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(primera parte)
Nos han enseñado que las heridas en el alma quedan en el corazón por
rechazo, maltrato u ofensas. Yo creía que todo eso era sanado, pero me
di cuenta que no, porque al estar uno herido en el alma, se tocan los
pensamientos, los sentimientos y las emociones.
Las heridas del alma son el resultado de una mala reacción ante las
ofensas o el rechazo. Siempre vamos a estar expuestos a esas cosas,
pero lo que hace la diferencia es como vamos a reaccionar ante ellas.
Hay ofensas o enojos que se perdonan rápido, pero hay otros que no. Por
ejemplo, yo no podía revelar mis sentimientos, había sido reservada y
sobre protectora de mi vida, porque ahí estaba la herida. Cuando vemos
el caso de las personas que tenía contacto con Jesucristo, ellas eran
salvas y su familia bautizada. Puedes darte cuenta como eres, viendo la
relación que tienes con tu familia, reconociendo si hay libertad o tienes
temor a que te rechacen y no te oigan.
En una ocasión sin previo aviso en una reunión de líderes, le pedí a las
asistentes que escribieran por qué estaban en Cristo Jesús. Una de ellas
escribió que lo más hermoso que tenía era el Señor, dijo que debido al
alcoholismo de su padre su madre tuvo que salir del país, y su corazón
se endureció mucho. Vio su decisión como una abandono, y tuvo que
madurar rápido. Después de algún tiempo llorando en un rincón de su
cuarto oyó una voz que le decía: nunca has estado sola yo estaba
contigo. Después decidió irse a Estados unidos y tuvo un encuentro con
el Señor, como resultado de este pudo pedirle perdón a su mamá. Más
adelante, regresó a Guatemala porque Dios le habló de su padre. Hoy
sabe que aunque no está del todo bien, él es salvo. Tiempo después
decidió irse a un encuentro de su iglesia, y en el creyó las promesas que
Dios le dio. Quizás nadie había creído en ella, pero Dios y sus pastores sí.
Al final agregó: ...si de algo estoy segura es que amo a Dios y no
cambiaria mi amor por Él hasta la muerte.
Puede que tu caso no sea ese sino el adulterio, el de los hijos fuera de tu
matrimonio ó el rechazo; pero sin importar cual sea el caso, es necesario
que salgas de el hoy. Debemos reconocer la fuente de esas heridas para
ser diferentes. Posiblemente las heridas que tienes no fueron provocadas
en la niñez, quizá esas ofensas vinieron a tu vida en el tiempo del
noviazgo, puede que hayan sido provocadas en la iglesia por un líder
espiritual que no creyó en ti. Quizá esas marcas tan profundas
provocaron que te encerraras en ti mismo, pero hoy quiero motivarte
para que sanes esas heridas que tienes que no pueden ser curadas con
metafe, con alcohol o escondido en tu habitación; esas heridas que
tienen que ser mostradas y curadas con la gente para que el Señor sea
glorificado en nosotros y podamos vivir con libertad.
UNANOCHECONELREY
Cual libro histórico puesto en duda por siglos, se abre para mostrarnos a Cristo
y su persona.
Cual Rey y Señor gobierna todo lo creado teniendo dominio sobre todo
El rey Asuero desea mostrar sus riquezas y gloria durante 180 días a todos sus
principales gobernadores en todo el imperio, luego decide apartar siete días
maravillosos en el huerto de su palacio para todos los que vivían en la ciudad
Susa que era el centro y capital del reino.
El rey estaba contento, el rey está con todos sus príncipes, pero eso no basta,
Él quiere mostrar a la reina, a su reina. Pero queda en vergüenza ante todos:
La reina desconoce su autoridad.
Hermanos y hermanas, esto nos recuerda al pueblo de Israel que tenía todo
para estar frente a su Señor, tenía todos los derechos de ser el pueblo
escogido, era simiente de grandes siervos del Dios altísimo. Aquel pueblo que
cobijó al Mesías bajo su seno engendrado por el Santo Espíritu, aquel pueblo
que vio una y otra vez la gloria y el poder de Dios se negó a reconocer su
autoridad, cayendo en soberbia, razón por la cual Dios los desechó de su
presencia. Pero nuestro Señor todo lo tenía planeado.
Aún alcanza su misericordia y se acuerda del hombre e insiste
asombrosamente en compartir su gloria con aquellos que anhelante lo esperan.
Lo más maravilloso, lo más sublime, es que nuestro Señor con toda su gloria y
magnificencia, siendo dueño del tiempo y de las oportunidades; teniendo
soberanía sobre lo visible e invisible, teniendo conocimiento de todo desde el
alfa hasta el omega decida compartir su amor y gloria.
¡Nuestro Señor no quiere estar solo!
La búsqueda
Las doncellas vírgenes que se iban a presentar al rey Asuero son buscadas en
todo su reino, desde cada provincia se traen a las escogidas a la casa de las
mujeres que se encontraba en Susa, capital del Reino.
En medio de todas las que reunían las condiciones, hay una joven huérfana,
una joven esclava, pero llena de gracia y hermosura. En los lugares donde
estuvo llamó la atención por su benevolencia y actitud.
En medio de la gran muchedumbre de candidatas le son dados alimentos y
atavíos y, al parecer, empieza a ser apartada desde el primer momento.
Le son enviadas siete doncellas especiales de la casa real para que la
preparasen y es trasladada a lo mejor de la casa del rey.
Nos conmueve el hecho que aquella huérfana representa a todos los que
hemos estado sin esperanza, sin presente ni futuro, teniendo un pasado que
no nos une a nada; sin embargo, empezamos a sentir que nuestro corazón
experimenta la vida, aquella vida traída desde la eternidad por la cual
empezamos a vivir y a ser atraídos hacia el Rey. Paso a paso, con victorias y
derrotas vamos acercándonos al momento en que debemos reconocer la
autoridad de nuestro Señor.
Nuestros interiores se conmueven al ver cada día que fuimos en algún
momento escogidos y apartados desde antes de todas las edades, para ser
presentados como una virgen pura y santa frente a nuestro Dios. Aleluya.
No teníamos ninguna esperanza pero Dios así lo quiso por el puro afecto y
designio de su voluntad.
Podemos ver que el versículo 12 del capítulo 2 de Ester empieza con una frase
que me conmueve..."Y cuando llegaba el tiempo"
Dios es un Dios de tiempos, su palabra se cumple sí o sí. Sus promesas son
eternas...
Ester es presentada...
Los doce
"En el mundo romano habían muchos esclavos, pero los esclavos no tenían
herencia. Imaginemos a alguien que es muy rico y tiene un hijo, herederos de
toda su casa. Un día, todo lo que es del padre va a ser suyo. De acuerdo con la
epístola a los Gálatas, cuando eran pequeños, el padre ponía a sus hijos con
los esclavos, pues habían esclavos que tenían mucho conocimiento, y que
llegaban a ser maestros de los hijos. Por esa razón, aunque el hijo era el
heredero de la familia, cuando era niño jugaba con los esclavos y era enseñado
por uno de ellos.
El hijo crecía en aquel ambiente. Sin embargo, estaba entre los esclavos, y al
verlo, las personas podían pensar que también era uno de los esclavos.
El padre tenía muchas haciendas; sin embargo al niño le era imposible
administrarlas. El padre tenía sus negocios, pero el hijo era muy pequeño y no
podía manejar los negocios de su padre. Por esa razón esperaba que su hijo
creciese. Cuando alcanzaba la mayoría de edad, el padre invitaba a todos sus
parientes y amigos y presentaba su hijo en sociedad, "El hijo "ya está
capacitado para ser responsable de todos los negocios y de la hacienda del
padre. "
Llega el momento
Las candidatas venían ataviadas desde la casa de las mujeres hasta la casa del
rey. Partían en la tarde y en la mañana volvían a la casa segunda de las
mujeres.
Cuando le tocó el turno a Ester el propósito de su preparación se cumplió. El
rey la amó más que a todas las otras mujeres y puso la corona real en su
cabeza, y la hizo reinar en lugar de la anterior reina que desconoció su
autoridad.
¡Qué maravilla!, estar en la presencia de nuestro Rey. Aquel que nos desea.
Así se cumplen las siguientes palabras:
Amán
Amán, un funcionario del rey Asuero, recibe más honra que todos los príncipes.
Por donde pasara se le tenían que hacer reverencias; sin embargo, Mardoqueo,
un judío, el cual era tío de Ester se niega a tal reconocimiento, razón por la
cual la ira de Amán es desatada y tras este desaire se propone la destrucción
de todo un pueblo: El pueblo judío.
Ester, al tercer y maravilloso día, se viste con ropas reales y entra al aposento
real donde el rey estaba sentado en el trono. Aquello que antes le hubiera
significado la muerte, ahora cambia, y el rey le extiende el cetro de oro.
Nuestra sentencia
Antes de la muerte de Jesús la entrada al lugar santísimo era privada, solo una
persona y una vez al año podía entrar, pero ahora, como dice Hebreos 10:19-
20:
"Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la
sangre de Jesucristo.
Por el camino nuevo y vivo que él nos abrió a través del velo, esto es, de su
carne"
Aleluya
Aquellos que no teníamos ninguna posibilidad, aquellos que teníamos sentencia
de muerte sobre nuestras cabezas, podemos vestirnos de ropas reales y entrar
a la presencia del Rey de reyes. Porque Dios extendió el cetro que era símbolo
de protección o castigo, el cetro de oro. El oro, la naturaleza divina que recorre
nuestro ser.
Podemos entrar a la presencia del Rey con nuestras ropas reales por medio de
la resurrección de nuestro Señor.
Se acabó el luto de los tres días, el duelo interminable, el Rey de reyes abrió
las puertas de los tiempos para todos sus hijos.
El momento decisivo
Victoria Final
Ester logró su objetivo, Dios la llamó y preparó los tiempos para que fuera
reina y ella entendió cuál era su llamado y papel en la historia: ser el
instrumento para salvar al pueblo judío que permanecía esclavo en ese tiempo.
Ester pagó el precio y fue a la presencia del rey aun sabiendo que le podía
traer la muerte.