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Título de la ponencia: EL AMOR LIBRE Y LA FAMILIA EN LA URSS.

Palabras claves: Amor, Familia, Comunismo, Revolución.

Desarrollo abreviado:

Dar cuenta de las lecciones que nos dejó la revolución rusa de 1917 hoy, tiene que
contribuir a pensar el presente para transformarlo. El mejor homenaje que podemos
hacerle a los grandes revolucionarios de la época es tomar sus conclusiones y
experiencias para poner en cuestión un sistema en el que continúa dominando el capital
privado de un pequeño puñado de parásitos por sobre la gran mayoría de las masas
explotadas. La siguiente exposición se abordará desde esa óptica. No soy intelectual,
solo una simple estudiante que ve en la revolución y sus conquistas un ejemplo a tomar.

Hoy a 100 años de la revolución rusa se vuelve a poner sobre la mesa el concepto de
“amor libre”. Vuelve a mencionarse en programas de televisión, radios, series,
canciones, notas periodísticas, etc. Pero en general está muy poco vinculado a la visión
bolchevique del (amor camaradería) y más bien tiende a escindirse la libertad de amor
de la explotación capitalista. A través de la presente buscaré presentar las raíces de ésta
concepción novedosa para la época de la primera revolución obrera y socialista y
traerlas al presente.

Si nos proponemos poner en cuestión el matrimonio y el rol de la mujer bajo el sistema


capitalista, partimos siguiendo la definición marxista de que cada sistema social
construye la representación de familia y de amor en función de sus necesidades políticas
y económicas. Por ende, si la estrategia a la que se apunta es modificar de raíz la
opresión de la mujer debe trazarse un camino en el que se apunte a dar por tierra con el
sistema que la engendra. Las conquistas que obtuvieron las mujeres en la primera etapa
de la revolución y el surgimiento del amor camaradería es un ejemplo.

UN POCO DE HISTORIA.

La cuestión del amor libre no nace de un día para otro en la Rusia soviética, sino que es
parte de un planteo ligado a la liberación femenina, el cuestionamiento a la división
social del trabajo y al rol de la mujer dentro de la institución familiar. Por eso es
importante hacer un poco de historia sobre estos tres conceptos para llegar a la idea de
amor camaradería planteada por las soviéticas teniendo en cuenta que el quiebre lo dan
los socialistas utópicos.

Wendy Goldman, la autora de “La Mujer, el Estado y la Revolución” comienza la línea


histórica con algunas sectas religiosas de la Edad Media, como los beguinos y begardos
de Alemania, quienes hacían planteos ligados a la unión libre, fundamentando que
donde estaba el espíritu del señor estaba la libertad, sectas que luego fueron acusadas de
herejes por la Iglesia Católica. La autora también plantea que en la Revolución Inglesa
circuló nuevamente ésta idea, promulgada nuevamente por sectas religiosas
principalmente los ranters que rechazaban la monogamia, negando que el sexo fuera
pecaminoso promulgando “relaciones sexuales casuales con una variedad de
compañeros”(Durston, Christopher, The Family in the English Revolution, Brasil,
Blackwell, Oxford, 1989, p. 12.) basándose en una situación económica generalizada:
campesinos despojados de sus tierras y artesanos empobrecidos obligados a viajar
permanentemente, ya no podían sostener hogares como anteriormente lo hacían y “se
unían y separaban por consentimiento mutuo” sin embargo éste propósito iba a ser
criticado por las propias mujeres ya que al no existir la anticoncepción ni tampoco la
posibilidad de la independencia económica, la libertad sexual, sería solo masculina, ya
que condenaría a las mujeres a cuidar hijos sin padres. Otras sectas como los cuáqueros
promovían la idea de que la mujer también pueda predicar.

Pero estos reconocimientos incipientes de igualdad, estaban aún enmarcados en una


aceptación de la dominación patriarcal dentro de la familia, todos ellos ligados a nuevas
ideas religiosas de la relación de los individuos con Dios.

En el siglo XVIII el hogar es una unidad de producción con agricultura y manufactura


como ejes. Allí la mujer se dedicaba a tareas como hilado, limpieza del hogar, crianza
de los niños. Hasta que la mujer no entra en masa al mercado laboral con el avance del
capitalismo, su trabajo siguió siendo una extensión del trabajo realizado dentro de la
familia. Es por eso que Engels va a plantear que el capitalismo creó la primera
posibilidad real para la liberación de la mujer. Con la revolución francesa las mujeres
entran a la vida política. Son las campesinas que reclaman por el pan las que dan su
inicio, y luego serán las mujeres de la burguesía las que exigirán su reconocimiento a la
libertad y la propiedad, Con la Declaración de los Derechos de las Mujer y de la
Ciudadana (1879), pero la realidad fue que no estuvieron planteadas conquistas a largo
plazo ya las pocas libertades legales que se consiguieron (como por ejemplo, el divorcio
simplificado) fueron barridas con el Código Napoléonico de 1804.

Fue en el Siglo XIX, con los socialistas utópicos que se da uno de los primeros
quiebres. Quiebre en el sentido que el concepto de amor libre estará plasmado en un
periódico feminista, al igual que la discusión de socializar las tareas domésticas. Esto
será obra de una corriente de mujeres que rompe con Enfantín, quien era el gran
divulgador de la obra de Saint-Simon. “Los owenistas promulgaron las ideas del
matrimonio “moral”, los votos simples y no religiosos, y el divorcio barato y fácil”
(Goldman, Wendy “Woman, The Estate and Revolution. Soviet Family Policy and
Social Life, 1917-1936. Cambridge University Press, 1993”) y en su sociedad ideal las
tareas del hogar serían comunales, de este planteo se tomarán luego las bolcheviques
rusas.

En el período de 1830-1840, las mujeres entran en la industria del trabajo, esto


producirá indefectiblemente un cambio en la familia. Engels en el texto “El origen de la
familia, la propiedad privada y el Estado” desenredará el mito de que la monogamia fue
fruto del amor individual sino que su raíz se centra en la dominación de uno de los
sexos por otro con la destrucción del hogar comunal en donde la administración del
hogar perdió su carácter público y pasó al ámbito privado, esclavizando a la mujer.
Partiendo de éste análisis es que va a decir que el capitalismo fundó la primera
posibilidad para la liberación de la mujer, al incorporarla al mercado del trabajo, pero
que a su vez engendraría una contradicción irresoluble bajo el capitalismo ya que si la
mujer trabajaba, abandonaba la casa. Contradicción que puede eliminarse solo en el
socialismo, en el momento en que se socialicen las tareas domésticas y el cuidado de los
niños.

RECUADRO:

Será un tiempo el que les lleva a Marx a Engels romper con la idea de que no había
nada natural en la división social del trabajo y que la primer forma de propiedad privada
tuvo su origen en la familia de la cual surgía la opresión de la mujer, al existir una
persona con más poder de decisión que otra, las mujeres y los niños pasaron a ser
esclavos de los hombres. Engels va a plantear que habrá un punto de inflexión con la
domesticación de animales y el desarrollo de la agricultura, cuando surge el excedente.
El hombre, troca “el arco y la flecha por vacas y esclavos”. En los hogares comunales
de la gens (organización familiar posterior a la tribal) existían sociedades matriarcales,
con descendencia femenina, en dónde el eje de la familia era la mujer que cuidaba de
sus hijos junto a sus hermanas e invitaban a los hombres de otras gens a vivir de
manera permanente o temporaria. El derecho de la propiedad privada exigía que el
derecho materno fuera derrocado y se ponga en pie el patriarcado para asegurar que
cuando un hombre moría su herencia la reciban sus hijos y no sus hermanos, hermanas
o los hijos de las hermanas. Los hijos dejarán de vivir en la comunidad de hermanas y
dependerán de la gens del padre. El patriarcado se asegura con la fidelidad de la mujer,
con la monogamia.

En 1907 en el Congreso de la segunda internacional, se realizará la primera conferencia


internacional de mujeres socialistas que será que establecerá por primera vez una
estrategia para la liberación plena de la mujer.

AMOR COMO PRODUCTO SOCIAL.

A partir de 1917 en Rusia se revolucionó el campo de lo económico y lo social y


engendró nuevas concepciones del mundo. Comienza a existir más interés por parte de
los trabajadores por temas que antes le eran ajenos, como por ejemplo las cuestiones
científicas, el arte, el teatro, como así también el amor. Kollontai, que será luego de
instaurado el poder obrero, la dirigente bolchevique al mando del ministerio de
Asistencia Pública, hace una diferenciación histórica con respecto a cuál es el momento
cuando estos aspectos se empiezan a desarrollar: una vez que se estabiliza el poder
obrero. Ya que antes, en momentos de guerra civil, la situación era de hambruna
generalizada y la preocupación se centraba en saber “¿quién vencerá? La revolución (el
progreso) o la contrarrevolución (la reacción)?” (Kollontai, A. 1923) En el texto
titulado “La juventud y la moral sexual”, escrito en 1923, dos años después de aplicada
la NEP*, la autora plantea porqué es necesario dedicarle tiempo a este debate.

Más adelante pondremos en debate la cuestión de la estabilización ya que, a fines de


1921 hubo despidos masivos y las mujeres representaban el 60% de los desocupados.

En el texto citado, Kollontai, va a separarse tajantemente de la concepción de que el


amor es un asunto privado (como hace creer la burguesía), ya que la Humanidad a lo
largo de la historia ha marcado pautas de cuándo el amor es “legítimo”. La burguesía
brinda una idea de amor en tanto ámbito privado ocultando las normas morales que ella
misma imprime bajo sus intereses de clase. “Hemos llegado al momento de reconocer
ampliamente que el amor no es sólo un poderoso factor de la naturaleza, que no es sólo
una fuerza biológica, sino también un factor social” (Kollontai, A. “La juventud y la
moral sexual” p. 126)

En el feudalismo el amor era una cosa y el matrimonio otra, lo carnal estaba dividido de
lo espiritual. El amor que sentía el caballero por la dama de sus sueños, que casi siempre
era la esposa del señor, movilizaba al caballero a realizar proezas y a destacarse en la
guerra. En tiempos en los que la organización del ejército y su triunfo los determinaban
las cualidades individuales, era necesario vincular el amor a la bravura. Un amor
espiritual desligado del matrimonio entablado por conveniencias familiares. Por el
contrario la burguesía, fusiona los físico y lo espiritual, cuestión central para que la
unidad de producción básica, la familia, quede solidificada. Fuera del matrimonio, el
amor era considerado inmoral ya que esto no correspondía a la lógica de aumentar el
bienestar familiar y las riquezas contribuyendo a la acumulación del capital. En ambos
sistemas sociales, la mujer no es considerada sujeto de derecho.

EL AMOR EN LA URSS

El proletariado que estaba edificando una nueva sociedad, debía también pensar una
idea de relaciones entre los sexos que se atenga a las nuevas necesidades de su clase,
afrontando el egoísmo extremo, la idea de derecho de propiedad de los esposos entre sí
y el concepto de desigualdad entre los sexos.

En base a los textos de A. Kollontai se pueden distinguir 4 discusiones fundamentales


en torno al “amor libre”.

En primer lugar una definición con respecto a qué es el amor libre en contraposición
con el ideal burgués de amor.

El ideal de amor burgués se basa en poner un signo igual entre matrimonio y amor.
Porque al cimentarse sobre la acumulación de capital, necesita establecer fuertes lazos
entre todos sus miembros. Este ideal de amor no surge hasta que la familia no se
convierte en una unidad de consumo, el fin es alimentar las riquezas de un núcleo
reducido de personas. Por eso el amor fuera del matrimonio era una traición: el capital
acumulado se dispersaría entre los hijos que son extra matrimoniales. Vemos aquí un
espíritu utilitario, que tiende a sacar provecho. De esta forma se establece una doble
moral: condenará las uniones libres o el adulterio pero este amor atado con cadenas, no
hace más que reproducir eso que rechaza.

El dominio de la propiedad capitalista genera en todos los aspectos de la vida una moral
individualista y por ende un aislamiento espiritual “La terrible soledad que cada
persona siente en las inmensas ciudades populosas, en las ciudades modernas, tan
bulliciosas y tentadoras; la soledad (…) es la que empuja a las personas a buscar, con
avidez mal sana, a su ilusoria “alma gemela” (…) puesto que sólo el amor posee el
mágico poder de ahuyentar, aunque solo sea momentáneamente, las tinieblas de la
soledad” (A. Kollontai. 1911) Es así que el otro se convierte en un medio por lo que
“pretendemos conquistar la totalidad del alma del ser amado, pero, en cambio, somos
incapaces de respetar la fórmula de amor más sencilla: acercarnos al alma del otro
dispuestos a guardarle todo género de consideraciones” “Nosotros los individualistas
hemos echado a perder nuestras emociones por el constante culto de nuestro “yo” (A.
Kollontai. 1911)

En la época de la burguesía la concepción de amor se basa sobre la propiedad del ser


amado por un lado y la desigualdad entre los sexos, por el otro. El sentimiento de
propiedad no surge solo de la “posesión del yo físico, sino también del yo espiritual”.
Dirá que este concepto no solo está presente en el matrimonio legal sino que penetra
también en las relaciones libres, en las que se siente como traición una infidelidad moral
y no así una infidelidad física. Se “considera cualquier sentimiento experimentado
fuera de los límites de la relación libre como un despilfarro, como un robo
imperdonable de tesoros que le pertenecían exclusivamente”. Luego la cuestión de la
desigualdad la planteará con un ejemplo que también podemos observar en la realidad
actual. “Imaginemos que un intelectual burgués (…) se enamora de su cocinera, (…)
¿modificará la sociedad burguesa por este hecho su conducta con respecto a la
personalidad de este hombre? ¿Dudará de sus cualidades morales? Naturalmente no
(…). Ahora pongamos una mujer perteneciente a la sociedad burguesa, (…) una
profesora, médica o escritora (…) se enamora de su criado y colma el escándalo
consolidando esta cuestión con un matrimonio legal. (…) La sociedad naturalmente la
mortificará con su desprecio. Pero todavía será mucho más terrible si su marido, posee
una bella fisonomía (…) Nuestra hipócrita sociedad burguesa juzgará su elección de la
forma siguiente “es obvio de qué se ha enamorado”. Define que esto sucede porque se
pretende que a la hora de entregar su corazón la mujer tenga en cuenta los rangos
sociales, además que siempre se la considera como accesorio del hombre y su
personalidad se valora en relación a su vida sexual. Kollontai planteará que para
derrotar este tipo de consideraciones habrá que hacer una reconstrucción total de la
psicología.

Se encarga de responder a la duda de cuál debería ser el ideal de amor que


corresponda a los intereses de la clase obrera. Este ideal no es poligámico, en donde
se corre el peligro de contraer enfermedades venéreas. Nuevamente planteará un
ejemplo. Puede pasar que tanto una mujer o un hombre, amen a una persona “por su
espíritu solamente si sus pensamientos, sus deseos y sus aspiraciones armonizan con los
suyos, y al mismo tiempo puede sentirse arrastrada por la poderosa atracción física
(de otra persona)” ¿Por qué “Tendrá necesariamente que mutilar su alma y arrancarse
uno de estos sentimientos cuando sólo puede adquirir la plenitud de su ser con el
mantenimiento de estos dos lazos de amor? (A. Kollontai. 1923)

Alexandra planteará que esta multiplicidad de amor colabora con consolidar el ideal de
la clase obrera que es la camaradería y la unión de la colectividad. El amor
camaradería. En contraposición a la absorción y el exclusivismo. El amor camaradería
esta basado en la solidaridad de espíritu. En no seguir las señales del eros sin alas
(lujuria, satisfacción de los deseos carnales por sí mismo, etc) ya que esto empobrece el
alma, porque “impide el desenvolvimiento de sensaciones de simpatía” (AK 1923) El
amor camaradería es “(…) el arte de saber respetar la personalidad del otro, en un
firme apoyo mutuo y en la comunidad de colectivas aspiraciones”

Serán 3 los postulados de la nueva moral proletaria:

a) “Igualdad de relaciones mutuas (Desaparición de la suficiencia masculina y de


la subordinación femenina)
b) Mutuo y recíproco reconocimiento de los derechos, sin pretender ninguno de los
seres unidos por relaciones de amor la posesión absoluta del corazón y el alma
del ser amado (Desaparición del sentimiento de propiedad)
c) Sensibilidad fraternal: el arte de asimilarse y comprender el trabajo psíquico
que en el alma del ser amado se efectúa. (La civilización burguesa sólo exigía
que la mujer poseyese en el amor esta sensibilidad)” (Kollontai, A. 1923)
Otra discusión dará la autora con el feminismo burgués que también peleará por la
liberación de la mujer y el amor libre, pero sin ver que para ello es necesario pelear por
la abolición del sistema capitalista. “Aquí en Rusia, las mujeres de la mediana
burguesía han (…) saltado por encima del matrimonio religioso tradicional y
reemplazado la familia por una unión fácil de romper (…). Pero las soluciones
individuales, subjetivas, de esta cuestión no cambian la situación y no mitigan el triste
panorama general de la vida familiar. Si alguna fuerza está destruyendo la forma
actual de familia, no es el titánico esfuerzo de los individuos (…) sino las fuerzas
inanimadas y poderosas de la producción (…)” “Para las jóvenes mujeres individuales
del mundo burgués (…) la cuestión del matrimonio se resolverá independientemente
(…) de un cambio en la estructura económica de la sociedad, sencillamente merced de
los esfuerzos heroicos individuales y aislados. Basta con que la mujer “se atreva”, y el
problema del matrimonio caerá por su propia inercia”. (A. Kollontai, 1907) A esto
agregará que practicar el amor libre sin perspectiva de revolución lleva a las mujeres a
un resultado contrario de la liberación: criar solas a sus hijos.

Es por eso que las bolcheviques plantean que no se puede pensar el amor libre, sin
cuatro bases fundamentales que engendran la opresión de la mujer:
1) Abolición del trabajo doméstico
2) Acceso al trabajo asalariado
3) Cuidado y educación de los niños en manos del Estado
4) Extinción de la familia.

Sobre este último punto se aclara que la familia en términos burgueses tendería a
destruirse. De esta destrucción se encarga el mismo capitalismo ya que “cuanto más se
extiende el trabajo asalariado de la mujer, más progresa la descomposición de la
familia. ¡Qué vida familiar puede ser la de una familia en la que el padre y la madre
pasan fuera de casa la mayor parte de las veinticuatro horas del día, entregados al
trabajo, que les impide dedicar tiempo a sus hijos!”, planteaba Kollontai. “La igualdad
ante la ley no es aún la igualdad ante la vida” expuso Lenin en su carta a las obreras en
1920. Así es que serán socializadas las tareas domésticas en la sociedad soviética,
creándose jardines infantiles públicos, lavanderías comunitarias, etc. La familia dejará
de ser una necesidad para el Estado. “La Sociedad Comunista habrá terminado con el
yugo doméstico de la mujer para hacer su vida más alegre, más rica, más libre y más
completa”, continúa Kollontai.

La bolchevique planteará también una discusión con el seno mismo de su partido, en


el que muchos consideraban que la cuestión del amor libre era totalmente secundaria en
el plano de la estrategia socialista, o en el que también se consideraba este aspecto como
algo que nacerá “naturalmente” al transformarse las bases económicas de la sociedad.
Hay que “escapar de la trivial argumentación: la moral sexual proletaria no es en el
fondo mas que “superestructura”, mientras no se experimente la total transformación
de la base económica de la sociedad, no puede haber lugar para ella. ¡Como si una
ideología, sea del género que fuere, no se formase hasta que se hubiera producido la
transformación de las relaciones socioeconómicas necesarias para asegurar el dominio
de la clase que se trate. La experiencia enseña que la elaboración de la ideología de un
grupo social, y consecuentemente de la moral sexual también, se realiza durante el
proceso mismo de la lucha de este grupo contra las fuerzas sociales adversas” (A.
Kollontai, 1907).
No cree que haya que esperar sentados a que llegue el socialismo y que mecánicamente
esto se modifique. Se pregunta de manera retórica con aquellos que hacen dicho
planteo, “(…) este esperar en el mañana ¿no indica también que nosotros tampoco
hemos logrados apoderarnos del hilo conductor? ¿No deberíamos encontrar o al menos
localizar este hilo conductor que promete desenredar el nudo? ¿No deberíamos
encontrarlo ahora, en este mismo momento? El camino que debemos seguir (…) nos lo
ofrece la historia misma de las sociedades humanas, nos lo ofrece la historia de la
lucha ininterrumpida de las clases”

También responde a la duda de cómo será el amor con la conquista del comunismo,
es decir cuando pase el momento de transición socialista. Cuando el proletariado haya
triunfado totalmente “el amor (…) se presentará en una forma totalmente distinta,
adquirirá un aspecto completamente desconocido hasta ahora por los hombres. Entre
los miembros de la nueva sociedad se habrán desarrollado y fortalecido los lazos de
simpatía, la capacidad para amar será mucho mayor (…)” “¿Cómo se trasfigurará ese
Eros? Ni la más creadora fantasía puede imaginárselo. Lo únicamente indiscutible es
que cuanto más unida esté la humanidad por los lazos duraderos de la solidaridad,
más unida íntimamente estará en todos los aspectos de la vida, de las relaciones
mutuas, o de la creación” (Kollontai, A. 1923)

La autora definirá que bajo el comunismo “en vez de la familia de tipo individual y
egoísta, se levantará una gran familia universal de trabajadores, en la cual todos (…)
serán ante todo obreros y camaradas (…) Estas nuevas relaciones asegurarán a la
humanidad todos los goces del llamado amor libre, ennoblecido por una verdadera
igualdad social entre compañeros, goces que son desconocidos en la sociedad
comercial del régimen capitalista”.

Pero para llegar a ese punto, en un momento de transición muchos soviéticos


consideraron que era central una legislación propia en donde la mujer logre la igualdad
ante el hombre, por ley.

Con el objetivo de derribar las anticuadas leyes familiares del zarismo, en 1918 se
sancionará el “Código sobre el matrimonio, la familia y la tutela” creado por el jurista
Goikhbarg de 34 años. Con esta legislación, se sustituirá el matrimonio religioso por el
matrimonio civil, el divorcio será más fácil de conseguir que en épocas anteriores,
brindándole a la mujer la misma igualdad que al hombre para solicitarlo. Los 4 primeros
meses de 1918 se celebraron 12 veces más divorcios que casamientos. También
establecerá el derecho al aborto. Una legislación inusitada para la época con derechos
que en algunos países aún hoy no se conquistaron. Sin embargo, el mismo autor del
Código planteaba que el poder proletario no buscaba basarse en estos códigos para
siempre “no desea imitar a la burguesía con el fin de fortalecer su poder por medio de
códigos eternos que existirían durante siglos” (Goikhbarg, A. G., “Pervyi Kodeks
Zakonov RSFSR”), ya que la ley al igual que el Estado y la familia se extinguirían.

En este punto se desarrollará un gran debate, que vale la pena al menos mencionar
porque nos permite ver cuáles son las contradicciones que se gestaban en este comienzo
de pensar una nueva vida. El debate se abre en 1924 en torno a si bajo una sociedad
socialista debían existir leyes que regulen las relaciones sociales. Algunos juristas (la
minoría) planteaban que el Código era obsoleto y sus disposiciones sobre matrimonio
demasiado conservadoras, ya que las prácticas sociales ya habían superado a la ley y
ante la pregunta de qué quedaba del matrimonio como institución legal, se respondían
“Queda tan poco que la ley sobre los derechos maritales pronto no regulará nada,
porque las viejas instituciones sociales se están desvaneciendo frente a nuestros ojos”.
“Es hora de decir en voz alta que sin un lazo moral íntimo y la simpatía mutua no
existe el matrimonio en el sentido que le adjudicamos y no necesitamos el matrimonio
punitivo” (Zelenetskii, A,. “O Nashem Brachnom Prave”, Proletarskia revoliutsiia i
pravo, nro 15, 1921, p. 17) a esta concepción otros juristas respondían que sí era
necesaria la legislación para barrer con los vestigios de la influencia de la Iglesia, y que
esta concepción perdía de vista la raigambre de viejas tradiciones que había que
combatir con medidas transicionales.

Wendy Goldman nos acercará a ver en términos estadísticos cuales eran las condiciones
en las que se encontraban las mujeres para poder medir cuánto se pudieron aplicar estas
consideraciones en la Rusia soviética. Alto desempleo, bajos salarios y falta de
guarderías post NEP no permitían el desarrollo de las bases para las uniones libres y por
el contrario reforzaban la dependencia económica de las mujeres con respecto a los
hombres.

El desempleo creado por la transición de la NEP y por el regreso de 4 millones de


hombres que volvían del frente de batalla luego de terminada la guerra civil, afecto a las
mujeres. En 1921 hubo despidos masivos, y las mujeres pasaron a representar el 60 por
ciento de los desocupados. Las mujeres eran despedidas por los mismos derechos que
les dio la revolución, como poseían licencia paga por maternidad, prohibición del
trabajo nocturno, los gerentes de las fábricas apuntaban a despedirlas y reemplazarlas
por hombres. En el Segundo Congreso Panruso de Mujeres Trabajadoras y Campesinas
y en el XIII Congreso del partido en 1924 esta cuestión fue la más discutida entre las
delegadas. Votaron resoluciones que no tuvieron efecto sobre las prácticas sexistas en
las fábricas. “Camaradas trabajadoras y campesinas les pido que consideren que la
esposa del trabajador, su hermana, ha sido pasada por alto. Si una trabajadora deja a
su marido, solo pierde un marido, trabaja independientemente. Pero cuando la esposa
del trabajador deja a su marido, es considerada como elemento no trabajador,
abandonada a la calle, sin hogar. No tiene lugar donde ir, todas las puertas se le
cierran, y todos le dan la espalda” (S”ezd rabotnits i krest´ianok, op. Cit., p. 452)
exhortaba una de las delegadas al congreso de mujeres. Esta situación creó un gran
aumento de la prostitución durante la NEP. Krupskaia escribió “la pobreza obliga a las
mujeres a venderse. No son prostitutas que hacen negocio con esto, sino madres de
familia”. En 1924 un profesor llamado Duboshinskii realiza una investigación sobre 340
mujeres, concluyendo que el 84 por ciento había intentado abandonar la prostitución
pero no podía conseguir empleo.

¿Qué unión libre podía desarrollarse con mujeres sin un salario independiente,
condenadas a la prostitución por un trozo de pan, sin hogar?

Habrá que entender el amor camaradería como parte de estos cambios profundos y no
como un concepto abstracto expresado en una lógica individualista y libertina sino que
será parte de un profundo compromiso político militante, en donde el primer paso será
liberar a la mujer de las cadenas del matrimonio, buscando la igualdad económica con el
hombre. Es decir que el amor libre viene a ser uno de los últimos eslabones en la gran
cadena que significa barrer la opresión hacia las mujeres. El concepto de amor libre no
estaba solo asociado a la libertad de pareja o solo a terminar con la propiedad privada
del amor, sino a construir otro tipo de sociedad basada en vínculos de solidaridad y
compañerismo.

EL AMOR LIBRE EN LA ACTUALIDAD.


Si continuamos con la lógica de Kollontai, entendemos que el concepto de amor varía
con el espíritu de época. Hoy en día también se habla de amor libre, y muchos lo toman
como un modelo viable, sobre todo los jóvenes. Esa crisis sexual de la que hablaba
Kollontai en el texto las relaciones sexuales y la lucha de clases hoy sigue abierta.

Veamos algunos ejemplos de titulares de diarios y páginas de internet:


a) “Amor libre: cómo es la vida de la mujer que optó por esta manera de relacionarse”,
diario la Nación.
b) Diego Peretti y su defensa del amor libre: “Un hombre puede estar enamorado de un
montón de mujeres a la vez”
c) Página de internet llamada “AMOR LIBRE”, en la descripción se lee: “Lucha contra
el amor heteropatriarcal, monógamo impuesto como el único y verdadero amor”

La socióloga marroquí, Eva Illouz planteó en una charla en Rosario sobre “El impacto
del capitalismo en la vida del Siglo XXI. La situación de las mujeres”, que “Los
encuentros entre hombres y mujeres están crecientemente regidos por una ley de la
oferta y la demanda de jerarquía y devaluación. Tinder, con sus cien millones de
usuarios, es uno de los vehículos modernos de esa evaluación del cuerpo sexuado”
según la periodista entrevistada para el diario página 12, “Ella subraya que el apego es
visto como una debilidad y por eso se tiende a pasar de una pareja sexual a otra como
pasando el dedo por las fotos en Tinder”
La socióloga hace, en dicha entrevista, un análisis interesante sobre la lógica
tecnológica que hoy traspasa las relaciones sexuales y plantea “Tinder marca una
separación muy clara entre tres mercados: el mercado sexual, el mercado romántico y
el mercado del matrimonio. Tinder es un lugar para citas de una sola noche o sexo
casual. Este tipo de citas sexuales ya existía desde hace cuarenta o cincuenta años.
Pero, a partir de la tecnología, se legitima como una forma social. (…) Una de las
cosas que sabemos es que en el mercado del sexo los hombres controlan lo que sucede.
Esto proviene de un doble estándar porque los varones obtienen status por la
acumulación de parejas sexuales. Las mujeres también quieren acumular diferentes
parejas sexuales y sentirse sexualmente libres, pero hay todavía una ideología,
fundamentada en cuestiones religiosas, en donde se considera que una mujer muy
involucrada en la actividad sexual es liviana y es uno de los motivos por los cuales los
hombres regulan el mercado del sexo”.
O sea, la lógica de que la mujer si tiene una vida sexual activa, no se valora igual que el
hombre.

Seguimos viviendo en una sociedad establecida bajo el régimen capitalista, es por eso
que para debatir amor libre es necesario como planteaban las bolcheviques poner en
cuestión el modelo patriarcal, y por sobre todo el sistema económico que lo engendra.
Discutir amor libre por fuera de ésto es una abstracción neoliberal, que está a la medida
superficial que el mismo sistema solicita en las relaciones, creando para éste objetivos
hasta aplicaciones de celular.
*La hambruna agudizó una escasez severa de alimentos que ya se percibía al finalizar la
guerra civil. Al llegar el año 1920, campesinos furiosos en el sur se rebelaban contra la
política de la requisa de granos para alimentar al ejército y las ciudades. Sus acciones no
tardaron en afectar a todos los sectores de la economía. A medida que caía la
adquisición de granos por parte del Estado, los mineros y trabajadores del petróleo
regresaban a sus pueblos para buscar comida, precipitando una escasez de combustible
que terminó paralizando los trenes y las fábricas. Enfrentados a la posibilidad de la
revuelta rural y la hambruna urbana, los bolcheviques percibieron agudamente la
necesidad de reparar las relaciones con el campesinado, incrementar la producción
agrícola y restaurar la industria. En febrero de 1921, Lenin propuso lo que parecía una
pequeña medida reparadora ante el Politburó. El gobierno reemplazaría la práctica de
requisa de granos con un impuesto fijo en especies y les permitiría a los campesinos
comercializar el excedente. La medida, adoptada en el X Congreso del partido en 1921,
pronto se conocipo como Nueva Política Económica (…) (Goldman, W. “La Mujer, el
Estado y la Revolución, p. 85)

Bibliografía:
 Las relaciones sexuales y la lucha de clases, Alexandra Kollontai. 1911
 Los fundamentos sociales de la cuestión femenina, Extractos. Alexandra
Kollontai. 1907
 El comunismo y la familia, Alexandra Kollontai. 1921
 La juventud y la moral sexual. Alexandra Kollontai. 1923
 La mujer el estado y la revolución, Wendy Goldman. 1993
Notas periodísticas:

 “Mercado de carne” Suplemento “LAS12”, Entrevista a Eva Illouz, 1 de


septiembre de 2017
 “Amor libre: cómo es la vida de la mujer que optó por esta manera de
relacionarse”, Diario La Nación, Martes 2 de mayo de 2017.
 Diego Peretti y su defensa del amor libre: "Un hombre puede estar enamorado
de un montón de mujeres a la vez", Revista de Espectáculos “Ciudad
Magazine”, Lunes 1 de Julio de 2017.
 Página de internet “AMOR LIBRE” amorlibrespain.tk

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