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DEL FONDO DE CULTURA ECONÓMICA

Noviembre 2005 Número 419

Mucho más que incas

■ Julio Ramón Ribeyro sobre


Ricardo Palma y sus
Tradiciones peruanas
■ Mario Vargas Llosa
sobre José María Arguedas
■ Birger Angvik sobre
Mario Vargas Llosa
■ Mariela Dreyfus
y Rocío Silva-Santisteban
sobre Blanca Varela
■ José Miguel Oviedo
sobre César Moro
■ Víctor Manuel Mendiola
sobre poesía peruana reciente
■ Ramón Mujica Pinilla
sobre santa Rosa de Lima
y la virgen de Guadalupe
■ Édgar Montiel sobre
las enseñanzas de la historia
■ Poemas de Arturo Corcuera,
Blanca Varela, Julio Ortega
y Juan Gonzalo Rose
■ Un cuento de Roberto Reyes
ISSN 0185-3716

■ Javier García-Galiano celebra


los 40 años de Farabeuf
de Salvador Elizondo

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Mucho más que incas Sumario
Perú es el país invitado de honor de la XIX Feria Internacional El juego del pájaro y la jaula 2
del Libro de Guadalajara. El Fondo de Cultura Económica ha Arturo Corcuera
aprovechado tal coyuntura para lanzar novedades, reimprimir Gracias, viejo socarrón 3
obras y promover a los autores de origen peruano o que han Julio Ramón Ribeyro
hecho suya la cultura de ese país, por lo que en La Gaceta nos Versiones del indigenismo 5
proponemos extender ese propósito con un número que sirva Mario Vargas Llosa
de catálogo, así sea incompleto, de libros y temas que interesan Arguedas: presencia persistente
tanto a la casa matriz como a nuestra filial limeña. Además en la crítica literaria de Vargas Llosa 8
celebramos con esta entrega las cuatro décadas de la aparición Birger Angvik
de Farabeuf, o La crónica de un instante, la inquietante novela de Cara o sello 10
Salvador Elizondo, que vio la luz en noviembre de 1965. Roberto Reyes
De Julio Ramón Ribeyro elegimos un festivo artículo sobre Nadie sabe mis cosas 13
Ricardo Palma, el recolector de tradiciones peruanas. Ensegui- Mariela Dreyfus y Rocío Silva-Santisteban
da incluimos un fragmento de La utopía arcaica, el libro de Mario Lección de anatomía 14
Vargas Llosa sobre José María Arguedas, que junto con La orgía Blanca Varela
perpetua conforman un pequeño oasis en nuestro catálogo. De La palabra incandescente de César Moro 16
una obra de Birger Angvik dedicada a analizar la obra de don José Miguel Oviedo
Mario hemos tomado unos párrafos que critican su punto de Un amor absoluto 17
vista sobre el autor de Los ríos profundos. Redondea la zona dedi- Ricardo González Vigil
cada a la narrativa y su análisis un cuento futbolístico, en que se Sobre juguetes y tesoros 18
disecciona el tumor de la corrupción, a cargo de Roberto Reyes. Víctor Manuel Mendiola
Perú ofrece al lector una notable variedad de registros líri- Puertas de la mente 19
cos. Aquí hallará el lector pistas de lo que ocurre con los poetas Julio Ortega
en aquel país, pues ofrecemos parte del prólogo de Víctor detenimiento 21
Manuel Mendiola a La mitad del cuerpo sonríe, antología de ver- Juan Gonzalo Rose
sos peruanos recientes, de la que también tomamos parte de las Santa Rosa de Lima y la virgen de Guadalupe 22
fichas con que se da cuenta y se valora la obra de los autores Ramón Mujica Pinilla
seleccionados. Una de las presencias obligadas en este reperto- Gobernar es saber 25
rio es Blanca Varela, a quien apreciamos no sólo por los méri- Édgar Montiel
tos de su producción sino, desde el orgullo institucional, por el Atagualpa Inga fue preso y despojado de su reinado 26
estrecho nexo que tuvo con el fce, pues durante largos y fecun- Felipe Guaman Poma de Ayala
dos años estuvo al frente de nuestra filial. Ésta acaba de publi- La lectura perpetua 30
car una nueva edición de un clásico finisecular de la poesía Javier García-Galiano
peruana: Noé delirante, de Arturo Corcuera, un alegre bestiario Farabeuf, o La crónica de un instante 31
que inspiró las ilustraciones de Gabriel Lefebvre con que acom- Salvador Elizondo
pañamos esta entrega. Asimismo figura en estas páginas una
inusual muestra de versos de Julio Ortega, el prolífico crítico Arturo Corcuera es poeta ■ Julio Ramón Ribeyro fue
literario que dirige la reciente colección Aula Atlántica y es narrador, ensayista y dramaturgo ■ Mario Vargas Llosa es
autor de La cultura peruana y Crítica de la identidad: la pregunta el principal autor vivo del Perú ■ Birger Angvik es crítico
por el Perú en su literatura. Y de una obra póstuma de Juan Gon- literario ■ Roberto Reyes es narrador y sociólogo ■
zalo Rose tomamos un poema y algunas viñetas, de Fernando Mariela Dreyfus es poeta, cuentista y académica ■ Rocío
de Szyzlo. Mariela Dreyfus y Rocío Silva-Santisteban hacen de Silva-Santisteban es periodista, poeta y cuentista ■ Blanca
guía para que nuestros lectores conozcan mejor a Blanca Vare- Varela es poeta y editora ■ José Miguel Oviedo es crítico
la, tal como hace José Miguel Oviedo con César Moro, el mis- literario y profesor ■ Víctor Manuel Mendiola es editor y
terioso poeta que epitomizó a Lima como “la horrible”. poeta ■ Juan Gonzalo Rose fue poeta ■ Ramón Mujica
Quisimos también rondar los terrenos de la historia, que en Pinilla es historiador ■ Felipe Guaman Poma de Ayala fue
el caso del Perú es un filón inagotable. Ofrecemos un fragmen- cronista y dibujante ■ Édgar Montiel dirige la Sección
to del libro en que Ramón Mujica Pinilla sopesa el valor sim- Cultura y Desarrollo, de la Unesco ■ Javier García-Galia-
bólico de santa Rosa de Lima, así como un trozo, entre enter- no es ensayista y narrador ■ Salvador Elizondo es escritor
necedor e indignante, de la “corónica” escrita por Felipe Gua-
man Poma de Ayala del momento en que Pizarro somete, y
hace matar, al último inca. La arcádica época previa a la con- Se cierra la entrega con un recorrido muy personal del ger-
quista sirve de punto de partida para la reflexión ética de Édgar manófilo y futbolómano Javier García-Galiano a propósito de
Montiel sobre la necesidad de formar nuevos ciudadanos. Agra- Farabeuf. Y como el Fondo tiene el privilegio de contar con esa
decemos a Rosario Torres, cabeza de nuestra filial en Perú, la novela en su catálogo, ofrecemos un pequeño fragmento, sabe-
paciencia y el entusiasmo para dar forma a este muestrario, que dores de que siempre hay nuevos lectores que desean acercarse
confirma lo obvio: que en Perú hay mucho más que incas. a las piedras fundacionales de nuestra literatura.

número 419, noviembre 2005 la Gaceta 1

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El juego del pájaro y la jaula
DEL FONDO DE CULTURA ECONÓMICA
Arturo Corcuera
Directora del FCE
Consuelo Sáizar Aunque su primera edición se publicó hace más de cuatro décadas, Noé delirante
es un poemario de radical vigencia, acaso por el humor y la astucia que lo
Director de La Gaceta definen, acaso porque es un obra que en cada redición se reinventa. Para festejar
Tomás Granados Salinas la continua aceptación de los lectores a esta obra, abrimos nuestro número con
una minúscula selección de sus versos. “La condición de delirante del Noé de
Consejo editorial Corcuera —dice Ana Maria Gazzolo en el prólogo a esta la edición ilustrada por
Consuelo Sáizar, Ricardo Nudelman,
Gabriel Lefebvre, producida por el FCE en Lima y la Universidad Alas Peruanas—
Joaquín Díez-Canedo, Martí Soler,
María del Carmen Farías, Laura Gon- se halla, precisamente, más cercana de la visión infantil, sobre todo porque en los
zález Durán, Carolina Cordero, Nina poemas surgen imágenes amables antes que perturbadoras. Aunque uno se
Álvarez-Icaza, Paola Morán, Luis Artu- pregunta si esa cercanía al universo infantil no es, antes que una convivencia, la
ro Pelayo, Pablo Martínez Lozada, expresión de un deseo de volver a esa orilla”
Geney Beltrán Félix, Miriam Martínez
Garza, Fausto Hernández Trillo, Karla
López G., Alejandro Valles Santo To-
más, Héctor Chávez, Delia Peña, Anto-
(las prisiones) (traición)
nio Hernández Estrella, Juan Camilo La jaula presa en la casa, ¿Y si el inventor de jaulas
Sierra (Colombia), Marcelo Díaz (Es- el pájaro preso en la jaula, fuera un pájaro?
paña), Leandro de Sagastizábal (Argen- el trino preso en el pájaro,
tina), Julio Sau (Chile), Isaac Vinic la poesía presa en el trino. (¿complicidad?)
(Brasil), Pedro Juan Tucat (Venezuela), El hombre inventó la jaula
Ignacio de Echevarria (Estados Uni-
(prodigio) ¿quién inventó el pájaro?
dos), César Ángel Aguilar Asiain (Gua-
temala), Rosario Torres (Perú) ¿Y si un día
se le da por cantar a la jaula (¿doble duelo?)
Impresión prisionera en el pájaro? ¿Cuando muere el pájaro
Impresora y Encuadernadora muere también la jaula?
Progreso, sa de cv (magia)
Abrió sus barrotes el pájaro (peligro ecológico)
Diseño y formación
Marina Garone
y huyó volando la jaula. Si se continúa
y Cristóbal Henestrosa envenenando el aire
(soledad) sólo habitarán los bosques
Ilustraciones Cantando, abatido, bandadas de jaulas.
Gabriel Lefebvre y Fernando de Szyszlo barrote por barrote,
el pájaro solitario
La Gaceta del Fondo de Cultura Económi-
edificó su jaula.
ca es una publicación mensual editada
por el Fondo de Cultura Económica,
con domicilio en Carretera Picacho-
Ajusco 227, Colonia Bosques del Pe-
dregal, Delegación Tlalpan, Distrito
Federal, México. Editor responsable: To-
más Granados Salinas. Certificado de
Licitud de Título 8635 y de Licitud de
Contenido 6080, expedidos por la Co-
misión Calificadora de Publicaciones y
Revistas Ilustradas el 15 de junio de
1995. La Gaceta del Fondo de Cultura
Económica es un nombre registrado en el
Instituto Nacional del Derecho de Autor,
con el número 04-2001-112210102100,
el 22 de noviembre de 2001. Registro
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0206. Distribuida por el propio Fondo
de Cultura Económica.

Correo electrónico
gacetafce@fce.com.mx

2 la Gaceta número 419, noviembre 2005

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Gracias, viejo socarrón
Julio Ramón Ribeyro

Aunque sabía que “Los autores no son


a menudo los mejores jueces de su
propia creación”, el ganador del
Premio Juan Rulfo en 1994 accedió a
preparar la Antología personal que
publicó el Fondo ese mismo año para
hacer “saber cómo ve un autor su
propia obra, lo que puede ser
ilustrativo para sus lectores o
críticos”, según expresó en la
introducción a ese volumen que busca
servir de anzuelo en pos de lectores
ribeyranos. De los artículos literarios
que aparecen ahí tomamos este texto
sobre la fundación mítica de Lima

En 1853 el joven Ricardo Palma aban-


donó sus estudios universitarios y se
enroló como contador en un barco de la
marina mercante. Se supone que esta
decisión la motivó un lance amoroso
que, de no hacerse a la mar, le hubiera
costado venganza o prisión. Pero esto es
secundario. Lo importante es que al
verse obligado a navegar nos hizo correr
un grave peligro. Los peruanos y en par-
ticular los limeños estuvimos a punto de
quedarnos sin historia y sin memoria.
En uno de sus viajes el navío encalló
en un arrecife. Se ahogaron doce perso-
nas y otras sesenta y seis perecieron las relaciones entre un escritor y su ciu- visión de lo no visto (por lejano o por
extenuadas en los arenales de la costa. El dad y sobre el poder fundador de la lite- pasado), que no se equipara a la expe-
joven Ricardo fue uno de los que sobre- ratura. riencia directa, pero que la sustituye y,
vivió tanto al naufragio como a la sed y Que hay escritores profundamente llegado el caso, la complementa.
penurias del desierto. identificados con su ciudad natal o adop- Pero no se trata sólo del lector, sino
Esto puede parecer un hecho banal, tiva es un hecho conocido. La obra de de las ciudades. La literatura sobre las
pero ¿qué habría ocurrido si este mu- estos autores es inseparable de la ciudad ciudades las dota de una segunda reali-
chacho, que hasta entonces había escrito en la que vivieron y sobre la cual escri- dad y las convierte en ciudades míticas.
poemas y dramones románticos, se hu- bieron: Balzac y París, Dickens y Lon- Inversamente, la ausencia de esta litera-
biera ahogado? Simplemente, Lima no dres, Joyce y Dublín, Musil y Viena, tura las empequeñece. Hay ciudades
existiría. Exagero: no existiría tal como etcétera. Gracias a ellos, estas ciudades importantes pero que no han inspirado
nos la representamos. “Lima fue fun- nos son familiares, podríamos decir que grandes obras literarias y que por ello
dada dos veces, la primera por Francis- las conocemos (así nunca hayamos puesto mismo sigue siendo sólo eso, ciudades
co Pizarro y la segunda por Ricardo los pies en ellas), que hemos tenido importantes. ¿Quién es el Balzac de Ber-
Palma”, decía un ilustre historiador. Lo acceso a su espacio y a su espíritu. Y esto lín, el Dostoievsky de Bruselas o el Eça
que no es una broma. Nuestro pasado no es privilegio de los narradores, tam- de Queiroz de Brasilia? Estas ciudades
sería para nosotros terreno baldío, des- bién de los poetas. Nunca he estado en pueden ser centros de interés político,
habitación y silencio, a no ser por los Trieste ni en Estambul, pero he recorri- económico histórico, urbanístico u otros
cientos de Tradiciones que este amigo de do sus suburbios, sus mercados y sus pero, que yo sepa, carecen de plusvalía
los papelotes escribió en el curso de su puertos leyendo a Umberto Saba o a literaria, no han dado origen al o los
larga vida. Nazim Hikmet. Por mediación de estos escritores que les agreguen la dimensión
Lo dicho invita a interrogarse sobre autores, el lector se apropia de una sobrenatural de la literatura.

número 419, noviembre 2005 la Gaceta 3

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París, en este sentido, es una ciudad crática y para otros reaccionaria. Se le ha
a
que tocó con su espíritu festivo, ligero y
privilegiada. Su prestigio, a pesar de no calificado también de nacional y de his- socarrón, impermeable a los aspectos
ser ya la metrópoli cultural del mundo, panófila, de amena y de aburrida, de más graves y dramáticos de nuestra rea-
proviene gran parte de las obras que ins- retrógrada y de innovadora, de veraz y lidad. Sabemos ahora que de los 50 mil
piró a escritores nativos y foráneos. de falsa. Atizar estos debates tampoco es habitantes que tenía Lima a comienzos
Aparte del París de Balzac, está el París mi intención. Sólo quiero resaltar su del siglo xvii, 40 mil eran esclavos
medieval de François Villon, el París de función en tanto que fundadora de una negros o servidores indígenas, de cuya
Restif de la Bretonne, el París de Baude- memoria nacional y de una conciencia vida, problemas y luchas queda poco o
laire y de Nerval, incluso el de novelistas ancestral común. nada en la obra de Palma. Pero aun así,
folletinescos como Sue y Dumas. Y el las Tradiciones son la única prueba acce-
París de Proust la última gran represen- Hay ciudades importantes pero que sible, artística y entretenida que tene-
tación literaria de esta ciudad, que se no han inspirado grandes obras mos de ese pasado. Ninguna otra ante-
sobreimprime sobre las anteriores y las literarias y que por ello mismo sigue rior o de su época se le puede comparar
matiza y enriquece. siendo sólo eso, ciudades (salvo Garcilaso para el Incario y prime-
Que estas representaciones sean fide- importantes. Pueden ser centros de ros años de la Conquista). Su rival y
dignas no tiene mucha importancia. Si interés político, económico contemporáneo, Manuel González
lo son, poseen aparte de su valor estéti- histórico, urbanístico u otros pero, Prada, fue más inteligente, mejor prosis-
co uno documental, que satisface el que yo sepa, carecen de plusvalía ta, más sensible a los problemas de su
gusto de ciertos lectores por lo concreto literaria tiempo y con una percepción más aguda
y permite a historiadores, sociólogos y del porvenir, pero fue un ideólogo y no
economistas estudios tan pronto apasio- Sin las Tradiciones nos sería difícil, por un narrador y nos dejó por ello ideas
nantes como necios. Pero pueden ser no decir imposible, imaginar nuestro pero no una visión. Visión que no ha
también representaciones equivocadas, pasado desde la Conquista hasta la sido reemplazada por otra igualmente
tendenciosas o fantasistas. La Habana de Emancipación. Estaríamos huérfanos vasta, convincente y lograda, capaz de
Lezama Lima puede ser delirante, la del periodo más próximo y significativo relegar la suya a la galería de las anti-
Praga de Kafka onírica y el Bagdad de de nuestra historia milenaria. Ese vacío guallas. Si la imagen palmiana de Lima
Las Mil y una Noches fabuloso. Pero es podríamos colmarlo, es cierto, pero cada subsiste es porque nadie ha sido capaz de
gracias a estos autores o libros que cual a su manera y a costa de un esfuer- desembarazarnos de ella.
dichos espacios dejan de ser espacios zo desalentador, buscando y leyendo Tentativas posteriores no han faltado.
geográficos para convertirse en espacios cientos de libros y documentos poco Historiadores, científicos sociales, en
espirituales, santuarios que sirven de accesibles, áridos, mal escritos o idiotas. cientos de ensayos y monografías, han
peregrinación y de referencia a la fanta- Ricardo Palma cumplió ese trabajo por rectificado fechas, nombres, aconteci-
sía universal. nosotros. Durante más de medio siglo el mientos y colmado lagunas y olvidos
Pero ya es hora de volver al joven abuelito se sacrificó y extrajo lo que a su relativos al periodo tratado por Palma,
Ricardo Palma. Lo hemos sacado del juicio era digno de recordarse y trasmi- pero se trata de trabajos fragmentarios,
agua y dejado ileso en su ciudad natal, tirse. Es posible que olvidara muchas que han abierto una brecha en el templo
enfrentado a su porvenir incierto y a su cosas, desdeñara otras e inventara una tradicional, sin echarlo abajo ni deste-
vocación incipiente de escritor. No es buena parte y que impregnase todo lo rrarlo de la imaginación colectiva.
mi propósito narrar los avatares de su Narradores, por su parte, han ensayado
existencia. Digamos que, durante mi construir una nueva imagen de Lima,
digresión anterior, ya envejeció. Es un adecuada a nuestro tiempo, que refleje
octogenario que se pasea en 1919 por su paso de arcadia colonial a urbe con-
una alameda de Miraflores, con su gorra temporánea. Pero se trata también de
y su bastón, en vísperas de morirse, ocu- esfuerzos puntuales, circunscritos a
pado como todos los viejos en hacer el lugares, períodos, clases sociales, institu-
recuento de su vida. Los sinsabores ya ciones y que no poseen la variedad ni el
los olvidó: deportación, muerte de fami- poder iconográfico de la obra palmiana.
liares y amigos, Guerra del Pacífico, Para concluir, volvamos pues a nues-
incendio de su casa y manuscritos, etcé- tro viejito, que abandonamos achacoso
tera. Sólo recuerda lo grato: viajes a en una alameda de Miraflores. En el
Europa, reconstrucción de la Biblioteca curso de esta nueva digresión ya se
Nacional saqueada por el invasor, hono- murió. Se fue a la tumba dejándonos (iba
res y recompensas. Pero sobre todo, la a decir un clavo, pero me parece vulgar),
certeza de que deja un legado, 56 años dejándonos un desafío y, para ser más
de su vida metido entre libros, manus- justos, una herencia. Como Moisés sal-
critos y legajos, ocupado en escribir las vado de las aguas, cumplió para con su
Tradiciones peruanas. pueblo una misión histórica. No nos
Las Tradiciones, tan pronto ensalzadas llevó seguramente a la Tierra Prometi-
como criticadas. Se ha dicho mucho da, pero nos brindó, para colmar nuestra
sobre ellas. Para unos es una obra demo- orfandad, una tierra imaginaria.

4 la Gaceta número 419, noviembre 2005

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Versiones del indigenismo
Mario Vargas Llosa

Para el FCE es un privilegio haber liel Churata, Mario Florián y Luis Lima, enero de 1927), proclama su pro-
editado parte de la obra ensayística Nieto— intentaría (con más entusiasmo pósito de luchar “dentro y fuera del
de Mario Vargas Llosa. Si La orgía que logros) aliar los experimentos for- campo jurídico” por “los indígenas a
perpetua: Flaubert y Madame Bovary males vanguardistas del posmodernismo quienes considera como hermanos
es una dilatada expresión de con los temas indígenas. La voz poética menores en desgracia”. La nueva insti-
amor filial, además de un original más original de esta generación es la de tución defenderá a los indios “de los dia-
acercamiento a la novelística otro provinciano, el norteño César rios abusos y vejámenes”, promoverá su
flabubertiana, La utopía arcaica. Vallejo, a quien por Los heraldos negros cultura —lengua, música y cantos—,
José María Arguedas y las ficciones (1918) y Trilce (1922), publicados en creará escuelas rurales y campesinas de
del indigenismo es un recorrido estos años, críticos como José Carlos alfabetización y obrará por que se
político y literario de un tema Mariátegui incluyen abusivamente entre implante un “régimen de igualdad” con
y un autor controversiales. los indigenistas. En verdad, el libro indi- “los mistis” (blancos). Entre los firman-
Presentamos aquí un par de genista de Vallejo será su novela Tungs- tes del manifiesto figuran, junto a los
fragmentos de esta obra, con la teno, escrita y publicada en España en arqueólogos Julio C. Tello y Rebeca
certeza de que tal bocado despertará 1931 y sobre la cual José María Argue- Carrión y a Dora Mayer de Zulen, dos
en el lector la gana de darse un das diría más tarde que tuvo tanta jóvenes profesores de la universidad San
banquete de lectura ensayística influencia en su formación como la lec- Antonio Abad del Cusco, uno historia-
tura de Amauta, la revista de Mariátegui. dor —Luis E. Valcárcel— y el otro
El nuevo indigenismo El interés por el indio y los Andes no sociólogo —José Uriel García— que,
se confina en lo literario y artístico. En junto con José Carlos Mariátegui, serán
La revolución mexicana (1910-1920) fue los años veinte surgen diversas publica- los teóricos más destacados del indige-
el gran fermento indigenista en toda ciones con una clara misión de esta nismo. Ellos encarnan, dentro de este
América Latina, donde, siguiendo el índole, la más importante de las cuales movimiento, tres versiones diferencia-
ejemplo de México, artistas, poetas y es Amauta, la principal tribuna del indi- das, que tendrán, las tres, en diferentes
escritores se volcaron hacia el mundo genismo literario y político. Junto a ella periodos, influencia determinante en
campesino en busca de motivos de inspi- se deben mencionar otras de menos sig- José María Arguedas.
ración, a la vez que adquirió gran impul- nificación, como La Sierra, aparecida en Éste es un aspecto central, pero a
so la investigación histórica y sociológi- Lima en 1927 y que se publicó tres años, menudo escamoteado del movimiento
ca de todo lo relacionado con el pasado y algunas revistas de provincias, como indigenista: su diversidad, el rico debate
y presente de la vida indígena. Bajo la La Puna, en Ayaviri, y Pacha, en Arequi- entre las diversas versiones que de él
pauta de la escuela muralista mexicana pa.1 El 15 de diciembre de 1926 se crea daban sus principales mantenedores y
de Orozco y Rivera, también nació en el que fue particularmente intenso en la
Perú un movimiento de pintores indige- Bajo la pauta de la escuela muralista adolescencia de Arguedas, cuando éste
nistas, cuya figura más visible fue José mexicana, también nació en el Perú hacía los últimos años de colegio y los
Sabogal y en el que destacarán artistas un movimiento de pintores primeros de universidad. El cotejo de
como Mario Urteaga (el de mejor oficio indigenistas, que se inspiran en el tesis, ideas, diatribas y mitos entre los
entre ellos), Julia Codesido, Camilo Blas paisaje de los Andes y describen el profesores, pedagogos, antropólogos,
y algo más tarde Enrique Camino Brent. mundo campesino, las fiestas revolucionarios, políticos y periodistas
Se inspiran en el paisaje de los Andes y populares, las procesiones y las sobre este tema sería el telón de fondo
describen el mundo campesino, las fies- danzas, los atuendos, las artes y ante el cual fue cobrando perfil propio la
tas populares, las procesiones y las dan- artesanías regionales vocación de Arguedas.
zas, los atuendos, las artes y artesanías
regionales y, algunos, recrean en sus en el Cusco el grupo Resurgimiento, Un indigenista mexicano:
telas los antiguos motivos de la cerámica con el objeto de llevar a cabo una “Cru- Moisés Sáenz
y los tejidos prehispánicos. zada por el Indio”. Su manifiesto funda-
Paralelo al indigenismo en las artes cional, que apareció en Amauta (núm. 5, Tenemos un testimonio interesante de
plásticas es el que surgió en la literatura, la efervescencia intelectual en torno al
y con un marcado sesgo andino, pues 1 Aunque indio en el Perú de esos años, gracias a
estragado por el resentimiento
tuvo su foco fuera de Lima, sobre todo político y por manías clasificatorias, el libro un intelectual mexicano —un dignata-
en las ciudades serranas de Puno y de Tomás Gustavo Escajadillo, La narrativa rio cultural de la Revolución, precisa-
Cusco, en las que toda una generación indigenista peruana (Lima, Amaru, 1994), mente—, Moisés Sáenz, quien estuvo
de poetas —Alejandro Peralta, Nazario contiene una buena bibliografía sorbe el en el Perú a fines de 1931 y comienzos
Chávez Aliaga, Emilio Armaza, Gama- tema. de 1932, y publicó al año siguiente un

número 419, noviembre 2005 la Gaceta 5

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libro sobre la situación del indígena en vez de hacerlo en quechua, como nacido en Moquegua, pero avecindado
a
peruano.2 Sáenz fue enviado a América habría sido la intención primera de José en el Cusco y que habla de sí mismo
del Sur por la Secretaría de Educación María. El argumento de Sáenz habría como cusqueño, es una interesante mis-
Pública de su país, para hacer observa- sido: “Mira, esto del idioma no tiene celánea en la que se alternan el ensayo
ciones sobre el problema del indio, y futuro. Estos idiomas van a desapare- sociológico, relatos y semblanzas cam-
visitó también Guatemala, Ecuador y cer.”3 No he visto corroborada esta afir- pesinas y proclamas mesiánicas, una
Bolivia. En el Perú recorrió el valle de mación por ningún otro testimonio. conferencia y una pequeña antología de
Jauja y estuvo en Puno y Cusco, y se textos de diversos autores, peruanos y
documentó cuidadosamente consultan- extranjeros, reivindicando al indio y a la
do muchos libros y revistas y dialogan- tradición andina. El libro lleva un prólo-
do con innumerables personas. go de José Carlos Mariátegui y un colo-
Su libro, ensayo de divulgación y dia- fón de Luis Alberto Sánchez, que sirven
rio de viaje, mezcla síntesis históricas, para ilustrar lo contradictorio de las tesis
comentarios sociológicos y observacio- sobre el problema indígena, pues las
nes personales. Gira exclusivamente opiniones de los tres autores son incom-
sobre el indio de los Andes y destaca por patibles.
su rigor y ponderación, que en momen- Para Mariátegui, el indigenismo es
to alguno ocultan la sensibilidad que inseparable del socialismo, y sólo el
muestra ante la injusticia atroz que reemplazo de la sociedad feudal y/o
encuentra a su paso por la sierra perua- capitalista por el colectivismo marxista
na. Lo anota todo, con ojo avizor y hará justicia a los descendientes del
buena prosa: las artesanías, el régimen imperio incaico. El 21 y 28 de enero y el
de propiedad, los monstruosos atrope- Mariátegui: indigenismo y marxismo 4 de febrero de 1927 Mariátegui había
llos y la condición esclava del indio, el publicado tres artículos en la revista
pongaje, los robos de tierras, el estado El año de 1927 es una fecha clave para el Mundial (núms. 345, 346 y 347) con el
de la educación, los métodos agrícolas, movimiento indigenista. Porque a título “El indigenismo en la literatura
el comercio, las costumbres, las vivien- comienzos de él tiene lugar en Lima nacional”, explicando que la tendencia
das. El material sociológico que recoge aquella polémica en la que rivalizan las creciente del indigenismo en la literatu-
es de primer orden y atinado su análisis distintas tendencias de esta ideología, y, ra peruana no era un mero fenómeno
del entronque colonial y republicano de sobre todo, porque ese año publican sus estético sino “una corriente, nacionalis-
los abusos contemporáneos contra el trabajos sobre el tema José Carlos ta y revolucionaria al mismo tiempo”,
campesino de los Andes. No hay en su Mariátegui y Luis E. Valcárcel. Ese año paralela al protagonismo que tenía el
libro ni politiquería ni demagogia, sino, aparece también, en Buenos Aires, Por la problema indígena en la política, la eco-
en cada página, un esfuerzo denodado emancipación de América Latina. Artículos, nomía y la sociología.
para contribuir intelectualmente a mos- mensajes, discursos (1923-1927), el primer En esos artículos, aunque sin llegar a
trar en toda su complejidad la condición libro del exiliado Víctor Raúl Haya de la los extremos excluyentes y abiertamente
del indígena y la manera de integrarlo Torre, fundador del apra, movimiento racistas de Escalante, Valcárcel y otros
(“incorporarlo”, dice él) a la sociedad político cuya denuncia de la condición indigenistas, Mariátegui sostuvo que, en
peruana moderna. el calidoscopio de razas de la sociedad
Moisés Sáenz conoció tal vez en esta Bajo la pauta de la escuela muralista peruana, sólo el indio podía ser conside-
primera visita que hizo al Perú en 1931 mexicana, también nació en el Perú rado encarnación de lo nacional. El Perú
a José María Arguedas (aunque no lo un movimiento de pintores era “una nacionalidad en formación” y el
menciona en su libro); en todo caso, indigenistas, que se inspiran en el criollo no podía ser su fundamento, pues,
ambos se hicieron muy amigos, años paisaje de los Andes y describen el a diferencia de lo que ocurría en Argen-
más tarde —Arguedas le dedicará “El mundo campesino, las fiestas tina, “no está netamente definido” y
despojo”, adelanto de Yawar Fiesta que populares, las procesiones y las designa “una pluralidad, muy matizada,
publica en 1937 la revista Palabra—, danzas, los atuendos, las artes y de mestizos”. Tampoco podían serlo el
cuando Sáenz volvió al Perú como artesanías regionales negro ni el mulato, que “representan en
embajador de México, donde desarrolló nuestro pasado elementos coloniales” y
una brillante labor como animador inte- del indio y de la omnipotencia abusiva que han mirado “siempre con hostilidad
lectual en todo lo relacionado con la del latifundista y el gamonal en la vida y con desconfianza la sierra”. Sólo “el
investigación y promoción de la cultura política ayuda a propagar una conciencia indio debe ser el cimiento de la naciona-
andina. Según el antropólogo John V. indigenista en las capas medias y popu- lidad” y los escritores indigenistas tienen
Murra, muy amigo y confidente de lares del país. la obligación de colaborar “en una obra
Arguedas, fue Moisés Sáenz quien lo Tempestad en los Andes (1927), el libro política y económica de reivindicación,
convenció de que escribiera en español de Valcárcel, arqueólogo e historiador no de restauración ni resurrección”.
Casi inmediatamente después de
2 Moisés Sáenz, Sobre el indio peruano y su 3 John V. Murra, “Semblanza de Argue- estos artículos, Mariátegui comienza a
incorporación al medio nacional, México, sep, das”, en Las cartas de Arguedas, Lima, Ponti- publicar, siempre en Mundial (a partir
1933. ficia Universidad Católica de Perú, 1996. del 25 de marzo de 1927), “El problema

6 la Gaceta número 419, noviembre 2005

a
de la tierra”, el primero y el más impor- boceto, es indicativo de la manera como “la conveniencia de una restauración del
a
tante de sus Siete ensayos de interpretación preservó la memoria de Arguedas aque- Imperio incaico” y, en una infundada
de la realidad peruana (1930), donde lla polémica y de sus tardías tomas de afirmación, acusa a Raúl Porras Barrene-
desarrolla sus ideas sobre el tema. El posición al respecto, en la etapa final de chea (historiador y discípulo de Riva
problema del indio, afirma en ese texto, su vida. Es muy crítico de la generación Agüero e hispanista como éste), por sus
es “fundamentalmente económico”: hispanista —Riva Agüero y Víctor comentarios sobre el cronista indio Feli-
“No nos contentamos con reivindicar el Andrés Belaúnde— e incluso de Julio C. pe Guaman Poma de Ayala, poco menos
derecho del indio a la educación, a la que de proponer un genocidio: “Según
cultura, al progreso, al amor y al cielo. El material sociológico que recoge estos hispanistas, el indio es el responsa-
Comenzamos por reivindicar, categóri- Sáenz es de primer orden y atinado ble de las limitaciones y defectos del
camente, su derecho a la tierra.” El obje- su análisis del entronque colonial país… y los seguidores providenciales del
tivo primero debe ser “la liquidación de y republicano de los abusos hispanismo llegan a proponer el extermi-
la feudalidad en el Perú”. Mariátegui contemporáneos contra el nio total del indio para sustituirlo por
explica que la Independencia, en teoría campesino de los Andes. No hay inmigrantes europeos.” (De más está
“liberal”, mantuvo el régimen de la tie- en su libro ni politiquería ni decir que éste es un exabrupto: ni el texto
rra cuyas dos expresiones son “latifun- demagogia, sino un esfuerzo hispanista más recalcitrante propuso
dismo y servidumbre”. Es demasiado denodado para contribuir jamás semejante cosa, y menos que nin-
tarde para aplicar la solución liberal; ésta intelectualmente a mostrar en toda gún otro Porras Barrenechea, cuyas tesis
debe ser colectivista, lo que se verá faci- su complejidad la condición del coinciden en la defensa y revalorización
litado por la “supervivencia de la comu- indígena del mestizaje con muchas de las ideas de
nidad y de elementos de socialismo Uriel García.)4
práctico en la agricultura y la vida indí- Tello, pese a subrayar la importancia de En su balance del “primer indigenis-
gena”. Para Mariátegui, la democracia su labor arqueológica. Les reprocha rei- mo”, Arguedas destaca la reivindicación
no pudo echar raíces en el Perú republi- vindicar el pasado imperial incaico y al del pasado histórico indígena, las
cano porque “sobre una economía semi- mestizo aristócrata —como el Inca Gar- denuncias del indigenismo literario con-
feudal no pueden prosperar ni funcionar cilaso—, pero ignorar o despreciar al tra los abusos y crímenes de que eran
instituciones democráticas y liberales”. indio actual. Julio C. Tello, dice, fue víctimas los indios y la rectificación de la
Estas ideas están reafirmadas en el ciego respecto al indio de hoy, sólo lúci- imagen del indio como ser inferior,
prólogo que escribe para el libro de Val- do frente al indio del pasado (“como lleno de taras y alérgico a la moderni-
cárcel. En la inminente “tempestad” que arqueólogo pierde de vista al indio dad. Pero la nueva narrativa, dice
el historiador anuncia sobre las cumbres vivo”), y lo censura por haber vestido a Arguedas, hablando obviamente de sí
andinas, él oye retumbar el trueno de un conjunto de bailarines de Huarochirí mismo, ha dejado de ser indigenista “en
Karl Marx: “No es la civilización, no es con trajes inspirados en el pasado cuanto abarca la descripción e interpre-
el alfabeto del blanco, lo que levanta el prehispánico, despreciando “los vestidos tación del destino de la comunidad total
alma del indio. Es el mito, es la idea de típicos del pueblo de Huarochirí”. del país”.
la revolución socialista. La esperanza Hace grandes elogios de José Carlos La integración del indio no debe
indígena es absolutamente revoluciona- Mariátegui, pero señala que éste “no consistir en su occidentalización, sino en
ria” (p. 10). […] disponía de información sobre la cultura “un proceso en el cual ha de ser posible
indígena o india” y no hace suya, tampo- la conservación o intervención triunfan-
La revisión de Arguedas co, la tesis económico-materialista de su te de algunos rasgos característicos no
interpretación ni la concepción ortodo- ya de la tradición incaica, muy lejana,
José María Arguedas siguió el debate xa de la lucha de clases como motor de sino de la viviente hispano-quechua”.
muy de cerca [entre Valcárcel, Luis la historia, pues, para él, “las luchas Por ejemplo, las formas comunitarias de
Alberto Sánchez, Uriel García y Mariá- sociales tienen un trasfondo no sólo eco- trabajo y la vinculación social y las artes
tegui], leyó los textos y la polémica dejó nómico, en un país como el nuestro, populares, sobre todo la música, que han
rastros de largo efecto en su obra, la que, sino un denso trasfondo cultural”. For- penetrado ya en sectores sociales no
a veces, tomaría un sesgo próximo al del mula duras críticas a la Iglesia católica, indios. En la vieja línea de Mariátegui y
indigenismo histórico y racista de Luis cuya función histórica, afirma, ha sido la de Valcárcel defiende el “colectivismo” y
E. Valcárcel, a veces se identificará con de predicar la resignación a los indios la “fraternidad comunal” del indio como
las tesis integradoras y comprensivas de ante sus explotadores. Y, muy cerca de algo que debe resistir “lo devorador del
la pluralidad peruana de José Uriel Gar- Uriel García —a quien, curiosamente, individualismo” occidental.
cía y, en otras, se esforzará por hacer suya ni siquiera nombra—, subraya la labor La verdadera defensa de esta quimera
la opción revolucionaria y marxista de callada de los indios a lo largo de siglos —de esta utopía arcaica— la hará, de
Mariátegui. Mucho después de los años para “defender su integridad y aun desa- manera más efectiva que en este ensayo,
en que tuvo lugar el debate intelectual rrollarla, mediante la toma de elementos en su obra literaria.
del indigenismo, Arguedas dio su propia libremente elegidos o impuestos”.
versión sobre este movimiento, en una Toma discreta distancia con las posi- 4 Véase a este respecto lo que dice Porras
ponencia que preparó en 1965 para un ciones de Luis E. Valcárcel (a quien llama Barrenechea de El nuevo indio en su libro
coloquio de escritores en Génova. el mentor del indigenismo luego de la Fuentes históricas peruanas, Lima, Instituto
Aunque tiene el esquematismo de un muerte de José Carlos Mariátegui) sobre Raúl Porras Barrenechea, 1968, p. 374.

número 419, noviembre 2005 la Gaceta 7

a
a
Arguedas: presencia persistente
en la crítica literaria de Vargas Llosa
Birger Angvik

En 2004 salió de las prensas de novelas”, empleó esta “novela frustrada” tura rural, colectivista, de religiosa iden-
nuestra filial peruana La narración como el ejemplo “más elocuente” para tidad entre el hombre y el mundo natu-
como exorcismo. Mario Vargas Llosa, entender “la visión del mundo de un ral, y la reemplazaría por un mundo
obras (1963-2003), un conjunto de escritor”, y para este fin Todas las sangres urbano, secularizado, impersonal, de
ensayos de un devoto y muy crítico era considerada como “una novela individuos aislados y gobernado no por
lector del gran novelista. Como sumamente instructiva”. dioses, ritos y creencias ancestrales, sino
complemento del texto anterior, Este objetivo crítico intentó otra vez por leyes abstractas y mecanismos eco-
presentamos enseguida un fragmento corregir el objetivo novelesco de Argue- nómicos (subrayados nuestros).”
en el que este estudioso de origen das, presentado como la voluntad de El capitalismo de la sierra del Perú
noruego revisa La utopía arcaica y “mostrar que este mundo está signado existía, para Arguedas y muchos intelec-
discrepa del discurso con que el autor por la injusticia y revelar los mecanis- tuales más, en la opresión y en la explota-
de Pantaleón y las visitadoras se acerca mos de la desigualdad y el sufrimiento ción, la injusticia, la desigualdad, la
al novelista peruano que más ha social en el Perú”. Pero el objetivo cen- pobreza y el sufrimiento. Los datos
influido en su carrera tral de Vargas Llosa —“mostrar que ésta socioeconómicos y culturales reconoci-
es una novela frustrada”— se sobrepone dos por la crítica, han hecho de la novela
La crítica politizada de Arguedas al objetivo de Arguedas en un mecanis- un ejemplo de “novela realista” peruana.
mo crítico sumamente interesante: todo Arguedas no pretendía, que se sepa,
La crítica literaria ha politizado a lo que es particular y concreto en la ser especialista en economía. Era un
Arguedas, y los mensajes políticos pos- novela —en lo que se refiere al Perú— especialista, profesional y emocional-
tulados para sus novelas han atraído el en el crítico se generalizó: “La empresa, mente, en ciertas lenguas y culturas de
interés y restado importancia a los pro- en la economía-ficción de Todas las san- ciertas partes de los Andes. La mayoría
cedimientos retórico-formales de sus gres, no existe para crecer y multiplicar- de los críticos han admitido esta especia-
obras. Mario Vargas Llosa ofreció una se (principio básico de una firma que lización de Arguedas como característica
repetición con variación en la temática compite en un mercado) sino para dise- particular y excepcional en él, y ella
de lo político. Se colocó en 1996 en la minar el mal: hacer sufrir a los débiles, misma lo ha distinguido de muchos otros
tradición politizada de la crítica argue- despojarlos, arruinarlos y humillarlo.” llamados indigenistas. Siendo bicultural
diana. “Este sentimiento de abominación del y bilingüe, sabía “ser fiel al universo que-
El problema central para este tipo de dinero, del comercio, de toda forma de chua y a la vez inteligible para sus lecto-
crítica es el hecho de que “lo político/la res, básicamente ajenos a este universo”.2
política” nunca se defina o teorice. La Arguedas era un especialista, Cuidaba y cultivaba esta especialización,
falta de teorización ha sido descrita por profesional y emocionalmente, en y desarrollaba en sus estudios, en su vida
Diana Fuss en su libro Essentially Spea- ciertas lenguas y culturas de ciertas profesional, y en la vida de maestro, de
king: Feminism, Nature, Difference.1 En partes de los Andes. La mayoría de traductor y de articulista.
contra de muchos tipos de feminismo, la los críticos han admitido esta La relación entre la narrativa de
acusación de ser o de no ser “político” especialización como característica Arguedas y una realidad dada se apoya-
ha sido una de las más usadas en críticas particular y excepcional en él, y ella ba, como escribió Usandizaga, “en el
y polémicas entre feministas. El exigir o misma lo ha distinguido de muchos conocimiento de su lenguaje en un sen-
el denunciar “política” cuando en reali- otros llamados indigenistas tido amplio”:3
dad no se sabe lo que quiere decir el tér-
mino, ni cómo se manifiesta en hechos y intercambio mercantil, del ‘negocio’ Intuía que la posesión de sentido de un
acciones, viene a aparecer como una (mala palabra siempre para el ideal arcá- mundo es un lenguaje; la comprensión de
batalla contra molinos de viento, según dico de Arguedas) no es marxista.” su superficie y la organización según un
la discusión esbozada por Diana Fuss. “Pero por debajo de ciertos estereotipos determinado sentido es lo que hace posi-
Vargas Llosa, en 1996, agudizó su marxistas, la visión del capitalismo aquí ble hablar de este mundo:4
crítica de Todas las sangres. Para demos- expresada delata la desconfianza y el
trar que ésta era “tal vez, la peor de sus miedo instintivo del hombre mágico, pre- 2 HelenaUsandizaga, “Realidad cultural
rracional, a la idea de cambio social y y realismo en la narrativa de Arguedas”,
1 Diana Fuss, Essentially Speaking: Femi- advenimiento de una modernidad indus- Hueso Húmero, 27, 1990, p. 118.
nism, Nature and Difference, Routledge, Lon- trial que pondrá fin a lo que Popper 3 Ibid.

dres y Nueva York, 1989. llama ‘el espíritu de la tribu’, aquella cul- 4 Ibid.

8 la Gaceta número 419, noviembre 2005

a
Arguedas ha vivido y leído directamente cional no sólo en la narrativa peruana
a
una cultura que le ha conformado un sis- sino en la hispanoamericana. Es la pri-
tema de significados, o sea, un lenguaje. mera novela colectiva, en la que no des-
Y por esta vía de lenguaje identificado a taca un héroe individual, en la que todo
universo cultural podemos responder a la un pueblo de la sierra brilla con su
pregunta sobre la realidad de este universo, actuación cultural, publicada en el Perú
que es real en tanto que tiene significación, y y en Hispanoamérica.
podemos comprobar que, efectivamente, El propio Vargas Llosa intentó
está en el texto de Arguedas.5 emplear las estrategias literarias colecti-
vas de esta novela en las partes que
Las experimentaciones literarias y narran la vida de la Mangachería en La
narrativas constantes y atrevidas en los Casa Verde y en el “coro” de voces de Los
textos de Arguedas se le escaparon a cachorros. Cuando Arguedas publicó Los
Vargas Llosa, porque las ideas del capi- ríos profundos, en 1958, resultó ser uno
talismo de Popper lo cegaron en varios de los primeros casos de Bildungsroman
momentos de su estudio. logrado y notable en la narrativa perua-
No le interesaron a Arguedas tanto la na, y se elevó a modelo para muchos
crónica social de ciertas partes de los escritores peruanos, incluso para Vargas historia de la literatura hispanoamerica-
Andes, ni los mitos y los ritos de ese Llosa, gran cultivador de la novela indi- na, Arguedas se coloca, junto con Miguel
mundo, sino su incorporación “en una vidual y de la novela de formación, y Ángel Asturias y Rosario Castellanos,
ética y una estética culturalmente infor- para Alfredo Bryce Echenique. El Sexto por ejemplo, en lo que se ha tendido en
madas por lo quechua y estrechamente fue una de las primeras novelas carcela- llamar “nuevo indigenismo” literario. Se
ligadas al conflicto cultural derivado del rias de la narrativa peruana. Arguedas caracterizan por ser autores con conoci-
choque entre lo indio y lo español”:6 seguía experimentando con sus novelas, miento íntimo de las culturas indígenas
en climas políticos diferentes, en Todas que incorporan los mitos, las cosmovi-
No parece propio, en este contexto, las sangres, por ejemplo, y terminó su siones, y las tradiciones literarias autóc-
hablar de realidad no objetiva y no veri- vida antes de terminar su última novela tonas, orales y escritas, a sus obras.10
ficable, porque de lo que se trata es de la que sobrepasa todos los esquemas pre- Arguedas trabajaba sus búsquedas del
verdad no solamente individual sino sentados por Vargas Llosa. Éste sería, en “país que está en todas partes pero no
también social de un conflicto dolorosa- lo que a experimentación e innovación aquí y ahora”, el país que no existe
mente vivido y minuciosamente formu- se refiere, el último ejemplo de una —outopia— que es al mismo tiempo
lado, en cuyo contexto las esquematiza- dedicación y entrega que terminó en un la alternativa deseada del “buen país”
ciones, las idealizaciones, las exageracio- gran desafío para los críticos literarios. —eutopia—. En las novelas de Argue-
nes, las selecciones y las simplificaciones “El discurso de la utopía andina es das, “los mitos andinos se proyectan allí
de los “datos reales” son elementos sin complejo y varía según la época en que se legítimamente hacia el futuro por su
importancia, pero no porque estemos da y la clase que se lo apropia; su historia enraizamiento en el sistema perceptivo
escuchando una “hermosa mentira”, que es ‘una historia conflictiva, similar al del mundo al que pertenece: se trata de
traiciona esencialmente a “la realidad”, alma de Arguedas’, tal como ha estudia- proponer una alternativa al presente,
sino al contrario, porque sirven al senti- que traería el fin del desorden”.11 Las
do.7 Cuando Arguedas publicó Los ríos lecturas de Usandizaga se opusieron de
profundos, en 1958, resultó ser uno varias maneras a las de Vargas Llosa, y
Los esquemas de los comentarios de de los primeros casos de los análisis detallados de textos y de
Vargas Llosa no captaron estas facetas Bildungsroman logrado y notable en “paratextos”,12 condujeron a conclusio-
extraordinarias de los textos producidos la narrativa peruana, y se elevó a nes opuestas a las de Vargas Llosa.
por un especialista de culturas y len- modelo para muchos escritores Arguedas, por ejemplo, no temía los
guas que experimentaba sin cesar con peruanos, incluso para Vargas Llosa, cambios, vio en ellos la posibilidad de
sus narrativas hasta el fin mismo de su gran cultivador de la novela “la creación de algo nuevo a partir del
vida. […] individual y de la novela de valor catártico de la rebelión, de las
formación luchas y los encuentros simbólicos que
Las utopías y la utopía se dan en su ficción. Hay fuerzas que
do Alberto Flores Galindo.”8 Cuando luchan en la obra de Arguedas buscando
José María Arguedas fue dejando hue- Usandizaga entró en el tema de la utopía un camino que una tradición y progre-
llas en los caminos de la literatura hasta en Arguedas, notó que se encuentra so, unidad y apertura.”13
su trágico fin en 1969. Con Yawar Fies- “enraizado en el imaginario andino” y
ta —en la realidad de la historia litera- que en esto reside, “fundamentalmente, 10 Joanna O’Connell, Prospero’s Daughter.
ria— dejó publicada una novela excep- su diferencia de otros escritores llamados The Prose of Rosario Castellanos, The Univer-
indigenistas”.9 En clasificaciones de la sity of Texas Press, Austin, 1997, pp. 58, 61.
5 Ibid., p. 119, subrayado nuestro. 11 Usandizaga, p. 128.
6 Ibid., p. 121. 8 Usandizaga, 12 Ibid., p. 129.
p. 128.
7 Ibid. 9 Ibid., 13 Ibid., p. 128.
p. 127.

número 419, noviembre 2005 la Gaceta 9

a
a
Cara o sello
Roberto Reyes

Presentamos aquí un relato de equipo de la barriadita, un baile a toda tro a media altura. El arquero se lanza al
La torre y las aves y otros cuentos, orquesta. ¡Qué fútbol, por Dios! Las vacío decidido a descolgar la pelota que
antología publicada por el FCE en 2002, jugadas parecían preparadas con libreto se acerca rotando vertiginosa al corazón
en el que la dubitativa actuación del y ejecutadas con tal perfección y dina- del área, pero una sombra rojinegra que
árbitro durante un decisivo juego de mismo, que las envidiaría cualquier se zambulle para impactar con la frente
futbol sirve de metáfora de la grupo de danza: velocidad y ritmo el balón y mandarlo a las redes le deja las
corrupción cotidiana, el destino endiablado en los delanteros, energía y manos atenazando el aire. ¡Todo, todo
siempre incierto, el progreso de la oportunidad en las defensas, anticipa- perfecto en esos minutos!
ciudad y sus barrios. Roberto Reyes es ción y creatividad en el medio campo. ¡Y Pipo Canicoba, el arquero —el único
también novelista y sociólogo qué gol! Como para filmarlo: la pelota que con su nerviosismo inicial casi vende
que describe una parábola de treinta al equipo—, le ha sacado unas cervezas a
A mis amigos del “Teo Rosas” metros es recibida por un pecho que don Salomón, el presidente del club.
amortigua el impacto y logra que en vez Hinchas y jugadores las han recibido
Van cinco minutos desde que dispuse el de rebotar se deslice ingrávida al suelo, con aplausos. Sólo el Jesusito y el chato
término del primer tiempo y la gente del de donde un golpe la despide hacia ade- Fajardo no se han sumado a la celebra-
Loreto sigue eufórica. Menudean las lante, a competir en velocidad con el ción, haciéndose merecedores de las más
risas, los chistes y la sobradera. La pri- puntero. Éste, en plena carrera, se saca a picantes pullas. A Jesusito lo han tildado
mera mitad del partido ha terminado un marcador con una finta; le salen dos, de pavo y al chato de aguafiestas. ¡Qué
uno a cero a su favor y, entre los veinte y la pisa, amaga a la derecha, va por la diferencia con los rivales! Ellos, que dis-
los treinta, le dieron al San Gervasio, el izquierda, driblea al otro y lanza un cen- ponen de siete u ocho cajas, no han toca-
do ni una botella. Y no es por desánimo
o derrotismo. Al contrario, su fuerte es
precisamente su moral a toda prueba.
Cuánto más ahora que creen tenerlo
todo a su favor. Y aun si no fuera así, su
ley es ir siempre adelante, a ganar, sin
chuparse jamás ante ningún rival,
impermeables al ridículo o la humilla-
ción de las goleadas cuando los otros son
muy superiores. Todo es avanzar y avan-
zar.
¡Qué mundos tan distintos! Somos
vecinos, pero qué diferentes en costum-
bres, en temperamento, en maneras de
buscar resultados. Los del Loreto andan
sueltos, cada uno para su santo, preocu-
pado por cualquier cosa menos del par-
tido que consideran ya en el bolsillo. Es
increíble que en la cancha sean capaces
de afiatarse tan bien. Ahora están trago
en mano, bromeando con los hinchas, o
escuchando distraídos las indicaciones
del entrenador, pendientes sólo de la
pendejada, de cómo sacarle la vuelta al
mundo. Los del equipo rival, por el con-
trario, están en semicírculo, atentos a las
órdenes y consejos del técnico para
mejorar, siempre mejorar.
¿Qué sucederá si el San Gervasio
gana el partido y, en consecuencia, el
campeonato? ¿Representarán ellos fiel-
mente a nuestro distrito? Por supuesto
que no. Si alguien puede sacar la cara

10 la Gaceta número 419, noviembre 2005

a
por Breña, ése es el Loreto, el Deporti- era divertido ganarles. Sin embargo, a me han conseguido. Parece legítima.
a
vo Loreto, que a su modo recoge la tra- poco de mi retorno, supe que no hacía ¡Cuánto les habrá costado obtenerla!
dición del buen fútbol del Defensor mucho los del San Gervasio los habían Reviso las tarjetas, asegurándome sobre
Lima o del Arica. Los otros son vecinos derrotado en un festival. La gente me todo de la presencia de la roja, que segu-
del distrito, pero de ganar el campeona- dijo que fue de champa, que faltaron ro voy a mostrar luego a más de uno.
to de la Liga y llegar a segunda división, titulares, que fulano y mengano estaban Los del San Gervasio van a tratar de
seríamos identificados por ese San Ger- de mala noche y más de uno todavía arrollar, de irse con todo para revertir el
vasio, patrón de ya olvidé qué pueblo de borracho. Pero, dijeran lo que dijeran, resultado, confiados en que ahora sí
la sierra. Y en tal caso, seguro que no les una derrota es una derrota. empezará a funcionar su respaldo. Y los
faltarán hinchas de entre los tantos pro- Con este uno a cero parcial nunca el del Loreto, cuando se les acabe la reser-
vincianos de Lima para quienes por va de aire, van a recurrir a las mañas y
encima de todo está el sentimiento del ¡Y qué gol! Como para filmarlo: la los golpes creyendo que quedarán impu-
paisanaje. Pero a esos hinchas, ¡qué les pelota que describe una parábola de nes. Lo que no entiendo de éstos, aun en
importa que su equipo sea de Breña, del treinta metros es recibida por un el caso de tener todo a su favor como
Rímac o de Balconcillo! Además, los del pecho que amortigua el impacto y ellos suponen, es por qué son tan confia-
San Gervasio, ¿qué fútbol practican? logra que en vez de rebotar se dos. El uno a cero de ventaja en ningún
¿Acaso el de toque, de pintura, de habi- deslice ingrávida al suelo, de donde caso es garantía de triunfo y, con el físi-
lidad, que nos caracteriza? No, su juego un golpe la despide hacia adelante, a co de gato que se gastan, no sé cómo
es puro sudor, empeño, fuerza. Su victo- competir en velocidad con el puede habérseles ocurrido ponerse a
ria sería el remate de los cambios ocurri- puntero tomar. ¿Es que no se dan cuenta de lo
dos en el barrio, que hace tiempo ofrece que se les vendrá encima en el segundo
una nueva fisonomía. Loreto ha estado tan cerca de la gloria. tiempo? Todo hace suponer cómo va a
La noche de mi retorno al barrio, Sólo faltan los cuarenticinco minutos ser la segunda mitad, mas para ellos no
después de muchos años de vagabunde- del segundo tiempo —aparte de los siete pasa nada. ¿Tanto esperan del arreglo
ar por aquí y por allá, creí haberme restantes del descanso, claro está— y si que confían haber obtenido?
equivocado de lugar. Donde recordaba las cosas van a seguir igual, tendrían el Eso debe ser. Mi propia designación
una pampita ahora veía una avenida mundo a sus pies. Y entonces, ¡qué de como árbitro la supondrán el broche
asfaltada con berma, aceras y hasta arbo- fiestas! ¡Cuántas hembras no se les echa- final del acuerdo. Claro, por eso su sali-
litos. Y del muro que la limitaba por un rían! Todo el trago de las bodegas y can- da a la cancha la deben considerar sólo
costado —de adobe en mi niñez, de tinas del barrio sería insuficiente para una oportunidad para su lucimiento. Ya
ladrillos años más tarde— y que nos celebrar el triunfo. se sabe que cuando juegan confiados,
separaba de los pobladores de la barria- Hay que reconocer, sí, que en la can- todo les sale bien.
dita, no quedaba nada. En su remplazo cha han hecho bien lo suyo. Desde la Es cierto que don Salomón, el presi-
se perfilaba un grupo de viviendas, algu- entrada al campo, con sus vistosas cami- dente del Loreto, me ofreció el arbitraje
nas aún sin terminar, pero la mayoría de setas rojinegras —igualitas a las del glo- del partido y después me quiso agarrar
dos pisos. Éstas sustituían a las origina- rioso Flamengo—, sus malabares en el por el lado del sentimiento para asegu-
les casuchas de la invasión, de esteras, calentamiento y su alegría y seguridad. rar el resultado. Es cierto también que
tablones y calaminas. Hoy, la gente de la En cambio, los del San Gervasio, con yo me comprometí con él para darle una
barriadita —y digo barriadita nada más esas camisetas verdes —no un verde mano a su equipo, pero eso fue al prin-
que por costumbre— posee mejores paño de billar u otro tono bacán, sino un cipio. Ignoraba él que yo estaba al tanto
viviendas que muchos del barrio origi- verde bilioso, fulero, obsequio de algún de su acuerdo con la gente del billete, y
nal, donde todavía abundan los callejo- confeccionista novato— y sus rostros que me iba dando cuenta que él se esta-
nes, los edificios con departamentos serios, tensos, casi sudorosos antes de ba guardando la plata destinada a mis
como cuyeras y las casitas de adobe con entrar a la cancha, parecían cualquier bolsillos, confiado en lograr lo mismo
techo de cañas y barro. cosa menos un equipo con fe ganadora. con sólo gastar saliva. El muy estúpido y
Y ni qué se diga de los cambios de la Ya en el partido, la gente del Loreto hizo mezquino cree que se las sabe todas.
gente. Todos están más viejos y gordos, lo más inteligente: evitar el choque y Imagina que una noticia tan importante
y el que menos tiene chamba estable, jugar al quiebre, a hilvanar jugadas que como que la gente del monte ha com-
mujer e hijos. Sólo yo ando con una daban un gusto incomparable. Cómo se prado el club para lavar sus dólares, se
mano delante y otra atrás, y no cuento sobraba el chato Fajardo con sus pases puede mantener en secreto. Quién no
siquiera con un perro que me ladre. Los sorpresivos, qué tal dominio el de Subli- sabe que su presidencia es apenas una
moradores de la barriadita, por su parte, me Casaverde, qué corridas las del flaco fachada y que continuará así mientras
han avanzado hasta en fútbol. Recuerdo Salas, ¡y qué seguridad en la defensa con sea útil y no se pase de vivo.
que cuando éramos chibolos y peloteá- Jesusito como patrón del área! Si hasta Además, para mí que don Salomón
bamos en el Melgar o en el Salesiano, me daban ganas de abandonar mi papel todavía piensa que los del San Gervasio
ellos nos rogaban para que los aceptára- y aplaudirlos y pedirle a los del San Ger- son los cholitos de antes. Cuando me
mos como rivales. No los rehuíamos por vasio que los dejaran hacer lo que les estaba palabreando me daban ganas de
sobradera; el caso es que como siempre viniera en gana. cortarlo y pegarle un aclare. Porque yo,
les dábamos como a hijos, nos aburrían. Examino mecánicamente el pito y la que he vivido en la sierra y los he visto
Su juego era tan rudimentario que no insignia de árbitro de la Federación que en su salsa, y que aquí he conversado

número 419, noviembre 2005 la Gaceta 11

a
largo y tendido con ellos, podría haber- tra. Al público usual, compuesto por afi- Salomón, creyendo que actuaría como
a
le dado unas lecciones. Pero ahora sé cionados al fútbol, se han ido sumando se debe; pero al darme cuenta de su pro-
cuándo callar y, pensando que cuando las mujeres, los niños y hasta los gatos y ceder torcido, de amargo, decidí tirar
los nuevos dueños del club se enteraran los perros de la barriadita. La barra del para el San Gervasio. Sólo que después,
de sus maniobras le darían su merecido, Loreto ha disminuido porque muchos se ya más calmado, poniendo en la balanza
lo dejé darle a la lengua a su gusto. Debo han largado a chupar, a celebrar por todo cuanto perdería si tomaba este par-
reconocer, sí, que no le falta labia, y que anticipado el triunfo. Y si en el primer tido, me incliné por el Loreto. Al día
su estrategia centrada en mi sentimiento tiempo los hinchas del San Gervasio, siguiente, pensé que la oferta de don
de ligazón con el barrio y el club era con su entusiasmo y fe indesmayables Isaac era muy buena, demasiado buena
correcta. Quién sabe si en otra época me alentaban ruidosamente a sus jugadores, para rechazarla por razones sentimenta-
hubiera convencido. acallando la esticosa barra del Loreto, les, y volví a mi primera decisión; para
Cuando estuve en la sierra me deses- ahora, con el refuerzo de tanta gente, luego cambiar de idea. De esta manera,
peraba por sentir otra vez lo mío, por cómo será. Y otra cosa: así como en la fui de una propuesta a otra, cada día más
estar de nuevo en mi lugar. Pero ya en primera etapa los del Loreto tuvieron la enredado con éste y con aquél. Y así
Lima, ¿qué es lo primero que hago? buena ocurrencia de traer un radio case- ingresé a la cancha hecho un embrollo,
Pues nada menos que mandarme a uno te de sonido potente, para este segundo maldiciendo mi errático comportamien-
de esos festivales de la barriadita que tiempo los del San Gervasio han tomado to y las circunstancias que me llevaran a
tanto despreciara en mis años adolescen- sus providencias. No creo equivocarme este callejón sin salida.
tes. Aunque lo hice a escondidas, por al pensar que el aparato compensó con Estoy seguro que cualquiera, de estar
supuesto. Allí, entre trago y trago, me creces las deficiencias de la barra del al corriente de todo esto, tipificaría mi
hice amigo de éste y de aquél, sin saber Loreto, ya que la salsa pareció inspirar a actuación como propia de un gran vivo o
entonces que estuvieran tan metidos en los jugadores. Claro, como que fue pre- de un gran estúpido. Pero, ¿quién en mi
el asunto del deporte. Sólo después, a cisamente entonces cuando los mucha- pellejo habría sido capaz de rechazar
raíz del partido, me enteré de cuán rela- chos tuvieron sus mejores momentos. El tantas atenciones de uno y de otro en los
cionados estaban con ello. toque, la pisada, la finta, las paredes, quince días previos al encuentro? Ade-
Por esta relación y no por su muñeca parecían sincronizados como pasos de más, tendría que haber disfrutado de la
—como se ufana don Salomón—, es que baile. Eso puso de vuelta y media a los incomparable sensación de saberse
los del San Gervasio aceptaron mi desig- del San Gervasio, que estaban levantan- dueño del destino de mucha gente, de
nación como árbitro de un partido tan do cabeza. Sí, definitivamente fue un poder repartir intensas alegrías o pro-
decisivo. Cuando tocamos el punto, don acierto: el ritmo de la salsa pareció fundas decepciones, de saborear la posi-
Isaac Muchaypiña, el presidente, fue meterse en la cancha. Esa vivacidad, esa bilidad de decidir quién va arriba y
mucho más sutil y concreto que el presi- chispa, esa inspiración, ya la quisiera quién abajo, para poder juzgarme con
dente del Loreto. Antes de nada, me cualquier equipo del mundo. justicia.
invitó como de casualidad a una de sus Lo malo es que ahora no van a contar Hasta que, por fin, al iniciarse el par-
acostumbradas fiestas; y allí, entre salud con ese apoyo. Los de la barriadita han tido, tomé mi decisión. Ya liberado de la
y salud, me habló de su preocupación traído un equipo de música como para carga que llevaba encima empecé a fijar-
por encontrar un administrador para una un festival. Han colgado los parlantes en me en algunos detalles singulares. Así, al
de sus líneas de abastecimiento de frutas, una ruma de cajas de fruta y, cuando se darme cuenta de que todo el mundo, en
alguien de confianza y con experiencia, uno y otro bando, creía estar espectando
alguien como yo. Se trata de una magní- Los del San Gervasio van a tratar de un partido arreglado — favorable a sus
fica chamba para cualquiera: buena paga, arrollar, de irse con todo para colores, claro está— me empezó a pare-
sede en Lima y viajes a la selva central revertir el resultado, confiados en cer graciosa la situación. Qué gusto más
cada cierto tiempo, como para cambiar que ahora sí empezará a funcionar extraño tiene el saber que el partido que
de aires. Es una oportunidad que ni su respaldo. Y los del Loreto, todos en el estadio consideran un tongo
siquiera había soñado, estando tan deses- cuando se les acabe la reserva de —con justa razón—, por una decisión de
perado como estoy por subsistir. aire, van a recurrir a las mañas y los última hora es tan limpio como un bebé
Mi gran duda al respecto eran las golpes creyendo que quedarán recién bañado. Porque el encuentro
consecuencias, así se tratara de una impunes. Lo que no entiendo de transcurrirá con toda normalidad. Esta
oportunidad tan tentadora como la que éstos, aun en el caso de tener todo a decisión, ahora lo veo, es la más razona-
me ponía en bandeja. Porque yo, que su favor como ellos suponen, es por ble y oportuna en este momento, pues,
deambulé durante años por rumbos aje- qué son tan confiados de haber actuado así desde el principio,
nos, suspirando por el día que pudiera tal vez ni siquiera estaría acá como árbi-
regresar al barrio, recuperado ahora mi reinicie el juego, vamos a ver si la gente tro. En cambio, ahora, de vencer uno u
sitio en el mundo, no iba a correr así del Loreto podrá mantener su patrón de otro, como en cualquier circunstancia de
nomás el riesgo de verme expulsado y juego. la vida, algo ganaré y algo perderé. Y
rechazado por mi propia gente. Faltan cinco minutos para el reinicio aunque está visto cuál va a ser el resulta-
Hasta ahora siguen sus risas, su son del segundo tiempo y me sigo pregun- do final, yo mismo tengo curiosidad por
de triunfadores. Me da rabia, ¡carajo! tando por qué me comprometí a la vez lo que me deparará el destino, porque en
Nada los preocupa. Ni siquiera que todo con don Salomón y con don Isaac. Al tanto uno siga respirando nada está
el ambiente se les esté poniendo en con- principio, acepté la propuesta de don dicho definitivamente.

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Nadie sabe mis cosas
Mariela Dreyfus y Rocío Silva-Santisteban

Parca pero sustanciosa, “valerosa y mujeril” como la calificó en su intención de sacar a Varela de todo espacio “femenino” o
Octavio Paz, la producción poética de Blanca Varela está de cualquier “subcategoría” para, en un gesto de retruécano
profundamente influida por el espíritu surrealista y por una que se puede leer casi como tautología, proponer una salida:
inquieta obsesión por el cuerpo. Publicamos aquí una “¿Por qué no decir, entonces, que Blanca Varela es, nada más y
adaptación del prólogo a una ambiciosa antología de textos nada menos, un poeta, un verdadero poeta?”.
de y sobre la autora peruana, sin duda una de las presencias A su vez la otra ruta que señala Paz para interpretar la poe-
mayores de las letras andinas en el ámbito mundial y de sía de Varela es su genealogía surrealista, no de escuela a la
quien el FCE publicó Canto villano: poesía reunida, 1949-1983 manera de asumir los postulados de los manifiestos, sino de
“estirpe espiritual”, de conexión estética. Sin duda las conexio-
nes con el surrealismo también se articulan en torno a ciertos
En el año 2000 empezamos un proyecto que tenía un modesto temas, ciertas presencias pictóricas, por ejemplo; hay notorias
propósito inicial: publicar una selección de textos críticos sobre conexiones entre la plástica, ciertamente de estirpe surrealista,
la poesía de Blanca Varela que no iba a pasar de unas pocas y las inquietudes que pintores y escultores como Giacometti o
páginas dirigidas básicamente a especialistas. Conforme fui- De Chirico despiertan en nuestra autora.
mos comentándoles a críticos, escritores y amigos esta idea, Finalmente, otro de los ejes críticos que propuso Paz en su
percibimos el creciente interés por colaborar con él y poco a comentadísimo prólogo es la idea de una severidad expresiva
poco fue creciendo y cambiando el horizonte de recepción. en los poemas varelianos. Para plantear este rigor poético, que
Estando así las cosas trocamos nuestro objetivo inicial y asu- no necesariamente se traduce en una contención lírica puesto
mimos que sería mucho más completo un libro que se benefi- que Varela a su vez es autora de poemas largos y frondosos, Paz
ciara, de alguna manera, del formato reader que utilizan las edi- echa mano de una metáfora que ha sido posteriormente muy
toriales estadounidenses reuniendo un conjunto de textos citada, comentada y, por supuesto, criticada: “Blanca Varela es
imprescindibles sobre un autor o tema, previamente publica- una poeta que no se complace con sus hallazgos ni se embria-
dos, además de los ensayos inéditos que ya teníamos. Por esto ga con su canto. Con el instinto del verdadero poeta, sabe
mismo decidimos incluir algunos textos pioneros sobre la poe- callarse a tiempo.” De esta frase se desprende la idea de que
sía de Blanca Varela como son los ensayos de Paz, Paoli, Ovie- como “verdadero poeta” es mejor callarse que excederse en
do, Gazzolo, Sobrevilla y Castañón, así como otros que, aun
habiéndose realizado posteriormente, presentaban análisis
publicados en revistas que debían reunirse en un solo volumen
como los de Castañeda y Togushi, Valcárcel, Cárcamo, Chiri-
nos, Suárez, Reisz, Rebaza y Silva Santisteban.
No obstante, es preciso empezar por los inicios, los prime-
ros y tímidos encuentros con la ciudad letrada, de una autora
que siempre tuvo una relación tensa y prolífica con ella. En
1957, Sebastián Salazar Bondy y Alejandro Romualdo, el poeta
puro y el poeta social, se deslindan de todo grupo para editar y
prologar la Antología general de la poesía peruana, en la que se
incluyen por primera vez en algún libro de literatura peruana
dos poemas de Blanca Varela. Se trata de una edición anterior
a su primer libro de poesía Ese puerto existe. El primer libro de
Blanca Varela se publicó con un prólogo de Octavio Paz en
1959, por la Universidad Veracruzana. El prólogo no sólo fue
un “espaldarazo” como lo han comentado algunos, sino que
significó, como lo han señalado otros, una pauta de interpreta-
ción fuerte, un camino marcado para las exégesis posteriores,
una ruta muchas veces difícil de desmarcar. Paz sostiene, entre
otras cosas, que “nada menos femenino que la poesía de Blan-
ca Varela, pero al mismo tiempo, nada más valeroso y mujeril”,
planteando uno de los derroteros de la crítica, quizás el menos
transitado, esto es, el tema de lo “femenino”, la cuestión del
género del autor en relación con su producción artística, y las
diferencias entre una supuestas características de esta poesía
subalterna y femenina con otra “mujeril”. Paz, luego de plan-
tear otro par de rutas que retomaremos más adelante, persiste

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Lección de anatomía
Blanca Varela

Blanca Varela (Lima, 1926) ingresó muy joven a la las bisagras silenciosas cediendo
Universidad de San Marcos para estudiar letras y lagrimeando tornasol
educación, y ahí trabó amistad con importantes y esa otra fronda inexplorada
intelectuales de la época. En 1949 se radicó en París, en donde el tacto confunde
donde conoció a Octavio Paz, quien fue determinante en el día con la noche
su carrera literaria y además la conectó con el círculo de
intelectuales latinoamericanos y españoles radicados en fresca hermosa muerte a la mitad del lecho
Francia. Posteriormente vivió en Florencia y Washington donde los miembros mutilados retoñan
donde se dedicó a hacer traducciones y eventuales mientras la lengua gira como una estrella
trabajos periodísticos. […] La sinceridad de sus
postulados poéticos se manifiesta en el tono áspero, seco, flor de carne carnívora
punzante y a la vez duro que aplica a sus composiciones; entre los dientes de carbón
sus versos están desprovistos de elementos engañosos y
de paliativos. La poeta practica una escritura contenida, ah la voz gangosa entrecortada dulcísima del
retraída, encerrada en su propio secreto, observación que amor
no se basa únicamente en los poemas breves o en la saciándote saciándose saboreando el ciego
versificación entrecortada y brusca presente en todos sus bocado
libros. Si bien es cierto que la poesía de Varela es una
poesía que se forja y construye su “lugar del canto”, como los mondos los frágiles huesecillos del amor
diría Valente, al margen de modas, grupos y generaciones, ese fracaso ese hambre
tiene sus hermanos espirituales en el continente esa tristeza futura
americano y en España: Emilio Adolfo Westphalen, César como el cielo de una jaula
Moro, José Lezama Lima, Octavio Paz, José Manuel
Arango, José Ángel Valente, Antonio Gamoneda, poetas la tierra gira
que comparten la visión de una poesía que transciende la la carne permanece
instrumentalización inmediata del lenguaje y hacen de la cambia el paisaje
palabra una forma de descubrir, conocer y revelar la las horas se deshojan
realidad individual y colectiva. (VMM)
es el mismo río que se aleja o se acerca
más allá del dolor y del placer la carne tedioso espejo con la misma gastada luna de
inescrutable yeso
balbuceando su lenguaje de sombras y brumosos que se esponja hasta llenar el horizonte
colores con su roñosa palidez

la carne convertida en paisaje merodean las bestias del amor en esa ruina
en tierra en tregua en acontecimiento florece la gangrena del amor
en pan inesperado y en miel todavía se agitan las tenazas elásticas
en orina en leche en abrasadora sospecha los pliegues insondables laten
en océano reino de ventosas nacaradas
en animal castigado osario de mínimos pájaros
en evidencia y en olvido
primavera de suaves gusanos agrios
viendo la carne tan cerrada y distante como la bilis materna
me pregunto
qué hace allí la vida simulando más allá del dolor y del placer
la negra estirpe
el cabello a veces tan cercano el rojo prestigio
que extravía al ojo en su espesura la mortal victoria de la carne

palabras y que Varela prefiere el silencio que otorga significa- evitar la dominación, como una manera de decir con el silen-
ción al exceso que deviene en sinsentido. Alguna crítica ha cio. En medio de todas estas interpretaciones vale la pena
querido leer en esta exégesis otra interpretación de la poesía recordar, a su vez, ese poema corto de Paz, “Las palabras”, que
escrita por mujeres, de la poesía “femenina”, que a veces calla al principio de una serie de imperativos con los cuales describe
como “treta del débil”, esto es, como forma perpendicular de la relación del poeta con las palabras —poeta que a su vez es

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encarnado por un buey, un toro, un gallo galante y un cocine- puesta estética anterior aunque, paradójicamente, no con la
a
ro—, es decir, por un autor varón y su relación tensa y dese- publicada posteriormente durante los primeros años del nuevo
quilibrada con el lenguaje y la escritura— suelta en un parén- milenio. Este libro, Ejercicios materiales, aparecido después de
tesis el famoso “(chillen, putas)”. Extraño vínculo del poeta 15 años de silencio, planteó el tema de la corporalidad y de la
“gallo galante” que debe provocar y coger del rabo a las putas carne como eje central del texto, en un diálogo siempre tenso
palabras para que chillen y esta otra concepción del trabajo con con dios (y con Dios). El título evoca directamente a los ejer-
el lenguaje: la mujer que deviene en verdadero poeta aprende cicios espirituales de san Ignacio de Loyola, esto es, aquella
a callarse a tiempo. práctica de rigor espiritual que lleva hacia el discernimiento y
Años después de la publicación de Ese puerto existe, algunos el control del mal espíritu, sólo que en versión laica, agnóstica
pocos críticos leyeron y comentaron la poesía de Blanca Vare- y, de alguna manera, blasfema.
la con mayor profundidad que las simples reseñas periodísticas, Con la publicación en 1997 del homenaje de la revista Casa
aunque es preciso mencionar que la reseña de Canto villano de de Cartón, se difunde nuevo material sobre nuestra autora, así
Ricardo González Vigil, en 1976, es una como una larga entrevista, realizada por
buena excepción; estos primeros ensayos El prólogo de Paz al primer libro de Rosina Valcárcel, en la que expresa por
críticos son textos fundacionales que Varela no sólo fue un “espaldarazo” primera vez una interpretación personal
significaron, para quienes vinimos des- sino que significó una pauta de de su relación con los “valses”, con la
pués, puertas de entrada a la recepción interpretación fuerte, un camino música criolla, con la formación criolla
de una poesía compleja, abstracta, apa- marcado para las exégesis en la primera infancia, así como su rup-
rentemente fácil pero de significaciones posteriores, una ruta muchas veces tura con esta tradición al emprender su
múltiples, densa y, a veces, oscura. Estos difícil de desmarcar viaje a Europa y su encuentro con la
textos son los trabajos pioneros de José modernidad literaria y con la filosofía
Miguel Oviedo, Roberto Paoli, Ana María Gazzolo, James existencialista (sobre todo con las dos Simone, Weil y de Bea-
Higgins, Abelardo Oquendo, David Sobrevilla, Américo vouir). En esta revista aparece por primera vez el artículo de
Ferrari, Reynaldo Jiménez y Adolfo Castañón. A su vez, el Esther Castañeda y Elizabeth Togushi sobre la genealogía
poeta Javier Sologuren, miembro de la llamada Generación del femenina de Blanca Varela, genealogía que no sólo se remonta
50, publicó una antología de la poesía de Blanca Varela titula- a su madre, Esmeralda González (que bajo el seudónimo Sera-
da Camino a Babel en las ediciones populares que fomentaba la fina Quinteras escribió varios valses criollos), sino también a su
Municipalidad de Lima bajo el régimen de Alfonso Barrantes. abuela, Delia Castro, y a su bisabuela, Manuela Antonia Már-
El libro significó la difusión a nivel popular de una autora que, quez, una estirpe de mujeres periodistas, intelectuales, libre-
en ese entonces, comienzos de la dura década de los ochenta, pensadoras y, sobre todo, trabajadoras convencidas del valor de
empezaba a considerarse como una poeta “de culto” entre los la palabra.
poetas jóvenes y los estudiantes de literatura. Aunque en 1993 la editorial española Icaria había publicado
Desde finales de los años setenta y durante toda la década de una antología de poemas de Blanca Varela con prólogo de
los ochenta, Blanca Varela calló por muchos años. Su parque- Jonio Gonzáles, es apenas en 1998, con la antología publicada
dad poética se trastocó además en parquedad social: durante la por Visor, Como dios en la nada (1949-1998), que Blanca Varela
década de los setenta se dedicó trabajar como comentarista de ingresa al mundo editorial de España. Al año siguiente, bajo el
libros en revistas como Amaru y como crítica de cine bajo el sello valenciano Pre-Textos, se edita un nuevo poemario de
seudónimo Cosme en las páginas de La Prensa, sin participar Varela, Concierto animal, y en los albores del nuevo siglo, la edi-
activamente de la vida literaria limeña. A pesar de su opción torial catalana Galaxia Gutenberg-Círculo de Lectores lanza
clara por la huida del mundanal ruido de la ciudad letrada, hizo Donde todo termina abre las alas. Poesía reunida (1949-2000), que
algunas excepciones y saltó a la palestra limeña para participar reúne en un solo y hermoso volumen toda la producción poé-
en algunos recitales colectivos como el que organizara el recor- tica de Varela hasta la fecha, incluyendo el conjunto inédito El
dado poeta Cesáreo Martínez en el otrora Instituto Cultural falso teclado. Esta edición consta además de un esclarecedor
Peruano-Soviético. Fueron a su vez años de trabajo constante prólogo, “Blanca Varela: la poesía como conquista del silen-
como directora de la filial peruana del Fondo de Cultura Eco- cio”, de Adolfo Castañón, y con el singular epílogo “Hablo con
nómica y como presidenta de la sección peruana del pen Club. Blanca Varela”, a cargo del poeta español Antonio Gamoneda,
Es durante estos años que el crítico y poeta Edgar O’Hara donde éste establece una suerte de lectura dialogada con varios
publica una larga entrevista en la revista Debate así como un de los poemas emblemáticos de Varela.
poema-homenaje titulado “La diosa blanca de Barranco”. En la última década, la más bien parca producción de Vare-
Christine Graves, asimismo, defiende en 1979 en la Universi- la se ha visto ampliada con tres nuevos conjuntos, El libro de
dad de San Diego una de las primeras tesis dedicadas a la poé- barro, Concierto animal y El falso teclado, que nos muestran a una
tica vareliana titulada originalmente en inglés “La poesía de escritora en pleno dominio de sus recursos, ahondando, con el
Blanca Varela, un gesto de amor en la oscuridad: estudio críti- rigor verbal y la densidad conceptual que la caracterizan, en los
co y traducción de Luz de día y Canto villano”. que podrían considerarse los motivos centrales de su poética a
Durante estos años, y a pesar de la entrega de su poesía reu- partir de Ejercicios materiales: el cuerpo como espacio para la
nida Canto villano en edición del fce y de algunos poemas gestación (cuerpo materno) y el deterioro; la conciencia res-
“nuevos” que aparecieron como un bonus track de la edición de pecto a la contingencia del ser y la consecuente imprecación a
1986, Blanca Varela apenas volvió a publicar un libro comple- la divinidad (o a su ausencia); la muerte, incesantemente des-
to en 1993 bajo el sello de Jaime Campodónico. Se trata de un crita, enfrentada y hasta engalanada con una actitud despiada-
texto que, de alguna manera, significó un quiebre con su pro- damente lúcida y serenamente resignada a un tiempo.

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La obra de Varela obtuvo un importante reconocimiento al tado para esta ocasión— lo hemos tomado, valga la explica-
a
otorgársele en el año 2001, en México, el Premio Internacio- ción, de un poema de Varela incluido en su conjunto Valses y
nal de Poesía y Ensayo que lleva justamente el nombre de su otras falsas confesiones; pues nos pareció idóneo para resumir, en
amigo y mentor, Octavio Paz, en virtud de una trayectoria que, una imagen poética, varias cosas: en primer lugar, la parquedad
por su intensidad y su belleza, la coloca editorial y pública de la autora, su voca-
como una de las voces fundamentales de Camino a Babel significó la difusión ción por mantenerse oculta, cuando no
la lírica hispanoamericana contemporá- a nivel popular de una autora que, a distante, siempre al margen de grupos y
nea. Esta presencia no sólo imprescindi- comienzos de los años ochenta, etiquetas literarias; en segundo lugar,
ble sino incluso rectora en el ámbito empezaba a considerarse como una esta frase condensa la tremenda comple-
poético, se evidencia también en la par- poeta “de culto” entre los poetas jidad del universo poético de Varela, que
ticipación de Varela, al lado de los espa- jóvenes y los estudiantes de jamás le ofrece al lector claves evidentes
ñoles José Ángel Valente y Andrés Sán- literatura ni placenteras respuestas, sino que lo
chez Robayna, así como del uruguayo invita, con despiadada lucidez, a caminar
Eduardo Milán, en la configuración de Las ínsulas extrañas, sobre esa línea de mortal equilibrio que es su poesía, siempre
polémica antología publicada por Galaxia Gutenberg-Círculo áspera porque tierna, siempre discreta porque reveladora,
de Lectores en el año 2000, que constituye un muestrario esen- siempre descarnadamente sincera y sabia. Confiamos en que
cial de la poesía escrita en español en la segunda mitad del siglo los artículos reunidos en Nadie sabe mis cosas nos permitirán por
xx. fin conocer, o al menos indagar, intuir y señalar, algunos de los
El título de este artículo, como el del volumen que descri- enigmas fundamentales que sostienen la espléndida y singular
bimos al comienzo de estas líneas —cuyo prólogo hemos adap- escritura poética de Blanca Varela.

La palabra incandescente de César Moro


José Miguel Oviedo

Marginal por decisión propia, francófono por adopción y que Moro prefería actuar de manera clandestina, pero sobre
atormentado artista plástico por necesidad, César Moro todo porque la mayoría de lo poco que publicó en vida estaba
sigue siendo un misterio en la poesía peruana. En esta escrito en francés —lengua que adquirió y cultivó con un raro
breve semblanza, el fecundo y certero autor de cuatro virtuosismo—, quizá para aislarse más de un medio que detes-
personalísimos tomos de Historia de la literatura taba por su mediocridad e hipocresía. Cuando murió, sólo
hispanoamericana extrae la médula vital del surrealista había publicado en México y Lima tres libros o cuadernos de
más auténtico de la lírica de nuestro continente poesía en esa lengua. El hecho de que su obra francesa sea más
extensa que la escrita en nuestro idioma plantea una difícil
cuestión: ¿es Moro realmente un poeta hispanoamericano? ¿O
Para A. B. es un poeta francés que por casualidad nació en el Perú? Qui-
zás el dilema pueda resolverse diciendo que fue sobre todo un
Posiblemente la frase más famosa que escribió César Moro poeta surrealista, cuya verdadera patria era el lenguaje interna-
(seudónimo de Alfredo Quíspez Asín, nacido en 1903 y muer- cional de esa estética.
to en 1956) es el comienzo de la que usó para datar su último Moro vivió en un perpetuo exilio espiritual y lingüístico (a
poema escrito en español: “Lima la horrible, julio o agosto de lo que se sumó la marginalidad asociada a su homosexualidad),
1949”. Esta implacable condenación de la ciudad que lo vio aun en los años que pasó en Lima, entre sus productivas tem-
nacer ha quedado para siempre asociada poradas en París y México, antes de su
a Moro como expresión del angustioso Esa pasión era el arma terrible de un regreso definitivo. Los dos volúmenes
estado de aislamiento y rechazo en el insurrecto, de un santo enamorado por los que es conocido en nuestro
que vivió y en el que produjo una obra del demonio, de un francotirador ámbito son recopilaciones póstumas,
literaria y plástica que es, por varias que usó la poesía como un arma debidas a la devoción de André de su
razones, excepcional. Moro es una de envuelta en llamas: era una vía de amigo Coyné, que las publicó por pri-
esas extrañas y radiantes figuras que cru- salvación y destrucción, una ola de mera vez en Lima, en ediciones limita-
zan por la literatura como una estrella fuego en la que se inmolaba él das y hoy inhallables: los poemas de La
fugaz por el firmamento: pasan una sola mismo tortuga ecuestre y Los anteojos de azufre
vez y se incendian en su propia luz. (ambos de 1958), que reúne sus páginas
Fue, en verdad, un poeta incandescente, tanto por su acti- de ensayo, crítica y diatriba. Es un caso ejemplar de escritor
tud vital como por lo que escribió, pintó o dibujó. En su tiem- marginal o “extraterritorial”, para usar la expresión de Geor-
po, gran parte de su obra permaneció desconocida u “oculta”, ge Steiner, pues asumió del modo más absoluto y febril la mís-
como le habría gustado llamarla a André Breton: primero por- tica y los códigos verbales del surrealismo. Esa adhesión fue

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directa gracias a su viaje a París en 1925, donde vivió hasta
a
1933, es decir los años clave del movimiento, con el que entró Un amor absoluto
en contacto tras el cisma de 1929 y en cuyas actividades parti-
cipó intensamente. Tuvo amistad con Breton, colaboró en la
revista Le Surréalisme au Service de la Révolution y expuso en Ricardo González Vigil
galerías de París y Bruselas asociadas a esa corriente. En 1935,
ya de vuelta en Lima, encabeza una agresiva polémica contra Nuevamente Miguel Gutiérrez (Piura, 1940) nos entre-
Huidobro, que culmina al año siguiente con el feroz panfleto ga una novela excepcional que lo confirma como uno de
titulado Vicente Huidobro o el obispo embotellado, que firma con los narradores hispanoamericanos más formidables de las
Emilio Adolfo Westphalen y Rafael Méndez Dorich; el mismo últimas décadas: El mundo sin Xóchitl (Lima, fce, 2001).
año organiza la Primera Exposición Surrealista en América Dotado de un gran registro creador, versátil en temas y
Latina. En 1938, marcha en autoexilio a México, donde pasa- recursos, así como en niveles narrativos, desde el realista
ría diez años también muy activos. Allí se relaciona con el (dominante en El viejo saurio se retira y Hombres de cami-
grupo de los Contemporáneos (Xavier Villaurrutia, José nos) y el real-maravilloso (patente en La destrucción del
Gorostiza y otros), con la revista El Hijo Pródigo y escribe los reino) hasta el fantástico (Babel, el paraíso) y el de teoriza-
poemas de La tortuga ecuestre. Se reencuentra con Breton ción sobre una novela posible (Poderes secretos), Gutiérrez
durante el célebre viaje de éste a México en 1938 y colabora puede tener tramas de espesor totalizante: La violencia del
con él el pintor Wolfgang Paalen en la gran Exposición Inter- tiempo y, ahora, El mundo sin Xóchitl.
nacional del Surrealismo, de 1940, mientras sigue escribiendo El núcleo de esta novela es el amor incestuoso entre
poesía en francés, como lo prueban los poemas que redacta dos hermanos. Con acertada matización presenta varias
entre 1944 y 1946, a los que puso un título casi idéntico al de relaciones amorosas en las que participan el padre, la
uno de los poemas centrales de Octavio Paz: Pierre des soleils. madre, la primera esposa del padre, las mujeres que ama-
En 1944, disgustado por ciertas posiciones y estrategias adop- ron al padre sin conquistarlo, la negra Artemisa, el señor
tadas por Breton, se aparta del grupo surrealista y de su “orto- Dunbar, inclusive el gato Don Pascuale, etcétera; todas
doxia”, pero no renuncia a su espíritu y propuestas esenciales, ellas marcadas por la falta de correspondencia afectiva y
que sigue defendiendo con ardor radical, como puede verse en la incomprensión, cuando no la falsedad y el enmascara-
los textos que publica en la notable revista limeña Las Mora- miento. En contraste, los hermanos Xóchitl y Wenceslao
das, dirigida por Westphalen, y en los dibujos y collages que se aman y comprenden a cabalidad: las “afinidades elec-
dejó inéditos a su muerte. tivas” llevadas al grado máximo de “almas gemelas”
Aun si dejamos de lado su poesía francesa (ahora ya conoci- (Xóchitl lamenta no haber nacido junto con Wenceslao,
da en nuestra lengua) y nos concentramos en la recopilada en géminis), encarnando “el absoluto del amor que acaso,
La tortuga ecuestre, encontraremos razones suficientes para como soñaron ellos, sólo a los hermanos les es dado
declarar que Moro es uno de los más grandes y auténticos poe- merecer”. Entre los dos no hay barreras; las imponen las
tas surrealistas que Hispanoamérica haya producido. Al leerlo, convenciones sociales que ellos transgreden con astuta
lo primero que se advierte es que escribió en un estado de per- jovialidad pero trágicas consecuencias.
manente exaltación, que su alta pasión es explosiva e incle- A diferencia del sentimiento de culpa de los hermanos
mente en sus amores y sus odios. Esa pasión era el arma terri- incestuosos de Pedro Páramo de Rulfo y El sonido y la furia
ble de un insurrecto, de un santo enamorado del demonio, de (donde también hay un hermano tarado) de Faulkner, la
un francotirador que usó la poesía como un arma envuelta en pareja de El mundo sin Xóchitl, más erotizada (hasta sen-
llamas: era una vía de salvación y destrucción, una ola de fuego tir celos por cualquier persona, sin excluir a la madre
en la que se inmolaba él mismo. Fue un visionario y un intran- muerta) que la pareja incestuosa de El hombre sin atribu-
sigente, dispuesto a realizar a cualquier precio el sueño surre- tos de Musil, juzga que el amor no puede ser jamás algo
alista de hacer de esta vida algo distinto, algo verdaderamente malo, cuanto más si brota de la comunión integral entre
humano. El carácter combustible de su palabra deriva de su dos seres. No faltan alusiones al incesto en la mitología
lúcida conciencia del poder disidente que la poesía debe tener, griega, los héroes civilizadores (tipo Manco Cápac y
como un exasperado acto de legítima defensa. Mama Ocllo) y los linajes imperiales (incas, faraones,
El tema dominante (quizás el único) de toda su poesía es el etcétera). De otro lado, el odio al padre reconoce arque-
amor, que eleva la temperatura de sus imágenes y hace de ellas tipos en Edipo y en Electra (ésta en complicidad soterra-
deflagraciones o estallidos que dan origen a revelaciones des- damente incestuosa con Orestes, a quien gobierna como
lumbrantes “Con tu cabellera de centellas negras / Con tu Xóchitl a Wenceslao), y en Los hermanos Karamazov de
cuerpo rabioso e indomable / Con tu aliento de piedra húme- Dostoievksi.
da / Con tu cabeza de cristal / Con tus orejas de adormidera.” El marco social e histórico está retratado con intensi-
Lo notable es que estas formas del delirio no son difusas, sino dad y sutileza: una casona de terratenientes piuranos en
de una perturbadora precisión visual, cuya violencia transgre- decadencia, el esteticismo de la literatura de esos años
sora nos hace pensar en Buñuel o en Dalí: “una cabellera des- (Anatole France, Valle Inclán, etcétera), el sentimentalis-
nuda flameante en la noche al mediodía en el sitio en el que mo exacerbado de las óperas, las fascinación por la noche
invariablemente escupo cuando se aproxima el Angelus”. y lo prohibido, finalmente, el paisaje en sequía y la peste
Mundo erótico, maravilloso y alucinado el suyo, en el que cada fatal.
palabra parece escrita con la urgencia del que quiere escapar de Publicado en El Comercio, 20-ix-2001
una realidad hostil, asfixiante y despreciable.

número 419, noviembre 2005 la Gaceta 17

a
a
Sobre juguetes y tesoros
Víctor Manuel Mendiola

Hemos tomado estas líneas, literarios y académicos, podríamos atre- temente y como si escribir al margen o
atinadamente polémicas, vernos a pensar que están por escribirse contra ellos significara incurrir en un
del prólogo a La mitad del cuerpo las vicisitudes y el sentido y sin sentido error. Levantarse contra la poesía, con-
sonríe. Antología de poesía peruana de esta poesía. tra esa poesía, es un acto inadmisible que
contemporánea, cuya selección Hay muchas cosas que han sido acep- parece en el mejor de casos una bravata
y notas también estuvieron a cargo tadas sin oponer resistencia. juvenil y en el peor una vuelta al pasado,
del director de El Tucán de Virginia, El papel de la crítica ha sido legalizar, como si reconstruir el tiempo ido de una
una de las editoriales de poesía sobre todo en la segunda mitad del siglo escritura fuera imposible.
más persistentes y rigurosas de xx, una visión dominante, descifrando y La mayor parte de la crítica es una
nuestro país codificando un estilo aceptado; un estilo insistencia innecesaria en legitimar lo
que rompió con el modernismo, es que está muy bien legitimado; ya que el
i decir, con nuestro simbolismo, y que lector, especializado o no, ha asumido
representaba —con o sin manifiestos y como un orden de lectura los libros de
En las conversaciones menudas, siempre programas— un desgarramiento, un ata- los “fundadores” y los poetas continua-
me sorprende oír a los poetas peruanos que a los valores estéticos decimonóni- dores tiene como paradigma la escritura
o chilenos de las nuevas generaciones cos. De este modo, la reflexión se ocupó de éstos.
decir: “en América, la gran poesía —y sigue ocupándose— de reimpulsar Sin embargo, una de las razones fun-
moderna de nuestra lengua ha sido teóricamente lo que ocurría y ocurre en damentales del estado de postración de
escrita en Perú o en Chile. Jorge Luis la práctica: la poesía hispanoamericana actual pro-
Borges (1899-1986) no es un poeta, es 1] reafirmar el canon de la figuras viene del gesto petrificado, y convertido
un gran narrador; Octavio Paz (1914- fundamentales de la ruptura; en máscara ritual, de aquellos autores
1998) tampoco es un poeta, es un gran 2] insistir en los libros centrales de la originales. Esta postración se incubó en
ensayista.” Le rinden culto a los poetas nueva estética; ellos; ellos nos hicieron ir hacia un lugar
de su tierra, de su círculo mágico, para 3] redundar en lo que está bien y en intenso y prometedor, pero ahora nos
no rendirle culto a los poetas que están lo que está mal en la operación del dis- hacen ir hacia una extensión saturada de
fuera del originario espejo natal. Pero curso poético moderno; repeticiones e innecesaria. La poesía ha
cada quien se mira desde su vanidad. 4] igualar (para deshacerse de las llegado, como dicen de manera rebusca-
Para los poetas mexicanos, Octavio Paz diferencias incómodas) a autores disím- da algunos críticos, a un no lugar, a un
es un gran poeta como Jorge Luis Bor- bolos y hasta contradictorios, y sitio donde lectores y escritores están
ges. ¿Cómo ven los mexicanos a César 5] consolidar el orden de las prefe- como perdidos y no acaban de entender
Vallejo (1892-1938), Pablo Neruda rencias y las fobias. el sentido tanto de su lectura como de su
(1904-1973) y Vicente Huidobro (1893- escritura. En una parte de la poesía de
1948), o en otro contexto a José Lezama La poesía ha llegado a un sitio los fundadores podemos observar el
Lima (1910-1976)? Como referencias de donde lectores y escritores están vago estilo fantasioso dominante.
la poesía mexicana, es decir, los ven como perdidos y no acaban de Un estilo entre querer decir todo y
desde una arrogancia acotada y glotona. entender el sentido tanto de su no querer decir nada, entre liberar la
lectura como de su escritura. En una imaginación y soñar con un lenguaje
ii parte de la poesía de los fundadores imposible que no llega nunca, entre
podemos observar el vago estilo escapar del sentido y destruirlo ha trans-
En general podríamos decir que historia fantasioso dominante formado a la poesía en un “objeto, en un
de la lírica hispanoamericana del siglo artefacto verbal” que suena hueco y que
xx ya ha sido escrita casi por completo. No se trataba de conocer, sino de de hecho está vacío, bien vacío. El arte
La obra analítica de Guillermo Sucre y reconocer. La crítica ha jugado, en un de imaginación de estos autores que en
Saúl Yurkievich, o las historias literarias realismo inconfeso, a la teoría del refle- realidad era un arte de negación ha deja-
de José-Miguel Oviedo o de Gustav Sie- jo. Son muy raras las opiniones o los do de oponerse y, por tanto, ha cesado la
benmann, o las antologías poéticas de ensayos donde se pongan en cuestión libertad de las imágenes y de las pala-
Juan Gustavo Cobo Borda y Julio Orte- aspectos dudosos ya no digamos de las bras. Es claro que ya no es suficiente ilu-
ga, son una muestra de este trabajo de grandes figuras, de “los fundadores” — minar el despedazamiento del mundo o
entendimiento y memorización. Sin como los llamó Yurkievich—, sino de de la realidad con un discurso sobre lo
embargo, si nos atreviéramos a poner en sus epígonos. Se habla de Neruda, Hui- fragmentado y la proliferación a la
marcha una nueva suspicacia crítica, si dobro, Lezama y Vallejo, Paz y Borges o manera de Neruda o de Lezama; tampo-
lográramos liberarnos de la opinión de sus continuadores como si fueran co parece suficiente señalar el reblande-
establecida por la inercia de los intereses figuras que hay que incensar permanen- cimiento de las formas en la modernidad

18 la Gaceta número 419, noviembre 2005

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con la exaltación de una dislalia lírica en o la narrativa son el lenguaje de nuestro En esa perspectiva no sólo podríamos
a
el estilo del mejor poema de Huidobro; tiempo? ¿Para sobrevivir debe asumir la revalorar lo que una “crítica del cam-
ni es interesante sustraer lo lógico en un poesía valores distintos a los que la han bio”, pero consagratoria, nos exigió des-
ilogicismo como hizo Vallejo en la parte caracterizado? Quizá debemos dar dos valorar (por ejemplo, la importancia
más radical de su obra. Y tampoco satis- pasos hacia adelante o dos pasos hacia de lo no proliferante en Neruda, el
face oponer “lo no poético” a “lo poéti- atrás para mirar desde la negación de “modernismo” de Vallejo o el clasicismo
co”, como de alguna forma propuso la nuestro presente, para mirar con simpa- de Lezama), o ver ciertos libros y hechos
antipoesía con Nicanor Parra (1914). tía lo que fobias y manías heredadas nos literarios (Los heraldos negros, Mi Darío o
El cansancio que ha invadido a la hicieron rechazar. Quizá sólo baste con Canciones para cantar en los tranvías o el
poesía y el evidente desinterés que devolverle a la poesía lo que la propia fenómeno del grupo de Contemporáne-
muestra el lector común por este géne- poesía expulso de sí misma, es decir, os en México) como la prefiguración del
ro, como se puede ver en lo reducido de todo lo que volvía a un poema un posmodernismo, o colocar a la altura de
los tirajes de esta clase de libros, plantea poema: el verso, las fuerzas dramáticas, los fundadores a otros poetas (Roberto
varias preguntas: ¿El poema perdió su el cuento que canta, la arquitectura, la Juarroz [1925-1995], Ulalume González
fuente de energía original? ¿Está en convivencia de lo lógico con lo mágico y, de León [1934] o Severo Sarduy [1937-
peligro de extinción la poesía? ¿La prosa como dijo Darío, la música de las ideas. 1993]) menos venerados, pero con una
gran originalidad no sólo indiscutible
sino enorme. Asimismo, desde esta pers-
Puertas de la mente pectiva tal vez podríamos descubrir en
los poetas de fin o de principio de siglo
las voces que representan la vida nueva
Julio Ortega de la poesía y una contestación a una
escritura medio muerta. Y sobre todo,
Julio Ortega (Lima, 1942) publicó su primer libro de poemas cuando era tal vez podríamos de este modo encon-
estudiante del programa del doctorado de la Universidad Católica, en Lima. trarnos, más que con la idea de los poe-
De este reino (1964) fue recibido con interés por la crítica limeña, que tas, con los textos increíbles que han
saludó la reflexión interior de ese cuaderno. Rituales (1968) es el libro que sido escritos en los últimos años.
culmina esa etapa de exploración formal y vivencial; después de un largo
silencio, publica La vida emotiva (2000) y acaba de concluir otra serie, aún iii
inédita: Definiciones. Ortega pertenece a lo que se dio en conocer como la
Generación del 60, representada en la antología de Leónidas Cevallos Los El culto al Poeta y el culto a la Poética
nuevos (1966), caracterizada por su apertura a la exploración textual, no deja ver los poemas, no permite dis-
contemporaneidad y conciencia formal. Más conocido como crítico tinguir entre los malos poemas de poetas
literario, profesor universitario —es profesor de literatura latinoamericana “distinguidos” y los buenos poemas de
en la Brown University desde 1989— y divulgador activo de las nuevas poetas “no distinguidos”. Todavía más:
letras latinoamericanas, Ortega se considera un poeta reluctante pero fiel, tampoco nos deja mirar con claridad al
para quien la poesía sigue siendo, entre todos los géneros, el centro interior de la obra de un gran autor
creativo. (VVM) donde se desarrolla una dialéctica extra-
ña entre las composiciones “discutibles”
Ninguna palabra me basta y las “indiscutibles”, y donde ocurre un
De pie bajo el arco iris efecto insólito, pero esencial: el poema
Como un animal antiguo ante su padre dentro del poema y la poesía en segun-
Herido por la gratuita belleza dos. La veneración a la sombra del
Acuática y latente de la sangre Gigante uniformiza la lectura de com-
Que ilumina el círculo arcaico prensión. Todo es memorable porque es
De la boca, todo el vacío hechura del Gigante Perfecto. El lector
De que estamos hechos, tenue idolatra al autor no al poema. Asimismo,
Es el dios que baja juzgar un poema por su filiación a una
Con plumas de aire mojado especie de doctrina, esotérica o técnica,
Y flores de agua tierna pone de manifiesto que no importa la
Que bebo como el llanto forma ni el significado de la escritura,
De mi bautizo terrestre, mudo sino su correspondencia con un “arque-
Cuando ningún nombre basta tipo”. El culto a la poética es más enga-
Cuando a mi lado tú señalas ñoso que el culto a la personalidad. Bajo
La puerta instantánea el manto de la crítica se esconde una
Por donde pasamos de tu vida adoración revestida de análisis clínico. Si
A la mía, la apoteosis del poeta es una conducta de
Hijos de esta alegría lectores ingenuos deslumbrados, la fas-
Iridiscente cinación por la poética es un amanera-
miento de maestros o una estrategia de

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a
poetas que requieren de un discurso de poesía peruana que en la mexicana. En
a
apoyo para legitimar su “hermetismo” o esta última, el registro clásico tiene más
para hacer decir al poema lo que el gravedad. El efecto de sor Juana Inés de
poema no alcanza a decir por sí solo. El la Cruz, en particular de su poema Pri-
poeta es un crítico, pero es un crítico en mero sueño, es muy fuerte; se puede
el agua, es decir, en el poema. Cuando el observar con toda claridad en la poesía
gran poeta mexicano Ramón López de José Gorostiza (1901-1973), en la de
Velarde (1888-1921), al hablar de Leo- Octavio Paz y en la de Gabriel Zaid
poldo Lugones (1874-1938), dijo: (1934). Estos tres poetas escribieron
“Quien sea incapaz de tomarse el pulso poemas largos (Muerte sin fin, Piedra de
a sí mismo no pasará de bosquejar pro- sol y La fábula de Narciso y Ariadna) con
sas de pamplina y versos de cáscara”, una hechura compleja y con un alto
daba por sobreentendido que el pulso grado de formalización. Por otro lado, la
del poeta y del escritor está en sus letras, idea de que el texto fundador de Vallejo poesía mexicana tuvo que esperar a que
en sus sílabas, en sus líneas, en los signi- es Trilce. En cambio, nos damos cuenta se produjera la obra de Marco Antonio
ficados de sus poemas y de sus textos. de que Los heraldos negros, aceptando su Montes de Oca (1932) para que apare-
Por eso, López Velarde había afirmado: genio, es considerado como un libro ciera un poeta “sin lastres”, un poeta
“El sistema poético hase convertido en lleno de “reminiscencias”, prometedor moderno, “puro”, en la vena de Westp-
sistema crítico.” El culto a la personali- pero con un pie en el pasado; en segun- halen o de Humberto Díaz Casanueva
dad y el culto a la poética nos impiden do lugar, encontramos la certeza de que (1907). En tercer lugar, en la poesía
ver lo que ocurre fuera de la corriente, los poemas en francés de Moro y 5 peruana disminuyó la influencia de la
del estilo en boga y, sobre todo, de esa metros de poemas de Oquendo de Amat poesía francesa a partir de la generación
zona donde todo es coincidencia y com- son una aportación a la vanguardia (aquí de los sesenta; en cambio, en la lírica
plicidad. Poner a un lado el culto a la también podría incluirse a Xavier Abril mexicana hasta hace poco continuaba
personalidad y el culto clínico de “la [1905-1990]); en tercer lugar, hallamos siendo muy grande la influencia de Paul
poética” nos vuelve aptos para leer el la convicción de que en casi todos estos Valery, Guillaume Apollinaire, Saint-
poema. poetas la autonomía verbal y la imagina- John Perse, André Breton, Antonin
ción representan la mejor parte; en cuar- Artaud, etcétera, no obstante que desde
iv to lugar, corroboramos el rechazo casi muy temprano se tradujo en México The
programático al modernismo, y en quin- Waste Land y muchos poemas de la poe-
En el caso peruano, el canon de la to lugar, advertimos la sensación fuerte sía norteamericana. Y en cuarto lugar, el
modernidad, el orden de las figuras de de que la poesía peruana ocupa un lugar peso del habla ha sido menos fuerte en
culto, prácticamente nadie lo pone a dis- central en la poesía hispanoamericana. México que en Perú. Ya Xavier Villau-
cusión. La estética y los autores son una […] rrutia había señalado la tendencia culte-
referencia inevitable. De entrada nos La poesía peruana ha desarrollado en rana y formal de la poesía mexicana y su
topamos con la acción “verbal” de Valle- sus figuras más sobresalientes una poesía rechazo de la poesía popular.
jo o, como dijo José María Arguedas, de la imaginación suelta, con sorpresas Si la poesía peruana coincide en una
“en el principio era Vallejo”. Mito de pero sinuosa y vaga, que no esconde otra medida mayor con la chilena o la argen-
una nueva época. Inmediatamente des- cosa que efusiones sentimentales; pero tina, la mexicana tiene más semejanzas
pués se encuentran bajo el signo de los en la otra orilla ha creado una poesía con la cubana, sobre todo en la línea
poderes de la imaginación César Moro áspera, muchísimo más interesante, por- contenida de Eugenio Florit (1903-
(1904-1956), Carlos Oquendo de Amat que plantea un drama verdadero, pero al 1999) o Gastón Baquero (1918-1997),
(1905-1936), Martín Adán (1908-1985), mismo tiempo produce una especula- poetas de la revista Orígenes. La opera-
Emilio Adolfo Westphalen (1911-2001), ción, un reflejo mental, que nos pincha ción lírica que representa Martín Adán
Jorge Eduardo Eielson (1921), Javier cuando leemos. […] es un caso de excepción en la poesía
Sologuren (1922), Blanca Varela (1926) peruana (Carlos Germán Belli esta liga-
y Carlos Germán Belli (1927). Si vemos vii do con este gesto), pero esa misma ope-
las cosas desde el punto de vista de un ración en la poesía mexicana no es rara,
lector de poesía hispanoamericana, de La comparación de la poesía peruana ya que podemos encontrar a varios poe-
un lector ajeno a la vida literaria perua- con la poesía mexicana permite ver algu- tas muy importantes explorando las
na, descubrimos que a este grupo sólo se nas diferencias. En primer lugar, mien- posibilidades “modernas” de la tradi-
han integrado en los últimos tiempos tras la primera optó en general por el ción. Aunque La mano desasida contrasta
dos autores más: Antonio Cisneros camino de una modernidad más pura, en la obra de Adán, no representa su
(1942), con un lirismo llano y desmitifi- radical, la segunda tomó una dirección lado más interesante. Es muy probable
cador, cercano a la antipoesía, y Rodolfo más controlada, “híbrida”. En la poesía que en los próximos años los sonetos de
Hinostroza (1941), con un lenguaje en mexicana, la modernidad se equilibra La rosa de la espinela, Mi Darío y Diario de
dispersión, contestatario y colmado de con la tradición. En segundo lugar, el poeta brillarán cada vez más en la poesía
sentido. discurso de la imaginario (bajo la forma hispanoamericana.
En este canon ¿cuáles son los valores surrealista o incluso creacionista) domi- En los años sesenta, los poetas perua-
fundamentales? En primer lugar está la nó de una manera más pronunciada en la nos y los poetas mexicanos se empare-

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a
a
detenimiento

Juan Gonzalo Rose

El FCE publicó hace unos años el volumen póstumo Deseo que comprendas: no soy solamente el que te moja
Las nuevas comarcas, que lleva un prólogo de y te deja, el que te persigue y te rechaza sobre aullidos y
Mario Vargas Llosa e ilustraciones de Fernando almohadones, sino también el que fui, el que estuvo en las
de Szyszlo, las cuales hemos aprovechado para alegrar comarcas luminoso y manchado, el peregrino juvenil y
algunas páginas de esta edición andina de La Gaceta. apuesto cuya camisa despintaron por igual los excesos de
Miembro de la Generación del 50, Rose es dueño de las lunas y las furias de las colmenas volcadas en hoteles
una voz íntima y sincera, memoriosa, que fluye desapacibles; son otros los que en mí te tocan el ánfora del
lo mismo en la prosa que en el verso libre vientre, cuando el desmayo del placer y el vino de la tar-
día sensatez nos obliga a pensar en las semillas y en las
¿Ves a ése que cruza sobre un paquebote de colores, con la podas sangrientas; porque también los vástagos se sientan
camisa abierta, el Gran Lago de Nicaragua? Soy yo, antes en tu mesa para verte cómo cambias de colores a la hora
que tu pecho soportara mi cabeza de oso ensangrentado. del té.

¿Ves a aquél que en Mazatlán suspira ennegrecido, sin Y te digo todo esto, porque he venido acá para quedarme;
importarle las brillantes manzanas ribereñas, ni los rostros, porque eras tú lo que buscaba entre las colas de los navíos
ni el arpón de los cactus en las lomas surcadas por cintas de y entre las altas marañas del Darién. No soy de los que
violetas? Soy yo, esta ardilla feliz que se te escurre entre los esperan en las gradas de los atrios la picadura del amor;
brazos y las piernas hasta hacerte sonreír. menos aún cuando el esplendor de los anuncios había col-
mado las jarras de mi huerta y hasta el chasquido de los
¿Ves el gañán que tuvo en una misma noche de Mendoza dos pololos en las ventanas me azoraba de impaciencia el cora-
amores y un mate más caliente que el ron, mientras se iba zón. Hube de ir a buscarte; a rastrear tu huella de venado;
alejando el vaho de los trenes hacia el alba? También soy yo, el olor de tu cuerpo, con el cual el estío fermentaba los
el mismo que te espera bajo los portales de San Agustín, ciruelos de mi abuelo Samuel.
impaciente y poseído por un inexplicable aroma de jazmines.
Enciérrame. Protégeme. Y deténme. Deténme. Aquí,
¿Percibes los islotes de plátanos heridos echados a morir, ahora, todo es oscuro y silencioso. La sombra ha borrado
allá en la huelga bananera de Honduras 1955, entre mantas toda página. Apenas, doblegando los pétalos de vidrio,
de moscardones ebrios de azúcar y placer, cuando el sol y la penetran los rumores apagados de una luz callejera y la
firme voluntad de los hombres era toda la pureza de la tie- halagadora sospecha del otoño. Aquí, sólo nosotros.
rra? Allí estuve con Daniel que sostenía con su guitarra la Nosotros dos, en nuestra alcoba, mientras Lima tirita bajo
mandíbula de los amaneceres moribundos. Igual que ahora la neblina y un niño como yo, igual que yo, tal vez yo
te sostengo en el lecho de este cuarto, cuando cae tu espe- mismo, se echa al hombro sus versos y se escapa hacia el
ranza como un fardo temiblemente azul. mar.

jan. Podemos establecer una cierta Lizardo Cruzado son un ejemplo); la ciones mexicanas de varios de los “jóve-
correspondencia entre los poemas de nueva poesía mexicana, una elocuencia nes” y de la mayor parte de los grandes
Antonio Cisneros (1942) y los de José barroca (Gloria Gervitz [1946] o Coral poetas viejos del Perú (un caso notable
Emilio Pacheco (1939) y entre los de Bracho [1951]). Sin embargo, podemos es El más hermoso crepúsculo del mundo,
Rodolfo Hinostroza y los exabruptos ver en una y otra poesía el surgimiento antología de Martín Adán preparada por
eruditos de Gerardo Deniz (1934) y los de poemas diferentes. Poemas que lejos Jorge Aguilar Mora [1946] y publicada
desplantes vitales de Homero Aridjis de la armonía tradicional y que sin olvi- en el Fondo de Cultura Económica).
(1940) en poemas como “La tumba de dar las aportaciones de la vanguardia, Asimismo, en México se han editado
Filidor”. Sin embargo, en los años están creando una nueva lírica donde el antologías de la nueva lírica de ese país
siguientes vuelven a separarse. La poesía verso y la prosa, lo simultáneo y lo line- (El bosque de los huesos. Antología de la
peruana pasa del lenguaje coloquial a un al, la forma y el conteido, la “poesía del nueva poesía peruana de José Antonio
lenguaje más duro. Por el contrario, una lenguaje” y la “poesía de la experiencia” Mazzotti y Miguel Ángel Zapata en Edi-
buena parte de los poetas mexicanos se mezclan. Ése es el caso en Perú de ciones El Tucán de Virginia). Los poetas
profundizan en la imagen y en una Pimentel, Watanabe, Zapata y Di Paolo. mexicanos saben que la poesía peruana
estructura vaga y sinuosa creada a través guarda una originalidad que no acaba de
de versículos. La nueva poesía peruana viii ser revelada. ¿Los poetas peruanos
parece estar desarrollando un discurso advertirán que la poesía mexicana tam-
violento y antipoético (Carmen Ollé Los poetas mexicanos sienten una atrac- bién esconde, como dicen los colombia-
[1947], Roger Santiváñez [1956] o ción hacia la poesía peruana. Hay edi- nos, un juguete y un tesoro?

número 419, noviembre 2005 la Gaceta 21

a
a
Santa Rosa de Lima y la virgen de Guadalupe
Ramón Mujica Pinilla

Porque hay paralelismos notables, y idolatrías indígenas y convertir al Méxi- nova presididos por san Miguel Arcángel
por supuesto no pocas diferencias, co de los criollos en el nuevo pueblo ele- ¡con el estandarte de la virgen de Gua-
entre las principales enseñas religiosas gido. Los pensadores criollos vinculaban dalupe en la mano!
mexicana y peruana, hemos tomado su aparición con la profecía de Bartolo- Asimismo Rosa al nacer también es
este fragmento, aligerándolo del mé de Las Casas referente a la “transmi- concebida como la “Aurora de Indias”,
tupido aparato crítico que el lector gración” de la Iglesia a Indias. A su vez, un título mariano, y al morir es transfi-
interesado encontrará en el libro, de esta profecía era interpretada por gurada en la virgen imperial Astrea, la
Rosa Limensis: mística, política e muchos panegiristas guadalupanos a la Virgo in Sole, la inmaculada del criollis-
iconografía en torno a la patrona de luz del Apocalipsis nova de 1460 del bie- mo arequipeño que pone fin a la idola-
América, un vasto estudio histórico del naventurado beato franciscano Amadeo tría indígena. Una de las visiones de la
culto, la persona y la representación de Portugal (1431-1482). Tal como lo santa —la de Cristo como maestro de
de la santa limeña, ese símbolo advierte el teólogo jesuita murciano cantería que dirige un obraje de mujeres
fundamental del criollismo Andrés Serrano (1655-1711) en su obra laicas que cortan las piedras fundaciona-
Los siete príncipes de los angeles, validos del les de una nueva iglesia criolla— prefi-
Rey del Cielo, publicada en México en gura el cumplimiento de la profecía las-
Existe más de un paralelo entre el culto 1699 y en Bruselas en 1707, la escatolo- casista referente al traslado de la iglesia
guadalupano y el rosariano. El primero gía inmaculista del Apocalipsis nova fue a Indias. Esto daría pie a que el doctor
comienza por un indio en Tepeyac y es difundida desde finales del siglo xvii por Juan del Castillo, tan familiarizado con
prohibido por considerársele una devo- el doctor Alonso Alberto de Velasco, las ideas milenaristas de Joaquín de
ción sincrética que confunde a la diosa “Cvra de la Santa Iglesia Catedral Fiore y del Apocalipsis nova, viera en Rosa
indígena Tonantzin con la virgen María. Metropolitana de Mexico, Abogado, y “una muy gran figura del mismo Chris-
Pese a ello, esta veneración se converti- Consultor del Santo Oficio de la Inqui- to”. En sus visiones premonitorias del
rá en el símbolo acabado del nacionalis- sicion de esta Nueva-España”. En el Apocalipsis, Del Castillo asegura que la
mo mexicano. El segundo se inicia con templo de San Rafael, conocido como la santa cumplía una función redentora
el milagro de Rosa en su cuna revelado a capilla de la Santa Escuela, en San para la América toda. Ella era la flor
la criada indígena, aunque es la madre Miguel de Allende, México, se conserva profética que nacía de la vara de Jesé.
criolla de la santa quien corrobora que la un enorme lienzo fechado en 1780 y fir- Curiosamente, mientras que Guadalupe
niña tiene el rostro “trocado” y “echa mado por Juan Baltasar Gómez que se aparece en México “acompañada de
una Rosa muy linda y en medio de ella representa un antiguo retablo dedicado muchos espíritus celestiales, cuya musi-
yeva a las facciones de sus ojos, boca, a la “Beatissima Trinidad”, en el que ca armoniosa le pareció al Indio […] de
nariz y orejas”. Otra versión dada por figuraban los siete ángeles del Apocalipsis avecillas que cantaban con dulzura en la
María de Oliva en 1631 indica que el cumbre del cerrillo y que trajeron las
milagro se habría producido primero rosas”, tras la muerte de Rosa en el Perú,
ante la mama negra, lo que explicaría la santo Domingo también se le aparece al
temprana y duradera devoción de los médico rodeado “de un grandissimo
mandingas por la Rosa limeña. Pese a numero de paxaritos [cantores] como jil-
que la Inquisición limeña censuró el gueros [que] se convierten de repente en
temprano culto a sus reliquias, esta angelitos” que giran y danzan alrededor
devoción también articuló el incipiente del santo.
criollismo peruano. No por nada las En su tercera aparición, la virgen de
autoridades civiles y religiosas limeñas, y Guadalupe le ordena al indio Juan
el ayuntamiento de la ciudad de México Diego (1474-1548) que suba al cerro de
declaran respectivamente a santa Rosa Tepeyac y corte y recoja las flores que
patrona de Lima en 1669 y a la virgen de allí encontrase. Juan Diego llena su
Guadalupe patrona de la ciudad de tilma —capa de ayate— de rosas y se las
México en 1737 antes de que el pontífi- lleva al obispo franciscano Juan de
ce romano apruebe oficialmente sus Zumárraga. Al extender y abrir su
patronazgos y les conceda día festivo y manto, la imagen de la virgen y de las
misa propia (comunicación directa de rosas habían quedado milagrosamente
David A. Brading). impresas en su capa. Algunos sermones
Guadalupe se aparece como la mujer mexicanos del siglo xviii publicados por
del Apocalipsis con la Luna y el dragón David A. Brading interpretan este mila-
infernal bajo sus pies a fin de extirpar las gro como la nueva o segunda Encarna-

22 la Gaceta número 419, noviembre 2005

a
ción del Verbo: la capa de ayate de Juan anhelada bandera que, a socapa de la reli- dir a las diócesis circunvecinas y a los
a
Diego representaba a los indianos y la gión, podría representar sus más caros ayuntamientos de las ciudades cabeceras,
virgen al Verbo en la mente de Dios. A ideales. y autoridades de villas y pueblos, de las
Rosa también se le aparece la virgen del ¿Por qué los mexicanos tomaron como bondades del proyecto: unificar a toda la
Rosario y ésta le solicita que recoja las bandera a la “estrella del Perú”, cuando Nueva España y gobernación de Centro-
rosas que milagrosamente habían apare- en su propia tierra había tenido lugar la américa bajo un patrocinio titular.
cido sobre el suelo de su celda. El Niño portentosa, deslumbrante aparición de la
Jesús le pide que le entregue una de ellas Soberana de los Cielos en su advocación No debemos olvidar que, a finales del
y al recibirla nombra a esta santa como de Guadalupe? Hay que recordar que siglo xvii y durante el primer tercio del
su esposa predilecta. Algunos panegiris- este culto, que se convirtió en acabado xviii, la patrona principal del reino de
tas de Rosa interpretan este “desposorio Nueva España era Rosa de Santa María.
místico” como una segunda Encarna- Esta devoción también articuló el Y, para aquellos que no parecían saberlo,
ción del Verbo en la que ella suplanta al incipiente criollismo peruano. No en 1698 el dominico José Sarmiento
pueblo indiano. por nada las autoridades civiles y Sotomayor decidió recordárselo desde el
Por el rol simbólico de las rosas de religiosas limeñas, y el ayuntamiento púlpito de la catedral de la ciudad de
Castilla en las mariofanías guadalupa- de la ciudad de México, declaran México al resaltar los beneficios de este
nas, a finales del siglo xvii algunos ser- respectivamente a santa Rosa “patrocinio aplaudido, y coronado”:
mones españoles intentan demostrar patrona de Lima en 1669 y a la
que el culto a la virgen de Guadalupe es virgen de Guadalupe patrona de la Qual será la razon, compatriotas mios, de
más propio de España que de Indias, ciudad dé México en 1737 el porqué nuestra Indiana fragantissima
pero, tanto en México como en el Perú, Rosa sea el atractivo de las voluntades, el
la virgen y la santa serán descritas como símbolo de nuestra nacionalidad, fue per- imán de los cariños? […] Dime México
rosas criollas. Por otro lado, la rivalidad seguido y discutido durante muchos dormido en el letargo de tus culpas,
entre el patrocinio rosariano y el guada- años, de tal manera que a lo largo del xvii dime? Quien te hà librado de aquel azote
lupano en México se evidenció en algu- fue más conveniente exaltar el culto a de tres ramales, hambre, peste, y guerra,
nas obras histórico-panegíricas a la vir- santa Rosa, autorizado por la Santa Sede que empeçaba á descargar sobre ti la jus-
gen del Tepeyac como en el Escudo de […] tissima mano de Dios. Quien te libró? no
Armas de México (1746) que Cayetano de A pesar de que el culto guadalupano fue lo sabes porque se te occulta. Pues sabè-
Cabrera y Quintero escribiera a solici- siempre en aumento, el xvii intuitiva- te, que Rosa anda ai escondida, como
tud de Juan Antonio de Vizarrón y mente prefirió volcarse en el culto rosis- Patrona desde Reyno […] Dime? Quien
Eguiarreta, arzobispo de México (1730- ta. Nadie podría censurar el encendido sosegò aquel incendio, que todavia vive
1747) y virrey de Nueva España (1734- entusiasmo que despertó su devoción. Su en las ceniças de esse tu Real Palacio, y en
1740). Cabrera cita la afirmación que imagen pobló los altares, apareció en el las memorias de essa tu plaça? Quien lo
hace el jesuita Cristóbal de Miralles exterior de los templos y se fundaron apagó? No lo sabes, porque se te occulta.
sobre santa Rosa cuando la llama segun- conventos bajo esta advocación. Pues despierta, y sabéte, que tu Patrona
da imagen o lienzo de Guadalupe pero, Rosa se arrojó á tanta hoguera, mejor,
para argumentar que si bien el milagro No nos toca aquí polemizar sobre el ori- que Mario, para defender á Roma.
de la rosa en la cuna duró poco tiempo, gen del criollismo novohispano, que
tras más de 200 años las rosas de Guada- tanto tomó de la literatura criolla virrei- No se trataba de un caso aislado. La
lupe seguían impresas en el ayate de nal peruana, ni probar la notable unani- carga criollista de esta figura tutelar de
Juan Diego. midad de sentimiento criollo que her- México continuaba en aumento hacia
Este piadoso antagonismo entre manó a México y al Perú en las primeras 1736. Para corroborarlo no hay sino que
ambos cultos era explicable. Antes de décadas del siglo xvii. Estamos de acuer- leer la oración panegírica a santa Rosa
que Guadalupe se convirtiese en el do con Vargas Lugo en que la cristaliza- que en ese año predicó fray Diego
emblema nacional mexicano por exce- ción del patrocinio guadalupano en el Maguette de León durante la celebra-
lencia, Rosa fue el blasón y la bandera México del siglo xviii requirió que se ción anual que realizaba el convento de
del criollismo novohispano. Elisa Vargas unificaran ideales políticos y religiosos Santo Domingo de Guzmán en la ciu-
Lugo comenta: en pugna. En un estudio medular sobre dad de México durante “la primera
el caso del patronato guadalupano de Dominica de Septiembre dedicada á las
Al parecer fue en México en donde la 1746, Jaime Cuadriello reconoce que: rosas del Santissimo Rosario”. “Santo
personalidad de la santa cobró el más alto Thomas Apostol”, decía, “vino á tomar
significado social y político que se podía No fue tarea fácil para los promotores posession en nombre de su Maestro
conceder en aquellas circunstancias. criollos hacer cumplir su promesa de soberano [Cristo Rey] de todo este
Posiblemente […] se inició en Nueva extender el patronato guadalupano a todo Americano Reyno”, entregándole a los
España lo que podría llamarse un culto el reino septentrional, tanto porque no naturales “el riquissimo thesoro de su
político. El criollo novohispano, cuya había el precedente de una figura jurídica doctrina”. Rosa, como primera flor ame-
naturaleza se encontraba en conflicto diseñada para ese efecto local como por la ricana, era un jeroglífico de la virgen del
ontológico desde sus orígenes y más des- resistencia que opusieron algunas voces Rosario, y ambas estaban tan identifica-
pierto políticamente que el criollo perua- discordantes con tal idea […]. La cláusu- das que se hacía difícil pensar en una sin
no, encontró en la imagen de Rosa la la [de la jura] los comprometía a persua- la otra: “Es Rosa el Rosario de Santa

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a
Maria, y Santa Maria del Rosario, Rosa dominica— y llegó a la ciudad de Méxi- con plumas y carcaj servía de metáfora
a
de Santa Maria”. El patrocinio de Rosa co el 7 de marzo de 1668. El anuncio para representar a las Américas. Por
sobre el Nuevo Mundo estaba cifrado en oficial de su culto lo hizo el corregidor ello, si estos aparecen vinculados con la
las Sagradas Escrituras. Al igual que Diego de Salcedo Maldonado y Espejo iconografía rosariana es por su significa-
otros autores novohispanos, fray Diego el 1 de marzo de 1671 al publicarse do alegórico, religioso o político. Un
recurre a un símil frecuente en la litera- solemnemente su bula de beatificación. lienzo pintado para el templo del Real
tura rosariana para darle un inesperado Y, aunque en 1670 los dominicos de Convento de Santo Domingo en
giro criollista: Rosa es el pequeño grano Oaxaca ya le habían celebrado fiestas, la Madrid muestra cómo cambia esta
de mostaza que, según la parábola evan- bibliografía mexicana rosariana data representación tras la beatificación de
gélica, se convierte en aquel frondoso fundamentalmente de finales del siglo Rosa. Allí figuraba Clemente IX entro-
árbol —imagen del Paraíso— en cuyas xvii, de la que las obras del dominico nizado y asistido por dos cardenales.
ramas anidan y descansan las aves del Pedro del Portillo (1670), del oaxaqueño
Cielo que buscan protección. Pero, Pedro de Arjona (1670) y del padre Juan Y rendida a sus pies la poderosa America,
¿cuáles eran las tierras más aptas del Contreras Martínez (1728) son los en su color natural, no desnuda como en
orbe para la siembra y el crecimiento de ejemplos más sobresalientes. su Barbarismo, vestida si de vna tunica
este árbol divino?, preguntaba Maguette El criollismo dominico de Lima data blanca, listas de oro, en señal de la pure-
de León. Y respondía: las fértiles tierras de finales del siglo xvi. Por haber sido za de su Fé, que recibiò en el Bautismo;
americanas habitadas por indios cobri- esta la provincia más antigua, más rica y depuesto su antiguo penacho de plumas,
zos que vivían bajo un sol de “perpetua la que más frailes tenía en el virreinato, quebrado el arco, y flecha de su gentili-
primavera” eran literalmente el nuevo era de esperarse que surgieran aquí, dad, y coronada de rosas por blason de
“Paraíso terrenal”. El singular patroci- como ha puntualizado Bernard Lavallé, sus triunfos: recibia humilde de Nuestro
nio de Rosa sobre Nueva España estaba guerras y rivalidades intestinas entre los Santo Padre la Bula de Beatificacion de
en la imagen profética de las aves que dominicos americanos e hispanos. […] su Primogenita Rosa, y colmadas bendi-
buscaban refugio en el árbol del mosta- ciones de su diestra mano, ofreciendo en
zo. Según escrituristas eruditos, estas Es cierto que la máxima expresión del obsequio del beneficio perpetuos rendi-
personificaban a “unos hombres, â quie- criollismo novohispano de fines del siglo mientos a la Romana Iglesia nuestra
nes adornò [la] naturaleza de altos, y ele- xvii fue la representación del “desposo- Santa, y mejor Madre.
vados ingenios”, pudiéndose inferir que rio místico” de la virgen indiana. Pero
estábamos ante una alusión clara y no puede alegarse que el culto político a Otras composiciones virreinales perua-
directa al hombre americano. “En lo Rosa se origina en México simplemente nas vinculadas al tema del “desposorio
racional”, y ya desde niño, este aventaja- porque existen iconografías de este tópi- místico” modificaron los grabados euro-
ba y excedía a los habitantes de “las tres co en el que los artistas novohispanos peos al introducir figuras de indios con-
partes del mundo”. Y retaba a los incré- introducen la figura de “un fornido, versos o de caciques donantes. Un caso
dulos a que verificaran su tesis en la pra- cobrizo indígena semidesnudo, con ilustrativo lo encontramos en el conven-
xis. Era sencillo constatarlo, pues para penacho de plumas y carcaj” sostenien- to cusqueño de Santa Teresa de Jesús: el
ello sólo se requería vivir en la sociedad do un escudo con la M de México, tal pintor copia fielmente un grabado
novohispana. “Y si no”, polemizaba como puede verse en el relieve que publicado en Roma en 1670 de Francis-
Maguette de León, remata la portada de la iglesia de San co Collignon y le añade retratos de
Jerónimo de Aculco. Los panegiristas indios orantes como si éstos fuesen los
registrad essas Illustres Universidades de criollos de Rosa veneraron, se apropia- testigos oculares de una visión milagro-
Mexico deposito de las sciencias todas, ron y mexicanizaron a su “santa paisana” sa de la santa. Uno de los cuatro lienzos
emporio de la sabiduria. Frequentad sin negarle su lugar de origen. Así se pintados en 1668 por el maestro toscano
essos lucidos teatros, publicas palestras explican otras variantes mexicanas del Lázaro Baldi para la basílica de San
en donde se vee exgrimir con tanta des- mismo tema, como el lienzo anónimo Pedro en Roma tipificaba a la
tresa los agudos brillantes filos del discur- del siglo xvii conservado en la iglesia de
so […] Atended â las Cathedras, y vereis Santo Domingo en Puebla, donde el Beata Rosa [que], entre flores, tenia a
regentearlas â Niños tan Maestros, que à Niño Jesús se desposa con Rosa en pre- Iesus Niño en los braços, y en los claros
no empezar â saber desde la cuna, ó tie- sencia de Dios Padre y de la paloma del de vna nube aparecían dos Angeles, que la
nen ciencia infusa, ô les faltó tiempo para Espíritu Santo —la Trinidad—, mien- coronauan con vna guirnalda de Rosas.
aprender tanto. tras la misma personificación del indio Arrodilladas a sus pies se representauan,
americano muestra en su escudo los sím- muy a lo natural de su trage, y facciones
Pese a la sistemática exaltación criollista bolos emblemáticos de la Ciudad de los las Naciones del Perú, y sus Prouincias
rosariana novohispana, Vargas Lugo Reyes. circunuezinas.
comete un error interpretativo. El culto ¿Qué sentido tendría para los criollos
político a santa Rosa no se origina en mexicanos hacer uso de la divisa limense La Rosa coronada de Indias encarnaba
México, sino en el Perú, donde Isabel si no fuera en alusión a la capital de los el triunfo de la iglesia sobre la idolatría
Flores de Oliva nació. Recordemos que reinos del Perú desde la que se irradió su indígena y su “desposorio místico” esce-
la noticia de su beatificación fue enviada culto? En la pintura europea del periodo nificaba la exaltación espiritual, el nuevo
desde Roma por fray Juan Bautista de de los Austrias la iconografía estereoti- rol redentor y predestinado, de las razas
Marinis —“maestro general” de la orden pada del indio americano semidesnudo americanas.

24 la Gaceta número 419, noviembre 2005

a
a
Gobernar es saber
Édgar Montiel

Empieza a circular, gracias a la filial en Esta insurrección armada fue la primera Podríamos preguntarnos por qué este
Lima del FCE, una obra que busca en Sudamérica (1780), encabezada por libro atrajo tan ilustres lectores y qué
“formar hombres y mujeres de estado el sector nacionalista de la nobleza inca, enseñanzas podría dejarnos hoy en
para la nación” peruana, aunque que con la derrota de España no se pro- materia de gobierno. En el libro quinto
buena parte de sus ideas pueden ponía “restablecer el incanato”, sino eri- de los Comentarios se puede encontrar
extenderse a otras latitudes. En estos gir una entidad soberana y unitaria.4 una instructiva información sobre cómo
fragmentos, que se remontan al Inca Algunos años después, en plena eferves- se repartían y labraban las tierras, sobre
Garcilaso para descubrir cualidades de cencia emancipatoria, Francisco de el pago de los tributos, las leyes y orde-
la sociedad incaica, se apela a una Miranda, Simón Bolívar y su maestro nanzas en favor de los súbditos, sobre las
utopía que sirva de guía a los Simón Rodríguez se informaron en sus modalidades de participación social en la
ciudadanos de hoy, estragados por la páginas de las grandezas del Perú anti- vida productiva. Era la práctica de la
globalización y sus crueldades guo. Una de las primeras iniciativas de reciprocidad la que estructuraba el tejido
San Martín fue promover la publicación social.
El proyecto nacional de los Comentarios reales. En Europa fue La viabilidad de la sociedad inca resi-
surge de la historia uno de los libros más traducidos e influ- día en la vigorosa y ordenada estructura
yó notoriamente en la renovación del cooperativa. El éxito que alcanzaron en
El libro de referencia del Perú contem- pensamiento político de los siglos xvii y la agricultura, la ganadería, la tecnología
poráneo es, sin duda, los Comentarios xviii. Entre sus lectores encontramos a o la ingeniería civil, se debió a la avanza-
reales, del Inca Garcilaso. Es la primera Campanella, Bacon, Morelly, Montes- da organización social. La realización de
versión moderna de la historia peruana quieu, Rousseau, Raynal, Voltaire, grandes obras, como el tendido de
desde el mestizaje. Para historiar el Diderot, Jefferson, entre muchos otros.5 carreteras, suscitó la admiración de los
naciente proceso de “mezcla de ambas españoles. Pedro Cieza de León, el
naciones” nadie mejor que un hijo de Príncipe de los Cronistas, testimonia:
noble cusqueña y de capitán español. La tiel, en diciembre de 1777. El libro se men- “Una de las cosas que yo más admiré,
palabra ancestral adoptó con la conquis- ciona en la solicitud de autorización para el contemplando y notando las cosas de
transporte de objetos personales de Tupac
ta la forma escrita, nuevo logos ordenador este reino, fue pensar cómo y de qué
Amaru de Lima a la Provincia de Tinta (Real
que surgió entre nosotros tanto para manera se pudieron hacer caminos tan
Aduana del Cuzco, legajo 162, cuaderno 18).
explicar el pasado como para transmitir- 4 Sobre el nacionalismo inca, véase S. grandes y soberbios como por él vemos
lo “a los tiempos venideros, que es cuan- O’Phelan Godoy, “De Tupac Amaru a Tupac
do más sirven las historias”.1 Hubo aquí Catari”, Archivos de Historia Andina 20,
un esfuerzo por entender el pasado, para Cuzco, 1995. miroir de l´altérité”, Diogène, núm. 159,
que sirviera a la construcción del futuro: 5 Édgar Montiel, “Amérique-Europe: le París, 1992.
el “proyecto de nación” surgiría así natu-
ralmente de las entrañas de la historia.
Los Comentarios, dice Porras Barre-
nechea, constituyen la “síntesis original
y airosa de este sorprendente connubio
histórico. Con ellos nace espiritualmen-
te el Perú.”2 Su mensaje atravesó los
tiempos y tuvo preclaros destinatarios.
El rebelde Tupac Amaru II hizo del libro
“la Biblia secreta de la revolución”.3

1 La edición utilizada para este ensayo fue


Comentarios reales, en dos tomos, con prólo-
go, edición y cronología de Aurelio Miró
Quesada, Caracas, 1976.
2 Del prólogo de Raúl Porras Barrene-

chea a la selección de capítulos de los Comen-


tarios publicada en Recuerdos de infancia y
juventud, Lima, 1957.
3 Tupac Amaru II leyó la edición de 1723,

que le entregó en Lima Miguel Surco Mon-

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a
y qué fuerzas de hombres bastaran a los cumbres, quebradas, precipicios, ríos,
a
carestías. El Inca Garcilaso muestra ade-
hacer y con qué herramientas o instru- selvas, glaciares, constituyéndose en más que en el incanato no había un sis-
mentos pudieron allanar los montes y únicos en el mundo. El cronista resuelve tema económico basado en la usura:
quebrantar las peñas; para hacerlos tan el enigma con el siguiente argumento: “todos universalmente sembraban lo
anchos y buenos como están.”6 “si no fuese con la orden tan grande que que había menester para sustentar sus
Dejemos que estas preguntas, que para ello los Inca mandaron que hobie- casas, y así no tenían necesidad de ven-
resultan de gran interés para nosotros, se”. En esos mismos años Michel de der sus bastimentos ni de encarecerlos,
sean resueltas por el propio cronista Montaigne los comparaba con “las gran- ni saben que cosa es carestía”.
español: “Me parece que si el Empera- des obras hechas por Grecia, Roma y Nos recuerda Garcilaso también una
dor [de España, Carlos V] quisiese man- Egipto”. Los puentes colgantes, la cons- verdad rotunda que ha atravesado los
dar hacer otro camino real, como el que trucción de andenes en zonas abruptas, siglos: “en todo Perú hay gran falta de
va de Quito a Cuzco o sale del Cuzco el sistema de regadío por cochas, la agri- tierras de pan”. Un problema de estruc-
para ir a Chile, ciertamente creo, con cultura y el pastoreo a más de 3 mil turas no resuelto hasta hoy. Si las tierras
todo su poder para ello no fuese podero- metros de altura, la acumulación de ali- son pocas y mal cultivadas, el hambre
so ni fuerzas de hombres le pudiesen mentos en los tambos, la construcción asediará el país, corroerá a la nación. Y
hazer si no fuese con la orden tan gran- de ciudades ciclópeas como Cusco o esto ha ocurrido en diferentes momen-
de que para ello los Incas mandaron que Machu Picchu, fueron posibles gracias a tos de nuestra historia. Las característi-
hobiese.”7 Los caminos que aquí se des- una esmerada participación social. cas de la geografía, una dimensión perma-
criben, conocidos como “Qhapac Ñan”, La intensa vida asociativa permitió nente del Perú, fueron consideradas
tenían más de 5 mil km y atravesaban también a la sociedad inca cumplir con determinantes en la organización y pla-
sus deberes más elementales: alimentar nificación de la sociedad inca. Los incas
6 Pedro de Cieza de León, El señorío de los de forma adecuada a todos sus habitan- eran plenamente conscientes de la vasta
incas, edición de Manuel Ballesteros, tes, vestir con decoro y sin ostentación, geografía, múltiple y accidentada, que
Madrid, 1985. tener una economía tanto doméstica posee nuestro país, de modo que idearon
7 Idem. como de escala, autosuficiente y sin (“la necesidad… aviva los entendimien-

Atagualpa Inga fue preso lla manera andaban turbados. Luego tornaron a correr otra
vez y corrían más contentos y decían a Santa María buena
y despojado de su reinado seña, a señor Santiago buena seña, y así tuvieron buena seña de
comenzarle la batalla y hacerle guerra contra Atagualpa Inga,
y así llegó a su hermano don Francisco Pizarro y dijeron los
Felipe Guaman Poma de Ayala caballeros: albricias hermanos míos ya yo tengo convencidos y
espantados a los indios, será Dios servido que le comencemos
No es fácil clasificar la Nueva corónica y buen gobierno, el la batalla; por todos se espantaron y dejaron en tierra a su rey
vívido relato de las glorias incas, y mucho menos al y cada uno echaron a huir, buena seña, buena seña.
enigmático Guaman Poma, “personaje especial, bilingüe,
puente entre mundos diversos y hasta opuestos en aquel Don Francisco Pizarro y don Diego de Almagro y fray Vicen-
entonces, lector, escribano, litigante, escritor y te de la orden del señor San Francisco [sic], cómo Atagualpa
dibujante”, según el retrato que de él hace Franklin Inga desde los baños se fue a la ciudad y corte de Cajamarca y
Pease en el prólogo a los tres tomos que él mismo llegado con su Majestad y cercado de sus capitanes, con mucho
preparó. Tomamos aquí fragmento e ilustración de un más gente doblado de cien mil indios, en la ciudad de Caja-
momento cúspide del encuentro entre conquistadores e marca, en la plaza pública, en el medio en su trono y asiento,
incas gradas que tiene, se llama usno, se asentó Atagualpa Inga; y
luego comenzó don Francisco Pizarro y don Diego de Alma-
Hernando Pizarro y Sebastián de Balcázar [Benalcázar]; de gro a decirle con la lengua Felipe indio guancavilca, le dijo que
como estuvo el dicho Atagualpa Inga en los baños allá fue- era mensajero y embajador de un gran señor y que fuese su
ron estos dos dichos caballeros encima de dos caballos muy amigo que sólo a eso venía; respondió muy atentamente lo que
furiosos, enjaezados y armados, y llevaban muchos cascabe- decía don Francisco Pizarro y lo dice el lengua Felipe indio;
les y penachos, y los dichos caballeros armados empuntan responde el Inga con una magestad y dijo que será la verdad
[de punta en] blanco comenzaron a apretar las piernas, que tan lejo tierra venían por mensaje, que lo creía, que será
corrieron muy furiamente, que fue deshaciéndose y lleva- gran señor pero no tenía que hacer amistad que también que
ban mucho ruido de cascabeles; dicen que aquello le espan- era él gran señor en su reino. Después de esta respuesta entra
tó al Inga y a los indios que estaban en los dichos baños de con la suya fray Vicente llevando en la mano derecha una cruz
Cajamarca, y como vido nunca vista con el espanto cayó en y en la izquierda el breviario, y le dice al dicho Atagualpa Inga
tierra el dicho Atagualpa Inga de encima de las andas, como que también es embajador y mensajero de otro señor muy
corrió para ellos, y toda su gente quedaron espantados, grande, amigo de Dios, y que fuese su amigo y que adorase la
asombrados, cada uno se echaron a huir porque tan gran crus, creyese el evangelio de Dios y que no adorase en nada,
animal corría, y encima unos hombres nunca vista; de aque- que todo lo demás era cosa de burla. Responde Atagualpa

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a
tos”, dice Garcilaso) formas originales Se puede decir que el trabajo esmerado na? Así como en el pasado se afrontaban
a
para ampliar el espacio cultivado y era la verdad del imperio inca. Vivir con creatividad las adversidades del
arrancar frutos a las tierras agrestes. Tal fuera de él era vivir en el error. medio geográfico y las dificultades pro-
es el caso de los andenes, los cultivos de pias de su horizonte histórico, única
camellones, las chacras hundidas, el El desarrollo como movilización manera de apreciar el grado de desarro-
regadío por cochas, etcétera.8 Al cons- de las energías creadoras llo de una comunidad, ¿cómo hacer hoy
truir diques, el estadista Pachacutek para vencer los complejos desafíos de
pedía que “ninguna gota de agua caiga al Los proyectos de transformación nuestro tiempo?
mar”, y se castigaba, “con el pago de la mediante intervenciones sucesivas y El Perú oficial no ha retenido las
vida” si era necesario, la depredación de limitadas [del gobierno] son relativamente enseñanzas esenciales de la historia. La
la fauna terrestre y marítima. fáciles de apreciar, pues ellos tratan sobre precaria elite política ignora las grandes
La única posibilidad de prosperar en un asunto o sobre una institución a la vez, encrucijadas del país y no hemos logrado
esta clase de territorios era recurriendo a como por ejemplo, la seguridad social, los resolver ninguno de los problemas
la intervención organizada de la colecti- tribunales de arbitraje, una política de estructurales que nos afligen en el plano
vidad, para preparar el terreno, roturar y lucha contra la recesión, la enseñanza, etc. económico, social, educativo o científico.
sembrar en espacios tan adversos. El Así los errores cometidos son corregibles y el ¿Cómo aprovechar esa cultura del
dilema era cultivar o perecer. Trabajar programa tiene más posibilidades de ser trabajo y de la vida asociativa que se ins-
de forma organizada era la única opción. realizado democráticamente, gracias a un criben en el itinerario de la vida perua-
llamado a la razón na? En términos estratégicos esto signifi-
caría “saber contar sus propias fuerzas”.
8 Latecnología en el mundo andino. Runaku- Karl Popper, La sociedad abierta y sus Recuérdese que “saber” no es innato, es
nap kawsayninkupaq rurasqankunaqa, selec- enemigos (1979) algo que se aprende con la historia, la
ción de Heather Lechtman y Ana María educación y la capacitación. Rescatar
Sodi, prólogo de John Murra, México, ¿Qué filosofía de vida se puede extraer de este mensaje hoy en día resulta de suma
unam, 1981. la etapa fundadora de la historia perua- importancia, cuando las desigualdades

dicho evangelio el libro, y dijo Atagualpa: dámelo a mí el libro


para que me lo diga, y así se lo dio y lo tomó en las manos,
comenzó a hojear las hojas del dicho libro, y dice el dicho
Inga: que cómo no me lo dice ni me habla a mí el dicho libro,
hablando con grande magestad, asentado en su trono, y lo
echó el dicho libro de las manos el dicho Inga Atagualpa.

Cómo fray Vicente dio voces y dijo: ¡Aquí caballeros, con


estos indios gentiles son contra nuestra fe! Y don Francisco
Pizarro y don Diego de Almagro de la suya dieron voces y
dijo: ¡Salgan caballeros estos infieles que son contra nuestra
cristiandad y de nuestro emperador y rey, demos en ellos! Y
así luego comenzaron los caballeros y dispararon sus arcabu-
ces y dieron la escaramuza, y los soldados a matar indios como
hormigas, y de espanto de arcabuces y ruido de cascabeles y
de las armas, y de ver primer hombre jamás visto, de estar
lleno de indios la plaza de Cajamarca se derribó las paredes
del cerco de la plaza de Cajamarca y se mataron entre ellos;
de apretarse y pizalle y tronesalle los caballos murieron
mucha gente de indios que no se pudo contar. De la banda de
los españoles murió cinco personas de su voluntad por [que]
ningún indio se atrevió de espanto asombrado, dicen que tam-
bién estaba dentro de los indios muerto los dichos cinco espa-
ñoles deben de andar tonteando como indio, deben de tron-
pezalle los dichos caballos. Y así sí le prendió don Francisco
Pizarro y don Diego de Almagro al dicho Atagualpa Inga, de
su trono le llevó sin herirle y estaba preso con prisiones y
guarda de españoles junto del capitán don Francisco Pizarro;
Inga, dice que no tiene que adorar a nadie sino al sol que quedó muy triste y desconsolado y desposeído de su magestad
nunca muere, ni sus guacas y dioses, también tienen en su ley, asentado en el suelo quitado su trono y reino. […]
aquello guardaba; y preguntó el dicho Inga a fray Vicente
quién se lo había dicho, responde fray Vicente que le había Cómo le prendieron, y estando preso Atagualpa Inga, estan-

número 419, noviembre 2005 la Gaceta 27

a
se han profundizado en el mundo, los que crecer económicamente no es en guiente pasa por una estrategia de desa-
a
términos de la competencia internacio- muchos casos equivalente a desarrollar- rrollo que produzca a la larga la mejora
nal son más drásticos que nunca y el nos como nación. Consideramos desa- real de la calidad de vida de nuestra
potencial de recursos de la nación ha rrollo no sólo el incremento de indicado- población. El concepto calidad de vida se
disminuido en buena parte a causa de res cuantitativos de la economía (lo cual emplea para denotar un conjunto de rea-
que muchas empresas estratégicas se haría equivalente este término a un lidades en la cuales se desarrolla un ser
remataron a intereses privados. El mero crecimiento económico), sino humano. Éstas abarcan tanto los ámbi-
Nuevo Orden Tribal, como se llama hoy también en su impacto social, reflejado tos económicos, políticos, somáticos,
a la globalización del mundo, no respeta necesariamente en una mejora de la cali- psicológicos o geográficos. La diversi-
soberanías, quiebra países, estados, dad de vida de la población. La definición dad de elementos que conforman el con-
naciones, etnias, religiones, doctrinas, primera de desarrollo —es necesario tenido de este término hace que sea en
partidos, sindicatos, familias, individuos. recordarlo— es la movilización de los extremo difícil o incluso paradójica su
Es decir, tiende a desestructurar rauda- propios recursos humanos y naturales de medición, pues toda aproximación de
mente todo a su paso para reconcentrar un país. No se puede vivir ilusionados en este tipo tendería a cuantificar elemen-
el poder económico, político y militar la “inversión extranjera”. La coopera- tos dispersos que en su conjunto forman
en los más fuertes. ción externa debe venir como comple- un todo cualitativo. Este término sin
Incluso si se postula que el Perú mento de los esfuerzos nacionales. embargo adquiere para nosotros gran
puede alcanzar un crecimiento econó- Resulta poco serio hablar de una “estra- importancia debido a que con ello evita-
mico sostenido, posibilidad real si se tegia” de desarrollo que dependa princi- ríamos reducir el bienestar —como ha
considera los factores exógenos que pre- palmente de factores externos cuyo sido mencionado líneas antes— a indica-
senta la actual coyuntura mundial (como manejo está fuera de nuestro alcance. tivos meramente económicos como el
son el crecimiento de las economías Hay que valorar debidamente el poten- pib o de “calidad física” como la tasa de
asiáticas ávidas de materias primas). cial local y saber movilizar con sentido mortalidad infantil o la tasa de alfabeti-
¿Esto aseguraría también un verdadero estratégico los recursos endógenos zación de un país. Éste es el caso de los
desarrollo del país? Tendemos a olvidar El crecimiento económico por consi- informes presentados por el Overseas

cancha y de Uanacauri, muchos millones de oro y plata que


no se puede contar, porque sólo Curicancha [tenía] toda las
paredes y la cubirtura y suelo y las ventanas cuajado de oro.
Dicen que las personas que entran dentro con el rayo de
oro parece difunto en el color del oro, y del Inga Atagual-
pa y de todos sus capitanes y de señores principales de este
reino, y las dichas andas de oro y plata que pesaban más de
veinte mil marcos de oro fino el tablón de las dichas andas
y veinte mil marcos de plata fina, un millón y trescientos y
veinte y seis mil escudos de oro finísimo. Así mismo les
quitó sus servicios hasta quitarle su mujer legítima, la coya;
y como se vio tan mal tratamiento y daño y robo tuvo muy
gran pena y tristeza en su corazón, y lloró y no comió,
como vido llorar a la señora coya, lloró, y de su parte hubo
grandes llantos en la ciudad de los indios […]

De cómo había pronunciado un auto y sentencia don Fran-


cisco Pizarro a cortalle la cabeza a Atagualpa Inga, no quiso
firmar don Diego de Almagro ni los demás la dicha senten-
cia, porque daba toda la riqueza de oro y plata y lo senten-
ció; todos dijeron que lo despachase al emperador preso,
para que allá restituyese toda la riqueza de este reino.
Atagualpa Inga fue degollado y sentenciado, y le mandó
cortar la cabeza don Francisco Pizarro, y le notificó con
una lengua, indio Felipe natural de Guancabilca; este dicho
lengua le informó mal a don Francisco Pizarro. Y los demás
no les gusto la dicha sentencia, y no le dio a entender la jus-
ticia que pedía y merced Atagualpa Inga por tener enamo-
rado de la coya, mujer legítima, y así fue causa que le mata-
do preso le robaron toda su hacienda don Francisco Pizarro y sen y le cortasen la cabeza a Atagualpa Inga. Y murió már-
don Diego de Almagro y todos los demás soldados y españo- tir, cristianísimamentem, en la ciudad de Cajamarca acabó
les, y lo tomaron toda la riqueza del templo del sol y de Cori- su vida.

28 la Gaceta número 419, noviembre 2005

a
Development Council que fueron publi-
a
cados hasta el año 1990. Un problema
central de éstos era que sólo reflejaban
aspectos económicos o físicos. Tratando
de encontrar una aproximación más
justa y completa al problema, Naciones
Unidas ha publicado a partir de esa
fecha un indicador de desarrollo huma-
no (idh). El indicador de la onu es más
completo que el informe anterior en
tanto que aborda diferentes puntos
como la esperanza de vida al nacer, la
tasa de alfabetización o el ingreso de la
población comparado con el pib de un
país o región. A pesar de las claras mejo-
ras que presenta el idh, sin embargo no
llega a reflejar el amplio espectro de ele-
mentos cuantitativos y cualitativos que 1] Poder vivir, en la medida de lo posi- como participante y protagonista podrá
refleja la calidad de vida. Este indicador ble, una vida humana completa luchar eficazmente contra la pobreza, las
es de utilidad sobre todo como referen- hasta el final (ejemplo de esto sería enfermedades, la ignorancia. Para ven-
cia de la falta de equidad en el reparto de el poder evitar una muerte prematu- cer los graves problemas del país se
la riqueza de una nación. ra). deben estimular las fuerzas creativas de la
Amartya Sen ha señalado, en su teo- 2] Poder gozar de buena salud, de una sociedad, promover múltiples modalida-
ría de la distribución de las capacidades,9 la alimentación y una vivienda adecua- des de intervención social, facilitadas
importancia central de “expandir” las da y el poder desplazarse de un lugar por leyes que fomenten la vida asociati-
diferentes potencialidades que posee el a otro. va en todos los campos de la vida huma-
ser humano. La expansión de estas capa- 3] Poder evitar todo dolor inútil y na. Fomentar, por ejemplo, en el campo
cidades no tienen un sustento meramen- poder conocer la experiencia del de la producción la economía social, para
te económico, pues puede darse el caso placer. que se complemente con los otros secto-
de que existan dos personas que presen- 4] Poder utilizar nuestros cinco senti- res (esta experiencia la llevan con éxito
ten una igualdad de orden económico dos; poder imaginar, pensar y razo- los estados del sur de Brasil, con un
(igual cantidad de ingresos, por ejemplo) nar. notable fomento del empleo). Debemos
pero que persistan entre ellas otros tipos 5] Poder tener una concepción del fomentar una intensa vida asociativa en
de desigualdad que frenan su desarrollo bien y poder planificar de forma crí- todos los ámbitos de la sociedad y no úni-
pleno como seres humanos (la noción de tica nuestra propia vida. camente en la activad política o económi-
Sen es muy cercana a la de Aristóteles). 6] Poder vivir en relación con nuestro ca, pues caeríamos de nuevo en un
Ejemplo de esto son las diferencias de entorno ecológico (plantas, anima- reduccionismo empobrecedor. Una vida
acceso a la información o a los bienes les, mundo de la naturaleza). Poder asociativa que interactúe fluidamente
culturales por género, edad, origen étni- mostrar preocupación por el medio con las instituciones y que permita la
co o conformación física (en el caso, por ambiente. expansión de las capacidades del indivi-
ejemplo, de las personas que presentan 7] Poder reír, jugar y tener acceso a duo, a través de asociaciones para la edu-
algún grado de minusvalía). Es parte del actividades recreativas.10 cación, el deporte, el arte, la recreación,
rol del estado la promoción de políticas A 16 años del bicentenario de la inde- la salud, la innovación tecnológica, la
que permitirían eliminar todo lo que pendencia, para darle destino al país creatividad productiva, el turismo, la
frena el desarrollo de estos modos de necesitamos un proyecto de nación, un actividad científica, las asociaciones de
funcionamiento humanos fundamenta- propósito de vida en común como lo consumidores, de género o de identidad
les. La filósofa norteamericana Martha definía Jorge Basadre, esa alegría de sexual. Es decir que el Mundo de la
Nussbaum, cercana a las ideas de Sen, vivir juntos unidos por el parentesco de Vida, tan diverso en sus expresiones y
propone una lista de estos modos o la nacionalidad. Es necesario activar la apetencias, se enriquezca por el inter-
capacidades. Nótese que cada una de energía social de las grandes mayorías cambio múltiple y creativo de los ciuda-
estas capacidades comienzan con el para sacar adelante los programas loca- danos. Hay que tener presente que el
verbo poder, pues está dentro de la posi- les o nacionales referentes al empleo, la hombre no sólo es economicus sino tam-
bilidad del individuo el llevarlas a cabo economía, la educación, la salud, el cre- bién faber, politicus, eroticus y ludens. El
(o incluso el dejarlas de lado). Mencio- cimiento económico. Movilizar las fuer- hombre es una totalidad y todo intento
nemos sólo aquellas que son relevantes zas de la sociedad civil, que al asumirse de fracturarlo es una tentación totalita-
para el presente trabajo: ria. Esta superación de la inmovilidad, de
la rigidez que se impone a la sociedad,
10 Martha C. Nussbaum, “Aristotelian mediante la participación social, es ya un
9Amartya Sen, L’économie est une science Social Democracy”, en A. Sen, L’économie indicio de desarrollo y de autorrealiza-
morale, La Découverte, París, 2003. est une science morale, op. cit. ción colectiva.

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a
a
La lectura perpetua
Javier García-Galiano

Hace 40 años se publicó en la justamente prestigiada sus libros puede tomar la forma de una aventura literaria por-
Serie del Volador Farabeuf, o La crónica de un instante, que con frecuencia no aparecen en los anaqueles que debían
la perturbadora e inagotable novela de Salvador Elizondo. contenerlos. Durante un tiempo, en el fichero de la Biblioteca
En este artículo con el que La Gaceta rinde tributo a esa Nacional, bajo su nombre sólo se consignaban El hipogeo secre-
obra, uno de los más certeros analistas de la prosa de to, una tesis de licenciatura acerca de alguna cuestión econó-
Elizondo confiesa su devoción y desconcierto por un libro mica y Narda o el verano. El autor de la tesis era su padre, un
que, en sintonía con la tortura china que figura en sus empresario y productor de cine y uno de los dueños del Hotel
páginas, puede ser cortado en cien trozos y seguir vivo Reforma, donde estaba el Cicero’s y en el cual se vestía Manuel
Rodríguez Manolete cuando toreaba en la ciudad de México. El
recorrido compulsivo por distintas librerías como El Ágora, en
Todo libro puede ser un hallazgo que a veces se revela en una Insurgentes, cuyo café frecuentaba Juan Rulfo; El Juglar, que
lectura distraída, en un nombre, en las peculiaridades de un se encontraba en las postrimerías de avenida Revolución;
volumen. Su encuentro no siempre obedece a una búsqueda y Hamburgo, que se ubicaba donde Insurgentes separa la colo-
suele parecer fortuito, aunque, como lo sostiene un antiguo nia Juárez; la Madero, que todavía es un gusto visitar a un lado
adagio, “el libro y la mujer llegan inexorablemente”. de la Casa de los Azulejos, o las librerías de viejo del centro de
Un título aludido en las páginas de un escrito o hallado la ciudad, deparaba sorpresas y conocimientos extraños como
entre las fichas de una biblioteca como Diccionario de la conver- que había un escritor que se llamaba Carlos Elizondo, con cuya
sación y la lectura, se convierte en ocasiones en una sugerencia obra era inevitable toparse en la búsqueda de la de otro, o
o en una incitación que invita a imaginar su contenido. Otros, como que un libro no sólo puede obtenerse en un librería y que
como la Enciclopedia Británica o la Anatomía de la melancolía su poseedor con frecuencia ignora su verdadero valor.
de Robert Burton, se han vuelto menos una referencia que un Cada libro hallado puede convertirse en un incitación que
juego literario porque parecen otorgarle algo de imaginaria deriva en un culto íntimo. Suelen aparecer primero El hipogeo
certeza al texto en el que se les menciona. Una cita casual, un secreto, en el cual el acto mismo de la escritura, entre otras
comentario de sobremesa o de cantina pueden hacer que se cosas, encierra la trama, y El retrato de Zoe y otras mentiras o El
conozca la existencia de un libro como una complicidad mítica grafógrafo, en los que las obsesiones que se van volviendo fami-
que deviene en la búsqueda obsesiva del tomo anhelado, la cual liares para el lector, adquieren a veces la manera del sentido del
con frecuencia deriva en un recorrido infinito por anaqueles humor que suele prevalecer en la obra de Elizondo. Ese des-
sórdidos, por librerías ignotas, por mercados callejeros, por cubrimiento personal podía ocurrir también en el periódico
bibliotecas improbables, por bodegones, por trastiendas, por Excélsior o en El Nacional, o en revistas como la Revista de la
azares repetidos. Universidad, Plural o Vuelta, en cuyas páginas publicaba textos
Esa revelación no siempre se comprende de inmediato, aun- que se convirtieron en libros como Contextos, Camera lucida o
que no resulta extraño que el nombre Estanquillo, o que El Equilibrista editara
del libro escuchado por primera vez Cada lectura que se hace de en un cuaderno azul con una tipografía
importe la sospecha de una incitación. Farabeuf depara efectos precisa un relato admirable: Elsinore, en
La disposición a la lectura de ese escrito, insospechados, fascinaciones el que la memoria se transforma en
que puede volverse determinante, ya ineludibles y complicidades escritura y la escritura es una obsesión
supone un destino. Sin embargo, una perpetuas. No se trata de una novela que adopta un sentido natural. Queda-
obra, como El lobo estepario de Hermann ni de “la crónica de un instante” ban, sin embargo, volúmenes imposi-
Hesse (“sólo para locos”), que parece sino de la práctica pura de la bles, algunos de los cuales podían consi-
decisiva, en ocasiones termina reducién- escritura, que ha suscitado muchas derarse secretos como sus poemas, su
dose al recuerdo vago de las expectativas suposiciones, explicaciones y teorías monografía sobre Luchino Visconti o su
de una época personal. Otras, como la autobiografía, que fue reeditada por
de Galdós, como la de Shakespeare, como eso que llamamos Aldus con el epíteto de “precoz” y que ha devenido en inven-
“El Quijote”, que se creían farragosas o un mero aconteci- ciones legendarias.
miento en los manuales de historia de la literatura, suelen des- Pero quizá en el principio se halla Farabeuf. Publicado en
cubrirse en algún momento como esenciales. Muy pocos escri- noviembre de 1965 en la Serie del Volador de la editorial Joa-
tores, como Kafka, como Dostoyevski, como Conrad, como quín Mortiz, que en ese tiempo se encontraba en el número 33
Borges, como Eliseo Diego, se convierten en un talismán ínti- de la calle de Guaymas, interior uno, en un volumen diseñado
mo, en una lectura persistente a la que, según Luis Miguel por Vicente Rojo, ese libro sigue produciendo la extrañeza y el
Aguilar, se acude como a un oráculo en el que siempre se ocul- azoro que causó en ese tiempo. Cada lectura que se hace de él
ta un asombro placentero. Para mí, Salvador Elizondo ha sido depara efectos insospechados, fascinaciones ineludibles y com-
uno de ellos. plicidades perpetuas. No se trata de una novela ni de “la cró-
A pesar de que se han publicado en diversas ediciones, hallar nica de un instante”, como quiso su editor, sino de la práctica

30 la Gaceta número 419, noviembre 2005

a
pura de la escritura, que ha suscitado a preguntar un fotógrafo, pues le doy
a
muchas suposiciones, explicaciones y una explicación de orden fotográfico,
teorías. porque ya han pasado tantos años que ya
En 1991, Elizondo le confesó a tengo la explicación de orden fotográfi-
Miguel Ángel Quemáin que cuando lo co también, la de literatura o la pura-
publicó intentó explicárselo, “aunque no mente psicoanalítica, metafísica o,
es fácil explicar teóricamente la propia según… sinológica, histórica, geográfi-
producción en el momento mismo en ca… de todo. Pero lo más importante es
que se genera, es una limitación de la lectura del libro.”
época, diría. Las teorías las descubre Entre lo mucho que puede sugerir
uno a posteriori. Desde hace 25 años Farabeuf, además de la escritura, se
tengo interesados en saber de Farabeuf, encuentra una historia que sucede en la
y es gente de diferentes disciplinas: memoria. No se trata de una mera evo-
gente que estudia lingüística, fotografía, cación narrada como un recuerdo, como
todas las materias de que trata Farabeuf: la relación de unos hechos transcurridos
especialistas en chino, cinematografis- en el pasado, sino del proceso mismo de
tas… Ya la vendí una vez para que hicie- la evocación, la manera en la cual unas
ran una película, cosa que es imposible. cuantas impresiones aparecen y se entre-
Y cada vez que vienen pues les doy una explicación que se me cruzan, modificándose, y en la cual la aparición de una imagen
ocurre en el momento. Porque nunca he pensado ese libro detenida incita a la presencia de otra, que hubiera podido sos-
como un sistema específico de aproximación a la literatura. Ni pecharse mínima, y que acaso modifica el sentido de la prime-
tampoco copié sistemas, estaba más o menos influido por mis ra, creando asimismo la complicidad que suelen suscitar las
lecturas, por las películas que veía, claro, alguna influencia se remembranzas compartidas.
transmite. Pero de eso a que haya tenido una teoría especial, El principio de esa evocación puede ser una imagen cual-
pues no. Era verter, más o menos de acuerdo a un sistema muy quiera, que surge de pronto en la memoria como, por ejemplo,
general de hilación, impresiones, para que se empezara a for- el sonido de tres monedas en el hueco de la mano en el
mar un montaje…, pero ahora ya le estoy empezando a dar momento en el que el doctor Farabeuf traspasa el umbral de
otra explicación que se me está ocurriendo en este momento. una casa, que puede ubicarse en el 3 rue de l’Odéon, o el des-
Me veo obligado a darle una explicación adecuada al interés de lizamiento de una tabla pequeña sobre otra mayor, en la que
cada quien. Les doy gusto y me adecuo a su interés. Si me viene está inscrito el alfabeto y las palabras “sí” y “no”: la ouija, la

Farabeuf, o La crónica de un instante vidrio empañado. Hubieras deseado descifrarlo, lo sé. Pero el
significado de esa palabra es una emoción incomprensible e
indescifrable. Nada más que una sensación a la que las palabras
Salvador Elizondo le son insuficientes. Tienes que embriagarte de vacío: estás
ante un hecho extremo. Tu cuerpo se queda solo en medio de
Inicio del capítulo VII, acaso el más severo de todos por esta muchedumbre que viene a presenciar el fin de un hombre
las revelaciones y retratos que ahí se presentan, estas y sólo tú participarás del rito, de la purificación que el testi-
palabras son una apretada síntesis de los temas, los monio de su sangre realizará en tu mente. Recordarás enton-
personajes, la lógica de la novela cuyas cuatro décadas ces esa palabra única que has olvidado y de cuyo recuerdo
festejamos. Sirva este fragmento como nexo con nuevas súbito pende la realización de tu vida; conocerás el sentido de
generaciones de lectores un instante dentro del que queda inscrito el significado de tu
muerte que es el significado de tu goce. Aprende; la contem-
Fíjate bien, son cosas que de tan ciertas sólo pueden ser plación del suplicio es una disciplina y una enseñanza. Mira
olvidadas. Tienes que concentrarte hasta que tu propia voz cómo todos acuden con humildad, cómo se van aglomerando
sea capaz de proferir la respuesta que buscas. No te impor- poco a poco en torno a la estaca. Sólo los verdugos emiten
te la lluvia. Parece rocío sobre tu pelo. Después, cuando sonidos agudísimos mientras se afanan disponiendo y apres-
volvamos a la casa te cambiarás de ropa o te envolverás en tando sus instrumentos de trabajo, probando con la fuerza de
esa bata de seda blanca que en la penumbra, cuando te tien- sus brazos la resistencia de las ligaduras, cerciorándose con las
des sobre la cama, te da la apariencia de un cadáver. Pero yemas de sus dedos del filo de las cuchillas, flexionando las
ahora está atenta. No quieras cerrar los ojos cuando los ver- hojas de las pequeñas sierras para conocer el grado de su tem-
dugos gesticulen en torno a su cuerpo desnudo. Tienes que ple. Guardan junto a la estaca una jaula con palomas. Cada una
tomar estas cosas con toda naturalidad, después de todo se de ellas lleva sobre el lomo un chao-tsé. Cuando vuela este ins-
trata de una especie de rito exótico y todo es cuestión de trumento produce un silbido extremadamente agudo. Llegado
costumbre. ¿Te sientes desfallecer? —No, el suplicio es una el momento las soltarán para ahuyentar a los buitres y salva-
forma de escritura. Asistes a la dramatización de un ideo- guardar la carroña del supliciado para que sirva de espectácu-
grama; aquí se representa un signo y la muerte no es sino un lo a quienes han participado en el sacrificio presenciando la
conjunto de líneas que tú, en el olvido, trazaste sobre un ceremonia. Esas palomas son carnívoras y se nutren de babo-

número 419, noviembre 2005 la Gaceta 31

a
cual incita a la recreación de un reflejo en un espejo mancha- tche’é, que se reproduce entre las páginas 140 y 141 de ese volu-
a
do, a la de unos instrumentos quirúrgicos en una mesa con men fascinante que algunos consideran una novela, en la que
cubierta de mármol, la de un libro que alguien dejó olvidado no sólo en el título se alude a un texto de cirugía que por ello
en esa casa, en cuyo interior se encontraron dos cartas, “Aspects se ha vuelto una curiosidad literaria: el Précis de manuel opéra-
médicaux de la torture chinoise… Précis sur la Psychologie… no, toire del doctor Louis Hubert Farabeuf. Salvador Elizondo ha
Phisiologie… y luego decía algo así como: reseignements pris sur mencionado asimismo otro tratado, en el que puede ocultarse
place a Pékin pendant la révolte des Chinois en 1900… el autor era un juego, una ironía y una certeza: Psycopathia sexualis. Estudio
H. L. Farabeuf… avec Planches et photographies hors texte”, del médico legal para uso de médicos y juristas del doctor v. Krafft-
cual los literatos hacen un uso inapropiado, la de una foto Ebbing, antiguo profesor de psiquiatría de la Universidad de
guardada al azar entre las páginas del Viena, el cual parece una invención lite-
libro, que reproduce la tortura china lla- Entre lo mucho que puede sugerir raria, una provocación cómplice, uno de
mada Leng-tche’é, la de una estrella de Farabeuf se encuentra una historia esos apócrifos que se idean como un
mar… El orden de esas imágenes no que sucede en la memoria. No se juego libresco y que incitan a imaginar
importa, pero en su evocación van pro- trata de una mera evocación narrada su composición. Sin embargo, el libro
duciendo distintas impresiones. como un recuerdo, como la relación existe y Elizondo asegura haberlo leído
Farabeuf de Salvador Elizondo puede de unos hechos transcurridos en el con un interés peculiar. Existe asimismo
ser asimismo la invocación de esas evo- pasado, sino del proceso mismo de el estudio del sinólogo Ernest F. Feno-
caciones obsesivas y por eso su escritura la evocación, la manera en la cual llosa acerca de los caracteres de la escri-
resulta fundamental, en la cual se ponen unas cuantas impresiones aparecen y tura china, que tradujo Elizondo y en el
en práctica los principios del montaje se entrecruzan que se describen los principios de los
para que esas imágenes recurrentes cam- ideogramas, los cuales, como los del
bien constantemente de sentido. Sin embargo, quizá todo el montaje cinematográfico, se aplicaron en la concepción de
libro esté contenido en un sólo símbolo dibujado en el cristal Farabeuf. Aunque puedan inducir a diversas conjeturas y acaso
empañado de una ventana. instigaron sugerentemente a su autor, esos libros son converti-
Cada libro suele contener otros libros que acaso lo deter- dos en el texto en una parte más de la trama que acaso propi-
minaron, en los que se le supone contenido y en los que se pre- ciaron.
tende rastrear su origen. Entre aquellos a los cuales remite Cuando se habla de Farabeuf, con frecuencia se alude a un
Farabeuf, se menciona con frecuencia Las lágrimas de Eros de rito, a una ceremonia, a una iniciación secreta, tratando de des-
Georges Bataille, que llevaba José de la Colina en alguna fun- cifrar su contenido. Esa iniciación quizá se limita a la literatu-
ción del cine club del ifal, pero del cual en realidad a Elizon- ra misma, por lo cual uno de esos ritos que representa ese libro
do sólo le interesó la foto del tormento chino llamado Leng- infinito consiste en su lectura permanente.

sas. Mira a ese hombre que ahora las está alimentando. Las tra la estaca, haciéndose cada vez más rígida en su actitud de
devoran con gran avidez. La civilización milenaria de este pue- desafío y de entrega a la vez, con los hombros doblados
blo ha sabido aunar a la perfección las manifestaciones de su hacia atrás por la tensión de las ligaduras y el cuello alarga-
religión y de su justicia con la utilidad práctica. Las babosas do hacia adelante; con los ojos abiertos, abiertos más allá del
infestan los arrozales devorando los brotes tiernos. Estas gen- dolor y de la muerte. Una mirada que nada puede apagar;
tes han enseñado a las palomas a devorarlas. ¿Piensas acaso que como pudiera mirarse uno mismo en el momento del orgas-
eres la víctima de una alucinación? Tal vez. Pero ten en cuen- mo. Pero esa luz todo lo oculta. Es como mira el tigre o la
ta que se trata de una alucinación cuyo contenido, cuyas imá- mirada del opiómano. Sí, acaso una fuerte dosis de opio
genes pueden matarte. Si no fuera por eso no estaríamos aquí. antes de esta muerte, antes de esta fascinación definitiva de
Cuántas veces lo repites: “¡una imagen fotográfica!” ¿Basta con todos los sentidos, y la sangre se vuelve más cálida y fluye
repetirlo sin llegar jamás a creerlo? “Las mujeres no somos más lentamente, tan lentamente que el filo de la cuchilla es
capaces de comprender la esencia del suplicio.” Estas palabras incapaz de hacer brotar un borbotón violento sino que el
no sirven para escapar. La vida de las mujeres es una sucesión torso distendido contra el cielo nublado se va cebreando
de instantes congelados. “¿Me amas?” ¿Es ésta la pregunta que lentamente y las estrías negras sólo convergen, por el páli-
en tu mente me dirigías cuando de pronto te detuviste después do cauce de las ingles, en las comisuras del sexo y de allí
de alejarte de mí corriendo junto a las olas? ¡Cómo saberlo si gotean como clepsidras, más lentas que su corazón cuyos
cuando me lo preguntabas eras otra! Y tenías en la mano una latidos se pueden escuchar desde lejos, saliendo de la heri-
estrella de mar que te dio asco. La arrojaste a las olas cuando da. Así sangran los cadáveres: por gravedad, con esa lentitud
tuviste ese presentimiento de la imagen que ahora se realiza. se va deletreando la palabra que la tortura escribió sobre el
Hélo allí. Poco a poco lo despojan de sus ropas y su cuerpo se rostro que has imaginado ser el tuyo en el momento de tu
yergue en una desnudez de carne infinitamente bella e infini- muerte: con esa lentitud torpe de ouija. Y tú estás fija allí y
tamente virgen. ¿Acaso hubieras sido capaz de imaginar esta yo te miro mirarme fijamente. Pretendes descubrir mi sig-
escena tal y como está sucediendo ahora? ¿Cómo retenerla nificado y te horroriza la sangre que mana de mi cuerpo y a
para siempre ante los ojos? Todo se vacía. No queda nada de la vez te fascina porque en su contemplación crees redimir-
nosotros mismos y esa ausencia de todo nos embriaga. No va te. No alcanza la distancia que hay entre tú y yo para con-
quedando más que esa forma, concretándose lentamente con- tener este grito diminuto de la muerte…

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