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Monografía Depresión

Introducción
El siguiente trabajo está dividido en dos partes. Una parte teórica, dedicada a establecer una
definición de la depresión en tanto cuadro clínico, realizar una revisión de las distintas teorías sobre la
depresión propuestas por la cátedra, y finalmente presentar la serie de indicadores clínicos
correspondientes a las distintas técnicas (verbales y gráficas) para delimitar la presencia de un cuadro
depresivo.
Una segunda parte, estará dedicada al análisis del caso Soledad, para argumentar la presencia de un
cuadro depresivo, mediante el análisis de las recurrencias y convergencias, incluyendo el análisis de
su discurso desde la teoría de la comunicación de Liberman. Finalmente, se arribará a un diagnóstico
de estructura, siguiendo el modelo estructural de Kernberg

Primera parte: Marco Teórico

La depresión como cuadro clínico

La depresión en tanto cuadro clínico, constituye un conjunto de síntomas y signos clínicos, entre los
que predominan los de tipo afectivo, incluyendo también cognitivos, volitivos y somáticos.
Algunos de los indicadores clínicos de dicho cuadro son:
1- Estado afectivo continuo y sostenido de tristeza, estado de ánimo nostálgico, sensación
permanente o habitual de desamparo, etc.
2- Inhibición o agitación psicomotriz
3- Trastornos del sueño: insomnio o hipersomnio
4- Autorreproches de tipo generalizado. Autocrítica excesiva y sentimiento de culpa. Sentimiento de
inferioridad.
5- Autoimagen desvalorizada
6- Visión pesimista de la vida, del futuro y de las propias posibilidades de logros.
7- Pérdida de interés o placer en distintos aspectos de la vida cotidiana
8- Sentimiento de insuficiencia, incapacidad, minusvalía.
9- Irritabilidad y angustia
10- Trastornos del apetito: anorexia
11- Pérdida del atractivo e interés sexual
12- Autodegradación, pensamientos o impulsos suicidas

Todos estos y varios otros pueden considerarse indicadores o aún equivalentes de la depresión. Estos
distintos elementos pueden presentarse en proporciones variables dentro de un cuadro dado.

Podría hablarse de una afección global del funcionamiento personal, con especial énfasis en la esfera
afectiva.
Dicho cuadro no suele presentarse en forma aislada, es decir, como cuadro único, sino que es más
habitual su asociación a otras entidades psicopatológicas.
Con ello queremos decir, que por ejemplo, un cuadro depresivo puede presentarse y teñir las distintas
estructuras de la personalidad, ya sea Neurótica, Psicótica o Borderline (según la clasificación de
Kernberg)

Teorías sobre la Depresión: Bleichmar, Liberman, Grinberg y Fenichel

Grinberg se refiere a la angustia, depresión y culpa, como sentimientos diferentes pero que pueden
coexistir en un mismo individuo; como expresiones de conflicto de la personalidad altamente
significativas.
Tanto la angustia como la depresión constituyen reacciones básicas del Yo del individuo, pero con
contenidos diametralmente opuestos. Una importante diferencia es que la angustia aparece ante la
inminencia de un ataque dirigido contra el self; mientras que la depresión junto con el sentimiento de
culpa, que es a la vez su causa y su síntoma fundamental, proviene de ataques reales o fantaseados
realizados por el Yo contra los demás.
En la depresión el Yo se encuentra paralizado porque se siente incapaz de enfrentarse con el peligro;
a veces el deseo de vivir se encuentra reemplazado por el deseo de morir por considerarse impotente
para superar el riesgo que lo amenaza; y se manifiesta por apatía, tristeza, decaimiento moral y físico
con sensaciones de impotencia y desesperanza.
La angustia es una reacción frente al peligro en la que el Yo evidencia su deseo de sobrevivir y se
prepara para la lucha o para la fuga, que se exterioriza como un estado afectivo displacentero
acompañado de síntomas físicos en los aparatos respiratorio y circulatorio (aceleración del pulso,
latidos cardiacos, palidez, etc.). Respecto a la dimensión temporal, se relaciona más con el futuro,
porque es la respuesta frente a un peligro que puede acaecerle al individuo; mientras que la depresión
suele ser consecuencia de experiencias pasadas.
Grinberg parte de la idea del trauma de nacimiento, vivencia que influye en el curso de la vida ulterior
y que provoca la emergencia de ansiedades persecutorias y de una culpa precoz referida
primariamente al self y dotada de una calidad intensamente persecutoria; y da lugar en forma
simultánea a la aparición de sentimientos depresivos relacionados con la vivencia de pérdida o daño
sufrido por el self, así como también por el objeto. La postulación de la emergencia de una depresión
primaria, se trata de un sentimiento depresivo rudimentario: un Yo capaz de sentir cierto grado de
depresión frente al daño, pérdida o dolor sufrido por el self o por el objeto.
Es la situación persecutoria-depresiva en la que intervienen sentimientos de angustia y de temor,
juntos con sentimientos de desesperación, dolor y cierta pena por la vivencia de daño que han sufrido
principalmente el Yo y el objeto, lo que condiciona la aparición de la culpa persecutoria.
A medida que el instinto de vida se afirma, se va produciendo el fortalecimiento del Yo con una
creciente capacidad para la integración y la síntesis, y alcanzaría así el estadio de la posición
depresiva. La intuición del instinto de vida en una proporción cada vez mayor como ocurre durante la
evolución normal, determina una real formación de sentimiento de culpa, operándose una sustitución
de sus componentes persecutorios por los depresivos, correspondientes a la culpa de la posición
depresiva. Naturalmente esta transformación se produce en forma gradual, progresiva y nunca llega a
ser completa. Si quedan remanentes de culpa persecutoria que, en circunstancias traumáticas, como
lo es toda pérdida, se reactivan o incrementan, llegando a dominar, a veces, todo el cuadro de los
duelos.
El sentimiento de culpa en el desarrollo psíquico del individuo, influye preponderantemente en la
etiología de las neurosis y psicosis, y de la superación de la misma dependerá, el estado de salud
mental y física, la felicidad y el equilibrio armónico a que aspiramos como uno de los grandes objetivos
de la vida.
Es esencial diferenciar, desde el punto de vista teórico y técnico, dos clases de culpa, procurando
ayudar a los pacientes a liberarse de la culpa persecutoria y a que adquieran la capacidad de sentir la
culpa depresiva, reparatoria para su Yo y para sus objetos.
En los pacientes con culpa persecutoria, la noción del tiempo se rige por las características del
proceso primario (inconsciente). En ese sentido, se manifiesta en un marco de atemporalidad, donde
el pasado y el presente se confunden. Las principales emociones son: el resentimiento, el dolor, la
desesperación, el temor, los autorreproches, etc. Los casos extremos son las esquizofrenias y las
melancolías (duelo patológico). La característica es la actuación masoquista del Yo que está bajo el
predominio del instinto de muerte.
En la culpa depresiva, en cambio, el tiempo se configura de acuerdo a las leyes del proceso
secundario (consciente). Existe discriminación entre pasado y presente y hay también perspectiva y
futuro. Los sentimientos más importantes son: la preocupación por el objeto y por el Yo, la pena, la
nostalgia y la responsabilidad. Se manifiesta en el duelo normal con actividades sublimatorias y de
reparación, y se encuentran bajo el dominio del instinto de vida.
La proporción con que interviene la culpa y su calidad persecutoria o depresiva, determinará la calidad
e intensidad de la reacción que se experimenta frente a la pérdida.
Finalmente, el factor constitucional: la culpa heredada, y que corresponde a una de las protofantasías
primitivas (Freud señaló que el sentimiento de culpa que sufre la especie humana, procede del
complejo edípico, del asesinato del padre primitivo).
La culpa persecutoria funciona en su máxima expresión en los estados más regresivos, cuando el
instinto de muerte defusionado opera con toda intensidad, la angustia y la persecución se
experimentan al máximo causadas por las fantasías inconscientes relacionadas con las experiencias
de pérdida y de frustración. Debido a la fuerza con que la culpa inunda al Yo, éste siente la necesidad
de recurrir a las defensas más primitivas, como la disociación, omnipotencia, idealización y negación.

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Uno de los principales efectos contenidos en la experiencia vivencial de la culpa persecutoria, es el
RESENTIMIENTO; que se experimenta frente a algo o alguien que se ha querido y a quien se
reprocha haber provocado una frustración, pérdida o agresión, ante la cual el Yo se ha sentido víctima.
No sólo puede ser experimentado el resentimiento con respecto al objeto, sino también en relación
con el propio self. Así, por ejemplo, se puede estar resentido contra sí mismo por maltratarse. Re-
sentir significa sentir nuevamente algo ya vivido: el trauma del nacimiento, en su aspecto persecutorio
y de pérdida de relación objetal. Cuanto mayor sea el resentimiento, mayores serán la culpa y la
persecución y más difícil resultará la elaboración del duelo. En la medida en que disminuye el
resentimiento, y por consiguiente, la culpa persecutoria, aumentarán la pena y el dolor por la pérdida,
con una connotación más depresiva, aumento de la preocupación y de la responsabilidad, y de la
capacidad reparatoria.
El aumento de amor y confianza y la disminución de los temores a través de experiencias reales
ayudan al niño, poco a poco, a vencer su depresión y el sentimiento de pérdida. Sin embargo, no
podemos perder de vista las pulsiones sádicas, pues la esencia de la posición depresiva se halla en el
temor angustioso del lactante de que su objeto amado sea dañado o destruido por su sadismo.
La posición depresiva marca un proceso crucial en el desarrollo, y durante su elaboración, el lactante
integra más cabalmente la concepción de la realidad externa descubriendo al mismo tiempo su
realidad psíquica. Va captando la limitación de sus sentimientos de odio y de amor. Cambia el carácter
del Superyó; a medida que se aproximan el objeto ideal y el objeto persecutorio, el Superyó se integra
más como un objeto interno total, se aproxima a una imagen de padres buenos y amados: un objeto
que ayuda al niño a luchar contra los impulsos destructivos.
Liberman por su parte, realiza una articulación entre el psicoanálisis y la teoría de la comunicación.
Desde esta postura plantea a la depresión en términos de pérdida del equilibrio de la autoestima. Y
sostiene que los procesos de comunicación inciden en la regulación de ella.
En los depresivos, se observa una disminución cuantitativa en los mensajes que reciben y transmiten.
La relación con los objetos externos tiene como motivo, sentido y finalidad la regulación de los
conflictos con objetos internos representantes del superyó, y para ello realizan inconcientemente una
transposición entre comunicación intrapersonal y comunicación interpersonal. Dichos pacientes,
intercambian la relación consigo mismo (o sea con el superyó) por la relación con los demás,
controlan su malestar y tratan de apaciguar al “superyó” cruel y exigente, provocando trastornos en el
humor, mediante la búsqueda de atención y admiración de las personas. Por medio de ello, el
equilibrio de la autoestima se re-establece, ya que de esta forma se apacigua al superyó. Pero el yo
paga un precio elevado, y es que se vuelve dependiente de los objetos externos.
Cuando la comunicación tiene como motivo predominante la regulación de la autoestima, la
comunicación verbal está trastocada, los pacientes en lugar de hablarle al analista acerca de ellos,
piensan en voz alta, a modo reflexivo.
Otra de las características presentes en los depresivos es, una lenificación o retardo en la
comunicación debido a que sus fantasías inconcientes perturban el pensamiento y la acción. Tiene
dificultades para percibir el mensaje verbal de la interpretación psicoanalítica debido a que no puede
mantener una distancia psicológica adecuada. No tiene distancia interpersonal necesaria para
conservar la empatía con el terapeuta, cuando éste interpreta. Dicha interpretación es percibida como
si procediera del superyó, y no del analista. Se observa también, falta de iniciativa para entablar
comunicación, como consecuencia de su voluntad dañada y desconfianza defensiva.
La precipitación al colapso depresivo se da cuando hay una pérdida de una o varias situaciones
prevalentes en el equilibrio narcisista: poder, bienes materiales, afecto de las demás personas, lucha
por el logro de metas elevadas. No obstante, se observa en los depresivos el desarrollo de fantasías
defensivas con el fin de reestablecer el equilibrio narcisista dañado.
Si no esta en situación de colapso, el depresivo coordina bien pensamiento, imagen, sentimiento y
acción.
Si el sujeto se encuentra durante un colapso depresivo, sus sistemas verbales y no verbales pierden
su sincronía. Ello no es insinceridad por parte del él, sino que es consecuencia de sus conflictos
inconcientes que lo mantienen incomunicado en la relación transferencial e imposibilitado para
reconocer y utilizar las palabras adecuadas. De aquí que el depresivo, reconoce las palabras pero no
puede pronunciarlas, se encuentra confuso respecto de su significado. Esta incapacidad de transmitir
la información en la situación transferencial, incrementa la frustración y la depresión.
En síntesis: La pérdida de objeto que desencadena el estado depresivo, constituye la repetición de
una primitiva pérdida objetal con el pecho, que origina tristeza, odio, culpa y humillación. Frente a

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dicha pérdida (desequilibrio del autoestima), el depresivo desarrolla fantasías defensivas para re-
equilibrarla. Tales fantasías interfieren en las comunicaciones sucedidas durante la situación
transferencial de diversos modos como ya se ha dicho: en la capacidad para valorizar los mensajes
recibidos, así como también en la posibilidad de seleccionar lo que ellos emiten. En la lentitud de la
comunicación, en las oscilaciones del humor, en la disminución cuantitativa de los mensajes que
reciben y transmiten, en la pérdida de la distancia interpersonal para conservar la empatia con el
terapeuta, en la falta de iniciativa de la comunicación, en la falta de sincronía entre los sistemas
verbales y no verbales, en la incapacidad de encontrar las palabras adecuadas para trasmitir lo que
siente o piensa y en las dificultades para percibir el mensaje verbal
Para Fenichel la depresión, en su forma leve, se presenta en casi todas las neurosis bajo la forma de
sentimientos de inferioridad; y en su forma mas intensa caracteriza el estado angustioso y psicótico de
la melancolía.
Las personas depresivas tiene que satisfacer sus necesidades narcisisticas, caso contrario su
autoestima desciende hasta un punto peligroso. Con lo cual necesitan permanentes suministros que
procuren satisfacción sexual, y eleven simultáneamente la autoestima.
Sostiene que, las depresiones neuróticas son intentos desesperados de obligar a un objeto conceder
los suministros vitalmente necesarios, mientras que las depresiones psicóticas una perdida afectiva y
completa ya se ha producido realmente, y los intentos de regulación se dirigen exclusivamente al
superyó.
De cuerdo a Fenichel, la oralidad en la depresión es muy marcada y va de la mano con una
orientación anal. Detrás de esta orientación anal siempre resultan visibles las tendencias propias de
una fijaron oral; la negativa a comer no es solo el síntoma clínico mas extendido de la melancolía, es
concomitante con toda depresión”. Precisamente estos sujetos generalmente vuelven a actividades
eroticoorales de la infancia, como es la succión del pulgar.
Retomando la comparación para con los neuróticos obsesivos, ante ello debemos marcar una
diferencia respecto de la analidad de estos y los depresivos. Ya que los primeros intentan retener al
objeto, mientras que los segundos tienden a incorporar al objeto, aunque tenga que destruirlo para
ello.
Con todo, la fijación pregenital de estas personas se manifiesta en una tendencia a reaccionar a las
frustraciones con la violencia, y su dependencia oral les impulsa a tratar de conseguir lo que necesitan
por medio de la apropiación y la sumisión.
Por otro lado, hay que considerar los acontecimientos que precipitan una depresión, representan: una
perdida de autoestima, o de suministros, o implica una pérdida de suministros externos, o se puede
tratar de alguna tarea donde el sujeto se siente inferior.
Si la perdida de autoestima se debe a una perdida de suministros externos, al formula seria: “lo he
perdido todo, ahora el mundo esta vacío”. Pero si la perdida se debe a suministros internos del
superyó, la formula es otra: “lo he perdido todo porque no soy merecedor de nada”.
Estas personas, tratan de demostrara a su entorno la desdicha que los convoca, cautivando y
acusando al otro de ser el causante de su situación. Por ello el sujeto esta frente una lucha
ambivalente entre Él mismo y los objetos, en relación a los objetos los impulsos de amor son mas
manifiestos, en tanto que el odio se oculta. En relación al propio yo es el odio el que se hace
manifiesto mientras que la sobreestimación narcisista primaria del yo permanece oculta. La hostilidad
hacia los objetos frustradotes se ha transformado en hostilidad hacia el propio yo; es decir este odio a
si mismo se presenta como sentimiento de culpa, discordia entre el yo y superyó.
La internalización del conflicto primitivamente externo se realiza en la depresión por introyección
mediante la fantasía de que el objeto amado ambivalentemente ha sido devorado y existe ahora
dentro del propio cuerpo.
Entonces, la depresión es un intento desesperado de obligar a un objeto incorporado oralmente a
conceder perdón, protección, amor, y seguridad; el sujeto que pierde un objeto odia a este por haberlo
abandonado, trata de obligarlo de diferentes maneras a compensar su perdida, con lo cual en sus
esfuerzos por disminuir sus sentimientos de culpa en realidad los intensifica.
En la introyección patognomónica, el sujeto trata de anular la perdida del objeto, constituyendo un
intento de unión mística con una omnipotente persona eterna. El yo es equiparado al objeto perdido.
Con todo hay un conflicto entre el yo y el superyó, ya que luego de la introyección el sadismo se pone
de lado del superyó y ataca al yo de la misma manera que este ultimo hubiera querido tratar al objeto
perdido. En la depresión el superyó se caracteriza principalmente por su aspecto punitivo, pudiendo
llevar al yo al suicidio. “El yo se ve desamparado por su superyó y se deja morir”.

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Mientras que el yo se vuelve impotente ante el superyó omnipotente, considerando el estado
depresivo en su manifestación mas intensa como lo es la melancolía; en la manía el yo vuelve a gozar
de su omnipotencia imponiéndose al superyó o por unirse al él. Esto se debe a que las fuerzas de
bloqueo operantes hasta ese momento han perdido todo vigor.
El paciente maniaco-depresivo es ambivalente ante su propio yo, en la depresión pone de manifiesto
el elemento hostil, mientras que en la manía trae a la superficie el otro aspecto de la ambivalencia: el
extremado amor de si mismo.
En síntesis, la manía permite aplicar con éxito los mecanismos defensivos de la negación, y la
sobrecompensación contra los complejos que ha hecho sufrir al sujeto. La manía es un intento torpe
de negar las dependencias.
Para Bleichmar, (a diferencia de los autores anteriores, que entienden a la depresión en términos de
manifestaciones motivacionales: baja autoestima, tristeza, decaimiento moral y físico, sentimiento de
inferioridad) la especificidad de la depresión está dada por la pérdida de objeto, y la imposibilidad de la
realización de un deseo anhelado, que se traduce en un sentimiento de impotencia y desesperanza.
De este modo, el estado depresivo se caracteriza por: a) un deseo que ocupa un lugar central en la
economía libidinal del sujeto, b) un sentimiento de impotencia para realizar ese deseo, b) impotencia
que no queda restringida al presente, sino que abarca también al futuro, es decir, sentimientos de
desesperanza y c) consecuencias motivacionales, tal como tristeza, pena, inhibición psicomotríz del
sentimiento de impotencia/desesperanza.
Frente al estado depresivo doloroso se ponen en acción diversos procesos defensivos, como intento
de salir del sufrimiento que produce. Entre ellos: la rabia coercitiva como intento de recuperar el
objeto, los refuerzos sustitutivos para rehacer lo sucedido mediante la fantasía, haciendo que éste
modifique los acontecimientos tal como fueron vividos. La inhibición o la renuncia frente a la
imposibilidad de realizar el deseo. No hay expectativas de recuperar el objeto perdido, el sujeto le
atribuye a su deseo el carácter de irrealizable e imposible. La apelación al llanto, que además de
expresar dolor, constituye un intento regresivo de obtener lo deseado, a los autorreproches
defensivos, que constituye una respuesta agresiva dirigida hacia si mismo, por la frustración del
deseo; y otras defensas que tienen su propia historia generativa, separable de las condiciones que
produjeron el estado depresivo pero con el cual se articulan.
Si el sufrimiento se prolonga, y los mecanismos restitutivos mencionados, no alcanzan a recuperar el
objeto o a generar la ilusión de que se realizará el deseo, la última línea defensiva del psiquismo
consiste en defensas dirigidas en contra del funcionamiento mental mismo, tendentes a abolir el
pensar y el sentir, a desactivar el psiquismo. Es decir, defensas que no están dirigidas en contra de un
contenido mental particular sino en contra del funcionamiento psíquico más global. Esta modalidad
defensiva se denomina descatectización libidial del pensamiento.
De este modo, plantea que el núcleo de la depresión, no debe buscarse ni el llano, ni en la tristeza, ni
en la inhibición psicomotriz (todas ellas pueden faltar), sino en el tipo de ideas que poseen en común
todos aquellos cuadros, en los cuales, algunas de estas manifestaciones está presente. Con ideas no
nos referimos a los temas de los que se quejan generalmente los depresivos, sino a una
representación que se forja el sujeto “la representación de un deseo irrealizable”. Ello constituye el
contenido del pensamiento del depresivo, que puede manifestarse de diversas formas como ya se ha
dicho.
Luego de especificar que el sentimiento de irrealizabilidad del deseo constituye el núcleo común de
todo estado depresivo, Bleichamr dice que, se puede llegar a ese núcleo por múltiples caminos. Hay
distintas vías que conducen a la depresión:
1) por medio de la AGRESIVIDAD. La agresividad puede dirigirse hacia el objeto externo en tanto
valorizado, hacia el objeto externo real o hacia el propio sujeto.
Cuando la agresividad es dirigida hacia el objeto valorizado, se produce la pérdida del objeto en tanto
valorizado, con la consiguiente autodesvalorización y experimentación de culpa en el sujeto, que
conducen a la depresión.
Este objeto desvalorizado puede ser un objeto de posesión narcisista o un objeto de la actividad
narcisista. En la posesión narcisista, hay una identificación parcial con el objeto, en relación a su valía.
La valía del objeto se suma a la del propio sujeto. El objeto de la actividad narcisista en cambio, es
aquel que permite realizar una actividad que otorga valoración narcisista al sujeto.
Cuando la persona dirige su agresión hacia el mundo externo, la depresión es en este caso, resultado
de un fracaso en la creación de condiciones que permitan la realización de deseos, que son centrales
para el sujeto.

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Cuando la agresividad es dirigida hacia el propio sujeto, la persona se culpa, ataca e inhibe a su yo,
evitando o coartando cualquier movimiento hacia la realización de sus deseos. Vemos aquí un sujeto
empobrecido.
2) por medio de la CULPA, que puede tener su origen en: deseos inconcientes, en la codificación que
el sujeto hace de esos deseos o impulsos inconcientes, en la identificación, en la introyección del
objeto externo, o ser un modo de defensa.
La culpa produce depresión no solo porque hace sentir indigno al sujeto, o porque no satisface una
imagen ideal de bondad, o porque genere dolor sino también, porque puede activar conductas
masoquistas de sometimiento a objetos patológicos, de autoprivaciones, de autocastigo, que terminan
por hacer sentir impotente al sujeto para realizar sus deseos.
He aquí, la conceptualización de Bleichmar sobre la depresión culposa. Se caracteriza por una
preocupación por el objeto perdido y atacado. Hay intento de hacer algo en favor del objeto.
El superyó se torna agresivo, aparece el sentimiento de culpabilidad y el intento de repara el objeto
dañado
3) por medio de TRASTORNOS NARCISISTAS. Es la frustración del logro de las aspiraciones
narcisistas, la que conducen al trastorno depresivo. Aquí, son los sentimientos de vergüenza y
humillación, mas que los de culpa, los que predominan.
Hay dos tipos de trastornos narcisistas a) aquellos en los que se presenta una permanente baja
autoestima. La depresión aquí, surge por la pobre representación que tiene el sujeto de si mismo, e
indirectamente por las consecuencias que se derivan de las defensas puestas en juego. Y b) aquellos
en los que la personalidad despliega su omnipotencia, grandiosidad, denigración del objeto. Aquí la
depresión irrumpe cuando colapsa una grandiosidad que había servido al yo para negar la realidad y
las limitaciones personales.
De aquí surge el concepto de la depresión narcisista. Se caracteriza por un deseo de identificación
con el yo idea. El sujeto siente que en vez de ser el yo ideal, es el negativo de éste. Ser el yo ideal
implica tener el amor del objeto externo y del superyó. No serlo adquiere el sentido de perder el amor
de uno y de otro, y por lo tanto, la no realizabilidad de un deseo de amor, de ahí la depresión.
No hay preocupación por el objeto, hay preocupación narcisista. La preocupación va dirigida a
conseguir el perdón y el amor del superyó, a recuperar la imagen de bondad, de conformar los ideales
de perfección, y no a hacer algo verdaderamente por el objeto. La persona ha dejado de ser su propio
ideal, ha perdido el amor de su superyó. De este modo, el sujeto se desentenderá del objeto y, para
recuperar el amor del superyó, pondrá en marcha actos autopunitivos. Hay una necesidad inconciente
de castigo, que se ve en el sujeto, en su preocupación por conseguir el perdón y amor del superyó.
Hay dos tipos de relaciones narcisistas: aquella en la que el sujeto ama a su imagen como si fuera
otro real, y aquella en la que aquel ama su propio yo en el otro. El narcisismo conlleva una
idealización de las cualidades del sujeto. Ya sea por la pérdida de objeto elegido narcisisticamente o
por la perdida del yo en tanto ideal, la caía de la híperestimación narcisista es capaz de producir
depresión
Un aspecto importante del cuadro depresivo es el colapso narcisista. Si hay colapso, es decir caída
desde la identificación con el Yo Ideal a la identificación con el negativo del Yo Ideal, es porque el
primero pudo construirse, y a su vez el sujeto pudo identificarse con el. Esta segunda condición es
esencial y debe ser diferenciada de aquella otra en que el sujeto nunca estuvo colocado en el lugar
del Yo ideal. La constitución de un Yo Ideal es por lo tanto la condición necesaria para la existencia del
colapso narcisista, aunque no suficiente para que este se produzca.
4) por medio de la ANGUSTIA PERSECUTORIA. Estas son capaces de llevar a la depresión, en tanto
que perturban las sublimaciones, el desarrollo cognitivo y las capacidades expresivas emocionales y
relacionales. Limitan seriamente las capacidades del sujeto, paralizándolo y haciéndolo sentir
impotente para dominar la realidad y su propia mente.
5) por medio de la IDENTIFICACIÓN. La identificación con padres depresivos por ejemplo, es
condición en la organización del carácter depresivo. La identificación no solo interviene en la
construcción del sujeto, sino también en la representación de la realidad.
6) por medio de un DÉFICIT REAL, de los recursos yoicos. Cabe distinguir aquí, los déficit
psicológicos o de causa orgánica.
Bleichamr conceptualiza dos tipos de depresiones, según su origen: psicógenas y endógenas.
Las depresiones psicógenas tienen su origen en las ideas, sobre ellas se ocupa el psicoanálisis. Con
ideas no nos referimos a los temas de los que generalmente se quejan los depresivos, tales como
“ideas de ruina, de fracaso, inferioridad y de culpa”. Si no a una representación que se forja el sujeto

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“la representación de un deseo irrealizable”. Ello constituye el contenido del pensamiento del
depresivo, que puede manifestarse de diversas formas como ya se ha dicho.
La depresión endógena es desencadenada por alteraciones a nivel de los esquemas afectivos. El
tratamiento que se llevaba a cabo sobre este tipo de depresión, es por medio de fármacos. El hecho
de que una depresión sea orgánica, no excluye la analizabilidad de las ideas que presenta el paciente,
ya que estás son siempre adquiridas en episodios significativos de su vida.
Ideas y afectos, constituyen estructuras articuladas, aunque son entidades separables. Esto quiere
decir, que ambas pueden presentarse de manera relacionada, pero dicha relación no es
unidireccional. O sea, la presencia de ideas, si bien implican la activación de reacciones emocionales
que les corresponden específicamente (aunque no siempre), la activación de éstos puede no se de
necesariamente por vía de la ideación.
Una vez que unos y otros se han coordinado como estructuras, las ideas producirán la puesta en
acción de los esquemas afectivos, pero también éstos podrán incidir para que surjan las ideas
correspondientes.
7) por medio de la influencia de la REALIDAD EXTERNA TRAUMÁTICA. Ciertas situaciones
traumáticas externas, como por ejemplo, el sometimiento prolongado a enfermedades, dolor físico o
psíquico, a personas patológicas, pueden incorporarse en el psiquismo del sujeto, como sentimiento
de fondo que hace sentir a la persona que nada puede hacer frente a la realidad, vivida como
abrumadora.
Se puede llegar a la depresión a través de cualquiera de estos circuitos o caminos mencionados
(agresividad, trastornos narcisistas, culpa, inhibición, angustia persecutoria, déficit yoico, etc.) de
forma independiente, o a través de la articulación de ellos. Dicha articulación puede ser
complementaria, es decir, mediante la participación simultanea de tales circuitos. O puede ser
secuencial, es decir, mediante la sucesión paso a paso (secuencia) de los circuitos, que conducen a
la depresión.

El duelo: normal y patológico

Sigmund Freud compara el duelo con la melancolía en sus escritos de "duelo y melancolía" (1915-
1917). El duelo es la reacción frente a la pérdida de una persona amada o de un objeto de deseo. A
pesar de que éste conlleva a desviaciones de la conducta normal, no se trata de un estado patológico,
debido a que se espera que pasado el tiempo se lo supere.
Tanto el duelo como la melancolía tratan de un estado anímico caracterizado por una desazón
profundamente dolida, por una falta de interés por el mundo exterior, excepto de aquello que recuerde
al objeto perdido, también los caracterizan la pérdida de la capacidad de amar y la inhibición de toda
productividad. Pero se diferencian en un punto muy importante, en el duelo falta la perturbación del
sentimiento de sí, y en cambio en la melancolía es una de las características fundamentales, y se
exterioriza en autorreproches y autodenigraciones. La melancolía sería el equivalente a un duelo
patológico, y se refiere a una pérdida de objeto sustraída de la conciencia, a diferencia del duelo en el
cual no hay nada inconciente en lo que atañe a la pérdida.
El trabajo de duelo se da cuando el examen de realidad ha mostrado que el objeto amado ya no existe
más, y de él proviene la exhortación de quitar toda libido de sus enlaces con ese objeto. Esta orden no
puede cumplirse enseguida, sino que se ejecuta pieza por pieza con un gran gasto de energía de
investidura y de tiempo. Cada uno de los recuerdos y de las expectativas en que la libido se anudaba
al objeto son clausurados, sobreinvestidos y en ellos se consuma el desasimiento de la libido.
Cumplido este trabajo, el yo ha liberado su libido del objeto perdido.
Un trabajo análogo podemos suponer en la melancolía, en ésta la pérdida desconocida tendrá por
consecuencia un trabajo interior semejante. El melancólico muestra algo que no se encuentro en un
duelo normal, esto es la extraordinaria rebaja de su sentimiento yoico y un enorme empobrecimiento
del yo. En el duelo, el mundo se ha visto pobre y vacío, en la melancolía eso le ocurre al yo mismo. El
yo del melancólico es descripto por él como indigno, estéril, moralmente despreciable, el melancólico
se hace reproches, se denigra y espera repulsión y castigo. Ha sufrido una pérdida de objeto, pero de
sus declaraciones surge una pérdida en su yo. Ha perdido el respeto por sí mismo. Ellos no se
avergüenzan ni se ocultan, todo eso denigrante que dicen de sí mismo en el fondo lo dicen de otro. El
trabajo dado en la melancolía no fue el normal, (que habría sido un quite de la libido de ese objeto y
su desplazamiento a uno nuevo), sino otro. La investidura de objeto resultó poco resistente, fue
cancelada, pero la libido libre no se desplazó a otro objeto sino que se retiró sobre el yo. Aquí el uso

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que encontró fue el de establecer una identificación del yo con el objeto resignado. De esta manera, la
pérdida del objeto hubo de mudarse en una pérdida del yo.
Fenichel retoma la idea de Freud y dice que, la pérdida de objeto (de autoestima, desengaño
amoroso, etc.) puede precipitar una depresión.
Fenomenológicamente la depresión supone una pérdida de la autoestima (a diferencia de la manía
que se caracteriza por un enorme incremento de la autoestima). El depresivo trata de anular la
pérdida, pero falla, dado que la agrava con una introyeción patognomónica del objeto ambivalente
amado. Este objeto ha sido devorado y ahora existe dentro del propio cuerpo.
La persona que pierde un objeto, dirige su odio hacia él por haberlo abandonado. Trata de obligarlo a
compensarle su pérdida. Y ello prosigue aun siendo introyectado ese objeto. La continua lucha con el
objeto introyectado, caracterizada por una elevada catexis, constituye la depresión. Es decir, la
depresión es un intento desesperado de obligar a un objeto incorporado a conceder perdón,
protección, amor y seguridad. La liberación de estos impulsos agresivos crean ulteriores sentimientos
de culpa y temores de represalias (el muerto buscará la manera de vengarse, regresará a matarlo). El
deprimido teme que aquello que quiere y necesita (el perdón, la protección o el amor) pueda significar
la venganza del objeto (introyectado)
Ahora bien, tras la intoyección del objeto ambivalente, el yo se ha identificado con el objeto. Dicha
identificación es de carácter narcisista. Hay una regresión de la relación de objeto narcisista, al
narcisismo. El superyó se abate contra el yo que ha sido modificado por la introyección. El superyó
trata al yo de la misma manera en que el sujeto, inconscientemente, habría querido tratar al objeto que
ha perdido. De aquí la explicación de Freud de los autorreproches depresivos, en tanto acusaciones
dirigidas contra el objeto introyectado. En la depresión el aspecto protector del superyó ha sido abolido
por la regresión. Pero el aspecto punitivo del superyó está intacto. Sin embargo el depresivo no
renuncia a reconciliarse con el superyó, y emprende un intento de reparación destinado a restaurar la
autoestima. Cuando en el depresivo, el superyó se vuelve insoportable y terrible, éste puede verse
desamparado y se deja morir (suicidio)
Lo que diferencia el duelo normal y la melancolía, es que en ésta última la elección del objeto perdido
había sido de naturaleza narcisista. De modo que, si se pierde el objeto, disminuye la valoración del
sujeto, conduciendo a una depresión.

Indicadores psicodiagnóstico que permiten delimitar la presencia de un cuadro depresivo en


técnicas gráficas y verbales.

- GRÁFICAS

Respecto a las características estructurales del dibujo


- Tamaño. El tamaño del concepto gráfico contiene indicios acerca del realismo de la autoestima del
examinado, de su autoexpansividad característica, o bien de sus fantasías de omnipotencia. Los
dibujos pequeños corresponden a personas con sentimientos de inadecuación y quizás con
tendencias al retraimiento. Se correlacionan con un sentimiento de inferioridad. Es característico de
los depresivos
- Trazo: son característicos de los depresivos, los trazos débiles, inseguros, continuos, vacilantes e
inhibidos.
- Simetría: Los dibujos con fallas en la simetría revelan una inadecuación de los sentimientos de
seguridad en la vida emocional. La simetría excesivamente acentuada produce efectos de rigidez. Ello
es característico de los pacientes depresivos
- Emplazamiento: cuanto más debajo del punto medio de la hoja esté el dibujo, habrá más
probabilidades de que la persona se sienta insegura e inadaptable, y que ese sentimiento le produzca
un estado de depresión.
- Movimiento: Los depresivos dibujan pocos o ningún elemento móvil.
- Perspectiva: generalmente los depresivos, suelen dibujar desde una perspectiva como si el dibujo se
estuviera viendo desde abajo, o desde una perspectiva lejana.
- bidimensionalidad: da cuenta de la pobreza y estrechez del involucramiento vincular.

Respecto al contenido gráfico

8
- Detalles: La ausencia de detalles adecuados transmite una sensación de vacío y de reducción
enérgica característica de las personas que utilizan el aislamiento como defensa, y en ocasiones de
personas depresivas.
- Casa: el dibujo de la casa en los depresivos es simple, vacía, con puertas abiertas, pobreza de
contenido, que dan la sensación de una casa sola, abandonada, deshabitada. Estos pacientes suelen
dibujar chimeneas, con humo (grandes conflictos internos)
- Árbol: es característico de los depresivos el dibujo de árboles pequeños, tenues, desvalidos, caídos,
con ramas débiles, raíces finas, con poco follaje u hojas.
Por otro lado, suelen aparecer signos de desvitalización, el depresivo dibuja un árbol muerto.
- Persona: las figuras humanas dibujadas por los depresivos, muestran un aspecto de debilidad, vacío,
inseguridad, desaliento, con expresión de tristeza. Suelen estar representadas en forma quieta, sin
fuerza, con falta de impulsos o agotadas. En depresiones intensas suelen aparecer representaciones
de personas sentadas o reclinadas (bajo nivel de energía)

- VERBALES
TRO
1- cumplimiento de la consigna: el pasado parece pesar mucho sobre el paciente. De modo que suele
observarse en ellos una cierta suspensión de sus estados emocionales (en el presente), impidiendo la
posibilidad de desarrollar un futuro en las historias.
2- inhibición y lenificación de las funciones mentales y de la acción. Hay un retardo de los procesos
perceptivos y asociativos (bloqueos, bajo número de respuestas, lentitud, pobre descripción del
estímulo, respuestas cortas incompletas, vagas o esteriotipadas).
3- pérdida de distancia emocional, respecto de la lámina: el paciente se “reconoce” a si mismo, o a
sus objetos relevantes en la lámina, aunque por otra parte “sabe” que esto no es así. Sin embargo, la
lámina tiende a evocar problemas o recuerdos propios, de situaciones vividas. Ello trae como
consecuencia, reacciones emocionales intensas, se entristecen, lloran o por el contrario reaccionan de
manera defensiva. Entre las defensas utilizadas por estos pacientes se encuentran: restricción yoica,
bloqueo del afecto, formaciones reactivas, identificación introyectiva patológica y defensas maníacas.
4- tienden a dar respuestas simbólicas del claroscuro y en algunos casos del color. Las zonas claras
están asociadas con sentimientos de desesperanza, de pureza espiritual y vida limpia, o bien
simbolizan la unión espiritual con objetos buenos e idealizados. Las zonas oscuras representan para
estos pacientes, agobia, tristeza, desesperanza o un pasado oscuro, una vida triste, malas conductas
o malos sentimientos que pesan en su personalidad. El rojo, en general es omitido, pero cuando lo
integran, es señal de violencia o crueldad. Los tonos azules y marrones, indican ambientes fríos y
tristes.
5- percepción de los personajes. Los personajes de las láminas son vistos como; quietos, pasivos, sin
movimiento o con movimiento no director. Personajes que permanecen en un estado afectivo
doloroso, al que se abandona. Puede aun agravarse ello, cuando el sujeto percibe personas
desvitalizadas, sin identidad, sin cuerpo o vencidas por fuerzas extremas poderosas.
En general ello da cuenta de que el sujeto esta sufriendo un fuerte estado emocional de tipo
agobiante.
6- percepción y tema de las interacciones. Se acentúa un fracaso en la comunicación, o bien
describen relaciones idealizadas. Presentan dificultades para interrelacionar los distintos personajes.
Tienden a “unirlos” a través de alguna emoción común, no obstante falta la descripción del vínculo, de
las razones emocionales por las que los personajes están separados, solos, unidos o agobiados.
No hay mucha referencia a sentimientos de interacción. Se acentúan solo los sentimientos de soledad,
tristeza, desesperanza, infelicidad. A veces suelen aparecer la culpa y el castigo, que revelan un
contenido de aspecto moralista.
7- situaciones temidas: temor al desamparo
8- situación deseada: que no intervengan elementos agresivos
9- clima emocional: de desesperanza. Imposibilidad de evitar el fracaso o la perdía de objeto
10- explicación del conflicto: generalmente hay un estado de ánimo central (triste, preocupado,
desesperado) pero no una explicación clara del porqué. No hay una lucha por resolver activamente la
situación de conflicto (displacentera)

DESIDERATIVO

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Indicador 1: cualidades y funciones valoradas y enfatizadas en el objeto.
Habitualmente eligen primero el animal, con la cualidad de animales domesticables, poco agresivos y
que son cuidados por seres humanos, en una relación de cercanía y contacto corporal. Son elegidos
por ser buenos, útiles, sin agresión, con capacidad para alegrar otros. En el contacto con los otros
enfatizan la sensibilidad propioceptiva (contacto suave, caricia, calidez, cualidades de tersura del
pelaje). A medida que se intensifican rasgos masoquistas, enfatizan la capacidad de alimentar a otros,
desestimando el elemento de muerte (alimento para ser comido, x ejemplo). Cuando en cambio
dominan elementos maniacos, el énfasis se ubica progresivamente en la capacidad de dar de los
objetos elegidos más que en la necesidad de recibir contacto físico y afecto.

Indicador 2: cualidades rechazadas en el objeto


Las cualidades temidas son las relacionadas con la agresión oral-sádica o anal. Lo temido es la
privación de contacto cercano con el objeto, el rechazo emocional, caída en estados de
desvalorización y disminución de la autoestima.

Indicador 3: cualidades positivas o negativas omitidas


Ofrecen descripciones muy teñidas emocionalmente, en el sentido de la parcialización: toman solo las
cualidades del objeto real que se ajustan a esas características y omiten los rasgos agresivos y el
sufrimiento implicado en la dependencia o ausencia de autonomía. Omiten tanto las cualidades reales
como las necesidades referidas a movimiento, búsqueda de independencia, agresión y dolor por las
situaciones de privación y sometimiento. Están omitidas las funciones de “mirar”. Las alusión a mirar
solo aparecen con una connotación persecutoria en las negativas, y se expresan como temor a ser
visto por un observador moralista y censurador (superyó) en situaciones de descontrol agresivo oral-
sádico o anal-sádico.

Indicador 4: pares de cualidades disociadas


La disociación se establece entre bondad y maldad. Lo bueno implica objetos sin agresión o con
agresión controlada, sin movimiento autónomo, dependiente y complaciente. Lo malo, objetos con
agresión manifiesta oral (muerde, pinchan) o anal explosiva (sucios). Los objetos buenos premian con
afecto y compañía. Los objetos malos castigan con el rechazo, la privación de afecto o la censura.

Indicador 5: especificidad de las fantasías reparatorias y destructivas


Predomina la confusión de amor con sometimiento y odio con rechazo e indiferencia. Las fantasías
destructivas giran alrededor del temor a destruir con críticas mordaces, hirientes o ensuciadoras. Las
fantasías patológicas de reparación toman la forma de anular la capacidad de crítica, observación,
autonomía y defensa de las propias necesidades, para plegarse a las necesidades del objeto.
Defender las propias necesidades y reparar auténticamente al yo implica el riesgo de muerte del
objeto.

Indicador 6: vinculación predominante: con personas, con seres vivos o inanimados


Las otras personas están presentes como objetos existentes a los que hay que cuidar, alimentar,
alegrar para que premien con amor y cercanía o pata evitar la contraparte, que castiguen con repudio
y abandono. Domina la necesidad de aplacar al objeto convenciéndolo acerca de la “bondad” del yo.

Indicador 7: defensa dominante y defensas subyacentes


1) Identificación introyectiva patológica: en las negativas, temor a quedar invadidos y encerrados en
la identificación con un objeto atacado, destruido, roto, ensuciado: rata, basura, algo sin valor, tumba,
cementerio.
2) Formación reactiva.
3) Bloqueo o inhibición del yo.
4) Defensas maniacas (identificación con el objeto que da y proyección de la necesidad en el otro).

Indicador 8: estilo de verbalización


Participación emocional referida a perdida de distancia emocional con el objeto-símbolo: en las
positivas esto se observa en formas verbales que se refieren al objeto en primera persona: yo seria,
yo haría, me querrían, y en las negativas, en actitudes de repulsa moral y critica frente al objeto
rechazado (identificación con los aspectos superyoicos censuradores). Habitualmente pueden

10
recuperar un lenguaje más espontáneo y dramático en las negativas, en las que pueden “depositar” la
“maldad” en el objeto y asumir ellos la conducta moralista y censuradora. El bloqueo de la creatividad
e imaginación en consecuencia del temor al descontrol de las fantasías sádicas.

Indicador 9: punto de fijación dominante


La ansiedad está relacionada con las fantasías oral-sádicas contenidas en vínculos con objetos
parciales muertos, moribundos a causa del descontrol y que exigen ser reparados a riesgo de morir y
abrumar de culpa al yo, devorándolo desde su interior (autorreproche).

Indicador 10: delimitación de la fantasía dominante acerca de la satisfacción esperada por el objeto
El objeto exige el sometimiento masoquista del yo, que implica escisión de la agresión y pérdida de
autonomía. Como meta contrapuesta, exige altos desarrollos creativos e intelectuales, que el yo nunca
logra satisfacer.

RORSCHACH

Respecto a los indicadores cualitativos: tener en cuenta el tono emocional, el discurso, las temáticas,
y actitudes frente al psicólogo y a la situación de test. En los depresivos, generalmente se observa un
tono emocional calmo, relajado, más o menos positivo, con irrupciones momentáneas del llanto, risas,
angustia, tristeza, irritabilidad, y ello concuerda con el tema tratado. Suelen adoptar una posición
sumisa, o por el contrario, intentan controlar la situación. Por otro lado se muestran interesados y
cooperantes en la tarea.

Respecto a lo cuantitativo, los indicadores son: La fórmula M:C Nos permite saber si el sujeto busca
gratificaciones a través del mundo interno (M supera a C) o externo (C supera a M). Además, nos da a
conocer si existen trastornos específicos en el vínculo con el mundo externo (coartativa y no ambigua)
lo cual es característico de la depresión.
El índice de angustia nos da a conocer el nivel de sobrecarga emocional a nivel psíquico o la
descarga de dicha tensión mediante la acción. Lo esperado es que el valor no supere el 12%.
Mientras que si se obtienen valores menores a 8, nos encontramos ante sujetos que están en riesgo
del pasaje al acto. Tal como es el caso de la melancolía.
A% mayor al 50% da cuenta del empobrecimiento y rigidez de los vínculos, ya sea por limitaciones
neurológicas, melancólicas o necesidad de control exacerbado.
La fórmula FC:(CF+C) informa acerca de la afectividad controlada y modulada ligada a la palabra, en
relación a reacciones egocéntricas, dificultades en la demora y presencia de descargas afectivas, con
la consiguiente liberación de los impulsos. Lo característico de los depresivos es que los valores del
segundo término de la fórmula, sean mayores que los del primero.
La formula Acromático: Cromático nos indica acerca de la disponibilidad para vincularse con el
mundo externo, y las necesidades de afectos. En los depresivos, generalmente los valores del término
acromático son mayores que los cromáticos.
La fórmula (FK+Fc):F informa sobre la presencia de las necesidades afectivas y de dependencia, con
su posible carga de angustia, con respecto a las respuestas objetivas del sujeto a su medio. Lo
esperado es que el primer término de la fórmula (FK+Fc) sea de un cuarto a tres cuartos del puntaje
de F. En la depresión, los valores del primer término suelen estar aumentados, en relación al segundo
término.
La fórmula Sombreado diferenciado: indiferenciado nos informa acerca de la necesidad de afecto
integrada en la personalidad. En la depresión, generalmente lo indiferenciado, supera a lo
diferenciado, dando cuenta de que a necesidad de afecto está pobremente integrada en la
personalidad.
Es de esperarse que aparezcan contenidos mórbidos, fenómenos de desvitalización, respuestas al
claroscuro, color acromático y cromático en menor medida.

Contenido MOR. Respuestas cromáticas y acromáticas. Desvitalización en Rorschach

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El contenido mórbido (MOR), las respuestas al color cromático y acromático, y la desvitalización como
fenómeno especial, son indicadores característicos del Rorschach, de gran relevancia para
fundamentar la presencia de un cuadro depresivo.
De acuerdo con Exner, el contenido MOR, constituye una clasificación que se utiliza cuando en una
respuesta el objeto es identificado por cualquiera de estas características: 1) identificación de un
objeto como muerto, destruido, arruinado, estropeado, herido o roto. 2) atribución a un objeto de
sentimientos o características claramente disfóricas, como por ejemplo: tristeza, infelicidad, depresión.
La hipótesis interpretativa en Rorschach del contenido MOR, dice que se lo relaciona con estados
depresivos graves, y ha sido incorporado dentro de la constelación del potencial suicida.
A menudo en el contenido tenemos acceso a como el sujeto se vivencia a si mismo- tanto en los
niveles concientes como inconcientes- y así, de cómo es la experiencia que tiene del mundo de
relaciones y objetos externos.
El contenido MOR, refleja la imagen del si, y la intima relación con la autopercepción. Una respuesta
con contenido MOR en un protocolo no es significativo. Dos respuestas de contenido MOR es signo
de alerta. Podría indicar que el sujeto ha comenzado a ver la imagen de si mismo de forma pesimista,
no conciente. Tres o más respuestas de contenido MOR puede reflejar que el sujeto se encuentra
dentro de la constelación del potencial suicida (siempre que haya otros indicadores que lo respalden)
El punto fundamental de la presencia de estas respuestas en la depresión se encuentra en el
mecanismo de defensa patognomónico, la introyección. Es decir, se introyecta parte del objeto
(aspecto negativo) que fue perdido y que supuestamente fue dañado.
Respecto a las respuestas al color cromático en el Rorschach, y principalmente en atención a los
cuadros depresivos, se debe tener en cuenta la hipótesis interpretativa sobre la relación del color y el
afecto. El color nos afecta, y respondemos a su presencia en formas emocionalmente distintas. Las
respuestas al color cromático expresan la capacidad de dejarse afectar y a la vez de reconocer fuertes
impactos sensoriales (emocionales) presentes en las láminas y de manifestarlo simbólicamente en la
construcción de respuestas.
Las respuestas cromáticas están ligadas al manejo del afecto. La presencia de forma cumple la
función de amortiguar y modular el impacto directo de su expresión o descarga inmediata (FC: buena
adaptación, estabilidad afectiva, equilibrio y control racional. CF: relajamiento del control cognitivo-
emocional, hay mayor liberación de los impulsos y emociones. C: alude a reacciones violentas y sin
demora, actuadoras y explosivas)
Las respuestas al color, suelen estar ausentes o escasas en los cuadros depresivos graves, debido a
la imposibilidad que tienen estos pacientes, de mantener un intercambio afectivo con el mundo
externo. La depresión se caracterizada por la disminución de la energía circundante y por una
importante descatextización del mundo externo.
Esto último justifica y la presencia de contenido MOR, justifica de algún modo, el hecho de que
aparezca en el Rorschach, en los depresivos, el fenómeno de desvitalización. Dicho fenómeno
implica que el sujeto, le ha quitado vida, a algo que ya se le había dado anteriormente. Por ejemplo:
en el primer momento de la administración el sujeto da la siguiente respuesta en la lámina III: dos
personas. Luego, en la fase del interrogatorio, dicen: son dos estatuas.
La desvitalización alude al quite de catexias, que se manifiesta como la caracterización de los objetos
como moribundos, dañados o sin vida (contenido MOR).

Las variantes de las respuestas al color (C) son:


Respuestas de gran actividad yoica:

FC (forma color): buena adaptación, estabilidad afectiva, equilibrio y control racional. Supone una
ligazón a un objeto, mediante un vínculo diferenciado con él, con buena capacidad de relación
afectiva, y de comprensión e integración

F<->C (forma color forzada): Se observa que el sujeto es fuertemente impactado por el color, pero
rígidamente prosigue con la tarea de articular formas, consiguiendo solo yuxtaponer el color. Subyace
entonces rigidez, tensión en el ámbito de las relaciones afectivas e interpersonales. Esta combinación
no natural, pone de manifiesto la falta de enriquecimiento afectivo y satisfacción, en sus interacciones.
Este tipo de producción se puede relacionar con la presencia de Factores Sobre-adaptativos,
exigentes y represivos de las respuesta social y es común hallarla en contextos obsesivos-
compulsivos y en grupos menos estructurados donde predominan el control y la rigidez.

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F/C (forma y color arbitrarios): Hay una apariencia de participación del color, ya que está allí, presente,
sin embargo, cualquier color del que se trate hubiera dado lo mismo, la asociación con el concepto no
es íntima, sentida, natural, sino por el contrario es superficial, convencional. Hay una fachada afectiva
aparente, sin pérdida del concepto emocional, por el contrario, a veces, parece una gran inundación
afectiva, pero sin llegar al “fondo” de los sentimientos del sujeto, quien internamente permanece
opaco, “manejando” la situación, sin vivirla realmente. Es sujeto pareciera no involucrarse, ni
comprometerse emocionalmente.

FC Sym (forma color como Simbólica): Estas respuestas, muestran apertura al impacto del color, que
originaría una resonancia afectiva intensa, que “amenazaría” invadir el control racional, por lo que este
impacto del color se maneja cautamente, “a distancia” por medio de mecanismos de intelectualización,
principalmente, a los fines de preservar el control.

FC- (forma color y nivel formal negativo): este tipo de respuestas indica: “Esfuerzo no exitoso por
controlar las emociones. Ruptura del control emocional”.

Respuestas al color con moderada actividad yoica:

CF (color forma): En este tipo de respuestas, el Color es el aspecto más importante; el sujeto permite
que el color determine su respuesta y no intenta referirlo a un objeto de forma definida.
Interpretativamente frente a estas respuestas, se abren dos variantes importantes, a) Verlas como
representantes de la impulsividad egocéntrica, o b) Verlas como representantes de apertura y
espontaneidad preceptúales.
Hablamos aquí, de respuestas más abiertamente emocionales, con mayor liberación de los impulsos,
y relajación del control cognitivo-emocional.

C<->F (color forzado y forma): el individuo en este caso, siente que debe comprometerse
emocionalmente, pero es incapaz de hacerlo reteniendo un buen control racional.

C/F (color arbitrario y forma): muestra la falta de relación esencial con los propios sentimientos,
superficialidad afectiva y sin control exitoso.

Csym F (color simbólico y forma): Predominancia de un tratamiento abstracto o intelectual de los


conflictos e impactos emocionales.

CF- (color y forma negativos): donde el color puede ser el apropiado pero sin esfuerzo por reconciliarlo
con la forma de la lámina por la gran excitabilidad emocional. Ruptura tanto del esfuerzo como del
control racional, dejándose llevar el individuo hasta un extremo donde se lo ve emocionalmente
impulsivo “interceptado” y “entregado” para hacer nada más allá. El signo negativo (-) toma en cuenta
el fracaso del Yo, que queda pasivamente a merced de los impactos emocionales, sin tratar de
entenderlos ni controlarlos, pudiendo expresarse tal situación a través de la descarga emocional
intensa y masiva, inadecuada con respecto a la situación social en la que se inscriba.

Respuestas con mínima actividad yoica:

Aunque las diversas clases de respuestas de este grupo (C, Cdes, Csym y Cn) manifiestan distintas
técnicas de control con respecto al impacto emocional, en conjunto, la ausencia del esfuerzo
integrativo con la forma, mostraría una renuncia del Yo en su contacto con la realidad, a la que se trata
de un modo totalmente autocéntrico-con valores de estímulos y respuesta de descarga- no
adaptativamente. En términos de relaciones objetales, tal indiferenciación de la respuesta, también
supone una personalidad igualmente indiferenciada, propensa a manejarse por Identificación primaria
con el objeto, actuadora y explosiva, con escasa actividad “mediadora” del Yo (demora, pensar,
modular, diferenciar).

C (color puro): su aparición puede tener que ver con una obliteración del pensamiento por la fuerte
intrusión emocional, en descontroles yoicos por factores orgánicos del tipo lesionales cerebrales,

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epilepsias, etc., o por pérdida de las funciones integradoras del Yo, en las psicosis. Tradicionalmente,
las C puras, serían la expresión de la afectividad impulsiva cuya finalidad única es la descarga de
afectos ya que no pretende ni la relación objetal, ni la adaptación afectiva al ambiente. Se intenta
“crear” el ambiente por sí mismo, es la afectividad egocéntrica en términos de Rorschach.

Cn (color nombre: considerada patológica, se clasifica sólo cuando es la única manera de tratar con la
lámina. Es necesario discriminar también cuando se trata de una manera de rechazar la lámina, y no
constituye una respuesta.

Cdes (descripción de colores): En la producción de Cdes, se observa el objetivo de mantener el


control, tras un fuerte impacto emocional, que deja reducido al sujeto a mantener un trato superficial,
“reservado” de los aspectos referenciales y no esenciales del objeto, pero evitando así un contacto
más profundo que amenazaría invadirlo y dejarlo sometido a diversas catástrofes (descontrol,
desborde emocional, manifestaciones afectivas no permitidas inconcientemente, etc.). Lo
característico de estas respuestas sería, el encubrimiento expresivo, sin verdadera elaboración del
vínculo o efectivización de la tarea integrativa.

Csym (color simbólico): Lo característico de estas respuestas parece ser manejar o interpretar el color,
como “dato”, como referente, sin participación verdaderamente afectiva, evitándola tras un trato
mental, intelectual, y un manejo disociado del impacto y el compromiso afectivo, posiblemente con el
objeto de mantener el control y como único modo de preservar el desempeño amenazado, tras la
fachada intelectual. Tales datos hacen observable esta producción en diversos cuadros, cuyo
denominador común sería muy un muy precario control emocional, el que se intenta preservar
principalmente a través de la intelectualización.

Respecto a las hipótesis interpretativas subyacentes a las respuestas al color acromático en


Rorschach, dicen que el color acromático se asocia a reacciones emocionales reprimidas, sofocadas,
ahogadas, que no osan manifestarse. Indican una fuerte restricción y aislamiento afectivo. En general
reflejan cautela a efectos mórbidos vinculados también a depresión, disforia (gris y negro) o a intentos
de negar maniacamente tales afectos (blanco).
Si las respuestas acromáticas junto con las de textura superan a las respuestas de color cromático,
puede interpretarse que la reponsividad a estímulos externos ha sido inferida por experiencias
traumáticas resultando en una organización caracterológica de aislamiento afectivo
Campo Vera va a decir al respecto, que el color acromático puede vincularse a dos acepciones:
1) a una reacción atenuada del color. En este sentido, se lo entiende al color acromático como una
ausencia, reverso o negación del color (brillante)
2) a la depresión.
La autora cuestiona ambas acepciones y sostiene que el color acromático no constituye un color
desteñido (de hecho, tiende a asociar el color acromático a la textura, más que al color cromático) y
que además, trasciende la depresión.
Más bien C´ hablaría de una actitud defensiva generalizada que oscilaría entre dos polos: el
persecutorio y el depresivo. La percepción de C´ está asociada a la pasividad, apatía y resignación,
afectos “clásicos” próximos a los estados de depresión. Los dos polos mencionados, constituyen
ansiedades y afectos muy coexistentes o alternantes en los estados depresivos. O sea, la alternancia
entre tristeza y mal humor, pena y culpa que persigue (autorreproche), duelo por odio hacia el objeto
que abandona. Por otro lado, se haya vinculada también a la ansiedad persecutoria, siendo la
emoción acompañante el mal humor y la irritación. Otra posible elaboración defensiva de la ansiedad
persecutoria sería su opuesto: la pasividad o paralización frente al peligro, con sensación de
desvalorización. Ello puede llevar a una disminución de los contactos con el mundo externo.
Un gran aumento de lo acromático corresponde a una conducta de inhibición, frustración, cautela,
retraimiento, con temor a ser rechazado o herido. Cabe aclarar si esta conducta, depende más del
factor textura o del factor acromático, dado que la primacía de uno o de otro dará la pauta respecto del
tipo de sentimiento o vivencias que frenan la manifestación de la reacción afectiva espontánea frente a
otras personas.
Cuando prima el componente C´, se podría tratar de una cautela paranoide que puede generar
cualquiera de los dos polos de conductas mencionados: el retraimiento y la inhibición temerosa
(depresiva), o bien, la irritación mal humorada (persecutoria). En cambio, en el caso de predominar la

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textura, el temor consistiría fundamentalmente en sentirse abandonado, poco apreciado, querido,
estimado.
Distingue, el valor de las respuestas acromáticas, en función de la presencia de la forma. Una
respuesta FC´: muestra un buen nivel de integración. Ansiedad depresiva. Una respuesta C´F:
muestra un nivel latente de desintegración y una respuesta C´: muestra una desintegración inminente.
Ansiedad persecutoria.
El sujeto C´ siente un gran fastidio hacia y con quienes lo rodean: “me han jodido, no puedo hacer
nada” (aspecto paranoide), o “estoy jodido, no puedo hacer nada” (aspecto depresivo)
Vera concluye: puede haber C´ en la depresión, pero este determinante no es necesariamente
patognomónico, ni necesario para arribar al diagnóstico de dicho cuadro.
Slullitel en su trabajo (siguiendo a Schachtel), intenta comprender el fenómeno perceptual y
experiencial que determina una respuesta acromática, más que darle un valor singo para el
diagnóstico.
Va a decir que cuando un sujeto percibe de manera instantánea y unitaria, como un “todo” la negro,
gris o blanco, el proceso perceptual involucrado es más primario, inmediato y de menor nivel de
estructuración que cuando en esas mismas láminas hace intervenir el sombreado en sus tonalidades.
Tradicionalmente y subjetivamente el negro está asociado con la idea de muerte, lo más disfórico y
persecutorio. Ello se ve en las respuestas C´F y C´, donde la forma se encuentra indiferenciada o
ausente. Hay una predominancia masiva del color negro, gris o blanco. No hay control racional, hay
por el contrario una difusión e inestabilidad interna.
KF y K, implican una percepción más discriminada, y emocionalmente un momento evolutivo mas
evolucionado.
Una cosa es la desaparición de algo fijo y definido (KF y K), que indicaría angustia libremente flotante
ante la frustración de necesidades afectivas, con las cuales el sujeto no ha erigido aun defensas
adecuadas; y otra cosa es la invasión total del negro o gris (C´F y C´), que indicaría sentimientos de
aniquilación y desintegración.
Slullitel, luego de realizar este análisis, llega a la conclusión de que una respuesta acromática es
valiosa porque nos permite evidenciar los recursos y modalidades defensivas más primarias. Propone
una denominación para ello “reacción acromática” (rc´), que incluye toda conducta sea o no una
respuesta acromática.
La presencia de C´ y K en un protocolo puede ser signo de depresión. Estos determinantes, junto a la
presencia de m (movimiento inanimado) indicarían posibilidad de suicidio. En tanto que evidencia una
fuerte lucha interna de impulsos instintivos.
Grassano de Piccolo, también hace referencia a las respuestas cromáticas y acromáticas y al
claroscuro en el TRO, mostrando los indicadores fundamentales para determinar la presencia de una
depresión neurótica.
Dice que es característico de estos pacientes, dar respuestas simbólicas del claroscuro y en algunos
casos del color. Las zonas claras están asociadas con sentimientos de desesperanza, de pureza
espiritual y vida limpia, o bien simbolizan la unión espiritual con objetos buenos e idealizados. Las
zonas oscuras representan para estos pacientes, agobia, tristeza, desesperanza o un pasado oscuro,
una vida triste, malas conductas o malos sentimientos que pesan en su personalidad. El rojo, en
general es omitido, pero cuando lo integran, es señal de violencia o crueldad. Los tonos azules y
marrones, indican ambientes fríos y tristes.

Segunda Parte: Análisis del caso Soledad

Justificación de la presencia de un cuadro depresivo en Soledad.

Se ha observado en las gráficas, la recurrencia de líneas inseguras, continuas, y reforzadas. Figuras


rígidas, estáticas, que no denotan movimiento alguno. Fracaso en el cierre de las figuras. La casa por
ejemplo, da sensación de vacío, como si estuviera deshabitada, y observada desde una perspectiva
lejana. El árbol presenta poco follaje, está emplazado hacia el extremo superior izquierdo, lo cual
podría dar cuenta de una tendencia del sujeto a buscar una satisfacción inmediata de sus
necesidades emocionales, con el correspondiente temor a lo inalcanzable.
Es llamativo la presencia de un agujero en el trono del árbol, podría indicar la presencia de algún
trauma que la perturba. Lo mismo puede interpretarse de la línea que cruza o corta el cuerpo de la
persona del H.T.P

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En el desiderativo observamos elecciones disociativas que implican la vida (catexias positivas) y el
rechazo a la muerte (catexias negativas), (indicador 4)
La elección de objeto (en el caso del animal) expresa relación de dependencia, de cercanía y
contacto con las personas (indicador 1 y 6). “Lo que más me identifico. Lo más cercano a la persona
y…un pájaro, un pájaro domestico” aunque se observa también en esta respuesta, una negación
maniaca del sufrimiento implicado en la dependencia (indicador 3)
Hay prevalencia de identificación con objetos inanimados en las catexias negativas, a diferencia de las
identificaciones en las catexias positivas, donde si logra responder a los tres reinos.
Hay pérdida de la distancia emocional (indicador 8), ello se ve por ejemplo en (1+) “lo que más me
identifico” o en (3- ) “porque no conozco mucho a las piedras”
En el TRO, volvemos a encontrar pérdida de la distancia emocional, sobre todo en la lámina en blanco
(llora, la imagen evoca situaciones y sentimientos propios). No hay desarrollo del futuro, hay
dificultades para vincular emocionalmente a los personajes (ello también se observa en el test de las
dos personas). Si bien intenta vincularlos mediante el relato, en las producciones gráficas aparecen
distanciados, y sin relación alguna). Aparecen historias vagas, inconclusas, pobres (en una de ellas
fracasa, no puede generar una historia). No hay situaciones de conflictos, salvo en algunos casos, en
donde se reacciona de modo evasivo. Descripción de ambientes fríos, temerosos, abandonados.
Predominancia de sentimientos de tristeza, desesperanza, miedo y desamparo, a pesar de que todo
concluye en un final feliz
En el Rorschach aparecen (1) contenido MOR, (2) fenómenos de desvitalización, (4) contenidos
perturbadores. Índice de angustia: 5,2 (menor a 8) riesgo del pasaje al acto. M:C introversiva (emplea
su mundo interno para buscar gratificaciones), Los valores obtenidos en la fórmula FC:(CF+C) son de
1:1,5 ello da cuenta de una labilidad afectiva, sometida a intensas fluctuaciones.
Por otro lado, podemos apreciar buena disponibilidad frente a la prueba. Se muestra interesada y
cooperante frente a la tarea. Respecto a sus actitudes emocionales podemos decir que se muestra
tranquila, relajada, hace mostrar su disgusto frente a alguna de las láminas (por ejemplo lamina III),
pero siempre en un tono calmo. Aparecen irrupciones momentaneas del llanto, angustia, irritabilidad,
alegría, humor. Lo mismo se observa durante la entrevista y el TRO.
Respecto a las temáticas, es notable la reiteración de contenidos perturbadores (en especial
máscara), fenómenos de desvitalización y contenido MOR. La presencia de detalles raros.
Este tipo de contenidos y fenómenos especiales que denotan representaciones rotas, moribundas,
desvitalizadas, puede observarse también en las verbalizaciones durante la entrevista “se rompió algo
dentro” “una estructura que te sostenga”

ANÁLISIS DE LAS RECURRENCIAS Y CONVERGENCIAS


Tanto en el análisis de las técnicas como de la entrevista encontramos recurrencias e indicadores que
convergen hacia una misma problemática: pérdida de la distancia emocional, oscilaciones en el humor
que van del llano a la risa, el retraimiento del mundo exterior, la dependencia del otro, la prevalencia
de sentimientos de tristeza, desesperanza e inferioridad, baja autoestima, y buena disponibilidad para
realizar las pruebas. Respecto a los sentimientos de tristeza, desesperanza e inferioridad, y baja
autoestima, ello no solo puede verse en la entrevista “me retiro del campo de batalla” “estoy perdida”
“no tengo derecho a estar, a reclamar, a descansar” “me tendría que morir estando así”
“desconfiada…aportar nada” “yo no se salir de esto” sino también en las gráficas, en tanto que los
trazos de los dibujos son débiles, continuos, sin energía. En el TRO, ello puede verse en los
sentimientos de los personajes y sobre todo en la lámina en blanco, donde aparecen autorreferencias
“no me tengo que preguntar como me siento siempre voy a estar contando lo mismo… (Llora). Yo…los
peores personajes, bajón, todo es feo, entristezco a mi mama… cosas lindas que no puedo alcanzar”.
Recurre también otra característica de los depresivos, que es la dependencia del mundo externo, y
también la negación de ella. En la entrevista “en la facultad me sentía mal…me puse a llorar…mami
me atendió” y su negativo “cortar los vínculos…no quiero pesar sobre otros”. En el desiderativo se ve
en las elecciones desiderativas “lo que mas me identifico, lo más cercano a la persona y… un pájaro
domestico”, aunque también racionaliza “porque vive naturalmente”. En el TRO por ejemplo, cuando
al contar una historia, comienza a identificarse en ella… habla de ella, y luego aparece un comentario
“entristezco a mi mamá”, tal como se ve en la entrevista “si me pongo triste, se ponen re mal mis
viejos… se acaba para ellos, se acaba para mi”

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Aparecen indicadores que convergen hacia una misma temática: las dificultades en entablar vínculos.
En la entrevista por ejemplo “en el secundario yo no dejaba llegar a la gente” “no estoy mucho con la
gente”, incluso cuando habla, no pareciera dirigirse al psicólogo, sino como si ella estuviera hablando
en voz alta, a modo reflexivo. En los gráficos ello puede verse en la bidimensionalidad de los gráficos
que da cuenta de la estrechez y pobreza de los involicramientos. En el test de las dos personas,
estas aparecen distanciadas, estáticas, como si no estuvieran vinculadas. En el Desiderativo puede
verse esta pobreza del involucramiento en las racionalizaciones “porque no conozco a las piedras”. En
el TRO puede observarse dificultades para vincular emocionalmente a los personajes de las historias,
mas bien describe el tipo de vinculo “padre e hijo” “amigos” pero les cuesta involucrarlos
emocionalmente. En el Rorschach, los valores de la fórmula M:C nos dan cuenta de una mayor
preferencia por utilizar el mundo interno (sobre el externo) para buscar gratificaciones de sus
necesidades básicas. La presencia de contenido MOR, desvitalización nos permiten dar cuenta del
quite de la catexia del mundo externo, representando a los objetos como moribundos, sin vida.
Hay pérdida de la distancia emocional, en tanto que aparecen autorreferencias, que implican ya sea
reconocerse en las laminas del TRO (como en la lámina en blanco), asociar aspectos de las láminas
del Rorschach con situaciones personales (en la lámina VI aparecen comentarios autorreferenciales,
aunque ello no implica pérdida de la conciencia de interpretación) o en el caso del desiderativo,
racionalizar en primera persona “lo que mas me identifico” “porque no las conozco”

Análisis del discurso de Soledad, desde la teorización de Liberman.


Liberman, postula ciertas características de las modalidades discursivas de los sujetos depresivos en
la relación transferencial. Una de ellas es la marcada intensidad de las oscilaciones del humor, en la
medida en que estos pacientes expresan estados cambiantes de la autoestima. Ello es posible
reconocerlo el Soledad, por el hecho de que se muestra en ciertas ocasiones optimista, con ganas de
cambiar “ya no quiero llorar más” pero luego, se pone mal, llora, y se vuelve pesimista “me tendría que
morir estando así, sin nada adentro”. Tales oscilaciones en el humor, no se observan solamente en la
entrevista, sino a lo largo de todo el proceso.
Por otro lado, observamos que Soledad parece seguir un hilo conductor y responder a las preguntas
del entrevistador, pero la lectura es dificultosa, es como si sus palabras no se dirigiesen al terapeuta,
sino que estuviera pensando en voz alta, como reflexionando “ se rompió algo adentro… cosas, lo
menos que yo las creo poco trascendentes… si, algo conectado con mi vida… si pienso en el futuro,
no me agarra miedo, no tengo entusiasmo, como si acá adentro no tuviera nada…me tendría que
morir estando así, sin nada adentro… es una trampa peligrosa, voy a poder salir?”, también se ve
cuando dice “aunque no se modifique nada,, saber con que reglas del juego…donde estoy parada…
(N) me dijo que yo siempre complico, es mas simple, alguien que te convenza de adentro… no se
cerrar los ojos…no encuentro motivo de mi desencanto…”
Otra característica planteada por Liberman es la dependencia del depresivo de los objetos externos
(que también se observa en el desiderativo) precio que paga el sujeto por la búsqueda de atención,
admiración y equilibrio de la autoestima “en la facultad me sentía mal, me puse a llorar… mami me
atendió” “si me pongo triste, se ponen re mal mis viejos, se acaba para ellos, se acaba para mi…”
Por otro lado, se observa en ocasiones, retardos en la comunicación. A lo largo de la entrevista se ven
varios puntos suspensivos, como si el sujeto hiciera pausas, silencios prolongados (algunos te 3
minutos), incluso llora, se recupera, habla, y vuelve a hacer silencio, y nuevamente retoma. Dicha
lentitud se debe a que las fantasías inconcientes perturban el pensamiento y la acción.
Es claro en la paciente sus sentimientos de desesperanza, baja autoestima, pesimismo “me retiro del
campo de batalla” “estoy perdida” “no tengo derecho a estar, a reclamar, a descansar” “me tendría que
morir estando así” “desconfiada…aportar nada” “yo no se salir de esto”
A soledad le cuesta reconocer y utilizar las palabras adecuadas, ello se refleja en una dificultad para
transmitir información en la situación transferencial, lo cual incrementa la frustración, la depresión.
“Traté de armar…estoy triste…trato de armar…algo, como una estructura… cuando me siento bien
empuja la… dolor de cabeza, como que continúa pero no…”
También se observa una voluntad quebrada, “no quiero hacer nada mas” “me podría sobreponer pero
no quiero” “podría recibirme… mas miedos… termino una etapa”
Liberman en su texto menciona acerca de “los niños adultos”. Niños que parecen haber madurado a
temprana edad. Pero dice que se trata de una falsa maduración, y que en la vida adulta les impide
mantener una convivencia armónica con quien entablan vínculos íntimos. Se trataría de sujetos que
han evitado entrar en conflictos con sus padres, forzándose a ser adultos, y que ello se manifestaría

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por un fracaso en la vida adulta (tales fracasos en la vida adulta, son consecuencia de las
identificaciones proyectivas con los padres). Observamos en Soledad, de acuerdo a lo que ha
comentado, una “niña adulta” como dice Liberman. “de chica… tengo una hermana tres años menor,
la re protegía” “poder hacer lo que mamá no podía… era muy exigente… todo era carga encima mío,
mantener el humor, atender, escuchar, ser y servir…” “papá no malo sino enfermo, tengo que
superarlo, no quiero trasmitir nada, cortar todos los vínculos… no quiero pesar sobre otro” Podría
pensarse que esta posición que ocupaba Soledad en la familia, en relación a los padres, la de la niña
que no entra en conflictos, que ayuda a su madre, que se tira la carga (responsabilidades) de la
familia encima, que no quiere pesar sobre ellos; constituirían las bases de sus fracasos en la vida
adulta, fracaso en la facultad, con sus relaciones amorosas “no tengo ni tuve un novio… no
involucrarme, perjudicar a otro, engancharme en una relación enfermiza”. Entendemos con ello una
proyección en sus vínculos actuales, de sus identificaciones parentales.

Diagnóstico de estructura
A continuación se realizará un análisis de los criterios de diferenciación clínico de Kernberg: 1) Prueba
de realidad 2) Integración de la identidad y las relaciones objetales y 3) Operaciones defensivas.
Sumando a ellos, un criterio adicional propuesto por Lunazzi: Funcionamiento sublimatorio

PRUEBA DE REALIDAD
Para reconocer la prueba de realidad y sentido de realidad tendremos en cuenta el siguiente
indicador: criterio de adecuación (en tanto capacidad de responder a la consigna de modo
congruente).
En las pruebas gráficas Soledad pudo responder de modo congruente a la consigna. Ello se observa
en la pertinencia de los gráficos. Se observa disponibilidad para producir con exactitud los modelos del
Bender Gestalt y para dibujar las figuras solicitadas por las consigas de las gráficas. Hay buena
representación de las partes (las cuales están bien diferenciadas), no hay distorsiones ni omisiones
graves. Se observa una secuencia ordenada, constante a lo largo de todos los gráficos, con tamaño y
proporcionalidad adecuada, emplazamiento tendiente hacia el eje central.
Se observa buena capacidad de síntesis y análisis, acompañado de un buen juicio crítico. Ello se
infiere no solo de la calidad de las producciones gráficas (integradas, delimitadas, completas y
proporcionadas) sino también por las verbalizaciones que acompañan los dibujos (el relato del test de
las dos personas a pesar de ser corto y de pobre contenido, podemos apreciar un mantenimiento
lógico y ordenado en el desarrollo de las ideas. Incluso en el PDI, se observa una conciencia de las
imperfecciones de los gráficos)
En el desiderativo también logra responder adecuadamente a la consiga, realizando las distintas
elecciones (+) y (-), aunque no logra responder a los tres reinos en las catexias negativas (solo se
identifica con objetos). Por otro lado aparecen en las racionalizaciones autorreferencias, que denotan
una pérdida de la distancia emocional “con lo que mas me identifico” “porque no las conozco mucho”.
No obstante ello no implica desordenes graves en la prueba o sentido de realidad o pensamiento
bizarro, ya que no hay irrupción del proceso primario en el pensamiento.
En el TRO, Soledad logra construir relatos que incluyen personajes y situaciones proyectadas
(ideadas). No siendo así en la lámina en blanco, donde ella se reconoce, dado que aparecen
autorreferencias y sentimiento o vivencias propias de si misma.
La consigna solicita un relato que debe cumplir con tres requisitos: un comienzo (como surgió la
situación) un momento intermedio mas detallado (que esta ocurriendo) y un final (como termina). En
general Soledad no logra realizar un relato que cumpla con tales requisitos, se detiene más en la
descripción de los dos primeros momentos, que en el último (futuro). A pesar de ellos, los relatos son
congruentes, lógicos (excepto en la lámina en blanco) y también coinciden con las historias clichés.
Finalmente, no aparecen situaciones conflictivas, pero cuando las hay, reacciona de modo evasivo.
En el Rorschach también logra responder adecuadamente a la consigna, en tanto que se mantiene la
conciencia de interpretación. Esto implica, que Soledad ha significado la realidad de la situación
(lámina) desde el orden de la interpretación y la imaginación, y no desde el orden de la certeza o
reconocimiento. De modo que no aparecen autorreferencias y demás fenómenos especiales, que
implicarían la ruptura o anulación de la conciencia de interpretación.
Por otro lado, teniendo en cuenta el análisis formal, que da cuenta de la racionalidad del pensamiento
involucrado, concluimos que en Soledad se evidencian procesos cognitivos razonables. Ello se

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justifica por el hecho de que los valores obtenidos en F% (21%) y F%ext (92,1) se encuentran dentro
de los rangos esperados
En relación a las respuestas populares, inferimos una buena capacidad de reconocimiento y
participación en la realidad externa y convencional, ya que las respuestas populares dadas por
soledad, se encuentran dentro de los valores esperados.
El índice de realidad (IR: 6) también se encuentra dentro de los valores esperados (entre 5 y 7)
La formula W/M permite evaluar en que medida las capacidades reales modulan la ambición. Los
valores obtenidos por Soledad son de (8:7), de modo que no se encuentran dentro de los valores
esperados. Podría pensarse en este caso, un desacuerdo entre los montos de expectativas con
relación a los recursos y disponibilidad afectiva
Para evaluar el sentimiento de realidad, tendremos en cuenta: las localizaciones, contenidos y
determinantes.
Respecto a las localizaciones: observamos que los valores de D% (31,5) W% (42,1) y Dd y S% (7,6)
y concluimos que Soledad muestra buenos recursos diferenciales para analizar sectores amplios de la
realidad, aunque le cuesta más enfocarse en aspectos comunes, precisos o pequeños de la realidad.
Ello puede deberse a trastornos intelectuales (que no es este caso) o emocionales (que si es el caso).
Resulta llamativo, la presencia de detalles raros en el protocolo de Soledad (Dr=3 y dr=1). Dichas
respuestas denotan originalidad y aptitud para desarticular y reorganizar distintas áreas de la lámina,
para satisfacer las necesidades de su concepto. Ello implica energía y flexibilidad mentales. Si bien
observamos en soledad tales capacidades cognitivas, consideramos que estas se ven afectadas por
la ausencia de congruencia entre su argumentación y la porción de la lámina donde ve dichos
conceptos. Ello implicada un bajo nivel de diferenciación cognitivo- afectivo. Por otro lado, cabe
aclarar que uno de los detalles raros esta acompañado de contenido perturbador (mascara) que
implican intensas ansiedades paranoides.
Respecto de los contenidos: analizamos la formula (H+A : Hd+Ad) y concluimos que Soledad tiende a
percibir las totalidades por sobre las partes en relación a estos contenidos (humano y animal), dado
que el valor obtenido en el primer término de la formula es mayor al segundo. Respecto a los
contenidos vitales (68,42%) amortiguadores (15,7%) y perturbadores (15,7%), inferimos un fuerte
investimiento libidinal de los objetos vitales, una moderada amortiguación contra los efectos intensos y
la presencia de contenidos con fuerte carga afectiva, que si bien denotan la urgencia de conflicto, no
son significativos o perturbadores.
Respecto a los determinantes: Observamos buena disponibilidad para entender las situaciones,
dándole un sentido humano (M: 7). También una predominancia del mundo interior como medio para
buscar gratificaciones (M:C=7:0,5). Tal formula introversiva no califica como coartada, coartativa o
dilatada, de modo que no se observan trastornos específicos en el vínculo con el mundo externo. La
fórmula FM+ m : Fc+c+C´ (2:2) corrobora los valores de la fórmula anterior, dado que no aumentan.
Un aumento de los valores implicaría una modificación del sentido y estabilidad de la prueba de
realidad.
Respecto al análisis de la cualidad del pensamiento, teniendo en cuenta los indicadores anteriores,
inferimos el mantenimiento de un pensamiento lógico y coherente.

ANALISIS DE LAS RECURRENCIAS Y CONVERGENCIAS


Soledad ha logrado responder adecuadamente a cada una de las consigas propuestas. En las
gráficas, en tanto que las figuras son pertinentes y congruentes con lo que solicita la consiga. Ello da
cuenta de una buena capacidad perceptiva, psicomotora y de pensamiento. En el desiderativo, en
tanto logra realizar las distintas elecciones (+) y (-) aunque no logra pasar por todos los reinos en las
últimas. En el TRO en tanto logra realizar un relato coherente y lógico para cada una de las láminas y
en Rorschach en tanto que se observa buena adecuación formal (F%, F%ext, +F%, +F%ext), buena
capacidad perceptiva de W%, D%, mayor tendencia a percibir el todo sobre las partes (H+A:Hd+Ad),
buen reconocimiento de la realidad externa y convencional (populares=3), índice de realidad con valor
de 6. Buena capacidad para establecer vinculaciones con el mundo de manera sublimada, dándole
un sentido humano a la realidad (M:FM+m)
A partir de este análisis concluimos que se conserva el sentido y prueba de realidad, así como un
pensamiento razonable y coherente. Desde ello descartamos la posibilidad de una estructura
Psicótica.

INTEGRACIÓN DE LA IDENTIDAD Y RELACIONES OBJETALES

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En las técnicas gráficas observamos figuras delimitas, diferenciadas e integradas, con una simetría
acentuada, a tal punto de producir rigidez. Con un tamaño y proporcionalidad adecuada,
emplazamiento tendiente al eje centra, trazos débiles, continuos y reforzados (bajo nivel enérgico en
el contacto con el medio externo). Todo ello da cuenta de una identidad delimitada e integrada aunque
un tanto inestable. Respecto a las relaciones objetales, se observa buena distinción entre estímulos
externos e internos, buena precisión en la percepción e interpretación de los acontecimientos y
discriminación de los estados interiores psicológicos. La bidimensionalidad de los dibujos dan cuenta
de la estrechez y pobreza de los involucramientos vinculares. Por otro lado, tendiendo en cuenta el
test de las dos personas, en donde las posibilidades de vinculación son mayores, observamos
personas estáticas, aisladas, distanciadas, a pesar de que en el relato intenta vincularlos (piensan y
ensayan una coreografía)
En el Desiderativo observamos que las elecciones son precisas, sólidas y definidas (excepto el agua,
que es difusa). Hay una marcada distancia entre lo idealizado (la vida) y lo peyoratizado (la muerte).
Por otro lado, se observa en las racionalizaciones vínculos implícitos de dependencia, de cercanía y
contacto con el otro. Se observa poco compromiso en las racionalizaciones, sobre todo en la (-3) lo
cual da cuenta de la pobreza del involucramiento y elaboración cognitiva-afectiva del mismo.
En el TRO se observa la proyección de personajes íntegros, diferenciados y mediatizados. Se
observan dificultades para vincular a los distintos personajes, los involucramientos de los personajes
resultan emocionalmente pobres. Prevalecen los vínculos positivos entre familiares o amigos.
En el Rorschach la integración de la identidad puede observarse a partir de del análisis de la fórmula
(H+A : Hd+Ad), donde prevalece la totalidad por sobre las partes, como también en el mantenimiento
de la conciencia de interpretación, ya que esta implica la delimitación yo- no yo para permitir
elaboraciones interpretativas.
La presencia de M en H da cuenta de la posibilidad de contar de identificaciones y relaciones
objetales, con un mundo interno predominantemente sublimatorio. En soledad se observan que sus
valores, están dentro de los esperados (al menos 3 M en H son saludables).
Respecto a la formula M: (FM+m), se espera que los valores obtenidos en M sean mayores que en
FM+m. En caso contrario, estaríamos frente a una organización de identidad precariamente estable,
amenazada por los requerimientos pulsionales no resueltos, que limitan seriamente la creatividad.
Soledad obtuvo el siguiente valor: (7:2). Ello implica una identidad organizada predominantemente,
por la elaboración y sublimación de los impulsos arcaicos.
La relación entre H y (H), nos permite comprender el nivel de tolerancia a vínculos actuales y reales.
En Soledad tenemos los siguientes valores: H=6, (H)=0, lo cual implica tolerancia a vínculos actuales
y reales.
La relación entre H y A nos permite comprender el grado en que el mundo interno esta poblado por
requerimientos o interacciones sociales H, o por el contrario, por dimensiones más primitivas y
regresivas A. Soledad dio 6 respuestas de contenido H y 6 respuestas de contenido A. El A% da
cuenta de la calidad de la identidad y de los vínculos. Si A% es mayor al 50% hablamos de
empobrecimiento y rigidez de los vínculos, ya sea por limitaciones neurológicas, melancólicas o
necesidad de control exacerbado. Soledad obtuvo un A% de 31,5 por lo tanto, se encuentra dentro de
los valores esperados.
Por otro lado, la presencia de M (de 4 a 6 esperable) en el F+%ext expresa la capacidad de organizar
y predecir adecuadamente vinculaciones interpersonales dentro de situaciones vitales complejas. Si
bien soledad da 7 respuestas M, ninguna de ellas se acompaña de buenas formas, es más, no se
vincula a la forma en si. Por lo tanto, no se encuentra dentro de los valores esperados.
Teniendo en cuenta la relación M:C+CF+FC, Soledad obtuvo un puntaje de 7:0,5. Ello nos permite
inferir, que utiliza el mundo interno como medio para buscar gratificaciones y que además no se
evidencia trastornos específicos en el vínculo con el mundo externo.
La fórmula (FK+Fc):F nos informa sobre la presencia de necesidades afectivas y de dependencia, con
su posible carga de angustia, con respecto a las respuestas objetivas del sujeto a su medio. Soledad
obtuvo el siguiente valor: (2,5:4), de modo que se encuentra dentro de los valores esperados.

ANÁLISIS DE RECURRENCIAS Y CONVERGENCIAS


Se ha observado a lo largo de toda la batería de Test la recurrencia de personajes (TRO), figuras
(gráficas) elecciones desiderativas delimitadas, sólidas y definidas, que dan cuenta de una buena
integración de la identidad aunque un tanto inestable. Dicha inestabilidad puede apreciarse en la
entrevista “no tengo continuidad” “estoy perdida” “se rompió algo adentro” “me debilito, me

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sobrepongo.” “¿dígame que tengo adentro?” “una estructura que me sostenga”, en el TRO
(principalmente en la lámina en blanco donde Soledad se quiebra, llora habla de una chica que está
triste, y luego termina hablando de ella, haciendo referencia a su madre y luego a los personajes de
las láminas” . En el Rorschach por ejemplo se corrobora la hipótesis de la identidad integrada en tanto
que los valores obtenidos en M:H, (H+A:Hd+Ad), M:FM+m, H:(H) se encuentran dentro de los valores
esperados. Respecto a las relaciones vinculares, observamos la reiteración de la dependencia, ya sea
en la entrevista (en la facultad me sentía mal, me puse a llorar…mami me atendió), en el desiderativo
(lo mas cercano a la persona, un pájaro doméstico)
Por otro lado encontramos indicadores que convergen hacia la misma temática: las dificultades en el
contacto interpersonal y la pobreza de los vínculos, ya sea en los gráficos bidimensionales que
expresan la estrechez y pobreza de los involucramientos, como la distancia puesta en las gráficas de
test de las dos personas. En el TRO en tanto que aparecen dificultades para vincular emocionalmente
a los personajes, de hecho realiza un comentario en la lámina en blanco donde se hace explicito la
falla en los vínculos “los peores personajes…gente que no la veo y no la reconozco”, en el
desiderativo frente a la respuesta “que se yo… por pensar en un árbol mas grande”, “porque no las
conozco mucho a las piedras”, en el Rorschach en tanto que los valores obtenidos en M:C dan cuenta
de una preferencia del sujeto por el mundo interno (sobre el externo) para buscar gratificaciones a sus
necesidades básicas, como también la presencia del fenómeno desvitalización y contenido MOR, que
dan cuenta del quite de catexias del mundo externo, y que manifiesta objetos como moribundos,
dañados o sin vida. Dicha falta de involucramiento puede observarse también en la entrevista “en el
secundario yo no dejaba llegar a nadie” “no estoy mucho con gente” “sola no puedo salir”
De lo analizado, se concluye que estamos en presencia de un sujeto con una identidad integrada y
con un mundo de los objetos integrado. Podemos ir pensando en descartar la posibilidad de una
estructura Borderline. Pero para corroborar que se trata de una Neurosis, analizaremos primero las
defensas.

OPERACIONES DEFENSIVAS
En la entrevista observamos un discurso cargados de fuertes connotaciones emocionales, con
liberación de impulsos que dan cuenta de la parcial eficacia de la operatoria defensiva.
En los gráficos: se observa representaciones adecuadas, síntesis y discriminación de los gráficos;
mantenimiento de las proporciones, emplazamiento flexible tendientes a la zona central. No hay un
excesivo tratamiento de los detalles; buenas articulaciones logradas; mantenimiento global de la
horizontalidad y representación de base (excepto en el caso de la persona). Tales indicadores dan
cuenta de una buena organización defensiva. La acentuación en la simetría, a tal punto de tornar
rígidas a las figuras, constituye una falla de las operaciones defensivas, en tanto que dan cuenta de
una inadecuación de los sentimientos de seguridad en la vida emocional.
En el Desiderativo, no logra realizar elecciones correspondientes a los distintos reinos en las catexias
negativas. Las racionalizaciones no son adecuadas en algunos casos, principalmente por la presencia
de autorreferencias “porque no conozco a las piedras” de incoherencias y contradicciones (en la +1
Soledad dice querer ser un pájaro porque vive naturalmente y luego dice “pájaro doméstico”) ello da
cuenta de una negación maniaca de los sentimientos negativos implicados en la dependencia
Acentuada distancia de lo temido y lo deseado en las elecciones o, dicho de otro modo, distancia
extrema entre lo idealizado (la vida) y peyoratizado (la muerte). Ello da cuenta de una cierta rigidez en
las defensas.
Respecto a la secuencia, se observa una cierta tendencia a la desorganización. En tanto que
aparecen sucesivamente incoherencias, manifestaciones emocionales, autorreferencias.
Consideramos que dicha secuencia que tendiente al deterioro también se da en el TRO, dado que en
la última lámina (lámina en blanco) Soledad se desorganiza, e irrumpen manifestaciones emocionales,
autorreferencias y sentimientos propios.
Todas estas indicaciones, suponen fallas en las operaciones defensivas.
En el Rorschach, para analizar la estabilidad defensiva y adaptativa, tendremos en cuenta los
indicadores propuestos por Shafer:
1- Actitudes emocionales y conductuales frente al psicólogo y frente al test: Podemos apreciar buena
disponibilidad en soledad, se muestra interesada y cooperadora frente a la tarea. Respecto a sus
actitudes emocionales podemos decir que se muestra tranquila, relajada, hace mostrar su disgusto
frente a alguna de las láminas (por ejemplo lamina III), pero siempre en un tono calmo. Aparecen

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irrupciones momentaneas del llanto, humor, chistes, angustia, etc. Todo ello da cuenta de operaciones
defensivas adaptativas relativamente exitosas. Es llamativa la presencia de un comentario
autorreferencial en la lámina VII, ya que da cuenta de una falla en las organizaciones defensivas
operantes, marcando una disminución de la conciencia dentro de la situación interpersonal.
2- Énfasis en la forma específica y articulada: Soledad obtuvo un F% superior al 20% y Un +F%ext
aproximado al valor esperado, de ello podemos inferir una capacidad en Soledad para conceptualizar
y por ende demorar la descarga de emociones y fantasías, y articularlos con su referente simbólico.
Ello supone una posición defensiva y adaptativa relativamente segura. Ahora bien, si analizamos el F
%ext (92,1) podemos apreciar que dicho valor se encuentra por encima de lo esperado. Tal aumento,
podría pensarse en términos de operaciones defensivas rígidas, ya que implicarían un esfuerzo
adaptativo y defensivo mantenido.
3- Integración de cómputos, imágenes y actitudes: Sostenemos una buena integración de dichos
componentes, lo cual implica un alto grado de flexibilidad adaptativa y defensiva. Ello se sustenta en el
hecho de que las simbolizaciones de conflictos presentes en los contenidos, están ligadas a
adecuados factores de simbolización y control formal; y además, las reacciones del humor y
comportamientos son congruentes. Por ejemplo:
Sobre el análisis de cómputos se observa que la paciente presenta un protocolo donde M es mayor
que FM+m (7:2), F% ext. Mayor que 80% (92,1%), IR=6, un R adecuado (19), (H+A) mayor que
(Hd+Ad) (12:1), A% no mayor a 40% (31,5%), M en H, da cuenta de estabilidad defensiva, ya que se
tratan de datos que se encuentran dentro de los límites de lo esperable. Respecto a las operaciones
defensivas en el contenido de las imágenes, resulta importante destacar las ideas elaboradas en la
lámina VI (respuesta 1) “fotografía aérea” (respuesta 2) “fotografía que se ven así de las células o las
membranas”. (Respuesta 3) “erupción volcánica”. Dichas respuestas permiten apreciar defensas como
por ejemplo: la intelectualización que eficazmente decae en la segunda idea y fracasa en la última,
donde se observa la irrupción de impulsos en “erupción volcánica” (contenido Explosión-Naturaleza).
Podemos decir entonces, que el sujeto cuenta con una capacidad para poder oscilar equilibradamente
entre las cosas angustiantes de la vida, como así también poder reconocer sus costados positivos, sin
que por ellos caiga en el proceso primario.
Más específicamente, en la primera respuesta (Fk), Soledad cuenta con la posibilidad de controlar la
angustia por medio de la intelectualización y el aislamiento. En la segunda respuesta (kF), la angustia
estaría vinculada a necesidades afectivas, que se intentan amortiguar y/o ocultar. La tercera respuesta
(kF) da cuenta de un grado medio de intelectualización. Si bien disminuye la calidad formal, ésta se
debe al trastocamiento de lo afectivo, de modo que se conserva la prueba de realidad.
4- Contenidos de las respuestas: se tiene en cuenta aquí para evaluar la estabilidad defensiva, la
noción de equilibrio temático propuesta por Shafer. Dicha noción implica una capacidad de oscilar
equilibradamente entre, por un lado, sentir y conocer los aspectos peligrosos y angustiantes de la
vida, así como, disfrutar de la vida sin caer en el proceso primario. Como se mencionó en el ejemplo
anterior de la lámina VI, podemos decir que Soledad cuenta con una estabilidad de las operaciones
defensivas, en tanto que es capaz de amortiguar (débilmente pero eficaz) ciertos temas sensibles, de
gran carga afectiva (erupción volcánica: contenido perturbador) sin caer en el proceso primario.

Podemos decir entonces que se trata de un sujeto con defensas de alto nivel, como la represión,
intelectualización, racionalización, aislamiento, formaciones reactivas, que actúan de manera flexible a
lo largo del todo proceso, y que responden tanto a fines defensivos como adaptativos.
Hablamos de una oscilación de las defensas que le permiten al sujeto amortiguar la descarga del
impulso de manera adaptativa, sin que irrumpa el proceso primario de pensamiento.
De lo analizado en el criterio de integración de la identidad y relaciones objetales, y de las operaciones
defensivas, concluimos que no se trata de una estructura Borderline, si no de una estructura
neurótica. Se conserva la prueba de realidad, se observa una integración de la identidad y de las
relaciones objetales y por último, prevalece la represión y mecanismos defensivos de alto nivel como
la intelectualización, formaciones reactivas, racionalización, aislamiento, anulación.

Criterio propuesto por Lunazzi:


FUNCIÓN SUBLIMATORIA Y CREATIVIDAD

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Incluye: capacidad de trabajo, sentido del humor, capacidad de goce, eficacia de los desempeños y
capacidad reparatoria.

Observamos buena predisposición al trabajo, en tanto que se muestra en una actitud positiva,
confiada, con interés. No obstante frente a determinadas dificultades se frustra, se vuelve negativa, y
en ciertos casos no intenta resolverlas; al contrario, se resigna. No hay resultados satisfactorios entre
lo deseado y logrado. Ello se ve por ejemplo: en la entrevista “pocas veces disfrute de estar
estudiando” “me retiro del campo de batalla” “termine de cursar veterinaria, podría recibirme…mas
miedos…termino una etapa”, en el TRO, se observa en el fracaso de construir un relato “no, no… no
tienen una, no les encuentro una historia… parece que… no sé… un momento, nada más…”. En el
Rorschach, podemos ver como Soledad presenta dificultad para argumentar su respuesta, no
pudiendo explicarla de manera satisfactoria, (L.III) “pero acá la parte roja esta muy desintegrada, no le
encuentro ni unidad así entre ella ni con el resto de la figura”. En el PDI observamos que hay una
insatisfacción del trabajo logrado, no obstante se observa buena capacidad para realizar correcciones
y explicaciones, es decir que hay disponibilidad reparatoria; que también la vemos en la entrevista
cuando el examinador le pregunta “¿hay algo acerca de vos misma que quisieras preguntarle al
estudio?” ella responde, “tener una dimensión de lo que me pasa… saber con que reglas del juego…
donde estoy parada…” ”… luego agrega: “no encuentro motivo, no alcanzo a comprender esto…
¿dígame que tengo adentro?”. Existe rechazo… engancharlo, armonizarlo…”
Respecto a la capacidad de goce ella se ve notablemente afectada dado su bajo autoestima,
restricción de la libertad para gozar la vida, y que incide produciendo un estancamiento en la
mediación entre lo potencial y lo actual “no tengo ni tuve novio, algo debe pasar…proyectar el futuro…
no involucrar, perjudicar al otro…engancharme en una relación enfermiza”, “no puedo aportar nada, no
se si quiero lo que es… me banco muy sola, huraña de adentro y me retiro del campo de batalla… no
lo puedo eso proyectar para el futuro… aprender acá a compartir, a que me banquen… libertad versus
encierro… yo no se salir de esto…”.
Es debido al momento particular que está atravesando Soledad (situación de intensa angustia y duelo)
que su capacidad de creatividad potencial para movilizar recursos hacia cambios saludables se
encuentra empobrecida, mas no anulada. En la entrevista comienza diciendo “estoy triste… trato de
armar… algo, como una estructura… cuando me siento bien empujo la…” estas últimas palabras
llevan a pensar en una capacidad de insight, de poder dar cuenta de una problemática interna y de los
efectos que ésta produce en los proyectos personales.
Soledad, pese a su cuadro depresivo, podría afrontar un tratamiento psicoterapéutico, atendiendo las
particularidades del caso, y dentro de un dispositivo acorde a la situación podría alcanzar un éxito en
términos terapéuticos.
Considerando todas las cuestiones desplegadas anteriormente, se concluye que el presente caso se
trata de un cuadro depresivo en una estructura neurótica.

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