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Sistema de acompañamiento desde la

práctica, para las organizaciones de la


sociedad civil (OSC)

Versión Preliminar Francisco Javier Guerrero Anaya


Guadalajara, Jal., enero 2018
El mundo tiene que repensarse a sí mismo. Pero, como en toda época de crisis de los
grandes sistemas de creencia, el momento es por demás propicio para el desarrollo de la
charlatanería y las ideas baratas. Las sorpresas apenas comienzan.
Diego Petersen, En tres patadas, periódico el Informador, 1 de Julio de 2016.

“Las Organizaciones de la Sociedad Civil, OSC, son una característica viva y esencial en la
vida democrática de los países a lo largo y ancho del mundo. Las OSC colaboran con una
amplia diversidad de personas y promueven sus derechos. Como actores del desarrollo, se
caracterizan por ser voluntarias, diversas, no-partidistas, autónomas, no-violentas, y
trabajan por el cambio”.
Principios de Estambul para el desarrollo de la efectividad de las
OSC: Estambul, septiembre, 2010.

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Contenido

Introducción ....................................................................................................................................... 4
1. Justificación ............................................................................................................................... 6
1.1 Marco de referencia estratégico ..................................................................................... 6
1.2 Principales retos estratégicos de las OSC. ................................................................ 17
1.3 Principios estratégicos de la alianza ORGANIZACIONES CIVILES DE
SEGUNDO NIVEL , con las OSC ............................................................................................ 23
2. El desarrollo de las OSC ....................................................................................................... 28
2.1 Concepto y funcionalidad de la sociedad civil ........................................................... 28
2.2 Condicionantes del desarrollo de la sociedad civil y sus organizaciones ............. 35
3. Premisas del modelo de acompañamiento. ....................................................................... 42
3.1 La institucionalización del trabajo de las OSC. .......................................................... 45
3.2 La forma de medir la incidencia del trabajo de las OSC .......................................... 55
3.3 Acompañamiento desde la práctica: de la interacción de las OSC con la
comunidad y la sociedad civil en sentido amplio................................................................... 61
4. Características esenciales del modelo de acompañamiento .......................................... 64
4.1 Apuesta institucional de ORGANIZACIONES CIVILES DE SEGUNDO NIVEL . 64
4.2 Atributos deseados de las OSC, sujetas de acompañamiento ............................... 67
5. Consideraciones finales. ....................................................................................................... 71
5.1.- Con respecto al contexto social. ........................................................................................... 71
5.2.- Con respecto a las características y posibilidades de la sociedad civil y su organización
como actor político relevante con capacidad de incidencia. ........................................................ 77
Anexo Metodológico....................................................................................................................... 82
Anexo Entrevistas........................................................................................................................... 83
Bibliografía Consultada ................................................................................................................. 84

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Introducción
El desarrollo de las organizaciones de la sociedad civil (OSC), constituyen un
referente fidedigno del grado de madurez que alcanzan los sistemas democráticos
en el mundo.

Durante los lustros que preceden el trabajo de las OSC, inicialmente ha resultado
significativo y trascendente en términos de la generación de un modelo alterno de
atención a los problemas más sustantivos de los grupos vulnerables de la sociedad.
Pero en la medida que los paradigmas del desarrollo se replantearon y se agotaron
viejas fórmulas de encarar los desafíos por parte del Estado, el papel de los actores
sociales cobro una relevancia inaudita. Pronto se asumió que el papel de la
ciudadanía, era fundamental, para plantearse respuestas más allá de la
temporalidad de las intervenciones de corte gubernamental, irremediablemente
sujetas a las preferencias ideológicas o más recientemente a las disponibilidades
presupuestales.

A estas condiciones del entorno, se sumaron nuevos retos, propios del trabajo de
las OSC, que tenían que ver tanto con el contenido de sus propuestas, como con la
consistencia de sus intervenciones. Como se plantea en el cuerpo de este
documento, entonces la intervención no se sujetaba simplemente a un desembolso
de recursos, sino a establecer la incidencia real del trabajo de los actores sociales,
en pos de minimizar las carencias manifiestas de los sujetos menos favorecidos en
términos socioeconómicos.

En este tenor se inscribe la formulación de este modelo de acompañamiento de las


OSC, respecto de cómo acrecentar conjuntamente entre diversos actores sociales,
una incidencia manifiesta en el trabajo comunitario.

Este documento consta de cuatro apartados: un primer capítulo refiere al marco de


referencia estratégico, a partir del cual Organizaciones civiles de segundo nivel , se
propone interactuar, con las OSC, desde una perspectiva colaborativa y de mutuo
respeto a principios y personas.

Un segundo apartado da cuenta de la asociación estratégica que se proyecta


desarrollar entre el sector empresarial y las OSC, en el estado de Jalisco, mediado
por el trabajo mediador de ORGANIZACIONES CIVILES DE SEGUNDO NIVEL .

La tercera sección plantea cómo es factible fortalecer el trabajo de las OSC, a partir
de principios comunes de observancia general, que redunden en una mayor eficacia
de las acciones desarrolladas.

Finalmente, un último apartado hace referencia a los criterios básicos a que se


sujetaran las OSC participes de este proceso.

Para ORGANIZACIONES CIVILES DE SEGUNDO NIVEL , es esencial que las


OSC, transiten de realizar un trabajo fundado en la buena voluntad, a una

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profesionalización de sus intervenciones caracterizada por la institucionalización y
sistematización de sus procesos, que pasa por la profesionalización de sus
integrantes.

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1. Justificación
1.1 Marco de referencia estratégico
En Organizaciones civiles de segundo nivel nos asumimos como una organización
–de y para la ciudadanía-, capaz de ajustarse y adelantarse a los tiempos, y
establecemos como nuestra visión de futuro el participar de manera activa y
propositiva en la construcción de
“Una comunidad donde todas las personas tengamos
condiciones similares para acceder a las mismas oportunidades
para nuestro desarrollo”.

En nuestra misión nos definimos de la siguiente manera:


“Somos una fundación que genera posibilidades para la
participación activa y corresponsable en el desarrollo de nuestra
comunidad”.

Desde esta perspectiva nuestra principal motivación y apuesta central es que:


Buscamos generar vinculaciones y alianzas estratégicas de colaboración entre
organizaciones de la sociedad civil (OSC) y los demás actores sociales, a fin de
contribuir a empoderar a las poblaciones y beneficiar a nuestra comunidad.

Como una organización de proximidad con la ciudadanía y sus procesos, nos anima
empujar una cultura de la solidaridad y reciprocidad comunitaria, donde los actores
actúen permanentemente en favor de sus y por sus intereses comunes.

¿Qué nos anima actuar de esta forma? la decisión de influir en la construcción de


un futuro sostenible para la sociedad civil, desde una perspectiva amplia, a través
de un sentido de responsabilidad social compartida, como un camino indispensable
para tomar a conciencia la urgente necesidad de que todos emprendamos acciones
para inspirar la evolución positiva y propositiva de la sociedad civil, al buscar y
ofrecer soluciones inéditas, ante la magnitud de los desequilibrios sociales,
ambientales y económicos que enfrenta nuestra comunidad. Se trata de hacer frente
a las múltiples crisis y sus manifestaciones, que enfrentamos en los distintos
ámbitos de la vida social y que pueden traducirse en una crisis civilizatoria que invita
a una trasformación social positiva, consiente y proactiva articulando a diferentes
actores y agentes del desarrollo para el impulso de una sociedad activa, consiente
y participativa.

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Figura 1
Apuestas centrales del modelo.

Toma de conciencia de la urgente necesidad


para emprender acciones que inspiren la
evolución positiva y propositiva de la sociedad
civil.

Busqueda de
Construir un futuro soluciones inéditas, que
Articular a diferentes
sostenible para la respondan de manera
actores y agentes del
sociedad civil, desde efectiva frente ala
desarrollo para el
una perspectiva magnitud de los
impulso de una
amplia, a través de desequilibrios sociales,
sociedad activa,
un sentido de ambientales y
consiente y
responsabilidad económicos que
participativa.
social compartida. enfrenta nuestra
comunidad.

Para hacer frente a las múltiples crisis


y sus manifestaciones, que
enfrentamos en los distintos ámbitos
de la vida social y que pueden
traducirse en una crisis
civilizatoriaque invita a una
trasformación social positiva.
consiente y proactiva

Fuente: Construcción propia.

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Desde su origen ORGANIZACIONES CIVILES DE SEGUNDO NIVEL se ha
propuesto identificar los problemas que cotidianamente viven las OSC dedicadas al
bienestar comunitario, con el propósito de atender sus necesidades, dotándolas de
las técnicas y herramientas de gestión y de liderazgo, que les aporten soluciones y
que de manera congruente a sus capacidades, aseguren su permanencia en el
tiempo; hoy también visualizamos la necesidad de fortalecer las capacidades de las
OSC que, por su grado de consolidación, su evolución hacia nuevas maneras de
ser y de hacer, tienen mayores y mejores resultados e impactos en la construcción
de procesos de empoderamiento social orientados a la trasformación positiva de las
condiciones de vida de la comunidad, a partir de la institucionalización de su trabajo,
que pasa indudablemente tanto por la profesionalización de su actuar, como por la
transparencia en su operar.

En este sentido, asumimos que actualmente la sociedad civil, ante el descredito del
Estado, se constituye más como un actor y un referente social, político y cultural,
que en una acepción jurídica a la cual ha querido ser confinada. Actúa por la
necesidad apremiante de atender los rezagos acumulados de décadas de
desatención pública, principalmente gubernamental, que produjo el modelo de
expansión económica, el sistema político y la cultura clientelar.

A partir de estas reflexiones, postulamos que la sociedad civil organizada es un


actor clave del desarrollo; consideramos que su papel es único e insustituible en tal
quehacer. El origen y naturaleza de las OSC están directamente relacionados con
la atención a los problemas sociales, proporcionando servicios en ámbitos
complementarios y, en ocasiones, suplementarios a los estatales. Es el actor
ciudadano, que se acerca, conoce y visibiliza las necesidades, deseos, inquietudes
para sumar voluntades de personas y grupos de base y los traducen en proyectos
viables basados en el empoderamiento comunitario.

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Figura 2
Ciclo para el abordaje de la problemática social relevante desde las OSC

Atención a problemas sociales


relevantes con base en el
empoderamiento comunitario

Cercania y conocimiento
Se traducen en proyectos para una adecuado
viables análisis y comprensión de
la problematica social

Suma voluntades de visualiza necesidades,


personas y grupos de base deseos e inquietudes de
para actuar de manera las personas en
conjunta comunidad

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Fuente: Construcción propia.
De ahí nace el propósito como ORGANIZACIONES CIVILES DE SEGUNDO NIVEL
de impulsar el desarrollo y permanencia de proyectos sociales viables e
innovadores, transfiriendo habilidades y capacidades a los miembros de las OSC,
para la realización de su trabajo de manera profesional, responsable y efectiva, con
resultados tangibles e intangibles que tengan impactos significativos en la
trasformación social incluyente. Como ya se dijo, le apostamos a la consolidación
institucional de las organizaciones civiles dedicadas al bienestar comunitario, es
decir, a aquellas que atienden las problemáticas de base relacionadas al desarrollo
en sus múltiples facetas.

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Figura 3
Propósitos de los procesos para la consolidación de las OSC.

•Trabajo Impactos •Consolidación


Trasfetencia profesional, institucional
Desarrollo y significativos de las OSC
permanencia •Viables de responsable en la •Bienestar
de proyectos •Innovadores y efectivo trasformación
habilidades y •Resultados comunitario y
sociales capacidades social desarrollo en
tangibles e
intangibles
incluyente sus multiples
facetas.

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Fuente: Construcción propia.

El modelo de interacción y acompañamiento que pretendemos impulsar apuesta por


que ORGANIZACIONES CIVILES DE SEGUNDO NIVEL sea un espacio
deliberativo de la sociedad civil organizada, que facilite la articulación de actores
clave para el desarrollo de alternativas viables de trasformación social. La
concurrencia de actores, de naturaleza pública o privada, se finca hoy en día, en
gran medida en la capacidad que posean los agentes de la sociedad civil, de dar
respuesta a las demandas de la comunidad con pertinencia. Es preciso pensar en
una apuesta institucional, de y para la sociedad civil, que sume, no desplace, menos
excluya.

Nos basamos en el diálogo de saberes para generar el intercambio significativo de


prácticas alternativas de incidencia trasformadora, poniendo en juego la acción
inteligente y colaborativa de la ciudadana para resolver problemas sociales,
generando, entre otros, capital comunitario y se amplían las posibilidades de
acción de los integrantes de las OSC por ello pretendemos el desarrollo autónomo
de las OSC y el impuso a procesos de construcción de un efectivo empoderamiento
social y ciudadano, a cargo de la propia sociedad civil para auspiciar el desarrollo
comunitario.

Simultáneamente se trata de impulsar alternativas innovadoras que faciliten la


convivencia social, a la par que se atienda el cuidado del medio ambiente con
equidad, justicia y solidaridad basado en la organización y la cooperación
comunitaria, para la construcción de entorno pacifico, sustentable y sostenible que
genere el bien vivir.

Una de las apuestas centrales de ORGANIZACIONES CIVILES DE SEGUNDO


NIVEL es el fortalecimiento o el impulso a la institucionalización de las OSC, se
trata de jugar y colaborar, con las OSC ya consolidadas para potenciar sus
resultados e impactos y de construir, junto con ellas, espacios para la generación
de conocimientos e innovaciones sociales, para así evidenciar los efectos de su
interacción social. El planteamiento implica ir más allá de lo instrumental para dar
un paso a la esencia de ORGANIZACIONES CIVILES DE SEGUNDO NIVEL como
espacio articulador de la sociedad civil organizada y como un especialista en el
acompañamiento de una gestión innovadora para el desarrollo y la construcción
comunitaria.

En términos organizacionales se pretende dotar de competencias a las OSC para


que tengan las siguientes capacidades estratégicas:
 Anticipar el futuro y actuar en consecuencia como un actor estratégico de la
trasformación social.
 Estructurar el funcionamiento institucional y los modelos de toma de decisión,
en función de la construcción del futuro deseado.
 Desarrollar procesos de mejora continua y de innovación orientados a la
generación de valor social.

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 Identificar acciones para incrementar su efectividad e impacto social
(alcance, resultados, impactos).
 Crecer, expandir y consolidar servicios y procesos orientados a dar
autonomía a las comunidades sujetas de su participación.
 Articular esfuerzos y constituir redes de colaboración (capacidad de
asociatividad)

Figura 3
Competencias a lograr con la aplicación del modelo.

Anticipar el
futuro

Articular Estructura
esfuerzos y funcional para
costruir redes una adecuada
de toma de
colaboración decisiones

Crecimiento, Procesos de
expansión y mejora
consolidación continua e
de servicios innovación
Acciones para
incrementar
su
efectiviadad e
impacto social

Fuente: Construcción propia.

Todo ello para lograr:


 Su permanencia en el tiempo (sostenibilidad).
 Cumplir con su responsabilidad social y transparencia fiscal.
 Su sustentabilidad financiera y ambiental.
 Su visibilidad como OSC y de los asuntos socialmente relevantes en que
participa para la búsqueda de soluciones estructurales de largo aliento.
 Incidencia y relevancia pública.

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Figura 4
Logros esperados para las OSC

permanencia en el
tiempo
(sostenibilidad).

Cumplir con su
Incidencia y
responsabilidad social
relevancia pública.
y transparencia fiscal.

Su visibilidad como
OSC y de los asuntos
socialmente
relevantes en que
Su sustentabilidad
participa para la
financiera y ambiental
búsqueda de
soluciones
estructurales de
largo aliento.

Fuente: Construcción propia

Se trata de acompañar la consolidación de OSC que tengan una disposición a


cambios significativos para que:
 Tengan una misión con un propósito transformativo amplio y masivo.
 Hagan uso de procesos y tecnologías que permitan una colaboración efectiva
y contributiva al propósito específico de la organización.

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 Cuenten con personas y equipos multidisciplinares que visualicen la
complejidad de la realidad social a trasformar.
 Operen con una autoridad distribuida y empoderada tanto a su interior como
hacia las comunidades con quienes interactúan como sujetos de procesos
autogestivos.
 Desarrollen la capacidad de auto-regularse y de construir mecanismos de
auto regulación en las comunidades.

Al desarrollar estos atributos organizacionales se busca potenciar su consolidación


y crecimiento.

Figura 5
Cambios a instrumentar en las OSC

Misión
trasformadora
y amplia

Aplicación de
procesos y
Capacidad tecnológias para
autoregulatoria la colaboración
efectiva para el
Potenciar la logor del
consolidación y proposito.
crecimiento de las
OSC

Autoridad
Equipos
distribuida y
multidiciplinares
empoderamieto
que visualizan la
interno y
complejidad de la
comunitario
realidad a
efectivo
trasformar

Se trata entonces de que, con base en nuestra misión, instrumentemos el siguiente


proceso:

Impulsar procesos de consolidación organizacional de las OSC para incrementar


sus resultados e impactos en la construcción de comunidad y esto permita elevar
las condiciones comunitarias hacia la participación social y el desarrollo. Se
pretende generar conocimientos a partir de la sistematización y evaluación de las

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buenas prácticas organizacionales y comunitarias para mejorar los procesos de y
así contribuir al cumplimiento de nuestra misión: "Somos una fundación que genera
posibilidades para la participación activa y corresponsable en el desarrollo de
nuestra comunidad”.

Figura 6
Proceso de Fortalecimiento o Institucionalización de las OSC

Y así contribuir al
Generando cumplimiento de
conocimientos a nuestra misión:
Para elevar las partir de la "Somos una
condiciones sistematización y fundación que
comunitarias evaluación de las genera posibilidades
Impulsar procesos hacia la buenas prácticas para la participación
de consolidación participación organizacionales y activa y
organizacional de las social y el comunitarias para corresponsable en el
OSC para desarrollo. mejorar los desarrollo de nuestra
incrementar sus procesos de comunidad”.
resultados e consolidación.
impactos en la
construcción de
comunidad.
Fuente: Construcción propia con información de: ORGANIZACIONES CIVILES DE SEGUNDO NIVEL

Sin lugar a duda, la construcción de OSC sólidas, constituye el punto de partida


para expandir la incidencia y profundización de los procesos de interacción social;
herramientas más adecuadas e intervenciones más puntuales, que garanticen el
retorno de las inversiones sociales, es decir, que exista una certidumbre de los
impactos positivos de las acciones de las OSC en la vida de las comunidades.

En este sentido, para ORGANIZACIONES CIVILES DE SEGUNDO NIVEL evaluar


es una parte primordial. Valorar los impactos de nuestra práctica, permite una
retroalimentación constante del ejercicio (desde su diseño, implementación,
resultados e incidencias) y así, la toma de decisiones para la mejora continua y un
trabajo más efectivo. Responde además a nuestro deber de transparencia y
rendición de cuentas sobre el desempeño de ORGANIZACIONES CIVILES DE
SEGUNDO NIVEL hacia nuestros aliados y públicos de interés, ya que somos
sujetos de una vigilancia cruzada de los distintos actores con quienes trabajamos,
que nos permite recibir retroalimentación constante y efectiva para la mejora de
nuestro desempeño institucional.

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Finalmente consideramos que lo anterior, es un aporte que contribuye a ampliar el
conocimiento, la reflexión y los esfuerzos de medición sobre el fortalecimiento
institucional de las OSC, a nivel nacional, tan necesario en nuestros días.

1.2 Principales retos estratégicos de las OSC.


Más allá de la intencionalidad en el discurso y la práctica que se reconoce, la
capacidad de respuesta de las OSC, no se limita simplemente a acumular y ejercer
recursos de toda índole. Hasta hace algunos años, referirse a las capacidades
institucionales, desde el punto de vista organizacional, era hacer alusión tanto a la
calidad del talento humano de que disponían las organizaciones; así como a la
capacidad de respuesta operativa y financiera alcanzada. Por lo tanto, la capacidad
institucional, se circunscribía a la disponibilidad de capitales humanos, materiales y
financieros, con que contaban las organizaciones para desarrollar sus funciones en
entornos sociopolíticos concretos.

Con la evolución propia del mundo organizacional y la especificidad creciente de las


actividades de las OSC, la lógica imperante se modificó; se impuso una nueva
perspectiva para determinar las capacidades institucionales. De esta forma cobró
relevancia la lógica que opera entre el discurso y la práctica social, que pasa por la
definición de principios y el desarrollo de una cultura organizacional sólida; a partir
de estos supuestos, es como se sustenta cualquier acompañamiento que procure
modificar positivamente el entorno de los grupos sociales. De tal forma que la
intensión en el discurso, se construye tanto con la efectividad organizacional, como
la pertinencia del proyecto o programa que redunda finalmente en efectividad del
acompañamiento. De tal forma que entonces la intencionalidad en el discurso, se
traduce en capacidad de respuesta en la práctica social.

La conexión discurso y práctica social, entre proyectos, programas y organizaciones


resulta bidireccional, incidiendo tanto en las organizaciones anfitrionas, como en las
entidades cooperantes; por ejemplo, si se carece de un fuerte y claro sentido de
vinculación institucional, el grado de eslabonamiento resulta débil, dando como
resultado barreras sistémicas que se interponen a la efectividad de la acción. Desde
esta perspectiva la capacidad de respuesta interinstitucional, se ve supeditada a
dos elementos: primero lo que pudiéramos denominar principios de acción que se
sintetizan en el discurso (el qué hacer) y en la práctica social, que se formaliza en
la interacción, con la asertividad de las partes por modificar las barreras
organizacionales y sistémicas que se interponían con la efectividad del discurso
(Quinn, 1999, 4-5).1

1
Disponible en: preval.org/documentos/desarrollo_organizacional_y_evaluacion.doc (accesado el día 24 de
mayo de 2016).

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Figura 7
Nueva lógica para el desarrollo de las capacidades institucionales.

Principios de acción que se


sintetizan en el discurso (el qué
hacer) y la practíca social

Superación de las barreras


sistémicas para lograr la efectividad La asertividad de las partes por
del discurso en la práctica social, modificar las barreras
que sistematizada y evaluada organizacionales y sistémicas
aportan a renovar el discurso.

Fuente: : preval.org/documentos/desarrollo_organizacional_y_evaluacion.doc

Con esto podemos advertir que la capacidad de respuesta, es mutual, toda vez que
los actores concurrentes, interactúan y se benefician recíprocamente, de la
eficiencia del otro. De esta forma, se debe pensar que se requiere de un
fortalecimiento simultáneo de los proveedores y destinatarios, que puede distar en
el contenido y la intensidad. De ahí, se desprende la importancia que en torno al
desarrollo de los OSC (proveedores y destinatarios) es fundamental la construcción
colectiva del discurso, la acción y la recuperación de la práctica. Ya que si bien se
ubican o mejor dicho intervienen desde perspectivas diferentes y les animan en
ocasiones objetivos diferenciados, su núcleo de acción es el mismo.

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Las limitantes organizacionales entonces, constituyen un factor determinante para
que no se transite de la idea a la acción, o se haga de forma poca efectiva; está
última circunstancia, pocas veces reconocidas por los propios actores sociales, al
prevalecer el buen deseo, sobre el rigor de la práctica profesionalizada. Otro
condicionante para el desarrollo óptimo de las capacidades institucionales, pocas
veces advertido es el acompañamiento desarticulado del discurso, es decir, la
acción sin referente, que no produce ningún resultado.

A partir de la puesta en común de una serie de principios que guíen el proceso de


acompañamiento propuesto, que se sintetizan en:
 La creatividad, para generar cambios y propuestas innovadoras que permitan
exponenciar los resultados e impactos de las organizaciones civiles en pro
de los propósitos enunciados.
 La empatía que nos permite identificarnos con las causas sociales que
abanderan las OSC y por tanto ser agente articulador de acciones entre
actores clave del desarrollo y la participación comunitaria, al permitir un
reconocimiento mutuo y consiente del otro.
 La integridad que le garantiza a nuestros socios, asociados y aliados
estratégicos construir relaciones de confianza, reciprocidad y cuidado mutuo
de nuestra reputación.
 La transparencia y rendición de resultados para con la sociedad civil, como
condición sine qua non, no es posible pensar la construcción de la confianza
y el compromiso social.

ORGANIZACIONES CIVILES DE SEGUNDO NIVEL se propone deliberar sobre


una serie de retos estratégicos, a saber, que tienen como finalidad:
a) Cambiar la cultura actual sobre el papel de la sociedad civil organizada,
construyendo confianza desde los distintos públicos de interés.
La concepción sobre el papel de las organizaciones civiles se reduce, en el mejor
de los casos, a contemplarlas como un canal de expresión social para la generación
de soluciones inmediatas y de corto plazo a los problemas de las personas
vulnerables y que requieren de atención especial; si bien se trata en primera
instancia, de una medida sustitutiva2, que atenúa lo que el gobierno deja de hacer,
también debe avizorarse que se trata de una acción encauzada de la sociedad civil,
para restablecer el equilibrio entre actores, por lo cual la sociedad civil organizada
debe entenderse como uno de los actores clave para el desarrollo y la trasformación
social, hasta ahora se dice que un motor clave del desarrollo es la triple hélice, que
implica la integración del gobierno, las instituciones de investigación y educación

2
Es importante reflexionar que si bien una manera de abordar el quehacer de las OSC es que estas contribuyen
a resolver problemas sociales que el Estado no atiende, o las atiende de manera parcial, las OSC enfrentan,
también, al gran reto de resarcir situaciones que la intervención gubernamental genera, y que en gran medida
se han traducido en problemas graves de descomposición y deterioro del tejido y la cohesión social, derivado,
entre otros fenómenos de las prácticas clientelares, la discrecionalidad en la aplicación de recursos públicos,
entre otros fenómenos, lo que implica una tarea de mayor envergadura para la sociedad civil organizada.

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superior y las industrias, sin embargo se ha reflexionado sobre la necesidad de que
se sume una hélice más que es la sociedad civil organizada3.

Un quehacer fundamental de ORGANIZACIONES CIVILES DE SEGUNDO NIVEL


es la construcción de relaciones de confianza entre los distintos actores que
inciden en el desarrollo deseado, por ello, es necesario establecer los mecanismos
de trasparencia y rendición de cuentas, la justa reciprocidad entre los actores4 y
los públicos de interés para garantizar los enlaces y acciones consistentes,
pertinentes y efectivos para el mantenimiento de los mismos, y así poder incidir en
mayor medida en la trasformación social positiva basada en la justicia, la
igualdad de oportunidades, y la construcción de condiciones para un desarrollo
sostenido y sustentable, esto deberá tener como consecuencia el fortalecimiento
de la reputación y el prestigio de las organizaciones civiles que obtienen su
legitimidad y el mutuo reconocimiento por los resultados e impactos que generan y
porque han logrado desarrollar una conciencia en acción como un actor relevante
en la vida social y como un sector de vital importancia para el desarrollo.

3
Un sistema de innovación formado sólo por la universidad, el gobierno o la industria necesariamente será sólo
una fuente limitada de ideas e iniciativas. De acuerdo con Etkowitz (2008) “una sociedad civil floreciente de
individuos y grupos organizando, debatiendo y tomando iniciativas libremente fomenta diversas fuentes de
innovación”. Así que una pregunta que nos hacemos en este artículo es por qué las organizaciones de la sociedad
civil (OSC) no se incluyen en los mecanismos institucionales que hacen posible el desarrollo de nuevas formas
de producción de conocimiento para hacer frente a los problemas más graves del planeta. Esta cuestión no se
ha explorado de forma significativa en la discusión del actual modelo de triple hélice. Por lo tanto, el autor
sugiere la inclusión de una nueva hélice, las OSC (el tercer sector), en el actual modelo de triple hélice para la
interacción entre distintas esferas, creando una nueva cuádruple hélice. La intención de tal asociación sería
resolver el “desafío cada vez más complejo que supera las capacidades de cualquier sector único” (Kolk, Tulder
y Kostwinder, 2008).
4
La justa reciprocidad se relaciona con el hecho de que cada parte que interviene en el proceso de
trasformación social contribuye al desarrollo institucional y comunitario de la sociedad civil de acuerdo a sus
capacidades y sus posibilidades, es decir… a cada quien de acuerdo a sus capacidades de cada quien de
acuerdo a sus necesidades, se trata de que las contribuciones sean claras en función de participar activamente
en la trasformación social deseada.

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Figura 8
Principios para la configuración del nuevo rol de las OSC.

• Mecanismos de • Enlaces y acciones


trasparencia y consistentes,
rendición de pertinentes y
cuentas. efectivas.

Construcción de Reciprocidad
relaciones de justa entre los
confianza actores

Fortalecimiento Transformación
de la Reputación social positiva
y el prestigio de
las OSC
• Legitimidad y
mutuo • Justicia, equidad,
reconocimiento inclusión para el
basados en desarrollo
resultados e sostenible y
impactos. sustentable.

Fuente: Elaboración propia.

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b) Impulsar la asociación estratégica entre entes económicos y OSC, que
responda a las necesidades sociales y de los actores involucrados,
generando cambios culturales, interacción y comprensión mutua.
Las asociaciones estratégicas requieren de procesos de armonización de intereses
y del reconocimiento del otro a propósito de la atención a problemáticas y
necesidades comunitarias relevantes, implican un nivel de conciencia social y un
dialogo constructivo de percepciones y saberes en relación a las trasformaciones
de las relaciones sociales en función de una visión común.

Retomando lo dicho con anterioridad, se trata de sumar, no restar esfuerzos; toda


vez que las problemáticas existentes, no son ajenas a nadie, e inciden en el conjunto
de la sociedad desde diversas perspectivas. La comunión de Estado, mercado y
sociedad es indisoluble, lo que se trata de atemperar excesos y el actuar en perjuicio
del otro; sin un sano equilibrio, el funcionamiento de la sociedad civil y sus actores,
se ve limitado, no debemos perder de vista que en esta interacción entre los actores
y factores enunciados se debe contemplar el manejo adecuado de los recursos
naturales desde la perspectiva del desarrollo sustentable. (Para un análisis más a
detalle al respecto ver anexo 1)

c) Contribuir a la profesionalización de las OSC a través del desarrollo de


su capital humano.
El cambio de época exige el desarrollo del talento humano que aplique su
capacidad para generar respuestas efectivas frente a los cambios significativos del
entorno, y sobre todo, los retos que la problemática social nos plantea, implica
también el impulso de un renovado comportamiento organizacional para
adelantarse a la dinámica acelerada que exige el cambio de época: de la era
industrial a la era del conocimiento, donde el talento humano es el principal activo
de la organización y el empoderamiento social es una fuente permanente de impulso
para la trasformación, con conciencia social.

Sin duda este constituye el mayor reto de la profesionalización de las OSC, la


construcción de intangibles como las capacidades, la especialización del recurso
humano y la construcción del conocimiento, determinará en gran medida la
permanencia de las mismas.

d) Incidir en los marcos legales y fiscales hacia un entorno favorable para


el desarrollo de la sociedad civil y sus impactos en la acción pública.
La incidencia en la regulación legal y fiscal para el desarrollo de la sociedad civil
organizada exige la definición de incentivos claros y no temporales, que permitan
una mayor y mejor captación y aplicación de recursos privados destinados a la
incidencia en la vida pública vía el apoyo, fomento y profesionalización de las
organizaciones de la sociedad civil con una adecuada transparencia y rendición de
cuentas.

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Si bien en la Ley contempla, con sus limitaciones, estos procesos, los mecanismos
existentes no son accesibles al grueso de las OSC, tanto por lo complejo de los
procedimientos, como por lo limitado de su capacidad institucional de gestión.

1.3 Principios estratégicos de la alianza ORGANIZACIONES CIVILES DE


SEGUNDO NIVEL , con las OSC
La alianza entre actores, es básicamente un acuerdo de voluntades entre
particulares, que, en base a puntos de coincidencia, establecen compromisos
mutuos de hacer y no hacer. Bajo esta premisa ORGANIZACIONES CIVILES DE
SEGUNDO NIVEL , propone una serie principios y compromisos (Enunciativos, más
no limitativos) para establecer alianzas estratégicas con las OSC sujetas del
proceso de acompañamiento, propuesto, en torno a 4 (cuatro) principios y
compromisos básicos, que formalizan esta alianza:
Principio y compromiso 1. Alianza fundada en la horizontalidad
(igualdad), la confianza, la inclusión y la capacidad mutua: Las alianzas
entre ORGANIZACIONES CIVILES DE SEGUNDO NIVEL y las OSC se
fundan en el principio de una relación horizontal entre las partes que, si bien
se reconocen mutuamente como instituciones diferentes, se encuentran en
un plano de igualdad en la promoción de los mismos objetivos de desarrollo,
en sus distintos niveles y ámbitos de incidencia. La relación se basa en la
premisa de una confianza mutua que debe ser construida por ambas partes
basada en los hechos. Exige una adecuada rendición de cuentas y la
definición precisa del sentido de la alianza. ORGANIZACIONES CIVILES
DE SEGUNDO NIVEL le puesta en el mejoramiento de la confianza con las
OSC que comparten sus objetivos y por tanto busca la adecuada y
apropiada reciprocidad basados en acuerdos en donde todos los actores
que intervienen obtienen beneficios.

La contribución esencial de ORGANIZACIONES CIVILES DE SEGUNDO


NIVEL al desarrollo de la capacidad de las OSC continúa siendo la piedra
fundamental de su enfoque del desarrollo y la colaboración. Pues se asume
que en la medida que los actores del desarrollo, se fortalecen, la incidencia
de los mismos se profundiza.

Principio y compromiso 2. Reconocimiento de las obligaciones como


responsable del cumplimiento de los deberes: Al adoptar principios y
políticas, respecto a la salvaguarda de derechos humanos, en
ORGANIZACIONES CIVILES DE SEGUNDO NIVEL reconocemos
nuestras obligaciones como responsables del cumplimiento de nuestros
deberes, tanto frente a los miembros de las instancias internas que nos
mandatan, como para el apoyo la efectividad de sus contribuciones a la vida
pública y hacia las comunidades sujetas de la acción de las OSC como
actores legítimos de su desarrollo autogestivo.

Concomitantemente, la interacción con las OSC es un deber y no una


opción para el ORGANIZACIONES CIVILES DE SEGUNDO NIVEL en
todos los niveles de su tarea. En ORGANIZACIONES CIVILES DE

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SEGUNDO NIVEL estamos comprometidos a fortalecer a las OSC y las
comunidades que atienden como expresiones de su derecho al desarrollo y
no simplemente por causa de una conveniencia institucional.

Principio y compromiso 3. La negociación y la institución de un


programa mutuo con responsabilidad.
Las relaciones de compromiso con las OSC deben basarse en el principio
de la negociación hacia un interés común que reconozca la
complementariedad de las funciones, y que no sea una mancomunión para
compartir responsabilidades institucionales. Cada una de las partes es
responsable en lo particular de su comportamiento ante sus órganos de
gobierno o sus miembros. Sin imponer su propio programa,
ORGANIZACIONES CIVILES DE SEGUNDO NIVEL está comprometido a
buscar sectores de acción mutua que respeten los programas de las OSC
y las comunidades en las que se encuentra trabajando para fortalecer sus
capacidades y por tanto ampliar sus posibilidades de incidencia en la
trasformación social con resultados e impactos tangibles e intangibles
acordes a la visión de desarrollo que se comparte.

Principio y compromiso 4. Reconocimiento a la heterogeneidad.


ORGANIZACIONES CIVILES DE SEGUNDO NIVEL reconoce que las
OSC son, por su propia naturaleza, heterogéneas. Esta diversidad tiene un
valor considerable para el desarrollo que no debería ser "homogeneizado"
por la relación de la OSC con ORGANIZACIONES CIVILES DE SEGUNDO
NIVEL . A este fin, ORGANIZACIONES CIVILES DE SEGUNDO NIVEL
adopta el principio de respeto de la diversidad de la OSC. En
ORGANIZACIONES CIVILES DE SEGUNDO NIVEL estamos
comprometidos con mejorar nuestro propio conocimiento y capacidad para
diferenciar entre OSC al tiempo que adopta prácticas para que, a partir de
reconocer las diferencias, se respeten y se asuma que cada OSC sigue un
proceso distinto, elige sus caminos para generar y construir su propia y
apropiada contribución al desarrollo.
Figura 9
Principios y compromisos que orientan las alianzas estratégicas.

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Horizontalidad
(igualdad), la
confianza, la
inclusión y la
capacidad
mutua

Reconocimiento
de las
Reconocimiento a obligaciones
la heterogeneidad
Alianzas estratégicas como responsable
del cumplimiento
de los deberes

La negociación y
la institución de
un programa
mutuo con
responsabilidad

Fuente: Construcción propia.

De conformidad con su mandato, su posición institucional, ORGANIZACIONES


CIVILES DE SEGUNDO NIVEL reconoce la problemática y el valor añadido de
diferenciarse a sí mismo intelectualmente. Con tal finalidad, en ORGANIZACIONES
CIVILES DE SEGUNDO NIVEL estamos comprometidos a ser una voz distintiva y
un actor del desarrollo humano basado en los derechos humanos, perfeccionando
continuamente las bases analíticas de nuestro pensamiento y del establecimiento
del diálogo respetuoso con todos sus colaboradores interesados. En
ORGANIZACIONES CIVILES DE SEGUNDO NIVEL también estamos

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comprometidos a aplicar métodos de trabajo que sean distintivos y que se
aprovechen plenamente sus ventajas, tales como el enfoque de persona a persona,
el conocimiento sobre las OSC y los procesos locales, y su capacidad para facilitar
una interacción constructiva entre una serie de grupos de interés en el desarrollo
sostenible y sustentable desde la sociedad civil organizada.

En su conjunto, estos cuatro principios y compromisos, conducen a


ORGANIZACIONES CIVILES DE SEGUNDO NIVEL y a las OSC, a formalizar una
alianza estratégica, sobre el entendido que el desafío fundamental, lo constituye
lograr un cambio de las relaciones orientadas por proyectos de fortalecimiento
institucional hacia una alianza estratégica que tiene múltiples implicaciones y que
demanda:
 Una mutua identificación en la misión, la visión y los principios y convicciones
entre las partes: reconociendo las diferencias, se comparte la esencia y la
identidad.
 Desarrollo e implementación de la capacidad dialógica como método de
interacción constructiva entre las partes y con otros actores del desarrollo
articulados a la vida comunitaria y el desarrollo local.
 Disposición a compartir la esencia y la práctica del quehacer tanto de
ORGANIZACIONES CIVILES DE SEGUNDO NIVEL como de la OSC como
materia evaluable, recuperable de manera significativa y como parte del
proceso de generación de nuevos conocimientos teóricos, metodológicos y
prácticos para un mejor desarrollo de la sociedad civil como actor
imprescindible del desarrollo que pretendemos. Por lo tanto, hay mutua
rendición de cuentas basados en la trasparencia.

Figura 10
Implicaciones para la construcción de alianzas estratégicas.

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Mutua identificación
en la misión, visión y
principios y
convicciones

Mutua rendición de Capacidad dialógica e


cuentas y interacción
trasparencia. costructiva.

Disposición a
compartir la esencia
y la práctica como
materia evaluable y
recuperable para la
generación de
nuevos conocimientos

Fuente: Construcción propia.


De esta misma manera se plantea un enfoque más estratégico de la relación entre
ORGANIZACIONES CIVILES DE SEGUNDO NIVEL y las OSC, que permita no
sólo construir por consenso estrategias pertinentes, sino, en función al trabajo
previamente ya desarrollado con las propias OSC, desarrollar una interacción más
focalizada, en torno a los siguientes sectores de interés común:
a) La reducción de la pobreza,
b) La economía social de mercado: la democratización del comercio y las
finanzas;
c) La seguridad humana, la prevención de conflictos y el fortalecimiento de la
paz;
d) Los derechos humanos y el desarrollo humano;
e) La gestión de esfuerzos consistentes para la atención de grupos sociales con
desventajas sociales por su condición de vulnerabilidad y/o de discapacidad;
y
f) El compromiso del sector privado.
Entre otros.

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2. El desarrollo de las OSC
Previo a continuar con el trabajo de construcción de un modelo de acompañamiento,
es necesario precisar una serie de referentes, correlativos a la formulación de esta
propuesta, que tiene que ver tanto con la concepción del trabajo de las OSC, como
con los factores de contexto que condicionan su actuar institucional y a partir de los
cuales es posible implementar el modelo propuesto.

En función a estas precisiones, es pertinente especificar el concepto de sociedad


civil, su naturaleza y la dinámica de su acción con un énfasis en lo local.

2.1 Concepto y funcionalidad de la sociedad civil


Aristóteles nos dijo “el hombre es un ser social por naturaleza”, que desde sus
orígenes se agrupó por diversos motivos en conglomerados humanos que dieron
paso a la civilización, como la conocemos hoy en día; en la medida que se
complejizan sus relaciones sociales adquiere el carácter de sociedad y evoluciona
hasta lo que hoy en día conocemos como Estado.

Una primera característica que deriva de esta premisa, es la circunstancia que el


ser humano social, pronto adquiere la connotación de ciudadanía, por ello comienza
a interactuar en el marco de acuerdos de convivencia básicos, que evolucionan a
normas y reglas, que requieren ser tuteladas, para salvaguardar su observancia.
Históricamente podemos pensar en la noción de ciudadanía, como precursor de la
locución “sociedad civil”, que incluía en un inicio ya remoto, todo aquello que no era
inherente a la esfera público-gubernamental. En la medida que el modelo de Estado,
evoluciona abroga en detrimento de la ciudadanía, el derecho a actuar, bajo
diversas formas de representación popular, no convencionales.

Durante décadas, la sociedad civil, como expresión social se sustrae de la acción


pública, por no visualizar, en ella, el cauce idóneo, para expresar y actuar, dando
paso a manifestaciones cívicas limitadas, las más de las veces desarticuladas. Es
en la medida que se desmoronan los modelos de desarrollo prevalecientes, que la
sociedad civil emerge con mayor claridad, en la búsqueda de provocar soluciones
pertinentes, a un cumulo de asuntos de su interés, que tenían en común, la
proximidad con ellos y lo apremiante de atenderlos. De esta manera, a medida que
“el sistema se vuelve inoperante, la política y sus actores tradicionales dejan de
funcionar, surgen nuevas dinámicas sociales por fuera de los límites, los actores y
los tiempos del sistema; se configuran nuevas identidades, estas se comienzan a
agrupar, a organizar y a movilizar sobre la base de sus necesidades, [derechos y
deberes vinculados al disfrute de un nivel de bienestar económico] presionan al
Estado, presentan sus reivindicaciones y, al obligar al Estado a atender a los sujetos
con sus reclamos, obtienen respuestas de su parte”. (Gallardo, pp. 245-250, en:
Preciado, 2015).

De esta evolución se desprenden aprendizajes muy clarificadores para precisar que


se debe esperar de la sociedad civil, que tiene que ver desde nuestro punto de
vista con:

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a) Que la ciudadanía recobre su capacidad de actuar en lo público, con mayor
capacidad de incidencia (amplitud y profundidad). El hecho que se confinara
a la ciudadanía a jugar un papel irrelevante en los asuntos públicos, atrofió
su forma de relacionarse en comunidad; con lo que se pulverizó y fragmentó
su capacidad de acción en torno a los temas cotidianos.
b) Conformar una sociedad civil, menos contestaría sin argumentos, que se
estructure en función a una acción más propositiva, que trascienda la
inmediatez del evento. El actuar coyuntural difumina la capacidad de acción
de la sociedad civil a largo plazo, pues el hecho que los movimientos emerjan
y desaparezcan, si bien refleja una capacidad de respuesta, no garantiza la
construcción de un sujeto social.
c) La sociedad civil es por antonomasia el espacio de incidencia ciudadana más
plural en los asuntos públicos; por ello, es el punto ideal, para que se logre
conformar como el garante en el respeto y salvaguarda de los derechos
inherentes al desarrollo humano de la ciudadanía.
Figura 11
Expectativas para la sociedad civil organizada

Incidencia

Garante de los
Construcción derechos
del sujeto inherentes al
social desarrollo
humano

Fuente: Construcción propia.

La construcción de la noción de sociedad civil, no puede ser arbitraria, ni autoritaria.


Estaríamos contraponiéndonos en esencia con su naturaleza. Por ello se debe de
procurar entender a está, como la expresión plural, que aglutina ciudadanía, la
cual persigue dar respuestas a sus demandas, con un sinnúmero de atributos y
cualidades: democrática, participativa, autogestiva, plural, más no apolítica.

De ahí nace la complejidad de pensar qué es la sociedad civil; lo cual no resulta una
tarea menor. Más aun cuando la confusión entre lo público y lo privado esta

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marcadamente presente. ¿Pero a que se va con esto? Durante décadas se trató de
estigmatizar a la sociedad civil, como la apuesta privada no gubernamental, de corte
filantrópico, que permitía atender casuísticamente a patologías específicas en
determinados sectores de la sociedad. No cabía en esos tiempos imaginar en un
actuar ciudadano, con incidencia pública, al menos en el concepto clásico (político).

La reformulación del pacto del Estado con la sociedad, que siguió a la puesta en
marcha de las reformas del Consenso de Washington (ajustes estructurales, de
corte neoliberal) dio cause a nuevas expresiones populares de índole social, que
escapan a los canales convencionales de expresión vigentes; simultáneamente al
contraerse el papel del Estado benefactor e irrumpir una población ávida de
expresarse, encontró en eventos inusuales (terremoto 1985), crisis económicas
(1987-1988), en el caso de México, el catalizador que detonó su participación.

Desde la perspectiva gubernamental, durante lustros las OSC, referían a la acción


subsidiaria que promovía algún segmento de la sociedad, en torno a temas de corte
asistencialista. Como tal, se le categorizó como un sujeto social de tipo filantrópico,
que su acción se circunscribía a la esfera privada (entre particulares) y por tanto no
trascendía; no fue, si no en tanto, la ciudadanía asume que no basta con “participar”
electoralmente sin efectividad, que transita a la arena pública y desde ahí comienza
a establecer una incipiente agenda ciudadana, que pone a debate diversos asuntos,
pero lo más importante, visibiliza a la ciudadanía, que expone su capacidad de
organizarse, en términos menos ornamentales y simbólicos, como pudieran ser los
partidos políticos, por sólo citar un ejemplo de instituciones convencionales.

En este sentido cabe apuntar, que la noción de sociedad civil, que pudiésemos
referirla, como la expresión organizada del ímpetu o frustración ciudadana, que se
aglutina en torno a referentes de diversa índole (sociales, comunitarios,
medioambientales, etc.), resulta tan heterogénea en sus expresiones, como variada
en su proceso de conformación, que no cabe adjetivizarla, sino delinear los rasgos
comunes y distintivos, incluidos sus organizaciones e integrantes.

Para entender la funcionalidad de la sociedad civil, nos tenemos que remitir a un


principio básico, qué en la vida social, no existen espacios que permanezcan vacíos;
permanentemente los actores sociales (públicos, privados o de la sociedad civil) los
ocupan, con mayor o menor intensidad. Sin embargo, durante décadas el papel del
Estado proveedor, acotó y desalentó la presencia de la sociedad en muchos ámbitos
de la vida pública. La ciudadanía, se distendió de muchos asuntos. No siendo, sino
hasta que comienza a aglutinarse en torno a asuntos coyunturales, la mayor de las
veces efímeros, que se configura el rostro de la denominada sociedad civil.

La sociedad civil emerge entonces como la versión estructurada de la ciudadanía,


que entendió que, al interior de un Estado autoritario, su aspiración individual, a
alcanzar objetivos comunes, por la vía democrática, no fructificaría. Los límites que
se impusieron a las expresiones y participaciones ciudadanas, dieron pie a buscar
respuestas menos discursivas y más pragmáticas. Donde la esencia de la propuesta

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se centraba tanto en el reconocimiento del actor (sociedad civil), como en la
atención de la demanda.

Esta búsqueda de la construcción de la sociedad civil, no ha sido fácil, ni ha estado


exenta de sinsabores; la propia ciudadanía, en ocasiones ha sucumbido ante el
desencanto o lo efímero de los resultados; la cooptación que terceros han ejercido
de los movimientos populares, al politizarlos o partidizarlos, tampoco ha estado
ausente. Esto ha conducido a que la ciudadanía, asuma con cautela cualquier
manifestación expresa de construcción de sociedad civil. Por su parte el Estado, no
desaprovecho estas circunstancias para desarticular estos movimientos o llegado
el momento, apostar por administrarlos, con lo que se propiciaron muchos
desatinos, tanto por la formulación de estrategias, que no alcanzaron a fraguar en
políticas públicas, como por tratar de encuadrarlos en función a otros intereses.

Con ello debe ser claro que más allá de las disfuncionalidades de la sociedad en su
conjunto, el por qué y para qué de la sociedad civil, es sustantivo; máxime ante
el ocaso de los mecanismos convencionales de representación, si la sociedad civil,
logra trascender lo focalizado de la acción que caracteriza a las OSC, sin lugar a
duda, como sector impactara de forma positiva en los mecanismos de toma de
decisiones de los asuntos públicos, con lo que asumirá un papel más protagónico
en los temas relativos al desarrollo. Hoy la precariedad de la acción colectiva,
reclama de un dialogo más directo, entre Estado y sociedad civil, que de forma a
mecanismos más apropiados de procesar las demandas ciudadanas.

Como se puede advertir el origen de las OSC, es muy diverso y variado; esta
circunstancia resulta entendible, pues acaba siendo el reflejo de la multiplicidad de
enfoques que prevalecen entre los actores sociales para atender las problemáticas
específicas del desarrollo humano; esta distinguibilidad cualitativa que supone la
presencia de rasgos diferenciadores entre las OSC, está marcada
preponderantemente por dos condiciones: primero, el nivel y grado de asociatividad,
y en segundo término por una serie de atributos y capacidades institucionales; y no
tanto de una serie de tipologías convencionales de referencia, como son los criterios
de agrupamiento por su rubro de acción, por su estructura y forma organizativa, por
su base territorial o su sector de incidencia, entre otros aspectos. Al menos así lo
debemos plantear.

En una sociedad caracterizada por la bidireccionalidad de los flujos del


conocimiento, resulta fundamental referirnos al grado de asociatividad y el nivel de
capacidades institucionales que poseen las OSC, como elementos fundamentales,
para cualificar su nivel de aprendizaje colectivo y de compromiso mutuo con la
sociedad. Estos aspectos, que refieren criterios cualitativos, resultan más
indicativos respecto de cómo y por qué, es factible establecer en un futuro
inmediato, una alianza entre ORGANIZACIONES CIVILES DE SEGUNDO NIVEL
con las organizaciones de la sociedad civil. Para ello, es fundamental construir dicha
alianza, a partir de referentes claros y pertinentes, como los “Principios de Estambul
para el desarrollo de la efectividad de las OSC”, que establecen una serie de
compromisos vinculantes para las partes, pero desde una perspectiva más integral

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y de largo plazo, los cuales, dada su trascendencia en el mundo de las OSC, se
reproducen íntegramente a continuación:

“Las Organizaciones de la Sociedad Civil, OSC, son una característica viva y


esencial en la vida democrática de los países a lo largo y ancho del mundo. Las
OSC colaboran con una amplia diversidad de personas y promueven sus derechos.
Como actores del desarrollo, se caracterizan por ser:
• voluntarias,
• diversas, no-partidistas,
• autónomas,
• no-violentas, y
• trabajan por el cambio.

Dichas características esenciales fundamentan los Principios de Estambul para el


desarrollo de la efectividad de las OSC que guían el trabajo y las prácticas de las
organizaciones de la sociedad civil… en diferentes áreas de trabajo de base hasta
la incidencia en políticas públicas, y en una gama que va desde emergencias
humanitarias hasta acciones de desarrollo a largo plazo.

1. Respetar y promover los derechos humanos y la justicia social


Las OSC son efectivas como actoras del desarrollo cuando… desarrollan e
implementan estrategias, actividades y prácticas que promueven los derechos
humanos colectivos e individuales, incluyendo el derecho al desarrollo, con
dignidad, trabajo decente, justicia social y equidad para todas las personas.
2. Incorporar la equidad y la igualdad de género a la vez que promover los
derechos de las mujeres y las niñas.
Las OSC son efectivas como actoras del desarrollo cuando… promueven una
cooperación para el desarrollo que pone en práctica la equidad de género,
reflejando las necesidades y experiencias de las mujeres, a la vez que apoyan sus
esfuerzos para la realización plena de sus derechos individuales y colectivos, de
manera tal que les permita participar como actoras plenamente empoderadas en el
proceso de desarrollo.
3. Centrarse en el empoderamiento, la apropiación democrática y la
participación de todas las personas
Las OSC son efectivas como actoras del desarrollo cuando… apoyan el
empoderamiento y la participación inclusiva de la población para expandir su
apropiación democrática de las políticas e iniciativas de desarrollo que afectan sus
vidas, con énfasis en los empobrecidos y marginados.
4. Promover Sostenibilidad Ambiental
Las OSC son efectivas como actoras del desarrollo cuando… desarrollan e
implementan prioridades y enfoques que promueven la sostenibilidad ambiental
para las generaciones presentes y futuras, incluyendo respuestas urgentes a las
crisis climáticas, con especial atención sobre las condiciones socio-económicas,
culturales y de los pueblos indígenas para la integridad ecológica y la justicia.
5. Practicar la transparencia y la rendición de cuentas

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Las OSC son efectivas como actoras del desarrollo cuando… demuestran un
compromiso institucional sostenido con la transparencia, la rendición de cuentas a
múltiples actores, y la integridad en su funcionamiento interno.
6. Establecer alianzas equitativas y solidarias
Las OSC son efectivas como actoras del desarrollo cuando… se comprometen a
establecer relaciones transparentes con la sociedad civil y otros actores del
desarrollo, de manera libre y como iguales, basadas en metas y valores de
desarrollo compartidos, respeto mutuo, confianza, autonomía organizacional,
acompañamiento de largo plazo, solidaridad y ciudadanía global.
7. Crear y compartir conocimientos y comprometerse con el mutuo
aprendizaje
Las OSC son efectivas como actoras del desarrollo cuando… mejoran las maneras
como aprenden de sus experiencias y de las de otras OSC y actores del desarrollo,
integrando evidencias de las prácticas y de los resultados en el desarrollo,
incluyendo el conocimiento y la sabiduría de comunidades locales e indígenas,
fortaleciendo la innovación y la visión del futuro que quieren construir.
8. Comprometerse con el logro de cambios positivos y sostenibles
Las OSC son efectivas como actoras del desarrollo cuando… colaboran con sus
acciones en la realización sostenible de resultados e impactos para un cambio
duradero en las condiciones de vida de las personas, con especial énfasis en las
poblaciones empobrecidas y marginadas, asegurando un legado perdurable para
las presentes y futuras generaciones”.

Figura 12
Principios de Estambul

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Respetar y promover los derechos humanos y la justicia social

Incorporar la equidad y la igualdad de género a la vez que promover los derechos de las
mujeres y las niñas

Centrarse en el empoderamiento, la apropiación democrática y la participación de todas las


personas

Promover Sostenibilidad Ambiental

Practicar la transparencia y la rendición de cuentas

Establecer alianzas equitativas y solidarias

Crear y compartir conocimientos y comprometerse con el mutuo aprendizaje

Comprometerse con el logro de cambios positivos y sostenibles

Fuente: cso-effectiveness.org/IMG/pdf/principiosdeosc-estambul-final.pdf

Guiadas por estos Principios de Estambul, las OSC están comprometidas a tomar
medias pro-activas para mejorar sus prácticas en pro del desarrollo y a rendir
cuentas cabales por las mismas. De igual, importancia será contar con políticas y
prácticas por parte de todos los actores. Los donantes y gobiernos de países socios,
a través de la implementación de acciones consistentes con estos principios,
demuestran el compromiso expresado en la Agenda.

La premisa de evaluar la efectividad de la contribución en el desarrollo, por parte las


OSC, que establecen los citados “Principios”, conlleva a reconocer la especificidad
de la estrategia de cada uno de los actores involucrados. No resulta del todo idóneo,
tratar de estandarizar resultados, sino lo importante es homogeneizar

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procedimientos que permitan la construcción de indicadores comunes de aplicación
universal. Clarificado estos aspectos, es posible pensar, en la construcción de una
herramienta metodológica común, que respetando y alentando diferencias, rescate
aprendizajes e infiera la incidencia cualitativa de los procesos de interacción.

2.2 Condicionantes del desarrollo de la sociedad civil y sus


organizaciones
La dinámica actual de la vida en sociedad está en una crisis profunda y al mismo
tiempo se visualizan nuevos horizontes en relación a la protección de los derechos
de convivencia y desarrollo alternativo; de esta manera y de forma paralela, surgen
expresiones que dejan entrever una renovación necesaria en convivencia humana.
Entre estos procesos se generan tensiones y condiciones para la construcción
social de procesos emergentes de interacción social alentadores…

“… Edgar Morín nos dice que la sociedad mundial no solo está viviendo crisis
recurrentes, sino también experimenta procesos intrincados de transformación que
intentan retornar al pasado, acelerar su cambio o mantener su flujo evolutivo. Es
decir, la sociedad se encuentra en un movimiento permanente que combina,
de manera antagónica y complementaria, procesos de crisis del desarrollo,
regresión, evolución y revolución.

Una sencilla metáfora, basta para ejemplificar como se puede regresar para
avanzar:

“Hay una metáfora que gusto mucho a los modernos; siempre están diciendo: No
puedes hacer que el reloj marche hacia atrás”. La respuesta simple y obvia es: “Se
puede”. Un reloj, como es una pieza de construcción humana, puede volver a
ponerse mediante un dedo humano en cualquier cifra u hora. Del mismo modo, la
sociedad, al ser una pieza de construcción humana, puede volver a recomponerse
según cualquier plan que haya existido con anterioridad (Chesterton, 2008: 38).

Estos procesos, complementarios y antagónicos, conducen a la humanidad a una


progresión creciente de incertidumbre, pues éstos penetran en nuevas áreas que
antes presentaban cierta estabilidad, hacen aparecer bifurcaciones y desviaciones
en procesos que se concebían como continuos, provocan una pérdida de la
evolución lineal y del porvenir programado, desacreditan las pretensiones de
metasistemas universales y totalizadores y, cada vez más, generan
transformaciones radicales imprevistas en diversos ámbitos. Por ello, se dice que
la incertidumbre va acompañando crecientemente nuestro destino humano y
planetario (Morín, 2007: 53).5

Esto se manifiesta, entre otros, a través de los siguientes fenómenos:

5
Luengo González, Enrique. Las alternativas ciudadanas para otros mundos posibles: pensamiento y
experiencias, Guadalajara, Jal., Junio 2014, ITESO.

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I. Profunda desigualdad e inequitativa distribución de los recursos materiales a
nivel global, nacional y local6. Así la economía mundial, se encuentra inmersa
en un proceso de globalización, que se caracteriza por la asimetría de su
desarrollo; somos testigos de una opulencia sin precedente, difícil de imaginar
hace 100 años. El proceso de mundialización de las relaciones económica-
financieras, ha demandado la modificación los acuerdos vinculatorios entre la
sociedad y el Estado, lo que trajo consigo, que se desvanecerían las fronteras
entre la vida pública y privada, al adoptar los países pautas que modifican la vida
individual y colectiva.

En este contexto, la sociedad civil, se desarrolla, al arbitrio de decisiones


económicas, que favorecen la reproducción de patrones de exclusión social; no
obstante que para los teóricos, el desarrollo, exige la eliminación de las
principales fuentes de privación de la libertad: como son el empobrecimiento, la
escasez de oportunidades económicas y las privaciones sociales sistemáticas,
el abandono que pueden encontrarse los servicios públicos y la intolerancia o el
exceso de intervención de los Estados represivos, esto no viene ocurriendo en
la realidad (Sen, 2000, 19-20).

Datos del Banco Mundial revelan que la proporción de mexicanos empobrecidos


respecto al total de la población, es ahora tan alta como hace dos décadas y 52
de cada 100 habitantes viven en esa condición; es decir que con el salario
mínimo no se logra superar la pobreza, sólo perpetuarla (Estrategia de asistencia
a México para los años 2014 a 2019, diciembre 2013); y por si esto no bastara,
el 61.9% de las Unidades Económicas Rurales (UER) tienen ingresos netos
monetarios por debajo de la línea de bienestar establecida por el Consejo
Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL); menores
a dos salarios mínimos, que no les permiten acceder a los servicios de salud,
educación, capacitación y alimentación, generando un bajo desarrollo de capital
humano que los lleva a que se incorporen o realicen actividades de baja
productividad, perpetuando un circulo de pobreza (CONEVAL, 2014, p. 12).

II. Como respuesta ante la creciente desigualdad socioeconómica ya mencionada


surgen respuestas de distintos sectores para buscar la construcción de
alternativas, entre otras la economía social de mercado y la responsabilidad
social corporativa. Por definición la economía social, funciona como “un sistema
6
“En enero de 2014, Oxfam revelo que las 85 personas más ricas controlaban tanta riqueza como la mitad más
pobre de la población mundial. Para enero del 2015, el número se había reducido a 80. La profundización de la
desigualdad económica es la tendencia más preocupante para 2015, según el Foro Económico Mundial. Resulta,
pues, imperativo hablar del tema en México, en donde más de veintitrés millones de personas no pueden adquirir
una canasta básica, pero que alberga a uno de los hombres más ricos del mundo. Ahora bien, esta desigualdad
que caracteriza a México no sólo tiene implicaciones sociales: las implicaciones políticas juegan un rol
preponderante. Por otra parte, uno de los aspectos más graves de esta desigualdad es la distribución del ingreso.
Dada la escasa recopilación de indicadores, saber qué tan desigual es México respecto a otros países resulta una
tarea compleja. No obstante, la Standardized World Income Inequality Database refiere que México está dentro
del 25% de los países con mayores niveles de desigualdad en el mundo”. Esquivel Hernández Gerardo,
Desigualdad Extrema en México. Concentración del Poder Económico y Político. Iguales Oxfam México,
México D.F., junio de 2015.

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socioeconómico creado por organismos de propiedad social, basadas en
relaciones de solidaridad, cooperación y reciprocidad, privilegiando al trabajo y
al ser humano, conformados y administrados en forma asociativa, para satisfacer
las necesidades de sus integrantes y comunidades” (artículo 3º. de la Ley de la
Economía Social y Solidaria);7 en tanto que la responsabilidad social corporativa
para el Centro Mexicano de Filantropía (CEMEFI), “se ha convertido en una
nueva forma de gestión y de hacer negocios, en la cual la empresa se ocupa de
que sus operaciones sean sustentables en lo económico, lo social y lo ambiental,
reconociendo los intereses de los distintos grupos con los que se relaciona y
buscando la preservación del medio ambiente y la sustentabilidad de las
generaciones futuras”, otra definición que nos puede ayudar a clarificar el
concepto es la siguiente: "Lograr con éxito comercial en formas que honren los
valores éticos y respeto por la gente, comunidades y el ambiente natural.
Conduciendo las expectativas legales, éticas, comerciales y otras que la
sociedad tiene de los negocios, y haciendo decisiones que balancean de modo
justo las demandas de todos los públicos de interés clave".8

A partir de las definiciones se puede inferir la existencia de elementos comunes


entre ambos conceptos, como son el carácter voluntario de los entes
económicos, por agregar valor en su relación con la sociedad, en beneficio
mutuo. Es decir, actuar a partir de principios éticos, que comprenden tanto la
promoción de prácticas empresariales aceptables y desempeño medioambiental
que considere las particularidades del entorno en que se desenvuelven.

En la actualidad la construcción de alternativas al actual modelo económico de


corte neoliberal, que tiende a excluir a aquellos, que desde su lógica no resultan
ser eficientes o competitivos, es impostergable, baste señalar la creciente
desigualdad que evidencia la economía mexicana, ha tocado niveles por demás
escandalosos, pues mientras entre los países miembros de la Organización para
la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), la diferencia de ingresos
entre el decil más pobre y el más rico es casi de nueve veces superior al primero,
en México la diferencia es 27 veces superior; esto se traduce en que el 10% más
pobre en México acumula el 1.3% del total del ingreso, mientras el 10% más rico
acumula el 36%. Esta disparidad de ingresos, ha impedido que cualquier
intervención estatal,9 tenga el efecto dinámico en la reducción de la pobreza, que
se esperara, tanto por la marcada concentración del ingreso, como por el poder
regresivo del mercado. Esto es, que simultáneamente se expande el número de
empobrecidos, a la par que se reduce la cantidad de empobrecidos, que
acumulan mayor riqueza, como resultado de un mercado, que refuerza la

7
Disponible en; http://www.diputados.gob.mx/LeyesBiblio/pdf/LESS_301215.pdf (accesado el día 15 de mayo
de 2016).
8
Business for Social Responsibility.
9
El gasto público social, como proporción del PIB, en México, ha aumentado de un 2% a un 7.2% (1985-2007),
pero sólo corresponde a un tercio del nivel observado en los países de la OCDE, en el mismo período (Reyes,
2011, pp. 53-54).

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desigualdad en la distribución de ingresos entre hogares y entre regiones
(Gordillo, 2013, 103-110).10

Ante esta realidad, atemperar estas desigualdades, plantea un trabajo de doble


vía (economía social – responsabilidad social corporativa), que atiendan
simultáneamente, el desarrollo de diversas formas de organización social para
la producción y distribución de bienes y servicios que persiguen constituir una
alternativa para mejorar el entorno socioeconómico de las comunidades y sus
habitantes, como el paso previo, a la construcción de un sistema eficaz que
contribuya al desarrollo social y económico del país, a la generación de fuentes
de trabajo digno, al fortalecimiento de la democracia, a la equitativa distribución
del ingreso y a la mayor generación de patrimonio social, como explicita el
artículo 2º de la Ley de la Economía Social y Solidaria.

III. Los gobiernos, incluidos los partidos políticos, gozan de una mala reputación,
que se traduce en muy poca credibilidad y por tanto su legitimidad es cada día
menor, sin embargo y a contra corriente surgen expresiones ciudadanas que
incrementan su participación en la arena política y en la recomposición y re
conceptualización de la democracia y los procesos de gobierno, e inciden en ella
de manera tangible; por contradictorio que parezca, la sociedad civil, está
empeñada en el rescate de los principios básicos de la convivencia política, los
cuales no se extinguen, sino, requieren de reformularse desde una perspectiva
menos clásica, así:
“La cultura política que tienen hoy la ciudadanía responde a nuevas
inquietudes, necesidades, preocupaciones y, sobre todo, a un
contexto político diferente. Por lo tanto, analizar la forma como se
producen las relaciones entre la ciudadanía y el sistema político, en un
contexto en que los partidos dejan de ser el eje central de la
comunicación entre la ciudadanía y el sistema político, es fundamental
para entender los procesos de transición y consolidación de la
democracia, así como la configuración o no de una nueva cultura
política…

Como lo afirma Diamon (1999: 22), es necesario entender la democracia como


un fenómeno en desarrollo, que involucra desde procesos institucionales, como
el mejoramiento de elecciones libres y justas, hasta procesos sociales que se
traducen en una mayor participación activa y crítica de la ciudadanía.

En este sentido, los regímenes democráticos empiezan a traspasar cada vez


con más fuerza, los límites del espacio estrictamente procedimental, dando
mayor peso a los procesos que toman forma en el ámbito extra-electoral. Esto
10
Gordillo, G. La desigualdad: un tatuaje que nos acompaña. economíaunam, vol. 10 núm. 28. México. 2013,
disponible en: http://www.scielo.org.mx/scielo.php?pid=S1665-952X2013000100006&script=sci_arttext
(accesado el día 04 de mayo de 2016). Por otra parte, la diferencia de ingresos entre el decil más pobre y el más
rico, se incrementó para 2015 según datos de la propia OCDE, quien afirma que la inequidad en México, se ha
incrementado en años recientes, de tal forma que los ingresos del diez por ciento de la población más rica son
ahora 30.5 veces mayores a los del diez por ciento más pobre (La Jornada en línea, jueves 21 de mayo de 2015).

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se ha traducido en la lenta instauración institucional de espacios
participativos y en la búsqueda de una relación diferente entre la
ciudadanía y sus instituciones, lo que implica, a su vez, modificaciones en los
actores del escenario político y en la forma como se relacionan entre sí. Por lo
anterior, la democracia en la actualidad se enfrenta al doble reto de
responder a las demandas de la vida moderna a la vez que modifica su
esqueleto para dar cabida a la participación plena de la ciudadanía.

…Si bien los partidos políticos desarrollaron una función esencial


durante los procesos (históricos) de democratización, al insertar a
grandes grupos de ciudadanos en la arena política, en la actualidad
no logran cumplir esta función, puesto que se ven desplazados por
actores sociales y políticos que realizan, a través de otros
medios, la movilización y articulación política de la ciudadanía.
Estos nuevos actores entran a la esfera política compitiendo por
la representación de intereses sociales y políticos de los
diferentes grupos de la sociedad y toman forma principalmente
mediante grupos de interés, organizaciones no gubernamentales
(ONG) y movimientos sociales, entre otros (Daalder, 2002).11

Por otra parte, también se contempla una ampliación de los derechos sociales,
sobre todo cuando a nivel jurídico se firma:
“La dignidad de la persona es el valor jurídico supremo siendo
independiente de la edad, capacidad intelectual o estado de
conciencia. La dignidad de la persona es un elemento de la
naturaleza del ser humano, corresponde a todos por igual… La
persona nunca puede ser instrumento, sino que por su dignidad
reclama un respeto de ser siempre sujeto y no objeto, por ser
siempre fin en sí mismo, lo que llama al reconocimiento de su
personalidad jurídica y todo lo que necesita para vivir
dignamente. La persona, en virtud de su dignidad, se convierte
en fin del Estado: El Estado está al servicio de la persona humana y
su finalidad es promover el bien común, para lo cual debe contribuir a
crear las condiciones sociales que permitan a todos y a cada uno de
los integrantes de la comunidad nacional su mayor realización
espiritual y material posible, como asimismo, tiene el deber de
promover la integración armónica de todos los sectores de la Nación y
asegurar el derecho de las personas a participar con igualdad de
oportunidades en la vida nacional.”12

11
Rodríguez Cortés, Luisa Fernanda, Entre los nuevos y los viejos caminos: la relación ciudadanos sistema
político. Andamios, Revista de Investigación Social, de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México.
Volumen 5, número 10, abril, 2009, pp. 111-138.
12
Nogueira Alcalá, Humberto, “Los derechos económicos, sociales y culturales como derechos fundamentales
efectivos en el constitucionalismo democrático latinoamericano”, Estudios Constitucionales, Año 7, N° 2, 2009,
pp. 143-205, ISSN 0718-0195 Centro de Estudios Constitucionales de Chile, Universidad de Talca.

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IV. Desde que la Conferencia de Estocolmo (1972) reconoció por vez primera la
preocupación de la comunidad mundial, en torno a los problemas ecológicos y
del desarrollo, al admitir el carácter finito de los recursos, que ponía límites al
crecimiento, como una vía para mejorar el bienestar de la sociedad, por lo que
había que comenzar a pensar en otras estrategias.

No es hasta 1987, cuando la Comisión Mundial de las Naciones Unidas para el


Medio Ambiente y el Desarrollo (PNUMA) se adoptaron por unanimidad el
documento Informe Brundtland, donde sintetiza los desafíos globales en materia
ambiental. Este documento que marca un parteaguas en la redefinición de la
relación de la sociedad con la naturaleza, al menos en el plano conceptual,
propone un nuevo enfoque del desarrollo, de corte sustentable, que incluya tres
dimensiones básicas en torno a los cuales se dan las coordenadas que
equilibran la vida en el planeta, como son la social, la económica y la ecológica,
vistas como interdependientes (Rojas, pp. 230-231).

A partir de la formulación del “Programa de Acción para el Desarrollo


Sustentable”, mejor conocido en el argot ambientalista como “Agenda 21”, las
naciones firmantes se comprometieron a instrumentar, la noción de desarrollo
sustentable, asumido este, como “aquel que satisface las necesidades
esenciales de la generación presente sin comprometer la capacidad de
satisfacer las necesidades esenciales de las generaciones futuras”. Desde
entonces se ha hablado sobre la imperiosa necesidad de revertir dicha situación,
sin embargo, los esfuerzos por abordar los desafíos globales en materia
ambiental han resultado infructuosos, y por el contrario, los desequilibrios
ambientales, se agudizan, máxime que el patrón de desarrollo, se sigue fincando
en una relación devastadora de los recursos naturales, sobre la cual se sustenta
el crecimiento económico.

No obstante, este cumulo de consideraciones y lo agudo de la contingencia


ambiental a nivel global, no se percibe la construcción de un discurso consistente
entre los actores gubernamentales y los centros de decisión económica. Baste
señalar sí tomamos como referencia la denominada “huella ecológica”13, se
observa en el caso de los países desarrollados, su huella ecológica es cinco
veces mayor que en los que están en vías de desarrollo. El informe de la Global
Footprint Network correspondiente al año 2010, basado en datos de 2007, refleja
que tan sólo Estados Unidos y China que utilizan el 21 y 24 % de la biocapacidad
mundial respectivamente. Esto no obstante que la capacidad de carga del
planeta es limitada, ya que la superficie disponible para el uso humano es finita;
toda vez que se reconoce que la huella ecológica promedio por habitante a nivel
global, es de 2.3 ha por habitante. En tanto que cada persona dispone en
13
Herramienta de cuantificación ecológica que utiliza áreas de terreno como unidad de medida y que expresa
en hectáreas por persona y año, conocido como hectáreas globales “gha”, que representa la superficie necesaria
para asimilar los impactos de las actividades del modelo de vida analizado o como una hectárea con la capacidad
mundial promedio de producir recursos y absorber residuos. Por lo tanto, la huella de una población está
determinada por su número de miembros, el volumen de consumo y la intensidad en el uso de los recursos para
proveerla de bienes y servicios (Leyva, p. 31).

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promedio de 2 Ha de superficie ecológicamente productiva y que restada el 12
% que se considera necesario para conservar la capacidad ecológica del
planeta. Global Footprint Network, que refería que la huella ecológica mundial
para 2005 alcanzaba las 2.69 gha, mientras que su capacidad biológica
solamente equivalía a 2.06 gha, evidenciando un déficit ecológico de 0.63 gha.14

Esto evidencia que los desequilibrios mundiales no sólo son de naturaleza


económico-financiero, también se hacen manifiestos en los balances de los
consumos de materias primas y energéticos; este acaparamiento de recursos
naturales, que es contrario a la equidad, repercute a su vez, en la acumulación
de recursos sociales (conocimiento, cultura, dinero, sanidad, trabajo, bienestar)
produciendo pobreza y desigualdad, lo cual acaba desembocando en
enfermedad social y miseria global, lo que genera la llamada huella social
(Doménech, 28).

V. Una sociedad civil endeble que derivado de las crisis anteriores sufre de un
deterioro del tejido social, una cultura poco solidaria y una participación muy
acotada en la vida pública. A lo que habría que agregar que la correlación entre
estos procesos provoca una alta concentración de poder, que se cubre por la
impunidad y la corrupción, generando arreglos perversos entre los actores y los
factores del desarrollo. Todo ello se traduce en una crisis terminal del modelo de
desarrollo vigente y en el que por desgracia no se avizoran salidas, sólo
reproducciones cíclicas del mismo.

Estas circunstancias en su conjunto han retraído la participación activa de la


sociedad civil, la cual no obstante la relevancia, su incidencia aún es poco
perceptible. En una sociedad tan desigual como la nuestra, se requiere la
adopción de modelos de gestión del desarrollo, que comprende procesos
formales e informales, para la toma de decisiones y la definición de normas
referentes a los asuntos públicos y que conlleva una coparticipación sociedad y
gobierno; de forma tal, que se construyen respuestas desde lo local, para
atenuar los efectos de lo global, una suerte de gobernanza, que responda a las
especificidades de la dinámica social y mitigué las tendencias del avasallador
desarrollo capitalista mundial (Gerritsen, 2012, 137-139; Romero, 2012, 23).15

Frente a este contexto global y como un acercamiento mayor, a nivel país nos
enfrentamos con que la política social en México y en particular en Jalisco, se ha
orientado a atender los síntomas o efectos provocados por la profunda, histórica y
arraigada desigualdad socioeconómica que nos daña como sociedad; esta realidad,
han lacerado todo esfuerzo de construcción de una sociedad más justa: por un lado
persiste la pobreza, que impide la construcción de ciudadanía y por otra una
14
Citado por Rodrigo Bórquez, en “Huella de Carbono” ADCMA No. 26. Enero de 2010.
http://www.cambioclimaticochile.cl/pdf/adcma-26-huella-de-carbono-final-ok.pdf
15
Romero, J. Lo rural y la ruralidad en América Latina: Categorías conceptuales en Debate.
Psicoperspectivas. Individuo y Sociedad. Vol. 11, No. 1, 2012. Disponible:
http://www.scielo.cl/scielo.php?pid=S0718-69242012000100002&script=sci_arttext (accesado el día 09 de
mayo de 2016).

Página 41 de 87
institucionalidad precaria (Gallardo, pp. 240-241, en: Preciado, 2015), por lo que se
requiere una definición más clara y contundente de atención a los grupos sociales
golpeados por la pobreza, sin perder de vista que entre las OSC también
encontramos propuestas más orientadas a paliar los efectos que a la atención a las
causas de la problemática social que vivimos.

3. Premisas del modelo de acompañamiento.


Uno de impedimentos más comunes, para lograr la consolidación del trabajo
desarrollado por las OSC, es la falta de institucionalización del mismo, ya que se
carece de un método común para planificar el trabajo, como para recuperar la
práctica comunitaria. Esto tiene que ver en gran medida con lo reactivo del trabajo,
que en la mayoría de las ocasiones se pierde en la inmediatez de la acción, por
desgracia; y aunque resulta trascendental, se carece de registros que corroboren el
impacto del trabajo desarrollado por las OSC.

De ahí que, sin duda, uno de los mayores retos que se plantean las OSC, es la
construcción de su historia institucional, que tiene que ver, desde la forma en que
adoptan acuerdos y consensos, entre los propios actores de las OSC, como en la
forma en que se aborda la praxis cotidiana, para sistematizarla con fines de
aprendizaje colectivo, entre pares y con la sociedad en su conjunto. Esta
institucionalización de la práctica comunitaria, que incumbe tanto los procesos de
diseño y ejecución, corresponde a todos los agentes del desarrollo (proveedores y
destinatarios). La finalidad de sí hacerlo es múltiple, desde darle visibilidad al trabajo
desarrollado, como determinar las estrategias más pertinentes, sistematizar los
aprendizajes o replicar las prácticas más exitosas.
A lo largo de los años se han construido estrategias de acompañamiento
institucional, muy ricas en fundamentos y resultados, sin embargo, no existe un
común denominador en el sector, que favorezca a la sistematización de dichos
procesos. Resulta por demás común que el ejercicio colectivo o bien termina siendo
absorbido por un liderazgo dominante o termina diluyéndose en la cotidianidad, sin
que en ninguno de estos casos favorezca al fortalecimiento de los procesos
colectivos. Debe asumirse que esta circunstancia resulta recurrente.

El hecho de no sistematizar estas prácticas, no sólo no contribuye a la


institucionalización del trabajo de las OSC, lo que resulta más preocupante es el
hecho de no se formula en base a la experiencia y aprendizajes alcanzados, la
reinvención periódica de los procesos de acompañamiento, que terminan perdiendo
eficiencia, y se diluyen en el tiempo, como por la falta de una intencionalidad por
recuperar la práctica cotidiana. La suma del trabajo empírico que representa las
prácticas comunitarias, con el ejercicio colectivo refuerza “la sabiduría existente
acerca de cómo optimizar el trabajo con la población, dirigir organizaciones efectivas
e impulsar el desarrollo de la comunidad” (Schorr, 1988, citado por: Quinn, 1999,
4).16

16
Op. cit.

Página 42 de 87
Y en efecto, todo trabajo de recuperación de la práctica social esencialmente
persigue lograr esa amalgama resultante de sistematizar experiencias, con
conocimientos empíricos generados. De la fusión de ambos elementos, es posible
construir una suerte de memoria colectiva de la ciudadanía plural e incluyente, que
refuerza el sentido de pertenencia comunitaria, de los actores sociales.

La institucionalización de la práctica comunitaria, sin excepción se funda en el


empoderamiento que los participantes logran, una vez que perciben cambios
concretos e inmediatos a partir de su entorno; esta apropiación de procesos, se
sustenta en la construcción colectiva de competencias y saberes, que, como sujeto
social, ha resultado del proceso de acompañamiento.

Una institucionalización de las prácticas comunitaria, cuando menos debe cumplir


con los siguientes supuestos:
 Sea producto de la decisión de los actores, por apropiarse del conocimiento
y la práctica social, que redunden en el desarrollo de sus capacidades a
futuro.
 Es el resultado de un trabajo colaborativo desarrollado, que de origen se
propuso rescatar experiencias y aprendizajes, como elementos de juicio para
valorar el trabajo desarrollado.
 Se inscribe en una estrategia integral a desarrollar a futuro, de socialización
del conocimiento, que favorezca un aprendizaje colaborativo entre y para las
OSC.
 Aporte elementos, para reinscribir estrategias, en beneficio mutuo de las
OSC, que se evidencia en un crecimiento institucional del sector.

Figura 12
Institucionalización de prácticas sociales.

Página 43 de 87
Decisión de los
actores:
apropiación del
conocimiento y la
práctica social y
desarrollo de
capacidades para
el futuro.

Trabajo
Supuestos para la colaborativo para
Crecimiento
institucionalización el rescate de
isntitucional del
de las prácticas experiencias y
sector de las OSC
comunitarias aprendizajes para
la autoevaluación

Estratégia integral
para la
socialización del
conocimiento y el
aprendizaje
colaborativo

Fuente:

En función a ello, el modelo de acompañamiento propuesto busca dar certeza en la


operación de las organizaciones civiles cumpliendo con el objetivo de
institucionalizarlas y profesionalizarlas; además que persigue que exista un
referente certero, para determinar el grado de incidencia, en las causas de la
sociedad civil (impactos, transparencia, prácticas, etc.), es decir cuantificar la
eficacia de su intervención.

Página 44 de 87
3.1 La institucionalización del trabajo de las OSC.
“El fortalecimiento institucional es un equilibrio eficiente entre la
administración de recursos, los acuerdos organizacionales, el
desarrollo de capacidades, y el contexto con el cual la OSC debe
establecer relaciones a fin de cumplir sus objetivos y metas; conseguir
financiamiento; mediar políticamente e incidir en un cambio efectivo en
la sociedad. Por ello su importancia radica en la relación directa que
existe entre la madurez institucional de una organización con su
capacidad de transformar la realidad donde opera.”17

“La definición operativa de fortalecimiento institucional construida a


partir del análisis y experiencia de la fundación es “un proceso finito
para el desarrollo de potencias individuales que conllevan a la
construcción de capacidades organizacionales. Las nuevas
capacidades deberán producir cambios organizacionales orientados
a la consecución de su objeto social que, a largo plazo, contribuyan a
un cambio cultural.” (Corporativa de Fundaciones, 2011).
“El fortalecimiento institucional de las OSC proporciona los medios,
instrumentos y técnicas, a ser aplicados en el corto y mediano plazo,
que se deberán ver reflejados en:
-Mejora continua y adaptación.
-Crecimiento, expansión de servicios y procesos.
-Mayor efectividad e impacto social (alcance y resultados).
-Permanencia.
-Sustentabilidad financiera y ambiental.
-Esfuerzos articulados.
-Visibilidad.
-Incidencia pública.”18

El abordar los procesos de fortalecimiento institucional nos enfrenta de nuevo a la


necesidad de reconocer las tensiones propias de cualquier organización humana,
sobre todo en lo relativo a las características para que perdure en el tiempo y por
tanto sea sostenible. Un primer acercamiento al proceso de institucionalización, de
carácter pragmático, implica el reconocimiento empírico de las características
apropiadas para el logro del propósito enunciado que a continuación se describen,
como es entender el estilo de liderazgo de las OSC, que determina en gran medida
el modelo organizacional de las mismas y que en un segundo momento
analizaremos.

Entender el liderazgo o estilo de liderazgo, nos plantea a varias tensiones, más que
dilemas: una primera reflexión es el papel del líder en la construcción de la
organización, para lo cual nos ayuda el siguiente planteamiento:

17
www.expoknews.com/a-que-nos...fortalecimiento-institucional-de-las-osc
18
Transformaciones organizacionales en las OSC: el modelo de evaluación de Organizaciones civiles de
segundo nivel 2012-2015

Página 45 de 87
“Tener una gran idea o ser un líder carismático y visionario es "dar la
hora"; crear una organización, que pueda prosperar más allá de la
presencia de cualquier líder es "construir un reloj" (Collins y Porras
2006).

La referencia tiene que ver con el comportamiento tradicional que se vive en las
OSC: en muchas ocasiones son el resultado de una visión de un líder que, frente
algún reto social, decide impulsar una idea y forma su OSC dejando a un lado la
necesidad de profesionalizar e institucionalizar la manera de ser y proceder de la
propia OSC. Así, se le imprime el estilo personal del líder y se llega hasta el extremo
de se da una simbiosis de identidad: las fronteras entre el dirigente y la propia OSC
son borrosas, lo que provoca, entre otros fenómenos, una relación de
codependencia entre el líder y la organización y por tanto se convierte en una OSC
que necesita quien le “dé la hora”.

De lo que se trata es, como dice la frase, de construir relojes y esto exige que la
OSC funcione con o sin la presencia del fundador o líder. En gran medida se trata
de combinar cuando menos dos perspectivas: la gestión adecuada del cambio
organizacional y la administración precisa de la diaria operación de la organización,
que implica el establecimiento de procesos orientados a la obtención de resultados
acordes con la identidad organizacional, por lo que se combinan dos procesos: por
un lado, liderar el cambio y por otro gestionar la estabilidad y la permanencia
organizacional para que perdure en el tiempo. Se es líder y gestor de manera
simultánea y se debe tener la capacidad de saber combinar estas competencias.

El papel estratégico de los líderes de las OSC es clave: se trata, entre otras
cuestiones, de generar organizaciones con la capacidad interna de entender e
interpretar el entorno, por lo tanto se cuenta con la capacidad de pensar
estratégicamente, y se cuenta con las competencias requeridas para incidir en el
mismo, con el propósito de impulsar los cambios. Si bien no se controla la realidad
si se cuenta con el saber hacer intencionado y reflexivo para incidir en la
trasformación sociocultural que exigen los tiempos, por lo que las OSC pueden tener
la capacidad de ser solidas en su identidad y flexibles en sus respuestas a las
exigencias del entorno proyectando, a través de sus acciones, su papel
trasformador, esto nos remite a dar la pauta para definir los principios del modelo
organizacional que la realidad exige.

En función a las peculiaridades que caracterizan la evolución de las OSC y el propio


estilo de liderazgo, se perfila el modelo organizacional, al cual sujetan su devenir
operativo. Por principio de cuentas, surge una disyuntiva, que tiene que ver con el
aparente dilema sobre cómo debe ser una organización: conservadora o
innovadora. La respuesta puede ser que las dos maneras de ser y proceder son
adecuadas, ya que se trata de “superar la tiranía de la disyuntiva y apostarle al genio
de la agregación” se trata de que la organización es a la vez conservadora en los
principios y convicciones que orientan a la acción y se es innovador en el diseño e
instrumentación de proyectos que agreguen valor social en el cumplimiento de su
misión y la construcción de su visión de futuro. En síntesis, se trata de conservar el

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núcleo ideológico central que dio origen a la organización y le da una identidad
propia y apropiada y estimular el progreso a través de la innovación, esto no implica
exentar a la organización de una permanente revisión del sentido de su existencia
y el poder actualizar, adecuarse o hasta adelantarse a los tiempos en relación con
el propósito de su existencia, sin perder su esencia.

Por otra parte, la OSC debe tener metas claras, pretenciosas y audaces que reten
a poner en juego lo mejor de sí para impulsar, motivar y convencer sobre la
necesidad de su existencia. Se trata de generar un clima organizacional que, con
un sentido de urgencia para la acción, impulse a los integrantes de la OSC a
apasionarse por lo que se es y por lo que se hace, con metas retadoras que
comprometen a todos y cada uno de los actores ligados con el esfuerzo
organizacional que da sentido a la existencia de la organización.

Para asegurar la permanencia en el tiempo, la OSC vive, a través de la acción, con


una ideología bien definida con la que comulgan sus integrantes, y que los hace
sentir que son parte de un esfuerzo significativo por trasformar la realidad ya que
tienen plena conciencia de la problemática social que se atiende y un compromiso
inquebrantable por contribuir al desarrollo integral de las personas y de la
comunidad en la que inciden.

En síntesis, se trata de construir organizaciones con la capacidad de entender y


responder de manera efectiva a los cambios del entorno generando valor social
relevante y por tanto de adecuarse y adelantarse a los tiempos, y al mismo tiempo
mantener vigentes, actuales y actuantes su núcleo ideológico central que se
manifiesta en su identidad: misión, visión y principios y convicciones, como una
cultura que permea la acción, el ser y el quehacer de la organización.

La madurez institucional se logra cuando la organización es capaz de generar


respuestas efectivas acordes con los tiempos y en función de sus propósitos,
generando valor social relevante en la solución de problemas concretos, es capaz
de incorporar una forma de ser y proceder acorde con su núcleo ideológico que
proyecta al entorno a través de su actuación incidiendo en su trasformación. Si bien
no controla la dinámica social si es capaz de incidir en ella con efectividad.

Sirva como reflexión que la organización es capaz de definir y actuar en función de


su:
 Bien ser: que refleja y proyecta la esencia organizacional y se traduce en un
 Bien estar: que implica la construcción de relaciones armónicas y
productivas con los otros y la naturaleza sin evadir la necesaria conflictividad
como motor del cambio… desarrollando el
 Bien saber: como una búsqueda permanente de nuevas capacidades así
como la generación de nuevos aprendizajes a través de la sistematización y
evaluación de la práctica como mecanismos de retroalimentación
efectiva…para

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 Bien hacer: aplicando las competencias y capacidades adquiridas en pro de
la trasformación social obteniendo resultados que generan valor social
agregado y construyen capitales ampliando nuestro
 Bien tener: para poder sostener nuestra organización y ampliar nuestros
capitales tangibles e intangibles.
Figura 14
Actuación de las OSC

• Definición y • Construcción de
proyección de la relaciones
esencia armónicas y
organizacional productivas con los
otros y la
Bien Bien natutraleza
ser estar

Bien Bien
hacer saber
• Aplicación del saber en • Desarrollo de
acciones de nuevas
trasformación social capacidades y
aprendizajes.

Para bien tener: Sostener de


manera autogestiva la OSC al
ampliar los capitales tangibles
e intangibles.

Tanto los estilos de liderazgo, como el modelo de organización asumido, inciden en


sustantivamente en los “procesos y prácticas de institucionalización interna”.
Por principios de cuenta, OSC deben ser capaces de asegurar una estabilidad en
sus procesos y de dar respuestas efectivas ante los cambios del entorno, lo que
exige una sabia combinación entre estabilidad y cambio en un ambiente de
incertidumbre.

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Se requiere por tanto de la instrumentación de procesos de cambio planificado que
permitan el fortalecimiento organizacional (institucionalización-profesionalización)
de tal manera que exista:
 Claridad en el propósito para tener una dirección clara y evitar la confusión.
 Competencias desarrolladas para tener capacidad de respuesta y evitar la
ansiedad.
 Alienación estratégica de la organización para asegurar que se va en la
dirección correcta y que todos y cada uno de los integrantes entiende y se
comprometen con el núcleo ideológico central que le da identidad a la
organización y tienen clara su contribución en la construcción del futuro
deseado y se evita la confusión entre sus miembros y los diferentes actores
clave con quien interactúa.
 Existe un proceso de liderazgo efectivo que promueve con agilidad los
cambios necesarios para anticiparse a las exigencias del entorno en la
organización evitando que el cambio se genere de manera gradual y fuera
de tiempo.
 La OSC cuenta con los recursos necesarios para impulsar sus acciones y
evita la frustración entre sus integrantes capitalizando sus acciones y
generando aprendizajes significativos de sus aciertos y errores.
 Se cuenta con un plan de acción consistente y pertinente evitando el falso
esfuerzo.
 Hay un seguimiento efectivo a la contribución a los objetivos, el cumplimiento
de las tareas, y la realización de las metas, de la organización en su conjunto
de todos y cada uno de sus integrantes, para eliminar el malestar que implica
pensar que no se retroalimenta el quehacer y por tanto se puede evaluar
como intrascendente.

Figura 15
Proceso de cambio planificado

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Claridad en
el propósito

seguimiento Alienación
efectivo estratégica

plan de liderazgo
acción efectivo

recursos
necesarios

Se trata de establecer un modelo y proceso adecuado de gestión para la ejecución


que permita obtener resultados predecibles en un entorno muy cambiante e
impredecible e implica establecer un proceso de ejecución consistente y de calidad
superior que sólo se materializa cuando las acciones de los individuos están
alineadas unas con las otras, así como con los intereses y valores estratégicos de
la OSC.

La institucionalización interna implica entonces la adecuada correlación de los


siguientes factores:
 La definición de una estructura organizacional que opera y ejecuta con base
en criterios, políticas de actuación y normas a cumplir más claras con el
objeto de que de que los colaboradores actúen alineados a la estrategia, en
este sentido el desempeño organizacional es la suma total de las
innumerables acciones que llevan a cabo y las decisiones que toman, cada
día, las personas de todos los niveles jerárquicos de la OSC.
 Establecer un esquema decisorio en el que se especifica quién tiene la
autoridad para tomar decisiones y cuáles. La clarificación de esos derechos
da consistencia al organigrama disipa cualquier duda en materia de
responsabilidades. Los derechos y las responsabilidades que no se explicitan
son la principal causa de un desempeño inferior al estándar. Se trata de
establecer un sistema humano para traducir estrategias en conductas
positivas en todos los niveles de la organización.
 Definir los motivadores para la acción, de lo que se trata es que los
colaboradores entiendan con claridad lo que se espera de ellos a través de
un auténtico proceso de empoderamiento interno. los colaboradores de una
OSC no actúan en contra de los propósitos de la organización de manera

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deliberada, ni tratan de desbaratar su estrategia. Lo que hacen es responder,
de manera racional, en función de lo que ven, lo que entienden y la forma en
que se los recompensa, tanto objetiva como subjetivamente.
 Establecer criterios y periodicidad para la presentación de la información
relevante sobre el desempeño de la OSC y asegurarse que se encuentra al
día, lo que implica un sistema de gestión de la información confiable para una
adecuada y oportuna rendición de cuentas.

Figura 16
Proceso de institucionalización interna

Definición de una
estructura
organizacional

Criterios y
peridicidad para Esquema
la presentación decisiorio
de información

Motivadores para
la acción

Estos cuatro factores orientados a la mejora del desempeño organizacional que


implican su institucionalización están correlacionados: para cambiar la estructura
hay que cambiar el esquema de decisiones; para tomar decisiones eficientes los
colaboradores de la OSC necesitan nuevos incentivos e información diferente
que permita una toma de decisiones efectiva y alineada.

Siendo aún más específicos se requiere de la aplicación de una cultura


organizacional orientada a una ejecución de la estrategia en función del marco
para la toma de decisiones, reflejado en la identidad (misión, visión y principios
y convicciones). Esto es un proceso muy poderoso de transformación cultural a
fin de alinear la cultura de una organización y las conductas en el día a día con
la estrategia. El proceso permite dar seguimiento directo, continuo y consistente
a la ejecución de la estrategia y asegurar sincronización, coordinación y
colaboración en toda la organización.

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Este modelo puede sintetizarse en cuatro disciplinas también correlacionadas:
 Enfocarse en lo crucialmente importante. Todos, en el equipo, tienen claridad
absoluta con relación a las principales prioridades que definen el éxito y están
comprometidos con ellas, son metas que adquieren relevancia superior y
pretenden a que se realice un esfuerzo adicional al cumplimiento de la tarea
diaria y rutinaria.
 Se cuenta con indicadores predictivos en relación a los resultados e impactos
que se pretenden lograr, los parámetros invitan a tomar acción sobre las
mediciones. Todos conocen y se comprometen con unas pocas actividades
que tendrán el mayor impacto; luego usan las mediciones de predicción para
dar seguimiento a esas actividades y rendir cuentas sobre las mismas. Los
indicadores predictivos están orientados, a diferencia de los históricos, a
definir acciones concretas que abonan al cumplimiento de las metas
crucialmente importantes.
 Llevar un convincente tablero de resultados. Todos conocen las mediciones
que indican el éxito y, en cada momento, pueden ver si están generando los
resultados e impactos pretendidos o no. Un convincente tablero de
resultados motiva a las personas a dar lo mejor de sí mismos. Se trata de
mostrar de manera sencilla y convincente de los avances relacionados con
las metas establecidas.
 Establecer una cadencia (ritmo y frecuencia) en la rendición de cuentas.
Todos rinden cuentas con regularidad por el progreso hacia el cumplimiento
de las metas.

El establecer procesos de ejecución efectivos, que permiten un seguimiento puntual


a las contribuciones de la organización en su conjunto y de las personas en lo
particular son una clave de la institucionalización organizacional. Esto debe estar
alineado a dos procesos adicionales: el modelo o proceso de gestión del talento
humano y el manejo productivo de la energía organizacional.

Figura 17
Cuatro disciplinas de la ejecución

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En relación a los procesos de gestión del talento humano se ubican, a saber, tres
modelos: por tareas, por objetivos y por competencias orientas al cumplimiento de
la misión y la construcción de la visión. Estos modelos se expresan en la siguiente
tabla:
Tabla 1
Modelos de Gestión del talento humano.

Modelo de gestión /
Aspecto del modelo de Por tareas Por objetivos Por competencias
gestión
Fuente del conocimiento Ordenes Retos Contribución a los
para que los colaboradores propósitos
sepan quehacer
Interpretación de la Subordinado Profesional Integrante de un
participación en el quehacer equipo
de la organización
Actitud ante el trabajo Reactiva Proactiva Cooperativa
Motivación que se recibe Extrínseca Extrínseca e Extrínseca, intrínseca
intrínseca y contributiva
Aptitud se ve reflejada en el Talento Talento Talento
trabajo dependiente independiente interdependiente
Objetivo de la acción a Cumplimiento Éxito personal Mejora organizacional
realizar
Resultados del trabajo Mínimo Pactado Máximo

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Evaluación del desempeño Por errores Por Por competencias
comparación cooperativas y
contributivas
Fuente:…….

Lo que se pretende es impulsar un modelo de gestión del talento humano orientado


al desarrollo de competencias y capacidades para el trabajo en equipos de alto
desempeño comprometidos con un propósito común, donde todos y cada uno de
los integrantes de la OSC tienen claro el sentido de su existencia, la identidad de la
misma y la contribución sociocultural que realizan, y también clarifican sus
responsabilidades personales comprometiéndose con su ser y quehacer al mismo.

Esto nos lleva al análisis de la gestión de la energía organizacional. Se trata de


asegurar que los integrantes de las OSC cuentan con un sentido urgente para actuar
en pro de los propósitos de la organización, en términos generales se ubican cuatro
maneras de expresión de dicha energía, como lo muestra la siguiente figura:

Figura 18:
La energía organizacional
Zona de agresión. Zona de pasión.
Intensidad de la energía +

Se vive una tensión interna, Disfrutan de fuertes emociones


originada por fuertes positivas.
emociones negativas

Zona de resignación. Zona de comodidad.


Las organizaciones exhiben Hay poca vivacidad y un nivel
emociones débiles y de satisfacción relativamente
negativas. alto.

- calidad de la energía organizacional +

Fuente: Bruch, Heike y Sumantra Ghoshal ¿Matar al dragón conquistar a la


princesa? Revista: GESTION | V.16 N.5 • SEP-OCT 2011 | gestion.com.ar

La más positiva es cuando existe pasión en la organización, esto implica contar con
una visión clara del futuro de la organización la energía de los colaboradores es alta
y positiva, el reto es mantenerse en ese nivel que implica renovar y hacer presente
los propósitos y la dirección de la organización como un incentivo permanente para
actuar en consecuencia, el liderazgo es positivo, elocuente y lúdico, con el objeto
que todos y cada uno de los involucrados se comprometan y actúen en función del
propósito alentador de la OSC.

Cuando existe una amenaza en el entorno que pone en riesgo la organización, la


energía organizacional, si es que el líder, ubica y trasmite dicha amenaza de manera
clara y pertinente, obliga a la organización a ubicarse en la agresión, lo que implica
mayor disciplina, rigor, compromiso con el quehacer fundamental de la organización
con tal de superar la amenaza, y en su caso poder transitar hacia la pasión, una vez
superada la amenaza.

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En ambas situaciones (pasión y agresión), como ya se comentó, se trata de
asegurar que la visión y la estrategia de la organización capturen el entusiasmo de
las personas, comprometan sus capacidades intelectuales y produzcan un sentido
de urgencia para entrar en acción. En esencia se trata de liberar la energía
organizacional, y de guiarla a fin de que respalde las metas estratégicas clave.

Cuando las organizaciones tienden a la estabilidad y los cambios son pocos o no


se presentan y además los integrantes de las mismas consideran que están
haciendo bien su papel y que sus contribuciones son significativas, se corre el riesgo
de ubicarse en el cuadrante de la zona de la comodidad o el confort. Por lo que la
energía es baja y el sentido de urgencia para actuar se pierde.

La zona de la decepción se presenta cuando la organización se siente incapaz de


poder hacer frente a las amenazas del entorno y por tanto la energía organizacional
se canaliza, por lo general, a el cuestionamiento sobre la existencia de la
organización y se puede entrar a una dinámica de autodestrucción ya que, en lugar
de trabajar unida para enfrentar las amenazas, la energía se canaliza a las luchas
internas.

3.2 La forma de medir la incidencia del trabajo de las OSC


Dice la teoría que lo que no es cuantificable, no se mide, no se puede evaluar y es
certero: por ello asumir la rendición de cuentas cruzada y múltiple como un reto que
implica ser más precisos, efectivos y certeros en las acciones; constituye una
práctica un poco desagradable, pero muy pertinente para el mundo de las OSC.

La evaluación de los impactos, como una manera de medir si una interacción


orientada a gestar el desarrollo y a la construcción de un cambio sostenible a largo
plazo, es un proceso complejo. La complejidad de la evaluación aumenta cuando
se trata de medir los impactos en procesos intrínsecamente fluidos, repetitivos e
intangibles. A esto habría que agregar que las dinámicas de poder juegan un papel
significativo en la evaluación de impactos, de manera explícita o implícita, y por lo
tanto, muchas organizaciones la perciben como un mecanismo de control y
rendición de cuentas impuesto externamente.

Sin embargo, es importante considerar que si las organizaciones no evolucionan


retroceden, porque el mundo se modifica permanentemente y lo que se pretende,
desde los procesos de evaluación es contribuir para que las OSC sean sólidas y
perdurables. Por lo que la adopción de un proceso de evaluación participativo
(técnicamente sustentable), para desarrollar indicadores que involucren a las
diferentes participantes en el proyecto, contribuye a la apropiación del proceso de
evaluación de impacto y de sus resultados por parte de los participantes y así
resolver, en parte la problemática derivada de las dinámicas del ejercicio de poder.

La evaluación de impactos es un proceso complicado, que se hace aún más difícil


cuando se evalúa en función de procesos intrínsecamente complejos, intangibles y
a menudo poco definidos, tales como el desarrollo de la capacidad organizacional.
Cualquier persona que trabaje en este campo reconocerá estas dificultades.

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La dificultad al diseñar un proceso de evaluación clara de los impactos, aumenta
cuando no se logra clarificar el papel que el proceso mismo debe desempeñar. Los
siguientes son algunos de los diferentes roles posibles:
 Papel de Registrar el Legado: identificar, analizar y documentar los
cambios que han ocurrido, para registrar sus impactos.
 Papel de reflexionar: respecto del actuar institucional, a partir de
confrontarse con otras intervenciones, para medir el grado de incidencia.
 Papel de Comunicación: comunicar los logros y celebrar los éxitos de largo
plazo para motivar al personal y a las personas involucradas en los
programas (incluidos los donantes) y estimular a los demás para que adopten
procesos o realicen inversiones similares.
 Papel de Gobernabilidad: asegurar cierto grado de responsabilidad social,
monitoreando la inversión en actividades y productos específicos y
realizando un seguimiento sistemático y transparente de sus productos e
impactos.
 Papel de Aprendizaje: generar información y desarrollar perspectivas sobre
el cambio así como analizarlas y diseminarlas de manera tal que todas las
personas involucradas en los proyectos puedan aprender de las relaciones y
procesos en cuestión, y consecuentemente adaptar su comportamiento y sus
intervenciones.
 Papel Político: generar información y análisis que puedan ser utilizados para
reformar las políticas, desarrollar nuevas estrategias, mejorar las prácticas
del gobierno o los donantes, o fortalecer las campañas de defensa.

Se trata de promover la apropiación del proceso en el ámbito local y su


empoderamiento, para desarrollar la capacidad de reflexión, mejorar el desempeño
por medio del aprendizaje y finalmente alcanzar la auto-determinación. En este
caso, el donante puede jugar un papel de apoyo y facilitación. Colaborar y no
suplantar el ímpetu de la ciudadanía. Como alternativa a estos extremos, puede
utilizarse una combinación de los dos enfoques, especialmente en los casos en los
cuales existe un amplio rango de actores organizacionales.

El reto consiste en reconocer y comprender las necesidades, motivaciones y


prioridades de los involucrados (estén ocultas o no), para poder negociar un
consenso genuino acerca del propósito del proceso de evaluación de impactos y de
la manera cómo va a satisfacer las diferentes necesidades; debe quedar claro el fin
de la evaluación no es sancionar (concepto propio de la burocracia), sino entender
cómo funcionan los procesos y los ajustes a que den lugar.

Para que el consenso sea efectivo, es necesario que esté se base en una
comprensión de las relaciones de poder (presentes en todos los ámbitos de la vida
social). Esto incluye las condiciones previas y los incentivos requeridos para que los
participantes menos poderosos sientan que su apertura y sinceridad no será
penalizada o en última instancia tenga consecuencias sobre decisiones de
financiación.

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La búsqueda de resultados visibles y cuantificables es comprensible, especialmente
cuando los donantes necesitan sentirse seguros de que su dinero ha sido
correctamente invertido y ha hecho una diferencia medible. Sin embargo, esto ha
generado una tendencia a enfrentar los retos de la evaluación de impactos de los
programas de desarrollo de capacidad por medio de marcos de trabajo integrados
y altamente complejos, que tratan de medir demasiados elementos y de establecer
demasiados indicadores cuantitativos de desempeño. Es claro, que en tanto no esté
claro qué y para qué medir, se desvirtúa cualquier ejercicio de medición.

Para enfrentar el problema de la evaluación de procesos complejos,


fundamentalmente de carácter social, son necesarios marcos de trabajos integrados
y multi-dimensionales. Con este objetivo, algunas entidades han empezado a utilizar
métodos sistémicos en los que la relación entre la capacidad y el cambio puede ser
“formulada como cambios en el comportamiento, las relaciones, las actividades y
las acciones de las personas” (ECDPM 2004).
“La reflexión con base en sistemas, es necesaria para entender y
desarrollar la capacidad de fortalecer la posición de la organización
dentro de los sistemas en los que opera” (ECDPM 2004).
Este enfoque explora las interrelaciones e influencias que existen entre diferentes
elementos y ambientes, tanto internos como externos, y las diferentes dimensiones
de la vida organizacional (su funcionamiento interno, su programa de trabajo, sus
relaciones y su evolución).

La cuestión sobre cómo vincular o atribuir cualquier cambio en un sistema amplio a


un insumo particular, es uno de los principales retos y representa un obstáculo para
la evaluación de impactos del desarrollo de la capacidad organizacional. La
interacción entre factores internos y externos, así como las circunstancias
cambiantes, complican la labor de establecer una relación causal entre una
intervención, un cambio más amplio y la atribución de responsabilidad (Paton 2003;
Engelhardt and Lynch 2003). Por ejemplo, ¿es posible identificar el vínculo entre
una estrategia nueva o que ha sido modificada en las oficinas centrales de una
organización, y los cambios reales en las operaciones de campo?
El que un programa o interacción produzca a cambios a largo plazo puede requerir
que este sea evaluado de maneras suficientemente flexibles que permitan registrar
cambios que con frecuencia se dan en un contexto más amplio.

Las OSC, se encuentran inmersas en un ambiente cambiante, que les obliga a el


replanteamiento de las bases convencionales de gestión, en especial la relativa al
conocimiento; a partir de la cual las organizaciones se adecuan a las condiciones
del entorno e incorporan atributos a su actuar operativo (capacidad estratégica).
Mintzberg ha sido muy enfático al respecto, al advertir, que desarrollar estrategias
que fomenten el aprendizaje institucional, es crucial para las organizaciones de
vanguardia.

Aparejada a esta circunstancia la forma convencional de medir los resultados, se ha


modificado; no puede hacerse solamente en base a un análisis retrospectivo de

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corte histórico: hoy la propia dinámica de los procesos económicos y la vorágine de
dinámica social, vuelve obsoleto este abordaje. Los fundamentos de la medición de
resultados e impactos, se basará a futuro en la planificación, promoción y evaluación
sistemática de los procesos (ejercicio permanente de retroalimentación). En
particular cobra relevancia la denominada evaluación de impactos, que aún en el
caso de las OSC, debe incluir indicadores propios de la dimensiones contempladas
en las teorías de la gestión, como factores críticos o estratégicos, entre estas,
variables externas (sociales, económicas, políticas y legales) e internas (recursos
físicos, técnicos, financieros y habilidades y conocimientos tecnológicos,
organizativos, directivos, etc.), que se traduzca en su capacidad de innovación,
evaluación de la calidad de sus servicios o el número de alianzas y acuerdos de
cooperación, entre otros aspectos.

En este sentido, las OSC deben procurar la búsqueda de ventajas competitivas, que
se armoniza con una permanente creación de valor. Pero sin lugar a dudas, esta
búsqueda de factores estratégicos y aprovechamiento de potencialidades,
requieren de un cambio sustancial, en la forma de cómo se administra
estratégicamente sus recursos tangibles e intangibles, que lograrlo, dependerá en
gran medida de su capacidad de respuesta para definir referentes básicos, como es
la creación de valores comunes que se alineen a los objetivos y estrategias
institucionales; Además que generalmente estos valores sirven de punto de
identificación con la propia sociedad (la honestidad, la transparencia, su
compromiso con el medio ambiente, etc.).

Es indudable que las organizaciones de la sociedad civil, no pueden mantenerse al


margen de estos procesos de redimensionamiento organizacional, que incluye los
procesos de evaluación de las OSC, con todos sus accesorios. Sí bien estamos
hablando de un tema relativamente joven, esto se debe en gran medida, a que
erróneamente las OSC, fueron concebidas como un sujeto social exento de rendir
y dar cuentas de su actuar, pues la naturaleza de sus actividades las excusaba de
tal responsabilidad; el hecho de haber evolucionado como organismos no
gubernamentales, los conducía más a actuar como contrapeso externo al hacer del
sector público y nada más.

Desde la perspectiva institucional de ORGANIZACIONES CIVILES DE SEGUNDO


NIVEL , los procesos de evaluación, no sólo cumplen con una obligación ética de
las OSC, respecto de sus usuarios internos y externos, tienen o deberían tener un
fin último y superior: el aprendizaje colectivo del sector (sobre lo cual es necesario
profundizar en su nivel de conciencia como tal), a partir de la reflexión que traen
consigo las lecciones aprendidas.

Uno de los grandes mitos que se cierne sobre las organizaciones de la sociedad
civil, es sin duda su animadversión a autoevaluarse y menos a ser evaluadas por
terceros. Como cualquier tipo organización, prevalece un resquemor a someterse a
este tipo de procesos, donde no queda claro, que es lo que se busca. Por desgracia,
en el mundo organizacional global, en que nos desenvolvemos, cuando nos
referimos a evaluar, por añadidura, se piensa en regulación; la cual no es mala en

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sí, lo contraproducente resulta, cuando los procesos de evaluación, no buscan
mejorar algún sector en específico, sino sólo acaban sobreregulándolo a la larga.

Sólo lo que se mide se puede mejorar; por lo que, a partir de esta premisa, en
septiembre de 2010, en el marco del Foro sobre la Eficacia del Desarrollo de las
OSC (Open Forum) que constituye un…
“proceso mundial creado por y para las organizaciones de la sociedad
civil (OSC) en todo el mundo con el objetivo de establecer un marco
conjunto de principios que definan las prácticas eficaces de desarrollo
de las OSC y establezca unas normas mínimas para generar un
entorno favorable para las OSC promocionando a la vez el papel
esencial de la sociedad civil dentro del sistema internacional de
cooperación al desarrollo”
Se estableció como marco de referencia para el desarrollo de la efectividad de las
OSC que guían el trabajo y las prácticas en pro del desarrollo de las organizaciones
de la sociedad civil, los ya citados “Principios de Estambul”; los cuales además
las obliga a tomar medidas pro-activas para rendir cuentas cabales por las mismas;
siendo uno de los ejes transversales para formalizar estos principios el punto quinto,
que indica la obligación de las OSC de:
5. Practicar la transparencia y la rendición de cuentas. - en su
carácter de actoras del desarrollo, que asumen un compromiso
institucional sostenido en la transparencia, la rendición de cuentas a
múltiples actores y la integridad en su funcionamiento interno.

Tomando como base estas directrices, en lo sucesivo, las OSC, han definido
puntualmente en sus marcos y planes estratégicos, el compromiso de rendir cuentas
y el mandato subyacente de evaluar los efectos de sus intervenciones, a efecto de
dar certidumbre a sus proveedores (donantes) y usuarios (población objetivo). Por
ello, es prioritario entender que para alcanzar una correcta evaluación de impactos,
son esenciales además de una buena planificación, un seguimiento puntual y una
supervisión permanente, que representa la única fórmula que permitirá a las OSC,
“buscar indicios de cambios conforme trabajan, evaluar el progreso a
la hora de lograr cambios y comprobar si sus conjeturas sobre cómo
se logra el cambio en su contexto son correctas”.

Sin embargo, esta tarea no resulta fácil, tanto por el objeto motivo de medición,
como la multiplicidad de formas (metodologías) respecto de cómo evaluar los
impactos de forma constante; pero como se cita en el párrafo anterior, la base de
una correcta evaluación, es una acertada planificación, principalmente la
determinación de objetivos de cambio, estará en una buena posición para evaluar
su progreso conforme actúa. De igual forma el seguimiento, como proceso, permite
juzgar periódicamente si los enfoques tácticos propuestos funcionan y son
pertinentes.

Volviendo el punto central del capítulo, una correcta medición de impactos, parte de
una acertada formulación de indicadores de impacto, que constituyen

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“formas objetivas de medir el progreso que se está logrando……para
cumplir con sus objetivos e hitos y cuál son los impactos que su trabajo
de promoción ha tenido a la hora de influir sobre las audiencias clave”.

Por lo tanto, los indicadores de impactos miden los resultados, que han producido
un cambio positivo (tanto político como práctico) para lograr los objetivos, como
resultado del trabajo de promoción pública.

Un elemento determinante, para implementar los procesos de evaluación, lo


constituye el nivel o grado de compromiso institucional, que poseen las OSC como
actores del desarrollo, para asumir las tareas para alcanzar transparencia, rendición
de cuentas, integridad en su funcionamiento interno, responsabilidad mutua y
múltiple y las prácticas democráticas internas refuerzan los valores de justicia
social19 e igualdad: todos ellos, elementos que generan confianza pública a la vez
que realzan la credibilidad y la legitimidad de las OSC.

Esto circunstancia conlleva la construcción multidimensional de indicadores de


impacto, que debería incluir la participación de:
 beneficiarios,
 constituyentes,
 homólogos, plataformas de OSC/asociaciones,
 donantes/financiadores/inversores,
 gobierno/organismos reguladores,
 otras partes interesadas relevantes para el entorno de su OSC.

Figura 18:
Actores involucrados en la evaluación de impactos

19
“La justicia social es un principio fundamental para la convivencia pacífica y próspera, dentro y entre las
naciones. Defendemos los principios de justicia social cuando promovemos la igualdad de género o los derechos
de los pueblos indígenas y de los migrantes. Promovemos la justicia social cuando eliminamos las barreras que
enfrentan las personas por motivos de género, edad, raza, etnia, religión, cultura o discapacidad.” ONU 2016.
(https://www.un.org/es/events/socialjusticeday)

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Beneficiarios

Otras
partes Constituyentes
interesadas

Evaluación
de
impactos

Gobierno Homólogos

Donantes/financi
adores/inversores

Las OSC, que asumen el mandato de demostrar los resultados de sus


intervenciones y acciones, mediante la utilización de los diversos mecanismos de
responsabilidad social, entre estos la evaluación de impactos, son capaces de
adaptarse con mayor dinamismo a los cambios, pero fundamentalmente promueven
el aprendizaje mutuo y la puesta en común de conocimientos sobre buenas
prácticas de responsabilidad de las OSC.

Pero que elementos deben perseguirse con la medición de impactos, no deben


centrarse sólo en resultados directos y medibles del desarrollo, sino también en la
promoción y movilización para el cambio, donde es poco frecuente atribuir
resultados de forma sencilla. Pareciera temerario este planteamiento, sin embargo,
no puede ser de forma diferente, cuando hoy en día, mucho del valor de la economía
mundial, se rige en base a intangibles.

3.3 Acompañamiento desde la práctica: de la interacción de las OSC con


la comunidad y la sociedad civil en sentido amplio.

Un aspecto sustantivo que cobra relevancia en años recientes en torno a los


procesos sociales, lo constituyen las denominadas técnicas de -acompañamiento
desde la práctica-, los cuales refieren básicamente al hilo conductor de toda

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interacción, que persigue el apoyo a los actores sociales en condiciones de
exclusión y marginación y que presentan dificultades para activar y movilizar
recursos, capacidades, potencialidades individuales y de su entorno.

Desde una perspectiva de evaluación de impactos, este tipo de mecanismos,


permite técnicamente dar solidez a los procesos, a partir de un trabajo en común,
potenciando la iniciativa social. En tanto que, en el plano económico, el
acompañamiento, persigue que la interacción no “se reduzca a un mero consumo
de recursos”.20

No necesariamente tendríamos que hablar de tutelar los procesos, en el sentido


estricto del concepto, sino de articular conocimientos y esfuerzos entre agentes del
desarrollo, para posibilitar los logros interinstitucionales. La fragilidad social, que
suele caracterizar a los actores sociales, llega a convertirse en ocasiones en una
seria limitante, para superar rezagos; de ahí que se recomiende favorecer este tipo
de mediación social, entre los múltiples actores sociales. Para alcanzar este
objetivo, se requiere de condiciones previas, basadas en la mutua confianza y el
respeto.

Sin llegar a constituir la panacea, para resolver los problemas de eficacia de las
intervenciones sociales, el -acompañamiento desde la práctica-, constituye un
método novedoso, al seno de las OSC, que tradicionalmente desarrollaban una
actuación aislada de otros actores y al margen de redes sociales de apoyo. De ahí
la valía de este tipo de estrategias, que consolidan la forma de trabajo
interinstitucional de las organizaciones; metodológicamente este se fundamenta en
la noción de aprender colaborativamente, sobre la base de la participación y el
empoderamiento. De esta forma, las OSC se ven sujetas de inicio, a mínimos de
estándares y eficiencia, a partir del cumplimiento de criterios básicos, algunos de
ellos ya citados.

Una reflexión que resulta pertinente destacar, en la perspectiva del desarrollo de la


sociedad civil, es la tesis de Acemoglu y Robinson; que refiere como una condición
básica del desarrollo, que los países cuenten con una sociedad civil organizada
poderosa, que le confieran formas solidarias y de confianza reciprocas a las
manifestaciones económicas del crecimiento. De esta forma, la fusión de
ciudadanía y sociedad civil, –ciudadanía organizada-, como ellos la conceptualizan,
toman mayor relevancia, día a día, en la construcción de comunidad, entendida
está, como el espacio próximo inmediato desde donde la ciudadanía, se perfilan
como actores del desarrollo. Pero además lo que resulta más relevante de su visión
económica, es que advierten que al lado de una sociedad civil organizada, debe
privilegiarse la productividad y la innovación.

20
Pérez, B. El acompañamiento social como herramienta de lucha contra la exclusión. Disponible en:
http://www.caritas.es/imagesrepository/CapitulosPublicaciones/485/05%20-
%20EL%20ACOMPA%C3%91AMIENTO%20SOCIAL%20COMO%20HERRAMIENTA%20DE%20LUC
HA.pdf (accesado el día 03 de junio de 2016)

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De esta forma, una sociedad que crece y se fortalece, es la suma de la igualdad de
oportunidades, la defensa de las libertades de sus ciudadanos y el involucramiento
de la sociedad civil en la toma de decisiones: en suma, instituciones de calidad que
garantizan la buena marcha de los países.

Dicha aseveración, viene a fortalecer la idea primaria de acompañamiento y


evaluación desde la práctica, que corrobore eficiencia e impactos de los procesos,
de interacción desde una perspectiva más integral, como lo aquí propuesta.
Acemoglu y Robinson, robustecen esta premisa, máxime que la sociedad civil,
tienden a especializarse, también es manifiesto, la obligatoriedad ética de evaluar
la incidencia de dichos procesos.

Algunos supuestos desde los cuales se pueden construir este acompañamiento


desde la práctica, que podíamos citar son:
 Planificación institucional de corto y mediano plazo, como mínimo. - las
OSC, deben contar con procesos de planeación documentados, que
determinen las líneas de interacción general.
 Intervenciones inscritas en un marco general de acción. - el trabajo a
desarrollar debe ser consistente con las líneas de acción enmarcadas en su
planificación institucional.
 Acordes con la especialización de las organizaciones. - deben responder
al objetivo institucional, de manera que abone a la construcción de
organizaciones referentes del sector.
 No operadas sobre la base a la improvisación. - evitar intervenciones
coyunturales que no abonen a las líneas de acción establecidas, o que
resulten reactivas a oportunidades de mercado.
 Factible de sistematizar con fines de aprendizaje colectivo. - que la
interacción se inscriba en un enfoque de marco lógico (mínimos de
referencia) que facilite la avaluación del diseño y ejecución del proceso de
interacción.
 Insertas en una red, desde donde se pueda compartir y replicar. - el
trabajo se desarrolle desde plataformas de la sociedad civil, donde las
intervenciones particulares, cobren relevancia colectiva, a partir de mejorar
la incidencia del sector y acotar la curva de aprendizaje institucional entre
otras OSC.

Figura 19:
Supuestos para el acompañamiento desde la práctica

Página 63 de 87
Planificación
institucional

Incertas en Marco general


una red de acción

Factible de Acordes con la


sistematizar especialización

No
imporvisación

4. Características esenciales del modelo de acompañamiento


La apuesta institucional de ORGANIZACIONES CIVILES DE SEGUNDO NIVEL ,
en su interacción con las OSC implica sentar las bases contextuales y establecer
un marco de referencia que de sentido a una propuesta consistente y pertinente y
acorde a los retos existentes en el impuso e institucionalización de las OSC y de los
procesos sociales en que se contribuye para la generación de la trasformación
social deseada.

4.1 Apuesta institucional de ORGANIZACIONES CIVILES DE SEGUNDO


NIVEL
ORGANIZACIONES CIVILES DE SEGUNDO NIVEL , asume su rol colaborativo,
como agente de cambio en el contexto de las OSC; por ello se propone ser promotor
de buenas prácticas, ser puente para la asociación estratégica con el sector
empresarial y constituirse en fuente de innovación social para el conjunto de las
OSC, ya sea como cooperante o referente, a partir de los siguientes supuestos:
a) ORGANIZACIONES CIVILES DE SEGUNDO NIVEL , como promotor de
buenas prácticas en las OSC: bajo este supuesto es que se plantea el
desarrollo de un sistema de acompañamiento diferente, basado en la práctica
de las organizaciones de la sociedad civil, y que tiene mayores implicaciones
que el promover las buenas prácticas, se trata de la construir procesos
sistémicos de acompañamiento orientados a la generación de resultados e

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impactos, tangibles e intangibles que posibiliten una mayor, libre y
responsable participación comunitaria y por tanto el impulso del
empoderamiento y la gestación de un capital social autónomo de las
comunidades.

Implica también un sistema de acompañamiento para ORGANIZACIONES


CIVILES DE SEGUNDO NIVEL mucho más exigente y riguroso, que a lo
interno le demanda a su vez mayor rigor metodológico y precisión en las
apuestas institucionales que copatrocina. Entre otros fines se pretende
generar los siguientes tránsitos en las OSC y en la propia
ORGANIZACIONES CIVILES DE SEGUNDO NIVEL :
 Del voluntarismo al profesionalismo y del profesionalismo a la
institucionalización.

Del
voluntarismo Al
profesionalismo

 De la filantropía al impulso y consolidación de alternativas viables de


trasformación social.

Del
voluntarismo Al
profesionalismo

 De la intervención institucional a la construcción de prácticas sociales y


culturales interiorizadas y por tanto apropiadas por la comunidad, por
medio de un sistema de acompañamiento desde la práctica.

Del
voluntarismo Al
profesionalismo

 Del desarrollo de la capacidad organizacional a la evaluación


permanente de resultados e impactos como un proceso de
retroalimentación continuo, para la mejora sustantiva de las prácticas
institucionales tanto internas como sociales, con sentido estratégico.

Del
voluntarismo Al
profesionalismo

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 De la formación profesional a la gestación de procesos de interacción
transformacional.

Del
voluntarismo Al
profesionalismo

 De la evaluación externa a la generación de procesos de reflexión auto


evaluativa para la generación de nuevos aprendizajes.

Del la
evaluación A la autoevaluación
externa critíca: nuevos
aprendizajes

 De la transitoriedad de los procesos coyunturales, a la construcción de


un sistema de acompañamiento que genere cambios de carácter
estructural.

De la
transitoriedad A la construcción
cuyuntural de cambios
estructurales

 De modelos de gestión orientados al asistencialismo a procesos de


interacción entre ORGANIZACIONES CIVILES DE SEGUNDO NIVEL
las OSC y la comunidad orientados a la trasformación social y el
desarrollo.

De modelos
asistencialistas A procesos de
interacción orientados a
la trasformación social

 De una conciencia de causa a una conciencia de sector, con capacidad


argumentativa sustentada para la generación de diálogos constructivos
en la generación de aprendizajes significativos para el mundo de las
OSC en interacción con otros actores relevantes para el desarrollo.

De una
conciencia de
causa A una conciencia
de sector

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b) ORGANIZACIONES CIVILES DE SEGUNDO NIVEL , como puente para la
asociación estratégica entre el sector empresarial y las OSC: que tenga
como objetivo atraer fondos empresariales, a partir de una estrategia que
permita desarrollar una plataforma para generar conciencia sobre los retos
sociales, promover las OC certificadas y captar donadores o patrocinadores
de intervenciones específicas, bajo criterios metodológicos certeros,
cuantificables y replicables.

Se trata de articular esfuerzos para multiplicar resultados basados en una


visión común sobre las trasformaciones sociales que exigen nuestros
tiempos, superando las condicionantes históricas y facilitando el dialogo
constructivo entre actores clave para el desarrollo. Que no necesariamente
está exento de tensiones, pero sí es capaz de trazar a partir de coincidencias
básicas, un actuar común, de mutuo beneficio.

c) ORGANIZACIONES CIVILES DE SEGUNDO NIVEL , como fuente


Innovación Social: este programa pretende posicionar a Organizaciones
civiles de segundo nivel como pionero en la investigación y desarrollo de
oportunidades en el ámbito de las OSC.

Y a la postre como referente estratégico, en el devenir del actuar de las OSC;


no cabe pensar en un ORGANIZACIONES CIVILES DE SEGUNDO NIVEL ,
ajeno al devenir de la evolución de las organizaciones, pero tampoco a OSC,
que permanezcan inmutables ante los cambios del contexto e inmunes a los
desafíos existentes. Se trata de una apuesta de doble vía donde cada quien
cumple su objetivo, en la medida que el otro se consolida.

El modelo de acompañamiento a desarrollar pude contribuir al reto


estratégico en la medida que implica una evaluación permanente de las
acciones a emprender y de los resultados alcanzados; y por tanto un proceso
constante sistematización de la práctica y de retroalimentación, tanto a las
OSC como a la propia ORGANIZACIONES CIVILES DE SEGUNDO NIVEL
que traerá como consecuencia la generación de conocimiento relevante y
significativo como base para la innovación que generé valor social relevante.

El talón de Aquiles de las OSC, es que logren trascender la inmediatez de la


operatividad y centren su actuar en acciones de mayor trascendencia para
ellas mismas y el sector en su conjunto. En la actualidad, poco se reflexiona
y menos se delibera, lo apremiante de sobrevivir, acaba pesando más.

4.2 Atributos deseados de las OSC, sujetas de acompañamiento


Entre otros factores el sistema de interacción de ORGANIZACIONES CIVILES DE
SEGUNDO NIVEL parte de la descripción de los atributos y apuestas de las
organizaciones civiles con las que nos interesa interactuar y que a continuación se
abordan. Las organizaciones civiles son los sujetos de nuestra acción, nuestra

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prioridad es contribuir con aquellas que disponen de uno o más de los siguientes
atributos:
 Su propósito es la construcción intencionada de alternativas que impulsan
relaciones sociales solidarias entre la ciudadanía, basadas en la toma de
conciencia fundada en la reflexión sobre la acción. Buscan ampliar las
libertades y superar los condicionamientos socio - históricos en los que
vivimos.
 Impulsan acciones destacadas de carácter comunitario y con aplicaciones
tecnológicas cuya intención es mejorar la calidad de vida de las mayorías
para generar y aplicar innovaciones de valor social apropiadas y con una
perspectiva ética y social que favorezca el buen vivir21 .
 Se orientan a la movilización social que se traduce en organizaciones
autónomas (no sólo en obligaciones, sino en derechos), por tanto pretenden
resolver problemas y se impulsan iniciativas favorables para la colectividad.
 Sus procesos buscan la trasformación de las instituciones públicas o
comunitarias basadas en la participación ciudadana activa y propositiva.
 Son alternativas ciudadanas que ofrecen soluciones a problemas concretos
para sectores específicos, fundamentalmente excluidos.
 Están dispuestas a debatir su actuar institucional, dentro de un marco de
una intervención más global.

21
“Es un conjunto complejo de procesos multidimensionales de las personas, grupos y comunidades que
construyen colectivamente una región, generando capacidades de todos tipos con el fin de satisfacer sus
necesidades, hacer vigentes sus derechos ciudadanos y vivir bien con autonomía, mediante la realización de
acciones colectivas tendientes al uso sustentable de los recursos regionales existentes en la materialización de
actividades y relaciones económicas, sociales, políticas, culturales y ambientales más justas, libres, solidarias,
equitativas y democráticas”. (Díaz, Guillermo, 2014)

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Construcción
intencionada de
alternativas

Acciones
Disposición a
destacadas de
debatir su actuar
carácter
institucional
comunitario

Atributos

Buscan la
trasformación de Orientación a la
las instituciones movilización
públicas o social
comunitarias

Se trata entonces de apostar por el impulso y consolidación de procesos de


organización de la sociedad civil basados en la participación activa y propositiva de
la ciudadanía, en una intencionada vocación de beneficiar a las mayorías y en
particular a los sectores sociales que están en desventaja o presentan grados
significativos de vulnerabilidad, por tanto:
 Parten de la evaluación consistente y pertinente de problemas y aspiraciones
de la colectividad.
 Cuentan con un robusto diagnóstico, con consistencia teórica y evidencia
empírica, que se actualiza de manera regular para su proyección a futuro y
por lo que son OSC con capacidad de anticipar el futuro y actúan en
consecuencia.
 Su prioridad es la justica social y el desarrollo sostenible y sustentable.
 Impulsan formas de vida comunitaria que inciden en la autonomía
ciudadana22 a partir de un régimen de derechos y obligaciones, de manera
autogestiva, con participación democrática y criterios de convivencia

22
La autonomía implica la elección de los propios propósitos por un grupo social los cuales son justificados,
consensados y puestos en práctica y que se contraponen a la dependencia, sumisión, determinismos y
manipulaciones por agentes externos al grupo. La actuación ciudadana construir y coordinar alternativas
viables, impulsadas por un determinado colectivo, lo que implica avanzar en la constitución de una mayoría
ilustrada, crítica, estudiosa, activa y nada claudicante.

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basados en la organización y cooperación, en un clima de confianza mutua
y reciprocidad, construyendo una reputación social de sus integrantes en su
conjunto y de manera individual. Pero también, de corresponsabilidad mutua
por lograr objetivos comunes. El hacer colectivo, es la mejor salvaguarda de
los derechos personales.
 Son proyectos que se definen y se realizan de manera compartida por grupos
ciudadanos que ponen en juego su capacidad organizativa, automotivación
y control de la conducta colectiva para intentar mejorar su situación presente.
 Favorecen el avance de procesos y acciones basadas en la fraternidad, la
igualdad, la libertad, por tanto, se oponen al rechazo a los diferentes, a la
desigualdad y a las diversas formas de dominación.
 Asumen su responsabilidad ética con las futuras generaciones por tanto
impulsan la sustentabilidad.
 Exploran el futuro con perspectivas múltiples y por tanto son alternativas
abiertas y plurales con la intensión de impulsar la construcción de
configuraciones de convivencia social basada en la diversidad, la inclusión y
la tolerancia a las filiaciones.
 Se tiene la capacidad de afrontar, con mayores posibilidades de éxito, los
problemas complejos y por tanto son capaces de iluminar el presente y
revelan otras posibilidades para la trasformación de la realidad con una
apuesta de reconfiguración del sistema actual, con responsabilidad con el
planeta, una aceptación explicita de la pluralidad y diversidad cultural.
 Se asume que no se es único, pero si contribuyente en la construcción de
una nueva fisonomía social, donde la apuesta no se centra en indagar en
quien se equivocó, pero sí en ver cómo transformar la realidad, a partir de un
análisis crítico y constructivo del acontecer cotidiano.
 Son coherentes, consistentes y pertinentes en su manera de ser y proceder
por lo que no se desvían de su identidad y su núcleo ideológico central que
es objeto de permanente actualización en función de los cambios y
trasformaciones sociales.
 Desarrollan estrategias para visibilizar problemas sociales relevantes y
toman posición ante ellos para generar conciencia social al respecto.
 Participan de manera activa y propositiva en la trasformación cultural: de una
cultura egoísta y hedonista a una cultura altruista y con conciencia del otro y
de la pertenencia a una comunidad que es sujeta de su propio desarrollo de
manera autogestiva.
 Participan en la construcción social de una conciencia de sector como
organizaciones de la sociedad civil, transitando de la conciencia de causa al
compromiso con un movimiento social que genera relevancia a la sociedad
civil como actor clave del desarrollo y generador de un ecosistema favorable
para tal propósito.

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5. Consideraciones finales.
5.1.- Con respecto al contexto social.
En términos generales se puede afirmar que el problema central de la pobreza y la
desigualdad social es que hay una distribución inequitativa de los recursos para
generar satisfactores y una subutilización del talento humano existente. A esta
circunstancia se suma el hecho, de que durante lustros la intervención socio
asistencialista del Estado mexicano se centró en operar políticas sociales como un
subconjunto de políticas públicas, cuya finalidad era dar una respuesta a
problemáticas sociales, que atiendan situaciones de exclusión, vulnerabilidad,
desigualdad y pobreza. La premisa fue administrar la pobreza, con subsidios para
sobrevivir y no para superarla. El Banco Interamericano de Desarrollo (BID),
establece que para atender la pobreza, existen tres criterios para abordarla: los que
lleguen primero (denominado políticas sociales), los que significan fácil superación
del problema (reduce la pobreza, logrando rentabilidad política), y los casos más
graves (mejora la equidad y eleva el capital humano) (Vega, 2014, p. 30).

El efecto más riesgoso, si no se atienden las causas estructurales de la desigualdad


socioeconómica, es que se desate una espiral de explosividad social y se dé un
incremento sostenidos de los niveles de inseguridad, violencia y como
consecuencia vivamos la ingobernabilidad.

Como un marco de referencia para identificar líneas de contribución al desarrollo


por parte de las OSC se identifica y describen los temas medulares que limitan el
desarrollo en México, que se considera son diversos, complejos e
interdependientes:
• El fenómeno cultural de dependencia de la sociedad que espera que del
Estado provenga la solución a sus problemas, un sistema educativo en crisis
y que no es capaz de ofertar modelos educativos acordes a las necesidades
sociales, de manera diferenciada a los requerimientos laborales de cada
región y con una segmentación adecuada del mercado laboral, es decir el
desarrollo de oficios, de capacidades técnicas y de tecnólogos suficientes, es
limitada.
Frente a esta limitación sociocultural se corre el riego que el paternalismo de
Estado se traduzca, en el mundo de las OSC en una sustitución del papel del
Estado tradicional más que en una respuesta efectiva a los problemas
sociales, desde una perspectiva autogestionaria.
• La burocracia se impone ante las posibilidades de generar empleos regulares
y permanentes, como país hemos sido incapaces de articular las acciones
entre el Estado, el empresariado, los centros de educación superior y la
propia sociedad para construir un entorno favorable a nuevos
emprendimientos con bases consistentes que permitan su permanencia en
el tiempo. Se requieren esfuerzos significativos de acompañamiento y para
una mejor orientación al mercado de nuevos emprendimientos desde la
sociedad organizada, así como la generación de competencias apropias de
una empresa socialmente responsable, en relación a la administración

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integral e integrada que reduzcan la volatilidad de la economía social de
mercado y se fortalezca una autentica emergencia de la misma como
respuesta efectiva para el combate de la pobreza y la desigualdad.
• La cultura de la corrupción y la impunidad se mantiene como regla de
convivencia no escrita, que todos acatamos. Baste señalar que según los
resultados arrojados por el Índice Global de Impunidad (IGI) 2016,
copatrocinado por la Universidad de las Américas Puebla (UdlaP) y Consejo
Ciudadano de Seguridad y Justicia de Puebla (CCSJ), establece que México
ocupa el lugar 58 de 59 países a nivel global con mayores niveles de
impunidad que mide el IGI.23 Este estudio por demás revelador, apunta que
la impunidad es uno de los diez principales problemas que aqueja a la
sociedad mexicana, según la Encuesta Nacional de Victimización y
Percepción sobre Seguridad Pública (ENVIPE) 2015, elaborada por el
INEGI.24
El IGI 2016, puntualiza que la impunidad es multidimensional. Es decir, es un
fenómeno que surge a partir del mal funcionamiento de las dimensiones de
seguridad, justicia y derechos humanos en el ámbito nacional y local de los
países, de esta forma la corrupción, la inseguridad y violencia al interior de
los países son los efectos de la impunidad, no sus causas. Con lo cual, la
impunidad termina convirtiéndose en un problema de gobernanza, toda vez
“ya rebaso a todas las instancias de gobierno que claramente no pueden
atender este problema de manera aislada. Por lo anterior, se necesita la
atención y participación urgente de otros actores no gubernamentales como
la sociedad civil, sector privado, academia, medios de comunicación y
organizaciones internacionales”.
• Vivimos directamente los efectos de la degradación ambiental, producto
entre otros factores de un uso nada racional de los recursos naturales y la
emisión de gases invernadero, que contribuyen al calentamiento global. Ante
este escenario, como señala el economista ingles Boulding, se requiere de
cambio en los paradigmas económicos del desarrollo; por un principio básico,
no podemos seguir sustentado el éxito de la economía en el consumo y la
producción, pues vivimos en un planeta que se debe concebir como un
sistema cerrado, donde existe una reserva finita de recursos, que no se
ajusta al crecimiento infinito, en que se basa la economía actual.25

La priorización de acciones tiene que ver con atacar de raíz las causas de la
problemática que limita el desarrollo del país: ¿cómo reducir de manera significativa
la desigualdad socioeconómica, generando mayor equidad, y aprovechando de
mejor manera el talento humano existente?

23
Disponible en: http://www.udlap.mx/igimex/ (accesado el día 12 de mayo de 2015).
24
Disponible en:
http://www.inegi.org.mx/est/contenidos/proyectos/encuestas/hogares/regulares/envipe/envipe2015/default.asp
x (accesado el día 14 de mayo de 2015).
25
Rodríguez, op. cit. 320-322.

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Es claro que desde el concepto actual de desarrollo, no podemos seguir avanzando
como sociedad; durante lustros se pensó en el desarrollo en términos de crecimiento
económico, como estrategia para acceder a mejores estadios; que se estaba frente
a un proceso lineal, al cual de forma irreductible las naciones deberían de llegar, no
obstante los impedimentos que enfrentaran; es decir, de un sendero evolutivo, al
que se accede gradualmente, para acotar la brecha económica respecto de los
países desarrollados (Katz, 2008, p. 9).26 Pero al cabo de unas pocas décadas se
confirmó, que esta aseveración era incorrecta. Toda vez que finalmente, se estaba
ante un proceso de crecimiento y no de desarrollo, al que accedían de forma
asimétrica los países más desarrollados, versus los países menos desarrollados; lo
que a final de cuentas permitió abrir al debate crítico, los planteamientos dominantes
y con ello dar paso a una discusión centrada en las grandes cuestiones del
desarrollo.

A la fecha, se habla de diferentes tipos de desarrollo, que tienen en común el intento


de superar las formas que tomó el desarrollo en la segunda mitad del siglo XX,
abordando conceptos específicos del desarrollo, como lo son el regional, el humano,
el local y el sustentable; que no obstante sus diferencias semánticas, convergen
entre sí y en muchos casos para alcanzar alguna modalidad de estos, se requiere
de la colaboración o los planteamientos del otro, para lograr su consecución.

De igual forma una de las implicaciones más relevantes del desarrollo sustentable,
tiene que ver con lo local, como un mecanismo que pretende neutralizar los efectos
negativos de los procesos de integración global; en lo local, se distinguen atributos
esenciales, como son territorio y población. Sin los cuales no es posible pensar en
desarrollo, en cualquiera de sus acepciones. Pero no se trata nada más eso, es el
espacio por naturaleza, donde se articulan diversos elementos en los proceso de
construcción de la ciudadanía.

El desarrollo está intrínsecamente ligado a la libertad, que es su fin último. El


economista Amartya Sen, reconoce la importancia de la libertad en el desarrollo,
por dos condiciones esenciales, la denominada la "razón evaluativa", que tiene que
ver con la forma en que el progreso, se materializa en el incremento de las libertades
de la gente; y por otra parte la "razón efectividad", que establece que alcanzar el
desarrollo, está directamente supeditado al libre albedrío del individuo.

Con el contexto enunciado se hace necesario repensar el concepto de desarrollo


desde una visión compleja, sistémica y consecuente con una visión que, entre otras
cuestiones, se posiciona a favor de un mundo más equitativo e igualitario, donde la
justicia social vaya de la mano de la democracia y el cuidado del medio ambiente
sea compatible con nuevas formas de producción, distribución y consumo
sustentables.

26
Katz, J. Una nueva visita a la teoría del desarrollo económico. Comisión Económica para América Latina y
el Caribe (CEPAL). Chili. 2008. Disponible en: http://archivo.cepal.org/pdfs/2007/S2007362.pdf (accesado el
día 14 de junio de 2016).

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Es impostergable comenzar a pensar en términos de un desarrollo sustentable,
conceptualizado como aquel que concibe a éste en tres dimensiones: capital social,
capital económico y capital ambiental, entendida la palabra capital tanto en términos
de existencia como de la calidad de los recursos. Bajo este planteamiento, utilizado
ya por diversos países e instituciones, el énfasis está en desarrollar el capital
económico y el capital social mientras se ejerce una sólida administración del capital
ambiental.27 (INCOL, 2000, 6).

Para quienes coincidimos con estos valores básicos y apostamos por la acción
transformadora de los sectores empobrecidos y excluidos, la manera de avanzar
hacia allá es motivo de discusiones acaloradas que conviene elucidar.

Partimos de nuestra propia definición de desarrollo:


“Es un proceso no lineal de mejora en la calidad de vida de las personas. Esta
mejora de la calidad tiene un componente local, es decir buscar la mejora de la
calidad de vida desde el individuo, de las personas, de sus colectividades
inmediatas, es decir convierte en un elemento colectivo, desde lo local. El
significado de “lo local” tiene dos componentes importantes:
a) en tanto que refiere a la existencia de condiciones de infraestructura básica
en un territorio determinado para la consecución de un proyecto colectivo de
sustentabilidad.
b) El otro elemento refiere a la autonomía y autodeterminación del tipo de
“desarrollo” o progreso local que se desea para la colectividad. Es decir está
determinado por el proyecto colectivo de “buen vivir”, no de determinaciones
externas, no dirigido desde una federación, y no condicionado a las
condiciones externas del desarrollo económico.

El desarrollo desde esta visión local, es autónomo en las decisiones del diseño de
modelo económico, social que se pretende para una localidad. Sin embargo es
variable en el plano nacional, es decir en este modelo de desarrollo, pueden existir
muchos modelos de “buen vivir”, siempre y cuando cumpla con algunos requisitos:
1. Sea sustentable, en lo ambiental, social y económico.
2. No obstante el Estado y su gobernó tienen la obligación de aportar
todos sus recursos para la implementación de la infraestructura básica
para la ejecución de los modelos de “buen vivir” y podrán ser variables
dependiendo de las colectividades. Por lo tanto al Gobierno no le
queda establecer un modelo único y homogeneizante de desarrollo.
3. El buen vivir es un modelo de desarrollo culturalmente determinado
(“condicionado”), es decir parte de (un contexto) las condiciones
históricas, sociales, culturales, étnicas y ecológicas del entorno. Tiene
como fin consolidar un proyecto económico, que genere ingresos
suficientes para el sustento suficiente del colectivo.

27
Instituto Nacional de Ecología (INECOL). Programa de Manejo Reserva de la Biosfera Sierra de Manantlán.
México. Primera Edición, Enero de 2000: disponible en:
http://www2.inecc.gob.mx/publicaciones/download/181.pdf (accesado el día 14 de septiembre de 2015).

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Desde nuestra visión el desarrollo se sustenta en una integralidad de derechos
humanos, partiendo de los derechos sociales contenidos en “el nivel de vida
adecuado” es decir: salud, vivienda, educación, tener trabajo bien remunerado,
condiciones satisfactorias de trabajo, seguridad social, alimentación, protección y
asistencia a la familia. Pero, como lo señalan las discusiones de la ONU sobre los
objetivos de desarrollo sustentable, no existe desarrollo posible sin la consecución
de gobiernos democráticos, donde se aseguren los derechos civiles; seguridad
humana, libertades fundamentales, derecho a vivir en un entorno pacífico, sin
violencia, garantizando la integridad física, igualdad ante la ley, libertad de tránsito,
personalidad jurídica.

Al referirnos a la democracia, nuestra visión de desarrollo se proyecta en un México


que permite la ejecución de proyectos de autogestión diversos, donde se garantice
la cooperación al desarrollo, con transparencia, rendición de cuentas, acceso
popular a la información pública, y donde los ciudadanos (organismos de la
sociedad civil) formen parte de los procesos de implementación de políticas públicas
para el desarrollo local.”

Para impulsar el modelo de desarrollo descrito nos plateamos el gran reto de


impulsar acciones colectivas generadoras de alternativas socio-económicas,
políticas y culturales emergentes, en donde las OSC juegan un papel
preponderante, entre otras:
• Construcción a prior de ciudadanía, en su concepto amplio, que implica
derechos y obligaciones.
• Identificación de demandas sociales consistentes y pertinentes para la
autogestión comunitaria.
• Incidencia en la capacidad de respuesta de las instituciones públicas a
demandas mejor estructuradas y que permitan la generación de bienes
comunitarios y públicos.
• Desarrollo de procesos educativos para potenciar el talento humano,
comunitario, local y regional en la articulación de redes de valor.
• Empoderamiento de capacidades y procesos, que garanticen la
sustentabilidad de las intervenciones.

Una primera acción tiene que ver con la generación de capitales: humano, social,
cultural y económico, y esto se ataca con la formación del talento humano a través
de la capacitación, asesoría y acompañamiento profesional a los procesos de
reconstitución del tejido social desde las OSC. El punto de partida es el
reconocimiento de la multiculturalidad, la generación de mecanismos concretos
para el diálogo de saberes a través de modelos de gestión del desarrollo
autogestivos (entendido como la creación de opciones), con una economía social
de mercado y una intervención subsidiaria, pero acotada del Estado.
• Requiere también de la puesta en marcha de reformas estructurales del
modelo educativo y una reforma del Estado hacia la construcción de una vida
democrática de calidad que impulse la activa participación ciudadana y
propicie la gobernanza. La falta de pertinencia en los contenidos de la

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democracia, sólo favorecen la reproducción de prácticas autoritarias desde y
para la sociedad.
• Repensar la forma ordinaria de gestión e interacción de las OSC, es
impostergable. Sin OSC, que busquen la eficacia sus políticas y la eficiencia
que como administrador les demanda, su actuar institucional.
• Se requiere por tanto de la conformación de una plataforma de OSC
institucionalizadas que cuente con cuadros profesionales en la mediación, la
canalización productiva de la energía social, desde una perspectiva
sociocultural y productiva, a través de la promoción de una cultura de la
inclusión y la corresponsabilidad entre todos los actores y factores del
desarrollo.
• La sensibilización respecto al manejo sustentable de los recursos naturales
y un mejor aprovechamiento de la infraestructura física existente, es un factor
vital para la reactivación del desarrollo con contenido; por ejemplo ingreso,
productividad y competitividad en el plano socioeconómico. Lo interesante de
este tipo de acciones, es que simultáneamente, no sólo inciden en el plano
económico-productivo, sino que favorecen a la expansión de la cobertura de
servicios sociales (educación, salud, abasto).
• Formación de formadores (promotores) para el desarrollo comunitario y la
gerencia en economía social de mercado con los incentivos positivos para
impulsar la capitalización de las empresas sociales, la mejora en la calidad
de vida (alimentación, salud, vivienda) y el desarrollo local y territorial.
• Seguimiento y acompañamiento profesional a los promotores comunitarios:
estructura de apoyo, seguimiento y rendición de cuentas efectivos de las
propias OSC y de los promotores comunitarios que las integran.
• Incidencia en políticas públicas orientadas a la generación de bienes
comunitarios y bienes públicos. Con independencia del enfoque de política
púbica que pueda asumirse en años venideros, el Estado debe de establecer
condiciones que generan un trato equitativo, que no diferenciado a los
desiguales; esto es, generar un piso común: no apoyos diferenciados, que
sólo excluyen a los más vulnerables.

Así es importante destacar que el fin superior, que se persigue es mejorar la vida
social, y que esta será más sólida, cuando se sustente en una ciudadanía
responsable y autónoma, crítica y participativa, y que como ya sucede, la sociedad
civil organizada lucha por el ejercicio de sus derechos y libertades, sin omitir sus
obligaciones. Un sustento básico que se requiere es la existencia de un marco de
legalidad y legitimidad, que permita la pluralidad política. Esto implica generar las
condiciones para que todas las personas tengan la posibilidad real, no sólo formal,
de ejercer y hacer valer sus derechos. Otro valor fundamental es el de la cohesión
social que, dentro de la diversidad, ofrece a toda la gente oportunidades de
desarrollo, pertenencia y agregación de valor en sus comunidades. Las diferentes
formas de marginación, exclusión, discriminación y violencia son, en contraparte,
factores disruptivos del tejido social y causa de muchos de los problemas y
fenómenos asociados a la vulneración de derechos, la violación de las leyes y la
delincuencia. La legalidad democrática y la inclusión social constituyen, pues, el
basamento de una sociedad de derechos y bienestar, cuya conjugación forma el

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círculo virtuoso de la civilidad y la paz, esto da pie para la valoración de un segundo
fenómeno que a continuación se describe.

El mejoramiento de la situación de los empobrecidos y marginados. Los gobiernos


de los países en desarrollo no pueden realizar por sí mismos todas las tareas
requeridas para un desarrollo sostenible. Este objetivo requiere la participación y la
colaboración activa de la ciudadanía y sus organizaciones. Ante estas
circunstancias debe reconocerse que las OSC, en consecuencia, tienen que
desempeñar funciones vitales como participantes, legitimadores y patrocinantes de
la política y la acción del gobierno, como vigilantes del comportamiento de los
regímenes y los organismos públicos, y como colaboradores en las tareas
nacionales del desarrollo.

En una sociedad por demás compleja, atiborrada de disfuncionalidades, el papel de


la ciudadanía, se torna fundamental, tanto en la búsqueda de reconstruir acuerdos
esenciales para la convivencia, como en encarar los retos que implica esta misma
convivencia. Una sociedad sin ciudadanía actuante, no sólo se inmoviliza, sino se
vuelve apática y desinteresada, pues todo lo tolera y todo lo permite, aun en su
detrimento. Cuando la ciudadanía colectivamente es capaz de argumentar y
discernir ideas en el debate, dan paso a una sociedad más informada y
comprometida.

La ciudadanía no puede verse como una concesión del Estado, simplemente esto
sería irracional, para uno y otro. Existen muchas y muy diversas formas de
manifestarse la ciudadanía; pero sin lugar a duda una de las más convincentes, es
cuando lo hace en sociedad: suerte de espacio, donde concurren pares, para
dilucidar sobre aquellos asuntos que les son comunes. Pero el reto de construir
ciudadanía, pasa por la aduana de formar ciudadanas y ciudadanos con derechos
y obligaciones. Y en la medida que estos existen, son capaces de actuar en
sociedad y se sustraen de lo político, adquieren la connotación de sociedad civil.

5.2.- Con respecto a las características y posibilidades de la sociedad civil


y su organización como actor político relevante con capacidad de
incidencia.

"...las instituciones están hechas también de otra materia, conviene a saber, están
fabricadas de intereses y valores, sanciones y convicciones” Max Weber 28. Está
afirmación nos lleva a plantearnos, la posibilidad de resignificar la vida en sociedad
a partir de la construcción de la materia de la que están fabricadas las
instituciones… ¿qué intereses y valores nos interesa impulsar?; ¿cuáles son las
convicciones que pretendemos regulen la vida en sociedad?

Partamos de cuestionarnos sobre ¿Cómo se liga el individuo a la sociedad? El


individuo está ligado a la sociedad a través de la forma en que ajusta

28
Citado por J. Habermas en "LA NECESIDAD DE REVISIÓN DE LA IZQUIERDA, Tecnos, 1991, pág. 97.

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voluntariamente sus comportamientos a los valores, normas, reglas, preceptos o
convencionalismos sociales. Es decir, en el grado de compromiso personal con que
está dispuesto a conformarse a las normas institucionalizadas; teniendo presente
que puede no cumplirlas o ignorarlas por completo; respetar las
institucionalizaciones a medias, o sentir que el cumplimiento de los preceptos de
una institucionalización cultural son parte del ser mismo de uno, hasta jugarse la
vida por ellos si fuera necesario; o sentir que la vida no vale nada por encontrarse
incapaz de vivirla de acuerdo a las normas de vida institucionalizadas.

Abordar la institucionalización de las prácticas sociales transformacionales nos


enfrenta a la necesidad de asumir la tarea de impulsar la capacidad de analizar la
realidad que nos rodea y de pensar y desear un modelo social distinto, ya que estos
procesos constituyen la base psicológica y la subjetividad necesarias para afrontar
cualquier transformación de la realidad. Si bien es cierto que las «condiciones
materiales» en las que nos desenvolvemos son también fundamentales, pero de
algún modo tiene que existir un deseo y haber una conciencia de nuestras
necesidades para que aquellos puedan desarrollarse, esto nos lleva a oponernos a
la posibilidad de asumir que, frente a las instituciones gubernamentales nos
confrontemos con la posibilidad de que… “nos arrebaten la capacidad de soñar ya
que a menudo pedimos lo que ya están dispuestos a darnos” al contrario se trata de
abrir espacios a la autogestión y a la autonomía personal y colectiva, como base de
una libertad responsable y no de la esclavitud alienada en que muchos estamos
atrapados, derivado de la descomposición de lo social en clave de solidaridad y
autogestión29. Como sociedad tenemos el gran reto de construir referentes y
practicas éticas, vitales o colectivas a las que remitirnos, tratando de aclarar y definir
cuáles son nuestras metas y encaminar nuestros proyectos hacia ellas de forma
exigente y comprometida. Si renunciamos a la capacidad de pensar críticamente
nuestra vida y de proponer nuestros propios caminos estaremos participando en un
mayor deterioro de la cohesión social.

Se trata de generar poder para la trasformación, Enrique Dussel hace hincapié en


la idea de que el poder circula en todos los ámbitos de la sociedad, y de ese modo
plantea una construcción diferencial de lo institucional (Organizaciones civiles de
segundo nivel r. Dussel, 2009: 63)30. Esta diferencia se hace necesaria para la
constitución de instituciones intermedias, cada vez más imprescindibles para el
control popular de la cosa pública, donde la participación colectiva encuentra un
espacio para hacerse efectiva y reproducirse al reconocer novedosas formas de
participación comunitaria. Dussel nos ofrece una renovada interpretación de la
dialéctica. Por eso concluye que “(…) la institución es condición intersubjetiva de la
existencia política del sujeto, constituido, así como actor político. Por esto, en última
instancia, las instituciones sirven a la reproducción legítima y factible de la vida de
29
Nos enfrentamos a una tendencia generalizada de alineación social que se está traduciendo en una progresiva
deshumanización derivada de una ruptura de lazos solidarios y espacios comunitarios (abandono de hijos y
ancianos y personas dependientes en manos de profesionales, delegación, irresponsabilidad, relaciones
superficiales, individualismo, cinismo, soledad, aislamiento, etc.) que configuran un panorama nada halagüeño
y que debemos revertir.
30
Dussel, Enrique. Política de la liberación. Arquitectónica. Trotta. Madrid. 2009.

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los sujetos concretos (…).” la sociedad civil no puede adquirir una forma
institucionalizada, ni una forma jurídica, porque justamente la sociedad civil es
anterior a cualquier institucionalización o legislación; la sociedad civil es el conjunto
de iniciativas y de acciones ciudadanas que mantiene abierto el espacio al diálogo,
a la innovación institucional, a las nuevas ideas, a la creación, renovación y
destrucción de instituciones, tradiciones y costumbres. Por eso, la acción ciudadana
no puede ser reglamentada ni promovida por ley, el control ciudadano no puede ser
institucionalizado en forma de “obligación” jurídica, y las organizaciones
internacionales no pueden decir que “consultaron con la sociedad civil” cuando sólo
recabaron la opinión de unos cuantos dirigentes de ONGs. La sociedad civil es un
constante plebiscito y una esfera. La incidencia incorpora acciones organizadas en
las que persisten ventanas de oportunidad, 4 pero en las que existe conciencia en
el desarrollo de la acción por parte del grupo que las promueve, según determinan
Covey y Miller (1997) y Gladkikh (2009). Las estrategias de incidencia pueden darse
en los siguientes niveles:
a) El nivel normativo: se trata de incidencia en las normas, leyes,
reglamentación.
b) El nivel institucional: incidencia para motivar cambios en las reglas
formales institucionales.
c) Nivel social: nuevos posicionamientos en las agendas públicas y sociales,
así como nuevas interpretaciones de la realidad social.
d) Nivel subjetivo: cambios en las actitudes individuales de los actores del
proceso, tanto de funcionarios públicos como de la sociedad en general.

De conformidad con las teorías de oportunidades políticas y de movilización de


recursos, Leiras (2007, pp. 68-87) propone diferentes variables para analizar la
capacidad de incidencia de la ciudadanía organizada que se vincula a las políticas
públicas mediante procesos de participación ciudadana. Plantea que la capacidad
de los actores está dada por la posibilidad de desarrollar diferentes clases de capital.
A continuación, se exponen los capitales propuestos por Leiras (2007),

Incidencia de la sociedad civil en espacios institucionalizados de participación en


Bogotá los cuales se relacionan con la teoría de movilización de recursos y la
estructura de oportunidades políticas:
 Capital político: designa el conjunto de recursos que permite imponer
decisiones sobre sus miembros y articular sus estrategias con otros. Este
recurso está condicionado por la representatividad, la cual se refiere a la
“probabilidad de que las decisiones de sus dirigentes expresen la diversidad
de intereses y preferencias de los miembros de la organización” y de articular
estrategias con otros actores (Leiras, 2007, p. 71). Este elemento está
determinado por la capacidad de generar alianzas5 y de motivar la
participación de organizaciones u otros actores que no son miembros
formales de la causa.
 Capital económico: representado por el conjunto de activos físicos y
financieros con los que cuenta el actor para desarrollar sus acciones de
incidencia. Respecto a estos activos es importante señalar que para la
efectividad del proceso de incidencia el origen, monto y estabilidad de

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recursos, según Leiras (2007), se constituye en un elemento determinante.
Se espera que la variedad de fuentes de financiamiento otorgue mayor
solvencia financiera a los actores para que puedan desarrollar sus
actividades de incidencia de forma sostenida en el tiempo. Asimismo, la
dependencia de las transferencias públicas limita la autonomía y, en este
sentido, la capacidad de influencia política.
 Capital organizacional: conjunto de elementos que permite al grupo
desempeñar su actividad misional de modo eficaz. Una primera capacidad
relacionada con la posibilidad de incidencia es tener un marco de acción claro
y definido. Producir e interpretar información relevante es también un
elemento categorizado en este capital. “La información se constituye en un
recurso organizacional para la incidencia en la medida en que resulte
relevante y creíble para otros actores y en la medida en que pueda ser
analizada” (Leiras 2007, 5 Alianzas: conjunto de acuerdos de cooperación
que vinculan a los actores participantes entre sí (Leiras, 2007, p. 71). marco
teórico de análisis 47 p. 69). Otro elemento es la capacidad humana. En
este sentido se espera tener mayor probabilidad de incidir sobre las políticas
públicas cuanto mayor sea el número de personas bien formadas que
dedican tiempo en la organización para las acciones misionales y de
incidencia.
 Capital simbólico: se refiere a los atributos de imagen pública de la
organización. Designa las percepciones de otros actores acerca de la
organización ciudadana medido por la legitimidad de los actores frente a
otros.
 Capacidades del Estado: la apertura del sistema político a las demandas
sociales se constituye en un factor que condiciona la posibilidad de incidencia
de la ciudadanía organizada. Es importante que el Estado tenga
competencias políticas —tanto legales como institucionales— que le
permitan desarrollar eficientemente sus acciones para producir, interpretar y
comunicar información; y capacidades simbólicas que motiven a la
ciudadanía y los actores políticos organizados, puesto que “sin capacidades
estatales no hay objeto sobre el cual incidir” (Leiras 2007 p. 72). Un recurso
importante en el marco del Estado es que sus funcionarios tengan voluntad,
así como actitudes y conocimientos para desarrollar las funciones públicas,
reconociendo la participación ciudadana.

Todos los individuos de una sociedad civil poseen una libertad, cada uno actúa de
acuerdo a sus propios intereses, al mismo tiempo, no confundamos que en una
sociedad es una pura libertad porque esto llevaría al caos, podemos llamarla como
una libertad organizada. La vida del hombre está hecha de orden y de desorden,
ambas son necesarias, es esta interacción la que produce los avances de la
humanidad: El desorden multiplica, diferencia, desarticula; el orden unifica,
homogeniza, articula.

La sociedad civil implica libertad y disciplina, independencia e interdependencia.


Cada uno va a buscar su interés propio, pero para lograr tal satisfacción es

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necesaria la relación con los demás. Al usar cualquier objeto nos damos cuenta de
que detrás de ello hay muchas personas que aportaron para lograr crear ese objeto,
cada uno desarrollo una función específica. Si deseamos una nueva sociedad civil
consolidada, basado en la colaboración, una asociación de personas constituida
como una comunidad ética, con normas que se respeten y que lleven al buen
ejercicio de la libertad.

Se trata entonces, a partir de lo dicho, de constituir un marco consistente para una


mejor toma de decisiones desde y para la sociedad civil organizada. Se reconocen
las capacidades del ser humano y su vida en sociedad que implican poner en juego:
1.- la capacidad de conocer críticamente la realidad, 2.- La posibilidad de imaginar
una vida en sociedad distinta a la prevaleciente, y 3.-La voluntad individual y
colectiva de traducir el conocimiento y la imaginación en acción que incida para la
trasformación, a partir de que el ser humano y la sociedad en su conjunto son
sujetos de su propia y constante construcción auto gestionada.

Se trata también de tomar en cuenta las constantes a que nos enfrentamos que nos
permiten constituir un marco para una mejor toma de decisiones, estas son: 1.- La
dinámica del cambio, en las distintas arenas en que se participa y se contribuye y
como parte de la dinámica social, 2.- Los principios y convicciones que nos
proporcionan un marco de referencia ético irrenunciable y 3.- El ejercicio
responsable de la libertad para definir nuestras acciones, acorde con los cambios y
en función de nuestro marco ético para incidir de manera activa y propositiva en el
cambio y la trasformación social.

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Anexo Metodológico

Página 82 de 87
Anexo Entrevistas

Página 83 de 87
Bibliografía Consultada
Acemoglu, D. y Robinson, J. Por Qué Fracasan los Países. DEUSTO S.A. ediciones.
Barcelona. 2014
Gallardo, G., Prácticas y nociones sobre democracia y ciudadanía al finalizar el siglo
xx en Jalisco. pp. 245-250, en: Preciado, J., Teorías y debates sobre la
democracia participativa en la ciencia política contemporánea. Universidad de
Guadalajara. 2015.
Gerritsen, P. Sociología rural y medio ambiente. Editorial Universitaria. CUCSUR.
Universidad de Guadalajara. Plaza y Valdez, Editores. 2012.
Mintzberg, H. y James B. El Proceso estratégico. Conceptos, contextos y casos.
Prentice Hall, México. 1993.
Sen, A., Desarrollo y Libertad. Planeta. Barcelona. Mayo de 2000.
Vega, S. Para contender con la pobreza. Universidad Autónoma Metropolitana -
Miguel Ángel Porrúa. México. 2014.

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Para reubicar o desechar

3.9 Puntos de entrada para iniciar la colaboración entre ORGANIZACIONES


CIVILES DE SEGUNDO NIVEL y las OSC
 Aprovechar las ventajas que otorgan las relaciones de confianza del
ORGANIZACIONES CIVILES DE SEGUNDO NIVEL con los empresarios y
los diferentes niveles de gobiernos para crear el espacio político necesario
para que la sociedad civil exprese opiniones alternativas e influya sobre el
diálogo de políticas y la toma de decisiones a nivel del estado y las
localidades internas.
 Asegurar una participación genuina de la OSC en el desarrollo, la ejecución,
y la supervisión de procesos políticos de importancia decisiva.
 Iniciar alianzas entre diversos interesados de los gobiernos, los donantes y
la sociedad civil para el desarrollo humano sostenible en todos los niveles.
 Apoyar a la sociedad civil para preparar demandas, ofrecer opciones y
defender los derechos de todas las personas que viven en la pobreza en
todos los niveles. Esto entraña el apoyo al papel intermediario clave que
desempeñan las OSC en la construcción de puentes entre las realidades
locales y las cuestiones de política pública a niveles superiores de decisión.
 Facilitar la capacidad para relacionarse de las OSC para negociar sus
intereses con las diferentes instancias de gobierno, el sector académico y
con los sectores empresariales de la sociedad.
 Facilitación de los vínculos tradicionales y horizontales entre las OSC que
tienen importancia crítica para determinar la calidad de las relaciones entre
comunidades (también conocidas como capital social de enlace)
 El reconocimiento de las distintas repercusiones del desarrollo sobre
diversas poblaciones vulnerables y asegurar que tengan una voz en los
procesos decisivos del establecimiento de políticas que afecten sus vidas.

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Se deja en claro que la sociedad civil no quiere decir libertad absoluta, en la que un
hombre pueda buscar sin frenos lo que quiera o hacer lo que desea. Por el contrario
la sociedad civil se encarga de organizar la libertad y por ende toda organización
implica una cierta disciplina que establezca en si los fines de una comunidad.

“En fin, en la esfera de la sociedad civil también se ubica normalmente el fenómeno


de opinión pública, entendida como la expresión pública de consenso y disenso con
respecto a las instituciones, trasmitida mediante la prensa, la radio, la televisión,
etcétera”.[1]

Por eso la sociedad civil requiere de un "un estado fuerte y ordenado" pero donde
el gobierno no asuma los papeles de un ciudadano, un ejemplo de la intromisión del
estado lo presenta en Hobbes donde decía que el estado debería garantizar la
libertad del individuo por eso postulo un autoritarismo político.

Hobbes también diferencio el "estado de naturaleza" de "sociedad civil “la primera


es aquella donde cada individuo busaca satisfacer su propios intereses a toda costa
no hay leyes o regla que limiten su interés individual ejemplo si vemos en una
congestión de tránsito que uno de los coches se sale de la línea y supera a los
demás no importa yendo por tierra y ensuciando a los otros vehículos eso no es de
un extraordinario ejemplar de hombre.

de acción difícil de deslindar.

ANEXO 1.

Figura
Interacciones entre macro actores y factores del desarrollo.

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Fuente: elaboración propia,31

31
Guerrero Anaya, Francisco Javier. La comercializadora agropecuaria de
occidente: surgimiento, éxitos y ocaso. Una expresión significativa de organización
de productores del campo ante los procesos de liberación económica y política del
medio rural: 1992 – 1999. Marzo de 2006. Tesis de Maestría en Política y Gestión
Pública.

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Fuente: elaboración propia

El análisis de la interacción entre los actores y factores del desarrollo, implica, entre
otras cuestiones, el reconocer los ámbitos o arenas de poder en que se da el rejuego
entre los mismos. Así consideramos que

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