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Desarrollo abreviado:
Dar cuenta de las lecciones que nos dejó la revolución rusa de 1917 hoy, tiene que
contribuir a pensar el presente para transformarlo. El mejor homenaje que podemos
hacerle a los grandes revolucionarios de la época es tomar sus conclusiones y
experiencias para poner en cuestión un sistema en el que continúa dominando el capital
privado de un pequeño puñado de parásitos por sobre la gran mayoría de las masas
explotadas. La siguiente exposición se abordará desde esa óptica. No soy intelectual,
solo una simple estudiante que ve en la revolución y sus conquistas un ejemplo a tomar.
Hoy a 100 años de la revolución rusa se vuelve a poner sobre la mesa el concepto de
“amor libre”. Vuelve a mencionarse en programas de televisión, radios, series,
canciones, notas periodísticas, etc. Pero en general está muy poco vinculado a la visión
bolchevique del (amor camaradería) y más bien tiende a escindirse la libertad de amor
de la explotación capitalista. A través de la presente buscaré presentar las raíces de ésta
concepción novedosa para la época de la primera revolución obrera y socialista y
traerlas al presente.
UN POCO DE HISTORIA.
La cuestión del amor libre no nace de un día para otro en la Rusia soviética, sino que es
parte de un planteo ligado a la liberación femenina, el cuestionamiento a la división
social del trabajo y al rol de la mujer dentro de la institución familiar. Por eso es
importante hacer un poco de historia sobre estos tres conceptos para llegar a la idea de
amor camaradería planteada por las soviéticas teniendo en cuenta que el quiebre lo dan
los socialistas utópicos.
Fue en el Siglo XIX, con los socialistas utópicos que se da uno de los primeros
quiebres. Quiebre en el sentido que el concepto de amor libre estará plasmado en un
periódico feminista, al igual que la discusión de socializar las tareas domésticas. Esto
será obra de una corriente de mujeres que rompe con Enfantín, quien era el gran
divulgador de la obra de Saint-Simon. “Los owenistas promulgaron las ideas del
matrimonio “moral”, los votos simples y no religiosos, y el divorcio barato y fácil”
(Goldman, Wendy “Woman, The Estate and Revolution. Soviet Family Policy and
Social Life, 1917-1936. Cambridge University Press, 1993”) y en su sociedad ideal las
tareas del hogar serían comunales, de este planteo se tomarán luego las bolcheviques
rusas.
RECUADRO:
Será un tiempo el que les lleva a Marx a Engels romper con la idea de que no había
nada natural en la división social del trabajo y que la primer forma de propiedad privada
tuvo su origen en la familia de la cual surgía la opresión de la mujer, al existir una
persona con más poder de decisión que otra, las mujeres y los niños pasaron a ser
esclavos de los hombres. Engels va a plantear que habrá un punto de inflexión con la
domesticación de animales y el desarrollo de la agricultura, cuando surge el excedente.
El hombre, troca “el arco y la flecha por vacas y esclavos”. En los hogares comunales
de la gens (organización familiar posterior a la tribal) existían sociedades matriarcales,
con descendencia femenina, en dónde el eje de la familia era la mujer que cuidaba de
sus hijos junto a sus hermanas e invitaban a los hombres de otras gens a vivir de
manera permanente o temporaria. El derecho de la propiedad privada exigía que el
derecho materno fuera derrocado y se ponga en pie el patriarcado para asegurar que
cuando un hombre moría su herencia la reciban sus hijos y no sus hermanos, hermanas
o los hijos de las hermanas. Los hijos dejarán de vivir en la comunidad de hermanas y
dependerán de la gens del padre. El patriarcado se asegura con la fidelidad de la mujer,
con la monogamia.
En el feudalismo el amor era una cosa y el matrimonio otra, lo carnal estaba dividido de
lo espiritual. El amor que sentía el caballero por la dama de sus sueños, que casi siempre
era la esposa del señor, movilizaba al caballero a realizar proezas y a destacarse en la
guerra. En tiempos en los que la organización del ejército y su triunfo los determinaban
las cualidades individuales, era necesario vincular el amor a la bravura. Un amor
espiritual desligado del matrimonio entablado por conveniencias familiares. Por el
contrario la burguesía, fusiona los físico y lo espiritual, cuestión central para que la
unidad de producción básica, la familia, quede solidificada. Fuera del matrimonio, el
amor era considerado inmoral ya que esto no correspondía a la lógica de aumentar el
bienestar familiar y las riquezas contribuyendo a la acumulación del capital. En ambos
sistemas sociales, la mujer no es considerada sujeto de derecho.
EL AMOR EN LA URSS
El proletariado que estaba edificando una nueva sociedad, debía también pensar una
idea de relaciones entre los sexos que se atenga a las nuevas necesidades de su clase,
afrontando el egoísmo extremo, la idea de derecho de propiedad de los esposos entre sí
y el concepto de desigualdad entre los sexos.
En primer lugar una definición con respecto a qué es el amor libre en contraposición
con el ideal burgués de amor.
El ideal de amor burgués se basa en poner un signo igual entre matrimonio y amor.
Porque al cimentarse sobre la acumulación de capital, necesita establecer fuertes lazos
entre todos sus miembros. Este ideal de amor no surge hasta que la familia no se
convierte en una unidad de consumo, el fin es alimentar las riquezas de un núcleo
reducido de personas. Por eso el amor fuera del matrimonio era una traición: el capital
acumulado se dispersaría entre los hijos que son extra matrimoniales. Vemos aquí un
espíritu utilitario, que tiende a sacar provecho. De esta forma se establece una doble
moral: condenará las uniones libres o el adulterio pero este amor atado con cadenas, no
hace más que reproducir eso que rechaza.
El dominio de la propiedad capitalista genera en todos los aspectos de la vida una moral
individualista y por ende un aislamiento espiritual “La terrible soledad que cada
persona siente en las inmensas ciudades populosas, en las ciudades modernas, tan
bulliciosas y tentadoras; la soledad (…) es la que empuja a las personas a buscar, con
avidez mal sana, a su ilusoria “alma gemela” (…) puesto que sólo el amor posee el
mágico poder de ahuyentar, aunque solo sea momentáneamente, las tinieblas de la
soledad” (A. Kollontai. 1911) Es así que el otro se convierte en un medio por lo que
“pretendemos conquistar la totalidad del alma del ser amado, pero, en cambio, somos
incapaces de respetar la fórmula de amor más sencilla: acercarnos al alma del otro
dispuestos a guardarle todo género de consideraciones” “Nosotros los individualistas
hemos echado a perder nuestras emociones por el constante culto de nuestro “yo” (A.
Kollontai. 1911)
Alexandra planteará que esta multiplicidad de amor colabora con consolidar el ideal de
la clase obrera que es la camaradería y la unión de la colectividad. El amor
camaradería. En contraposición a la absorción y el exclusivismo. El amor camaradería
esta basado en la solidaridad de espíritu. En no seguir las señales del eros sin alas
(lujuria, satisfacción de los deseos carnales por sí mismo, etc) ya que esto empobrece el
alma, porque “impide el desenvolvimiento de sensaciones de simpatía” (AK 1923) El
amor camaradería es “(…) el arte de saber respetar la personalidad del otro, en un
firme apoyo mutuo y en la comunidad de colectivas aspiraciones”
Es por eso que las bolcheviques plantean que no se puede pensar el amor libre, sin
cuatro bases fundamentales que engendran la opresión de la mujer:
1) Abolición del trabajo doméstico
2) Acceso al trabajo asalariado
3) Cuidado y educación de los niños en manos del Estado
4) Extinción de la familia.
Sobre este último punto se aclara que la familia en términos burgueses tendería a
destruirse. De esta destrucción se encarga el mismo capitalismo ya que “cuanto más se
extiende el trabajo asalariado de la mujer, más progresa la descomposición de la
familia. ¡Qué vida familiar puede ser la de una familia en la que el padre y la madre
pasan fuera de casa la mayor parte de las veinticuatro horas del día, entregados al
trabajo, que les impide dedicar tiempo a sus hijos!”, planteaba Kollontai. “La igualdad
ante la ley no es aún la igualdad ante la vida” expuso Lenin en su carta a las obreras en
1920. Así es que serán socializadas las tareas domésticas en la sociedad soviética,
creándose jardines infantiles públicos, lavanderías comunitarias, etc. La familia dejará
de ser una necesidad para el Estado. “La Sociedad Comunista habrá terminado con el
yugo doméstico de la mujer para hacer su vida más alegre, más rica, más libre y más
completa”, continúa Kollontai.
También responde a la duda de cómo será el amor con la conquista del comunismo,
es decir cuando pase el momento de transición socialista. Cuando el proletariado haya
triunfado totalmente “el amor (…) se presentará en una forma totalmente distinta,
adquirirá un aspecto completamente desconocido hasta ahora por los hombres. Entre
los miembros de la nueva sociedad se habrán desarrollado y fortalecido los lazos de
simpatía, la capacidad para amar será mucho mayor (…)” “¿Cómo se trasfigurará ese
Eros? Ni la más creadora fantasía puede imaginárselo. Lo únicamente indiscutible es
que cuanto más unida esté la humanidad por los lazos duraderos de la solidaridad,
más unida íntimamente estará en todos los aspectos de la vida, de las relaciones
mutuas, o de la creación” (Kollontai, A. 1923)
La autora definirá que bajo el comunismo “en vez de la familia de tipo individual y
egoísta, se levantará una gran familia universal de trabajadores, en la cual todos (…)
serán ante todo obreros y camaradas (…) Estas nuevas relaciones asegurarán a la
humanidad todos los goces del llamado amor libre, ennoblecido por una verdadera
igualdad social entre compañeros, goces que son desconocidos en la sociedad
comercial del régimen capitalista”.
Con el objetivo de derribar las anticuadas leyes familiares del zarismo, en 1918 se
sancionará el “Código sobre el matrimonio, la familia y la tutela” creado por el jurista
Goikhbarg de 34 años. Con esta legislación, se sustituirá el matrimonio religioso por el
matrimonio civil, el divorcio será más fácil de conseguir que en épocas anteriores,
brindándole a la mujer la misma igualdad que al hombre para solicitarlo. Los 4 primeros
meses de 1918 se celebraron 12 veces más divorcios que casamientos. También
establecerá el derecho al aborto. Una legislación inusitada para la época con derechos
que en algunos países aún hoy no se conquistaron. Sin embargo, el mismo autor del
Código planteaba que el poder proletario no buscaba basarse en estos códigos para
siempre “no desea imitar a la burguesía con el fin de fortalecer su poder por medio de
códigos eternos que existirían durante siglos” (Goikhbarg, A. G., “Pervyi Kodeks
Zakonov RSFSR”), ya que la ley al igual que el Estado y la familia se extinguirían.
En este punto se desarrollará un gran debate, que vale la pena al menos mencionar
porque nos permite ver cuáles son las contradicciones que se gestaban en este comienzo
de pensar una nueva vida. El debate se abre en 1924 en torno a si bajo una sociedad
socialista debían existir leyes que regulen las relaciones sociales. Algunos juristas (la
minoría) planteaban que el Código era obsoleto y sus disposiciones sobre matrimonio
demasiado conservadoras, ya que las prácticas sociales ya habían superado a la ley y
ante la pregunta de qué quedaba del matrimonio como institución legal, se respondían
“Queda tan poco que la ley sobre los derechos maritales pronto no regulará nada,
porque las viejas instituciones sociales se están desvaneciendo frente a nuestros ojos”.
“Es hora de decir en voz alta que sin un lazo moral íntimo y la simpatía mutua no
existe el matrimonio en el sentido que le adjudicamos y no necesitamos el matrimonio
punitivo” (Zelenetskii, A,. “O Nashem Brachnom Prave”, Proletarskia revoliutsiia i
pravo, nro 15, 1921, p. 17) a esta concepción otros juristas respondían que sí era
necesaria la legislación para barrer con los vestigios de la influencia de la Iglesia, y que
esta concepción perdía de vista la raigambre de viejas tradiciones que había que
combatir con medidas transicionales.
Wendy Goldman nos acercará a ver en términos estadísticos cuales eran las condiciones
en las que se encontraban las mujeres para poder medir cuánto se pudieron aplicar estas
consideraciones en la Rusia soviética. Alto desempleo, bajos salarios y falta de
guarderías post NEP no permitían el desarrollo de las bases para las uniones libres y por
el contrario reforzaban la dependencia económica de las mujeres con respecto a los
hombres.
¿Qué unión libre podía desarrollarse con mujeres sin un salario independiente,
condenadas a la prostitución por un trozo de pan, sin hogar?
Habrá que entender el amor camaradería como parte de estos cambios profundos y no
como un concepto abstracto expresado en una lógica individualista y libertina sino que
será parte de un profundo compromiso político militante, en donde el primer paso será
liberar a la mujer de las cadenas del matrimonio, buscando la igualdad económica con el
hombre. Es decir que el amor libre viene a ser uno de los últimos eslabones en la gran
cadena que significa barrer la opresión hacia las mujeres. El concepto de amor libre no
estaba solo asociado a la libertad de pareja o solo a terminar con la propiedad privada
del amor, sino a construir otro tipo de sociedad basada en vínculos de solidaridad y
compañerismo.
La socióloga marroquí, Eva Illouz planteó en una charla en Rosario sobre “El impacto
del capitalismo en la vida del Siglo XXI. La situación de las mujeres”, que “Los
encuentros entre hombres y mujeres están crecientemente regidos por una ley de la
oferta y la demanda de jerarquía y devaluación. Tinder, con sus cien millones de
usuarios, es uno de los vehículos modernos de esa evaluación del cuerpo sexuado”
según la periodista entrevistada para el diario página 12, “Ella subraya que el apego es
visto como una debilidad y por eso se tiende a pasar de una pareja sexual a otra como
pasando el dedo por las fotos en Tinder”
La socióloga hace, en dicha entrevista, un análisis interesante sobre la lógica
tecnológica que hoy traspasa las relaciones sexuales y plantea “Tinder marca una
separación muy clara entre tres mercados: el mercado sexual, el mercado romántico y
el mercado del matrimonio. Tinder es un lugar para citas de una sola noche o sexo
casual. Este tipo de citas sexuales ya existía desde hace cuarenta o cincuenta años.
Pero, a partir de la tecnología, se legitima como una forma social. (…) Una de las
cosas que sabemos es que en el mercado del sexo los hombres controlan lo que sucede.
Esto proviene de un doble estándar porque los varones obtienen status por la
acumulación de parejas sexuales. Las mujeres también quieren acumular diferentes
parejas sexuales y sentirse sexualmente libres, pero hay todavía una ideología,
fundamentada en cuestiones religiosas, en donde se considera que una mujer muy
involucrada en la actividad sexual es liviana y es uno de los motivos por los cuales los
hombres regulan el mercado del sexo”.
O sea, la lógica de que la mujer si tiene una vida sexual activa, no se valora igual que el
hombre.
Seguimos viviendo en una sociedad establecida bajo el régimen capitalista, es por eso
que para debatir amor libre es necesario como planteaban las bolcheviques poner en
cuestión el modelo patriarcal, y por sobre todo el sistema económico que lo engendra.
Discutir amor libre por fuera de ésto es una abstracción neoliberal, que está a la medida
superficial que el mismo sistema solicita en las relaciones, creando para éste objetivos
hasta aplicaciones de celular.
*La hambruna agudizó una escasez severa de alimentos que ya se percibía al finalizar la
guerra civil. Al llegar el año 1920, campesinos furiosos en el sur se rebelaban contra la
política de la requisa de granos para alimentar al ejército y las ciudades. Sus acciones no
tardaron en afectar a todos los sectores de la economía. A medida que caía la
adquisición de granos por parte del Estado, los mineros y trabajadores del petróleo
regresaban a sus pueblos para buscar comida, precipitando una escasez de combustible
que terminó paralizando los trenes y las fábricas. Enfrentados a la posibilidad de la
revuelta rural y la hambruna urbana, los bolcheviques percibieron agudamente la
necesidad de reparar las relaciones con el campesinado, incrementar la producción
agrícola y restaurar la industria. En febrero de 1921, Lenin propuso lo que parecía una
pequeña medida reparadora ante el Politburó. El gobierno reemplazaría la práctica de
requisa de granos con un impuesto fijo en especies y les permitiría a los campesinos
comercializar el excedente. La medida, adoptada en el X Congreso del partido en 1921,
pronto se conocipo como Nueva Política Económica (…) (Goldman, W. “La Mujer, el
Estado y la Revolución, p. 85)
Bibliografía:
Las relaciones sexuales y la lucha de clases, Alexandra Kollontai. 1911
Los fundamentos sociales de la cuestión femenina, Extractos. Alexandra
Kollontai. 1907
El comunismo y la familia, Alexandra Kollontai. 1921
La juventud y la moral sexual. Alexandra Kollontai. 1923
La mujer el estado y la revolución, Wendy Goldman. 1993
Notas periodísticas: