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Reseña del primer teórico – Fátima Alemán - 31-03-16

Matías De Ambrosio

Debido a dos circunstancias contextuales (es el primer teórico dictado por la profesora adjunta en
una materia que inaugura un sistema de promoción), al comienzo se hacen las aclaraciones
explicativas necesarias. Se explicitan los requisitos necesarios para acceder a la promoción y la
modalidad evaluativa del mismo. Se aclaran dudas puntuales de los alumnos.

Luego se da comienzo a la exposición teórica, presentando el siguiente esquema:

Terapéutica

Malestar Época

Terapéutica/s:

Se habla de la psicoterapia comenzando por su etimología. Como terapéutica de lo psíquico, de lo


mental, del sufrimiento. Terapéutica que, en principio, queda ligada al discurso médico. Más
adelante se producirá un viraje hacia la psicología.

¿Por qué partir del psicoanálisis para hablar de la Psicoterapia? Podríamos decir que es una de las
preguntas eje, tomadas por la profesora para realizar la apertura de su exposición. Pregunta que
retornará, como veremos, al cierre. La respuesta, en principio, va por el lado de situar al
psicoanálisis como la “primera psicoterapia moderna”, tal como lo desarrolla F. Peresson en su
texto.

A su vez se sitúa la necesidad de pensar el lugar del psicoanálisis en el desarrollo de saberes


provenientes de otras terapéuticas: el psicoanálisis siempre se sitúa como referencia, como blanco
de discusión, como elemento con el cual se discute, se dialectiza. Hay ya dos razones que
contestan esa primera pregunta. Hay una tercera, acaso más profunda y más compleja de
enunciar, a la cual se dedica gran parte del teórico: la posición, el modo de respuesta frente al
malestar.

En este punto, la exposición, apoyando en el texto de Freud homónimo, se detendrá en explicar


cuestiones atinentes al “malestar en la cultura”. Tres conceptos aparecen interrelacionados entre
sí: malestar-terapéutica-época.

1
El malestar

Antes de continuar por esta vía, la profesora define algunas referencias previas a “El malestar en la
cultura”, dentro de la misma obra freudiana. Digamos, sus antecedentes, aquello que se venía
prefigurando en su obra. Allí se cita el texto de 1908 “La moral sexual cultural y la nerviosidad
moderna”, texto donde hay ya una relación entre la cultura en tanto “moral sexual” (que se
establece como prohibición, como norma) y el malestar definido como “nerviosidad moderna”.
Freud se encarga en ese texto de presentar la posición del psicoanálisis frente a otras
interpretaciones provenientes de la sociología de la época, poniendo en primer plano el valor de
renuncia que implica el ideal de la “monogamia” en la conformación de la familia conyugal
moderna.

La profesora recuerda también el texto que antecede a “El malestar en la cultura”: “El porvenir de
una ilusión” de 1927, precioso texto donde Freud, utilizando la figura imaginaria del inquisidor,
discute consigo mismo sobre varias cuestiones, de las que se destaca el peso de la religión y el por
qué de su extensión a lo largo y a lo ancho del mundo. Allí aparece algo clave: la religión aparece
como un lenitivo, como dador de sentido, como un bálsamo, situando un más allá que de algún
modo justifique soportar las penurias del más acá.

A su vez, se explica qué se entiende por cultura en la obra freudiana, tomando referencias de estas
dos obras: por un lado, la cultura aparece como “un conjunto de normas necesarias para regular
las relaciones entre los hombres”. Por otro lado, la cultura es el “saber” que el hombre ha
adquirido para maniobrar sobre la naturaleza subvirtiéndola. Cultura entonces en dos acepciones,
limitadora, por un lado, posibilitadora por el otro.

El desarrollo de la alocución nos guiará entonces a una pregunta: ¿De qué se trata el malestar en
la cultura? Para orientarnos en la respuesta, la profesora sigue a Freud y sus desarrollos sobre la
felicidad. Allí, el autor habla del carácter episódico de la misma, del goce en relación al contraste,
de la limitación a los instantes. El malestar aparecerá como elemento irreductible producto de un
antagonismo: el del hombre con la cultura. El hueso de dicho antagonismo radica en que el
imperativo cultural implica una renuncia al goce pulsional por parte del sujeto, renuncia que
aparece como requisito para el ingreso en la misma.

La norma, se nos recuerda, también tiene un doble costado: normar, regular las relaciones, pero a
su vez normalizar (allí aparece funcionando como ideal). Esta última vertiente tiene más bien un
efecto aplastante. Respecto de ella, se toma el texto ya citado “La moral sexual cultural y la
nerviosidad moderna” para ejemplificar un modo en que la cultura promueve una moral, pensada
como ideal de las “buenas costumbres”. En la época de Freud, dicha moral ha sido nombrada
como “moral victoriana”, según lo desarrolla uno de los historiadores más importantes de Freud,
Peter Gay en su libro La experiencia burguesa: de Victoria a Freud, de 1992. Se trata de una moral
relacionada estrictamente a la represión de la sexualidad y a los parámetros del protestantismo.
En el libro mencionado Gay analiza las principales ideas, las conductas familiares y sociales y los
cambios intelectuales, políticos y religiosos registrados durante gran parte del siglo XIX y las
primeras décadas del XX, época en que vivió y tuvo mayor influencia Sigmund Freud.

2
La época

Tomando a su vez, un texto de su propia autoría escrito en colaboración con el profesor titular F.
Peresson, la profesora ahora hará hincapié en otro de los términos de la tríada (malestar,
terapéutica, época) previamente trabajada: la época.

Debido que para hablar de un término (de la triada), necesariamente debemos hacer referencia a
los otros dos, las modificaciones que se sitúan a nivel de lo epocal, necesariamente repercutirán
modificando las formas en que el malestar se manifiesta y contextualizarán la proliferación de
ciertas terapéuticas. Entender estas relaciones aparece como un elemento de vital importancia y
eso se deja claro en la exposición.

Entonces, ¿qué sucede con la época actual? Nos dirá que hoy en día no se trata de la represión
sexual. Ya no pasa por aquello que desde la cultura viene como prohibición, como regulación
normativa. Según Laurent y Miller (tomados por la profesora en referencia al curso que dictaron
en colaboración “El Otro que no existe y sus comités de ética”) el psicoanálisis ha contribuido al
levantamiento de la represión, con las consecuencias que ello plantea. La época actual esta
signada por un “para todos” bajo la égida de una identificación única: todos consumidores. Aquí
recuerda los desarrollos de Gilles Lipovetsky en su conocido libro La era del vacío (1983), donde el
sociólogo francés muestra los cambios del siglo XX a partir del avance del capitalismo, del
consumo de masas y el efecto de una sociedad definida por “lo nuevo”, lo efímero y el
individualismo hedonista.

El objeto a (la profesora aquí cita a J. Lacan en el texto que se ha dado en llamar “Radiofonía”)
“asciende al cenit social”. Lo que implica que lo que comanda hoy ya no es tanto el Ideal sino el
objeto a. ¿Cómo se percibe esto en la sociedad? Por ejemplo, en los agrupamientos, ya no
alrededor de los grandes relatos, sino alrededor de los modos de gozar. Son los modos de gozar las
nuevas formas de agruparse, de hacer lazo. Por otra parte, la normativa social, ya no se ejerce
como función de prohibición. El imperativo se conserva, pero en la forma de un empuje, un
mandato a gozar.

La profesora nos recuerda a Lacan en este punto. El autor, en su texto “La familia” (1938) nos
habla de la decadencia de la imago paterna y del superyó en su carácter más bien imperativo. El
mismo Freud ya había advertido sobre este carácter paradójico del superyó cuando se trataba más
bien de la prohibición: la renuncia no trae aparejada una satisfacción y una calma; por el contrario,
la renuncia reclama cada vez más renuncia.

El impasse

Digamos entonces que, así como la renuncia (época freudiana) no ofrece la vía regia hacia la
felicidad (porque reclama más y más renuncias), la invitación a un goce sin limitaciones (época

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actual) tampoco lo hace: la contracara de esto es una forma particular de malestar, angustia
masiva, directa, deslocalizada, sin tratamiento al modo del síntoma (al menos no en el sentido
freudiano del término).

Aquí, en este punto, cobra relevancia el término “impasse”. Impasse como aquello que alude a “lo
imposible” que introduce en el lenguaje en el ser sexuado. La inserción del hombre en la cultura
no implica sólo un malestar, tal como lo nombra Freud en 1930. Con Lacan podemos decir que
dicho malestar es irreductible, es de estructura.

Esta redefinición del malestar trae consigo otras respuestas frente a la angustia. Las respuestas del
impasse aparecen bajo la égida de una nueva díada: las adicciones (compulsión) o la depresión
(inhibición). Lo nuevo aquí no está a nivel del contenido, estas dos respuestas ya existían, la
diferencia es la pregnancia de las mismas y el carácter paradigmático que han adquirido debido a
aquello que caracteriza la época.

Las terapéuticas, modos de tratar el malestar

El teórico se cierra con haciendo hincapié en el elemento que nos queda de la triada: las
terapéuticas. Frente a un cambio a nivel del malestar, aparece un cambio a nivel de las
terapéuticas. ¿A qué obedece el cambio más bien actual a ese nivel? Si bien la pregunta queda
abierta, por su íntima relación al contenido de la materia en su totalidad, la profesora nos adelanta
una respuesta que es ya una divisoria de aguas: por un lado, está el psicoanálisis y su tratamiento
del malestar, su posición ética, por fuera de una normativa, de un código moral universal/
universalizante; por otro lado, el resto de las terapéuticas, diferentes modos de intentar cerrar
una brecha irreductible, de reencontrar un sentido, de acceder a una felicidad que, como se ha
transmitido, no cesa de escaparse, estructuralmente. El “goza” como imperativo actual, bien
podría ser un “se feliz siempre”. A ese imperativo, ¿cómo responde la terapéutica actual?

4
Módulo I: “Psicoanálisis: casuística y terapéutica”
2° Clase – Teóricos Prof. Adjunta Fátima Alemán
7/4/16

Reseña: Ivo Krasutzky


Establecimiento: Fátima Alemán

Ejes temáticos:

1.Nuevos síntomas, nuevas terapéuticas.


2.El DSM, la eficacia de la farmacopea.
3.El delirio de normalidad.

Bibliografía:

• Eric Laurent: Psicoanálisis y salud mental, Tres Haches, 2000.


• E. Laurent: “La crisis pos-DSM y el psicoanálisis”. En www.latigolacaniano.com
• Nancy Andreasen: “El DSM y la muerte de la fenomenología en Estados Unidos”
– www.analyticadelsur.com.ar
• Entrevista a Eric Laurent “Yo no quiero volverme tan loco” por Pablo Chacón–
Radar – Pagina 12 – 23/12/12.
• E. Laurent: “Cómo tragarse la píldora” Ciudades analíticas, Tres Haches, 2004.

Repaso de la clase anterior:

-A principios del siglo XX, la cultura provoca un malestar mercado por la exigencia de
renuncia a la satisfacción pulsional.
Dos caras de la renuncia:
 la represión de las pulsiones
 internalización de la ley (súper yo).
Entonces, instancia paradójica de la renuncia, mediante la exigencia in crescendo
superyoica.
Freud propone recursos para afrontar ese malestar: ciencia, religión, sustancias
embriagadoras, sublimación. Sin embargo, ningún recurso será efectivo totalmente.

Nuevos síntomas, nuevas terapéuticas.

-En el siglo XXI, esto es distinto: la sociedad de consumo transforma esta estructura.
Los objetos de consumo transforman la subjetividad del hombre en una subjetividad de
“consumidor” (Lipovetsky).
Por otro lado, la permisividad, un empuje a gozar, significa el levantamiento de la
prohibición. Esta permisividad se vuelve, exigencia del SY mediante, una exigencia
pulsional, que produce cada vez “más” sufrimiento.
El bienestar como imperativo: no podemos sufrir, solo gozar. Se “debe ser” más feliz,
más sano, más eficiente, etc.
-Fin de las ideologías, caída de grandes relatos; globalización.
La neurosis contemporánea: la caída de la imago paterna (Lacan, La Familia). No hay EL
nombre del padre, significante que ordena. La autoridad no tiene el mismo poder que
antes: la parentalidad de hoy es una parentalidad responsable, compartida con equidad
en la pareja parental y negociada por un contrato verbal. Esta situación re-define las
relaciones familiares en general, las relaciones de autoridad en particular, configurando
así un nuevo tipo de malestar.

-Todo es sometido a una clasificación, vigilancia y evaluación permanentes, donde se


deja de lado la singularidad. Se propone una normatividad.

Biopolítica (M. Foucault):

-Estado de Bienestar
-No hay guerras, hay ejércitos de profesionales (que evalúan, miden, contabilizan y
generan estadísticas respecto de la población)
-“los ciudadanos no deben morir”, política de la vida (exigencia, alentando al consumo,
la eficacia, el rendimiento, “empuje a la vida”)
-El Estado decide cómo vivir, cómo alimentarse, cómo vestir, cómo curarse (los diarios
y revistas con artículos respecto de alimentos dañinos y benéficos, y ejercicios,
tendencias de moda, hábitos saludables, etc.)
-Se controlan los cuerpos/se disciplinan los cuerpos
-Curación (de los síntomas) Vs/ Evaluación (de los modos de vida).

Contexto: El problema de la legislación de las terapéuticas en Europa

En relación a las clasificaciones, ¿época signada por la terapéutica o la evaluación?


El DSM evalúa más bien modos de vida.

El DSM

1980 (DSM-3), aparición simultánea con los medicamentos psicotrópicos.


DSM -------------- Terapéutica del medicamento.
-Universalización de los trastornos mentales.
-Gran sistema de clases donde el malestar de la civilización es catalogado en toda su
amplitud.
-No hay síntomas, sino desórdenes (un des-orden en relación a la Norma). Todas las
patologías se clasifican en base a estos trastornos.
-Este sistema cumple con el ideal de medicalizar la vida cotidiana.
-Cuando se nombra el trastorno, dicha nominación justifica la terapéutica del
medicamento.
-Concepción biologizante del ser humano; se corresponde con una ideología terapéutica
cognitiva-conductual.

Crisis del DSM


El DSM: ¿síntoma de época? Cada vez más general.
TODO entra en la norma, TODO es clasificable y clasificado

-Crea millones de pacientes mal identificados, debido a las muchas categorías


estipuladas.
-Muchas variantes normales son incluidos como indicadores de enfermedades
mentales. De esta forma, el concepto de trastorno mental se vuelve indeterminado al
extremo, además de desechar una verdadera preocupación psicopatológica.
-El trastorno/desorden: categoría dinámica y relativa al contexto social, sumamente
cambiante. Las clasificaciones se vuelven laxas, inseguras, nada taxativas, inhabilitando
cualquier diagnostico diferencial y por ende, una terapéutica adecuada.
-Reacción contra la medicalización excesiva (respecto de medicamentos). Ejemplos: los
casos testigos como el TDAH (hiperactividad o el TEA (depresión-autismo) en la infancia.

Las personas se identifican al nombre por el DSM, debido a su naturaleza nominalista.


Identificación a la nominación.

Terapéutica del fármaco

¿Qué valor tiene el medicamento?, ¿cómo se ubica en la economía libidinal? El


medicamento entendido como objeto científico epistémico-libidinal.

Cuatro formas:
1. Farmakón: remedio/veneno (vinculado a la repetición). El hábito de la
medicación y automedicación provoca una tendencia a la repetición vinculada a
este objeto.
2. Placebo: efecto sugestivo/efecto subjetivo.
3. “más de libido”: plus de vida y modificación de los cuerpos. Viagra, pastillas
anticonceptivas.
4. Anestésico: obnubilación, templamiento, interferencia. Los sentidos se
aletargan, la consciencia se nubla. La subjetividad se lentifica.

No hay validación comprobable respecto de la eficacia de la medicación, sino que hay


una confiabilidad en juego al momento de la asignación de la píldora bajo la égida del
DSM.

“El medicamento hace hablar”. Pensando desde los tres registros de la enseñanza de
Lacan:

Simbólico: objeto de demanda (al médico) como demanda de curación. Por otro lado, al
nombre del medicamento se le es supuesto un valor específico. Su uso y validez se
adhieren a la nominación.
Imaginario: los medicamentos producen un efecto de significación, siendo consumidos
“para dormir”, “para hablar”, “para (no) pensar”. Existe una dimensión de lo esperable.

Real: no referido al efecto químico del cuerpo, sino a lo que no puede ser alcanzado por
lo simbólico o lo imaginario, lo que está por fuera del sentido, y lo que esto puede
provocar. Lo desconocido en el medicamento en tanto real. El cuerpo se transforma en
uno que goza, fuera del sentido.

El medicamento como recurso frente al malestar en la cultura del siglo XXI, se erige como
uno de los significantes Amo de nuestra época. Peligro: modo de goce que no llama a la
interpretación, no comunica nada, es puro silencio pulsional.
Psicoterapia I
Teóricos - Fátima Alemán - 3º Teórico – 14/4/16.

Hoy vamos a ver la Unidad 4 del programa. En ella vemos al Dispositivo Analítico, y cómo llega Freud a dar
cuenta de ese método.
En primer lugar, podemos decir que el Psicoanálisis es la primera psicoterapia moderna. Sin embargo, sabemos
que no es la primera psicoterapia; ya que las mismas existen desde la Antigüedad, y principalmente, dentro de la
medicina, con el Tratamiento Moral de Pinel, del lado de la psiquiatría.
En un principio, Freud, médico, neurólogo, se especializa en enfermedades nerviosas. Y luego de su experiencia
con Charcot, comienza a indagar otro tipo de cuestiones.
Es así, que Freud empieza a pensar a la psicoterapia de manera novedosa, partiendo del aporte que Charcot le
brindara en relación a la histeria, y Bernheim con respecto a la sugestión.
Por otra parte, cabe destacar que la transferencia aparece como un aspecto clave en el método psicoanalítico. En
los Escritos técnicos Freud la sitúa como un problema. La transferencia tiene un lugar clave en la relación
médico/paciente.
Asimismo, a lo largo de la obra de Freud, podemos observar variaciones en la conceptualización que hace el autor
sobre la transferencia.
Así, vemos que en “Tratamiento psíquico, tratamiento del alma” (1890), Freud destaca el poder ensalmador de
la palabra, propio de las prácticas que tienen que ver con la magia. Asimismo, vemos como la palabra puede
curar por sugestión. En relación a estas propiedades de la palabra, citamos a Levi-Strauss quien hablaba de las
curas oficiadas por el chamán, y de cómo éste opera a partir de una “eficacia simbólica”.
Por otra parte, en el mismo artículo Freud habla de la influencia de lo anímico sobre el cuerpo, cuestión de la
que los médicos ya estaban advertidos, aunque sin poder conceptualizarla.
Asimismo, se destaca el valor que Freud le da a la expectativa, en términos de la creencia necesaria de parte de
quien solicita la asistencia. Necesaria para que suceda la curación. Esto, en la relación del médico con el paciente,
por ejemplo. Una expectativa de que ese médico pueda curarnos, creer que puede hacerlo, tener confianza en lo
que va a decir el médico. Hablamos así de “expectativa esperanzada”, diferente de lo que llamamos una
“expectativa angustiada”. Dicha creencia funciona como momento previo para la transferencia. Para que funcione
la hipnosis, el paciente tiene que creer en el médico.
Para Freud, en cuanto al tratamiento anímico, el paradigma, el modelo es la hipnosis. Luego, vendrán el método
catártico, luego el método catártico con presión sobre la frente; y más tarde el método analítico, que sería una
derivación del método catártico. En Estudios sobre la histeria podemos encontrar los métodos pre-analíticos.
En la hipnosis aparece un empeño por provocar en el enfermo los estados anímicos y condiciones anímicas más
favorables para su curación.
Luego, Freud va a hablar de los límites en relación a la hipnosis y la sugestión. Las resistencias aparecen como
la clave para abandonar los métodos pre-analíticos y para descubrir el inconsciente. La histérica se resiste a
recordar, a hablar. En determinado momento hay una detención.
Cuando Freud descubre al inconsciente, modifica su método. Aquí está el viraje de los métodos terapéuticos al
método analítico, siendo asociación libre e interpretación sus pilares del fundamentales. Aquí es necesario
intercalar los desarrollos vertidos por Freud en la Interpretación de los sueños, en El chiste y su relación con el
inconsciente, y Sobre la psicopatología de la vida cotidiana.
En cuanto al sueño, sabemos que éste era dejado de lado por la ciencia, la medicina. Y es Freud quien, lo toma,
junto con los actos fallidos, lapsus, chistes. Él se da cuenta de que son formaciones del inconsciente.,
configurándose así un nuevo escenario.
Otros autores de la época hablaban de cuestiones similares, pero, por ejemplo, Janet nunca logró elaborar la lógica
que sostiene al inconsciente. Cabe destacar que el inconsciente, es presentado por Freud como con una legalidad
propia, que obedece a dos leyes fundamentales: desplazamiento y condensación.
En el artículo “El método analítico de Freud” (1904), él mismo habla de su método, siendo el psicoanálisis muy
resistido en aquella época. En este artículo, aparece como antecedente del método analítico, el método catártico.
Y hace un recorrido por los diversos métodos. Consistiendo el método catártico en la hipnosis con la adición de
la ampliación de la conciencia; y siendo la meta, la eliminación o supresión de los síntomas. Tal como sucede
en el caso de Elizabeth.
Vemos, entonces, que los primeros métodos freudianos son sintomáticos. Diferenciándose el método analítico
por ser causal, es decir, por ir a la causa, la génesis, la etiología de los síntomas.
Freud va construyendo su método a medida que va descubriendo cómo funciona el inconsciente.
El método catártico apuntaba a los recuerdos. Permitía levantar un síntoma cuando se podía unir la representación
con el afecto. En cuanto a su eficacia, podemos decir que el afecto lograba liberarse, abreaccionaba.
Ahora, es importante tener en cuenta que lo primero que Freud abandona es la sugestión.
El método analítico se basó en la sustitución de la ampliación de la conciencia y la influencia terapéutica por
las ocurrencias. El acceso al inconsciente es indirecto, es decir, a partir de las ocurrencias, mediante la asociación
libre, lo cual corresponde al trabajo de parte del analizante.
La clave del método analítico es el trabajo con las resistencias; funcionando, además, como índice de que algo
ha sido reprimido, siendo la prueba de que hay algo reprimido. Entre la conciencia y el inconsciente hay una
barrera que Freud llama “represión” y que se manifiesta en acto a través de la resistencia.
Para el analista el trabajo fundamental es la interpretación, el “arte de la interpretación”. Freud lo toma en relación
a tratar al síntoma como se trata al sueño. Transferencia e interpretación son conceptos claves. La interpretación,
se presenta, primero, como traducción del inconsciente, pudiendo ser los objetos de esta interpretación, los
deslices del habla, los sueños.
Freud le da, asimismo, un lugar clave a la palabra, al relato. Se puede tratar mediante el relato. El inconsciente se
manifiesta a partir de lo que alguien dice.
Uno de los objetivos del método analítico, es el de suprimir las amnesias, llenar las lagunas del recuerdo. Se
deshacen las represiones. Este representaría al momento optimista de Freud; en el que creía que se podía hacer
consciente lo inconsciente; venciendo las resistencias de forma indirecta y forzada. A diferencia de cómo
comienza a ser pensado en 1920, cuando Freud comienza a considerar que no todo se puede hacer consciente.
Resta lo que al comienzo llamó el “ombligo del sueño” y luego “represión primaria”.
En cuanto a la curación, partimos de que no hay normalidad. Alguien está curado cuando desaparecen los
síntomas, y vuelve su capacidad para gozar y rendir.
Otro artículo significativo para entender el método analítico es “Sobre psicoterapia” (1905).
Freud nunca abandona la sugestión, y lo llama factor sugestivo. La transferencia tiene un factor sugestivo, pero
es preciso controlar al mismo; y no confiar sólo en la sugestión.
En este articulo, Freud habla de cómo las psiconeurosis se curan por la psicoterapia, y dice: “la neurosis no la
cura el medicamento, sino el médico, su personalidad.” Es decir, que para Freud, lo que importa es la persona
del médico. Y en relación a esto no cualquiera puede analizar, sino que quien lo haga tiene haber sido analizado
previamente.
El método analítico de la psicoterapia es para Freud de un método causal. Y hace una analogía entre la escultura
y el método analítico, y entre la pintura y el método hipnótico-sugestivo. Siendo que la escultura actúa quitando,
y la pintura, agregando algo. El método analítico va sacando, va llegando así a la causa.
Por otra parte, Freud observa que los pacientes se adhieren a su enfermedad. Cuestión que luego va a
conceptualizar como beneficio secundario del síntoma, y reacción terapéutica negativa. El síntoma tiene una
satisfacción para el sujeto, motivo por el cual no puede ser abandonado tan fácilmente.
Freud, todo el tiempo, está pensando si es posible curar o de qué modo entender la curación.
El psicoanálisis no es un trabajo fácil, y no debe ser guiado por el furor sanandi, dado que manejarnos en dirección
a tal horizonte, nos haría perder el acceso al inconsciente.
Por otra parte, Freud habla de las contraindicaciones con respecto al psicoanálisis, en los casos en que haya una
psicosis, en sujetos con edad avanzada- dado que al haber cierta fijación libidinal, sería difícil modificar alfo de
la economía libidinal-, y en casos de anorexia histérica.
Cabe destacar que la transferencia no es algo exclusivo del psicoanálisis.
La causa de los síntomas esta en las representaciones reprimidas. Freud sitúa al inconsciente como algo que la
histérica sabe y no sabe. El inconsciente es un saber no sabido. Y el método analítico apunta a develar eso que no
se sabe porque está la barrera de la represión.
En los Escritos técnicos Freud trata la cuestión de la “técnica analítica”, cómo entender dicha TÉCNICA. Allí
aclara que no es tan sencillo presentar las técnicas, conocerlas y aplicarlas. Cada analista aplica la técnica con su
particularidad.
Freud ya tenía en aquella época una casuística: el caso Dora, el caso Juanito y el caso del Hombre de las ratas. Y
el caso que genera un problema es El hombre de los lobos, que lo veremos en la próxima clase. Cuando empieza
la Primera Guerra Mundial, comienza a pensarse en variantes del método psicoanalítico.
El psicoanálisis requiere de la experiencia de analizarse, no es sólo un juego de técnicas. Esto es lo que hace que
no sea un experimento, sino una experiencia. Debiéndose tener ciertos recaudos para ocupar el lugar de analistas.
Para Freud, la técnica debe complementarse de una ética. Tiene que ver con la ética entendida como una
orientación, “hacia dónde vamos”, hacia donde orientamos el tratamiento. Y la regla que sitúa allí, es la regla de
la abstinencia, regla fundamental enlaza a la ética.
Hay que tener en cuenta que la técnica evoluciona porque el inconsciente se modifica. Esto lo plantea J.-A.
Miller en las Conferencias caraqueñas (1986), en “La transferencia de Freud a Lacan”.
Con respecto a la transferencia, ésta atraviesa toda la obra de Freud. Tiene que ver con el inconsciente. Es una
formación del inconsciente. Es, de hecho, la vía de acceso hacia el mismo.
En “Psicoterapia de la histeria” aparece por primera vez el término transferencia, definido como falso enlace.
Freud comenta el caso de una mujer, que habla de cuestiones que le pasan con los hombres, y donde eso mismo
se le produce con Freud. Este falso enlace demuestra que la transferencia se mueve en la cadena asociativa, y algo
se enlaza con la persona del analista por “desplazamiento”. En la “Interpretación de los sueños”, hay un deseo
disfrazado. Transferencia quiere decir desplazamiento.
Recordemos que no es sólo transferencia positiva o negativa, entendida en términos de “emociones”, sino que
también hace uso de las representaciones. Aquí la transferencia es la vía de acceso al deseo inconsciente.
En el “Caso Dora”, en su Epílogo, Freud ve el problema de la transferencia. Aquí habla del error que él mismo
había cometido durante el tratamiento de la joven. El cual consistió en no advertir la corriente ginecofílica hacia
la Sra. K.
Aquí Freud habla de la transferencia como formación de pensamientos inconscientes; como reediciones,
recreaciones y fantasías; como sustitución de una persona por otra. Pudiendo observarse en la transferencia al
desplazamiento y la sustitución, como dos leyes del inconsciente que allí están funcionando.
Es importante considerar que, si bien, la transferencia es necesaria para que funcione el psicoanálisis, podemos
advertir que la misma no es un fenómeno exclusivo del psicoanálisis; sino que siempre estamos transfiriendo. Lo
que ocurre en el psicoanálisis, en particular, es que éste la revela y trabaja con ella.
Hablamos de transferencia dinámica, al considerarla, a la vez, como motor y obstáculo de la cura: presentándose
así en una doble cara.
Volviendo al Caso Dora, y particularmente, al otro error cometido por Freud, hablamos del hecho de que éste
no ha podido manejar a tiempo la transferencia. Siendo que ésta tiene una temporalidad lógica, donde se puede
leer àpres coup, es decir, a posteriori.
Vemos, así, a lo largo de la obra de Freud, a la transferencia conceptualizada de manera diferente. Tomando el
texto de Miller, es posible pensar a la transferencia bajo cuatro formas fenoménicas:
* repetición
* resistencia
*sugestión
* neurosis de transferencia

En cuanto a la transferencia como repetición, podemos pensar al método analítico como rememorativo. Donde,
cuando el sujeto no recuerda, actúa, repite con el analista, sin saberlo. Y permite, de esta manera, acceder al
inconsciente; ya que una forma de recordar es repetir. Particularmente, esto podemos observarlo en el artículo de
Freud “Recuerdo, repetición, reelaboración”.
Ahora, la transferencia como resistencia, viene a representar la cara negativa de la misma. En este caso, vemos
como se detienen las asociaciones, se deja de recordar. Siendo un costado de esto, el amor de transferencia, que
se presenta como una resistencia.
Con respecto a la transferencia como sugestión, ésta aparece en “Sobre la dinámica de la transferencia”. Siendo
que en cuanto a la sugestión si bien debemos mantenerla, también debemos controlarla.
Por último, en cuanto a la transferencia como neurosis de transferencia, podemos pensarla en tanto que neo-
formación; una neurosis artificial, donde el analista forma parte del síntoma. Los síntomas, dice Freud, adquieren
“significado transferencial”.
Hasta aquí llegamos al año 1915, la conceptualización de la transferencia continúa en la obra de Freud.

Reseña: María del Pilar Urcola


Módulo I: “Psicoanálisis: casuística y terapéutica”
4ta Clase – Teóricos de la Prof. Adjunta Fátima Alemán
7/4/16

Reseña: Ivo Krasutzky


Establecimiento: Fátima Alemán

Ejes temáticos: Transferencia, interpretación y construcción.

Retomando desde lo anteriormente desarrollado.


El método analítico: el pasaje del método como pre-analítico al propiamente analítico. El
descubrimiento del Inconsciente como punto de inflexión, siendo la clave que fundamenta
el nuevo método, el cual permite a su vez pesquisar la legalidad del inconsciente
(condensación y desplazamiento).

Transferencia:

1. Como falso enlace, donde el analista es ubicado en un lugar desplazado


(como sustituto), enlanzando así inconsciente/síntoma. Se menciona el Sin
caso Dora, en relación al error de Freud en la transferencia de ese caso. transferencia
La transferencia hace tangible elementos como pensamientos como
inconscientes, mociones pulsionales, desplazamiento y sustitución. formación del
La relación terapéutica, atravesada por la transferencia, es parte ICC no hay
indispensable de la cura. método
analítico.
2. Como modo de controlar la sugestión. Ésta se encuentra presente en
cualquier psicoterapia, y Freud la conceptualiza como “transferencia”.
“La cura revela la transferencia” como fenómeno cotidiano. Siempre hay libido en
juego, y el proceso analítico trabaja con ella, ya que de otro modo, operaría como
pura sugestión.
La transferencia es “siempre” dinámica. Esto quiere decir que se presenta a veces
como motor de la cura, vía de acceso al inconsciente, y otras como un obstáculo,
resistencia, en tanto es un fenómeno del inconsciente. Freud ubica, respecto del caso
Dora, un funcionamiento en el cual a medida que se acerca a la causa, las resistencias
aumentan.

3. Como repetición. El paciente repite para no recordar. En el lugar del recuerdo, se


actúa. El amor de transferencia (presentándose como acción, agieren, acto) encubre
una transferencia de repetición.
4. Como neurosis de transferencia. El analista pasa a formar parte de la No solo el amor
neurosis, la cual se transforma en una neurosis nueva. es necesario
Frente al amor de transferencia, la respuesta del analista es la sostener en
abstinencia. Retener esa demanda de amor, sin responder a ella. Se transferencia,
constituye entonces como estrategia del analista, relanzando el amor al sino también el
deseo inconsciente. Ni moral ni ideología, una ética (la del psicoanálisis) odio, en tanto
guía el accionar del analista. “transferencia
negativa”

Interpretación:

Los sueños, en tanto formación del inconsciente, en tanto mensaje sinsentido y deseo
encubierto, pueden ser interpretados. El concepto de interpretación en Freud se deduce del
uso que hace de ella en “La interpretación de los sueños”, bajo lo que llama “el arte de
interpretar”. Luego, Freud aplicará esta operación de la interpretación a los otros fenómenos
del inconsciente (lapsus, chiste, fallido, síntoma).

- Interpretación-desciframiento:
El sueño como “rebus” (jeroglífico cifrado). El relato del sueño se encuentra cifrado,
desfigurado; igual que el deseo, solo se manifiestan de esta manera. Es el paciente que
comienza a descifrar lo cifrado, ante la pregunta del analista.

- Interpretación-traducción:
Traducción del inconsciente, de una lengua a otra. El inconsciente como una lengua
extranjera, desconocida, que hay que traducir a la lengua de la consciencia.
En el caso Dora, Freud utiliza la “interpretación simbólica”: el síntoma como “metáfora”, una
representación está en el lugar de otra. La interpretación descifra el símbolo.

- Interpretación como Operación que permite hacer consciente lo inconsciente.

Posibilidad de desarmar las resistencias.

La interpretación permite dar cuenta de la mecánica de elaboración del sueño y del síntoma.
El sentido reprimido (no sabido) que motoriza el fenómeno es lo que se pretende develar.

Modificación de la técnica analítica

Existe un punto límite para la interpretación de los sueños: el “ombligo del El problema de la
sueño”. Freud lo descubre y conceptualiza en el sueño de la Inyección de “causa” en relación
Irma. Este ombligo como punto límite de las asociaciones, es lo que Freud a la técnica fue un
postulará como “represión primaria”. elemento constante
El síntoma es un retorno de lo reprimido, de la represión secundaria. Pero lo en la obra
acaecido bajo la represión primaria no logra hacerse consciente. freudiana.
La causa de los síntomas, en tanto represión primaria, es un vacío. Es en este
punto donde entra la construcción en la técnica analítica, cuando el paciente
no logra recordar más. La construcción es del orden de lo mítico, de una ficción necesaria
para dar cuenta de la causa última.
La construcción se apoya en una hipótesis del analista, fundamentada en la teoría. Aquella
tiene efectos de verdad, y es capaz de relanzar la cadena asociativa, e incluso recupera
recuerdos.

Dos ejemplos en la casuística freudiana, donde la construcción tiene efectos diferentes:

 Caso del Hombre de las ratas (p.161, tomo X, Amorrortu)

Intervención de Freud que empuja al sujeto a una “rectificación subjetiva”. Recordemos la


interpretación “inexacta pero verdadera” (Lacan dixit) que Freud anota como “construcción”
y que se refiere al “padre como perturbador del goce sexual”. Dice Freud: “Apoyado en este
parecidos indicios, me atreví a formular una construcción: de niño a la edad de 6 años él ha
cometido algún desorden de índole sexual entramado con el onanismo, y recibió del padre
un sensible castigo. Este castigo habría puesto fin al onanismo, sí, pero por otra parte dejó
como secuela una aversión inextinguible contra el padre y fijó para todos los tiempos su
papal como perturbador del goce sexual”. Es decir, Freud por medio de la construcción
comunicada al paciente, localiza una ficción que tiene efectos de verdad pues relanza la
cadena asociativa de recuerdos: “cuando él era todavía muy pequeño debe haber
emprendido algo enojoso, por lo cual el padre le pegó. Y entonces el pequeño fue presa de
una ira terrible” que desató insultos extraños. Como aun no conocía palabras insultantes,
recurrió todos los nombres de objetos que se le iban presentando: “lámpara, pañuelo,
plato”. Es allí que aparece la gran sentencia que marca la vida de este hombre. Su padre dice:
“este chico será un gran hombre o un gran criminal”. El trance obsesivo aparece entonces
como efecto de la interdicción paterna sobre su vínculo con la dama de su obsesión. Es
justamente esta construcción con valor de “verdad histórico-vivencial” la que permite el
desciframiento de la idea obsesiva de las ratas y es también la que permite ubicar a Freud
en relación a la transferencia, en el lugar del sujeto supuesto al saber.

 Caso del hombre de los lobos (apartado IV, Tomo XVII, Amorrortu)

Construcción del “sueño de los lobos”, sueño que fue relatado al comienzo del tratamiento
y que para Freud ubica el trauma como clave de su neurosis infantil. Sueño de angustia: a
través de la ventana de su cuarto ve, con terror, seis o siete lobos blancos, sentados
inmóviles sobre un gran nogal que lo miran con intensidad, y se despierta ante la angustia
que le provoca ser devorado por los lobos. La construcción de Freud consiste en invertir los
términos y encontrar allí al soñante-niño que mira una escena agitada: su padre y su madre
teniendo un coitus a tergo. El sueño de los lobos es para Freud la forma de recordar la
escena primordial: “todo estaría perfecto sino mediara el hecho de que ya a los 4 años el
desdichado tuvo un sueño con el que empezó su neurosis, un sueño incitado por el cuento
de su abuelo sobre el sastre y el lobo (el plano del mito social según Lacan) y cuya
interpretación hizo necesario el supuesto de la escena primordial”.
Entonces, para Freud, el sueño revalida con efecto retardado (el famoso “nachträglich”) la
observación del coito realizada según sus cálculos a la edad de 1 ½ año. Se trata de la realidad
efectiva de algo ignorado: “el lobo era un sustituto del padre”/ “él estaba despierto y le fue
dado ver algo, el mirar atento que en el sueño se atribuye a los lobos debe más bien
trasladarse a él” / “el árbol es el árbol de navidad”/ “este niño fue testigo de un coitus a
tergo entre sus padres, repetidos tres veces, donde pudo ver los genitales de la madre así
como el miembro del padre”. Es decir, la escena primordial es una construcción aportada
por Freud que permite dar sentido a los síntomas y a lo que falta de la biografía del paciente.

Sin embrago, las consecuencias de la comunicación de la construcción no son las mismas que
en el caso del hombre de las ratas. Lo que aflora no es un recuerdo sino una alucinación.
Cuando Freud afirma que la castración es “desestimada” por el analizante (dato interesante
porque no ubica allí la represión sino la desmentida) señala como prueba el recuerdo de una
visión-alucinación ocurrida a los 5 años de edad: “jugaba en el jardín junto a mi niñera y
tajaba con mi navaja la corteza de uno de aquellos nogales que también desempeñan un
papel en mi sueño. De pronto noté con indecible terror que me había seccionado el dedo
meñique de la mano (¿derecha o izquierda?), de tal suerte que sólo colgaba de la piel. No
sentí ningún dolor, pero sí una gran angustia. No me atreví a decir nada al aya, distante a
sólo unos pocos pasos; me desmoroné sobre el banco inmediato y permanecí ahí sentado,
incapaz de arrojar otra mirada al dedo. Al fin me tranquilicé, miré el dedo, y entonces vi que
estaba completamente intacto” (p. 79).
¿Por qué, luego de la construcción freudiana de la escena primordial a partir del recuerdo
del sueño de los lobos, el sujeto recobra el recuerdo de una alucinación? ¿Qué valor tiene
ese dedo cortado sobre el árbol del sueño del “cual hace brotar la sangre”? Todo un debate
para pensar lo que “desencadena” esta construcción en los acontecimientos posteriores de
la vida de este hombre. Diagnóstico: ¿neurosis o psicosis?

Intervención de Matías

El contexto de desarrollo y escritura del caso del Hombre de los Lobos, en relación a las
expectativas de Freud respecto de la tesis fundamental de neurosis infantil en la etiología
de la neurosis. Al momento, Jung y Adler contradecían dicha tesis, y aquí se ubica una razón
del empeño freudiano respecto del tratamiento que este dispensa hacia el hombre de los
lobos. Se retoma el análisis posterior con Ruth Mack Brunswick, y el informe presentado por
Muriel Gardiner. El hombre de los lobos por el hombre de los lobos, ed. Nueva Visión.

Interpretación ≠ Construcción. La técnica analítica requiere de ambas maniobras.

La construcción es una ficción que se dirige al lugar de lo que no se recuerda, represión


primaria.
Existe una relación de similitud entre delirio y construcción: ambos En los relatos de fin
procesos colocan algo en donde no hay nada. de análisis (pase) y en
La realidad histórico-vivencial permite reconstruir una historia, con la presentación de
efectos de verdad, más allá de la realidad fáctica. casos, se da cuenta del
Valor de la construcción en relación al fin de análisis (Análisis terminable valor de la
e interminable) y los restos sintomáticos. construcción.
5 ° Teórico Fátima Alemán / PSICOTERAPIA I

26-05-16

Reseña elaborada por Matías De Ambrosio

Contexto y bibliografía trabajada

Las interrupciones en el dictado de las clases obligan a algún ajuste respecto de lo


planificado. La profesora, basada en su experiencia personal docente, realiza una inversión
de la secuencia preestablecida en el dictado de 3 textos. El programa estipula el siguiente
orden: primero “La dirección de la cura y los principios de su poder” (J. Lacan) y luego
“Perspectivas futuras de la terapia analítica” conjuntamente con “Nuevos caminos de la
terapia analítica” (ambos de S. Freud). La estrategia apunta a dos cuestiones: -dimensionar
el contexto desde el cual se desprenden las psicoterapias breves, y -permitir una mayor
comprensión respecto de un texto complejo como es el de Jacques Lacan. La opción es la
de conocer primero desde donde se arma la estructura básica (como recorte particular de
la obra de Freud) desde la cual operaran las psicoterapias, para poder entender cuál es el
blanco al cual Lacan dirige su crítica. El texto de Lacan es, lógicamente posterior: constituye
una puesta en cuestión fuerte, dirigida justamente a esa referencia y a sus bases.

Nuevas perspectivas

En 1910 se crea la IPA y a partir de allí comienzan los Congresos Internacionales de


Psicoanálisis. S. Ferenczi y otros discípulos de Freud son quienes fundan la Internacional
y quienes participan con trabajos en dichos Congresos. Los textos de Freud, “Perspectivas
futuras de la terapia analítica” y “Nuevos caminos de la terapia analítica” fueron presentados
en dos Congresos: el primero, en el 2° Congreso Internacional de Psicoanálisis realizado
en Núremberg, en 1910; el segundo, en el 5° Congreso Internacional de Psicoanálisis en
Budapest, en 1919.

Se analizan sus desarrollos durante la clase tomando 3 puntos axiales:

* Progreso interno (teórico y técnico) del psicoanálisis


* Autoridad analítica (¿los efectos del psicoanálisis solo se basan en la autoridad del
analista?)
* Efectos de la ampliación y nuevas inserciones del discurso y praxis psicoanalítica.

“Perspectivas futuras de la terapia analítica” (1910) Freud

Freud da cuenta de cómo el edificio doctrinario del psicoanálisis ha ido progresando. Se


pregunta entonces, sobre “la actividad del analista”: ¿en qué consiste? ¿Se contraponen
actividad con pasividad? ¿de qué se manera pensamos la actividad? La figura de Ferenczi
(uno de los discípulos principales de Freud) es importante en este punto. El será quien
piense que el analista puede ser más activo. Propondrá una modificación de la técnica
analítica bajo el modo de lo que llama “técnica activa”. Aparecerá también, como otra de
las innovaciones técnicas citadas por Freud, la contratransferencia (concepto sugerido por
Ferenczi a Freud). ¿Qué indica la contratransferencia? Dice Freud: “el influjo que el
paciente ejerce sobre el sentir inconsciente del analista”, despertando aquellos “complejos”
que lo habitan. ¿Qué pasa entonces con el analista? (como aquel que se pone en juego,
que se hace blanco cuando se presta a la transferencia). El analista no es una máquina
neutral, él también está habitado por el inconsciente, por aquello que se sustrae de una
dimensión enteramente voluntaria. Preguntarse qué hacer con la contratransferencia es
preguntarse qué hacer con el deseo del analista. En ese mismo texto Freud establece dos
posibilidades: el autoanálisis (cuyo ejemplo es él mismo) y el análisis didáctico (condición
que luego quedara signada como fundamental en la formación del analista). Sin embargo,
el concepto de contratransferencia no será retomado muchas veces por Freud como un
concepto clave para el psicoanálisis. Son los discípulos de Freud, enrolados en la IPA que
toma cuerpo en los EEUU y en Inglaterra, los que darán a este concepto un lugar de peso
en la técnica analítica y en sus modificaciones.

Además de la contratransferencia, otra cuestión técnica retiene la atención de Freud.


Asegura que el método analítico, tal como había sido formulado hasta el momento tenía
singular privilegio de acción con sintomatología más bien histérica (donde hay un llamado
al Otro en tanto el síntoma tiene un carácter simbólico). Sin embargo, en el encuentro con
las fobias y las compulsiones, el método analítico presenta dificultades. Algo de lo
conductual pasa al primer plano. No se trata solo de traducir una significación inconsciente,
sino que el síntoma revelara mayormente su cara de satisfacción pulsional, como algo que
no convoca a su interpretación. ¿Cómo hacer ahí con eso? Tal es la pregunta de Freud.

Siempre atento a la causa del psicoanálisis, a su posible aceptación y posterior expansión


global, Freud se centra en estos textos en otra cuestión axial: ¿Lo que se produce en un
análisis, se debe solo al analista y a su autoridad? No solo sostienen la pregunta por motivos
de índole teórica: la posible autentificación del método (más allá de la autoridad de quien le
sostiene) zanjaría notablemente la cuestión de la resistencia hacia el psicoanálisis.
Recordemos la preocupación de Freud de colocar al psicoanálisis dentro de la ciencia de
la época.

“Nuevos caminos de la terapia analítica” (1918) Freud

Retorna aquí, varios años después, con cuestiones de técnica y de procedimientos. Hablara
del síntoma, su sobredeterminacion, su naturaleza compuesta. Utilizara la metáfora del
analista como químico. Sin embargo dirá que eso no significa que un análisis culmine en
una psicosintesis, debido a que el mismo paciente se encarga de eso. Hay, durante el
transcurso de un análisis, momentos de análisis y momentos de síntesis. En ese punto
retomara a Ferenczi y la “actividad del analista”, analizando los aportes del mismo.

En este punto de la exposición, la profesora toma directamente el texto de S. Ferenczi


para puntualizar cuestiones centrales, “Dificultades técnicas de un análisis de histeria”
(1919), citado por Freud en el texto.

Ferenczi se pregunta, en sus indagaciones, qué hacer con la transferencia cuando se


presenta como “amor de transferencia” en términos de obstáculo e impasse en la cura. En
el caso citado, la paciente presentaba una conducta extraña durante la sesión (cruzaba las
piernas, obteniendo un placer erótico). Ferenczi da la “orden” de que la paciente admita y
comunique lo que le pasa; luego, “prohíbe” dichas conductas con el objeto de exigir una
renuncia a una satisfacción pulsional. ¿Con que objeto? Con el propósito de que se pueda
reconducir tal desarrollo libidinal a la palabra, a las coyunturas históricas, a las
asociaciones.

¿De qué tratara entonces la técnica activa? En principio es una técnica que consiste en (1)
ordenar y (2) prohibir. La técnica activa es una técnica que hace uso entonces de la vieja
sugestión. Todas las psicoterapias que vienen después de Freud se basan en este costado
“activo” del terapeuta y en su concomitante uso de la sugestión.

Ahora bien, ¿cuál es la posición de Freud sobre esto?

Freud, si bien toma conceptos de su discípulo y acompaña sus desarrollos en varias


ocasiones, no está de acuerdo con una oposición simplista entre actividad y pasividad. La
actividad del analista, dirá, se basa en dos cosas: -hacer conciente lo inconciente y –poner
al descubierto las resistencias en juego. Digamos que se trata de un hacer que no es
cualquiera: necesariamente debe estar limitado, atravesado por el estatuto de la abstinencia
y la privación. La vuelta interesante que da Freud en el presente texto es que dicha
abstinencia no solo es exigible para el analista (eso ya lo había escrito con antelación en
los llamados Escritos Técnicos), sino también es exigible para el paciente. Pero no se queda
allí, sino que da otra coordenada fundamental al advertir sobre los peligros de la técnica
activa de Ferenczi: que el analista se ubique en el lugar del “ideal”, ofreciéndose como
modelo identificatorio para el analizante.

Es este uno de los puntos sobre el que se han asentado interpretaciones diversas de la
obra freudiana. Freud mismo ha modificado sus aseveraciones a lo largo de su obra en
numerosas ocasiones. Pero algo se sostiene más allá de esos cambios respecto al tema
de la “actividad” del analista y la técnica:

* la técnica debe servirle al analista para ahorrar esfuerzos,

* debe intentar la promoción a un acceso irrestricto del inconsciente (del paciente).

Este último punto es central ya que en él confluyen la mayoría de los interrogantes


planteados hasta el momento. El quehacer del analista (la “actividad”) está supeditada a
dicho acceso. Por eso no puede ofrecerse como modelo identificatorio. Por eso no debe
actuar orientado exclusivamente por la contratransferencia (o como decíamos, sus propios
complejos). Por eso es deseable (y necesario en términos de una cura tal como el
psicoanálisis la plantea) la restricción del influjo de la sugestión.

Respecto a los efectos de ampliación del psicoanálisis como práctica y como discurso,
Freud se pregunta sobre la posibilidad de adaptar ciertas condiciones de un análisis (como
el pago o la cuestión temporal). Las preguntas se enmarcan en los mismos ejes
establecidos en la clase: qué perspectivas, qué cambios son posibles dentro del marco del
análisis y qué cambios, qué modificaciones nos dejarían por fuera del mismo (notemos que
en los debates doctrinarios su preocupación central no es la satisfacción narcisista sino el
evitar caer “en el fango del ocultismo” como el mismo mencionaría en respuesta directa a
los desvíos de C. G. Jung).

Franz Alexander

Alexander se basará en los desarrollos de S. Ferenczi y de O. Rank, intentando acortar el


tratamiento analítico mediante la exploración de un “aquí y ahora”, sin tener que recurrir al
pasado. Entendamos aquí que las preguntas que Alexander se hace, ya se las hacia el
mismo Freud (si es posible acotar los tratamientos, qué hacer con la transferencia, cuál es
lugar del analista en la cura). La divisoria de aguas no se da a nivel de las preguntas, se da
a nivel de las respuestas. Justamente por eso, Lacan llamará a la experiencia de trabajo
que comanda como “retorno a Freud”, o sea, al Freud que los pos freudianos eligieron
omitir.

Médico húngaro. Realiza el análisis didáctico con H. Sachs. Atendió a uno de los hijos de
Freud (O. Freud). Tiempo después, en el exilio forzado a los EEUU, se asentará en la ciudad
de Chicago donde fundará la denominada Escuela de Chicago. En su trabajo destaca el
centramiento en patologías de índole psicosomática. El mismo nomina a su terapéutica
como “terapéutica de la personalidad global”, en la cual incluye conceptos como
“personalidad”, “maduración”, “herencia” (conceptos correspondientes a lo que se conoce
como “psiquiatría dinámica”). El basamento técnico apunta a una reconstrucción de la
personalidad mediante las denominadas “experiencias emocionales correctivas”, entendido
como PROCESO DE RECONDICIONAMIENTO emocional (clara influencia de la Psicología
conductista).

Principios psicodinámicos de la terapia:


1) Producir cambios en el yo, a través del estudio de los mecanismos de defensa
2) Reconstrucción genética del desarrollo de la personalidad (producir cambios en la
estructura de la personalidad)

La eficacia, para él, no radicara en el recordar, sino en el revivir (la acción). Se tratar de
revivir experiencias traumáticas con el paciente en el “aquí y ahora” de la situación analítica,
y corregirlas. La posición del analista es claramente la de agente sugestivo. Freud no habla
de eso. Por el contrario, desaconseja enérgicamente tomar el lugar de modelo, lugar del
ideal, porque ese lugar no permite la mencionada “promoción a un acceso irrestricto del
inconciente (del paciente). Alexander apunta directamente a una coalición con la conciencia
y a la solución identificatoria. Eso obtura, restringe.

La “experiencia emocional correctiva” está planteada desde el marco de dos sujetos, el


terapeuta y el paciente, puesto que se trata de una situación interpersonal. En la
reelaboración hay un solo sujeto, el paciente. Freud no habla de corregir. Habla de
reelaborar. Acaso importe menos la cuestión terminológica que la lógica que sostiene y
separa, en este caso, dos prácticas enteramente distintas. También plantea un
“acortamiento del tratamiento”, para favorecer la independencia del paciente,
contrarrestando la tendencia a la dependencia (regresión). Se recomienda un mínimo de
sesiones, haciendo que el tratamiento resulte lo más ECONÓMICO posible.
Teórico Psicoterapia I - Fátima Alemán
2° Clase del Módulo II (2-6-2016)

Por Ivo Krasutzky


Establecido por F. Alemán

Se retoman los lineamientos de la clase pasada, a partir de los ejes:


- Debate Freud/ Ferenczi en relación a las modificaciones de la técnica analítica,
- Surgimiento de la Psicoterapia Breve en los EEUU (Alexander)
- Analista activo / Acto analítico
- Pertinencia de la contratransferencia

Texto de Freud “Las perspectivas futuras del psicoanálisis” (1910). ¿Cómo es que el
analista maneja sus propios complejos, clichés? Así como el analizante transfiere sobre
la figura del analista sus fantasías y mociones pulsionales, ¿lo mismo sucedería en
sentido inverso? Freud toma esta idea, pero no lo presenta como pieza clave del método
analítico, situándola de otra manera en la teoría. Propone, como salida frente a lo que
se despliega del lado del analista el análisis didáctico, para estar advertido de estos
complejos. La solución entonces es el análisis del analista, para saber desde dónde
ejerce su práctica.

F. Alexander, discípulo de Freud, exilio en los EEUU. Representante de la Psicología del


Yo. Cruce de psicoanálisis, psicología conductista y funcionalismo norteamericano.
Iniciador de la psicoterapia psicoanalítica abreviada.
-La propuesta: acortamiento de las sesiones, tratamientos más económicos.
El análisis como un “proceso de re-condicionamiento”: revivir con el paciente las
experiencias traumáticas y re-elaborarla; revivir, en lugar de recordar.
Corregir las conductas desviadas, lo traumático, la falla, lo desadaptado. Por eso habla
de la experiencia emocional correctiva.
Personalidad: concepto que Freud nunca tomó, con la vertiente de Anna Freud y sus
mecanismos de defensa, el trabajo del Yo autónomo, etc.

J. Lacan: “La dirección de la cura y los principios de su poder” (1958)

Es un texto escrito por Lacan, publicado en sus Escritos (1966). El autor presenta una
enseñanza escrita (escritos, ponencias y artículos) y una oral (los Seminarios). Los
escritos están muy elaborados, con un estilo literario particular que no se lee fácilmente
(hay sarcasmos, ironías, alusiones, frases complejas, estilo poético).
El texto se sitúa en lo que se conoce como la “primera enseñanza de Lacan”, respecto
de una división realizada por motivos didácticos, de dos momentos, o quizás tres
cronológicamente distintos, con cortes respecto de modificaciones en su teoría. Le
antecede otro escrito polémico, “Variantes de la cura-tipo” (1955) que aborda ya
algunas de las cuestiones que desarrolla en el escrito que comentamos.
Constituye un texto de carácter “político” respecto del estado del psicoanálisis a fines
de los años 50, en Francia, con sus colegas/adversarios psicoanalistas.
Lacan en este texto critica fuertemente al psicoanálisis que circula IPA: creada en 1910, por Freud y sus
en la IPA (alemán; Internationale Psychoanalytische Vereinigung). discípulos, constituyó un caldo de
Como integrante de la institución, Lacan conocía internamente lo cultivo de muchas discusiones y
que ocurría en el psicoanálisis de la época. Hasta mediados de los debates. Se produce la expansión
del psicoanálisis, con analistas que
50 el psicoanálisis francés estaba agrupado en la Sociedad de migran luego de la segunda guerra
Psicoanálisis de Paris (SPP) que era la filial de la IPA. En 1953 dicha mundial a los EEUU, donde la
sociedad se escinde y los miembros que renuncian (entre ellos recepción del psicoanálisis ocurre de
Lacan y Lagache) fundan la Sociedad Francesa de Psicoanálisis (SFP) modo especial.
que pide su reconocimiento como 2° grupo francés de la IPA. De allí
el tono polémico del texto.

Históricamente, en el momento en que se produce este texto, Francia atravesaba un


momento difícil con la guerra civil en Argelia como colonia francesa, con el saldo
negativo de otra situación de disputa bélica post-colonial con Indochina.
Es por ello que Lacan en este escrito hace referencia a un texto sobre la guerra escrito
por el general prusiano Carl von Clausewitz, De la guerra (1832), uno de los teóricos más
influyente en la ciencia militar moderna. Este contexto bélico es el marco en donde se
escribe el texto, por lo que Lacan pensará la transferencia, la política, respecto del
quehacer del analista, en relación a metáforas bélicas en el seno del contexto antes
mencionado (política, estrategia, táctica).

“los principios de su poder”


J.- A. Miller dice que es
un texto referencial,
Esta parte del título responde a distintos aspectos: en el que Lacan toma
-El poder del analista en la cura es una vertiente (¿qué poder tiene?). posición, y plantea el
-El ejercicio del poder de parte de los analistas en esa época, los analistas de por qué de la llamada
“desviación” de la cura
la IPA, en cuanto a sus principios y estándares.
respecto de “la verdad
descubierta por
Lacan se pregunta: ¿Cuál es la acción del analista? ¿qué sucede con el analista Freud”, olvidada, y en
en la cura? ¿en qué consiste su “praxis”? su lugar se erigió el
poder de los analistas
de la IPA.
En el primer apartado, titulado “¿Quién analiza hoy?”, Lacan lanza un
comentario fuerte: ¿el analizante toma los rasgos de la persona del analista?
El concepto de contratransferencia, en su popularidad, lleva a pensar en esos términos
la cura analítica, conceptualización ausente en Freud como regla técnica.
Aquí se menciona la “reeducación emocional del paciente” (Alexander). ¿Es ésa la acción
analítica? Lacan argumenta que no es la línea señalada por Freud, y por eso resulta una
desviación y forma parte para él de una impostura1.
¿Cómo entender el lugar del analista?, ¿desde dónde opera?, ¿desde su persona?,
¿desde su ser?, ¿desde sus mejores intensiones? Si tomamos la consigna freudiana
acerca de que el analista debe pasar por su análisis, lo resultante es que éste ejercerá
desde otro lugar.

1Del lat. impostūra. 1. f. Imputación falsa y maliciosa 2. f. Finfimiento o engaño con apariencia de
verdad.
Lacan sitúa que la acción analítica en ese momento era ejercida desde el ejercicio del
poder: al no saber qué hacer, se ha caído en un ejercicio del poder, el poder de la
sugestión.

“Dirección de la cura...”

No significa dirigir al paciente, dirección de consciencia a la manera del discurso


religioso. Esto sería posicionarse como maestro, médico, cura, etc. No es ese el lugar del
analista. Si hay algo con lo que se puede pensar esta dirección es que el analista dirige
la cura, pero no estando en la misma posición que el analizante. No existe simetría, no
es un diálogo.

La dirección de la cura comienza cuando el analista enuncia la regla fundamental: la


asociación libre. Esto marca una dirección. Esta dirección será sostenida por el uso de la
palabra de un modo distinto al uso habitual. El psicoanálisis opera por el lenguaje. Pero,
¿qué uso de la palabra hace del psicoanálisis? Se trata de la palabra en lo que Lacan
llama su dimensión “simbólica”, en el sentido del malentendido, del equívoco, de la
determinación inconsciente.

Lacan apela en este apartado al concepto de “libertad”. ¿El analista es libre?, ¿puede
hacer lo que quiere? No. Por ocupar el lugar que le da la transferencia, siendo oyente e
intérprete del malestar del paciente en el seno de la cura analítica, el analista “paga”,
en el sentido de poner algo de su parte (no es sin costo subjetivo).
“Los pagos del analista” es una forma de dar cuenta de su lugar, con las distintas
modulaciones que puede tener este pago en relación a la libertad:

1. PAGA CON SUS PALABRAS en relación a la interpretación. Cuando interpreta, el


analista paga con las palabras que enuncia. Para el analista es el momento de
mayor libertad, haciendo uso de las intervenciones que considere convenientes
(calculo a verificar) que tendrán un estatuto de interpretación a partir de sus
efectos en el analizante. La corroboración siempre será “indirecta”, como dice
Freud en “Construcciones”.

2. PAGA CON SU PERSONA en relación a la transferencia. El analista soporta la


transferencia en su persona, no solo en términos ideales, sino con su propio
cuerpo, al soportar lo que sea que se presente en el análisis. Acá el analista ya
no es tan libre, porque se determina desde el analizante: el lugar que el analista
ocupa en la transferencia es el que el analizante le depara. El analista deberá
reconocer ese lugar.
3. PAGA CON SU JUICIO más íntimo (la falta en ser). Los post-freudianos,
hablando del ser del analista, generan la pregunta en Lacan: ¿cuál es el A veces no es grato
ser del analista? Para Lacan hay más bien una “falta-en-ser”, en el ser analista… por
todo con lo que uno
sentido hegeliano. Este es el núcleo del ser freudiano, lo más intimo del paga estando en ese
analista, lo que desconoce, lo que aparece como producto del análisis lugar. Hay que saber
(del propio análisis). El analista no opera con sus pasiones o sus buenas de qué se
intenciones, como lo haría en la vida cotidiana. El analista opera con lo puede/quiere ser
que “sabe” de su inconsciente. Aquí tiene la menor de las libertades, soporte, en
transferencia, o lo
determinado por sus rasgos, por el lugar hasta donde ha llegado en su que no.
análisis. Del analista como producto de un análisis, Lacan esboza aquí la
propuesta del deseo del analista, concepto opuesto al de contratransferencia. Es
el “deseo de analizar”, pero no guiado por el ideal sino como resultante de su
experiencia como analizante.

En relación a la metáfora de Clausewitz, Lacan sitúa tres dimensiones al pensar la


actividad del analista:

 Política: en relación a la acción analítica. ¿Hacia dónde se quiere ir? Lugar a


donde se dirige el analista en relación a la cura.
 Estrategia: en relación a la transferencia, el analista debe responder a la
demanda de amor, pero con una estrategia, fundamentada en el lugar que ocupe
en la transferencia.
 Táctica: en relación a la interpretación. Siempre depende de la estrategia.

“A veces ser
intérprete es no
Interpretación: El analista es un intérprete, en el sentido de un “oráculo”, es responde con
decir de una respuesta que consiste en puntuaciones, silencios, cortes, respecto palabras sino
de los dichos del analizante. El analista como interprete pone en juego una con un silencio
significación inconsciente, de los dichos del analizante. calculado”.

Contratransferencia: si pensamos en estos términos, pensamos en una relación


intersubjetiva, de una “relación dual”, a la manera de un diálogo. Esto sería perder el
rumbo de lo que es la transferencia. La relación transferencial no es una relación
intersubjetiva, hay una diferencia entre dos dada por el lenguaje como “tercero”.
El analista no determina una Moral (bien o mal). Si lo hace abre la puerta a la
identificación, la identificación del analizante con el analista, vía el recurso a la
sugestión. Esto es lo que Lacan llama Los “callejones sin salida de la transferencia”.
La domesticación del Yo, vertiente post-freudiana, hace hincapié en el yo para
corregirlo, domesticarlo, interviniendo en sus zonas problemáticas. El analista es un Yo
fuerte que puede revertir estos trastornos. El manejo de la transferencia queda en el
“plano activo”, en donde el analista le dice al paciente cómo debe adaptar su yo, sus
defensas, sus angustias, en función de una realidad normativa.
Lacan critica la concepción de la transferencia en términos imaginarios (de yo a yo, de a
--- a’) relación dual que no incluye al sujeto del inconsciente, al Otro, es decir, el
Las desviaciones
registro simbólico. La transferencia es el resorte fundamental, pivote de la ayudan a señalar la
dirección de la cura. ruta a tomar.
Para salir de esta desviación hay que pensar a la transferencia en términos simbólicos.
Aquí el analista no estará ubicado como un semejante, en espejo, sino en el lugar del
Otro, el Otro que es el lenguaje.
Lacan plantea en un seminario contemporáneo al escrito de “La dirección de la cura”, el
seminario 5, la diferencia entre la vía de la sugestión y la vía de la transferencia.
Tomando el Grafo del deseo (que es la matriz con la que se puede leer este escrito) se
puede decir que la parte inferior del grafo es donde quedaron instalados los post-
freudianos. Si el poder de la cura se ejerce mediante la sugestión, el resultado es la
identificación. Si el poder de la cura se ejerce mediante la transferencia (simbólica), el
resultado es acceder al piso superior del grafo, es decir, abrir para el sujeto del
inconsciente el acceso a su deseo.

PODER --------------- SUGESTION (transferencia imaginaria) --------------- IDENTIFICACIÓN


PODER --------------- TRANSFERENCIA (simbólica, A) --------------- DESEO

Los antecedentes de la Psicoterapia Breve en la Argentina

Referencia: El Lanús. Memoria y política en la construcción de una tradición psiquiátrica


y psicoanalítica argentina (2002) de Sergio Visacovsky, Alianza Editorial, Buenos Aires.

Relato de la experiencia del primer servicio de Salud mental, en un hospital público.


Tanto Héctor Fiorini como Hernán Kesselmann formaron parte de este servicio, en un
hospital general, creado luego de la caída de Perón en el 55’.
En el 56’, el psiquiatra Mauricio Goldenberg creó el servicio como “Servicio de
Psicopatología y Neurología del Policlínico Dr. Gregorio Alfaro” en Lanús, Buenos Aires
(1956-73). Luego se lo conoció como el primer servicio de salud mental.
En el contexto de las psicoterapias, en relación a la salud mental, se formuló una
pregunta: ¿los psiquiatras sólo deben operar en el neuropsiquiátrico?
Se comienza a pensar en este servicio, pensando en cómo ejercer una psicoterapia en
el seno de un hospital general, con sus respectivos beneficios: tratamientos gratuitos,
atención a una población masiva.
Desde los desarrollos de la Psiquiatría dinámica y las innovaciones de la técnica analítica
en la IPA, se pensó en poner en uso esta modalidad de psicoterapia analítica, con
algunas modificaciones, bajo una “ideología pluralista”.
“El prestigio se basó en los notables avances terapéuticos e institucionales que se
generaron en este servicio; entre ellos, la implementación de psicoterapias inspiradas
en el psicoanálisis, el desarrollo de las terapias grupales y breves, la aplicación de los
últimos descubrimientos psicofarmacológicos, la realización de fuertes programas de
actualización profesional, el desarrollo pionero en América Latina de modelos
alternativos como el Hospital de día y la psiquiatría comunitaria”.
El motor puede considerarse como genuino, pretendiendo trasladar el psicoanálisis
privado al ámbito hospitalario, público. Los componentes sociales son tomados en
cuenta. La cuestión es si eso continúa siendo psicoanálisis.
Estas modificaciones de la técnica analítica como “psicoterapia breve” sirven para
presentar el debate psicoanálisis/psicoterapias impulsado por Lacan en el escrito
mencionado.
Psicoterapia I
Teórico 7° Fátima Alemán – 9/6/2016

Por María Pilar Urcola


Establecido por F. Alemán

Temas de la clase:

Psicoterapia Breve en la Argentina (Fiorini, Kesselman) / Efectos Terapéuticos Rápidos (D’Angelo)

Efectos terapéuticos rápidos

El texto de Lucía D’Angelo éste se encuentra en el libro Efectos Terapéuticos Rápidos.


Conversaciones clínicas con Jacques Alain Miller en Barcelona, publicado en Argentina en el año
2005. Cabe mencionar que la autora es argentina, reside en Barcelona desde hace 35 años, y es
miembro de la Escuela Lacaniana de Psicoanálisis (ELP).

Se trata de una conversación sobre casos clínicos, en la orientación lacaniana-milleriana, a


propósito de un contexto particular del psicoanálisis en Europa, ante el intento de parte del Estado
de regular el ejercicio de las psicoterapias. Como dice Miquel Bassols en la Introducción, se trata
de un “ataque realizado por los evaluadores del mundo psi a la práctica y el discurso del
psicoanálisis, a sus efectos terapéuticos y a los resultados de su experiencia”.

Esto entra en diálogo con los desarrollos planteados en clases anteriores, sobre las modificaciones
de la técnica analítica, el manejo del tiempo en un psicoanálisis, y la eficacia terapéutica en
términos de resultados.

Ahora bien, haciendo un salto al año 2001-03, nos encontramos en Europa, en Francia más
específicamente, con la disputa por la regulación de las psicoterapias y la embestida de lo que los
millerianos han llamado la “Ideología de la evaluación”, promovida por las clasificaciones de la
“Medicina basada en la evidencia” y su DSM, y las terapias orientadas a la modificación de las
conductas (TCC), propuestas como “científicas”. Conviene aclarar, que en la Argentina el contexto
es bastante diferente, en el sentido que no ha ocurrido un intento de regulación de las psicoterapias
de parte del Estado, y más bien el psicoanálisis lacaniano, muy extendido y practicado por
psicólogos y psiquiatras, se sostiene un lugar “ambiguo” donde convive con otras terapéuticas.
Está también todo el tema del ejercicio profesional que habilita la práctica clínica de la psicoterapia
y la formación analítica en instituciones por fuera del Estado.

Al respecto, cabe señalar que a partir del año 2001-2, se crean en Europa los CPCT (Centros
Psicoanalíticos de Consulta y Tratamiento). Estos son creados en España, luego de los Atentados
de Atocha, como lugar donde se brinda un servicio gratuito y breve, ante la urgencia. La finalidad
era crear centros de atención analítica que atendieran consultas de urgencia, y que dieran una
respuesta rápida desde el psicoanálisis lacaniano, tomando la distinción que hace Lacan a
mediados de los 60, cuando funda su Escuela, entre Psicoanálisis puro y psicoanálisis aplicado a la
terapéutica. El primero apunta al “pase” (fin de análisis) y el segundo se aplica al síntoma, en lo
que puede llamarse “efectos terapéuticos rápidos”.

1
Así, vemos cómo es posible un psicoanálisis aplicado a la psicoterapia, pero no en términos de
curación del síntoma, sino de un tratamiento posible del síntoma. Al considerar al síntoma, no sólo
como un conflicto, sino también como una satisfacción pulsional, aspecto del síntoma que no es
tomado por las Terapias Breves, las TCC, ni las Sistémicas. La idea es dar un tratamiento posible a
esa satisfacción paradójica en el sufrimiento, pero no en términos de hacer desaparecer el síntoma
considerado como “desadaptación a la realidad” (trastorno, crisis, etc.)

En la primera parte del texto, Lucía D’Angelo, hace un breve desarrollo acerca de la Psicoterapia
Breve de Fiorini, que conoce bastante, probablemente en una cercanía con la “experiencia” del
Lanús. Recordemos que H. Fiorini formó parte de esa experiencia del Lanús, tal como hablábamos
en el teórico pasado. Y escribe su primer libro, el cual tenemos nosotros para trabajar en los
prácticos, llamado Teoría y Técnica de Psicoterapia, en 1973. Allí crea una propuesta terapéutica
breve, incluyendo una diversidad de técnicas en lo que llama “flexibilidad técnica”. Propone una
“teoría de la técnica”, cuestión que Freud nunca abordó de ese modo (Escritos técnicos). Y esto es
retomado por Lucía D’Angelo en la primera parte del texto, en el sentido que Fiorini cree que es
posible modificar la técnica y acomodarla a la demanda “focal” del paciente. Considerando, por
ejemplo, que se puede hacer un uso restringido de la transferencia, en términos de trabajar sólo
con la transferencia positiva, o acotar los efectos de la transferencia negativa con el recurso de la
“diferencia” para dejar de repetir (experiencia emocional correctiva de Alexander).

Fiorini y Kesselman

Ahora, en términos generales, podemos decir que tanto Fiorini como Kesselman, apuntan a una
terapéutica basada en la corrección de la conducta: Fiorini lo hace en el tratamiento del “foco en
situación” (aquí y ahora con el terapeuta) y Kesselman habla de la Psicoterapia Breve como un
proceso de corrección.

Allí se hace hincapié en los mecanismos de defensa del yo. Se apela a la historia del sujeto, pero
en términos de revivir la experiencia traumática del pasado, y en esa repetición, el terapeuta
aparece como agente de corrección. Es así como el terapeuta llega a funcionar bajo el rol de un
maestro o un modelo a copiar. Es el uso encubierto de la “sugestión” en la modalidad pedagógica.
Por otra parte, el terapeuta, ante la repetición del sujeto, hace la diferencia, dando como resultado,
que el paciente deje de repetir. Así, podríamos hablar aquí de recondicionamiento de la conducta,
tal como lo plantea la Psicología Conductista. Posicionándose el terapeuta, en un rol activo, un rol
docente.

Una clave para volver a pensar estas cuestiones, son los artículos de Freud que ya trabajamos,
“Nuevos caminos de la psicoterapia psicoanalítica” (1919) y “Las perspectivas futuras de la terapia
psicoanalític” (1910), donde aparece cómo Freud entiende la técnica y la dirección de la regla de
abstinencia.

Acá, esa advertencia no se toma en cuenta. Lo plantean en términos de rapidez, promoviendo que
alguien “se entrene” en eso que teme. La razón por la que operan de esta manera es el hecho de
poder dar resultados lo más rápido posible, mediante la sugestión y la corrección. Sin embargo, no
necesariamente la eficacia terapéutica debe pasar por la corrección. La cuestión es si para dar una
respuesta rápida en el sentido de sacar a un sujeto que consulta de la angustia, por ejemplo, se

2
puede recurrir a una intervención analítica que no apele a la sugestión o corrección. Esta es la
apuesta que hacen los analistas lacanianos en el texto que comentamos, producir un efecto
terapéutico rápido a partir de una escucha analítica que ponga en juego el deseo del sujeto y no la
identificación como cierre.

En cuanto a Fiorini, éste toma el concepto de Foco como concepto principal en el abordaje de la
Psicoterapia Breve. El concepto de foco fue desarrollado por David Malan, discípulo de Michel
Balint, en la Clínica Tavistock, en Londres, a mediados de la década del 50 y principios del 60. Hay
un libro de Balint que se llama Psicoterapia focal. Un ejemplo de psicoanálisis aplicado (1986).

Así, la idea que se plasmó en la Argentina con Fiorini, fue la de tomar el Foco como motivo de
consulta asociado a un conflicto nuclear subyacente, siendo el foco espontáneo del paciente o
inducido por el terapeuta. Así, se toma el motivo de consulta, por ejemplo, una inminente
separación, y se ve qué conflictos hay en términos de una separación. Así, se recorta lo que tiene
que ver con la historia del paciente. No se trabaja con asociaciones libres sino con asociaciones
guiadas, en la línea del planteo de un terapeuta activo.

Fiorini habla de un foco en situación, lo que implica que se focaliza en el aquí y ahora con el
terapeuta. Se habla de una situación que se presenta en distintos niveles o series: corporal,
familiar, laboral, social, prospectiva, clínica. Por otra parte, Fiorini apela a una Flexibilidad técnica,
es decir, a hacer uso de la técnica analítica y otras (por ejemplo: grupales, psicodiagnóstico,
técnica de roles, etc.), dando lugar a cierto eclecticismo teórico. A la técnica analítica la toman de
modo peculiar. Asimismo, como dice D’Angelo, toman la comprensión de la transferencia en el aquí
y ahora, y no la interpretación de la transferencia. Se hace un diagnóstico y un pronóstico.

Las interpretaciones no son aprovechando la transferencia -lo cual es una de las claves del
psicoanálisis-, y tampoco son regresivas, sino que apuntan a profundizar, esclarecer con respecto
al foco, comprender las problemáticas y dar una solución.

Comparación de casos clínicos

Cabe señalar en cuanto al caso de Fiorini, que se trabaja en los prácticos, que este autor pasa del
concepto de foco al concepto de crisis, en lo que llama “intervención en crisis”. En el caso la crisis
es la depresión ante la pérdida del trabajo, crisis que es también familiar porque la que consulta es
la esposa. Advertimos, además, que no se le da el tiempo al paciente para que desarrolle en torno
al conflicto con su padre. Lo que propone es una “alianza terapéutica” al modo estándar de la IPA.
En ese caso, se ve claramente la maniobra con respecto a la transferencia que aparece como
repetición y resistencia: Fiorini luego de intentar interpretar al modo de “comprender la
transferencia”, decide “corregir” haciendo la “diferencia”, activamente, ocupando el lugar de padre
que corrige la supuesta falla.

Volviendo al texto de Lucía D’Angelo y el caso que presenta para ejemplificar la eficacia del
psicoanálisis lacaniano en términos de “efectos terapéuticos rápidos”, luego de comentar el modo
de presentación del paciente y el motivo de consulta, da cuenta de dos intervenciones en dos
momentos distintos escandidos por un intervalo de tiempo, que muestran un cambio en la posición
subjetiva y alivio de la angustia.

3
El hombre es un artista, apasionado por lo que hace. Y sitúa como problemática un conflicto en su
elección amorosa entre dos mujeres. Cuando él se encontraba ya en una relación de pareja,
conoce a otra mujer, artista como él, con la cual siente que puede ser más libre. El hombre se ve
ante el conflicto de tener que tomar una decisión.

La intervención del analista es la siguiente: hay una mujer a la que ama pero no desea, y otra mujer
a la cual desea pero no sabe si ama. Se pone en juego la disyuntiva amor/deseo en una
presentación clínica de tipo obsesiva. El efecto es: decidir por el deseo y salida de la angustia.

Pasado un alrededor de un año, este hombre vuelve con un problema físico, con una distonía focal.
El médico le indica abandonar su trabajo artístico por un año e incluirse en una terapia de grupo
con distónicos focales. El analista interviene con una pregunta que apunta a develar el sentido
oculto del síntoma (poniendo entre paréntesis la causa orgánica) y su posible beneficio secundario:
¿por qué cree que aparece en este momento de su vida un síntoma así? El efecto es el relato de la
coyuntura de su vida: la mujer que ha elegido, la mujer del deseo, lo confronta ahora con la
paternidad (le pide un hijo) y pone en tensión la libertad de su modo de vida. Aquí se despliega la
matriz fantasmática que sostiene al síntoma: la encrucijada de su propio nacimiento y el
temor/deseo de su padre en el mito familiar que se nombra como “nacer muerto”. La paternidad
abre entonces la vía de lo siniestro (familiar/extraño) del deseo y el goce, en relación a la repetición
inconsciente. Efecto terapéutico: el síntoma como “satisfacción sustitutiva” cede y se despliega otro
ciclo del análisis.

Volviendo al caso de Fiorini, el síntoma en este abordaje terapéutico es entendido como una crisis
subjetiva que se presenta como dilema y pone en riesgo la vida del sujeto. Fundamentalmente, el
síntoma muestra una desadaptación a la realidad entendida no como “realidad psíquica o
fantasmática” sino como realidad común compartida. La intervención del terapeuta apunta
entonces a resolver la crisis en términos de superar el riesgo que se supone afecta a su entorno y a
su futuro familiar. Pero, ¿qué sucede con la crisis de su deseo?

Perspectiva de H. Kesselman

En cuanto a Hernan Kesselman, Flavio Peresson lo ha desarrollado en forma extensa en el teorico


del martes. Sólo señalar algunas cuestiones que lo emparentan con Fiorini (ambos se formaron en
el Lanús en la línea de la psicoterapia breve psicoanalítica) en su libro “Psicoterapia Breve” (1972).

Cabe considerar que este libro está prologado por José Bleger, quién trabajó con Pichon Rivière.
Juntos trabajaron en torno a la prevención, al psicoanálisis como psicoprofilaxis. Bleger, en dicho
prólogo, habla sobre la “legitimidad” de las Psicoterapias Breves, y da como fundamento de dicha
aseveración el hecho de que posibilitarían atender a mayor cantidad de gente y permitirían
ajustarse así a los tiempos que corren, donde la rapidez y la urgencia se presentan como
exigencias. Así mismo, hablan de un psicoanálisis operativo y de la prevención primaria.

En este libro, Kesselman piensa a las Psicoterapias Breves como Procesos Correctivos, dándole
gran importancia a la corrección entendida como “modificación de la conducta”. Estas son terapias
planificadas, donde todo está muy pautado, y esa planificación está pensada en términos de
movilización del sujeto, en el sentido de resolver el malestar.

4
Kesselman no abandona la idea del psicoanálisis prolongado. Y hace un contrapunto de 5
exigencias del psicoanálisis, en las que incluye al tiempo, la tolerancia al sufrimiento – a veces a
alguien con un sufrimiento excesivo hay que darle una respuesta rápida, no hacerlo esperar- , el
vínculo terapéutico, asociaciones libres/orientadas, a lo que llama Investigación dirigida por el
terapeuta, activo – dejando de lado a la “regla analítica” freudiana.

En la página 24 del libro, encontramos la referencia explícita a los antecedentes de la Psicoterapia


Breve: Freud, Ferenczi, Rank, Alexander. Aquí se plantea el acortamiento del psicoanálisis como
un progreso del psicoanálisis mismo.

En cuanto a la planificación, Kesselman habla de distintos pasos, distintas entrevistas. El concepto


de encuadre – que proviene de la IPA-, es importante para estos autores, ya que hablamos de
terapias muy reglamentadas, planificadas. Asimismo, se habla del terapeuta como “agente
correctivo” y del paciente como “sujeto de la corrección”. Se habla, además de conductas
“desviadas” y de cómo se podrían modificar las mismas. Asimismo, aparece la “alianza
terapéutica”, explícita en un “contrato terapeuta-paciente”, que sirve a los fines de una transferencia
positiva.

Así, esta vertiente de Kesselman, se presenta como similar a la de Fiorini, pero con diferentes
conceptos. Por ejemplo, Fiorini no habla tanto de corrección, aunque toma una idea de corrección
(por ejemplo, al tomar la experiencia emocional correctiva de Alexander), pero habla más de
focalización.

Para finalizar, podemos decir que estas Psicoterapias Breves, como psicoanálisis abreviado,
funcionaron principalmente en los años 70, y que hoy no las encontramos presentadas de esta
manera. En cuanto a la situación de las psicoterapias en la actualidad, podemos decir que las
Psicoterapias Breves de hoy, no son tanto estas que presentan Fiorini y Kesselman, sino las TCC.

5
Teórico 8 - Fátima Alemán / PSICOTERAPIA I

16-06-16

Reseña Matías De Ambrosio


Establecimiento: Fátima Alemán

¿Con quién se debate?

La mayoría de quienes plantean innovaciones, tanto técnicas como teóricas, lo hacen


debatiendo con el psicoanálisis. En forma directa, a partir de autores que parten de ese
campo, para luego separarse y configurar un campo nuevo; o en forma indirecta, desde otro
lugar, atacando la doctrina freudiana e intentado instilar progresos en alguno de los pilares
que la soportan. La crítica que Lacan sostiene en “La dirección de la cura y los principios
de su poder” apunta centralmente a aquellos que, en nombre del psicoanálisis, sostienen
una práctica enteramente distinta al mismo, y no en pequeños detalles, o en puntos sutiles,
sino en aquello que la fundamenta como tal.

La clase teórica del día de la fecha, se centra en la estructura básica de los desarrollos de
la psicoterapia sistémica.

Psicoterapia sistémica. Una clasificación posible

A los fines didácticos, podrían clasificarse en tres las orientaciones principales de la misma:

 Escuela Interaccional (G. Bateson, EEUU)


 Escuela Estructural (S. Minuchin) / Estratégica (J. Haley). Si bien
tienen algunas diferencias conceptuales (Minuchin hace hincapié en
la estructura familiar y Haley en el concepto de jerarquía), se
clasifican juntos porque ambos parten de “sistemas tríadicos”.
 Escuela de Milán (M. Selvini Palazzoli)

El eje central: La comunicación / La perspectiva sistémica

La comunicación (entendida como un proceso de interacción), será el objeto central de sus


indagaciones. Su perspectiva es el pasaje de una óptica individual, a una lógica que atañe
al sistema (de allí la denominación “sistémica”). A su vez, dentro de la comunicación,
apuntaran a develar su estructura, aquello que denominaran nivel pragmático.

Gregory Bateson

[Es de notar la implicancia de algunos datos, menos como rasgos biográficos que como
elementos para pensar desde dónde surgen los interrogantes, desde qué lugar se los
piensa y hacia dónde se orientan los resultados]
Antropólogo y Epistemólogo inglés, asentado en la ciudad de San Francisco, California,
EEUU. Su entrada al campo de la Salud Mental empieza por la comunicación humana y es
en este terreno donde efectúa sus primeras investigaciones, que serán las bases del futuro
MRI. Uno de los desprendimientos más salientes de su trabajo sitúa la intención de explicar
la esquizofrenia (tal como la define la Psiquiatría) como un desarreglo de la “comunicación”
en el marco familiar. Introduce un concepto que será capital en sus elaboraciones (porque
funciona como pivote ordenador): el concepto de doble vínculo.

La teoría del DV se desprende del estudio de las familias esquizofrénicas, para pensarse
como una teoría lógica para “ordenar las relaciones humanas con el fin de tener en cuenta
los contextos”.

Don Jackson

Se incorpora a lo que se conoce como el “grupo de Bateson”, en 1954. Jackson proviene


del campo psi: es psiquiatra y psicoanalista. Sostendrá, junto con el grupo de trabajo al cual
se asocia, una particular concepción del fenómeno que les interesa (la comunicación) en el
marco de la clínica.

Como parte del grupo de Bateson, entienden la comunicación a partir de la existencia de


un mensaje, de un emisor y de un receptor (decodificador), y de esta estructura básica
piensan en la existencia de mensajes contradictorios, también denominados “mensajes
paradójicos”. Uno de sus aportes será el concepto de homeostasis, tomado de la
Cibernética. Extrapolara este concepto para hablar de homeostasis familiar: “si se
considera que una familia es un sistema cerrado, cada individuo tenderá a mantener
constantes sus parámetros interactivos, aun a costa de uno o varios miembros de la
familia”.

División del grupo de Bateson (1962)

 Bateson --- cada sistema o familia es un conjunto unitario, pero en el que


confluyen procesos de comunicación.

 D. Jackson y J. Haley --- cada sistema o familia es una organización jerárquica en


la que los individuos luchan por establecer quién definirá las relaciones.

Postulados básicos de Jackson (Bertrando & Toffanetti, p. 102) quien funda en 1959 en
Palo Alto el MRI (Mental Research Institute):

 Homeostasis familiar
 Retroalimentación negativa y positiva
 Redundancia
 Hipótesis de las reglas
 Hipótesis del cambio
 Puntuación
 Causalidad circular
Se tratará entonces de pensar en las manifestaciones sintomáticas desde un lugar distinto
al abordaje intrapsíquico (psicoanálisis), haciendo hincapié en el sistema familiar como un
elemento no ajeno a este sistema. El concepto de retroalimentación negativa, extrapolado
de la Cibernética, es definido como lo que “mantiene la homeostasis de un sistema
reduciendo cualquier desviación que resulte de la introducción de nueva información”.

Doble vinculo: un tipo de comunicación // Homeostasis: motivo estructural

Así el síntoma desde el paradigma sistémico, puede ser pensado como el elemento que
permite absorber al sistema elementos nuevos sin modificar sus parámetros generales.
Digamos que el síntoma funciona como una suerte de chivo expiatorio que carga con el
malestar del sistema en general y le permite al mismo continuar, pagando el precio de la
“homeostasis”. Debido a que la comunicación se sostiene en varios niveles, el estatuto
paradójico de ciertos mensajes, hace que el receptor no pueda decodificarlos o
cuestionarlos. Por esta razón, los absorbe tal como los recibe, lo que aparentemente le
genera un malestar.

Más adelante se pensará en una variación de la retroalimentación. La llamaran


retroalimentación positiva y se basara en la posibilidad de instrumentar cambios a partir de
elementos nuevos que se incorporan. Los cambios tocaran ahora al sistema y no a un
elemento aislado. Dicho concepto revela una perspectiva más flexible (hemodinámica).

Otro concepto importante es el de redundancia, las cuales, dicen, existen en todo sistema.
Se trata de las pautas de interacción de una familia que se van repitiendo1. Es una manera
de romper con una causalidad lineal como la que se supone, sostiene el psicoanálisis
(veremos esto más adelante).

Respecto de los desarrollos mencionados anteriormente, no debemos olvidar el concepto


de función. Es un paso interesante pensar en términos de función, ya es una complejización.
En ese marco cobra importancia el contexto (del cual el síntoma es función). La concepción
funcionalista de la terapia familiar de Jackson implica entonces que la persona que presenta
el síntoma tiene por “función” la asunción de los problemas; su presencia permite además
a los otros integrantes de la familia no exhibir sus problemas. Hay que abordar entonces a
la totalidad del grupo familiar para entender el contexto del comportamiento desviado.

1
Nótese las similitudes con algunos conceptos freudianos. En este caso, con el concepto de transferencia en
su vertiente de repetición (clichés).
Lo importante no es “qué” se comunica sino “cómo” se da la comunicación (funcional,
pragmática). Por otro lado, se presta atención a los procesos cognitivos de la familia: los
comportamientos humanos son comunicacionales.

Se deduce de estos desarrollos, que si existe una categoría de mensajes que son
contradictorios, existe entonces otra categoría que agrupa los mensajes “normales” (no
contradictorios). Sumemos a esto el postulado de que existe una equivalencia entre la
comunicación y la conducta (veremos este punto enseguida).

OBJETIVO de la Escuela Interaccional ----- Corrección de la comunicación

Técnicas del MRI:

 Uso del espejo unidireccional,


 trabajo en equipo en el curso de las sesiones,
 videograbaciones.

Integrantes del MRI: Don Jackson / Paul Watzlawick (1961) / Jay Haley (1962) / Carlos
Sluzki (1960) psicoanalista argentino radicado en EEUU y formado con M. Goldenberg en
el “Lanús”.

Paul Watzlawick y su libro Teoría de la comunicación humana. Interacciones,


patologías y paradojas (1967)

Nacido en Austria en 1921. Muere en el 2007. Psiquiatra, formado con C. G. Jung en la


Escuela de Zurich y gran entendido en Lógica (Wittgenstein, Gödel, Russell). Referente
principal del MRI, luego de la partida de Bateson. En 1960 es invitado por Don Jackson
para continuar sus investigaciones en el mencionado Instituto.

Teoría de la comunicación humana

Prólogo del libro escrito por Sluzky. Allí leemos un comentario interesante y polémico
sobre cómo piensan los sistémicos su aporte al campo de la psicoterapia en relación al
psicoanálisis. Para Sluzky el estudio de la conducta humana o ciencia del comportamiento
puede pensarse a partir de dos aportes principales:

1) La comprensión de la conducta a partir del enfoque dinámico genético-evolutivo


del psicoanálisis: el comportamiento entendido como proceso intrapsíquico.

2) La comprensión de la conducta a partir del enfoque comunicacional: la conducta


entendida como fenómeno interaccional.
Watzlawick presenta el Modelo interaccional o pragmático de la comunicación humana. La
COMUNICACIÓN es entendida como un proceso de interacción. Diferencian: conducta
individual perturbada / conducta familiar desviada.

Watzlawick toma los estudios de la comunicación humana de Morris y Carnap,


fundamentalmente en Semiótica, donde se plantea tres niveles de comunicación:

 Sintáctica (transmisión de información, canales, códigos, redundancia, etc.)


 Semántica (significado de la comunicación, símbolos-mensajes)
 Pragmática (la comunicación afecta a la conducta)
Pero el nivel fundamental para la Escuela Interaccional es el tercero.

COMUNCACION = CONDUCTA

5 axiomas de la Comunicación (también llamados axiomas de Watzlawick):

 Es imposible no comunicarse: Todo comportamiento es una forma de comunicación.


Como no existe forma contraria al comportamiento, tampoco existe la no comunicación.

 Toda comunicación tiene un nivel de contenido y un nivel de relación, de tal


manera que el último clasifica al primero, y es, por tanto, una metacomunicación:
Esto significa que toda comunicación tiene, además del significado de las palabras, más
información sobre cómo quiere ser entendido quien habla, y cómo la persona receptora
va a entender el mensaje recibido.

 La naturaleza de la comunicación depende de la puntuación de las secuencias de


comunicación entre los comunicantes. Tanto el emisor como el receptor de la
comunicación estructuran el flujo de la comunicación de diferente forma y, así,
interpretan su propio comportamiento como mera reacción ante el otro. Cada uno cree
que la conducta del otro es la causa de su propia conducta, cuando lo cierto es que la
comunicación humana no puede reducirse a un sencillo juego de causa-efecto, sino
que es un proceso cíclico, en el que cada parte contribuye a la continuidad (o
ampliación, o modulación) del intercambio.

 Existe la comunicación digital (contenido) y la comunicación analógica (relación).


La primera implica una sintaxis lógica pero una semántica inadecuada. La segunda, en
cambio, posee una semántica correcta pero una sintaxis inadecuada. la comunicación
no implica simplemente las palabras habladas (comunicación digital: lo que se dice);
también es importante la comunicación no verbal (o comunicación analógica: cómo se
dice), lo que se refleja en la corporalidad que utilizo al momento de comunicarme, las
señas que hago, la mirada que utilizo, etc.

 Los intercambios comunicacionales pueden ser tanto simétricos como


complementarios, según estén basados en la igualdad o en la diferencia. Si la
relación de las personas comunicantes está basada en intercambios igualitarios, es
decir, tienden a igualar su conducta recíproca (p. ej.: el grupo A critica fuertemente al
grupo B, el grupo B critica fuertemente al grupo A), se puede apreciar una relación
simétrica; en cambio, si está basada en intercambios aditivos, es decir, donde uno y
otro se complementan, produciendo un acoplamiento recíproco de la relación (p. ej.: A
se comporta de manera dominante, B se atiene a este comportamiento), se genera la
producción de una relación complementaria.

Comunicación paradójica

Paradoja: contradicción lógica que resulta de una


deducción correcta a partir de premisas congruentes

Nivel sintáctico: paradojas lógico-matemáticas (antinomias). Ejemplo: paradoja de Russell


“la clase de todas las clases que no son miembros de sí mismas”.

Nivel semántico: definiciones paradójicas (antinomias semánticas). Ejemplo: “estoy


mintiendo” (cuando lo enuncio digo la verdad).

Nivel pragmático: instrucciones paradójicas y predicciones paradójicas. Ejemplo: “sé


espontáneo” (todo el que se enfrenta a esta instrucción se encuentra en una posición
insostenible).

Intervención paradójica: clave de la Escuela Interaccional

Desde la teoría de la comunicación que presenta Watzlawick, el síntoma es esencialmente


paradójico (más allá que sea involuntario y autónomo) “tanto en la experiencia del paciente
como en su efecto sobre los demás”.

Por ello, la intervención terapéutica apunta a resaltar dicho rasgo del síntoma, en lo que se
conoce como PRESCRIPCION DEL SINTOMA: técnica de doble vinculo destinada a
eliminarlo. Se indica al paciente que lleve a cabo su síntoma (exageradamente) y entonces
comprueba que se puede liberar de él. Sería como un insight en el psicoanálisis.

 Refuerza la conducta que el paciente espera modificar.


 Implica que ese refuerzo constituye el vehículo de cambio.
 Crea una paradoja porque se le dice al paciente que cambie permaneciendo igual.
Se lo coloca en una situación insostenible con respecto a su patología. Si obedece,
ya no es cierto que “no puede evitarlo”; “lo” hace y esto demuestra que es justamente
imposible, cosa que es el propósito de la terapia.

Ejemplo: paciente paranoico que manifiesta temor a que alguien haya instalado un
micrófono oculto en el consultorio. En lugar de “interpretar”, el terapeuta interviene
paradójicamente, promoviendo revisar exhaustivamente el consultorio.

La comunicación en la perspectiva psicoanalítica

¿La única forma de pensar la comunicación es a partir del diagrama emisor-mensaje-


receptor? ¿Cuáles son los niveles de comunicación? ¿Qué se comunica? ¿La palabra es
información? ¿Existe la comunicación normal? ¿Puede evitarse el malentendido?

Todas estas preguntas revisten particular interés, aunque exceden los desarrollos pautados
para la clase teórica. Seguramente el despliegue de dichas respuestas daría para varios
encuentros, siendo aún inevitable el recorte. ¿En qué marco piensa el psicoanálisis a la
comunicación? En el marco del malentendido, a partir de entender que cuando hablamos y
nos comunicamos no solo existe el sentido compartido sino también el sinsentido, producto
de la interferencia del inconsciente como un “saber reprimido o no sabido”. Para Lacan, por
ejemplo, que toma referencias comunes a la teoría de la comunicación y a la cibernética, el
“metalenguaje” es imposible, no es su punto de partida, sino más bien, en lo que llama su
“retorno a Freud”, se trata de hacer del lapsus en el lenguaje la posibilidad de hallazgo del
deseo inconsciente.
[1]

Teórico 9°- Terapias cognitivo-comportamentales – 23/6/16

Prof. Fátima Alemán

Introducción

Vamos a trabajar en esta oportunidad lo que se conoce como psicoterapias cognitivo-


comportamentales. Antes de ver sus conceptos básicos y sus fundamentos
epistemológicos, es importante introducir la problemática que conlleva hablar de
psicoterapia cogntivo-comportamental como una unidad o bien plantear una línea
divisoria que distinga la psicoterapia conductual o comportamental de la psicoterapia
cognitiva. Para varios autores (Feixas, Ruiz Sánchez) es importante hacer la distinción
pues tanto una como otra responden a modelos diferentes. Si entendemos por modelo
“la representación formal de la teoría” 1, podemos hablar del modelo conductista por un
lado y de modelo cognitivo por otro.
En el caso del modelo conductista, este aparece en la década de los años 50 como
modelo alternativo al modelo psicodinámico. La terapia o modificación de la conducta
se presenta como un nuevo paradigma para el tratamiento psicológico. La terapia
conductista parte de la premisa de que la conducta (normal o inadaptada) es aprendida
y que los principios descriptos por las teorías del aprendizaje pueden utilizarse en la
práctica clínica. Un rasgo que la distingue del tratamiento psicoanalítico es -según sus
representantes- constituirse como “psicoterapia científica” a partir de los procedimientos
experimentales.
En el caso del modelo cognitivo, este aparece en la década del 60 con los paradigmas
surgidos en el ámbito de varias disciplinas, tales como la psicología clínica, la
neuropsicología, la inteligencia artificial y la psicopatología (Keegan). En este contexto
el concepto de “cognición” comienza a tomar fuerza abarcando en su definición “el
conjunto de procesos por medio del cual el sujeto aprehende, procesa, categoriza y
construye la realidad”. Llamativamente, estos procesos habían sido dejados de lado
durante la hegemonía del paradigma conductista, “eternamente desconfiado de todo
aquello que no resultara asequible al método de la observación objetiva”2. Sin embargo,
quien acuña el término “psicoterapia cognitiva” es el psicoanalista norteamericano Aaron
Beck, desecantado de los resultados obtenidos por el método freudiano sobre todo en
el tratamiento de las depresiones. Sin embargo, según A. Semerani, la influencia más
destacable en la creación de la terapia cognitiva estándar (TCS) tanto en el caso de A.
Beck como de A. Ellis, no se encuentra en el conductismo sino en la propia formación
psicoanalítica y, sobre todo, en la crisis del psicoanálisis en los EEUU de la que fueron
testigos.”¿En qué consistía esta crisis? Esencialmente en la relación problemática que
se percibía entre los dos niveles de la teoría psicoanalítica diferenciados por Rapaport
(1960): la teoría clínica y la metapsicología”3. El resultado de este cuestionamiento llevó
a ambos autores a renovar la teoría y la praxis clínica a partir de lo que piensa y siente
concretamente el paciente. Ya no se trataba del recurso a la asociación libre para arribar
a los pensamientos inconscientes, sino más bien de entrenar al paciente para “indagar

1
Hacking.Ian : Representar e intervenir – Ed. Paidós (1996)
2
Keegan, E. La terapia cognitiva (Ficha de la cátedra)
3
Semrani, A. Historia, teorías y técnicas de la psicoterapia cognitiva – Ed. Paidós (2202)
[2]

sistemáticamente en las representaciones conscientes o preconscientes que preceden,


acompañan o siguen inmediatamente a un estado emocional problemático”4.

De esta manera, tenemos el siguiente planteo para pensar las influencias que
conforman el modelo cognitivo:

Modelo conductista

MODELO COGNITIVO

Modelo psicodinámico
(psicología del yo)

Modelo conductista:

Dentro de este modelo, que concibe como objetivo terapéutico la modificación de la


conducta, veamos sintéticamente los principales representantes con sus propuestas
terapéuticas:
 Escuela de Fisiología rusa creada por I.M. Schenov: este autor consideraba que
toda conducta podía explicarse apelando a los reflejos, sin hacer referencia
alguna a la conciencia u otros procesos mentales, y estableció el marco para la
aplicación de los métodos de la fisiología al estudio de los problemas
psicológicos.
 El condicionamiento clásico de I.V. Pavolv (discípulo de Schenov): sus
principales contribuciones para la psicoterapia son por un lado el estudio
experimental de los procesos de condicionamiento (cómo los estímulos neutros
pueden adquirir la capacidad de inducir una respuesta) y el estudio de las
“neurosis experimentales”.
 J.B.Watson: promocionó los métodos objetivos de investigación psicológica y
aplicó los principios del condicionamiento en la reducción de los miedos.
 B.F. Skinner: apoyándose en los trabajos de Thorndike – quien formuló la ley
del efecto a partir de la cual la conducta está controlada por sus consecuencias-
estableció el nuevo paradigma del condicionamiento operante. Una conducta
operante (diferente de la conducta respondiente) se emite espontáneamente sin
estímulo observable. Técnicamente, el parámetro esencial que gobierna la
conducta reside en los estímulos reforzantes que se definen como aquellos
hechos ambientales que acompañan a las respuestas y que cambian la
probabilidad de que estas aparezcan en el futuro. La contribución capital de
Skinner fue alentar un ambientalismo radical.

4
Idem
[3]

 J. Wolpe (decada 60) publicó Psicoterapia por inhibición recíproca y sentó las
bases para recondicionar la ansiedad. Métodos: relajación profunda,
desensibilización sistemática, entrenamiento asertivo (uso de respuestas
asertivas para inhibir la ansiedad).
 A. Bandura: Sentó las bases del Modelado o aprendizaje observacional (un
observador puede aprender una conducta compleja observando la ejecución que
realiza un modelo). Este tipo de aprendizaje supone ya mecanismos de
procesamiento de información (cognición), esto es, modificación cognitiva de la
conducta. Los efectos del modelado más logrados se dan en la adquisición y
práctica de nuevas habilidades y en la inhibición o desinhibición de conductas
adquiridas.

Por lo general los tratamientos conductuales son breves y tienen un número limitado de
sesiones. Se considera que la eficacia del tratamiento depende enteramente de las
técnicas utilizadas y no de la relación terapéutica. Al terapeuta se lo considera un
reforzador y un modelo.

Modelo cognitivo:

Como ya señalamos en la introducción, este modelo se establece a partir de la


promoción del concepto de COGNICIÓN, concepto que no hace referencia únicamente
a un proceso intelectual sino a patrones complejos de significado en los que participan
emociones, pensamientos y conductas.
Según los autores que hacen un desarrollo de las terapias que se desprenden del
modelo cognitivo (Feixas y Miró, Ruiz Sanchez y Cano Sánchez, Semerani), es posible
situar dos perspectivas diferentes para ubicar allí sus principales representantes:

Aaron Beck: Terapia cognitiva de la depresión


ó Terapia cognitiva estándar (TCS)

RACIONALISTAS
Década ‘60

Albert Ellis: Terapia racional emotiva (modelo ABC)

M.J. Mahoney: Terapia cognitivo-evolutiva

O.F. Gonçalves: Terapia cognitivo-narrativa

CONSTRUCTIVISTAS
Década ‘80
V. Guidano y G.Liotti: Terapia cognitivo-estructural

G.Kelly: Terapia de los constructos personales


[4]

La aproximación constructivista también es concebida por sus autores como “post-


racionalista” y se diferencian de los anteriores en los siguientes aspectos (Sánchez):
 No se puede concebir una “realidad” objetiva independiente del sujeto que pueda
ser “distorsionada”
 No se puede afirmar siempre la primacía de la cognición sobre la emoción y la
acción
 La terapia no se constituye como una labor psicoeducativa de corrección de
cogniciones erróneas, sino como una reconstrucción de la propia coherencia del
sistema cognitivo del paciente

A.Beck - Terapia cognitiva estándar(TCS): toma como punto de partida el trabajo


sobre la depresión, observando que en este y otros trastornos emocionales lo que
enferma no es “una hostilidad vuelta contra sí mismo” (teoría freudiana) sino los
pensamientos negativos acerca de sí mismo, del mundo y del futuro, lo que se conoce
como la tríada cognitiva de la depresión. Estos pensamientos pueden identificarse y
modificarse con la obtención de datos que cuestionan su validez y responden a los
llamados “esquemas cognitivos”. Por ejemplo, en el caso de las depresiones, el
esquema predominante es el del self negativo. Estos esquemas o supuestos personales
son adquiridos en la infancia, permanecen a nivel no consciente, activándose
posteriormente por acontecimientos y generando “distorsiones cognitivas”. El objetivo
de la terapia cognitiva estándar es entonces llevar a cabo un proceso de concienciación,
distanciamiento crítico y cambio de los esquemas disfuncionales.

Ellis - Terapia Racional Emotiva-Conductal (TREC): En 1958 propone su modelo


ABC para la terapia: los trastornos emocionales (C) no derivan directamente de los
acontecimientos vitales de la vida actual o los acontecimientos pasados (A) sino de
determinadas creencias irracionales o exigencias que el propio sujeto ha adquirido y en
las que se autoadoctrina (B) “No son los acontecimientos los que provocan el
comportamiento sino las creencias que sobre ellos tenemos”. La terapia cognitiva
emotiva subraya entonces más que nada los aspectos motivacionales y formales del
comportamiento y tiene como objetivo la modificación de las creencias irracionales
mediante una “filosofía racional, realista y lógica” sugerida por el terapeuta. Con esta
finalidad, Ellis propone el "uso consciente e inconsciente de métodos didácticos por lo
cual el terapeuta, como una especie de sabio con autoridad, enseña literalmente al
paciente cómo pensar más clara y científicamente sobre sí mismo y sus compañeros
más próximos".

Según A. Semerani, el cambio de paradigma, esto es el pasaje de una terapia cognitiva


racionalista a una terapia cognitiva constructivista, obedece a lo que llama la influencia
de un contexto particular que corresponde a la “revolución cognitiva y el auge de las
ciencias cognitivas”. Dice el autor:

“Al comienzo de la década de 1980, una insatisfacción circulaba por doquier en el ámbito
de la psicoterapia cognitiva. Al contrario de lo que había sucedido en los orígenes de la
TCS, la insatisfacción no provenía no tenía que ver con los resultados clínicos y mucho
menos con la teoría clínica en un sentido estricto (…) Esta vez el malestar era de
carácter esencialmente teórico. La revolución cognitiva había planteado cuestiones
[5]

profundas sobre la naturaleza de la mente y prometía un salto cualitativo en la


comprensión del ser humano y sus desarreglos psíquicos”.

Este movimiento estuvo acompañado además por un alejamiento del modelo


comportamentalista que en algunos autores como el caso de Michel Mahoney se
plasmó en una obra como “Psychoterapy and the Structure of Personal Revolutions”. En
ella desarrolló una crítica teórica de la terapia cognitivo-comportamental en seis puntos,
los cuales han constituido una propuesta en la agenda de la terapia cognitiva (Semerani)
Fundamentalmente, fue una crítica al énfasis excesivo y unilateral puesto sobre la
racionalidad como factor de adaptación, un llamado a las ideas constructivistas para
consolidar a la psicoterapia cognitiva y una exigencia por repensar la relación
terapéutica para despojarla de los aspectos pedagógicos, conciencialistas y normativos
que había tenido hasta el momento.

Cabe aclarar que el Constructivismo que se toma como referencia en las perspectivas
actuales de la Psicoterapia Cognitiva es el Constructivismo neogenético que, a
diferencia del constructivismo piagetiano, se interesa por los contenidos y los
significados que dan sentido a la experiencia individual y colectiva. Es decir, la
experiencia que se tiene del mundo es esencialmente intersubjetiva y es el lenguaje el
vehículo de construcción de un mundo de significados compartidos.

Gonçalves y su propuesta narrativa aborda al individuo a partir de modalidades


idiosincrásicas de organización del conocimiento que se tipifican mediante narraciones
prototípicas concretas. Por ello, el objetivo de su enfoque terapéutico es favorecer la
evolución de las estructuras narrativas. Al igual que Guidano y su propuesta
estructural, en las primeras fases de la terapia se solicita al paciente que evoque
episodios prototípicos, que objetivice la narración reconstruyendo su escenario y que
subjetivice reconstruyendo los componentes de la experiencia externa. Las dos fases
siguientes están constituidas por la metaforización de la narración, en donde se
identifican los significados centrales expresados por prototipos narrativos, y por la
proyección de escenarios alternativos. (Semerani)

En el enfoque de Kelly (Terapia de los constructos personales), el cambio


psicológico resulta de la adopción de una construcción alternativa que aporta un nuevo
sentido al sí mismo y al mundo. Para este autor “el sistema de constructos de una
persona varía a medida que construye la réplica de los hechos. Si fracasa a la hora de
construirlos, incluso si le suceden repetidamente, reduce la propia experiencia. A veces
se dice que los individuos aprenden de la experiencia. Sin embargo, según el punto de
vista de la psicología de los constructos personales, el aprendizaje constituye la
experiencia”5. De esta forma, su propuesta terapéutica apunta al trabajo sobre la
invalidación de los constructos reiterativos en un proceso llamado autoinvalidación
recursiva.

Como decíamos al comienzo, en el modelo cognitivo se concibe al ser humano como


un procesador activo de información. La teoría cognitiva sostiene que pensamiento,

5
Citado por Semerari. A.
[6]

emoción y conducta son 3 sistemas interdependientes; el cambio de uno de ellos


determinará un cambio congruente en los otros dos.

Repasemos los conceptos fundamentales:

- Esquema cognitivo: constituyen una abstracción fruto de la experiencia previa. Son


organizaciones de significados personales referentes al sí mismo, los eventos, las
personas y las cosas. Están organizados en la memoria a largo plazo. Son el núcleo
de los trastornos cognitivos y contienen las creencias y los supuestos personales
(Ellis, Beck) y otros significados de tipo preverbal. Como estructura cognitiva
organiza internamente la información.

- Operaciones cognitivas: Se refiere a la actividad, conducta o procesos de los


esquemas cognitivos. Esta actividad "procesa la información" de los datos
sensoriales, guiada por los significados personales y cuando es patológica suele dar
lugar a los llamados tradicionalmente "trastornos del juicio y razonamiento" y en la
línea de Beck a las "distorsiones cognitivas"(pensamiento polarizado,
sobregeneralización, abstracción selectiva, inferencia arbitraria, etc). Conforma la
llamada "visión túnel" de los distintos trastornos emocionales (Mckay);por ejemplo
las personas ansiosas se centran en la anticipación de peligros, las personas
irritadas en la evaluación de injusticias, las personas deprimidas en las perdidas y
las personas hipomaniacas en las ganancias.

- Productos cognitivos: son los resultados más conscientes de las operaciones


cognitivas automáticas o inconscientes. Conforman los pensamientos,
autoafirmaciones, imágenes, atribuciones, así como también la conducta, las
emociones y la conducta corporal.

Esquema Operaciones Productos


(no consciente) (conscientes)

Método terapéutico:

Las Terapias Cognitivas son procedimientos activos, directivos, estructurados y de


breve duración. Proponen una colaboración activa del cliente para afrontar su problema,
planteando un modelo explicativo simple y sugiriendo estrategias específicas para su
resolución.
El objetivo de TC es fundamentalmente el cambio de las estructuras cognitivas que
dificultan el buen funcionamiento psicológico del sujeto. La relación terapéutica se
concibe en términos de “colaboración”: para los enfoques racionalistas, el terapeuta
asume un rol de enseñante o entrenador; en cambio, para el enfoque constructivista, la
relación se piensa como un contexto seguro, una relación “de experto a experto”.
Técnicas cognitivas: asignación gradual de tareas, técnicas de distracción, inoculación
del stress (mediante instrucciones, relajación y ensayo imaginativo en el manejo de
situaciones de dificultad creciente), técnica del rol fijo, detección y trabajo de los
[7]

supuestos o creencia irracionales, identificación y registro diario de pensamientos


disfuncionales, búsqueda de soluciones alternativas, biblioterapia.

¿Las terapias cognitivas se derivan de las llamadas ciencias cognitivas?

Tal es el planteo de E. Laurent en su texto Las TCC no forman parte del programa
cognitivo6, planteo que nos permite pensar la relación conflictiva de las ciencias
cognitivas con las terapias cognitivas. Dice el autor: “En el establecimiento del nuevo
paradigma de la cognición nunca hay referencia alguna a algo aprendido de la clínica o
de una técnica cognitivo-comportamental. En cambio, sería en vano buscar referencias
precisas al programa cognitivo en estas técnicas que se consideran cognitivas”.
El programa de las ciencias cognitivas (ciencias de la mente) es definido por H. Gardner
en su libro La nueva ciencia de la mente: “Defino la ciencia cognitiva como el empeño
contemporáneo de base empírica por responder a los interrogantes epistemológicos de
antigua data, en particular los vinculados a la naturaleza del conocimiento, sus
elementos componentes, sus fuentes, evolución y difusión”. En líneas generales, estas
ciencias (inteligencia artificial, psicología cognitiva, neurociencias, lingüística,
antropología y filosofía) conciben a la mente humana bajo el modelo de los lenguajes
artificiales, dejando a un lado la influencia de los afectos o emociones, la contribución
de los elementos históricos y culturales y el papel del contexto en el cual se
desenvuelven las acciones o pensamientos.
Como vemos, entonces, este planteo no coincide con el fundamento teórico de las
terapias cognitivas y es lo que lleva a E. Laurent a afirmar en forma polémica que las
terapias cognitivas solo toman el término “cognición” para dar una nueva vuelta al
modelo conductista que dejaba a un lado la explicación de las conductas. La cognición
es ahora el patrón que comanda las conductas y también las emociones. Las técnicas
son solo nuevas técnicas persuasivas. “Es una manera de recalificar la sugestión. No
se necesita en absoluto el programa cognitivo para hacerlo”.

En el planteo que hace el psicoanalista catalán Miquel Bassols en el texto “El cajón de
sastre de las TCC”, incluido en el libro Tu Yo no es tuyo. Lo real del psicoanálisis en la
ciencia (2011, Tres Haches), es que las TCC funcionan al modo de un cajón de sastre
en el sentido de “una mezcla de prácticas del control social y de la adaptación a la
realidad”, donde la “noción de cognición” funciona como garantía de una supuesta
unidad epistémica para respaldar sus prácticas. Y lo que agrega como punto interesante
es que detrás de la definición de cognición como procesamiento de información, se
encuentra la raíz psicologista del “sujeto intencional, de un Yo que es finalmente el
reflejo imaginario del objeto de conocimiento”. Por ello, la hipótesis fuerte de plantear
que las TCC son en realidad “herederas de la Ego Psychology” y del conductismo
norteamericano.
También aparece como problema el concepto de “error cognitivo” en el sentido de
“pensamiento disfuncional o creencia irracional”, donde se pone en juego la vieja nocion
de “conducta inadaptada” y la acción del terapeuta como “corrector” del desorden en
función de una realidad supuesta y objetiva.

6
Laurent. E.: Lost in cognition El lugar de la pérdida en la cognición – Ed. Diva (2005)
Teórico 10 – Neurociencias y TCC
30/6/2016
Prof. Fátima Alemán

Definición de neurociencias de Edward Gardner en su libro La nueva ciencia de la mente:


“Defino la ciencia cognitiva como el empeño contemporáneo de base empírica por
responder a los interrogantes epistemológicos de antigua data, en particular los
vinculados a la naturaleza del conocimiento, sus elementos componentes, sus fuentes,
evolución y difusión”.

Para este autor esta nueva ciencia se remonta a los griegos en cuanto al interés por
revelar la naturaleza del conocimiento humano, pero la novedad radica en el método
empírico para verificar teorías e hipótesis y el surgimiento de nuevas disciplinas como la
“inteligencia artificial” y el lugar central que ocupa la computación.
5 rasgos fundamentales de las ciencias cognitivas (los dos primeros son los principales;
los tres que siguen son secundarios):
1) La creencia que al referirse a las actividades cognitivas de los seres humanos es
necesario concebir representaciones mentales y postular un nivel de análisis
separado del nivel biológico o neurológico, por un lado, y del sociológico o cultural,
por otro.

2) La creencia que para la comprensión de la mente humana es esencial la


computadora electrónica: es el modelo de la mente.

3) Decisión de restar énfasis a ciertos factores que, si bien pueden ser importantes
para el funcionamiento cognitivo, complicarían innecesariamente los estudios
científicos: factores como la influencia de las emociones o afectos, la contribución
de los elementos históricos y culturales, el papel del contexto o antecedentes en
los cuales se desenvuelven las acciones o pensamientos.

4) La gran utilidad de los estudios interdisciplinarios: filosofía, psicología, inteligencia


artificial, lingüística, antropología y neurociencia.

5) Afirmación que un ingrediente clave de la ciencia cognitiva contemporánea es el


temario y el conjunto de inquietudes que los epistemólogos de la tradición
filosófica occidental han debatido durante largo tiempo (sobre todo desde los
griegos).

Los antecedentes de la ciencia cognitiva: Simposio de Hixon y el desafío al conductismo.


1948: Simposio sobre “Los mecanismos cerebrales de la conducta” auspiciado por la
Fundación Hixon, en el Instituto de Tecnología de California, donde se intentaba debatir
sobre la forma en que el sistema nervioso controla la conducta.
Más allá del avance que implicó el conductismo al superar el método introspectivo y
proponer como método científico la observación y cuantificación de la conducta, el valor
dado al MEDIO, como factor determinante de la conducta y sobre todo del aprendizaje y
los principios de condicionamiento y refuerzo, se puso en cuestión.
“Se pagó un precio demasiado alto por la adhesión estricta al conductismo. En tanto duró
su imperio -durante las décadas de 1920, 1930 y 1940- solo fue posible aproximarse con
dificultades a las cuestiones vinculadas a la naturaleza del lenguaje, la planificación
humana, la resolución de problemas, la imaginación, etc. Según Lashley, la adhesión a
los cánones conductistas estaba volviendo imposible el estudio científico de la mente.

MENTE ----- // ----- CONDUCTA


Según Lashley “la conducta no deriva de incitaciones ambientales, sino que procesos que
tienen lugar en el cerebro la preceden de hecho y dictaminan de qué manera un
organismo lleva a cabo un comportamiento complejo”. La organización no es impuesta por
afuera, sino que emana del interior del organismo.
Crítica al psicoanálisis (intoxicación). Muchos se interesaron por las intuiciones
freudianas, pero consideraban que no podía construirse ninguna disciplina científica sobre
la base de entrevistas clínicas y de historias personales elaboradas de manera
retrospectiva; además les molestaban las pretensiones de un campo de estudios que no
se avenía a la refutación.
Máquina de Turing (p. 33): Es posible programar una máquina para que nadie diferencie
las respuestas que pueda dar de las que daría un ser humano. La MAQUINA PUEDE
PENSAR.
Fecha de nacimiento de la ciencia cognitiva: 1956, en ocasión del simposio sobre la
Teoría de la información, en Masachusetts (George Miller) donde participaron figuras de la
teoría de la comunicación y las ciencias humanas (Chomsky).

 Neurociencias: base neuronal de la cognición. localización // plasticidad


 Neurociencias Vs Ciencias cognitivas (p. 311).

Laurent: “Las TCC no forman parte del programa cognitivo”


Bandura
Impacto comportamental de la imitación por fuera de todo refuerzo positivo o negativo.
Gracias a “la percepción de la auto-eficacia” demuestra que el sujeto puede ser su propio
modelo.
Beck

 afecto depresivo es un ERROR DE JUICIO (Juicio auto-despreciativo erróneo)


 Trastorno es un error de perpectiva que puede tratarse por medio del “reframing”.
 “To reframe”: replanteo, reencuadre / cada uno debe abrirse al punto de vista del
otro
En “Las vías sin salida del PA cognitivo” de Eric Laurent se refiere a Antonio Damasio: la
corriente del “cognitivismo emocional” porque reemplaza los procesos de inferencia por
los de percepción, sosteniendo que un sentimiento es la percepción cognitiva de una
emoción. Se distinguen:

 Pensamientos: consisten en imágenes mentales (visuales, auditivas, etc. y pueden


ser ítems del mundo o las palabras o los símbolos).

 Emoción: respuesta corporal a una imagen / Sentimiento: respuesta cognitiva a


esta condición del cuerpo

El vocabulario del registro de afectos no es otra cosa que la emoción precisa sentida en el
cuerpo. Es posible un mapping de los sentimientos sobre los estados del cuerpo que son
las emociones.

Laurent, citando a Ian Hacking, dice que “los sentimientos y las emociones forman parte
del lenguaje de las personas, para expresarse y para describir a los demás. Damasio
propone algo diferente: una identificación anatómica instauradora de las emociones (…)
Pareciera que en el relato de Damasio ya no hubiera un yo (je) para responder a la
situación. En su organismo no hay más que homestasis autorreguladoras. Damasio
continuará seguramente haciendo lobby por la identificación del lenguaje con conjeturas
anatómicas”.

Miquel Bassols Tu yo no es tuyo

NEUROCIENCIAS // LOGOCIENCIAS (sentido ligado al lenguaje)

CIENCIA: ¿Cuáles son los efectos de la ciencia sobre la realidad?

Distinción CIENCIA // CIENTIFICISMO (extensión del método científico a los ámbitos de


la vida) Reduccionismo – Determinismo / Ejemplo: neuronas y genes como la escritura del
destino de nuestras vidas. Amarillismo científico: hay explicación científica para todo.

NEUROCIENCIAS:

 No son un campo unificado sino sumamente dividido.


 Dos vertientes contrapuestas: localizacionistas (cada función debería encontrar su
localización en el organismo) // emergentes (las funciones emergen, más allá de
su localización que puede estar o no). En el segundo grupo está Damasio, con la
plasticidad neuronal.
 Neuro-ciencia: Todo hoy es neuro, neurociencias, neuro-economía, neuro-
rehabilitación, neuro-marketing, neuro-psicoanálisis, etc.

 Dos grandes problemas de las neurociencias: localización de la conciencia y del


lenguaje. ¿Qué quiere decir ser consciente? ¿Por qué y cómo un individuo llega a
una representación de sí mismo? ¿Cómo alguien puede nombrarse “yo”? ¿Cómo
se origina la conciencia? ¿De dónde proviene el lenguaje?

 Falacia mereológica de las neurociencias: (ej. Damasio) “el cerebro piensa”.


Parece algo evidente, pero conviene ver qué quiere decir eso. Tal afirmación
confunde de hecho la función de una parte y la función de la totalidad de la
persona. Así puede decirse que una neurona responde a algo cuando en realidad
solo reacciona a una estimulo; o que el cerebro decide algo cuando es en realidad
un sujeto el que decide.

Anatonio Damasio en su libro Self comes to Mind traducido al español como “Y el cerebro
creó al hombre”, muestra tal vez que el lugar que ocupaba Dios ahora lo ocupa el cerebro
(vertiente religiosa de la ciencia).

El cerebro como mapping: órgano mapeador que guarda las imágenes del mundo
exterior. El rasgo distintivo del cerebro es la capacidad de crear mapas. Cuando el
cerebro hace mapas se informa. “El cerebro humano es un cartógrafo nato, y la
cartografía nació como el mapeo del cuerpo que contiene el cerebro”.

¿Qué es un mapa? Una representación de un territorio que requiere de consignas,


escalas, símbolos. ¿Acaso no es una hipótesis, una abstracción de Damasio? ¿Cómo se
crea el mapa en el cerebro?

Video de Antonio Damasio en TED: “La búsqueda de comprender la conciencia” –


Neurociencia. Febrero del 2011, Long Beach, California EEUU.

https://www.youtube.com/watch?v=cqXMORKPQGA

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