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TEORIA PSICOANALITICA
Desarrollo Humano. Perspectiva psicológica
FREUD: La teoría psicoanalítica
De la mano con esta teoría el desarrollo humano busca una persona íntegra, una
persona que cumpla cada una de las etapas de forma efectiva, que te permita una
madurez en congruencia con la edad que vives de forma satisfactoria y que así mismo
lleven a la persona a un clímax vivencial.
Es importante recalcar que Freud basa su teoría sobre el supuesto de que el hombre
siempre busca el placer y trata de evitar el dolor, este es un supuesto valido pero no
alcanza a abarcar íntegramente al ser humano, porque también este principio puede
aplicarse a los animales. Para el ser humano sin embargo, tiene que tomarse en cuenta
valores como la honestidad, la caridad, solidaridad y justicia, estos son principios en
base a los cuales actúa también el ser humano y no solo a la búsqueda de placer.
Principios y fundamentos de la teoría psicoanalítica.
1. La visión cientificista que sostiene, con el positivismo, que todos y cada uno de los
fenómenos del comportamiento humano se pueden explicar en términos
neurofisiológicos o neurofísicos. Si hay dificultades actuales, son debidos únicamente a
la falta del desarrollo tecnológico. Todo se resolverá en el futuro.
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dinamica-y-de-psicoanalisis
Las teorías de Sigmund Freud han tenido una gran influencia sobre el estudio del
desarrollo. Freud reconoció la existencia de diferentes comportamientos humanos pero
se centró especialmente en el libido y el impulso de placer. Sus teorías sobre el
comportamiento inconscientes han influido en las teorías actuales de las emociones, la
motivación y el desarrollo de la personalidad. Freud divide la personalidad en tres
instancias: la “id” (instintiva), el ego (realista) y el súper-ego ( etico-moral). El ego
controla los impulsos peligrosos percibidos a través de varios mecanismos de defensa.
Mientras que Freud se centra en el estudio de la “id” (instintiva), Erikson (1963) se
centra básicamente en las implicaciones del ego en el desarrollo humano. Según
Erikson, el desarrollo humano sólo se puede entender en el contexto de la sociedad a la
cual uno pertenece y remarca la relación entre el ego y las fuerzas sociales que tienen
algún tipo de influencia sobre las personas en determinados momentos de la vida.
Erikson divide la vida en ocho etapas de desarrollo psicosocial. Cada etapa está
caracterizada por una crisis emocional con dos posibles soluciones, favorable o
desfavorable. La resolución de cada crisis determina el desarrollo posterior. Las cuatro
primeras etapas son especialmente importantes para nosotros porque se centran en los
niños pequeños.
Tabla 1- Las cuatro primeras etapas del desarrollo psicosocial según Erikson
Como resalto Pucketti Black (2000:85-86) “efectivamente, es mejor que los niños crezcan creyendo que
son individuos competentes y eficaces, que no sintiéndose inseguros y siendo desconfiados (…). La
capacidad de ver qué tareas son posibles y hacerlas y no tener que esperar a obtener el permiso de otras
personas, es mucho más productivo que el miedo al castigo, la vergüenza o el fracaso tan intensos, que
puede hacer que un niño deje que sean los otros, quienes toman la iniciativa para hacer las cosas. Las
ansias por conocer, por saber como se hacen las cosas y hacerlas es más satisfactorio y tiene más éxito,
que la sensación de incompetencia, desgana y quizás rechazo a varias experiencias y nuevos
conocimientos”.
Pulsiones y libido
Las personas que no consiguen superar algunos de los conflictos desarrollarán una
sexualidad inmadura. Cada una de estas etapas marcará también el desarrollo de la
personalidad adulta.
Etapa oral (0-1 año)
Esta etapa es característica por la vivencia del placer a través de la boca. Es a través de
la succión donde el bebé encuentra su satisfacción. Cuando no succiona se frustrará y
será este el conflicto que tendrá que superar.
El final de esta etapa estará marcado por el destete, donde el bebé pasará su centro de
placer al ano.
Esta etapa comprende el periodo entre el segundo y cuarto año de vida. Está marcada
por el desarrollo del placer a través de la expulsión de los excrementos y la orina. Este
placer se obtiene al eliminar la tensión que produce la retención.
Aprender a controlar los esfínteres urinarios y rectal, será necesario para superar esta
etapa. La teoría psicoanalítica relaciona estos conceptos con los de autoridad y rebeldía.
Cuando el niño no desea aprender a controlar los esfínteres, dejándose llevar así por el
placer inmediato, será rebelde.
Esta etapa comprende el cuarto y quinto año de vida. Es en esta edad cuando los niños
comienzan a explorar sus genitales, tocándose y obteniendo placer con ello (nada tiene
que ver con el placer sexual adulto). Es en esta edad cuando descubren que existen dos
sexos diferentes (los papás tienen pene y las mamás no tienen) y cuando surgen las
preguntas sobre el origen de la vida.
Durante esta etapa, quizás la más importante de la teoría, los niños deben superar dos
grandes complejos: el complejo de Edipo y el Complejo de Electra.
Estos complejos suponen que los niños en esta edad se “enamoran” del progenitor de
distinto sexo, desarrollando cierta competencia con el otro progenitor para conseguir
la mayor atención por parte de la persona amada.
En este caso, el niño centra como primer objeto de amor a su madre, y su padre se
interpone en su camino. El niño sentirá deseos de eliminarle pero el miedo que eso le
produce, hace que supere dicho complejo, cesando así la necesidad de poseer a su
madre. Este miedo le viene, de la interpretación que hace el niño de los genitales
masculinos y femeninos. El niño supone que su madre no tiene pene porque ha sido
castigada por su padre. Siente miedo de enfrentarse a él porque no quiere que le ocurra
lo mismo.
Superar esta etapa supondrá que el niño sea capaz de reprimir ciertos deseos incestuosos y que
pueda identificarse con su padre.
El complejo de Electra es la versión femenina del complejo de Edipo. En este caso, las niñas también
se enamoran primeramente de su madre. Pero las niñas descubren que ni ellas ni las madres tienen
pene, pero su padre sí. La interpretación que hacen las niñas de esto, es que su madre la castigó sin
tener pene, lo cual hará que comience a rivalizar con ella, y aumente el amor por su padre.
La superación de esta etapa tiene que ver con la adquisición de valores morales que
provienen de la identificación con el progenitor del mismo sexo.
Durante esta etapa, la pulsión sexual queda latente o dormida. Esto significa que
durante este período los niños y las niñas se centrarán en otros aspectos de su
desarrollo, como puede ser el aprendizaje de destrezas y las relaciones personales con
niños del mismo sexo principalmente.
La teoría psicoanalítica dice que cuanta menos pulsión sexual se haya quedado fijada
en etapas anteriores, mejor se vivirá la vida sexual adulta.
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a64938#.VSRcw-HzLDc.
Las neurosis son considerados trastornos menores puesto que no se pierde el juicio
ni el sentido de la realidad como en las psicosis, aunque pueden incapacitar a la persona
tanto a nivel social como profesional. Se presentan como exageraciones de situaciones
normales, la patología es la exageración. Se habla de síntomas neuróticos cuando, en
vez de desaparecer, aparecen reiteradamente, siendo, en general, de curso crónico.
Freud se dio cuenta de que los efectos curativos conseguidos a través de la hipnosis se
basaban en la relación del paciente con el terapeuta, pues al finalizar el tratamiento el
síntoma reaparecía. Y, puesto que los resultados no perduraban, abandonó la hipnosis,
aunque siguió usando otros tipos de sugestión como la imposición de manos sobre la
frente para ayudar a recordar.
La asociación libre no es libre desde el punto de vista del contenido, es libre desde la
intención consciente. Con la asociación libre se busca abandonar los controles de la
mente consciente, se invita a romper el discurso coherente y a acceder a lo invisible a
primera vista, pues lo inconsciente es el eslabón que falta para poder comprender
el fenómeno consciente.
A partir del síntoma Freud elabora una teoría de la neurosis, una psicopatología de lo
que él denominó psiconeurosis.
Las neurosis son trastornos dimensionales. No podemos decir que haya personas
neuróticas y normales. La diferencia radica en el grado o nivel de neuroticismo. No se
trata de una diferencia cualitativa, sino cuantitativa, pues el desequilibrio o las
alteraciones no nos son ajenos a ninguno de nosotros. La diferencia entre normalidad y
patología radica en la intensidad, pues el contenido es el mismo: todos podemos
presentar algún grado de ansiedad y preocupación, de desánimo y tristeza, de fatiga,
miedos, pensamientos depresivos, obsesiones y compulsiones, etc.
Los síntomas son mensajes sobre algo que le ha pasado a la persona, una manifestación
de la vivencia del sujeto, mensajes cifrados que hay que traducir a palabras para poder
comprender. Los síntomas tienen una doble naturaleza: a primera vista, encubren la
verdad, pero a su vez son reveladores de la verdad. Están al servicio de proteger de la
angustia.
Normalmente son los deseos eróticos o agresivos los que entran en conflicto. El
conflicto surge del choque entre nuestros deseos y nuestras exigencias sobre lo que
es bueno o malo. Freud se da cuenta de que muchas manifestaciones de angustia tienen
que ver con la represión sexual y la vida infantil. Uno de los casos de Freud fue una
chica que se enamoró de su cuñado viudo. Expresó que “no se podía mover en aquella
situación” y, de hecho, hizo una parálisis. La palabra permite hacer puentes de
palabras o pasajes de lo abstracto a lo concreto, de lo inconsciente a lo consciente, de
lo latente a lo manifiesto. Por ejemplo “meter la pata” puede significar literalmente
meterla en un hoyo o metafóricamente equivocarse, así uno puede sentir
inconscientemente que ha metido la pata en un asunto y al salir a la calle caerse,
pasando del sentido metafórico al real. Freud se da cuenta de que el síntoma no es
orgánico sino que tiene un mensaje psíquico. Si bien hay síntomas universales, no hay
un código universal para los síntomas. El síntoma tiene un significado individual. La
categorización psicopatológica pretende organizar los síntomas: los miedos en fobias y
los síntomas corporales tales como dolor de cabeza o mareos en histeria.
Los síntomas egosintónicos, a diferencia de los egodistónicos, son aquellos que no son
vividos para la persona como conflictivos.
SUEÑOS: los sueños son mensajes acerca de nosotros mismos. Freud analizaba sus
propios sueños. La función del sueño es proteger el dormir, El sueño es el guardián del
sueño. Según la teoría del sueño freudiana, los sueños son una realización o expresión
disfrazada de un deseo reprimido. A primera vista el sueño es indescifrable: se da un
retorno de lo reprimido con un disfraz. Si el disfraz falla y el deseo aparece muy desnudo
entonces aparece la angustia y nos despertamos. Por eso la teoría psicoanalítica
produjo rechazo, porque nombró una parte de nosotros que atenta contra la moral
racionalista e ilustrada.
También en los sueños, como en los síntomas, hay un contenido manifiesto, las
imágenes, y un contenido latente o afectivo. El proceso de elaboración permite
transformar el contenido latente en manifiesto, hacer consciente lo inconsciente.
ACTOS FALLIDOS: los actos fallidos pueden ser acciones, gestos o palabras, tanto
escritas como habladas (lapsus). En el lapsus digo o escribo una cosa por otra. Ahí se ve
el conflicto entre lo que el yo oficial quiere decir y lo que dice el inconsciente. Son actos
fallidos desde el punto de vista de lo oficial, pero son verdaderos.
Metapsicología hace referencia a los fenómenos que están más allá de la conciencia o
de lo observable, al contrario de una psicología fenomenológica o descriptiva.
PERCEPCIÓN —— MOTRIZ
Por el principio del placer (la búsqueda de la eliminación del displacer), cuando
aumenta la tensión o excitación en el psiquismo se busca la liberación a través de una
respuesta o descarga motriz, como por ejemplo el llanto. El aparato psíquico del bebé
al principio no está, pero está el de la madre que da la comida al niño. Si el estímulo es
interno (hambre) con el llanto se descarga tensión pero no se logra eliminar el estímulo.
Gracias a la frustración se desarrolla el aparato psíquico. Cada experiencia vivida
forma y deja huellas en él, y lo que ha estado junto queda asociado a través de la huella
mnésica: hambre-madre-alivio del hambre, etc.
LA SEGUNDA
TÓPICA: ELLO,
YO, SUPERYÓ
LA SEGUNDA
TÓPICA es un
esquema
estructural del
aparato
psíquico.
La persona con una obsesión-compulsiva de limpieza está luchando contra algo sucio.
La obsesión es fruto de una lucha entre opuestos en la que gana el superyó.
Hemos hablado del aparato psíquico pero falta hablar de la fuente energética que
mueve el aparato. La fuente de energía son las pulsiones, fuentes de estimulación que
surgen de lo corporal y que presionan el aparato psíquico a hacer algo… “Es lo que nos
pincha el culo”.
La primera teoría de las pulsiones es del 1905. Como individuos y como cuerpos
llevamos una doble vida, la que atañe a lo individual, a la supervivencia y auto
conservación de lo individual, y la que atañe a las pulsiones sexuales que tienen que ver
con la supervivencia de la especie.
Zonas erógenas y fases del desarrollo libidinal: las zonas erógenas o de búsqueda
del placer por el placer mismo son fuentes de estimulación de la pulsión sexual. La
pulsión se dirige hacia un objeto con el que satisfacer la pulsión y aliviar la tensión. La
finalidad es lograr la descarga, lograr la satisfacción y evitar el displacer.
La búsqueda del placer no es el fin último. A veces hacemos cosas que no llevan al placer.
Freud lo nombra pulsión de muerte. Es una pulsión que lleva a eliminar toda tensión,
pero la ausencia de tensión es la muerte. El equilibrio se encuentra en una tensión
óptima, donde la pulsión ni sube ni baja mucho.
La pulsión puede tomar diferentes caminos pues se orienta en función de las huellas
que la biografía y la constelación familiar han dejado en el sujeto. Las pulsiones tomarán
uno u otro destino en función de, por ejemplo, el deseo o ausencia de deseo de los
padres de tener el hijo, la imagen de nosotros mismos construida a partir de la mirada
de la madre, el nombre que nos pongan, las alianzas familiares, los miembros de la
familia, etc.
La sublimación es un término descrito por Freud como uno de los destinos posibles de
la pulsión. Se trata de un proceso psíquico mediante el cual áreas de la actividad
humana que aparentemente no guardan relación con la sexualidad se transforman en
depositarias de energía libidinal (pulsional). El proceso consiste en un desvío hacia un
nuevo fin. Entre los ejemplos de Freud como nuevos destinos de la pulsión sexual está
lo artístico y lo intelectual: sublimar consistiría en mudar el fin pulsional hacia una
actividad desexualizada, intentando su realización, por ejemplo mediante tareas
creativas o de prestigio social: arte, religión, ciencia, política, tecnología.