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ESTIMULACION

TEMPRANA
INTELIGENCIA
EMOCIONAL Y COGNITIVA
El niño será cariñoso, simpático y voluntarioso, colabora en las tareas del hogar,
aprenderá a esperar su turno y se involucrara poco a poco en los juegos sociales y
reglados, dejando así el juego paralelo. Alcanzara grandes avances en todas sus áreas
de desarrollo, pero seguirá requiriendo del cariño y aprobación de sus padres. En
momentos manifestara retrocesos sobre logros ya adquiridos y sus emociones serán
ligeramente cambiantes , pero esto es normal , en razón de que siente inseguridad al
verse a sí mismo con una creciente autonomía y ya no del todo dependiente de su
madre.
En este año ganara en sus capacidades de equilibrio y coordinación de movimientos,
tanto al caminar como al correr y saltar. Incorporar en su caminar el movimiento
punta-talón con lo cual su marcha asemejara a la del adulto y su carrera ganara en la
destreza de dar curvas cerradas y frenar con mayor precisión. Se subirá a muebles y a
pequeñas alturas y saltara.
Dara mayor significación a sus obras plásticas. Su dibujo del monigote humano se
trasformara, de una figura simple a los 3 años, a una forma más elaborada a los 4 años,
actividad que reafirmara su identidad corporal. En este periodo aprenderá a realizar
construcciones basadas en modelos gráficos o concretos y sus dibujos y creaciones
imitativas tendrán un mayor parecido a la realidad. Disfrutara de la sensación de
libertad que le ofrecen las actividades de artes plásticas, profundizando con ellas en su
auto cocimiento.
Su capacidad de expresión verbal se desarrollara de manera acelerada, gracias a la
interacción con otras personas y debido al juego dramatización en que hablara y se
responderá a si mismo.
En lo cognitivo, el niño experimentara una reorganización mental favorecida por el
desarrollo del pensamiento simbólico. Aparecerá el juego verbalizado, dramático y de
roles y su fantasía en el campo lúdico no tendrá límites. Participara por tiempo no muy
prolongados en juegos de grupo y sus autonomía seguirá afianzándose. Ira el baño
solo, se vestirá sin ayuda y se interesara cada vez más en otros niños.

CARACTERISTICAS GENERALES DE 3 A 4 AÑOS


El movimiento y la acción constituyen la característica predominante del niño de esta
edad. A través del movimiento energético explora su entorno, aprende sobre el y
adquiere mayor independencia y autonomía. Un aspecto importante es que acompaña
sus movimientos con palabras, como una manera de comprender mejor lo que
experimimenta.
Durante la marcha, la coordinación de movimientos se desarrolla notablemente. La
Longitud, amplitud y altura de su paso son mas uniformes, lo que le proporciona
mayor equilibrio y seguridad al caminar. Puede hacerlo sin caerse en superficies
irregulares y es capaz de subir y bajar escaleras, sin apoyo y alternando los pies. Corre
con soltura detrás de la pelota y patea, es intrépido y disfruta con juguetes que tengan
capacidad de desplazamiento, como los triciclos y carros.
El inicio de los tres años se caracteriza por un notable progreso en el lenguaje, tanto
por su mejor pronunciación como por su aumento de vocabulario, lo que le permite
mantener conversaciones sencillas con amigos y familiares. A través del uso de
lenguaje trata como individuo de diferenciarse del resto. Habla mucho consigo mismo,
como dirigiéndose a otra persona y amigo imaginario. Esta acción verbal, cognitiva y
psicológica, favorece la estructuración de la personalidad.
El desarrollo del lenguaje trae consigo la ampliación de sus relaciones sociales, ahora
ya puede comunicar sus necesidades verbalmente e inicia juegos cortos con sus
amigos. En este periodo el niño vivirá una crisis de identidad, por un lado querrá ser
independiente y autónomo, pero al mismo tiempo necesitara de la aprobación y cariño
de sus padres. Esta ambivalencia se traduce en cambios de ánimo, a veces confusión y
una negativa constante a las propuestas del adulto.
Ha incorporado de mejor manera las conductas socioculturales y la palabra “gracias”
se utiliza adecuadamente. Aprende a peinarse solo y puede asearse de la mima
manera. Se ejercita para el perfeccionamiento de abrochar e saco y se pone los
zapatos, a veces de forma invertida, pero no logra atar los lazos. En esta etapa se
empieza a manifestar la capacidad de esperar su turno, destreza necesaria para poder
participar en juegos sociales.
Su tiempo de atención y concentración para una actividad tranquila puede llegar a
quince minutos. Para aprender requiere de al experimentación, la vivencia corporal y
la manipulación de los objetos, ya que su pensamiento es concreto. Desarrolla formas
más elaboradas de juego simbólico y su atención se centra en las acciones del mismo
DESTREZAS
SOCIOAFECTIVAS

 Tiene una comida favorita


 Se empieza a vestir sin supervisión del adulto
 Presenta una pequeña noción del peligro
 Colabora en el orden, arreglo y aseo de
determinadas cosas
 Inicia la comprensión de lo que significa “aguarda
su turno”

 Es voluntario. Es alegre y muy activo. Da


muestras de cariño espontaneo a familiares y
personas allegadas. Es simpático y
desencadena risas con sus risotadas. Es sensible
a las emociones de los demás, presenta una
precaria empatía. Es amigable y hace una
demostración de sus logros verbales.
 Sabe quiénes son los miembros de su familia y
la relación que les vincula.

 Disfruta ser elogiado y se avergüenza


ante la crítica.
 Todavía se involucra en el juego solitario
y paralelo.
 Se integra en juegos socializados no tan
prolongados.
 Inicia el gusto por el juego de roles en sus
actividades lúdicas.
 Le gusta estar con sus iguales pero le
cuesta compartir sus juguetes.

 Durante esta época el juego dramático


toma forma.
 Es un buen negociante, se sacrifica a
cambio de algo.
 Cuando no desea realizar algo, lo
expresa a través del lenguaje, así se va
acomodando paulatinamente a las
demandas sociales y culturales.
 Presenta cambios emocionales bruscos
y breves.
Relajación para niños: técnica
Koeppen

La ansiedad y el estrés no solo afectan


a los adultos; de hecho, son cada vez
más los niños que presentan
alteraciones en la conducta que, al igual que en los adultos, responden a
situaciones que les generan ansiedad o miedo. Mediante las técnicas de
relajación infantil ayudamos al desarrollo de su inteligencia emocional y, al
mismo tiempo, les inculcamos hábitos saludables que podrán poner en práctica
a lo largo de su vida.

¿Qué beneficios les aportan a los niños las técnicas de relajación?


Antes de nada, debemos aclarar que la relajación no debe ser algo puntual. Si
queremos conseguir efectos positivos a largo plazo, ésta debe llevarse a cabo
de forma continuada. Realizada de forma regular conseguiremos:

 Disminuir la tensión muscular y mental y canalizar su energía


 Reducir la ansiedad
 Mejorar, o solucionar, los problemas de sueño
 Mejorar la memoria y la concentración
 Aumentar la confianza en sí mismos
 Alcanzar un estado de bienestar general

Mediante las técnicas de relajación conseguimos que los niños sean capaces de
reconocer la tensión o ansiedad cuando se enfadan o se ponen agresivos, y
sepan cómo responder ante ella.

Antes de empezar una relajación

– Al igual que los primeros pasos, las técnicas de relajación implican práctica y
una supervisión durante todo el proceso, hasta que el niño sea capaz de
realizarlo por sí mismo.

– La frecuencia, como en los adultos, depende del grado de ansiedad del niño,
aunque para que sea efectivo debe llevarse a cabo al menos una vez al día; el
momento más idóneo es antes de acostarse. La relajación no superará los diez
minutos.
– La actividad, al estar planteada como un juego entre padres e hijos, les
predispone a positivamente a ella.

– Debemos tratar de conseguir que los niños asocien tensión con


incomodidad y relajación y bienestar con comodidad, por ello deberán estar
tumbados – en un lugar cómodo (como la cama y el sofá), con ropa adecuada.
– Debe evitarse el aburrimiento o el cansancio, por lo que el número de
grupos musculares a trabajar se decidirá en función de la evolución del pequeño
para que la actividad no resulte tediosa.
– Se puede llevar a cabo este tipo de relajación desde que los niños son capaces
de comprender y ejecutar órdenes hasta los once/doce años.

– Lo más adecuado es escoger una melodía que al niño le guste, para


predisponerle de forma más positiva al ejercicio.

¿En qué consiste la técnica Koeppen?


Esta sencilla, pero efectiva técnica, se basa en la tensión y la distensión de
diferentes grupos musculares. Es breve, dinámica e incluye ejercicios de
visualizaciones, lo que la convierte en una actividad divertida para los más
pequeños.

Pasos a seguir
La técnica de relajación Koeppen es un ejercicio muy completo pues, además de
perseguir la propia relajación, consigue que los niños sean capaces de reconocer
su propio cuerpo y las distintas emociones.

1º ¿Para qué sirve?


Es importante que los niños sepan la utilidad del ejercicio, y la explicación se
realiza a partir de emociones y estados de ánimo que saben reconocer: “cuando
estás nervioso, cuando te enfadas, cuando no puedes dormir… notas cómo tus
músculos se tensan sin darte cuenta, y eso te hace estar muy incómodo. Si
consigues aprender a relajarte, cuando estés nervioso podrás controlar esa
tensión y te irás sintiendo mejor.” Una vez que el niño haya comprendido lo
anterior, entonces, y solo entonces podremos comenzar con el ejercicio.

2º Ejercicios de tensión y distensión a partir de visualizaciones


El objetivo es que, planteado a modo de juego, los niños sean capaces de tensar
y relajar los diferentes grupos musculares. Ésta es la parte más entretenida de
la relajación.

a) El juego del limón: manos y brazos


Debe realizarse el ejercicio tres veces con cada mano.
Imagina que tienes un limón en tu mano izquierda, tienes que tratar de exprimirlo
para sacarle todo el jugo
Concéntrate en tu mano y en tu brazo, en cómo aprietan mientras intentas
sacarle todo el zumo, en cómo se tensan.
Ahora deja caer el limón. Nota cómo están tus músculos cuando se relajan…
Vamos a coger otro limón, pero lo vamos a exprimir con más fuerza que antes,
muy muy fuerte, eso es. Mira qué tensos tienes la mano y el brazo.
Ya está exprimido, ahora déjalo caer. ¿Ves, fíjate qué bien estás cuando estás
relajado?, qué bien están tu mano y tu brazo, ¿a que te sientes mejor?
Vamos a coger otro limón más, pero ahora tenemos que exprimirlo con mucha
más fuerza que antes, esta vez no tiene que quedar ni una gota de zumo. Aprieta
fuerte, más fuerte, que no quede nada
Ahora, vuelve a soltar el limón. Vuelve a notar qué tu mano y tu brazo, qué
relajados y qué a gusto están…”
El proceso se repite con la mano derecha.

b) El gato perezoso: brazos y hombros


Ahora vamos a imaginarnos que somos un gato muy muy perezoso y queremos
estirarnos…
“Estira todo lo que puedas los brazos frente a ti. Ahora levántalos, por encima de
tu cabeza, con fuerza llévalos hacia atrás. Nota el tirón tan fuerte que sientes en
los hombros. Vamos ahora a dejarlos caer a los lados, que descansen del
esfuerzo. Muy bien.
Otra vez, vamos a estirar los brazos otra vez más, más fuerte. Este gatito tiene
mucha fuerza. Perfecto. De nuevo los dejas caer a los lados. Muy bien. ¿Notas
cómo están más relajados los hombros?
Una vez más, pero con más fuerza. Estira todo lo que puedas los brazos, vamos
a intentar llegar al cielo, con todas tus ganas. Primero frente a ti, luego los
levantas sobre tu cabeza y ahora… ¡arriba! Mira qué tensos estás ahora tus
brazos y tus hombros…
El último esfuerzo, el estirón más fuerte. Los brazos hacia adelante, los brazos
sobre nuestra cabeza y finalmente… ¡brazos al techo, con ganas! Déjalos caer
a los lados. ¿Ves qué bien se siente un gatito cuando está relajado? Muy
contento y muy a gusto” El ejercicio de repite cinco veces.

c) La tortuga que se esconde: hombros y cuello


Ahora eres una tortuga. Estás ahí sentada, sobre una roca, muy a gustito.
Relajándote muy tranquila y muy feliz en un lugar fantástico. Hace sol y calor,
hay un estanque muy cerca de ti. Te sientes muy cómoda y feliz…
De pronto… ¿qué pasa? No lo sabes bien, pero sientes que estás en peligro,
sientes miedo. ¡Tienes que esconderte! ¡Mete tu cabeza en el caparazón! Lo
haces llevando tus hombros hacia tus orejas, con la cabeza entre los hombros,
así, bien escondida, muy protegida.
Ya está… no hay peligro, sal de tu caparazón, no tienes nada que temer. Vuelve
a relajarte tumbada al sol, siente sus rayos sobre tu cara. Vuelve a disfrutar
plácidamente del paisaje… Siente tus hombros que ya no están tensos, tu cuello
también relajado, estás muy cómoda…
El ejercicio se repite tres veces.

d) Jugando con un chicle enorme: mandíbula


Tienes un chicle enorme, quieres morderlo, masticarlo, comerlo pero es tan
grande… Vamos a morderlo con todos los músculos de tu cuello, con tu
mandíbula. Apriétalo bien. Siente cómo se mete entre los dientes. Mastícalo
fuerte, muy bien, lo estás consiguiendo.
Ahora relájate, el chicle ha desaparecido. Deja caer tu mandíbula. Siente cómo
está floja. Tu cuello también está suelto, está relajado.
El ejercicio se repite tres veces, con tres “chicles distintos”.
Para finalizar se le pide que además de mandíbula y cuello, trate de relajar el
cuerpo entero, quedándose lo más flojo que pueda.

e) La mosca pesada: cara, nariz y frente


Estás sentado, despreocupado, entretenido. De repente, una mosca, una mosca
muy molesta ha venido a meterse contigo y se ha posado en tu nariz. Tratas de
espantarla pero no puedes usar las manos. Es un poco complicado. Intenta
echarla arrugando tu nariz, todo lo que puedas, lo más fuerte posible. ¡Vamos,
tú puedes echarla! Fíjate que cuando arrugas tu nariz, las mejillas, la boca y la
frente también se arrugan, también se ponen tensos. Hasta tus ojos se tensan…
Bien, la mosca ya se ha ido, por fin te ha dejado tranquilo. Ya puedes relajar toda
tu cara: tu nariz, tus mejillas, tu frente… Tu cara está tranquila, sin una sola
arruga. Tú también estás tranquilo y relajado,
Repetimos tres veces el proceso.

f) Jugamos con nuestro estómago:


Ahora, está tumbado sobre la hierba, panza arriba, tomando el sol. Estás muy
cómodo y muy relajado. De repente, oyes un pequeño estruendo, son los pasos
de algo grande que se dirige hacia ti. En un elefante, el elefante avanza rápido,
velozmente, sin mirar por dónde pisa. Está muy cerca de ti, no tienes tiempo de
escapar. La única solución es poner tenso el estómago, tensarlo tanto que
parezca de piedra; así cuando el elefante ponga su pie encima de ti estarás
protegido. Tensa bien tu estómago, nota como tu estómago se pone duro,
realmente duro. Aguanta así, el elefante está a punto de pasar. Mira, parece que
ya está apoyando su pie…
¡Vaya!, el elefante ha salido corriendo en otra dirección. Estás a salvo. Ya puedes
descansar y relajarte. Deja tu estómago blandito. Lo más blandito y relajado que
puedas. ¡Muy bien! Ahora te sientes mucho mejor, relajado y descansado. Siente
la diferencia entre el estómago tenso y el estómago relajado, ¿a que ahora te
sientes mucho mejor?
El ejercicio se repite dos veces.

Ahora nos encontramos paseando por el bosque. Frente a nosotros hay un


fantástico lugar al que queremos entrar. Hierba muy verde, un hermoso estanque
donde podremos darnos un baño. El problema es que para poder pasar,
debemos atravesar una valla muy estrecha. Es tan estrecha que no crees que
puedas lograrlo. La única forma de hacerlo es meter tu estómago todo lo que
puedas. Hacerlo tan delgadito que consigas que tu cuerpo consiga atravesar la
valla.
Trata de meter hacia adentro todo lo que puedas tu estómago. Mételo lo más
que puedas, que llegue casi a tocar la columna. ¡Venga, un poco más de
esfuerzo! Déjalo muy metido, con todas tus fuerzas. Estás a punto de
conseguirlo, no te desanimes.
Muy bien, has conseguido atravesar la valla. Ya está al otro lado. Deja tu
estómago flojo. Relájate. Vuelve a tu posición normal. Siente qué bien estás, qué
relajado.
Podemos realizar este ejercicio dos veces.

g) Caminamos por el barro: pies y piernas


Ya no estamos en un bosque acogedor, nos encontramos en la jungla. Es una
jungla peligrosa, pero nosotros somos buenos exploradores y conseguiremos
avanzar a través de ella y encontrar la salida. Vamos caminando decididos
cuando ¡atención! Hemos encontrado un barrizal, ¿quieres meter tus pies en él?
¡Vamos a ello! Debes empujar con toda la fuerza de tus piernas. Empuja hace
adentro. Siente como el calor del barro se mete entre tus pies. Empuja fuerte,
parece que el barro se hace cada vez más duro, utiliza toda la fuerza de tus
piernas. Siente cómo tus piernas y tus pies están tensos mientras intentan
caminar por el lodo.
Ahora sal fuera. Deja de ejercer fuerza. Suelta tus piernas y tus pies. Nota cómo
éstos están flojos, están relajados. Ya no estás tenso, descansa tranquilo…
El ejercicio se repite dos veces.

3º Ejercicios de visualización y respiración


Al finalizar el ejercicio, si el niño no se encuentra muy cansado, podemos concluir
la sesión de relajación con algunos ejercicios de respiración y visualización de
imágenes que le resulten agradables
La visualización y la respiración son otra técnica de relajación que, o bien
complementa a la técnica Koeppen, o se realiza de forma independiente.

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