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MORFOPSICOLOGÍA

¿Qué es la morfopsicología?

La Morfopsicología es una ciencia clínica, humana, que estudia de manera muy precisa, el carácter, el modo
de conocer y comprender a las personas, sus actitudes y aptitudes por medio de la observación del rostro y
los elementos que lo componen. Se basa en un paciente trabajo de observación que de manera sintética
cubre tres campos: la biología, la fisiología y la psicología.

Debe recordarse que no hay ningún ser sin cuerpo, que el cuerpo expresa pues nuestra vitalidad, que el
cuerpo se acuerda de todo, que retiene las huellas del pasado y a veces las promesas del porvenir… Así las
heridas del cuerpo expresan un trabajo de duelo inacabado, una renuncia insegura que permite abordar
nuevos proyectos… Sin embargo, como la ostra que en su herida es portadora de una perla, el individuo al
conocer sus puntos perfectibles con sus puntos perfectibles es capaz de mejorar su destino. Dicho esto, el
cuerpo no es más que un aspecto de la realidad, la Morfopsicología es pues una herramienta rica pero
limitada, como todas las herramientas.

El primer mensaje que quisiera transmitirles es que la Morfopsicología fue creada por el Doctor Corman,
psiquiatra infantil, y que el lema de la SFM, sociedad que creó para impartir sus enseñanzas, es: “comprender
y no juzgar”. Así pues la Morfopsicología es una herramienta de desarrollo personal y no una herramienta de
exclusión, no permitirá nunca conocer nuestros secretos más íntimos. Hay que racionalizar nuestros miedos
hacia esta disciplina. La Morfopsicología nos permite conocer nuestras motivaciones, situarnos en un nivel
superior, en un conflicto, situarnos a un meta-nivel para no tomar la comunicación con el otro de manera
superficial.

El segundo mensaje es que el rostro, al contener la casi totalidad de los órganos de los sentidos, tiene un
significado y revela el funcionamiento del ser y sus intercambios con el mundo exterior. Cuerpo y espíritu,
fisiología y psicología están animadas por la misma fuerza, desde un punto de vista espiritualista podríamos
decir que es como si el individuo se precediera a sí mismo, como si la totalidad de la información se
encontrara codificada, de manera cuantitativamente igual, en la parte, según la teoría de los fractales. De esta
manera, el rostro nos permite descubrir nuestro interior, nuestros talentos, conduciéndonos hacia un excelente
comportamiento si tomamos conciencia de ello o hacia repetidos fracasos si los deseos que nos motivan
permanecen en el inconsciente. Esta toma de conciencia se ve favorecida por el hecho de que, a lo largo de
nuestra vida, las elecciones son repetitivas y están dictadas por nuestra estructura profunda. El destino no es,
en efecto, más que la forma que toman nuestros deseos. Además por la biología sabemos que la forma de
cualquier ser vivo, es la consecuencia de la información que le anima.

El tercer mensaje se refiere a que la imagen que nos hacemos del otro nos proporciona un mensaje.
Experiencias recientes sobre el estrés subrayan el hecho de que delante de un desconocido, nos preparamos
para atacar o para huir y que este tipo de reacción está gravada en nuestro cerebro desde tiempos
inmemorables. El rostro es un conjunto de huesos, músculos, nervios y piel. Es la puerta de salida de nuestro
cerebro y de nuestra interioridad, de nuestras emociones y de nuestros mecanismos de racionalización.
Pero ¿cómo interpretarla, como esta forma, “esta gestalt”, puede tener sentido? Distinguimos cinco grandes
conjuntos significativos, cinco partes a las que atribuiremos un significado:

Esquema 1. La descripción del rostro:


El Marco o esqueleto nos informa de la potencia de la persona (de la fuerza en reposo); pero esa potencia
puede estar activada o no.

El Tono que es como la gasolina para un motor o la electricidad para un motor eléctrico, nos informa si la
fuerza está activada, si hay un exceso de corriente, si está activada (corriente adecuada) o si está desactivada
(poca corriente eléctrica).

El Modelado del rostro, nos indica el grado de socialización y adaptación del sujeto, y cual es su actitud ante
la vida, intransigencia o adaptación.

Los Sentidos (ojos, nariz y boca) nos informan si somos introvertidos o extrovertidos, la capacidad de
concentración, de observación, y si malgastamos las fuerzas o las controlamos.

Seguidamente el rostro nos informa, en sus tres zonas, de cómo son nuestros tres cerebros (primitivo-
instintivo o reptil, emocional o neo-primitivo y el moderno pensante) y vemos el que domina o si hay grado de
armonía entre los tres: en estas tres zonas veremos las competencias o capacidades preponderantes y
puntos “perfectibles” o menos desarrollados.
 La Zona baja (boca, mandíbula y mentón), corresponde metafóricamente, al funcionamiento del
sistema nervioso reptil que está unido al centro del encéfalo, el cerebro reptil, vinculado al sistema
nervioso endocrino, es el centro de los instintos primordiales.
 A través de su receptor comunica con el sistema digestivo y reproductivo que están estrechamente
unidos. De esta manera, en la zona inferior, localizamos la fuerza de los impulsos, es decir, el anclaje con
lo real y la ambición de realizarse.

 La Zona media está constituida por la masa facial (hueso maxilar superior) pómulos, y por la anchura
y profundidad de la nariz. Esta zona, en los mamíferos, corresponde metafóricamente al desarrollo del
sistema límbico (alrededor del precedente, el cerebro límbico o inframamaliano, vinculado al sistema
vegetativo es el centro de las emociones y afectos). Esta zona comunica a través de sus receptores con
el sistema respiratorio y olfativo que condicionan la expresión de las emociones.

 La Zona superior está formada por la frente que es la parte anterior de la caja craniana. Esta zona
nos da información sobre la vida mental.

De esta manera, el rostro es el resumen del cuerpo. Sus tres zonas representan las tres grandes funciones
biológicas de digestión, respiración y cerebralización, que, por predominancia, nos orientan, a tres tipos de
temperamentos (digestivo, respiratorio y cerebral) y tres formas de inteligencia (concreta, relacional y
abstracta).

No obstante, no se trata de correlación sino de simultaneidad de fuerzas y funciones. En resumen, no existe


relación simple entre la forma y la función ya que habrá que observar si la dominancia es cualitativa o
cuantitativa, dependiendo del modelado y la vivacidad del receptor situado en esta zona, así como de la
armonía de las tres zonas.

El morfopsicólogo está capacitado para ver nuestras tendencias y competencias naturales y los puntos
perfectibles, siendo una ciencia pluridisciplinar para orientar hacia los estudios y profesiones donde la persona
desarrollará al máximo sus capacidades y competencias, en el campo de la orientación profesional; en la
mediación de conflictos, como herramienta para la detección y orientación de problemas estructurales de la
personalidad, conflictos relacionales padres-hijos, asesoramiento pre-conyugal, problemas y conflictos de
pareja; como coach, en la evaluación, configuración y cohesión de equipos de trabajo y competitivos, en la
identificación de talentos dentro y fuera de la empresa. Al ser un conocimiento integral de la persona éste, se
convierte en una herramienta pluridisciplinar para identificar el consciente e inconsciente de las personas y
para orientarlas en este mundo cada vez más complejo. Igualmente para diagnosticar psicopatologías y para
avizorar tendencias del individuo y orientarle en lo que debe hacer para erradicar los trastornos que le causan
su estructura o cómo mejorarlos.

Hasta ahora, la Morfopsicología había sido cuestionada porque se decía que era poco científica y porque era
difícil someterla al método estadístico y es cierto puesto que, como se ha dicho más arriba, no es una ciencia
matemática, pero es que lo humano, afortunadamente, no es matemático, es infinito, y por ello se deben
conocer las reglas o principios que lo animan, aunque el rostro no es un rasgo o una suma de rasgos, es una
composición que interactúa sincrónicamente en cada uno de nosotros con matices diferentes. En el libro El
Rostro y la Personalidad 4ª Edición se demuestran las conexiones entre cerebro, rostro y conducta.

Esta concepción negativa que la psicología oficialista y tradicional tiene de la Morfopsicología se debe a que,
tanto la medicina occidental como la psicología, se inspiran en el principio filosófico de Descartes, el cual
sostiene que cuerpo y alma (cuerpo y mente) son diferentes y la Morfopsicología, está inspirada en la filosofía
de Spinoza para quien cuerpo y mente (cuerpo y alma) forman una única realidad.

No es la psicología tradicional, algo acomplejada, la que está confirmando las leyes, fundamentos y estudios
empíricos de la Morfopsicología, es la moderna neurociencia y neuroimágen las que están dando unas
conclusiones irrefutables de la validez de la Morfopsicología, y ello la hace una herramienta trascendente en
el autoconocimiento, diagnóstico y consejo para todo lo relacionado con lo humano, convirtiéndola en un
conocimiento aplicado pluridisciplinar.

En tiempos recientes, la gente vivía sin sentir la necesidad de la psicología, se casaba, tenía hijos, y sobre
todo, vivía según las convenciones sociales.

La introducción del divorcio en la sociedad actual ha representado un terremoto del cual no hemos valorado
los efectos, todas las seguridades interiores se han derrumbado: ahora una pareja permanece unida si lo
desea.

En consecuencia, muchas familias se dividen y los hijos crecen en estructuras donde puede faltar el equilibrio.
Además, nuestra época tiene otra característica todavía más particular: hace no más de un siglo eran los
padres los que elegían la escuela para sus hijos, la profesión, el consorte: el individuo estaba resuelto a ser
prisionero del cuerpo.
En el trabajo, con la aparición de las empresas multinacionales y la economía global, el “patrono” tradicional
está desapareciendo, con él, desaparece la seguridad, y por lo tanto aparece la inestabilidad y el miedo, ya
que perdemos un valor referencial humano con el que podamos establecer una relación de confianza, de
admiración o de fidelidad, necesaria para el equilibrio.

Vivimos una revolución radical: una parte de este precio es llegar a un mejor conocimiento de sí mismo. Se
trata de una elaboración que considera la toma de conciencia de las propias debilidades a programar, por un
lado, y por otro lado, de las fuerzas con las que podemos contar.

Por todos estos motivos, el conocimiento de la psicología es una necesidad fundamental de nuestra época.

No se puede poner en marcha una máquina sin conocer sus mecanismos, por lo cual no podemos seguir una
dirección sin entender nuestro funcionamiento.

En este ámbito, la Morfopsicología es una disciplina que permite hacer visible la huella de la “psyche” en el ser
y pone el estudio al alcance de todos. Al contrario, la psicología oficial puede resultar, algunas veces,
abstracta.

¿Por qué un conocimiento tan trascendental para la humanidad no se ha desarrollado hasta ahora?

¿Porqué siendo un conocimiento trasversal sin igual no ha sido incorporado en el mundo universitario y
académico, en el desarrollo psicofísico del niño, en su educación, en su formación, en la superación de
trastornos de conducta de los adolescentes y adultos, en la orientación profesional, en la selección,
configuración y creación de equipos de trabajo complementarios, en el consejo de pareja y en todo el estudio
que la persona sea objeto y sujeto de estudio?

A partir del fracaso de la frenología que pretendía relacionar la psicología de los seres humanos por la forma
de las protuberancias craneales, el mundo de la psicología científica, ha considerado que las formas del
cuerpo físico no nos podían informar de la psicología del ser, lo cual, evidentemente excluía también las
formas del rostro. Se creía desde hace unas cuantas décadas, que las características psicológicas humanas
eran casi exclusivamente el resultado de las influencias ambientales. Decir esto equivalía a afirmar que el
hecho físico no nos puede informar del hecho psíquico. Esta desvalorización iba en contra de un credo
intuitivo público y mayoritario, que nos dice que la cara es el reflejo del alma, entendiendo el alma, como
sinónimo de nuestra psyche o si se prefiere, de nuestra conducta.
La aparición de le morfopsicología en el año 1937 junto a la predominancia de lo ambientalista de aquella
época, a que el nazismo estaba haciendo mal uso de los conocimientos de la fisonomía y a que el Dr. Córman
no tenía ni disponía de los conocimientos de la moderna neurociencia, genética y embriología y por lo tanto,
no pudo demostrar científicamente esta concepción dinámica de la morfopsicología, que siempre (sin ningún
fundamento) se relaciono con la frenología.

Ahora se sabe que esa creencia científica de la dominancia ambientalista era falsa: la gran mayoría de las
características psicológicas cuenta con una contribución genética, en ocasiones a un alto grado; inteligencia,
memoria, búsqueda de la novedad y nivel de actividad, la mayoría de enfermedades psiquiátricas e
introversión-extroversión, actitudes religiosas, todas, muestran cierto grado de influencia genética.

Las teorias tradicionales del desarrollo sostenían que las influencias genéticas tenían importancia durante la
lactancia y la primera infancia, pero que esta relevancia iba disminuyendo de manera importante a medida
que el niño maduraba; ahora, las investigaciones muestran que, en el caso de muchos rasgos, los efectos
genéticos aumentan a lo largo de la infancia y la adolescencia. Así también, se afirmaba que las influencias
ambientales de la conducta (p. ej., nutrición, educación, experiencias), eran compartidas por los miembros de
la familia, en lugar de ser experimentadas únicamente por los individuos: ahora se sabe que, al contrario de lo
que plantea esta teoría, para muchos rasgos, las influencias ambientales hacen distintos a los miembros de
una familia y que nuestra elección, modificación e interpretación de nuestros ambientes se encuentran muy
influenciados por nuestra genética.

También sabemos que el fenotipo, es una expresión morfológica del genotipo por las influencias de un
determinado ambiente. Los rasgos fenotípicos incluyen tanto rasgos físicos como conductuales. Por lo tanto,
si la “forma o estructura” del fenotipo, es el resultado de la interacción genes-ambiente, y “esta forma” nos
informa de la psicología del ser humano, indefectiblemente esta forma tiene que tener una representación en
la morfología de nuestro cuerpo. Por lo tanto, la estructura morfológica sí que nos informa de nuestra
psicología o si se prefiere de nuestra conducta.

Los que relacionaban la morfopsicología (sin conocerla) con el estatismo de la frenología y la fisonomía y la
posible mala utilización que hacía la el nazismo ha quedado desdibujado por los estudios de embriología y
genética. Hoy nadie piensa que un mundo tan interaccionado y evolucionado va a utilizar sus conocimientos
para deshacernos de personas con disminuciones psíquicas o físicas sino todo lo contrario sino para entender
y comprender y mejorar un neuro-desarrollo y fisiología de las personas y por lo tanto este aspecto también
está superado.

Por lo tanto la morfopsicología es un conocimiento que nos da una información capital para que desde la más
tierna infancia podamos comprender y contribuir a un mejor desarrollo psicofísico del niño, a orientarlo en sus
estudios y/o profesiones según sus competencias innatas, pero también para ayudar a superar la mayoría de
los trastornos psicopatológicos, a sí como para que podamos conocernos, comprendernos, aceptarnos y
realizarnos mejor y como consecuencia, para hacer un mundo más sano, justo, más libre y más humano.

El Dr. Gabarre en base a su experiencia empírica e investigación científica y divulgadora, en dirección de


empresas, en dirección de personas, en psicopatología, en la educación, estimulación, orientación nutricional
y desarrollo psicofisiológico del niño, en la orientación vocacional/profesional y clínica terapéutica con éxitos
sin precedentes, ha estudiado la interconexión y desarrollo del cerebro y el rostro desde la embriología, la
genética, la neurofisiología y sus significados psicológicos. Está demostrando cómo el rostro es la terminal de
nuestra neurofisiología y como consecuencia en él podemos ver la conducta de los seres humanos con una
precisión inigualable, con la técnica de análisis científico del rostro que permite determinar mediante el
estudio sistemático y observación profunda del mismo (al ser el resumen de nuestro cuerpo), la personalidad,
conducta e inteligencia, competencias, actitud y aptitud, la mayoría de trastornos psicopatológicos, el pasado
emocional y su actualización, fundamentándose en leyes biológicas, fisiológicas y psicológicas, por los
principios que establece el Dr. Claude Sigaud, y las leyes biológicas y dinámicas que establece el Doctor
Córman de Dilatación-Retracción, Polaridad del sistema nervioso (Actividad-Receptividad), Equilibrio-
Armonía-Inarmonía, Integración o no de las inarmonías, y las antiguas y actuales escuelas biotipológicas.

Rostros, mapa facial del sexo y morfopsicología


Una de las primeras aficiones que desarrollé fue la de dibujar rostros, aunque nunca
alcancé gran pericia técnica en este cometido. Llegué a llenar los márgenes de
muchas libretas con rostros que imitaban los perfiles contundentes de los héroes de
los tebeos y todavía ahora alivio de este modo el aburrimiento que me producen
ciertas reuniones inevitables.

Todavía era un niño cuando descubrí los autorretratos de Rembrandt, que me


produjeron un fuerte impacto. Más tarde –en la adolescencia-, descubrí los retratos
romanos del Museo Marés tan curiosamente familiares y, ya de adulto, las patológicas
esculturas de Messerschmidt. Mi afición por el retratos me llevó a coleccionar la
magnífica colección de retratos que aparecía en la última página del los fascículos de
la Historia del Arte de de J. Pijoan (Salvat). Y como saben mis sufridos familiares y
amigos, cuando visito un museo me quedo hipnotizado cada vez que descubro un
buen retrato. No hay nada que me interpele más.

Con estos antecedentes, la publicación de una obra sobre mofopsicología, que parece
seria, ha despertado mi curiosidad. Se trata de un nuevo libro de Julián Gabarre Mir,
diplomado en Morfopsicología y Profesor Agregado de la Société Française de
Morphosychologie, considerado uno de los mayores expertos del mundo. Reproduzco
la información que he encontrado en la red sobre este autor y sus indagaciones
morfopsicológicas.

Me pregunto que explicará el nuevo libro sobre el significado que atribuye a las
diferencias entre los rostros masculinos y femeninos. En otra obra El rostro de Daniel
McNeill (Tusquets, Historia-NF, 1999) se insiste en la importancia del mapa facial del
sexo:

El cantante de ópera china Shi Peipu, que se hacía pasar por mujer en la vida real,
inició en 1964 una aventura amorosa con Bernard Boursicot, un joven de veinte años,
contable de la Embajada francesa en Pekín, quien no sabía nada de tal suplantación.
Los esporádicos encuentros sexuales siempre se llevaban a cabo con
apresuramiento, en sitios oscuros y debajo de una manta, lo cual permitía a Shi Peipu
disimular sus genitales con las manos. En agosto de 1965, Shi Peipu le anunció su
embarazo, aunque luego le dijo que había perdido la criatura al abortar de manera
espontánea. Sin embargo, en diciembre volvía a esperar otro hijo, de cuyo nacimiento
se enteró Boursicot estando en el Amazonas. Boursicot no vio a la criatura hasta
1973, y en 1982 arregló todos los documentos para que Shi Peipu y el niño viajaran a
Francia. Allí las autoridades detuvieron a Boursicot y a Shi Peipu por espías, y
durante el juicio Boursicot se enteró, después de veinte años, que Shi Peipu era un
hombre. Estos hechos sirvieron de base al argumento de M Butterfly, que obtendría el
Tony a la mejor obra teatral de 1988.

Una historia como ésta plantea todo tipo de preguntas, y una sería: ¿cómo es posible
que Boursicot no viera los rasgos masculinizantes en el rostro de Shi Peipu? Por lo
general, solemos reconocer de inmediato a qué sexo pertenece un rostro. Para ello
usamos informaciones secundarias, como la longitud del cabello o el maquillaje,
aunque apenas las necesitamos. En un experimento, los investigadores enseñaron a
ciento ochenta y cinco voluntarios fotos de mujeres y de hombres afeitados, todos con
el cabello oculto debajo de un gorro de baño. El 96 por ciento de los encuestados
adivinó cuándo el rostro pertenecía a un hombre o a una mujer. Otros estudios han
proporcionado resultados similares.

Esta habilidad es clave, ya que los rasgos faciales definen el sexo que nos atrae, y
necesitamos conocerlos para perpetuar la especie. De hecho, el rostro del hombre y
el de la mujer se hacen más dispares cuando llegan a la pubertad, pero en la vejez
vuelven a cambiar hasta parecerse. Los genes exageran esas diferencias durante
los años fértiles.

La identificación del sexo a través del rostro es de tal importancia que la


evolución la ha convertido en algo automático. De ahí que pocos podamos
razonar las diferencias entre el rostro de un hombre y el de una mujer. Esta
facultad ha intrigado durante mucho tiempo a los científicos, pero hace sólo muy poco
que han empezado a intuir sus mecanismos. Las pistas se hallan desperdigadas por
todo el rostro.
En general, los hombres tienen facciones angulosas. Las cejas y el mentón
sobresalen. La inclinación de la frente suele ser más pronunciada, y más profundas
las cuencas de los ojos. Las mejillas son más alargadas, y la profundidad del
rostro es en conjunto superior. Suelen tener más folículos en la cara, lo cual da a su
cutis un aspecto más basto, sobre todo en los viejos.

Por otro lado, las mujeres tienen el rostro más pequeño, pues suele medir cuatro
quintas partes de lo que mide el del hombre. Además, su aspecto es más infantil, ya
que parece más ancho y los ojos mucho más grandes. Por ejemplo, los ojos de
Audrey Hepburn eran sólo un poco más grandes que los de William Holden. El tejido
que los rodea es más sensible a los cambios de la circulación sanguínea y se
oscurece con mayor rapidez, un efecto atrayente que las mujeres intensifican con el
rímel. Las pestañas son más largas y más gruesas que en el hombre. Pero las cejas
son más delgadas y se vuelven ralas con la edad, mientras que las del hombre crecen
densas y enmarañadas.

La nariz también ayuda a diferenciar los sexos. La nariz femenina es más pequeña,
ancha y cóncava, como la de los niños pequeños. La nariz masculina es más
grande y más protuberante, quizá porque el hombre necesita un sistema
respiratorio más potente, desde los pulmones hasta la nariz. En un estudio que
consistía en mostrar narices aisladas del resto, los encuestados identificaron mejor
las narices de los hombres de frente y de perfil, y las de las mujeres en posición de
tres cuartos. Los investigadores afirmaron que todas las narices tenían en cierto modo
una apariencia masculina vistas de frente, y que la visión de tres cuartos revelaba
mejor el caballete diferencial.
Las mujeres poseen otros rasgos indicativos. Tienen la boca más pequeña y el labio
superior algo más corto. Las mejillas sobresalen más que en los hombres, debido a
que su nariz es más pequeña y a la capa de tejido graso extra que las cubre.

La cara de las mujeres es más lisa que la de los hombres. Y no sólo porque sus
músculos faciales son más pequeños, sino porque la grasa que los cubre los
disimula mejor. Esto hace que sea más difícil detectar los movimientos faciales
de menor importancia. Parece que el rostro del hombre posee una mayor movilidad,
yalgunos investigadores piensan que asociamos
esto a la masculinidad, mientras a la feminidad
asociamos la contención facial.
Pero este efecto se obtiene sólo en los movimientos superficiales, ya que de
hecho las mujeres son, en conjunto, más expresivas. Su rostro responde con
mayor facilidad a situaciones de una gran tensión. Aseguran que experimentan
emociones más fuertes, que adecuan mejor la expresión de la cara en las fotos,
y que despliegan mayor alegría y animación en las entrevistas.

No existe una prueba del papel tornasolado para diferenciar el rostro de un hombre
del de una mujer. Rasgos como la longitud de la nariz o la protuberancia de las
mejillas se superponen en ambos sexos, y no son determinantes. Vicki Bruce, de
la Universidad de Stirling, en Escocia, enmascaró partes de un rostro y comprobó la
habilidad de los encuestados para diferenciar si pertenecía a un hombre o a una
mujer. «Obtienes una armoniosa degradación», explica. «Si cubres las cejas, la
habilidad no desaparece. Si borras información sobre la nariz y el mentón, la habilidad
sigue sin desaparecer. Es como si el sistema humano utilizara todas las piezas.»

Además, un estudio demostró que la gente no sólo es hábil en separar los rostros en
masculinos y femeninos, sino que clasifica sin dificultad la masculinidad o
feminidad de un rostro, una tarea del todo distinta. O sea, que pueden decir: «Esta
cara parece de un hombre, pero sé que es de una mujer». Percibimos aspectos del
patrón masculino aunque concluyamos que es femenino.

Un grupo de investigadores pretendía fusionar numerosas variables faciales en una


única fórmula que distinguiera entre rostros masculinos y femeninos. Aunque
lograron cierto éxito, concluyeron que la gran lección de la empresa había residido en
la dificultad para obtener un sistema de medición de ese tipo.

Fuente: http://www.tusquets-editores.es/lib_ficha_prn_lectu.cfm?Id=1178

Aunque todavía tengo dudas sobre el rigor y verdadero alcance de la morfopsicología,


espero que arroje luz sobre esta y otras cuestiones. De momento, no he encontrado
referencias al tema de las diferencias sexuales en la entrevista y en los extractos de
otras obras anteriores que aparecen a continuación. Por lo demás, creo que al menos
mi psique sí queda bien descrita atendiendo a las indicaciones que reproduzco. ¿La
suya?.

Entrevista

LA CARA REVELA NUETRA PERSONALIDAD

La Morfopsicología intenta abrirse paso en el mundo académico desde años. En


Francia ya ha llegado a la Universidad como disciplina; en España se imparten cursos
pero sólo en una escuela privada de Barcelona por Julián Gabarre Mir, diplomado en
Morfopsicología y Profesor Agregado de la Société Française de Morphosychologie,
estando considerado uno de los mayores expertos del mundo.

Pues bien, Julián Gabarre acaba de editar en Flumen una obra que va a permitir a
quienes no dominan la lengua de Moliere introducirse por fin en una disciplina a la que
cabe augurarle un futuro prometedor. La obra -El rostro y la personalidad- es un
excelente manual plagado de ilustraciones explicativas que hacen realmente sencilla y
amena la comprensión de los fundamentos de esta nueva ciencia. Y por tal motivo
quisimos hablar con él.

-¿Qué es exactamente la Morfopsicología?

-Una disciplina que permite conocer la personalidad de cualquier persona -su


inteligencia, carácter, aptitudes y actitudes- a través de la observación y el estudio de
su rostro y que ayuda a conocer cuáles son sus mejores cualidades y qué otras debe
potenciar.-¿Y por qué el estudio del rostro y no de todo el cuerpo?

-Porque la única parte del cuerpo que generalmente está siempre a la vista de los
demás es el rostro y éste es, además, la parte morfológicamente más diferenciada del
ser humano, la más delicadamente modelada, aquella en que la vida de la conciencia
aflora y se refleja en él pudiendo ser observado por los demás. El rostro es, de alguna
manera, la manifestación primaria del "yo".

-Vamos, que el antiguo dicho de que "la cara es el espejo del alma" ha resultado
cierto...

-Sí, entendiendo alma, etimológicamente, como el psiquismo de cada persona.

-¿Desde cuándo existe como disciplina?

-El deseo de adivinar lo que se encierra en el interior del individuo, en su psique y en


su mente, es tan antiguo como la humanidad. Y, en ese sentido, ya desde los tiempos
prehistóricos los hombres han practicado en alguna medida una fisiognomía
rudimentaria. Pero sería el doctor Louis Corman, psiquiatra e investigador francés
quien, tras rechazar el dualismo de René Descartes y aproximarse a las ideas de
Spinoza -para quien cuerpo y espíritu son las dos caras de una misma realidad-,
crearía la disciplina de la Morfopsicología.
Obviamente, las investigaciones y estudios que le llevaron a su estructuración son
complejas y resultaría difícil resumir en una breve entrevista los fundamentos
científicos en los que se basa. Pero puedo asegurarle que he verificado y constatado
personalmente a lo largo de 21 años sus postulados.

-Y si esta disciplina es ya tan veterana, ¿por qué no se imparte en las facultades de


Psicología y Psiquiatría?
-Lo ignoro. Quizá -dice sonriendo- haya cierto recelo por parte de la clase dirigente.
No resulta cómodo para nadie -pero mucho menos para los personajes públicos- que
la gente pueda saber mirándoles sólo a la cara cómo es uno realmente y no cómo
aparenta ser. A quien no le importa es a quien no tiene nada que ocultar.
-¿Es una ciencia de aplicación directa?-Inmediata. Supone un paso radicalmente
distinto al que la Psicología tradicional nos ha acostumbrado porque, además, nos
lleva siempre al origen, allí de donde surge el carácter. Permite el diagnóstico del
temperamento que dirige nuestra actividad en el mundo así como el pronóstico de los
procesos de adaptación activo, afectivo y del conocimiento. Formarse en ella le sería
pues de gran utilidad a médicos, psicólogos, psiquiatras, periodistas, profesores,
maestros, abogados, jueces, directivos de empresa, comerciales, expertos en
recursos humanos...
A los profesionales de la medicina porque pueden obtener con ella una información
previa del paciente privilegiada. A los psiquiatras y psicólogos clínicos porque
entenderán mejor los comportamientos individuales y grupales del paciente y de su
familia y porque la transferencia del paciente al terapeuta se hace más fácil y con
inmediatez. A los educadores, profesores y padres porque tendrán así una
herramienta de gran ayuda ya que sabrán cómo orientar la educación de cada uno de
los alumnos o de sus hijos. Sabrán, por poner un ejemplo, que un niño con ojos
grandes tiene mayor capacidad de asimilación que la mayoría pero también que le
cuesta más concentrarse por lo que en la escuela le deberíamos poner en primera fila
y al lado de otro con ojos pequeños y boca pequeña ya que éste tiene más capacidad
de concentrarse y menos tendencia a hablar, sobre todo si la boca tiene poco tono.Y,
por supuesto, le es útil a cualquier persona que desee potenciar sus relaciones
familiares, sociales o íntimas.
-¿Y sirve para orientar profesionalmente a nuestros hijos?
-A nuestros hijos y a cualquier persona ya que, como he dicho, se pueden ver las
tendencias naturales de cada individuo, conocer sus mejores cualidades y
capacidades y, por consiguiente, dónde tendría mayores posibilidades de triunfar a
poco que éstas se estimulen. Con lo que les ayudaremos a ser más felices. Muchas
personas que me vienen a consultar sobre sus relaciones con los hijos me dicen: "Si
le hubiera conocido antes habría aprendido a comprender mejor a mis hijos". En las
consultas de relaciones de pareja ocurre lo mismo.
-Luego es igualmente aplicable al mundo de la empresa...
-A los expertos en recursos humanos les aporta grandes ventajas. Porque a la hora de
seleccionar personal se puede detectar desde el principio si el candidato, por ejemplo,
es complementario con el jefe o con el equipo que va a trabajar. En las negociaciones
colectivas e individuales también es una herramienta de apoyo importante puesto que
vemos si la persona es influenciable o no y en qué es influenciable, si en la cuestión
mental, en la emocional o en la instintiva.
Asimismo, si sé qué predomina en cada persona -el pensamiento, los sentimientos o
los instintos- también sabré cómo motivarla mejor. Algo muy útil, igualmente, en el
caso de los comerciales y comerciantes ya que les hará obtener mayores ventas y
sabrán fidelizar mejor a sus clientes.
-Estoy pensando en que para escoger pareja también puede ser interesante...
-Soy consciente de que una pareja de enamorados es incapaz de escuchar. La pasión
es enemiga de la lucidez y es difícil que una persona a la que le atraiga otra escuche
nuestro consejo. Por tanto, en estos casos aprendemos generalmente con los golpes
de la vida. Pero deberíamos recordar que sentirse atraído por alguien no implica que
uno piense de manera similar, que tenga los mismos gustos, inquietudes, intereses,
aficiones, formación, expectativas... Además, del otro nos suele atraer
inconscientemente aquello de lo que carecemos y, por tanto, la atracción se hace por
los polos opuestos.
De ahí que cuando decrece la pasión suelan quedar sólo los antagonismos, que serán
fuente de ruptura. Obviamente, si dos enamorados supieran algo de Morfopsicología
sabrían con antelación la posible armonía o dificultad de su relación en el futuro.
Muchas personas me consultan cuál es el fallo de su relación y se sorprenden cuando
les hago ser conscientes de las tendencias naturales de ambos, causa de esa
desarmonía.
-¿Me puede poner un ejemplo?
-Claro. Mire, si yo soy un hombre pasivo que tiendo a la comodidad, generalmente me
atraerá una mujer muy activa; y a la mujer muy activa yo le atraeré porque en mí ve la
calma. Pero cuando llevemos mucho tiempo juntos yo me preocuparé menos de la
conquista y tenderé a la comodidad, a estar en el sofá; sin embargo, a ella, le
apetecerá -por ejemplo- ir a hacer deporte o a bailar. En suma, será ella la que tirará
del carro y yo iré montado en él, lo que poco a poco irá minando nuestra convivencia
existiendo una alta probabilidad de que me abandone.
Si soy un hombre poco sociable me atraerá una mujer con necesidad de
protagonismo y representación pero cuando estemos casados, como yo no necesito ni
me gusta ir a fiestas o actos sociales aunque a ella le fascine, ello será fuente de
discusión y probablemente de ruptura. Podría seguir pero se haría interminable...
A mi consulta acuden cada vez más parejas al borde de la ruptura pero haciéndoles
conscientes de sus antagonismos ha habido una comprensión más rápida y cediendo
cada uno algo han hecho la relación más llevadera; pero sólo con una justa
comprensión.
Hace unas semanas vino un señor con algunas fotografías de su mujer y me preguntó
cuál era la causa de que no quisiera hacer el amor con él. Se trataba de un hombre
con unos instintos muy potentes y un cerebro muy racional pero su zona emocional,
sentimental, era prácticamente nula; o sea, la típica persona asocial. Le pregunté
entonces cuántas veces había regalado flores a su mujer, cuántas veces se había
sacrificado por ir a una fiesta -a él no le gustaba ir y a su mujer sí-... Y unas cuantas
preguntas más por el estilo. Se quedó sin saber qué decir y tomó nota. Luego, más
tranquilo, me llamó para darme las gracias ya que él no era consciente de sus
carencias.
Para que un matrimonio funcione debe haber afinidades, amor y armonía sexual. Y
para lograrlo es esencial que se sientan en la "misma longitud de onda". Asimismo,
uno debe entender que el otro, como él mismo, necesita sus parcelas propias de
autonomía.
-¿Con la Morfopsicología se puede saber si una persona, por ejemplo, es activa,
impulsiva, tenaz o egoísta?
-Sí, se puede saber casi todo: su grado de inteligencia, su carácter, sus aptitudes, sus
actitudes.... Se puede saber si uno es activo a nivel intelectual, afectivo o instintivo y
dónde será más generoso en estos niveles. También podemos deducir el grado de
sensibilidad de cada persona y cómo es su sexualidad; si es activa, imaginativa y
generosa o si es receptiva, pasiva o egoísta; las tendencias naturales de fidelidad o
infidelidad; qué tipo de inteligencia tiene: si es lógica, intuitiva, concreta o abstracta; si
es perseverante o inconstante...
Por ejemplo, hace unas semanas recomendé a un joven de 1,75 de estatura y 130
kilos de peso para un puesto de informático (programación y gestión), un muchacho
que había tenido ya muchas entrevistas y no le contrataban porque un obeso tiene
tendencia a la inactividad física. Sin embargo, con la Morfopsicología observamos que
a nivel mental era muy activo. Lo presentamos a la empresa y les dimos las
explicaciones pertinentes ya que tienen confianza en esta disciplina y el resultado es
extraordinario. Si no hubiésemos sabido Morfopsicología este hombre, por razones de
estética -que hoy tanto se valoran-, no hubiera encontrado trabajo a pesar de que es
un gran profesional de excelente rendimiento.
-Empieza a darme la impresión de que la Morfopsicología puede ser tildada de
determinista...

-De ninguna manera: la Morfopsicología no es determinista. En el ser humano hay


influencias genéticas, medioambientales, sociales, educacionales, nutricionales,
afectivas... Ahora bien, si el medio ambiente nos cambia, la cara también nos
cambiará; y si nuestro psiquismo cambia, nuestra cara cambiará. Eso está
comprobado.
Saber Morfopsicología puede, pues, hacernos conscientes de nuestras virtudes y
defectos y, conociéndolas, cambiarlas, mejorarlas o potenciarlas. Por tanto, la
Morfopsicología no es sinónimo de petrificación sino de evolución, de educación de
nuestra sensibilidad con vistas a una mayor adaptación al medio.
-¿Y con el libro que acaba de publicar se puede aprender Morfopsicología?
-Si una persona es paciente puede saber si la otra se mueve por el pensamiento, por
los sentimientos o por los instintos, si es activa o pasiva, si es constante o inconstante
y muchas cosas más. Aunque la Morfopsicología requiere perseverancia.
-¿Y cuáles son las principales características que se estudian en el rostro?
-En primer lugar, el grado de dilatación o retraimiento de la cara. En segundo lugar, la
forma; es decir, lo que llamamos el modelado, que nos indica el grado de socialización
y cómo son nuestros contactos; en tercer lugar, el tono; y, en cuarto, el marco y los
receptores. Además, hay que estudiar el rostro dividiéndolo horizontalmente en tres
partes: la superior nos habla de la cuestión cerebral, la media de la afectiva y la
inferior de los instintos.
-¿Qué es un rostro "dilatado? ¿Y uno retraído?
-A grandes rasgos, un rostro dilatado es el propio de una persona gorda y uno retraído
el de una persona delgada. La persona de rostro dilatado suele tener la cara ancha (a
veces cuadrada) si se le mira de frente y convexa si se le observa de perfil. Asimismo,
los ojos son más bien grandes, la nariz respingona, los labios carnosos y abiertos y la
boca grande.
En cuanto a la persona de rostro retraído diré sólo que sus características son las
opuestas. Pero hay que decir que no existe el retraído puro.
-¿Y cuántos tipos de rostro tiene establecidos la Mosfopsicología?
-El tipo de rostro o modelado puede ser, básicamente, de cuatro clases: redondo,
plano, ondulado o abollado.
Las personas con el rostro redondo destacan por sus contactos suaves, fácil
adaptación y buena receptividad. Pero su sensibilidad es lenta en despertar.Las de
rostro plano son personas poco flexibles y es difícil el contacto inicial con ellas. La
cara refleja la tensión interna.
Las de rostro ondulado son personas con un alto grado de socialización, gente con
dulzura y que se esfuerza a la hora de luchar.
Por su parte, las de rostro abollado son pasionales, conflictivas y de difícil equilibrio.
Suelen tener reacciones bruscas.
-¿Qué es el tono energético?
-Hace referencia al grado de vitalidad de la persona, a su actitud general ante la vida:
activa o pasiva.Una persona con tono es extrovertida, activa, voluntariosa y de
carácter influyente y valiente. Una átona, en cambio, denota falta de vitalidad y de
actividad. Es más pasiva, introvertida, ansiosa y de mentalidad más cobarde.
Las personas con tono tienen en general rostros musculosos y firmes sin apenas
grasa. Asimismo, sus órganos sensoriales -boca, nariz, ojos y oreja- suelen estar más
bien expandidos.Las átonas tienen la carne blanda, fofa, falta de tensión, caída. Y los
receptores dan la impresión de hundirse.
-¿Y qué es el marco? ¿Y los receptores?
-Cuando hablamos del marco nos referimos al armazón óseo (frente, sienes, pómulos,
mandíbula inferior y mentón) que acolchan los músculos. Y nos informa de las
energías, las capacidades, las necesidades humanas. En suma, de la vitalidad y
potencia -sobre todo física- de la persona así como de su capacidad de realización.
Luego, el tono energético nos dirá si ese potencial está activado o no. En cualquier
caso, tanto un exceso como una carencia de tono son negativos.
Los receptores sensoriales son, obviamente, los ojos, la nariz y la boca. Y nos dicen
cómo administramos las energías que tenemos y cómo es nuestra comunicación.
-Por lo que infiero, el estudio bien hecho de un rostro no es tan simple... -Ciertamente,
no. Requiere conocimientos, tiempo y experiencia. Pero se aprende.
LOS ESTUDIOS DE MORFOPSICOLOGÍA
-En España, sin embargo, no está reconocida la Morfopsicología a nivel académico...
-No, aunque en la Universidad de Lille (Francia) ya se da como asignatura en la
Facultad de Psicología. Nos aguarda una larga lucha pero estoy convencido de que
acabará siendo reconocida. De hecho, la carrera de Psicología en España no tiene
más de 40 años. La Grafología, que se admite en los tribunales, tampoco está
reconocida en España. De hecho, en Italia se creó la Diplomatura Universitaria de
Grafología en 1998.
Así pues, si demostramos la valía de estos estudios no tendrán más remedio que
aceptarlos ya que es una herramienta muy útil que puede hacer mucho bien. Bueno,
en malas manos también se puede hacer mucho daño. Por eso debe regularse.
-Y los estudios actuales, ¿qué duración tienen?
-Tres años. Hasta ahora sólo se podía Morfopsicología en Francia pero la primera
promoción que ha cursado estudios en nuestro país se examinará en breve en
Barcelona. Y pronto habrá cursos en Madrid. Eso sí, ya aviso que el plan de estudios
es muy exigente.

FUENTE: José Antonio Campoy en Discovery Dsalud


http://www.dsalud.com/numero20_5.htm

DESDE COLOMBIA

Un experto morfosicólogo español sostiene que el rostro revela con exactitud los
rasgos de la personalidad. Analizó las caras de cuatro colombianos y esto es lo que
descubrió. Sólo con una foto de un rostro de frente y una de perfil, Julián Gabarre
asegura poder deducir los rasgos sicológicos de una persona. Por eso a este español
acuden cientos de empresas para que les ayude a escoger gerentes, empleados de
confianza, futuros socios o por curiosidad, para conocerse mejor a sí mismos. Y al
parecer no falla pues con este método ha elegido a cerca de 300 directivos de
importantes compañías de su país, donde la morfosicología está de moda gracias a
su libro El rostro y la personalidad.
En 2004, Gabarre sorprendió a la policía científica de Barcelona al determinar con
base en sus fotos y con total precisión la sicología de 10 reclusos y los delitos por los
cuales habían sido condenados a prisión sin conocerlos previamente: "Dos por estafa,
cuatro por robos con fuerza, dos por robo con violencia y otros dos por lesiones". Un
alto mando de la policía científica corroboró todos los casos y quedó tan descrestado
que le expidió una certificación de esta hazaña.
"El rostro tiene un significado y revela el funcionamiento del ser y sus intercambios
con el mundo exterior. Es la puerta de entrada y salida de nuestro cerebro y nuestra
interioridad, de nuestras emociones y de nuestros mecanismos de racionalización, y
por eso nos dice todo", dijo a SEMANA Gabarra, quien estudió en la Sociedad
Francesa de Morfosicología. Esta disciplina parte de una teoría de los años 40 del
siquiatra francés Louis Corman, quien asegura que "la siquis determina la forma del
rostro".
Las claves del rostro.
Los pómulos anchos revelan necesidad de protagonismo, la boca y nariz grande,
derroche, y nariz encorvada hacia los labios significa atracción por el dinero. "Es el
sicoanálisis instantáneo", enfatiza Gabarre, cuyo exitoso libro llegará en algunos
meses a Latinoamérica. Aunque la mayor parte de sus clientes buscan conseguir
información privilegiada sobre los demás, el experto insiste sobre la gran utilidad de
esta disciplina para el conocimiento propio. "Con la morfosicología adquirimos
comprensión, seguridad, confianza y libertad. Nuestra propia cara nos informa de
nuestras fortalezas y debilidades y nos señala el camino para mejorar nuestras
relaciones y nuestro futuro".
Gabarre fundó una escuela de morfosicología en Barcelona que ya graduó a sus
primeros 24 alumnos y además ofrece información en su página de Internet
(http://www.julian-gabarre.com/). Así se ha convertido en el principal promotor en el
mundo hispanoparlante de una teoría que asegura que "el rostro nunca miente".

Idealista e innovador.

“Este rostro, ligeramente retraído, tiene un tono energético global medio. Su zona
dominante es la cerebral y, como los ojos están activados, la actividad mental es
grande y es donde tiene los mejores recursos. Su frente se ensancha en la parte alta
del rostro, lo que nos muestra que su potencial intelectual es alto, dominando la
inteligencia abstracta e intuitiva, sobre la concreta que es media. Tiene la capacidad
para ver y dar soluciones globales, y otros aspectos del rostro nos dicen que canaliza
muy bien el pensamiento en acciones concretas, aunque al faltarle un poquito de
vitalidad de base (mandíbulas de frente y de perfil), algunas de estas soluciones
podrían quedarse sin plasmar y le podrían restar combatividad y determinación. El
examen morfosicológico del señor Uribe nos dice que él es abierto y flexible a nivel de
ideas y de planteamientos y algo idealista, con notable sentido de la innovación y
espíritu de empresa. Para él es más importante ‘ser’, que ‘representar’ y ‘tener’. Su
frente amplia e inclinada nos informa que es ágil en la comprensión, argumentación y
rápido en elaborar la respuesta. No obstante, la vitalidad media le da muy buena
capacidad para las relaciones interpersonales”.
Fuerte e intuitiva.

“De frente, este rostro es firme, enérgico y determinado, pero de perfil es más suave y
receptivo, lo que nos lleva a concluir dos aspectos importantes de su personalidad: en
su entorno profesional y social, muestra fuerza, determinación y lucha para conseguir
sus metas.
Pero, en familia, su comportamiento es más flexible y es menos combativa.
Metafóricamente podríamos decir que Shakira es más demonio fuera (hacia el
exterior, hacia el mundo) y más ángel en casa. Su frente indiferenciada, sus cejas en
acento circunflejo y sus ojos tónicos revelan que su tipo de inteligencia es intuitiva y
concreta, con notable capacidad de observación y memoria fotográfica.
Los pómulos anchos y las mejillas de frente aplanadas nos informan que tiene una
alta sensibilidad de defensa en lo sentimental, lo que significa gran dificultad para
expresar sus sentimientos y emociones. Tendrá que aprender a decirle a su pareja ‘te
quiero’, ‘me encantas’, etc.; de lo contrario, su pareja podría dejarla porque se podría
aburrir. Shakira tiene gran necesidad de ser querida pero su afectividad es más
receptiva que emisiva. También deberá aprender a ser más paciente y menos
expeditiva en sus relaciones afectivas”.

Egoísta y materialista

“Este rostro, de tipo dilatado, muestra un tono energético medio. En la zona instintiva,
las mandíbulas están indiferenciadas y muy carnosas, el cuello es ancho y corto y la
nariz vista de perfil es algo aguileña, lo que nos informa que el instinto de adquisición
es muy alto y que busca en todas sus relaciones el beneficio personal. Los ojos
pequeños, la nariz estrecha y aguileña penetrando en la zona de los instintos y el
labio superior fino, le convierten en un hombre nada generoso y bastante materialista
que actuará con extrema dureza y de forma impositiva para conseguir sus fines. Su
zona media (pómulos anchos y la nariz estrecha y aguileña) nos hablan de su gran
necesidad de protagonismo y de ser querido, pero él no ofrece nada para ser querido.
Por el contrario, será un hombre muy temido, por su extremada dureza”.

Obstinado y fanático

“Este rostro rectangular dilatado revela un considerable depósito de energía medio


alto y que el nivel de actividad de esta persona está por encima de lo normal. Visto de
perfil, la zona de los instintos en profundidad (longitud que va del mentón a la parte
trasera del cuello) muestra que tiene un ‘motor de alta resistencia’ y que es muy
perseverante en conseguir sus propósitos. Sin embargo, su frente abollada nos dice
que a nivel de ideas es obstinado y algo fanático, y por lo tanto, poco flexible. Su lado
izquierdo (pómulo) más retraído nos habla de un pasado deficitario en afectos de su
entorno familiar, habiendo superado y sintiéndose más realizado y querido dentro de
su entorno social y familiar actual”.

FUENTE: http://69.20.13.59/aspca/default.asp?
frmSiteId=48&frmPaginaSiteId=1348&frmCOTId=4058

El rostro y la personalidad
¿Qué tiene que ver el rostro con el carácter y la personalidad? Pues ese es un dilema
que ha interesado desde hace miles de años a filósofos, artistas y hombres de
ciencia. Sepa que el padre de la medicina Hipócrates, estableció cuatro
temperamentos básicos: sanguíneo, linfático, bilioso y nervioso, que aún se utilizan y
también se les ha buscado relación con el tipo de rostro.

El arte de la lectura del rostro en China data de hace más dedos mil años y se le llama
Siang Mien.

La literatura griega antigua es rica en descripciones de carácter vinculado a la


fisonomía, por ejemplo, Homero en la guerra de Troya describe a sus héroes de esta
forma: la magnanimidad de Héctor coincide con un aire serio, un cuerpo bien
proporcionado, actitudes nobles y fieras; la cólera de Aquiles corresponde a ojos
centelleantes, a rasgos viriles y vigorosos.

En Europa, durante la Edad Media y el Renacimiento hubo mucho interés por el tema.
El gran Leonardo Da Vinci estudió la expresión muscular de las emociones en la cara.

Alberto Durero hasta se aventuró a establecer unos cánones de belleza, aunque


basado en la mitología.

Hacia mediados de 1600, Charles Le Brun, mediante una teoría fisiognómica, intentó
demostrar que existía una relación entre los rasgos del rostro, los estados anímicos
que caracterizan la emoción y los movimientos de la sangre, lo cual afecta a los
músculos faciales.

Algunos, incluso, han querido demostrar que las diversas tonalidades del rostro tienen
que ver con las reacciones de los sentimientos.

ALGUNOS TIPOS DE ROSTROS

Mediante estudios realizados y análisis comparativos efectuados, se ha llegado a


elaborar una especie de tabla de tipos de rostros. Veremos algunas características de
ellos.

Los Apasionados: Los contornos del marco facial tienen mucho relieve. Se alternan
los salientes que forman la mandíbula y los pómulos con los entrantes de las mejillas
y las sienes. Boca bien cerrada. De temperamento conflictivo en el que predominan
dos fuerzas vitales contrarias: expansión y conservación. Buena concentración e
individualismo acentuado.

Los Sedentarios: Líneas alargadas dominan sobre las anchas, el rostro es largo,
estrecho, boca pequeña, ojos unidos, hundidos y caídos. Pocas ganas de luchar,
débiles, sedentarios. Muy sensibles y delicados. Necesidad de afecto y de principios
rígidos. Distraídos.Los Impulsivos: Perfil angular con frente inclinada haciaatrás, las
sienes y mejillas aplastadas, pómulos salientes, nariz prominente, boca grande y
firme. Son dinámicos, audaces. Orientados hacia lo inmediato, de iniciativa, vigorosos.
Falta de previsión y organización.
Los Inhibidos: Rostro estrecho, tipo triángulo u oval. Contorno huesudo y anguloso,
poco carnoso. Tez pálida o aceitunada, labios apretados, fosas nasales semicerradas.
Son de los que economizan vitalidad y la compensan viviendo muchos años. Poco
afables y de escasa vida social, se encierran mucho en sí mismos. Individualistas e
inadaptados.

Los Expansivos: Rostro redondo, ancho, líneas curvas y ángulos difuminados. Tez
rosada o roja. Receptores sensoriales (ojos, nariz, boca) están abiertos indicando
expansión. Ojos grandes, saltones y separados. Boca carnosa, tienen vitalidad
abundante, son sociables y amables. Necesitan vida social y compañía. Impulsivos.

Los Reflexivos: Mandíbula mediana, barbilla poderosa proyectada hacia adelante.


Pómulos poco salientes, nariz grande. Frente amplia, sienes aplastadas, ojos
grandes, algo separados. Más estables que vivaces, ritmo reposado, dominio de si
mismos. Prudentes, educados, organizados, reflexivos, método y lógica.

ROSTROS FAMOSOS

Honorato de Balzac: (El Pletórico). Tenía un contraste notable entre la parte baja del
rostro (zona afectiva-instintiva y la superior, zona cerebral). Mucha corpulencia, cuello
de toro, rostro ancho y carnoso, doble barbilla, mucha vitalidad física. Ojos separados
y frente bien delineada. Todo refleja un tipo de expansión cerebral condominio
imaginativo, facultades de observación, reflexión, intuición, pero también ardiente,
apasionado, muy insertado en la vida social de su época.

Julio Verne: (Soñador). Mandíbula pesada, ángulo bien marcado, pómulos altos, ojos
ligeramente hundidos, frente amplia, rostro que muestra en lo general cierta
delicadeza. Muy idealista y cierta timidez, soñador, inventor y observador. Alguna
incomodidad para exteriorizarse.

Mahatma Gandhi: (El Pacífico). Mucho predominio de la zona afectiva que refleja
humanidad, además de sensualidad y ternura fuertes. Sienes estrechas y hundidas
aportan visiones limitadas muy selectivas y dinamismo. La frente de altura moderada
indica que no hay predominio de la imaginación, pero sí una elevación hacia lo
espiritual.

Juan Pablo II: (El Enérgico). Su rostro es ancho y redondeado, destaca por su
amplitud en la zona afectiva a nivel de los pómulos y por su firmeza en la zona
instintiva con una mandíbula sólida y prominente que refleja mucho dinamismo y
obstinación. Por lo contrario, la frente redonda, recta, cejas ralas, ojos y boca
pequeña, indican introversión, vida interior rica, tendencia al aislamiento
contemplativo. Zona cerebral amplia, temperamento que predomina la expansión
cerebral.

Algún apunte más sobre el tema.

Dicen que la cara es el espejo del alma y, ciertamente, el primer contacto visual con
otra persona es el que nos ofrece los datos iniciales acerca de su personalidad. Esa
rápida impresión provoca actitudes tan definidas como atracción, repulsión o,
simplemente, indiferencia. Son las características de la fisonomía, cuya ciencia, la
Fisiognomía, desentraña.

Ya desde la antigüedad se observaron las diversas estructuras corporales que


permitían reconocer ciertos caracteres definidos, así como predisposiciones a
determinadas enfermedades mentales (lo que los médicos llaman temperamento). En
cada rasgo físico puede hallarse una indicación del carácter, del mismo modo que
cada indicación del carácter se refleja en los rasgos de la cara, en la forma de las
manos, o en la escritura.

Con el estudio de las tres ciencias, Fisiognomía, o el estudio del rostro y del cuerpo;
Quirología, o estudio de las manos, y Grafología o estudio de la escritura, se puede
llegar a diagnosticar el carácter del individuo. Aquí nos centraremos exclusivamente
en la morfopsicología de la frente, de la nariz, de los ojos y la boca.

LA CABEZA: una cabeza grande, frente pequeña triangular, indica un espíritu


desprovisto de sentido. El hueso occipital comprimido, o más bien algo cóncavo,
denuncia un espíritu débil, algunas veces obstinado y siempre limitado.

LA FRENTE, COBIJO DEL CEREBRO.

LA FRENTE: Tanto en la Fisiognomía antigua como en la moderna se puede juzgar


por la forma y capacidad de la frente las posibilidades intelectuales de un individuo.

Cierto es que las facultades intelectivas de un ser no depende sólo de las


dimensiones de su cráneo: debemos también considerar la complejidad de su
cerebro, así como su cultura y su herencia genética, que también desempeñan un
importante papel.

Frente ancha: nos indica grandes posibilidades de poder abarcar un número


considerable de diferentes nociones. Es la frente de un ser sintético, dotado de una
notable memoria, capaz de asociar ideas y extraer conclusiones. Este individuo está
siempre dispuesto a examinar todas las ideas nuevas que se le presentan a fin de
compararlas con las propias. Resulta fácil convencer a este individuo, siempre que se
le sugieran horizontes desconocidos.

Frente estrecha: la frente estrecha corresponde a un individuo de espíritu analítico, de


ideas brillantes y profundas, aunque las asocia con dificultad. Carece de orden y
método, así como de habilidad manual. No se deja convencer con facilidad y, para
ello, es necesario presentarle una idea nueva relacionada con los temas que le
preocupen.

Frente alta: la frente alta indica el poder de transformar las sensaciones en ideas. De
ello deducimos idealismo y sensualidad, serenidad del espíritu que juzga desde arriba.
Con frecuencia lo vemos operando para satisfacer y ver triunfar la lógica, el ideal. Se
le convence fácilmente si se emplean argumentos sólidos.
Frente baja: este individuo rechaza los pensamientos metafísicos y se siente inclinado
hacia el utilitarismo. Indica voluntad, obstinación, cólera, y con mucha frecuencia,
avaricia. Suele ir acompañado de un espíritu de iniciativa.

FORMAS DE LA FRENTE, VISTA DE CARA.

Ovalada: si la frente posee una forma ovalada, ello indica que se trata de un ser
soñador, imaginativo, que raras veces se detiene en lo concreto; aunque este
individuo se nos presente como un artista dotado de inspiración, como un poeta, su
producción es escasa y obra guiándose por la intuición. Ama la independencia y es
incapaz de someterse a cualquier disciplina.

Cuadrada: el individuo dotado de tal frente es un ser armonioso, juicioso, calculador y


reflexivo, orientado hacia el lado práctico y positivo de las cosas. De él no podemos
decir que dé rienda suelta a su imaginación y sueñe quimeras. Su carácter es duro y
severo, pero demuestra poseer gran sentido del deber.

Trapezoidal (ancha en la parte superior): esta frente suele mostrar sienes abultadas;
revela al artista que posee una imaginación creadora, aunque sus ideas pueden ser
confusas. Si las sienes se presentan deprimidas denotan un ser con un espíritu
sintético muy estrecho. Otras veces, la frente ancha y abultada en su parte superior
denota un ser dotado de una tremenda mordacidad, con la que pone en ridículo a los
demás.

Trapezoidal (ancha en la parte inferior): esta forma de frente nos presenta un individuo
poseedor de gran habilidad manual: puede ser un técnico preciso y un fontanero
mañoso. No carece de iniciativa y es un agudo observador; posee asimismo buena
memoria.

LA NARIZ, CENTRO DE LA ZONA AFECTIVA.

La nariz es de gran importancia en el estudio de la fisiognomía. Se podrá efectuar con


bastante exactitud el estudio psicológico de un sujeto basándose sólo en la nariz. El
estudio de la nariz es también interesante por hallarse situada sobre las tres regiones
de la zona afectiva.

La nariz estrictamente correcta debe tener una altura igual a la de la frente, con una
ligera depresión en la raíz. Vista de perfil debe representar el tercio de su longitud.
Como tal, se nos presenta de dos formas: la cóncava (o sea elevada o en trompeta) y
la convexa (aguileña). Los sujetos que poseen una nariz cóncava son considerados
tranquilos y sentimentales. Los que tienen una nariz convexa, se tienen al contrario
por tipos nerviosos y espontáneos.

Nariz larga: la nariz larga denota un individuo con pasiones serenas, con
predisposición, a veces, a la esquizofrenia, pero con una vida interior muy intensa. El
sujeto poseedor de nariz larga puede desempeñar trabajos que necesitan reflexión,
paciencia y perseverancia.

Nariz demasiado gruesa: denota una personalidad inclinada al egoísmo, bien en la


forma sexual o en sus afectos.

Nariz pequeña: esta nariz pertenece a una persona impulsiva, impaciente, colérica,
con frecuencia caprichosa. Es un ser que no analiza demasiado sus impresiones.

Nariz convexa: esta forma de nariz pertenece al ser activo, ambicioso, apasionado.

LOS OJOS, DOS VENTANAS ABIERTAS.

Los ojos se hallan situados en la división ternaria de la cara, en la región ideal de la


zona afectiva; por ello podemos deducir que son importantes las indicaciones que nos
dan sobre el valor de estas cualidades.

Los ojos que están situados normalmente deben presentar entre sí una separación de
31 milímetros.

Ojos de separación superior a lo normal: indica aptitud para reconocer sin esfuerzo las
fisonomías, así como para estudiar las cosas concretas; optimismo debido a la
satisfacción de representarse con facilidad al mundo exterior, teniendo la sensación
de dominarlo.

Ojos de separación inferior a lo normal: esta posición de los ojos indica pesimismo,
tristeza e inestabilidad.

Ojos saltones: indican una mente tardía en elaborar pensamientos, buena memoria
para las fechas y los hechos. Si, al mismo tiempo, la conjuntiva muestra pequeños
granitos de grasa, ello indica cierta debilidad intelectual y dudas morales.

Ojos hundidos: indican una disminución de la vitalidad. Suelen presentarse en el tipo


nervioso, siempre alerta para su defensa, indican voluntad y tozudez, introvertido,
acostumbrará ser un tipo silencioso, taciturno y melancólico. Las penalidades suelen
hundir los ojos.

FORMA DE LOS OJOS.

Ojos grandes: los ojos que están bien abiertos y son armoniosos indican una
propensión hacia la espiritualidad elevada, una naturaleza positiva, soñadora, poética,
dada a pasiones ideales y abstractas.

Ojos demasiado grandes: indican exaltación del espíritu, así como temor intenso.

Ojos pequeños: estos ojos indican un espíritu constructivo, una naturaleza activa y
emprendedora, voluntad e inquietud intelectual.
LO QUE DICE LA BOCA.

La boca ocupa las dos regiones superiores de la zona instintiva: la de la sensibilidad y


la sensualidad. Podemos decir que, en conjunto, representa los instintos superiores,
reflejando nuestras emociones, sentimientos y nuestros odios.

Si la boca se nos presenta dibujada armoniosamente, ello es indicio de equilibrio


instintivo; mientras que una boca irregular, mal dibujada y gesticuladora, puede
pertenecer a un ser dominado por las pasiones, o a una persona que ha padecido
muchos sufrimientos. Existe un proverbio chino que dice: 'Mira la frente de un hombre
para saber lo que será y su boca en estado de reposo para saber lo que ha sido'.

LINEA DE LA BOCA.

Línea recta: si la boca está bien dibujada, es indicio de equilibrio.

Línea con las comisuras bajas: indica pugnas entre la espiritualidad y los instintos, así
como amargura y tristeza.

Línea con las comisuras elevadas: anuncian alegría, buen humor, picardía, presunción
y pedantería.

Cuando la boca es un poco saliente, ello revela mal humor y del individuo que
observa. La boca carnosa y saliente revela asimismo a los profesionales de la palabra
que se hallan siempre dispuestos a hablar.

El labio superior más grueso que el inferior es indicio de bondad, de dulzura, pero
asimismo de inteligencia ilimitada, de donde deducimos que esta forma de labio es
característica del temperamento linfático. Si, al mismo tiempo, el borde del labio
parece vuelto hacia atrás, podemos decir que el individuo será un sujeto ambicioso,
amante de la popularidad.
Si el labio inferior es más grueso que el superior y caído, indica disminución de la
vitalidad, bondad, sensualidad.

Los labios entreabiertos revelan un carácter poco combativo. Los labios gruesos
denotan la materialidad del instinto sexual; los apetitos gobiernan al espíritu. Carencia
de moralidad.

Cuando la boca está hacia dentro, puede ser indicio de astucia y de envidia.

Los labios cerrados, afectación, vanidad. Si los labios están apretados y crispados,
revelan un carácter muy enérgico, duro. Los labios blandos denotan debilidad.
Cuando apenas se distinguen las comisuras, es señal de orden y sangre fría. Los
labios mordisqueados, denotan un carácter angustiado, inquieto.
Estas son algunas de las características y sus significados, que cualquiera puede
evaluar con la simple observación, aunque la complejidad del ser humano seguirá
siendo siempre un misterio. gracias y ya sabesi ,besos para todas y un abrazo para
todos.

FUENTE. Escrito por: Casanova el 19 Ago 2007 - URL Permanente

Tambien aparece mucha información en

http://www.elmundo.es/suplementos/magazine/2006/356/1153241611.html

Finalmente otro ejemplo:

FERNANDO ALONSO OVIEDO, 29 de julio de 1981.

“Es un rostro joven en el que aún faltan por desarrollarse aspectos importantes de la
personalidad que se orientarán hacia un camino u otro en función del entorno. Por la
forma de su cara, se trata de una persona que tiene un carácter medianamente
abierto. En el conjunto del rostro dominan la parte cerebral y la instintiva sobre la
sentimental. Su frente de tipo solar (se ensancha en la parte superior) habla de una
persona con una inteligencia global, muy intuitiva y con gran capacidad de síntesis.
Ojos grandes y protegidos, cejas pobladas, rectas y pegadas a los ojos, las
mandíbulas anchas y el mentón sobresaliente...

Este conjunto de rasgos transmite que Alonso es una persona con mucha energía y
que, además, la administra equilibradamente. Posee una inteligencia abstracta,
concreta e intuitiva. Tiene una destreza especial para resolver problemas aportando
una solución global, estratégica y adaptada a la realidad. Los ojos, las cejas, la forma
de los superciliares –los arcos óseos que están encima de las cejas– como una “quilla
de barco”, y las orejas, más inclinadas en proporción a la verticalidad del rostro,
informan de su rapidez a la hora de tomar decisiones y de su habilidad para
simultanear la concentración con la capacidad de reacción.

Competente para hacer frente a situaciones de riesgo, en su personalidad alterna el


uso del freno (autocontrol) y del acelerador (frenesí). Que su zona instintiva (la
mandibular) esté en expansión, unido a un cuello muy desarrollado y a las cejas
pobladas son síntomas de que la seguridad en sí mismo es alta, salvo en el terreno
afectivo-sentimental y relacional (con pómulos retraídos) su punto más vulnerable.

El convencionalismo y el politiqueo no son su fuerte. No es una persona de dobleces


porque su cara transmite lo mismo vista de frente (el frontal informa de su semblante
social) que de perfil (que refleja su comportamiento en la intimidad). Sería un buen
directivo por su pericia a la hora de resolver conflictos porque no se deja influenciar
por los sentimientos y porque dedicará prácticamente todo su tiempo a que la
empresa consiga sus fines.

Frente: Inteligencia global, muy intuitiva y con gran capacidad de síntesis.


Mandíbula: Denota una seguridad en sí mismo muy alta.
Pómulos: Inseguro en el terreno afectivo, sentimental y relacional.
Superciliares: Rápido a la hora de tomar decisiones y con gran capacidad de reacción.
Ojos: Tiene mucha energía y la dosifica equilibradamente.

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