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A partir del martes 25 de julio, las relaciones laborales entre empleados y patronos no volverán a
ser iguales que antes.
Un patrono puede recibir multas si un juez determina que se aplicaron prácticas que impidieron
que una persona se contratara, debido a motivos de discriminación. Estas multas pueden ser de 8
a 11 salarios base de un oficinista I del Poder Judicial.
Para aplicar la entrevista, es necesario que el patrono tenga perfiles objetivos elaborados por la
competencia y experiencia que se requiere. Se debe registrar que las contrataciones se ajustan a
esos parámetros. Los manuales de puestos deben ser ajustados y es recomendable que capacite a
los encargados del reclutamiento y que –si contrata a una empresa reclutadora– revise sus
procesos.
Un contrato debe incluir la fecha de inicio de la relación, la antigüedad laboral, el puesto que va a
desempeñar la persona contratada, las características de los trabajos, el tipo de trabajo y la
duración que va a tener. Esto es clave, pues el empleador debe tener prueba de ello en un juicio.
A partir de este martes, la extensa mayoría de los trabajadores costarricenses (aquellos cuyo
último ingreso o actual no supere los dos salarios base de un auxiliar administrativo –
aproximadamente ¢902.000–) van a poder disponer de un defensor público que los acompañe
para la defensa de sus derechos ante los empleadores. Eso, a juicio del tercer poder de la
República, judicializará –aún más– los procesos laborales, pero se implementan procesos
sumarísimos que pretenden tardar pocas semanas o meses para resolver los conflictos.
Además, los trabajadores pueden agruparse y, si logran llegar a un arbitraje (para el que el
empleador y los empleados deben estar de acuerdo), pueden acceder a un árbitro del Ministerio
de Trabajo, que será costeado por el Estado.
Esa transformación será, quizás, la más significativa hecha en materia laboral desde la creación del
propio Código.
También implica la incorporación de diversas vías expeditas judiciales, para las conciliaciones y
para los arbitrajes, que pretenden agilizar la resolución de conflictos.
Abogados públicos para trabajadores. Se estima que entre el 80% y el 90% de los trabajadores
costarricenses podrían acceder a un defensor público para la defensa de sus derechos laborales.
El Patronato Nacional de la Infancia (PANI) tendrá que asumir la defensa de los trabajadores
menores de edad y de las madres trabajadoras.
LEA: Reforma procesal laboral presenta retos y riesgos para los gerentes
El arbitraje colectivo en el Ministerio de Trabajo va a ser gratuito para los grupos de trabajadores.
Este tipo de proceso solo aplica si las personas contratadas y los empleadores están dispuestos a
acudir a este.
A diferencia de una conciliación, un árbitro escucha las partes y es él quien toma una decisión
final. Según la reglamentación del Ministerio de Trabajo, un arbitraje podría durar un máximo de
entre cuatro y seis meses, en casos de alta complejidad. En los que no haya sindicato, o este sea
pequeño, se podrá hacer una votación entre las personas trabajadoras, que se realizará por la
Dirección Nacional de Inspección del Ministerio de Trabajo.
No se permite la huelga en los servicios públicos esenciales. Sin embargo, en los casos de
prohibición absoluta de acudir a la huelga en los servicios esenciales, la Reforma abre la
posibilidad del arbitraje y la conciliación. El arbitraje se realizaría por la vía judicial.
Los trabajadores están obligados a buscar previamente la conciliación antes de irse a huelga. De lo
contrario, el proceso puede declararse como ilegal y los trabajadores pueden exponerse a
despidos. Los procesos de conciliación se realizarían en el Ministerio de Trabajo.