JUSTICIA SOCIAL Y ESPACIO PÚBLICO.

ESPACIOS DE ESPERANZA DE DAVID HARVEY.

Reporte de lectura: Espacios de esperanza (Spaces of Hope) 2000.

Autor: David Harvey.

Materia: Sustentabilidad y Desarrollo Urbano.

Alumno: Arq. Salvador Dueñas Rodríguez.
Maestría en Renovación Sustentable de la Ciudad. ESARQ.

Las utopías de la forma espacial, han sido intentos de incluir, estabilizar y controlar a través
del espacio, los lineamientos morales necesarios que posibiliten un nuevo escenario social.
Sin embargo e invariablemente, tales utopías han acabado tomando la forma y siendo
controladas por aquel orden histórico y social que querían sustituir.

En "Espacios de esperanza”, Harvey (2000) estudia básicamente dos tipos de utopías:

La de “Forma espacial” y la de “Proceso Social”.

En las Utopías de la Forma Espacial, incluye propuestas de gente como Owen, Fourier, Howard,

Corbusier, Wright y Jacobs –a pesar de las diferencias conceptuales entre autores y visiones-.

Incluye también, las ciudades contemporáneas producidas por los agentes de la suburbanización

de los EE.UU con la conversión de sus ciudades en “ciudad-espectáculo”, y la modificación de sus

centralidades.

En las Utopías del Proceso Social, incluye al Libre mercado y el comunismo capaza de reconvertir

y privatizar el Espacio Público. Incluye también los escenarios idealizados, incluso los que se

basan en novelas de ficción.

Harvey asegura que “El futuro de las ciudades depende de la reconstrucción del proceso social, la

destrucción de las estructuras institucionales y físicas establecidas por el mercado”. Contrario a lo

que sucede actualmente, donde la ferocidad del mercado inmobiliario marca pauta y reglas del

desarrollo urbano.
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Globalización de la generación de riqueza y focalización de la pobreza.

Harvey aborda desde la óptica social de la geografía, desde lo global hasta lo particular. Hace un

análisis de la globalización a nivel de macro escala, referida a la economía capitalista global. Y otro

a nivel de micro escala, referido al cuerpo, a lo personal.

Realiza su argumentación basado en el método que él mismo denomina «materialismo histórico

geográfico». Y sostiene que hay un vínculo entre los procesos de trabajo concretos que se llevan a

cabo en lugares y momentos determinados (la costurera de Bangladesh que ha cosido la camisa

que él lleva o el niño Chino que arma el iphone de moda) y el valor medido de ese trabajo, al que

se llega por procesos de intercambio, de mercado, de circulación y acumulación de capital.

Es decir hay diferentes concepciones para el mismo trabajo: una, la concreta y particular, y la otra

abstracta y universal.

En “Spaces of Hope”, Harvey interpreta la globalización, habla de los desarrollos geográficos

desiguales, y hace referencia a ese espacio personal, que él denomina como los cuerpos y las

personas individuales en el espacio global. Todo esto como preámbulo para su tesis de los

espacios de la utopía y la definición de un hábitat social sostenible.

Asegura Harvey que son dos las facetas del desplazamiento discursivo producido en los años

setenta: las captadas mediante los términos globales y las de la individualidad o “el cuerpo”.

La «globalización» adquiere prominencia cuando “American Express” anuncia la globalización de

su tarjeta de crédito a mediados de la década de 1970. El término se expandió en la prensa

(prensa económica y empresarial), principalmente para legitimar la liberalización de los mercados

financieros.
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Después esta misma prensa y su presión económico-empresarial, ayudó a la disminución de la

participación y regulación Estatal en los flujos de capital.

Convirtiéndose además en herramienta política extraordinariamente poderosa para restar poder a

los movimientos obreros y sindicales locales.

La disciplina laboral y la austeridad presupuestaria impuestas por el Fondo Monetario Internacional

y el Banco Mundial, se convierten en requisitos para la estabilidad (amagada) interna y la

competitividad internacional.

Para Harvey la globalización puede contemplarse como parte del proceso de un proyecto político.

Señala que el capitalismo ha recurrido otra vez a la reorganización espacial –expansión e

intensificación- como solución a sus crisis. De hecho, nos recuerda Harvey, una de las principales

estrategias contra-cíclicas o contra-crisis, ha sido absorber el capital sobre acumulado en

proyectos a largo plazo. Recordemos las grandes obras públicas realizadas en épocas de

depresión económica. La palabra «globalización» es una fase más del proceso de producción

capitalista de espacio.

Se puede comprender mejor el proceso de globalización como un proceso de producción de

desarrollo temporal y geográfico desigual, haciendo un llamado a modificar la terminología

empleada. Pide utilizar “desarrollo geográfico desigual“, en lugar de “globalización“.

En cierto modo el papel del territorio en la economía capitalista explica, en muchas ocasiones,

gran parte de la desigualdad económica y social en el mundo.

Harvey dice «pienso que fue la prensa económica la que nos cameló a todos llevándonos a creer

que la globalización era algo nuevo, cuando no era más que un ardid publicitario para aprovechar

al máximo un ajuste necesario en el sistema financiero internacional».

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La globalización, señala, ha encontrado en internet y la revolución de la información, la

oportunidad de crear en ciberespacio desmaterializado. Desvinculado de las verdaderas causas

eficientes. La liberación financiera no se habría producido, sin la revolución de la información, y la

transformación tecnológica no habría tenido sentido sin una mayor facilidad de movimientos de

personas y mercancías por el mundo.

Reconoce como virtud histórica del marxismo, sintetizar diversas luchas, aún aquellas con

objetivos divergentes y múltiples, en un movimiento anticapitalista más universal: “proletarios del

mundo uníos”.

Cita como ejemplo a nuestro cercano EZLN, (Ejército Zapatista) de Chiapas, en México, como un

llamado a «La unión mundial contra el neoliberalismo y por la humanidad… debemos levantar la

internacional de la esperanza».

Hablando de la política de los desarrollos desiguales Harvey, sostiene, “El concepto genérico de

desarrollo geográfico desigual que tengo en mente comporta la fusión de estos dos elementos: las

escalas cambiantes y la producción de deferencias geográficas. Tenemos que pensar, por lo tanto,

en las diferenciaciones, interacciones y relaciones que se verifican entre esas escalas y dentro de

las mismas”.

Para Harvey uno de los errores del discurso de la globalización es creer que todo está

fundamentalmente determinado a escala planetaria. Para Harvey diferentes actores y agentes

operan a menudo en diferentes escalas. Así pone el ejemplo de la diáspora de empresarios chinos

que funcionan a escala global de acuerdo con una lógica capitalista en un mundo de comunidades

chinas dispersas, formando enclaves a menudo aislados de los hábitos y leyes del país anfitrión, y

proporcionando reservas de mano de obra cautiva y dócil para estos empresarios chinos.
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El espacio público, su privatización, dilución y desvinculación de su causa eficiente.

“El espacio público real se ha extinguido, militarizado o semi-privatizado. La heterogeneidad de la

democracia abierta, una mezcla de clases, etnias, religiones y diferentes gustos culturales con una

estructura común de un espacio público se pierde junto con la posibilidad de celebrar la unidad y la

comunidad en medio de la diversidad.

El concepto de "Público" en la construcción del "Espacio Público" es fundamental en la

consideración de una propuesta de transformación progresiva y socialmente justa. Hay muchas

teorías de "justicia social", algunas entrelazadas, y hay diferentes ideas de la "racionalidad social"

en la mesa y en ocasiones cruzando el camino.

Teorías jurídicas positivistas, visiones utilitarias y del contrato social, entre otras, demuestran que

la noción de justicia no es universal. Justicia significa cosas diferentes para diferentes personas en

diferentes lugares y épocas ... “la idea de que el mercado es la mejor manera de conseguir las

formas más justas y más racionales de organización social se ha convertido en un rasgo distintivo

de los discursos hegemónicos en los últimos 20 años (a hoy son casi 35 años)”… (p.597).

Más en general, Harvey cree que el espacio público sólo puede pertenecer al "público", a través de

un proceso de empoderamiento político y económico que lleve a los menos privilegiados a tener

voz en cómo se asigna el excedente urbano. Es decir, el ciudadano común ejerciendo el "derecho

a la ciudad". Como decía Lefebvre, el derecho a la ciudad debe contener el derecho a la toma de

decisiones en el proceso del desarrollo urbano.

El espacio público que se ha construido y vivido en las principales ciudades contemporáneas es

vinculado de forma funcional a la acumulación de capital, ya que está relacionado con la city

marketing (ciudad-espectáculo, ciudad-empresa, ciudad-mercancía, etc.) para la promoción y la

atracción de los negocios.

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El enfoque empresarial como acción para mejorar la calidad de los espacios públicos no

necesariamente mejora las condiciones sociales de la ciudad y puede hacer más daño que bien en

términos de justicia social.

El examen de la justicia social o, más precisamente, la justicia de redistribución territorial,

debe ser un punto de análisis y es de gran importancia como centro de acción.

Al final Harvey, dedica varios capítulos a los espacios de la utopía, propone su propia utopía

“Edilia” para el 2020, la presenta como un sueño. Para luego regresar a la realidad de Baltimore,

dónde los suburbios siguen multiplicándose, mientras cuarenta mil casas vacías se caen a

pedazos en la ciudad.

Harvey medita al final …”Si, como creemos la mayoría de nosotros tenemos la capacidad de

modelar el mundo de acuerdo con nuestros sueños y deseos, ¿por qué colectivamente lo hemos

convertido en tal caos? Nuestro mundo social y físico puede y debe hacerse, rehacerse y, si sale

mal, rehacerse una vez más. Por dónde empezar y qué se debe hacer son las cuestiones clave”...