Vous êtes sur la page 1sur 4

Bloque 8: Pervivencias y transformaciones económicas en el siglo XIX: un desarrollo insuficiente.

Estándares:

1.1. Identifica los factores del lento crecimiento demográfico español en el siglo XIX.
1.2. Compara la evolución demográfica de Cataluña con la del resto de España en el siglo XIX.
2.1. Explica los efectos económicos de las desamortizaciones de Mendizábal y Madoz.
2.2. Especifica las causas de los bajos rendimientos de la agricultura española del siglo XIX.
2.3. Describe la evolución de la industria textil catalana, la siderurgia y la minería a lo largo del siglo XIX.
2.4. Compara la revolución industrial española con la de los países más avanzados de Europa.
2.5. Relaciona las dificultades del transporte y el comercio interior con los condicionamientos geográficos.
2.6. Explica los objetivos de la red ferroviaria y las consecuencias de la Ley General de Ferrocarriles de 1855.
2.7. Compara los apoyos, argumentos y actuaciones de proteccionistas y librecambistas a lo largo del siglo XIX.
2.8. Explica el proceso que condujo a la unidad monetaria y a la banca moderna.
2.9. Explica la reforma Mon-Santillán de la Hacienda pública y sus efectos.
2.10. Especifica cómo las inversiones en España de Francia e Inglaterra afectaron al modelo de desarrollo económico
español durante el siglo XIX.

1.1.- Identifica los factores del lento crecimiento demográfico español en el siglo XIX.

La población española pasó de tener 10,5 millones de habitantes en 1797 a 18,5 en 1900; es decir en un siglo creció un
80%. El ritmo fue lento hasta 1820, se aceleró a partir de esa década hasta 1860 y se frenó desde entonces. En
comparación con otros países de nuestro entorno, fue un crecimiento moderado, debido sobre todo a la mayor
mortalidad y al retraso en la modernización económica.

Esa elevada mortalidad se explica por el atraso económico y social: pésimas condiciones sanitarias, crisis alimentarias o
"hambrunas" (una docena durante todo el siglo) y la elevada mortalidad infantil. Por su parte la natalidad también se
mantuvo alta durante todo el siglo y aún en 1900 alcanzaba el 35%o, muy por encima de las tasas de los países de
Europa Occidental.

Todo ello definía un modelo demográfico típico del Antiguo Régimen que solo empezó a cambiar en el último tercio del
siglo, especialmente tras la epidemia de cólera de 1885. Las tasas de natalidad y mortalidad, desde entonces,
empezaron a reducirse pero no de modo uniforme.

1.2.-Compara la evolución demográfica de Cataluña con la del resto de España en el siglo XIX.
2.1.- Explica los efectos económicos de las desamortizaciones de Mendizábal y Madoz.
2.2.- Especifica las causas de los bajos rendimientos de la agricultura española del siglo XIX.

2.3.- Describe la evolución de la industria textil catalana, la siderurgia y la minería a lo largo del siglo XIX.

Textil catalana: Se inició con el tejido de algodón, el cual fue creciendo gracias a la introducción a principios del siglo XIX,
de máquinas movidas por ruedas hidráulicas o máquinas de vapor. La evolución de esta industria estuvo marcada por el
contexto histórico. Tras la parálisis producida por la guerra de la independencia y la pérdida de las colonias americanas,
se recuperó y se expandió la fabricación de hilados entre 1830 y 1855. Entre 1870 y 1898 vivirá otro periodo álgido
debido al monopolio mercantil con Cuba y Puerto Rico.

Siderurgia: Estuvo muy supeditada a la explotación minera de sus materias primas: mineral de hierro y carbón. Conoció
una gran expansión a partir de 1871, con la creación de varias empresas en Vizcaya relacionadas con los Altos Hornos. El
atraso relativo de la siderurgia se explica por la libertad de importación que estableció la ley de ferrocarriles de 1855, la
reducida demanda interna, el atraso técnico, la escasez de carbón, que se importaba, ..
Minería: Estuvo estancada casi todo el siglo por la escasa demanda, el atraso económico, la falta de capitales y de
tecnología y la intervención del Estado, que frenaba la inversión extranjera. La “Ley de Bases sobre Minas” de 1869 y
otras de carácter librecambista favorecieron la actividad extractiva, a la vez que crecía esta por la demanda.

2.4.- Compara la revolución industrial con la de los países más avanzados de Europa.

Mientras los países más avanzados de Europa entraban en el siglo XIX en una acelerada industrialización con firmes
instituciones liberales, tanto a nivel político (Parlamentos, que legislaban a favor de esta actividad) como a nivel
económico (predominio del laissez-faire), España se refugiaba en el despotismo ilustrado anacrónico entre 1814 y 1833.

A partir de entonces con la instauración del liberalismo habrá una cierta apuesta por la industrialización pero
insuficiente, de modo que la industrialización en España no fue tan importante como en los países europeos más
avanzados. En primer lugar, porque afectó principalemte a solo dos regiones: Cataluña y el País Vasco.

Este retraso industrial puede deberse a: falta de poder adquisitivo de la población, proteccionismo excesivo, falta de
inversión en el sector industrial, malas comunicaciones terrestres, escasez de fuentes de energía, pérdida de las
colonias.

Algunos de estos problemas se fueron resolviendo a lo largo del siglo XIX, pero de todos modos la industrialización
española fue lenta, débil y tardía, si la comparamos con los países más avanzados, en tal sentido, de Europa.

2.5. Relaciona las dificultades del transporte y el comercio interior con los condicionamientos geográficos.

2.6.- Explica los objetivos de la red ferroviaria y las consecuencias de la Ley General de Ferrocarriles de 1855.

En la etapa del bienio progresista se aprobó la Ley General de Ferocarriles de 1855, que estimuló la construcción de la
red viaria básica, uno de los anhelos progresistas.

Los objetivos vendrían a ser entre otros:

a.- Activar la economía nacional gracias a un medio de transporte moderno, mecanizado.

b.- Crear un mercado nacional, en el cual gracias al ferrocarril se podían llevar las mercancías de un lugar a otro de la
Península en cuestión de días.

c.- Invertir el capital excedente que se había ido generando en las últimas décadas.

d.- Desarrollar la industria nacional gracias a la demanda que generaba el tendido ferroviario.

Entre las consecuencias podemos hallar algunas negativas y otras de carácter más positivo, que vendrían a ser las
siguientes:

Negativas. La rentabilidad fue escasa para la inversión; la especulación arrastró la economía a una gran crisis entre (1866
– 1876) que ocasionó la quiebra del sistema bancario y un déficit presupuestario crónico.

Positivas: Dos cifras elocuentes. El ferrocarril aumentó la carga transportada entre 1870 y 1900 de 3.000 millones de Tm
a 16.000, lo que muestra la primacía de este medio de transporte, que revolucionó las comunicaciones, creó un mercado
nacional, ayudó a desarrollar la industria y podía haber ayudado más.
2.7.- Compara los apoyos, argumentos y actuaciones de proteccionistas y librecambistas a lo largo del XIX.

Apoyos:

Los industriales catalanes sobre todo, los terratenientes castellanos o andaluces y los siderúrgicos vascos se oponían a la
libertad de mercado que preconizaba el librecambismo, porque amenazaba sus negocios.

Argumentos:

El argumento del proteccionismo se basa en que la producción nacional es prioritaria frente a la de otros países; en el
caso español, lo que se intentaba sobre todo era evitar la competencia de la industria británica.

Por su parte, el liberalismo defiende que el librecambismo estimula la innovación de las empresas para adaptarse a la
competencia y resulta más favorable para el consumidor ya que mejora la concurrencia entre las empresas que
compiten por ganar cuotas de mercado.

Actuaciones:

En España la política seguida fue, durante casi todo el siglo XIX, proteccionista con algunas excepciones como la
aprobada al efecto por las Cortes de Cádiz, que tuvo poco recorrido; la reforma de Mon-Santillán en 1845 y el arancel de
1849 introdujeron algunos matices librecambistas pero de moderado alcance. Por último, el Arancel de Figuerola de
1869, en pleno Sexenio Democrático, se inclinó más claramente hacia el librecambismo al suprimir el derecho diferencial
de bandera. Finalmente, Cánovas durante la Restauración apostó por el proteccionismo decididamente como dogma del
Partido Conservador.

2.8.- Explica el proceso que condujo a la unidad monetaria y a la banca moderna.

Unidad monetaria.

Durante el primer tercio del siglo XIX existía en España una anarquía de monedas, pesos y medidas. Esta diversidad
entorpecía el comercio interior y los intercambios. La reforma definitiva en el sistema monetario llegaría con la
revolución de 1868 y la implantación de la peseta (4 reales) como unidad monetaria. El uso de la peseta tardó en
generalizarse, pero a finales de siglo ya era la unidad monetaria utilizada en todas las transacciones económicas.

Banca moderna.

A fines del XVIII se crea el primer banco español (Banco Nacional de San Carlos en 1782), para administrar la deuda
pública. Hasta que no se aprueba una Ley de Banca en 1855, la banca española fue poco dinámica; a partir de entonces,
creció notablemente. La crisis financiera de 1866 dio paso a una nueva estructura bancaria: quedaría por un lado el
Banco de España (creado en 1856) con el monopolio de emisión de billetes; mientras que la banca privada fue
desmantelada casi en su totalidad, dejando entidades como el Banco de Barcelona, Bilbao o el de Santander. La banca
española fue poco utilizada como instrumento de desarrollo productivo y más como prestamista del Estado y captador
de recursos externos para inversiones pública a través de la deuda pública.

2.9. Explica la reforma Mon-Santillán de la Hacienda pública y sus efectos.

Los intentos de reforma fiscales durante el reinado de Fernando VII fracasaron. Durante el reinado de Isabel II, la
reforma fiscal más importante fue la de 1845, siendo Ministro de Hacienda Alejandro Mon y gobernador del Banco de
España, Ramón de Santillana.

La reforma Mon-Santillana se basó en organizar el sistema de impuestos directos e indirectos, regularizar los
presupuestos generales del Estado y creación de una serie de medidas de control para reducir la deuda pública, aunque
esta subsistió durante todo el siglo.
Se basó en los siguientes puntos:

Se simplifica el sistema impositivo con la creación de dos tipos de impuestos: directos e indirectos. Los directos se
basan en la contribución territorial de las propiedades agrarias y el subsidio industrial y de comercio para esas
actividades. Los indirectos se llamarán consumos porque gravaban la compra-venta de productos de primera necesidad
y serán odiados por las masas populares.

Se establece por primera vez los presupuestos generales del Estado, es decir, la previsión de ingresos y gastos para un
año.

Se adoptan medidas para reducir la deuda pública, ésta absorbía el 27% de los gastos del Estado sólo en concepto de
pago de intereses de la deuda.

Con todo, el problema de la deuda es una constante en todo el siglo y fracasaron todos los intentos de sanear el
presupuesto, siempre había más gastos que ingresos, sólo fue al revés en cuatro años: 1876, 1882, 1893 y 1899.

Se va a producir un fracaso en el intento de crear un catastro o inventario de todos los bienes por localidades e
individuos, el nivel de ocultación de datos al fisco era espectacular y este fracaso va a reducir la capacidad recaudatoria
por parte del Estado.

Esta reforma se mantuvo con pocos retoques hasta principios del siglo XX.

2.10. Especifica cómo las inversiones en España de Francia e Inglaterra afectaron al modelo de desarrollo económico
español durante el siglo XIX.

En general los capitales que había en España en el siglo XIX son de origen extranjero, y no es porque
en el país no hubiera grandes fortunas y hombres de negocio, era debido , sobre todo, a la mentalidad
conservadora que tenían en España los industriales y financieros. En general predominaban las inversiones
especulativas (ganar mucho a corto plazo) que las productivas (invertir en negocios sólidos y recibir
beneficios a medio y largo plazo).
Destacan dos hombres de negocios: Muñoz, esposo de la regente María Cristina, y José de Salamanca,
los dos grandes financieros y con sólidos contactos en el aparato del Estado, pero sus inversiones eran
exclusivamente especulativas, y todo lo reinvertían al final en tierras.
Por eso el desarrollo industrial fue lento.
Los grandes negocios y los grandes proyectos fueron obra de inversores extranjeros.

La política gubernamental favorable al capital extranjero surtió efectos y llegaron tres grupos financieros
franceses que invirtieron en el ferrocarril aprovechando las subvenciones estatales y la ausencia de arancel
es para los productos ferroviarios. Así se construyó el ferrocarril español y las compañías ferroviarias que
operaban en España tenían casi todas su sede más allá de los Pirineos. La crisis de 1866 hizo que estas
se remodelaran pero siguieron existiendo. Como vemos se invierte en un negocio especulativo,
como puso en evidencia la misma crisis.
El capital inglés sería predominante en el sector minero en el que España era especialmente atractiva
por su gran riqueza en minerales: cobre, estaño, hierro, plomo, mercurio...
Este proceso se intensifica a partir de 1880 y sirve de palanca a la formación de grupos capitalistas
vascos a la sombra del negocio de exportación del mineral de hierro para la industria británica,
esos grupos capitalistas nacionales realizarán importantes inversiones industriales en contraste con el
resto del país. El capital inglés se dirigirá también a lugares con productos agrarios muy peculiares como
el brandy o el vino de Jerez.
Como vemos, salvo algunas excepciones, ni la agricultura ni la industria fueron sectores atractivos para la
inversión de capitales exteriores y eso explica en parte su escaso desarrollo.

Vous aimerez peut-être aussi