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ESCUELA DE INGENIERIA
Profesor Supervisor:
CHRISTIAN ALFONSO LEDEZMA ARAYA
c MMXII, G ONZALO A LBERTO BARRIOS PARGA
PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATOLICA DE CHILE
ESCUELA DE INGENIERIA
III
A Dios y a mi mujer
AGRADECIMIENTOS
Por último agradecer a mi mujer, Katheryn Fuentes, quien ha sido mi pilar principal
durante todo este proceso y con quien deseo fervientemente continuar construyendo una
vida tan hermosa como la que hasta ahora hemos forjado.
V
Índice General
AGRADECIMIENTOS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . V
Lista de Figuras . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . IX
RESUMEN . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . XIV
ABSTRACT . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1
VI
2.1.1. Descarga del relave completo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 27
2.1.2. Construcción del muro resistente con parte del relave . . . . . . . . . 28
2.1.3. Material del relave equivalente a un suelo húmedo . . . . . . . . . . . 28
2.2. Depósitos de relaves . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 28
2.2.1. Tranques de relave . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 29
2.2.2. Embalse de relaves . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 32
2.2.3. Depósitos de relaves espesados . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 33
2.2.4. Depósitos de relaves filtrados . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 36
2.2.5. Depósitos de relaves en pasta . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 37
2.2.6. Otros depósitos de relaves . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 38
VII
6.1.1. Trabajos sugerido a corto plazo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 79
6.1.2. Trabajos sugerido a mediano plazo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 79
Bibliografı́a . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 80
VIII
Lista de Figuras
IX
4.10. Asentamientos en el tiempo en los puntos de control . . . . . . . . . . . . . 54
4.11. Aceleración (∆t = 0,0005) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 55
4.12. Aceleración (∆t = 0,00025) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 55
5.1. Rapel . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 56
5.2. Los Vilos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 57
5.3. Papudo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 57
5.4. Quillota . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 58
5.5. Universidad Técnica Federico Santa Marı́a . . . . . . . . . . . . . . . . . . 58
5.6. Zapallar . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 59
5.7. Distribución de la variable Y . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 60
5.8. Generación de la altura de las capas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 61
5.9. Generación de grietas independientes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 61
5.10. Continuación de grietas preexistentes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 62
5.11. Compatibilidad entre ambos procesos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 62
5.12. Grietas generadas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 63
5.13. Zoom a la zona superior del depósito . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 63
5.14. Mallado que considera la inclusión de grietas en el modelo . . . . . . . . . 65
5.15. Vista general de las grietas en el modelo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 66
5.16. Zoom a las grietas al interior del modelo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 66
5.17. Asentamiento final en superficie . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 67
5.18. Asentamientos en los puntos de control . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 68
5.19. ru para t=50 s . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 70
5.20. Perfiles de sobre-presión de poros . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 71
5.21. Espectro de aceleraciones en el depósito . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 73
5.22. Variación de la tensión normal en la interfaz entre el muro y el depósito . . 74
5.23. Desplazamientos en el eje central del muro . . . . . . . . . . . . . . . . . . 75
5.24. Aceleraciones registradas en la base y superficie del muro . . . . . . . . . . 76
5.25. Espectro en superficie del muro . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 76
X
A.1. Diferentes fuentes sismogénicas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 85
XI
C.19. Evolución de las deformaciones en el tiempo (Hujeux no-drenado) . . . . . 124
C.20. Evolución del desviador luego de la Re-calibración . . . . . . . . . . . . . 125
C.21. Evolución de la presión de poros luego de la re-calibración . . . . . . . . . 125
C.22. Disipación del exceso de presión de poros . . . . . . . . . . . . . . . . . . 126
C.23. Problema de Lamb . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 127
C.24. Verificación de un elemento paraxial . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 127
C.25. Curva de consolidación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 128
XII
Lista de Tablas
XIII
RESUMEN
XIV
ABSTRACT
During copper’s extraction process, large quantities of waste materials (tailings) are
produced, which are typically stored in large tailing ponds. Thickened Tailings Deposits
(TTDs) are an alternative to conventional tailings ponds. In TTDs a considerable amount
of water is extracted from the tailings before their deposition, increasing the storage capa-
city of the deposit and eventually improving its seismic stability. Once a thickened tailings
layer is deposited, it loses water and it shrinks, forming a relatively regular structure of tai-
lings blocks with vertical cracks in between, which are then filled up with “fresh” tailings
coming from the upper layer.
The dynamic response of this heterogeneous deposit, made out of “solid” blocks with
softer material in between, was analyzed in terms of stresses, displacements, and accele-
rations using an inelastic fully coupled dynamic hydro-mechanic finite element approach.
The results from this model were then compared against the output from a homogeneous
model where the material properties were those of the solid blocks.
The results from 15 different random crack patterns indicate that the response of a
homogeneous model can be considered as a conservative approximation of a model that
considers the existence of cracks between the solid blocks.
1
Capı́tulo 1. ESTADO DEL ARTE
1.1. Motivación
Hacia fines de del siglo XIX Chile comenzó una de las más grandes transformaciones
que su economı́a ha experimentado , al pasar de una actividad centrada principalmente en
la actividad agrı́cola y pecuaria a la extracción de minerales como materia prima, desta-
cando la extracción de plata, salitre, carbón y cobre.
Siglo XVI. Fue la actividad minera, con pequeños lavaderos de oro y plata, la que
permitió la conformación del capital inicial que otorgó lo excedentes necesarios
para la instalación de otras actividades económicas (principalmente agrı́cola), las
cuales predominaron en la economı́a nacional hasta comienzos del siglo XIX.
Chile del 1830. Perı́odo ligado principalmente a la explotación de cobre y plata
en el norte chico, lo cual llevó a Chile a ser reconocido como el mayor produc-
tor de cobre a nivel mundial. Si bien este dato presenta mayor relevancia histórica
que económica, debido a los bajos niveles de consumo de cobre para la fecha, per-
mitió posicionar a Chile por primera vez como un actor estratégico en la minerı́a
mundial.
1880 - 1930. En este perı́odo es el salitre el claro motor de la economı́a nacional
alcanzando el 70 % de las exportaciones nacionales durante la Primera Guerra
Mundial, contribuyendo en cerca de un 30 % del PIB durante el mismo perı́odo.
1920 - 1971. Durante este perı́odo el cobre comienza a posicionarse como uno de
los principales productos chilenos de exportación, iniciándose hacia comienzos
del siglo XX faenas tan importantes, aún en la actualidad, cómo El Teniente y
Chuquicamata.
2
Chile en la actualidad. Durante la última década del siglo XX el sector minero
nacional mostró un dinamismo nunca antes visto, motivado principalmente por
los altos niveles de inversión extranjera llegando a superar los US$ 91 mil millo-
nes hacia 2020.
En las faenas mineras el concepto de “ley del yacimiento” hace referencia a la cantidad
de mineral obtenido de cierta cantidad de material extraido, en Chile este valor bordea el
1 %, es decir de cada 100 ton extraidas, únicamente 1 ton corresponde al mineral principal
que se desea extaer, por lo tanto las restantes 99 ton resultan ser desechos (de no existir
ningún otro mineral que se desea y pueda extraer) que deben ser depositados de la manera
más segura y económica posible para asegurar la factibilidad de la faena. Este material de
desecho es conocido como “relave minero” y los mayores problemas que presentan son:
Es por esto que una serie de autores han dedicado parte de sus investigaciones al
desarrollo de nuevas formas de depositación de estos relaves, entre estos se cuentan los
siguientes:
3
Los depósitos de relaves espesados, en los cuales se enfoca esta investigación, pre-
sentan un comportamiento similar al de una pasta homogénea, ya que contienen un menor
nivel de agua que los relaves convencionales, lo que permite que puedan ser depositados
en un volumen menor, y a la vez dificultan la contaminación por percolación de lı́qui-
dos contaminados. Sumado a lo anterior, estos depósitos presentan algunas propiedades
tales como la posibilidad de depositarse con cierta pendiente debido a la homogeneidad
del material y al menor contenido de agua (Robinsky, 1999), lo que benefician su estabili-
dad por lo cual permiten ahorrar en costos de obras anexas para la contención del material.
1.2. Introducción
4
Pequeños, y por lo tanto despreciable en cuanto a que la presa no sufrirá otras
consecuencias más que algunas fisuras.
Medianos, es decir, aparecen grietas de algunos centı́metros de espesor que re-
querirán ser rellenadas para no inducir superficies preferenciales de falla para
futuros eventos sı́smicos.
Mayores, los que pueden alcanzar desplazamientos de bloques de material del
orden de metros, cuya consecuencia dependerá del lugar en que ocurra.
Graves, no aceptables para el diseño, generan una brecha en el muro de con-
tención la que permitirı́a el vaciamiento de los relaves embalsados o el colapso
general de la presa.
Con este decreto se buscaba controlar la calidad estructural de los tranques mediante
la utilización de fórmulas simplificadas que permitieran analizar la estabilidad sı́smica y
estática de los tranques de relaves a partir de un cierto indicador adimensional denominado
factor de seguridad, el que compara la resistencia del depósito con la solicitación a la que
esta siendo sometido.
5
Sin embargo, y pese a la existencia del D.S. N◦ 86 (y del D.S. N◦ 248 que vino a
reemplazarlo en 2006), sólo en la V región han ocurrido, desde 1971 a la fecha, unos
11 casos reportados de episodios de falla o colapso de tranques de relaves producto de
solicitaciones sı́smicas (Valdebenito and Viveros, 1998).
6
1.3.1. Terremoto de 1928
7
Debido a que los muros de arenas se solı́an construir por el método de crecimiento
aguas arriba, parte de los diques de peralte estaban fundados sobre los suelos finos que
comprenden el mismo material de depósito (limos y arcillas de baja plasticidad), de tal
manera que la reducción de la resistencia de estos suelos acarreó desplazamientos de los
prismas de arena, con los consecuentes agrietamientos longitunidales y transversales, y
el irremediable vaciamiento de suelos finos licuados. El rebalse de los suelos licuados
a través de las grietas genera erosión de las arenas y acelera el ensanchamiento de las
brechas.
A medida que el vaciamiento ocurre, nuevos volúmenes del muro de contención que-
dan sin soporte, disminuye su resistencia lo que permite que el relave licuado continue
fluyendo.
Cabe destacar el hecho de que el concepto de falla de flujo ó flow failure se comienza
a utilizar recién a fines de la década de los 60 luego del terremoto de Niigata en 1964, por
lo tanto resultaba bastante poco probable haber previsto una falla de este tipo a fines de la
década del 20 en Chile.
8
Previo al año 1965 la Planta Concentradora El Cobre contaba con tres depósitos de
relaves llamados Antiguo, Nuevo y Chico, los cuales almacenaban los residuos mineros
provenientes de la mina El Soldado. Como consecuencia del sismo los depósitos Antiguo
y Nuevo colapsaron, no ası́ el depósito Chico o auxiliar (depósito de uso esporádico) que
sólo sufrió deslizamiento parcial.
A partir de análisis realizados sobre las posibles causas de falla de éstos depósitos, se
ha llegado a la conclusión de que el colapso se debió a que el muro perimetral fue construi-
do con el método aguas arriba con taludes muy verticales (1:1), además de haber tenido un
crecimiento demasiado rápido, evitando con esto el drenaje apropiado por consolidación
del material, lo cual llevó a una inevitable licuefacción de los depósitos.
Esta tragedia produjo finalmente una reacción positiva a nivel nacional y mundial;
siendo los hechos más importantes los siguientes:
9
Desde 1970 a la fecha del terremoto, 9 de julio de 1971, Chile se caracterı́zo por
una firme y sostenida campaña de mejoramiento técnico y constructivo con relación al
desarrollo de nuevos depósitos de relaves.
Nuevamente el sector más afectado por este sismo fue la zona central (Castro and
Troncoso, 1989). Entre los tranques más cercanos a la zona epicentral se encontraban El
Cobre N◦ 4, Veta del Agua N◦ 1 y Cerro Negro N◦ 4, ubicados respectivamente a 118, 130
y 140 km del epicentro.
10
Las caracterı́sticas de estas presas de relaves al momento del sismo eran:
Por otra parte, las presas Cerro Negro y Veta del Agua, fallaron de manera previsi-
ble dadas las solicitaciones del sismo de 1985, debido a que los desplazamientos fueron
excesivamente grandes para las dimensiones reducidas de revancha, playa y ancho de co-
ronamiento que ellas disponı́an (ver fig. 1.1). Esto es válido tanto para el modo de falla
de flujo, el que con mayor probabilidad afectó a Veta del Agua, como para el modo de
desplazamiento del talud de aguas abajo que se supone podrı́a haber ocurrido con mayor
probabilidad en Cerro Negro.
11
En lo referente a las principales consecuencias de falla de Cerro Negro y Veta del
Agua, se puede indicar que, aun cuando las fallas no causaron pérdidas humanas ni des-
trucción de obras importantes, si se consideran graves debido a que causaron el vaciamien-
to de importantes volúmenes de relaves.
La extensión de las áreas inundadas fue limitada por la forma bien definida de los
cauces, en los cuales se desarrolló el avance de los relaves lı́quidos; por el bajo caudal de
los esteros naturales que ocupan y por las acciones oportunas de mitigación implementadas
por los propietarios de los depósitos. Aún cuando estas caracterı́sticas disminuyeron las
posibles consecuencias de la falla, la gravedad de la misma resulta innegable debido a que
el vaciamiento de relaves resulta en la mayorı́a de los casos en graves pérdidas materiales,
naturales y humanas.
12
1.3.5. Terremoto de 2010
13
Tranque de Relaves N◦ 5 Veta del Agua
• Ubicación: Sector El melón, Comuna de Los Nogales, provincia de Quillota,
V región
• Evento producido: Colapso casi total del muro de arenas y parte de la cubeta
(aproximadamente el 50 % del volumen total del depósito).
• Estado de la faena: Depósito fuera de operación desde 1998 y recargado.
• Consecuencias: Contaminación de terrenos distantes hasta 100 m del muro,
obstrucción de flujos de esteros cercanos.
• Causas: Compactación insuficiente, talud externo excesivo (30◦ o más), méto-
do de crecimiento aguas arriba.
14
1.3.6. Conclusión de las experiencias sı́smicas
Como conclusión de las experiencias sı́smicas Chilenas, podemos afirmar que, como
criterio de diseño, es posible tolerar ciertos niveles de deformación, siempre y cuando no
provoquen un vaciamiento catastrófico de los relaves acumulados. Por lo tanto, el diseño
sı́smico tradicional, basado sólo en factores de seguridad, no es siempre el más adecuado
ya que podrı́a conducir a diseños sobreconservadores o no factibles en términos económi-
cos.
Tanto éstos como otros aspectos se han visto reflejados en una fuerte evolución en los
métodos de diseño en los últimos 25 años en nuestro paı́s.
15
1.4.1. Evolución
Aún cuando el mencionado informe ha sido realizado por una empresa abocada al
diseño de obras geotécnicas, resulta probable que las lógicas de diseño no coincidan en su
totalidad con la práctica de otras empresas con experiencia en el rubro, por lo tanto, esta
descripción corresponde únicamente a ciertos análisis y no corresponden a normativas ni
criterios de aplicación absoluta.
16
En 1984 se aplica, por primera vez en Chile, se utiliza el método de diferencias finitas
para el análisis de estabilidad para la presa del embalse de relaves Tórtolas. En un comien-
zo este código se conoció con el nombre de DSAGE (Roth, 1985), el cual posteriormente
fue conocido como FLAC1 (Fast Lagrangian Analysis of Continua) (Cundall and Board,
1988).
El mayor avance que entregó la utilización de este nuevo método fue la posibilidad
de considerar un comportamiento completamente no-lineal (modelos constitutivos no-
lineales) para los materiales de construcción y el suelo de fundación. Adicionalmente, se
incorporaron rutinas capaces de modelar el incremento de las presiones de poros durante
el sismos lo cual permitió evaluar el potencial de licuefacción de las presas de relaves.
En el año 1997 se aplicó por primera vez en nuestro paı́s un análisis dinámico 3D para
el estudio de la estabilidad del muro de la presa de relaves Quillayes de 175 m de altura
ubicada en el valle de Cuncumén, utilizando el programa FLAC3D (Lara et al., 1999).
1.4.2.1. Generalidades
Aún cuando se han desarrollado una serie de procedimientos distintos dentro de los
MEL, en su mayorı́a se basan en dividir la potencial masa de deslizamiento en un número
finito de rebanadas sobre cada una de las cuales actúan fuerzas solicitantes y resistentes,
las que deben encontrarse en equilibrio, tanto para cada rebanada, como para el sistema
completo. Algunos métodos consideran sólo equilibrio de fuerzas mientras otros incluyen
equilibrio de momentos. Las principales hipótesis de los métodos de equilibrio lı́mite son:
17
El suelo sigue una ley de falla al corte del tipo Mohr-Coulomb τ = c+σn′ ·tan (φ′ )
donde:
Una de las dificultades de los MEL es que el sistema de ecaciones que resulta se
encuentra indeterminado (número de incógnitas mayor que el número de ecuaciones a
resolver), razón por la cual es necesario introducir hipótesis sobre la dirección, magnitud
y/o punto de aplicación de algunas de las fuerzas actuantes.
Algunos de los métodos más conocidos dentro de los MEL son: Bishop Simplificado
(Bishop, 1955), Janbu Simplificado (Janub, 1968), Janbu Generalizado (Janub, 1973) y
Morgenstern-Price (Morgenstern and Price, 1967), entre otros.
18
De los métodos indicados, el más preciso es el de Morgenstern-Price, pero su com-
prensión y aplicación es laboriosa. El método de Bishop Simplificado por su parte, es
simple y presenta diferencias aceptables en los resultados con los métodos más precisos.
Por ejemplo, análisis realizados a fines de la década de los 60 (Morgenstern and Price,
1967) indican que el Método Simplificado de Bishop, presenta niveles de error inferiores
al 7 %, siendo en general menor a un 2 % en comparación a otros métodos más rigurosos.
El método más simple para incluir los efectos de un sismo es considerarlo como una
serie de fuerzas estáticas horizontales equivalentes en el análisis. La magnitud de la fuer-
za horizontal se asume igual al peso de la masa potencial de falla multiplicada por un
coeficiente adimensional kh que busca representar los efectos del sismo, transformando el
problema en uno de tipo pseudoestático.
Aún cuando en la realidad el sismo induce fuerzas tanto horizontales como verticales,
varios autores recomiendan despreciar esta última componente en el análisis (Barrera and
Campaña, 2005).
El coeficiente sı́smico (kh ) es un valor obtenido de manera empı́rica que depende, en-
tre otros factores, de: la aceleración horizontal máxima de campo libre, las caracterı́sticas
del sismo (magnitud, profundidad, contenido de frecuencias, etc.), las dimensiones de la
obra (volumen potencial de masa deslizante y condiciones de borde) y la existencia de
poblados cercanos, instalaciones y equipos de importancia que puedan verse afectados.
Diversos autores han propuesto una serie de valores para el valor de kh , siendo una de
las más populares la expresión propuesta por , 1993. Lo anterior se debe al hecho de ser
una de las primeras expresiones en considerar las particularidades de los sismos chilenos.
La Tabla 1.1 presenta algunos de los coeficiente sı́smicos más conocidos, sus autores
y caracterı́sticas principales.
19
Autor Valor de kh Caracterı́sticas
k = 0,10 Sismos severos
Terzaghi (1950) k = 0,20 Sismos violentos y destructivos
k = 0,50 Sismos catastróficos
Sitios cercanos a la fuente sı́smica, capaz
k = 0,10
de generar eventos de magnitud menor a 6.5
Seed (1979)
Sitios cercanos a la fuente sı́smica, capaz
k = 0,15
de generar eventos de magnitud menor a 8.5
k = 0,30 · amax Si amax ≤ 6,6 sm2
Saragoni (1993) g 0,33
k = 0,22 · amax
g
Si amax ≥ 6,6 sm2
TABLA 1.1. Valores tı́picos del coeficiente sı́smico kh .
Este método consiste, en lı́neas generales, en suponer valores iniciales para el módu-
lo de corte (G) y para la razón de amortiguamiento (D), junto con curvas (comunmente
obtenidas en laboratorio) que indican como evolucionan dichos parámetros en función de
la deformación angular para un suelo dado. Luego, en cada instante de tiempo se regis-
tra la deformación angular sufrida por cada uno de los elementos finitos y se obtiene el
parámetro “corregido“ para G y D, parámetros con los cuales se re-calcula la deformación
angular, este proceso se repite hasta converger.
20
1.4.3.2. Código FLAC (Fast Lagrangian Analysis of Continua)
Debido a que por este enfoque se considera la no-linealidad de manera directa a través
de la curva de comportamiento,se requiere de un mayor número de parámetros que de-
bemos determinar para lograr describir la respuesta, éstos son: densidad, permeabilidad
(kx , ky ), cohesión, angulo de fricción interna, resistencia al corte no-drenado y el módulo
volumétrico (B = K · (σ3′ )m ), donde B corresponde al módulo de compresibilidad vo-
′
lumétrica, σ3 corresponde a la tensión de confinamiento (función de la profundidad) y m
corresponde a un parámetro (comunmente entre 0.3 a 0.5) que depende de la ley empı́rica
utilizada para modelar el comportamiento.
21
1.5. Práctica Chilena
Estos métodos se suelen utilizar en casi todas las presas de menores dimensiones, en
especial para aquellas cuyas alturas de muro no superan los 40 m. Estos métodos resultan
ser suficientes y no se requiere de análisis dinámicos adicionales para asegurar la estabi-
lidad de la presa (Barrera and Campaña, 2005). Para la aplicación de estos métodos se
requiere de la siguiente información básica:
22
Comúnmente estos valores se han adoptado basados en experiencia empı́rica. En Es-
tados Unidos se suelen utilizar valores del orden de 0,5amax a 0,67amax , donde amax co-
rresponde a la aceleración máxima medida en roca.
La práctica nacional ha indicado que estos valores, para la realidad sı́smica chilena,
resultan en coeficientes sı́smicos demasiado altos (Barrera and Campaña, 2005). Como
consecuencia de lo anterior, investigadores como han derivado expresiones acordes a las
condiciones propias nacionales (Tabla 1.1).
23
1.5.2. Análisis dinámico
Los requisitos para la verificación del comportamiento son los mismos que los que se
imponen al análisis por medio de los MEL.
24
Sin embargo, si existe un alto potencial de licuación en ciertas zonas, se debe realizar
un análisis de sensibilidad, y si procede, rediseñar el sistema de drenaje o aumentar la
densificación de los materiales para disminuir el riesgo de licuación.
En los anexos (A) se presenta un ejemplo del calculo del coeficiente sı́smico para
un caso real, en este se desarrolla paso a paso desde el marco sismotectónico hasta la
obtención final del coefiente sı́smico a utilizarse en el diseño de la presa.
25
Capı́tulo 2. CONCEPTOS Y GENERALIDADES SOBRE LOS RELAVES
Toda planta minera produce residuos sólidos denominados “relaves”, los que corres-
ponden a una “suspensión fina de sólidos en lı́quido”, constituidos fundamentalmente por
el material presente in situ en el yacimiento, al cual se le ha extraı́do la fracción con mi-
neral valioso, conformando una “pulpa”. Esta pulpa presenta una razón aproximada de
agua/sólidos del orden de 1:1 a 2:1. Las caracterı́sticas y el comportamiento de esta pul-
pa dependerá tanto de la razón agua/sólidos como de las caracterı́sticas de las partı́culas
sólidas. En general:
Una masa de relaves con un gran contenido de agua escurrirá fácilmente, incluso
con pendientes pequeñas.
Por otra parte, si el relave presenta un contenido de agua suficientemente bajo
(por ejemplo, relaves filtrados) no escurrirá gravitacionalmente.
Si las partı́culas sólidas son de muy pequeño tamaño (equivalentes a arcillas), se
demorarán un gran tiempo en sedimentar, manteniéndose en suspensión y alcan-
zando grandes distancias respecto al punto de descarga antes de sedimentar.
Por el contrario, si las partı́culas sólidas son de mayor tamaño (equivalentes a
arenas) sedimentarán rápidamente y se acumularán a corta distancia del punto de
descarga.
26
Para conseguir estructuras estables para el depósito de relaves, deben determinarse sus
caracterı́sticas (granulometrı́a, densidad relativa, razón de vacı́os, etc.) de manera similar
a lo que se hace con los suelos en el caso del desarrollo de obras estructurales sobre éstos.
Estas determinaciones permiten también evaluar el cumplimiento de las disposiciones le-
gales contenidas en el Decreto Supremo (D.S.) No 248 “Reglamento para la Aprobación
de Proyectos de Diseño, Construcción, Operación y Cierre de Depósitos de Relaves”, del
Ministerio de Minerı́a.
27
2.1.2. Construcción del muro resistente con parte del relave
Esta opción corresponde a tratar los relaves provenientes de la planta antes de ser
depositados, de manera de separar la fracción gruesa (arenas de relaves) de la fracción
fina (lamas), para poder utilizar la primera fracción como material para la construcción
del muro perimetral y descargar la segunda fracción a la cubeta del embalse; la cual, al
depositarse sobre el talud interno del muro, ayuda a la impermeabilización del mismo. Al
construir el muro utilizando las arenas de los relaves, es posible hacerlo de tres formas de
acuerdo al método de crecimiento: crecimiento del muro hacia “aguas arriba”, crecimiento
del muro hacia “aguas abajo” y crecimiento del muro según el método de “eje central o
mixto”. Cualquiera de estos métodos constructivos conforma a lo que en Chile se deno-
mina, “Tranques de Relaves”. Cabe destacar que el sistema de crecimiento de muro hacia
“aguas arriba” no se contempla en la legislación actual Chilena debido a que la particular
disposición de crecimiento del muro presenta una baja resistencia frente a solicitaciones
sı́smicas.
Esta opción requiere tratar los relaves provenientes de la planta previo a su depo-
sitación, de manera de extraerle una gran cantidad de agua, obteniendo ası́ un material
equivalente a un suelo húmedo el cual puede ser depositado sin necesidad de un gran mu-
ro perimetral para su contención. Para este propósito existen distintos métodos, entre los
más destacados se cuentan: “espesar los relaves”, “filtrar los relaves” y la alternativa más
reciente es la de crear lo que se denomina una “pasta de relaves”.
28
Dependiendo de diversos factores, como cercanı́a al concentrador, capacidad de al-
macenamiento de relaves, topografı́a del lugar y producción del yacimiento, se realiza la
selección del método más apropiado para disponer estos relaves.
Tranques de relaves
Embalses de relaves
Depósitos de relaves espesados
Depósitos de relaves filtrados
Depósitos de relaves en pasta
El Método Aguas Arriba consiste en un muro inicial (starter dam) construido con
material de empréstito compactado sobre el cual se inicia la depositación de los relaves,
utilizando clasificadores denominados “Hidrociclones“; la fracción más gruesa o arena, se
descarga por el flujo inferior del hidrociclón (underflow) y se deposita junto al muro inicial,
mientras que la fracción más fina o lamas, que sale por el flujo superior del hidrociclón
(overflow) se deposita hacia el centro del tranque en un punto más alejado del muro, de
modo tal que se va formando una especie de playa al sedimentar las partı́culas más pesadas
de lamas y gran parte del agua escurre, formando el pozo de sedimentación o laguna de
sedimentación, la que una vez libre de partı́culas en suspensión es evacuada mediante
un sistema adecuado de captación, como las denominadas torres de evacuación, o bien,
utilizando bombas montadas sobre una balsa flotante.
29
Una vez que el depósito se encuentra próximo a llenarse, se procede al levantamien-
to del muro, desplazando los hidrociclones a una mayor elevación en la dirección hacia
aguas arriba y comenzando una nueva etapa de descarga de arenas, y peralte del muro;
la construcción continúa sucesivamente en la forma anteriormente indicada (ver Fig. 2.1).
Con este método se pueden alcanzar alturas de hasta 25 m.
30
Este método requiere disponer de un gran volumen de arenas, pero permite lograr
muros resistentes más estables desde el punto de vista de la resistencia sı́smica en compa-
ración con el método de construcción “aguas arriba”.
Este método se inicia al igual que los métodos anteriores con un muro de partida de
material de empréstito compactado, sobre el cual se depositan las arenas ciclonadas hacia
el lado de aguas abajo y las lamas hacia el lado de aguas arriba. Una vez completado el
vaciado de arenas y lamas correspondiente al muro inicial, se eleva la lı́nea de alimentación
de arenas y lamas siguiendo el mismo plano vertical inicial de la berma de coronamiento
del muro de partida. Esto permite lograr un muro de arenas cuyo eje se mantiene en el
mismo plano vertical, cuyo talud de aguas arriba es más o menos vertical, y cuyo talud de
aguas abajo puede tener la inclinación que el diseño considera adecuada.
Este método requiere disponer de un volumen de arenas intermedio entre los dos
métodos anteriores, y permite lograr muros suficientemente estables.
31
El desafı́o que representa la construcción de tranques de arenas de relave no está aso-
ciado necesariamente al material con el que se construyen, sino más bien al sistema de
construcción por relleno hidráulico el que puede inducir elevadas presiones de poros y
eventualmente fallas de flujo en caso de un sismo. Las técnicas modernas de diseño, cons-
trucción y control se enfocan en permitir obtener estructuras seguras a base de buenos sis-
temas de drenaje, de un eficiente sistema de ciclonaje y disposiciónes de las arenas,junto
con una buena compactación de la arena que permita alcanzar una elevada densidad. Lo
anterior, implementado correctamente, complementado con un control piezométrico en el
cuerpo del prisma resistente, deja al tranque de arenas de relave en condiciones de estabi-
lidad estática y sı́smica semejantes al de otras obras de ingenierı́a de importancia.
Este tipo de depósito de relaves consiste en construir un muro resistente hecho total-
mente de material de empréstito, compactado e impermeabilizando el talud interior del
muro y también parte o todo su coronamiento; los relaves se depositan completos en la
cubeta sin necesidad de clasificación, pero también deben disponer de un sistema de eva-
cuación de las aguas claras en la laguna que se forma (ver Fig. 2.4). Los embalses de
relaves no se diferencian mayormente de las presas de embalse de aguas, las que constitu-
yen una técnica ampliamente desarrollada en todo el mundo.
32
La diferencia fundamental entre un embalse destinado a la acumulación de agua y uno
destinado a la depositación de relaves es que mientras el embalse para agua se construye de
una vez con su capacidad definitiva, el embalse para relaves se puede ejecutar por etapas
a medida que se avanza con el depósito de los mismos, a fin de no anticipar inversiones y
reducir a un mı́nimo su valor presente.
Del punto de vista sı́smico, los embalses de relaves son más resistentes que cualquiera
de los métodos indicados anteriormente para los tranques de relaves.
33
Si se trata, por ejemplo, de depositar relaves en un valle plano desde la ladera que
limita dicho valle, se puede iniciar el depósito desde pequeña altura con una pulpa relati-
vamente diluida para luego elevar el punto de descarga simultáneamente con un aumento
de la concentración a fin de disponer para las capas siguientes de una pendiente más pro-
nunciada (ver Fig. 2.5). El punto de descarga puede luego ser desplazado lateralmente con
el objeto de formar un depósito de base ovoidal.
34
F IGURA 2.5. Esquema de depositación de depósitos de relaves en una ladera
35
2.2.4. Depósitos de relaves filtrados
Este tipo de depósitos de relaves es muy similar al de los relaves espesados, con la
diferencia de que el material contiene menos agua debido al proceso de filtrado utilizando
equipos similares a los que se emplean para filtrar concentrados, como son los filtros de
prensa o de vacı́o.
El relave, una vez filtrado, se transporta al lugar de depósito mediante cintas trans-
portadoras o bien mediante equipos de movimiento de tierra y/o camiones. En el primer
caso, se logra un domo de material similar al método de Robinsky; mientras que en el
segundo caso se utiliza el equipo de movimiento de tierras para ir construyendo módulos
de material compactado, los cuales permiten conformar un depósito aterradazo de gran
volumen (ver Figura 2.8). Es importante señalar que en este método, aunque el contenido
de humedad que se logra es relativamente bajo (20 % a 30 %), lo que permite su manejo
con equipos de movimiento de tierra, de todos modos es lo suficientemente alto como para
tener un relleno prácticamente saturado, por lo tanto es posible que se produzcan infiltra-
ciones importantes de las aguas contenidas en estos relaves si el suelo de fundación es
relativamente permeable. También es necesario señalar que la presencia de algunas arci-
llas, yeso, etc. en los materiales de relaves pueden reducir significativamente la eficiencia
del filtrado.
36
2.2.5. Depósitos de relaves en pasta
Los relaves en pasta corresponden a una mezcla de agua con sólido, que contiene
abundantes partı́culas finas y un bajo contenido de agua, de modo que esta mezcla tenga
una consistencia espesa, similar a una pulpa de alta densidad.
Cuando se dispone pasta de relaves en superficie, una muy pequeña fracción de agua
podrá drenar o infiltrarse, ya que la mayor parte de la humedad es retenida en la pasta
debido a la tensión superficial de la matriz de suelo fino.
Para faenas de pequeña escala, la pasta puede ser transportada en camiones desde las
instalaciones de operación y hacia el lugar de disposición final.
37
Una vez depositadas, se dejan secar y se pueden acopiar. Esta forma de acumular,
permite minimizar la superficie de suelo cubierto con relaves, realizar un cierre progresivo
y al cese de operaciones, el depósito puede ser dejado sin requerir medidas adicionales de
cierre (ver Figura 2.9).
Para faenas de mayor tamaño, por economı́a de escala para el manejo de materiales,
el sistema considera el uso de bombas o cintas transportadoras hasta un repartidor que
realiza la disposición final. Cabe destacar que debido a su alta densidad, las pastas son
transportadas mediante el uso de bombas de desplazamiento positivo.
Existen otros tipos de depósitos de relaves que son factibles de desarrollar. Sin em-
bargo, en Chile existen grandes restricciones desde el punto de vista legal, de la seguridad
de la personas y del medio ambiente, para otorgar permisos a proyectos de depósitos al-
ternativos, los que no contempla nuestra legislación. Se debe reconocer que en el pasado
se realizaron proyectos en Chile que utilizaron técnicas de depósitos de relaves “alternati-
vas”, tales como:
38
Depósitos en minas subterráneas en explotación
Depósitos en minas subterráneas abandonadas
Depósitos en minas explotadas a cielo abierto
Depósitos de relaves radioactivos
Depósitos costeros
Depósitos submarinos
39
Capı́tulo 3. MODELO PLANO DE DEPÓSITO DE RELAVES ESPESADOS
Por todo lo anterior una modelación “completa” del depósito resulta ser un problema
complejo de abordar y altamente costoso a nivel computacional es por esto que para el
desarrollo de la presente investigación se consideró la modelación de una sección plana
“representativa” del depósito la cual considera igualmente el proceso de generación de
grietas en la dirección perpendicular a la superficie del depósito.
40
Por su parte el muro al estar compuesto por material de empréstito o estéril minero
el cual es dispuesto simplemente sobre el suelo, este igualmente puede presentar despla-
zamientos relativos en relación a la roca basal sobre la cual se apoya. El detalle de la
ubicación de los elementos de contacto se presenta en la Fig. 3.1
El modelo final generado para el depósito de relaves considera que el material depo-
sitado se encuentra limitado por un muro de contención en su parte frontal y por lo que
serı́a el talud de una montaña en su parte posterior.
41
F IGURA 3.2. Esquema general del proceso iterativo de selección del modelo de análisis
42
Para lograr una correcta condición inicial de tensiones para el modelo no-lineal a
utilizarse en el depósito se considera nula la pendiente superior de este, sin embargo se
genera una pendiente en la parte inferior del mismo que va desde lo 16 a los 20 m de
profundidad, esto busca representa el comportamiento de un depósito no perfectamente
horizontal.
Por su parte, en la base del depósito se considera un estrato rocoso (elástico) cuyo
lı́mite corresponde a dos segmentos de circunferencia en ambos extremos unidos por un
segmento de recta con el fin de obtener la geometrı́a más favorable para evitar la perma-
nencia de ondas parásitas en el modelo, esto con el fin de ubicar elementos paraxiales
(Modaressi and Benzenati, 1994) en el lı́mite de esta zona durante el cálculo dinámico,
estos elementos aseguran la condición de amortiguamiento por radiación y permiten la
inclusión de una onda incidente.
Donde:
43
El hecho de considerar la napa freática en su nivel más elevado corresponde al caso
más desfavorable frente a un evento sı́smico ya que el descenso de esta provocarı́a suc-
ciones en el material que se encuentra en superficie aumentando la tensión efectiva en el
mismo y por ende su estabilidad en términos de potencial de licuación.
Tanto para el depósito de relaves como para el muro se utiliza el modelo cı́clico elasto-
plástico multi-mecanismos desarrollado en el Ecole Central de Paris.
44
Los parámetros considerados para el modelo fueron obtenidos utilizando resultados
de ensayos triaxiales desarrollados por Cifuentes (2010) y calibrados por Ferrer (2010). La
Fig. 3.5 muestra los resultados de la calibración en desviador y la Fig. 3.6 la sobre-presión
de poros respecto de la deformación axial de la muestra.
En ambas figuras se puede notar un adecuado ajuste de los parámetros. Por su, parte
los parámetros utilizados en el muro se obtuvieron de Nieto Gamboa (2011).
(i) El Muro presenta un sistema de drenaje el cual impide el paso de agua al interior
de éste.
(ii) El material de empréstito con el cual se genera el muro presenta alta permeabili-
dad por lo cual, aún existiendo agua al interior del mismo no deberı́an generarse
mayores aumentos en la presión de poros.
200
Cifuentes (2007)
Ferrer (2010)
150
q [kPa]
← 196 kPa
100
← 98 kPa
50
0
0 5 10 15 20
εzz [%]
45
250
Cifuentes (2007)
200 Ferrer (2010)
u [kPa]
150 196 kPa →
100
← 98 kPa
50
0
0 5 10 15
εzz [%]
Ya con la geometrı́a y los materiales definidos se realizaron pruebas que tomaron del
orden de 30 min para el modelo con malla más gruesa, y cerca de 9 dı́as de cálculo para
los casos que considerar la existencia de grietas y un mallado más fino. Estos tiempos aún
cuando siguen siendo bastante elevados permiten la obtención de resultados de un tamaño
que permita trabajar con ellos sin un consumo restrictivo de recursos computacionales.
46
Capı́tulo 4. ANÁLISIS PRELIMINARES
Antes de llevar a cabo un análisis no-lineal (como el que más adelante se presenta)
del modelo previamente descrito, se realizó un análisis lineal elástico de modelo completo
con el fin de conocer parámetros fundamentales del sistema que permitan caracterizarlo a
través de fórmulas empı́ricas y sencillos análisis. Para esto se empleó una señal analı́tica
de Ricker (Fig. 4.8) la cual permite evaluar el comportamiento frente a un amplio rango
de frecuencias en un lapso de tiempo menor. Todas las verificaciones se realizan en los
perfiles verticales bajo los puntos de control definidos a 50 m, 90 m y 130 m de la parte
superior del muro de contención.
−2
−4
−6
−8
Z (m)
−10
X=50 m
−12
X=90 m
−14 X=130 m
Prom 50 m
−16 Prom 90 m
Prom 130 m
−18
50 100 150 200
vs (m/s)
Las lı́neas rectas de la Fig. 4.1 presentan el valor promedio de velocidad de onda de
corte para cada uno de los perfiles estudiados (vs−50 = 149,7 m/s, vs−90 = 151,2 m/s y
vs−130 = 145,2 m/s).
47
Conocida la altura y la velocidad de onda de corte promedio en los perfiles estudiados
es posible obtener una aproximación del perı́odo fundamental del sistema, por medio de
la siguiente expresión:
1 4H(x)
= (4.1)
f (x) vs
Los valores obtenidos por medio de la Eq. 4.1 son: f50 = 2,2 Hz, f90 = 2,0 Hz y
f130 = 2,7 Hz. Dichos valores entregan un perı́odo fundamental aproximado representa-
tivo del depósito de 0,5 s.
Los valores obtenidos para las frecuencias fundamentales pueden ser verificados por
medio de la Fig. 4.2. En esta figura se presenta la razón de amplificación en frecuencias
entre la respuesta en la parte inferior del depósito y la respuesta en superficie para los
perfiles antes mencionados.
50
X = 50 m
0
0 2 4 6 8 10
f (Hz)
10
5 X = 90 m
0
0 2 4 6 8 10
f (Hz)
500
X = 130 m
0
0 2 4 6 8 10
f (Hz)
La Fig. 4.2 ratifica la aproximación realizada por medio de la Ecuación 4.1 entregando
en los tres perfiles analizados un valor de frecuencia fundamental del orden de 2.0 Hz. Lo
sencillo de la obtención de estos parámetros (vs y T1 ) los transforman en valores usuales
para el diseño preliminares de este tipo de estructuras.
Es interesante además que sólo en el perfil de más a la derecha (X=130 m), hay un
claro predominio del modo fundamental. A menores profundidades, y sobre todo en el
48
caso del perfil a X=50 m, aparecen varios otros peaks a frecuencias mayores, pero de am-
plitud importante. En efecto, en la medida que el perfil está más cerca del muro, existe
mayor interferencia entre las vibraciones del material depositado y el de muro de enroca-
do. Los resultados anteriores muestran que la noción de perı́odo fundamental de un sitio
frecuentemente usada en dinámica de suelos, es de difı́cil extensión a este tipo de obras
y por lo tanto la evaluación de la respuesta dinámica en función de un “único” perı́odo
fundamental podrı́a ser poco realista.
La Fig. 4.3 muestra el orden de generación del modelo para dicha secuencia construc-
tiva, A su vez, la Fig. 4.3 muestra que el nivel de la napa freática se ha ubicado 1 m bajo
la superficie del depósito para evitar problemas numéricos en zonas poco confinadas del
modelo.
49
F IGURA 4.4. Tensiones verticales efectivas iniciales del modelo (kPa)
el resto del modelo, pues se considera que el relave está completamente saturado, mientras
que tanto la roca basal como el muro de contención se consideran secos durante todo el
análisis.
En las zonas de contacto entre el relave y el muro, y entre el relave y la roca basal,
se ubican elementos de contacto con una versión estándar de la ley friccional de Mohr-
Coulomb (Fig. 4.5). Estos contactos permiten tanto el deslizamiento relativo como la se-
paración de ambos lados del contacto. El estado final de tensiones provenientes del análisis
estático es utilizado como estado inicial del análisis dinámico.
50
( A ) Esfuerzo normal
El efecto del tamaño de la malla fue estudiado para el caso homogéneo considerando
un largo caracterı́stico de los elementos de 5 m y 3 m (Fig. 4.6 y Fig. 4.7, respectivamente).
51
F IGURA 4.6. Malla gruesa
Para evaluar los efectos del tamaño de la malla se utilizó una señal analı́tica de Rick-
ker (Eq.4.2) debido que dicha señal permite barrer un alto contenido de frecuencias en
un corto perı́odo de tiempo, esto permite realizar una serie de análisis a un bajo costo
computacional. En la Fig. 4.8 se presenta la señal mencionada junto con su transforma-
da de Fourier la cual ratifica el amplio espectro de frecuencias que esta señal abarca. El
movimiento es impuesto por medio de los elementos paraxiales ubicados en la base del
modelo.
2
6t2 − 6t
√ e b2
f (t) = π b2 (4.2)
2
52
0.1
A (g)
0
−0.1
0 1 2 3 4 5
t(s)
10
Amplitud
5
0
0 5 10 15 20
f (Hz)
La Fig. 4.9 presenta los asentamento co-sı́smicos obtenidos en la superficie del depósi-
to mientras que en la Fig. 4.10 se detallan los asentamientos en el tiempo para tres puntos
de control sobre la superficie del depósito a una distancia de 50 m, 90 m y 130 m de la
parte superior del muro de contención. Con esto se busca representar un punto en las cer-
canı́as del muro, uno cercano a la zona más profunda del depósito y uno cercano a la roca
basal. respectivamente.
1.5
∆ zf (5 m)
1 ∆ zf prom (5 m)
0.5 ∆ zf (3 m)
Asentamiento (mm)
∆ zf prom (3 m)
0
−0.5
−1
−1.5
−2
−2.5
20 40 60 80 100 120 140
X (m)
En ambas figuras, con lı́nea segmentada se presentan los resultados para la malla grue-
sa mientras que con lı́nea continua los resultados para la malla más fina. Ambas figuras
muestras que los asentamientos resultan bastante similares de manera cualitativa, mientras
que numéricamente las diferencias no superan el 10 %. Este análisis nos permite verificar
53
que una malla con un largo caracterı́stico de 5 m resulta ser lo suficientemente fina como
para representar de manera adecuada los aspectos fundamentales del problema en estudio.
Por otra parte, la malla fina contiene cerca de 4000 elementos, mientras que la malla más
gruesa presenta del orden de 1300 elementos, Esto se traduce en una diferencia del orden
de 3 veces en tiempo de cálculo entre ambos modelos, es decir, hay un ahorro considerable
en recursos computacionales al usar el modelo con malla más gruesa.
0 X = 50 m
X = 90 m
X = 130 m
−0.2
Asentamiento (mm)
−0.4
−0.6
−0.8
−1
−1.2
0 1 2 3 4 5
t (s)
Lo anterior ocurre por dos factores fundamentales: en primer lugar, el hecho de contar
con un menor número de elementos sobres los cuales se debe integrar el modelo constitu-
tivo, y en segundo lugar, elementos más grandes permite integrar con un paso de tiempo
mas grande. Esto último se debe fundamentalmente a que gran parte de las inestabilidad
que puede presentar el modelo se debe a la integración explı́cita de los elementos paraxia-
les los cuales, a medida que son más pequeños, obliga a que el paso de tiempo sea más
pequeño. Este último detalle no resulta del todo fundamental si se desean estudiar los des-
plazamientos que afectan al modelo (Figs. 4.9 y 4.10), sin embargo, como podemos ver en
las Fig. 4.11 y Fig. 4.12, sı́ es necesario un paso de tiempo (o de guardado de las variables)
más fino para poder capturar los peaks de aceleración en el modelo. En todas las figuras
antes mencionadas con lı́nea segmentada se presentan los resultados para la malla gruesa
mientras que con lı́nea continua los resultados para la malla más fina.
54
a (g) (superficie)
0.1 Malla gruesa
Malla fina
0.05
−0.05
x
0 1 2 3 4 5
t (s)
0.02
a (g) (base)
Malla gruesa
Malla fina
0
−0.02
x
0 1 2 3 4 5
t (s)
−0.05
0 1 2 3 4 5
t (s)
0.02
ax (g) (base)
Malla fina
Malla gruesa
0
−0.02
0 1 2 3 4 5
t (s)
55
Capı́tulo 5. ANÁLISIS DINÁMICO
La elección del sismo de diseño para el estudio dinámico de cualquier sistema es fun-
damental pues controla en gran medida la respuesta de cualquier sistema. En este estudio
se consideraron 6 registros del sismo de Mw = 7,8 que afectó a la zona central de nuestro
paı́s en marzo de 1985 (Fig. 5.1, Fig. 5.2, Fig. 5.3, Fig. 5.4, Fig. 5.5 y Fig.5.6). De estos
registros se obtuvieron: su gráfica a v/s t para obtener una duración estimada del “movi-
miento fuerte”, el valor máximo de aceleración con el fin de tener una primera noción de
la intensidad del movimiento; la intensidad de Arias (Arias (1970)) para categorizar la in-
tensidad de los movimientos; y finalmente, la compatibilidad con el espectro de diseño de
la norma chilena de diseño sı́smico de estructuras e instalaciones industriales INN (2003)
considerando zona sı́smica 2 y suelo II, los cuales resultan ser parámetros comunes para
las zonas en donde se ubican los mayores proyectos mineros en nuestro paı́s.
0.1
0 20 40 60 80
t(s)
0.6
Sa (g)
0.4
0.2
56
0.02 a =0.025 (g)
max
A (g)
0
−0.02
0 10 20 30 40
t(s)
0.6
Sa (g)
0.4
0.2
−0.2
0 20 40 60 80
t(s)
2
Sa (g)
1.5
1
0.5
La selección final del registro que fue utilizado en los análisis se basó en dos aspectos
principales: por una parte, una adecuada correlación del espectro generado por el movi-
miento con el indicado por la norma de diseño sı́smico, con el fin de homologar en cierta
medida los análisis con uno tı́pico realizado para estructuras industriales en la zona; y por
otra parte, una larga duración del movimiento fuerte, pues uno de los focos principales de
57
0.2 a =0.26 (g)
max
A (g)
0
−0.2
0 20 40 60 80
t(s)
1.2
1
Sa (g)
0.8
0.6
0.4
0.2
0 0.5 1 1.5 2 2.5 3
Periodo (s)
amax=0.176 (g)
0.1
A (g)
−0.1
0 10 20 30 40 50 60 70
t(s)
0.8
Sa (g)
0.6
0.4
0.2
0 0.5 1 1.5 2 2.5 3
Periodo (s)
58
a =0.305 (g)
max
0.2
A (g)
0
−0.2
0 20 40 60 80
t(s)
2
Sa (g)
1.5
1
0.5
Estación Dirección amáx (g) IArias Mov. fuerte (s) Duración total (s)
Rapel NS 0.223 0.52 20 91.7
Los Vilos NS 0.025 0.03 10 49.8
Papudo S40E 0.231 2.84 15 82.1
Quillota — 0.260 2.00 10 82.1
U. Santa Marı́a N70E 0.176 1.25 15 79.4
Zapallar EW 0.305 1.59 10 95.8
59
cierta tendencia por parte de las grietas que se han generado en capas inferiores a conti-
nuar desarrollándose en las capas que la suceden, además de las grietas ”independientes“
que se generan en la nueva capa depositada. Para poder representar ambos fenómenos, se
desarrolló el proceso de generación aleatoria de grietas que se detalla a continuación.
Se comienza definiendo la altura de las capas de depositación (Fig. 5.8) por medio de
dos parámetros fundamentales: ∆y = 0,25 m, correspondiente a la altura media de una
capa y αy = 0,4 un ponderador del valor ∆y que define los lı́mites de la distribución
uniforme para la altura de cada capa. Ası́, la altura de cada capa queda definida por la
siguiente expresión:
Hi = ∆y − αy ∆y + 2r · αy ∆y (5.1)
60
F IGURA 5.8. Generación de la altura de las capas
Luego, para las coordenadas en la dirección horizontal X en que se ubicarán las grie-
tas, se comienza desde la superficie de la capa inferior de depositación hacia las capas
superiores para respetar el orden de colocación del material. En la primera capa se con-
sidera únicamente una generación aleatoria de grietas la cual consiste simplemente en
dividir el segmento de recta correspondiente a la superficie de la capa de depositación en
∆x = 0,5 m parámetro que corresponde a un “tamaño promedio” de los bloques sólidos,
luego se recorre de izquierda a derecha el segmento y con una probabilidad Px1 = 0,5 se
decide si en cada uno de los puntos existirá o no una grieta (Fig. 5.9).
Habiendo sido generadas las grietas en la primera capa depositada (capa inferior),
en las subsecuentes capas se generan dos procesos paralelos. En primer lugar se generan
grietas de manera independiente, al igual que en la primera capa, con la salvedad de que
se considera una probabilidad Px1 = 0,5 para los segmentos que no se encuentran sobre
61
el segmento inferior y otra probabilidad Px2 = 0,3 para el segmento que se encuentra
directamente sobre la capa inferior, estos valores se ajustaron con el fin de obtener capas
con una cantidad “constante” de grietas en toda su longitud evitando un exceso de grietas
o un número muy pequeño de ellas en la zona sobre la capa inferior (Fig. 5.10).
62
las grietas generadas por ambos procesos por medio de eliminar las grietas independientes
siempre y cuando éstas se encuentren a una distancia menor a una cota (dmin = 0,2 m) de
las grietas que continúan desde la capa inferior (Fig. 5.11). Este valor podrı́a entenderse
como la longitud mı́nima de un bloque sólido.
En la Fig 5.12 y 5.13 se presenta, a modo de ejemplo, una gráfica de las grietas gene-
radas a partir del proceso recién detallado.
100
50
−50
−100
15
10
−5
−10
−15
−20
145 150 155 160 165 170 175 180 185 190
63
5.2.2. Ubicación de grietas en el mallado de Elementos Finitos
64
El modelo que considera la existencia de grietas (Fig. 5.14) utiliza elementos de 50
cm de longitud máxima en sus segmentos en el depósito, para poder compatibilizar con
las grietas antes generadas. Esta longitud va aumentando a medida que nos alejamos del
depósito con el fin de disminuı́r la cantidad final de elementos en el modelo.
Del proceso anterior de generación (5.2.1) de grietas se obtienen los extremos de los
segmentos de recta que comprenden cada una de las grietas. Luego, para cada uno de
estos punto se verifica si en su cercanı́a se encuentra algún nodo del mallado de elementos
finitos por medio de definir una tolerancia (distmin = 0,11 cm), es decir, si la distancia
entre algún extremo de una grieta y algún nodo del mallado es menor a dicha tolerancia se
considera a este nodo como candidato a formar parte de una grieta.
65
Finalizado este procedimiento se cuenta con una serie de “nodos candidatos”, luego
se verifica para todos los elementos del mallado si es que algún elemento se encuentra
constituido por 2 o más de estos nodos, de ser ası́, dicho elemento pasa a considerarse co-
mo “grieta”, finalmente, a través de todos los elementos que se consideraron como grietas
se genera el patrón de agrietamiento en el mallado. En la Fig. 5.15 se muestra una vista
global del modelo al incluir las grietas, mientras que en la Fig. 5.16 se presentan un acer-
camiento a la zona entre el muro y el depósito donde se pueden visualizar claramente las
grietas al interior del modelo.
66
5.3. Análisis sı́smico del depósito de relaves espesados
Una vez definidas las hipótesis de modelación, el tamaño del modelo y del mallado,
y el agrietamiento al interior del modelo, es posible comparar el comportamiento sı́smi-
co del depósito con grietas con el modelo compuesto únicamente por bloques sólidos
(homogéneo) Para esto se realizaron 13 repeticiones del caso agrietado, para diferentes
patrones aleatorios de agrietamiento.
5.3.1. Asentamientos
La Fig. 5.17 muestra que el valor promedio de los asentamientos para el caso agrietado
presenta menores oscilaciones que el caso homogéneo, lo que era de esperarse, ya que los
valores “extremos” se ven suavizados al promediar una serie de realizaciones.
67
Por su parte el caso homogéneo entrega valores dentro de los lı́mites definidos por
el intervalo de confianza (lı́neas azules) acercándose al extremo inferior del intervalo, lle-
gando a superarlo en los perfiles a 90 m y 130 m. El modelo homogéneo entonces, podrı́a
ser considerado como una especie de valor conservador en asentamientos en comparación
al promedio de los casos agrietados.
68
La Fig. 5.18 muestra lo que sucede en los puntos de control que se definieron en la
sección anterior. Lo que ratifica el comportamiento conservador del modelo homogéneo,
ya que este caso entrega valores de asentamiento entre el valor promedio del caso agrie-
tado y el lı́mite inferior de asentamientos. Notamos que para el punto de control a 50 m
del muro, el comportamiento homogéneo se mantiene entre el valor promedio y el lı́mite
inferior del caso agrietado; mientras que para los puntos a 90 m y 130 m, el valor para el
caso homogéneo supera al lı́mite inferior de asentamientos para el caso agrietado, lo que
corresponderı́a a un caso igualmente conservador.
∆p(x, t)
ru (x, t) = (5.2)
σzz
′ (x, t
= 0)
El caso homogéneo de 5 m muestra zonas de licuación mucho más profundas que
los demás casos analizados. Esto puede deberse al tamaño de los elementos, los cuáles
definen la iniciación de la licuación más bien por el nivel de confinamiento, el cual varı́a
bastante de un elemento a otro (debido a su tamaño) antes que por un verdadero aumento
de la presión de poros. Es ası́ como la Fig. 5.19b (caso homogéneo, malla de 3 m) presenta
una capa más homogénea de material susceptible de licuar, la cual, aún cuando es mayor
que los casos en que se utiliza una malla fina (Fig. 5.19c y 5.19d), podrı́a ser considerada
como una estimación más conservadora y mucho más económica en términos de tiempo
de cálculo.
69
( A ) Modelo homogéneo (malla 5 m) ( B ) Modelo homogéneo (malla 3 m)
Por su parte, si comparamos el caso homogéneo con malla fina (Fig. 5.19c) con el
caso agrietado (Fig. 5.19d) notamos que este último presenta una serie de “inclusiones” de
zonas de licuación bastante finas, las cuáles se deben al alineamiento de grietas en dichas
zonas, lo que potencia la posibilidad de licuar de dichas zonas del mallado. Independiente
de estas diferencias puntuales, la incorporación de las grietas en el modelo no altera el
comportamiento global del sistema.
70
( A ) Sobre-presión de poros (x = 50 m) ( B ) Sobre-presión de poros (x = 90 m)
Es posible notar en la Fig. 5.20a que mientras el promedio del caso agrietado presenta
una capa superior de licuación del orden de 4 m, el caso homogéneo alcanza a licuar hasta
los 5 m. Del mismo modo, este modelo presenta una segunda capa licuable cercana a los
6 m de profundidad, mientras que el caso agrietado, inclusive en su lı́mite superior (lı́nea
azul) presenta un aumento considerable de las presiones de poros a los 7 m y 9 m pero sin
alcanzar el valor de la tensión vertical efectiva inicial, aun cuando existen repeticiones que
igualmente presentan zonal licuables entre los 6 m y 8 m. Para el perfil a 90 m (Fig. 5.20b)
la capa superior propensa a licuar resulta bastante similar tanto para el caso homogéneo
como para el caso agrietado.
71
Finalmente, en el perfil a 130 m (Fig. 5.20c), notamos que la capa superior que licua
en superficie, es, nuevamente bastante similar para ambos modelos y es posible notar en el
modelo homogéneo una segunda capa potencialmente licuable la cual no se desarrolla en
el caso agrietado, aun cuando, existen algunas realizaciones que sı́ generan zonas capaces
de licuar cercanas a los 7 m de profundidad.
Un segundo fenómeno importante es que, en los tres perfiles mostrados en la Fig. 5.20,
bajo los 12 m de profundidad el intervalo de confianza para el caso agrietado tiende a dis-
minuir su amplitud acercando los valores tanto de las repeticiones que consideran grietas
entre sı́, como con el caso homogéneo. Lo anterior valida el hecho presentado por Santos
(2007) quien indica que para confinamientos mayores a 1 kg/cm2 el comportamiento del
material fresco entre los bloques y el de los bloques sólidos tiende homogeneizarse debido
a que el ı́ndice de vacı́os en el material fresco se acerca bastante al de los bloques pasado
este umbral de confinamiento.
72
( A ) Espectro para x=50 m ( B ) Espectro para x=90 m
73
En este caso resulta complejo indicar cuál modelo (homogéneo o agrietado) entrega
resultados más conservadores, pero sı́ es posible indicar que ambos modelos presentan
resultados similares. Cabe destacar que los valores negativos que presenta la Fig. 5.22 no
corresponden en ningún instante a tracciones en el modelo, si no que a reducciones en las
tensiones estáticas iniciales, ya que el gráfico presenta la variación de las tensiones respec-
to al equilibrio estático. El hecho de que no existan tracciones se debe a que los elementos
de contacto utilizados no presentan resistencia a este tipo de esfuerzos, generándose des-
plazamientos relativos entre las caras en caso de que los contactos quieran separar.
74
F IGURA 5.23. Desplazamientos en el eje central del muro
Se estudian también las aceleraciones del muro en su eje central para un punto en
su base y otro en superficie. En primer lugar notamos que el modelo es capaz de captu-
rar la amplificación de aceleraciones en el muro aumentando la aceleración máxima de
aproximadamente 0.1 g en la base, a cerca de 0.5 g en el coronamiento. Éste fenómeno
no es posible representarlo correctamente con técnicas clásicas de análisis, tales como los
análisis pseudo-estáticos o de equilibrio lı́mite que consideran una aceleración constante
en todo el modelo a través de una carga lateral equivalente .
Finalmente se generan, al igual que para el depósito de relaves, los espectros de res-
puesta en aceleraciones del muro en su parte superior (Fig. 5.25) en los cuales es po-
sible notar que el caso homogéneo entrega nuevamente resultados más conservadores
que el promedio de las realizaciones agrietadas. En particular, el espectro de pseudo-
aceleraciones muestra una zona entre los 0.5 s y 0.8 s en los cuales la amplificación genera
valores mayores a 1.5 veces la aceleración de gravedad (g) en todos los modelos.
75
0.1 0.5
Grietas Grietas
Homogeneo Homogeneo
0.05
a (g)
a (g)
0 0
−0.05
−0.1 −0.5
0 20 40 60 80 0 20 40 60 80
t (s) t (s)
F IGURA 5.24. Aceleraciones registradas en la base y superficie del muro para los
casos agrietado y homogéneo
76
Capı́tulo 6. CONCLUSIONES Y TRABAJO FUTURO
Por medio del trabajo desarrollado se logró generar un modelo numérico en defor-
maciones planas capaz de representar el comportamiento sı́smico de una sección repre-
sentativa de un depósito de relaves espesados, la cual considera el muro de contención, el
relave depositado y la roca basal. A su vez, se generó la posibilidad de incluir grietas de
desecación al interior del material, lo que corresponde a una modelación mas realista del
problema.
77
El modelo con grietas de contracción puede ser utilizado en casos en los que se desee
hacer un análisis más acabado del sistema. Se recomienda que, de utilizarse el mode-
lo que considera la existencia de grietas, se realicen variadas simulaciones con distintas
configuraciones del patrón de agrietamiento para poder obtener valores “promedio” y des-
viaciones de los parámetros más significativos a la hora de realizar el diseño del depósito.
En cuanto al potencial de licuación que presenta el material fue posible notar que
los relaves espesados son susceptibles a dicho fenómeno, tema que hasta el momento no
quedaba del todo claro a partir de las recomendaciones que entrega Robinsky (1999). En
segundo lugar, las capas de material que podrı́a verse afectadas por licuación no son des-
preciables, por lo tanto deben mantenerse las precauciones que se consideran en depósitos
convencionales tales como una adecuada revancha del muro y limitar las deformaciones
en el depósito. Si relave espesado sufre licuación, es el muro de contención el que debe
soportar al depósito; por lo tanto, una medida posible es que el muro sea construido con
material de empréstito y protegido por una capa impermeable en el contacto con el depósi-
to ademas de la adecuada mantención de los sistemas de drenaje de la presa para evitar la
acumulación de agua en el contacto con el muro.
Por último, en los gráficos que presentan perfiles verticales de sobre-presión de poros
fue posible notar que las variaciones entre el modelo homogéneo y las realizaciones del
caso agrietado para profundidades mayores a los 12 m se reducı́an notablemente, lo que se
condice con investigaciones anteriores (Santos, 2007) que indican que para profundidades
mayores a los 10 m de confinamiento el material fresco al interior de las grietas comienza
a comportarse de manera similar al material que compone los bloques sólidos.
78
En la práctica es posible que haya también otros efectos de comportamiento debido
a la diferencia entre el contenido de humedad de depositación y el alcanzado luego de
la retracción por exposición al sol. Si bien existen algunos resultados experimentales que
muestran que luego de la re-saturación de un material llevado a su lı́mite de contracción,
las diferencias de comportamiento no son importantes (Santos, 2007), no es claro que en la
práctica el aporte de agua sea el suficiente como para volver a conseguir esta re-saturación
total.
Debido al alto costo computacional que generan los modelos con mallas más finas
para poder incluir grietas, una lı́nea de investigación que queda abierta para un futuro
desarrollo corresponde a la aplicación de técnicas de homogeneización o de penalización
de las propiedades resistentes del material con el fin de poder considerar el efecto de las
grietas al interior de un modelo homogéneo con un mallado de mayor tamaño.
Resultarı́a óptimo poder contar con mayor cantidad de datos de ensayos de laboratorio
por medio de los cuales se pueda lograr una adecuada caracterización de los materiales que
componen este complejo sistema (bloques sólidos y material fresco).
79
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———-
83
ANEXO A. EJEMPLO DE DEFINICIÓN DEL COEFICIENTE SÍSMICO
En esta sección se presenta parte del estudio que se utilizó como base para establecer
los criterios sı́smicos de diseño que se requirieron en la etapa de análisis pseudoestático y
dinámico, para el proyecto “Ingenierı́a Básica y Avanzada Depósitos de Relaves Espesa-
dos Sector 4 y 5”, de Coemin S.A. ubicado a 25 km al sureste de la cuidad de Copiapó, III
Región de Atacama (VST, 2010).
Estudios de esta ı́ndole tienen como objetivo principal determinar la sismicidad histórica
del lugar de emplazamiento de la obra en cuestión, para ası́ poder definir el sismo de di-
seño, aceleraciones máximas, y con ésto, el coeficiente sı́smico aplicable al diseño de la
obra geotécnica en cuestión.
Cada una de estas fuentes genera eventos sı́smicos de magnitudes e importancia es-
pecı́ficas para el proyecto en análisis dependientes principalmente de la distancia relativa
a la fuente, la atenuación esperada y el riesgo particular de cada una de estas fuentes.
Para el análisis particular que se está realizando, la información recabada para cada
una de las fuentes sismogénicas se presenta a continuación:
84
F IGURA A.1. Diferentes fuentes sismogénicas
A continuación, conocidas las magnitudes máximas creı́bles para cada una de las fuen-
tes sismogénicas establecidas, se definen las distancias hipocentrales que caracterizarán a
los eventos representativos.
85
Sismos interplaca subductivos. Esta fuente queda caracterizada por una magni-
tud máxima creı́ble de Ms = 8,5 y una distancia hipocentral R=60 km.
Sismos intraplaca de profundidad intermedia. Esta fuente queda caracterizada
por una magnitud máxima creible de Ms = 7,5 y una distancia hipocentral R=80
km.
Ruiz y Saragoni (Ruiz and Saragoni, 2005) obtuvieron, para el caso de suelos tipo
“roca o suelos duros”, las siguientes relaciones de atenuación para aceleraciones y veloci-
dad:
2 · e1,28·Ms cm 18 · e1,31·Ms cm
amax
h = amax
v = (A.1)
(R + 30)1,09 s2 (R + 30)1,65 s2
0,13 · e1,21·Ms cm 0,12 · e1,06·Ms cm
vhmax = vvmax = (A.2)
(R + 30)0,95 s (R + 30)0,84 s
86
Donde:
amax
h : aceleración máxima horizontal en la zona en estudio
amax
v : aceleración máxima vertical en la zona en estudio
vhmax : velocidad máxima horizontal en la zona en estudio
vvmax : velocidad máxima vertical en la zona en estudio
Para este caso, los mismos autores anteriores desarrollaron las siguientes relaciones
para sismos de profundidad intermedia, tanto para aceleraciones como para velocidades.
En la Tabla A.1 se presentan los resultados obtenidos para ambas fuentes sismogéni-
cas consideradas en el análisis, a partir de las expresiones presentadas en las Ecuaciones
A.1, A.2, A.3 y A.4.
max cm max cm
Fuente sı́smica Ms R (km) amax
h (g) amax
v (g) vh seg
vv seg
Sismo interplaca subductivo 8,5 60 0,80 0,75 53,0 22,4
Sismo intraplaca intermedio 7,5 80 0,55 0,53 32,5 19,5
TABLA A.1. Valores de aceleración y velocidad máximas
87
A.0.6. Selección del sismo de diseño
Aún cuando para el cálculo del coeficiente sı́smico existen una serie de expresiones
propuestas por diversos autores, una de las más populares, que a su vez consideran las
caracterı́sticas propias de la sismologı́a chilena son aquellas obtenidas por Saragoni ().
amax
kh = 0,30 · amax ≤ 0,67g (A.5)
g
0,33
amax
kh = 0,22 · amax > 0,67g (A.6)
g
88
ANEXO B. MODELO ELASTO-PLÁSTICO MULTI-MECANISMOS HUJEUX
Uno de los modelos más destacados para el estudio del comportamiento dinámico
de suelos es el modelo elasto-plástico de Hujeux (Hujeux, 1985; Aubry et al., 1982) el
cual no considera efectos viscosos ni de temperatura como si versiones más complejas del
mismos las cuales inclusive permiten trabajar con suelos no saturados por medio de incluir
la tensión capilar en la compresibilidad isotrópica del suelo.
89
Este modelo ha evolucionado desde 1979 donde únicamente consideraba comporta-
miento a corte, para luego, en 1985 incluir el comportamiento volumétrico y finalmente
en 1996 se incluyeron ciertas mejora al algoritmo de resolución numérica.
A continuación, basado en Sáez (2010), se detallas las hipótesis generales del modelo
de Hujeux, se describen los parámetros involucrados, su sentido fı́sico y los detalles de la
integración numérica.
Para el caso de materiales granulares como es el caso de los suelos es preferible des-
componer el tensor de deformaciones en una compomente de volumen ǫ˙v y una compo-
nente desviadora o de corte ǫ̇
90
Hipótesis 2. Se considera válido el principio de los esfuerzos efectivos por lo tanto es
posible relacionar los esfuerzos efectivos con los esfuerzos totales por medio de presión
de poros.
σ ′ = σ − µw I (B.3)
σ̇ ′ = σ̇ − µ˙w I (B.4)
Donde kref y Gref son los módulo de compresibilidad y de corte para una presión de
referencia p′ref y ne es el grado de no-linealidad que se asigna a estas relaciones. El modelo
supone que al efectuar un ensayo a un esfuerzo efectivo p′ref , en el cual se calculan kref
y Gref es posible cambiar el estado de compresibilidad y de corte del material en función
del confinamiento por medio del valor de ne .
91
La variación del módulo de corte con el confinamiento se basa en el hecho de que la
velocidad de propagación de ondas de codrte en un perfil de suelo homogéneo aumenta
con la profundidad y ambos se relacionan mediante la siguiente expresión:
s
G
vs = (B.7)
ρ
Finalmente se asume que no hay acoplamiento entre los incrementos elásticos de de-
formaciones volumétricas y de corte, por lo tanto ǫ˙v e resulta ser independiente de ǫ˙e , pero
ǫ˙p depende de ǫ˙pv
(i) Dominio elástico: no hay disipación de energı́a y las deformaciones son reversi-
bles.
(ii) Dominio histerético o pseudo-elástico (estabilizado): comienza la disipación
de energı́a mediante deformaciones plásticas, pero se desprecia el cambio de vo-
lumen plástico ǫ˙pv .
(ii) Dominio intermedio (histerético no estabilizado): ya no es posible despreciar
el cambio de volumen originado por las deformaciones plásticas.
(ii) Dominio movilizado: el esfuerzo de corte ha movilizado completamente la resis-
tencia al corte de la fase sólida del material.
92
La descomposición de estos tres planos ortogonales se construye sobre la base defi-
nida por los vectores unitarios ei , ej y ek . Para todos los planos orientados por el vector
normal ek los incrementos de deformaciones existen sólo en las direcciones definidas por
ei y ej , ya que estos sólo dependen del estado de tensiones en el mismo plano k. Por lo
tanto, el tensor de esfuerzos efectivos en el plano k (tensor reducido sobre la cara k) se
puede escribir según la siguiente expresión:
93
Por otra parte, es posible definir el estado de esfuerzos en el plano k mediante de su
tensión promedio efectiva p′k (nivel de confinamiento reducido al plano k) y su tensor de
esfuerzos de corte sk (esfuerzo de corte reducido al plano k), esto se muestra de manera
esquemática en la Fig. B.1a
1 1
p′k = tr σ ′ k ∧sk = σ k − tr σ ′ k I k (B.11)
2 2
Dode I k = ei ⊗ ei + ej ⊗ ej es el tensor identidad y tr σ k corresponde a la traza
del tensor de esfuerzos efectivos en el plano k. p′k representa, en el plano k el centro del
cı́rculo de Mohr (promedio de las tensiones). El tensor sk puede ser interpretado como un
esfuerzo desviador sk en el plano k de componentes y norma:
σii′ − σjj
′
sk1 = (B.12)
2
sk2 = σij = σij′
′
(B.13)
r
1 ′
|sk | = (σ − σjj
′ 2
) + σij′2 = qk (B.14)
4 ii
Donde qk es el radio del cı́rculo de Morh y sk2 es el esfuerzo tangencial sobre la cara
k. Por lo tanto, sobre dicha cara, el estado tensional queda totalmente definido por σii′ ,
σjj
′
y el desviador σij . Es importante notar que sk tiene sentido vectorial y dirección de
aplicación en la cara k. De acuerdo con la Fig. B.1, el plano asociado al esfuerzo desviador
sk es el plano desviador del mecanismo k
94
F IGURA B.1. Representación del estado de tensiones para el mecanismo desvia-
dor k (Sáez, 2010)
|ǫk = γk (B.19)
95
Con la descomposición efectuada sobre la cara k y adoptando la convención de signos
de la mecánica de suelos (compresiones positivas), la superficie de fluencia primaria fk
para el plano k está dada por la siguiente expresión:
Donde φ′pp es el ángulo de fricción interna del material en plasticidad perfecta, pco es
el confinamiento correspondiente al estado inicial del suelo (definido por medio del ı́ndice
de vacı́os) sobre la curva de estado crı́tico, β corresponde al módulo de compresibilidad
plástica del suelo el cual permite introducir la influencia de la densificación del material
en su resistencia final. Estos parámetros con similares a los empleados en el modelo de
Cam-Clay (?).
96
F IGURA B.3. Influencia del parámetro b en la forma de la superficie de falla en
el plano k (Sáez, 2010)
97
Al aplicarse una carga (super-ı́ndice m indica carga monótona) las superficies de
fluencia asociadas a los mecanismos desviadores equivalen a cı́rculos de radio rkm cen-
trados en el origen (Fig. B.5a).
k
fm (p′k , sk , rkm , ǫpv ) = |e
sk | − fkm (B.27)
np
m el γkp
fk = rk + (B.28)
a + γkp
Z t
p
γk = γ˙kp dt (B.29)
0
98
Por su parte el parámetro a en B.30 permite controlar la rigidez cuando el suelo esta en
el dominio plástico, esto permite al modelo adaptarse mejor a curvas tensión-deformación
que tengan endurecimiento o peaks de resistencia. La alternativa más sencilla consiste en
emplear un valor constante, pero es posible modificar dicho valor como una función de
las deformaciones de corte plástico. Hujeux (1985) definió el parámetro a por medio de la
siguiente expresión:
a = a1 + (a2 − a1 )α(rk ) (B.31)
99
F IGURA B.4. Representación gráfica de α(rk ) que controla la evolución del me-
canismo desviador k (Sáez, 2010)
En relación a la carga cı́cilica (super-ı́ndice c inica carga cı́clica), las superficies aso-
ciadas a las funciones de fluencia desviadoras son cı́rculos de radio rkc interiores al cı́rculo
de carga primaria, ambos tangentes al punto dhk de normal exterior nhk
qkh 1 sehk
dhk = ∧ nhk = (B.34)
pk sin φpp′ F (phk , ǫph
h
v ) |eshk |
El vector dhk −rkc nhk corresponde al vector que va desde el origen del espacio desviador
normalizado hasta el centro del cı́rculo cı́clico (Fig. B.5b). La variable de endurecimiento
cı́clico rkc puede ser expresada en términos de la posición del estado de tensiones actuales
con respecto a la posición de la última inversión de cargas.
!np
p ph
|γ − γ |
rkc = rkel + k k
(B.35)
a + |γk − γkph |
p
100
Donde γkph es la distorsión plástica del mecanismo k en la última inversión de cargas
h. Para la variable a se utiliza la misma relación que en el caso de carga monótona (B.31).
Los vectores dhk y nhk son parámetros que introducen endurecimiento cinemático al modelo.
p ∂fk s
ǫ̇k = λ̇pk = λ̇pk k (B.36)
∂sk |sk |
Donde λ̇pk es el multiplicados plástico del mecanismo k y puede ser obtenido al es-
cribir la relación de consistencia f˙k = 0 sobre todos los mecanismos activos. En estricto
101
rigor, la regla de flujo plástico se puede considerar como semi-asociada, ya que es aso-
ciada al corte, pero dado que está desacoplado con el efecto volumétrico, la evolución de
las deformaciones plásticas de volumen están controladas por una regla de flojo plástico
basada en una regla de dilatancia. Existen varias formas de describir la ley de dilatancia,
pero la más usada en este modelo constitutivo es la de tipo Rosco (Roscoe, 1963):
p qk
ǫ̇v,k = λ̇k Ψk ∧ Ψk = αψ α(rk ) sin ψ − (B.37)
pk
Donde ψ es el ángulo caracterı́stico (Luong, 1980) que define el lı́mite entre dilatancia
(ǫ̇pv ) < 0 y contractancia (ǫ̇pv ) > 0 del material (Fig. B.6), mientras que αψ es un parámetro
constante.
Hipótesis 6. Si se desea simular una trayectoria de carga isotrópica, dado que la hipótesis
anterior está escrita sólo en términos del esfuerzo de corte, nunca se activarı́an las funcio-
nes de fluencia, por lo que el material se mantendrı́a permanentemente en rango elástico.
102
Es por esto que, con el objetivo de incorporar la componente isotrópica de la carga se in-
cluyó en el modelo un mecanismo elasto-plástico volumétrico puro. En este mecanismo de
consolidación, la movilización es progresiva, empleando una variable de endurecimiento
asociada a la deformación volumétrica plástica ǫpviso propia de este mecanismo. Igualmen-
te la función de fluencia puede ser relacionada a un espacio normalizado y la regla de flujo
se asume asociada. La memoria del mecanismo a su vez, también está controlada por un
enfoque de doble memoria, donde se almacena la carga monótona y la última inversión de
carga. Este mecanismo se activa solamente para la parte isotrópica de la carga y produce
únicamente cambios de volumen.
Donde riso es, análogamente el grado de movilización del mecanismo, variando desde
el
el lı́mite del dominio elástico riso a la unidad de acuerdo a la siguiente expresión:
el ǫpviso
riso = riso + (B.39)
c pp′ c + ǫpviso
ref
Mientras que el valor del grado de movilización riso comienza en el lı́mite elástico
el
riso (posiblemente en un camino lejos de la recta de consolidación isotrópica), y llega a la
unidad cuando el mecanismo está completamente activado.
103
La evolución del grado de movilización se puede escribir como:
(1 − riso )2
riso
˙ = ǫ̇ (B.41)
c ppref
c
En la Eq. B.42 el término subrayado puede ser interpretado como el módulo de endu-
recimiento intrı́nseco de este mecanismo. De acuerdo a esta expresión, el módulo plástico
inicial es independiente del valor inicial pc . Bajo carga isotrópica, cuando se sobrepasa el
el
lı́mite elástico riso se generan deformaciones volumétricas plásticas (ǫ̇pv > 0) y en conse-
cuencia, el mecanismo isotrópico se moviliza (ṙiso > 0) y la tensión promedio efectiva
decrece (ṗc > 0). Cuando este mecanismo está completamente movilizado, riso = 1,0
y p = dpc . Esta evolución coincide con las observaciones experimentales de las curvas
de consolidación, es decir, cuando una curva inicial tiende a una recta de consolidación
isotrópica en el plano e−log p′ . Por otra parte, el parámetro d define la distancia de la recta
de consolidación isotrópica a la lı́nea de estado crı́tico en el plano e − log p′ . Dado que
ambas curvas pueden considerarse paralelas, es posible relacionarlas mediante la siguiente
expresión:
1 ṗ′ 1 p˙c
ǫ̇pv = = (B.43)
β p′ β pc
Notar que no es posible representar las deformaciones volumétricas plásticas en fun-
ción del ı́ndice de vacı́os e, ya que este último corresponde a un valor total, y por tanto
tiene componente elástica y plástica.
104
F IGURA B.7. Movilización progresiva del mecanismo isotrópico (Sáez, 2010)
m m m
fiso p′ , riso
(e p′ | − riso
, pc ) = |e (B.45)
c c h h c
fiso p′ , riso
(e , pc , riso p′ − riso
) = |e | − riso (B.46)
La variable riso puede también ser interpretada como el grado de movilización del
mecanismo de consolidación.
105
F IGURA B.8. Evolución del lı́mite isotrópico con el eje normalizado del meca-
nismo de consolidación pe′ (Sáez, 2010)
De este forma ǫpv es la deformación plástica volumétrica entre el estado inicial (pc =
pco ) y el estado final (pco).
En el caso general en que los cuatro mecanismos estén activados, añadiendo las con-
diciones de compatibilidad, es posible construir un sistema no-lineal de tamaño 4 × 4
para calcular los multiplicadores plásticos. En este sistema, el endurecimiento está carac-
terizado por una matriz de endurecimiento, en la cual los términos desviadores aparecen
únicamente en la diagonal, mientras que el endurecimiento por densidad aparece en todos
los términos.
106
De acuerdo a la Fig. B.6, se tiene:
El criterio adoptado por este modelo para tratar las tracciones consiste en un modelo
de superficie de fluencia elasto-plástica perfecta en la cual el máximo esfuerzo principal
se calcula mediante la siguiente expresión:
ftr σ ′ = max{σI′ , σI I ′ , σI II ′ } = σI′ > 0 (B.48)
Donde σI′ , σI I ′ y σI II ′ son los esfuerzos principales del tensor σ ′ . La regla de flujo
nuevamente se considera asociada.
107
Algunos de los parámetros son directamente medibles, como por ejemplo, los que se
refieren al estado crı́tico del material (β, pco, d), el exponente ne que determina la variación
del confinamiento, el ángulo de fricción interna φ′pp y el ángulo caracterı́stico ψ. Otros,
como los radios r y los a que controlan las transiciones (el valor final está determinado
por los parámetros de estado crı́tico del material), se calibran de acuerdo a curvas de una
familia de ensayos (Sáez, 2010).
La regla de flujo de cada mecanismo puede ser escrita de forma general de la siguiente
manera:
ǫpj = λ̇pj Ψj j = {1, 2, 3, iso} (B.50)
Donde la parte volumétrica de las deformaciones plásticas está controlada por la si-
guiente regla de dilatancia:
˙ = λ̇p Ψvj
ǫpvj (B.51)
j
Mientras que la siguiente relación permite definir las condiciones de estado plástico
de cada mecanismo:
Por su parte, la evolución de las variables de endurecimiento está dada por sus mode-
los de evolución:
r˙j = λ̇pj Lrj (B.53)
108
Luego el incremento total de ǫpv se calcula a través de los mecanismos activos por
medio de la siguiente expresión:
X
ǫpv = ǫpvi p
i ∈ Mact (B.54)
i
p
Donde Mact corresponde al conjunto de mecanismos activos. Es necesario diferenciar
p
el conjunto de mecanismos potencialmente activos Mpact del conjunto de mecanismos
p
efectivamente activos Mact .
p
Mpact = {a|fa = 0} (B.55)
p p
Mact = {b ∈ Mpact |λ̇j > 0} (B.56)
109
agrupadas en el vector η n . El objetivo es determinar el estado del material para un paso de
carga tn+1 caracterizado por σ ′ n+1 y ηn+1 debido al incremento de deformaciones ǫ̇n+1 .
El incremento de deformaciones es aproximado mediante la siguiente relación:
ǫ̇n+1 − ǫ̇n
ǫ̇n+1 ≈ (B.59)
∆tn+1
ǫ̇k+1
n+1
− ǫ̇n
ǫ̇k+1 ≈ (B.60)
n+1 ∆tn+1
δAmk mk
n+1 = An+1 − An
m−1k
∀A ∈ E (B.63)
X
∆Amk
n+1 = δAmk
n+1 (B.64)
m
110
El incremento total del paso de carga para las variables que describen el estado del
material se calcula como:
!
X XX
k mk
∆σ ′ n+1 = C σ ′ n+1 : ǫ̇kn+1 − λ̇pm mk
j Ψj (B.65)
m j m
X
k
∆νn+1 = λ̇pm k
j Lηj
p
∀j ∈ Mact (B.66)
m
111
ANEXO C. VALIDACIÓN DEL SOFTWARE CODE ASTER
C.1. Introducción
Code Aster (Électricité de France, 2012) es un software de elementos finitos (EF) di-
señado por la compañı́a Électricité de France (EDF), la principal empresa de generación
y distribución eléctrica de Francia, el cual fue liberado bajo la General Public License
(GNU) a partir de octubre de 2001.
Entre las polı́ticas internas de EDF destaca la necesidad de garantizar la capacidad técni-
ca y económica de sus medios de producción de electricidad, desde la concepción hasta
el final de su vida operativa, lo que conlleva la necesidad de verificar las condiciones
de funcionamiento, mantenimiento y reemplazo de las máquinas a través de simulación
112
numérica. El análisis del comportamiento real y los riesgos asociados con las estructuras
de ingenierı́a civil y mecánica, requieren de conocimientos sobre modelos no-lineales de
los fenómenos mecánicos y térmicos, siendo Code Aster la herramienta desarrollada para
satisfacer estas necesidades.
Code Aster ofrece una gama completa de análisis y métodos de modelación multifı́si-
ca que van más allá de las funciones estándar de un código convencional de elementos
finitos.
A continuación se destacan una serie de fenómenos fı́sicos y las principales potencialida-
des de modelación al interior de Code Aster:
Análisis Mecánico
Estático, quasi-estático, lineal, no-lineal, dinámico, fractura, daño, fatiga, interac-
ción suelo-estructura, fluido-estructura y suelo-fluido-estructura.
Análisis Térmico
Estacionario, transiente, lineal, no-lineal y sistemas de coordenadas fijos o móvi-
les.
Análisis Acústico
Acústica, metalúrgica, hidratación y secado.
No-linealidad
Geométrica, grandes desplazamientos y rotaciones, contacto, fricción, materiales
hiperelásticos, elastoplasticidad, viscoelasticidad, elastoviscoplasticidad y geo-
materiales.
Dinámica
Análisis modal, análisis lineal-transiente, análisis no-lineal, impacto, fricción,
respuesta armónica, respuesta aleatoria, análisis estocástico y multiples apoyos.
113
Otra de las grandes potencialidades de Code Aster, tal y como se mencionó anterior-
mente, resulta ser la posibilidad de paralelizar cálculos (realización en multiples procesa-
dores), a través de “solvers” diseñados especialmente para este tipo de procesos, optimi-
zados según la cantidad de procesadores a utilizar.
114
Esta capacidad implica una disminución considerable de los tiempos de cálculo y por
ende permite la realización de modelos de mayor envergadura.
C.2. Validaciones
115
de los modelos que mejor logra representar el comportamiento cı́clico de materiales gra-
nulares.
Para mayor simplificación se considera plana la cara exterior del cilindro. Con esto
obtenemos un modelo que presenta una serie de condiciones de borde sencillas las cuales
se detalla en la Fig. C.3
Finalmente la carga se aplica sobre la cara superior del modelo, por lo tanto conside-
ramos el punto A como un punto representativo del ensayo ya que es el único que presenta
todos sus grados de libertad “activados”
116
C.2.1.1. Ensayo triaxial drenado (TxCD)
Druker Prager
Para la misma trayectoria de deformaciones (Fig. C.5) el modelo presenta el mismo nivel
de tensiones (Fig. C.4). Mientras que, por otra parte, la relación tensión deformación igual-
mente resulta coincidente (Fig C.6). Finalmente, notamos que la deformación volumétrica
presenta resultados equivalentes y cabe destacar que el modelo consitutivo permite repre-
sentar tanto un comportamiento dilatante como uno de carácter contractivo (Fig. C.7).
Por lo tanto, en el caso del modelo Drucker Prager,modelo que requiere únicamente de
cuatro parámetros, la implementación que presenta Code Aster a nivel de comportamiento
mecánico resulta satisfactoria.
350 −95 −95
−95.5 −95.5
300
−96 −96
−96.5 −96.5
250
−97 −97
σzz [kPa]
σxx [kPa]
σyy [kPa]
−98 −98
150
−98.5 −98.5
−99 −99
100
GEFDyn −99.5 GEFDyn −99.5 GEFDyn
CODE ASTER CODE ASTER CODE ASTER
50 −100 −100
0 0.5 1 0 0.5 1 0 0.5 1
t [s] t [s] t [s]
117
0.05 0 0
0.045
−0.01 −0.01
0.04
−0.02 −0.02
0.035
−0.03 −0.03
0.03
εzz [%]
εxx [%]
εyy [%]
0.025 −0.04 −0.04
0.02
−0.05 −0.05
0.015
−0.06 −0.06
0.01
−0.07 −0.07
0.005 GEFDyn GEFDyn GEFDyn
CODE ASTER CODE ASTER CODE ASTER
0 −0.08 −0.08
0 0.5 1 0 0.5 1 0 0.5 1
t [s] t [s] t [s]
300
250
σ [kPa]
200
−0.08
−0.06
εv [%]
−0.04
−0.02
0
GEFDyn
CODE ASTER
0.02
0 0.005 0.01 0.015 0.02 0.025 0.03 0.035 0.04 0.045 0.05
εzz [%]
Hujeux
En este caso se estudian dos modelos realizados en Code Aster , la primera corresponde
a un elemento finito, mientras que el segundo caso corresponde simplemente a un punto
material, es decir, se integran las ecuaciones constitutivas sin tener que pasar por una
discretización espacial, los cuales se comparan con el estudio de un elemento material
en GEFDyn, esto con el fin de validar la modelación de punto material, la cual presenta
118
ventajas en tiempo de cálculo lo cual puede resultar relevante en un proceso de calibración
de datos de modelo constitutivo.
Relacion tension deformacion
500
450
400
350
300
σ [kPa]
250 σ (GD)
zz
200 σ (CA)
zz
150 σ (CA2)
zz
σ (GD)
100 yy
σ (CA)
yy
50 σ (CA2)
yy
0
−20 −15 −10 −5 0 5 10 15 20 25 30
ε [%]
−4
−3
εv [%]
−2
−1
0 GD
CA (cubo)
CA (simuPoint)
1
0 5 10 15 20 25 30
εzz [%]
−95.5 −95.5
400
−96 −96
350
−96.5 −96.5
300
−97 −97
σzz [kPa]
σxx [kPa]
σyy [kPa]
−98 −98
200
−98.5 −98.5
150
−99 −99
GD GD GD
100
CA (cubo) −99.5 CA (cubo) −99.5 CA (cubo)
CA (simuPoint) CA (simuPoint) CA (simuPoint)
50 −100 −100
0 0.5 1 0 0.5 1 0 0.5 1
t [s] t [s] t [s]
119
30 0 0
−2 −2
25
−4 −4
−6 −6
20
−8 −8
εzz [%]
εxx [%]
εyy [%]
15 −10 −10
−12 −12
10
−14 −14
−16 −16
5 GD GD GD
CA (cubo) −18 CA (cubo) −18 CA (cubo)
CA (simuPoint) CA (simuPoint) CA (simuPoint)
0 −20 −20
0 0.5 1 0 0.5 1 0 0.5 1
t [s] t [s] t [s]
120
Se destaca un fenómeno similar en la curva de deformación volumétrica (Fig. C.9), ya
que aún cuando las curvas no resultan completamente coincidentes, si lo es la tendencia
de las mismas presentando una diferencia máxima de un 10 % para una deformación axial
de 30 %.
Druker Prager
Vemos que al igual que en el caso anterior, el comportamiento representado por ambos
programas frente al mismo perfil de deformaciones (Fig. C.15) presenta igual perfil de
tensiones (Fig. C.14).
6000
5000
q [kPa]
4000
3000
2000
1000
GEFDyn
CODE ASTER
0
0 0.02 0.04 0.06 0.08 0.1 0.12 0.14 0.16
εzz [%]
121
Presion de poros v/s deformacion axial
−1500
−1000
−500
uw [kPa]
0
500
GEFDyn
CODE ASTER
1000
0 0.02 0.04 0.06 0.08 0.1 0.12 0.14 0.16
ε [%]
zz
9000
−1500 −1500
8000
7000
−2000 −2000
σzz [kPa]
σxx [kPa]
σyy [kPa]
6000
−2500 −2500
5000
4000
−3000 −3000
3000
GEFDyn GEFDyn GEFDyn
CODE ASTER CODE ASTER CODE ASTER
2000 −3500 −3500
0 5 10 0 5 10 0 5 10
t [s] t [s] t [s]
0.16 0 0
εxx [%]
εyy [%]
122
Hujeux
En este caso, para igual trayectoria de deformaciones (Fig. C.19) la trayectoria de tensio-
nes no resulta completamente coincidente, esto era de esperar ya que en el caso anterior
(puramente mecánico) ya era posible notar estas diferencias. Lo importante es el hecho
de que las diferencias no resultan mayores en comparación a las que se describieron en
el caso drenado, por lo tanto, el incluir el agua en la modelación, al menos para el caso
estático, no introduce mayores errores en los resultados.
Desviador v/s deformacion axial
500
450
400
350
300
q [kPa]
250
200
150
100
50 GEFDyn
CODE ASTER
0
0 0.5 1 1.5 2 2.5 3 3.5 4
εzz [%]
60
50
uw [kPa]
40
30
20
10
GEFDyn
CODE ASTER
0
0 0.5 1 1.5 2
εzz [%]
123
700 160 160
σzz [kPa]
σxx [kPa]
[kPa]
400 100 100
yy
300 80 80
σ
200 60 60
100 40 40
GEFDyn GEFDyn GEFDyn
CODE ASTER CODE ASTER CODE ASTER
0 20 20
0 0.5 1 0 0.5 1 0 0.5 1
t [s] t [s] t [s]
0.04 0 0
0.035
−0.005 −0.005
0.03
0.025
−0.01 −0.01
zz
εxx
yy
0.02
ε
ε
−0.015 −0.015
0.015
0.01
−0.02 −0.02
0.005
GEFDyn GEFDyn GEFDyn
CODE ASTER CODE ASTER CODE ASTER
0 −0.025 −0.025
0 0.5 1 0 0.5 1 0 0.5 1
t [s] t [s] t [s]
124
Desviador v/s deformacion axial
200
180
160
140
120
q [kPa]
100
80
60
40
Layer (G.F.)
20 Code Aster (G.B.)
Cifuentes − 2007
0
0 2 4 6 8 10 12 14 16 18 20
ε [%]
zz
200
150
u [kPa]
100
50
Layer (G.F.)
Code Aster (G.B.)
Cifuentes − 2007
0
0 5 10 15 20 25
εzz [%]
El resultado de este proceso es bastante satisfactorio, (Fig. C.20 y C.21), por ende, la
generación de futuros modelos que consideren este set de parámetros, pueden ser consi-
derados como representativos del comportamiento del material. Lo anterior no elimina la
posibilidad de, contando con nueva información experimental acerca del comportamiento
de los relaves espesados, poder realizar un nuevo proceso de calibración de parámetros
constitutivos.
125
C.3.1. Columna de suelo
−0.5
−0.6
−0.7
−0.8
−0.9
−1
0 0.1 0.2 0.3 0.4 0.5 0.6 0.7 0.8 0.9 1
uw/po [kPa]
126
C.3.1.2. Pulso en superficie
Perfil de onda P
0
GEFDyn
−0.5 Teorica
Code Aster
−1
−1.5
−2
z [m]
−2.5
−3
−3.5
−4
−4.5
−5
0 0.5 1 1.5 2 2.5 3
uz [m] −8
x 10
127
Asentamiento en superficie
0
−5
Asentamiento [mm]
−10
−15
−20
−25
−30
−35 2 3 4 5
10 10 10 10
Tiempo [s]
Las conclusiones obtenidas a lo largo del proceso de validación de Code Aster nos
indican que este resulta ser un software adecuado para la modelación de problemas no-
lineales en los cuales se desee estudiar el comportamiento de materiales granulares como
es el caso de la modelación de un depósito de relaves espesados.
128
Sumado a lo anterior, el hecho de que dicho programa cuente entre sus librerı́as de
modelos constitutivos con el modelo Hujeux genera una gran versatilidad en la simulación
de fenómenos sobre dichos materiales.
129