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LA TEOLOGÍA EVANGÉLICA

David Stoll
Si aceptamos lo que afirman los fundamentalistas, éstos debían
haber acordado la única interpretación correcta de la Biblia.
Desafortunadamente, la experiencia ha demostrado lo contrario, lo que
ha llevado a divisiones sucesivas en las filas fundamentalistas. Debido a
que las vendetas eclesiásticas alienaron a la mayoría de los protestantes
conservadores, los eternos líos de los fundamentalistas los apartaron de
las corrientes principales de la vida americana. La historia de cómo
algunos volvieron a la corriente principal se remonta a la formación de la
Asociación Nacional de Evangélicos (NAE) a principios de 1940.

Los líderes de la NAE estaban determinados a vencer el sectarismo.


Para expresar su deseo de diseminar el evangelio, y no solo de
defenderlo, se autodefinieron con un antiguo término, el de «evangélico.»
Para evitar confundirlos con los evangélicos en el sentido más amplio,
permítanme referirme al movimiento de la NAE con otro término que
también utilizó, el de «neo-evangélicos». Para calmar a los
fundamentalistas recelosos, los neo-evangélicos continuaron afirmando
que sostenían la infalibilidad de las Escrituras. Sin embargo, debido a las
incongruencias de tomarla enteramente al pie de la letra, adquirieron
métodos de interpretación más sofisticados. A diferencia de los
fundamentalistas, lograron una convivencia con la ciencia y acabaron con
la oposición a la teoría evolucionista como una prueba de fe. Finalmente,
en lugar de rechazar al «mundo» como solían hacer los
fundamentalistas, los teólogos neo-evangélicos comenzaron a hablar
sobre la necesidad de la «preocupación social». En la década de 1950, la
función de vocero recayó en Billy Graham, quien se convirtió en la figura
más popular de la religión norteamericana.

Quedando atrás para defender los almenajes de la infalibilidad bíblica


se encontraban los fundamentalistas. Para la mayoría de éstos, su
verdad eterna era el dispensacionalismo, un esquema del siglo
diecinueve para explicar las muchas contradicciones bíblicas que
explotaban los escépticos. De acuerdo a la escuela liberal, por supuesto,
las contradicciones surgen de la confusa autoría humana de la Biblia.
Para refutar tal noción, a los dispensacionalistas se les ocurrió un
sistema de distinciones aún más complicado, para demostrar que las
discrepancias aparentes se debían, en realidad, a cambios en el plan
divino, específicamente, en las etapas o «dispensaciones» en las que
ellos dividían el mensaje bíblico. Al enfatizar la forma cómo los requisitos
divinos cambiaban para cada época, los dispensacionalistas no sólo
resolvieron las contradicciones en la Biblia, sino que también fueron
capaces de rechazar a las escrituras que contradecían su punto de vista.
Así, los versículos sobre el Reino de Dios, usados para predicar a favor
de las reformas sociales, podrían ser suprimidos de la presente época y
ser almacenados para el glorioso período que sigue al regreso de Cristo.

El Instituto Bíblico Moody, en Chicago, y el Seminario Teológico de


Dallas eran los exponentes principales del pensamiento
dispensacionalista. Mientras sus egresados presidían muchas iglesias
fundamentalistas independientes o «bíblicas», también lograban atraer a
neo-evangélicos. Sin embargo, para una segunda clase de
fundamentalistas más separacionistas, no era aceptable jugar en los dos
equipos: denunciaron a Moody, a Dallas y a la mayoría de otras escuelas
evangélicas, por no defender a la Biblia con suficiente celo. Una de las
figuras más conocidas de esta segunda tendencia fundamentalista fue
Bob Jones. Su universidad (llamada la Universidad de Bob Jones) prefirió
renunciar a una exención de impuestos antes de permitir noviazgos entre
jóvenes blancos y negros. Otro fue Jerry Falwell, quien fundó la famosa
Mayoría Moral en 1979.

Un tercer grupo de fundamentalistas es de especial interés, dado su


éxito enorme en América Latina. Estos tomaron su nombre de
Pentecostés, un acontecimiento que se narra en los Hechos de los
Apóstoles, cuando el Espíritu Santo descendió sobre los discípulos y les
concedió el don de predicar en lenguas desconocidas. Fenómenos
parecidos a Pentecostés –la curación por la fe, el don de lenguas, la
profecía- han ocurrido en muchas épocas y lugares. Pero el movimiento
contemporáneo data de principios del siglo veinte, con avivamientos
entre los negros y blancos pobres de los Estados Unidos. Los
dispensacionalistas no aprobaron la nueva manifestación: ya habían
relegado las referencias bíblicas de dichas prácticas a una época
pasada. No obstante, muchos pentecostales tomaron al
dispensacionalismo como suyo, lo adaptaron a sus propias necesidades,
y organizaron una variante más entusiasta del fundamentalismo.

Las figuras más notables en el pentecostalismo eran sus sanadores


por la fe. Los sanadores enseñaban que mientras más dinero entregabas
al trabajo del Señor, representado aquí por su humilde sirviente,
recibirías sus bendiciones, como restaurar la salud, reconciliar a la
familia, y conceder las riquezas. Los cristianos menos rimbombantes se
escandalizaban por los extravagantes espectáculos de mundo de
farándula de los sanadores de fe, sus pretensiones de hacer milagros, su
recolección de grandes cantidades de dinero, y su rápida partida al
siguiente compromiso. «Nuestros misioneros tienen que dar rodeos para
regresar al campo y deben dar una contabilidad estricta por cada
centavo», se lamentaba un oficial de las Asambleas de Dios en 1956. «
[Pero] permitimos que hombres que no son responsables ante nadie ni
en la tierra ni en el cielo 'limpien' nuestras iglesias periódicamente.»

De llevar a cabo avivamientos en tiendas de campaña, iglesias y


auditorios, los sanadores más exitosos se convirtieron en evangelistas de
radio y televisión. Durante la década de 1980, se los conocía como el
movimiento de la «confesión de fe» o «confesión positiva». «La confesión
(de una necesidad) trae su posesión», enseñaban estos hombres, o
«nómbrala y exígela». Esto implicaba que los cristianos que sufrían
alguna aflicción debían culparse a sí mismos por su falta de fe, y que los
verdaderos creyentes podían convertir a Dios en una lámpara mágica
para satisfacer sus deseos. Para los guardianes de la ortodoxia, las
promesas y fórmulas de estos hombres los hacía algo poco mejor que
idólatras. Pero en lugar de ser desacreditados, estos profetas –como
Oral Roberts y Kenneth Hagin en Tulsa, Oklahoma, y Kenneth Copeland
en Fort Worth, Texas– atrajeron a tantos cristianos que otros líderes
generalmente evitaban una confrontación, por miedo a dividir a la
comunidad evangélica. Pat Robertson, de la Cadena Cristiana de
Difusión y Jim Bakker, del Club PTL («Alaba al Señor»), también
adoptaron la confesión positiva.

Esta era una nueva clase de pentecostalismo, que reflejaba las


necesidades de cristianos que se habían convertido en consumidores.
También tenía una base social más amplia, debido en parte a lo que se
conocía como la «renovación carismática». Al inicio de la década de
1960, muchos católicos norteamericanos y protestantes históricos
comenzaron a tener sus propias experiencias pentecostales. Se llamaban
a sí mismos neo-pentecostales o carismáticos (nuevamente, según la
palabra griega para los dones pentecostales o charismata), pero no se
unieron a las congregaciones pentecostales. Más bien, optaron por
permanecer en sus iglesias antiguas y renovarlas, de ahí la renovación
carismática. No les importaba a qué iglesia asistías: lo importante era la
hermandad en el Espíritu Santo, convirtiendo al carismatismo en un
punto de encuentro para católicos y protestantes.

Los cultos de los carismáticos, amistosos y rítmicos, podían hacer


vibrar suficiente intimidad y calor como para hacerlos sentir como si
estuvieran en la puerta del cielo. Pero sus esfuerzos por renovar a las
iglesias históricas generalmente fracasaban. Como resultado, algunos se
unieron a las denominaciones pentecostales como las Asambleas de
Dios. Otros se juntaron alrededor de sus pastores espirituales, en nuevas
iglesias carismáticas. Otra salida para sus frustraciones era la derecha
religiosa. Los carismáticos que salían de las denominaciones
establecidas no eran, necesariamente, ni fundamentalistas ni
derechistas, pero sus líderes inspiracionales generalmente sí lo eran.
Durante la década de 1980, visionarios derechistas estaban controlando
las más enérgicas confraternidades carismáticas.

Pero antes de trasladarnos hacia la política necesitamos


preguntarnos, cuán significativas son, en realidad, las diferencias
teológicas entre los fundamentalistas y los neo-evangélicos.
Históricamente, el neo-evangelismo surgió del fundamentalismo. Más
aún, en la práctica, «fundamentalista» y «evangélico» frecuentemente
han funcionado como fachadas alternas para la misma operación.
Cuando el cristiano versátil llega a los impíos, adopta un estilo
evangélico, para atraer a la mayor audiencia posible. Pero cuando
solicita ayuda financiera de una iglesia fundamentalista, sostiene que
defiende los mismos «fundamentos» que ellos. Cuando organiza a los
conversos en nuevas congregaciones, las doctrinas fundamentalista se
pone en primer plano. Por consiguiente, cuando una empresa evangélica
solicita ayuda fundamentalista, los dos términos se pueden referir a las
fases de un ciclo, desde la iglesia fundamentalista hacia el evangelismo,
hasta consolidar a una nueva iglesia fundamentalista.

En este sentido, las diferencias teológicas entre los neo-evangélicos


más conservadores, los fundamentalistas menos separatistas y los
pentecostales más moderados no eran muy significativas. Los miembros
de las tres categorías se aceptaban entre sí como tonalidades diferentes
de lo que todos consideraban como «el cristianismo bíblico», que se
identificaba con la Asociación Nacional de Evangélicos. Pero la unidad
que el liderazgo de la NAE deseaba mantener estaba bajo mucha
tensión, debido a las crecientes diferencias sobre cómo entender al
mundo y cambiarlo.

En primer lugar, un número creciente de neo-evangélicos ya no


pertenecía al campo fundamentalista: los fundamentalistas los atacaban
por ser demasiado flexibles en su interpretación de la Biblia. A pesar de
que muchos neo-evangélicos todavía decían defender un texto infalible,
aceptaban que su comprensión del mismo podía ser imperfecta. En
contraste, los fundamentalistas seguían afirmando que no sólo el texto
era infalible, sino también su propia interpretación. En segundo lugar, los
evangélicos y los fundamentalistas se dividían sobre lo que constituía el
legítimo «compromiso social» –es decir, el compromiso político. Todos
aclamaban una «norma bíblica común», pero llegaban a conclusiones
muy diferentes sobre cómo entenderlo.
TEOLOGÍA Y FILOSOFÍA

1. Introducción
2. Teología y Filosofía ¿son dos mundos distintos?
3. Teología y Filosofía: ¿Son dos mundos inmersos?
4. Teología y Filosofía ¿Por qué deben relacionarse?
5. Conclusión

Teología y filosofía ¿Son dos caminos paralelos para comprender la


realidad? o ¿Son dos mundos distintos?
Introducción
En la disertación doctoral en filosofía de Luis Eduardo Cantero, comienza
planteándose algunos puntos claves que generan conflictos, entre Teología
y Filosofía, para El La filosofía comprende una investigación fundamental de
la naturaleza de la realidad y del pensamiento humano relacionado con ella,
y en vista de que la teología cristiana se ocupa de la naturaleza de Dios, la
humanidad y la creación humana, puede parecer inevitable que la teología
encontraría expresión en las categorías filosóficas del día.
Parece que, en la historia de la teología cristiana, desde Tertuliano hasta
Karl Barth, siempre ha existido una línea que ha desconfiado, o
sospechado, de cualquier vínculo positivo entre la teología cristiana y los
descubrimientos de la filosofía.
No obstante, aunque los teólogos cristianos tienen razón de cuestionar
cualquier cosa que pudiera dañar o comparar el carácter distintivo de la fe, y
aun cuando a veces los esfuerzos de los filósofos se han inclinado hacia
tales compromisos, no hay nada intrínseco en la filosofía que vaya en contra
de la fe cristiana, y hay mucho que le pueda resultar de beneficio.
Aun aquellos que vituperan la filosofía pueden hallarse haciendo uso de
algunos de sus conceptos en su teología sistemática. Si el teólogo
sistemático o pastoral no ha de limitarse en estas actividades a una
repetición literal de un pasaje de la Biblia, invariablemente se verá obligado
a adoptar, y adaptar formas de pensamientos filosóficos actuales con el fin
de investigar más profundamente, o explicar algún aspecto de la fe. Este es
el proceso de la fe que busca entendimiento, en la frase enfática de
Anselmo. El objetivo de este artículo, es comprender que la filosofía y la
teología son dos caminos paralelos que le sirve al ser humano que quiere
comprender su realidad, que quiere hallar respuesta a preguntas difíciles
como ¿Qué somos? ¿Existe Dios? ¿Si Dios existe por que sufrimos?...
1. Teología y Filosofía ¿son dos mundos distintos?
El teólogo evangélico se encuentra bajo dos concepciones que no se
reconcilian fácilmente. La primera es la creencia de que las preguntas
conceptuales básicas deben tener respuestas. Dios es, probablemente, o
eterno o sujeto del tiempo.
La otra concepción es que frecuentemente parece que la Sagrada Escritura
es imprecisa respecto a esas cuestiones. De hecho, la situación es aun más
compleja que esto, porque mucho del lenguaje de la Biblia es figurado y
simbólico. Además, de semejante relación positiva y acomodada entre la
filosofía y la teología es posible discernir otras dos relaciones de gran
influencia en la historia, de una clase menos positiva.
El argumento filosófico se basa solamente en la razón, apelando a las
normas lógicas deductiva e inductiva. Pero, también razón ha llegado a
tener un significado normativo: aquello que una persona le parece ser
razonable en un momento particular. De esa manera, Descartes llegó a
sostener que debía creer solamente lo que se percibe con claridad y
exactitud, entendido por el discernimiento y la intuición racional.
Tal racionalismo, como llegó a llamarse, llevó a Descartes a la conclusión de
que podía dudar de todos los sistemas religiosos, pero no de la existencia
de Dios. De manera paralela Locke sostenía que sólo es razonable creer
aquello de lo que nos informa la experiencia del sentido, o lo que hace
probable.
Aunque tales apelaciones generales a la razón son atractivas, porque a
ninguna persona le gusta parecer irrazonable. No obstante deben
contemplarse con reservas. El peligro teológico que presenta el
racionalismo es el de ser a priori respecto a la teología, en lugar de permitir
que los datos de la revelación hablen de acuerdo con sus propias
condiciones. Tal peligro se acentúa aun más en el caso de aquellos
enfoques de la teología evangélica y el método teológico inspirados por la
Ilustración.
Aquí no se trata solamente de que la razón fije límites para la revelación,
sino de dar nueva forma a toda la teología evangélica de una manera
racional, y desechar activamente aquellos elementos que no se adapten al
patrón.
Un ejemplo notable es Kant, quien negó sobre las bases filosóficas la
posibilidad de conocer a Dios por medio de la razón o la revelación, pero
sostuvo que la existencia de Dios tiene que postularse sobre bases morales.
Por lo anterior, afirmamos que la fe no exime a nadie del ejercicio de la
razón, sino todo lo contrario, lo exige. Lo que el creyente reclama tocante a
la filosofía es una razón más informada, que no excluya a priori los
postulados de la fe, frente a una razón desinformada que rechaza por
sistema los contenidos de la fe. En este caso el punto de discusión no sería
entre fe y razón, sino entre fe y racionabilidad, que como la lógica, puede
ser la mayor enemiga de la verdad.
Entonces, la relación correcta entre fe y razón, entre revelación divina y
ciencia humana, entre conocimiento científico, filosófico y conocimiento
teológico o religioso es como la vieja guerra colombiana donde nunca
termina de hacer las paces por el carácter temporal del descubrimiento de
las partes. Recientemente Donald Bloesh "resucitó este debate con un
resultado bastante pobre. No le ha ayudado para nada el estilo aforístico
que usa en toda su obra" Al respecto nos dice:
Mantengo que cada filosofía representa la racionalización de una falsa
teología, y que la verdadera teología necesariamente excluye la filosofía. No
sus problemas, ni tampoco su lenguaje, sino su concepción del cosmos, sus
afirmaciones metafísicas. En contraposición a Tillich, creo que la teología y
la filosofía no son simplemente dos caminos paralelos de entender la
realidad, sino que cada una se refiere a dos realidades fundamentalmente
distintas... la relación entre teología y filosofía no es de correlación, sino de
conflicto y contradicción. Nada más lejos de la verdad.

1. Teología y Filosofía: ¿Son dos mundos inmersos?


Mientras exista en el reflexionar del hombre un vestigio, una huella; que
ilumine el origen y el fundamento que lo constituyen a él, como un ser
pensante; filosofía y teología serán dos mundos inmersos en una misma
interrogante esencial: ¿qué somos?
Entonces aquella sentencia de Kant: "Yo infiero y concluyo que puedo tener
conciencia de mi existencia fuera de la experiencia", alcanza una
connotación trascendental en los textos compartidos por los filósofos y
teólogos.
Les invito analizar algunos fragmentos que nos permiten seguir en los dos
caminos paralelos sobre la realidad; lo que yo conozco está integrado por
dos elementos: lo dado y lo que pongo yo. Lo dado es un caos de
sensaciones; pero, el caos es justamente lo contrario del saber. Yo hago
algo con ese caos de sensaciones. ¿Qué hago? Lo ordeno, en primer lugar,
en el espacio y en el tiempo; luego según las categorías. Entonces, con el
caos de sensaciones, yo he hecho cosas; no son cosas en si, sino
fenómenos, sujetos al espacio y al tiempo.
Ahora bien, el espacio y el tiempo ¿son ellos cosas en si? No, no son cosas.
¿Qué son pues? Kant dice que son intuiciones puras; son las formas a priori
de la sensibilidad. La sensibilidad no es solo algo receptivo, sino que es
activa. Imprime su huella en todo lo que aprehende; tiene sus formas a
priori.
Estas formas que la sensibilidad da a las cosas que le vienen de fuera son
el espacio y el tiempo. Son las condiciones necesarias para que yo perciba,
y estas las pongo yo. Son algo a priori, que no conozco por la experiencia,
sino al contrario: son las condiciones indispensables para que yo tenga
experiencia. Son las formas donde alojo mi percepción; son pues, algo
anterior a las cosas, perteneciente a la subjetividad.
Las cosas en si son inaccesibles, no puedo conocerlas, porque en cuanto
las conozco ya están en mi, afectada por mi subjetividad; las cosas en si –
noúmenos- no son espaciales ni temporales, y a mi no se me puede dar
nada fuera del espacio y del tiempo. Las cosas tal como a mí se me
manifiestan, como me aparecen, son los fenómenos.
Kant distingue dos elementos en el conocer: lo dado y lo puesto. Hay algo
que se me da [un caos de sensaciones] y algo que yo pongo [La espacio-
temporalidad], y de la unión de estos dos elementos surge la cosa conocida.
El pensamiento, pues, al ordenar el caos de sensaciones, hace las cosas.
Puesto decía Kant que no era el pensamiento el que se adaptaba a las
cosas, sino al revés. Pero, no es el pensamiento solo el que hace las cosas,
sino que las hace con el material dado. La cosa pues, distinta de la cosa en
si incognoscible, surge en el acto del conocimiento trascendental.
Ahora bien, yo tengo la percepción de un Dios, de éste tengo esa
percepción como un conjunto de sensaciones en las cuales estoy viviendo,
que están en mi. La vivencia es, pues, inmanente a mi, está dentro de mi.
Es una modificación de mi mismo, de mi conciencia; pero, esa vivencia
señala hacia Dios que existe independientemente de mí en el mundo real.
Ese Dios señalado por mi vivencia, contenida intencionalmente en mi
vivencia, pero hacia la cual mi vivencia señala, ese Dios, es trascendente.
De modo que en toda vivencia hay vivencia misma que es inmanente al yo,
y hay el objeto de la vivencia que es trascendente al yo. Pues bien, si
tenemos este sentido de la palabra trascendente, vamos a comprender el
sentido que le da Kant a esta palabra, para Kant el objeto del conocimiento
no es un objeto cuya realidad sea en si y por si, sino que tiene una realidad,
distinta de mi vivencia, ciertamente, pero no en si y por si, sino que tiene
una realidad objetiva, cuya objetividad no es lo que es, sino en relación con
el sujeto. Es decir, que el objeto es para el sujeto y el sujeto es en tanto en
cuanto conoce al objeto. Son correlativos objeto y sujeto.
Esta correlación, en la pareja sujeto y objeto, es la que Kant acentúa. Por
consiguiente, el objeto del conocimiento no tiene para Kant una realidad
metafísica en si y por si, sino que tiene realidad en cuanto es objeto de
conocimiento, nada más. Como hemos visto filosofía y teología serán dos
mundos inmerso en el objeto de conocimiento: Dios, como veremos mas
adelante filosofía y teología son dos ciencias hermanas, no puede existir la
una sin la otra.
2. Teología y Filosofía ¿Por qué deben relacionarse?
La Teología debe relacionarse con la filosofía; porque, la Teología tiene dos
principios metodológicos: auditus fidei e intellectus fidei. La Filosofía aporta
al auditus fidei. El intellectus fidei, tiene una inteligibilidad propia que lo hace
un saber auténtico. Las ramas de la Teología se ayudan con el saber
filosófico. Como sucede con la Teología Conservadora Fundamentalista,
que justifica y explica las relaciones entre fe y razón. La Teología Moralista
[o de Santidad] se apoya en una base filosófica correcta de la naturaleza
humana y de la sociedad.
La relación entre Teología y Filosofía es dialéctica, porque ambas buscan
dar respuestas a las inquietudes del género humano. Por ello, los Teólogos
y Filósofos deben tener en cuenta, que donde hay fe, razón independiente
de la revelación, hay que ayudar para que la gracia divina perfeccione al ser.
Las culturas enraizadas en lo humano, llevan el testimonio de la apertura a
la trascendencia; los Teólogos aportan a las culturas de la Verdad, una parte
del pensamiento de Dios; los Filósofos en cambio, aportan la razón de estas
culturas. Ellos lo hacen sin perder su Misión e identidad. Por lo anterior,
tanto Teólogos y Filósofos deben dejarse guiar por la única autoridad de la
verdad que es la Palabra de Dios.
Ahora pasamos a los teólogos de la historia cristiana, aunque algunos
protestantes como Lutero y Karl Barth se han opuesto enfáticamente al uso
de la filosofía en la Teología, casi todos los teólogos católicos reconocen la
importancia de la dimensión filosófica de la teología, que algunos han
bautizado como filosofía teológica o teología filosófica. Esta parte del
estudio el autor de esta tesis doctoral se propone examinar la relación de
éstas, nos fijaremos en cuatro teólogos modernos: Karl Rahner, Paul Tillich,
Rudolf, Bultmann y John Macquarrie.
Podemos resumir la posición de Rahner diciendo que la filosofía y la
teología son disciplinas distintas pero necesariamente relacionadas. En
primer lugar, están relacionadas porque las dos tienen que ver con el ser
humano y las dos tienen que ver con Dios. Aun podemos sintetizar mas esta
relación afirmando que la filosofía es la condición que hace posible el
quehacer teológico de un teólogo. En efecto, la teología es una reflexión
sobre la fe, y la fe consiste en proclamar que Dios ha hablado, pero si él
habla, es de suponer que se dirige a un interlocutor en el diálogo, que existe
alguien a quien se destina la comunicación de Dios.
Rahner, desarrolla una antropología filosófica para demostrar que el ser
humano como tal esta abierto para recibir una posible revelación de Dios. La
filosofía alcanza su culminación cuando demuestra que la persona humana
ha de estar a la escucha de una posible Palabra de Dios. La filosofía no
sabe si Dios hablará, pero se mantiene alerta a esta posibilidad. Rahner
afirma que la reacción existente entre filosofía y teología es análoga a la que
se da entre naturaleza y gracia. Dios crea el ser humano dotado de una
cierta estructura autónoma que podría existir íntegramente sin que Dios le
hiciera don de si mismo. Pero lo cierto es que esa naturaleza pura nunca ha
existido como tal, ya que Dios siempre ha querido comunicarse. De ahí que
el hombre o la mujer natural que nunca ha escuchado el mensaje de
salvación estén sin embargo influido por la gracia de la que lo creó.
Análogamente, a propósito de la filosofía y la teología también cabe afirmar
que no puede existir una filosofía autónoma. Ciertamente, la filosofía tiene
su propia metodología diferente de la que aplica la teología. A pesar de ello,
concretamente en la historia del género humano, la presencia del
cristianismo es un hecho que ha influido en el pensamiento humano y en
nuestra percepción de la realidad, muchas veces inconscientes.
Así, tanto la presencia de la gracia en el mundo como hecho histórico del
cristianismo han influido y seguirán influyendo en la sociedad de los
filósofos. Un Heidegger o un Baruk de Spinoza, por ejemplo son
impensables sin el influjo indirecto de la fe cristiana. Resumiendo, la
posición de Rahner, la filosofía es una disciplina autónoma pero mantiene
una relación de hermandad con la teología.
Nuestro segundo teólogo es Paul Tillich, al principio de su Teología
sistemática reflexiona sobre la relación existente entre filosofía y teología.
La postura del filósofo es objetiva. Aborda el tema con cierto
distanciamiento. El teólogo, por su parte, aporta a la investigación su
compromiso de fe. Como lo señala Tillich, Dios es su compromiso definitivo.
Por otra parte, el filósofo y el teólogo adoptan enfoques diferentes. El
filósofo lanza una mirada llena de asombro sobre toda la gama de lo real,
mientras que el teólogo se siente arrastrado hacia la experiencia de Dios en
una revelación determinada. La perspectiva del filósofo es más
cosmológica. Quiere saber como esta formado el mundo. La perspectiva del
teólogo, en cambio, es más existencial. Se preocupa por la victoria del Ser
sobre el no ser.
Finalmente, Tillich reconoce que con mucha frecuencia la misma persona es
a la vez filósofo y teólogo. En la medida en que es teólogo aporta a su
investigación el compromiso apasionado de la fe. Por ejemplo, cree que
Jesús es el camino de su salvación. Pero, en el momento en que trata de
formular como Cristo es la verdad y de que modo esta relacionado con la
realidad total, aporta a su investigación la objetividad desapasionada del
filósofo. Nuestro tercer teólogo es Rudolf Bultmann, también aboga a favor
de una distinción y a la vez una relación intima entre filosofía y teología. El
nexo que las une es la existencia humana. Los existencialistas utilizan el
término de existencia en el sentido especifico de ex-sistere, situarse fuera
de uno mismo.
En este contexto, el ser humano esta ha la vez arrojado en el mundo y
abierto a infinitas posibilidades. Esta determinado por el mundo, por el
espacio y por el tiempo en que vive, pero es a la vez y por igual libre para
crear su futuro. De ahí que la existencia se viva entre la facticidad y la
trascendencia. Como trascendencia, la existencia humana es siempre un
ser volcado al futuro. Pero, en cuanto se trata de un ser finito, la
trascendencia humana tiene en todo momento conciencia de que su futuro
último es la muerte.
El ser humano es precisamente ese ser que tiene la posibilidad de no ser.
Ese reconocimiento de la propia finitud pone a la persona humana en una
situación de angustia existencial que la hace consciente de que en el núcleo
mismo de su ser esta la nada.
Es decir, es un ser para la muerte, y debido a esta angustia, el ser humano
huye muchas veces de sí mismo. Le resulta excesivo hacer frente a la nada
de su ser y por eso abandona su más radical posibilidad y se deja perder en
el mundo estúpido del trabajo, los negocios, los vicios, la cháchara insulsa y
los medios de comunicación como son la Internet, la televisión y el cine.
Heidegger califica de inauténtica una existencia de esta clase. Bultmann
sigue básicamente la antropología filosófica de Heidegger. Afirma que
Heidegger nos ha trazado una descripción exacta de las estructuras de la
existencia humana.
Estas estructuras son validas tanto para el filósofo como para el teólogo. La
diferencia entre la filosofía y la teología radica en el hecho de que el
mensaje de Dios nos muestra cómo dar el salto de la existencia inauténtica
a la auténtica.
El mensaje de Jesucristo libera a la persona de aferrarse a su pasado, de
perderse en el mundo, pues el Espíritu Santo hace que la persona se abra
al Dios que esta mas allá de la finitud humana. A partir de este futuro de
Cristo que se acerca por segunda vez, hombres y mujeres son capaces de
abrirse a sus más genuinas posibilidades y hacerse responsables cada cual
de su vida. Siguiendo la línea general del pensamiento bultmanniano,
Macquarrie sugiere que la filosofía es esencial a la teología cristiana, porque
plantea la cuestión de la existencia humana. Dicho de otro modo, la filosofía
se pregunta cuál puede ser su sentido. La singularidad de un individuo
consiste en que es el único ser que se hace esa pregunta. La filosofía trata
de elucidar el interrogante que es de por si el ser humano.
Pero, la filosofía tiene importancia crítica para la teología por otro motivo. La
filosofía, en efecto, se preocupa también de unos conceptos en los que se
expresa la fe cristiana. Ya hemos visto con anterioridad que la fe ofrece una
respuesta al interrogante acerca del sentido de la existencia humana. Pero a
fin de que esa respuesta sea inteligible, ha de ser formulada mediante un
conjunto de conceptos.
En este punto ha de recurrir forzosamente a la teología a la filosofía, ya que
ésta aporta los conceptos de que nos servimos para interpretar la realidad.
Vemos ahí al mismo tiempo la razón de que toda teología haya de estar por
fuerza culturalmente condicionada. En efecto, cuando la teología trata de
expresar el sentido de la existencia humana, inevitablemente tomará
prestado de la cultura en cuyo seno vive ciertos presupuestos acerca de la
realidad.
Este último punto sugiere no solo la existencia de una interrelación entre la
filosofía y la teología sino a la vez una relación dialéctica. La teología acude
a la filosofía en demanda de los conceptos que necesita para expresar la fe.
Al mismo tiempo, la fe, sobre la base de la automanifestación de Dios, tiene
capacidad para modificar nuestra concepción de la realidad y por ello
mismo, para depurar nuestros conceptos. Esta relación dialéctica sugiere
que nunca se establecerá una síntesis perfecta entre la filosofía y la
teología, sino que continuamente se estarán modificando la una a la otra.
Ningún sistema estará completo ni en filosofía ni en teología mientras
transcurra el tiempo.
CONCLUSIÓN
Como lo afirma Cantero en el último capitulo de su disertación doctoral que
es "irracional oponer y enfrentar Filosofía y Teología, creando falsas
antítesis que para nada son necesarias. Es un error común de muchos
autores (cristianos y no cristianos) hablar de contradicción allí donde se
muestran incapaces de ofrecer una solución viable que integre la certeza de
ambas partes en una unidad más elevada."
La filosofía como toda disciplina pretende comprender y dar sentido a la
realidad, la teología, también, es una manera de comprender esa realidad y
de vivir en el mundo. El mundo natural en que vivimos es un mundo cristo
céntrico o llamado por Paul Tillich el nuevo ser.
La fe que parte del contenido divino, está obligada a desarrollar una
reflexión integrada, donde los distintos saberes se correlacionen por la base
que los une: Dios como principio y fundamento de lo que hay y de cuanto
pueda haber. En este sentido la teología filosófica es la filosofía de la
revelación. Es decir, la exposición razonada y crítica de las doctrinas de la fe
cristiana, de su contenido e implicaciones.
Entonces, la filosofía – hermana de la teología – es un ejercicio de claridad
respecto a la realidad que nos rodea, la revelación es ejercicio de claridad
respecto a la realidad que nos rodea, la revelación es claridad manifestada,
desvelada, respecto al origen y fundamento de toda actividad humana: su
radicalidad en Dios. Es decir, en Dios tenemos nuestro ser y meta; y al El se
elevan nuestras plegarias y aspiraciones. "Dios se revela en el pensamiento
y se manifiesta a la inteligencia.
Salvando esta lucha entre filósofo y teólogo, la teología como la filosofía, se
nos aparece como una hermenéutica que quiere comprender y dar sentido a
la realidad, de manera racional. Estamos de acuerdo con Emilio Monti que
sostiene que la teología nace de la experiencia religiosa en general y de la
experiencia de Jesucristo, en cuanto teología cristiana en particular. Sin
embargo, no puede agotarse en ella. La experiencia tiene que ser
comprendida y comunicada, para ello necesita de la argumentación
filosófica y de otras disciplinas.
La teología, como ciencia analógica y racional, trasciende la realidad
inmediata, por lo cual debemos distinguir entre la experiencia y la
explicación de la misma. Esta teología, para ser tenida como una disciplina
universal debe estar abierta al dialogo con otras ciencias del conocimiento.
La filosofía, en cambio como todo sistema que pretende comprender y dar
sentido a la realidad, es por su propio carácter un sistema totalizante,
necesariamente cerrado. Y demás está decir que en su propósito de
esclarecer los problemas de la realidad, tienden a hacer de su conocimiento
un sistema cerrado. Es allí donde surge tal confrontación con la teología;
también, la teología se comporta de la misma manera, que se cierra a todo
dialogo, por eso tanto teólogo como filósofo deben ser abierto al dialogo
entre las dos disciplinas, deben relacionarse dialécticamente…
La filosofía cristiana es un esfuerzo por lograr aquello que toda filosofía,
tanto religiosa como secular, quiere lograr: "la única razón que tiene el ser
humano para filosofar es la de querer alcanzar la felicidad". La filosofía, en
último extremo, es la búsqueda de la beatitud por el ser humano, y
comprende no solo su fe y su expansión en la plenitud de su conocimiento,
sino también su voluntad y su amor.
En síntesis podemos argumentar que el cristianismo no quiere desestimar el
valor de la razón, al contrario, desea más bien su exaltación. Al respecto
Armando Carlini nos dice: ...y cree que su exaltación debe realizarse en la
integridad del acto, en el cual la fe y la razón se subliman recíprocamente,
porque en él, la fe casi se anticipa a la razón, y la razón tiene a la fe
despierta con sus interrogantes.
Minucio Félix, el Cicerón cristiano del siglo II, después de haber señalado
algunas anticipaciones cristianas en el pensamiento helénico, concluye con
una frase que recuerda a Platón (República. 473) O bien los cristianos son
ahora filósofos, o los filósofos habían sido ya cristianos. Los reformadores
de línea humanística, como Zwinglio, Bucer, y Calvino también,
consideraban que había muchos destellos de verdad cristiana en la filosofía
helénica. Los pensadores cristianos de todos los siglos de la era cristiana,
siempre han sido consciente de la diferencia, como de la importancia que
tiene la una sobre la otra; la filosofía y la teología son dos mundos paralelos
para entender la realidad…

Luis Eduardo Cantero


Doctor en Filosofía, Laud Hall Seminary, Florida, E.E.U.U. pastor y Docente
universitario. Actualmente es candidato al doctorado en Historia de la
iglesia, Instituto Universitario ISEDET Bs. As, Argentina.
luisecantero[arroba]yahoo.com
www.luiseduardocantero.visitame.es
TEMA 1. LA HISTORIA DE LA TEOLOGÍA COMO DISCIPLINA
TEOLÓGICA

a) Objeto y método de la Historia de la Teología


b) Distinción entre Patrística y Patrología, Historia de la Filosofía e Historia
de la Teología
c) Periodización de la Historia de la Teología

a) Objeto y método de la Historia de la Teología

La Historia de la Teología puede estudiarse desde distintos puntos de vista.


Nosotros la estudiaremos como una disciplina que es principalmente
teológica. En este sentido, quizá sería más apropiado llamarla Teología
histórica, en cuanto que por su género es Teología y por su diferencia
específica Historia. Por lo tanto, al narrar los hechos históricos, la intención
última siempre será teológica. Se tratará -como decía Santo Tomás de
Aquino- de dialogar con los autores antiguos a fin de profundizar en la
verdad de las cosas (Cfr. J.L. ILLANES, J.I. SARANYANA, Historia de la
Teología, BAC, Madrid 1995, pp. XV a XVI).

Para comprender en qué consiste la Historia de la Teología es necesario


tener muy claro antes qué es la Teología. La Teología es la «ciencia (logos)
de Dios (thèos)». Esta definición nominal es insuficiente para distinguirla de
la Teología natural o Teodicea. El conocimiento de la Teodicea se consigue
con las solas fuerzas de la razón. La Teología, en cambio, es el
conocimiento de los misterios divinos que se obtiene con la ayuda de la fe y
reflexionando en la divina revelación.

Por lo tanto la Teología se puede definir como «ciencia de la revelación» o


«ciencia de la fe» (intellectus fidei). Puede llamarse «ciencia» aquel ámbito
de conocimiento humano que responde a requisitos de rigor y objetividad
(Cfr. B. MONDIN, Storia della teologia, vol. 1, Edizioni Studio Domenicano,
Bologna 1996, 7-18).

Esto se logra si la Teología atienda a tres cosas:

Deber ser crítica: debe tener en cuenta y tomar distancia -cuando el caso lo
requiera- de sus presupuestos (pre-juicios) y de los múltiples
condicionamientos que la acompañan;
Debe ser metódica: debe ser conducida según las normas, los criterios y el
método que se derivan de su objeto;
Debe ser sistemática: es decir, orientada, hacia una comprensión coherente
y exhaustiva de toda la verdad que Dios se ha complacido en darnos a
conocer a través del camino de la historia del a salvación.
La Teología tiene dos fuentes: la fe (que es el principio arquitectónico) y la
razón (que es principio hermenéutico).

En la fuente de la fe, el ingrediente principal es la Sagrada Escritura («alma


de la teología», regla áurea, autoridad principal) y también la Tradición en
cuanto vehículo perenne de la Palabra revelada. Otro ingrediente importante
es el Magisterio eclesiástico. Luego los Padres de la Iglesia y los teólogos.
En la fuente de la razón entran todos los géneros de saberes (todas las
formas de conocimiento que la cultura pone a disposición del teólogo).

Como la comprensión de la fe sucede en un determinado momento histórico


y en un preciso contexto cultural, la Teología ha de tener una historia. El
hombre es un ser histórico y cultural. Nuestro conocimiento está
fuertemente señalado por la historia. Todo conocimiento está determinado
por una cierta precomprensión de la realidad. La interpretación que cada
autor hace de la Palabra de Dios está fuertemente señalada por la
historicidad. De esta manera, la Teología deja de ser algo estático, está
abierta a los signos de los tiempos.

La Teología es momento fundamental de la Tradición: es el momento en el


cual la Tradición toma conciencia de sí misma, sube hasta su propio origen,
se apropia de sus contenidos y busca actualizarlos según las instancias del
momento presente, como respuesta a los «signos de los tiempos». Sin
embargo la vía principal para recorrer la Tradición es el Magisterio, que
posee el carisma certum veritatis. Además, están otros caminos
secundarios: los Padres, la liturgia, el sentido común de los fieles, el
consenso de los teólogos…. La Teología no puede dejar a un lado estas
vías.

La Historia de la Teología es la historia de la «inteligencia de la fe»


(intellectus fidei). Forma parte de la historia de la Iglesia, pero es una
disciplina aparte, en cuanto que concentra su atención en «el pensamiento
de la Iglesia en torno a su propia fe».

El primer deber del estudioso de la Historia de la Teología es definir los


horizontes culturales y los instrumentos conceptuales y metodológicos que
han dado origen a las diferentes teologías.

En su trabajo el teólogo tiene dos interlocutores: un interlocutor eterno, es


decir, Dios y su Palabra, y un interlocutor temporal: el mundo y su cultura.
De Dios recibe la palabra de la verdad, mientras del mundo asume los
receptáculos de la verdad, los «marcos culturales». El teólogo debe buscar
individuar las instancias, los interrogativos, los desafíos del ambiente
cultural al cual trata de dar una respuesta asumiendo la luz de la fe y las
verdades reveladas por Dios.
Intentaremos descubrir cómo la Palabra de Dios, contenida en la Sagrada
Escritura y la Tradición, ha interpelado a los teólogos de cada época.
Buscaremos averiguar cómo esos teólogos han hecho entrar en diálogo su
razón y su fe, cómo han profundizado en la verdad cristiana y han hecho
resonar sus virtualidades ante su inteligencia, ante la cultura y ante los
hombres de su tiempo.

En el n. 16 del Decreto Optatam totius, el Concilio Vaticano II recomienda el


método genético en la enseñanza de la Teología, de modo que la fase
especulativa vaya precedida de una fase histórica o de memoria de los
temas bíblicos fundamentales, de los testimonios de la patrística y de la
historia de los dogmas. En este sentido, la Historia de la Teología es una
verdadera introducción a la Teología porque, al analizar el proceso histórico
de la Teología cristiana, se educa a la inteligencia en el empeño de pensar
en la fe y desde la fe.
«Resumiendo y concluyendo, el objetivo de la Historia de la Teología es
mostrar cómo se ha elaborado la Teología en el transcurso de los siglos,
determinar sus fuentes, su autoridad, sus principios, sus instrumentos de
trabajo; evidenciar sus desarrollos; ilustrar las figuras y las escuelas
principales; destacar el aporte dela Teología al desarrollo de la Tradición y a
la vida de la Iglesia» (Cfr. B. MONDIN, o.c., 17).

b) Distinción entre Patrística y Patrología, Historia de la Filosofía e


Historia de la Teología

Brevemente conviene señalar las diferencias principales entre la Historia de


la Teología y la Historia de la Filosofía, por una parte, y la Historia de la
Teología y la Patrología - Patrística por otra (Cfr. J.L. ILLANES, o.c., XXII a
XXIV).

La Historia de la Teología y la Historia de la Filosofía tienen itinerarios y


modos de proceder distintos (cada una siguiendo su objeto y métodos
propios), pero con temas y preocupaciones últimas coincidentes. Sólo a
partir del siglo XVII se distinguen metodológica y académicamente.

La Patrología subraya la vertiente doctrinal y la Patrística la literaria. Con


gran frecuencia se usan como sinónimos. La Patrología contempla a los
Padres de la Iglesia, ante todo como expresiones y testigos de la tradición
cristiana, mientras que la Historia de la Teología los considera como
teólogos.

También conviene distinguir la Historia de la Teología de la Historia de los


Dogmas. Esta última disciplina trata sobre el contenido de la revelación
acogido y definido por la Iglesia como contenido para ser creído y vivido: la
investigación de la Historia de los Dogmas se concentra sobre la inmutable
verdad de fe, más allá de las categorías conceptuales con las cuales ha sido
formulada, y sobre cómo, en el ámbito de la fe de la Iglesia, se puede llevar
a cabo un verdadero progreso en la comprensión - clarificación -
proclamación del único depositum fidei. Con otras palabras, la Historia de
los Dogmas se refiere de modo directo a la esencia de la fe cristiana: la
Historia de la Teología mira, más bien, a la reflexión de la Iglesia sobre el
conjunto de la fe (Cfr. C. ROCCHETTA, R. FISICHELLA, G. POZZO, Corso
di teologia sistematica, vol. 1: La teologia tra revelazione e storia
(Introduzione a la teologia sistematica), Edizioni Dehoniane, Bologna 1996).

c) Periodización de la Historia de la Teología

Para subrayar el ritmo del proceder teológico a través de la historia, parece


adecuada la división que señalamos a continuación en tres etapas (Cfr. J.L.
ILLANES, J.I. SARANYANA, o.c., XVI a XXII).

· Período patrístico;
· Período escolástico o medieval;
· Período moderno y contemporáneo

Martin Grabmann señala acertadamente que «cada una de las tres edades
cuenta con unos cien años de florecimiento, a partir de uno de los más
importantes Concilios ecuménicos; sigue después una época en la que la
ciencia teológica vive de los frutos cosechados en los años anteriores, y
sucede, por último, un período más o menos largo de general decadencia»
(M. GRABMANN, Historia de la teología católica (desde fines de la era
patrística hasta nuestros días), Espasa Calpe, Madrid 1946, 16).

Las tres etapas de florecimiento teológico son los años que siguen a los
Concilios de Nicea I (325), Lateranense IV (1215) y Trento (1546). No sería
extraño que en los próximos años, una vez calmadas las aguas revueltas
del postconcilio (Vaticano II), llegara una nueva época de florecimiento de la
Teología.

1. Período patrístico

La Teología es tan antigua como la fe cristiana y hunde sus raíces en la


misma generación apostólica. Es verdad que los Libros Sagrados contienen
una doctrina que puede ser sintetizada y expuesta de modo estructurado y
armónico. Sin embargo, el inicio de la Teología no se suele poner en ellos
mismos, sino en las siguientes generaciones, pues trascienden el ordinario
sucederse de los empeños y reflexiones humanas posteriores. Esta es la
opinión de J.L. ILLANES, J.I. SARANYANA, o.c., XVI a XXII. Sin embargo,
hay otros autores que no la comparten. C. ROCCHETTA, R. FISICHELLA,
G. POZZO, o.c., 28, por ejemplo, dicen que el problema reside en gran parte
en lo que se quiera entender por «Teología». Si se entiende como la
comprensión reflexiva de la revelación vivida en la fe de la Iglesia, hay que
poner los inicios de la teología y de su historia dentro del mismo proceso
formativo del Nuevo Testamento. B. MONDIN, o.c., 33-35, afirma que no es
adecuado hablar de una «teología del Nuevo Testamento» por el simple
motivo de que los textos sagrados son el objeto, el material sobre el cual
trabajan los teólogos, no un producto de su reflexión.

Los Padres apostólicos del siglo I y principios del siglo II, en sus cartas y
homilías, se expresan con tono familiar sobre la vivencia concreta de la
Iglesia. Por eso todavía no se suelen considerar sus escritos como
teológicos propiamente dichos.

La primera manifestación de una obra teológica surge a mediados del siglo


II con los apologistas, que ante los ataques del paganismo, sostuvieron un
vibrante diálogo entre fe cristiana y cultura pagana. Muchos de estos
primeros teólogos eran buenos conocedores de la filosofía y retórica
grecorromanas y a lo largo de los siglos II a V su esfuerzo culminó en una
síntesis lograda.

Las etapas del período patrístico son las siguientes:

· Etapa de iniciación de la teología patrística, de fines del siglo I a


comienzos del siglo IV;
· Edad de oro de la patrística, en los siglos IV y V, debida a la paz
conseguida y a la maduración teológica de los siglos anteriores;
· Etapa final, entre la Antigüedad tardía y la Edad Media, del siglo V al VIII.

Los Padres tienen una especial significación en la historia de la Iglesia y de


la Teología, fundamentalmente por tres razones:

· Porque son eslabones que unen a los cristianos de todos los tiempos con
la época apostólica;
· Porque fue entonces cuando la Iglesia se extendió más, consolidado su
estructura, reafirmando su fe y perfilando su liturgia;
· Porque en esa época se vitalizó e impregnó la cultura grecolatina
cristianizándola desde dentro.

Podemos resumir el quehacer teológico de los Padres en los siguientes


puntos:

· Utilizan los géneros literarios usuales en la época: cartas, homilías,


tratados, comentarios…;
· La mayoría fueron obispos, sacerdotes y algunos seglares;
· Sus obras nacieron de necesidades pastorales, aunque no faltaron los
intentos de sistematización;
· Su estilo de teologizar es profundamente bíblico, con el recurso al símbolo
y a la alegoría para que en el texto bíblico comentado reverberase la
totalidad del designio salvífico divino;
· Aunque sus obras manifiestan una gran capacidad de análisis y
conceptualización, sin embargo los Padres sobresalieron por el sentido de la
síntesis, por la conciencia de la unidad de la revelación y la fuerza con la
que alcanzan a expresarla.

2. Período escolástico

El período escolástico abarca seis grandes etapas. A continuación


señalamos algunas características relevantes de cada una de ellas.

1) Pre-escolástica (del año 750 al 1100):

· Domina la teología monástica;


· El comentario a la Sagrada Escritura se hace a modo de lectio o lectura
meditada de los textos bíblicos, apoyada en los autores patrísticos;
· Los escritos teológicos surgen en la época carolingea (del año 750 al 900)
como fruto de la reforma de la orden benedictina;
· Los autores principales de esta época son Alcuino de York y Rabano
Mauro, en la época carolingea, y Anselmo de Canterbury al final del siglo XI.

2) Escolástica incipiente o Alta escolástica (siglo XII):

· Aparecen en los burgos las escuelas catedralicias:


· Se nota un desarrollo de la sociedad medieval y un aumento del nivel
cultural del clero;
· A mediados de siglo comienzan la triple recepción de la filosofía
aristotélica, que unida a la tradición patrística y platónica, hace posible una
nueva y original síntesis;
· El método analítico y discursivo abre un amplio campo a la especulación
racional iluminada por la fe;
· Los autores principales de esta época son Pedro Abelardo, los Victorinos y
Pedro Lombardo.

3) Apogeo de la escolástica (siglo XIII):

· Las exigencias científicas y didácticas llevan a la aparición de grandes


síntesis, las Summae, expresión característica de la producción teológica de
los siglos medios;
· Aparición de las órdenes mendicantes;
· Los autores principales son: Alejandro de Hales, San Buenaventura, San
Alberto Magno, Santo Tomás de Aquino, y el Beato Juan Duns Escoto.

4) Baja escolástica (siglos XIV y XV):

· La reflexión se escinde en disputas entre escuelas;


· Guillermo de Ockham y el nominalismo tienen una gran influencia en la
teología posterior;
· Se inicia la recuperación del tomismo (San Vicente Ferrer, San Antonino de
Florencia, Pedro Cockaert).

5) Escolástica renacentista (primera mitad del siglo XVI):

· Continúa la recuperación del tomismo con Tomás de Vío Cayetano;


· Comienza un segundo momento de apogeo de la escolástica con los
teólogos de la Escuela de Salamanca (Francisco de Vitoria, Melchor Cano,
Pedro de Soto, etc.).

6) Escolástica barroca (del año 1550 al 1650):

· En esta época comienza la controversia de auxiliis (Luis de Molina,


Domingo Báñez, etc.);
· es importante la obra de Francisco Suárez.

A partir del año 1650 se inicia una fuerte decadencia que llegará hasta el
final del siglo XVIII, por lo menos.

3. Período moderno y contemporáneo

Podemos resumir los rasgos de la situación cultural de Europa después de


la paz de Westfalia (1648) en los siguientes puntos:

· Desaparece la unidad política (Iglesia e Imperio) y aparecen los estados


nacionales;
· El centro de influencia política y cultural se traslada de los países
mediterráneos al centro de Europa;
· Ante la decadencia de la escolástica surgen nuevas líneas de
pensamiento: el racionalismo francés y el empirismo anglosajón;
· Se fortalecen las tendencias escépticas y naturalistas favorecidas por la
crisis de la conciencia nacida de la dura experiencia representada por las
guerras de religión que agitaron a la Europa de esos años;
· Aunque la sociedad sigue siendo cristiana en su mayoría, en las capas
intelectuales predomina el escepticismo y el agnosticismo a partir del siglo
XVIII;
· Se prepara una ruptura espiritual e intelectual.
A partir de entonces -y hasta el momento actual- la teología se encuentra
con la gran tarea de salir de su decadencia, ir a la raíz de la fe, y conseguir
mostrar, con fuerza nueva, su vitalidad y su verdad.

-Las etapas de este período son las siguientes:

1) Decadencia a lo largo del siglo XVIII;


2) Inicio de un proceso de renovación en el siglo XIX, a través de la vuelta a
las fuentes bíblicas y patrísticas, la recuperación de la tradición escolástica
en su momento de esplendor y el diálogo con algunas corrientes del
pensamiento moderno (versión idealista y romántica);
3) Plenitud de la renovación en torno al Concilio Vaticano II, punto decisivo
de referencia para la valoración del precedente desarrollo de la Teología y
para el juicio sobre la situación actual y su historia futura.

LOS CAMINOS DE CRISTO

Estas páginas y las diversas orientaciones teológicas de la historia de la


iglesia.

1. El intento por sacar a la luz profundidades espirituales del cristianismo en


parte soterradas debe en primer lugar, claro está, dirigirse a las enseñanzas,
la vida y el significado del mismo Jesucristo y de los paleocristianos; y esto,
incluyendo también sus rasgos “apocalípticos”, y no tan sólo tomando lo que
agrade a una u otra teología. Así, parece que también debe tomarse en
serio la diversidad de los primeros cristianos, tal y como ya se la tomaron en
serio los mismos evangelistas, para con ello hacer reconocible el amplio
significado de los impulsos de Cristo.

2. La antigua iglesia de los siglos siguientes estuvo en general condicionada


por la autoridad de los vastos tratados de los “padres de la iglesia”. Ellos,
con la ayuda, entre otras cosas, de la lengua griega y la erudición,
clarificaron para Europa las transmisiones del primer cristianismo. Sabían
éstos mucho sobre antiguos escritos hoy desaparecidos. Como en todas las
épocas, en el posterior transcurso de esta época, se discutía también qué
correspondía al verdadero cristianismo y qué no. Hay algo también en sus
concepciones, algo posteriormente suprimido, que merece una nueva
consideración, siquiera sea en comparación con los orígenes. Hubo, por lo
demás, cristianos —p. ej., en Egipto, cf. los hallazgos en Naq Hammadi—
que debieron estar menos preocupados por la obtención de la gracia a
través de una iglesia que por medio de un acceso individual a Dios por la
oración, la meditación. etc.
3. La escolástica y la canonística medievales condujeron a una
sistematización teológica por medio de derivaciones o argumentaciones
intelectuales, dicho con rigor, religioso-filosóficas; en las que los padres de
la iglesia ejercían como autoridad, pero sólo en la medida en que ésta
coincidía con aquellas líneas argumentales. Si bien en las ideas
escolásticas puede hallarse abundante y significativo alimento espiritual
para su momento, espanta la lógica intelectual, tan frecuentemente
unilateral, de pretensiones absolutas y, por ende, exclusivista —que sería
preciso diferenciar de la verdadera dimensión religiosa. Conservada ésta en
forma de doctrinas, es decir, dogmas de fe, se desvió, sin embargo, también
hacia prácticas inquisitoriales. De la creatividad de un buscador o místico
espiritual actual se desprende que en algunos pasajes, los mismos métodos
intelectuales habrían podido conducir a otras conclusiones o que, en parte,
incluso lo hicieron; es decir, que el crecimiento espiritual real requiere de
una conciencia más flexible y más global, no tan esclerotizada. El rígido
método escolástico es aún hoy un punto de partida esencial de la teología
sistemática, especialmente en el ámbito católico. Con todo, hoy aparece
alguna apertura a propuestas diferentes o ecuménicas (p. ej., Yves Congar).
No se trata de una crítica unilateral a una de las orientaciones teológicas. En
un estadio anterior del trabajo expuesto en el texto principal de los “Caminos
de Cristo” se examinaron las posibilidades de articulación sistemática del
material existente. Sólo resta una posibilidad más, a saber, ¡la secuencia de
los “pasos de Jesús” reconocidos a lo largo de los mismos evangelios! Pues
es justo en ellos donde se refleja una secuencia perfectamente arquetípica
de los estadios de desarrollo y de los ámbitos de conciencia humanos,
también en relación con el mundo en su integridad. Es éste, en cualquier
caso, un enfoque nuevo, interdisciplinario.

4. Cuando ya se hubo apilado suficiente tradición eclesiástica sobre los


orígenes, apareció el intento de los reformadores por volver a tomar los
orígenes bíblicos como referencia fundamental. Esto, sin embargo, lo
lograron en escasa medida, pues eran hijos de su tiempo, y, .p. ej., conocían
poco de las corrientes espirituales y místicas de la historia del cristianismo.
Por otro lado, se abandonaron tradiciones, por lo demás valiosas en
esencia, como la adoración a María. Hubo entonces individuos —
particularmente notorio es el caso del teólogo evangélico J. V. Andreae
(aleman)— que, en ensoñaciones encubiertas bajo forma novelesca,
abordaron experiencias profundas, que bien podrían calificarse de “cristiano-
esotéricas”; que lo cristiano no resulte fácilmente reconocible en ellas se
debe a su forma, que fue adoptada por razones de seguridad. Tampoco el
campo protestante fue siempre tan tolerante como podría parecer. La
Contrarreforma, las guerras de religión, etc., hicieron el resto. A pesar de
todo, los diversos métodos teológicos del momento tenían mucho en común.
Cuando aún hoy, entre las propias iglesias protestantes, comunidades
confesionales separadas, como la luterana y la reformada (calvinista), se
mantienen como iglesias unidas, se limitan a decir sus partidarios que,
aunque se trate de discusiones teológicas técnicas, ya han durado
demasiado tiempo por lo que se refiere al propio pueblo de la iglesia)

5. La subsiguiente era de la nueva filosofía, de la Ilustración y de las


ciencias naturales no hizo tampoco que apareciese una teología de la
experiencia espiritual junto a la vieja y sistemática teología intelectualmente
condicionada. Antes al contrario, los teólogos histórico-críticos se orientaron
más si cabe, consciente o inconscientemente, hacia la interpretación
científica igualmente intelectual y, por añadidura, cada vez más
unilateralmente materialista de aquel tiempo. En parte, la teología se
convirtió más bien en una investigación histórica, científico-literaria y
lingüística, algo que no es necesariamente incorrecto, pero que no deja de
ser unilateral. (Por otro lado, los representantes contemporáneos de la vieja
teología sistemática se vieron a sí mismos como una especie de núcleo de
la auténtica teología, en torno a la cual podían agruparse las nuevas líneas
de investigación. Es, empero, discutible que éstos formen en realidad un
núcleo integrativo de tal clase). Resultaría a buen seguro un empeño en
parte justificado establecer los diversos descubrimientos científicos en
relación con las doctrinas de la fe. Pero entonces sería consecuente hacerlo
también hoy en día. Hasta ahora, sin embargo, esto no se ha hecho. Esto
significaría considerar la nueva imagen del mundo, es decir, el nuevo
paradigma emergente que se desprende de las nuevas, ya no tan
materialistas, corrientes científicas de la física de partículas elementales, de
la moderna biofísica, de la geofísica y astrofísica y, especialmente, de las
paraciencias como la parapsicología, etc. ¡Carece de sentido fundamentar
una teología actual sobre la imagen científica del mundo del siglo XIX!)
También con respecto a las tendencias de la Ilustración, aparecieron con
fuerza desde el siglo XIX contramovimientos, p. Ej., los movimientos
resurreccionales, que desembocaron en muchas nuevas iglesias libres
evangélicas. Éstas no vieron la necesidad de confrontarse a los desarrollos
de las ciencias naturales; representan, sin embargo, incluso sin esto, una fe
orientada a la Biblia sin menoscabo alguno. En general, no harían uso para
ello del término teología en absoluto, pero no deja de haber también una
especie de interpretación teológica particular de la Biblia (exégesis/
hermenéutica).

6. De este modo, se sucedieron en el siglo XX muchos intentos por aportar


a la teología facetas que ésta no había estimado hasta la fecha en medida
suficiente, desde luego no sin la inclusión de aquella dimensión mística
espiritual, algo que, sin embargo, Karl Rahner ya vio como una necesidad.
Estos intentos en el campo católico y en el evangélico han aportado mucho
a la sociedad, pues afectan más a las preocupaciones prácticas de los
hombres: p. Ej. Karl Barth, La teología política y la(s) teología(s) de la
liberación del Tercer Mundo, así como la Teología de la Creación), Teología
feminista. Con algunas corrientes como la "Teología de la desmitificación"
de Bultmann se iría demasiado lejos, desde luego, es decir, se reduciría
excesivamente la fe a una —tal y como se dijo, ya demasiado anticuada—
concepción material del mundo; aunque, al menos, sí queda correctamente
claro, que la fe no precisa de ninguna objetivación científica. Drewermann
intentó entonces una interpretación de los evangelios apoyándose en la
psicología profunda. Aunque pueda ésta ser el puente para escapar de
nuevo del mundo desalmado de una concepción material de la realidad, la
psicología profunda no es tampoco, de ningún modo, la verdadera
dimensión espiritual de la Biblia y por ello, carece de sentido confrontar
estos dos ámbitos completamente diferentes.
Los problemas entre el fundamentalismo y el relativismo han dominado
hasta ahora la discusión.
Por lo demás, fuera de los círculos teológicos, en los últimos años han
jugado cierto papel esas presuntas "historias de Jesús al descubierto" que
en nada favorecen la actual discusión sobre la imagen integral.

7. Hasta la fecha, poco se puede decir de una teología “postmoderna” del


siglo XXI. Una renovación de las posibilidades espirituales del cristianismo
—manteniendo tanto las antiguas profundidades de la fe como la lograda
concienciación social — requiere de una transformación más vasta de la
conciencia. Se requiere aquí de precisión espiritual y de una marcada
consideración de la sociedad y del mundo, y no sólo de administrar y
actualizar las vigentes corrientes de investigación de la teología y la ciencia
de las religiones - un camino hacia un "pleno" cristianismo, en lugar de la
fragmentación de hoy. Aquí se enmarcan los “Caminos de Cristo".

Éstos reconocieron, p. ej., incluso conscientemente no sólo aquella “fuente


de sentencias (Q)” que luego fue explorada por los investigadores. (Contuvo
esta sólo declaraciones de Jesús antes de la historia de la pasión, con
aquella ética al margen de muchas de las convenciones sociales, tal y como
hoy se vincula con frecuencia con el sermón de la montaña. También el
Evangelio de Tomás, estrechamente relacionado y por lo visto auténtico,
muestra cómo según los casos, los predicadores o el público hacían circular
otras declaraciones de Jesús...). Los últimos pasos de la vida de Jesús —
comenzando por la resurrección de Lázaro, etc. — sólo pudieron
presenciarla, en principio, unos pocos en aquel entonces y, en
consecuencia, atestiguarlos verdaderamente. A pesar de ello, se hicieron
asequibles para los buscadores.
Hay hoy en Alemania intentos de desenredar este estado de cosas. Véase,
a modo de ampliación, el artículo "Iglesias evangélicas: el saurio se mueve",
en el no. 9, 2002 de "Publik Forum", Postfach 2010, D-61410 Oberursel.
Sobre las diversas iglesias, véase, por lo demás, nuestro capitulo "Las 7
comunidades (del Apocalipsis) y las iglesias actuales": parte 2
V., además, nuestro capitulo "Ciencias naturales y fe en Dios": parte 3; y
Update English/ Deutsch.
V., p. ej.,"Ökologische Theologie" (Teología ecológica, aleman), Kreuz-
Verlag.
Incluso la alusión a un "evangelio nuevo, eterno" dado por el Espíritu Santo
en el Apocalipsis de de Juan, 14, 6 requiere de una conciencia más
poderosa de la que puede proporcionar el solo intelecto
Complemento: Jesús y teologías...
Hay " teologías " dentro del Nuevo Testamento. Pero los escritores lo deben
de haber combinado conscientemente. Ellos sentían que Jesús tuvo muchos
" lados”. Uno necesita varios puntos de vista teológicos para entenderle.
Él también enseñó la conciencia social de la teología liberal o teología de la
liberación - y enseñó las estrictas pautas éticas (individuales) de teólogos
más bien conservadores (pero no formales y no basadas en el poder del
estado.)
Él también tenía la actitud espiritual de los cristianos místicos o cristianos
esotéricos (ver la teología mística de la Iglesia Ortodoxa Oriental) - y, no
obstante, él quería que los Discípulos manejaran su vida en el mundo físico
(lo cual es el tema principal de la mayoría de los teólogos actuales y
misiones, sobre todo las protestantes).
Jesús mostró una " relación sobrenatural " con Dios, (desde el bautismo a la
Crucifixión y la Resurrección, patente por ejemplo en la revisión meditativa
de Juan el Discípulo y sus Discípulos); esto no puede explicarse por la
conciencia intelectual de teólogos como Bultmann - no obstante Jesús tuvo
que pasar por las etapas humanas de la vida, como las entienden las
ciencias naturales.
Algunos incidentes pueden ser explicados por la psicología profunda de
nuestro tiempo, algunos son espirituales y transcienden la psicología.
Muchos puntos de vista se han perdido casi completamente, pues gran
parte del Cristianismo Antiguo original fue perseguido por "herejía",
(mezclándose con auténticos abusos de la Religión.) Todos eran
unilaterales, pero no más unilateral que cualquier Iglesia existente.
Esta parcialidad no es automáticamente negativa. Las partes constructivas
de todos esos esfuerzos estarían bien - si la gente no pensase que ellos son
los únicos que tienen razón, y que los otros están completamente
equivocados.

Los Evangelios y teologías.

Los Evangelios - y por ejemplo esa parte del Evangelio de Marcos


denominada "Q" - representan puntos de vista diferentes. Están escritos
para grupos de personas con antecedentes diferentes. Marcos era
importante (por ejemplo) para la mente analítica de los romanos y para las
traducciones a los idiomas romanos. Pero Prof. Morton Smith identificó una
" parte " secreta de ese Evangelio, originaria de Pedro, usado únicamente
para personas experimentadas, y que incluía la historia de Lázaro entre
otras. Según el místico austriaco Lorber, Marcos era - de muchacho - un
mensajero apreciado entre los Discípulos. Así que él debe haber sabido
exactamente lo que estaba pasando. El Mateo original, perdido o no
descubierto todavía, debe de haber estado dirigido a los judíos; también el
Evangelio de Mateo actual se dirige a todos aquellos que necesitan
descripciones detalladas llenas de vida y experiencia. Lo mismo ocurre con
Lucas, pero con sentimientos más profundos. El Evangelio de Juan por
ejemplo fue escrito para Cristianos espirituales (con origen en el Misterio
Griego), elaborando el concepto cristiano específico en su idioma.
También Juan ve muy claro de la Cruz y Resurrección a la vida de Jesús;
Mateo empieza de la vida. Ambos puntos de vista son correctos, pero la
Cruz y la Resurrección tienen la mayoría de las consecuencias.

El " Evangelio de Filippo " (apócrifo) no es ningún Evangelio, sino una


"contribución cristiana antigua a una discusión " a varios movimientos,
situando su punto de vista entre ellos. (No es ningún papel gnóstico, como
algunos suponen). El " Evangelio de Tomás " (apócrifo) no es ningún
Evangelio, sino una colección de dichos de Jesús - la mayoría auténtica -,
incluyendo algunas palabras dedicadas a personas con intereses
espirituales...

Métodos de investigación.

De forma similar, los diferentes métodos de investigación son todos útiles, si


se aplican juntos de manera interdisciplinar. Sin embargo, si uno intenta
construir la teología sobre una única ciencia como la investigación
lingüística o la investigación arqueológica), el resultado acaba siendo
parcialmente falso. Es necesario usar los métodos meditativos también.

Anotación sobre la cuestión de la "trinidad" de Dios.

En las teorías eclesiales sobre la triple naturaleza o trinidad de Dios debe


distinguirse si el que enseña acerca de ello aporta consigo una experiencia
que acaso pueda transmitir, o si se trata de una mera enseñanza intelectual
(doctrina) sobre las tres personas divinas. "Caminos de Cristo" se refiere,
entre otras cosas, a Dios, Jesús y el Espíritu Santo en su carácter y en tanto
que relaciones vivenciales, en lugar de disputar sobre conceptos como los
de la trinidad.

Arrebatamiento de la Iglesia
De Wikipedia, la enciclopedia libre

La doctrina del arrebatamiento de la iglesia (mal llamado "rapto" desde un


punto de vista Bíblico -no se encuentra la palabra en la Biblia- y Teológico)
es resultado de ciertas interpretaciones de escatología cristiana. Es una
interpretación de varias citas bíblicas: Notablemente ciertos pasajes del
Apocalipsis de San Juan, pero especialmente los versículos 29-31 del
capítulo 24 del Evangelio de San Mateo y las cartas del Apóstol Pablo a los
Tesalonicenses (1ª Tes. 4:13-18 y 2ª Tes. 2: 1-4).

Hace referencia a la promesa de una Segunda Venida tras su ascensión a


los Cielos dada por Jesucristo a sus discípulos, momento en el cuál Jesús
rescataría a los salvados o escogidos, llevándolos a los cielos (para algunos
la Nueva Jerusalén) junto a los resucitados.

Contenido

 1 Corrientes teológicas
 2 Interpretación de algunas religiones

Corrientes teológicas

Existen fundamentalmente tres corrientes teológicas al respecto de esta


doctrina, si bien dichas corrientes a su vez se subdividen en otras y no son
propias de denominaciones particulares, sino que se encuentran en todos
los grupos cristianos.

 Por un lado los amilenaristas niegan el arrebatamiento porque es una


doctrina nueva y que no se recoge ni en la Biblia ni en la Tradición de
la Iglesia (Santos Padres de la Iglesia, magisterio de los Papas,
Concilios,...) (Entre éstos: Catolicismo, grupos Protestantes
tradicionales, etc.)
 En el lado de los milenaristas existen a su vez dos grandes
subdivisiones (Entre éstos: Cristianos evangélicos de denominaciones
tales como bautistas, pentecostales, etc.)
o Post-tribulacionales: Por un lado los que de acuerdo a la doctrina
tradicional de la Primitiva Iglesia y los textos bíblicos referidos arriba,
especialmente Mateo 24:21-24, 2Tesaloniceses 2:1-4, 1Corintios
15:52 y Apocalipsis 13:3-15,20:1-6 creen que la Segunda Venida de
Jesús debe producirse tras la manifestación del Anticristo y que la
Iglesia será arrebatada tras pasar por la última gran persecución
(Gran Tribulación) a manos del Anticristo, después de ser derrotado
éste y al ocurrir la resurrección de los que murieron en Cristo. Esta fue
la doctrina sostenida por los escritores paleocristianos y los
Reformadores protestantes de la Edad Media. Muchas Iglesias
evangélicas y protestantes sostienen esta visión.
o Pre-tribulacionales: La mayoría de las personas que abogan por esta
tesis, creen que después del arrebatamiento (anterior a la
manifestación del Anticristo y a la Gran tribulación) habrá un gran caos
en la tierra durante 7 años (3 años y medio de falsa paz y 3 años y
medio de guerras), con el gobierno del Anticristo (líder político
mundial), del Falso profeta (líder religioso ecuménico]) y de la Bestia
(el dios de la religión del futuro). Ese período se llama la Gran
Tribulación. Después de siete años Jesús volvería nuevamente junto
con los escogidos para reinar en nuestro planeta por mil años.
Después del milenio acontecerá el juicio final y la construcción del
"nuevo cielo" y de la "nueva Tierra". Esta doctrina es relativamente
reciente (poco más de un siglo). Desde 1832 hizo parte de las tesis
dispensacionalistas de Darby, quien se refería al arrebatamiento como
"el misterio del rapto". Esta doctrina fue incorporadas a la Biblia de
Referencia Scofield en el año 1909. Tras la publicación del libro de Hal
Lindseys, La Agonía del Gran Planeta Tierra en 1970 y la difusión de
varias películas, es hoy una doctrina muy popular en el seno de
muchas iglesias evangélicas.

Interpretación de algunas religiones

La exégesis católica (Amilenial) así como la de ciertas denominaciones


tradicionales protestantes no cree en un Arrebatamiento en estos términos y
tampoco en los mil años literales (milenarismo) que, para ellas, consistirían
en el lapso de tiempo entre la Ascensión de Jesús y los tiempos en que
vivimos, pero sí en la Parusía, que es la Vuelta de Cristo al final de los
tiempos y su manifestación gloriosa al mundo para juzgar personalmente a
cada hombre según su fe y obras y la historia humana. Los justos serían
salvados y gozarían una vida eterna, la creación será renovada y los malos
condenados a la eternidad sin Dios, que es el infierno.

En el Antiguo Testamento también se refiere el arrebatamiento de Elías, sin


ser muy claro el significado de este acontecimiento. El concepto se
popularizó en años recientes, tanto por el avance del esfuerzo misionero
protestante como por la difusión de obras de ficción, de las cuáles la más
notable es la popular serie de novelas Dejados Atrás, de los autores Tim
LaHaye y Jerry B. Jenkins.

Éste concepto también se ha usado en la literatura, como es el caso de la


popular saga de Dragonlance, en la que antes del cataclismo de Ansalon,
muchas personas "justas" fueron arrebatadas

Teología cristiana
De Wikipedia, la enciclopedia libre

Teología cristiana es la doctrina sobre la fe cristiana. Los teólogos


cristianos usan análisis racional y discusión de comprender, explicar, de
ensayo, la crítica, defender o promover el cristianismo. Teología podrían
llevarse a cabo para ayudar a comprender el cristianismo teólogo más
verdaderamente, hacer comparaciones entre el cristianismo y otras
tradiciones, defender el cristianismo en contra de los críticos, facilitar la
reforma del cristianismo, ayudar a la propagación del cristianismo, delinear
sobre los recursos de la tradición cristiana para hacer frente a algunos
situación actual o la necesidad, o por una variedad de otras razones.

Teología cristiana ha impregnado gran parte de la cultura occidental,


especialmente en la validez de la Europa moderna. Por lo tanto, debido a su
interdependencia una comprensión adecuada de la cultura occidental, ya
sea cristiana o la teología requiere una plena comprensión de ambos.

Contenido

 1 Divisiones de la teología cristiana


o 1.1 Sub-disciplinas
o 1.2 Los principales temas
 1.2.1 Un clásico patrón
o 1.3 Teología católica romana
o 1.4 Movimientos controvertidos
 1.4.1 Pre-Reforma
 1.4.2 Post-Reforma
 1.4.3 Teológica Contemporánea movimientos
 1. Divisiones de la teología cristiana

Hay muchos métodos de clasificación de los diferentes enfoques de la


teología cristiana.

Sub-disciplinas

Los teólogos cristianos pueden ser especialistas en una o más sub-


disciplinas teológicas. Estos son los tipos de frases que se encuentran en
determinados puestos, como 'Profesor de x', 'y profesor titular de':

 Apologética /polémica-el estudio de la teología cristiana, ya que se


compara a los no cristianos mundo con el fin de defender la fe y las
creencias reto que se encuentran en contraste con el Cristianismo
 Hermenéutica bíblica-interpretación de la Biblia, a menudo con
especial atención a la naturaleza y limitaciones de la interpretación
contemporánea
 Estudiantes de la Biblia -interpretación de la Biblia, a menudo con
especial atención a la investigación histórico-crítica
 Teología bíblica-interpretación de la Biblia, a menudo con especial
atención a los vínculos entre los textos bíblicos y los temas de la
teología dogmática o sistemática
 Teología constructiva en general otro nombre de la teología
sistemática; también específicamente a postmodernist enfoque de la
teología sistemática, la aplicación de (entre otras cosas) teoría
feminista, Teoría Queer, de construccionismo, y hermenéutica a temas
teológicos
 Teología dogmática-el estudio de la teología (o dogma) en lo que se
desarrolla en diferentes iglesia denominaciones
 Teología Ecuménica de la comparación de las doctrinas de las
diversas iglesias (como la ortodoxa oriental, católica romana y de las
diversas denominaciones protestantes) con el objetivo de promover la
unidad entre ellos
 Exégesis-interpretación de la Biblia
 Teología histórica, estudio de la teología cristiana desde una
perspectiva histórica
 Homilética en la teología de la aplicación de principios generales de la
retórica a la predicación pública
 Teología Moral, explora la morales y ética dimensiones de la vida
religiosa
 Teología natural de la discusión de los aspectos de la teología que se
puede investigar sin la ayuda de la revelación Escrituras o la tradición
(a veces contrasta con la "teología positiva")
 Patrística, estudios de la enseñanza de los Padres de la Iglesia, o el
desarrollo de ideas y la práctica cristiana en el período de Padres de
la Iglesia
 Teología filosófica análisis filosófico-teológico de los temas.
 Pragmáticas o teología práctica-el estudio de la teología lo que se
refiere a la vida cotidiana y el servicio a Dios, incluida la que actúa
como un ministro religioso
 Espiritual estudio de la teología; la teología como una forma de
ortopraxis: Sagrada Escritura y tradición son utilizados como guías
para el crecimiento espiritual y la disciplina
 Teología sistemática (doctrinal teología, la teología dogmática o
teología filosófica)-se centró en el intento de organizar e interpretar las
ideas actuales en la religión. Esto se asocia también con la teología
constructiva
 Teológica estética, estudio interdisciplinario de teología y estética / las
artes

Los principales temas


Estos temas aparecen una y otra vez en la teología cristiana, son los
principales periódicos' loci 'en torno a los cuales gira el debate teológico
cristiano.

 Biblia - la naturaleza y los medios de su inspiración, etc.; incluyendo


hermenéutica (el desarrollo y estudio de las teorías de la
interpretación y la comprensión de los textos)
 Escatología-el estudio de las últimas cosas o fin de los tiempos. Cubre
temas tales como la muerte y después de la muerte, el fin de historia,
el fin de la mundo, última sentencia, la naturaleza de la esperanza y el
progreso , etc.
 Cristología El estudio de Jesús Cristo, de su naturaleza (s), y de la
relación entre la humanidad y su divinidad;
 Creación teología
 Divina Providencia.
 Eclesiología El estudio de la Iglesia Cristiana, incluyendo la estructura
institucional, sacramentos y las prácticas (sobre todo el culto De Dios)
del mismo.
 Misionología (a veces, una subsección de eclesiología)-Dios' va en el
mundo, las misiones, la evangelización, etc.
 Pneumatología-el estudio de la Espíritu Santo, a veces también
"geist", como en Hegelianismo y otros sistemas filosófico-teológicos.
 Soteriología-el estudio de la naturaleza y los medios de la salvación.
Puede incluir estudio de el pecado, Ley y Evangelio (el estudio de la
relación entre Ley Divina y Divina Gracia, la justificación, santificación
 Antropología Teológica-el estudio de humanidad, especialmente en lo
que se refiere a la divina
 Teología propio-el estudio de Dios atributos, la naturaleza, y la relación
con el mundo. Pueden incluir:
o Teodicea - intentos de conciliar la existencia de mal y el
sufrimiento en el mundo, con la naturaleza y la justicia de Dios

Un clásico patrón

En muchos seminarios cristianos, los cuatro Departamentos de la Gran


Teología son:

1. Exégesis
2. Históricos de la teología
3. Teología sistemática
4. Teología útiles

Los cuatro departamentos que pueden ser útil se subdividen de la siguiente


manera:

1. Exegética teología
 Estudios Bíblicos (análisis de los contenidos de la Escritura)
 Introducción Bíblica (investigación de los orígenes de la Biblia)
 Canon bíblico (investigación sobre cómo los diferentes libros de la
Biblia llegaron a ser recogidas junto)
 Teología bíblica (investigación de la forma en la revelación divina
progresado en el curso de la Biblia).

2. Histórica teología

(estudio de la manera en la teología cristiana se desarrolla en el tiempo)

 El patrística Periodo (1 al 8 de siglos)


o El Ante los Padres de Nicea (1 ª a 3 ª siglos)
o El de Nicea Padres (siglo 4 º)
o El después de los Padres de Nicea (5 ª a 8 ª siglos)
 El Edad Media (8 ª a 16 ª siglos)
 El Reforma y Contrarreforma (16 ª a 18 ª siglos)
 El Periodo Moderno (siglos 18 al 21)

3. Teología sistemática
 Prolegómenos (primeros principios)
 Teología propio
o La existencia de Dios
o Los atributos de Dios
o El Trinidad
o Creación
o Divina Providencia
 Doctrina del hombre (antropología teológica)
 Cristología
 Soteriología
o Justificación
o Santificación
 Pneumatología (doctrina de la Espíritu Santo)
 Eclesiología (doctrina de la Iglesia)
 Escatología y el después de la muerte.

4. Útiles teología
 Teología Moral (la ética cristiana y la casuística)
 Eclesiología
 Teología pastoral
o Litúrgicos
o Homilética
o Educación cristiana
o Consejería cristiana
o Misionología.
Teología católica romana

Una importante rama de la teología cristiana es la teología católica


romana, que estas grandes enseñanzas:

 Absolución (sacerdotal de envío de remesas del pecado)


pronunciamiento del perdón de los pecados hecho a una persona que
se ha arrepentido;
 La Sucesión apostólica (es decir, de los obispos y / o el Papa de la
original Apóstoles);
 Bautismo infantil;
 Ecumenismo (el paso a la reunificación de las iglesias);
 Icono veneración;
 La Inmaculada Concepción de María;
 Indulgencias (es decir, por la Iglesia remisiones de algunas sanciones
por el pecado);
 María (María como Virgen (la idea de que era, por lo tanto, la "Madre
de Dios"; como perpetuamente virgen, el Asunción de María;
 El Papa (es decir, la creencia de que el Papa es el sucesor de San
Pedro, la "roca" sobre la cual se construye la Iglesia, y, por tanto, el
infalible jefe de la cristiandad);
 Purgatorio (un "lugar" después de la muerte, donde las almas se
purifican antes de entrar en el cielo);
 Sacerdotalismo (sacerdocio sagrado como intermediario y de oficina),
obrar de salvación sobre el hombre;
 El Sacramento , Transubstanciación;
 Santo y canonización;
 Infalibilidad Pontificia (siendo el Papa infalible en cuestiones de la
religión y la moral);
 Tradición (es decir, su autoridad en relación con la Escritura).

Movimientos controvertidos

Los cristianos han tenido desacuerdos teológicos desde la época de


Jesús. Las disputas teológicas han dado lugar a muchos cismas diferentes y
denominaciones cristianas, sectas y movimientos.

Pre-Reforma [editar]
 Arrianismo: doctrinas acerca de la divinidad de Cristo;
 Donatismo
 Ebionismo
 Gnosticismo: Por lo general, rechaza la bondad de la física para hacer
hincapié en lo espiritual, también hizo hincapié en "las enseñanzas
ocultas".
 Judaizers
 Maniqueísmo
 Marcionismo
 Monarquismo: con respecto a las doctrinas de Cristo divinidad
 Monofisismo: doctrinas acerca de la divinidad de Cristo
 Montanismo
 Nazarenos
 Nicolationismo
 Antitrinitarismo
 Novatianismo
 Pelagianismo: la negación del pecado original y la impotencia de
pecador para salvar a sí mismo, la fuerte afirmación de la libre
voluntad libertaria (ver también Semi-Pelagianism)
 Cuartodecimanismo: Pascua controversia
 Sabelianismo: doctrinas acerca de la Trinidad, también conocida como
"Modalismo".
 Simonianismo

Post-Reforma

Desde la Reforma, hizo hincapié en los derechos de los cristianos de


exponer sus propios puntos de vista de la teología, la mayoría se han
producido diferencias teológicas entre las diversas denominaciones
protestantes. Algunas elaboraciones de las doctrinas católicas, sin embargo,
se han promulgado desde entonces. Las diferencias entre muchos de los
valores nominales son relativamente menores, lo que ha ayudado a los
ecuménicos los esfuerzos en los últimos tiempos.

 Adventismo: Por la Iglesia Adventista del Séptimo día.


 Anabaptismo
 Anglicanismo
 Anglo-catolicismo: Alto iglesia de la teología anglicanismo.
 Arminianismo: Reacción a los calvinistas soteriología, que afirma la
libertad del hombre de aceptar o rechazar el regalo de Dios de la
salvación; identificado con Holandesa Reformada teólogo Jacobus
Arminius, creado por Hugo Grotius, defendido por la Remonstrants, y
popularizada por John Wesley. Clave de la doctrina anglicana y
Metodista iglesias, adoptada por muchos Bautistas, y algunos
congregacionalistas.
 Brethrenism: Anabautista-Pietist, abierta y exclusiva con arroyos.
 Calvinismo: Sistema de soteriology avanzadas por francés
Reformador Juan Calvino, que propugna agustiniana opiniones sobre
la elección y reprobación; subraya absoluta [ [Predestinación]], la
soberanía de Dios y la incapacidad del hombre para lograr su propia
salvación por creer el Evangelio antes de la regeneración; principio
doctrinas son a menudo resumidos por las siglas TULIP (véase
Cánones de Dort).
 Charismaticism: Movimiento en muchos protestantes y algunas
iglesias católicas que se hace hincapié en la dones del Espíritu y el
continuo trabajo del Espíritu Santo en el cuerpo de Cristo, a menudo
asociadas con [[glossolalia] ] (Es decir, hablar en lenguas) y curación
divina.
 Congregationalismo: Forma de gobierno utilizados en
congregacionalista, bautista, Pentecostal y de las iglesias en el que
cada congregación es autónomos e independientes de todos los
demás.
 Contrarreforma (o Reforma Católica): La Católica Romana respuesta a
la Reforma protestante (ver también Concilio de Trento).
 Creación Espiritualidad: Panentheist la teología.
 Deísmo: La doctrina general de que la fe no es necesaria para
justificar la creencia en la existencia de Dios y / o la doctrina de que
Dios no interviene en los asuntos terrenales (contrasta con fideísmo).
 Dispensasionalismo: Creencia en un conservador, Bíblicamente
literalist hermenéutica y filosofía de la historia que, al subrayar la
dicotomía entre Israel y la Iglesia, rechaza supercessionism
(comúnmente denominadas "de sustitución de la teología”).
 Evangelismo: Normalmente conservadores, predominantemente
protestante perspectiva que prioriza evangelización o, sobre todo, la
mayoría de las demás actividades de la Iglesia (ver también neo-
evangelicalismo).
 Fideísmo: La doctrina de que la fe es irracional, la existencia de Dios
que trasciende la lógica, y que todo conocimiento de Dios es sobre la
base de la fe (contrasta con Deism).
 Latitudinarianoismo: Amplia teología de la iglesia Anglicanismo.
 Liberalismo: Creencia en la interpretación de la Biblia a fin de permitir
la máxima cantidad de libertad individual.
 Baja iglesia: Puritan ical / evangélica la teología de Anglicanismo.
 Metodismo: Forma de gobierno de la iglesia y la doctrina utilizada en
el Iglesia Metodista.
 Modernismo: las convicciones que la verdad los cambios, de modo
que la doctrina debe evolucionar a la luz de nueva información o de
las tendencias.
 Movimiento de los Santos de los Últimos Días (Mormonismo):
Creencia de que el Libro de Mormón y otros adicionales que se
Escrituras divinas; creencia en la vida profetas, en general, rechazan
el credo de Nicea, y Otros principios de credos. Considerada como
una religión o seudo-cristiana culto por la mayoría de las iglesias
cristianas.
 Nuevo Pensamiento: Movimiento del siglo 19 sobre la base de Nueva
Inglaterra creencia en el pensamiento positivo. Varias denominaciones
que surgió de entre ellos Unidad Iglesia, y Ciencias Religiosas.
 Nonconformismo: promoción de la libertad religiosa; incluye
cuáqueros, metodistas, bautistas, Congregacionalistas y
Salvacionistas.
 Nontrinitarianismo: rechazo de la doctrina de Trinidad.
 Pentecostalismo
 Pietismo: Una secuencia de luteranismo poner nuevo énfasis en la
Biblia y un sacerdocio universal de todos los creyentes.
 Presbiterianismo: Forma de gestión de los asuntos públicos utilizados
en las iglesias Presbiteriana y Reformada.
 Puritanismo: Movimiento para limpiar Episcopalianismo de cualquier
"ritual" aspectos.
 Supersessionismo: Creencia de que la Iglesia cristiana, el cuerpo de
Cristo, es el único pueblo de elegir a Dios en el nuevo pacto de edad
(ver también pacto teología).
 Movimiento de Restauración: siglo 19 intentos de volver a un Nuevo
Testamento modelo de la Iglesia.
 Restoracionismo: La doctrina de que la mayoría de la Iglesia moderna
es apóstata; incluye la Millerites, Los adventistas del séptimo día,
testigos de Jehová, y los Últimos Día de los Santos.
 Ejército de Salvación: Una rama de la Iglesia Metodista conocida por
sus actividades caritativas
 Tractarianismo: Movimiento de Oxford. Se llevó a anglo-catolicismo.
 Ultramontanismo: un movimiento del siglo 19 dentro de la religión
católica subrayar la autoridad papal, en particular a raíz de la
Revolución Francesa y la secularización del Estado
 Iglesia de Unificación
 Unitarismo: Rechaza una santa "Trinidad", y también la divinidad de
Cristo, con algunas excepciones (véase modalismo).
 Universalismo: En diversas formas, la creencia de que todas las
personas finalmente se reconcilió con Dios; más famosa defendida por
Orígenes.

Teológica Contemporánea movimientos

Además de los movimientos mencionados, los siguientes son algunos


de los movimientos encuentra entre los teólogos cristianos:

 Teología negra
 Anarquismo cristiano
 Cristianismo conservador.
 Pacto Teología, una red de interpretación que comprende los planes
de Dios en el Antiguo y el Nuevo Testamento como consecuencia del
pacto de Dios con su pueblo elegido. Pacto teología es una manera de
abordar la especialidad de la teología bíblica; comparar a
Dispensacionalismo.
 Dispensacionalismo-interpretativa rejilla opiniones que la relación de
Dios con la orden que creó pasando por sucesivos "dispensas", en la
que cada uno de los pactos de la anterior era quizás ya no sean
válidos. Dispensacionalismo es una manera de abordar la
especialidad de la teología bíblica; comparar a Pacto Teología.
 cristianismo ortodoxo
 Nuevas iglesia
 Evangelicalismo
 Teología feminista
 Fundamentalismo
 Holocausto teología (En respuesta a los horrores del Holocausto
especialmente en relación con teodicea)
 teología liberal
 Teología de la Liberación
 Luteranismo
 Metodismo
 Narrativa teología-el estudio de una narración presentación de la fe
dogmática en lugar de desarrollo.
 Neo-ortodoxia (también conocida como "teología dialéctica" y la "crisis
de la teología"
 Nueva Iglesia
 Nuevo Pacto Teología
 Paleo-Ortodoxia
 Pentecostalismo
 Personalismo
 Post liberal teología
 Postmoderno teología
 Proceso de teología
 Progresista teología
 Teología Queer
 Quakerismo
 Restoracionismo
 Revisionista teología
 Iglesia católica
 Thomismo
 Trascendentalismo, movimiento filosófico estadounidense de la
primera mitad del XIX

El retorno de Karl Marx es inexorable.


Pero, aun si no ocurriera, ¿creeríamos que el asambleísta Pablo Lucio
Paredes es más sabio solo por haber vivido ciento cincuenta años después?

El Asambleísta Pablo Lucio Paredes comentó que las concepciones que


animaban el articulado sobre relaciones internacionales preparado por la
mesa 9 de la Asamblea Constituyente, eran anacrónicas. Se refería sin duda
al pensamiento crítico, en particular de Karl Marx. Al respecto, cabe
puntualizar:

1. La cronología como criterio de verdad del pensamiento linda con la


estulticia. El asambleísta Lucio Paredes no es más sabio que Platón por
vivir 2500 años después.

2. El islamismo, seguido por 1.200 millones de personas, surgió de un tal


Mahoma que vivió en el Siglo VII después de Cristo. Pero, el islamismo es la
religión más joven del planeta.

3. El Cristianismo, seguido por 800 millones de personas, entre ellas por el


asambleísta Paredes, se inició con un tal Cristo que vivió hace 2000 años.

4. Los creadores de varias de las grandes corrientes espirituales de nuestro


tiempo vivieron en épocas anteriores a Cristo: Buda c. 563-c. 486 a.C.,
Confucio (c. 551-479 a.C.), Zoroastro o Zaratustra (c. 630-550 a.C.).

5. El Rig-Veda, uno de los textos fundamentales del hinduismo, corriente


religiosa seguida por más de 700 millones de personas, fue escrito entre el
1300 y el 1000 a.C.

6. Adam Smith, el creador del liberalismo moderno que enloquece al


asambleísta Paredes, vivió entre 1723 y 1790; y Karl Marx, el pensador que
saca de casillas al asambleísta Paredes vivió entre 1818 y 1883, es decir un
siglo después.

7. La superioridad de Marx, por supuesto no es cronológica. Así lo reconoció


la audiencia de la BBC de Londres -30 mil consultados- que, en el 2005,
eligió a Marx como el más grande filósofo de todos los tiempos. Obtuvo el
28% frente al 12, 7 % de David Hume, filósofo escéptico y antecesor de
Adam Smith. Tercero fue Ludwig Wittgenstein, fundador de la Filosofía
Analítica y autor del "Tractatus Logico-Philosophicus", y, con cifras inferiores
al 7 %, Nietzsche, Platón, Kant (candidato del The Guardian), Tomás de
Aquino, Sócrates, Aristóteles y, finalmente, Karl Popper.

8. La encuesta tuvo sus entretelones. Cuando, hacia la mitad, Marx


sobrepasaba el 40%, la BBC dejó filtrar la noticia y empezaron a formarse
comités de apoyo a Hume, que iba tercero, dirigidos por la revista The
Economist, o a Kant. Aun así no lograron parar a Marx. Smith y Locke, los
dos fundadores del liberalismo moderno, económico y político, ingleses
ambos, no fueron escogidos en la lista de los diez más grandes pensadores
de la historia.
9. No solo la audiencia de la BBC, por supuesto. A fines del siglo pasado,
influyentes medios de Wall Street reconocieron que las crisis monetarias de
la época solo podían ser explicadas por la teoría marxista del dinero.

10. Marx es, sin duda, el mayor pensador de la modernidad y el más


influyente. Todas las corrientes sigloventinas lo han tenido como su
interlocutor central. La Escuela de Frankfort, por ejemplo. Sartre declaró que
el marxismo es la filosofía insuperable de nuestro tiempo y que lo será
mientras exista el capitalismo. Inclusive las corrientes teológicas más
representativas de la segunda mitad del siglo XX como la Teología de la
esperanza o la Teología de la muerte de Dios, se han remitido
necesariamente a Marx. 11. Pero, aun en el período neoliberal en que lo
declararon muerto, los grandes pensadores críticos que ocuparon su lugar,
le rindieron homenaje. Jackes Derrida escribió “Los espectros de Marx”, y
aunque se declaraba no marxista, señaló “Marx no ha muerto. Peor: todos
somos marxistas sin saberlo”. Y Giles Deleuze confesó al final de su vida
que estaba escribiendo un libro sobre Marx. Slavoj Zizek, el mayor heredero
de Lacán y pensador por cuenta propia, no solo se declara marxista sino
que invoca a Lenin sobre el que escribió un libro: “A propósito de Lenin.
Política y subjetividad en el capitalismo tardío”. Friedrick Jameson postula
una lectura posmoderna de Marx.

12. En América Latina, ha sido un interlocutor y un referente fundamental de


todo el gran pensamiento sigloventino desde el de Martí hasta el de la
teología de la liberación y el de los Estudios subalternos, pasando por toda
la sociología y el pensamiento económico latinoamericanos.

13. No solo Marx, por supuesto. Una de las vigorosas corrientes actuales, la
de los Estudios culturales y/o pensamiento poscolonial… reconoce como su
mentor a Frantz Fanon, el gran pensador de “Los condenados de la Tierra”.
Pues bien, Fanon junto a Kruhmah fueron los creadores de la categoría de
neocolonialismo, tan vituperada por el asambleísta Paredes.

14. Creo que nadie, a excepción del asambleísta Paredes, duda de la


existencia del “imperialismo” después de la invasión norteamericana a Irak.

15. En este año, se conmemoran 150 años de la publicación de los


Grundrisse…., el borrador de “El Capital”, y para muchos el mayor libro
filosófico de Marx. Libro sorprendentemente actual. Para muestra un
ejemplo: en ese texto, Marx anticipa los actuales procesos de
automatización, gracias a su tesis de la ley de crecimiento del capital
constante a cuenta del variable.
16. El retorno de Marx es inexorable. Pero, aun si no ocurriera, ¿creeríamos
que el asambleísta Paredes es más sabio solo por haber vivido ciento
cincuenta años después?

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