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El Sistema Solar es un conjunto formado por el Sol y los cuerpos celestes que orbitan a su
alrededor.
Está formado por el Sol y una serie de cuerpos que están ligados con esta estrella por la
gravedad: ocho grandes planetas (Mercurio, Venus, Tierra, Marte, Júpiter, Saturno, Urano y
Neptuno), junto con sus satélites, planetas menores (entre ellos, el ex-planeta Plutón),
asteroides, cometas, polvo y gas interestelar.
Pertenece a la galaxia llamada Vía Láctea, formada por miles de millones de estrellas, situadas a
lo largo de un disco plano de 100.000 años luz.
El Sistema Solar está situado en uno de los tres brazos en espiral de esta galaxia llamado Orión,
a unos 32.000 años luz del núcleo, alrededor del cual gira a la velocidad de 250 km por segundo,
empleando 225 millones de años en dar una vuelta completa, lo que se denomina año cósmico.
Los astronomos clasifican clasifican los planetas y demás cuerpos de nuestro Sistema Solar en
tres categorías:
Primera categoría: Un planeta es un cuerpo celeste que está en órbita alrededor del Sol, con una
masa suficiente para tener gravedad propia y mantener el equilibrio hidrostático de manera que
asuma una forma redonda, y que ha despejado las inmediaciones de su órbita.
Segunda categoría: Un planeta enano es un cuerpo celeste que está en órbita alrededor del Sol,
que tiene suficiente masa para tener gravedad propia para superar las fuerzas rígidas de un
cuerpo de manera que asuma una forma equilibrada hidrostática, es decir, redonda; que no ha
despejado las inmediaciones de su órbita y que no es un satélite.
Tercera categoría: Todos los demás objetos que orbitan alrededor del Sol son considerados
colectivamente como "cuerpos pequeños del Sistema Solar".
Ocho planetas giran alrededor del Sol: Mercurio, Venus, la Tierra, Marte, Júpiter, Saturno, Urano
y Neptuno, además del planeta enano, Plutón.
La Tierra es nuestro planeta y tiene un satélite, la Luna. Algunos planetas tienen satélites girando
a su alrededor, otros no.
Los asteroides son rocas más pequeñas que también giran alrededor del Sol, la mayoría entre
Marte y Júpiter. Además, están los cometas que se acercan y se alejan mucho del Sol.
Los planetas, muchos de los satélites de los planetas y los asteroides giran alrededor del Sol en
la misma dirección, en órbitas casi circulares. Cuando se observa desde lo alto del polo norte del
Sol, los planetas orbitan en una dirección contraria al movimiento de las agujas del reloj.
Casi todos los planetas orbitan alrededor del Sol en el mismo plano, llamado eclíptica. Plutón es
un caso especial, ya que su órbita es la más inclinada y la más elíptica de todos. Hasta hace poco
se le consideraba un planeta, pero ya no. El eje de rotación de muchos de los planetas es casi
perpendicular al eclíptico. Las excepciones son Urano y Plutón, los cuales están inclinados hacia
sus lados.
El Sol contiene el 99.85% de toda la materia en el Sistema Solar. Los planetas están condensados
del mismo material del que está formado el Sol, contienen sólo el 0.135% de la masa del sistema
solar. Júpiter contiene más de dos veces la materia de todos los otros planetas juntos. Los
satélites de los planetas, cometas, asteroides, meteoroides, y el medio interplanetario
constituyen el restante 0.015%.
Casi todo el sistema solar por volumen parece ser un espacio vacío que llamamos "medio
interplanetario". Incluye varias formas de energía y se contiene, sobre todo, polvo y gas
interplanetarios.
Es difícil precisar el origen del Sistema Solar. Los científicos creen que puede situarse hace unos
4.600 millones de años.
Según la teoría de Laplace, una inmensa nube de gas y polvo se contrajo a causa de la fuerza de
la gravedad y comenzó a girar a gran velocidad, probablemente, debido a la explosión de una
supernova cercana.
La mayor parte de la materia se acumuló en el centro. La presión era tan elevada que se inició
una reacción nuclear, liberando energia y formando una estrella. Al mismo tiempo se iban
definiendo algunos remolinos que, al crecer, aumentaban su gravedad y recogían más
materiales en cada vuelta.
También había muchas colisiones. Millones de objetos se acercaban y se unían o chocaban con
violencia y se partían en trozos. Los encuentros constructivos predominaron y, en sólo 100
millones de años, adquirió un aspecto semejante al actual. Después cada cuerpo continuó su
propia evolución.
Cualquier teoría que pretenda explicar la formación del Sistema Solar deberá tener en cuenta
que el Sol gira lentamente y sólo tiene 1 por ciento del momento angular, pero tiene el 99,9%
de su masa, mientras que los planetas tienen el 99% del momento angular y sólo un 0,1% de la
masa.
La teoría de Acreción asume que el Sol pasó a través de una densa nube interestelar, y emergió
rodeado de un envoltorio de polvo y gas.
La teoría de los Proto-planetas dice que inicialmente hubo una densa nube interestelar que
formó un cúmulo. Las estrellas resultantes, por ser grandes, tenian bajas velocidades de
rotación, en cambio los planetas, formados en la misma nube, tenían velocidades mayores
cuando fueron capturados por las estrellas, incluido el Sol
La teoría de Captura explica que el Sol interactuó con una proto-estrella cercana, sacando
materia de esta. La baja velocidad de rotación del Sol, se explica como debida a su formación
anterior a la de los planetas.
La teoría Laplaciana Moderna asume que la condensación del Sol contenía granos de polvo
sólido que, a causa del roce en el centro, frenaron la rotación solar. Después la temperatura del
Sol aumentó y el polvo se evaporó.
La teoría de la Nebulosa Moderna se basa en la observación de estrellas jóvenes, rodeadas de
densos discos de polvo que se van frenando. Al concentrarse la mayor parte de la masa en el
centro, los trozos exteriores, ya separados, reciben más enrgía y se frenan menos, con lo que
aumenta la diferencia de velocidades.
EL SOL
El Sol es la estrella más cercana a la Tierra y el mayor elemento del Sistema Solar.
Las estrellas son los únicos cuerpos del Universo que emiten luz. El Sol es también nuestra
principal fuente de energía, que se manifesta, sobre todo, en forma de luz y calor. Esta a 150
millones de kilómetros de la Tierra.
El Sol contiene más del 99,8% de toda la materia del Sistema Solar. Ejerce una fuerte atracción
gravitatoria sobre los planetas y los hace girar a su alrededor. Junto con los asteroides,
meteoroides, cometas y polvo forman el Sistema Solar.
* El periodo de rotación de la superficie del Sol va desde los 25 dias en el ecuador hasta los 36
dias cerca de los polos. Más adentro parece que todo gira cada 27 días.
El Sol se formó hace unos 4.650 millones de años y tiene combustible para 5.000 millones más.
Después, comenzará a hacerse más y más grande, hasta convertirse en una gigante roja.
Finalmente, se hundirá por su propio peso y se convertirá en una enana blanca, que puede tardar
un trillón de años en enfriarse.
El Sol (todo el Sistema Solar) gira alrededor del centro de la Via Láctea, nuestra galaxia. Da una
vuelta cada 200 millones de años. En nuestros tiempos se mueve hacia la constelación de
Hércules a 19 Km./s.
Actualmente el Sol se estudia desde satélites, como el Observatorio Heliosférico y Solar (SOHO),
dotados de instrumentos que permiten apreciar aspectos que, hasta ahora, no se habían podido
estudiar.
CONFIGURACIONES PLANETARIAS
Los planetas, en su movimiento en torno al Sol, asumen ciertas posiciones con respecto a la
Tierra, que reciben el nombre de configuraciones planetarias.
Estas son:
Para planetas exteriores (órbitas más allá de la Tierra):
Oposición (O).
Conjunción (C).
Cuadratura Este u Oriental (CE) - Cuadratura Oeste u Occidental (CW).
Para planetas interiores (órbitas contenidas dentro de la órbita de la Tierra):
Conjunción Superior (CS).
Conjunción Inferior (CI).
Elongación Este (EE) - Elongación Oeste (EW).
Los planetas Mercurio y Venus tienen como valor máximo de su Elongación 28° y 47°,
respectivamente.
La proyección del movimiento de un planeta sobre la Esfera Celeste produce también dos
fenómenos interesantes: el punto Estacionario y el movimiento retrógrado.
Eclipse total de luna visto desde el Observatorio de Calar Alto (Almería). / Juan Pedro Gómez
Sánchez.
Se habla de eclipse cuando el tamaño de los cuerpos es similar. Así, en los eclipses de Sol los
tamaños aparentes de nuestra estrella y nuestro satélite son casi iguales, por lo que la Luna
tapa completamente al Sol. A veces, los cambios en las distancias relativas, debidos a que las
órbitas no son exactamente circulares, producen eclipses anulares, en los que la Luna no tapa
completamente el disco solar.
La ocultación ocurre cuando el cuerpo más cercano, el que pasa por delante y produce la
ocultación, es mucho más grande que el más lejano, el ocultado. El cuerpo ocultado
desaparece completamente durante un tiempo hasta que vuelve a aparecer al otro lado del
ocultador. Es lo que pasa, por ejemplo, cuando los planetas del sistema solar pasan por detrás
del Sol.
¿Por qué hay tan pocos eclipses de Sol si la Luna pasa por delante de él cada 28 días?
Un dato importante es que no basta con que los cuerpos estén en conjunción (es decir, que se
encuentren en la misma posición proyectada sobre el plano de su órbita) para que se produzca
uno de estos fenómenos: los cuerpos, además, deben estar debidamente alineados. Eso
explica que no tengamos un eclipse de Sol y otro de Luna más o menos cada 28 días, cada vez
que la Luna pasa por delante del Sol (luna nueva) o detrás de la Tierra (luna llena). Los eclipses
son eventos poco frecuentes porque la órbita de la Luna está inclinada un poco más de 5
grados con respecto al plano de rotación de la Tierra, de forma que la mayoría de las veces que
los astros están en conjunción no se alinean de forma necesaria para que ocurran estos
fenómenos.
De igual manera, no siempre que Marte está en conjunción con el Sol se produce una
ocultación (Marte pasa por detrás del Sol) porque su órbita tiene una ligera inclinación de casi
2 grados con respecto a la eclíptica. Tampoco en el caso de Mercurio, con 7 grados de
inclinación de su órbita, ocurre un tránsito o una ocultación cada vez que se produce una
conjunción con el Sol.
Los tres eventos que hemos visto han servido a lo largo de la historia para determinar
parámetros fundamentales en astronomía. Por ejemplo, los tránsitos sirvieron para obtener la
primera medida bastante aproximada de la distancia entre la Tierra y el Sol, parámetro en el
que se basan todas las medidas de distancia al resto de objetos en el universo.
Las ocultaciones, por su parte, han servido para determinar la forma, posibles satélites e
incluso la atmósfera de varios planetas menores del Sistema Solar, como Plutón. En estos
casos, lo que se ha observado es la ocultación de estrellas por estos cuerpos.
Hasta ahora hemos hablado sobre todo de eventos dentro de nuestro Sistema Solar pero los
tránsitos, ocultaciones y eclipses también se producen en estrellas lejanas. Las estrellas dobles
eclipsantes son un buen ejemplo y han servido para detectar los primeros agujeros negros.
Pero por lo que destacan sobre todo los tránsitos es por su importancia en la búsqueda de vida
en el Universo más allá de la Tierra. En los últimos años han sido la herramienta que ha
permitido detectar la mayor parte de los exoplanetas que conocemos.
El efecto es similar al que se da en los tránsitos de Mercurio o Venus por delante del Sol: el
exoplaneta, mucho más pequeño que su estrella, no la oculta completamente y únicamente
produce una ligera disminución en la luz observada cuando pasa por delante. A partir de esta
variación periódica del brillo se puede determinar la órbita del astro y su tamaño. En algunos
casos, cuando ha sido posible observar también el tránsito secundario (cuando el exoplaneta
pasa por detrás de la estrella), se ha podido estimar además la masa del exoplaneta y su
temperatura. Además, en ciertos casos, se ha podido evidenciar la presencia de una
atmósfera alrededor del exoplaneta estudiando la luz de la estrella que la atraviesa (algo
parecido a lo que sucede con la luz que tiñe de rojo nuestro satélite durante un eclipse de
luna).
Curva de luz de la estrella WASP-3 durante el tránsito de su exoplaneta. / Luis Cuesta.
Gracias a esta técnica ya se han encontrado varios planetas muy parecidos a la Tierra en
tamaño, aunque todavía no con condiciones adecuadas para la vida tal y como se da en la
Tierra. La ventaja del estudio de estos tránsitos es que se reproducen en cada paso del
exoplaneta y permiten mejorar los resultados repitiendo sistemáticamente las observaciones.
Pero, además, es seguro que el avance de las técnicas de observación nos llevará a encontrar
gemelos de la Tierra con condiciones propicias para la vida. Determinar realmente su
existencia en esos exoplanetas es otra cuestión pues aún no se ha dado con un identificador
inequívoco de vida; es otro camino por recorrer en astrobiología.
ALBEDO
El cometa ISON comienza a sentir el calor a medida que se aproxima al Sol, al que se
acercará más aún a finales de mes. El cometa, que aquí lo vemos sobre Kenia, se ha
vuelto más brillante en las últimas semanas.
Restos solitarios
Aunque demasiado pequeños para ostentar el calificativo de planeta, los cometas y los
asteroides infunden gran temor en la mente humana. Y con razón: en algún momento futuro,
una de esas macizas rocas o gélidas bolas de arcilla chocará con la Tierra alterando el curso de
la historia. Está ampliamente aceptada la teoría de que fue un impacto de estas características
la que acabó con los dinosaurios hace 65 millones de años.
Los cometas y los asteroides se consideran restos de una nube gigantesca de gas y polvo que
se condensó dando lugar al sol, los planetas y las lunas hace 4,5 mil millones de años. En la
actualidad, la mayoría de los asteroides giran alrededor del sol en un apretado cinturón
situado entre Marte y Júpiter. Los cometas se sitúan en una nube o cinturón en los bordes del
sistema solar. Los empujes gravitacionales, las colisiones orbitales y las fuerzas interestelares
alteran la trayectoria de un asteroide o cometa haciéndola inestable.
La distinción entre cometas y asteroides no es clara: los cometas suelen tener componentes
más químicos que se evaporan con el calor, como el agua, y realizan una órbita más elíptica (en
forma de huevo) que los asteroides. Y observados a través del telescopio, los cometas parecen
más borrosos.
Cinturón de asteroides
Los asteroides son principalmente masas rocosas que pueden medir desde escasos metros a
varios kilómetros de diámetro. Los asteroides pequeños se denominan meteoritos. El
asteroide más grande, Ceres, tiene alrededor de 950 kilómetros de diámetro. Como la mayoría
de los asteroides, se encuentra dentro del cinturón de asteroides situado entre Marte y
Júpiter. Muchos astrónomos consideran que este cinturón está compuesto por material
primitivo del Sistema Solar que no pudo llegar a agruparse para formar un planeta debido a la
fuerza gravitacional de Júpiter. Otros, en cambio, creen que el cinturón se formó tras la
destrucción de un planeta durante una colisión.
Los cometas son bolas de roca y hielo que forman colas al acercarse al sol durante el recorrido
de sus perfectas órbitas elípticas. Cuando los cometas se calientan expulsan gas y polvo
formando una estela tras ellos. El sol ilumina esta estela haciéndola brillar. Estas estelas
brillantes pueden observarse de noche en el cielo.
Aunque probablemente hay billones de cometas circulando por los bordes exteriores del
sistema solar, los cometas brillantes suelen aparecer en el cielo nocturno visible desde la Tierra
una vez cada diez años. Los cometas de periodo corto como el de Halley tienen su origen en el
llamado cinturón de Kuiper situándose más allá de la órbita de Neptuno y pasan por el sistema
solar interior una o dos veces en la vida de una persona. Los cometas de periodo largo
provienen de la Nube de Oort, que rodea los bordes exteriores del sistema solar y pasan cerca
del sol una vez cada cientos o miles de años.
Tanto los meteoroides, meteoros y meteoritos representan los diferentes estados de los restos
interplanetarios.
Los meteoroides son restos pequeños de rota y metal. Pedazos que suelen ser de asteroides,
cometas y raramente de la luna de Marte. La gravedad terrestre arrastra a millones de
meteoroides. La mayoría se vaporizan al llegar a nuestra atmósfera dejando un rastro visible
de polvo brillante al que popularmente se le llama “estrella fugaz”.
Los meteoritos son meteoroides que consiguen cruzar la atmósfera terrestre y llegar a tierra.
Un meteoro es el fenómeno luminoso que se produce por la ionización del aire cuando los
meteoroides son atraídos por la gravedad terrestre y entran en contacto con la atmósfera. El
fenómeno también se conoce como “estrella fugaz”.
DETECCION Y BUSQUEDA DE NUEVOS MUNDOS: PLANETAS MAS ALLA DEL SISTEMA SOLAR
Se denomina planeta extrasolar o exoplaneta a un planeta que orbita una estrella diferente
al Sol y que, por lo tanto, no pertenece al sistema solar. Los planetas extrasolares se
convirtieron en objeto de investigación científica en el siglo XX. Muchos astrónomos suponían
su existencia, pero carecían de medios para identificarlos. La primera detección confirmada se
hizo en 1992, con el descubrimiento de varios planetas de masa terrestre orbitando
el púlsar Lich. La primera detección confirmada de un planeta extrasolar orbitando alrededor
de una estrella de la secuencia principal (Dimidio), se hizo en 1995 por los astrónomos Michel
Mayor y Didier Queloz. Desde entonces el número de hallazgos ha crecido año tras año.
HR 8799 (centro) con HR 8799e (derecha), HR 8799d (inferior derecha), HR 8799c (superior
derecha), HR 8799b (superior izquierda) de Observatorio W. M. Keck
Imagen del descubrimiento del sistema de GJ 758, tomadas con HiCIAO en el telescopio
Subaru en el infrarrojo cercano.(en el centro, oscurecida por el coronógrafo) y sus tres
planetas (b, c y d) que la orbitan. Observaciones de multi-épocas han demostrado movimiento
orbital keplerianos en contra del sentido del reloj para los tres planetas.
Imagen del VLT NACO, tomada en la banda-Ks, de GQ Lupi. El punto débil de luz a la derecha
de la estrella es el compañero frío recién descubierto GQ Lupi b. Es 250 veces más débil que la
propia estrella y situado 0,73 arcosegundos al oeste. A la distancia de GQ Lupi, esto
corresponde a una distancia de aproximadamente 100 UA. El norte está arriba y el este a la
izquierda.
Se han descubierto 2748 sistemas planetarios que contienen un total de 3668 cuerpos
planetarios, 616 de estos sistemas son múltiples y 125 de estos planetas están por encima de
las 13 MJ (1 MJ es la masa de Júpiter) por lo que muy probablemente sean enanas marrones.
La mayoría de planetas extrasolares conocidos son gigantes gaseosos igual o más masivos que
el planeta Júpiter, con órbitas muy cercanas a su estrella y períodos orbitales muy cortos,
también conocidos como júpiteres calientes. Sin embargo, se cree que ello es resultado
de sesgo de información creado por los métodos actuales de detección, que encuentran más
fácilmente a planetas de este tamaño que a planetas terrestres más pequeños. Con todo,
exoplanetas comparables al nuestro empiezan a ser detectados, conforme las capacidades de
detección y el tiempo de estudio aumentan. El primer sistema extrasolar descubierto con más
de un planeta fue Upsilon Andromedae.
De acuerdo con la actual definición de "planeta", un planeta tiene que orbitar una estrella. Sin
embargo, se considera posible la existencia de cuerpos planetarios no ligados a la gravedad de
ninguna estrella. Tales cuerpos habrían sido expulsados del sistema en el que se formaron y en
la literatura científica se los denomina frecuentemente como planetas errantes o planetas
interestelares.
La NASA adelantó en junio de 2010 que la Sonda Kepler, puesta en órbita en marzo de 2009,
detectó indicios de 706 exoplanetas nuevos en sus primeros 43 días de funcionamiento, 400
de los cuales tienen dimensiones entre las de Neptuno y la Tierra. Los resultados oficiales de
esta misión serán publicados en febrero de 2011, pero los resultados provisionales indican que
al menos 60 de los planetas detectados tendrán un tamaño similar al de la Tierra (el doble del
tamaño terrestre, o menos).
El exoplaneta confirmado más similar a la Tierra descubierto orbitando dentro de la zona
habitable es, hasta enero de 2015, Kepler-438b, con un índice de similitud con la Tierra del
88 %. KOI-4878.01, un candidato a planeta, posee un IST mayor (98 %). De confirmarse su
presencia, sería un posible análogo a la Tierra.
El 12 de enero de 2012, la revista Nature publica un artículo desarrollado por científicos
internacionales donde utilizando el método de microlentes gravitacionales se asegura que
toda estrella de la Vía Láctea debe poseer entre 0,71 y 2,32 planetas orbitando
Métodos de detección
Los planetas son fuentes de luz (reflejada) muy tenue en comparación con sus estrellas. En
longitudes de onda visibles, por lo general tienen menos de una millonésima del brillo de su
estrella madre. Es sumamente difícil detectar este tipo de fuente de luz tenue, y, además, la
estrella madre tiene una luz deslumbrante que casi lo hace imposible.
Por las razones expuestas, los telescopios han fotografiado directamente no más de una
decena de exoplanetas. Esto sólo ha sido posible para planetas que son especialmente grandes
(por lo general mucho más grande que Júpiter) y muy distantes de su estrella madre. La
mayoría de los planetas con imágenes directas también son muy calientes, por lo que emiten
una intensa radiación infrarroja, entonces las imágenes han sido hechas en infrarrojos en vez
de longitudes de onda visibles, con el fin de reducir el problema del resplandor de la estrella
madre.
Por el momento, sin embargo, la gran mayoría de los planetas extrasolares conocidos solo han
sido detectados a través de métodos indirectos. Los siguientes son los métodos indirectos que
han demostrado ser útiles:
Velocidades radiales
Una estrella (al centro) y un planeta girando alrededor del centro de masa mutuo. Este
movimiento estelar es detectable por el método de velocidades radiales.
Este método se basa en el efecto doppler. El planeta, al orbitar la estrella central, ejerce
también una fuerza gravitacional sobre ésta de manera que la estrella gira sobre el centro de
masa común del sistema. Las oscilaciones de la estrella pueden detectarse mediante leves
cambios en las líneas espectrales según la estrella se acerca a nosotros (corrimiento hacia el
azul) o se aleja (corrimiento al rojo). Este método ha sido el más exitoso en la búsqueda de
nuevos planetas, pero sólo es eficaz en los planetas gigantes más cercanos a la estrella
principal, por lo que sólo puede detectar una leve fracción de los planetas existentes.
Astrometría
Dado que la estrella gira sobre el centro de masa se puede intentar registrar las variaciones de
posición y el oscilar de la estrella. A pesar de que estas variaciones son muy pequeñas. En
2002, el Telescopio espacial Hubble tuvo éxito en el uso de astrometría para caracterizar un
planeta descubierto previamente alrededor de la estrella Gliese 876.
Tránsitos
Consiste en observar fotométricamente la estrella y detectar sutiles cambios en la intensidad
de su luz cuando un planeta orbita por delante de ella. El método de tránsitos, junto con el de
la velocidad radial, pueden utilizarse para caracterizar mejor la atmósfera de un planeta, como
en los casos de HD209458b y los planetas OGLE-TR-40 y OGLE-TR-10. Este método, al igual que
el de la velocidad radial, encuentra de forma más eficiente planetas de gran volumen, pero
tiene la ventaja de que la cercanía del planeta a la estrella no es relevante, por lo que el
espectro de planetas que puede detectar aumenta considerablemente. Los avances
tecnológicos en fotometría han permitido que la sonda Kepler, lanzada en 2009 con un coste
de operación estimado en 600 millones de dólares tenga sensibilidad suficiente como para
detectar planetas del tamaño de la Tierra, hecho que sucedió a finales de 2011 con el
descubrimiento de Kepler-20ey Kepler-20f. Se espera que la misión culmine en 2016.
Variación en el tiempo de tránsito (VTT)
Animación que demuestra diferencia entre la sincronización del tránsito del planeta de 1
planeta y 2 sistemas del planeta.
Animación del sistema planetario alrededor de la estrella similar al Sol HD 10180. (720p)
(impresión artística) Crédito: ESO
VTT es una variación sobre el método del tránsito, donde los cambios en el tránsito de un
planeta pueden ser utilizados para detectar otro. El primer candidato planetario descubierto
de esta manera es el exoplaneta WASP-3c, utilizando WASP-3b en el sistema de WASP-3 en
el Observatorio Rozhen, el Observatorio de Jena y el Centro de Torun de Astronomía.41 Este
nuevo método es potencialmente capaz de detectar planetas como la Tierra o exolunas.41 Este
método fue aplicado con éxito para confirmar las masas de los seis planetas de Kepler-11.
Medida de pulsos de radio de un púlsar
Un pulsar (es el pequeño remanente, ultradenso de una estrella que ha explotado como
una supernova) emite ondas de radio muy regularmente a medida que gira. Leves anomalías
en el momento de sus pulsos de radio que se observan pueden ser utilizadas para rastrear los
cambios en el movimiento del pulsar causado por la presencia de planetas.42
Binaria eclipsante
Si un planeta tiene una órbita de gran tamaño que la lleva alrededor de dos miembros de un
sistema de estrella doble eclipsantes, entonces el planeta se puede detectar a través de
pequeñas variaciones en el momento de los eclipses de las estrellas entre sí.434445 Los
planetas Kepler-16b, Kepler-34b, y Kepler-35b son planetas circumbinarios detectados por este
método.
Microlentes gravitacionales
El efecto de lente gravitacional ocurre cuando los campos de gravedad del planeta y la estrella
actúan para aumentar o focalizar la luz de una estrella distante. Para que el método funcione,
los tres objetos tienen que estar casi perfectamente alineados. El principal defecto de este
método es que las posibles detecciones no son repetibles por lo que el planeta así descubierto
debería ser estudiado adicionalmente por alguno de los métodos anteriores. Esta estrategia
tuvo éxito en la detección del primer planeta de masa baja en una órbita ancha,
designado OGLE-2005-BLG-390Lb.46
Perturbaciones gravitacionales en discos de polvo
Gráfica de puntos que relaciona la masa y el período orbital con el método de descubrimiento
del exoplaneta:
Para referencia, los planetas del sistema solar están marcados en gris. El eje horizontal
representa el logaritmo del eje semi-mayor, mientras que el eje vertical representa el
logaritmo de la masa.