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Capítulo 1.

1: Las virtudes menores:

Uno de los discursos predominantes en la actualidad es el discurso Ético pero esté es muy
distinto que el de hace algunos siglos, hay temas que han sido desterrados de dicho campo.
Uno de estos discursos es el concerniente a las virtudes éticas1, de hecho se podría afirmar
que no hay filósofo que hable de Virtudes en general. Son pocos los autores que
disciernen acerca de la: Valentía, Magnificencia, Magnanimidad. Estos tres conceptos no
entran en el discurso ético contemporáneo. Hablar de estas ideas como si fueran
verdaderas en sí mismas sería formar arquetipos de hombres basados en las virtudes, y
eso según Alain Badiou sería imponer nuestras ideas occidentales, concretamente las de
Europa: “Se supone que existe un sujeto humano por todos reconocible que posee
`derechos` de alguna manera naturales”2. Pero nuestra época es un tanto paradójica, se
quiere dejar que los “primitivos”, los no occidentales, hagan las cosas como les plazca
pero sin quebrantar dichos derechos. Es decir, hay una especie de arquetipo pero se niega
en aras de la susodicha tolerancia.

Las virtudes menores son las más atacadas por los defensores de los derechos o en este
caso los seguidores del utilitarismo. Ellas son los arquetipos por antonomasia, cuando se
nos menciona: la valentía, la magnificencia y la magnanimidad (de la sinceridad, la
amistad mansedumbre, etc, hablaremos después), nos llega a la mente el héroe
grecorromano y en concreto Aquiles o Hércules. Decir que los hombres se deben
comportar como lo hacían ellos dos, en otras palabras utilizar el método griego de
enseñanza3, sería atentar contra su libertad, hablando contemporáneamente Sin embargo,
aunque esto es rechazado categóricamente en la actualidad, curiosamente el modo de
encontrar la virtud en nuestras acciones ha quedado intacto desde que se escribió en la
Ética Nicomáquea: el famoso justo medio y su enunciado:

Así pues todo conocedor evita el exceso y el defecto, y busca el término medio y
lo preferible, pero no el término medio de la cosa sino el relativo a nosotros. […]
Por ejemplo, cuando tenemos las pasiones de temor, osadía, apetencia, ira,

1
Aristóteles no hace distinción entre moralidad y ética, se utilizará la distinción
contemporánea entre estos dos conceptos. Ética como el área de la filosofía que versa
sobre el estudio del bien y la conducción de la vida. La moralidad como un resultado de
dicho estudio. Bajo el vocabulario contemporáneo la prudencia y las virtudes morales
aristotélicas son a su vez virtudes éticas. Aristóteles sitúa estos dos conceptos (prudencia
y virtudes morales) en distintos niveles ontológicos y por ello se les debe diferenciar. Las
virtudes intelectuales o altas son: prudencia sabiduría, intelecto, el arte y la ciencia. Por
otro lado las virtudes morales o menores son: valentía, magnificencia, magnanimidad,
sinceridad, amabilidad y por último la justicia. Ésta última es una virtud menor pero a lo
largo de la historia comenzando por Platón ha recibido un trato especial, Aristóteles no
es la excepción.
2
Badiou, Alain, La Ética, Trad. Raúl J. Cerdeiras. Herder, México, 2004, p.27
3
Jaeger, Werner, Aristóteles, Trad. José Gaos Fondo de Cultura Económica, México,
2013, Cap. II
compasión, placer y dolor, en general, caben el más y el menos, y ninguno de los
dos está bien; pero si tenemos estas pasiones cuando es debido y por aquellas cosas
y hacia aquellas personas debidas, y por el motivo y la manera que se debe, entonces
hay un término medio y excelente, y en ello radica, precisamente, la virtud.4

No podemos negar el parecido de estas palabras con lo expuesto por uno de los Siete
Sabios en el siglo VI A.C: Solón el gran legislador griego: su famosa máxima fue “Todo
con medida, nada en exceso” y está sentencia de carácter ético fue ampliamente aceptada
en toda la antigua Grecia y también por algunas de las sectas más reconocida de la
antigüedad entre ellas la de los pitagóricos. Se sabe que Platón era pariente de Solón
además de tener una fuerte influencia pitagórica durante sus viajes a Sicilia, gracias a la
proximidad de ésta con dicha escuela. Es natural que Aristóteles la haya aprendido de su
maestro aunque nunca la exprese en sus famosos Diálogos. Tal vez para el Estagirita esta
idea surgió en la comunidad al ser muy famosa y se unió con la teoría platónica, pues no
se puede negar lo que afirman todos los comentaristas Ross, Jaeger, Reale, y Aubenque
coinciden en que “Aristóteles es el discípulo más fiel a Platón”5. Sin embargo, se sabe
que la teoría del justo medio Platón nunca la abordo en sus textos, es decir, podemos
constar esto como un doctrina meramente Aristotélica. Si se revisan los diálogos
platónicos de la juventud, los que tienen un carácter fuertemente ético, se puede constatar
que nunca se postula un justo medio, se aboga por una contraposición entre el vicio y la
virtud así lo demuestran los textos: Lysis, Carmides, Protágoras y el Menón. La justicia
en Platón y Aristóteles es la virtud menor más elevada y la que más participa de la
prudencia. Ambos autores les dieron un trato especial: uno en la República y el otro en el
libro V de la Ética Nicomáquea.

Podemos constatar que se ha sido injusto con el Estagirita al argumentar que su doctrina
ética ha quedado obsoleta, y que las virtudes menores expuestas por él y su maestro no
son más que residuos de la época arcaica, Es más se podría pensar que las virtudes como
la magnificencia y la magnanimidad verdaderamente han quedado obsoletas, Hoy en día

4
Aristóteles , Ética a Nicómaco, Trad. Martínez Manzano, Gredos, Madrid, 2008, p.58
5
En la actualidad se sabe que la doctrina aristotélica se entiende sólo a partir de la
platónica, y quien inauguro los estudios sobre la juventud de Aristóteles fue Werner
Jaeger, problema que se tuvo durante mucho tiempo al considerar sólo al Estagirita
maduro, el director del Liceo: “[…] se ha demostrado hasta qué punto fue absurda la
actitud, que durante siglos enteros, se adoptó al estudiar Aristóteles, considerando su
pensamiento como un bloque monolítico, separado de su génesis y de su historia. En
especial, las nuevas interpretaciones sobre Aristóteles han demostrado que es imposible
entender el pensamiento aristotélico, si no se parte del acontecimiento fundamental de su
vida, o sea, de los 20 años transcurridos en la academia de Platón […] Y gran parte de los
dogmas aristotélicos sólo adquieren su justa proporción y su exacto significado si se
relacionan con esta matriz académico-platónica.” [Reale, Giovanni, Introducción a
Aristóteles, Trad. Víctor Basterrica, Herder, España, 2007, p. 11-12] Efectivamente la
herencia platónica esta desperdigada por toda la obra aristotélica, y sin aquella la
interpretación de ésta sería imposible. El benevolente lector debe conocer la ética de
Platón de antemano, aquí solo se hará referencia a los pasajes que se consideren
necesarios y su conexión con el pensamiento de Aristóteles.
ni siquiera sabemos el significado de dichas virtudes. Aristóteles define a esta primera
como: “En efecto como el mismo nombre sugiere es un gasto a gran escala. Pero la escala
es relativa a la ocasión. Pues el que equipara una trirreme no es lo mismo que quien
ostenta un cargo público”6. Es decir para el Estagirita hay un tipo de virtudes que se
refieren a la labor pública y no sólo aquella, también la magnanimidad es una virtud
referida a la comunidad de hecho en sentido estricto todas lo son, recordemos que para
Aristóteles el hombre es un ser político7 y su accionar está encaminado a la preservación
de la polis.

Aunque se piense que dichas virtudes son inservibles echemos un vistazo a una que se
sigue debatiendo aún hoy: la liberalidad; es una de las virtudes más levadas para el
Estagirita pues es lo que constituye al hombre libre y además está estrechamente
vinculada con la riqueza y el uso correcto que se hace de ella. [cita con la definición]

Es decir, que la generosidad solo se pude dar entre personas del mismo estatus social, las
mujeres y los esclavos no pueden participar de dicha ceremonia. Pues es ampliamente
conocida la opinión que tenía Aristóteles respecto a estos dos grupos: “En efecto, el que
es capaz de prever con la mente es un jefe por naturaleza y un señor natural y el que puede
realizar con su cuerpo estas cosas es súbito y esclavo por naturaleza: por eso al señor y al
esclavo les interesa lo mismo”8. Para Aristóteles la mujer y el hombre son
ontológicamente distintos, la hembra es inferior y por mucho, pero es más elevada que el
esclavo, quien se lleva la peor parte. Pero los dos son vistos como simples herramientas
que ayudan al hombre a alcanzar sus metas: la trascendencia en el tiempo atreves de los
hijos (mujer) y el otro se encarga de realizar todos los trabajos físicos para que su amo
pueda dedicarse a las llamadas artes liberales (esclavo) o como es en el caso de la ética
aristotélica a la vida especulativa (felicidad autentica).

En este apartado muchos autores incluido Reale, afirman que Aristóteles ha caído en un
prejuicio de la época, el postular que los esclavos lo son de forma completamente natural:

En este punto el filósofo se deja condicionar por las estructuras sociopolíticas y


culturales de su tiempo, hasta el punto de oponerse a sus propios principios
metafísicos. Aceptar el prejuicio griego según el cual la mujer es “por naturaleza”
inferior al hombre, porque tiene menos “razón” que éste. Y, por consiguiente admite

6
Aristóteles , Ética a Nicómaco, Trad. Martínez Manzano, Gredos, Madrid, 2008, p. 105
7
Aristóteles, Politica, Trad. Manuela García Valdés, Gredos, Madrid, 2008, Cap. 2
Baste con recordarse que se es un ser político mientas se viva en comunidad, o mejor
dicho siempre se debe vivir en comunidad sino no se sería un hombre. Pero se es un
ciudadano siempre y cuando se participe en el gobierno o se tenga la posibilidadde
hacerlo: “Un ciudadano sin más por ningún otro rasgo se define mejor que por participar
en las funciones judiciales y en el gobierno.” [Aristóteles, Politica, Trad. Manuela
García Valdés, Gredos, Madrid, 2008, p.104]
8
Aristóteles, Politica, Trad. Manuela García Valdés, Gredos, Madrid, 2008, p.28
el prejuicio según el cual hay esclavos “por naturaleza”; se trataría de hombres en
los que el instinto y la sensibilidad predominan sobre la razón […] 9

Parece que Reale se encuentra fuertemente a favor de los derechos humanos y presenta
una interesante crítica al pensamiento aristotélico “influido” por la época, es decir, se
argumenta que no pudo pensar de otra manera, debía escoger lo más “obvio” para su
tiempo. El comentarista italiano destaca que el prejuicio hace que Aristóteles atente contra
su propia doctrina, pero nunca menciona que doctrina está transgrediendo, comete el error
que tanto mencionan los otros comentaristas y que se debe evitar a toda costa: pensar en
la doctrina aristotélica como algo fragmentario. El pensamiento de Aristóteles es un todo,
su doctrina biología influye directamente en los otros campos de su teoría como en la
ética, en la política, la epistemología y también es inverso estas áreas repercuten en su
estudio de la vida. El Estagirita ha argumentado que ampliamente que la mujer es un ser
incompleto e inferior al hombre y alude pruebas que según él demuestran esta condición
de sumisión: “El macho y hembra difieren desde el punto de vista de la razón, porque
cada uno tiene una facultad diferente”10. Biológica y ontológicamente para Aristóteles la
mujer es un ser incompleto él lo “demuestra” no se está sometiendo a los a los prejuicios
de su época como apunta Reale, está justificando su argumente con pruebas científicas.
Otra evidencia de esto la encontramos justamente en la Política donde el Estagirita discute
las diversas teorías acerca de la esclavitud:

Unos, en efecto creen que el señorío es una especie de ciencia, y que la


administración de una casa, la potestad del amo, de la ciudad y la del rey son lo
mismo. Otros, que la dominación es contra la naturaleza, pues el esclavo y el libre
lo son por convención [las negritas son mías], pero en nada difieren por su
naturaleza.11

Se puede observar la adhesión parcial de Aristóteles a uno estos grupos, pues aunque este
a favor de la esclavitud como condición natural de ciertos hombres, es falso que piense
en la igualdad de potestad entre el rey y el amo de casa, sólo las equipara en sentido
analógico o a modo de ejemplificación. Podemos afirmar sin temor a equivocarnos que
Reale simplemente se encuentra en un error. El Estagirita no se está dejando llevar por
los prejuicios, simplemente la esclavitud es algo que encaja perfectamente con la doctrina
aristotélica y además rompe con la tradición homérica de: “cada cual da la ley a su esposa

9
Reale, Giovanni, Introducción a Aristóteles, Trad. Víctor Basterrica, Herder, España,
2007, p. 114
10
Aristóteles,Reproducción de los Animales, Trad. Miguel Almudena Alonso Gredos,
Madrid, 2008, p. 64
11
Aristóteles, Politica, Trad. Manuela García Valdés, Gredos, Madrid, 2008, p. 33 Los
filósofos y personajes influyentes de ese tiempo que están a favor de la esclavitud serían:
El Jenofonte, Homero, Hesíodo y Platón. Por Otro lado quienes estaban en contra de la
esclavitud como condición natural eran: Filemón el poeta, Metrodoro y Platón. La razón
por la cual Platón entra en los dos grupos se debe a que en su madurez estuvo parcialmente
a favor, como bien se muestra en la República pero después en su vejez la rechaza, así lo
estípula en Las Leyes.
y sus hijos sin más y no piensa en los otros”12. Es decir, aquí hay una ruptura con la
tradición que ese momento identifica: al padre de familia con un rey que disponía de la
vida de sus súbditos.

Podemos deducir de donde ha sacado Aristóteles está doctrina, ya hemos dicho que no se
debe omitir el platonismo del Estagirita y esta parte de su ética presenta un fuerte parecido
con la doctrina política de su maestro. Efectivamente, la segunda alegoría más famosa de
la República, la primera indudablemente es la de la caverna, el mito de los metales
presenta una visión muy parecida a la presentada hace unos instantes:

Vosotros, todos cuantos habitáis en el Estado, sois hermanos. Pero el dios que os
modeló puso oro en la mezcla con que se generaron cuantos de vosotros son capaces
de gobernar, por lo cual son los que más valen; plata, en cambio, en la de los
guardias, y hierro y bronce en las de los labradores y demás artesanos. Puesto que
todos sois congéneres, la mayoría de las veces engendraréis hijos semejantes a
vosotros mismos, pero puede darse el caso de que de un hombre de oro sea
engendrado un hijo de plata, o de uno de plata uno de oro, y de modo análogo entre
los hombres diversos.13

Son tesis muy parecidas pero difieren en un punto importante mientras que para
Aristóteles sólo existen los libres y los esclavos y son ontológicamente distintos. Para su
maestro parece ser que los seres son iguales pero a la vez su dignidad esta dictada por la
clase a la que pertenezcan: artesano, guerrero o gobernante. Se aprecia como Platón tiene
una corriente un poco más democrática (entendida como la igualdad entre todos los seres
humanos, incluidas mujeres) algo que para su alumno es algo completamente inadmisible.

Se podría aducir que si eliminásemos estas dos barreas: la del sexismo y la de clasismo
podríamos llegar a concluir que esta virtud, la liberalidad, bien podría encajar en los
valores de nuestra época sin ningún problema. Hice especial énfasis en la teoría de la
esclavitud y la adhesión a los prejuicios para revisarla con más detenimiento en otro
momento, pues para casi todos los autores contemporáneos se supone la existencia de los
Derechos Humanos, cosa que Zizek y Badiou niegan. Sin embargo digamos por el
momento que los pensadores más a favor de dichos derechos fundamentales son los
utilitaristas y en especial Peter Singer, pues lo que busca su corriente de pensamiento es
el bien del mayor número de personas y esto queda patente en El Utilitarismo de John
Stuart Mill:

[…] para la aceptación del criterio utilitarista, ya que tal criterio no lo constituye
la mayor felicidad del agente, sino de la mayor cantidad de felicidad total. Si puede
haber alguna posible duda acerca de que una persona noble pueda ser más feliz a

12
Homero ,Odisea, Gredos, Emilio Crespo Güemes, Madrid, España, 2008, p.230
13
Platón, República en Diálogos, Tomo II, Colección Grandes Pensadores, Gredos, Madrid,
2014, p. 115-116
causa de su nobleza, lo que sí no puede dudarse es de que lo que hace más felices a
los demás y lo que el mundo en general gana inmensamente con ello.14

Esta virtud liberalidad doble filo se pude usar actualemente pero sería impner nuestros
valiores

Pero si examinamos la cita con detalle podemos observar que la denominación de la ira,
osadía temor etc. Son, en efecto vicios o extremos de algo intermedio. La ira, por ejemplo,
según la definición del Estagirita es alguien que se enfada con todos y a todo momento,
es decir no sabe contenerse, no es prudente15 en sus acciones.

Meter las cosas de Kant es decir lo de principio y regla dos cosas completamente distintas.

Pero lo que crea las virtudes queda completamente intacto, saber que hay un “lugar y
momento para actuar de tal o cual manera” Esta máxima no ha sido jamás puesta en duda
incluso Kant cuando critica los extremos de las virtudes (vicios), deja intacta la doctrina
del justo medio “Aristóteles añade que

14
Stuart Mill, El Utilitarismo, Trad. Esperanza Guisan, Alianza, Madrid, 2014, p. 69
15
El tema de la prudencia será analizado con mayor profundidad en el siguiente capítulo por el
momento baste con decir que la prudencia nos ayuda a elegir como hemos de comportarnos
acorde a las circunstancias.

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