argentino de 65 años, ex militante político exiliado hace muchos años, se suicidaba en su casa de Brescia, Italia. En los últimos años había sufrido los rigores y sucesivos ajustes y recortes del estado de bienestar sobre jubilaciones y pensiones y una ola creciente de desocupación. Antes de pegarse un tiro escribió una carta que conmocionó a la sociedad y en la que explicaba los motivos y el contexto de su decisión. Aquí se transcribe este extraordinario testimonio que María Moreno analiza en comparación con el Yo acuso de Emile Zola y la Carta a la Junta Militar de Rodolfo Walsh, al calor de la cruzada del FMI contra la longevidad y de la reforma previsional aprobada en la Argentina el último 19 de diciembre.
Por María Moreno
Eduardo Dellagiovanna. 2
“Confieso, no me vencieron los militares argentinos,
pero ya no puedo más” escribió Eduardo Dellagiovanna, argentino, de 65 años, en el mensaje que envió a las 6 y 14 de la mañana del 7 de enero de 2017 al sitio de Radio Onda d’Urto. Después, con un arma cuyo permiso de portación estaba vencido, se pegó un tiro en la cabeza. Ex militante del PRT –ERP, exilado en la ciudad de Brescia, Italia, donde se desempeñó como activista político– llegó a ser presidente de APASCI (Asociación para la Paz , la solidaridad y la cooperación internacional), recordado por sus compañeros como muy combativo en las campañas de boicot a la realización del mundial en Argentina a fines de los setenta y la lucha contra la instalación en Italia de los misiles Pershing y Cruise a principios de los ochenta, escribió su mensaje final como acusación al sistema democrático europeo, a través de dos de sus instituciones: el sistema previsional y el de subsidios por desocupación de Italia. Un año después su mensaje podría ser traducido al presente. A tono con la invitación a la guerra del cerdo que planteó Christine Lagarde, directora gerente del Fondo Monetario Internacional al detonar la alarma neoliberal con su anuncio de la longevidad como amenaza para la sustentabilidad de las finanzas públicas, las aseguradoras y las entidades privadas (nada de retórica humanitaria ni siquiera la del tradicional paternalismo burgués) y la reforma 3
previsional aprobada el lunes 19 de diciembre en la
Argentina, esta pieza oratoria magistral podría convertirse en un Yo acuso en tiempos neoliberales, sucursal Macriland. Clásica en la cita de la literatura de izquierda –Galeano y Benedetti–, lo es también en respeto al modelo de la Carta a la Junta Militar escrita por Rodolfo Walsh pero si en esta última el efecto número se utilizaba como un cálculo realizado por la lectura entre líneas de la prensa oficial y la clandestina y el registro de testimonios (“Quince mil desaparecidos, diez mil presos, cuatro mil muertos, decenas de miles de desterrados (…) 7000 hábeas corpus negados...”) Dellagiovanna, le tira al estado italiano, junto con su cadáver la descripción exhaustiva en primera persona de su vida precaria: 3 bypass, la operación de un carcinoma, el suicidio de una ex esposa, la muerte de otra dos días después de cumplir 44 años, 7 meses de alquiler adeudado junto con 360 euros al banco por un préstamo cuyas últimas cuotas no pudo pagar, facturas aún no vencidas de gas y luz por un total de 108 euros, 1,85 centavos en su cuenta bancaria y nada en el bolsillo. Es decir no es un Sócrates que debe un gallo a Esculapio sino el equivalente a mil gallos. Cada cifra es demoledora y el tono personal, lejos de constituir un ademán narcisista, es el de quien sabe que su palabra representa la de muchos (“me gustaría publicar mis reflexiones - condiciones de vida, por lo menos éstas que 4
desgraciadamente comparto con millones de personas
en este país y en el mundo”). Dellagiovanna clausura con su mensaje el suicidio romántico: nada de hacerse marcar la tetilla por un médico para no fallarle al corazón como el poeta José Asunción Silva, nada de morir en arte como el artista Alberto Greco que antes de ser abatido por el efecto de los barbitúricos se escribió en la mano izquierda la palabra “fin”. Junto con la caducidad de los grandes relatos parece haberse decretado la de las grandes razones para el suicidio como la Patria sojuzgada o el honor: basta una boleta de ABL. Pero hay tal vez en el este texto espléndido y trágico una cita del suicidio de Lisandro de la Torre en la demanda de unas pompas fúnebres laicas seguidas de la cremación lejos de las honras públicas y la elección de la fecha sorteando el día de reyes (De la Torre se suicidó un 5 de enero, Dellagiovanna el 7). Como detalla en el comienzo de su mensaje lo que un tipo de su generación e ideología definiría en términos de “condiciones objetivas” como suicidado estatal fueron: desocupado por razones de recorte de presupuesto desde junio de 2015, luego de 34 años de aporte, estirada por una reforma previsional su edad para jubilarse, tendría que pasar 18 meses antes de que pudiera reingresar en el sistema para sobrevivir. ¿La doctora Carrió le hubiera aconsejado una hibernación a lo Walt Disney que citó tan inoportunamente durante la investigación por la muerte de Santiago Maldonado? 5
Yo, Daniel Blake
“Soy en formato lápiz” declara el pensionado Daniel Blake de la película de Ken Loach ante la encerrona digital a la que lo condena, luego de ser acogido por el organismo estatal Pensión de empleo y Ayuda de Newcastle debido a un infarto masivo y ser considerado por una evaluación errónea como apto para volver a trabajar –las preguntas se centraban sobre su capacidad para levantar los brazos y ponerse un sombrero, apretar el botón de un teléfono o de no mearse antes de llegar al baño–. Su apelación deberá ser considerada, según averigua a través de la cadena de voces grabadas que conocen todos los jubilados y pensionados del mundo y otras víctimas entre las que el hit es “todos nuestros operadores están ocupados en este momento”, pero como su mala evaluación no tiene en cuenta literalmente el corazón, deberá solicitar la Pensión para la búsqueda de empleo. Como también saben los jubilados y pensionados del mundo, el Gran Hermano de la voz grabada lleva al Gran Hermano de los formularios por internet que lo enfrentará a su vejez cultural – tragicómica es la escena en el locutorio en que Daniel Blake enarbola el mouse (“vaya nombrecito” exclama) como si fuera una brocha de pintor. Daniel Blake lucha por toda la película de Ken Loach, ese marxista, obrerista que opone a las series sobre la 6
realeza y sus trapitos al sol sacados en palacio,
películas cuyo escenarios son las viviendas populares, los pub y las veredas donde hacen cola los refundidos del capital. Oscuramente el carpintero Daniel Blake, el del “formato lápiz”, sabe que el formato digital, amén de su funcionalidad, facilita que el cuerpo presente y alzado de los rebeldes sea reprimido mediante la separación técnica de los cuerpos responsables de sus via crucis de gestión a través de sus intermediarios. Los saberes de Blake son saberes para pobres, como el uso de los paneles de envolver con globitos colocados en la ventana que permiten caldear mediante la luz del sol una habitación helada lo mismo que cuatro velitas y dos macetas de barro, construir móviles de pescaditos hechos con maderas sobrantes y... una casa completa desde su base hasta su sistema eléctrico y de agua corriente. Así como Eduardo Dellagiovanna fue condenado por el sistema a sobrevivir entre la baja de un subsidio por desempleo y la jubilación, Blake deber hacerlo en el espacio entre el mal resultado de su evaluación y su diferida apelación, buscando un empleo que no podría aceptar sin riesgo de muerte. Pero Blake no se rinde y hasta llega a concurrir a un curso de Curriculum actualizado donde un experto instruye a desocupados a sobresalir en sus solicitudes de empleo y promete un futuro donde los CV se envíen mediante videos accionados por teléfonos inteligentes. La película se llama previsiblemente Yo, 7
Daniel Blake; el mensaje de Dellagiovanna comienza
con “Yo, Eduardo Dellagiovanna” pero esos yo no son individualistas, sino la salida del anonimato anterior a un “nosotros”, el de la política activa a través de dos formas de escrache al estado. Guarda gato con las vanguardias seniles, que no son globalizadas sino internacionalistas. Suicidados por el estado Daniel Blake termina escribiendo con aerosol insurrecto en las paredes de la oficina frente a la que viene querellando día tras día contra un sistema que le prometió, luego de trabajar toda la vida, tutela y dignidad: “Yo, Daniel Blake, exijo mi apelación antes de morirme de hambre”. Entonces tiene el cuarto de hora de fama, no el promocionado por Andy Warhol sino el del líder popular espontáneo que lanza la voz de aura de la desobediencia civil y la cosecha entre testigos de clase baja, siempre potenciales insurgentes: promotoras de empleo transitorio con orejas de conejito, un borrachín desempleado, oficinistas con apuro por la media hora libre de un almuerzo en taper, un par de jóvenes punk que tal vez aprovechen esa lección de dignidad al paso. Yo, Daniel Blake no es la historia de un viejo perteneciente a una clase derrotada, sino la de una insurgencia que puede prender y organizarse. Eduardo 8
Dellagiovanna murió como el revolucionario que era.
Por algo llama a su suicidio “acción” y las instrucciones que imparte para cumplirse luego de su muerte, parecen las de un responsable de célula en la preparación de un operativo. Es decir: sacrifica su cuerpo a una denuncia final que envía a un sitio que garantice su reproducción, rompiendo su aislamiento final en esa prestancia que Rodolfo Walsh define como “la satisfacción moral de un acto de libertad”.
La muerte es solo un síntoma
Yo, Eduardo Dellagiovanna (más conocido con el
apodo “Pacho” para los amigos) que estoy por cumplir 66 años (el 30/01 del 2017); desde Enero del 2015 9
entre vacaciones, permisos retribuidos, “cassa
Integrazione” etc. no trabajo más. Imposible seguir con las colaboraciones externas (personalmente “colaborador de la Provincia de Brescia en el sector Transporte Público” tramite Cooperativa Social), por la legislación y cortes de presupuesto políticos, por lo tanto desocupado “oficial” desde Junio 2015 y cobro un subsidio de desocupación (INPS - Naspi) que terminará en Abril o Junio del 2017, no lo sé exactamente (hoy no me interesa más); por lo tanto, luego de más de 34 años de contribuciones jubilatorias al Estado italiano, con las nuevas disposiciones legales en materia (¡gracias Señora Fornero!) [nota: en referencia a la ministra de Trabajo de Italia, Elsa Fornero], estaría yo 18 meses sin la posibilidad económica de sobrevivir, pues no tendría ingresos hasta el momento en el cual la ley me permitiría percibir una jubilación. Mi posibilidad real de poder encontrar una ocupación retribuida en Italia hoy, como para “llegar a la edad de la jubilación” es tan poco probable como ganar una lotería sin tener el número vencedor. El último subsidio que he recibido (el 14/12/2016) ha sido de euros 599,00; como podrán imaginar, es completamente insuficiente. Cuando comencé a recibirlo era de 880 euros (aunque mi sueldo lindaba 10
por los 1.300 mensuales y ya me costaba llegar a fin
de mes, pero pagaba todas las facturas). Leí en su Facebook (no sé si es verdad) declaraciones de un ministro Italiano que con 350 euros se puede vivir dignamente; el mismo que declaró que era mejor que los jóvenes se fueran al extranjero (esto sí es verdad pues se retractó públicamente), sin comentarios..., en tal caso, que pruebe él, que resulta cobra algo así como 10.000 euros mensuales, a explicarme como hago yo para pagar 380 euros de alquiler más luz, gas, agua, teléfono, préstamo bancario –180,00 mensual– y comer para sobrevivir?, gran sorete (sic)... me gustaría publicar mis reflexiones –condiciones de vida (por lo menos éstas que desgraciadamente comparto con millones de personas en este país y en el mundo) pero creo que me censurarían en Facebook; solamente para ver cuantos “likes” recibiría… y, naturalmente, que me conteste aunque sí yo no podré leer (su respuesta) porque para mí será “time over”… Si a esta situación agrego mi estado físico (la cardiopatía y el tumor en la cuerda vocal), mi estado psicológico; mi separación y posterior divorcio allá por 1997, mi lenta pero segura adicción al alcohol (vino para ser claro y al tabaco 25/30 cigarrillos diarios), la enfermedad de mi compañera en el 2006 que terminó con su muerte cuando había cumplido dos 11
días antes 44 años de vida (2009), el infarto resuelto
con 3 by-pass en el 2010; el suicidio de mi segunda ex-esposa en ese mismo año, el tumor y operación de carcinoma en mi cuerda vocal en el 2013, la desocupación… creo que la conclusión (me refiero a mi acción) era y será evidente, la única posible. Quizá la he buscado por otros medios pero es un camino muy lento para mis necesidades actuales. Después de todo, ¿qué me queda? ¿Qué pierdo, además de amigos entrañables y sinceros? He perdido mi autoestima y esto ha provocado que mi instinto de sobrevivencia (eros, caiga ante mi thanatos), de conservación escasee; cuando me despierto, lo que me empuja a levantarme es mi vejiga llena... y el apetito de mis gatos. Psicológicamente, la falta de soluciones posibles y/o reales me agobia y deprime. Ha llamado mi banco (o la financiera) pues debo dos cuotas de préstamo (serán 3 el 27/01/17), las boletas que me llegan y, confieso, no son cifras exuberantes (quizá para un político o un ocupado sea diferente, pero para mí 1.000 ó 1.000.000 da lo mismo: cualquier cifra NO PUEDO PAGARLA). Simplemente porque no la tengo. Perdonen el análisis superficial y repetitivo del sistema y causas... pero en este último momento, razono con los codos. 12
No tengo más ganas de vivir y tampoco incentivo para
hacerlo; la cuestión empeora ya no de día a día, sino de hora a hora. Tendría que hacerme una visita médica oculista (hace 10 años que no lo hago, ¡veo malísimo!) pero no tengo dinero. Tendría que consultar un dentista (tengo varios elementos en auto-expulsión por no hablar de una higiene dental); no tengo dinero. Tendría que renovar mi permiso de tenencia de arma, pasaporte, vestuario, etc.; no tengo dinero. Las facturas ya llegadas que tendría que cancelar en Enero 2017 (por no hablar de las ya vencidas): no tengo dinero para saldarlas. Esto es mi vida hoy en un país “democrático” (con una constitución hermosa y desaplicada), donde un parlamentario (¿derecha- centro-izquierda?) –en 1 mes gana más de lo que yo gano en 1 año (¡NASPI no contempla ni siquiera un aguinaldo!) y de tener que soportar esta realidad, situación (no solo en Italia) que se me hace demasiado pesada. Políticas y sistema de gobierno deciden cómo debo morir, si de hambre o de deudas; me han quitado la ilusión de que la vida aunque difícil es bella; no sobrevivo con la sonrisa de un niño o la belleza de un atardecer/amanecer; este 13
sistema me impone que si no pago y/o produzco, no
sirvo, por lo tanto desaparezco. Confieso, no me vencieron los militares argentinos, pero ya no puedo más. He subestimado al enemigo (sistema), no lo creí, no lo imaginaba tan inhumano y feroz (como diría Galeano). De todas maneras no reniego absolutamente a toda mi historia militante en Sudamérica. En Italia, he militado por años en solidaridad y cooperación internacional, he conocido la generosidad humana de tantos italianos y no solo, pero generosidad real. ¿Debo pedir “ayuda” al municipio?, no creo que sea correcto, mi experiencia de vida por decirlo de alguna manera (entiéndanme, no es un momento en el cual pienso serenamente para expresar ideas y sentimientos): creo que lo correcto sea que lo que como y consumo, ¡tengo que ganármelo! Posibilidades actuales en Italia en mi situación de ganármelo: ¡¡¡ninguna!!! Lo lamento por esos amigos sinceros que me circundan; no los nombro por temor a no mencionarlos a todos y también a la propietaria de esta casa, la doctora A. V. a la cual dejo 7 meses de alquiler no saldado; realmente no lo merece pero no estoy en 14
condiciones de pagar, simplemente no tengo el dinero
ni posibilidad de haberlo. Pido (tampoco se bien a quién hacerlo), imagino a los Servicios Sociales del Municipio de la Ciudad de Brescia donde vivo y resido, dado que soy indigente y no tengo familiares en Italia, de ser cremado de manera más laica, simple y rápida posible, asimismo repito, me gustaría que mis gatos no sean sacrificados. Nadie me ha sugerido esta solución; es el sistema vigente y mi impotencia que me produce lo que me lleva a tomar esta mi decisión, única posible. Esto es todo, seguramente mis amigos se encargaran de dar comunicación a los parientes que aún tengo en Argentina. Les pido a todos, sinceramente disculpas por los problemas reales y burocráticos que creo (policía, bomberos, amigos destinatarios de este mensaje, etcétera). Tendrán que entrar desde la calle y utilizar algo para cortar la cadenilla de seguridad de la puerta de entrada (primer piso, puerta de la derecha-vidrios y rejas, única), la segunda posibilidad es desde la calle, la ventana grande a la altura del balcón de mi vecino que dejaré abierta. No quiero dejar un arma a merced de la 15
primera persona que ingrese en mi domicilio. En la
caja-fuerte (abierta, encontrarán municiones). (Recordaos de mi pedido por mis maravillosos gatos aunque será difícil y sobre todo que no los separen luego de 10 años de vida en común entre ellos). Eduardo (Pacho) Dellagiovanna. - Vicolo del Moro, 15 - primer piso - Ciudad de Brescia (Centro Histórico). Para abrir el portón de entrada desde la calle, tendrán que molestar a algún vecino. P.S. 1.: Ayer me han llamado del banco; para el 27/12 debería pagar 360,00 euros y llegó la factura de la energía eléctrica y el gas: 108 y algo de euros... no los tengo. Me quedan (hoy 06/01/2017) en mi C/C menos de 1,85 cents euros y en el bolsillo nada, he podido fumar gracias a la generosidad de Elizabetta ayer, a la comida de Beppe y 50,00 euros que me dejó Gigio la semana pasada… más los almuerzos pagados de Livio. Como se podrá apreciar, no he escrito esto en un solo día, es casi como un diario. Termino con un haiku del maravilloso escritor uruguayo Mario Benedetti: “Después de todo 16
la muerte es solo un síntoma,
de que hubo vida...” P.S. 2: Pido disculpas por el estado de la casa (limpieza, orden, etc.), como imaginarán, hace ya bastante tiempo que es lo que menos me preocupa. Condividan [nota: “compartan”] este último mensaje (si quieren) con quien consideren que le pueda interesar o cancélenlo. Otra vez gracias y chau a todos. Hoy 07/01/2017. . . Pacho.u