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FINES II

Institución Educativa: CENS 451

Materia: Historia y Geografia


Año: Primero

ENSAYO MONOGRAFICO
“EDAD MODERNA”

Profesora: Raquel Mariani.


Alumna: Verónica Planella
EDAD MODERNA-- INVENTOS Y VIAJES

Introducción
Durante el siglo XIV, Europa Occidental sufrió una importante crisis que ocasiono
profundas transformaciones y dio lugar, entre los siglos XV y XVIII, a una nueva etapa de la
historia de la humanidad: la Edad Moderna.

Tiempo de desgracias
La crisis del siglo XIV fue de tal magnitud que pronto se extendió por toda Europa.
Varios años de clima desfavorables, sequia e inundaciones, y la falta de técnica agrícolas
adecuadas, produjeron el agotamiento general de las tierras y ocasionaron la disminución
de la producción en el campo. Hubo escasez de alimentos y la población sufrió hambre,
enfermedades y epidemias de todo tipo, de las cuales la más terrible fue la “peste negra”,
que mato a millones de europeos.
Las guerras también hicieron estragos. La más importantes fue “La guerra de los cien
años” que se desarrolló entre Inglaterra y Francia a causa de las aspiraciones inglesas al
trono francés. España, en esa época dividida en los reinos de Castilla, Aragón, Navarra y
Granada, tuvo que sufrir las rebeliones periódicas de los nobles contra los reyes.
En Italia y Alemania, los príncipes se enfrentaron por el control de territorio.
Tantas calamidades fueron consideradas como un castigo divino por los pecados de
los hombres. Muchas personas, entonces comenzaron a cuestionar a la iglesia católica, a la
cual veían solamente por la riqueza y el poder y alejada totalmente de las angustias de los
creyentes y de las enseñanzas del evangelio.
Hambre, pestes y guerras provocaron un notable descenso de la población y la falta
de alimentos hizo que los precios subieran.
Los señores feudales se vieron obligados a aumentar cada vez más los impuestos y
a tratar de cobrarlos en dinero. Como la situación se hacía insostenible, las revueltas se
generalizaron y muchos campesinos se fueron a las ciudades, a pesar que también la vida
de las misma estaba afectada por las guerras y la peste.
Los señores perdieron el poder que tenían, ya que para continuar con la actividad
agrícola debieron hacer nuevos acuerdos con los campesinos e inclusive contratar
trabajadores para sus campos a cambio de un salario. El mundo feudal entro en crisis y se
necesitaron otras formas de organización social, política y económica.
Cambios en el campo
A partir del siglo XV la población europea comenzó nuevamente a crecer. Esto se
produjo gracias a que la agricultura europea se fue recomponiendo, las tierras fueron
nuevamente sembradas y la producción de alimentos se intensificó.
Como los precios habían aumentado, la comercialización de los productos del
campo se convirtió en un buen negocio y mucha gente decidió invertir dinero en la compra
de tierras. En el siglo XVI, se introdujeron innovaciones técnicas en los campos que
permitieron aumentar la productividad: se difunde el uso del cabello como animal de tiro y
la energía hidráulica se utiliza para mover la piedra de los molinos.
Pero estos cambios también trajeron desocupación ya que se necesitó menos manos de
obra y muchos campesinos debieron irse a las ciudades para poder sobrevivir.

Crecimiento de las ciudades


Luego de la crisis del siglo XIV, las ciudades pudieron retomar sus actividades y
crecer. La población que vivía en ellas fue aumentando pues hacia allí iban campesinos que
buscaban libertad, o simplemente mayor bienestar. Los habitantes de las ciudades
formaron una nueva clase social: la burguesía que se dedicaba sobre todo al comercio y a
las actividades artesanales.
La producción artesanal estaba organizada y controlada por los gremios, pero hacia
el siglo XVI en algunas ciudades europeas se produjeron cambios en la producción y se
extendieron algunas tareas como la confección de telas de algodón, de lana o de seda.
Muchas veces, los comerciantes completaban la mano de obra disponibles en las ciudades
con algunos artesanos que vivían en zonas rurales.
Los negocios crecieron y los burgueses, tanto mercaderes y banqueros como
maestros artesanos o profesionales, se enriquecieron con estas actividades que no
suponían la posesión de tierras y fueron forjados poco a poco, una nueva forma de estar en
el mundo que contemplaba la felicidad, el gusto por la vida, la acumulación de riquezas, el
uso de artículos de lujo, el buen gusto y la distinción.

Expansión comercial y ultramarina


El crecimiento de las ciudades y el enriquecimiento de la burguesía, favoreció el
desarrollo del comercio entre Europa Occidental y Oriente, pues desde allí venían las sedas,
las perlas, las especias, y muchos otros artículos de lujos que los europeos consumían.
Pero hacia mediados del siglo XV, los musulmanes avanzaron sobre Europa y
lograron tomar, en el año 1453, la ciudad de Constantinopla que cayó en poder de los turcos
otomanos. El comercio por las rutas habituales se interrumpió pues los turcos dominaron
Europa del este impidiendo por tierra el paso de las caravanas y controlaron el
Mediterráneo obstaculizado el comercio marítimo. Los países europeos debieron buscar
nuevas rutas que permitiesen la continuidad comercial.
Esta necesidad, sumada a los deseos de obtener metales preciosos como el oro y la
plata por parte de los reyes, hizo que los diferentes países organizaran expediciones para
llegar a Oriente. Esto fue favorecido por los avances tecnológicos de la época. Nuevos navíos
y nuevos instrumentos de navegación (como la brújula o el astrolabio) y la actualización de
los conocimientos geográficos, permitieron, junto a las decisiones de los reyes que dieron
su aprobación y al dinero de la burguesía que financió las empresas, que los europeos
recorrieran las costas de África para llegar a Oriente a través del Océanos Indico y que
descubrieran América completando, de esta manera, el mapa del mundo.

Nuevos inventos y una “economía mundo”


Los descubrimientos geográficos y la expansión europea dieron lugar a la formación
de un sistema mundial de comercio que puso en contacto a todas las regiones del planeta.
Cada zona ofreció diferentes tipos de bienes que los europeos comercializaron, tratando
cada país de dominar rutas y regiones de manera exclusiva para evitar competidores.
Como este comercio mundial daba fabulosas ganancias, los gobernantes se
preocuparon por estimular mejoras en las técnicas aplicables a las actividades industriales
y por incentivar la investigación científica. Los burgueses invirtieron cada vez más en la
industria y trataron de obtener la mayor cantidad de productos con rapidez y precisión.
Con el remplazo del carbón por la leña como combustible y la creación de altos
hornos para la fundición de metales, se intensifico la industria metalúrgica y el trabajo en
oro, plata, cobre y hierro tuvo magníficos resultados. Aparecieron nuevas herramientas,
cubiertos, clavos, tijeras y alfileres. Se comenzaron a fabricar cañones y armas de guerra
que incluyeron la pólvora como un nuevo elemento bélico.
Al generalizarse el uso de los relojes y los almanaques se perfecciona la técnica de
fabricación de los mismo. Los relojes mecánicos aparecieron en el siglo XVI y se instalaron
en las torres de palacios e iglesias. Posteriormente comenzaron a ser utilizados como
objetos personales (relojes de bolsillos) o como parte de la decoración de las viviendas
(relojes de mesa).
Johan Gutenberg perfecciono la imprenta y a partir de este hecho, los libros
adquirieron carácter masivo y fueron un elemento de uso corriente que se puso al servicio
de la educación, posibilitando la difusión de la ciencia y la cultura. El primer libro impreso
fue la Biblia, en el año 1457. Además, el desarrollo de la tipografía impulsó a la industria del
papel, remplazando al pergamino.

Los Estados Modernos


Con la crisis del siglo XIV, los ejércitos privados de los señores feudales resultaron
insuficientes para asegurar el trabajo y el orden dentro de los feudos. Frente a esto, los
reyes organizaron ejércitos para tratar de mantener a nobles y campesinos bajo su dominio.
Estos ejércitos reales fortalecieron la autoridad política de las monarquías consolidándose
en Europa occidental a partir del siglo XV los Estados modernos, que, si bien tuvieron
características propias en cada región, todos afianzaron el concepto de “patria” y adoptaron
símbolos de unidad nacional y dominio territorial.
En el siglo XVI, los gobiernos estaban en manos de reyes poderosos cuyas cortes se
transformaron en el centro de la vida social de cada país. Tal es el caso de la corte de
Francisco I en Francia, o la de la reina Isabel I de Inglaterra, o la de Carlos I de España y V de
Alemania.
El Rey era la autoridad soberana y tomaba todas las decisiones políticas, dictaba las
leyes, administraba el reino, cobraba impuestos y dirigía al ejército. Los habitantes de los
reinos eran los súbditos, y le debían al Rey obligación y obediencia. La nobleza, el clero y los
burgueses más poderosos se diferenciaron del resto de la población porque tenían el
privilegio de integrar y participar en las asambleas de estos estados, cuya función era
aconsejar y auxiliar al rey. No eran reuniones continuas, sino convocadas por el Rey para
tratar temas considerados trascendentes, como la creación de nuevos impuestos o la
sanción de alguna nueva ley. Estas Asambleas tuvieron diferentes nombres, en Alemania se
llamaron Dietas, en España se llamaron Cortes, en Inglaterra se las conoció como
Parlamento y en Francia como Estados Generales.
Para asegurar la obediencia real y lograr una mayor eficacia en los gobiernos
centralizados, los reyes se valieron de nuevas instituciones como el ejército real, la
burocracia de funcionarios reales, nuevos cuerpos de leyes, nuevos sistemas de impuestos
y la diplomacia real. Todas ellas inauguraron una nueva forma de hacer política.

El mercantilismo
Fue el sistema económico que adoptaron la mayor parte de los países europeos,
siguiendo la idea absolutista de controlar todas las actividades el Estado. Surgió así la
convicción de que la riqueza de un Estado dependía de la cantidad de oro y plata (metales
preciosos), que ese Estado pudiese acumular.
Para esto se trató de fomentar la industria e incentivar el comercio, teniendo
cuidado de lograr siempre una balanza de pagos favorables, al mismo tiempo que se trataba
de controlar los grandes yacimientos de metales preciosos, en Europa y en América.

Conclusión:
La Edad Moderna fue un tiempo de importantes transformaciones sociales, políticas y
económicas de las naciones europeas. Fue el tiempo en que las sociedades evolucionaron
en forma muy diferentes a las que se veían hasta ese tiempo, a tal punto que se puede decir
que fue la plataforma de avances sociales, tecnológicos y políticos que hoy vivimos.
Todo cambio en este tiempo, del feudalismo a estado nacionalistas, de la vida en el campo
a grandes urbes, los inventos que revolucionaron la industria, comercio y el poder bélico de
los países y finalmente una visión “mundo” de la economía con el mercantilismo y el
comercio internacional.
Bibliografía:
Mundo cartográfico. Edad Moderna I, Historia Universal, Autora Lic. Norma de Paola.
Editorial Mundo cartográfico. 2005
Teresa Eggers Brass, Historia Mundial Contemporánea, 1er. Año polimodal. Editorial
Maipue, 2010
Wikipedia.com, Edad Moderna. 2017

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