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Colomer, T.; Camps, A. (1996) Enseñar a leer, enseñar a comprender.

Madrid: Celeste / M.E.C. (versió en castellit de Ensenyar a llegir, ensenyar a


comprendre (1990). Barcelona: ed. 62/Rosa Sensat)

1. LA LENGUA ESCRITA

1. La sociedad y la lengua escrita

1.1. La alfabetización

La especie humana posee la capacidad de representar simbólicamente la


realidad y de comunicarse a través de un sistema de signos elaborado social-
mente al que llamamos lengua y que tiene su realización concreta en los dis-
tintos actos comunicativos de los individuos. Durante miles de años los hom-
bres y las mujeres se han comunicado oralmente a través de estos sistemas
de signos, pero a lo largo de la historia varios grupos sociales han ampliado
sus posibilidades de comunicación con la invención de sistemas de signos
gráficos. Las características de estos nuevos códigos, tales como la estabilidad,
la comunicación en un tiempo y un espacio no inmediatos o la necesidad
de un aprendizaje específico para dominarlos, han permitido alcanzar obje-
tivos bien distintos, desde el poder derivado de la posesión de la palabra
sagrada o la seguridad en la exactitud de la transmisión de leyes y órdenes
a tierras lejanas, hasta la difusión masiva de conocimientos. Precisamente
las variaciones producidas en estas finalidades han condicionado el acceso
de los distintos grupos sociales a la lengua escrita en las diferentes culturas
y a lo largo de la historia.

Así considerada, la lecto-escritura tiene una existencia relativamente


reciente, entre los cinco y los tres mil últimos años según los criterios de defi-
nición que se adopten. Pero también se puede considerar la lengua escrita

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desde la perspectiva más general de su caracterización básica como un ins- beto adoptado por los griegos. Estos incluyeron los signos vocálicos y la idea
trumento de relación indirecta entre el ser humano yel mundo. Desde esta que toda sílaba era divisible en esos signos, y su alfabeto ha conducido has-
perspectiva, tal como indican Cole y Griffin (1978) y muchos otros autores ta nuestro sistema gráfico actual a través de la escritura latina.
que estudian la lengua escrita desde el punto de vista de la antropología cul-
tural, las raíces de la lecto-escritura forman parte de la misma aparición del Algunos autores (Mattingly, 1989) han relacionado las características
homo sapiens. Lo que definiría en este sentido los inicios de la lecto-escri- linguísticas de las distintas lenguas con la aparición de uno u otro tipo
tura es que el ser humano utiliza deliberadamente unos signos externos (una de escritura, ya que las características de la estructura morfofonológica
marca en una piedra para señalar un acontecimiento, unas pinturas para indi- de una lengua pueden favorecer u obstaculizar la conciencia de los hablan-
car el inicio de la caza. etc.) para regular su relación con el mundo de for- tes sobre los segmentos linguísticos en los que se divide la secuencia fóni-
ma indirecta. Es decir, que son los signos gráficos los encargados de repre- ca. Así, en la lengua china, los morfemas coinciden normalmente con las
sentar esa relación de forma simbólica y de regulada socialmente a través sílabas y, por lo tanto, el análisis de los componentes facilita el camino
de su elaboración y transmisión cultural. La función de código de repre- hacia la unidad silábica como base de la representación gráfica, mientras
sentación define aquello que constituye la esencia misma de la lengua escri- que las lenguas afro-asiáticas donde surgieron los primeros intentos de
ta: un sistema de mediación entre el ser humano y la realidad a través de creación de alfabetos eran fácilmente fragmentables en segmentos fóni-
unos signos determinados. cos a causa de la falta de coincidencia entre los límites de la sílaba y los
de los morfemas.
La elaboración histórica de los signos gráficos en códigos sistematiza-
dos ha tenido diversas realizaciones en las distintas culturas. La elabora- De cualquier forma, sea el que sea el grado de conciencia linguística que
ción más simple configuró la denominada escritura pictórica, en la cual se han requerido los distintos sistemas gráficos, la historia de la escritura pre-
representaban directamente los objetos y las acciones. Pero no es hasta la senta un punto de inflexión decisivo con la invención del alfabeto, ya que
escritura ideográfica o logográfica que los signos gráficos establecieron rela- el lenguaje deja de representarse con elementos comunicables de manera
ciones con el código linguístico al representar palabras o morfemas de la directa para pasar a basarse en una abstracción que requiere un proceso de
lengua, tal como sucede en la escritura cuneiforme de los sumerios, la chi- análisis y síntesis de la secuencia fónica de la lengua oral.
na o la jeroglífica egipcia. El inconveniente de tener que crear y memori-
zar una cantidad tan grande de signos para poder representar todas las pala- Efectivamente, los signos gráficos no se corresponden con los sonidos
bras de la lengua condujo a que las escrituras logográficas desarrollasen sis- de la lengua percibidos por los hablantes (incluso su representación en un
temas mixtos logográficos y fonográficos, con la utilización de signos para alfabeto fonético supone una convención, ya que, por ejemplo, no se pue-
representar componentes fonéticos y semánticos de las palabras. Éste es el de pronunciar una consonante aislada, sin vocal) sino que representan los
caso, por ejemplo, de la actual escritura china, en la que se pueden añadir sonidos que poseen un valor funcional. Además, aunque las grafías se rela-
caracteres de forma indefinida a base de formar nuevas uniones entre los cionen con los sonidos de la lengua oral, también existen otros tipos de rela-
componentes. ciones implicadas en la elección de un signo gráfico. En el caso de la lengua
catalana, por ejemplo, puede hallarse la señal de pertenencia a una misma
Así pues, el principio básico para que un sistema de escritura fuera pro- familia (en la alternancia c/C;,o bien s/ss para un mismo sonido), la marca
ductivo resultó ser su constitución como un conjunto limitado de signos. de morfemas determinados (a/es para singular/plural) o bien el uso de reglas
Algunas culturas intentaron resolver el problema a partir de la representa- de contexto gráfico (g/j). La invención del alfabeto resulta decisiva porque
ción de las sílabas de la lengua, y los fenicios idearon un sistema alfabético es el sistema que permite la representación del lenguaje con una mayor eco-
de representación de los signos consonánticos que constituye la base del alfa- nomía de medios, pero su abstracción tiene como consecuencia el hecho de

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que los hablantes no pueden adquirido fácilmente a partir de «fijarse» en ritariamente por acoplar sus facultades a aquello que es transmisible por
la descomposición de las palabras, sino que han de basarse en métodos de escrito. De esta manera, la existencia de la notación ha influido también en
instrucción y en la confrontación con el mismo lenguaje escrito para alcan- el tipo de evolución seguida por la música, en el sentido que ha marginado
zar el nivel de conciencia fonológica que se requiere para su dominio. formas más acordes con la tradición oral y ha hecho coincidir, finalmente,
notación y música producida.
La invención de la escritura alfabética y el desarrollo de sistemas de escri-
tura muy productivos se han revelado como un medio de representación sim- De forma semejante, pues, la lengua escrita permite la existencia de una
bólica tan potente que, si cada sistema de mediación incorpora nuevas posi- memoria colectiva y una comunicación mucho mayor entre los hombres y
bilidades a las formas de pensar y entender la relación entre el ser humano y las mujeres al no estar limitada ya a la presencia física de los intedocutores.
el mundo, lo que permitirá la alfabetización será, en palabras de Cole y Griffin Esto posibilita unos niveles de análisis y de abstracción del lenguaje que deter-
(1978), «desarrollar nuevas formas de procesos psicológicos superiores». minan un gran crecimiento del saber y que suponen la base del desarrollo
científico y cultural de nuestras sociedades actuales.
Podemos hallar un símil para ilustrar esta idea en el ejemplo de la inven-
ción de la notación musical. La notación, o sistema de signos usado para La gran incidencia de la lengua escrita en la organización y evolución
trasladar los sonidos al papel, ha sido inventado y usado exclusivamente por de las sociedades puede analizarse también desde el punto de vista de su
la cultura moderna occidental. Todas las demás culturas han transmitido
correspondencia con la manera como la sociedad ha entendido y valorado
siempre su música por vía oral y los músicos han debido dedicar la mayor el hecho de saber leer y escribir a lo largo de los tiempos, ya que esta con-
parte de sus energías a memorizar las piezas de su repertorio con la única
cepción y esta valoración son inseparables de las circunstancias concretas
ayuda de su propio oído. La consecuencia, en estos casos, es que el patri- del contexto histórico en que se producen. Así, los estudios realizados en
monio musical es irremediablemente reducido, ya que es tan costoso de
este campo revelan cómo los cambios en la definición del concepto de alfa-
recordar que queda poco espacio para la creación y es preciso partir siem- betización reflejan las variaciones producidas en aquello que la colectividad
pre de un ensayo combinatorio circunscrito a los pocos elementos de que percibe como necesidades de su organización social.
se dispone a partir del recuerdo individual. El lenguaje musical, además, es
necesariamente muy simple dada la limitación de la memoria humana: nadie,
Los historiadores (Cipolla, 1969) han señalado que hasta bien entrada
por ejemplo, podría recordar la Novena Sinfonía de Beethoven en todos sus
la industrialización, la alfabetización no se relacionaba ni con la idea de esco-
detalles, o bien requeriría tanto esfuerzo que no valdría la pena componer
una obra así. larización, como medio de adquisición de esta capacidad, ni con el progre-
so económico, como consecuencia esperable de su posesión, ideas bien enrai-
zadas en nuestra sociedad actual. Antes de la industrialización, en cambio,
El uso de la notación, sin embargo, dinamizó y aceleró radicalmente la
saber leer y escribir tendía a asociarse al ocio y al ámbito social, con un valor
evolución de la música en las sociedades que pasaron a adoptada. No sólo
eminentemente moral según el cual ser letrado era sinónimo de ser virtuo-
hizo posible almacenar un número mucho más elevado de experiencias
so y donde la posesión de este saber cumplía una función de cohesión social.
musicales al ejercer una función de memoria colectiva, sino que también
Cook-Gumperz (1986) comenta al respecto:
aligeró a los músicos de la parte más mecánica de su tarea con la consiguiente
potenciación de la creación de estructuras mucho más complejas que revir-
Uno de los mayores impactos de los recientes estudios históricos en esta área ha sido el de
tieron a su vez en el repertorio ya existente. Sin embargo, ningún sistema informar sobre las muchas maneras en que ha existido la alfabetización en la sociedad occi-
de notación musical es capaz de reproducir la gama sonora de la voz huma- dental en e! curso de los últimos cinco siglos (. ..). Se puede decir que el cambio desde e! siglo
na ni la de los instrumentos musicales, y los músicos han optado mayo- XVIII en adelante no ha sido e! de! analfabetismo total a la alfabetización, sino e! de una mul-

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tiplicidad de alfabetizaciones difíciles de evaluar, de un idea «pluralista» de la alfabetización betización deja de tener el sentido de conquista en el desarrollo individual
como un conjunto de diferentes aptitudes relacionades con la lectura y la escitura, con muchos
objetivos diferentes y para muchos sectores diferentes de una sociedad, a la noción de una sola y social que la había caracterizado en el siglo XIX para pasar a constituir un
y estandarizada «alfabetización escolar» vigente en nuestro siglo. prerrequisito para cualquier progreso de las sociedades modernas. La media-
ción entre el ser humano y el mundo ha adquirido tal complejidad que la
El proceso hacia esta concepción estandarizada de la función de la alfa- sociedad ha de realizar una gran inversión en capital humano para que los
betización se produjo a lo largo del siglo XIX, a partir de los cambios sociales ciudadanos sean capaces de controlar un volumen tal de información sim-
provocados por la industrialización, y es en este período cuando se asentaron bólica.
las bases de las concepciones actuales sobre la alfabetización antes aludidas.
En este contexto, la concepción de la alfabetización se ha ido amplian-
En primer lugar, y a diferencia de lo que ocurría hasta aquel entonces, do desde su consideración como la simple capacidad de firmar o de leer un
cuando se podía ser un ciudadano próspero y respetado sin saber leer ni escri- mensaje sencillo, hasta su definición como posibilidad de «lectura de nue-
bir, la alfabetización empezó a asociarse al éxito económico y al esfuerzo indi- vo material y recopilación de nueva información a partir de este material»
vidual en pro de la ascensión social, de tal forma que, en el reverso de esta (Resnick y Resnick, 1977). Las sucesivas ampliaciones que se han produci-
correlación, ser analfabeto comenzó a vincularse con el fracaso social, fra- do (con la divulgación del término alfabetización funcional durante los años
caso que pasó a atribuirse a la propia responsabilidad individual en la falta cuarenta, por ejemplo) han tenido grandes repercusiones en las evaluacio-
de educación. nes sobre el grado de alfabetización de los diferentes países, en la determi-
nación de los objetivos de política cultural y educativa por parte de los esta-
En segundo lugar, se inició la demanda social que culminó con la conse- dos, sobre todo en las naciones en vías de desarrollo, y en el diseño yapli-
cución de la escolarización obligatoria, escolarización que incluye el acceso cación de programas de alfabetización. En este sentido, un informe de la
de toda la población a la alfabetización en el interior de ese nuevo marco fuer- UNESCO (1976) sobre alfabetización señala:
temente formalizado. Sin embargo este proceso englobó diversas maneras de
Más que como una finalidad en si misma, la alfabetización se ha de considerar como
concebir la alfabetización. Por una parte, se produjo una línea reivindicati- una manera de preparar al hombre para un papel social, cívico y económico que va más a]]á
va que se apoyaba en la idea de la alfabetización como un elemento iguala- de los limites de una tarea rudimentaria de alfabetización que consista simplemente en ense-
dar entre los hombres en la consecución de un nuevo orden social y políti- ñar a leer y a escribir. El proceso mismo del aprendizaje de la ¡ecto-escritura ha de con-
co. Esta línea generalizó la concepción de la alfabetización como una parte vertirse en una oportunidad para adquirir información que pueda ser utilizada inmediata-
del desarrollo individual y personal hasta culminar en su consideración actual mente para mejorar los niveles de vida: la lectura y la escritura no han de conducir tan sólo
a un saber general elemental, sino a una mayor participación en la vida civil y a una mejor
como un derecho de todos los seres humanos. Por otra parte, se halla la con- comprensión del mundo que nos rodea, abriendo el camino, finalmente, al conocimiento
sideración, expresada en las discusiones parlamentarias sobre las leyes de esco- humano básico.
larización y en las polémicas públicas de la época (Cook-Gumperz, 1986),
sobre el acceso a la lengua escrita como una necesidad inherente a los reque- La complejidad progresiva de nuestra sociedad ha conllevado, pues, la exten-
rimientos educativos del desarrollo industrial, así como una vía de integra- sión y la diversidad de usos de la lengua escrita que configuran ya nuestra mis-
ción de la población en unas sociedades donde la división entre alfabetiza- ma concepción de una sociedad con tantos siglos de uso de la escritura. Scriber
dos y analfabetos empezaba a constituir la frontera de la marginación social. (1984) y Tolchinsky (1990) sintetizan estos usos en tres líneas determinadas:

A lo largo del siglo XX, la lengua escrita se constituye como una tecno- 1. El uso práctico o funcional de la lengua escrita en términos de adapta-
logía fundamental de nuestras sociedades a partir de la cual se construirán ción a una sociedad moderna y urbana que recurre constantemente a ella
otras tecnologías de almacenamiento y transmisión, de tal manera que la alfa- en la vida cotidiana.

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2. El uso de la lengua escrita como potenciación del conocimiento, como puestas en el acceso a la educación. Así pues, si en la actualidad la consta-
progreso individual o colectivo, donde la posesión del lenguaje escrito es tación de un amplio fracaso escolar ha conducido a un estado de crítica gene-
entendida (y administrada o reivindicada) como poder: poder de la in- ralizada a las instituciones educativas, ese fracaso ha sido considerado, muy
formación, progreso científico, poder de la ascensión social que posibi- significativamente, en términos de fracaso linguístico durante los años seten-
lita, etc. ta, y como fracaso en el dominio de la lengua escrita a finales de la década
3. El uso de la lengua escrita como acceso al placer estético a través de los de los ochenta.
usos formales y poéticos del escrito.
En este sentido, el desarrollo de una tecnología educativa mucho más'
Estos usos están presentes en las sociedades occidentales contemporá- afinada en las últimas décadas ha sido denunciado repetidamente por algu-
neas en un grado tal que permiten Glracterizarlas como sociedades altamente nos autores (Bernstein, 1973) como una arma de doble filo que permite, tan-
alfabetizadas. El hecho de incluir todos esos usos o sólo una parte de ellos, to una mayor adaptación a las características individuales de los ciudada-
y según de qué parte se trate, configura también nuestra propia concepción nos, como un mayor control de su evaluación objetiva. La posibilidad de
actual de lo que es saber leer y escribir. aumentar el control convertiría así a la institución educativa en un instru-
mento de incidencia más eficaz en la estratificación del orden social. Esta
Las dificultades para una definición estable del concepto de alfabeti- constatación ha contribuido a plantear el debate, surgido en los años seten-
zación no provienen únicamente de la elevación progresiva de su nivel de ta, sobre las funciones sociales de la escuela y sobre los límites de su reper-
contenido o de los usos del lenguaje que contemple, tal como acabamos cusión en la movilidad social de los individuos.
de describir. Otro tipo de dificultades tiene su origen en la redefinición de
los objetivos del sistema educativo en las sociedades modernas. Un ejemplo 1.2. La relación entre los distintos códigos de representación. El códi-
bien claro de este cambio consiste en que el sistema educativo ya no se pro- go oral y el código escrito
pone proporcionar el conocimiento (y la alfabetización) como un capital
fijo que un individuo adquiere durante unos años de su vida y que admi- Se habla a menudo del auge de la imagen en nuestra cultura, y, sin duda, es
nistra durante el resto de ella. En la actualidad, por el contrario, cada indi- un hecho comprobable con una simple mirada a nuestro alrededor. No pare-
viduo se ve obligado a revisar y a adquirir conocimientos de forma cons- ce, en cambio, que ello haya supuesto la sustitución y arrinconamiento de
tante y a validarlos a través del sistema educativo mediante nuevos títulos la comunicación escrita, sino que más bien parece haberla asociado a un fenó-
y certificaciones. meno más general de ampliación de los códigos de que disponen las socie-
dades modernas hoy en día. La diversificación de los códigos disponibles
De este modo, la antigua idea emancipadora de la alfabetización como ha implicado grandes cambios en la evolución de la comunicación hacia nue-
esperanza de igualdad entre los hombres ha sido modificada, primeramen- vas formas que han pasado a denominarse comunicación de masas.
te, por su inclusión en la idea más general de educación y, más tarde, por la
nueva percepción social de la educación que ha pasado a ser considerada La observación de las formas de comunicación social revela que, lejos
en clave de igualdad de oportunidades en el mercado de trabajo. de la eliminación de códigos, lo que se produce realmente es una enorme
diversificación en su uso, muchas veces a través de formas fuertemente in-
Por otra parte, si a partir de la escolarización obligatoria sería realmen- terrelacionadas. Un medio audiovisual como la televisión, por ejemplo, uti-
te arduo separar la valoración social de la alfabetización de la valoración atri- liza a menudo la lengua escrita al mostrar gráficas, listas de programas, etc.
buida al sistema educativo en su conjunto, la misma fusión se ha produci- para aprovechar determinadas ventajas de lo escrito tales como la presen-
do en las críticas provocadas por el desencanto de las esperanzas sociales tación objetualizada del mensaje o la inmediatez de su captación.

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A la vez, las relaciones entre el contenido de un mensaje, el código (oral, Constantemente recibimos (o emitimos) mensajes que han sido construidos
escrito, visual) en el cual se produce y el medio de comunicación que lo (o que serán recibidos) en un tiempo o un lugar distantes, sin la posibili-
vehicula (el escrito en una carta, pongamos por caso, y, si lo complicamos dad de negociar su comprensión en una interacción cara a a cara entre las
más, la carta reproducida en un libro y el libro introducido en un ordena- personas que se comunican. Ya sea a través de los medios de comunica-
dor, etc.) son muy variadas y sus repercusiones en la manera como se reci- ción o de los múltiples aparatos que utilizamos a lo largo de un día (apa-
be el mensaje constituyen un campo de estudio apenas iniciado, dada la ratos de comunicación como telefax, correo electrónico, etc., pero tam-
reciente aparición de estas posibilidades comunicativas en las sociedades bién signos, instrucciones o programas de aparatos electrodomésticos, por •
occidentales actuales. De momento, las constataciones empíricas -por ejem- ejemplo), la gran cantidad de informaciones y demandas que genera una
plo las que revelan que el recuerdo de una noticia es más duradero si se ha sociedad tan extensa y compleja como la nuestra se vehiculan de forma
leído en el periódico que si se ha oído en la radio, y en ambos casos más creciente a través de mensajes independientes de la situación comunica-
que si se ha visto-oído en la televisión- sólo permiten aventurar hipótesis tiva de emisión y recepción. Consecuentemente, resulta imposible para
sobre cómo se dominan individualmente y cómo se utilizan socialmente los cualquier individuo alcanzar autonomía social y desenvolverse con facili-
distintos sistemas culturales de representación que la sociedad posee en estos dad en el mundo actual sin estar acostumbrado a entender y construir men-
momentos.
sajes diferidos.

Si, además, como ya subrayó Vygostky (1979), los sistemas culturales de El aumento de la comunicación diferida, así como la generalización de
representación marcan la construcción del conocimiento en la mente huma- la alfabetización y los avances técnicos que permiten la grabación y la trans-
na de cada individuo, con mayor motivo será preciso estudiar cuáles son las misión de la voz, han provocado que la relación entre el código oral y el có-
consecuencias del dominio de cada uno de los sistemas simbólicos en la for- digo escrito presente características bien distintas de aquellas que la habían
ma de organizar nuestro conocimiento sobre la realidad. De las investiga- definido históricamente.
ciones actuales en este campo a partir de los diferentes códigos (oralidad,
lecto-escritura, informática, códigos visuales de imagen fija o animada) pare- Desde el punto de vista de su descripción científica puede constatarse
ce desprenderse la idea de que cuanta más mediación instrumental se requie- cómo durante siglos la descripción gramatical se basó en la lengua escrita,
re, más laborioso es el procesamiento del mensaje y más organizado per- y no es sino con la aparición del estructuralismo que la atención se despla-
manece en nuestra memoria (Pablo del Río, 1989). zó hacia el código oral y los linguistas empezaron a analizar algunos de sus
aspectos básicos, especialmente el nivel fónico de la lengua. A partir de ahí,
Las formas actuales de comunicación presentan otro aspecto en el que la relación entre los dos códigos ha sido vista de distinta forma según la
vienen a coincidir todos los códigos existentes y que se refiere al cambio evolución de las diferentes corrientes linguísticas, desde la supeditación ab-
producido en las situaciones de comunicación en que habían sido utiliza- soluta del escrito al oral (en el estructuralismo americano) a su independencia
dos tradicionalmente. Durante miles de años la comunicación más fre- total (en la glosemática). A nuestro entender, el modelo más consistente
cuente entre las personas ha sido una comunicación directa, en el interior corresponde a la relación de equipolencia defendida por el Círculo de Praga.
de un contexto compartido en el que emisor y receptor se hallaban pre- En este modelo se considera que habla y escritura son dos realizaciones dis-
sentes y donde, por lo tanto, podían ahorrarse una gran cantidad de infor- tintas de un mismo sistema linguístico, lo cual implica que comparten la mis-
maciones obvias para el interlocutor y donde podían realizar acciones tales ma estrutura, pero se diferencian en su uso, ya que ejercen funciones dis-
como compartir la construcción conjunta de un mensaje o pedir aclara- tintas en la vida social de la comunidad. Scinto (1986) esquematiza de la
ciones. En cambio, en nuestra cultura actual observamos cómo se privi- siguiente manera las varias formas de entender las relaciones entre lo oral y
legia cada vez más la comunicación diferida entre los individuos. lo escrito:

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