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MARCO DEL BUEN DESEMPEÑO DOCENTE (ENSAYO)

La identidad profesional de los docentes se construye, en gran medida, en los


espacios sociales, culturales de la sociedad. Una sociedad critica y que exige mejoras
en la calidad educativa por parte de los maestros y las entidades correspondientes del
Ministerio de Educación.

Ante esta exigencia y ante este reto del maestro; se tienen que sumarse
también los agentes de la Comunidad Educativa, estamos hablando de Padres de
Familia, Autoridades locales, regionales, los propios educandos así como la gestión
educativa del director.

Para el logro de un Buen Desempeño docente, la autoridad Municipal debe


estar comprometido en brindar todo tipo de apoyo a las Instituciones Educativas y por
ende a los maestros, ya sea a través de capacitaciones en proyección a la mejora de
la calidad de la educación, destinar presupuestos reales para la preparación
académica de los docentes, con estudios de post grados; porque el maestro debe
estar a la vanguardia de la cultura, la ciencia y tecnología mundial. El compromiso de
la autoridad municipal debe ser permanente, que no se ponga en juego el interés
político ni muchos menos colores de banderas.

Una buena gestión Municipal, busca también sus aliados para sacar adelante
los proyectos de mejora en la calidad de educación de su pueblo, hoy que somos
testigos presenciales que las grandes empresas Agro Exportadoras, anualmente se
están llenado de millones sobre millones de dinero; pues es el momento en que todas
las autoridades comprometan a éstas en invertir en la Educación de los pueblos de
donde vienen trabajando.

Las famosas regalía que aportan las empresas mineras; que no solo vaya al
erario del gobierno central, sino, que ese fondo se invierta en más proyectos de mejora
de la calidad educativa, impulsados por verdaderos técnicos y especialista de alta
calidad e idoneidad, mas no por favores políticos, así sólo así, veremos el Buen
Desempeño Docente con nuevas luces de progreso profesional de los maestros y
maestras del Perú.

La autoridad Municipal en este sentido debe ser concertadora y vigilante ante


las necesidades y requerimientos de los agentes de la Educación de su pueblo,
porque es que a través de ellos, se podrá impulsar verdaderos proyectos y fines
necesarios para los cambios sustanciales en el sistema educativo local y el Buen
Desempeño del Docente.

La gestión del Director en la Institución Educativa, también juego un papel


preponderante, para el Buen Desempeño del Docente. El director en el líder de la
Institución Educativa y como tal, debe mantener una convivencia saludable, donde
existe siempre el aspecto democrático, el respeto mutuo entre los diversos agentes de
la Educación y de la Comunidad Educativa. Conlleve siempre la inclusión social sin
ningún tipo de diferencia, en todo sentido de la expresión; ya que esto permitirá
compartir diversas formas de convivencia, costumbres, tradiciones, cultura social, el
respeto a deberes y derechos propios de la persona.

El Director debe regirse en una perspectiva de cambio e innovación en su


gestión administrativa, que impulse el liderazgo con sentido social, cooperación e
inclusiva, en marco de respeto a las diferencias personales, de credo y religión, esto
permita logros concretos, de tal forma ver reflejada en la comunidad educativa, una
calidad de convivencia armónica y placentera.

Brinde a los Docentes el espacio necesario para su desarrollo profesional y


personal con sus educandos; porque a través de una interrelación seria de respeto
mutuo, hará posible los avances necesarios para el buen desempeño del Docente.

El Director como líder de la institución Educativa, debe poseer una


personalidad impulsora de modelos formativos y académicos, para con sus maestros y
maestras. Enseñe a compartir vivencias y experiencias personales y laborales en el
ámbito del Sistema Educativo y estos asociados con los agentes de la Comunidad
Educativa se verán logros sustanciales en aras de una buena educación compartida,
porque es el término más adecuado que podría etiquetarle, ya que la educación es un
compromiso de todos que conformamos, reitero la Comunidad Educativa.

La práctica democrática es un factor que debe existir en permanencia en las


Instituciones Educativas, y que el Director debe sentar las bases de la democracia en
donde los maestros y maestras pueden expresarse en plena libertad sus ideas y punto
de vista, desde cualquier perspectiva personal. Desde esta perspectiva, la enseñanza
se configura mediante interacciones concretas en el aula y la institución educativa.

El aula es el lugar, en donde el docente goza de toda autonomía, autonomía,


que por cierto no debe significar autoritaria ante sus educandos, muy por el contrario,
buscar en ellos las buenas relaciones, a través de las diversas formas de culturas,
costumbres y tradiciones; porque cada alumno, trae consigo una variedad de aspectos
sociales, que el maestro o maestro debe saber compartirlos con sus educandos, en un
marco de respeto por sus derechos de estudiantes. La buena docencia requiere
respeto, cuidado e interés por el estudiante, concebido como sujeto de derechos.

El buen maestro o maestro inculcan a sus estudiantes a trabajar en grupos,


donde compartan sus saberes previos, a expresarse con libertad, al respeto mutuo, a
la inclusión personal, que se basa en la aceptación mutua, la cooperación, el respeto a
las diferencias culturales, lingüísticas y físicas. Asimismo inculca la valoración de la
identidad socio-cultural, los valores cívicos y patrióticos, que confíen en sus
capacidades de estudiantes y en sus posibilidades de aprender por encima de
cualquier adversidad que se le presente en la vida, y aprenda a confrontar y
solucionar problemas que contravenga su buena formación de un buen estudiante.
Incluye dentro de este marco el desarrollo de procesos afectivos y emocionales, de
tolerancia y flexibilidad.

El aula también es el espacio de difusión de un trabajo, en donde el Docente


desarrolla esencialmente su labor dentro de una organización cuya finalidad es
asegurar que sus principales beneficiarios —los estudiantes— aprendan y adquieran
las competencias previstas. Su práctica profesional es social e institucional. Interactúa
con sus educandos, posibilitando un trabajo colectivo, asimismo los lleve a una
reflexión sistemática sobre los alcances y desarrollo de su labor con sus educandos.

Las buenas relaciones con los padres o madres de familia con el maestro o
maestro, enriquece el carácter positivo laboral, porque ello lo hace que se sienta más
comprometido aún con el quehacer de la Docencia y por ende en el Buen Desempeño
del Docente. Los padres de familia no siempre pueden actuar como simple críticos de
sus maestros o maestro, de la calidad del sistema educativo o tal vez las pocas
oportunidades de lograr o cumplir con la metas para con sus hijos, sino que también
son ellos los actores principales hacia la mejora de la Calidad Educativa de sus
propios hijos e hijas.

El pacto entre escuela-comunidad, también está centrado en los aprendizajes


de los educandos, asimismo en los procesos pedagógicos del docente, esa
experiencia social, cultural y productiva de la localidad, así como sus diversos tipos de
saberes, se tornan oportunidades de aprendizaje en el aula y la escuela, en que el
maestro o maestro está en la obligación de conocerlos a plenitud, y participen dentro
de los procesos de aprendizajes de los educandos. Las diversas familias conozcan y
comprendan los tipos de enseñanza que deben promover las escuelas y por ende
hacia sus propios hijos e hijas.

El maestro forma parte de la cultura de los escolares y toda una comunidad y


es permeable a sus creencias y prácticas y desarrollo profesional. Esa labor individual
y colectiva adquiere mayor sentido cuando contribuye al propósito y objetivos de la
Institución Educativa a la que pertenece. La identidad profesional de los docentes se
construye, en gran medida, en los espacios sociales y laborales que ella promueve.
Establece relaciones de respeto, colaboración y corresponsabilidad con las familias, la
comunidad y otras instituciones del Estado y la sociedad civil.

En la escuela el maestro o maestra se relaciona con ellos para coordinar,


planificar, ejecutar y evaluar los procesos pedagógicos en la escuela, en que viabilice
el camino hacia la mejora de la calidad de la educación en la Institución Educativa a la
cual pertenecen. Esta situación que se advierte en la vida institucional posibilita el
trabajo colectivo y la reflexión sistemática sobre las características y alcances de sus
prácticas de enseñanza. El docente constata que todos los estudiantes comprenden
los propósitos de la sesión de aprendizaje y las expectativas de desempeño y
progreso.

El Docente da a conocer a sus estudiantes, con claridad y en el momento


oportuno, los aprendizajes esperados de cada sesión, los criterios para evaluar el
progreso y la expectativa de desempeño final. Durante el desarrollo de la sesión de
aprendizaje verifica si sus estudiantes han comprendido claramente los logros de
aprendizaje que se explicaron al inicio. Plantea algunas preguntas, repreguntas o
actividades para comprobar el nivel de información que tienen en relación con los
criterios de evaluación, de conformidad a lo establecido en los planes de enseñanza
de la sesión y de la unidad didáctica del docente.

La enseñanza para el aprendizaje de los estudiantes se da bajo la conducción


del proceso de enseñanza por medio de un enfoque que valore la inclusión y la
diversidad en todas sus expresiones. La mediación pedagógica del docente en el
desarrollo de un clima favorable al aprendizaje, el manejo de los contenidos, la
motivación permanente de sus estudiantes, el desarrollo de diversas estrategias
metodológicas y de evaluación, así como la utilización de recursos didácticos
pertinentes y relevantes.

También incluye en este proceso, el uso de diversos criterios e instrumentos


que facilitan la identificación del logro y los desafíos en el proceso de aprendizaje,
además de los aspectos de la enseñanza que es preciso mejorar con el correr del
tiempo. Planifica la enseñanza de forma asociada, garantizando la coherencia entre
los aprendizajes que quiere lograr en sus estudiantes, el proceso pedagógico, el uso
de los recursos disponibles y la evaluación, en una programación curricular en
permanente revisión.

El maestro es capaz de crear un clima propicio para el aprendizaje, la


convivencia democrática y la vivencia de la diversidad en todas sus expresiones, con
miras a formar ciudadanos críticos e interculturales capaces de enfrentar retos de la
vida cotidiana, dentro y fuera de sociedad, la cual pertenece.

El maestro o maestro conduce el proceso de enseñanza con dominio de los


contenidos disciplinares y el uso de estrategias debidamente definidos en su quehacer
pedagógico diario y en la implicancia enseñanza – aprendizaje de sus educandos. El
maestro conoce y comprende las características de todos sus estudiantes y sus
contextos sociales a la cual pertenecen. Asimismo demuestra conocimiento y
comprensión de las características individuales, socioculturales y evolutivas de sus
estudiantes, de sus necesidades especiales, conoce también sobre el aprendizaje y
desarrollo de la niñez y adolescencia y sus distintas expresiones en el marco de una
diversidad de variables

Debe existir entre los maestros y maestras una verdadera convivencia


compartida, que por cierto les permita intercambiar experiencias laborales y
profesionales, que haga posible más eficaz el Buen Desempeño del Docente. Todo
esto exige que los maestros colaboren entre sí y se organicen. La planificación y
desarrollo de la enseñanza en la escuela, a la que todos aspiramos para que logre
concretar su misión institucional, solo es posible si sus miembros comprenden que el
resultado de su labor individual depende de aquello que sus pares realicen o puedan
realizar, y que esto, a su vez, depende de lo que él haga o pueda hacer.

El maestro debe estar actualizado en el dominio de los más recientes


avances de la didáctica de su especialidad y de las disciplinas académicas que
integran el área curricular que imparte, y que así le permita desarrollar con eficacia su
rol protagónico de un buen docente. Promueve en sus estudiantes el pensamiento
crítico y creativo, que los motiven a que aprendan actividades de aprendizajes activas.

Son pues necesarios estos cambios profundos en los maestros y maestras,


en la práctica en la enseñanza, de esta manera profesionalizar el trabajo Docente y
revalorar el saber y trabajo pedagógico de los maestros, en un marco de Buen
Desempeño del Docente.

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