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¿Y si mi media naranja realmente es media manzana?

Soy fiel creyente de aquella frase de Albert Einstein que dice: "Si buscas resultados diferentes, no
hagas siempre lo mismo”. Aplica en todos los sentidos y ámbitos de la vida, pero hoy quiero escribir
de uno muy especial, el amor, y no el amor en general, sino de la pareja que queremos para vivir
nuestro futuro.

Dichosos aquellos que en su primera pareja


encuentran el “amor de su vida”, y digo
dichosos porque no sufrieron, sufren o
sufrirán nada de lo que comentaré a
continuación y que es la razón por la cual
escribo en esta ocasión. Se que esta un poco
trillada pero utilizaré aquella frase que dice
“Nunca habrá nada como el primer amor”.
Definitivamente el primer amor es una
experiencia linda, con gratos recuerdos y
con muchas enseñanzas, pero que a su vez deja algunos estragos en uno o ambos miembros de la
relación.

Y es que no me pueden negar que si llegaron a terminar una relación con su primer amor, a la siguiente
persona con la cual tuvieron o intentaron tener algo tenia o tiene el mismo perfil que la persona
anterior, esta es una de las peores costumbres que se tienen en nuestra sociedad, buscamos una
persona que cumpla los mismos requisitos que la persona anterior, ya sea físicamente, carácter,
valores, gustos, personalidad, entre otras. Y les puedo asegurar que parece que aquella persona de la
que se están enamorando tiene un aviso en su frente que dice: “No te enamores de mi” pero somos
tan poco abiertos que vamos a buscar algo que ya conocemos.

En ocasiones me pregunto si los humanos somos masoquistas por naturaleza, sabemos por
antecedentes como nos fue en nuestra experiencia amorosa anterior, y este es el motivo por el cual
buscamos la misma base, creemos que podemos controlar las situaciones que puedan llegar a surgir
por el simple hecho de “ya lo viví” ERROR.

Para el amor aplica la frase perfecta de “Nadie experimenta en cabeza ajena” y estoy totalmente de
acuerdo, para poder aprender de esto necesitamos fallar, una y otra vez, al fin y al cabo “echando a
perder se aprende”, ¿no?. Digo tampoco se trata de ir por la vida fallando en una y otra relación para
“tomar experiencia” pero si se aprende de cada uno de los errores, eso lo tengo claro sin duda alguna.

En vista de la poca paciencia que tienen muy pocas personas para encontrar la pareja ideal, me doy
cuenta que hay gente que encuentra el “amor de su vida” cada 3 meses, esto es, a mi gusto, un
problema de autoestima consigo mismo. Siempre existen otras medidas, no es necesaria una pareja
para sentirse acompañado, al menos a mi punto de vista.

Pero aquellas personas que buscan alguien con el mismo perfil al de su pareja anterior, son un tanto
y muy poco diferente a aquellas personas que terminan un relación y regresan con la misma persona
porque: “Me prometió que va a cambiar”, “Vamos a trabajar en nuestros fallos”, “Ahora ya sabemos
que es lo que nos molesta” entre otras cuantas frases trilladas y que se repiten cada semana, mes,
bimestre, o cada que se les de la gana terminar y regresar.
Al inicio de una nueva relación, es normal
que se lleve a cabo una pequeña divagación
en nuestro cerebro, la cual conduce a una
ilusión de llegar a formar un futuro con esa
persona, y aún mas, cuando crees que estas
compaginando de una manera perfecta con
esa persona, que ella esta a tu nivel, pero,
¿qué pasa después?, te das cuenta que hay
cosas que al igual que la persona anterior no
tiene en común, que al final de cuentas
tienen mas cosas que los distancian que las
que los unen y por si fuera poco, realiza
acciones que no puedes soportar. Y aquí es
donde entran otra vez aquellas preguntas de
tu primera relación ¿Hasta donde puedo
aguantar? o ¿Cuánto es mi amor para soportar todo esto?. Aquí es el momento perfecto para probarnos
a nosotros mismos y darnos cuenta que el tiempo puede solucionar cosas, pero otras no.

Otro de los errores que comúnmente comentemos después de terminar una relación e iniciar otra es
querer cambiar nuestra personalidad para poder encontrar a la persona a la que realmente queremos
pero… ¿No que te gustaba todo de ti? Cuando alguien realmente quiere estar contigo no va a intentar
cambiar algo de ti, por más que esté en desacuerdo con ello. La persona “ideal” es aquella que acepta
tus errores, personalidad, conductas y comportamientos, y más allá aún, la que respeta por completo
todo lo anterior aunque eso implique aceptar que no son tan compatibles.

Siempre es bueno salir de la rutina, o la misma sintonía, la persona “ideal” o el “amor de tu vida” no
va a tener necesariamente que ser tu, pero en versión femenina o masculina según sea el caso, siempre
es necesario tener algo diferente en una relación, no me digas que no has dicho en tu mente al ver a
una pareja totalmente DIFERENTE en gustos, personalidad, pensamientos, etc… “¿Qué demonios
hacen juntos?” y la primera respuesta que vienen a la mente de las personas es… seguro tienen buen
sexo.

Por eso debemos de dejar de buscar el mismo perfil en la siguiente persona, es necesario romper
paradigmas y en lugar de quejarnos por haber salido con aquella mujer que es hermosa pero se quejaba
por todo o aquel hombre que es muy atlético pero era un cabrón sin sentimientos, aunque a las
primeras de cambio estamos suspirando como idiotas por personas iguales en las que vemos solo el
lado positivo sin ver los aspectos negativos con los cuales ya sufrimos antes.

En algún lugar de nuestra mente queremos encontrar nuestra “media naranja” y nos cerramos a la
posibilidad de conocer a alguien diferente, que tan malo podría ser que tu verdadera “media naranja”
resulta ser una “media manzana”. Date el tiempo para conocer algo diferente, algo que no te has dado
la oportunidad, algo nuevo y alejado de aquello que al final de cuentas siempre deja derrotado y sin
ganas de iniciar nuevamente.
Deja de suspirar por aquella mujer que tiene imagen de
top model, por aquel hombre que parece culturista,
aquella chica u hombre con aires de grandeza y que no
saben ver mas allá de si mismos, busca lo que tu
realmente necesitas, si eso es lo que tu mente te pide,
adelante, sin embargo, recuerda que el físico con el
tiempo se acaba, la mentalidad y los sentimientos no,
aunque estos últimos pueden cambiar de acuerdo a la
actitud de la persona. Decídete a idarte una nueva
oportunidad, a pesar de que ninguna relación va a ser
perfecta, las posibilidades de lograr el éxito con este tipo
de personas son de una en un millón.

Si vas a buscar, busca a aquél o aquella que respete tus


opiniones, que no te juzgue, que te acepte como eres, ese
que note pequeños detalles como un nuevo corte de pelo
o te diga que te ves bien a pesar de que sigas en pijama.
¿Quién no preferiría a alguien que lo haga sentir que no
hay nadie mejor en el mundo? Decídete a romper el patrón, a salir de lo habitual y explorar con
personas diferentes. Total, si las cosas fallan de nuevo, al menos ahora sabrás que estás empezando a
hacer un cambio. Y sino, nunca está de más preguntarse… ¿Y si soy yo el hijo de puta que no esta
bien? Aguas.

Publicado hace 13th April 2014 por Javier Jean Poul De León Robledo
Dedicado por Jaime Osvaldo Ladín Martínez
Para Judith Rosario Vaca Hernández

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