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ÍNDICE
Contenido
CAPITULO I....................................................................................................................................... 2
1. INTRODUCCIÓN ...................................................................................................................... 2
2. OBJETIVOS ............................................................................................................................... 3
2.1. OBJETIVO GENERAL ...................................................................................................... 3
2.2. OBJETIVOS ESPECÍFICOS ...................................................................................................... 3
CAPITULO II ..................................................................................................................................... 4
3.1. ORIGEN Y SITUACIÓN DE LAS AGUAS SUBTERRÁNEAS ...................................... 4
3.2. EL ORIGEN DE LA HIDROGEOLOGÍA ......................................................................... 4
3.3. ORIGEN DE LOS ACUIFEROS ........................................................................................ 6
3.4. PROPIEDADES DEL AGUA SUBTERRÁNEA .............................................................. 7
4. EXTRACCIÓN DE AGUA EN LA EDAD ANTIGUA .......................................................... 13
4.1. LOS GRIEGOS Y EL AGUA SUBTERRÁNEA ............................................................. 14
5. EXTRACCIÓN DEL AGUA EN LA EDAD MEDIA ............................................................. 14
5.1. PRE-COLONIAL .............................................................................................................. 15
6. EXPLOTACIÓN DEL AGUA EN LA EDAD MODERNA .................................................... 15
CAPITULO III .................................................................................................................................. 18
7. CONCLUSIONES .................................................................................................................... 18
CAPITULO IV .................................................................................................................................. 19
REFERENCIA BIBLIOGRÁFICAS ................................................................................................ 19
8. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS ...................................................................................... 19
Hidrología II
Permeámetros
CAPITULO I
ASPECTOS GENERALES
1. INTRODUCCIÓN
Las aguas subterráneas son un recurso nacional muy importante, ya que es utilizada para el
abastecimiento de agua potable, tanto en viviendas individuales, como en zonas urbanas, en proyectos
agropecuarios para riego y para uso animal; igualmente, muchas industrias consumidoras de grandes
cantidades de agua hacen uso de este recurso. Uno de los aspectos que hacen particularmente útil el
agua subterránea para el consumo humano es la menor contaminación a la que está sometida y la
capacidad de filtración del suelo que la hace generalmente más pura que las aguas superficiales.
La utilización del agua subterránea se ha venido incrementando en el mundo desde tiempos atrás y
cada día gana en importancia debido a la sobreexplotación de acuíferos, el vertimiento de sustancias
contaminantes a los cuerpos de agua, los cambios en el uso del suelo tales como la deforestación, las
prácticas agrícolas inadecuadas, el incremento de urbanizaciones en zonas de producción hídrica,
entre otros.
En ese sentido, es necesario conocer cómo es el origen de la explotación del agua subterránea en el
subsuelo desde el punto de vista, antiguo, medio y moderno
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2. OBJETIVOS
Describir el uso del agua desde el punto de vista antiguo, medio y moderno.
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CAPITULO II
MARCO TEÓRICO
3. GENERALIDADES
La mayoría del agua subterránea se origina como agua meteórica que cae de precipitaciones en forma
de lluvia o nieve. Si no se pierde por la evaporación, transpiración de las plantas o escorrentía, el agua
se infiltra en el terreno. Al principio ciertas cantidades de agua de precipitación que cae en el suelo
seco se retienen fijamente como una película en la superficie y en el micro poro de las partículas del
suelo.
En un paso intermedio, las películas de agua cubren las partículas solidadas pero el aire esta todavía
presente en las zonas porosas del suelo. Esta zona es llamada zona insaturada o de aireación, y el agua
presente es agua gravitacional.
A profundidades menores y en presencia de volumen de agua adecuada, se rellenan todos los huecos
para producir una zona de saturación, el nivel superior es la mesa del agua o nivel freático (nivel del
acuífero). El agua presente en las zonas de saturación se denomina agua subterránea.
La porosidad y estructura del suelo determina el tipo de acuífero y la circulación de las aguas
subterráneas. El agua subterránea puede circular y almacenarse en el conjunto del estrato geológico:
este es el caso de suelos porosos como arenosos, de piedra y aluvión. Puede circular y almacenarse
en fisuras o fallos de las rocas compactas que no son en ellas mismas permeables, como la mayoría
de rocas volcánicas y metamórficas. El agua corre a través de la roca y circula en fisuras localizadas
y dispersas. Las rocas compactas de grandes fisuras o cavernas son típicamente caliza.
«La hidrogeología es la ciencia que estudia el origen y la formación de las aguas subterráneas, las
formas de yacimiento, su difusión, movimiento, régimen y reservas, su interacción con los suelos y
rocas, su estado (líquido, sólido y gaseoso) y propiedades (físicas, químicas, bacteriológicas y
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radiactivas), así como las condiciones que determinan las medidas de su aprovechamiento, regulación
y evacuación». (Mijailov, L., 1985, Hidrogeología. Editorial Mir. Moscú, Rusia. 285 pp.)
Los estudios hidrogeológicos son de especial interés no solo para la provisión de agua a la población
sino también para entender el ciclo vital de ciertos elementos químicos, como así también para evaluar
el ciclo de las sustancias contaminantes, su movilidad, dispersión y la manera en que afectan al medio
ambiente, por lo que esta especialidad se ha convertido en una ciencia básica para la evaluación de
sistemas ambientales complejos.
El agua subterránea representa una fracción importante de la masa de agua presente en cada momento
en los continentes, con un volumen mucho más importante que la masa de agua retenida en lagos o
circulante, y aunque menor al de los mayores glaciares, las masas más extensas pueden alcanzar
millones de km (como el acuífero guaraní). El agua del subsuelo es un recurso importante, pero de
difícil gestión, por su sensibilidad a la contaminación y a la sobreexplotación.
Acuífero cautivo: se encuentra encerrado entre dos capa impermeable y sola recibe el agua de lluvia
por una zona en la que existen materiales permeables. A esta zona de recarga se le llama zona de
alimentación.
Las aguas subterráneas son el agua situada por debajo de la superficie del suelo en los espacios
porosos del suelo y en las fracturas de las formaciones rocosas. Una unidad de roca o un depósito no
consolidado se denomina acuífero cuando se puede producir una cantidad de agua utilizable.
La profundidad a la que los espacios de los poros del suelo o las fracturas y los vacíos en la roca a ser
completamente saturados de agua se llaman Capa freática. El agua subterránea es recargada de, y
eventualmente fluye hacia la superficie natural, la descarga natural a menudo se filtra, y se pueden
formar los oasis o los humedales. Las aguas subterráneas también son a menudo extraídas para usos
agrícolas, municipales e industriales mediante la construcción y operación de pozos de extracción.
El estudio de la distribución y el movimiento de las aguas subterráneas es la hidrogeología.
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Normalmente, las aguas subterráneas son consideradas como agua líquida que fluye a través de los
acuíferos poco profundos, pero técnicamente también puede incluir: La humedad del suelo, El
permafrost (suelo congelado), El agua inmóvil en el lecho de roca de muy baja permeabilidad. Y
profunda geotérmica, Agua de la formación del petróleo.
El sustrato con baja porosidad que permite una transmisión limitada de las aguas subterráneas es
conocido como un Acuitardo.
Un Acuicludo es un sustrato con una porosidad que es tan baja que es prácticamente impermeable a
las aguas subterráneas.
Problemas con las aguas subterráneas ; algunos problemas han afectado a la utilización de las aguas
subterráneas en todo el mundo. Así como las aguas de los ríos se han usado en exceso y contaminado
en muchas partes del mundo, también lo han hecho los acuíferos. La gran diferencia es que los
acuíferos no están a la vista. El otro gran problema es que los organismos de gestión del agua potable
de la ONU prácticamente no hacen nada. Este problema, aunque entiende por siglos, se ha mantenido,
en parte por inercia y en parte por la rivalidad y la falta de comunicación de los gobiernos. Lo que
pone en gran riesgo las aguas subterráneas.
Importancia del agua subterránea: Actualmente el agua dulce se ha convertido en un recurso escaso,
incluso en aquellos países que tienen ríos y climas templados. El aumento de la población en las
ciudades, aunado al incremento del nivel de vida, obliga a canalizar cada vez más agua a los núcleos
urbanos, controlar su salubridad y realizar tratamientos de aguas residuales procedentes del
alcantarillado para que no contaminen los cursos de agua en los que desembocan.
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La importancia del estudio del agua subterránea es que es la principal fuente de agua potable en el
mundo; sin embargo, se debe tener en cuenta el balance del ciclo hidrológico para su mejor
aprovechamiento y conservación, así como las consecuencias ambientales y sociales que acarrea la
explotación de los acuíferos.
En el país se aprovecha hasta 70% del agua extraída de los 653 acuíferos, que satisface las necesidades
de 75 millones de personas, y se riega una tercera parte de la superficie agrícola; aun así, estos
acuíferos son altamente vulnerables, de modo que su explotación puede tener efectos perjudiciales
tales como el agotamiento de manantiales, la desaparición de lagos y humedales, la pérdida de
vegetación, la disminución de la disponibilidad debido a la contaminación del agua por los residuos
generados en las ciudades, zonas industriales y de riego o por la intrusión salina. El incremento de la
demanda puede agravar las amenazas en cuatro aspectos fundamentales de la seguridad humana: la
producción de alimentos, la salud humana, el equilibrio de los ecosistemas y la estabilidad social,
económica y política. Es notable que de 1975 a 2003 los acuíferos con explotación intensiva
aumentaran de 32 a 102. En el estado de Veracruz, según la clasificación de Comisión Nacional del
Agua, existen dieciocho acuíferos, de los cuales sólo ocho cuentan con estudios hidrogeológicos que
datan de los años ochenta, por lo que es importante realizar y actualizar investigaciones que definan
mejor sus características hidráulicas para su mejor aprovechamiento.
Calidad Constante. Una de estas ventajas es la gran constancia de sus propiedades fisicoquímicas
en el tiempo. Salvo excepciones (como el fenómeno artificialmente inducido de intrusión salina), las
aguas subterráneas tienen una composición química prácticamente constante en el tiempo. Esto no
debe significar que se descuide su monitoreo o control periódico.
Directamente utilizable. Otra cualidad importantísima es que en su estado natural las aguas
subterráneas presentan una composición química que las hace utilizables sin tratamiento previo en,
prácticamente, todos los usos a los que se les destina. Puede que algunas aguas subterráneas estén
excedidas en algunos compuestos, pero son la excepción.
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Saludable. El estar exenta de gérmenes patógenos es una característica generalizada de las aguas
subterráneas. Hay situaciones excepcionales de contaminación biológica pero es debida a una
incorrecta localización del pozo.
Ausencia de masa biótica. Para ciertos usos es una ventaja importante la ausencia casi total de masa
biótica que pudiera requerir de pesticidas y similares en el caso de aplicarla al regadío agrícola.
Sin sólidos. Una ventaja interesante es que el agua subterránea captada correctamente está exenta de
partículas como arenas las que causarían serios problemas en bombas, conductos y artefactos.
Estabilidad de caudales. Si bien las sequías afectan los embalses subterráneos haciendo descender
los niveles, por el gran tamaño de los embalses estos registran su inercia de respuesta es muchísimo
mayor que la de los embalses superficiales. En una sequía un cauce superficial o un embalse pueden
secarse completamente. Un pozo no, en la inmensa mayoría de los casos.
En fin, en el subsuelo tenemos un gran tesoro, que es el agua subterránea, la cual es accesible,
económica y de alta calidad; mediante su manejo adecuado, la población podrá tener acceso al agua
potable durante un tiempo considerable para satisfacer sus principales demandas.
Movimiento del agua subterránea: Las aguas subterráneas forman grandes depósitos que en muchos
lugares constituyen la única fuente de agua potable disponible. A veces, cuando circulan bajo tierra,
forman grandes sistemas de cuevas y galerías. En algunos lugares regresan a la superficie, brotando
de la tierra en forma de fuentes o manantiales. La dirección y velocidad del movimiento del agua
subterránea están determinadas por varias características del acuífero y de las capas impermeables
del suelo (donde el agua tiene dificultad en penetrar). Las dos propiedades de los acuíferos que afectan
el almacenamiento y flujo del agua subterránea son la porosidad (cantidad de espacio abierto en el
material) y la conductividad hidráulica (medida de la habilidad de un acuífero para transmitir agua).
Si la roca permite que el agua se mueva de una forma relativamente libre dentro de ella, puede
moverse distancias significativas en un corto periodo de tiempo, pero también puede ir a acuíferos
más profundos, donde demorará años en volver a ser parte del ambiente.
Acuíferos. La palabra acuífero proviene de dos palabras latinas: aqua, de agua, y ferre, traer, y se
define como la formación, o parte de una formación, que contiene suficiente material permeable cuyos
poros están llenos de agua subterránea; se utilizan para obtener cantidades significativas de agua de
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pozos y manantiales. Los acuíferos más productivos en el mundo están compuestos de materiales sin
consolidar, como gravas y arenas.
El estudio de los acuíferos lo trata principalmente la hidrogeología, una rama de la hidrología que
trata sobre el agua subterránea, su yacimiento, movimiento, recargas y descargas, propiedades de las
rocas que influyen en su almacenamiento y métodos empleados para su investigación y conservación.
Uno de los primeros métodos de exploración del agua subterránea eran varitas de avellana en forma
de “Y”, mediante las cuales se encontraba el sitio adecuado para perforar un pozo, pero hoy se utilizan
métodos geofísicos para investigar las características del subsuelo de los acuíferos. Estos métodos en
superficie utilizan la energía eléctrica, las ondas sísmicas y el campo magnético y gravitacional, que
están relacionados con esas propiedades del subsuelo que indican qué materiales geológicos se hallan
bajo la superficie de la tierra. Asimismo, para conocer la calidad del agua subterránea, se analizan
muestras de agua para medir su conductividad eléctrica, acidez o alcalinidad y temperatura. En
general, el agua subterránea, comparada con el agua superficial, tiene múltiples ventajas, ya que
siempre está libre de bacterias y no contiene materia en suspensión, es transparente, incolora y su
temperatura es relativamente constante.
Descarga de agua subterránea. Hay una gran cantidad de agua que no vemos: el agua que se mueve
dentro del suelo. El agua subterránea es, en muchos casos, el principal contribuyente de los cursos de
agua. Las personas han utilizado el agua subterránea por miles de años y lo continúan haciendo hasta
el día de hoy, principalmente para beber y para riego.
Agua subterránea almacenada. Una gran cantidad de agua se almacena en el subsuelo. La mayor
parte del agua del suelo proviene del agua de lluvia que se infiltra a través de la superficie de aquél.
La capa superior del suelo es la zona no saturada. Por debajo de esta capa se encuentra la zona de
saturación, donde todos los poros, grietas y espacios entre las partículas de roca se encuentran llenos
de agua. El cuidado del agua subterránea es fundamental ya que está almacenada en grandes
volúmenes, si bien estos no son necesariamente renovables a una escala humana.
Aguas subterráneas: Son aquellas que se forman bajo el nivel del suelo. En la mayoría de los casos
provienen de las aguas filtradas. Se encuentran en aquellas formaciones geológicas que tienen
porosidad. Cuando el agua alcanza una capa impermeable se acumula y forma depósitos subterráneos
denominados acuíferos. Cuando las aguas subterráneas pasan a través de rocas calizas, las disuelve y
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produce un tipo de relieve llamado kárstico, formando cuevas con estalactitas y estalagmitas. El agua
subterránea es muy importante. Mucha gente depende de ellas y extrae agua dulce de pozos.
Representa un 25% del agua de los continentes.
La mayoría del agua subterránea se origina como agua meteórica que cae de precipitaciones en forma
de lluvia o nieve. En un paso intermedio, las películas de agua cubren las partículas sólidas pero el
aire está todavía presente en las zonas porosas del suelo. Esta zona es llamada zona insaturada o de
aireación, y el agua presente es agua gravitacional La zona de aireación La zona de saturación Zona
en la cual el agua Las cavidades del se encuentra en cantidad terreno contienen agua muy cercana
a la capacidad potencial de la menor cantidad de su terreno y donde las capacidad potencial fuerzas
predominantes son de gravedad
Las evidencias más antiguas de explotación minera del agua son un pozo de dos metros y medio de
diámetro y cuatro metros de profundidad excavado en Siria hace unos nueve mil años y otro de diez
metros de profundidad excavado en Chipre hace entre nueve y diez mil años. En Europa, el pozo más
antiguo -de trece metros de profundidad, en Alemania- se remonta a hace unos siete mil años, y
todavía se conservan maderas de su revestimiento interno. Hay que tener en cuenta que estos pozos
fueron excavados en los inicios del Neolítico y por tanto con herramientas de piedra, pues la Edad
del Bronce no comenzó hasta hace unos 5.500 años. En Daimiel, Ciudad Real, el pozo más antiguo
descubierto hasta el momento en España tiene dieciséis metros de profundidad y se remonta a hace
unos 4.200 años.
De los métodos de exploración de estos pozos, nada sabemos Los autores greco-romanos, que son los
que nos han dejado mayor número de noticias de la Antigüedad, hablaban a menudo de corrientes
subterráneas, a veces de magnitudes extraordinarias, que cruzaban continentes e incluso océanos para
manar en el fondo de los mares o las cumbres de las montañas. Pero más allá de estas concepciones
teóricas, poco escribieron del oficio concreto de buscar y aflorar el agua. El arquitecto romano Marco
Vitruvio, en su Arquitectura, fue el primero que abordó la cuestión de forma práctica, aconsejando lo
siguiente:
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para buscar agua, te tumbas en el suelo al amanecer, con la barbilla apoyada en la tierra para limitar
la búsqueda a lo que puedas ver en tal posición. La encontrarás donde veas salir los vapores de la
tierra.
El seguimiento de las emanaciones vaporosas del suelo, más o menos sofisticado por Paladio,
Casiodoro o Plinio, fue el método reproducido hasta el siglo XIX por todos los tratados como
principal metodología científica de exploración de aguas subterráneas. A partir de entonces, fue
olvidado por su alcance limitado a la exploración de manantiales superficiales.
Con la revolución industrial y científica del siglo XIX, la exploración de aguas siguió dos vías:una
académica conforme a la aplicación de la Ley del francés Henry Darcy de 1856 y los avances de la
cartografía geológica, y una vía popular o pseudocientífica, que aplicaba el arte de zahoríes a la
búsqueda de aguas. Ambos métodos siguen aplicándose hoy día.
Hay grandes disputas entre los mineros a propósito de la vara ahorquillada, porque algunos dicen que
es de gran ayuda para descubrir venas, y otros lo niegan.
Como descubrimos en la obra de Agricola, la vara era utilizada para descubrir las venas metálicas,
una utilidad hoy perdida por la mayor efectividad de la ciencia geológica en la exploración minera.
Así pues, la supervivencia del zahorí en la búsqueda de agua, más que por su propia efectividad, se
mantuvo por la inutilidad del modelo académico clásico en medios rocosos fisurados.
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Las rocas ígneas y metamórficas, –como los granitos y los neises de Galicia– son rocas impermeables,
y el agua en ellas se mueve a través de las fracturas, que en su conjunto constituyen un medio
discontinuo, por lo que la fórmula de Darcy no es aplicable y la aproximación matemática general
resulta muy compleja y de poca utilidad predictiva. La exploración de aguas en estos medios fisurados
requiere un conocimiento exhaustivo del terreno, justo el tipo de conocimiento que puede ofrecer una
larga experiencia de trabajo en una misma zona, como la de los poceros locales, a menudo también
zahories.
Las características del terreno y la general abundancia de agua sostienen este sistema de trabajo: por
un lado, los acuíferos de fisuración propios de los granitos y rocas metamórficas que forman el 90 %
del sustrato gallego presentan un comportamiento muy variable, al circular el agua a través de
delgadas fracturas cuya geometría es sumamente errática. Por otro lado, la abundancia de agua hace
que la probabilidad de dar con una fractura portadora sea relativamente alta. Así pues este sistema
equilibra los riesgos entre los clientes, ya que el pocero incluye su error estadístico en el precio medio
de perforación, recuperando a la larga las pérdidas de una mala racha de su método intuitivo, y por
ese pequeño sobrecoste el cliente se evita la posibilidad de tener que pagar cuatro pozos para tener
uno.
De todas formas, incluso en Galicia, no queda demasiado recorrido al arte zahorí. En los últimos años,
la creciente capacidad de los programas informáticos y el desarrollo de los métodos de exploración
geofísica de resistividad que permiten obtener imágenes del terreno son nuevas y potentes utilidades
al servicio de la exploración de aguas en acuíferos de fisuración. Por otro lado, conforme aumenta la
demanda de aguas subterráneas, los pozos se harán más profundos y los caudales exigidos mayores,
por lo que aumentarán los costes unitarios por pozo y disminuirá la probabilidad de un alumbramiento
casual. Entonces la experiencia del pocero ya no será garantía suficiente contra el riesgo de la
perforación.
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Podemos definir a los pozos de agua como una excavación subterránea vertical y cilíndrica, con el
objetivo de obtener agua subterránea para el uso familiar o industrial, o también para la exploración
y obtención de petróleo que será utilizado para un beneficio económico.
Las evidencias más antiguas de explotación minera del agua son un pozo de dos metros y medio de
diámetro y cuatro metros de profundidad excavado en Siria hace unos nueve mil años y otro de diez
metros de profundidad excavado en Chipre hace entre nueve y diez mil años. En Europa, el pozo más
antiguo -de trece metros de profundidad, en Alemania- se remonta a hace unos siete mil años, y
todavía se conservan maderas de su revestimiento interno. Hay que tener en cuenta que estos pozos
fueron excavados en los inicios del Neolítico y por tanto con herramientas de piedra, pues la Edad
del Bronce no comenzó hasta hace unos 5.500 años. En Daimiel, Ciudad Real, el pozo más antiguo
descubierto hasta el momento en España tiene dieciséis metros de profundidad y se remonta a hace
unos 4.200 años.
De los métodos de exploración de estos pozos, nada sabemos Los autores greco-romanos, que son los
que nos han dejado mayor número de noticias de la Antigüedad, hablaban a menudo de corrientes
subterráneas, a veces de magnitudes extraordinarias, que cruzaban continentes e incluso océanos para
manar en el fondo de los mares o las cumbres de las montañas. Pero más allá de estas concepciones
teóricas, poco escribieron del oficio concreto de buscar y aflorar el agua. El arquitecto romano Marco
Vitruvio, en su Arquitectura, fue el primero que abordó la cuestión de forma práctica, aconsejando lo
siguiente:
para buscar agua, te tumbas en el suelo al amanecer, con la barbilla apoyada en la tierra para limitar
la búsqueda a lo que puedas ver en tal posición. La encontrarás donde veas salir los vapores de la
tierra.
El seguimiento de las emanaciones vaporosas del suelo, más o menos sofisticado por Paladio
Casiodoro o Plinio, fue el método reproducido hasta el siglo XIX por todos los tratados como
principal metodología científica de exploración de aguas subterráneas. A partir de entonces, fue
olvidado por su alcance limitado a la exploración de manantiales superficiales
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Para extraer el agua de los pozos, ya sea para uso doméstico o comercial, deben utilizarse bombas
sumergibles que pueden ser adquiridas en Aquasistemas, se utilizan este tipo de bombas para no
realizar la difícil tarea de sacar el agua que se utilizará en el hogar o en trabajo agrícola.
¿Cómo se originan los pozos, quiénes fueron los primeros en realizar pozos?
Se tienen registro de varios lugares en los que hay pozos antiguos, sin tener una fecha exacta de su
elaboración. Pero lo que sí es indiscutible, es que estos primeros pozos de agua fueron realizados con
herramientas de piedra, entonces estos pozos fueron construidos en el periodo Neolítico.
Los pozos de agua más antiguos que se han encontrado son los de Siria y Chipre, el primero mide
alrededor de dos metros de diámetro y cuatro de profundidad, excavado hace más de nueve mil años;
el segundo, mide cerca de los 10 metros de profundidad, fue creado hace más de 10 mil años.
El concepto "agua subterránea", tiene su origen entre la época de esplendor greco-romana y el año
1400, siendo también en esos años cuando se construyen los primeros pozos de Arabia y los Khanats
de Persia; en este tiempo denominado Período de Especulación, el arquitecto romano Marco
Vitrubio estableció que el agua subterránea proviene de las infiltraciones de la lluvia y la nieve
(Campos, op. cit.) y que cuando ésta última se derrite a la altura de las montañas, se coloca hacia el
subsuelo y aparece o aflora a cierta distancia en forma de manantiales (Arreguín, 1998).
El primero en referirse a la exploración de aguas subterráneas es el arquitecto Marco Vitruvio Polión,
quien decía que, para encontrar fuentes de agua, bastaba con recostarse en el suelo y visualizarlo, y
ver si de él salía evaporación, como señal de que sí había agua. Esto sirvió posteriormente, como base
para la exploración de aguas subterráneas.
Entre los años 1400 a 1600 destacan las aportaciones de Leonardo da Vinci y Bernard Pelissy, quienes
lograron una correcta comprensión del Ciclo Hidrológico, especialmente a lo relativo a la infiltración
de la lluvia y al retorno del agua a través de manantiales (Campos, op. cit.); sin embargo, es hasta la
Edad Media que inicia la ciencia de la hidrología con los estudios de evaporación de Perrault y los de
infiltración de Marriotte, en los que se concluye que los manantiales eran alimentados por agua de
lluvia infiltrada hacia el subsuelo, demostrando el Ciclo Hidrológico (Arreguin, op. cit.).
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5.1. PRE-COLONIAL
Es en el siglo XVII cuando inician los primeros estudios de pozos artesianos; aunque de acuerdo con
Arreguín (op. cit.), el primer pozo artesiano se perforó en la ciudad de Artois, Francia en el año 1126,
de ahí su nombre.
Los dos siglos subsecuentes, XVIII y XIX conocidos desde el punto de vista hidrológico como
“Periodo de Experimentación” y “Periodo de Modernización” respectivamente, fueron fundamentales
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para el avance de la ciencia, pero la mayoría de sus contribuciones se presentaron en materia de aguas
superficiales, salvo las leyes de Darcy sobre el flujo de aguas subterráneas (Campos, op. cit.).
Con la revolución industrial y científica del siglo XIX, la exploración de aguas siguió dos vías: una
académica conforme a la aplicación de la Ley del francés Henry Darcy de 1856 y los avances de la
cartografía geológica, y una vía popular o pseudocientífica, que aplicaba el arte de zahoríes a la
búsqueda de aguas. Ambos métodos siguen aplicándose hoy día.
Hay grandes disputas entre los mineros a propósito de la vara ahorquillada, porque algunos dicen que
es de gran ayuda para descubrir venas, y otros lo niegan.
Como descubrimos en la obra de Agrícola, la vara era utilizada para descubrir las venas metálicas,
una utilidad hoy perdida por la mayor efectividad de la ciencia geológica en la exploración minera.
Así pues, la supervivencia del zahorí en la búsqueda de agua, más que por su propia efectividad, se
mantuvo por la inutilidad del modelo académico clásico en medios rocosos fisurados.
Las rocas ígneas y metamórficas, –como los granitos y los neises de Galicia– son rocas impermeables,
y el agua en ellas se mueve a través de las fracturas, que en su conjunto constituyen un medio
discontinuo, por lo que la fórmula de Darcy no es aplicable y la aproximación matemática general
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resulta muy compleja y de poca utilidad predictiva. La exploración de aguas en estos medios fisurados
requiere un conocimiento exhaustivo del terreno, justo el tipo de conocimiento que puede ofrecer una
larga experiencia de trabajo en una misma zona, como la de los poceros locales, a menudo también
zahories.
Las características del terreno y la general abundancia de agua sostienen este sistema de trabajo: por
un lado, los acuíferos de fisuración propios de los granitos y rocas metamórficas que forman el 90 %
del sustrato gallego presentan un comportamiento muy variable, al circular el agua a través de
delgadas fracturas cuya geometría es sumamente errática. Por otro lado, la abundancia de agua hace
que la probabilidad de dar con una fractura portadora sea relativamente alta. Así pues, este sistema
equilibra los riesgos entre los clientes, ya que el pocero incluye su error estadístico en el precio medio
de perforación, recuperando a la larga las pérdidas de una mala racha de su método intuitivo, y por
ese pequeño sobrecoste el cliente se evita la posibilidad de tener que pagar cuatro pozos para tener
uno.
De todas formas, incluso en Galicia, no queda demasiado recorrido al arte zahorí. En los últimos años,
la creciente capacidad de los programas informáticos y el desarrollo de los métodos de exploración
geofísica de resistividad que permiten obtener imágenes del terreno son nuevas y potentes utilidades
al servicio de la exploración de aguas en acuíferos de fisuración. Por otro lado, conforme aumenta la
demanda de aguas subterráneas, los pozos se harán más profundos y los caudales exigidos mayores,
por lo que aumentarán los costes unitarios por pozo y disminuirá la probabilidad de un alumbramiento
casual. Entonces la experiencia del pocero ya no será garantía suficiente contra el riesgo de la
perforación.
Podemos definir a los pozos de agua como una excavación subterránea vertical y cilíndrica, con el
objetivo de obtener agua subterránea para el uso familiar o industrial, o también para la exploración
y obtención de petróleo que será utilizado para un beneficio económico.
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CAPITULO III
CONCLUSIONES
7. CONCLUSIONES
Se conoció detalladamente cada una de las condiciones necesarias y fundamentales para la
extracción de agua subterránea, las cuales serán utilizadas en el curso de Hidrología II.
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CAPITULO IV
REFERENCIA BIBLIOGRÁFICAS
8. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
- Vélez, María. Hidráulica de Aguas Subterráneas. Universidad Nacional de Colombia.
1999. 2 Edición. Sede Medellín.
- EPA. Guía para la protección de las Aguas Subterráneas. 1990.
- Collazo, María. Manual de Agua Subterránea. Montevideo, Uruguay. 2012.
- Sociedad Geográfica de Lima. Aguas Subterráneas – Acuíferos. Lima, Perú. 2011.
- López, Juan. Las aguas Subterráneas. Instituto Geológico y Minero de España- 2007.
- Carlos Pagador Moya. Autoridad Nacional del Agua. 2009.
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