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TRASTORNOS DEL LENGUAJE

Son muchas las patologías que se pueden incluir como trastornos del lenguaje. A continuación
sólo explicaremos algunos de los más frecuentes:

1. AFASIA

2. DISFASIA-TEL/RETRASO SIMPLE DEL LENGUAJE (RSL).

3. TRASTORNOS GENERALIZADOS DEL DESARROLLO (TGD) AUTISMO.

4. RETRASO MENTAL.

5. PARÁLISIS CEREBRAL.

1. AFASIA

La afasia es un trastorno del lenguaje debido a una lesión cerebral de las zonas del cerebro
responsables del lenguaje: Para la mayoría de las personas estas zonas se encuentran en el
hemisferio izquierdo. La aparición de la afasia puede ser súbita, como ocurre con los accidentes
cerebro vasculares (arteria cerebral media izquierda) o con los traumatismos craneoencefálicos,
pero también puede que el trastorno se vaya instaurando poco a poco, como ocurre con los
tumores cerebrales. Los afásicos pueden tener problemas tanto de comprensión del lenguaje
como de la expresión, así como en la lectura (dislexia) y en la escritura (disgrafía). También
puede co-ocurrir con otros trastornos como con la disartria o la apraxia del habla, resultantes
también del daño cerebral.

Las áreas cerebrales encargadas en la comprensión y producción del lenguaje son las llamadas
área de Broca y de Wernicke. No obstante, existen otras zonas que son necesarias para el
correcto funcionamiento del lenguaje, como la corteza auditiva primaria o el fascículo arqueado.

CLASIFICACIÓN:

Afasia de Broca: Cuando el área de Broca se encuentra dañada el afásico presenta un importante
déficit en la producción del lenguaje. La comprensión del lenguaje está mucho más preservada
que la producción. La expresión es, por tanto, poco fluida y el sujeto suele presentar un habla
telegráfica, ya que apenas usa las palabras funcionales (preposiciones, artículos...), es lo que se
conoce como agramatismo. La anartria es común también en estos pacientes. Hay problemas
con la repetición.

Afasia de Wernicke: En este tipo de afasias la comprensión suele estar bastante más alterada que
la producción del lenguaje. El habla del afásico suele ser logorreica, apareciendo los llamados
neologismos (palabras de nueva invención) y la jergafasia. Hay problemas con la repetición.

Afasia de conducción: En los afásicos de conducción, la repetición suele ser la parte del lenguaje
más afectada. La comprensión suele estar poco alterada y el habla es fluente.

Afasia sensorial transcortical: Muestra un cuadro similar a la afasia de Wernicke. La principal


diferencia es que la repetición suele estar preservada.
Afasia motora transcortical: Muestra un cuadro similar a la afasia de Broca. La principal
diferencia es que la repetición suele estar preservada.

Afasia nominal: El principal problema de estos pacientes es la anomia, ya que muestran


verdaderos problemas a la hora de evocar las palabras. Suelen ser capaces de acceder al
significado de las palabras, pero les cuesta sobre todo acceder a la forma fonológica de las
palabras.

Afasia global: Es un tipo de afasia muy severo, ya que el afásico muestra graves déficits tanto en
la comprensión y repetición como en la expresión.

Afasia mixta: Es una forma intermedia entre los diversos cuadros afásicos típicos, que puede
darse ya sea inicialmente o bien en el curso de la evolución de un trastorno afásico.

Existen otras formas de tratar y clasificar los trastornos afásicos. Nuestra experiencia hace que
tendamos a apoyarnos en la neuropsicología cognitiva para evaluar e intervenir con los afásicos,
para lo que se suelen utilizar diversas fuentes: el uso de modelos cognitivos de procesamiento
normal para interpretar los déficits cognitivos que la lesión cerebral ha causado. El uso de datos
recogidos en investigaciones conductuales sobre los sujetos que sufren tales déficits para
comprobar la capacidad explicativa de los modelos de procesamiento normal. El empleo de
información sobre las características neurológicas de la lesión cerebral. En definitiva, se trata de
explicar el funcionamiento cognitivo de individuos con lesiones cerebrales, a partir de las
alteraciones que las lesiones provocan en el procesamiento y utilizar tal información para
mejorar los modelos funcionales de procesamiento.

REHABILITACIÓN LOGOPÉDICA: Uno de los aspectos más importantes a tener en cuenta para la
rehabilitación logopédica es conocer con exactitud cuál es el proceso dañado (desde la
neuropsicología cognitiva). Para ello hay un test estandarizado de evaluación de las afasias muy
completo, es el EPLA (PALPA en la versión inglesa). Otro aspecto a tener en cuenta es el grado de
deterioro de ese proceso y las variables que determinan su ejecución y también hay que
considerar las habilidades lingüísticas que el paciente aún conserva.

Existen numerosos factores que pueden influir en la rehabilitación como son los problemas
particulares del paciente, otras veces son los problemas familiares. Los factores psicológicos y
neurológicos también influyen. Muy importante es la motivación, la atención o la memoria,
tanto a largo como a corto plazo. También influirá el tiempo de aplicación del tratamiento, el
sexo, la edad del paciente (los jóvenes se recuperan mejor) o la dominancia cerebral (mejor los
zurdos que los diestros).

Como ya hemos apuntado la rehabilitación variará dependiendo de los módulos que se


encuentren dañados. A continuación expondremos sólo algunos ejemplos:

Anomia semántica: En este caso el paciente tiene dificultades para activar los conceptos. La
terapia irá dirigida a conseguir una adecuada recuperación de los rasgos semánticos
correspondientes a cada representación conceptual. A continuación se le pide al paciente que
nombre el dibujo presentado, para asociar la palabra al significado. También se le puede pedir al
paciente que escriba el nombre de los dibujos que se le presentan. Cuando cometa un error
semántico el terapeuta dibuja el objeto correspondiente al error y se compara con el dibujo que
había nombrado erróneamente para contrastar los rasgos en los que difieren. Los programas
más eficaces son los que emplean tareas semánticas, como la de emparejamiento palabra dibujo
o respuestas semánticas.

Anomia pura: El paciente consigue activar adecuadamente los conceptos, pero fallan a la hora de
seleccionar las palabras con las que se designan esos conceptos. La terapia debe de tratar de
facilitar la recuperación léxica fortaleciendo las conexiones entre los significados y las
representaciones léxicas. Para estos pacientes se pueden emplear tres estrategias : Lectura en
voz alta del nombre de un dibujo teniendo el dibujo presente, lectura en voz alta del nombre de
un dibujo sin que estuviese el dibujo presente y claves fonológicas sucesivas hasta que el
paciente consigue nombrar el dibujo.

Otra técnica es la de priming escrito, consistente en pedir al sujeto que lea en voz alta el nombre
del dibujo un momento antes de que se presente el dibujo que tiene que nombrar. También el
priming enmascarado.
2.DISFASIA -TEL / RETRASO SIMPLE DEL LENGUAJE (RSL)

El retraso simple del lenguaje y el TEL o disfasia son dos conceptos distintos:
El retardo del lenguaje es la no aparición de éste a la edad en que normalmente se presenta.
Esta falta de desarrollo también se extiende a la permanencia de unos patrones lingüísticos que
caracterizarían bien a niños de menos edad más allá de los que es normal. Se podría hablar de
tres niveles de gravedad:

En el retraso leve del lenguaje lo que más llama la atención son distintas formas de facilitación
fonológica. Desde el punto de vista semántico, la actualización lingüística de contenidos
cognitivos es ligeramente más escasa que en los niños sin retraso simple (RL). No obstante, su
comprensión parece normal. Su desarrollo morfosintáctico se encuentra en un nivel normal y
desde el punto de vista pragmático no se advierten distorsiones ni dificultades especiales.

En el retraso moderado del lenguaje, la reducción de patrones fonológicos es más evidente.


Semánticamente, la pobreza de vocabulario expresivo es ya notoria, nombran los objetos
familiares pero desconocen el nombre de muchos otros objetos y conceptos conocidos por los
niños de su edad. Desde el punto de vista morfosintáctico, están presentes los signos que
determinan funciones semánticas primarias: interrogación, negación, etc. Es en los signos que
determinan funciones semánticas secundarias de categoría nominal (género y número) y verbal
donde se manifiestan claros déficit. Las funciones del lenguaje se actualizan lingüísticamente de
manera pobre, con abundantes imperativos y gestos verbales de llamada de atención.

En el retraso grave del lenguaje los niños tienen reducidos sus patrones fonológicos casi al
mínimo y se da la dislalia múltiple. El área del significado es pequeña en cantidad y calidad. Su
sintaxis se parece a la de etapas muy primitivas (holofrase, habla telegráfica).En la pragmática se
percibe una conversación centrada en sí mismo. En estos niños es necesario realizar un
diagnóstico diferencial respecto al retraso intelectual ligero, síndrome de inatención y sobre todo
de la disfasia o TEL.

Para evaluar al niño será necesario examinar el aparato fonador externo, la respiración y las
praxias orolinguofaciales. Se evaluará la fonética y fonología, la semántica, la morfosintaxis y la
pragmática y dependiendo del caso se realizarán otras pruebas alternativas como las cognitivas.
La intervención logopédica dependerá de la gravedad del retraso, siendo necesario comenzar
cuanto antes en los retrasos graves.

El TEL (trastorno específico del lenguaje) es una limitación significativa en la capacidad del
lenguaje que sufren algunos niños, a pesar de que los factores que suelen acompañar a esta
limitación (pérdida auditiva, daño cerebral, baja inteligencia, déficit motores...) no sean
evidentes en estos niños. Ni es debida esta limitación a otros factores socioambientales. Uno de
los criterios más utilizados para identificar el TEL es el propuesto por Leonard. Estos criterios son
los siguientes:

Capacidad lingüística: Puntuación en los test de lenguaje de -1,25 desviaciones estándar o más
baja; riesgo de devaluación social.

CI no verbal: CI manipulativo de 85 o más alto.

Audición: supera por medio de un screening los niveles convencionales.

Otitis media con serosidad: sin episodios recientes.

Disfunción neurológica: Sin evidencia de ataque, parálisis cerebral, ni lesiones cerebrales;


ausencia de medicación para control de ataques.

Estructura oral: Ausencia de anomalías estructurales.

Motricidad oral: supera el screening empleando ítems evolutivamente apropiados.

Ausencia de síntomas de una integración social recíproca alterada y de restricción de


actividades.

Son muchos los autores que han realizado una clasificación de este trastorno. Una de las
interesantes es la de Rapin y Allen, que clasifican a los TEL de la siguiente forma:

Trastorno de la vertiente expresiva: En el que se incluyen dos subtipos, el trastorno de la


programación fonológica y la dispraxia verbal.

Trastorno de comprensión y expresión: Se incluyen el trastorno fonológico- sintáctico y la


agnosia auditivo- verbal.

Trastorno del procesamiento central de tratamiento y de la formulación: son considerados


dentro de este trastorno el trastorno semántico- pregmático y el trastorno léxico- sintáctico.

Como se puede comprobar existen varios subtipos de TEL, dependiendo del componente
lingüístico afectado. Por ello, es importante hacer una evaluación exhaustiva del lenguaje, tanto
de la vertiente expresiva como comprensiva y a todos los niveles: fonología, semántica,
pragmática y morfo- sintaxis. Existen en el mercado numerosos test para evaluar el lenguaje,
tanto de forma general como de uno de los componentes. Pero no siempre se pueden realizar
este tipo de evaluaciones (dependerá del nivel lingüístico que tenga el niño), por lo que es
conveniente realizar un análisis de una muestra de lenguaje espontáneo. Por otro lado, es
necesario evaluar no sólo el componente lingüístico sino también la cognición, audición...en
definitiva, es imprescindible evaluar aquellos componentes que sirven para descartar el TEL
(criterios de Leonard).

La intervención logopédica dependerá del subtipo de TEL identificado. Uno de los aspectos más
importantes a tener en cuenta en la rehabilitación logopédica es conocer cuáles son los
componentes del lenguaje que se encuentran más alterados y aquellos que mejor conserva para
construir un modelo individual de representación del funcionamiento comunicativo y lingüístico
de cada sujeto. Existen estrategias de estimulación funcional, que corresponden a lo que se ha
dado en llamar "métodos naturales", donde se pretende facilitar el acceso al lenguaje por parte
del niño a través de situaciones privilegiadas de comunicación, en las cuales pueda recibir con
claridad los elementos lingüísticos que su dificultad no le permita extraer del "caos" que para él
representa la estimulación normal de su entorno. Se basan en la estabilidad y alta frecuencia de
los modelos lingüísticos, conseguidas gracias al control estrecho del material y de las situaciones
que se utilizan, tanto en sesiones de reeducación como en el entorno familiar. También se
pueden emplear estrategias de reestructuración, donde en estos programas se pretenden
construir o "reconstruir" las bases de la adquisición del lenguaje y sus primeras etapas a través
de un enfoque sintomatológico organizado que proporcione al niño sistemas de facilitación.
Incluyen actividades para desarrollar la discriminación auditiva, actividades para el control de la
atención y el desarrollo psicomotor, actividades para el desarrollo de determinadas funciones
mentales, como la memoria inmediata, la secuenciación de acciones encadenadas o la
percepción fondo- forma y actividades lingüísticas. Otro tipo de estrategias es la de
comunicación alternativa. Los sistemas alternativos y aumentativos de comunicación están
dando buenos resultados y se suelen usar frente al fracaso de otro tipo de estrategias. La
elección del sistema se deberá ajustar al caso concreto de cada niño. Sea cual sea la orientación
elegida es necesario respetar una serie de principios: mantener un ritmo lento en la
presentación de los estímulos. Se debe procurar la máxima claridad en la presentación
contextual de las unidades lexicales y sintácticas. Es necesario reducir al máximo los motivos de
dispersión de la atención. Otro de los principios es que cualquier trabajo del lenguaje debe partir
de la comunicación e incluir la posibilidad de integrar cualquier iniciativa del niño. Es importante
aprovechar todas las vías sensoriales. Es necesario realizar un trabajo específico sobre la
percepción auditiva y por supuesto, como en cualquier intervención logopédica, la familia debe
ser integrada el proceso educativo del niño.

PROTOCOLO GENERAL DE INERVENCIÓN EN DISFASIA (TEL): Los síntomas que manifiestan los
niños difásicos pueden variar considerablemente de un tipo a otro (me refiero a la clasificación
mencionada arriba de Rapin y Allen). Algunos requerirán un tratamiento donde se haga más
hincapié en la vertiente expresiva, otros necesitarán trabajar tanto la comprensión como la
expresión y otros sujetos tendrán problemas, no tanto con la forma y contenido del lenguaje,
sino con su uso (pragmática)...Aún así se pueden organizar dos grandes grupos, aquellos que
poseen lenguaje oral de los que no lo tienen. Como en todas las patologías, será imprescindible
realizar una evaluación exhaustiva antes de comenzar la rehabilitación.

SUJETOS SIN LENGUAJE ORAL:

Trabajar los prerrequisitos del lenguaje:

Fomento de aparición de intención comunicativa (limitación de las acciones, empleo de


mediadores simbólicos para conseguir cosas).

Atención, memoria, imitación, contacto ocular, juego simbólico, juegos de turnos, etc.

Enseñanza de sistemas aumentativos/alternativos de comunicación:

Sin ayuda: Bimodal.

Con ayuda: SPC.

SUJETOS CON LENGUAJE ORAL:

Principios básicos para la intervención:

Comprobar el nivel de atención e imitación.

Intervención muy estructurada.


Grado de participación de padres y tutores.

Niveles de intervención:

Fonológico: Prerrequisitos (atención, percepción y discriminación auditiva. Tono, coordinación y


ejecución motora de las estructuras orofaciales. Coordinación fonorespiratoria…).Producción
fonética. Integración fonética/programación fonológica.

Morfología: Género y número, adjetivos, formas verbales regulares e irregulares, participios,


comparativos y superlativos, sustantivos y adjetivos derivativos, pronombres personales en
función de sujeto y de objeto, reflexivos y posesivos, preposiciones y conjunciones.

Sintaxis: Oraciones simples aumentando su complejidad, oraciones negativas, voz pasiva,


oraciones interrogativas, coordinadas, subordinadas, comparativas...

Semántica: Adquisición atendiendo a criterios de funcionalidad: familias semánticas.

Pragmática: Saludos y despedidas, petición, reclamar la atención, ruego, demandas de


información específica, demandas de confirmación o negación…

Marc Monfort y Juárez (1993) propusieron una serie de principios muy interesantes para la
intervención: principio de intensidad y larga duración del tratamiento, principio de precocidad,
principio de prioridad de la comunicación, de potenciación de aptitudes, multisensorial, de
revisión continua...
2. TRASTORNOS GENERALIZADOS DEL DESARROLLO (TGD/AUTISMO).

El autismo y el trastorno generalizado del desarrollo no especificado ("Pervasive Developmental


Disorder-not otherwise specified," o PDD-NOS) son discapacidades del desarrollo que comparten
muchas de las mismas características. Generalmente evidentes antes de los tres años de edad,
tanto el autismo como el PDD-NOS son trastornos neurológicos que afectan la habilidad del niño
en cuanto a comunicación, comprensión del lenguaje, juego, y su relación con los demás.

Se identifican 5 trastornos bajo la categoría de los Trastornos Generalizados del Desarrollo:

AUTISMO

SÍNDROME DE ASPERGER

SÍNDROME DE RETT

SÍNDROME DESINTEGRATIVO DE LA NIÑEZ

TRASTORNO DEL DESARROLLO NO ESPECIFICADO

Trastorno del Desarrollo no Especificado.

En el DSM-IV (Sociedad Americana de Psiquiatría, 2000), el manual diagnóstico utilizado para


clasificar las discapacidades, el "trastorno autista" está catalogado como categoría bajo el título
de "trastorno generalizado del desarrollo." El diagnóstico de trastorno autista se hace cuando el
individuo exhibe 6 o más de 12 síntomas catalogados a través de tres áreas principales:
intercambio social, comunicación, y conducta. Cuando los niños exhiben conductas similares
pero no cumplen con los criterios del trastorno autista, pueden recibir el diagnóstico de
trastorno generalizado del desarrollo no especificado (PDD-NOS). Aunque al diagnóstico se
refiere de PDD-NOS, a través de esta publicación nos referiremos al diagnóstico de PDD, como se
conoce comúnmente en inglés.

El trastorno autista es una de las discapacidades específicamente definidas en el Acta para la


Educación de los Individuos con Discapacidades (IDEA), la legislación federal bajo la cual los
niños y jóvenes con discapacidades reciben servicios de educación especial y servicios
relacionados. IDEA, que utiliza el término "autismo," define el desorden como "una discapacidad
del desarrollo que afecta significativamente la comunicación verbal y no-verbal y la interacción
social, usualmente evidente antes de los tres años de edad, que afecta adversamente el
rendimiento escolar del niño. Otras características a menudo asociadas con el autismo son la
exhibición de actividades repetitivas y movimientos estereotípicos, resistencia a todo cambio en
el medio ambiente o cambios en la rutina diaria, y reacciones poco usuales a las experiencias
sensoriales." (De acuerdo con IDEA y la manera en que se refiere a este desorden en el campo
de las discapacidades, utilizaremos el término "autismo" a través del resto de esta hoja
informativa.)

Debido a la similaridad de las conductas asociadas con el autismo y PDD, el uso del término
trastorno generalizado del desarrollo ha causado algo de confusión entre los padres y
profesionales. Sin embargo, el tratamiento y las necesidades educacionales son similares para
ambos diagnósticos.

De entre los síntomas que presentan los autistas, el trastorno lingüístico es uno de los más
evidentes y el más interesante para el logopeda. Las principales alteraciones del lenguaje son:
Agnosia auditiva verbal: Es la incapacidad para descodificar el lenguaje recibido por vía auditiva y
no se compensa con un esfuerzo para comunicarse mediante elementos no verbales (dibujos,
gestos, etc.). El niño utiliza al adulto como simple objeto para alcanzar su objetivo. Los niños con
esta disfunción lingüística son los más graves, ya que se suele acompañar de retardo mental. Se
asocia con frecuencia a epilepsia. Síndrome fonológico-sintáctico: pobreza semántica y
gramatical acompañada de una vocalización deficiente. Síndrome léxico-sintáctico: Incapacidad
de recordar la palabra adecuada al concepto o a la idea. Trastorno semántico-pragmático del
lenguaje: Alteración del uso social o comunicativo del lenguaje. Los aspectos prácticos del
lenguaje se basan en las habilidades lingüísticas pero también en la capacidad de comunicación,
en la dificultad o facilidad para interpretar el pensamiento del interlocutor. Los aspectos del
lenguaje que pueden estar alterados son los siguientes: Turno de la palabra: en una
conversación, mientras uno habla el otro escucha y viceversa y si no es así la comunicación
queda muy limitada. En niños con trastorno del lenguaje puede haber dificultad en mantener un
turno de palabra correcto durante la comunicación y tienden a adoptar el papel de “hablador”.
Además, los autistas tienen dificultad para utilizar el contacto visual para identificar el turno de
palabra. Inicios de conversación: se necesitan ciertas habilidades lingüísticas y saber qué se
quiere decir y como se puede decir. La capacidad de iniciar una conversación o cambiar de tema
requiere ciertas habilidades mentales – sociales, saber identificar en qué momento el
interlocutor está receptivo para recibir un mensaje e incluso utilizar claves no verbales que
indiquen el comienzo de una conversación. Los niños autistas tienen problemas para el inicio de
una conversación y para cambiar de tema. Dentro de esta alteración del lenguaje se podría
incluir la tendencia de los autistas a repetir la misma pregunta, independientemente de la
respuesta. Lenguaje figurado: nos volvemos a encontrar con una característica del lenguaje en la
que se unen habilidades lingüísticas con habilidades sociales. Cuando hablamos, nuestras frases
están llenas de dobles sentidos, significados implícitos, formas de cortesía, metáforas, giros
gramaticales, etc. que regulan el uso social del lenguaje. Un niño con trastorno específico del
lenguaje se encuentra con serias dificultades para entenderlo y por lo tanto tenderá a
desconectar. Es necesario comprender el pensamiento del otro para participar en el intercambio
de ideas, sentimientos y afectos y el niño autista se encuentra en este aspecto totalmente
desbordado.Clarificaciones: con este término hacemos referencia a la necesidad, para una mejor
comprensión de la conversación, de repetir frases con distintos giros, repetir ideas y conceptos
de manera distinta. Evidentemente es necesario poseer capacidades expresivas lingüísticas pero
también saber cuando el mensaje es detectado de manera correcta. Igualmente, cuando el
interlocutor no entiende bien lo que le dicen pide aclaraciones. El niño autista o con trastornos
del lenguaje puede interpretar que el problema reside en su incapacidad para hacerse entender
y ello le conduce a no preguntar ni pedir aclaraciones. Mutismo selectivo: los niños que padecen
esta alteración pueden hablar correctamente, pero en determinadas situaciones no utilizan
prácticamente ningún lenguaje. Suele darse en niños autistas de funcionamiento alto. Trastornos
de la prosodia: la prosodia se refiere a la entonación y al ritmo que se aplica al lenguaje. En niños
autistas de funcionamiento alto no es raro observar una anomalía en esta propiedad del
lenguaje. Hiperlexia: es un trastorno de la lectura que se da con mucha frecuencia en los niños
autistas, aunque no exclusivamente en ellos, que consiste en la capacidad de leer con una
perfección impropia para su edad pero con una comprensión muy limitada; leen muy bien pero
no entienden nada. Esta dificultad conduce al fracaso escolar y si el problema no es detectado el
niño no puede recibir la ayuda adecuada. Este trastorno se da con mayor frecuencia en niños
autistas de funcionamiento elevado.

Con respecto a la conducta de los autistas puede tener un carácter obsesivo por mostrar un
interés excesivo por determinados objetos o actividades. El autista puede mostrar una autentica
fijación por un objeto por su color, olor, textura, movimiento y lo considera como algo que le
pertenece, por lo que sentirá gran frustración si no lo consigue.En otras ocasiones sucede que no
acepta un cambio de rutina, se siente seguro cuando existe un orden donde los sucesos son
predecibles y lo inesperado lo toman como amenazante. Esta obsesión por el orden puede
conducir a conductas ritualistas, repetitivas. La epilepsia se da con mucha mayor frecuencia
entre los autistas, entre el 4% y el 32%. La epilepsia, en niños con trastorno autista tiende a
manifestarse en dos picos de edad: la época de lactante y la adolescencia. Alrededor del 10% de
las personas autistas tienen habilidades especiales, tienen una capacidad que se considera
sobresaliente. Con frecuencia estas destrezas son espaciales por naturaleza, como los talentos
especiales para la música y el arte. Otra destreza común es la capacidad matemática: algunas
personas autistas pueden multiplicar cifras grandes mentalmente en un lapso corto de tiempo;
otros pueden determinar el día de la semana al darles una fecha específica de la historia, etc.

Síndrome de Asperger: El Trastorno de Asperger, también conocido como Síndrome de Asperger,


o simplemente ‘Asperger’, es un trastorno del desarrollo caracterizado por una ausencia de
habilidades sociales; dificultad con las relaciones sociales, baja coordinación y baja
concentración, y un rango de intereses restringido, pero con inteligencia normal y habilidades de
lenguaje normales en las áreas de vocabulario y gramática. El Trastorno de Asperger suele tener
una edad de aparición posterior a la del Trastorno Autista, o, al menos, se detecta más tarde. Un
individuo con Trastorno de Asperger no muestra un retraso significativo en el desarrollo del
lenguaje; sin embargo, puede tener dificultades para entender las sutilezas utilizadas en una
conversación, tales como la ironía o el humor. Además, mientras que muchos individuos con
autismo presentan retraso mental, una persona con Asperger posee un nivel de inteligencia
normal, o superior a la normal (Sociedad Americana de Autismo, 1995). A veces se refiere
incorrectamente al Asperger como "Autismo de Alto Funcionamiento". A continuación se
presenta el criterio de diagnóstico del Asperger, según el DSM-IV:

A. Dificultades cualitativas de interacción social, que se manifiestan como al menos dos de los
siguientes:

(1) dificultades acusadas en el uso de múltiples comportamientos no verbales, tales como


contacto ocular, expresión facial, posturas del cuerpo, y gestos para regular la acción social,

(2) Incapacidad para establecer relaciones con iguales, adecuadas a su nivel de desarrollo,
(3) Ausencia de la búsqueda espontánea para compartir placer, intereses, o logros, con otras
personas (pe. no mostrar, traer, o señalar objetos de interés),

(4) Ausencia de reciprocidad social o emocional.

(B) Patrones de comportamiento, intereses y actividades restringidas, repetitivas y


estereotipadas, que se manifiestan de al menos una de las sugerentes maneras:

(1) Preocupación absorbente, repetitiva y estereotipada, restringida a uno o más temas de


interés, que es anormal en su intensidad o es su enfoque.

(2) Adherencia aparentemente inflexible a rutinas o rituales específicos y no funcionales.

(3) Manierismos motores estereotipados y repetitivos (pe: retorcimiento o aleteo de dedos y/o
manos, o movimientos complejos con el cuerpo).

(4) Preocupación persistente con partes de objetos.

C. El trastorno causa una discapacidad clínicamente significativa en el área social, ocupacional y


en otras áreas importantes del desarrollo.

D. No existe un retraso clínicamente significativo en el lenguaje (pe: palabras sueltas a la edad de


2 años, frases comunicativas a los 3 años).

E. No existe un retraso clínicamente significativo para su edad cronológica, en el desarrollo


cognitivo, de habilidades de auto-ayuda y comportamiento adaptativo (salvo en la interacción
social), o de curiosidad por el entorno.

F. No se cumplen los criterios de otro Trastorno Generalizado del Desarrollo, o de Esquizofrenia.


(APA, 1994, pp. 77).

Síndrome de Rett: El Trastorno de Rett, también llamado Síndrome de Rett, se diagnostica


principalmente en niñas. En las niñas con síndrome de Rett, el desarrollo transcurre de manera
aparentemente normal hasta los 6 - 18 meses, punto en el cual los padres empiezan a notar un
cambio en el comportamiento de sus hijas, y alguna regresión o pérdida de habilidades,
especialmente en las habilidades motoras gruesas, tales como caminar y moverse. A esto le
sigue una pérdida notoria en habilidades tales como el lenguaje, razonamiento, y uso de las
manos. La repetición de algunos movimientos o gestos sin sentido son una pista importante para
diagnosticar el Trastorno de Rett; estos gestos son, típicamente, un movimiento constante de
"lavado de manos" o de "exprimir con las manos" (Moeschler, Gibbs, & Graham, 1990).Criterios
de Diagnóstico:

A. Todos y cada uno de los siguientes signos:

(1) Desarrollo natal y perinatal aparentemente normales

(2) Desarrollo psicomotor aparentemente normal durante los primeros 5 meses de vida

(3) Circunferencia craneal normal al nacer.

B. Aparición de todos los síntomas que se describen a continuación, después de un período


normal de desarrollo.

(1) Disminución en el ritmo de crecimiento de la cabeza entre las edades de 5 a 48 meses de


edad.

(2) Pérdida de habilidades manuales positivas, previamente adquiridas, entre los 5 y 30 meses
de edad, con el desarrollo subsecuente de movimientos estereotipados de las manos (pe: de
exprimirse o de lavarse las manos).
(3) Pérdida de involucración social al principio de la evolución (aunque, a menudo, la interacción
social se desarrolla posteriormente).

(4) Apariencia descoordinada al andar o en sus movimientos corporales.

(5) Lenguaje expresivo y receptivo severamente dañado, con un severo retraso en el desarrollo
psicomotor. (APA, 1994, pp. 72-73).

Trastorno Desintegrativo de la Niñez: El Trastorno Desintegrativo de la Niñez, que es un trastorno


extremadamente infrecuente, es una clara regresión en múltiples áreas de funcionamiento (tales
como la habilidad para moverse, el control de esfínteres anal y urinario, y habilidades sociales y
de lenguaje) tras un período de al menos 2 años de desarrollo aparentemente normal. Por
definición, el Trastorno Desintegrativo de la Niñez sólo puede diagnosticarse si la aparición de los
síntomas viene precedida de un período de desarrollo normal de al menos 2 años, y la regresión
aparece antes de los 10 años (APA, 1994). A continuación se presenta el criterio del DSM-IV:

A. Desarrollo aparentemente normal durante los primeros 2 años de vida, que se manifiesta por
la presencia de comunicación verbal y no verbal con iguales, relaciones sociales, juego y
comportamiento adaptativo.

B. Pérdida clínicamente significativa de habilidades previamente adquiridas (antes de los 10 años


de edad) en al menos 2 de las siguientes áreas:

(1) Lenguaje expresivo y receptivo

(2) Habilidades sociales o comportamiento adaptativo

(3) Control de esfínteres (anal o urinario)

(4) Juego
(5) Habilidades motoras

C. Anormalidades de funcionamiento en al menos 2 de las siguientes áreas:

(1) Problemas cualitativos en la interacción social (pe: problemas con comportamientos no


verbales, incapacidad para desarrollar relaciones con iguales, falta de reciprocidad emocional),

(2) Incapacidad cualitativa en la comunicación (pe, retraso o ausencia de lenguaje hablado,


incapacidad para iniciar o mantener una conversación, uso repetitivo y estereotipado del
lenguaje, ausencia de juego de pretensión),

(3) Patrones de comportamiento, intereses y actividades estereotipadas, repetitivas y


restringidas.

D. El trastorno no se puede explicar mejor por otro Trastorno Generalizado del Desarrollo
específico, o por Esquizofrenia (APA, 1994, pp. 74-75)

Trastorno Generalizado del Desarrollo No Especificado: Los niños con PDDNOS son aquellos que:
(a) no reúnen el criterio de los síntomas que los médicos utilizan para diagnosticar cualquiera de
los 4 trastornos PDD descritos anteriormente, y/o (b) no tienen el grado de dificultad descrito en
cualquiera de los 4 trastornos PDD específicos.

Según el DSM-IV, ésta categoría sólo debería utilizarse "cuando existe una dificultad severa y
generalizada en el desarrollo de habilidades de comunicación verbales y no verbales en las
interacciones sociales, o cuando existan comportamiento, intereses o actividades estereotípicas,
pero no se cumple suficientemente el criterio para diagnosticar un Trastorno Generalizado del
Desarrollo específico, Esquizofrenia, o Trastorno de Personalidad Esquizofrénica (APA, 1994, pp.
77-78).

Intervención logopédica:
No existe un tratamiento estándar universalmente aceptado para el autismo; de hecho, cada
método tiene sus detractores.Hay una serie de normas básicas que sería importante seguir: El
programa de tratamiento debe estar guiado y precedido de una evaluación rigurosa. Programa
elaborado en base a las posibilidades del niño, teniendo muy en cuenta sus habilidades o puntos
fuertes: habilidades de tipo mecánicas, espaciales, de relación y asociación. Crear un entorno
agradable. Enseñar el valor de la comunicación. Las labores, a ser posible, deben ser diarias,
intensivas, generalizadas a todos los contextos. Intervenciones individualizadas y en grupo.
Activa colaboración entre los padres y los terapeutas, con activa colaboración entre los
participantes. Promover habilidades de aprendizaje funcional, habilidades de comunicación
expresiva. Dar especial importancia a los sistemas de comunicación alternativa, incorporando
tanto las habilidades verbales como los apoyos visuales. Motivar la interacción con otros niños y
establecer intereses en los niños para un adecuado desarrollo para las habilidades de juego,
habilidades psicomotoras finas y gruesas. Establecer rutinas positivas y habilidades de tipo
funcional para poder realizar las actividades de la vida diaria. Es de gran importancia disponer de
centros con experiencia en PDD (Trastorno Profundo del Desarrollo), autismo y otros trastornos
similares para poder ayudar a las familias y a los equipos docentes de las escuelas y centros
especializados para seleccionar la terapia más adecuada para cada individuo. Se han intentado
diferentes tratamientos tradicionales y alternativos para reducir la conducta autista. A algunas
personas se les administra medicamentos para mejorar su bienestar general, pero no hay ningún
fármaco que haya demostrado eficacia contrastada para tratar los síntomas del autismo. La
medicación más frecuentemente administrada a los niños autistas es Rubifen® (Metilfenidato),
que es un estimulante que se utiliza para tratar los trastornos por déficit de atención e
hiperactividad, pero no hay ensayos que hayan demostrado su eficacia en los individuos que
sufren de autismo.

Los dos tratamientos que han recibido mayor atención son: Modificación de la conducta:
reforzamiento positivo para aumentar las conductas “apropiadas” e inhibir las “inapropiadas”,
mejorar la conducta de comunicación y conducta social, etc.Uso de vitamina B6 con
suplementos de magnesio: aumenta el bienestar general y la concentración en el 45% de los
niños. Se ha sugerido que esta combinación reduce las conductas obsesivo/compulsivas en los
autistas. Existen varios informes recientes que indican que la dimetilglicina, un suplemento
alimenticio, posee efectos sobre el bienestar general e incrementa las capacidades de
comunicación, mejora del lenguaje verbal y la capacidad de atención. Otros tratamientos que se
aplican para intentar mejorar los síntomas son:Fenfluramina: un medicamento que disminuye la
concentración de la serotonina en la sangre. Algunos autistas presentan una concentración alta
de serotonina y este medicamento se ha experimentado para ver si los síntomas de estas
personas mejoran.Ciproheptadina: es otro medicamento que disminuye la serotonina.Anafranil®
(clomipramina): un antidepresivo que puede mejorar algún síntoma de autismo.Aremis®,
Besitran® (Sertralina): estudios recientes revelan que con estos antidepresivos hay una mejora
significativa de las conductas profundas y otros síntomas autistas, como la inhibición social, la
rigidez de comportamiento, etc. Existe la evidencia que una intervención temprana en un marco
educativo adecuado nos lleva a una mejoría en el pronóstico de la mayoría de los niños con
autismo, con un 75% de mejora en el área del lenguaje e incrementos significativos en el
rendimiento intelectual.

Los beneficios que se consiguen con una intervención temprana son muchos: Planificación y
tratamiento precoz. Proporcionar apoyo y educación a la familia. Reducir el estrés y la angustia
familiares. Proporcionar cuidados médicos apropiados al niño. Los médicos deben ser
conscientes que los padres normalmente están en lo cierto en lo referente a sus sospechas con
respecto al desarrollo de su hijo; casi siempre, si tienen una sospecha, hay algún problema en
algún aspecto del desarrollo del niño por lo que debe ser valorada y seguida.

En el proceso de intervención haremos hincapié en las dimensiones social, de comunicación y


lenguaje, de anticipación/flexibilidad y de simbolización, que se encuentran más afectadas:

Relaciones sociales

Capacidades de referencia conjunta

Lenguaje expresivo

Lenguaje receptivo

Funciones comunicativas

Ficción e imaginación…

RETRASO MENTAL
El retraso mental (RM) se define como una capacidad intelectual general significativamente
inferior al promedio que se acompaña de limitaciones importantes de la actividad adaptativa
propia de por lo menos dos de las siguientes áreas de habilidades: comunicación, cuidado de sí
mismo, vida doméstica, habilidades sociales/ interpersonales, utilización de recursos
comunitarios, autocontrol, habilidades académicas funcionales, trabajo, ocio, salud y seguridad.
Su inicio debe ser anterior a los 18 años de edad (APA, 1995:41).

La gravedad del RM tiene, lógicamente, una importancia determinante en el diagnóstico y en la


planificación de los programas de intervención (en áreas curriculares, en habilidades de
adaptación: comunicación, autonomía psicosocial, etc.). La especificación de la gravedad se ha
basado tradicionalmente en cuatro grados de intensidad en función de la medida del déficit
intelectual:

Retraso mental leve (o ligero): CI entre 50- 55 y 70.

Retraso mental moderado: CI entre 35-40 y 50- 55.

Retraso mental grave (o severo): CI entre 20- 25 y 35- 40.

Retraso mental profundo: CI inferior a 20 o 25.

Causas del retraso mental. Las más comunes son:

Condiciones genéticas. A veces el retraso mental es causado por genes anormales heredados de
los padres, errores cuando los genes se combinan, u otras razones. Algunos ejemplos de
condiciones genéticas incluyen síndrome de Down, síndrome frágil X, y phenylketonuria (PKU).

Problemas durante el embarazo. Retraso mental puede resultar cuando el bebé no se desarrolla
apropiadamente dentro de su madre. Por ejemplo, puede haber un problema con la manera en
la cual se dividen sus células durante su crecimiento. Una mujer que bebe alcohol o que contrae
una infección como rubéola durante su embarazo puede también tener un bebé con retraso
mental.

Problemas al nacer. Si el bebé tiene problemas durante el parto, como, por ejemplo, si no está
recibiendo suficiente oxígeno, él o ella podrían tener retraso mental.
Problemas de la salud. Algunas enfermedades tales como tos convulsiva, varicela, o meningitis
pueden causar retraso mental. El retraso mental puede también ser causado por malnutrición
extrema (por no comer bien), no recibir suficiente cuidado médico…

El retraso mental no es una enfermedad. No se lo puede contraer de otras personas. El retraso


mental no es un tipo de enfermedad mental, como la depresión. No hay cura para el retraso
mental. Sin embargo, la mayoría de los niños con retraso mental pueden aprender a hacer
muchas cosas. Sólo les toma más tiempo y esfuerzo que a los otros niños.

Evaluación: Aunque es conveniente realizar una evaluación del desarrollo intelectual,


proporciona resultados escasamente útiles para fundamentar los principios de intervención, al
menos los resultados globales. Es importante realizar una evaluación completa del lenguaje, lo
que exigirá el empleo de pruebas estandarizadas y de protocolos y grabaciones en situaciones
naturales, para saber la forma en la que estos niños usan el lenguaje en sus interacciones
cotidianas.

Intervención logopédica: La intervención en el lenguaje del niño con RM debe iniciarse desde los
primeros meses de vida. La estimulación temprana parece más eficaz en la mejora y aceleración
del desarrollo perceptivo- motor que en la adquisición y desarrollo del lenguaje Sin embargo, las
características perceptivas de muchas de las habilidades comunicativas prelingüísticas, por una
parte, y el propio carácter preventivo de la estimulación temprana, por otra, hacen de ésta un
valioso vehículo para la intervención. Por otro lado, parecen más eficaces los programas
altamente estructurados, que será tanto más elaborada cuanto mayor sea el RM. Es necesario
que la estimulación temprana del niño incluya tareas relacionadas con el desarrollo cognitivo y
motor. Otro aspecto a tener en cuenta es la implicación de la familia., ya que se considera que la
colaboración y el compromiso de la familia en la intervención son un factor determinante de su
eficacia. Otro de los aspectos importantes en la intervención es que debe mantenerse un
enfoque evolutivo y que la intervención se realice desde las habilidades que el niño ya domina.
De forma general la intervención es similar a la de los niños que presentan TEL, ya es dependerá
mucho de si el niño posee o no lenguaje oral.

SUJETOS SIN LENGUAJE ORAL

Trabajar los prerrequisitos del lenguaje.


Fomento de aparición de intención comunicativa (limitación de las acciones, empleo de
mediadores simbólicos para conseguir cosas).

Atención, memoria, imitación, contacto ocular, juego simbólico, juegos de turnos, etc.

Enseñanza de sistemas aumentativos/alternativos de comunicación.

Sin ayuda: Bimodal.

Con ayuda: SPC

SUJETOS CON LENGUAJE ORAL

Principios básicos para la intervención:

Comprobar el nivel de atención e imitación.

Intervención muy estructurada.

Grado de participación de padres y tutores.

Niveles de intervención:
Fonológico: Prerrequisitos (atención, percepción y discriminación auditiva. Tono, coordinación y
ejecución motora de las estructuras orofaciales. Coordinación fonorespiratoria…).Producción
fonética. Integración fonética/programación fonológica.

Morfología: Género y número, adjetivos, formas verbales regulares e irregulares, participios,


comparativos y superlativos, sustantivos y adjetivos derivativos, pronombres personales en
función de sujeto y de objeto, reflexivos y posesivos, preposiciones y conjunciones.

Sintaxis: Oraciones simples aumentando su complejidad, oraciones negativas, voz pasiva,


oraciones interrogativas, coordinadas, subordinadas, comparativas...

Semántica: Adquisición atendiendo a criterios de funcionalidad: familias semánticas.

Pragmática: Saludos y despedidas, petición, reclamar la atención, ruego, demandas de


información específica, demandas de confirmación o negación…

Marc Monfort y Juárez (1993) propusieron una serie de principios muy interesantes para la
intervención: principio de intensidad y larga duración del tratamiento, principio de precocidad,
principio de prioridad de la comunicación, de potenciación de aptitudes, multisensorial, de
revisión continua...

2. PARÁLISIS CEREBRAL

En general puede definirse la parálisis cerebral infantil (PC) como la consecuencia de una lesión
que ha sufrido un cerebro en desarrollo y que se caracteriza en que la coordinación de los
músculos no es la correcta, ni tampoco su tono muscular, lo que se refleja en alteraciones más o
menos importantes del movimiento. Las alteraciones en el movimiento serán diferentes según el
tipo de PC de que se trate y según el grado de afectación de la misma.
CLASIFICACIÓN CLÍNICA

Según la localización de la lesión cerebral:

P.C espástica. La lesión se localiza en la corteza motora y vía piramidal intracereblal,


manifestando un aumento exagerado del tono muscular, con disminución de los movimientos
voluntarios. Los movimientos rígidos, bruscos y lentos. Afec6ta en mayor grado a los músculos
exteriores de las piernas y a los flexores de los brazos, y la debilidad de los movimientos
voluntarios afecta también a los labios y a la lengua. Rostro inexpresivo. No hay control del
babeo. Se mueve poco. Los músculos superiores están en semiflexión y los inferiores en
extensión. Puños cerrados con desplazamientos lentos y vacilantes. Espasticidad e hipertonía.
Articulación lenta, con vocales distorsionadas y escape nasal, fallos en el ritmo y espasticidad en
los músculos respiratorios.

P.C atetósica. La lesión se localiza en el sistema extrapiramidal, fundamentalmente en los núcleos


de la base. Aparecen movimientos involuntarios e incoordinados que dificultan la actividad
voluntaria. Existe una afectación en la lengua y en los músculos de la masticación, de la
respiración, y de la articulación. Muecas de la cara y movimientos involuntarios de la lengua. Voz
espasmódica, como un quejido. Movimientos involuntarios consistentes en desplazamientos
espontáneos y lentos, en especial de manos y dedos.

P.C atáxica. La lesión se localiza en el cerebelo. Hay alteración en el movimiento y en la dirección


inicial, en la estabilidad del tronco y en el equilibrio. Descoordinación en la marcha. Incapacidad
para andar en línea recta. Caminan de forma rígida por miedo a caerse. En general se afectan, el
equilibrio, la dirección y la coordinación de los movimientos.

P.C hipotónica. Generalmente son casos que luego evolucionan hacia alguna de las otras formas
de PC. Se caracteriza por un tono muscular general bajo en el que al niño le cuesta mantener la
cabeza, el tronco y otras partes del cuerpo como las piernas.

P.C mixta. Suelen ser una combinación de espasticidad y de atetosis, aunque también pueden
darse combinaciones de los otros tipos.
CLASIFICACIÓN TOPOGRÁFICA

Teniendo en cuenta la parte del cuerpo que está afectada.

Monoplejía. Parálisis de un solo miembro o grupo muscular.

Diplejía. Parálisis que afecta a las partes simétricas del cuerpo.

Hemiplejía. Parálisis de la mitad del organismo por lesión del sistema piramidal.

Triplejía. Parálisis de tres miembros.

Paraplejía. Parálisis de las dos extremidades inferiores.

Tetraplejía. Parálisis conjunta de los miembros superiores e inferiores.

CLASIFICACIÓN SEGÚN LA INTENSIDAD DE LA LESIÓN

Leves. Niños/niñas con movimientos algo torpes, pero con capacidad para la marcha y el habla.

Moderados. Aquellos en los que las dificultades para la marcha y el habla están acrecentadas.
Severos. Aquellos que manifiestan incapacidad para andar y cuyo lenguaje está muy afectado,
teniendo que recurrir a sistemas aumentativos de comunicación.

La PC puede presentar una gran diversidad en cuanto a características de los problemas de


lenguaje. En principio, lo que caracteriza la PC es la dificultad motora en la ejecución del
lenguaje expresivo, tal como se ha dicho, desde problemas muy leves hasta la imposibilidad total
de emitir un sonido comprensible

Evaluación: Además de la necesidad de exploración del neurólogo (tipo, grado de afectación de


la PC, etc.), del otorrinolaringólogo, del fisioterapeuta y psicológica, será necesaria, por parte del
logopeda una exploración del lenguaje, tanto de los aspectos lingüísticos y psicolingüísticos
como de los aspectos motores del habla (partes del cuerpo relacionadas con la emisión de la
voz, reflejos orales, respiración, alimentación, movimiento de los labios, de la lengua, el velo del
paladar, movimiento maxilar, balbuceo, babeo, cara, fonación, voz, articulación...).

Intervención logopédica: El tratamiento de los problemas de lenguaje en la PC está en gran parte


centrado en la actividad motora anormal. No obstante, no debemos olvidar los aspectos
evolutivos y motores del lenguaje. El tratamiento de los aspectos motores (respiración,
articulación, voz...) constituirá una parte muy importante como medio para facilitar la
comunicación en general, la adquisición del lenguaje y la capacidad de expresión.

Las áreas generales que abarcará el tratamiento de logopedia serán:

Comunicación. adquisición del lenguaje, balbuceo.

Facilitación postural.

Alimentación.

Aspectos familiares.

Aspectos escolares.
Tratamiento de los movimientos de la zona oral.

Tratamiento del babeo.

Respiración y fonación.

Emisión vocal.

Dicción, entonación, prosodia.

Sistemas alternativos de comunicación

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Transtorno generalizado del desarrollo (TGD)

Hola, amigos de www.madridlogopedia.com. Hoy os acercamos en nuetro afán por describiros


términos y situaciones relacionadas con la logopedia de una manera cercana y accesible un
término que encierra diferentes trastornos: “TGD” o “Trastorno Generalizado el desarrollo”.

El tema del transtorno generalizado del desarrollo (TGD) es muy ampilo y complejo. Aquí
nosotros solamente queremos dar algunas pinceladas que nos permitan tener una primera idea
sobre el tema.

El T.G.D. es una perturbación grave y generalizada de varias áreas del desarrollo: habilidades
para la interacción social, habilidades para la comunicación o la presencia de comportamientos,
intereses y actividades estereotipadas.

Se identifican 5 trastornos bajo la categoría de los Trastornos Generalizados del


Desarrollo:
– Autismo

– Síndrome de Asperger

– Síndrome de Rett

– Síndrome Desintegrativo de la Niñez

– Trastorno del Desarrollo no


Especificado.

Lo que tiene en común estos trastornos, es que están ALTERADAS TODAS LAS AREAS DEL
DESARROLLO y se concentran en tres áreas principales:

* Comunicación

* Interacción Social

* Conductas repetitivas, restringidas y estereotipadas

Si bien suelen ser pocos los casos en donde los primeros síntomas aparecen desde el inicio de la
infancia trataremos de detallar algunos aspectos característicos de la conducta en los primeros
meses de vida. La mayoría de las descripciones se refieren a conductas que suelen aparecer
desde los 18 meses de edad, pero hay manifestaciones más tempranas que podemos reconocer
como probabilidad de estar conformándose un cuadro de TGD o Autismo.

Inicio de la Infancia
Algunos síntomas que los padres suelen comenzar a percibir están principalmente con la mirada.

Comportamiento

* El bebé no sigue con atención a los objetos o estímulos que se le brindan y mantiene

una mirada fija, algunas veces centrados en estímulos visuales, como luces, brillos,

reflejos o movimientos (como el girar de un ventilador).

* Tendencia a la pasividad: suelen ser bebés muy tranquilos, que no molestan demasiado

y que suelen entretenerse solitos, en algunos casos ni siquiera lloran por hambre o se

despiertan para comer ( lo cual también puede referir a algún tipo de daño neurológico).

* Cuando en el proceso madurativo ya logran sentarse, pueden aparecer movimientos de


balanceo reiterativos, como de acunamiento que realiza siempre solito.

* Puede suceder que el niño comience a golpearse la cabecita, no como forma de agresión sino
mas bien como un “juego”, taparswe los oídos o manipular objetos de forma reiterada e
insistente.

* No disfruta el ser mecido, acunado, arrullado, ignora las canciones y la mayoría de los
estímulos.

En los cuadros relacionados a trastornos neurometabólicos hay una serie de características que
se presentan en el Desarrollo:

* Aparición de algodoncillo en la lengua ( un sarro blanco en la superficie de la lengua)

* Intolerancia a la lactosa ( regurgita la leche y le deben cambiar a leche de fórmula).

* Estreñimiento o diarreas frecuentes.

* Cuadros reiterados de gripas, otitis, faringitis.

* Alergias en la piel.

* Olor muy fuerte en sus heces.

* Halitosis (aliento muy fuerte)

* Aparición de alimentos no digeridos en sus heces.

A partir del Primer Año de Vida

* Comienzan a evitar mirar a los ojos (contacto ocular)


* Se detiene el Desarrollo del lenguaje ( o no se desarrolla o lo va perdiendo paulitinamente.

* Comienza a aislarse.

* Comienza a “jugar” solito,en muchos casos haciendo juegos extraños, no compartidos

* Comienzan a tener un carácter mas irritable, con berrinches frecuentes.

* Comienzan a afectarles los cambios en sus rutinas.

* Empieza a manifestar problemas en su alimentación (se vuelve selectivo y ya no come cosas


que antes comía).

* Aparecen Trastornos en el sueño (se duermen y se despiertan muy rápido, se tardan en dormir,
aparecen “sueños” que los asustan.

Intervención logopédica.

Si observamos estos síntomas, debemos acudir a un profesional que evalue al niño, nos de un
diagnóstico y unas pautas de actuación. La intervención logopédica se hará necesaria; es
fundamental tanto la rapidez del diagnóstico como la rapidez en empezar el tratamiento. Cuanto
antes se empiece mayor será el éxito obtenido.

El programa de tratamiento debe estar guiado y precedido de una evaluación rigurosa. Programa
elaborado en base a las posibilidades del niño, teniendo muy en cuenta sus habilidades o puntos
fuertes: habilidades de tipo mecánicas, espaciales, de relación y asociación. Crear un entorno
agradable. Enseñar el valor de la comunicación. Las labores, a ser posible, deben ser diarias,
intensivas, generalizadas a todos los contextos. Intervenciones individualizadas y activa
colaboración entre los padres y los terapeutas. Promover habilidades de aprendizaje funcional,
habilidades de comunicación expresiva. Dar especial importancia a los sistemas de comunicación
alternativa, incorporando tanto las habilidades verbales como los apoyos visuales. Motivar la
interacción con otros niños y establecer intereses en los niños para un adecuado desarrollo para
las habilidades de juego, habilidades psicomotoras finas y gruesas. Establecer rutinas positivas y
habilidades de tipo funcional para poder realizar las actividades de la vida diaria.

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En medio del revuelo creado por la desaparición del Síndrome de Asperger y la potencial caída
en diagnósticos de autismo a raíz de la propuesta de introducción de un nuevo diagnóstico en el
DSM-5, el Trastorno de la Comunicación ( Social Communication Disorder – SCD) se ha pasado
por alto. Cuando, a finales del año pasado, se anunció la ratificación del DSM-5, el SCD ni
siquiera mereció una mención. Sin embargo, es obvio que va adelante. La web de APA en un PDF
descargable describe el SCD de la siguiente manera:

SCD se caracteriza por una dificultad persistente con la comunicación verbal y no verbal que no
puede explicarse por una capacidad cognitiva baja. Los síntomas incluyen dificultad en la
adquisición y uso del lenguaje hablado y escrito, así como problemas con respuestas
inapropiadas en la conversación. El trastorno limita la comunicación efectiva, relaciones sociales,
los logros académicos, o el desempeño ocupacional. Los síntomas deben estar presentes en la
primera infancia, incluso si no se reconocen hasta más tarde cuando las demandas del habla,
lenguaje, comunicación, superan las capacidades.

En el artículo de Psychiatric News amplían esta información:

Los criterios describen “las dificultades que persisten en el uso social de la comunicación verbal y
no verbal” en cuatro áreas: el uso de la comunicación con fines sociales tales como saludar o
intercambiar información; modificar la comunicación para que coincida con el contexto o las
necesidades del oyente; seguir reglas para la conversación o narración, como tomar turnos en la
conversación; y entender lo que no se dice explícitamente o de forma literal y significados
ambiguos del lenguaje.

Esto suena mucho como el autismo (por lo menos en el “alto funcionamiento”). De hecho, la
principal diferencia entre SCD y TEA en el DSM-5 no es una distinción sutil en el tipo de
discapacidad implicada en la comunicación social, ya que el diagnóstico de TEA implica también
la existencia de comportamientos repetitivos e intereses restringidos:
En los TEA no solo se incluyen los problemas relacionados con la comunicación, también se
tienen en cuenta conductas, intereses y/o actividades restrictivas y repetitivas, equiparando la
importancia a los problemas de comunicación y de conducta.

Mientras Will Mandy y sus colegas han señalado que muchos (si no la mayoría) de niños
diagnosticados correctamente de TGD-ne se ajustan a este perfil. Parece como si SCD sea
esencialmente un cambio de nombre de TGD-ne.

Debido a que los síntomas descritos en la SCD no estaban definidos en las ediciones anteriores
del DSM, muchas personas con estos síntomas pueden haber sido agrupados bajo la categoría
no especificado de trastorno generalizado del desarrollo.

En Psychiatric News, Sue Swedo del grupo de trabajo de Neurodesarrollo del DSM-5 dice:

“Creemos trastorno de la comunicación social incluirá a los niños que en el pasado han sido
diagnosticados con TGD-ne como una forma de llamar la atención a los trastornos de
comunicación social a pesar de la ausencia de intereses restrictivos y comportamientos
repetitivos.”

Esto es confuso, porque durante mucho tiempo el TGD-ne se “incorporaba” los TEA. Desde el
artículo Psychiatric News mismo:

Posiblemente el cambio más importante es … la consolidación de los criterios DSM-IV para el


autismo, Asperger, el trastorno desintegrativo infantil y el Trastorno Generalizado del Desarrollo
no especificado (TGD-ne)-en una categoría diagnóstica denominada trastorno del espectro del
autismo (TEA).

También contradice la línea de APA al respecto de que la prevalencia de los TEA no se verán
afectados por los cambios que trae el DSM-5. Esto se repite en otro nuevo PDF descargable
desde el sitio web de la APA, describiendo Trastorno del Espectro del Autismo.

Los criterios del DSM-5 se pusieron a prueba en la práctica clínica real como parte de los ensayos
de campo del DSM-5 y el análisis de las pruebas que indican que no habrá cambios significativos
en la prevalencia del trastorno. Recientemente, un estudio de largo alcance y actualizado,
publicada por Huerta y colaboradores … encontró que los criterios DSM-5 identifican el 91 por
ciento de los niños con diagnósticos TGD bajo el DSM-IV, lo que sugiere que la mayoría de los
niños con diagnósticos de TGD bajo el DSM-IV conservarán su diagnóstico de TEA utilizando los
nuevos criterios.

Sin embargo, el mismo artículo alude al hecho de que algunas personas podrían ser reubicadas:

Cualquier persona diagnosticada con uno de los cuatro trastornos generalizados del desarrollo
(TGD) del DSM-IV aún debe cumplir con los criterios de TEA en el DSM-5 u otro diagnóstico más
preciso [la cursiva es nuestra]. Mientras que el DSM no esboza el tratamiento recomendado y los
servicios para los trastornos mentales, la determinación de un diagnóstico preciso es el primer
paso para un clínico en la definición de un plan de tratamiento para un paciente.

El resultado es que las personas que cumplan estos criterios estarán mejor con un diagnóstico
SCD de lo que hubieran estado con un diagnóstico de TEA. Dicho de otra manera, las personas
con similares dificultades de comunicación social deben recibir tratamientos diferentes en
función de si tienen o no tienen comportamientos restringidos y repetitivos.

Incluso si esto tiene sentido, en teoría, y aunque no hay pruebas que lo apoyen, el principal
problema desde un punto de vista práctico es que actualmente no hay servicios para personas
con un diagnóstico de SCD, debido a que no existe aún. TGD-ne puede haber sido un diagnóstico
poco elegante y poco definido, pero al menos en algunos lugares (no todos), significaba algo en
términos de acceso a la ayuda e intervención. Esta batalla tendrá que ser peleada. E incluso si el
SCD acaba viéndose reconocida, y se clasificará en el DSM-5 como una forma de trastorno del
lenguaje completamente separado de TEA, por lo que la prestación del servicio es probable que
sea al mismo nivel que el de otros trastornos del lenguaje (es decir, no es bueno).

Una de las principales razones mencionadas para remarcar la distinción entre el TGD-ne,
Asperger y Autismo fue un estudio realizado por Cathy Lord y sus colegas indicando que el uso
de estos diagnósticos diferentes varía ampliamente entre las diferentes clínicas en diferentes
estados.A medida que estos autores admitieron, que esta variabilidad era probable que
condujera a diferencias regionales en la prestación de servicios para los diferentes diagnósticos
(creo que estoy en lo cierto al decir que el valor atípico principal era California donde TGD-ne y el
diagnóstico de Asperger nunca se les dio). Se suponía que el DSM-5 iba a corregir este problema,
pero la preocupación es que vaya a empeorar las cosas.

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La OMS define el Trastorno del Espectro Autista como una disfunción neurológica crónica con
fuerte base genética que, desde edades tempranas, se manifiesta en una serie de síntomas
basados en trastornos en la interacción social, comunicación y falta de flexibilidad en el
razonamiento y el comportamiento.

Síntomas de alerta

Las primeras investigaciones en este campo fueron desarrolladas por Leo Kanner en 1943, pero
los casos descritos por Kanner se centraban en personas con un retraso mental severo y graves
afectaciones en la comunicación. Hoy sabemos que hay tantas variantes de TEA como personas
que lo padecen. Y dado que la sintomatología es tremendamente heterogénea, cada una de las
categorías diagnósticas viene definida por el grado de severidad, la edad de aparición y las
características del trastorno.

Según la clasificación diagnóstica del DSM-IV-TR se identifican cinco tipos de trastornos en los
TGD:

Trastorno autista, autismo infantil o Síndrome de Kanner: su caracterización coincide con la


descrita por Leo Kanner en 1943. Quienes lo padecen presentan alteraciones, en mayor o menor
grado, en las tres áreas principales descritas anteriormente: interacción, comunicación social y
comportamiento.

Trastorno de Asperger o Síndrome de Asperger: se caracteriza por una incapacidad para


establecer relaciones sociales adecuadas a la edad de desarrollo, acompañada de rigidez mental
y comportamental. Se diferencia del trastorno autista porque presenta un desarrollo lingüístico
aparentemente normal, sin que se observe discapacidad intelectual.

Trastorno de Rett o Síndrome de Rett: afecta exclusivamente a las niñas e implica una rápida
regresión motora y de la conducta antes de los 4 años (con estereotipias características como la
de “lavarse las manos”). Este trastorno, causado por mutaciones en el gen MECP2141, se asocia
a una discapacidad intelectual grave.

Trastorno desintegrativo infantil o Síndrome de Heller: trastorno muy poco frecuente en el que,
tras un desarrollo inicial normal, se desencadena (entre los 2 años y los 10 años), una pérdida de
las habilidades adquiridas anteriormente en prácticamente todas las áreas. Se asocia, por lo
general, con una discapacidad intelectual grave y un incremento de alteraciones en el EEG,
acompañados por trastornos convulsivos. Esta sintomatología induce a creer que se trata de una
lesión del sistema nervioso central no identificada.

Trastorno generalizado del desarrollo no especificado: agrupa todos los casos que no recaen
claramente en ninguna de las categorías anteriores o que presentan síntomas de autismo de
forma incompleta o inapropiada en cuanto a la edad de inicio o a la existencia de sintomatología
subliminal.

Etiología y prevalencia

Se desconoce la causa y el origen el TEA aunque los investigadores coinciden en la base biológica
de este trastorno que afecta a 1 niño de cada 100, si bien algunos autores elevan la prevalencia a
1 de cada 68 niños.

La edad de aparición de la sintomatología TEA es muy temprana. Las dificultades se hacen más
evidentes hacia los 2 años. El niño no establece de forma adecuada los prerrequisitos
comunicativos que permitirán una correcta comunicación oral, muestra escaso interés por
interactuar con los demás y realiza acciones aparentemente extrañas.

Tan pronto como los padres observen alguna de estas características en su bebé deben acudir a
su pediatra a fin de que el niño reciba atención temprana e intensiva que permita establecer las
bases para la comunicación y el desarrollo social y cognitivo.

Mientras la ciencia investiga el origen del TEA y sus posibles tratamientos y arroja nueva luz
sobre un trastorno extremadamente complejo, debemos abordar la sintomatología de cada
persona para adaptar su vida, cuanto sea posible, a su entorno cotidiano. Este es el cometido
principal del equipo multidisciplinar de Bla Bla que, a través del análisis integral de los déficits y
fortalezas de cada niño, diseña un plan de intervención con objetivos globales y específicos.

Tratamiento
Todas las intervenciones diseñadas por Bla Bla, con independencia de la sintomatología
mostrada, emplean la motivación y el juego como motor del aprendizaje. El niño o el adulto que
carece de motivación, no aprende. Y esto también es aplicable a los niños con TEA donde
utilizamos un modelo cognitivo-conductual que refuerza o premia las conductas positivas con la
finalidad de consolidarlas. En Bla Bla consideramos fundamental la implicación de la familia y el
colegio en la intervención individualizada. Para ello, diseñamos, con el acuerdo de la familia, un
plan de intervención basado en las características y edad del niño, en el que se prioriza la
atención a las áreas más afectadas pero sin olvidar su desarrollo integral como persona.

Principales áreas de actuación en niños con TEA:

Comunicación y lenguaje: prerrequisitos comunicativos, lenguaje oral, SAACs…

Autonomía personal: alimentación, higiene, vestido…

Relaciones sociales: emociones, juego con iguales…

Aprendizaje cognitivo.

Habilidades de juego.

Psicomotricidad.

Habilidades académicas.

Conducta.

Asesoramiento familiar y escolar

La intervención implica la prestación de asesoramiento y ayuda a la familia, desde el primer


momento, como pieza fundamental del desarrollo del niño.

A partir del trabajo realizado en cada sesión, buscaremos generalizar lo aprendido a todos los
ámbitos en los que se desenvuelve el niño. Esta generalización es parte esencial del tratamiento,
ya que de nada sirven los éxitos y avances logrados si se reducen al entorno de una sesión
controlada. Y, para ello, es imprescindible el trabajo sistematizado con la familia y el colegio.

Integración

Bla Bla respalda firmemente la plena integración social de las personas con TEA. Una sociedad
que no atiende debidamente a la diversidad y a las necesidades educativas especiales no puede
calificarse de justa. Los planes de estudios homogeizantes han demostrado su incapacidad para
aprovechar el potencial de los alumnos diferentes.

Aunque cada vez es mayor el número de instituciones que cuentan con planes de atención a las
necesidades educativas especiales, queda mucho camino por recorrer. Y, en esa carrera de
fondo, los padres, maestros y profesionales de la salud tenemos mucho que aportar para que los
niños con TEA puedan desarrollar al máximo sus capacidades y vivir una vida plena y feliz.

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Trastornos de Espectro Autista

Etimológicamente, el término autismo proviene de la palabra griega eaftismos, cuyo significado


es 'encerrado en uno mismo'. Leo Kanner (1943) nos describe los primeros casos de niños
autistas, en los que detalla su sintomatología básica:

Incapacidad o grave dificultad para relacionarse normalmente, desde un principio, con los
demás.

Importantes alteraciones del lenguaje, que pueden ir desde la falta de desarrollo del lenguaje
hablado a el desarrollo de un lenguaje repetitivo, memorístico y no propositivo.

Aversión a los cambios, que pueden producirle gran ansiedad.

Frédéric Philibert es el padre de un niño autista y por eso ha realizado este cortometraje Mi
hermanito de la luna que nos cuenta las impresiones de una niña sobre su hermanito autista. La
niña intenta explicarnos con su lenguaje sencillo por qué su hermanito es diferente a los demás
niños y nos comenta cómo lo vive.

El cortometraje ganó el Gran Premio y el Premio del Público del Festival Handica-Apicil 2007.

El autismo se enmarca según la clasificación DSM IV en los Trastornos Generalizados del


Desarrollo, caracterizándose por un retraso o funcionamiento anormal en al menos una de las
siguientes áreas, que aparece antes de los 3 años de edad: interacción social, lenguaje utilizado
en la comunicación social, o juego simbólico o imaginativo. En los TGD se ubican otros
trastornos: Trastorno de Rett, Trastorno desintegrativo infantil, Trastorno de Asperger y Trastorno
generalizado del desarrollo no especificado.

Lorna Wing (1979) utilizó término Trastorno de Espectro Autista, planteando lo que se conoce
como "triada de Wing": trastorno de reciprocidad social, trastorno de comunicación verbal y no
verbal y ausencia de capacidad simbólica y conducta imaginativa; a los que posteriormente
añadió, los patrones repetitivos de actividad e intereses. De este modo, el concepto de TEA es
utilizado para la noción dimensional de un 'continuo' (no una categoría), en el que se altera
cualitativamente un conjunto de capacidades. En este continuo de trastornos TEA se da una
diversa afectación de los síntomas clave y los síntomas asociados. El concepto de espectro
autista puede ayudarnos a comprender que, cuando hablamos de autismo y de otros trastornos
profundos del desarrollo, empleamos términos comunes para referirnos a personas muy
diferentes.

En 1.997 el profesor Ángel Rivière desarrolla el I.D.E.A. (Inventario de Espectro Autista) donde a
través de doce dimensiones alteradas en estas personas, con 4 niveles de afectación en cada una
de ellas, se representa todo el espectro. Estas dimensiones se agrupan de tres en tres, formando
cuatro bloques que se corresponden con los cuatro apartados de Lorna Wing.

Triada de Wing IDEA

Trastorno de reciprocidad social Trastorno cualitativo de la relación social

Trastorno de las capacidades de referencia conjunta

Trastorno de las capacidades intersubjetivas y mentalistas

Trastorno de comunicación verbal y no verbal Trastorno de las funciones comunicativas

Trastorno cualitativo del lenguaje expresivo

Trastorno cualitativo del lenguaje receptivo

Patrones repetitivos de actividad e intereses Trastorno de las competencias de anticipación

Trastorno de la flexibilidad mental y comportamental

Trastorno del sentido de la actividad propia

Ausencia de capacidad simbólica y conducta imaginativa Trastorno de la imaginación y de las


capacidades de ficción

Trastorno de la imitación

Trastornos de la suspensión

Esta sintomatología básica puede ir acompañada de otros síntomas o trastornos:


Deficiencia mental

Hiperactividad (infancia) o Hipoactividad (adolescencia y edad adulta)

Baja tolerancia a la frustración

Autoagresividad

Alteraciones del sueño

Dificultades motoras

Crisis epilépticas

La naturaleza y la expresión concreta de las alteraciones, que las personas con espectro autista
presentan dependen de otros factores:

la asociación o no con retraso mental más o menos severo,

la gravedad del trastorno que presentan,

la edad

la adecuación y eficiencia de los tratamientos utilizados y de las experiencias de aprendizaje,

el apoyo de la familia.

Por todo ello podemos decir que no hay dos personas con TEA que requieran un mismo proceso
de rehabilitación, sino que este se deberá adaptar a las necesidades que plantee cada uno de los
casos. Es necesario para ello que "entendamos" las necesidades que ellos tienen y respetando su
"idiosincrasia" apoyar con los recursos necesarios para ello su desarrollo personal, favoreciendo
su mayor autonomía

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Los trastornos generalizados del desarrollo (TGD) tienen en común una asociación de síntomas
conocida con el nombre de tríada de Wing, del nombre de la investigadora inglesa que probó
mediante un estudio clínico y estadístico que esta asociación de tres categorías de síntomas
aparecía más a menudo que la simple casualidad, porque se trataba de un síndrome (conjunto
de síntomas que actúan en conjunto). Son:

trastornos de la comunicación verbal y no verbal


trastornos de las relaciones sociales

centros de interés restringidos y/o conductas repetitivas

La gravedad de los síntomas varía de una persona a otra (de ahí la subdivisión actual en 5
categorías). Es variable en el transcurso de la vida, con una relativa tendencia espontánea a la
mejora incluso en ausencia de una responsabilidad educativa específica, pero esta evolución
espontánea favorable sigue en general siendo muy modesta salvo en las formas menos severas,
y excluyendo el síndrome de Rett, cuya evolución neurológica es particular. Por tanto, es posible
que varias personas que presenten dificultades de intensidad muy variables reciban el
diagnóstico de TGD. De ahí la noción de “espectro autista” para designar la extensión de los
trastornos característicos de los TGD.

La clasificación DSM-IV permite utilizar el diagnóstico de “trastorno generalizado del desarrollo


no especificado” (TGD-NE) para dar cuenta de situaciones en que los trastornos no están
presentes más que en dos de las tres categorías de síntomas, o hasta en una sola de los tres.
Muchas personas presentan alteraciones en las tres áreas del desarrollo: interacción social,
comunicación y conducta pero no presentan las características claras para poder definirlas en los
criterios clínicos para un trastorno especifico, el sujeto presenta las tres principales áreas del
desarrollo afectadas pero no manifiesta los comportamientos descritos en los 4 trastornos
específicos, solo presenta unas pocas conductas de alguno de éstos trastornos, es decir, presenta
“rasgos” de conducta, lo que no alcanza para incluirlo en ninguno de ellos, por ello, es llamado
“Trastorno Residual “, es decir, en un Trastorno Generalizado del Desarrollo No Especificado, es
una traducción del inglés de las siglas PDD NOS (Trastornos pervasivos del Desarrollo No
Especificado).Para llegar a la conclusión de que un niño tiene un PPD-NOS se realiza un
diagnóstico diferencial, es decir, se descartan el autismo y el sindrome de Asperger.

Así, los trastornos de comunicación pueden ir del mutismo total con incomprensión del lenguaje
hablado y escrito y ausencia de mímicas congruentes al humor, a dificultades de comunicación
que se engloban esencialmente en la comunicación verbal (en particular en el aspecto de la
comprensión de los mensajes implícitos) y no verbal (comunicación gestual, expresiones del
rostro) y en la adaptación al interlocutor. En estos casos, el vocabulario puede ser incluso
preciso, hasta pedante, y el tono de voz o la entonación pueden parecer extraños, pero no son
criterios obligatorios. Los trastornos de la socialización pueden ir desde la ausencia de búsqueda
de contactos sociales (incluso para satisfacer necesidades fisiológicas como el hambre), hasta
situaciones en las que la persona intenta tener amigos pero no sabe cómo hacerlo, o bien es
presa fácil de la picardía de los demás debido a una gran ingenuidad (muy superior a la que se
podrían esperar en una persona de la misma edad y CI similar).
Finalmente, los centros de interés restringidos y las conductas repetitivas pueden variar
también, desde situaciones en las que la persona no se va a ocupar más que de conductas
repetitivas y no funcionales (actividad de recuento, estereotipias gestuales, tics, muecas,
deambulación, etc.) hasta perseverancias, dificultades en abordar otros asuntos de conversación
aparte de los centros de interés de la persona, o compulsiones, obsesiones que pueden evocar a
primera vista un trastorno obsesivo-compulsivo. En las formas menos severas de TGD sucede
que la persona afectada se dé cuenta del carácter fuera de lo común de sus centros de interés, y
desarrolla estrategias para disimularlos, o disminuir el impacto sobre su vida social.

No es excepcional encontrar a varias personas afectadas de trastornos generalizados del


desarrollo a diferentes grados en una misma familia.

Algunas características particulares

Comienza antes de los 36 meses.

Clara falta de respuesta a los demás (no fija la mirada, no responde a besos, caricias)

Deficiencias en el desarrollo del lenguaje.

Si hay lenguaje, tiene un patrón especial, con ecolalia inmediata o demorada, lenguaje
metafórico o inversión de pronombres.

Respuesta extraña a diferentes aspectos del ambiente: resistencia al cambio e interés o vínculos
con ciertos objetos.

Dificultades en la percepción del cuerpo.

Ausencia de conductas comunicativas para compartir experiencia

Pensamiento estructurado

Diferentes posibilidades de aprendizaje

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ASTORNO GENERALIZADO DEL DESARROLLO (TGD) / AUTISMO.

El autismo y el trastorno generalizado del desarrollo no especificado ("Pervasive Developmental


Disorder-not otherwise specified," o PDD-NOS) son discapacidades del desarrollo que comparten
muchas de las mismas características. Generalmente evidentes antes de los tres años de edad,
tanto el autismo como el PDD-NOS son trastornos neurológicos que afectan la habilidad del niño
en cuanto a comunicación, comprensión del lenguaje, juego, y su relación con los demás.

se identifican 5 trastornos bajo la categoría de los Trastornos Generalizados del Desarrollo:

Autismo

Síndrome de Asperger

Síndrome de Rett

Síndrome Desintegrativo de la Niñez

Trastorno del Desarrollo no Especificado.

En el DSM-IV (Sociedad Americana de Psiquiatría, 2000), el manual diagnóstico utilizado para


clasificar las discapacidades, el "trastorno autista" está catalogado como categoría bajo el título
de "trastorno generalizado del desarrollo." El diagnóstico de trastorno autista se hace cuando el
individuo exhibe 6 o más de 12 síntomas catalogados a través de tres áreas principales:
intercambio social, comunicación, y conducta. Cuando los niños exhiben conductas similares
pero no cumplen con los criterios del trastorno autista, pueden recibir el diagnóstico de
trastorno generalizado del desarrollo no especificado (PDD-NOS). Aunque al diagnóstico se
refiere de PDD-NOS, a través de esta publicación nos referiremos al diagnóstico de PDD, como se
conoce comunmente en inglés.

El trastorno autista es una de las discapacidades específicamente definidas en el Acta para la


Educación de los Individuos con Discapacidades (IDEA), la legislación federal bajo la cual los
niños y jóvenes con discapacidades reciben servicios de educación especial y servicios
relacionados. IDEA, que utiliza el término "autismo," define el desorden como "una discapacidad
del desarrollo que afecta significativamente la comunicación verbal y no-verbal y la interacción
social, usualmente evidente antes de los tres años de edad, que afecta adversamente el
rendimiento escolar del niño. Otras características a menudo asociadas con el autismo son la
exhibición de actividades repetitivas y movimientos estereotípicos, resistencia a todo cambio en
el medio ambiente o cambios en la rutina diaria, y reacciones poco usuales a las experiencias
sensoriales." (De acuerdo con IDEA y la manera en que se refiere a este desorden en el campo
de las discapacidades, utilizaremos el término "autismo" a través del resto de esta hoja
informativa.)

Debido a la similaridad de las conductas asociadas con el autismo y PDD, el uso del término
trastorno generalizado del desarrollo ha causado algo de confusión entre los padres y
profesionales. Sin embargo, el tratamiento y las necesidades educacionales son similares para
ambos diagnósticos.

De entre los síntomas que presentan los autistas, el trastorno lingüístico es uno de los más
evidentes y el más interesante para el logopeda.Las principales alteraciones del lenguaje son:
Agnosia auditiva verbal: Es la incapacidad para descodificar el lenguaje recibido por vía auditiva y
no se compensa con un esfuerzo para comunicarse mediante elementos no verbales (dibujos,
gestos, etc.). El niño utiliza al adulto como simple objeto para alcanzar su objetivo. Los niños con
esta disfunción lingüística son los más graves, ya que se suele acompañar de retardo mental. Se
asocia con frecuencia a epilepsia.Síndrome fonológico-sintáctico: pobreza semántica y gramatical
acompañada de una vocalización deficiente. Síndrome léxico-sintáctico: Incapacidad de recordar
la palabra adecuada al concepto o a la idea.Trastorno semántico-pragmático del lenguaje:
Alteración del uso social o comunicativo del lenguaje. Los aspectos prácticos del lenguaje se
basan en las habilidades lingüísticas pero también en la capacidad de comunicación, en la
dificultad o facilidad para interpretar el pensamiento del interlocutor. Los aspectos del lenguaje
que pueden estar alterados son los siguientes:Turno de la palabra: en una conversación,
mientras uno habla el otro escucha y viceversa y si no es así la comunicación queda muy
limitada. En niños con trastorno del lenguaje puede haber dificultad en mantener un turno de
palabra correcto durante la comunicación y tienden a adoptar el papel de “hablador”. Además,
los autistas tienen dificultad para utilizar el contacto visual para identificar el turno de
palabra.Inicios de conversación: se necesitan ciertas habilidades lingüísticas y saber qué se
quiere decir y como se puede decir. La capacidad de iniciar una conversación o cambiar de tema
requiere ciertas habilidades mentales – sociales, saber identificar en qué momento el
interlocutor está receptivo para recibir un mensaje e incluso utilizar claves no verbales que
indiquen el comienzo de una conversación. Los niños autistas tienen problemas para el inicio de
una conversación y para cambiar de tema. Dentro de esta alteración del lenguaje se podría
incluir la tendencia de los autistas a repetir la misma pregunta, independientemente de la
respuesta. Lenguaje figurado: nos volvemos a encontrar con una característica del lenguaje en la
que se unen habilidades lingüísticas con habilidades sociales. Cuando hablamos, nuestras frases
están llenas de dobles sentidos, significados implícitos, formas de cortesía, metáforas, giros
gramaticales, etc. que regulan el uso social del lenguaje. Un niño con trastorno específico del
lenguaje se encuentra con serias dificultades para entenderlo y por lo tanto tenderá a
desconectar. Es necesario comprender el pensamiento del otro para participar en el intercambio
de ideas, sentimientos y afectos y el niño autista se encuentra en este aspecto totalmente
desbordado.Clarificaciones: con este término hacemos referencia a la necesidad, para una mejor
comprensión de la conversación, de repetir frases con distintos giros, repetir ideas y conceptos
de manera distinta. Evidentemente es necesario poseer capacidades expresivas lingüísticas pero
también saber cuando el mensaje es detectado de manera correcta. Igualmente, cuando el
interlocutor no entiende bien lo que le dicen pide aclaraciones. El niño autista o con trastornos
del lenguaje puede interpretar que el problema reside en su incapacidad para hacerse entender
y ello le conduce a no preguntar ni pedir aclaraciones. Mutismo selectivo: los niños que padecen
esta alteración pueden hablar correctamente, pero en determinadas situaciones no utilizan
prácticamente ningún lenguaje. Suele darse en niños autistas de funcionamiento alto.Trastornos
de la prosodia: la prosodia se refiere a la entonación y al ritmo que se aplica al lenguaje. En niños
autistas de funcionamiento alto no es raro observar una anomalía en esta propiedad del
lenguaje. Hiperlexia: es un trastorno de la lectura que se da con mucha frecuencia en los niños
autistas, aunque no exclusivamente en ellos, que consiste en la capacidad de leer con una
perfección impropia para su edad pero con una comprensión muy limitada; leen muy bien pero
no entienden nada. Esta dificultad conduce al fracaso escolar y si el problema no es detectado el
niño no puede recibir la ayuda adecuada. Este trastorno se da con mayor frecuencia en niños
autistas de funcionamiento elevado.

Con respecto a la conducta de los autistas puede tener un carácter obsesivo por mostrar un
interés excesivo por determinados objetos o actividades. El autista puede mostrar una autentica
fijación por un objeto por su color, olor, textura, movimiento y lo considera como algo que le
pertenece, por lo que sentirá gran frustración si no lo consigue.En otras ocasiones sucede que no
acepta un cambio de rutina, se siente seguro cuando existe un orden donde los sucesos son
predecibles y lo inesperado lo toman como amenazante. Esta obsesión por el orden puede
conducir a conductas ritualistas, repetitivas.La epilepsia se da con mucha mayor frecuencia entre
los autistas, entre el 4% y el 32%. La epilepsia, en niños con trastorno autista tiende a
manifestarse en dos picos de edad: la época de lactante y la adolescencia.Alrededor del 10% de
las personas autistas tienen habilidades especiales, tienen una capacidad que se considera
sobresaliente. Con frecuencia estas destrezas son espaciales por naturaleza, como los talentos
especiales para la música y el arte. Otra destreza común es la capacidad matemática: algunas
personas autistas pueden multiplicar cifras grandes mentalmente en un lapso corto de tiempo;
otros pueden determinar el día de la semana al darles una fecha específica de la historia, etc.

Síndrome de Asperger:El Trastorno de Asperger, también conocido como Síndrome de Asperger,


o simplemente ‘Asperger’, es un trastorno del desarrollo caracterizado por una ausencia de
habilidades sociales; dificultad con las relaciones sociales, baja coordinación y baja
concentración, y un rango de intereses restringido, pero con inteligencia normal y habilidades de
lenguaje normales en las áreas de vocabulario y gramática. El Trastorno de Asperger suele tener
una edad de aparición posterior a la del Trastorno Autista, o, al menos, se detecta más tarde. Un
individuo con Trastorno de Asperger no muestra un retraso significativo en el desarrollo del
lenguaje; sin embargo, puede tener dificultades para entender las sutilezas utilizadas en una
conversación, tales como la ironía o el humor. Además, mientras que muchos individuos con
autismo presentan retraso mental, una persona con Asperger posee un nivel de inteligencia
normal, o superior a la normal (Sociedad Americana de Autismo, 1995). A veces se refiere
incorrectamente al Asperger como "Autismo de Alto Funcionamiento". A continuación se
presenta el criterio de diagnóstico del Asperger, según el DSM-IV:

A. Dificultades cualitativas de interacción social, que se manifiestan como al menos dos de los
siguientes:

(1) dificultades acusadas en el uso de múltiples comportamientos no verbales, tales como


contacto ocular, expresión facial, posturas del cuerpo, y gestos para regular la acción social,

(2) Incapacidad para establecer relaciones con iguales, adecuadas a su nivel de desarrollo,

(3) Ausencia de la búsqueda espontánea para compartir placer, intereses, o logros, con otras
personas (pe. no mostrar, traer, o señalar objetos de interés),

(4) Ausencia de reciprocidad social o emocional.

(B) Patrones de comportamiento, intereses y actividades restringidos, repetitivos y


estereotipados, que se manifiestan de al menos una de las sugerentes maneras:

(1) Preocupación absorbente, repetitiva y estereotipada, restringida a uno o más temas de


interés, que es anormal en su intensidad o es su enfoque.
(2) Adherencia aparentemente inflexible a rutinas o rituales específicos y no funcionales.

(3) Manerismos motores estereotipados y repetitivos (pe: retorcimiento o aleteo de dedos y/o
manos, o movimientos complejos con el cuerpo).

(4) Preocupación persistente con partes de objetos.

C. El trastorno causa una discapacidad clínicamente significativa en el área social, ocupacional y


en otras áreas importantes del desarrollo.

D. No existe un retraso clínicamente significativo en el lenguaje (pe: palabras sueltas a la edad de


2 años, frases comunicativas a los 3 años).

E. No existe un retraso clínicamente significativo para su edad cronológica, en el desarrollo


cognitivo, de habilidades de auto-ayuda y comportamiento adaptativo (salvo en la interacción
social), o de curiosidad por el entorno.

F. No se cumplen los criterios de otro Trastorno Generalizado del Desarrollo, o de Esquizofrenia.


(APA, 1994, pp 77).

Síndrome de Rett: El Trastorno de Rett, también llamado Síndrome de Rett, se diagnostica


principalmente en niñas. En las niñas con síndrome de Rett, el desarrollo transcurre de manera
aparentemente normal hasta los 6 - 18 meses, punto en el cual los padres empiezan a notar un
cambio en el comportamiento de sus hijas, y alguna regresión o pérdida de habilidades,
especialmente en las habilidades motoras gruesas, tales como caminar y moverse. A esto le
sigue una pérdida notoria en habilidades tales como el lenguaje, razonamiento, y uso de las
manos. La repetición de algunos movimientos o gestos sin sentido son una pista importante para
diagnosticar el Trastorno de Rett; estos gestos son, típicamente, un movimiento constante de
"lavado de manos" o de "exprimir con las manos" (Moeschler, Gibbs, & Graham, 1990).Criterios
de Diagnóstico:
A. Todos y cada uno de los siguientes signos:

(1) Desarrollo natal y perinatal aparentemente normales

(2) Desarrollo psicomotor aparentemente normal durante los primeros 5 meses de vida

(3) Circunferencia craneal normal al nacer.

B. Aparición de todos los síntomas que se describen a continuación, después de un período


normal de desarrollo.

(1) Disminución en el ritmo de crecimiento de la cabeza entre las edades de 5 a 48 meses e


edad.

(2) Pérdida de habilidades manuales positivas, previamente adquiridas, entre los 5 y 30 meses
de edad, con el desarrollo subsecuente de movimientos estereotipados de las manos (pe: de
exprimirse o de lavarse las manos).

(3) Pérdida de involucración social al principio de la evolución (aunque, a menudo, la interacción


social se desarrolla posteriormente).

(4) Apariencia descoordinada al andar o en sus movimientos corporales.

(5) Lenguaje expresivo y receptivo severamente dañado, con un severo retraso en el desarrollo
psicomotor. (APA, 1994, pp 72-73).

Trastorno Desintegrativo de la Niñez:El Trastorno Desintegrativo de la Niñez, que es un trastorno


extremadamente infrecuente, es una clara regresión en múltiples áreas de funcionamiento (tales
como la habilidad para moverse, el control de esfínteres anal y urinario, y habilidades sociales y
de lenguaje) tras un período de al menos 2 años de desarrollo aparentemente normal. Por
definición, el Trastorno Desintegrativo de la Niñez sólo puede diagnosticarse si la aparición de los
síntomas viene precedida de un período de desarrollo normal de al menos 2 años, y la regresión
aparece antes de los 10 años (APA, 1994). A continuación se presenta el criterio del DSM-IV:

A. Desarrollo aparentemente normal durante los primeros 2 años de vida, que se manifiesta por
la presencia de comunicación verbal y no verbal con iguales, relaciones sociales, juego y
comportamiento adaptativo.

B. Pérdida clínicamente significativa de habilidades previamente adquiridas (antes de los 10 años


de edad) en al menos 2 de las siguientes áreas:

(1) Lenguaje expresivo y receptivo

(2) Habilidades sociales o comportamiento adaptativo

(3) Control de esfínteres (anal o urinario)

(4) Juego

(5) Habilidades motoras

C. Anormalidades de funcionamiento en al menos 2 de las siguientes áreas:

(1) Problemas cualitativos en la interacción social (pe: problemas con comportamientos no


verbales, incapacidad para desarrollar relaciones con iguales, falta de reciprocidad emocional),

(2) Incapacidad cualitativa en la comunicación (pe, retraso o ausencia de lenguaje hablado,


incapacidad para iniciar o mantener una conversación, uso repetitivo y estereotipado del
lenguaje, ausencia de juego de pretensión),

(3) Patrones de comportamiento, intereses y actividades estereotipadas, repetitivas y


restringidas.

D. El trastorno no se puede explicar mejor por otro Trastorno Generalizado del Desarrollo
específico, o por Esquizofrenia (APA, 1994, pp 74-75)

Trastorno Generalizado del Desarrollo No Especificado: Los niños con PDDNOS son aquellos que:
(a) no reúnen el criterio de los síntomas que los médicos utilizan para diagnosticar cualquiera de
los 4 trastornos PDD descritos anteriormente, y/o (b) no tienen el grado de dificultad descrito en
cualquiera de los 4 trastornos PDD específicos.

Según el DSM-IV, ésta categoría sólo debería utilizarse "cuando existe una dificultad severa y
generalizada en el desarrollo de habilidades de comunicación verbales y no verbales en las
interacciones sociales, o cuando existan comportamiento, intereses o actividades estereotípicas,
pero no se cumple suficientemente el criterio para diagnosticar un Trastorno Generalizado del
Desarrollo específico, Esquizofrenia, o Trastorno de Personalidad Esquizofrénica (APA, 1994, pp
77-78).

Intervención logopédica:

No existe un tratamiento estándar universalmente aceptado para el autismo; de hecho, cada


método tiene sus detractores.Hay una serie de normas básicas que sería importante seguir:El
programa de tratamiento debe estar guiado y precedido de una evaluación rigurosa. Programa
elaborado en base a las posibilidades del niño, teniendo muy en cuenta sus habilidades o puntos
fuertes: habilidades de tipo mecánicas, espaciales, de relación y asociación.Crear un entorno
agradable. Enseñar el valor de la comunicación.Las labores, a ser posible, deben ser diarias,
intensivas, generalizadas a todos los contextos.Intervenciones individualizadas y en grupo.Activa
colaboración entre los padres y los terapeutas, con activa colaboración entre los
participantes.Promover habilidades de aprendizaje funcional, habilidades de comunicación
expresiva. Dar especial importancia a los sistemas de comunicación alternativa, incorporando
tanto las habilidades verbales como los apoyos visuales. Motivar la interacción con otros niños y
establecer intereses en los niños para un adecuado desarrollo para las habilidades de juego,
habilidades psicomotoras finas y gruesas.Establecer rutinas positivas y habilidades de tipo
funcional para poder realizar las actividades de la vida diaria. Es de gran importancia disponer de
centros con experiencia en PDD (Trastorno Profundo del Desarrollo), autismo y otros trastornos
similares para poder ayudar a las familias y a los equipos docentes de las escuelas y centros
especializados para seleccionar la terapia más adecuada para cada individuo.Se han intentado
diferentes tratamientos tradicionales y alternativos para reducir la conducta autista. A algunas
personas se les administra medicamentos para mejorar su bienestar general, pero no hay ningún
fármaco que haya demostrado eficacia contrastada para tratar los síntomas del autismo.La
medicación más frecuentemente administrada a los niños autistas es Rubifen® (Metilfenidato),
que es un estimulante que se utiliza para tratar los trastornos por déficit de atención e
hiperactividad, pero no hay ensayos que hayan demostrado su eficacia en los individuos que
sufren de autismo.

Los dos tratamientos que han recibido mayor atención son:Modificación de la conducta:
reforzamiento positivo para aumentar las conductas “apropiadas” e inhibir las “inapropiadas”,
mejorar la conducta de comunicación y conducta social, etc.Uso de vitamina B6 con
suplementos de magnesio: aumenta el bienestar general y la concentración en el 45% de los
niños. Se ha sugerido que esta combinación reduce las conductas obsesivo/compulsivas en los
autistas.Existen varios informes recientes que indican que la dimetilglicina, un suplemento
alimenticio, posee efectos sobre el bienestar general e incrementa las capacidades de
comunicación, mejora del lenguaje verbal y la capacidad de atención.Otros tratamientos que se
aplican para intentar mejorar los síntomas son:Fenfluramina: un medicamento que disminuye la
concentración de la serotonina en la sangre. Algunos autistas presentan una concentración alta
de serotonina y este medicamento se ha experimentado para ver si los síntomas de estas
personas mejoran.Ciproheptadina: es otro medicamento que disminuye la serotonina.Anafranil®
(clomipramina): un antidepresivo que puede mejorar algún síntoma de autismo.Aremis®,
Besitran® (Sertralina): estudios recientes revelan que con estos antidepresivos hay una mejora
significativa de las conductas profundas y otros síntomas autistas, como la inhibición social, la
rigidez de comportamiento, etc. Existe la evidencia que una intervención temprana en un marco
educativo adecuado nos lleva a una mejoría en el pronóstico de la mayoría de los niños con
autismo, con un 75% de mejora en el área del lenguaje e incrementos significativos en el
rendimiento intelectual.

Los beneficios que se consiguen con una intervención temprana son muchos:Planificación y
tratamiento precoz.Proporcionar apoyo y educación a la familia. Reducir el estrés y la angustia
familiares.Proporcionar cuidados médicos apropiados al niño.Los médicos deben ser conscientes
que los padres normalmente están en lo cierto en lo referente a sus sospechas con respecto al
desarrollo de su hijo; casi siempre, si tienen una sospecha, hay algún problema en algún aspecto
del desarrollo del niño por lo que debe ser valorada y seguida.
En el proceso de intervención haremos hincapié en las dimensiones social, de comunicación y
lenguaje, de anticipación/ flexibilidad y de simbolización, que se encuentran más afectadas:

Relaciones sociales

Capacidades de referencia conjunta

Capacidades intersubjetivas y mentalistas

Funciones comunicativas

Lenguaje expresivo

Lenguaje receptivo

Anticipación

Flexibilidad

Sentido de la actividad

Ficción e imaginación

Imitación

Suspensión (capacidad de crear significantes)

Otras consideraciones:

Probablemente los pacientes necesiten de un sistema alternativo/ aumentativo de


comunicación, como el de Comunicación Total de Schaeffer, Bimodal.

La cognición se puede trabajar a través de materiales manipulativo (ya que les resultan
especialmente llamativos).

Hacer el mundo que le rodea más estructurado y predecible para que pueda anticipar lo que
sucede.

Utilizar señales claras. No emplear un exceso de lenguaje.

No plantear siempre las mismas tareas

Evitar las ayudas excesivas.

Utilizar frecuente códigos viso- espaciales favorecer su comprensión: por ejemplo, los
pictogramas que muestran lo que se va a hacer y que sirven como “agendas” son muy útiles.

Plantear actividades funcionales que puedan tener algún sentido para la trayectoria personal del
paciente

Intentar sustituir las conductas disfuncionales por otras funcionales...

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