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El motivo del exilio en El jardín de al lado de José Donoso

El motivo del exilio ha sido un elemento esencial en la construcción de la literatura del boom
y postboom latinoamericano. En particular, Lemogodeuc (1993) señala que esta se
caracteriza por “la dificultad de circunscribir y de dominar la realidad, por la alteración y, a
veces, la desintegración del individuo” (p. 383). Entre algunos autores que recurren a este
tema encontramos a José Donoso, quien al encontrarse fuera del país antes del Golpe de
Estado opta por un autoexilio que lo radica durante varios años en Europa. A pesar de que en
su repertorio podemos encontrar novelas capitales como Coronación (1957), El obsceno
pájaro de la noche (1970) o Casa de campo (1978), también nos encontramos con un
apartado que podríamos denominar como una literatura de tono menor, en el que abundan
temas que remiten a una sensibilidad mucho más cosmopolita y burguesa. Entre ellas
encontramos La misteriosa desaparición de la marquesita de Loria (1980) o El jardín de al
lado (1981).

La importancia de un estudio que apunte a la experiencia del exilio a través de la voz del
autor es particularmente significativa. Nuevamente, debemos destacar que no se trata de la
experiencia dolorosa y conflictiva de la tortura o del exilio impuesto por terceros,
propiamente tal. Por el contrario, el autor, al igual que el protagonista de El jardín de al lado,
opta por recluirse en Europa luego del golpe de manera voluntaria con el fin de escribir y
vivir una vida intelectual desde fuera. Este motivo literario es poco frecuente en el período
previo del autor por lo que nos encontramos ante una de sus novelas más conflictivas en
cuanto a su nivel de recepción. Para muchos se trata de uno de sus trabajos más débiles, sin
embargo, lo que nos llama a trabajarla con mayor detenimiento es el fuerte carácter
autobiográfico de ésta.

La presente revisión de literatura tiene como fin estudiar la representación, tanto estilística
como temática, del motivo del exilio en la novela El jardín de al lado de José Donoso. Si
bien se intentó abordar estudios primarios de por lo menos los últimos 15 años, cabe destacar
que algunas de las voces más reputadas que han estudiado al autor conforman un corpus
bastante anterior cronológicamente, que tal vez pudiese parecer anticuado, pero no por ello
menos iluminador. No se ha determinado entonces un criterio definido de inclusión de
bibliografía. En primer lugar, el estudio abordará lo que el autor entiende como artista
autoexiliado, a partir de una disrupción identitaria producida por el alejamiento de la tierra
natal; y luego, se pondrá énfasis en la figura del jardín como motivo de escape y bloqueo de
la actividad literaria.

1. El artista autoexiliado

Para comenzar a analizar la novela, lo primero que debemos destacar es que nos encontramos
ante una “novela de autor”, Rojo (2013) nos recuerda que este tipo de novelas son
introducidas a partir del modernismo en la tradición latinoamericana. En este formato,
aparece de manera continua la relación entre el querer hacer y el hacer del autor. Se llevan a
cabo entonces en la narración el sinfín de conflictos que acarrea la tarea de ser un escritor de
bellas artes, así como las imposibilidades tanto sociales como personales que lo impiden.
Rojo nos explica entonces que el artista mismo se convierte en objeto estético y temático de
la novela.

Es de esta manera como se desprende el argumento principal de la obra. Julio Méndez, un


autoexiliado y mediocre escritor chileno, pretende escribir la gran novela que describirá todo
el proceso de la dictadura chilena desde el extranjero. Sus intentos por publicarla son
extensos, sin embargo, fracasa al no encontrar la aceptación de Nuria Monclus, su editora y
renombrada figura de la cultura letrada internacional. Toda la impotencia de no poder ser
parte de la elite mundial de las letras conlleva a una relación de hastío y apatía con su esposa
Gloria, con quien lleva una vida conyugal marcada por el fracaso del exilio y el abandono de
su hijo Pato, quien se encuentra viviendo una vida bohemia y despreocupada alrededor del
mundo. Lemogodeuc destaca la importancia de los cuestionamientos identitarios y el uso de
la máscara por parte de José Donoso como modo de escape de las normas y los impedimentos
que impiden la realización definitiva del yo. La imaginación entonces será la herramienta
que disfrazará la realidad de Julio, de manera que la escritura se convierte en metáfora del
exilio.

Una vinculación esencial del motivo del exilio es el fracaso y la pérdida de la identidad en
un mundo cosmopolita dominado por la cultura de masas, la democratización de la belleza y
la insitucionalización del desacato. En palabras simples, el tema de la dictadura
latinoamericana aún es ensalzado por los artistas exiliados, sin embargo, para los jóvenes es
ya algo pasado de moda. Bernal (1985) identifica el exilio de la novela particularmente desde
la perspectiva de Julio, quien, al no encontrar un éxito literario, se resigna a mantenerse
recluido en el infierno de su vida conyugal e intelectual. Sin embargo, más adelante nos
encontraremos con la cara opuesta de este sentimiento. El matrimonio es invitado a pasar las
vacaciones en la casa de verano de su amigo Pancho Salvatierra. Respecto a este apartado
Bernal planteará una dicotomía entre Julio como escritor exiliado y atormentado, y Pancho
como un pintor exitoso y totalmente desentendido de los procesos políticos de su propio país.
Nuevamente, la política tercermundista es algo ya pasado de moda.

Cabe destacar, por otro lado, que el tormento vivido por Julio es totalmente artificial. La
novela explícitamente nos menciona que este se ha autoexiliado y, por ende, no ha
participado en lo absoluto en los procesos revolucionarios del país. Más adelante, Bernal
destaca la figura de Adriazola, muralista reconocido por los jóvenes que se dedica a promover
una retórica de resistencia y resentimiento ante la violencia política en Latinoamérica. Sin
embargo, al igual que Julio Adriazola es un autoexiliado y autoproclamado enemigo del
régimen.

2. La importancia del jardín

Rojo (2013), al contrario que Bernal (1985), alude mucho más específicamente a varios
niveles de realidad insatisfactoria, entre la que destaca una nostalgia por la vida de infante de
Julio en la Casa solariega de la calle Roma, en la que reinaba la figura de la madre y el jardín
constituía un elemento edénico de satisfacción estética y espiritual. De este modo, la escritura
para Julio no es más que una máscara que utiliza como escape ulterior a la imposibilidad de
continuar una vida burguesa como la que añoraba en Chile. Respecto a aquello, Rojo señala
que el ánimo de voyeur que lo invita a husmear continuamente al jardín de sus vecinos es la
nostalgia por el jardín de su propia niñez.

Así mismo, Guillen y Schoennenbeck encuentran un importante recurso en la figura del


jardín a través de la novela. A través de la ventana de su escritorio, Julio se deleita con la
vista del jardín del duque de la casa vecina. Schoennenbeck (2010) destaca el voyeurismo
como elemento que distancia al autor de su trabajo de escritura y, por ende, la realización de
su trabajo como escritor de la Gran novela del Golpe. Se trata de la distracción de la vida
moderna y su hedonismo. Si bien la estancia de veraneo en el departamento madrileño se
debe a la intención de Julio por completar su novela inconclusa, pronto se hallará perdido en
el jardín vecino que lo conduce a memorias que remiten a la nación arrebatada. Guillen
(1998) luego mencionará que su rol de observador será gatillado por una marginación de su
propio fracaso editorial, de su presente. De este modo, el acto de indiferencia y abolición de
su propio fracaso será lo que lo distanciará del relato político y social de su propio país de
origen.

3. Conclusiones

A través de la presente revisión de literatura, se ha podido delimitar que el motivo del exilio
está descrito en la novela a partir del fracaso de su propio protagonista. Julio, al igual que
muchos de los escritores exiliados, es incapaz de comprender que la literatura se ha
convertido en un bien de consumo. Lo que se vende y se publica es la literatura de ocio,
aquello de tono menor. Es por ello que los deseos frustrados de Julio no se muestran desde
el punto de vista del escritor víctima de la violencia militar latinoamericana, sino que son
abordados desde lo patético de quien opta por la victimización del autoexilio. Sin saberlo
hasta entrado el final del relato, hemos estado leyendo la novela publicada de su esposa
Gloria, la cual narra las desgracias y conflictos identitarios de su marido por una reputación
literaria anticuada. Mientras Julio se auto flagela por su propia incapacidad artística de
convertirse en la voz del pueblo chileno, Gloria consigue que un relato simple y cruel acerca
de su vida conyugal sea publicado por Nuria Monclus, quien figura como indicio
personificado de la literatura como elemento comercial.
Referencias

Bernal, A. (1985). La dictadura en el exilio: “El jardín de al lado” de José Donoso. Inti, (21),
51-58.

Guillén, C. (1998). El sol de los desterrados: literatura y exilio. Múltiples moradas. Ensayo
de literatura comparada (29-97). Barcelona, España: Tusquets.

Lemogodeuc, J. (1993). Las mascaras y las marcas de la autobiografía. La cuestión del


narrador en: “El jardín de al lado” de José Donoso. Revista de crítica literaria
Latinoamericana, (38), 383-392.

Rojo, G. (2013). Donoso conversa con Donoso sobre la posibilidad de escribir la “Gran
novela del golpe”: El jardín de al lado. Revista Chilena de Literatura, (83), 113-135.

Schoennenbeck, S. (2010). Sobre casas, ventanas y miradas: Una cita con José Donoso y
Henry James. Acta literaria, (41), 53-68. https://dx.doi.org/10.4067/S0717-
68482010000200004

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