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Déjala correr…

Entrevistas, informes y relatos


acerca del agua y sus implicancias

Florencia Albarello, Diego Aligia, Fernando Baidanoff, Daiana Busso, Ludmila Frate,
Sergio Giusti, Daniel Goszczynski, Emiliano Medina, Sabrina Mina, María Florencia
Miñones, Juan Nacarato, Cristian Ramírez, Ana Lucía Rodríguez

Coordinador
Bruno De Angelis
Taller de Trabajo Intelectual

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serie digital
Ciencia y Tecnología
UNQ Editorial SERIE DIGITAL Ciencia y Tecnología

Universidad Nacional de Quilmes

Rector
Gustavo Eduardo Lugones
Vicerrector
Mario E. Lozano

Editorial

Serie Digital
Directores
Mariano Belaich, Departamento de Ciencia y Tecnología
Margarita Pierini, Departamento de Ciencias Sociales

Editor
Rafael Centeno

ISBN 978-987-558-230-9 libro electrónico

2009

Coordinador

Bruno De Angelis es licenciado en Comunicación Social y docente del Taller de Trabajo Intelec-
tual en la Diplomatura en Ciencia y Tecnología de la Universidad Nacional de Quilmes. Actual-
mente cursa la Maestría en Comunicación y Cultura en la Universidad de Buenos Aires.

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Índice

Presentación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4

Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 6

El agua al taller. Entrevista al Taller de Aguas en la Facultad de Ciencias


Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires, por Daniel
Goszczynski, Emiliano Medina . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 8

“No creo que se llegue a una crisis mundial de agua potable”. Entrevista
al doctor Juan R. de Xamar Oro, por Fernando Baidanoff, Daiana Busso,
Ludmila Frate . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 15

Tratamiento de barros cloacales y eliminación de bacterias y virus patógenos


del agua. Entrevista a Cecilia Magnavacca, por Florencia Albarello, María
Florencia Miñones, Ana Lucía Rodríguez . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 21

El agua de Berazategui. Entrevista con el bioquímico Roberto Poloto,


por Sergio Giusti, Sabrina Mina y Cristian Ramírez . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 25

La ocupación de costas en la Patagonia, por Diego Aligia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 32

Stroeder versus la sequía, por Emiliano Medina . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 38

Crónica de un navegante por el litoral, por Juan Nacarato . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 40

Sed en Santiago, por Roberto Artl . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 45

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Presentación

El Taller de Trabajo Intelectual es una asignatura cuatrimestral que cursan estudiantes


de los primeros años de las carreras de Ingeniería en Automatización y Control, Arqui-
tectura Naval, Ingeniería en Alimentos y Licenciatura en Biotecnología de la Universidad
Nacional de Quilmes.
El curso es dictado en forma conjunta por docentes formados en el área de las hu-
manidades y en el área de ciencia y tecnología. La materia se propone como un espacio
para reflexionar acerca de las tensiones filosóficas, sociales y políticas que atraviesan la
práctica científica. La lectura crítica y la redacción de diversos tipos de escritos constitu-
yen los instrumentos fundamentales de este trabajo. El Taller, por consiguiente, intenta
brindarles a los alumnos herramientas que los ayuden a expresarse con precisión y,
también, a interpretar en forma crítica textos que provienen de diferentes campos de la
ciencia, así como de la literatura y los medios de comunicación.
Cada año, los docentes eligen un tema cuyo tratamiento sea significativo en la
agenda mediática y científica. La energía nuclear, los desastres naturales o las enferme-
dades emergentes fueron objeto de estudio del curso. El eje sobre el cual se trabajó en
el año 2007 enfoca un problema de particular relevancia en el mundo en esta década,
como es el tema del agua. Basándose en el título del primer Informe de las Naciones
Unidas sobre el Desarrollo de los Recursos Hídricos en el mundo (Agua para todos,
agua para la vida), la Asamblea de las Naciones Unidas decidió proclamar el período
2005-2015 como el “Decenio Internacional para la Acción El agua, fuente de vida”. Co-
menzó el Decenio con el 22 de marzo de 2005 como Día Mundial del Agua.
La Resolución del organismo indica que el Decenio ha de tener como objetivo
principal ocuparse más a fondo de las cuestiones relativas al agua y de la ejecución de
programas y proyectos sobre este recurso, con el fin de ayudar a alcanzar los objetivos
acordados en el ámbito internacional en los Objetivos de Desarrollo de la ONU para el
Milenio y el Plan de Aplicación de Johannesburgo.
La bibliografía seleccionada por los docentes del Taller apunta a exponer esta pro-
blemática desde diversos abordajes: el discurso científico, las referencias históricas y
culturales, el discurso literario, el discurso periodístico y el texto de divulgación. A través
de este cruce de puntos de vista, se buscó indagar en las diversas formas en que el

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tema en cuestión es analizado, problematizado, revisado, a través de la investigación, la


reflexión o la imaginación de los diferentes actores comprometidos con él.
Los textos que se presentan en este volumen de la Serie Digital fueron realizados
por los estudiantes como trabajos prácticos del curso. En el caso de las entrevistas,
estas fueron hechas con el fin de recopilar información de primera mano de actores
cercanos a la problemática que nos ocupa —científicos, funcionarios y especialistas— y
contrastarla luego en la clase con la información de los medios masivos y el resto de la
bibliografía. En el caso de los informes, se trata de un análisis de lectura de bibliografía
específica y el desarrollo de un escrito puntual que exponga un aspecto posible de la
problemática. Las crónicas responden al interés del Taller por las posibilidades del pe-
riodismo y la literatura como generadores de imaginarios acerca del tema en cuestión.
En este caso se utilizó como disparador una crónica de Roberto Arlt, “Sed en Santiago”,
del año 1937 que incluimos en esta edición.

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Introducción

Asesino primero: — ¡Espera!


Banquo: — Habrá lluvia esta noche.
Asesino primero: —¡Déjala que caiga!
Macbeth

De todos los recursos que existen en el planeta, necesarios para la vida y para el desa-
rrollo de las sociedades, el agua es el más abundante. Pero es también el recurso que
más perjuicios trae si falta o si se degrada. El agua fue, en alguna época, ese mar cálido,
lleno de alimentos, donde se produjo la materia viviente; el agua también mojaba las
orillas donde se originaron importantes civilizaciones a lo largo de la historia. En estado
de vapor en la atmósfera, es eso que cae en forma de lluvia, escurre y se infiltra en las
capas o bien vuelve a evaporarse y sostiene el ritmo en un ciclo perpetuo.
El agua es, también, eso que falta en los campos y cultivos en tiempos de sequía y
sufren su escasez los hogares de millones de personas en el mundo; es lo que abunda
con las grandes lluvias, crecidas de ríos, deshielos y produce inundaciones. El agua es
el contenido de una botella con marca registrada y es también una red administrada por
una empresa privada o estatal. El agua es lo que algunos derrochan y a otros les falta;
por ella se movilizan ejércitos y circulan teorías conspirativas.
El agua es una molécula compuesta de hidrógeno y oxígeno, con cualidades excep-
cionales como vector de calor y como solvente. Sus propiedades térmicas le confieren

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un papel importantísimo en cuanto a la estabilidad de la temperatura del planeta y en


cuanto a los fenómenos climáticos. Es uno de los mejores solventes disponibles, realiza
una función importante en la disolución, el transporte y la redistribución de los minerales
por la superficie de la Tierra.
Probablemente esta sustancia haya sido una de las que más atención científica y fi-
losófica ha recibido. Hace más de 2.500 años Tales de Mileto creía que era la sustancia
universal de la cual provienen todas las cosas. Imaginaba un agua absolutamente tran-
quila que solo en apariencia tenía movimiento, un océano infinito y eterno del Ser. Hoy,
los estudios en torno al agua se multiplicaron infinitamente. Pero no solo en el terreno
de las ciencias naturales: se transformó también en un fenómeno político, económico y
social.
Las cifras actuales de Naciones Unidas indican que 1.100 millones de personas ca-
recen de acceso al agua potable y 2.600 millones no tienen saneamiento. Esta situación
tiende a empeorar por el calentamiento global y por la falta de medidas reales contra el
problema. Son muchas las personas que consumen agua en mal estado. Litros y litros
se contaminan diariamente con los residuos industriales.
Pero el agua es también el inicio del comercio a lugares lejanos, del imperialismo ma-
rítimo, de la recreación al borde del mar. Es un modo de vida, de aquellos que viven del
río, navegan en él y entienden el mundo a partir del color, el ritmo y la fuerza del agua.
En todos los casos, es la misma agua, desde los mares primordiales donde se produ-
jo la materia viviente hasta la lucha actual por mantener algo de oxígeno en el Riachue-
lo, siempre la misma agua, ese recurso esencial, que parece ahora derramarse sobre
un espacio protagónico en el debate internacional y local.
De la mano de la temática ambiental, el agua –y la crisis del agua– compiten con los
desastres naturales, la falta de energía, el calentamiento global y otros tópicos ambien-
tales actuales en una discusión que, a veces, responde más a una moda mediática que
a una conciencia real de uso y abuso de recursos.
En medio de estos debates –investigación científica y problemática social en torno
al agua– alumnos del Taller de Trabajo Intelectual, bajo la supervisión de sus docentes,
presentan en esta publicación de la Serie Digital trabajos realizados durante 2007. En-
trevistas, informes y crónicas sobre el agua, sus propiedades, sus beneficios, su uso
recreativo y turístico, la crisis del agua, las consecuencias por abundancia o escasez, la
contaminación y otros aspectos son abordados desde diferentes puntos de vista en el
marco interdisciplinario del Taller.

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El agua al taller
Entrevista al Taller de Aguas en la Facultad de Ciencias
Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires*

Daniel Goszczynski, Emiliano Medina

El Taller de Aguas es un emprendimiento interdisciplinario en el que están trabajan-


do estudiantes, graduados y docentes de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales
(fcen), de la Universidad de Buenos Aires. A principios del año 2006, un grupo de per-
sonas comenzó a discutir de qué forma podía cambiar una realidad que se cuestionaba:
el hecho de que su práctica (como estudiantes de ciencia, docentes o investigadores)
estuviese tan alejada de las problemáticas sociales.
Conformaron entonces un espacio de discusión que, desde la pluralidad y con distin-
tas visiones y experiencias, se propuso dar una expresión concreta a sus críticas. Es así
como nace el Taller de Aguas, intentando mostrar desde una experiencia práctica que es
posible hacer otro tipo de ciencia.
En mayo del mismo año presentaron el proyecto “Relevamiento de la calidad de
agua para consumo humano en barrios del Gran Buenos Aires” con el cual ganaron un
subsidio, en el marco de la convocatoria “Exactas con la sociedad” que organizaba la
fcen por primera vez.

* Entrevista realizada en mayo de 2007.

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Desde entonces, el Taller de Aguas fue creciendo y enriqueciéndose tanto de la pro-


pia práctica como de la participación y discusión de sus integrantes. Ellos tienen la
certeza de que este proyecto, junto con otros existentes en la Facultad, pueden ser el
comienzo de un cambio necesario.
María Florencia Barbarich, Nicolás Sueyro, Daniela Tamara Rodríguez y Mario Maxi-
miliano Arqueros, estudiantes e integrantes del Taller de Aguas nos recibieron de mane-
ra cálida al llegar a la Universidad. Luego de una breve recorrida por la planta baja del
pabellón Nº 2, llegamos a la biblioteca, donde sentados en una de las tantas mesas y
entre mates llevamos a cabo una charla de casi hora y media.

P: ¿A qué se dedica el Taller de Aguas? ¿Cuáles son sus objetivos y sobre qué aspectos
trabaja?
R: Básicamente lo que nosotros hacemos en el Taller es tomar muestras de agua
en barrios que suponemos no tienen acceso a agua apta para el consumo humano, las
analizamos para comprobar si efectivamente es así y les brindamos a los vecinos una
herramienta para reclamar por algo que consideramos un derecho, el agua potable. En
cuanto a los objetivos, el Taller de Aguas nace en torno a la necesidad de llevar la cien-
cia a la sociedad y devolverle lo que nos da, pertenecemos a una universidad pública
que se mantiene fundamentalmente por los impuestos que la gente paga. Además, bus-
camos superar el divorcio que existe entre la comunidad y la enseñanza.

¿Cómo está conformado el grupo y cómo se organiza?


Somos un grupo al que pertenece gente de distintos niveles académicos, doctores,
licenciados y estudiantes. En realidad, la organización es horizontal, aunque por una
cuestión de formalidad hay una directora de proyecto con experiencia en el tema y que
nos sirve de guía. La idea es que todos se expresen libremente y que sus opiniones
sean tomadas en cuenta para tomar las decisiones en conjunto y por consenso.

¿Qué política ambiental y de responsabilidad social caracteriza al grupo?


El Taller de Aguas nace gracias a la idea de responsabilidad social, la ciencia que
se hace en la Universidad en general creemos que está al servicio de empresas mul-
tinacionales o producida para otros países, no se dedica tanto a temas ligados con la
realidad del país. La ciencia debe ser para la sociedad.

¿Dependen de alguna institución superior? ¿De donde obtienen sus fondos?

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Somos un taller de extensión universitaria y por ende dependemos de la Univer-


sidad. Todos los talleres se presentan a un concurso, a partir del cual se seleccionan
aquellos que obtendrán subsidios. El Taller de Aguas también obtuvo subsidios al pre-
sentar proyectos en algunas otras instituciones y fundaciones.

¿Qué carreras estudian los estudiantes que pertenecen al Taller de Aguas?


La mayoría, por una cuestión proporcional a la población estudiantil de la Facul-
tad, somos de ciencias biológicas. Pero también hay gente de química, geología, física
y otras personas con ganas de participar. Nos parece interesante vincular el tema del
Taller de Aguas con determinadas materias de la Universidad como química analítica,
para trabajar en conjunto con talleres de extensión y por eso presentamos un proyecto
a nivel Universidad. Además, no solo buscamos establecer espacios interdisciplinarios,
sino establecer contactos con gente de otros ámbitos, de otras facultades. Trabajamos
con gente de diseño, tratamos de hacerlo con los de derecho, también está bueno esto
de llegar a la Universidad Nacional de Quilmes por medio de ustedes. Tenemos los bra-
zos abiertos a cualquier colaboración interdisciplinaria.

¿Son apoyados por la gente de la Universidad?


La gente por lo general cree que está bien lo que hacemos, sin embargo no recibi-
mos el apoyo que nos gustaría.

Es un apoyo moral, digamos…


Es un punto del cual nos quejamos, no hay una política de extensión universitaria
adecuada. Muchas veces ni siquiera nos escuchan, solo aparecemos a la vista de las
autoridades cuando obtenemos algún resultado importante. Pero dentro de la Facultad
en sí, el Taller de Aguas tiene muy buena aceptación, a pesar de que a veces es tomado
con un poco de indiferencia. Algunos grupos estudiantiles tienen poca conciencia del
tema que tratamos. Intentamos sumar la mayor cantidad de gente posible, que de a
poco lo va haciendo, es algo que toma tiempo. Este año hubo una especie de explosión,
ingresó mucha gente de golpe, fue algo que nos llamó la atención. Estamos creciendo
de manera exponencial.

¿En qué consiste el trabajo de cada uno dentro del grupo?


Hace unos días nos dividimos un poco las tareas y a uno de nosotros, por ejemplo,
le tocó elegir un nuevo barrio sobre el que trabajar, ahora que terminamos con El Por-

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venir, en La Matanza. Pero generalmente todos hacemos un poco de todo y la idea es


que cada uno junte experiencia en todas las áreas, ya sea de laboratorio, de muestreo,
o cualquier otra.

¿Cuál es la situación en la que se encuentra el barrio El Porvenir de la Matanza donde


ustedes estuvieron realizando estudios y entrevistas?
El agua estaba muy contaminada y lo demostraron los estudios, además no solo
estaba contaminada el agua de los domicilios, sino también el arroyo que rodea al barrio
y que es un depósito de residuos de los habitantes. Suponemos que este hecho acre-
cienta la magnitud de la contaminación que sufren los barrios del conurbano bonaerense
más cercanos a los arroyos. Y encima de todo esto, el barrio está construido sobre una
cava rellena con basura. Tenemos un pozo con basura, tierra, y por encima las casas.

¿Y qué sucedía cuando los vecinos reclamaban al Estado?


No les daban importancia a los reclamos de los barrios más humildes, cuando la
gente hacía un reclamo les daban respuestas como “hierva el agua” o “tome mues-
tras del agua de su casa y luego tráigala”, pero el muestreo debe contener cierto rigor
científico, deben respetarse ciertas medidas y normas para preservar el agua. Lo que
nosotros tratamos de hacer es justamente ayudar en ese trabajo y colaborar con el re-
clamo de la gente ante el Estado. Si los estudios están confirmados y avalados por un
organismo tan importante como la Universidad de Buenos Aires, el asunto adquiere otra
magnitud. Muchas veces el Estado les pasa por arriba a los vecinos aprovechándose
de su ignorancia en el tema, nosotros queremos cambiar esa situación. Pero aclaremos
que nosotros actuamos solo como un soporte de los vecinos, no les resolvemos sus
problemas. Les brindamos asesoramiento y apoyo en donde sea que lo necesiten, pero
la organización del reclamo es cuestión suya.

¿Cuál es la percepción que tienen en el Taller de Aguas sobre lo que actualmente se


denomina crisis del agua? ¿En verdad existe esa crisis?
Creemos que más que “crisis del agua” sería una crisis ambiental. En los últimos
años hubo un gran descuido de todo lo que es el ambiente y la explotación de recursos.
Existe una crisis ambiental, y sobre todo existe porque no se toma conciencia de las ac-
ciones que degradan el ambiente, más allá de que no se cumplan las reglamentaciones.
De todas formas, las reglamentaciones son solo una formalidad, el ambiente debería ser
preservado por cada uno de nosotros. Hay establecidos niveles máximos de contamina-

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ción bacteriana y química en el Código Alimentario Nacional Argentino. Lo bueno es que


algunos grupos están empezando a movilizarse para tratar de solucionar esta crisis y de
concientizar a la gente. Debemos aprovechar que estamos en un momento reversible y
todavía se pueden tomar medidas.

¿Cómo calificarían a las políticas gubernamentales referidas al agua?


Lo que nosotros criticamos en cuanto a políticas gubernamentales, que se ven
reflejadas dentro de las políticas de la Universidad, es que se hace investigación for
export y lo que se debería buscar es que la ciencia esté a disposición del mismo país.
Con respecto a las políticas ambientales, creo que es un tema descuidado, y por este
motivo pasan cosas como la conocida instalación de la pastera Botnia sobre el río Uru-
guay. Un presidente electo democráticamente firma la instalación de una pastera que
pone en riesgo el ambiente. Siguiendo con el tema de políticas gubernamentales, creo
que debería incluirse el derecho al agua en la Constitución, así como sucede en otros
países como el mismo Uruguay. De esta forma, la gente puede empezar a moverse por
sus propios medios y a reclamar por algo que le corresponde, y sobre todo a saber qué
le corresponde. En lugares como Villa 31 diariamente pasa un camión del gobierno de
la Ciudad y se cargan bidones de agua, una cantidad determinada para cada familia, y
eso no es gozar de una disponibilidad de agua como tiene que ser. Las políticas no son
claras, no hay apoyo, y la que tiene que empezar a organizarse es la gente.

¿Cómo es y cómo debe ser la relación entre el agua y la sociedad en cuanto a concien-
tización, uso responsable y difusión del problema?
Concientizar a la gente es un tema importante para nosotros. Todos creen que el
agua es un recurso inagotable y no le dan importancia, esto no es así, el agua sí es
agotable y se está usando mal. Hay que enseñar a la gente cómo usarla sin contaminar
el ambiente y al agua misma, y sin desperdiciarla. Algo que rescatamos siempre del
trabajo que hacemos es que en los barrios a los que acudimos la gente aprende a me-
jorar un poco la calidad de su agua, les enseñamos algunos tópicos para evitar ciertas
enfermedades y malestares que conlleva el agua en mal estado.

¿Se podrían implementar plantas de salinización como una forma alternativa de obtener
agua potable?
Justamente una de las codirectoras del proyecto trabaja en un tema de ese tipo. El
noreste argentino está ubicado sobre la cuenca del acuífero Guaraní, supuestamente

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esa agua debería durar unos doscientos años más. La cuestión es qué hacer luego de
esos doscientos años. Lo importante de todo esto es que después de contaminar el
agua dulce vamos a seguir con la salada y en un caso extremo vamos a terminar alte-
rando un montón de ecosistemas y este hecho trae consigo muchas consecuencias que
nos afectarían a los humanos.

Además del Taller de Aguas, ¿conocen algún otro proyecto que trate de la problemática
del agua?
En la Universidad Nacional de La Plata hay un taller de agua pero no tiene la misma
finalidad que el nuestro ya que se basan en la recopilación de datos y presentan infor-
mes de análisis. Nosotros ofrecemos una ayuda más especial y particular a los barrios,
no solo informes. Tuvimos contacto con grupos de trabajo particulares con intereses
económicos y también dirigentes de Chaco que querían trabajar con nosotros pero con
fines políticos. Pero el Taller de Aguas no se involucra con la política partidaria, sino más
bien intenta tratar con los vecinos involucrados y evitar que el Taller se emplee como
herramienta política partidaria.

¿Cumplen alguna función importante los medios de comunicación en la solución del


problema del agua?
Tendrían que tener alguna función, pero la mayoría de los medios se lava las ma-
nos con estos problemas. Algunos canales de cable realizan informes de contaminación
pero siempre teniendo fines políticos por detrás, mostrando déficit de barrios donde no
están involucrados los partidos políticos que apoyan. Los medios pueden ser de mucha
ayuda para concienciar a la gente y lograr que el Estado no haga oídos sordos a los
reclamos y se ponga en campaña para buscar soluciones. La idea es acompañar a los
vecinos con sus reclamos mediante informes y análisis y también mediante la difusión
barrial de manera que no sean engañados por los municipios, y no se sientan frustrados
en su lucha contra la hipocresía del Estado, pero nosotros no organizamos a la gente,
servimos como apoyo.

¿En qué barrios prestaron ayuda y en dónde piensan prestarla?


Estuvimos en La Matanza, Claypole, William Morris, Tigre, San Martín y ahora esta-
mos terminando en El Porvenir. Tenemos alrededor de seis barrios nuevos, pero ahora se
requiere un sistema de selección importante ya que un barrio nos llevó un año y medio de
trabajo, ¡imagínense seis a la vista! Haremos dos para el año que viene como máximo.

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¿Cómo realizan los análisis y qué resultados encontraron?


Se selecciona una botella de agua de una muestra determinada y vamos haciendo
varios cultivos y protocolos para poder diferenciar: hay esto, no hay esto otro, pero sí
hay esta otra cosa, etc. En los análisis se encuentra Coli, y pseudomona que es una
bacteria que produce afecciones respiratorias y de la piel. De manera que aunque no se
tome esa agua, pero se use para bañarse, la gente puede contagiarse igual. También se
encuentran nitritos, nitratos y ahora vamos a poder hacer análisis de metales pesados
como el arsénico, que es un material que puede producir cáncer y tenemos conocimien-
to de que se ha encontrado en varios análisis del agua.

A modo de cierre…
Nos interesa mantener los vínculos que son importantes para la difusión y la con-
cientización. La idea, también, es llegar a todos lados, por ejemplo, tuvimos una entrevis-
ta que salió en el diario La Nación y también nos interesa el contacto como con ustedes
del Taller de Trabajo Intelectual de la UNQ, y de otras universidades. Y lograr que los
modelos de ciencia cambien en las facultades para que los científicos que salgan de ella
no vayan a trabajar para afuera y puedan relacionarse con toda la sociedad.

Más información en: <www.tallerdeaguas.com.ar>.

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“No creo que se llegue a una crisis mundial


de agua potable”
Entrevista al doctor Juan R. de Xamar Oro*

Fernando Baidanoff, Daiana Busso, Ludmila Frate

Juan R. de Xamar Oro es doctor en Física y miembro de la Carrera de Investigador


Científico del conicet, profesor de Biofísica en la Facultad de Ciencias Exactas y Natura-
les de la Universidad Nacional de La Plata e investigador del Instituto de Física de Líqui-
dos y Sistemas Biológicos (iflsb). Además, es miembro de la Asociación Argentina para el
Progreso de las Ciencias (aapp). La entrevista surge a partir de un artículo de Xamar Oro,
“Biofísica del agua” (Ciencia e Investigación, t. 56, Nº 1, Buenos Aires, 2004) –analizado
durante las clases– y de nuestro interés por profundizar en la opinión de un investigador
en actividad y contrastar esa opinión con la de los medios de comunicación.

P: ¿En qué consiste su trabajo?


R: Actualmente hago investigación, a nivel básico, en sistemas biológicos, princi-
palmente de biología molecular (estructura-función de biomacromoléculas), aplicando
técnicas experimentales como relajación dieléctrica, espectroscopías UV y visible, vis-
cosimetría, densitometría, electro-óptica, etc., y también por simulación computacional
mediante Dinámica molecular.

* Entrevista realizada en mayo de 2007.

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¿Cómo está conformado su grupo de investigación?


Mi lugar de trabajo, como investigador del conicet, es el Instituto de Física de
Líquidos y Sistemas Biológicos (iflsb) y como docente soy profesor de la Facultad de
Ciencias Exactas de la unlp. El director del iflsb es el doctor Raúl Grigera, y en él hay
varios grupos y uno de ellos es el de biofísica al cual pertenezco, lo componen investi-
gadores, profesionales de apoyo, becarios y tesistas. La mayoría son físicos, pero hay
también bioquímicos, biólogos, matemáticos e ingenieros.

¿Quién o quiénes dan apoyo financiero a sus investigaciones?


El Instituto recibe apoyo financiero de la Secretaría de Ciencia y Técnica y subsi-
dios del exterior.

¿Dependen de algún sector del estado, instituto u organización privada?


Del Estado ya que el iflsb pertenece al conicet, a la unlp y a la Comisión de In-
vestigaciones Científicas (cic).

¿Cuáles serían las posibles ventajas que aportarían sus investigaciones a la sociedad?
Mis investigaciones aportan principalmente al conocimiento básico del fenómeno
vida, pero tienen aplicación en áreas como la medicina, la tecnología de alimentos, la
farmacología, la ecología y otros.

En su artículo “Biofísica del agua”, usted comienza diciendo que se puede considerar al
agua como “el líquido de la vida”. ¿Podría ampliar un poco más sobre esto?
La vida en nuestro planeta se generó en el agua y todos los sistemas vivos requie-
ren de ella para desarrollarse y para poder cumplir sus funciones biológicas. Además,
las propiedades de las biomoléculas dependen de su estado de hidratación. Por eso
cuando se busca vida en otros planetas lo primero que tenemos que encontrar es agua
y en estado líquido. Los sistemas vivos en promedio contienen el 75% de agua y esa
agua no es estática sino dinámica, por lo que tiene que encontrarse en un medio que
pueda continuamente ir renovándola.

En la conclusión del artículo usted deja una clara opinión sobre la importancia del cui-
dado del medio ambiente.
Sí. Siempre tenemos que cuidar nuestro medio ambiente. Del medio ambiente adecua-
do depende nuestra calidad de vida. Cuidarlo como cuidamos nuestro propio hogar, no de-

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bemos olvidar que nuestro planeta no es otra cosa que una nave espacial que va surcando
el universo unida a nuestra galaxia y si esta nave se destruye nos destruimos todos.

¿Cree usted, como científico, que parte de la culpa de la situación actual del medio am-
biente se debe al avance de la ciencia?
Una cosa es el conocimiento científico y otra lo que se haga con él. La ciencia
básica solo va revelando cómo son las cosas en la naturaleza. El espíritu del hombre
es el responsable de los fines con que usa los conocimientos. El científico no busca la
verdad absoluta o garantizar un mundo mejor, lo que busca, humildemente, es cada día
saber más sobre algo, entender un fenómeno, satisfacer su curiosidad, sus dudas, sin
tener en cuenta cómo ese conocimiento puede ser utilizado en el futuro, que tal vez ni
él mismo lo puede prever.
Por ejemplo, Alfred Nobel, el inventor del TNT, nunca imaginó que su invento se
utilizaría para matar gente. Ese es un claro ejemplo. Lo que se hace con un conocimien-
to es responsabilidad de toda la humanidad, puede aprovecharse tanto para mejorar la
calidad de vida como para destruirla o empeorarla. Un conocimiento no es en sí mismo
bueno o malo, el uso que le demos será bueno o malo. No nos olvidemos de que el agua
sirve tanto para dar vida como para ahogar a una persona, lo mismo podemos decir de
la energía atómica, la electricidad, o de una droga.

¿Cree usted que podríamos mejorar la situación del medio ambiente? Por ejemplo
usando otras formas de energía, “energías verdes”, motores que no usen combustibles
fósiles, hacer masivo el uso de plantas de desalinización para evitar el “saqueo de los
ríos”, etcétera.
La parte que depende de nosotros sí, pero es muy complicado con la parte que se
debe a los cambios cíclicos naturales del planeta Tierra, como los debidos a las variacio-
nes en la actividad solar, actividad volcánica (principalmente de supervolcanes), radia-
ción cósmica, etc. No olvidemos que en nuestro planeta, a escala global, el clima cambia
continuamente. Hubo períodos cálidos, como cuando vivían los dinosaurios, también
hubo muchos períodos fríos, como durante la última Edad de Hielo, alrededor de 20.000
años atrás. En este último período, Canadá, la mayor parte del norte de Asia y Europa y
algunas regiones de los Estados Unidos se encontraban cubiertas por glaciares.

¿Cree que existen las tecnologías suficientes como para evitar la contaminación produ-
cida por las industrias?

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Es indudable que toda industria química de hecho contamina, pero hoy existe toda
la tecnología para reducir prácticamente a cero esa contaminación. El asunto es que se
aplique, lo que evidentemente encarece el costo de producción.

¿Cuáles cree que son, entonces, las principales razones por las cuales no se aplican?
Si se aplican correctamente las normas internacionales vigentes para toda indus-
tria, no tiene por qué contaminar, la única contaminación sería la visual, es decir, ver
esas construcciones de cemento y sus chimeneas en un lugar de belleza natural. Por
otra parte, sin duda es más sencillo instalar una fábrica moderna, dotada de toda la tec-
nología “anticontaminación”, que adaptar a las fábricas antiguas.

¿Entonces, por ejemplo, las papeleras sobre el río Uruguay podrían no contaminar si
cumplen las normas internacionales?
Lo que haría yo en el caso de las papeleras del río Uruguay sería, en principio,
exigir que cuenten con todos los avances tecnológicos que permitan que sea una fábri-
ca de contaminación prácticamente cero y que los organismos estatales competentes
realicen la evaluación del impacto ambiental. Además, es imprescindible verificar que
la fábrica cuente con todos los elementos de mitigación y tratamiento de efluentes es-
tablecidos como mejores tecnologías disponibles por los organismos internacionales.
Para asegurar lo anterior, opino que debe realizarse una rigurosa inspección de las
instalaciones previa al otorgamiento de la habilitación industrial y, para asegurar el buen
funcionamiento de la fábrica desde el punto de vista ambiental, deberán realizarse es-
trictas inspecciones y controles periódicos de los efluentes, tanto cuando la fábrica se
encuentra en períodos de régimen normal, como durante los períodos de puesta en
marcha. De esta manera no habría problemas con la contaminación de las aguas y el
ambiente, pero repito, queda la contaminación visual.

Actualmente algunos temas relacionados con el agua tienen una amplia exposición en
los medios comparado con otros años. Coincide usted con los titulares que afirman que
hay una “crisis mundial del agua”. ¿Considera que la Argentina tiene planes a largo pla-
zo para evitar estas situaciones?
No creo que se llegue a una crisis hídrica mundial, de agua potable, ya que en el
futuro cercano se va a producir agua potable directamente de los mares y océanos con
tecnología de muy bajo costo, pero es evidente que debe cuidarse el uso racional de los
recursos actuales y de las grandes reservas. No tengo conocimiento de que la Argentina

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tenga actualmente planes y estudios para una situación tal; más aun, he leído que en
marzo de este año la Auditoría General de la Nación alertó sobre la falta de controles en
el acuífero Guaraní (uno de los reservorios de agua dulce más importantes del mundo,
que compartimos con Brasil, Paraguay y Uruguay), poniendo como un ejemplo que el
auge de las termas lo pone en riesgo. Y todo a pesar de que el Banco Mundial donó a
estos países 13.400.000 de dólares para estudios y proyectos de protección ambiental
y acuífera de toda esta zona.

¿Tiene conocimientos sobre los recursos hídricos de la Argentina?


Lo que más se conoce de nuestros recursos de agua potable es esa gran reserva
del acuífero Guaraní, los glaciares continentales y cierta cantidad en napas subterrá-
neas. En cuanto a su cuidado y uso racional, ¡bien, gracias!, fíjense que usamos agua
potable en los sanitarios, para regar, para lavar pisos, para lavar el auto, es decir para
todo, cuando en otros lugares, Europa por ejemplo, no es así.

Usted pertenece a la Asociación Argentina para el Progreso de las Ciencias. ¿Cuál es el


objetivo de esta asociación y quiénes la integran?
Sus principales objetivos son propender al avance y la difusión de la ciencia, la
formación y especialización de investigadores, el acercamiento entre los científicos y las
personas interesadas en el conocimiento de las ciencias y cooperar en investigaciones
útiles para el progreso del país. Fue fundada en 1934 por el doctor Bernardo A. Houssay
y otras personalidades de la cultura argentina, con el propósito de estimular el desarrollo
científico y académico del país. La aapc es una organización no gubernamental sin fines
de lucro. Su conducción es ejercida por un Colegiado Directivo en el que participan otras
sociedades científicas.

Como miembro de esta asociación, ¿sabe si se están realizando en la Argentina inves-


tigaciones para el mejor uso de los recursos hídricos?
Se hace aisladamente, gracias a algunos científicos y técnicos que se preocupan
personalmente, pero no en base a un proyecto y planificación estatal serio y con el rigor
que tendría que hacerse.

* La perforación indiscriminada de pozos destinados al negocio de las termas aumenta el riesgo de


salinidad del acuífero. Más información en <www.fcen.uba.ar/prensa/cable/2007/pdf/Cable_649.pdf>.

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Si tuviera la posibilidad de desarrollar una política para prevenir una crisis hídrica, ¿cuál
o cuales serían sus prioridades?
Lo que haría, por lo menos en nuestro país, es lograr un buen estudio de los re-
cursos que tenemos y de cómo se los está usando y cuidando, es decir, buscar inteli-
gentemente el aprovechamiento y uso racional del agua. Sin pérdida de tiempo llevaría
adelante seriamente el proyecto financiado por el Banco Mundial. Recién entonces se
puede planificar alguna política para hacer que su rendimiento sea óptimo y evitar su
mal uso y la posible contaminación. Y aun más, evitar situaciones de inundaciones con
una buena planificación de evacuación y más control sobre los ríos principales. En nues-
tro país son pocos los ríos que continuamente son monitoreados. Y como consecuencia
de esta negligencia por parte del Estado ausente, me animaría a decir que se pierden
vidas humanas y se registran importantes pérdidas materiales. Lamentablemente nos
falta mucho por hacer, no solo al gobierno sino a la sociedad en general.

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Tratamiento de barros cloacales y eliminación de bacterias


y virus patógenos del agua
Entrevista a Cecilia Magnavacca*

Florencia Albarello, María Florencia Miñones, Ana Lucía Rodríguez

El tratamiento de efluentes y residuos es una de las opciones que, pensamos,


pueden disminuir la contaminación de las aguas. Realizamos esta entrevista con el fin
de llevar a la clase más información sobre el tema y tratar acerca de los límites de este
método. La licenciada Cecilia Magnavacca es responsable del Laboratorio de Irradia-
ción de Efluentes y Residuos del Departamento de aplicación, investigación y desarrollo
del Centro Atómico de Ezeiza (cae).

P: ¿En qué consiste su trabajo?


R: Nuestro trabajo consiste en desarrollar tecnologías de aplicación de radiaciones
Gamma para el tratamiento de ciertos componentes tóxicos o infecciosos. Principalmen-
te, nos encargamos del tratamiento de los barros cloacales provenientes de los efluen-
tes, para que posteriormente se los pueda reutilizar como fertilizantes.
Otras finalidades son la reducción de polímeros a monómeros, el tratamiento de resi-
duos hospitalarios para reducir la contaminación que estos generan, y por último la irra-
diación de alimentos como método de conservación. La irradiación es utilizada en todos

* Entrevista realizada en mayo de 2007.

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esos casos para reducir la contaminación microbiana y eliminar bacterias patógenas y


virus de la materia, en la mayoría de los casos del agua.

¿En todas las ciudades se realiza el mismo tratamiento con el agua proveniente de los
efluentes?
No. Hay una marcada diferencia entre las denominadas ciudades costeras y las
mediterráneas. Las ciudades costeras, como Mar del Plata por ejemplo, poseen una red
cloacal que consiste en un complejo sistema, y que finaliza arrojando los desechos en
el fondo del mar, más precisamente en las zonas más profundas donde se supone que
la corriente no puede devolver el material hacia la costa. En las ciudades mediterráneas
los desechos cloacales tienen que ser sometidos a un tratamiento especial porque no
hay posibilidad de arrojarlos al mar. Para eso existen las plantas donde se realiza el
tratamiento primario, que consiste en la sedimentación, y luego se separan líquidos de
sólidos. Los líquidos se filtran y se cloran, y finalmente los productos clorados, que son
contaminantes, se descargan en algún río. Estos líquidos, según las normas, tienen sus
parámetros de contaminación suficientemente minimizados. Aunque es discutible esta
reglamentación, porque en nuestro país los niveles permitidos son más altos que en
otros países del mundo. La parte más difícil es la del tratamiento del sólido restante, los
denominados barros sólidos. Una parte de estos barros es la que se somete a la irradia-
ción, permitiendo su reutilización como fertilizantes, entre otros usos.

Usted mencionó que solo a una parte de los barros cloacales se los somete a la irradiación
para que puedan ser reutilizados. ¿Qué sucede con aquellos que no son irradiados?
Ocupan lugar, y además contaminan. Cuando se hace la separación líquido-sólido,
lo sólidos se van acumulando, y luego se los tira a lugares bajos para, por ejemplo, usar-
los como relleno. A estos no se les realiza ningún tratamiento previo, y son altamente
contaminantes.

¿Se realiza algún tratamiento con los efluentes generados en el mismo cae?
No. El agua va a parar a una planta de tratamiento chica que está en el mismo cae,
pero no tiene un tratamiento especial posterior. Volviendo a lo que dije antes, el caso de
la ciudad de Buenos Aires es atípico, porque a pesar de no tener salida directa al mar,
se la considera una ciudad costera. La ciudad tiene su red cloacal que descarga al Río
de la Plata, y luego los residuos siguen el recorrido hasta el océano.

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¿Sólo se utilizan rayos Gamma para la irradiación?


No, también se realiza la irradiación con UV (luz ultravioleta) la cual se utiliza para
tratar agua contaminada. Aunque luego de la irradiación el agua no se vuelve potable,
se la puede emplear con otros fines, como por ejemplo para hacer funcionar un lavarro-
pas, o para lavar cualquier material. Actualmente existe en Mendoza un lugar equipado
para realizar este tipo de tratamiento. Pero la mala prensa generada en torno a este
proceso generó desconfianza y cierto rechazo en la sociedad.

¿Cuál es su opinión sobre la denuncia realizada en el año 2005 sobre la supuesta con-
taminación con uranio de las napas de Ezeiza?
Creo que fue una cuestión política. En el cae el único lugar donde hay manipu-
lación con uranio es en el conuar (empresa compuesta por la Comisión Nacional de
Energía Atómica, cnea, y el Grupo Pérez Companc que comercializa productos desti-
nados al mercado nuclear nacional e internacional). Allí se trabaja de forma muy prolija
y es imposible que haya podido llegar uranio a las napas. El conuar tiene su propio
sistema de recolección de residuos, dado que allí se fabrica uranio radiactivo. Son todos
procesos cerrados, no hay forma de que ocurran escapes. Fue un tema muy conflictivo
en el que tuvo que intervenir la justicia por la excesiva presión política. Pero finalmente
nunca se comprobó la existencia de contaminación en esas napas, y el tema perdió
difusión mediática.

¿Es posible que a los barros, por efecto de la irradiación, se les impregne un material
radiactivo como contaminante?
Esa es la pregunta más común que se plantea cuando se habla del tema. Pero
esto no es posible, ya que lo que se hace cuando se irradia es exponer el material a los
rayos, no se establece contacto físico entre el agua y las ondas radiactivas. Nunca se
puede contaminar con la irradiación. Los rayos Gamma, al impactar sobre la materia,
descargan una energía que produce la ionización de algunas moléculas dentro de la
materia. Esta ionización provoca la desestabilización de membranas celulares y, de
esta manera, mata a los microorganismos. Pero es el único efecto que provoca, no tiene
ningún tipo de efecto colateral.

¿El tratamiento del agua que ustedes realizan es controlado por el Estado?
Actualmente no. Hace varios años se produjo un boom en el que se cuestionó mu-
cho el destino final de los residuos y se realizó un proyecto mundial, en el que participó

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nuestro equipo, organizado por la oiea (Organización Internacional de Energía Atómica).


El proyecto duró cuatro años, entre 1995 y 1999 e incluyó a quince países que estaban
trabajando en el tema. En él se hicieron experiencias complejas, en las que se deter-
minó qué tipo de irradiación debía utilizarse para eliminar los organismos patógenos y
se caracterizó a los barros en relación a su contenido de metales pesados. Desde la
finalización del proyecto y hasta el día de hoy las normativas vigentes son las pautadas
en ese momento. Pero es probable que en poco tiempo la regulación se modifique y se
limite el uso de la irradiación por las evidencias de los contenidos de compuestos orgá-
nicos y de acción endocrinológica, de efectos todavía no bien estudiados.

¿Por qué cree que no se le realiza el tratamiento a todos los residuos de los efluentes?
El mayor impedimento es el alto costo que requiere el proceso. La irradiación se
justifica cuando se hace a gran escala, es decir, en grandes cantidades, ya que se ne-
cesita contar con el irradiador, la infraestructura e ingeniería necesaria para el armado
y la puesta en funcionamiento de la planta. Y otro factor que influye es el hecho de que
económicamente a las empresas industriales no les es redituable, ya que su problema
con el agua no son los microorganismos que esta posee. Entonces desde ese sector
tampoco se impulsa al crecimiento de este tipo de tratamientos.

Para ampliar información: <http://www.basuranuclear.org.ar/>, <http://caebis.cnea.


gov.ar/>, <http://200.0.198.11/index.htm>, <http://caebis.cnea.gov.ar/infogral/rrpp/infor-
meCAE.ppt#1>.

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El agua de Berazategui
Entrevista con el bioquímico Roberto Poloto*

Sergio Giusti, Sabrina Mina y Cristian Ramírez

Cualquiera que haya probado el agua de Berazategui seguramente notó la dife-


rencia de ese sabor característico a cloro del agua de otros partidos. Es que el agua
de Berazategui no proviene de la planta potabilizadora de Bernal sino de un inmenso
recurso hídrico producido por el escurrimiento del agua de lluvia, durante miles de años,
llamado acuífero Puelche. Teniendo en cuenta esta peculiaridad fuimos a hablar con el
doctor Roberto Poloto, bioquímico de la UBA, vecino de El Pato y jefe del Departamento
de Bromatología y Bacteriología de la Municipalidad de Berazategui, con veinte años de
experiencia en el laboratorio de ese departamento.
A partir de esta entrevista hemos conocido el funcionamiento del laboratorio de
aguas de la Municipalidad de Berazategui, donde se realizan los controles necesarios
sobre el recurso que se extrae del acuífero Puelche (una de las reservas de agua pota-
ble más importante del país) para la posterior distribución a la población de casi todo el
Municipio.
Berazategui explota este importante recurso para proveer de agua potable de muy
buena calidad a sus vecinos y lo hace de manera totalmente independiente del sistema

* Entrevista realizada en mayo de 2007.

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que abastece a Capital Federal y gran parte del Conurbano Bonaerense. Hasta la década
de 1990 la empresa Aguas Argentinas extraía el agua del acuífero Puelche, pero debido
a la contaminación de algunas perforaciones el Ente Tripartito de Obras y Servicios Sa-
nitarios (etoss) dispuso que dejaran de hacerlo y a partir de ese momento se completó
con el agua del Río de la Plata. Se cree que la suspensión de la extracción del Puelche
es uno de los factores que hicieron que las napas freáticas subieran su nivel, provocando
inundaciones de sótanos tanto en Capital Federal como en el Gran Buenos Aires.
En Berazategui, la red de distribución de agua potable se comenzó a construir en
1939 y fue creciendo junto con la población del partido. En la actualidad existen más
de 100 pozos de extracción y se sumarán a estos varios pozos más, ya que se están
realizando ensayos para nuevas perforaciones.
El doctor Poloto destacó la importancia del cuidado del acuífero y del consumo ra-
cional del agua potable, ya que muchas veces utilizamos el agua de manera desmedida,
sin tomar conciencia de lo valioso que es este recurso para la vida y lo difícil y costoso
que es obtenerlo, podríamos decir que, desde este punto de vista, Berazategui tiene
una ubicación privilegiada por contar con una fuente natural de agua potable sin tener la
necesidad de extraer agua del Río de la Plata, que debe recibir tratamientos de potabi-
lización antes de ser distribuida.
Frente a esto hemos entendido que, sea cual fuere la fuente de agua que consi-
deremos, es sumamente importante que cada uno de nosotros actúe de manera res-
ponsable al momento de utilizar el agua potable, que tomemos conciencia del grado de
contaminación de nuestros ríos, en particular el Río de la Plata, de la importancia de
reducirlo y de promover el saneamiento de las aguas actualmente contaminadas.
No olvidemos que gran parte de la provincia de Buenos Aires se abastece de agua
potable a partir del agua extraída del Río de la Plata, ese mismo río al cual se vierten
toneladas de desechos cloacales diariamente sin ningún tipo de tratamiento previo.

P: ¿Qué profesionales trabajan en el lugar?


R: En este momento hay un Jefe de División, que también es bioquímico de la uba,
el doctor Giménez y una analista que es licenciada en Biotecnología de la Universidad
Nacional de Quilmes.

¿Cuál es el origen del agua que se consume en el partido de Berazategui?


El agua que se consume viene de pozos profundos, toda el agua de Berazategui
proviene de pozos semisurgentes que abastecen la red.

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¿Cuántos pozos hay en el partido de Berazategui?


Aproximadamente 110 en la parte urbana y después hay una batería de 10 pozos
en Pereyra que alimentan un acueducto que llega al centro de Berazategui. En este
momento se está perforando y explorando una nueva batería de 25 pozos más en la
zona de El Pato.

¿Podría hablarnos un poco de la historia de los pozos del lugar?


En este predio había un pozo que era el número uno de Berazategui, donde está
el tanque en la actualidad, pero hace muchos años ese pozo fue cegado. Ahora hay
otro dentro del predio, que es el número 48 que puede llegar a tener 20 años. El pozo
número uno original fue construido en 1939.

¿Para qué se había construido el pozo original?


A través de una institución privada, el Grupo Bemberg (hasta 2006 poseedor de
parte de la cervecería Quilmes), se creó una Cooperativa de suministro vecinal de agua,
el pozo que existía en este predio alimentaba un tanque que después tenía una peque-
ña red de distribución para un sector de vecinos. Otra red se repitió en Quilmes con
otros pozos que actualmente están cegados.

¿A que cantidad de personas abastece este sistema?


Abastece a todo el partido, salvo algunas pequeñas zonas rurales que pueden tener
perforaciones propias para el suministro de esa vivienda o actividad de explotación.

¿Qué pros y contras acarrea el uso de agua del acuífero Puelche y no el agua de la
cuenca del Río de la Plata?
Yo creo que todo es a favor en el uso del agua del acuífero, entiendo que desde el
punto de vista nutricional, sanitario y demás lo ideal es la provisión de agua a partir de
pozos semisurgentes. Como inconveniente está el hecho de que su mayor contenido de
sales totales hace aparecer en los elementos de vajilla –donde calentamos agua, por
ejemplo en una pava– una cantidad de sarro importante, lo mismo ocurre con el calefón
y el termotanque. Por lo tanto el mantenimiento tiene que ser más frecuente.

¿Por qué cree que otros partidos, por ejemplo Quilmes, utilizan agua del Río de la Plata
para abastecer con agua potable a la población?
Quilmes es un caso muy particular porque tiene un número importante de perfora-

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ciones, entonces, creo que el sistema está determinado pura y exclusivamente por una
cuestión de costo de producción por litro de agua. Distinto es el caso de un partido que no
tiene la infraestructura de pozos suficientes como para abastecerse y sí tiene acceso a
una conexión con una planta de tratamiento. Pero Quilmes tiene una infraestructura con
un sistema suficiente de pozos que le permitirían abastecerse o hacer un sistema mixto.

¿Cree que el desuso de la reserva subterránea por parte del partido de Quilmes influyó
sobre la suba de napas en la zona de Bernal?
Estimo que sí, realmente no puedo probarlo. Cuando se perfora un pozo, hay un
nivel estático que es cuando la bomba está parada y un nivel dinámico que es cuando
la bomba está en funcionamiento, al no haber extracción, ese nivel avanza (el estático),
por ser el pozo semisurgente, pero de ahí a llegar a inundar un sótano es otra cosa,
realmente desconozco.

¿Qué relación tiene el municipio de Berazategui con aysa (Agua y Saneamientos Ar-
gentinos)?
Ninguna, aysa no tiene ninguna injerencia a nivel del suministro de agua potable.
Probablemente se relacione con el tema de cloacas, porque en definitiva el sistema de
cloacas de Berazategui termina en conductos que se relacionan con la red de aysa.

¿Qué control se tiene sobre la calidad del agua del acuífero? ¿Qué tipo de análisis se
realizan?
En general, a grandes rasgos, hay dos tipos de controles, uno es el bacteriológico,
que se hace con una alta frecuencia y otro es el control fisicoquímico. El primero se
hace sobre la totalidad de los pozos e incluso se controlan distintos puntos de la red de
distribución, esto más que nada para asegurar que el agua sea inocua. Por otro lado, el
análisis fisicoquímico es para planificar las futuras perforaciones o incluso los caudales
que se manejan en cada una de las perforaciones para tratar de minimizar el tema del
frente salino.

¿A qué llama frente salino?


A medida que se hace la explotación de un pozo, a su alrededor, por eso de los
niveles estáticos y los niveles dinámicos, se hace un cono de depresión donde hay un
escurrimiento de agua que lleva estratos o capas. Entonces, a medida que hay mayor
interacción se empiezan a “salificar” los pozos y esto puede perjudicar la calidad del

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agua. Si uno efectúa un trazado de tipo geológico indica que es más probable la salini-
zación al aproximarse a la costa del río. Las cifras más altas están sobre la costa; por
ejemplo, las perforaciones que están en el Pejerrey Club de Quilmes que abastecen a
las piletas tienen, justamente, agua salada.

¿Se han detectado contaminantes en el acuífero?


No. Los controles bacteriológicos se realizan en forma permanente y la respuesta
a un examen deficiente se efectúa en forma inmediata, si un examen arroja un resultado
que no es satisfactorio con algún contaminante biológico, se para, se desinfecta ese
pozo, se vuelven a realizar los análisis y si se corrigió el problema se libera al consumo.
En cuanto a contaminación química, hace muchos años frente al arroyo Plátanos
había una fábrica, que actualmente no está, que fabricaba un compuesto de cromo
como materia prima para curtiembre y en la margen opuesta había un grupo de casas
que tenían pozos particulares sin gran profundidad, es decir, que llegaban hasta las
napas freáticas que son altamente inseguras. En un momento esta gente empezó a
tener agua con una coloración amarilla en sus bombas, una cosa bastante delicada
porque indica contaminación con sales de cromo que son muy tóxicas. Por suerte la
gente tomó conciencia y mediante sus reclamos se completó la red de agua potable
en la zona.

¿Hay algún organismo superior que controle el desempeño del laboratorio y la calidad
del agua?
Con respecto al agua no. Nosotros tenemos otra función en el área de broma-
tología, el control de alimentos. Acá tenemos un convenio de supervisión con el Mi-
nisterio de Salud de la provincia de Buenos Aires, con el laboratorio central, pero en
cuanto al agua, por lo menos con respecto a la determinación técnica y al manejo del
laboratorio no.

¿Qué tipo de energía usan las bombas?


Utilizan energía eléctrica trifásica, son bombas sumergibles.

¿Cuál es el origen de los recursos económicos para mantener el funcionamiento del lugar?
Es un tema que no manejo, pero es un servicio que está a cargo de la Municipali-
dad que tiene potestad de cobrar una tasa por el servicio.

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¿El sistema es económicamente sustentable?


Con certeza no les sé decir pero entiendo que sí, en definitiva es un balance entre
lo que gastás y lo que percibís por el cobro del servicio.

¿Qué se puede hacer para preservar el agua del acuífero?


En principio, hay que cuidar el agua del acuífero, porque la recarga de los acuíferos
es muy lenta. Entonces hay que preservarlo haciendo una extracción racional y vien-
do el tema del frente salino, para ello se construyó hace unos cuantos años la nueva
batería de pozos en Pereyra y ahora se está diseñando la de El Pato, porque es agua
de excelente calidad que a través de un acueducto se trae a la zona más densamente
poblada, donde hay mayor demanda de agua. Para que se hagan una idea general,
cualquiera de los pozos que puede estar en la zona más urbana, más céntrica de Bera-
zategui, contiene alrededor de 150 y 200 miligramos de cloruro por litro y el agua de El
Pato, que son perforaciones de ensayo, está en menos de 20 (miligramos por litro), es
agua de excelente calidad.

¿Qué medidas se están tomando para el buen uso del recurso?


Periódicamente veo que el municipio hace campañas para concientizar a la gente
sobre el uso racional del agua. Hay una cuestión que creo que es bastante importante,
se calcula que el consumo de agua de un individuo por día es de 300 litros o sea que
una familia tipo estaría consumiendo 1200 litros de agua por día. Si lo medimos por in-
dividuo, la ingesta de agua a través de infusiones más lo que utiliza en la preparación
de alimentos y la ingesta de agua natural como bebida raramente supere los 2 litros,
frente a los 300 que se consumen. Cada vez que se tira el depósito del baño se van
entre 18 y 20 litros de agua potable, entonces, hay un montón de situaciones en las
que es importante que la gente sea consciente, por ejemplo los enjuagues, hay gente
que enjuaga los trapos de piso dejando la canilla abierta, el riego indiscriminado, el
lavado de veredas en forma indiscriminada, etcétera, es mucha el agua que se pierde
en esos usos.

Seguramente debido al aumento de la población serán necesarias nuevas perforacio-


nes, ¿esto puede provocar un encarecimiento del agua?
Con respecto al mayor número de perforaciones sí, yo estoy acá desde al año
1978, en ese año en el partido de Berazategui había alrededor de 22 pozos, eso fue
creciendo y hoy estamos hablando de alrededor de 100 pozos en la parte más urbana y

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10 en Pereyra. A medida que se incorporan usuarios y se realizan más pozos el servicio


es más caro, pero también se cobran impuestos a una mayor cantidad de personas.

¿Estima que Berazategui en algún momento va a necesitar el agua del Río de la Plata?
En principio parecería que no, porque si en este momento nos estamos manejando
con el número de pozos que hemos hablado y en general en la época estival, que es
la más crítica, el abastecimiento de agua es bueno en todo el partido y además está la
idea de construir esa reserva de 25 pozos nuevos parecería que por un largo tiempo
no habría problemas. Pero si, y estamos hablando de años, eventualmente el abaste-
cimiento fuera insuficiente, a mi modo de ver, lo mejor sería un sistema mixto, agua de
río y agua del acuífero.

¿Qué piensa sobre la crisis mundial del agua? ¿En qué nos afecta ahora y en el futuro?
Es bueno destacar este tema: si las estadísticas muestran un consumo de 300
litros por día por persona y el agua que se bebe está alrededor de los dos litros por per-
sona solamente, realmente se desperdicia mucha agua y en muchos lugares el agua es
un producto de primera necesidad y es carísimo. Nuestro país, por tener determinados
acuíferos, por tener el río de agua dulce más ancho del mundo y demás, tiene caracte-
rísticas de reserva, por lo tanto se debe cuidar y preservar ese recurso. Además, como
en este mundo nada se regala, hasta puede ser una fuente de ingresos económicos
importante.

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La ocupación de costas en la Patagonia*

Diego Aligia

A partir de búsquedas en internet y bibliografía recomendada por los docentes rea-


licé este informe que intenta abordar el problema que genera la ocupación de costas. El
derecho a la recreación y al disfrute de lagos, ríos o mares es otro de los tópicos que se
desprenden de la discusión en torno al agua y al uso de espacios públicos.

Introducción

La ocupación efectiva de lotes a lo largo de la costa argentina y la construcción,


ya sea con fines residenciales, vacacionales o turístico comerciales, no son fenómenos
nuevos, pero hoy en día pasan a primer plano debido al aumento que se ha registrado
en los últimos años. En este informe se tratará exclusivamente lo referente a centros
urbanos perilacustres de la zona noroeste de la Patagonia.
Existe una confrontación entre vecinos y empresas constructoras o grandes propie-
tarios de terrenos: los vecinos reclaman su derecho a tener acceso libre a los cursos de
agua y a conservar el medio ambiente, mientras los grandes dueños pretenden sacar el

* Informe realizado en noviembre de 2007.

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máximo provecho económico, sin importar los perjuicios producidos al medio ambiente.
Como ejemplo se tratarán dos casos concretos de construcciones que se preten-
den llevar a cabo en la ciudad de San Carlos de Bariloche. Uno es el caso del barrio
privado El Redil, a orillas del lago Moreno, y otro es la construcción de unas cabañas
en la playa Bahía Serena, a orillas del lago Nahuel Huapi. Se analizará también el caso
de la agresión a una pareja que intentaba acceder a una playa pública, y finalmente,
se analizarán algunas de las consecuencias que producen las construcciones sobre el
ecosistema costero.

Aspectos legales

El Artículo 2340 del Código Civil de la República Argentina enumera los bienes que
integran el dominio público, entre los cuales se incluyen los lagos navegables y sus le-
chos. También pertenecen al dominio público las playas del mar y las riberas de los ríos,
las cuales comprenden la extensión de tierra que se ocupa en las mareas altas o en las
crecidas ordinarias. Pero no se define exactamente a qué se considera lecho del lago.
Un fallo de la Corte Suprema de Justicia (pp. 446-447 del Tomo 105 de Fallo de
CSJN) define al lecho como la superficie de la tierra que las aguas ocupan habitualmen-
te. El límite del lecho se extiende hasta donde llegan las más altas aguas en su estado
normal y permanente.
El Artículo 183 de la Carta Orgánica de San Carlos de Bariloche en su página 21
dispone también que: “La Municipalidad garantiza a todas las personas el acceso y uso
de los lagos navegables y sus márgenes, y de los ríos y arroyos navegables y sus ribe-
ras externas, para el libre tránsito y disfrute de las generaciones presentes y futuras.”
Y la Ordenanza Municipal Nº 1541 del Consejo Municipal de San Carlos de Bariloche
establece que el Departamento Provincial de Aguas de Río Negro ha fijado la línea de
ribera del lago Nahuel Huapi en 770,4 msnm (metros sobre el nivel del mar). Según es-
tablece el Código Civil hasta esa línea llega el dominio público. Ese límite se determinó
teniendo en cuenta las crecidas máximas de los últimos años. Además define a la zona
comprendida entre la línea de ribera y los 771,2 msnm como “área de preservación”, en
la cual a pesar de pertenecer al dominio privado, solo están permitidos usos agrícolas-
forestales y no para la construcción.

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Barrio privado El Redil

El futuro barrio privado tendrá 1 km de largo por 270 m de ancho (sobre la costa).
Cuando comenzaron las obras se cercó completamente la zona hasta el lago, quitando
el paso a cualquiera que quisiera caminar por la costa, a pesar de que el Código Civil
establece que es de acceso público.
Esta construcción supone cuatro consecuencias negativas contra el medio ambien-
te y la sociedad: la primera es que la costa del lago es un espacio público utilizado para
la recreación y actualmente estaría restringido al uso de las personas que vivirán en el
barrio. La segunda se produce debido a que como el terreno tiene una longitud de 1 km
de largo, alguien que quiere pasar de un lado al otro del barrio cerrado, a la altura de la
costa, tiene que hacer un rodeo de más de dos kilómetros para poder cruzar. La tercera,
que los desechos cloacales del barrio sean arrojados al lago. Y la última, que se planea
edificar el 70% del área, mientras en Bariloche el máximo permitido es el 30%.
En Bariloche, los proyectos de gran magnitud como es el caso de este barrio pri-
vado, deben pasar una prueba de impacto ambiental para medir los daños al medio
ambiente. Este proyecto no pasó la prueba, y a pesar de esto la municipalidad de San
Carlos de Bariloche lo aprobó.
Gracias a las reiteradas manifestaciones de los vecinos se logró dejar paso por la
línea de la costa. Hoy en día a pesar de que no continuó la construcción, se está des-
mantelando el terreno y drenando un mallín (una especie de pantano típico de la Pata-
gonia) interior a la propiedad lo cual modifica las condiciones naturales del ecosistema.

Cabañas en Bahía Serena

La construcción de las cabañas se realizaría sobre la costa del lago Nahuel Hua-
pi debajo de los 771,2 m establecidos para poder construir. Pero además está debajo
de la línea de ribera establecida de 770,4 m por lo que se estaría construyendo sobre
espacio público. Este proyecto también fue aprobado por el municipio en 2005, pero
gracias a la presión ejercida por los habitantes de la ciudad todavía no se comenzó con
la construcción: en reiteradas oportunidades los vecinos impidieron su comienzo. Como
consecuencia de esta obra se reduciría considerablemente el espacio de Bahía Serena,
una de las dos playas principales de la ciudad, lugar que eligen miles de barilochenses
y turistas año a año para pasar su tiempo libre.

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La propiedad completa se encuentra debajo de la línea legal de construcción de


771,2 msnm mencionada anteriormente, por lo que queda prohibida la construcción en
toda su extensión. El 15 de mayo de 2007 la Cámara de apelaciones civiles (expdte.
00238-026-06) determinó “la imposibilidad de la realización de las obras tal como han
sido propuestas por la propietaria”.
Ahora surge la siguiente pregunta ¿las inmobiliarias que comercializan las parce-
las aclaran estos aspectos o hacen parecer que las costas son parte de la propiedad?
Porque probablemente nadie compraría un terreno sobre el cual no se puede construir
en esa zona.
Estos son tan solo dos ejemplos concretos, pero la historia se repite en muchos
otros lugares, no solo en Bariloche y en otras ciudades cercanas como Villa La Angostu-
ra o San Martín de los Andes, sino a lo largo de todo el territorio argentino.

Agresión a una pareja

El hecho ocurrió el domingo 26 de mayo cuando dos jóvenes ingresaron a una


playa (sin haber cruzado alambrados) y los dueños de la propiedad lindante a la costa
los sacaron a los golpes, según declaró uno de ellos. Como repudio a lo sucedido, y a
la ocupación de costas en general, 300 vecinos se manifestaron en las costas del lago
como se puede ver en la nota publicada en las páginas 64 y 65 del diario Perfil del 10
de junio (2007). Los jóvenes realizaron la denuncia sobre los agresores pero el juez que
investiga la causa comunicó al abogado de los jóvenes el posible sobreseimiento de los
denunciados, sin dar lugar a la presentación de pruebas, por lo que los vecinos realiza-
ron otra marcha el pasado 20 de junio.

Consecuencias sobre el medio ambiente

En la actualidad, la razón para evitar la construcción sobre los lechos de ríos y la-
gos está referida a la recreación. Pero también hay que tener en cuenta los daños que
se producen sobre la flora y la fauna.
Cuando se realizan los loteos, una práctica de cierta frecuencia es cortar o “limpiar”
por completo la vegetación de la franja costera, con el objetivo de tener vista y acceso fácil
al cuerpo de agua. En ocasiones también se interviene sobre la estructura física de la cos-

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ta, construyendo muros u otras estructuras en reemplazo de la morfología original. Uno de


los riesgos más significativos es el que corren los huillines (nutrias de río) en la región.
El huillín requiere que la franja inmediatamente adyacente a la orilla de los cursos
de agua tenga una importante cobertura vegetal. Los mejores hábitat son aquellos con
vegetación madura, grandes árboles con ramas colgantes, abundantes troncos caídos,
bases de troncos y complejidad estructural dada también por la presencia de grandes
bloques de roca. Debido a esto el deterioro de la vegetación costera influye directamen-
te en las condiciones de vida de los huillines, provocando una reducción en su población
en los últimos años.
Asegurar la protección del hábitat costero es completamente viable. Porque las
alteraciones que producen el deterioro no son producto de la extracción de recursos
vitales para el hombre.
El mantenimiento de la integridad de las costas no implica la ausencia del uso
humano en toda su extensión. Puede ser compatible con accesos a los lagos, muelles,
usos recreativos de las playas y otros usos que impliquen un reducido daño a la vege-
tación costera.
Conservar el hábitat costero, aparte del caso puntual del huillín, es importante para
filtrar impactos desde los ecosistemas terrestres a los acuáticos, estabilizar las costas y
dar soporte a comunidades biológicas propias, entre otras funciones.
Como se trata de un hábitat lineal y angosto, de un área escasa, está muy expuesto
a ser degradado rápidamente si no se hace una planificación de la actividad humana.
A pesar de la degradación ocurrida, todavía queda mucha costa en buen estado en
el ejido municipal. Por eso es importante tener en cuenta las consideraciones anteriores
para futuras construcciones.

Conclusiones

Debido al incremento de la venta de tierras fiscales a lo largo de toda la Repúbli-


ca Argentina, debe realizarse un control estricto de los usos que se le dará para evitar
abusos de los propietarios tanto sobre el medio ambiente como respecto a la ocupación
de costas.
Las costas son de dominio público y por más que la propiedad lindante sea privada
se debe dejar un acceso para que cualquiera pueda transitarla sin importar quién sea el
dueño de la misma.

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El avance de las construcciones produce deforestación, que además de cambiar


el paisaje y reducir la cantidad de espacios públicos perjudica a la fauna que habita el
lugar y al ecosistema en general.
Podemos ver que existe legislación, pero lo que hace falta es hacerla cumplir. Se
aprueban proyectos que no cumplen las restricciones impuestas. En el caso particular
de Bariloche, se puede afirmar que hay muchas construcciones que prácticamente es-
tán sobre el lecho del lago. Y actualmente, si no fuera por la presión de los vecinos, se
seguirían incrementando aún más.
Estos proyectos son de gran envergadura e implican muchísimo dinero, para seguir
enriqueciendo a un pequeño grupo de la población, lo que motiva a algunos funcionarios
a evadir las irregularidades de los proyectos.
En la Patagonia existen territorios costeros dignos de admiración que, retomando
las palabras de la Carta Orgánica barilochense, deben poder ser transitados y disfruta-
dos libremente por las generaciones presentes y futuras.

Para ampliar información:


<http://www.concejobariloche.gov.ar/index.php?option=com_content&task=view&i
d=58&Itemid=77>
<http://costalibre.blogspot.com>
<http://ccc2.cl.tripod.com/bio/fauna.html>
<http://www.patagoniafinisterra.blogspot.com>
<http://www.youtube.com/watch?v=lmhfUcVfT8Y>
<http://www.concejobariloche.gov.ar/index.php?option=com_content&task=view&i
d=2293&Itemid=452>

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Stroeder versus la sequía*

Emiliano Medina

Uno de los problemas que se generan en relación al agua es su escasez. La sequía


y su repercusión en la vida productiva de una ciudad de la provincia de Buenos Aires es
el tema elegido para esta breve crónica. La idea fue crear un texto de ficción con base
en datos reales tomados de noticias de periódicos.
***

A manera de corresponsal, en agosto de 2007, fui a cubrir la difícil situación que


está atravesando el partido de Carmen de Patagones, más precisamente la ciudad de
Stroeder. Esta ciudad cuenta con más de 1.800 habitantes; su principal fuente de ingreso
es el campo y la cría de ganado. Durante el transcurso del viaje, mientras manejaba hacia
allí, ya se vislumbraban las heridas que la sequía estaba causando al paisaje del lugar.
La desolación y la muerte me dieron la bienvenida. Me puse a recorrer un poco el
lugar para sentir en carne propia lo que padecen los pobladores y durante la caminata
me topé con un productor del lugar, Miguel Sotelo, dueño del establecimiento El Copete.
Su cara desprendía solamente signos de preocupación y angustia, me relataba que su
propiedad ya aparentaba un cementerio de ganado, vio morir hasta el momento 180
vacas y centenares de ovejas a causa no solo de la falta de agua, sino también de la

* Crónica realizada en octubre de 2007.

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escasez de alimentos. La información que conseguí de su boca me dejó helado: “Hay


sectores donde hace 300 días que no llueve y si no cae agua antes de octubre, estare-
mos desahuciados”. No podía evitar pensar: ¿cómo esta gente logra sobrevivir frente a
la gran escasez de agua?, ¿cuánto tiempo más aguantarán?
La situación se volvía verdaderamente alarmante; el clima no daba signos de alivio
ya que previsiones metereológicas anunciaban precipitaciones para dentro de dos o
tres meses, pero de regular magnitud. En estas zonas suelen producirse lluvias para el
otoño, cuando comienza la siembra, pero no habían llegado aún.
No solo Sotelo era víctima de la sequía sino también casi todas las familias del lu-
gar que son propietarias de ganado y campo. Horacio Schmidt, otro pequeño productor,
me explicó cómo influía esta escasez sobre él: “Tengo 60 vacas madres y de las pari-
ciones nacen terneros muy chiquitos por la mala alimentación y así su valor en el mer-
cado decae”. Tanto él como la mayoría de la gente del lugar debe racionar con extremo
cuidado el alimento de los animales, ya que según cuenta, si no fuera de esa manera se
quedarían sin nada para alimentarlos.
¿El gobierno sabrá cómo viven los habitantes de Stroeder? Si lo sabe, ¿estará
buscando alguna solución para esa gente?, ¿tendrá noción de que si no se hace algo
rápido el ganado sucumbirá bajo la sequía?
Integrantes de Mujeres Agropecuarias de Carmen de Patagones, lideradas por Da-
niela Gross, piden que el gobierno los incluya en emergencia nacional, que está en los
alcances de la Ley 24.959 (aunque esta no especifica directamente el caso de sequía).
Necesitan un decreto del gobernador para que esta ley pueda ser aplicada. Lo paradójico
de todo esto es que técnicos en temas agropecuarios constataron con sus propios ojos la
gravedad del asunto y les dijeron que podrían acceder a los fondos recién dentro de dos
meses. Esto contesta mis preguntas negativamente, pero todavía ellos tienen esperanzas
de que todo vaya a salir bien y es verdad, la esperanza es lo último que se pierde. Pero si
el gobierno no toma conciencia la situación de esta gente puede empeorar.

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Crónica de un navegante por el litoral*

Juan Nacarato

(El autor de la crónica es estudiante de Arquitectura Naval. Eligió contar una ex-
periencia de viaje con amigos de la infancia a bordo de un velero. Datos técnicos de
navegación, descripciones del tránsito fluvial en el Delta del Paraná y costumbres de
los navegantes se mezclan con el paisaje permanente del río. Los cambios de color y
de humor que registra ese paisaje están siempre presentes, como signos, para quienes
viven a orillas del río y quienes lo transitan cotidianamente.)

Primer día

Miércoles 3 de abril, las primeras brisas matutinas golpeaban contra las costas
del Río de la Plata. El Franela, un velero de 19 pies (5.5 m), manga de 7 pies (2 m) y
con orza rebatible (calado entre 1.10 m y 10 cm) diseñado por Volker, se encontraba
amarrado en el cuba (Club Universitario de Buenos Aires) esperando ser tripulado por
nosotros. Agustín, Mariano y Sebastián: mis amigos de siempre y yo, Juan, flamante
Arquitecto Naval.

* Crónica realizada en octubre de 2007.

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Llegamos al club a la mañana, cargamos el barco y partimos a las 10 horas rumbo


al litoral. Salimos a la altura de Núñez, km 25.2 del Canal Mitre y nos dirigimos a la boca
del Río Luján (a la altura de la Catedral de San Isidro, km 23 del Canal Costero), el día
estaba soleado y una pequeña brisa nos acompañaba.
El viento daba de través, nos dirigimos a toda vela, hasta que nos encontramos na-
vegando por los canales del Delta, el viento allí ya no se sentía, nos había abandonado y
nos encontramos ya en territorio náutico motor, bajamos las velas y decidimos seguir el
viaje solo a motor. Como estaba previsto, navegamos por el río Luján durante dos horas
a una velocidad de 5 nudos (10 km/h) hasta llegar al canal Vinculación, viramos hacia
estribor (derecha) y seguimos navegando durante una hora. Luego viramos a babor, por
el río San Antonio, que nos dio paso para tomar el arroyo Dorado, por primera vez en el
viaje podíamos disfrutar las casas del Delta y nos dimos cuenta de cómo la vida cambia
allí. Los chicos nos miraban pasar, algunos saludaban, otros corrían unos metros por la
costa y otros yacían quietos en sus sillas tomando mate junto a sus padres.
Después de una hora el arroyo se había transformado, ya no estábamos en el Do-
rado, ahora nos encontrábamos en el arroyo 9 de Julio. Navegamos durante dos horas
rodeados por una abundante vegetación y terminamos en el río Paraná de las Palmas,
donde los buques tanques –muy comunes allí y frente a los cuales parecíamos una
cáscara de nuez– creaban olas de más de un metro y las corrientes ya eran demasiado
fuertes. Disminuimos la velocidad a 3/2 nudos, esto no solo nos atrasaba, sino que au-
mentaba el consumo de nafta.
Tuvimos que cambiar de rumbo y volvimos a entrar a un arroyo, allí las corrientes
eran menores y el tránsito casi nulo. De vez en cuando veíamos pasar alguna canoa
modificada con motores o chatas madereras que trasladan toneladas de leña a los dis-
tintos hogares del Delta para abastecer sus cocinas económicas. También pasaban los
famosos “mercados flotantes” que cotidianamente aprovisionan de víveres a los habi-
tantes del Delta.
Teníamos pensado amarrar en unas cabañas en el Aguaje del Durazno. Llegamos
a las 17 horas y nos comunicamos con el encargado del complejo, el buen señor nos
informó que se encontraba todo completo y que no podíamos amarrar allí, pero que 20
millas adelante en el río Paraná Mini y el canal Nº 4 se encontraba un complejo náutico
donde podríamos pasar la noche.
No nos quedó otra que seguir rumbo a lo desconocido, ya el sol se estaba ponien-
do y fue apareciendo la otra cara del litoral: el color del río pasó de un marrón claro a
negro, los árboles y matorrales eran como paredes alrededor, que a veces se cerraban

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sobre nuestras cabezas. Los mosquitos salieron a cazar, no era uno, ni dos, eran nubes
y nubes negras que zumbaban al compás del motor, eran tantos que decidimos hacer
turnos para disminuir el sufrimiento. Nos turnábamos cada treinta minutos al timón, al-
rededor de las 20 horas los mosquitos habían desaparecido mágicamente y decidimos
dividirnos, dos a proa y dos a popa, los de proa nos guiaban a través de la oscuridad.
Una hora después nos llevamos la grata sorpresa de tener como compañía una gran
luna llena que nos iluminó el camino.
A las 22 horas llegamos al río Paraná Miní y ya nos encontrábamos un poco más
cerca de la primera parada. Decidimos descansar un rato y tiramos el ancla al agua,
disfrutando un buen vino con la compañía de la luna. Luego de una hora retomamos el
viaje durante otra hora más hasta llegar al complejo náutico, amarramos en un muelle
y nos tiramos a dormir adentro del barco después de un intenso día de navegación a
bordo del Franela.

Segundo día

A la mañana siguiente el sol se tomó la molestia de despertarnos. La temperatura


en el interior de la nave comenzó a subir y nos obligó a levantarnos. Fui el primero de
los cuatro en salir del barco, todo había cambiado a la luz del sol. Nos encontrábamos
amarrados en un lugar donde había tres edificios, un comedor, unos vestuarios y una
estación de servicio que se encargaba de suministrar combustible a los barcos que na-
vegan por el canal Miní. Como todo parador también tenía una playa sobre el canal.
Finalmente, los tres “vagos” que me acompañaban decidieron salir del barco. Agus-
tín, Sebastián y Mariano traían dos guitarras y un tambor que habíamos llevado a falta
de equipo de música.
Estos tres tripulantes son mis amigos de toda la vida, uno más peculiar que otro,
pero con algo en común: su amor por la música y el río. Mariano es un conocedor de
jazz y un gran guitarrista que sigue la escuela de Django Reinhardt; es además estu-
diante del Conservatorio de Piano. Agustín es jugador de rugby y estudiante de Ingenie-
ría Química, toca la guitarra y se destaca por la terquedad de sus acciones. Y por último
Sebastián, estudiante de derecho y filosofía, toca también la guitarra y es fanático de la
bossa nova. A mí también me gusta la música, pero fundamentalmente amo los barcos
y mi misión era que nuestro velero llegara seguro a destino.
Nos dirigimos a la playa a tomar unos mates y observar el gran canal. Nos sorpren-

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dió su fuerza, la corriente era más fuerte de lo que pensábamos, los camalotes navega-
ban río abajo con una velocidad poco común.
Tuvimos que tomar decisiones: ¿cuál sería nuestra próxima acción, seguir río arri-
ba contra la corriente o bajar? Optamos por bajar y así aprovechamos la fuerza de la
corriente para ganar velocidad y ahorrar combustible. Hora de zarpada, el atardecer;
rumbo, hacia los Bajos del Temor (una bahía cerca de la isla Martín García).
Nos pasamos toda la tarde tocando música en la playa, conversando con las per-
sonas que iban llegando al complejo náutico, intercambiando experiencias y hablando
de la maravillas de los ríos. Conocimos al dueño del complejo, el señor Toni, un hombre
mayor muy amable que nos contó historias de barcos y de isleños, luego nos advirtió
que el clima iba a ir empeorando y se venían lluvias y vientos fuertes.
Llegó la hora esperada, el sol comenzaba a esconderse, los mosquitos volvieron a
aparecer y decidimos partir rumbo a los Bajos del Temor.

Navegación nocturna hacia lo desconocido

Soltamos las amarras a las 19 horas, prendimos el motor y salimos del complejo
náutico. Doblamos a babor y fuimos río abajo por el canal Miní, teníamos muy buena ve-
locidad, llegábamos a los 9 nudos que en esa circunstancia es una muy buena marcha.
Ya a las 20 horas el sol se había puesto y la luna se asomaba imponiéndose en la oscu-
ridad, en el río lo único que veíamos era su reflejo rodeado de una espesa vegetación.
Navegamos varias horas por el canal Miní, doblamos a babor en el arroyo Austral,
un arroyo no muy ancho pero bastante poblado; comenzaron a aparecer barrios humil-
des de pescadores, y cada vez más se notaban los complejos de viviendas. Seguimos
navegando varias horas, aproximadamente cuatro, llegamos a una bahía gigantesca y
vimos algunas embarcaciones fondeadas en distintos rincones. Decidimos fondear allí
nosotros también, cerca de un juncal. Arreglamos todo el barco y empezamos a feste-
jar esta maravillosa expedición. El cielo todo estrellado nos permitía diferenciar varias
constelaciones y a lo lejos veíamos algunos cúmulos de nubes.
Llegó entonces el momento de cocinar unas pastas que tardaron horas en hacerse,
hacía mucho frío y había una pequeña brisa que hacía muy difícil su cocción. Después de
un buen tiempo ya estaban cocidas y empezó el festín, el alcohol salió de su escondite y la
cena fue acompañada con todo tipo de bebidas. El tiempo pasaba mientras la pequeña em-
barcación se mecía sobre el río, nos fuimos quedando dormidos esperando un nuevo día.

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Tercer día

Nos levantamos cerca del mediodía con el cielo despejado y el sol radiante sobre
nuestras cabezas. Decidimos levantar el ancla y explorar toda la zona donde nos en-
contrábamos.
En los Bajos del Temor, muchas embarcaciones practicaban la pesca deportiva,
algunos se dedicaban a descansar y tomar sol.
Decidimos que era la hora de regresar, a las 14 horas tomamos rumbo al lugar del
cual tres días antes habíamos partido. Volvimos por los canales a una velocidad pro-
medio de 8 nudos gracias a la fuerza de la corriente. Llegamos a la desembocadura del
río Luján a las 17 horas e izamos velas, soplaba una fuerte sudestada. Nuestro velero,
el Franela, iba a todo trapo con rumbo de través. Las olas pasaban por arriba del casco
como si nada, la navegación duró tres horas más y llegamos a las 20 horas al puerto.
La noche llegó, nos alcanzó su silencio y el Franela arribó a destino. El viaje había
concluido, la pequeña embarcación, que se portó de maravillas, nos había hospedado
por tres días intensos. Fue una experiencia formidable.

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Sed en Santiago*

Roberto Arlt

Cruzo tierras manchadas por circulares platos de salitre. Las pencas verdes, ar-
bustos que viven sin agua, amarillean de sed. La superficie de sus hojas espinosas se
muestra achicharrada como por la proximidad de un fuego invisible. Para avanzar en el
monte con el sulky tengo que apartar las ramas verdes de los jumes, cuyos tallos tiernos
están cargados de sales de potasa. Donde termina el monte maldito, comienza la tierra
blanca, sin una sola mata de pasto comestible.
La Muerte se ha emboscado tras de todo lo que aún sobrevive.
De tanto en tanto, un rancho. Un rancho vacío. Aquí, anteriormente hubo gente, ga-
nado. Ahora no queda nadie. La sequía ha matado el ganado y los criadores de anima-
les se han dispersado. O han muerto. Las puertas de tablas de estos refugiados están
abiertas, se entra y en el suelo no suele encontrarse nada. A veces, desde trescientos
metros, es imposible aproximarse al rancho.
Entonces ya se presume. En su interior hay una vaca muerta. O un caballo muerto.
Los animales, enloquecidos por la sed y el hambre, buscan cualquier rincón de sombra
para morir.

* En diciembre de 1937, Arlt viajó a Santiago del Estero. Escribió nueve notas sobre la sequía que
devastaba la región y las publicó con el título general de “El infierno santiagueño”.
Tomado de Arlt, Roberto, Al margen del cable. Crónicas publicadas en El Nacional, México, 1937-
1941, recopilación, introducción y notas a cargo de Rose Corral, Buenos Aires, Losada, 2003.

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Uno de los espectáculos más siniestros que he visto en el interior de un rancho.


Había una vaca que aparentemente estaba muerta. La cabeza caída en el suelo. Inmó-
vil. El cerdo de un rancho próximo hundió el hocico en ese vientre y arrancó un pedazo
de pellejo con carne. Entonces la vaca levantó lentamente la cabeza y la volvió a dejar
caer. El cerdo continuó devorándole el vientre al animal, que estaba vivo.
Camino de Herrera me toca presenciar otro espectáculo dantesco.
Al escuchar el casco de los caballos atados al sulky, asoma a la puerta de un ran-
cho un anciano con la camisa rasgada sobre el pecho moreno.
—¿Dónde estamos? –le pregunto.
—En el antiguo campo de maniobras del general Taboada.
—Vamos a conversar con este hombre –dijo mi acompañante.
Al vernos bajar del sulky, el anciano nos saluda militarmente llevándose la mano a
la altura del sombrero. Pero el espectáculo no era él. Sino una vieja.
Sobre una cama de tientos, cruzada de piernas al modo musulmán, había una vieja
bien parecida. La cabeza envuelta en un pañuelo de cuadros, los ojos ciegos rodeados
de nubes de moscas.
Mi acompañante habló en quichua con los ancianos. Entonces la vieja, llorando,
hablando en su idioma enigmático, toma la mano de mi amigo y comienza a besársela,
sollozando. Hablan un rato. Mi acompañante me indica:
—Vaya y mire qué es lo que hierve en ese caldero.
Salgo del rancho y me acerco al caldero, del que sale un hueso descomunal. Es
un trozo de pata de caballo, de un caballo que ha muerto de sed. De un caballo que
pertenecía a estos pobres viejos.
Midan la magnitud de este drama:
Hace tres años tuvieron 400 ovejas, 23 yeguas y caballos, 8 vacas.
La sequía les ha matado las ovejas, las yeguas y las vacas. La sequía les ha mata-
do el último caballo que tenían. El último caballo con el cual el viejo iba hasta el pueblo
de Herrera a mendigar un poco de agua.
¿Comprenden la magnitud de este drama que ellos le explican en quichua a mi
acompañante?
Si alguien no va a socorrerles, ellos se morirán de hambre en su rancho. A menos
que resuelvan largarse a mendigar a la ventura por los caminos.
Ya no les queda yerba. No les queda azúcar. No les queda harina. No les queda
grasa. No tienen nada. Nada más que este hueso de caballo que hierven y cuya gela-
tina repugnante se beberán después. La vieja ciega, con las piernas cruzadas sobre la

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cama, retiene por una mano a mi acompañante y llora besándole las manos. El viejo,
desesperado, detenido en la puerta del rancho, me mira sombríamente.
¿Qué podemos hacer nosotros? Sabemos tan perfectamente como ellos que se
morirán de hambre, que nadie irá a socorrerles. A poca distancia del rancho están las
osamentas de sus caballos muertos de hambre y sed.
Y estos viejos no son mendigos. No son haraganes. Son criadores, es decir, perte-
necen a la calidad de hombres de campo que en número de SESENTA MIL FAMILIAS
HAN QUEDADO EN SANTIAGO EN LA MÁS ABSOLUTA INDIGENCIA.
Para el que entienda de cifras, este número indica la catástrofe ganadera de la
provincia.
¿Quiénes quedan aún en los poblados? Aquellos cuyas últimas ovejas o cabras, o
vacas, o caballos no han terminado de morirse. Aquellos cuyo ganado no ha sucumbido
todavía a la salobridad de los pastos o de las aguas. Esta gente, día a día, demora la
partida, es decir, la terrible aventura de lanzarse al azar por los caminos. Día a día es-
peran la ansiadísima lluvia que no llega. Mientras el último caballo se mantenga en pie,
podrán ellos también ampararse en el monte. No mendigar.
¿De qué viven estos desdichados? Es un misterio. Hoy he visto en el patio del mer-
cado de Añatuya, cuyo conjunto sórdido me recordaba los zocos africanos, una mujer que
vendía una vizcacha muerta. A tal extremo se ha llegado. Los que tienen asnos recorren
los caminos juntando osamentas de ganado. Otros traen a mercar los cueros de los ani-
males que les pertenecían y que han degollado antes de dejarlos perecer de sed.

(Publicado en El Mundo, Buenos Aires, 10 de diciembre de 1937, y en El Nacional, Méxi-


co, 11 de enero de 1938.)

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