos que realicen
la declaración voluntaria y extraordinaria…”, quien de ese modo, de considerarlo pertinente, se
encuentra habilitada para llevar a cabo las diligencias que estime corresponder a los fines de dar
curso o no a la adhesión al Régimen.