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Florencia Albarello, Diego Aligia, Fernando Baidanoff, Daiana Busso, Ludmila Frate,
Sergio Giusti, Daniel Goszczynski, Emiliano Medina, Sabrina Mina, María Florencia
Miñones, Juan Nacarato, Cristian Ramírez, Ana Lucía Rodríguez
Coordinador
Bruno De Angelis
Taller de Trabajo Intelectual
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serie digital
Ciencia y Tecnología
UNQ Editorial SERIE DIGITAL Ciencia y Tecnología
Rector
Gustavo Eduardo Lugones
Vicerrector
Mario E. Lozano
Editorial
Serie Digital
Directores
Mariano Belaich, Departamento de Ciencia y Tecnología
Margarita Pierini, Departamento de Ciencias Sociales
Editor
Rafael Centeno
2009
Coordinador
Bruno De Angelis es licenciado en Comunicación Social y docente del Taller de Trabajo Intelec-
tual en la Diplomatura en Ciencia y Tecnología de la Universidad Nacional de Quilmes. Actual-
mente cursa la Maestría en Comunicación y Cultura en la Universidad de Buenos Aires.
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Índice
Presentación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4
Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 6
“No creo que se llegue a una crisis mundial de agua potable”. Entrevista
al doctor Juan R. de Xamar Oro, por Fernando Baidanoff, Daiana Busso,
Ludmila Frate . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 15
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Presentación
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Introducción
De todos los recursos que existen en el planeta, necesarios para la vida y para el desa-
rrollo de las sociedades, el agua es el más abundante. Pero es también el recurso que
más perjuicios trae si falta o si se degrada. El agua fue, en alguna época, ese mar cálido,
lleno de alimentos, donde se produjo la materia viviente; el agua también mojaba las
orillas donde se originaron importantes civilizaciones a lo largo de la historia. En estado
de vapor en la atmósfera, es eso que cae en forma de lluvia, escurre y se infiltra en las
capas o bien vuelve a evaporarse y sostiene el ritmo en un ciclo perpetuo.
El agua es, también, eso que falta en los campos y cultivos en tiempos de sequía y
sufren su escasez los hogares de millones de personas en el mundo; es lo que abunda
con las grandes lluvias, crecidas de ríos, deshielos y produce inundaciones. El agua es
el contenido de una botella con marca registrada y es también una red administrada por
una empresa privada o estatal. El agua es lo que algunos derrochan y a otros les falta;
por ella se movilizan ejércitos y circulan teorías conspirativas.
El agua es una molécula compuesta de hidrógeno y oxígeno, con cualidades excep-
cionales como vector de calor y como solvente. Sus propiedades térmicas le confieren
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El agua al taller
Entrevista al Taller de Aguas en la Facultad de Ciencias
Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires*
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P: ¿A qué se dedica el Taller de Aguas? ¿Cuáles son sus objetivos y sobre qué aspectos
trabaja?
R: Básicamente lo que nosotros hacemos en el Taller es tomar muestras de agua
en barrios que suponemos no tienen acceso a agua apta para el consumo humano, las
analizamos para comprobar si efectivamente es así y les brindamos a los vecinos una
herramienta para reclamar por algo que consideramos un derecho, el agua potable. En
cuanto a los objetivos, el Taller de Aguas nace en torno a la necesidad de llevar la cien-
cia a la sociedad y devolverle lo que nos da, pertenecemos a una universidad pública
que se mantiene fundamentalmente por los impuestos que la gente paga. Además, bus-
camos superar el divorcio que existe entre la comunidad y la enseñanza.
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¿Cómo es y cómo debe ser la relación entre el agua y la sociedad en cuanto a concien-
tización, uso responsable y difusión del problema?
Concientizar a la gente es un tema importante para nosotros. Todos creen que el
agua es un recurso inagotable y no le dan importancia, esto no es así, el agua sí es
agotable y se está usando mal. Hay que enseñar a la gente cómo usarla sin contaminar
el ambiente y al agua misma, y sin desperdiciarla. Algo que rescatamos siempre del
trabajo que hacemos es que en los barrios a los que acudimos la gente aprende a me-
jorar un poco la calidad de su agua, les enseñamos algunos tópicos para evitar ciertas
enfermedades y malestares que conlleva el agua en mal estado.
¿Se podrían implementar plantas de salinización como una forma alternativa de obtener
agua potable?
Justamente una de las codirectoras del proyecto trabaja en un tema de ese tipo. El
noreste argentino está ubicado sobre la cuenca del acuífero Guaraní, supuestamente
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esa agua debería durar unos doscientos años más. La cuestión es qué hacer luego de
esos doscientos años. Lo importante de todo esto es que después de contaminar el
agua dulce vamos a seguir con la salada y en un caso extremo vamos a terminar alte-
rando un montón de ecosistemas y este hecho trae consigo muchas consecuencias que
nos afectarían a los humanos.
Además del Taller de Aguas, ¿conocen algún otro proyecto que trate de la problemática
del agua?
En la Universidad Nacional de La Plata hay un taller de agua pero no tiene la misma
finalidad que el nuestro ya que se basan en la recopilación de datos y presentan infor-
mes de análisis. Nosotros ofrecemos una ayuda más especial y particular a los barrios,
no solo informes. Tuvimos contacto con grupos de trabajo particulares con intereses
económicos y también dirigentes de Chaco que querían trabajar con nosotros pero con
fines políticos. Pero el Taller de Aguas no se involucra con la política partidaria, sino más
bien intenta tratar con los vecinos involucrados y evitar que el Taller se emplee como
herramienta política partidaria.
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A modo de cierre…
Nos interesa mantener los vínculos que son importantes para la difusión y la con-
cientización. La idea, también, es llegar a todos lados, por ejemplo, tuvimos una entrevis-
ta que salió en el diario La Nación y también nos interesa el contacto como con ustedes
del Taller de Trabajo Intelectual de la UNQ, y de otras universidades. Y lograr que los
modelos de ciencia cambien en las facultades para que los científicos que salgan de ella
no vayan a trabajar para afuera y puedan relacionarse con toda la sociedad.
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¿Cuáles serían las posibles ventajas que aportarían sus investigaciones a la sociedad?
Mis investigaciones aportan principalmente al conocimiento básico del fenómeno
vida, pero tienen aplicación en áreas como la medicina, la tecnología de alimentos, la
farmacología, la ecología y otros.
En su artículo “Biofísica del agua”, usted comienza diciendo que se puede considerar al
agua como “el líquido de la vida”. ¿Podría ampliar un poco más sobre esto?
La vida en nuestro planeta se generó en el agua y todos los sistemas vivos requie-
ren de ella para desarrollarse y para poder cumplir sus funciones biológicas. Además,
las propiedades de las biomoléculas dependen de su estado de hidratación. Por eso
cuando se busca vida en otros planetas lo primero que tenemos que encontrar es agua
y en estado líquido. Los sistemas vivos en promedio contienen el 75% de agua y esa
agua no es estática sino dinámica, por lo que tiene que encontrarse en un medio que
pueda continuamente ir renovándola.
En la conclusión del artículo usted deja una clara opinión sobre la importancia del cui-
dado del medio ambiente.
Sí. Siempre tenemos que cuidar nuestro medio ambiente. Del medio ambiente adecua-
do depende nuestra calidad de vida. Cuidarlo como cuidamos nuestro propio hogar, no de-
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bemos olvidar que nuestro planeta no es otra cosa que una nave espacial que va surcando
el universo unida a nuestra galaxia y si esta nave se destruye nos destruimos todos.
¿Cree usted, como científico, que parte de la culpa de la situación actual del medio am-
biente se debe al avance de la ciencia?
Una cosa es el conocimiento científico y otra lo que se haga con él. La ciencia
básica solo va revelando cómo son las cosas en la naturaleza. El espíritu del hombre
es el responsable de los fines con que usa los conocimientos. El científico no busca la
verdad absoluta o garantizar un mundo mejor, lo que busca, humildemente, es cada día
saber más sobre algo, entender un fenómeno, satisfacer su curiosidad, sus dudas, sin
tener en cuenta cómo ese conocimiento puede ser utilizado en el futuro, que tal vez ni
él mismo lo puede prever.
Por ejemplo, Alfred Nobel, el inventor del TNT, nunca imaginó que su invento se
utilizaría para matar gente. Ese es un claro ejemplo. Lo que se hace con un conocimien-
to es responsabilidad de toda la humanidad, puede aprovecharse tanto para mejorar la
calidad de vida como para destruirla o empeorarla. Un conocimiento no es en sí mismo
bueno o malo, el uso que le demos será bueno o malo. No nos olvidemos de que el agua
sirve tanto para dar vida como para ahogar a una persona, lo mismo podemos decir de
la energía atómica, la electricidad, o de una droga.
¿Cree usted que podríamos mejorar la situación del medio ambiente? Por ejemplo
usando otras formas de energía, “energías verdes”, motores que no usen combustibles
fósiles, hacer masivo el uso de plantas de desalinización para evitar el “saqueo de los
ríos”, etcétera.
La parte que depende de nosotros sí, pero es muy complicado con la parte que se
debe a los cambios cíclicos naturales del planeta Tierra, como los debidos a las variacio-
nes en la actividad solar, actividad volcánica (principalmente de supervolcanes), radia-
ción cósmica, etc. No olvidemos que en nuestro planeta, a escala global, el clima cambia
continuamente. Hubo períodos cálidos, como cuando vivían los dinosaurios, también
hubo muchos períodos fríos, como durante la última Edad de Hielo, alrededor de 20.000
años atrás. En este último período, Canadá, la mayor parte del norte de Asia y Europa y
algunas regiones de los Estados Unidos se encontraban cubiertas por glaciares.
¿Cree que existen las tecnologías suficientes como para evitar la contaminación produ-
cida por las industrias?
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Es indudable que toda industria química de hecho contamina, pero hoy existe toda
la tecnología para reducir prácticamente a cero esa contaminación. El asunto es que se
aplique, lo que evidentemente encarece el costo de producción.
¿Cuáles cree que son, entonces, las principales razones por las cuales no se aplican?
Si se aplican correctamente las normas internacionales vigentes para toda indus-
tria, no tiene por qué contaminar, la única contaminación sería la visual, es decir, ver
esas construcciones de cemento y sus chimeneas en un lugar de belleza natural. Por
otra parte, sin duda es más sencillo instalar una fábrica moderna, dotada de toda la tec-
nología “anticontaminación”, que adaptar a las fábricas antiguas.
¿Entonces, por ejemplo, las papeleras sobre el río Uruguay podrían no contaminar si
cumplen las normas internacionales?
Lo que haría yo en el caso de las papeleras del río Uruguay sería, en principio,
exigir que cuenten con todos los avances tecnológicos que permitan que sea una fábri-
ca de contaminación prácticamente cero y que los organismos estatales competentes
realicen la evaluación del impacto ambiental. Además, es imprescindible verificar que
la fábrica cuente con todos los elementos de mitigación y tratamiento de efluentes es-
tablecidos como mejores tecnologías disponibles por los organismos internacionales.
Para asegurar lo anterior, opino que debe realizarse una rigurosa inspección de las
instalaciones previa al otorgamiento de la habilitación industrial y, para asegurar el buen
funcionamiento de la fábrica desde el punto de vista ambiental, deberán realizarse es-
trictas inspecciones y controles periódicos de los efluentes, tanto cuando la fábrica se
encuentra en períodos de régimen normal, como durante los períodos de puesta en
marcha. De esta manera no habría problemas con la contaminación de las aguas y el
ambiente, pero repito, queda la contaminación visual.
Actualmente algunos temas relacionados con el agua tienen una amplia exposición en
los medios comparado con otros años. Coincide usted con los titulares que afirman que
hay una “crisis mundial del agua”. ¿Considera que la Argentina tiene planes a largo pla-
zo para evitar estas situaciones?
No creo que se llegue a una crisis hídrica mundial, de agua potable, ya que en el
futuro cercano se va a producir agua potable directamente de los mares y océanos con
tecnología de muy bajo costo, pero es evidente que debe cuidarse el uso racional de los
recursos actuales y de las grandes reservas. No tengo conocimiento de que la Argentina
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tenga actualmente planes y estudios para una situación tal; más aun, he leído que en
marzo de este año la Auditoría General de la Nación alertó sobre la falta de controles en
el acuífero Guaraní (uno de los reservorios de agua dulce más importantes del mundo,
que compartimos con Brasil, Paraguay y Uruguay), poniendo como un ejemplo que el
auge de las termas lo pone en riesgo. Y todo a pesar de que el Banco Mundial donó a
estos países 13.400.000 de dólares para estudios y proyectos de protección ambiental
y acuífera de toda esta zona.
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Si tuviera la posibilidad de desarrollar una política para prevenir una crisis hídrica, ¿cuál
o cuales serían sus prioridades?
Lo que haría, por lo menos en nuestro país, es lograr un buen estudio de los re-
cursos que tenemos y de cómo se los está usando y cuidando, es decir, buscar inteli-
gentemente el aprovechamiento y uso racional del agua. Sin pérdida de tiempo llevaría
adelante seriamente el proyecto financiado por el Banco Mundial. Recién entonces se
puede planificar alguna política para hacer que su rendimiento sea óptimo y evitar su
mal uso y la posible contaminación. Y aun más, evitar situaciones de inundaciones con
una buena planificación de evacuación y más control sobre los ríos principales. En nues-
tro país son pocos los ríos que continuamente son monitoreados. Y como consecuencia
de esta negligencia por parte del Estado ausente, me animaría a decir que se pierden
vidas humanas y se registran importantes pérdidas materiales. Lamentablemente nos
falta mucho por hacer, no solo al gobierno sino a la sociedad en general.
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¿En todas las ciudades se realiza el mismo tratamiento con el agua proveniente de los
efluentes?
No. Hay una marcada diferencia entre las denominadas ciudades costeras y las
mediterráneas. Las ciudades costeras, como Mar del Plata por ejemplo, poseen una red
cloacal que consiste en un complejo sistema, y que finaliza arrojando los desechos en
el fondo del mar, más precisamente en las zonas más profundas donde se supone que
la corriente no puede devolver el material hacia la costa. En las ciudades mediterráneas
los desechos cloacales tienen que ser sometidos a un tratamiento especial porque no
hay posibilidad de arrojarlos al mar. Para eso existen las plantas donde se realiza el
tratamiento primario, que consiste en la sedimentación, y luego se separan líquidos de
sólidos. Los líquidos se filtran y se cloran, y finalmente los productos clorados, que son
contaminantes, se descargan en algún río. Estos líquidos, según las normas, tienen sus
parámetros de contaminación suficientemente minimizados. Aunque es discutible esta
reglamentación, porque en nuestro país los niveles permitidos son más altos que en
otros países del mundo. La parte más difícil es la del tratamiento del sólido restante, los
denominados barros sólidos. Una parte de estos barros es la que se somete a la irradia-
ción, permitiendo su reutilización como fertilizantes, entre otros usos.
Usted mencionó que solo a una parte de los barros cloacales se los somete a la irradiación
para que puedan ser reutilizados. ¿Qué sucede con aquellos que no son irradiados?
Ocupan lugar, y además contaminan. Cuando se hace la separación líquido-sólido,
lo sólidos se van acumulando, y luego se los tira a lugares bajos para, por ejemplo, usar-
los como relleno. A estos no se les realiza ningún tratamiento previo, y son altamente
contaminantes.
¿Se realiza algún tratamiento con los efluentes generados en el mismo cae?
No. El agua va a parar a una planta de tratamiento chica que está en el mismo cae,
pero no tiene un tratamiento especial posterior. Volviendo a lo que dije antes, el caso de
la ciudad de Buenos Aires es atípico, porque a pesar de no tener salida directa al mar,
se la considera una ciudad costera. La ciudad tiene su red cloacal que descarga al Río
de la Plata, y luego los residuos siguen el recorrido hasta el océano.
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¿Cuál es su opinión sobre la denuncia realizada en el año 2005 sobre la supuesta con-
taminación con uranio de las napas de Ezeiza?
Creo que fue una cuestión política. En el cae el único lugar donde hay manipu-
lación con uranio es en el conuar (empresa compuesta por la Comisión Nacional de
Energía Atómica, cnea, y el Grupo Pérez Companc que comercializa productos desti-
nados al mercado nuclear nacional e internacional). Allí se trabaja de forma muy prolija
y es imposible que haya podido llegar uranio a las napas. El conuar tiene su propio
sistema de recolección de residuos, dado que allí se fabrica uranio radiactivo. Son todos
procesos cerrados, no hay forma de que ocurran escapes. Fue un tema muy conflictivo
en el que tuvo que intervenir la justicia por la excesiva presión política. Pero finalmente
nunca se comprobó la existencia de contaminación en esas napas, y el tema perdió
difusión mediática.
¿Es posible que a los barros, por efecto de la irradiación, se les impregne un material
radiactivo como contaminante?
Esa es la pregunta más común que se plantea cuando se habla del tema. Pero
esto no es posible, ya que lo que se hace cuando se irradia es exponer el material a los
rayos, no se establece contacto físico entre el agua y las ondas radiactivas. Nunca se
puede contaminar con la irradiación. Los rayos Gamma, al impactar sobre la materia,
descargan una energía que produce la ionización de algunas moléculas dentro de la
materia. Esta ionización provoca la desestabilización de membranas celulares y, de
esta manera, mata a los microorganismos. Pero es el único efecto que provoca, no tiene
ningún tipo de efecto colateral.
¿El tratamiento del agua que ustedes realizan es controlado por el Estado?
Actualmente no. Hace varios años se produjo un boom en el que se cuestionó mu-
cho el destino final de los residuos y se realizó un proyecto mundial, en el que participó
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¿Por qué cree que no se le realiza el tratamiento a todos los residuos de los efluentes?
El mayor impedimento es el alto costo que requiere el proceso. La irradiación se
justifica cuando se hace a gran escala, es decir, en grandes cantidades, ya que se ne-
cesita contar con el irradiador, la infraestructura e ingeniería necesaria para el armado
y la puesta en funcionamiento de la planta. Y otro factor que influye es el hecho de que
económicamente a las empresas industriales no les es redituable, ya que su problema
con el agua no son los microorganismos que esta posee. Entonces desde ese sector
tampoco se impulsa al crecimiento de este tipo de tratamientos.
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El agua de Berazategui
Entrevista con el bioquímico Roberto Poloto*
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que abastece a Capital Federal y gran parte del Conurbano Bonaerense. Hasta la década
de 1990 la empresa Aguas Argentinas extraía el agua del acuífero Puelche, pero debido
a la contaminación de algunas perforaciones el Ente Tripartito de Obras y Servicios Sa-
nitarios (etoss) dispuso que dejaran de hacerlo y a partir de ese momento se completó
con el agua del Río de la Plata. Se cree que la suspensión de la extracción del Puelche
es uno de los factores que hicieron que las napas freáticas subieran su nivel, provocando
inundaciones de sótanos tanto en Capital Federal como en el Gran Buenos Aires.
En Berazategui, la red de distribución de agua potable se comenzó a construir en
1939 y fue creciendo junto con la población del partido. En la actualidad existen más
de 100 pozos de extracción y se sumarán a estos varios pozos más, ya que se están
realizando ensayos para nuevas perforaciones.
El doctor Poloto destacó la importancia del cuidado del acuífero y del consumo ra-
cional del agua potable, ya que muchas veces utilizamos el agua de manera desmedida,
sin tomar conciencia de lo valioso que es este recurso para la vida y lo difícil y costoso
que es obtenerlo, podríamos decir que, desde este punto de vista, Berazategui tiene
una ubicación privilegiada por contar con una fuente natural de agua potable sin tener la
necesidad de extraer agua del Río de la Plata, que debe recibir tratamientos de potabi-
lización antes de ser distribuida.
Frente a esto hemos entendido que, sea cual fuere la fuente de agua que consi-
deremos, es sumamente importante que cada uno de nosotros actúe de manera res-
ponsable al momento de utilizar el agua potable, que tomemos conciencia del grado de
contaminación de nuestros ríos, en particular el Río de la Plata, de la importancia de
reducirlo y de promover el saneamiento de las aguas actualmente contaminadas.
No olvidemos que gran parte de la provincia de Buenos Aires se abastece de agua
potable a partir del agua extraída del Río de la Plata, ese mismo río al cual se vierten
toneladas de desechos cloacales diariamente sin ningún tipo de tratamiento previo.
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¿Qué pros y contras acarrea el uso de agua del acuífero Puelche y no el agua de la
cuenca del Río de la Plata?
Yo creo que todo es a favor en el uso del agua del acuífero, entiendo que desde el
punto de vista nutricional, sanitario y demás lo ideal es la provisión de agua a partir de
pozos semisurgentes. Como inconveniente está el hecho de que su mayor contenido de
sales totales hace aparecer en los elementos de vajilla –donde calentamos agua, por
ejemplo en una pava– una cantidad de sarro importante, lo mismo ocurre con el calefón
y el termotanque. Por lo tanto el mantenimiento tiene que ser más frecuente.
¿Por qué cree que otros partidos, por ejemplo Quilmes, utilizan agua del Río de la Plata
para abastecer con agua potable a la población?
Quilmes es un caso muy particular porque tiene un número importante de perfora-
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ciones, entonces, creo que el sistema está determinado pura y exclusivamente por una
cuestión de costo de producción por litro de agua. Distinto es el caso de un partido que no
tiene la infraestructura de pozos suficientes como para abastecerse y sí tiene acceso a
una conexión con una planta de tratamiento. Pero Quilmes tiene una infraestructura con
un sistema suficiente de pozos que le permitirían abastecerse o hacer un sistema mixto.
¿Cree que el desuso de la reserva subterránea por parte del partido de Quilmes influyó
sobre la suba de napas en la zona de Bernal?
Estimo que sí, realmente no puedo probarlo. Cuando se perfora un pozo, hay un
nivel estático que es cuando la bomba está parada y un nivel dinámico que es cuando
la bomba está en funcionamiento, al no haber extracción, ese nivel avanza (el estático),
por ser el pozo semisurgente, pero de ahí a llegar a inundar un sótano es otra cosa,
realmente desconozco.
¿Qué relación tiene el municipio de Berazategui con aysa (Agua y Saneamientos Ar-
gentinos)?
Ninguna, aysa no tiene ninguna injerencia a nivel del suministro de agua potable.
Probablemente se relacione con el tema de cloacas, porque en definitiva el sistema de
cloacas de Berazategui termina en conductos que se relacionan con la red de aysa.
¿Qué control se tiene sobre la calidad del agua del acuífero? ¿Qué tipo de análisis se
realizan?
En general, a grandes rasgos, hay dos tipos de controles, uno es el bacteriológico,
que se hace con una alta frecuencia y otro es el control fisicoquímico. El primero se
hace sobre la totalidad de los pozos e incluso se controlan distintos puntos de la red de
distribución, esto más que nada para asegurar que el agua sea inocua. Por otro lado, el
análisis fisicoquímico es para planificar las futuras perforaciones o incluso los caudales
que se manejan en cada una de las perforaciones para tratar de minimizar el tema del
frente salino.
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agua. Si uno efectúa un trazado de tipo geológico indica que es más probable la salini-
zación al aproximarse a la costa del río. Las cifras más altas están sobre la costa; por
ejemplo, las perforaciones que están en el Pejerrey Club de Quilmes que abastecen a
las piletas tienen, justamente, agua salada.
¿Hay algún organismo superior que controle el desempeño del laboratorio y la calidad
del agua?
Con respecto al agua no. Nosotros tenemos otra función en el área de broma-
tología, el control de alimentos. Acá tenemos un convenio de supervisión con el Mi-
nisterio de Salud de la provincia de Buenos Aires, con el laboratorio central, pero en
cuanto al agua, por lo menos con respecto a la determinación técnica y al manejo del
laboratorio no.
¿Cuál es el origen de los recursos económicos para mantener el funcionamiento del lugar?
Es un tema que no manejo, pero es un servicio que está a cargo de la Municipali-
dad que tiene potestad de cobrar una tasa por el servicio.
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¿Estima que Berazategui en algún momento va a necesitar el agua del Río de la Plata?
En principio parecería que no, porque si en este momento nos estamos manejando
con el número de pozos que hemos hablado y en general en la época estival, que es
la más crítica, el abastecimiento de agua es bueno en todo el partido y además está la
idea de construir esa reserva de 25 pozos nuevos parecería que por un largo tiempo
no habría problemas. Pero si, y estamos hablando de años, eventualmente el abaste-
cimiento fuera insuficiente, a mi modo de ver, lo mejor sería un sistema mixto, agua de
río y agua del acuífero.
¿Qué piensa sobre la crisis mundial del agua? ¿En qué nos afecta ahora y en el futuro?
Es bueno destacar este tema: si las estadísticas muestran un consumo de 300
litros por día por persona y el agua que se bebe está alrededor de los dos litros por per-
sona solamente, realmente se desperdicia mucha agua y en muchos lugares el agua es
un producto de primera necesidad y es carísimo. Nuestro país, por tener determinados
acuíferos, por tener el río de agua dulce más ancho del mundo y demás, tiene caracte-
rísticas de reserva, por lo tanto se debe cuidar y preservar ese recurso. Además, como
en este mundo nada se regala, hasta puede ser una fuente de ingresos económicos
importante.
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máximo provecho económico, sin importar los perjuicios producidos al medio ambiente.
Como ejemplo se tratarán dos casos concretos de construcciones que se preten-
den llevar a cabo en la ciudad de San Carlos de Bariloche. Uno es el caso del barrio
privado El Redil, a orillas del lago Moreno, y otro es la construcción de unas cabañas
en la playa Bahía Serena, a orillas del lago Nahuel Huapi. Se analizará también el caso
de la agresión a una pareja que intentaba acceder a una playa pública, y finalmente,
se analizarán algunas de las consecuencias que producen las construcciones sobre el
ecosistema costero.
Aspectos legales
El Artículo 2340 del Código Civil de la República Argentina enumera los bienes que
integran el dominio público, entre los cuales se incluyen los lagos navegables y sus le-
chos. También pertenecen al dominio público las playas del mar y las riberas de los ríos,
las cuales comprenden la extensión de tierra que se ocupa en las mareas altas o en las
crecidas ordinarias. Pero no se define exactamente a qué se considera lecho del lago.
Un fallo de la Corte Suprema de Justicia (pp. 446-447 del Tomo 105 de Fallo de
CSJN) define al lecho como la superficie de la tierra que las aguas ocupan habitualmen-
te. El límite del lecho se extiende hasta donde llegan las más altas aguas en su estado
normal y permanente.
El Artículo 183 de la Carta Orgánica de San Carlos de Bariloche en su página 21
dispone también que: “La Municipalidad garantiza a todas las personas el acceso y uso
de los lagos navegables y sus márgenes, y de los ríos y arroyos navegables y sus ribe-
ras externas, para el libre tránsito y disfrute de las generaciones presentes y futuras.”
Y la Ordenanza Municipal Nº 1541 del Consejo Municipal de San Carlos de Bariloche
establece que el Departamento Provincial de Aguas de Río Negro ha fijado la línea de
ribera del lago Nahuel Huapi en 770,4 msnm (metros sobre el nivel del mar). Según es-
tablece el Código Civil hasta esa línea llega el dominio público. Ese límite se determinó
teniendo en cuenta las crecidas máximas de los últimos años. Además define a la zona
comprendida entre la línea de ribera y los 771,2 msnm como “área de preservación”, en
la cual a pesar de pertenecer al dominio privado, solo están permitidos usos agrícolas-
forestales y no para la construcción.
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El futuro barrio privado tendrá 1 km de largo por 270 m de ancho (sobre la costa).
Cuando comenzaron las obras se cercó completamente la zona hasta el lago, quitando
el paso a cualquiera que quisiera caminar por la costa, a pesar de que el Código Civil
establece que es de acceso público.
Esta construcción supone cuatro consecuencias negativas contra el medio ambien-
te y la sociedad: la primera es que la costa del lago es un espacio público utilizado para
la recreación y actualmente estaría restringido al uso de las personas que vivirán en el
barrio. La segunda se produce debido a que como el terreno tiene una longitud de 1 km
de largo, alguien que quiere pasar de un lado al otro del barrio cerrado, a la altura de la
costa, tiene que hacer un rodeo de más de dos kilómetros para poder cruzar. La tercera,
que los desechos cloacales del barrio sean arrojados al lago. Y la última, que se planea
edificar el 70% del área, mientras en Bariloche el máximo permitido es el 30%.
En Bariloche, los proyectos de gran magnitud como es el caso de este barrio pri-
vado, deben pasar una prueba de impacto ambiental para medir los daños al medio
ambiente. Este proyecto no pasó la prueba, y a pesar de esto la municipalidad de San
Carlos de Bariloche lo aprobó.
Gracias a las reiteradas manifestaciones de los vecinos se logró dejar paso por la
línea de la costa. Hoy en día a pesar de que no continuó la construcción, se está des-
mantelando el terreno y drenando un mallín (una especie de pantano típico de la Pata-
gonia) interior a la propiedad lo cual modifica las condiciones naturales del ecosistema.
La construcción de las cabañas se realizaría sobre la costa del lago Nahuel Hua-
pi debajo de los 771,2 m establecidos para poder construir. Pero además está debajo
de la línea de ribera establecida de 770,4 m por lo que se estaría construyendo sobre
espacio público. Este proyecto también fue aprobado por el municipio en 2005, pero
gracias a la presión ejercida por los habitantes de la ciudad todavía no se comenzó con
la construcción: en reiteradas oportunidades los vecinos impidieron su comienzo. Como
consecuencia de esta obra se reduciría considerablemente el espacio de Bahía Serena,
una de las dos playas principales de la ciudad, lugar que eligen miles de barilochenses
y turistas año a año para pasar su tiempo libre.
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En la actualidad, la razón para evitar la construcción sobre los lechos de ríos y la-
gos está referida a la recreación. Pero también hay que tener en cuenta los daños que
se producen sobre la flora y la fauna.
Cuando se realizan los loteos, una práctica de cierta frecuencia es cortar o “limpiar”
por completo la vegetación de la franja costera, con el objetivo de tener vista y acceso fácil
al cuerpo de agua. En ocasiones también se interviene sobre la estructura física de la cos-
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Conclusiones
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Emiliano Medina
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Juan Nacarato
(El autor de la crónica es estudiante de Arquitectura Naval. Eligió contar una ex-
periencia de viaje con amigos de la infancia a bordo de un velero. Datos técnicos de
navegación, descripciones del tránsito fluvial en el Delta del Paraná y costumbres de
los navegantes se mezclan con el paisaje permanente del río. Los cambios de color y
de humor que registra ese paisaje están siempre presentes, como signos, para quienes
viven a orillas del río y quienes lo transitan cotidianamente.)
Primer día
Miércoles 3 de abril, las primeras brisas matutinas golpeaban contra las costas
del Río de la Plata. El Franela, un velero de 19 pies (5.5 m), manga de 7 pies (2 m) y
con orza rebatible (calado entre 1.10 m y 10 cm) diseñado por Volker, se encontraba
amarrado en el cuba (Club Universitario de Buenos Aires) esperando ser tripulado por
nosotros. Agustín, Mariano y Sebastián: mis amigos de siempre y yo, Juan, flamante
Arquitecto Naval.
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sobre nuestras cabezas. Los mosquitos salieron a cazar, no era uno, ni dos, eran nubes
y nubes negras que zumbaban al compás del motor, eran tantos que decidimos hacer
turnos para disminuir el sufrimiento. Nos turnábamos cada treinta minutos al timón, al-
rededor de las 20 horas los mosquitos habían desaparecido mágicamente y decidimos
dividirnos, dos a proa y dos a popa, los de proa nos guiaban a través de la oscuridad.
Una hora después nos llevamos la grata sorpresa de tener como compañía una gran
luna llena que nos iluminó el camino.
A las 22 horas llegamos al río Paraná Miní y ya nos encontrábamos un poco más
cerca de la primera parada. Decidimos descansar un rato y tiramos el ancla al agua,
disfrutando un buen vino con la compañía de la luna. Luego de una hora retomamos el
viaje durante otra hora más hasta llegar al complejo náutico, amarramos en un muelle
y nos tiramos a dormir adentro del barco después de un intenso día de navegación a
bordo del Franela.
Segundo día
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dió su fuerza, la corriente era más fuerte de lo que pensábamos, los camalotes navega-
ban río abajo con una velocidad poco común.
Tuvimos que tomar decisiones: ¿cuál sería nuestra próxima acción, seguir río arri-
ba contra la corriente o bajar? Optamos por bajar y así aprovechamos la fuerza de la
corriente para ganar velocidad y ahorrar combustible. Hora de zarpada, el atardecer;
rumbo, hacia los Bajos del Temor (una bahía cerca de la isla Martín García).
Nos pasamos toda la tarde tocando música en la playa, conversando con las per-
sonas que iban llegando al complejo náutico, intercambiando experiencias y hablando
de la maravillas de los ríos. Conocimos al dueño del complejo, el señor Toni, un hombre
mayor muy amable que nos contó historias de barcos y de isleños, luego nos advirtió
que el clima iba a ir empeorando y se venían lluvias y vientos fuertes.
Llegó la hora esperada, el sol comenzaba a esconderse, los mosquitos volvieron a
aparecer y decidimos partir rumbo a los Bajos del Temor.
Soltamos las amarras a las 19 horas, prendimos el motor y salimos del complejo
náutico. Doblamos a babor y fuimos río abajo por el canal Miní, teníamos muy buena ve-
locidad, llegábamos a los 9 nudos que en esa circunstancia es una muy buena marcha.
Ya a las 20 horas el sol se había puesto y la luna se asomaba imponiéndose en la oscu-
ridad, en el río lo único que veíamos era su reflejo rodeado de una espesa vegetación.
Navegamos varias horas por el canal Miní, doblamos a babor en el arroyo Austral,
un arroyo no muy ancho pero bastante poblado; comenzaron a aparecer barrios humil-
des de pescadores, y cada vez más se notaban los complejos de viviendas. Seguimos
navegando varias horas, aproximadamente cuatro, llegamos a una bahía gigantesca y
vimos algunas embarcaciones fondeadas en distintos rincones. Decidimos fondear allí
nosotros también, cerca de un juncal. Arreglamos todo el barco y empezamos a feste-
jar esta maravillosa expedición. El cielo todo estrellado nos permitía diferenciar varias
constelaciones y a lo lejos veíamos algunos cúmulos de nubes.
Llegó entonces el momento de cocinar unas pastas que tardaron horas en hacerse,
hacía mucho frío y había una pequeña brisa que hacía muy difícil su cocción. Después de
un buen tiempo ya estaban cocidas y empezó el festín, el alcohol salió de su escondite y la
cena fue acompañada con todo tipo de bebidas. El tiempo pasaba mientras la pequeña em-
barcación se mecía sobre el río, nos fuimos quedando dormidos esperando un nuevo día.
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Tercer día
Nos levantamos cerca del mediodía con el cielo despejado y el sol radiante sobre
nuestras cabezas. Decidimos levantar el ancla y explorar toda la zona donde nos en-
contrábamos.
En los Bajos del Temor, muchas embarcaciones practicaban la pesca deportiva,
algunos se dedicaban a descansar y tomar sol.
Decidimos que era la hora de regresar, a las 14 horas tomamos rumbo al lugar del
cual tres días antes habíamos partido. Volvimos por los canales a una velocidad pro-
medio de 8 nudos gracias a la fuerza de la corriente. Llegamos a la desembocadura del
río Luján a las 17 horas e izamos velas, soplaba una fuerte sudestada. Nuestro velero,
el Franela, iba a todo trapo con rumbo de través. Las olas pasaban por arriba del casco
como si nada, la navegación duró tres horas más y llegamos a las 20 horas al puerto.
La noche llegó, nos alcanzó su silencio y el Franela arribó a destino. El viaje había
concluido, la pequeña embarcación, que se portó de maravillas, nos había hospedado
por tres días intensos. Fue una experiencia formidable.
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Sed en Santiago*
Roberto Arlt
Cruzo tierras manchadas por circulares platos de salitre. Las pencas verdes, ar-
bustos que viven sin agua, amarillean de sed. La superficie de sus hojas espinosas se
muestra achicharrada como por la proximidad de un fuego invisible. Para avanzar en el
monte con el sulky tengo que apartar las ramas verdes de los jumes, cuyos tallos tiernos
están cargados de sales de potasa. Donde termina el monte maldito, comienza la tierra
blanca, sin una sola mata de pasto comestible.
La Muerte se ha emboscado tras de todo lo que aún sobrevive.
De tanto en tanto, un rancho. Un rancho vacío. Aquí, anteriormente hubo gente, ga-
nado. Ahora no queda nadie. La sequía ha matado el ganado y los criadores de anima-
les se han dispersado. O han muerto. Las puertas de tablas de estos refugiados están
abiertas, se entra y en el suelo no suele encontrarse nada. A veces, desde trescientos
metros, es imposible aproximarse al rancho.
Entonces ya se presume. En su interior hay una vaca muerta. O un caballo muerto.
Los animales, enloquecidos por la sed y el hambre, buscan cualquier rincón de sombra
para morir.
* En diciembre de 1937, Arlt viajó a Santiago del Estero. Escribió nueve notas sobre la sequía que
devastaba la región y las publicó con el título general de “El infierno santiagueño”.
Tomado de Arlt, Roberto, Al margen del cable. Crónicas publicadas en El Nacional, México, 1937-
1941, recopilación, introducción y notas a cargo de Rose Corral, Buenos Aires, Losada, 2003.
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cama, retiene por una mano a mi acompañante y llora besándole las manos. El viejo,
desesperado, detenido en la puerta del rancho, me mira sombríamente.
¿Qué podemos hacer nosotros? Sabemos tan perfectamente como ellos que se
morirán de hambre, que nadie irá a socorrerles. A poca distancia del rancho están las
osamentas de sus caballos muertos de hambre y sed.
Y estos viejos no son mendigos. No son haraganes. Son criadores, es decir, perte-
necen a la calidad de hombres de campo que en número de SESENTA MIL FAMILIAS
HAN QUEDADO EN SANTIAGO EN LA MÁS ABSOLUTA INDIGENCIA.
Para el que entienda de cifras, este número indica la catástrofe ganadera de la
provincia.
¿Quiénes quedan aún en los poblados? Aquellos cuyas últimas ovejas o cabras, o
vacas, o caballos no han terminado de morirse. Aquellos cuyo ganado no ha sucumbido
todavía a la salobridad de los pastos o de las aguas. Esta gente, día a día, demora la
partida, es decir, la terrible aventura de lanzarse al azar por los caminos. Día a día es-
peran la ansiadísima lluvia que no llega. Mientras el último caballo se mantenga en pie,
podrán ellos también ampararse en el monte. No mendigar.
¿De qué viven estos desdichados? Es un misterio. Hoy he visto en el patio del mer-
cado de Añatuya, cuyo conjunto sórdido me recordaba los zocos africanos, una mujer que
vendía una vizcacha muerta. A tal extremo se ha llegado. Los que tienen asnos recorren
los caminos juntando osamentas de ganado. Otros traen a mercar los cueros de los ani-
males que les pertenecían y que han degollado antes de dejarlos perecer de sed.
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