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A C U E R D O

En la ciudad de La Plata, a 9 de octubre de 2013,

habiéndose establecido, de conformidad con lo dispuesto en

el Acuerdo 2078, que deberá observarse el siguiente orden

de votación: doctores Soria, Kogan, Genoud, Pettigiani, se

reúnen los señores jueces de la Suprema Corte de Justicia

en acuerdo ordinario para pronunciar sentencia definitiva

en la causa A. 70.707, "Unión de Docentes de la Provincia

de Buenos Aires contra Dirección General de Cultura y

Educación. Pretensión cesación vía de hecho administrativa.

Recurso extraordinario de inaplicabilidad de ley".

A N T E C E D E N T E S

La Cámara de Apelación en lo Contencioso

Administrativo con asiento en La Plata rechazó el recurso

de apelación interpuesto por la parte actora, confirmando

la sentencia de primera instancia que rechazó la demanda e

imponiendo las costas en el orden causado (v.

pronunciamiento de fs. 225/228).

Disconforme con ese pronunciamiento la accionante

interpuso recursos extraordinarios de inconstitucionalidad

y de inaplicabilidad de ley (v. fs. 231/250), los que

fueron concedidos por la Cámara interviniente mediante

resolución de fs. 252/253.

Por resolución de fs. 266/268 este Tribunal

rechazó el recurso extraordinario de inconstitucionalidad.


Dictada la providencia de autos para resolver el

recurso extraordinario de inaplicabilidad de ley (fs. 275),

agregado el memorial de la parte demandada (fs. 281/287) y

encontrándose la causa en estado de pronunciar sentencia,

la Suprema Corte decidió plantear y votar la siguiente

C U E S T I Ó N

¿Es fundado el recurso extraordinario de

inaplicabilidad de ley?

V O T A C I O N

A la cuestión planteada, el señor Juez doctor

Soria dijo:

I. La Unión de Docentes de la Provincia de Buenos

Aires (UDOCBA) inició demanda contencioso administrativa

contra la Dirección General de Cultura y Educación,

solicitando el cese de la "vía de hecho administrativa"

consistente -según adujo- en el descuento del salario a los

afiliados a dicha entidad de las sumas de dinero

correspondientes a los días que ejercieron el derecho de

huelga durante los meses de agosto y septiembre de 2008.

Reclamó, asimismo, el reintegro de los montos detraídos en

tal carácter (fs. 95/107).

II. La titular del Juzgado en lo Contencioso

Administrativo n° 2 de La Plata rechazó la pretensión

deducida (v. fs. 191/196).

1. Tras recordar que, con arreglo al principio de


legalidad, a la autoridad administrativa le está vedado

realizar operaciones materiales sin basarse en una decisión

que le sirva de fundamento jurídico, consideró que en el

caso los descuentos en los salarios a los afiliados de la

entidad actora no han constituido una vía de hecho.

Así, tras destacar que los conflictos colectivos

del trabajo que se susciten en establecimientos o empresas

privadas, empresas u organismos del Estado provincial, que

presten servicios públicos, servicios de interés público

que desarrollen actividades industriales o comerciales,

entre los cuales se halla alcanzada la actividad educativa

(art. 200 de la Constitución provincial), se encuadran en

la ley 10.149, entendió que en la controversia era

aplicable al caso el art. 33 de dicho texto legal, en

cuanto determina que "... la huelga o disminución

voluntaria de la producción por debajo de los límites

normales, traerá aparejado para los trabajadores la pérdida

del derecho a percibir las remuneraciones correspondientes

al período de cesación o reducción de trabajo".

De allí que, con apoyo en la doctrina de esta

Corte (causa B. 64.200, "Chacur", sent. de 27-XI-2002),

descartó la ocurrencia de una vía de hecho porque la

actuación administrativa reprochada había sido llevada a

cabo con el soporte de una norma legal que le sirve de

suficiente fundamento jurídico.


2. Por otra parte, juzgó que no corresponde hacer

lugar al pedido de reintegro de las sumas que fueron

descontadas de los haberes de los afiliados corres-

pondientes a los días de su adhesión a medidas de fuerza.

Adujo que los derechos constitucionales -el de

huelga, entre ellos- no se afectan por la imposición de

ciertas condiciones a su ejercicio, que guarden adecuada

proporción con la necesidad de salvaguardar el interés

público. Señaló además que se ha reconocido implícito en la

aludida cláusula constitucional, el derecho a percibir

igual remuneración por igual tarea, lo que supone erigir en

presupuesto necesario para el reconocimiento de estipendios

la existencia de prestación efectiva de una tarea brindada

en relación laboral.

3. Por tales consideraciones, desestimó la

pretensión de cesación de vía de hecho administrativa

articulada (conf. arts. 3 inc. "b", 33 y concs. de la ley

10.149; 14 bis, 16, 28 y concs., Constitución nacional; 200

y concs., Constitución provincial; 12 inc. 5, 21 de la ley

12.008 -texto según ley 13.101-; 496 y concs. del

C.P.C.C.).

III. La Cámara de Apelación en lo Contencioso

Administrativo con asiento en La Plata rechazó el recurso

de apelación interpuesto por la parte actora a fs. 199/207

vta., confirmando la sentencia dictada por la jueza de


grado (conf. arts. 166, Constitución provincial; 12 inc. 5,

21, 51, 56 y concs. de la ley 12.008 -texto según ley

13.101-; 321, 496 y concs. del C.P.C.C.; v. fallo a fs.

225/228).

Para así decidir, sostuvo, como la magistrada de

origen, que la conducta estatal no se revelaba desprovista

de fundamento normativo.

Puso de relieve que en el marco del art. 14 bis

de la Constitución nacional cabía considerar la suspensión

de todos los efectos de los contratos de trabajo, incluida

la obligación de abonar la remuneración, empero sin afectar

la subsistencia del vínculo laboral.

Agregó que el sustento de la retribución salarial

es la efectiva prestación de servicios y que las

excepciones eventuales, frente a supuestos de imputación al

empleador del suceso conflictivo que derivara en acciones

directas, merecía la demostración inequívoca en cada caso.

Ponderó que en la litis no se produjo esa prueba;

por ello bastaba para resolver el caso, en los términos

sumarios de la acción promovida, tener presente la falta de

prestación de servicios.

Concluyó que, más allá del agravio en la

aplicación del art. 33 de la ley 10.149, el bloque de

legalidad al que debe sujeción la Administración Pública,

también se integra con los principios generales del


derecho. En este sentido, destacó que el precepto citado

"... bien puede considerarse con rango de regla común en

toda relación de empleo. Y, en ese piso de marcha, su vigor

para el caso no sufre mengua más allá de valorar en el

servicio educativo un verdadero servicio público, pues su

perfil como actividad destinada al sufragio de una

necesidad de carácter general lo define como tal...".

Por último, juzgó improcedente el planteo de

inconstitucionalidad del art. 33 citado, considerando que

la parte actora "no desarrolló su tesis de impacto lesivo

como lo requiere tan relevante articulación, ni los

alcances preceptivos exponen incongruencias con garantía ni

derecho alguno...".

IV. Contra el fallo de la Cámara se alza la

actora mediante recurso extraordinario de inaplicabilidad

de ley obrante a fs. 231/250, en cuyo marco acusa la

vulneración del principio de congruencia (arts. 37 inc. 2 y

49 del C.C.A.; 163 inc. 6 del C.P.C.C.; 31 de la ley

nacional 23.551); infracción al art. 109 del decreto ley

7647/1970; violación de los arts. 8 y 9 de la ley nacional

14.786 y 33 de la ley provincial 10.149. Subsidiariamente,

plantea la inconstitucionalidad del referido art. 33.

También denuncia la violación del principio de igualdad y

la omisión del tratamiento de ese agravio con violación del

art. 163 inc. 6 del Código Procesal Civil y Comercial.


V. El recurso extraordinario no prospera.

1. Según la impugnante la Cámara de Apelación

introdujo incorrectamente la falta de legitimación de

UDOCBA para accionar en nombre de los derechos de sus

afiliados. Al respecto, denuncia violado el principio de

congruencia por tratar una cuestión que no le fue planteada

(art. 163 inc. 6 del C.P.C.C.) y el derecho de defensa, al

introducirla en forma sorpresiva (art. 15, Const. prov.);

también considera vulnerados los arts. 37 inc. 2° y 49 del

Código Contencioso Administrativo; 31 de la ley nacional

23.551 (ver fs. 236 y 237/239 vta. del escrito recursivo).

Ahora bien, las consideraciones sobre la

legitimación activa del demandante, plasmadas por el

camarista que votó en primer término, no obtuvieron la

adhesión de sus colegas. Por tanto, deviene inoficioso

abordar el punto en esta instancia desde que no forma parte

de la decisión contra la que se agravia la impugnante

(doct. causas C. 94.779, sent. de 17-XII-2008 y C. 92.484,

sent. de 25-VIII-2010).

2. Sostiene la quejosa que el fallo vulnera el

art. 109 del decreto ley provincial 7647/1970 y, en

paralelo, aduce que el a quo ha excedido en su labor

sustituyendo la voluntad de la Administración (ver puntos

IX.2 y IX.3 a fs. 245/249 del escrito recursivo).

a. Los agravios indicados no expresan una crítica


suficiente para revertir el fallo atacado (art. 279,

C.P.C.C.).

La sentencia valoró que la conducta de la

Dirección General de Cultura y Educación se encuadró en el

art. 33 de la ley 10.149 y en la doctrina sentada por esta

Corte en la causa "Chacur" (B. 64.200, sent. de 27-XI-

2002), lo cual descartaba la configuración del supuesto

previsto en el art. 109 del decreto ley 7647/1970.

En su recurso, la entidad gremial se limita a

reproducir las alegaciones que merecieron adecuada

respuesta denegatoria en las instancias anteriores. Sin

réplica a los fundamentos esenciales del fallo atacado, el

recurso carece del mínimo de suficiencia exigible (doct.

causas C. 99.900, sent. de 12-VIII-2009; C. 99.577, sent.

de 9-XII-2009 y C. 103.999, sent. de 10-III-2010; entre

muchas otras).

b. Paralelamente, la recurrente se agravia por lo

que entiende ha sido un exceso en el ejercicio de la

función jurisdiccional por parte de los magistrados

intervinientes, afirmando que se sustituyó a través de la

labor interpretativa la decisión que hubiese correspondido

adoptar en su caso a la autoridad administrativa. En tal

sentido, explica que la Dirección General de Cultura y

Educación, al contestar los oficios mediante informes en

esta litis afirmó que efectuó los descuentos aplicando el


art. 125 incs. 6 y 7 del decreto 2485/1992 y que la

sentencia de primera instancia al afirmar que la aludida

actuación fue legítima por aplicación del art. 33 de la ley

10.149, interpretó y aplicó la ley subrogándose a la

Administración. Por ello entiende que el juzgador violó el

reparto de competencias establecido por los arts. 1 y 201

de la Constitución provincial.

No es preciso abundar en argumentos para poner de

relieve que el desborde invocado no se configura.

La representación de la autoridad administrativa

en el juicio, desde su primera intervención, expuso sin

ambages que los afiliados de la actora no tenían derecho a

percibir las remuneraciones correspondientes a los días de

paro, invocando al respecto la norma del art. 33 de la ley

10.149 (v. fs. 117).

De lo expuesto se sigue que los órganos

jurisdiccionales intervinientes resolvieron el litigio en

ejercicio de su jurisdicción; subsumieron las

circunstancias fácticas acreditadas en el derecho aplicable

y resolvieron en función de la pretensión incoada y su

réplica por la demandada (conf. arts. 163 inc. 5, C.P.C.C.

y 77, C.P.C.A.) que no medió una vía de hecho. Ese

desempeño encaja sin dudas en el marco de actuación

previsto en el art. 166 de la Constitución provincial, y

configurado en la especie por el objeto de la litis como


por las circunstancias objetivas de la causa, sin

evidenciar abordaje indebido de cuestiones no planteadas.

c. Para más, esa objeción de la recurrente

contradice el despliegue de sus otros cuestionamientos

centrados en la interpretación que se ha dado a las normas

aplicables en las instancias de grado. En efecto, en el

recurso cuestiona la inteligencia que tanto el juez de

primera instancia como la Cámara han asignado al mentado

art. 33 de la ley 10.149. En los puntos VI.2.1. y VI.2.2.

del escrito de interposición del recurso se formula una

interpretación dispar en relación con el descuento de

salarios por los días de paro, sobre la base de una

particular lectura, tanto de los arts. 8 y 9 de la ley

nacional 14.786, como del art. 33 de la ley 10.149 (v. fs.

240/240 vta.). Más allá de lo que se dirá en los apartados

siguientes en torno a la recta hermenéutica de los

preceptos en cuestión, semejante contradicción priva de

base argumental sólida a los agravios indicados.

3. En el recurso se reputan infringidos los arts.

33 de la ley 10.149 y 8 y 9 de la ley nacional 14.786.

a. Se afirma que en vista del contenido de la

norma local citada, en consonancia con los arts. 30, 31 y

32 del mismo cuerpo legal, sería procedente no abonar los

días de paro sólo si la autoridad del trabajo intimó al

cese las medidas de acción directa sin obtener respuesta


acorde de parte de la entidad gremial.

Manifiesta la impugnante que el art. 30 de la ley

10.149 exige que la intimación se disponga "previa

audiencia de partes", requisito que en este caso no fue

cumplido. Además, que el art. 33 cuando dice "En los mismos

casos...", se refiere a los descriptos en los artículos que

le preceden y que apuntan al "... incumplimiento de la

intimación prevista en el artículo anterior". En su

opinión, si el legislador hubiera querido disponer el

mentado descuento no habría sentado el distingo basado en

la existencia o no de intimación; antes bien, directamente

hubiese establecido que en todos los casos se debe

descontar.

Aduna que la sentencia de la Cámara también

vulnera los arts. 8 y 9 de la ley nacional 14.786 que

establecen, en forma coincidente con el citado art. 33

vigente en la esfera provincial, que sólo procede el

descuento después de la intimación de la autoridad de

aplicación (art. 9 in fine, ley citada).

Por último, reitera que si se interpretara que el

art. 33 de la ley 10.149 admite el descuento de los días de

huelga sin que medie la previa intimación de la autoridad

de aplicación, sería inconstitucional por violar el

principio de jerarquía normativa previsto en el art. 31 de

la Constitución nacional, desde que desconocería lo


dispuesto en los arts. 8 y 9 de la ley nacional 14.786.

b. Estos planteos también carecen de sustento.

Veamos.

i. Previsto en el art. 14 bis de la Constitución

nacional, como en el art. 39 inc. 2 de la Constitución de

la Provincia, el derecho de huelga ampara al trabajador y a

la asociación gremial, permitiéndoles adoptar medidas de

abstención de tareas en procura de fortalecer legítimos

reclamos referidos a sus intereses colectivos profesionales

(v. tb., art. 8 inc. d., Pacto Internacional de Derechos

Económicos, Sociales y Culturales).

Como ocurre con el derecho de peticionar a las

autoridades en general y al igual que toda facultad

consagrada en el ordenamiento, la huelga debe ejercerse en

modo compatible con el respeto y la operatividad de otros

bienes jurídicos de jerarquía constitucional equivalente.

La Corte Suprema de Justicia de la Nación ha declarado que

la consagración de este derecho "... no significa, en

efecto, que éste sea absoluto ni que impida su

reglamentación legal, ni la apreciación judicial de las

circunstancias conducentes para decidir los casos que

ocurrieren" (conf. C.S.J.N., Fallos 251:472; 254:56), en

tanto debe ser armonizado con las demás garantías y

derechos de la Constitución nacional (conf. Acordada 22/85

de 21-V-1985, cons. 2º; y Fallos 313:149).


ii. Sobre esa base, el mismo Tribunal ha

expresado que, en principio, el pago de los salarios

correspondientes a los días en que se desarrollan medidas

de acción directa, en ausencia de precepto legal o

convencional explícito que lo contemple, requiere la

comprobación de una conducta culpable del empleador (Fallos

256:305; en igual sentido, O.I.T., "Recopilación de

decisiones y principios del Comité de Libertad Sindical del

Consejo de Administración de la OIT, quinta edición,

Ginebra, 2006, párrafo 654, pág. 140; Comité de Libertad

Sindical de la OIT, 363° Informe, Ginebra, 2012, Caso N°

1865 'República de Corea', párrafo 110, pag. 28; Caso n°

2867, 'Queja presentada contra el Gobierno del Estado

Plurinacional de Bolivia', párrafo 356, pág. 98); solución

aplicable en supuestos como el sub lite en que el conflicto

se desenvuelve en el marco de una relación de empleo

público (conf. doct. Fallos 312:318 y 313:149; Suprema

Corte de Justicia de Mendoza, Sala I, in re: 'Sindicato

Unido de Trabajadores de la Educación de Mendoza c.

Dirección General de Escuelas', sent. de 26-XII-2000, voto

de la Dra. Kemelmajer de Carlucci, La Ley Gran Cuyo 2001,

611 - DT 2001-B, 2135; T.S.J.C.A.B.A., in re: ‘Asociación

Docentes ADEMYS c. GCBA’, sent. de 4-X-2010, voto del Dr.

Casas)".

Es que, si bien el instrumento de la huelga,


dentro de los límites de su legítimo ejercicio, no extingue

el vínculo de empleo, suspende sus prestaciones, de suerte

que la consideración especial que merecen las inasistencias

del agente (conf. doct. causa B. 56.197, "Desinano", sent.

de 21-XII-2011), y que evita reputarlas como faltas que

puedan dar lugar al abandono del cargo, corre a la par del

no devengamiento ni percepción de los haberes referidos al

período en que se prolongó la medida de fuerza (C.S.J.N.,

Fallos 243:84; 253:181; 256:305 y 307).

Se trata de un criterio que puede ser matizado en

función de las circunstancias de cada conflicto. Con todo,

en ausencia de prueba alguna que acredite que la medida de

acción directa hubiese sido adoptada a raíz de un

comportamiento ilegítimo o culpable de la entidad estatal

(arg. arts. 375, C.P.C.C. y 77, C.P.C.A.), mantiene plena

aplicabilidad. Tal, lo acontecido en el caso.

iii. Por otra parte, esas ideas rectoras son

consistentes con el peculiar marco en el que cabe situar la

resolución de contiendas como las que dan cuenta estas

actuaciones.

En las relaciones de empleo público -tales, por

caso, las que motorizan la prestación del servicio

educativo de gestión estatal o la atención de la salud

pública-, la valoración acerca del marco de

desenvolvimiento de la actividad sindical o del ejercicio y


efectos del derecho de huelga, ha de nutrirse de una mirada

de contexto, pues, demás está aclararlo, la entidad

"empleadora" es la Administración Pública (o un poder

estatal), a cuyo cargo se halla la realización del interés

general; es decir, una organización de base democrática

que, a diferencia de una empresa mercantil, no persigue la

maximización de las utilidades, sino la mejora continua de

los bienes públicos.

Por ello, así como en ciertos aspectos de su

régimen jurídico los trabajadores del Estado reciben una

singular protección (v.gr., el derecho a la estabilidad

propia en sus empleos, art. 14, bis, C.N.), en otros, dada

su condición de servidores públicos, sus facultades han de

armonizar con la búsqueda de los fines que

constitucionalmente inspiran los cometidos estatales, entre

otros, la continuidad y eficacia del servicio público,

fundados en la legitimidad democrática de la gestión

gubernativa, respecto de la cual se ejerce la actividad

gremial (arg. TC España, sent. 143/1991, de 1 de julio;

sent. 241/2005, de 10 de octubre).

iv. Asentada en esas bases, la decisión adoptada

en el caso no trasunta la infracción al ordenamiento, ni

viola la ley 10.149.

Por el contrario, la postura que condiciona el

descuento salarial a la intimación administrativa es la que


prescinde de aquellos fundamentos y que al encerrarse en

una interpretación parcial del régimen mencionado, que pone

el foco en un tramo de esa normativa, se desentiende del

contexto regulatorio y de principios en el que se inserta.

El aludido acto de intimación expresa una

atribución del órgano de aplicación que armoniza con el

art. 28 de la misma ley, según el cual a las partes en

conflicto les está vedado la adopción de medidas de acción

directa desde antes que se someta el diferendo a la

instancia conciliatoria y mientras no se cumplan los

términos que allí se fijan. Dicha prohibición opera de

pleno derecho; no es obligado expedir la intimación para

exigir su observancia.

Al respecto, vale apuntar que en la especie no se

ha probado que la entidad gremial hubiese cesado en las

medidas de fuerza a las resultas de llevar a cabo la fase

de diálogo, en los términos de los arts. 20 y 29 de la ley

en cuestión.

En contraposición al argumento de la impugnante,

el encuadre que surge de la interpretación mantenida por

los jueces de las instancias inferiores, en cuanto halla en

el texto del citado art. 33, antes que una limitación, la

ratificación del principio general en la materia, según el

cual no se devenga el derecho a percibir remuneraciones por

los días no trabajados salvo que la medida de fuerza fuese


atribuible a la culpa de la administración empleadora, no

parece censurable.

v. En la economía de la ley, la intimación juega

en determinados supuestos a los que se enlazan

consecuencias jurídicas especiales. Así, los arts. 31 y 32

-referidos a medidas adoptadas por el empleador- establecen

tales efectos que justifican la inclusión de dicho recaudo.

De un lado, ante el cierre del establecimiento, se impone

el pago de los salarios a los trabajadores; del otro,

frente a la suspensión o rescisión de uno o más contratos

de trabajo o la modificación de las condiciones de labor,

se prevé, además, la posibilidad de que la autoridad le

imponga a la patronal una multa conforme lo prescribe su

art. 44.

En cambio, como el pago de haberes

correspondientes a los días de huelga sería un acto carente

como principio de causa jurídica, la ley no condiciona el

descuento respectivo a la formal intimación de la autoridad

competente destinada a los empleados o a la entidad gremial

que los nuclea.

Por lo demás, la impugnante ningún argumento

aporta sobre el gravamen que podría haberle causado la

omisión del trámite formal tantas veces aludido, ni

advierte que no cualquier irregularidad procedimental

genera de manera inexorable la irregularidad en el obrar


administrativo. Antes bien, ha de tratarse de una

inobservancia que ocasione un perjuicio cierto o que

coloque al interesado en estado de indefensión (causa B.

62.830, "Acosta", sent. de 27-III-2008).

vi. Tampoco es de recibo el agravio formulado por

la quejosa, con carácter subsidiario, respecto a la

inconstitucionalidad del art. 33 de la ley 10.149. En este

tramo de su impugnación quien aquí recurre se limita a

reiterar el argumento expuesto en su escrito de apelación y

desestimado por la alzada al considerarlo insuficiente, sin

denunciar que la denegatoria importase un juicio errado

sobre la compatibilidad constitucional de la norma.

vii. No corre mejor suerte el agravio basado en

la alegada violación de los arts. 8 y 9 de la ley nacional

14.786 ya que esta norma resulta inaplicable a este caso

puesto que rige los conflictos de intereses cuyo

conocimiento resulta de la competencia del Ministerio de

Trabajo y Seguridad Social de la Nación (art. 1, ley

citada). En la Provincia de Buenos Aires, los conflictos

laborales hallan su ámbito aplicativo y de tramitación en

disposiciones de la mentada ley provincial 10.149 (arts. 7,

19 y concs.).

viii. Por último, la recurrente arguye que la

sentencia de Cámara vulnera el art. 163 inc. 6 del Código

Procesal Civil y Comercial, al omitir el tratamiento del


agravio planteado en la apelación referido a que la

sentencia de primera instancia viola el principio de

igualdad (art. 16, C.N.; ver punto IX, a fs. 244/245 del

escrito recursivo).

Sin embargo, la denunciada preterición en la que,

según aduce la quejosa, incurrió la alzada no puede ser

receptada por esta vía, pues el recurso extraordinario de

inaplicabilidad de ley no resulta ser instrumento idóneo

para canalizar reclamos por omisión de pretendidas

cuestiones esenciales (conf. causas C. 98.182, sent. de 10-

II-2008 y A. 69.169, sent. de 11-III-2009, entre otras).

VI. Por las razones dadas, no habiéndose

demostrado las infracciones legales denunciadas corresponde

rechazar el recurso extraordinario de inaplicabilidad de

ley interpuesto (art. 279 del C.P.C.C.).

Voto por la negativa. Con costas a la parte

actora por resultar vencida en lo que fuera materia de

debate (arts. 60.1, ley 12.008, t.o. ley 13.101; 68, primer

párrafo y 289 in fine del C.P.C.C.).

El depósito previo (obra a fs. 272/273), queda

perdido para la recurrente (art. 294, C.P.C.C.), debiendo

el a quo dar cumplimiento a lo dispuesto por los arts. 6 y

7 de la resolución 425/2002 (texto resol. 870/2002).

Los señores jueces doctores Kogan, Genoud y

Pettigiani, por los mismos fundamentos del señor Juez


doctor Soria, votaron también por la negativa.

Con lo que terminó el acuerdo, dictándose la

siguiente

S E N T E N C I A

Por los fundamentos expuestos en el acuerdo que

antecede, se rechaza el recurso extraordinario de

inaplicabilidad de ley interpuesto (art. 279 del C.P.C.C.)

Las costas se imponen a la recurrente vencida

(arts. 60 inc. 1°, ley 12.008, texto según ley 13.101, 68,

primer párrafo y 289 in fine del C.P.C.C.).

El depósito previo (obra a fs. 272/273), queda

perdido para la recurrente (art. 294, C.P.C.C.), debiendo

el a quo dar cumplimiento a lo dispuesto por los arts. 6 y

7 de la resolución 425/2002 (texto resol. 870/2002).

Regístrese, notifíquese y devuélvase.

DANIEL FERNANDO SORIA

LUIS ESTEBAN GENOUD HILDA KOGAN


EDUARDO JULIO PETTIGIANI

JUAN JOSE MARTIARENA

Secretario

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