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LA IMPORTANCIA DE LA DIMENSIÓN DEONTOLOGÍA PROFESIONAL

EDUCATIVA.

Eling Camones Bazán

Resumen:
La tarea docente es compleja, ya que se debe que priorizar para cada decisión
pedagógica que adopte dimensiones deontológicas para asegurar el éxito como
profesional. Sin embargo, no es una labor sencilla, al contrario, se necesita de varios
factores que influyan en el profesional docente para poner en marcha dicha
priorización como identificar en dónde nace el germen de la deontología profesional,
qué factores la impiden, qué principios éticos la convergen para regir su labor e
interiorizarlas para actuar en función a ellas..

Abstract:
The task is complex because it must be prioritized for each pedagogical decision to
take the ethical dimensions to ensure success as a professional. However, it is not an
easy task, in contrast, it takes several factors that influence teacher professional to
implement such prioritization and indentificar where the germ of professional ethics is
born, what factors prevent what ethical principles the converge.

Palabras clave: Deontología, pedagogía, profesión docente

Parafraseando Charlotte Danielson (2011) “si no existe una fuerza laboral educada es

probable que la economía se estanque. Y sin una ciudadanía educada, una nación es

vulnerable a demagogos e impostores.” Sin embargo, es lícito interrogarse: ¿Cómo

logramos todo aquello? ¿Quiénes serían los protagonistas de esta transformación? Sin

duda alguna, que esta compleja y ardua tarea recae en las manos de la profesión

docente.

Hace un bien tiempo, cuando fui estudiante. Durante el año, mi profesor de Inglés se la

había pasado enseñándonos la relación imagen/vocablo y algunas frases del idioma

Inglés, carentes -por supuesto- de una explicación fonológica. Al llegar el fin de año la

mayoría de estudiantes estábamos desaprobados. El docente, sin reparo alguno, nos


entabló una propuesta: pagarle cierta suma de dinero a cambio de la aprobación del

curso. Sin duda, la idea de dimensión deontológica no estaba interiorizada en este

docente, pues había quebrado su norma ética, su esencia: su alma profesional.

La importancia de la dimensión deontológica en el accionar de los sujetos

profesionales de la educación es de vital importancia, por no decirlo de carácter

orgánico, pues al tratar con seres humanos nos exponemos a un sinfín de decisiones

que tomar, posiciones que abrazar, soluciones que adoptar y para salir airosos de esa

grama de decisiones que tomar debemos contar dichas dimensiones.

La tarea del docente es compleja, ya que en la estructura mental de la sociedad están

grabadas paradigmas en donde el docente es el adalid para la enseñanza de valores,

para precisar lo que está bien o está mal, y como tal para hacerlo tiene que demostrar

con el ejemplo, sin embargo, a través de la historia, no muy remota, se han registrado

altos índices de docentes comprometidos con denuncias judiciales por diversos

aspectos desde abusos de autoridad, agresión psicológica, acoso sexual hasta

violencia sexual. En suma, la profesión del docente es compleja, pero tiene un papel

fundamental en la sociedad: ser orientador y modelo moral, no solo para los

estudiantes a quienes dirige en su centro educativo, sino también a la ciudadanía en

general, puesto que la comunidad forma parte del entorno en el cual se desenvuelven

los estudiantes. Quiero decir, que a través de su conducta el docente, constantemente,

debe dar el ejemplo al relacionarse con sus colegas, dentro y fuera de la institución a

la cual representa; al relacionarse con su comunidad, sus vecinos y en general,

cualquiera que sea el ámbito en que se encuentre, siempre representará un ejemplo a

seguir. Es por ello la importancia de la aplicación de los valores universales en el día a

día para fortalecer las conductas que favorezcan las relaciones humanas en la

sociedad.
¿Pero cómo se forma en el profesional la dimensión deontológica? El hogar es la cuna

de la deontología, pues los gérmenes yacen en la moral de los padres; el segundo

contexto, la escuela y por último, la educación superior. No obstante, un factor

determinante en la profesión docente es la vocación frente a la profesión que ha

decidido abrazar. Si no hay vocación no existe el servicio desinteresado, no hay amor,

pasión por la carrera y si esto no es así, entonces la tentación a transgredir las

dimensiones deontológicas es inminente.

Los principios éticos de la profesión docente que se considera como las más

importantes son: La vocación, pues como se expresó, será la garantía y/o aval

para que el profesional le sazone pasión y amor a lo que hace; la comprensión,

este principio hará que el docente se ponga en zapatos ajenos y atienda su

acciones desde esa perspectiva; la honestidad, con uno mismo y con los

demás, y el principio de los valores a través del ejemplo.

Sin duda alguna: los docentes son imprescindibles para mejorar el aprendizaje

de los estudiantes, para incrementar la calidad de la educación y para

desarrollar la sociedad del conocimiento. Son muchos los elementos que

configuran la actividad docente: su formación inicial y permanente, el proceso

de selección y de incorporación a la escuela, las condiciones de trabajo, la

organización de la institución escolar, el apoyo de los poderes públicos, las

perspectivas profesionales a lo largo de su vida y la valoración social que

perciben. Sin embargo, si no interioriza y plasma en decisiones pedagógicas

las dimensiones deontológicas lo más probable es que la profesión docente

sería un sentido sin sentido.


Bibliografía:
Bitar, Sergio. (2012) Cómo construir consensos en educación. Recuperado el 09 de
octubre de 2015 de < https://prealblog.files.wordpress.com/2012/11/preal-63-bitar-
como-construir-consensos-en-educacic3b3n.pdf>

Danielson, Charlotte (2011) Competencias docentes: desarrollo, apoyo y evaluación.


Recuperado el 09 de octubre de 2015 de < http://es.slideshare.net/jackievil/marco-de-
la-enseanaza-de-charlotte-danielson-1996 >

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