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Omar Ruíz

Sin título, 2001

VIOLENCIA INTRAFAMILIAR
Violence Within the Family

Mónica María García


Epidemiologist
Center for National Reference on Violence

The array of the traditional Colombian family (based on the marital union as a permanent bond and legitimated
by the prevailing law, biologic reproduction and shared custody of the children) expresses changes and
transformations in its historic dimension bound to modern life and social, cultural, economic or politic changes.

The implementation of new forms of autonomy and the access to power in different spheres of social order
have led to re-codification of family dynamics. The current notion of family contemplates a multiplicity of
couple relationships, the decrease of the leading role of the institutional figure of marriage and the transformation
of the patriarchal dominative structure that rules the traditional family. This has led to structural changes in
the forms of property and dependency, establishing new roles and functions for both men and women.

This changes, as seen from the perspective of the slow rise of the cases of violence within the family known
by the National Institute of Legal Medicine and Forensic Sciences, show, partially, the rupture of patterns that
have from yore prevailed in couple and family relationships between men, women and minors. The rise
indicates that violence starts to be seen as such, in light of a change in cultural patterns that reject bad
treats, which shouldn’t be interpreted as an increase in violent patterns in interpersonal relationships.
Introducción

La familia ocupa un lugar fundamental en la historia de la humanidad, MÓNICA MARÍA GARCÍA


en el desarrollo de las diferentes sociedades y en la vida en general. Está Epidemióloga
Centro de Referencia Nacional sobre Violencia
ligada a imágenes idealizadas que la atrapan en un laberinto de dramá-
ticas historias de encuentros y separaciones, de amores y desamores,
de conflictos y violencia.

El ordenamiento de la familia tradicional (estructurado a partir de la unión


conyugal como vínculo permanente a lo largo de la vida y legitimado
en la normatividad vigente, la reproducción biológica y el posterior cui-
dado de los hijos de la pareja) en su dimensión histórica expresa los cam-
bios y transformaciones que están ligados a la vida moderna y a los cambios
sociales, culturales, económicos y políticos. Por esta razón, las caracterís-
ticas de la familia actual, aunque muestran rezagos de sus formas clásicas,
incrustados en algunas regiones y estratos sociales, han tenido a la fecha
hondos procesos de cambio1.

El impacto sobre la estructura tradicional de la familia se ha circunscrito


a la relación entre autonomía, responsabilidad y acceso al escenario pú-
blico, junto con el peso de muchos otros factores tangibles e intangibles,
que han afectando los dos ejes alrededor de los cuales se organizó y pre-
valeció por mucho tiempo su tradicionalidad: la conyugalidad uni-local, legal
y vitalicia, y la reproducción biológica y cultural de la prole2.

1
Palacio Velandia, MC. Castaño de Romero, LC. La realidad familiar en Manizales. Violencia intrafamiliar. Ministerio
de Salud.-División de Investigaciones Especiales. Universidad de Caldas, Facultad de Desarrollo Familiar, Centro
de Investigaciones. Primera edición, 1994.
2
Rico de Alonso, Evaluación del abordaje de los procesos conciliatorios y resolución de conflictos en las comisarías
de familia de Santa Fe de Bogotá. Secretaría de Gobierno. Informe Final. Bogotá, 2000.
En la actualidad existen múltiples formas de unión erótico-afectiva; así
mismo, los vínculos de cuidado y protección a los menores no son ex-
clusividad de los progenitores biológicos. Las formas de unión están
caracterizadas por distintos arreglos de legalidad y duración del vínculo,
la residencialidad, la opción homosexual o heterosexual de la pareja, así
como de la finalidad misma de la constitución de la pareja: afectiva, eró-
tica, reproductiva, económica, dentro del mismo espacio o en espacios
duolocales. La reproducción, a su vez, tiene diferentes opciones: se
cumple dentro de las relaciones convencionales de pareja, las cumple
una de las personas sin cónyuge, se “prohijan” hijos de otras uniones,
hijastros, dando lugar a una combinación bastante compleja de relacio-
nes de parentesco y parentastro3.

Lo anterior da una combinación múltiple de formas organizativas en los


ejes pareja, convivencia y prole: parejas sin convivencia y sin hijos, pa-
rejas con convivencia y sin hijos, parejas con convivencia y con hijos de
ambos, y/o con hijos de cada miembro de la pareja. Hay grupos fami-
liares de los hijos con un solo progenitor, los menores a cargo de los
abuelos, parejas de uniones sucesivas4.

La implementación de nuevas formas de ejercer la autonomía y la posi-


bilidad de tener acceso al poder en las distintas esferas del orden social
La familia, como un han conducido a la recodificación de la dinámica familiar. La actual no-
espacio social que se ción de familia contempla la multiplicidad de relaciones que se estable-
enmarca en la
particularidad de las
cen en pareja, la disminución del papel protagónico de la convivencia
relaciones entre sus dentro de la figura institucional del matrimonio y la transformación de
miembros, tiene su la estructura de dominación patriarcal imperante en la familia tradicio-
propia dinámica como
nal. Ello ha conducido a cambios estructurales en las formas de depen-
expresión y reproducción
de los procesos dencia y propiedad, estableciendo nuevos roles y funciones tanto para
estructurales y hombres como para mujeres. Si bien es cierto que algunos elementos
coyunturales de la
de la estructura tradicional sobreviven, es claro que la nueva configura-
sociedad en su conjunto.
ción de la dinámica familiar ha generado cambios estructurales en los
valores y patrones de comportamiento de los sujetos5.

Otro de los cambios que se perciben en los últimos años es la visión


Centro de Referencia Nacional sobre Violencia - INML y CF

con la que se analiza la violencia en la familia, pasando de una visión corta,


imperceptible e indiferente, por pertenecer al campo de lo privado,
justificada por imaginarios y prácticas sociales que legitimaron relacio-
nes de poder, exclusión y discriminación a partir de la diferencia sexual
y generacional, a ser un fenómeno social estudiado desde diferentes
perspectivas históricas, sociales, culturales, epidemiológicas, etc., apo-
yadas por los espacios ganados en cuanto a derechos del hombre, la
mujer y los niños y niñas.

3
Rico de Alonso, op. cit.
4
Rico de Alonso, op. cit.
5
Rico de Alonso , op. cit.

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La violencia intrafamiliar se comprende como un problema que trascien- Características de las
de la familia y sale de ella para manifestarse en todos los campos de
acción social. También es vista como el resultado y, a su vez, la que pro-
personas sindicadas
duce conductas agresivas que conducen a formas de abandono, recha- de homicidio,
zo (gaminismo), prostitución, inducción a conductas homicidas y suicidas. valoradas en Pereira
La dinámica interior de la familia, en la cual hay violencia, es bastante Katterine Chavarro B.
compleja y en muchos casos difícil de erradicar, especialmente cuando Psiquiatra Forense Regional Occidente, Pereira.
Carmenza López V.
corresponde a patrones profundamente arraigados en las relaciones. En Epidemióloga Coordinadora CRRV Regional Occidente, Pereira.

general se presenta en forma de ciclos, con episodios de tranquilidad y


afectuosidad, lo que dificulta su denuncia e identificación como un pro-
blema. Además, la violencia es la expresión de otra forma de estable-
cer relaciones jerárquicas y de fuerza, así como un recurso para resolver
sentimientos de frustración e ira mediante la amenaza, la agresión emo-
cional o el abandono6.

Además, el conflicto es negado tanto por miembros de la sociedad como


de la misma familia. La negación es una forma de no reconocer la par-
ticipación en los problemas y conservar la familia tradicional. La nega-
ción del conflicto y el culpar a otros hace más difícil el cambio hacia formas
diferentes de relación7.

Generalmente el problema deja de negarse cuando crece la escala y/o


frecuencia de los actos violentos. La tolerancia y resistencia a estos ac-
tos durante un periodo prolongado (por diversas causas, entre ellas, de-
pendencia económica, amenazas, temores a la estigmatización social, GIORGIO DE CHIRICO. EL CEREBRO DEL NIÑO, 1914.

vergüenza.) hace que cuando se decide buscar ayuda institucional o de-


La Sección de Psiquiatría Forense
nunciar, es más difícil intervenir en la resolución del conflicto, por la agu-
del Instituto Nacional de Medici-
deza y severidad a la que ha llegado. na y Ciencias Forenses de Pereira
evaluó durante el año 2000 a 22
Por esto, analizar la realidad familiar implica un conocimiento profundo personas sindicadas de homici-
de su accionar histórico, cultural, político, religioso, ideológico, urbano, dios, en hechos ocurridos princi-
palmente en los departamentos de
rural, en un proceso de continuo cambio y dinamización. Dada su par- Quindío, Risaralda y el norte del
ticularidad y especificidad, el presente capítulo pretende orientar y dar Valle. La valoración hecha por el
elementos para que el conocimiento sobre la problemática sea anali-
Centro de Referencia Nacional sobre Violencia - INML y CF
psiquiatra forense se encaminó a
zado con base en los contenidos de los registros médico-legales, que establecer las condiciones menta-
posibilitan caracterizar algunos factores inmersos en la violencia de las les del sindicado en el momento
de cometer el hecho. Estas condi-
familias colombianas. ciones mentales están determina-
das en el artículo 33 del código
penal. El dictamen de psiquiatría
forense aporta a la autoridad las
herramientas necesarias para ayu-
darle a decidir si el individuo es
imputable o inimputable, es decir,
si estaba en capacidad de conocer
y autodeterminarse o si presentaba
Reflexiones sobre violencia de pareja y relaciones de género. Violencia intrafamiliar. Módulo de autoformación
algún trastorno mental, inmadurez
6

No. 4. Política Nacional de Construcción de Paz y Convivencia Familiar.


7
Conflicto, poder y violencia en la familia . Escuela de Trabajo Social y Desarrollo Humano. Bogotá: Editorial psicológica o procesos similares en
Facultad de Humanidades, 1995, pág. 8. el momento de cometer el ilícito.
67
Metodología del análisis

En este capítulo se presenta un análisis estadístico de los registros de


lesiones ocasionadas por violencia intrafamiliar conocidos por el Insti-
tuto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses a nivel nacional en
el año 2000.

Con el objeto de lograr una mejor comprensión del fenómeno, se di-


vidirá el presente capítulo en: violencia de pareja, maltrato a menores de
edad y maltrato entre otros miembros del grupo familiar.

Para su análisis se definieron las variables de persona, entre las que se


incluye edad, sexo, relación con el agresor y elemento con el cual fue
lesionada; variables de tiempo, que comprende el análisis de la distribu-
ción de casos a lo largo del año; y las variables de lugar, relacionadas
con la ubicación geográfica por municipio y departamento, en cada caso.

El cálculo de las tasas (número de eventos relacionados con la densi-


dad poblacional) se realizó tanto a nivel nacional como para los munici-
pios y departamentos en donde el Instituto hace presencia. Debe
tenerse en cuenta que el Instituto cuenta con 123 puntos de atención
para el cubrimiento nacional. Además de esto, se cuenta con el repor-
te de personas lesionadas o fallecidas violentamente que realizan los
médicos rurales presentes en lugares donde el Instituto no tiene repre-
sentación. Por esta razón debe tenerse cuidado al interpretar y utilizar las
tasas de ocurrencia de estos eventos en los municipios y departamentos.
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En el análisis de la edad se conformaron grupos etáreos en los cuales


se ubica cada persona lesionada. Es importante tener en cuenta que la
violencia intrafamiliar involucra todas las edades, por lo que para el cál-
culo de las tasas en cada evento se particularizó así: Para calcular las ta-
sas de maltrato a menores de edad se tomó la población menor de 18
años. Para los eventos registrados como violencia de pareja o conyugal
se calculó la tasa con la población entre 14 y más años, debido a que se
atienden casos de relaciones de pareja en el que la persona lesionada se
ubica en este rango de edad. Para los casos de violencia entre otros fami-
liares se tomó la población mayor de edad, es decir, de 18 y más años.

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Lesiones no fatales Hasta el momento, la información
analizada y publicada por la Insti-
tución corresponde a la víctima. El
Centro de Referencia sobre la Vio-
Hablar de violencia en la familia requiere de distintas aproximaciones lencia de la Regional Occidente
desde muchos saberes. En este capítulo sólo se analizará a partir de su quiso utilizar los datos producidas
manifestación en lesiones de causa externa. Las lesiones son un indica- en la Sección de Psiquiatría
dor que permite conocer sus tendencias, las cifras de denuncia, y de- Forense sobre los victimarios y sus
conductas para obtener un aborda-
más características. je diferente en torno al homicidio.

El Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses evaluó El promedio de edad de las perso-
68.585 lesionados por violencia intrafamiliar, lo que significó un aumento nas sindicadas de homicidios fue
de 10% frente al número de casos atendidos el año anterior (diferen- de 33 años, dato que comparado
con el de sus víctimas es muy
cia no significativa estadísticamente, p > 0,05). Durante el periodo com- similar (32 años), las edades osci-
prendido entre 1996 y 2000, el aumento en el número de casos ha sido laron entre 19 y 49 años, con
importante, pasando de 51.451 en 1996 a 68.585 en 2000, es decir, una mayor proporción en el grupo
17.134 casos más. De igual forma, la tasa ha presentado un incremen- de personas entre 35 y 45 años
(36,4%), seguido del grupo entre
to estadísticamente significativo (p<0,05): de 130 personas lesionadas
25 y 35 años (31,8%). 95% (21)
por 100.000 habitantes en 1996, pasó a 162 víctimas por 100.000 ha- de los sindicados valorados perte-
bitantes en el 2000. Probablemente sea más acertado decir que sobre necían al género masculino;
la población en la que el Instituto tiene cubrimiento la tasa por 100.000 54,5% (12) eran personas casa-
habitantes es de 257.8 das y 72,7% (16) pertenecían al
grupo de trabajadores no califica-
dos, especialmente dedicados a
los trabajos del campo. El grado
La distribución según el tipo de maltrato se comportó de forma similar de escolaridad en su mayoría no
que en años anteriores, así: el mayor porcentaje correspondió a casos excedía la formación básica
de violencia conyugal y de pareja (63%), seguido por violencia entre (63,6%) y correspondían a un
nivel socioeconómico deprimido
otros familiares (21%), y maltrato a menores de edad (16%). (pobreza absoluta) en 85% (17)
de los casos.

Figura 1. Violencia intrafamiliar. Frente a los móviles para cometer


Colombia, 1996-2000 el hecho, destacan los casos por
discusiones poco importantes
(47,6%), seguidos de los conflic-
tos de pareja (23,8%). Se conclu-
ye que la mayor parte de los casos
ocurren entre personas conocidas

Centro de Referencia Nacional sobre Violencia - INML y CF


(47,6%) y que los sindicados co-
metieron los hechos en estado de
embriaguez (66,7%, 14 casos).

Las discusiones sin importancia


en estos casos fueron trascenden-
tes y los individuos involucrados
amplificaron la respuesta
comportamental ocasionando re-
sultados desproporcionados con
respecto al origen de la discusión.
Esta respuesta se relaciona fre-
cuentemente con la desinhibición
generada por el consumo de alco-
hol. Llama la atención en los casos
9
Para el cálculo de la tasa, la población que cubre el Instituto en sus puntos de atención corresponde a 26’689.950.

69
Distribución según edad y género

De las víctimas atendidas por el Instituto Nacional de Medicina Legal y


Ciencias Forenses por violencia intrafamiliar, 79% correspondió a niñas
o mujeres. La distribución por género según el tipo de violencia
intrafamiliar mostró que el más afectado fue el femenino, así: del total
de casos de violencia conyugal (43.210) 91% eran mujeres; de los regis-
trados como violencia entre familiares (14.475), 61% de las personas
lesionadas pertenecían al género femenino; y de los casos de maltrato a
menores de edad (10.900), 55% pertenecían a este género.

Figura 2. Violencia intrafamiliar según género.


Colombia, 1996-2000
Centro de Referencia Nacional sobre Violencia - INML y CF

Llama la atención el aumento


en el número de casos de
violencia intrafamiliar
registrados dentro del género
masculino y reportados en los
últimos cinco años, pues ha
sido superior al registrado
para el género femenino. A
pesar de esto, se mantiene la
razón de masculinidad de un
hombre lesionado por cada
cuatro mujeres, razón igual a
la registrada desde 1996.

70
Distribución según elemento causal de homicidios por violencia
intrafamiliar que la víctima man-
tiene una relación afectiva intensa
con el victimario; en los demás
Las lesiones producto de la violencia en la familia no siempre son única casos, la relación entre víctima y
y exclusivamente ocasionadas con elementos físicos. Con frecuencia la victimario es bastante distante
violencia se inicia con expresiones verbales despectivas, humillantes, con aunque haya conocimiento previo.
actitudes de desprecio, y limitando las relaciones con otros 9. Estas con-
La mayoría de los victimarios co-
ductas, que son expresiones de dominación y poder, son frecuentes en meten los hechos cuando se en-
relaciones violentas, que pueden presentarse antes de iniciarse la con- cuentran en estados de
vivencia, y son el preámbulo para actitudes mucho más agresivas, como embriaguez I y II. Son excepciona-
los golpes y lesiones con armas y objetos. les los estados de embriaguez pa-
1
tológica , pero sí es especialmente
importante que la mayoría de los
Este tipo de relaciones se alimenta de la sumisión, dependencia afectiva sindicados evaluados han tenido el
y económica por parte de la víctima, y por parte del agresor(a) por las primer contacto con el consumo
ansias de mantener el control sobre el ser “amado” mediante expre- de alcohol desde edades muy tem-
siones que combinan la agresividad y la afectuosidad. Esta última expre- pranas (8 a 10 años) y como diag-
nóstico clínico cuadros de abuso o
sión es frecuente después de recurrir a la violencia, y en ocasiones se
dependencia alcohólica.
emplea para culpabilizar a la víctima por lo sucedido (¡No vuelvas a com-
portarte mal porque no quiero volver a golpearte!). Para realizar el diagnóstico clínico
de los victimarios se tuvo en
Algunos de los efectos de estas formas violentas “lesionan” la esfera cuenta el Manual de diagnostico y
estadística de las enfermedades
mental produciendo depresión, autocompasión y baja autoestima, lo
mentales DSM IV (Global
que genera en la víctima la certeza de que se merece el maltrato y que Assement Mental, GAF)2 . De
2

este no es una condición grave para denunciar. Pero lo cierto es que la acuerdo con esta clasificación,
lesión más severa ya se produjo, a nivel psicológico. 54,5% (12) de los sindicados se
registraron con un funcionamien-
to laboral, social y afectivo de
A continuación se describen algunos de los elementos que con frecuen- acuerdo con sus condiciones
cia se utilizan en situaciones de violencia en la familia, y que ocasionan socioculturales normales; segui-
lesiones físicas. Sin embargo, no todos los casos de violencia intrafamiliar dos de personas con rasgos de
registrados por el Instituto presentaron huellas o patrones de lesión oca- personalidad psicopática o
sionadas con elementos físicos o armas. sociopática (9,1%). Del total de
personas estudiadas, registraron
adicciones 63,6% (11 casos al
Del total de casos de violencia intrafamiliar conocidos (68.585), al 64% alcohol, 1 a sustancias
se le describió algún tipo de elemento causal de la lesión, teniendo la psicoactivas y 2 a ambos).
mayor proporción los mecanismos contundentes (86%); en proporcio-
Centro de Referencia Nacional sobre Violencia - INML y CF
nes menores se presentaron heridas con elementos cortocontundentes,
cortopunzantes10 y arma de fuego, entre otros. (Cuadro1)

En los menores de edad maltratados se encuentran estigmas de otro


tipo de lesiones, diferentes a las ocasionadas por golpes o elemento
contundente. Estas se refieren al sarandeo, halones de orejas, cabello y

9
La limitación hace referencia a aquellos casos en los que a la víctima se le impide salir y relacionarse con otras
personas e, incluso, con sus familiares; se le impide trabajar, se le restringe el dinero, la ropa, etc.
10
Mecanismo contundente hace referencia a golpes con puños, patadas y otros elementos que ocasionan
hematomas y/o edema (morados e hinchazón) sin generar una herida externa. Elementos cortocontundentes
son aquellos que combinan filo y masa, producen heridas de bordes nítidos y regulares con edema y equimosis
alrededor de la piel. Elemento cortopunzante es el que tiene punta y filo.
RENÉ MAGRITTE. L’ INTELLIGENCE,1946.

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brazos, empujones o golpes contra el suelo o paredes, marcas de apre-
tones en brazos, que se encuentran con alguna frecuencia en los casos
que atiende el Instituto, pero que no son registrados estadísticamente.

Llama la atención que de los casos conocidos, una alta proporción de


menores entre 1 y 4 años fueron quemados con diferentes elementos.
Este tipo de hechos requiere de una acción inmediata de protección,
pues el estado de indefensión del menor hace que su vida peligre. Tam-
bién se debe resaltar que se encontraron menores entre 5 y 14 años
con heridas ocasionadas con arma de fuego. (Véase cuadro 1).

Lo anterior habla con claridad de una intención lesiva, pues dependien-


do del elemento utilizado puede inferirse el grado de dominio y some-
timiento mediante el uso de la fuerza exagerada o extrema. Cabe
preguntarse aquí sobre las razones que llevan a utilizar uno u otro ele-
mento, que hipotéticamente servirían para aparentar un accidente.

Geográficamente, en todas las ciudades capitales y municipios del país


se observó que la categoría de golpes o lesiones ocasionados con ob-
jetos contundentes presentó la mayor proporción.

Cabe destacar el número de personas lesionadas con armas de fuego,


especialmente en las ciudades de Cali, Barranquilla, Cúcuta y Medellín,
urbe en donde se registraron 30, 17, 11 y 9 casos, respectivamente,
frente a otras ciudades con menos de 4 o 5 casos.

Lo anterior denota un alto riesgo de muerte, pues las armas de fuego tie-
nen una alta letalidad. Adicionalmente, esto puede ser un indicador de la
población armada existente en estas ciudades, ya sea de forma legal o ilegal.

Cuadro 1. Violencia intrafamiliar


según arma, edad y género.
Colombia, 2000
Centro de Referencia Nacional sobre Violencia - INML y CF

72
Distribución según mes Según este análisis, la mayoría de
los valorados tenían un funciona-
miento global esperable de acuer-
do con sus condiciones
El promedio mensual durante el año 2000 fue de 5.715 casos de vio- socioculturales. Los rasgos de
lencia intrafamiliar, equivalente a 190 casos diarios, y 8 cada hora. Aun- personalidad sociopática se refie-
que la distribución mensual fue bastante uniforme mes tras mes, en ren a la manera como las perso-
marzo, mayo, junio y octubre se presentó la mayor proporción de ca- nas se adaptan al medio y como
se comportan en lo cotidiano; es-
sos (6% cada uno), siendo estadísticamente no significativo (p>0.05). tas son unas pautas de comporta-
miento que inician en la niñez, se
establecen después de los 15
En los años anteriores tampoco se observan picos importantes, debido años y se caracterizan por un pa-
a que el consolidado de los datos no permite observar estos picos; sin trón general de desprecio y viola-
ción de los derechos de los
embargo, se observa que los casos referentes a violencia de pareja y demás, dificultad para adaptarse
maltrato a menores de edad se incrementan en los meses de mayo, a las normas sociales, y no confi-
junio, octubre, diciembre y enero. Esto coincide con los periodos de guran un trastorno mental en tér-
vacaciones de los escolarizados y con las festividades de navidad, día de minos del artículo 33 del código
penal. Las adicciones se definen
la madre y día del niño (o día de brujas).
como patrones desadaptativos por
consumo de sustancias como el
alcohol y/o las sustancias
psicoactivas.

Figura 3. Violencia intrafamiliar distribuida según mes. “La gran tragedia no es la cruel-
Colombia, 2000 dad de la gente mala sino el silen-
cio de la gente buena”
Martín Luther King.

REFLEXIONES
Es preocupante el hecho de que
en Pereira durante el año 2000 se
haya registrado una tasa de muer-
tes por homicidios (97 por
100.000 habitantes/año) muy

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superior a la determinada por
todo el país (61 por 100.000
habitantes/año) y a las de otras
ciudades del país como Bogotá y
Barranquilla. También llama la
atención que la mayoría de los
homicidios ocurren en hombres
adolescentes y adultos jóvenes
(89,3%).

El presente estudio muestra que


la mayoría de estos homicidas
pertenecen a un estrato
sociocultural deprimido, marginal
o excluido, y su nivel de escolari-
dad no alcanza a completar la for-
73
Distribución geográfica

La referenciación geográfica de la violencia intrafamiliar ha estado tradi-


cionalmente sujeta a los patrones culturales que identifican cada una de
las regiones del país. Actualmente, la movilidad marcada de la población,
las bonanzas, los esnobismos culturales extranjeros en especial en las
grandes ciudades, el acceso a medios masivos de comunicación, entre
muchas otras, son factores que han logrado permear los patrones fa-
miliares tradicionales y configuran nuevas formas de estructuras familia-
res regionales.

Antes que pretender una explicación de la distribución en el número


de casos a nivel nacional, es importante tener en cuenta que la cober-
tura del Instituto, en cuanto a puntos de atención, no está acorde con
la densidad poblacional de los departamentos, es decir, mientras un de-
partamento puede tener uno o dos puntos de atención, como es el caso
de Chocó, Atlántico, Putumayo, Amazonas, Guaviare y Vichada, otros
departamentos, como Antioquia por ejemplo, tienen hasta 14 (unida-
des locales y seccionales)11.

Para el cálculo de las tasas se tomó únicamente a los departamentos con


un cubrimiento mayor de la población con el recurso de Medicina Le-
gal en sus puntos de atención y el de los médicos rurales, aun así, no
son un reflejo real de lo sucedido, pero su cálculo permite tomar los
casos conocidos como un indicador de la situación de violencia
intrafamiliar en ellos.

Teniendo en cuenta esto, el siguiente análisis es sólo una aproximación


a la expresión de violencia intrafamiliar en los niveles departamental y
municipal.

Para observar el comportamiento geográfico del territorio nacional se


tomó como referente la tasa nacional de violencia intrafamiliar, y a par-
tir de esta se categorizó a los departamentos y municipios que, por la pre-
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valencia de casos en relación con su población, se ubican así: 1) aquellos


que superan la tasa nacional; 2) aquellos que se encuentran cerca de esta
sin superarla; 3) los que registran una tasa muy inferior a la misma.

11
Por lo expuesto anteriormente, no se calcularán las tasas de violencia intrafamiliar en los departamentos de
Vichada, Amazonas, Guaviare, Putumayo, Caquetá y Chocó, porque cuentan con un punto de atención para el
cubrimiento de grandes áreas geográficas y poblacionales, y tampoco se llevan a cabo reportes de médicos
rurales que son un importante recurso de apoyo del Instituto para el reporte de personas lesionadas o fallecidas
violentamente en municipios donde no se cuenta con un punto de atención propio.

74
Figura 4. Municipios que superan en dos o más veces la tasa nacional de violencia intrafamiliar.
Colombia, 2000

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75
En la primera categoría, es decir, departamentos que superaron la tasa
nacional de 162 personas lesionadas por 100.000 habitantes, a causa
de violencia intrafamiliar, se encuentran: San Andrés, Boyacá, Meta,
Quindío, Cundinamarca y Santander (Cuadro 2). Cabe destacar que es-
tos departamentos han presentado tasas altas, que han superado la na-
cional durante los años anteriores.

La distribución de los eventos de violencia intrafamiliar en las ciudades


y municipios del país presentó grandes diferencias: mientras en Leticia
y Tunja se registraron las tasas más altas, 1.113 y 747 por 100.000 ha-
bitantes respectivamente, en Aguadas, Sincé y Pamplona estas fueron
las más bajas, con 42, 34 y 20 por 100.000 habitantes respectivamen-
te. También se observa que en la mayoría de ciudades capitales (65%)
se presentaron tasas por encima de la nacional.

Cuadro 2. Tasa de violencia


intrafamiliar en departamentos.
Colombia, 2000

En el 2000 se registró una tasa total


de 162 por 100.000 habitantes en
conflictos de violencia intrafamiliar
(maltrato a menores de edad,
maltrato entre la pareja y entre
otros familiares), cifra que frente a
la registrada en 1999 presentó un
aumento de 9%, estadísticamente
significativo (p<0,05).
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76
VIOLENCIA DE PAREJA mación básica primaria. Es co-
mún encontrar relación entre la
ocurrencia del homicidio y el por-
te ilegal de armas.
Introducción
Diferentes teorías psicológicas
intentan dar una explicación
etiológica a la conducta que se
Las relaciones de poder en el seno del grupo familiar, al igual que en aparta de las normas sociales,
cualquier otro grupo social, suponen dominación, y pueden sostener- donde hay un patrón de violación
se por medios tan diversos como la coerción y el castigo (violencia visi- y trasgresión de la ley. Estas con-
ductas son denominadas, en tér-
ble) o comportamientos de subordinación entramados en la cotidianidad
minos clínicos, psicopáticas o
de los sujetos como forma “natural” de organización de la vida diaria, sociopáticas. Sin embargo, para
sobre los cuales sus propios protagonistas no tienen conciencia, o si la sacar el tema del contexto patoló-
tienen, le otorgan consenso precisamente porque son “naturales”, y por gico y realzar la determinación
su legitimación no son fácilmente identificables12. social de este comportamiento, se
propone denominarlas “conducta
3
desviada” .
La familia reproduce, mediante la crianza, modelos que mantienen –por
el tradicionalismo cultural– los patrones de dominación, predominan-
do en algunos el ejercicio de la violencia; podría decirse que la mujer
ha tenido cierta cuota de responsabilidad frente a esta situación, bien
por su rol de socializadora, mediadora, o por su función de reproductora
social de valores y normas que sustentan esta forma de organización
basada en la división del trabajo para hombres y mujeres, más fuertes o
arraigados en algunas zonas del país.

Otro aspecto asociado a la tolerancia de violencia y maltrato por parte


de la mujer es la manera como se socializa a las niñas al inculcarles, en
lo más profundo de su psiquismo, la necesidad de depender de los
demás, el esperar la aprobación de los otros constantemente y una in-
capacidad para la acción, razón por la cual existen muchas mujeres que
DIEGO RIVERA, LOS VASOS COMUNICANTES, 1938.
padecen por diez o quince años episodios de violencia, antes de ser
capaces de denunciar el hecho13.
La reflexión busca destacar que
los aspectos sociohistóricos más
La cultura, a partir de unos valores determinados, fruto de la historia y que los individuales, son consti-
de la interacción humana, determina unas normas de actuación que tutivos de la definición de un

Centro de Referencia Nacional sobre Violencia - INML y CF


pueden formalizarse o no en políticas, pero que siempre están vigila- acto delictivo, siguiendo la tesis
según la cual en los contextos de
das y sancionadas. Los valores normalizados son transmitidos por me-
dominación se favorece la exclu-
dio de los procesos de socialización primaria y secundaria14 y suponen sión. La exclusión provoca desga-
distintos modelos de comportamiento para diferentes tipos de actores rros en el tejido social que
en función de determinadas características de identificación estructural, afectan tanto al excluido como al
personal o de relación familiar. En sistemas sociales rígidos donde el excluyente. La desaparición de las
instancias reparadoras, cuya fun-
ción principal está a cargo del
12
Dorola, Evangelina. La naturaleza de los roles y la violencia invisible. Familia, subjetividad y poderes, p. 191. Estado, se suma para atenuar la
13
Reflexiones sobre violencia de pareja y relaciones de género. Violencia intrafamiliar. Módulo de Autoformación
No. 4. Política Nacional de Construcción de Paz y Convivencia Familiar.
percepción de riesgo y favorecer
14
La socialización primaria es la primera por la que el individuo atraviesa en la niñez; por medio de ella se la conducta delictiva.
convierte en miembro de la sociedad. La socialización secundaria es cualquier proceso posterior que induce al
individuo ya socializado a nuevos sectores del mundo objetivo de su sociedad. Se advierte a primera vista que
la socialización primaria suele ser la más importante para el individuo, y que la estructura básica de toda
El doctor Alfonso Rodríguez
socialización secundaria debe ser semejarse a la primaria. Tomado de: Berger, Luckmann. La construcción González habla en la ponencia
social de la realidad . Buenos Aires: Amorrortu Editores, 1978, p. 166. citada acerca de la teoría de la
77
comportamiento normativo está determinado por códigos claramente
expuestos y sistemas de sanción previsibles, es relativamente sencillo
definir si un comportamiento (por ejemplo, que el marido golpee a la
esposa) se adecúa o no a la norma y determinar hasta qué punto esta
se cumple o no. En sociedades como las latinoamericanas y europeas,
donde el empleo de la violencia en el hogar está formal y legalmente
castigado, la pervivencia de la violencia en el hogar se puede atribuir a
desviaciones de la norma (por problemas psicopatológicos o de otro
tipo) o a elementos normativos no formales que están firmemente ins-
talados en las actitudes de los individuos15.

Pero se puede observar que existen características que pueden influir en


la violencia conyugal, como las de carácter estructural (lugar de ubicación,
edad, sexo, clase social) y las que derivan de las relaciones familiares. Entre
los elementos de identificación estructural, la ciudad es una de las varia-
bles de identificación más importantes, pues es cada vez mayor el inter-
cambio de valores y normas culturales, y el vínculo que se forma al
pertenecer a una misma estructura social (barrio, localidad o comuna) es
fundamental para entender las formas de actuación, al igual que las carac-
terísticas que derivan de la condición socioeconómica o clase social.

Podríamos continuar enumerando factores como la edad, el estado ci-


vil, la presencia de hijos, la diferencia en la participación económica, di-
ferencia de nivel educativo, entre muchas otras, que podrían explicar
las conductas violentas en las relaciones de pareja. Pero lo que deter-
mina si la interacción con el otro tiene un carácter violento o no, inde-
pendientemente de las relaciones de poder y el posible desequilibrio
de este, son aquellos que tienen la intención de destruir algo de noso-
tros, como vehículo para conseguir el disciplinamiento a la obediencia
de parte nuestra. La cultura patriarcal centrada en la dominación y el
control, en la lucha y la competencia, es generadora de violencia “por-
que vive en un espacio relacionado inconsciente de negación del otro”16 .
Centro de Referencia Nacional sobre Violencia - INML y CF

Se observa que los hombres


son generadores de violencia
en la pareja a edades jóvenes
y posteriormente la mujer
reacciona agresivamente a los
maltratos de los que ha sido
víctima durante años.

15
Moreno Martín F. La violencia en la pareja. Revista Panamericana de Salud Pública. Pan Am J Public Health 5
(4/5), 1999, pág. 245.
16
Palabras del biólogo y filósofo chileno Humberto Maturana encontrados en Violencia familiar y abuso sexual.
Buenos Aires: Editorial Universidad SRL, 1998, pág. 34.

78
Lesiones no fatales subcultura, la cual sostiene que
en una sociedad los valores y nor-
por violencia de pareja mas de la capa o clase media son
los que se hacen dominantes para
el resto de la comunidad. Dice
también que en la capa media los
Durante el año 2000 el Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias procesos de socialización en la fa-
Forenses evaluó a 43.210 víctimas de violencia de pareja, que represen- milia ofrecen las motivaciones y
ta un aumento de 4% en relación con el año anterior. Con respecto a la normas requeridas para el logro de
población colombiana, por cada 100.000 habitantes fueron maltratados los objetivos como el éxito y el tra-
bajo, y por tanto, es muy factible
146 personas, lo que representó un aumento de 2% respecto a 1999. que las expectativas se cumplan.

Las capas inferiores interiorizan


valores y normas de la capa me-
Distribución según edad y género dia. Mediante un proceso de so-
cialización secundaria, los valores
y normas de la capa inferior se
contrastan con las normas de la
Del total de casos registrados en el país por violencia de pareja, 91% capa media. Allí se presentan li-
de las víctimas pertenecían al género femenino. Lo que equivale a decir mitaciones en las habilidades y
que por cada hombre lesionado por su cónyuge se valoraron 11 muje- capacidades para competir por la
posición social, lo que dificulta la
res por la misma causa. Anteriormente esta diferencia era mayor; por realización de los objetivos y fa-
ejemplo, en 1996 se registró una relación de un hombre por 14 muje- vorece la frustración del indivi-
res. Esto denota una tendencia al equilibrio debido al creciente núme- duo. Se promueven, entonces,
ro de hombres agredidos17. entre los grupos insatisfechos de
las capas inferiores, valores, nor-
mas y símbolos propios que cons-
Como se observa en el cuadro 3, el número de casos de ambos sexos tituyen una subcultura.
ha aumentado año a año. Sin embargo, este aumento ha presentado
patrones distintos: en 1997 el aumento en el número de casos era des- Los problemas originados por la
igual para ambos sexos, siendo 13% para las mujeres y 23% para los posición social producen dificul-
tades de adecuación, principal-
hombres, mientras que en el 2000 fue igual para ambos, siendo 4%. La
mente en la población juvenil.
tasa para ambos sexos también aumentó, aunque el aumento es más no- Cuanto más se desea ascender y
torio en la tasa de hombres que en la de mujeres. Aún así, la tasa perte- menos se considera la posibilidad
neciente al género femenino es nueve veces más alta que la del masculino. de lograrlo, mayor es el atractivo
de pertenecer a una subcultura.
La teoría de la subcultura acentúa
el valor de las condiciones
Cuadro 3. Violencia de pareja según género. socioestructurales y culturales

Centro de Referencia Nacional sobre Violencia - INML y CF


Colombia, 1996-2000 como factores causales de la con-
ducta delictiva y da carácter diná-
mico a su análisis.

El contacto con personas cercanas


del entorno orienta las motivacio-
nes, impulsos, actitudes y en ge-
neral el comportamiento del
individuo. En cuanto a la conduc-
ta criminal, esta viene dada por la
valoración positiva o negativa
hacia el cumplimiento de las le-
yes, en términos del grupo de re-
ferencia del individuo.
17
La razón de tasas también tiende a acercarse a un nivel equilibrado, es decir, mientras en 1996 la razón de
tasas hombre:mujer fue 1:13, en el 2000 esta razón es 1:9.

79
Cuadro 4. Violencia de pareja según edad y género.
Colombia, 2000

Para ambos géneros se resalta que presentaron tasas altas en edades


entre 25 y 44 años. Esto puede deberse a múltiples factores, pero puede
destacarse que a esa edad se desatan los patrones violentos debido a
que se presentan uniones a edades mucho menores, con característi-
cas como inestabilidad emocional, afectiva y económica.

Se observa que en muchas de las relaciones de pareja de carácter vio-


lento se presentan agresiones por parte de ambos miembros; lo que
hace la diferencia es la manifestación de esta, mientras uno de ellos agre-
de verbalmente, con humillaciones, expresiones despectivas,
denigrantes, etc., el otro además agrede físicamente. En muchos casos,
esto se encuentra determinado por el aprendizaje social que marcó la
pauta en su desarrollo, en el cual se encuentran ambientes familiares
conflictivos, inestables o con marcadas pautas de inequidad entre gé-
neros con acentuada carencia de elementos para resolver pacíficamen-
te los conflictos.

La presencia de alcohol como factor constante en algunos casos es el


potencializador de conductas mucho más agresivas, lo que no es un fac-
tor indispensable, pues las agresiones pueden ser de otro tipo mientras
no se está bajo el influjo del alcohol. Por lo regular se mezclan senti-
mientos de frustración, odio, ira, etc., que con el alcohol impulsan las
Centro de Referencia Nacional sobre Violencia - INML y CF

reacciones violentas.

Otra característica de la violencia en la pareja es la poca denuncia de las


personas con 60 años y más, que para el grupo de hombres puede ser
explicada gracias a lo descrito anteriormente, y para las mujeres por su
dependencia económica y afectiva.

80
VIOLENCIA ENTRE OTROS
MIEMBROS DE LA FAMILIA

Introducción

La familia es un espacio social de relaciones entre adultos/as y otras ge-


neraciones que se establece por vínculos naturales o jurídicos. En ella
se encuentra una red de poderes que con frecuencia está muy
jerarquizada por sexo, edad, posición, condición social, roles, funcio-
nes, poder económico y expectativas establecidas de acuerdo con pa-
trones culturales y estereotipos de género.

Dentro de las relaciones familiares se encuentran inmersos los diferen-


tes simbolismos culturales de poder, orden y jerarquía, que se extien-
den a aquellos miembros de la familia que no pertenecen al núcleo o FRANCIS PICABIA. WOMAN WITH PINK GLOVES, 1925.

relación estricta entre padres e hijos. Dentro de esta se encuentran los


abuelos, tíos, sobrinos, primos, cuñados, entre otros, que convivan o Para el caso colombiano podría
decirse que la cultura del “no
no en un mismo lugar de residencia. pago”, del ser vivo, “de la malicia
indígena”, etc. , de alguna mane-
En toda la red social, familiar o no, se encuentran incluidos los modelos ra promueve una actitud positiva
culturales de femenidad y masculinidad, que son relativamente rígidos hacia la conducta desviada, y el
juicio negativo hacia el delito es
y que determinan la configuración de la personalidad y los modos de
considerado propio de “bobos” o
ser hombre o ser mujer, en los que se fijan los procesos de permisivi- “sapos” y de aquellos que no
dad y control social, y se estimulan y apropian los procesos de ejerci- quieren “comer callados”. De
cio, aceptación o rechazo de la violencia como recurso de otra manera, si el grupo primario
reconocimiento social e instrumento de poder18. es deficiente o inexistente, la fun-
ción de socialización puede ser
suplida por el espacio de la calle
La violencia intrafamiliar, dada su magnitud, como veremos en las cifras o el de la televisión, espacios que
que se presentan a continuación, se ha instaurado como una forma de fomentan una actitud positiva
relación y como una vía de resolución de conflictos en la vida privada frente a la conducta desviada.
que afecta la convivencia, y el bienestar e incide en los patrones de
El estudio Nacional de Salud
relacionamiento social en la vida pública.
Centro de Referencia Nacional sobre Violencia - INML y CF
Mental y Sustancias Psicoactivas,
realizado en 1996 por el Instituto
En este patrón influye la existencia de factores como la dependencia eco- Nacional de Salud, muestra que la
nómica, la dependencia afectiva, y de protección, además de muchas población, en especial los jóve-
otras. Esto es más evidente y fuerte para los menores de edad que para nes, se queja de la falta de con-
fianza en las instituciones
los adultos, quienes son los que satisfacen las necesidades económicas, (especialmente la Policía), la falta
afectivas, etc. de unión de la comunidad, discri-
minación y sensación de “no ser
tenido en cuenta”, un “sin senti-
do” o desesperanza generalizada.

La sociedad impone criterios de


18
Londoño, Argelia. Lecciones para fortalecer las redes de atención y prevención de la violencia intrafamiliar.
marginación, como la etnia, el
Módulo 5. Quehacer de las redes en la atención y prevención de la violencia intrafamiliar. Secretaría Distrital de sexo, la edad y los ingresos eco-
Salud. Humanizar - Corporación para el desarrollo humano. Primera edición, 1998, p. 8. nómicos. Cada vez aparecen más
81
Sin embargo, las relaciones familiares que se dan dentro de la concep-
ción de dependencia, como se mencionó anteriormente, pueden cam-
biar y en ocasiones invertirse. Se habla aquí de los adultos mayores y
sus hijos adultos. Estos últimos son ahora independientes y los adultos
mayores son quienes pueden llegar a depender económicamente de
sus hijos adultos. Lo anterior genera un cambio en cuanto a las relacio-
nes de poder: los niveles jerárquicos establecidos pueden continuar, pero
el poder otorgado por la posición jerárquica disminuye.

La transformación de la familia obedece en parte a su inmersión en una


sociedad de acelerados procesos revolucionarios que cambian la ideo-
logía y concepciones culturales. Este es un factor al que se resisten, en
algunas ocasiones, quienes se encuentran en posición de ventaja den-
tro del grupo familiar, pretendiendo imponer las mismas “reglas” de con-
vivencia, con el fin de mantener el orden y la autoridad. Esta imposición
como respuesta a su resistencia al cambio de las transformaciones so-
ciales y familiares, es un factor que incide profundamente en la genera-
ción de los conflictos entre sus miembros.

Lesiones no fatales por violencia


entre otros miembros de la familia

Para el análisis de estos temas, se entenderán como otros miembros de


la familia aquellos que tienen vínculos consanguíneos, con convivencia
o no en el mismo lugar de residencia, y que no mantienen relación de
pareja ni de padres-hijos, siendo, entonces, la violencia ejercida por los
hijos sobre sus padres, entre hermanos y la ejercida por familiares fue-
ra del núcleo, es decir, entre primos, tíos, sobrinos, cuñados, etc.

{
- Entre hermanos
Violencia entre otros - De hijos a padres
Centro de Referencia Nacional sobre Violencia - INML y CF

miembros de la familia - Fuera del núcleo (primos, tíos,


sobrinos, etc.)

Durante el año 2000 se presentaron en Colombia 14.475 personas


lesionadas por violencia entre familiares, para una tasa de 58 por 100.000
habitantes. Frente a 1999, se registró un aumento de 35% en el nú-
mero de casos, e igual en la tasa ( p< 0,05).

La proporción más alta correspondió a personas lesionadas por familia-


res fuera del núcleo (62%), seguida del grupo conformado por perso-
nas lesionadas por un hermano (26%), y de padres agredidos por sus
hijos (11%). La misma distribución, en relación con la proporción de
casos, se observó en los años anteriores.
82
Cuadro 5. Violencia entre familiares según género y agresor. personas jóvenes desplazadas y
Colombia, 2000 excluidas, con un potencial de
trabajo importante. No sorprende
entonces que Pereira tenga una de
las tasas más altas de homicidios
en el país, pues es una ciudad
con un alto índice de desempleo,
con población desplazada de las
regiones del Chocó, en los límites
de Risaralda y Chocó, zona de
conflicto armado. También influ-
yen el crecimiento vertiginoso de
Pereira en los últimos años, el
desplome del cultivo del café, el
Cuadro 6. Padres lesionados por los hijos según edad y género. narcotráfico y su problemática,
Colombia, 2000 las consecuencias del terremoto
de enero de 1999, cuando las
personas quedaron en muchas
poblaciones sin referentes labora-
les, académicos, sociales, lo cual
los despoja no sólo de su territo-
rio sino también de su pasado y
de su mundo interior.

Para reducir los índices de homi-


cidio se propone como un fin a
mediano plazo fortalecer políticas
tendientes a revitalizar las redes
sociales, crear sentidos de vida
Cuadro 7. Personas lesionadas por hermanos según edad y género. comunitarios, devolver esperanza
Colombia, 2000 en la acción, fomentar la empresa
social y el discurso de los exclui-
dos y, en el corto plazo, difundir
pautas de cultura ciudadana que
intenten controlar otras variables
externas como el porte ilegal de
armas y el consumo de licor.

Centro de Referencia Nacional sobre Violencia - INML y CF


Cuadro 8. Personas lesionadas por un familiar
fuera del núcleo según edad y género.
Colombia, 2000 Notas
1
Embriaguez patológica o intoxicación ideosincrática: Es
una reacción inesperada, desorganizada y patológica
frente al consumo de una cantidad mínima de alcohol
(DMS IV).
2
Valoración que corresponde a una escala internacional
validada y que los psiquiatras asumen en consenso para
determinar el funcionamiento de las principales áreas
de la vida de una persona (afectiva, social, laboral y
académica).
3
Término propuesto por el doctor Alfonso Rodríguez
González en su Ponencia: Marginalidad, anomia y
conducta desvíada. Simposio Internacional de
Actualización en Psiquiatría sobre Conductas
Psicopáticas. Bogotá, marzo de 2001.

83
Con respecto al año anterior, hubo un aumento considerable en el
número de personas lesionadas por algún miembro de la familia fue-
ra del núcleo (51%), seguido del incremento registrado en los casos
de agresiones entre hermanos (16%) y de las personas lesionadas por
un hijo (15%).

Por la diversidad de factores involucrados en este tipo de manifesta-


ciones violentas, a continuación se tratarán algunas causas principales
observadas con mayor frecuencia, discriminadas por tipo de relación
familiar, puesto que las causas son diferentes para cada uno de estos
eventos.

Maltrato de hijos a padres

Los adultos agredidos por sus hijos generalmente lo fueron por proble-
mas económicos de estos últimos, al reclamar su herencia, al igual que
por diferencias ideológicas de su compañera (o) o cónyuge con los pa-
dres y, en ocasiones, por problemas que involucran drogadicción y al-
cohol de los hijos. En esta manifestación de violencia intrafamiliar se ataca
por igual a padres y madres, pues finalmente lo que prima es la obten-
ción de dinero y bienes económicos. Esta situación plantea que las re-
laciones entre padres e hijos se descomponen y se transforman en
intereses de diferente índole en los que no se incluyen los afectuosos.
Las relaciones familiares entre padres e hijos se van transformando al
transcurrir el tiempo, quizás por esta causa los adultos mayores son los
mas afectados. (Cuadro 6)

Maltrato entre hermanos

Las relaciones entre hermanos se presentan por diferentes conflictos, y


en ellas se encuentran impresos sentimientos de desigualdad en cuan-
to al afecto de sus padres. Esta es una de las razones por las cuales las
relaciones entre hermanos se convierten en violentas, pero también
Centro de Referencia Nacional sobre Violencia - INML y CF

priman las humillaciones y la intolerancia frente a las diferencias en los


estilos de vida entre ellos. Estos problemas se hacen más complejos por
dificultades económicas o por la herencia de los padres.

Estos conflictos se hacen más evidentes entre jóvenes de 25 a 44 años,


y con predominancia hacia las mujeres (66%), lo que significa que por
cada hombre agredido dos mujeres resultaron lesionadas por algún her-
mano/hermana. (Cuadro 7)

84
Agresiones entre familiares fuera del núcleo Homicidio-suicidio
en Bogotá durante
Los problemas entre otros miembros de la familia se ven favorecidos
por la convivencia, es decir, que en un mismo espacio físico se encuen- el año 2000:
tran conviviendo padres, hijos, y otros miembros del grupo familiar. Los un hecho real, un
problemas familiares en este tipo de relaciones se presentan con ma- evento desconocido
yor frecuencia por el espacio físico que tienen que compartir, los hijos,
bienes, etc. Las manifestaciones violentas entre los miembros fuera del Jorge González
núcleo19 presentaron la magnitud más alta de los conflictos familiares co- Psicólogo-Epidemiólogo CRNV, INML y CF
Iván Jiménez
nocidos (62%), y la proporción más alta (51%). La mayoría de las vícti- Psiquiatra Forense, INML y CF
mas pertenecían al género femenino (60%), lo que equivale a decir que Andrea Rodríguez A.
por cada hombre agredido se valoró a dos mujeres, aproximadamente Estudiante de Psicología Universidad El Bosque

(razón hombre: mujer de 1:1,5). En estos casos predominaron las agre-


siones entre jóvenes de 18 a 24 años. (Cuadro 8)
INTRODUCCIÓN
Aunque el binomio homicidio-
Distribución según edad y género suicidio no es un fenómeno nuevo
en el ámbito mundial y está poco
documentado en la literatura,
aparentemente es cada vez más
De la totalidad de casos reportados como violencia entre otros familia- frecuente en nuestro país. El Ins-
res (14.475), en 61% la agresión fue dirigida a mujeres. Lo anterior equi- tituto Nacional de Medicina Legal
vale a decir que por cada hombre lesionado por otro familiar fueron y Ciencias Forenses, Regional Bo-
gotá, preocupado por el hallazgo
agredidas virtualmente 2 mujeres por la misma causa (razón hombre :
de casos de esta índole en la capi-
mujer de 1:1,5). Es importante considerar que durante los años ante- tal y por las graves implicaciones
riores la razón hombre: mujer guardado la misma proporción.. sociales, económicas y psicológi-
cas para la familia y la sociedad,
La tasa nacional para el género femenino aumentó 28% y la del mas- viene realizando un análisis
exploratorio, el cual permitirá ca-
culino 40%, respecto del año anterior. Esto muestra el mismo patrón racterizar y comprender este fenó-
que hace referencia a un aumento en el número de casos del género meno con el fin de aportar
masculino muy superior al del femenino, probablemente debido a la conocimiento a la práctica forense
incursión de la mujer en el mundo laboral, político y educativo, y a que y brindar información a las autori-
1
dades de justicia y salud .

Cuadro 9. Violencia entre otros familiares

Centro de Referencia Nacional sobre Violencia - INML y CF


según grupos de edad y género.
Colombia, 2000

19
Los familiares fuera del núcleo son aquellos que no pertenecen a la conformación familiar nuclear de padres e
hijos, es decir, tíos, primos, sobrinos, nietos, abuelos, cuñados, etc. FRANCIS PICABIA. COSTUME DESIGN FOR RELÂCHE, 1924.

85
reconoce sus derechos que empoderan su papel dentro de la socie-
dad; de igual forma, podría explicarse por la intolerancia hacia algunos
patrones de conducta adoptados por los hombres con cierta frecuen-
cia, como el embriagarse o llegar tarde.

Tanto para hombres como para mujeres la mayor proporción la pre-


sentó el grupo de 25 a 34 años (28% y 31% respectivamente), aun-
que la tasa para ambos está en grupos distintos. (Cuadro 9)

MALTRATO A MENORES DE EDAD

Introducción

Los diversos estudios y análisis teóricos sobre el origen del comporta-


miento antisocial señalan la importancia de considerar los factores de
influencia en el desarrollo temprano del individuo. En este contexto, el
fenómeno de la agresión y violencia hacia la población infantil, en lo que
se conoce como maltrato, constituye un factor central en el proceso
de determinación de las causas que predisponen a la agresión desde las
primeras etapas del desarrollo.

Sólo hasta 1960 la sociedad empieza a reconocer el maltrato infantil


como una forma de violencia intrafamiliar, que se extiende a otros con-
textos incluyendo el escolar y el social.

Al revisar la historia de la psicología infantil se encuentran diferentes for-


mas de manejo y prácticas disciplinarias de tipo coercitivo, impuestas por
una sociedad que no tenía otros recursos para “guiar” a los niños y exi-
gir comportamientos de adulto, ya que era concebido como un adulto
Centro de Referencia Nacional sobre Violencia - INML y CF

en miniatura20.

Uno de los aspectos que frecuentemente se encuentran ligados a los


procesos de socialización infantil es el castigo. Este concepto está me-
diado por las variaciones idiosincráticas culturales de los comportamien-
tos considerados como aceptables por cada cultura y la concepción del
daño social que debe recibir el ofensor. Así, pues, el castigo puede ubi-
carse como parte de un suceso que aparece como respuesta a la co-
misión de una ofensa o de algo que se considera como una alteración

20
Castro de Restrepo. Maltrato infantil. Fundación Universitaria Konrad Lorenz. Revista Suma Psicológica. Vol. 2,
No. 2, sept. 1995.

86
del orden colectivo preestablecido. Visto así, el castigo simboliza la re- El término “homicidio” se deriva
probación moral de un grupo social. Dentro de la ejecución de este se de las palabras latinas homo
(hombre) y caedere (matar), las
encuentran diferentes elementos que establecen distinciones en la va- que etimológicamente significan
riación e intensidad de la sanción21, y dependiendo de esto algunos “muerte de un hombre”. Muchos
pueden llegar a considerarse maltratantes. países al estudiar la muerte violen-
ta distinguen entre homicidio
2
Otro aspecto que tiene un profundo efecto sobre los niños se relacio- culposo y homicidio doloso , este
último caracterizado por ser una
na con el ambiente en el que crecen en su hogar. Si en este se presen- muerte premeditada o en el que
tan manifestaciones continuas de violencia, por diversos motivos, los media el elemento de culpabilidad.
menores de edad sufren un abuso permanentemente, bien por presen-
ciarla o porque son víctimas directas de esta. En Estados Unidos, según Entre las diferentes teorías expli-
3
cativas del suicidio expuestas
estadísticas, se estima que de 3,03 a 10 millones de niños son testigos
por Durkheim, llama la atención
de abuso doméstico cada año. el subtipo cuatro, suicidio fatalis-
ta, aquel que ocurre en presencia
En diversos estudios en el país y fuera de este se mencionan los efectos de estados de desesperación lle-
de presenciar el abuso o ser víctima de este. Estos efectos se pueden vando al sujeto a descargar la ira
contra sí mismo o contra otras
describir en los siguientes aspectos22:
personas. Este subtipo podría
ayudarnos a comprender el even-
• Problemas de conducta: Los niños pueden tener problemas resol- to que queremos caracterizar: el
viendo tareas, dificultades de concentración, de pasividad o de agre- homicidio-suicidio.
sividad. También pueden demostrar comportamientos dependientes
Un caso de homicidio-suicidio es
o hiperactividad; algunos desarrollan una especie de insuficiencia res- aquel en el cual una persona se
pecto a los límites y la disciplina, e inhabilidad para comunicarse. suicida hasta una semana después
4
También pueden llegar a perder autoestima y aprecio hacia la gen- de haber cometido un asesinato .
te que los rodea. Generalmente los agresores son
• Desarrollo tardío: Muchos de estos niños tienen dificultades de cre- hombres y las víctimas sus com-
pañeras sexuales o los familiares.
cimiento físico. El principal mecanismo utilizado
• Estrés relacionado con dolencias físicas: Muchos de los niños testi- en estos casos es el arma de fue-
gos de violencia o de abuso reflejan su sufrimiento quejándose de go. El hecho se realiza en dos eta-
5
dolores de cabeza, dolor abdominal, neurosis, insomnio y estrés pas : 1. homicidio(s) y 2. suicidio
postraumático. del sujeto agresor.
• Aislamiento: Los niños pueden tener miedo de llevar amigos o fa- Durante el año 2000 la Regional
miliares a su casa, de jugar con ellos, o de compartir. Bogotá del Instituto Nacional de
• Sentimiento de responsabilidad respecto a la agresión: Cuando el Medicina Legal y Ciencias Foren-
niño se siente responsable, tiende a complacer al agresor y a con- ses realizó 4.459 necropsias, cu-

Centro de Referencia Nacional sobre Violencia - INML y CF


yas maneras de muerte se
fortar a la víctima; cuando esto pasa, los niños asumen un rol de
distribuyeron así: 2.428 (54%)
cuidadores, es decir, toman parte de la agresividad. 6
por homicidio, 363 (8%) por
• Bajo rendimiento académico: No es de sorprenderse que los ni- suicidios, 1.014 (23%) por muer-
ños que han sido abusados no puedan tener gran rendimiento en te en accidente de tránsito, 468
el colegio. Los niños sufren desde estrés hasta desórdenes físicos, (10,5%) por muerte accidental y
186 (4%) por muerte donde no se
desarrollando retardo respecto a la habilidad para concentrarse o 7
estableció la manera .
para retener información, lo que puede dar como resultado un bajo
rendimiento en el colegio. Entre enero y diciembre del año
2000 se identificaron 11 casos
21
Tabares, Ximena. El castigo a través de los ojos de los niños . Las violencias: su inclusión creciente. Centro de
de homicidio-suicidio, en los cua-
estudios sociales. Universidad Nacional de Colombia. Bogotá, 1999. les fallecieron 26 personas (15 ho-
22
Documentación médica estandarizada para lesiones en violencia doméstica. Curso desarrollado por “Médicos micidios y 11 suicidios); en todos
por una sociedad libre de violencia”, Hospital General de San Francisco. Building I, Room 300, San Francisco,
California 94110 Edición 1.0. Septiembre 1998.
los casos fueron hombres quienes

87
En este aparte se presentan únicamente los casos de maltrato físico, que
en la mayoría de las veces son perpetrados por los padres o por una
persona cercana al menor de edad. Aunque en la actualidad se han re-
conocido otras formas de maltrato hacia los menores de edad, diferen-
tes a las físicas y psicológicas en espacios familiares y escolares 23, vale la
pena preguntarse si en nuestra interacción con los menores de edad
generamos modelos inapropiados, con conductas que no reconocen
sus condiciones humanas, anatómicas, fisiológicas y de desarrollo men-
tal (en la calle, en el transporte urbano, entre otros espacios) que po-
drían ser consideradas agresivas o maltratantes por ellos.

Lesiones no fatales por


maltrato a menores de edad

En el año 2000 el Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias


Forenses valoró a 10.900 menores de edad que fueron maltratados.
Respecto al año anterior se presentó un aumento de 10%, contrario a
lo observado en 1999, cuando hubo una disminución de 2%.

Teniendo en cuenta la persona que agredió al menor de edad, la distri-


bución de casos presentó una mayor proporción de lesionados por el
padre (41%), seguida de la madre (26%), por una persona o familiar a
cargo de su cuidado (20%), y por el padrastro o la madrastra (13%).

Destaca el aumento en el número casos por tipo de agresor, ya que se


observa que en todos hubo aumento: los lesionados por el padre re-
gistraron un aumento de 9%, por la madre 11%, por el padrastro o la
madrastra 12%, y por una persona encargada 10%.

Según las cifras por tipo de agresor, no se observaron diferencias en el


género de los menores afectados, es decir, ningún tipo de agresor se
Centro de Referencia Nacional sobre Violencia - INML y CF

inclinó por un género en especial, pues por cada niño lesionado tam-
bién se maltrató a una niña, independientemente del tipo de agresor.

Cuadro 10. Maltrato a menores de


edad, según género y agresor.
Colombia, 2000

23
Como el exceso de trabajo, o empleo de los niños y niñas en pornografía y prostitución.

88
Distribución según edad y género Figura 1. Distribución según mes
de homicidios-suicidios.
30

25
Del total de casos atendidos por maltrato a menores de edad en el 2000, 20
la mayor proporción correspondió a niñas (54%). A pesar que el géne-

Porcentaje
ro femenino ha presentado la mayor proporción de menores de edad 15

maltratados, la relación entre ambos géneros es 1:1, es decir, por cada 10

niño lesionado se lesiona a una niña por la misma causa. 5

0
Con relación a 1999, el aumento en el grupo de hombres fue mayor al
Ene. Feb. May. Jun. Jul. Ago. Dic.
Mes
de mujeres: hubo incrementos de 12% en el grupo de hombres y 8%
en el de mujeres. Este comportamiento ha venido observándose en los
últimos años, probablemente debido a la sensibilización, al conocimiento cometieron homicidio y luego se
suicidaron. En el momento de la
de los derechos de los niños y niñas y al avance de las políticas públicas. muerte, 37%, eran separados,
27% casados, 18% solteros y
La gran mayoría de los menores maltratados presentaban edades en- 18% vivían en unión libre.
tre 5 y 14 años (57%), grupo que históricamente ha mostrado la pro-
porción más alta de casos (56% en 1999, 56% en 1998, 66% en 1997 Todos usaron arma de fuego, tanto
para cometer el homicidio como
y 58% en 1996). Este grupo de edad también presentó la tasa más alta. para el suicidio; 62% de las muer-
tes ocurriendo en el lugar de resi-
Cuadro 11. Maltrato a menores de edad, dencia, 11% en otra residencia,
según edad y género. 11% en el lugar de trabajo, 11% en
Colombia, 2000 la vía pública y 4% en automóviles.

Figura 2. Lugar del hecho de


los homicidios-suicidios

Automovil

Vía pública

Otra resid.

Trabajo

Residencia

0 10 20 30 40 50 60 70

Centro de Referencia Nacional sobre Violencia - INML y CF


En 64% de los casos se presenta-
ban conflictos de pareja (entre los
cuales 14% de los agresores te-
nían trastornos mentales), 18%
tenían conflictos interpersonales
y 9% problemas económicos.

En promedio, las personas que


cometieron el homicidio-suicidio
(11) tenía 38 años de edad (19-
56 años). La edad promedio de
las víctimas de homicidio (15) era
25 años, con un rango que oscila
entre 7 y 40 años.
89
LESIONES FATALES

La violencia intrafamiliar tiene serias repercusiones, que influyen en las


relaciones sociales entre los individuos, llevando por diversos mecanis-
mos a la reproducción de la misma. La gama de efectos psicológicos, las
discapacidades y secuelas que ocasiona son preocupantes, pero sin duda,
la más severa forma de violencia intrafamiliar es la que lleva a la muerte
(homicidio), que en muchos casos esta asociado a delitos sexuales.

No es fácil predecir los efectos posteriores, pero se ha observado que


la violencia intrafamiliar, tanto en niños (as) como en la pareja u otros
familiares, deteriora paulatinamente las relaciones; se agrede cada vez
con más violencia y con métodos o elementos más lesivos. Esto pro-
duce un aparente efecto de sumisión u “obediencia” de quien recibe el
castigo, efecto que en épocas posteriores puede convertir a la ahora
víctima del maltrato en maltratador o incluso en homicida 24.

Durante el año 2000 fallecieron a consecuencia de golpes y diferentes


Durante el año 2000 fallecieron a elementos y armas 145 personas, de las cuales, la mayor proporción
consecuencia de golpes y ataques correspondió a violencia de pareja o conyugal (57%), seguido por mal-
con diferentes elementos y armas trato a menores de edad (21%) y, en menor proporción, por violencia
145 personas, de las cuales la
mayor proporción fue por entre otros miembros del grupo familiar (19%).
violencia de pareja o conyugal
(57%), seguida de maltrato a Llama la atención que de los casos de menores de edad, los de 5 años
menores de edad (21%), y en
menor proporción por violencia fueron los más vulnerables (61%), y aquellas personas fallecidas por
entre otros miembros del grupo violencia de pareja y entre otros miembros de la familia en su mayoría
familiar (19%). fueron jóvenes entre los 18 y 34 años.

Cuadro 12. Personas fallecidas por violencia intrafamiliar.


Colombia, 2000
Centro de Referencia Nacional sobre Violencia - INML y CF

24
Ressler R, Burguess. Sexual Homicide , Patterns and motives. Cap 3. Preocupación con el asesinato: Respuestas
con patrón; El papel de la fantasía, pp. 34 y 35. Ed Free Press Copyright 1992.

90
En los casos de menores de edad fallecidos por maltrato, la mayoría Del total de las víctimas de homi-
presentó aspecto descuidado y signos de desnutrición, caracterizada por cidio, 60% era la compañera sen-
timental, y de ellas 34% eran la
bajo peso y talla, lo que indica la negligencia y el descuido que sufrieron esposa, 33% la ex esposa, 11% la
durante su corta existencia. compañera en unión libre, 11% la
pareja sexual y 11% la novia.
En algunos casos, los anteriores cambios han estado asociados al aban- 20% eran los hijos de la pareja,
dono de los padres, intencional o no. En ocasiones han sido dejados 13% un compañero de trabajo y
el 7% restante otra persona.
por largos periodos de tiempo al cuidado de otras personas que no son
aptas para el cuidado de menores de edad, como ancianos, otros me- Aunque el presente informe con-
nores de edad, adultos en estado de embriaguez, entre otras. Lo ante- tiene sólo un avance del estudio
rior se ha observado con más frecuencia en familias uniparentales que está desarrollando el CRNV, se
considera importante su divulga-
(madres/padres solteras/os) debido a la necesidad de trabajar para sos-
ción para alertar a las autoridades
tener el hogar. sobre un hecho real, que es parte
de nuestra realidad pero del cual
Las muertes por lesiones en la cabeza fue la causa más común en los poco conocemos y que, por lo tan-
niños. Los golpes en la cabeza producen hemorragias extensas, fractu- to, tendremos que caracterizar con
el fin de intervenir, pues afecta a
ras craneanas y hematomas subdurales. Esto supone el uso de una fuerza
una parte de nuestra población.
mecánica moderada o severa, e indica que el niño/a estuvo sometido a
severas lesiones: arrojado con violencia, empujado por las escaleras,
sostenido de los tobillos de manera que la cabeza se golpeó contra una
pared u otro objeto sólido, golpeado repetidamente en la cabeza con
el puño u otro objeto o se le dejó caer al suelo.

Otro mecanismo de lesión que puede generar un hematoma subdural


y hemorragia intraocular sin que se observe lesión externa en la cabe-
za o cuero cabelludo es el llamado síndrome del niño sacudido, que re-
sulta de fuertes y repetidas sacudidas o zarandeos dados a un infante
agarrado por los brazos o por el tórax.

También se han observado con frecuencia en los menores de edad fa-


llecidos las lesiones abdominales. En esta zona se puede infligir daño se-
vero en los órganos abdominales sin mayor lesión en la piel del
abdomen. Una indicación de esta condición es un abdomen bastante
hinchado. El desangramiento por laceraciones severas en el hígado, bazo
o meso del intestino delgado y la peritonitis por un páncreas lacerado o
Centro de Referencia Nacional sobre Violencia - INML y CF
FRANCIS PICABIA. MARDI GRAS, 1925.

ruptura del duodeno son las más comunes heridas a nivel abdominal.

Es común encontrar fracturas óseas en los menores de edad fallecidos Notas


a consecuencia de golpes. Las fracturas múltiples y en diferentes etapas 1

2
Archila C, Díaz J, Lemus J, et. al, 2000.
República de Colombia. Ministerio de Justicia. Código
de cicatrización indican episodios múltiples y diversos de maltrato. Las Penal.
Bobes J, González JC y Sáiz PA. Prevención de las
fracturas de las extremidades pueden ser ocasionadas cuando se gol-
3

conductas suicidas y parasuicidas. Barcelona: Masson


pea al niño, o cuando se le halan, sacuden o tuercen las extremidades. S.A, 1997.
4
Marzuk PM. Tardiff K, Hirsch C. The epidemiology of
Las fracturas de huesos largos (fémur, húmero) son las más comunes, y murder-suicide. Jama 1992.

son también frecuentes múltiples fracturas en las costillas, por lo gene- Uribe, G. Contagio en el suicidio: Medicina Legal,
5

toxicología y psiquiatría forense. Temis. 11ª. Edición.


ral posteriores, adyacentes a la unión de la vértebra, típicas en el sín- 6
De este total, 337 necropsias corresponden a casos
ocurridos en Bogotá D.C.
drome de niños golpeados que se diferencian de otros traumas por caída 7
Base datos de necropsias por muerte violenta CRNV,

desde alturas o accidente automovilístico. Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias


Forenses.

91
Especialmente en los menores de 4 años es común encontrar que los
perpetradores del hecho pretenden ocultar lo sucedido mencionando
caídas accidentales, desobediencia extrema, o que los menores realizan
actos a propósito con el fin de hacer enojar al adulto, refieren que los
castigos obedecieron a hechos como mojarse en la cama o vomitar25.

En la literatura se diferencian dos tipos de muerte a menores de edad:


1. Neonaticidio: muerte producida a un niño con algunas horas de
nacido.
2. Filicidio: muerte a un niño con más de un día de nacido.

El neonaticidio se encuentra asociado con inmadurez, ignorancia, inge-


nuidad y madres muy jóvenes, quienes con frecuencia niegan u ocultan
el embarazo y escogen estar apartadas y solas cuando nace el bebé.

El filicidio presenta una clasificación según la motivación del homicidio,


además de las razones que impulsan la agresión. Según Scott (1973)
se distinguen cinco categorías de filicidio, que son utilizadas hoy día26 :
1. Padres que eliminan un niño indeseado: en esta se incluyen padres
que asesinan a su hijo por negligencia y aquellos que lo matan pro-
ducto de un acto agresivo. Frecuentemente no se encuentran des-
órdenes mentales pero se encuentra evidencia de personalidad
anormal, de carácter neurótico, e historia de violencia familiar.
2. Muertes por compasión. Esta categoría incluye las muertes altruistas
y ocurren por la creencia de que la muerte es la única solución para
prevenir el sufrimiento del niño producto de alguna enfermedad
física, discapacidad mental o física. En algunas ocasiones los padres
presentan depresión con antecedentes de suicidio.
3. Agresión atribuida a patología mental. En este grupo se describe a
que los padres que sufren de enfermedades psicóticas, incluyendo
aquellos que tienen antecedentes de esquizofrenia, paranoia o de-
presión psicótica, antes o después del nacimiento del niño.
4. Estímulos externos (ira, pérdida de estatus o pérdida de objetos que-
ridos). En este grupo se incluyen los padres que sufren reacciones
depresivas producto de cambios en sus relaciones, estatus, o creen-
Centro de Referencia Nacional sobre Violencia - INML y CF

cias de que su habilidad como madre o padre se ve menoscabada


por otros. Las madres para quienes su apariencia personal tiene un
alto valor sienten que tienen sobrepeso y son menos atractivas,
muestran por tal razón ambivalencia con respecto a su embarazo.
También se describe que uno de cada nueve de este tipo de padres
presentan desórdenes en la personalidad, caracterizada por compor-
tamiento impulsivo y agresivo con intentos previos de suicidio.

25
Departamento de justicia de los Estados Unidos. Programa Internacional para el Adiestramiento en la
Administración Criminal (ICITAP). Crímenes Violentos. Versión en español por Miranda Associates, marzo de
1991, pp. 219-220.
26
Principles and practice of forensic psychiatry. Editado por Robert Bluglass and Paul Bowden. Foreword by Niger
Walker. London: Churchill Livingstone, Primera publicación 1990, p. 525.

92
5. Estímulos que provienen de la víctima. En estos casos las madres son
jóvenes, con frecuencia inmaduras, o no se encuentran prepara-
das para asumir este rol. Los esposos por lo general no tienen so-
porte social, son inestables y presentan antecedentes criminales.
Frecuentemente están ausentes. La muerte del menor ocurre como
resultado de la frustración, limitada tolerancia, ausencia de lazos
familiares e ira. La madre no es capaz de suplir las demandas del
menor, quien es luego lesionado y en últimas fallece.

Por otra parte, en aquellas muertes de personas adultas en relacio-


nes de pareja (uxoricidio), se involucran factores como celos,
retaliaciones o reacción de extrema violencia en defensa propia. Esta
última a consecuencia de maltrato recibido por largo tiempo. Como fac-
tores están presentes en ocasiones el alcohol, el temor al abandono,
en especial en relaciones de excesiva dependencia afectiva o económi-
ca, y un comportamiento sadomasoquista.

Según la literatura estadounidense, estos casos son más comunes en


relaciones de pareja de unión libre que en las relaciones establecidas
con vínculos oficiales (matrimonios por lo civil o religioso). También se
menciona la existencia de diversas formas de violencia previas27.

Este prototipo de violencia cuando es continua y progresiva en una es-


cala ascendente es llamado Síndrome de Maltrato (Battering Syndrome),
por lo que los sistemas de atención, prevención y detección deben siem-
pre considerar que una persona afectada tiene una alta posibilidad de
sufrir lesiones más severas e incluso de morir.

De las personas fallecidas por estos actos conocidas por el Instituto,


muchas presentaban antecedentes hospitalarios y de historial médico
en las que se encontraban lesiones y otras manifestaciones físicas como
motivos de consulta; entre estas manifestaciones fue común encontrar
cefaleas, depresiones y dolores en diferentes partes del cuerpo. Dichas
manifestaciones de enfermedad probablemente han sido originadas por
las agresiones de las que venían siendo víctimas al interior de sus fami-
Centro de Referencia Nacional sobre Violencia - INML y CF
lias y que se somatizan en otro tipo de dolencias distintas a los golpes.

Es importante entender que este


tipo de violencia (en relaciones de
pareja) no se detiene
espontáneamente, lo que se
observa es que se incrementa con
el paso del tiempo.

27
Bluglass, Robert; Bowden, Paul. Principles and practice of forensic psychiatry . London: Churchill Livingstone,
1990, p. 538.

93
Por el alto el riesgo de continuar siendo lesionado(a) en una escala más
alta e incluso muera por el maltrato, es importante mejorar el abordaje
del problema para una identificación y prevención de sus consecuen-
cias por parte del personal de salud, tanto médico como de enferme-
ría, odontólogos y otros especialistas como trabajadores sociales,
educadores, madres sustitutas, y autoridades.

Es necesario incrementar la conciencia del alto riesgo que implica el


maltrato intrafamiliar, mejorar la formación de quienes pueden detectarlo
y emprender la aplicación de medidas adecuadas. Esta afirmación nace
del conocimiento de algunos casos, en los que a pesar de haber tenido
acceso a niveles complejos de atención por parte de los servicios de salud
debido al maltrato del que fueron víctimas, y estar institucionalizados an-
tes de fallecer no fue detectado el peligro de muerte en el que se en-
contraban. Esto indica que se requiere desarrollar “predictores” de
peligro y mecanismos efectivos de seguimiento del caso con el fin de
ofrecer tratamiento a largo plazo, tanto para la víctima en concreto como
para el conjunto familiar.

Conclusiones

El rechazo de actitudes violentas en la sociedad se manifiesta de varias


maneras, una de ellas es la denuncia. Podría afirmarse que la resistencia
a las diferentes manifestaciones violentas de las relaciones familiares, que
históricamente han estado presentes, es cada vez mayor. Uno de los
indicadores para sostener esta afirmación corresponde al aumento del
número de personas lesionadas que han sido valoradas por el Instituto
Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses, como parte del pro-
ceso judicial posterior a la denuncia. Este aumento correspondió a 33%
con respecto a los presentados en 1996, es decir, se han registrado
17.131 casos más.

Con lo anterior podría afirmarse que el aumento en la denuncia obe-


dece, en parte, al rompimiento de los patrones que han prevalecido en
Centro de Referencia Nacional sobre Violencia - INML y CF

las relaciones de pareja y familiares entre hombres, mujeres y meno-


res de edad. Esto indica que el aumento no corresponde a un incre-
mento de la violencia en la familia, por el contrario, lo que muestra es
que esta empieza a verse como tal, a la luz de un cambio de patrones
culturales que rechaza los malos tratos.

Los casos de violencia intrafamiliar conocidos por el Instituto han teni-


do un comportamiento similar en los últimos años en el país. Estos se
han caracterizado por un mayor porcentaje de violencia conyugal o de
pareja (63%), seguido por violencia entre otros familiares (21%), y, en
menor proporción, los casos de maltrato a menores de edad (16%).

94
De las diferentes manifestaciones violentas en las familias, las mujeres
adolescentes y adultas son grupos poblacionales que con mayor frecuen-
cia son agredidos. Sin embargo, el notorio aumento en el registro de
hombres afectados, especialmente jóvenes y en relaciones de pareja,
puede considerarse otro indicador social de cambio en las relaciones
familiares y sociales.

Uno de los grupos poblacionales más afectados por su estado de de-


pendencia e indefensión es el constituido por los menores de edad.
Aunque el grupo de 5 a 14 años es el que concentra una proporción
mayor en el número de casos observados, es importante tener en cuen-
ta que el grupo de menores de 4 años es uno que presenta alto riesgo,
debido a que a esta edad los niños son mucho más vulnerables y man-
tienen un número de relaciones interpersonales muy limitado, es de-
cir, se interrelacionan con pocas personas, disminuyendo la posibilidad
de que sea detectado algún tipo de maltrato en ellos.

Recomendaciones

Las diferentes manifestaciones de violencia en la familia requieren inter-


venciones adecuadas en atención, prevención y sanción por parte de la
justicia, que se enmarquen en un amplio conocimiento de la problemá-
tica, y que a su vez permitan trazar lineamientos en políticas públicas
en salud, educación, prevención, atención, además de otras, acordes
con la realidad del problema en el país.

Un gran avance fue la inclusión en la Constitución Nacional de 1991 de


la promoción y defensa de los derechos humanos de mujeres y hom-
bres en las relaciones familiares (artículo 42), pues los grandes esfuer-
zos y recursos económicos que se han invertido para hace una
aproximación a la problemática y darle solución con políticas derivadas
del cumplimiento constitucional han logrado aumentar la denuncia y
caracterizarla.

Centro de Referencia Nacional sobre Violencia - INML y CF


La focalización de la problemática por parte de las instancias exige una
coordinación dinámica de planes y proyectos acorde con la situación de
las familias colombianas. La planeación debería realizarse con la partici-
pación de todas las instituciones que atienden la problemática,
involucrando en esta a las Organizaciones No Gubernamentales, para
definir acciones en común a corto, mediano y largo plazo, con el fin de
lograr canalizar mejor los recursos y tener un cubrimiento mayor de la
población a través de las siguientes acciones:

• Reforzar los programas y proyectos que sean comunes o similares


en aquellas instituciones gubernamentales y no gubernamentales

95
que atienden, previenen y protegen a las víctimas y agresores de
la violencia intrafamiliar.
• Coordinar los flujos de atención en forma armónica entre las insti-
tuciones, con una comunicación continua que permita una remi-
sión oportuna y adecuada a los diferentes servicios de protección,
atención, manejo terapéutico familiar e individual y de conciliación,
además de otros.
• Reorientar las estrategias de promoción de servicio y de los pro-
gramas institucionales con base en las necesidades de la población.
• Hacer una mejor ubicación estratégica de los centros de atención
y denuncia, acorde con las necesidades de la población.
• Realizar evaluaciones periódicas de los productos y servicios pres-
tados, de la formación otorgada o exigida a las personas que atien-
den, de la capacidad institucional para la atención con respecto a la
población objeto, y de la efectividad de los programas y el impacto
de estos en la población, entre otras.

Otro punto tiene que ver con la efectividad en las acciones y recursos
jurídicos disponibles para atender la problemática. Debido a la actual
exigencia que se hace a quienes atienden e intervienen en los casos de
violencia intrafamiliar, se requiere una formación en el uso adecuado de
planteamientos éticos que permitan solucionar la problemática con he-
rramientas sociales de convivencia pacífica.

Lo anterior requeriría una adecuación y difusión más eficaz de las guías,


modelos y políticas existentes, que incluya a los gobernadores, alcaldes,
universidades y a quienes dirigen las diferentes instituciones, para hacer
efectivas estas propuestas y evaluar sus procesos y resultados, compro-
metiendo desde lo local la participación que permita reflexionar y ana-
lizar la violencia intrafamiliar como una práctica social sustentada en
imaginarios, valores, derechos y creencias culturales y enriqueciendo la
formación de funcionarios y funcionarias que trabajan en la atención legal
y psicosocial de esta.
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96
Cuadro 13. Tasa de violencia intrafamiliar por punto de atención.
Colombia, 2000

Centro de Referencia Nacional sobre Violencia - INML y CF

97

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