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Curación con los puntos cardinales.

Un círculo no tiene principio ni fin. Fue concebido como una manifestación externa para
comprender la vida interior. Los cuadrantes de la rueda representan los cuatro puntos cardinales
y los cuatro elementos. Cada cuadrante tiene asignadas distintas cualidades. En términos
psicológicos, cada cuadrante de la rueda de la medicina representa un aspecto específico de la
personalidad individual. Esta idea también proviene del campo de la psicología, en donde se
sostiene la idea de que la personalidad presenta cuatro aspectos fundamentales. Los puntos
cardinales también se asocian con los cuatro elementos (Agua, Fuego, Aire y Tierra), así como
con diversos colores, plantas y animales. Cada punto tiene su propio poder y representa un
aspecto determinado de nosotros mismos. A continuación se muestra con qué elementos y
cualidades espirituales se asocian los cuatro puntos cardinales. Yo invoco al Sur, Oeste, Norte,
Este, Abajo, Arriba y al Centro, de la forma como se mueven las manecillas del reloj, para crear
mi círculo. Invoco a mis ancestros, guías, Ser Superior, ángeles, elementales, animales de
poder, y todas mis relaciones sobre la Tierra. Cada dirección tiene su propósito, su personalidad,
su elemento y su don.

Al Este, la libertad.

Este punto cardinal se asocia con el elemento aire. Representa los ideales elevados, los nuevos
comienzos y la elevación espiritual. Nos permite tener una visión panorámica de la vida.
Representa la parte universal de cada uno. Es iluminación e integración, libertad y movimiento.
En este punto nos elevamos y nos expandimos. Representa el poder de la mente. Representa el
renacimiento o el nacimiento de un ser, tus primeros años de vida en la tierra. Color Amarillo.

Al Sur, los sentimientos.

El poder medicinal del Sur está centrado en los sentimientos y las emociones. Es intuición,
conexión íntima con la espiritualidad. Simboliza los sueños sagrados, las impresiones psíquicas y
el conocimiento interior. Este punto cardinal nos permite relajarnos y curarnos a través de las
emociones. Se asocia con el elemento Agua. También se relaciona al crecimiento de tu ser,
pasando de niño a adolescente simboliza el desarrollo de la percepción del mundo, y el
desarrollo de tus capacidades. Color Rojo y los anaranjados.

Al Oeste, la transformación.

Este punto cardinal representa la alquimia que se produce cuando se desecha lo viejo y se
abraza lo nuevo. Simboliza la transformación de los cánones y las costumbres antiguas. Es
purificación y renovación.es energía pura, luz y transmutación. Representa el poder del espíritu.
Se asocia con el elemento Fuego. Simboliza el paso de la adolescencia a la adultez, esta
transición se hace con el conocimiento de la introspección.

Color Negro o Azul profundo.


Al Norte, la sabiduría.

Este punto cardinal simboliza el arraigo y la conclusión. Nos permite adquirir un profundo
conocimiento interior y nos permite sobreponernos a los momentos de adversidad. Es salud y
alimento. Representa la fertilidad, la abundancia y la estabilidad. Encarna el poder de lo físico.
Se asocia con el elemento Tierra. Simboliza la madurez del ser, la edad adulta el pensamiento
trascendental y la transición y fin del ciclo. Color Blanco.

El centro de la Rueda de la Medicina simboliza la Madre Tierra y el Gran Círculo periférico,


simboliza el Gran Espíritu Creador. Como este espacio es sagrado, tus cantos y oraciones deben
purificar lo que te rodea, así mismo puedes hacer un llamado de nuestros hermanos animales, a
los Espíritus de la Naturaleza, a los Espíritus de Luz y conectarte a través de ellos a la
multidimensionalidad de tu ser.Si por alguna razón no fuera posible realizar un Mándala de
Sanación en un espacio libre, puedes crearlo en tu propio espacio con pequeñas piedras a modo
de un jardín zen, te servirá para meditar y relajarte, recuerda que lo más lo importante es la
Intención con que uno se conecta con el Universo desde lo más pequeño a lo más grande.

Y para complementar su ritual utilicen la siguiente Plegaria:

Plegaria de las 7 Direcciones

Desde la Casa Este de la Luz,la sabiduría se abre en aurora sobre nosotros yvemos las cosas con
claridad.

Desde la Casa Norte de la Noche,la sabiduría madura en nosotrosy conocemos todo desde
adentro.

Desde la Casa Oeste de la Transformación,la sabiduría se transforma en acción correctay


hacemos lo que hay que hacer.

Desde la Casa Sur del Sol Eterno,la acción correcta nos da la cosechay disfrutamos los frutos del
ser planetario.

Desde la Casa Superior del Paraíso,donde se reúne la gente de las estrellasy nuestros
antepasados,sus bendiciones llegan hasta nosotros ahora.

Desde la Casa Inferior de la Tierra,el latido del corazón cristal del planeta nos bendice con sus
armoníasy reina la paz en la Tierra

Desde la Fuente Central de la Galaxia,que está en todas partes al mismo tiempo, todo se
reconoce como luz de amor mutuo.

LA RUEDA LAKOTA
(RUEDA DE LA MEDICINA)

La versión de la rueda que se utiliza con más frecuencia proviene de la tradición lakota, pero
existen muchas variantes y ninguna es correcta o incorrecta, sino que cada una se adapta mejor
a cada tipod e persona. La rueda se divide en cuatro cuadrantes que se corresponden con los
puntos cardinales. El círculo dividido en cuatro, el mismo que en la cruz celta, es un antiguo
signo de totalidad...
La rueda no sólo representa la orientación en términos de dirección, también representa el paso
del día a la noche y al nuevo amanecer, y traza el ritmo del año, pemieza por la primavera,
sigue con el verano, el otroño, el invierno y de nuevo la frescura de la primavera. La vida
humana también queda reflejada en ella, desde el nacimiento hasta el renacimiento, pasando
por la juventud, la madurez y la muerte, pues a la visión despierta le resulta evidente que la
vida no comienza con el naciemiento ni termina con la muerte: todo es circular, se repite, se
transforma y se vuelve a repetir en una octava mayor de la espiral.

Este

El Este es el punto cardinal por el que sale el Sol. Podemos visualizarlo "entrando" en la rueda
del mismo modo que lo hacemos en nuestra encarnaión física. Su elemento es el fuego, su color
es el amarillo, su animal totémico es el águila que vuela alto y posee una vista de largo
alcance, y su cuerpo celestial asociado es el Sol. El Este equivale a la primera llamada del clarín
al amanecer: es la primavera y trae la claridad. Es el momento de la encarnación, de la entrada
en la materia y la infancia. Equivale al reino de la humanidad (en contraposición al reino
vegetal, animal o mineral) y está específicamente relacionado con el espíritu, o quizá la
intuición en el sentido en que C.G. Jung emplea el término de psicología, esto es, la capacidad
de percibir los significados y propósitos generales, de ir con inspiraciòn y "ver" al otro lado de las
esquinas, pues para la visión holísitica a veces las esquinas no existen. La muerte y la vejez son
los enemigos del Este, no en el sentido de la sabiduría y la transformación, sino en el sentido
restrictivo de la pérdida de la visión, del movimiento y de las potencialidades, y también por su
herencia de miedo. En el Este determinamos cómo emplearemos las energías a todos los
niveles. Es el "lugar de la vista de largo alcance" y quizás el más abstracto de los cuatro cuartos.

Sur

Después del Este, siguiendo las manecillas del reloj, viene el Sur.* El Sur está relacionado con el
mediodía, el verano, el color rojo. Es la época de la juventud, la época en que aún creemos,
somos inocentes y nos preocupamos por nuestros sentimientos y por lo que nos rodea. En
términos humanos, el Sur corresponde a las emociones. El elemento del Sur es el agua y su
cuerpo celestial la Luna, reina de las mareas. Su animal totémico es el ratón, que puede
parecer un animal humilde; sin embargo, todas las criaturas tienen el mismo valor, poseen un
mensaje para nosotros y cualidades de las que podemos aprender. Con el ratón aprendemos la
importancia de observar cuidadosamente, de ser en verdad quienes somos y estar en realidad
donde estamos, algo necesario para tomar decisiones inteligentes. La función del Sur se puede
equiparar a lo que, según Jung, es la función del sentimiento: identificar aquello que tiene
valor y significa algo para nosotros, para nuestros seres queridos y la sociedad en que vivimos.
El sentimiento nos trae comodidad, unifica y favorece el crecimiento cultural. El enemigo del Sur
es el miedo, que mata nuestra habilidad para tomar decisiones y nos paraliza. El sur representa
el reino vegetal, el que aporta la energía y es el lugar "cercano".

Oeste

Llegamos ahora al Oeste, dirección del elemento tierra, de la noche y el otoño. Su color es el
negro y es el hogar del reino mineral de la vida infinitamente lenta y sileciosa que se
desarrolla sobre la Tierra. Su aspecto humano está relacionado con el cuerpo físico y por ello
podemos asociar la función de las sensaciones, según Jung -el uso de los cinco sentidos
ordinarios, lo "real"-. El Oeste corresponde a la madurez, la época en la que tenemos la fuerza
para hacer cosas, para ayudar a otros -jóvenes y viejos- de forma práctica y activa. Sin
embargo, el Oeste también tiene que ver con la introspección profunda y con la trancsición de
un estado a otro; también con la intuición, pero de un modo más interior que el Este. Su animal
totémico es el grizzli u oso gris, el más fuerte de todos, el que se cura a sí mismo con su
conocimiento instintivo de las hierbas y que conoce la ncecesidad de prepararse para el futuro
(por ello come y se aprovisiona para hibernar). Su cuerpo celestial asociado es la Tierra; su
enemigo, la falta de fuerzas. Es Oeste es el dominio de los poseedores de la energía, el lugar
para "mirar por dentro".

Norte

Finalmente estamos en el cuadrante consagrado al Norte, donde el color es el blanco de la


nieve, de acuardo con el invierno. El Norte se corresponde a la medianoche y su cuerpo
celestial lo constituyen las estrellas. Su elemento es el aire y se asocia con el conocimiento y la
sabiduría (en función del pensamiento, que para Jung esclarece y clasifica, conduciendo al
conocimiento profundo). En términos humanos, éste es el dominio de la mente (no es lo mismo
que el cerebro) y está asociado con quienes reciben energía: el reino animal. Su animal
totémico es el búfalo. El búfalo era de vital importancia para los indios norteamericanos, que lo
utilizaban todo de él: su carne para comer, la piel para ropas y tipis, los huesos para armas y
utensilios. Los búfalos no eran explotados, eran honrados, al igualq ue todos los animales, como
manifestaciones del Gran Espíritu. Las manadas de búfalos que atraviesan las praderas reflejan
la movilidad del aire. Por otra parte, los muchos usos que se le dan al búfalo ilustran la
adaptabilidad del elemento. Correspondiente a la vejez y a la muerte, y también al tiempo
indefinible entre las encarnaciones, el Norte es el "lugar del conocimiento". Su enemigo es la
seguridad.

Arriba, abajo y en el centro

Hasta ahora, nuestra rueda ha enido dos dimensiones, pero no debemos olvidar las otras tres
posiciones que señalan nuestro lugar en el universo y que también son relevantes en nuestro
viaje por el Mundo Medio , el Mundo Superior y el Mundo Inferior.

Arriba está el denominado Padre Cielo, que nos enseña a expandirnos, a hacernos más
grandes, a encontrar la relevancia, el significado y la luz de la verdad. El Padre Cielo nos insta a
movernos, espiritual, conceptual y materialmente. Como un buen padre humano, su amor
siempre está presente, pero su aprobación es condicional. No nos traza patrones, pero nos
anima a encontrar nuestras propias normas, a desarrollarnos ya a mejorar sin abandonar
nuestra propia senda.

Abajo es el reino de la Madre Tierra, hogar de nuestros ancestros y de nuestro poder instintivo.
La Madre Tierra nos muestra los caminos ahcia nuestras propias profundidades, a nuestras
fuentes más profundas, y nos ayuda a acceder a todos los talentos que poseemos. Como una
buena madre humana, su amor siempre está disponible y su aceptación es incondicional, pero
nos pide que nos aceptemos como somos y nos veamos con honestidad y coraje para poder
crecer.

El Centro es el lugar de la quietud y el aplomo. Es ese siempre significativo vacío dentro de


nosotros en el que podemos escuchar una "vocecita tranquila". También se asocia al quinto y
más sutil elemento, el éter, que informa e interrelaciona a los otros cuatro. El centro es la
totalidad del año, del ciclo, del cosmos. Es el lugar de la espirirtualidad y de la imaginación y
podemos vincularlo a la sexualidad como función que genera vida nueva, inspiración, poesía,
que nos envía a la búsqueda de la totalidad.

Situación de la rueda

La rueda puede -y debe- situarse físicamente en nuestro entorno con ayuda de la meditación o
como preludio de un viaje. Podemos hascerlo utilizando una esterilla circular, una mesa, una
bandeja o lo que tengamos a mano. No nos hará falta una brújula en casa, pues las direcciones
sólo deben ser más o menos correctas, pero de noche en un lugar desconocido, no nos iría mal
para cerciorarnos.

Es importante dejarse llevar por las propias sensaciones al imaginar la rueda. ¿Qué asociamos
con el Sur? ¿Y con el Norte? Y así sucesivamente. Veamos algunos objetos que podemos colocar
en los cuatro puntos del círculo:

Este: Varias velas atadas con una cinta amarilla, un huevo (ornamental o real), fotos del
amanecer, cualquier objeto amarillo o luminoso, plumas de ave, cualquier cosa específicamente
humana y que hable de la iluminación (como la Representación del hombre en el universo, del
Leonardo da Vinci, por mencionar un ejemplo).

Sur: Agua en un tazón rojo, algo de color rojo, una planta, un adorno que muestre la Luna, fotos
de plantas, ¡hasta un trozo de queso! (para asociarlo a los ratones y a la leche).

Oeste: Aquí podríamos colocar todo tipo de piedras (preciosas o o), hierbas, nueces y un
recipiente con tierra, objetos de color negro o la reproducción de la pata de un oso.

Norte: Algo de color blanco que sugiera la nieve, la cima de una montaña o la claridad: figuras
de animales, especialmente el búfalo; mariposas, semillas de plantas que transporte el viento,
representaciones de un consejo de ancianos, una carta astral. Aquí podemos quemar varillas
aromáticas o colocarlas comorepresentción del incienso, el don del aire.

Centro: Podemos encender una vela en reconocimiento a la presencia del espíritu. Después de
encender la vela, tenemos que movernos en le dirección del Sol como señal de respeto a los
poderes que estamos honrando.

Invocando a las direcciones

Tenemos que descubrir nuestra propia forma de invocar a las direcciones una vez colocada la
rueda. Una manera de hacerlo puede ser cerrando los ojos y pronunciando lo que nos dicte la
propia mente: imágenes, asociaciones, sentimiento o incluso alguna poesía. Por ejemplo, hacia
el Sur podemos decir:

"Espíritu del Sur, le pido que hoy esté aquí conmigo. Calor, verdor suntuoso, belleza, viajo en
sus brazos. Ayúdeme a encontrar al joven que hay dentro de mí y a descibrir todas las cosas
pequeñas y humildes que son tan importantes. Que la Luna actúe sobre las mareas de mi alma y
yo camine sin miedo, con plena confianza."

Para el resto, estoy segura de que cualquiera puede inventarse las palabras más adecuadas,
dejándose llevar por sus propias sensaciones. No hay que olvidarse de invocar al Padre Cielo, a
la Madre Tierra y también al Centro. Como preparación para las póximas tareas, nos dejaremos
invadir por la paz y la plenitud y permitiremos que nos dominen.

Las direcciones quizá se entiendan mejor si pensamos en ellas como poderes cósmicos
inteligentes y de gran magnitud. No están ceñidas a los cuartos designados, sino que más bien
éstos se utilizan como un medio para llegar a contactar a esos pdoeres.

También se puede emplear la rueda con fines terapéuticos. Por ejemplo, quizá usted aprenda a
ser más divertida, si es mujer, e interesarse por lo que le rodea y recibir la inocencia y la
espontaneidad que conocía cuando era pequeña. Con esta finalidad, una vez situada en su
propia rueda e invocando a las direcciones, puede decidir "sentarse" en el cuadrante consagrado
al Este para absorber sus cualidades, para hacerse más afectuosa, más joven, más sencilla.

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* En en hemisferio norte de la Tierra nos movemos en este sentido en el contexto del ritual
porque ésa es la dirección que sigue el Sol. En el hemisferio sur sucede lo contrario. Así mismo,
los significados del Sur y del Norte pueden invertirse si se rota 180º la rueda de las armonías
para adecuarla al hemisferio sur.

Tomado del tercer capítulo del libro de Teresa Moorey: "Los nuevos chamanes" de Ed. Océano,
Colección Ámbar, Barcelona, 2000.

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