Académique Documents
Professionnel Documents
Culture Documents
ENFERMEDAD CEREBROVASCULAR
Integrantes:
Acosta Maryoris, C.I: 21.459.092
Arroyo Nelson, C.I: 23.904.521
González Génesis, C.I: 21.222.174
Mendes María, C.I: 24.155.328
Rangel Iván, C.I: 16.138.814
Rosales Jairo, C.I: 23.815.490
Suárez Yheiza, C.I: 22.261.224
1. ETIOLOGÍA
Definición:
Clasificación:
Del mismo modo los coágulos de sangre pueden ocasionar isquemia e infarto de dos
formas. Un coágulo que se forma en una parte del cuerpo fuera del cerebro puede
trasladarse a través de los vasos sanguíneos y quedar atrapado en una arteria cerebral.
Este coágulo libre se denomina émbolo y a menudo se forma en el corazón. Un
accidente cerebrovascular ocasionado por un émbolo se denomina accidente
cerebrovascular embólico. La segunda clase de accidente cerebrovascular isquémico,
llamado accidente cerebrovascular trombótico, es ocasionado por una trombosis. Una
trombosis es la formación de un coágulo de sangre en una de las arterias cerebrales que
permanece fijo a la pared arterial hasta que aumenta de tamaño, lo suficiente para
bloquear el flujo de sangre al cerebro.
Asimismo la hemorragia puede ocurrir cuando las paredes arteriales se rompen. Las
paredes arteriales incrustadas con placa pierden con el tiempo su elasticidad y se tornan
quebradizas y delgadas, propensas a romperse. La hipertensión o la alta presión
sanguínea aumentan el riesgo de que una pared arterial quebradiza ceda y libere sangre
dentro del tejido cerebral circundante.
Síntomas:
• Hemiplejia contralateral.
ARTERIA CEREBRAL • Disminución de la fluidez verbal.
ANTERIOR • Disfunción ejecutiva.
• Síndrome de desconexión.
• Afasia transcortical motora.
• Disminución en la capacidad para el procesamiento
mental.
• Afasia de Broca.
• Afasia de Conducción.
ARTERIA CEREBRAL • Afasia de Wernicke.
MEDIA • Déficit sensitivomotor contralateral.
• Agrafía.
• Acalculia.
• Alexia.
• Apraxia constructiva.
• Trastornos de memoria.
ARTERIA CEREBRAL • Déficit visual contralateral.
POSTERIOR • Agnosias visuales.
• Alexia pura.
• Trastornos visoespaciales.
• Desorientación topográfica y espacial.
• Prosopagnosia.
Patologías.
Demencia vascular
Es el síndrome que cursa con demencia secundaria a lesiones cerebrales causadas por
enfermedad cerebrovascular. Para definir demencia vascular se precisa de tres
requisitos: el paciente debe cumplir criterios de demencia, debe haber evidencia de
enfermedad cerebrovascular por historia, exploración y técnicas de neuroimagen, y
ambos requisitos deben estar razonablemente relacionados. Son hechos sugerentes de
demencia vascular: deterioro intelectual agudo en los tres meses siguientes a un
accidente vascular cerebral con posterior evolución fluctuante o escalonada, historia de
alteración de la marcha y caídas frecuentes, signos positivos en la exploración
neurológica (motores, sensitivos, campimétricos, seudobulbares o extrapiramidales),
predominio de déficit cognitivos subcorticales sobre los corticales y presencia de
factores de riesgo cardiovascular.
La disfunción cerebral global por isquemia se define como la disminución del flujo
sanguíneo cerebral que afecta a todo el encéfalo de manera simultánea. El daño no se
limita a territorios arteriales específicos, sino que afecta difusamente a los hemisferios
cerebrales, con o sin lesión asociada del tronco del encéfalo y el cerebelo. Sus causas
más frecuentes son el paro cardiaco y la cirugía con circulación extracorpórea. Sus
consecuencias pueden ser desde déficit cognitivos leves (memoria, atención) hasta la
amencia por necrosis neocortical (estado vegetativo persistente).
Seno recto
Su trombosis es infrecuente. Produce un cuadro de estupor o coma por infartos, que
pueden ser hemorrágicos, en ambos tálamos. Si se sobrevive las secuelas son graves,
con situaciones de demencia, coreoatetosis generalizada o mutismo acinético.
Seno transverso
La trombosis de este seno cursa de forma subaguda y su causa suele ser una infección
otomastoidea aguda. Cursa con dolor retroauricular y cefalea hemicraneal ipsilateral,
que puede acompañarse de fiebre, rigidez nucal, síntomas de hipertensión intracraneal, y
síntomas motores y visuales centrales.
Seno cavernoso
La trombosis del seno cavernoso está asociada frecuentemente a procesos infecciosos
vecinos, como sinusitis esfenoidal, o tromboflebitis séptica de la vena angular de la
cara. Cursa con dolor orbitario que aumenta con la presión sobre el globo ocular,
quemosis conjuntival, exoftalmos, oftalmoplejía ipsilateral que puede hacerse bilateral y
afección de la rama oftálmica del trigémino. Es frecuente la presencia de fiebre, rigidez
nucal, ectasia de las venas retinianas y papiledema.
-Diagnóstico: El diagnóstico clínico del ACV es tan simple o tan complejo como quiera
mirarse. Con frecuencia la identificación del ataque cerebral es hecha por los familiares
del paciente con un grado alto de precisión. Salvo una convulsión focal con parálisis
postconvulsiva, es probable que ninguna situación neurológica imite el carácter agudo y
focal de la alteración de la función cerebral que produce el ACV. No obstante, la
clasificación oportuna del tipo y comportamiento del ACV reta los recursos de los
clínicos mas avezados.
En 45% de los casos el dolor se inicia durante el ejercicio y 10% de los pacientes
tienen alguna alteración de la conciencia por varios días. Es frecuente la expresión “el
peor dolor de cabeza de mi vida” y casi siempre hay vómito. Lo común es que el
paciente experimente el dolor de cabeza sin signos neurológicos focales, sin embargo
pueden presentarse. La parálisis unilateral del III nervio craneal en el aneurisma de la
comunicante posterior, el síndrome abúlico con eventual paraparesia en la ruptura de
aneurismas de la arteria comunicante anterior y signos focales como hemiparesia,
afasia, anosognosia, hemianestesia, heminatención, cuando coexiste una hemorragia
intracerebral (HIC) son ejemplos de esta eventualidad. Reviste gran importancia en el
manejo de la HSA un registro cuidadoso de los signos neurológicos iniciales, con el
propósito de reconocer el comienzo y la evolución de los trastornos neurológicos
tardíos. Esta práctica no debe ser suplantada por la clasificación del grado de
compromiso clínico la cual constituye una buena guía para el tratamiento, pero es un
registro insuficiente para el seguimiento. Conviene de toda forma, recordar la escala
introducida por Boterell modificada por Hunt y Hess: grado I: asintomático o con
ligero dolor de cabeza y rigidez nucal; grado II: dolor de cabeza moderado a severo,
rigidez nucal pero sin signos focales; grado III: somnolencia, confusión o defecto focal
moderado; grado IV: estupor o coma persistentes, trastornos vegetativos y rigidez de
descerebración; grado V: coma profundo y rigidez de descerebración.
- Realizará un examen físico. Esto incluye tomar la presión arterial y constatar síntomas
de claridad mental; entumecimiento o debilidad; o problemas para hablar, ver o
caminar.
- Realizará un examen neurológico. Este examen verifica cuán bien está funcionando el
sistema nervioso para descubrir si sufrido un accidente cerebrovascular. En este
examen, el médico hará preguntas, pondrá a prueba los reflejos y pedirá al paciente que
realice acciones simples. Cada parte del examen pone a prueba una parte diferente del
cerebro. Este examen puede mostrar qué tan grave fue el accidente cerebrovascular y la
parte del cerebro donde puede haber ocurrido.
Tomografía computarizada (TC). Una TC utiliza rayos X para tomar fotos del
cerebro. Una TC de la cabeza es, por lo general, uno de los primeros estudios
que se realizan en el caso de un accidente cerebrovascular. Una TC puede
mostrar hemorragia en el cerebro o daños en las células del cerebro. La TC
también puede identificar otros problemas que pueden causar los síntomas del
accidente cerebrovascular.
Imagen por resonancia magnética (IRM). La IRM utiliza un potente imán y
ondas radioeléctricas para tomar imágenes del cerebro. La IRM puede mostrar
los cambios en el cerebro producidos por un accidente cerebrovascular antes que
la TC. La IRM también puede mostrar hemorragias o problemas de circulación
sanguínea. Puede descartar otros problemas como tumores que podrían causar
síntomas similares a los de un accidente cerebrovascular.
Angiografía por TC o RM. Una angiografía es una película radiográfica de los
vasos sanguíneos y del flujo de la sangre a través de ellos. Se inyecta un tinte en
las venas para obtener una imagen detallada de los vasos sanguíneos después del
accidente cerebrovascular. Una angiografía por TC se realiza con una TC y una
angiografía por RM se realiza con una IRM.
Ultrasonido de carótida. El ultrasonido de carótida es un estudio que utiliza
ondas sonoras para crear una imagen de las arterias carótidas, que suministran
sangre al cerebro. Usado a menudo en conjunto con una angiografía por TC o
RM, el ultrasonido de carótida muestra si hay acumulación de placa en las
arterias que pudiera estar bloqueando el flujo de sangre al cerebro.
Ultrasonido Doppler transcraneal (DTC). El ultrasonido Doppler es un
estudio que utiliza ondas sonoras para medir el flujo sanguíneo. También usado
con una angiografía por TC o RM, el DTC ayuda a tu médico a identificar cuál
de las arterias de tu cerebro está bloqueada.
Electroencefalograma (EEG). Un EEG se realiza con menos frecuencia. Este
estudio graba la actividad eléctrica del cerebro para verificar que tus síntomas de
accidente cerebrovascular no sean causados por una convulsión. Las
convulsiones pueden causar síntomas como problemas de movimiento y
confusión. Estos síntomas pueden confundirse con los de un accidente
cerebrovascular o un accidente isquémico transitorio (AIT). Durante este
estudio, se colocarán electrodos adhesivos en tu cabeza, con cables conectados a
una máquina. La máquina graba las señales eléctricas recogidas por los
electrodos.
Electrocardiograma (ECG o EKG). Este estudio detecta y registra la actividad
eléctrica del corazón. Puede ayudar a tu médico a descubrir si el accidente
cerebrovascular fue causado por fibrilación atrial. Un ECG puede realizarse
durante una actividad física para monitorear el corazón mientras trabaja bajo
esfuerzo.
Instrumentos Médicos
Las pruebas genéticas o el asesoramiento pueden ayudar a los padres que tienen
antecedentes familiares de una enfermedad neurológica a determinar si portan uno de
los genes conocidos que causa el trastorno o averiguar si su hijo está afectado. Las
pruebas genéticas pueden identificar muchos trastornos neurológicos, como la espina
bífida en el útero (mientras el bebé está dentro del útero de la madre). Las pruebas
genéticas comprenden lo siguiente:
A menudo se toman radiografías del tórax y el cráneo del paciente como parte de
un estudio neurológico. Las radiografías pueden usarse para ver cualquier parte del
cuerpo, como una articulación o sistema importante de órganos. En una radiografía
convencional, un técnico pasa una ráfaga concentrada de una dosis baja de radiación
ionizada a través del cuerpo y hacia una placa fotográfica. Ya que el calcio de los
huesos absorbe los rayos X más fácilmente que el tejido blando o el músculo, la
estructura ósea aparece blanca en la película. Cualquier desalineación o fractura puede
verse en minutos. Las masas de tejido como ligamentos lesionados o un disco saliente
no son visibles en las radiografías convencionales. Este procedimiento rápido, no
invasivo e indoloro generalmente se realiza en un consultorio médico o una clínica.
Las ecografías cerebrales son técnicas para obtención de imágenes usadas para
diagnosticar tumores, malformaciones de vasos sanguíneos, o hemorragias
cerebrales. Estas ecografías se usan para estudiar la función del órgano, una
lesión o enfermedad del tejido o el músculo.
Las imágenes por resonancia magnética (IRM) usan radioondas generadas por
computadora y un campo magnético poderoso para producir imágenes detalladas
de estructuras del cuerpo como tejidos, órganos, huesos y nervios. Los usos
neurológicos comprenden el diagnóstico de tumores cerebrales y de la médula
espinal, enfermedades oculares, inflamación, infección, e irregularidades
vasculares que pueden llevar al accidente cerebrovascular. Las IRM también
pueden detectar y monitorizar trastornos degenerativos como la esclerosis
múltiple y puede documentar lesiones cerebrales debidas a trauma.
Proceso de evaluación
• Tests específicos.
Escalas breves o pruebas de rastreo cognitivo. Son tests de fácil aplicación y que
requieren poco tiempo para su aplicación (de cinco a veinte minutos). Constan de un
conjunto de preguntas variadas en relación con un cierto número de áreas cognitivas
(orientación temporal y espacial, atención y concentración, aprendizaje y memoria,
lenguaje, capacidades visoespaciales, etc.). La mayoría se diseñaron originalmente para
la cuantificación de los déficit cognitivos en pacientes ancianos, aunque se han aplicado
de forma general a pacientes con todo tipo de déficit cognitivos tanto agudos como
crónicos. La puntuación global obtenida permite obtener un “punto de corte” que se
utiliza como una distinción dicotómica entre normal y patológico, señalando aquellos
individuos que precisan de una evaluación neuropsicológica más detallada. Una
limitación importante es la falta de sensibilidad para detectar déficit cognitivos focales.
Por ejemplo pacientes con lesiones frontales o con lesiones en el hemisferio derecho
pueden conseguir puntuaciones máximas en la mayoría de los ítems. Además su
especificidad es muy baja, incluso en los casos en que se valora el perfil de las
diferentes secciones de los tests.
Por lo tanto, sus principales utilidades se limitan a proporcionar una visión rápida del
paciente (por ejemplo, en el contexto de una consulta de neurología o psiquiatría
general, servir de guía para valorar el seguimiento de los pacientes a lo largo del tiempo
y establecer correlaciones entre esta puntuación global y otras variables relevantes.
b) Recoger información que nos permita obtener un perfil del déficit pero también de las
capacidades preservadas de los pacientes, ya que éstas son también de gran relevancia
para la elaboración del programa de rehabilitación neuropsicológica.
Esta limitación de las pruebas de evaluación neuropsicológica nos sitúa ante una nueva
demanda, que resulta más pertinente si cabe cuando el objetivo que se persigue la
planificación, puesta en marcha o valoración de la eficacia de los programas de
rehabilitación. Se hace necesario complementar el empleo de pruebas específicas con:
http://ocw.um.es/cc.-sociales/neuropsicologia/material-de-clase-1/tema-3.-patologia-
cerebral.pdf