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Con el hundimiento del Imperio romano en su parte occidental diversos pueblos bárbaros
entraron en Hispania sin resistencia a partir del 409: fueron los suevos, vándalos y alanos. Los
vándalos, que formaban dos ramas, pasaron a África atacando esos territorios del Imperio.
Para controlar esta situación el Imperio romano convirtió a los visigodos en federados y los
autorizó a asentarse en el sur de la Galia y controlar los territorios de Hispania.
Entre el 416 y el 476 los visigodos expulsaron a vándalos y alanos. A los suevos los relegaron a
Galicia. El reino visigodo se extendía entre los ríos Loira y Tajo, pero sin embargo, en el año
507 fueron derrotados en Vouillé por los francos que los expulsaron de la Galia. Sólo
conservaron una franja en la costa mediterránea, perdiendo su capital Tolouse que la
cambiaron por Toledo.
Poco a poco se fueron romanizando: adoptaron el latín y el cristianismo.
La monarquía visigoda fue unificando la Península Ibérica. Leovigildo (572-586) de religión
cristiana arriana y su hijo Recaredo (586-601) católico, expulsaron a los bizantinos que se
habían instalado en el levante intentando reconstruir el Imperio romano. También vencieron a
los suevos conquistando Galicia.
Transformaron una monarquía electiva entre nobles en otra hereditaria. Para gobernar el rey
se apoyaba en un órgano asesor formado por altos funcionarios, nobles y clérigos, el Aula
Regia, y en unas asambleas eclesiásticas, políticas y jurídicas, los Concilios de Toledo.
Leovigildo igualó a hispanorromanos y visigodos derogando la ley que prohibía los
matrimonios mixtos. En el 589 Recaredo se convirtió al catolicismo en el III Concilio de Toledo.,
alcanzándose la unidad religiosa entre visigodos e hispanorromanos. Recesvinto (653-672) con
el Liber Iudiciorum recogió buena parte del derecho romano.
Las grandes ciudades decayeron con las invasiones bárbaras, hundiéndose el comercio y la
artesanía. La economía se ruralizó convirtiendo a la agricultura y a la ganadería en las
actividades básicas. Las instituciones municipales se vaciaron de contenido quedando el
gobierno de los núcleos urbanos a expensas de los obispos y condes.
Los visigodos se quedaron con dos tercios de las tierras despojando a los colonos que las
trabajaban. Las tierras públicas se explotaban en usufructo y con ellas se pagaban los cargos
públicos por lo que fueron disminuyendo a la vez que concentraban la propiedad en manos de
la nobleza. Los esclavos fueron desapareciendo equiparándose con los colonos y
transformándose ambos en siervos. A mediados del siglo VII el reino visigodo entró en crisis
por la dificultad para cobrar tributos y porque los nobles se disputaban el trono, siendo
frecuentes las guerras civiles y los magnicidios.
Artísticamente, los visigodos destacaron por su orfebrería (Tesoro de Guarrazar). La
arquitectura siguió los cánones romanos, con materiales más pobres y de menores
dimensiones, siendo característico el empleo del arco de herradura: iglesias de San Pedro de la
Nave (Zamora) y de San Juan de Baños (Palencia). En el ámbito cultural la figura más relevante
fue San Isidoro de Sevilla, con su obra Etimologías.
En el año 711, un ejército de bereberes con Tariq y Muza, cruzaron el estrecho de Gibraltar
derrotando al rey don Rodrigo en la batalla del Guadalete, finalizando de esta forma el reino
visigodo en la Península Ibérica.
Entre el año 711 y el 756, Al-Andalus fue un Emirato dependiente de Damasco, gobernado por
un valí. La nobleza visigoda conservó gran parte de sus tierras a cambio de pagar tributos. En
este período, Córdoba se convirtió en la capital política de Al-Andalus. La expansión de los
musulmanes hacia el norte de la Península Ibérica fue frenada con su derrota en Poitiers (732).
de su imperio. Hacia 1145, la descomposición del poder almorávide propició unos nuevos
segundos reinos de taifas.
Otro movimiento religioso bereber procedente del actual Marruecos, los almohades (1146-
1232) protagonizó un segundo intento de unificación de las taifas de Al-Andalus. Sevilla se
convirtió en la capital del imperio almohade hispano (Torre del Oro, Giralda). Fueron
derrotados por los cristianos en la batalla de las Navas de Tolosa (1212).
A finales del siglo XIII, tan sólo el Reino nazarí de Granada consiguió sobrevivir al avance
cristiano, siendo conquistado por los Reyes Católicos en 1492.
Al-Ándalus era un estado centralizado donde el califa unía el poder espiritual y el temporal;
era la máxima autoridad en religión, economía, poder judicial y militar. Dirigía la política
exterior y se ayudaba para la administración con un hachib (primer ministro). Nombraba a los
valíes (gobernadores de las provincias) y a los cadíes (jueces).
En agricultura recuperaron las técnicas romanas y desarrollaron el regadío con norias,
acequias, albercas y aljibes. Incorporaron frutales, arroz, caña de azúcar, algodón, lino…
Las ciudades fueron el centro de la economía y la cultura. Desarrollaron una artesanía de
tejidos, cuero, cerámica, orfebrería… para el mercado interior y para un importante comercio
exterior. Importaban esclavos y materias primas, exportaban productos manufacturados de
lujo. La moneda fue la base del comercio. Córdoba llegó a tener cien mil habitantes en el s. X.
Había una religión oficial islámica pero se toleraba a las religiones del libro: judíos y
cristianos, que pagaban todos los impuestos mientras los musulmanes solo pagaban la
limosna. Cristianos eran los mozárabes, que no habían querido convertirse en musulmanes.
La mayoría islámica estaba dividida en etnias: el grupo privilegiado lo formaban los baladíes,
que tenían antepasados árabes y que se quedaron con las mejores tierras; los sirios eran los
siguientes en importancia mientras los bereberes, musulmanes del norte de África recibieron
las peores tierras en la Meseta; los muladíes eran los hispanogodos convertidos al islam que
conservaron parte de sus tierras.
Las manifestaciones culturales fueron notables desde el reinado de Abderramán II, alcanzando
el esplendor con Alhakam II, entre 961 y 976. Crearon escuelas y universidades. Destacaron en
medicina, astronomía, matemáticas, filosofía, geografía, literatura… La lengua árabe dejó su
huella en el castellano con muchas palabras de ese origen. El pensador más destacado fue
Averroes. Destacaron los historiadores Ibn Hayyan e Ibn Jaldun, o el geógrafo ceutí Al Idrisi.
Las realizaciones artísticas de la España musulmana se caracterizaron por el predominio de los
elementos decorativos, geométricos y florales. Su arquitectura pretendía dejar constancia del
poder político: ciudades palacio como Madinat al-Zahra en Córdoba, el palacio de la Aljafería
en Zaragoza, así como la Alhambra de Granada. La mezquita fue otro tipo característico de la
construcción musulmana destacando la mezquita de Córdoba.
En lo que corresponde a Castilla la Mancha destacó el reino taifa de Toledo (Tulaytula) que
abarcaba buena parte de este territorio. Toledo era la capital de la provincia que constituía la
Marca Media durante el Califato. Aquí se establecieron grupos de bereberes que recibieron
tierras de la Manxa (tierra seca). Se rebelaron en Toledo, Cuenca y Guadalajara mostrando su
descontento con el reparto. En 1085 Alfonso VI tomó Toledo.
La salud mental de Juana, hija de los Reyes Católicos, hizo que su hijo Carlos, tras las regencias
de su abuelo Fernando y del cardenal Cisneros, se convirtiera en rey, Carlos I de España
(Carlos V emperador de Alemania). Gracias a la política matrimonial de los Reyes Católicos
recibió una inmensa herencia. Por su madre heredó la Corona de Aragón, que incluía el reino
de Nápoles y Sicilia, y la Corona de Castilla con América. Por su padre heredó Flandes y el
Franco Condado, el título de emperador del Imperio Romano-Germánico y las tierras
patrimoniales de los Habsburgo en Alemania y Austria.
La herencia recibida del Imperio alemán y la enorme extensión territorial de sus posesiones
alentaron en Carlos la idea imperial. Quería reunir a toda la cristiandad bajo el mando del
emperador y luchar contra los enemigos del catolicismo: turcos y protestantes. Esta idea
resultó un fracaso debido tanto a la tendencia a la creación de estados nacionales, a la división
de la cristiandad y a las crisis que surgieron en sus territorios.
Tres fueron los ejes de la política exterior de Carlos I: enfrentamientos con Francia por la
hegemonía de Europa, en la que salió victorioso; la defensa de la cristiandad frente a los
turcos, en la que no se obtuvo buenos resultados; y la defensa del catolicismo ante el
protestantismo, su principal problema, que le llevó a constantes guerras que acabaron con la
Paz de Augsburgo (1555) por la que se reconocía la división religiosa del Imperio.
En política interior, Carlos I tuvo dos grandes problemas: las Comunidades y las Germanías.
Las Comunidades de Castilla (1520) surgieron como un movimiento de los representantes de
las ciudades en las Cortes castellanas encaminado a ejercer el control sobre la monarquía y
sobre la nobleza; fue también una protesta castellana contra los consejeros extranjeros del
rey y su política imperial; y un conflicto de los campesinos contra el régimen de propiedad
nobiliaria. La ciudad de Toledo fue fundamental en el desarrollo de los acontecimientos. Tras la
unión del rey con la nobleza, los comuneros fueron derrotados en la batalla de Villalar (1521),
sus líderes (Bravo, Padilla y Maldonado) fueron decapitados y el movimiento aplastado.
Las Germanías de Valencia y Mallorca (1520) fue un conflicto más social que político. El
artesanado urbano y los pequeños propietarios rurales intentaron tomar el poder de las
ciudades, controladas por la nobleza y por la burguesía más adinerada. La unión de la
monarquía y de la nobleza acabó con la sublevación.
En 1556, Carlos I abdicó en su hijo Felipe II, dejándole la mayor parte de su herencia, salvo la
dignidad imperial y los territorios patrimoniales de los Austrias en Alemania y Austria, que
heredó su hermano Fernando. Felipe II heredó de su padre la misma idea de la política
internacional: la defensa del catolicismo y de la superioridad del imperio hispánico en Europa.
La política exterior tuvo estos ejes: la lucha contra los turcos que llevó a la creación de una
Liga Santa formada por la Venecia y la monarquía hispánica que bajo la jefatura de don Juan
de Austria consiguió la victoria contra los turcos en la batalla de Lepanto (1571), lo que
significó el freno de la expansión otomana en el Mediterráneo; la sublevación de Flandes, en
la que se mezclaban cuestiones religiosas y políticas, en ella los protestantes del norte de
Flandes se levantaron dirigidos por Guillermo de Orange, con la ayuda de los protestantes de
Alemania, Francia e Inglaterra. La guerra fue larga y Felipe II tuvo que dividir el territorio en
dos: las provincias del sur, mayoritariamente católicas y fieles al rey y las del norte,
protestantes que se convirtieron en un estado independiente. El tercer eje fue el
enfrentamiento contra Inglaterra que apoyó a los rebeldes de Flandes y permitió que
corsarios ingleses (Drake) atacasen los navíos españoles y que incluso llegaran a la bahía de
Cádiz, por lo que comenzó una guerra abierta contra la reina Isabel I de Inglaterra que terminó
con el fracaso de la Armada Invencible. Mejor fortuna tuvo con Portugal ya que en 1580 tras
la muerte del rey, Felipe II heredó todo su imperio.
En política interior tuvo problemas con la población morisca que se sublevó en las Alpujarras,
tras ser vencidos fueron expulsados de Granada y repartidos por toda Castilla con el fin de
facilitar su asimilación. Otro problema fue la rebelión de Aragón que se produjo en defensa
de sus fueros; el problema fue político y tuvo como desencadenante la figura de Antonio
Pérez que pidió ayuda a través de los fueros y el rey recurrió a la Inquisición saltándose las
leyes aragonesas. El Justicia Mayor de Aragón se negó a entregar al Secretario de Estado y el
rey respondió con el envío del ejército que ocupó Zaragoza y ajustició el Justicia Mayor.
A lo largo del siglo XVI se produjo una extraordinaria expansión territorial en el continente
americano, Hernán Cortés conquistó el Imperio Azteca y Francisco Pizarro el Inca, que pasaron
a pertenecer a Castilla. Magallanes y Juan Sebastián Elcano circunnavegaron por primera vez
el planeta en 1522. La conquista fue muy fácil y rápida debido, no sólo, a la superioridad
militar ya que muchos pueblos indígenas se unieron a los conquistadores porque estaban
sometidos a los grandes imperios. La llegada de los conquistadores supuso la reducción de la
población indígena a la que transmitieron muchas enfermedades y obligaron a trabajar en muy
duras condiciones. Los españoles explotaron económicamente América, consiguieron riqueza
minera, a través de la mita, y agrícola con la encomienda. Institucionalmente, América se
organizó como Castilla y se dividió en dos virreinatos: Nueva España y Perú.
En España las instituciones creadas para el control de América fueron la Casa de Contratación
de Sevilla que controlaba el monopolio del comercio americano, además se convirtió en un
gran centro de investigaciones geográficas y el Consejo de Indias que ejercía la suprema
jurisdicción sobre el gobierno y la justicia del nuevo mundo.
El siglo XVI vio aumentar la población de España que en su mayoría vivía de la agricultura, que
apenas experimentó transformaciones a lo largo del siglo. La actividad artesanal vivió un
período de expansión debido a la mayor demanda debida al aumento de la población y al
mercado americano. Sin embargo, este sector siguió estando dirigido por los gremios y no
experimentó mejoras. A pesar de las riquezas llegadas de América, la Monarquía Hispánica
tuvo muchas dificultades hacendísticas debido al gasto de mantenimiento del ejército y de la
administración. Las continuas guerras obligaron a los castellanos, que sufragaron la mayor
parte de los gastos imperiales, a pagar muchos impuestos. Felipe II llegó a declarar tres veces
la bancarrota del Estado.
A diferencia del gobierno personal de los primeros Austrias, durante el siglo XVII utilizaron la figura
del valido, persona en la que el rey delegaba la acción del gobierno. Los validos más importantes
fueron el duque de Lerma con Felipe III y el conde-duque de Olivares con Felipe IV.
Felipe III heredó un gran imperio, pero también una deuda enorme y dos largas guerras: con
Inglaterra y con los rebeldes de los Países Bajos. La grave situación de la hacienda hizo que su
reinado fuera pacífico, llegando a la paz con Inglaterra y a la firma de la Tregua de los Doce
Años con los Países Bajos (1609). En política interior los moriscos fueron expulsados de
España definitivamente, lo que provocó un grave problema económico.
A la muerte de Felipe IV le sucedió su hijo de cuatro años Carlos II, de débil salud física y
mental. Durante su minoría de edad se hizo cargo del gobierno su madre, Mariana de Austria.
Ya mayor de edad el rey tuvo validos como sus antecesores. Debido a sus problemas de salud,
la corte se convirtió en un escenario de continuas intrigas. En política exterior el reinado
recibió constantes agresiones de la Francia de Luis XIV. Sin embargo, el problema más
importante fue la cuestión de la sucesión, ya que el rey no tuvo hijos. Dos fueron los
candidatos el francés Felipe de Anjou y el austriaco Carlos de Austria. El rey eligió al primero
y comenzó la Guerra de Sucesión entre ambos que terminó con la llegada de la dinastía de los
Borbones a España.
Durante el siglo XVII la Monarquía Hispánica vivió un claro proceso de decadencia. El reino
de Castilla sufrió una profunda crisis económica. Castilla la Mancha tuvo una crisis dilatada y
profunda y su recuperación fue lenta y penosa, lo que significó una disminución en su
población.
América durante el siglo XVII continuó siendo la gran generadora de riquezas para el imperio.
Se fundaron dos virreinatos, el de Nueva España al norte que comprendía Centroamérica y las
islas caribeñas; y el del Perú, que se extendía por América del Sur hasta la Patagonia. También
se crearon gobernaciones como unidades político-administrativas, dentro de los virreinatos,
generalmente otorgadas al jefe del ejército conquistador. Tanto los virreyes como los
gobernadores tuvieron atribuciones de gobierno y justicia y capacidad para beneficiarse de los
productos de la zona a su cargo.
Uno de los ejemplos más originales de colonización fue la llevada por los misioneros en las
reducciones fundadas por los jesuitas en la zona comprendida entre los ríos Paraguay y
Uruguay. Se trataba de poblados habitados por guaraníes, en ellas el indígena era adoctrinado
en la fe católica y aportaba su trabajo en el campo.
La colonización provocó cambios bruscos en la economía americana. A los tradicionales
cultivos americanos se sumaron los europeos como el trigo, las legumbres, la vid, el olivo y la
caña de azúcar. En ganadería se introdujeron caballos, ovejas, cabras, cerdos y aves de corral.
La industria no progreso ya que las Indias fueron consideradas como una inmensa fuente de
materias primas y un mercado para productos manufacturados españoles.
El impacto de la colonización tuvo consecuencias demográficas desastrosas para la población
indígena, que en algunos lugares casi llegó a desaparecer, de ahí que se impulsase el tráfico de
esclavos negros.
La sociedad se fue transformando a lo largo del tiempo. Aparecieron los criollos
(descendientes de españoles), los mestizos (descendiente de español y nativo) y los mulatos
(descendiente de europeo y negro). Cada uno de estos grupos tenía diferentes derechos,
ocupaciones y posiciones económicas.
En cultura se impuso la castellana, aunque permanecieron algunos elementos nativos. El
castellano se convirtió en el idioma del Nuevo Mundo.
pérdida del peso político de los Consejos, y la aparición de las Secretarías de Despacho
creadas en 1721 en áreas como Justicia; Hacienda, Guerra, Marina e Indias. Dirigidas por
Secretario, a modo de los ministros actuales. Este proceso se terminó de perfilar durante el
reinado de Carlos III con la creación de la Junta Suprema de Estado para coordinar las
Secretarías en 1787.
Otro campo de reformas fue la fiscalidad. Se trataba de abandonar el modelo impositivo
heredado de los Habsburgo, pasando a un modelo de Única Contribución proporcional a la
riqueza personal para lo cual se elaboró un Catastro en 1749, pero la oposición de la nobleza
echó atrás el proyecto dejando un documento excepcional para conocer la España del siglo
XVIII, conocido el Catastro de Ensenada.
La Ilustración fue una corriente de pensamiento que tuvo su origen en Francia, de donde se
expandió por toda Europa a lo largo del siglo XVIII. Su característica fundamental fue una
ilimitada confianza en la razón. Los ilustrados creían que los hombres, conducidos por su
inteligencia, podrían alcanzar el conocimiento, que era para ellos la base de la felicidad. Por ello
se mostraron firmes partidarios de la educación y del progreso. Defendían la igualdad y el
derecho a la libertad de todos los hombres; la propiedad y la libertad de comercio e industria y se
opusieron al dominio ideológico de la Iglesia y al absolutismo monárquico.
La otra preocupación básica de los ilustrados españoles fue la cuestión económica. Todos ellos
eran conscientes de que el atraso del país, en relación con otras potencias europeas, provenía
de la pervivencia del fuerte predominio de la propiedad nobiliaria y eclesiástica, del excesivo
control sobre las actividades económicas, y del desconocimiento de las nuevas técnicas,
inventos y avances, aplicados ya en otros países como Gran Bretaña u Holanda. Por ello se
esforzaron en estudiar la situación real del país y proponer una serie de reformas.
En España, el desarrollo del pensamiento ilustrado se vio favorecido por la llegada de los
Borbones y con la apertura de múltiples contactos intelectuales europeos (especialmente con
Francia). Los primeros pasos de la Ilustración en España vinieron del trabajo desarrollado en el
campo político por personajes como José del Campillo (secretario de Hacienda de Felipe V) y
Zenón de Somodevilla, marqués de la Ensenada en tiempos de Fernando VI. Estos precursores
tuvieron una amplia continuidad durante el reinado de Carlos III (1759-1788) en figuras de
Campomanes, Floridablanca y Jovellanos.
La práctica de gobierno se llevó a cabo mediante el Despotismo Ilustrado que fue un intento
de unir la autoridad real con las ideas de progreso de la Ilustración. Querían la racionalización
de la administración, el fomento de la educación y la modernización económica con programas
de desarrollo agrícola e industrial y la libertad de comercio, pero a su vez pretendían mantener
intacta la sociedad estamental y el poder absoluto (Carlos III).
Algunos de los máximos exponentes de la Ilustración española fueron fray Benito de Feijoo,
Mayans i Siscar, y Francisco Cabarrús. También hubo un importante crecimiento del interés
científico y académico. Se fundaron abundantes centros de estudio y experimentación al
margen de las universidades como el Real Gabinete de Historia Natural, el Real Jardín
Botánico, las Escuelas de Mineralogía, de Ingenieros Industriales y Caminos (Agustín de
Betancourt); o el Instituto de San Isidro en Madrid, primer centro de enseñanza dotado de un
plan de estudios moderno.
la Corona portuguesa. Preparó la huida hacia el Sur, de manera que abandonaron la Corte y se
dirigieron a Aranjuez, primera etapa del viaje.
El descontento popular por la presencia de tropas extranjeras en territorio español,
hábilmente agitado por el príncipe Fernando, que contaba con el apoyo del partido cortesano,
dio lugar al estallido del Motín de Aranjuez en marzo de 1808. La residencia de la familia real
en esta ciudad fue asaltada por un tumulto popular, Godoy fue arrestado y Carlos IV se vio
obligado a abdicar en favor de su hijo que subió al trono con el nombre de Fernando VII. Una
semana más tarde entraban las tropas francesas en Madrid.
Tras los acontecimientos de Aranjuez, Fernando VII trató de buscar el reconocimiento de
Napoleón. Aceptó entrevistarse con él en Burgos, pero Napoleón ya había decidido
aprovecharse de las tensiones internas de la monarquía para hacer de España un Estado
satélite. El encuentro en Burgos no se produjo; hubo después una nueva cita en Vitoria, a la
que el emperador tampoco asistió. Finalmente, fue en Bayona donde Napoleón reunió a toda
la familia real española y obligó a Carlos IV a abdicar en favor de Napoleón y a Fernando VII a
devolver los derechos a la Corona en favor de su padre, y a la vez, obligando a éste a abdicar a
favor de su hermano José Bonaparte (mayo 1808), que en ese momento era rey de Nápoles,
este proceso es conocido como las “abdicaciones de Bayona”.
El nuevo rey de España, José I pretendió reinar por medio de la denominada Constitución de
Bayona, que en realidad era una Carta Otorgada, dado que su elaboración partía de la
voluntad del monarca y no del pueblo soberano, hecho que la diferencia radicalmente con las
constituciones modernas.
Algunos ilustrados, entre los que había antiguos miembros del gobierno, se pasaron al bando
de los patriotas para intentar frenar o reconducir el proceso revolucionario, como es el caso de
Jovellanos. Otros, a los que se denominó afrancesados, optaron por unirse a la legalidad
impuesta por Napoleón, porque les parecía la única vía realista para reformar y modernizar el
país. Este fue el caso de Cabarrús, que aceptó ser ministro de Hacienda de José I.
La nueva situación no llegó a consolidarse ya que el 2 de mayo de 1808, se produjo un
levantamiento popular en contra de la presencia francesa en la Península. El levantamiento se
inició en Madrid y pronto se extendió a otras ciudades españolas. La represión en Madrid fue
muy cruel como quedó reflejado en el cuadro de Goya de los Fusilamientos del Tres de Mayo.
Fernando VII (clérigos, nobles, militares) que pretendían canalizar la agitación popular. Poco
después, las necesidades de coordinación comportaron la creación de Juntas Provinciales, que
asumieron la soberanía en ausencia del rey, declararon la guerra a Napoleón y buscaron el apoyo
de Gran Bretaña.
En septiembre de 1808 las Juntas enviaron representantes a Aranjuez, aprovechando la
retirada momentánea de los franceses tras Bailén, para formar la Junta Suprema Central y
Gubernativa del Reino que coordinó la lucha y dirigió el país. Floridablanca y Jovellanos
fueron los personajes más ilustres que dirigieron la Junta. Ante el avance francés la Junta huyó
a Sevilla, pasando por Talavera y Extremadura, y luego a Cádiz, única ciudad libre de franceses.
La Junta Suprema Central, incapaz de dirigir la guerra se disolvió en enero de 1810,
convirtiéndose en un Consejo de Regencia formada por cinco miembros que organizó una
consulta al país a través de las Juntas provinciales y los Ayuntamientos sobre las reformas a
realizar por las Cortes. Se eligieron representantes de 33 ciudades importantes (incluidas
algunas americanas) que se trasladaron a Cádiz. La apertura de las Cortes se llevó a cabo el 24
de septiembre de 1810 en un teatro de la isla de León (San Fernando, Cádiz). Al ser
bombardeada la isla, se trasladó a la iglesia de San Felipe Neri, también en Cádiz (febrero
1811). Fueron las primeras Cortes ordinarias de la historia de España y duraron tres años
(hasta septiembre de 1813).
Se reunieron 184 diputados de ideologías diversas, entre los que estaban los absolutistas
partidarios de que la soberanía residiera en la figura del monarca absoluto; un segundo grupo
estaba liderado por Jovellanos, de ahí su denominación, jovellanistas, defendían la soberanía
compartida entre las Cortes y el Rey; y por último los liberales que defendían el protagonismo
de la nación como único sujeto de soberanía. Este grupo sería el que impusiese sus ideas.
La Constitución se promulgó el 19 de marzo de 1812 (día de San José, de ahí que se conociera
con el nombre de "la Pepa"). Con esta Constitución se daba carpetazo definitivamente al
Antiguo Régimen y se establecían las bases del liberalismo político en España. Entre sus
puntos se destacan los siguientes:
Monarquía constitucional como sistema político.
Soberanía nacional. La nación estaba formada por los ciudadanos de los dos hemisferios.
Reconocimiento de los derechos de los ciudadanos (como la libertad de expresión y de
prensa...)
Sistema unicameral con un Congreso de los Diputados (miembros elegidos por sufragio
universal masculino indirecto de mayores de 25 años)1
Separación de poderes: el legislativo lo compartían las cortes y el rey, el ejecutivo estaba
en manos del rey y el judicial en los tribunales de justicia.
Confesionalidad del estado. La religión católica era la oficial (no había libertad religiosa).
Se decretaba la igualdad fiscal. La instrucción pública quedó establecida como obligación civil.
Los ayuntamientos y diputaciones provinciales regularían la administración local, y sus
cargos serían elegidos por sufragio universal masculino indirecto
Formación de la Milicia Nacional
1
Los electores, mayores de 25 años, no elegían directamente a los diputados en Cortes, sino a unos representantes
o compromisarios que se encargaban, a su vez de designarlos. Organización de las Juntas Electorales: Ciudadanos
en las parroquias (elector parroquial), electores parroquiales en localidades cabezas de Partido (electores de
Partido), electores de partido en la capital de provincia (diputados provinciales).
Otras medidas adoptadas por las Cortes de Cádiz: la abolición de los señoríos jurisdiccionales
y los mayorazgos, la supresión de la Inquisición y la abolición de los gremios de origen
medieval concediendo la libertad de industria y de comercio, se suprimieron los bienes de
manos muertas y se abrieron cauces para la desamortización de la propiedad eclesiástica.
La Constitución rompía con el Antiguo Régimen al establecer que la nación española era libre e
independiente y no podía ser propiedad de ninguna familia y al afirmar que la soberanía
residía en la nación y que eran los ciudadanos los únicos que tenían derecho a decidir con que
leyes quería ser gobernados.
La obra legislativa de las Cortes de Cádiz quedó anulada con el retorno de Fernando VII. Sin
embargo fijó los principios del liberalismo español y sirvió de modelo a otros textos
constitucionales a nivel internacional. Sería reinstaurada durante el Trienio Liberal (1820-1823).
2
MANIFIESTO DE LOS PERSAS: Documento que un grupo de diputados de las Cortes de Cádiz que disentían del
liberalismo presentaron a Fernando VII en Valencia en 1814, y recibe este nombre a causa de su encabezamiento:
Era costumbre de los antiguos persas pasar cinco días en anarquía después del fallecimiento de su rey a fin de que la
experiencia de los asesinatos, robos y otras desgracias les obligase a hacer más fieles a su sucesor. Para serlo España
a V.M. no necesitaba igual ensayo en los seis años de su cautividad. En este documento estos diputados intentan
lavar su imagen de participación en las Cortes, asegurando haber sido objeto de amenazas, profesan adhesión a la
monarquía absoluta y afirman la necesidad de remediar lo actuado en Cádiz. Animado por estos apoyos, Fernando
VII denunció como ilegítima la actuación de las Cortes en su ausencia y anuló toda la obra legislativa surgida de ella.
El mensaje se expresa decididamente a favor de una monarquía absoluta: "La monarquía absoluta es una obra de la razón
y de inteligencia; está subordinada a la ley divina, a la justicia y las reglas fundamentales del estado.
Fernando VII firmó el Real Decreto el 4 de mayo de 1814 por el que anulaba la Constitución
de 1812, las leyes de Cádiz y anunciaba la vuelta al absolutismo. El 5 de mayo salía el rey
hacia Madrid tras reponerse de la gota que padecía. En Madrid se produjo el golpe de Estado
del Capitán General de Castilla la Nueva, Eguía, a la vez que eran detenidos los miembros de la
Regencia y del Gobierno constitucional, los diputados liberales que no pudieron huir, y se
producía la disolución de las Cortes el 11 de mayo. Tres días después entraba Fernando VII en
Madrid (13 de mayo) como monarca absoluto.
La monarquía procedió a la restauración de todas las antiguas instituciones del régimen
señorial y la Inquisición, desapareció la prensa libre, diputaciones provinciales y
Ayuntamientos constitucionales, también se cerraron universidades. Sin embargo, se
restablecieron las organizaciones gremiales, y la devolución de las propiedades confiscadas a la
Iglesia.
Era una vuelta al Antiguo Régimen en un contexto internacional determinado por la derrota de
Napoleón y el restablecimiento del viejo orden europeo mediante el Congreso de Viena y la
creación de la Santa Alianza, que garantizaba la defensa del absolutismo y el derecho de
intervención para frenar el avance liberal.
El gobierno absolutista de Fernando VII se caracterizó por numerosos problemas: un país
destrozado por la guerra, la inestabilidad de los gobiernos, una agricultura deshecha, un
comercio paralizado, las finanzas en bancarrota, una burguesía que había cambiado su
mentalidad y las colonias luchando por su independencia. Se llevó a cabo un intento de
reforma fiscal por el ministro de Hacienda Martín de Garay para que mediante una
contribución directa pagaran los estamentos privilegiados (clero y nobleza) pero que fracasó.
Los liberales que no se hallaban en presidio o en el destierro conspiraron en las logias
masónicas y en las sociedades secretas. Conscientes de su poco arraigo entre las masas,
buscaron la alianza del ejército. Este había tenido que abrir sus filas a una numerosa oficialidad
procedente de la burguesía y de las clases medias. Guerrilleros salidos del pueblo llegaron a
ocupar altos cargos. Estas nuevas promociones de oficiales, muchos ellos de ideología liberal,
chocaron con los viejos cuadros del ejército, de mentalidad aristocrática y absolutista.
El método clásico de intervención del ejército fue el pronunciamiento3. Generalmente
fracasaban, porque las unidades sublevadas eran pocas, por falta de coordinación y, sobre
todo, porque el pueblo permanecía ajeno a ellos. Fracasaron los pronunciamientos de Espoz y
Mina, Porlier,... Los pronunciados pagaron su intento con la muerte.
3
PRONUNCIAMIENTO: Sublevación de un jefe del ejército que sacando sus tropas a la calle tiene como objetivo el
cambiar mediante la violencia o la simple amenaza la política del gobierno existente o incluso derribarlo para
sustituirlo por otro, generalmente el del propio sublevado. Es pues, la injerencia del ejército o una parte de él en la
política interior de la nación, empleando la fuerza en beneficio de un partido, un bando, un grupo, o un individuo. El
alzamiento de carácter liberal y constitucional de Riego abre la era de los pronunciamientos, posteriormente hubo
varios a lo largo del siglo XIX.
La sublevación española fue imitada en Portugal, Piamonte y Nápoles (estos adoptan la propia
Constitución de Cádiz).
La primera medida llevada a cabo por el nuevo gobierno de Riego fue proclamar una amnistía
y convocar elecciones a Cortes. Los resultados electorales dieron la mayoría a los diputados
liberales (doceañistas), que iniciaron una labor legislativa, restaurando en gran parte las
reformas de Cádiz:
La libertad de industria y la abolición de los gremios.
La supresión de los señoríos jurisdiccionales y de los mayorazgos.
Desamortización y reducción del número de monasterios y órdenes religiosas, cuyos
bienes se nacionalizaron, es decir, pasaron a manos del Estado, y se vendieron.
Establecieron la disminución del diezmo y reformas en el sistema fiscal, código penal y
ejército.
Impulsaron la liberalización de la industria y el comercio.
Se aprobó la primera legislación sobre la enseñanza, el Reglamento general de
Instrucción Pública, así como el primer Código Penal.
Se formaron ayuntamientos y diputaciones electivos y se reconstruyó la Milicia
Nacional, como cuerpo armado de voluntarios, formado por las clases medias urbanas,
con el fin de garantizar el orden y defender las reformas constitucionales.
Todas estas reformas tuvieron la oposición de la monarquía. El rey había aceptado el nuevo
régimen forzado por las circunstancias y desde el primer momento paralizó cuantas leyes pudo
y conspiró contra el gobierno pidiendo ayuda a las potencias absolutistas europeas.
La nobleza y el clero también lucharon en contra del Trienio. En 1822 se alzaron partidas
absolutistas (los llamados ejércitos de la fe) en Cataluña, Navarra, Galicia y el Maestrazgo.
Incluso crearon una Regencia en Urgel.
Los campesinos, también mostraron su malestar con el nuevo régimen, ya que los liberales no
les facilitaron el acceso a la tierra, con lo que su situación económica se complicó.
Las tensiones se produjeron también entre los propios liberales, que se dividieron en dos
tendencias: los moderados (doceañistas), partidarios de reformas limitadas que no
perjudicasen a las élites sociales (nobleza y burguesía propietaria); y los exaltados, que
planteaban la necesidad de reformas radicales, favorables a las clases medias y populares.
Sin embargo, no fueron ni los conflictos ni las divisiones internas lo que provocó el fin del
régimen liberal, sino la acción de la Santa Alianza, que atendiendo a las peticiones de
Fernando VII, en el Congreso de Verona encargó a Francia la intervención en España. En abril
de 1823, los “Cien Mil Hijos de San Luis”, al mando del duque de Angulema, irrumpieron en
territorio español, sin hallar casi resistencia y repusieron a Fernando VII como monarca
absoluto.
Se terminaba así con el intento liberal y empezaba la última etapa del reinado la conocida
como “Década Ominosa”.
La vuelta al absolutismo provocó la nulidad de todos los actos de gobierno realizados durante
el Trienio Liberal y el inicio de un período de intensa represión. Muchos liberales fueron
ejecutados (caso de Riego) y otros tuvieron que marchar al exilio (caso de Goya). La represión
fue dirigida por el ministro de Gracia y Justicia Francisco Tadeo Calomarde. La Iglesia volvió de
nuevo a ser el principal aliado de Fernando VII justificando la oleada represiva.
A partir de 1826 se inició una etapa moderada, esto se debió, no a un ablandamiento del rey,
sino a la gravedad de las circunstancias, especialmente económicas y financieras. La pérdida
del imperio colonial supuso que ya no llegaran las remesas de metales preciosos que habían
sacado de apuros a la hacienda. Era necesario practicar una nueva política económica
inspirada en principios liberales. Fernando VII comenzó a apoyarse en los afrancesados
arrepentidos en un intento de modernizar España y adaptarla a las corrientes industriales de
Europa: construcción de carreteras, fundación de la fábrica Bonaplata de Barcelona 4.
En esta época se creó el Banco Real de San Fernando (1829) y al Bolsa de Madrid (1831), se
modernizó la Administración con la creación del Consejo de Ministros como órgano de
gobierno y la reorganización del sistema de Hacienda. Las figuras más representativas de este
período fueron Cea Bermúdez y López Ballesteros.
Esta moderación en lo económico no fue acompañada de una reducción de las medidas
represivas. Se ejecutaron a Mariana de Pineda y al general Torrijos.
Estas reformas económicas convencieron a los grupos absolutistas o “realistas puros” o
“apostólicos” de que el rey se había vendido a los liberales y de que para salvar la religión era
necesario proclamar rey al infante don Carlos María Isidro, hermano del rey. En marzo de 1827
estalló en Tortosa la revuelta “dels agraviats” o “dels malcontents” liderada por estos
apostólicos que pidieron el destronamiento de Fernando VII y la coronación de Carlos María
Isidro. Esta revuelta fue dramáticamente reprimida.
Pero el gran problema que hubo al final de su reinado fue la cuestión sucesoria. Fernando VII,
que había enviudado tres veces sin sucesión, se casó con su sobrina María Cristina de Nápoles.
La falta de un heredero alimentaba las esperanzas de los “apostólicos” que veían a don Carlos
como sucesor.
Para sorpresa de estos, María Cristina se quedó embarazada y el rey derogó mediante la
Pragmática Sanción la Ley Sálica que prohibía reinar a las mujeres. Unos meses más tarde,
nació la infanta Isabel y dos años después su hermana Luisa Fernanda.
A la muerte de Fernando VII, el 29 de septiembre de 1833, su hija Isabel fue nombrada
heredera y su madre María Cristina regente. Su hermano Carlos emitió el Manifiesto de
Abrantes el 1 de octubre, en el que declaraba su ascensión al trono con el nombre de Carlos V.
Los liberales vieron en Isabel su única posibilidad de triunfo, así que la apoyaron.
Se iniciaba una nueva etapa en la historia, pero comenzaba con una guerra entre los
partidarios de don Carlos o “carlistas” (absolutistas) y los partidarios de Isabel o “isabelinos”
(liberales). Será la Primera Guerra Carlista
4
La Fábrica Bonaplata de Barcelona utilizaba máquina de vapor para mover los telares y las hiladoras. Fue una
industria textil y metalúrgica que a su vez fabricaba máquinas de vapor. Fue destruida durante la Primera Guerra
Carlista.
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2. LA CONSTITUCIÓN DE 1845
Una de sus primeras actuaciones fue la reforma de la Constitución de 1837, de la que surgió la
Constitución de 1845. Más moderada que la de 1837, se basará en los principios del
liberalismo doctrinario o moderado (basado en el concepto de soberanía compartida del Rey y
las Cortes).
Soberanía compartida entre el rey y las Cortes.
Cortes bicamerales. El Congreso perdía autonomía frente al monarca que tenía la
capacidad de disolver las Cortes y el derecho de veto; sólo podían ser diputados
quienes asegurasen 1.000 reales de contribución directa, y una renta anual de 12.000
reales. En cuanto al Senado, los senadores eran nombrados por el rey entre
personalidades relevantes de su confianza elegidos entre la alta jerarquía de la Iglesia,
del ejército y de la nobleza, tenían carácter vitalicio.
Sufragio censitario restrictivo, no superaba el 1% de la población, ya que el voto se redujo
a los mayores contribuyentes de cada localidad y un número limitado de personalidades
de la cultura, las profesiones liberales, el Ejército, la Iglesia y la Administración1.
1
Se calcula que de los 15 millones de personas que habitaban España a mediados del siglo XIX, sólo
tenían derecho al voto 157.000.
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La alta abstención, junto al control del gobierno en las elecciones a través de la manipulación
de los censos, y el falseamiento de los resultados electorales, suponía una escasa
participación ciudadana en la política y la imposibilidad de los progresistas de alcanzar el
poder, si no era por medio de la violencia, y del pronunciamiento
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En 1856 se formó un gobierno unionista, bajo la jefatura del general O’Donnell, que logró una
etapa de estabilidad política y una expansión económica sin precedentes: desarrollo industrial
en Asturias, País Vasco, zonas de Andalucía y Cataluña, construcción del tendido ferroviario
(1856-1866) y del Canal de Isabel II (1858).
En política exterior durante este período los gobiernos unionistas intentaron recuperar el
prestigio internacional de España. En este contexto debe entenderse la intervención en
Indochina (1858), la reincorporación de Santo Domingo (1861 a 1864), el inicio de la guerra en
Marruecos (1859) y la intervención de España en México junto a Inglaterra y Francia.
En cuanto a diferentes conflictos internos del período destacamos la sublevación de los
carlistas que desembarcaron en San Carlos de la Rápita (Tarragona), el 1 de abril de 1860, con
la intención de provocar un levantamiento general, que fracasó; y las protestas campesinas
que tuvieron su origen en las desamortizaciones de Madoz, y en el sistema de quintas e
impuestos de consumo (sucesos de Utrera, el Arahal y la sublevación de Loja)2.
Durante los últimos años del reinado de Isabel II se sucedieron siete gobiernos entre moderados y
unionistas, volviendo de nuevo al autoritarismo, y gobernando al margen de las Cortes, lo que
provocó nuevas insurrecciones de los progresistas con el apoyo de los demócratas.
Así ocurrió en la noche de San Daniel (10 de abril de 1865) cuando un grupo de estudiantes
universitarios fueron reprimidos cuando homenajeaban al rector de la Universidad Central,
que había sido suspendido por no abrir expediente a Emilio Castelar, expulsado de su cátedra
por sus posiciones contrarias al gobierno de Narváez
Otro acontecimiento fue el que se desarrolló 1866, cuando los sargentos del cuartel de San Gil
se pronunciaron, lo que conllevó el levantamiento popular de los madrileños, y la posterior
represión, con 66 fusilados, cientos de heridos y más de mil prisioneros.
En 1866 la situación era de crisis generalizada y los grupos políticos formados por progresistas,
unionistas y demócratas se reunieron en Ostende (Bélgica) para firmar un programa común
que establecía el destronamiento de Isabel II.
2
Sublevaciones de los carlistas: Los carlistas protagonizaron un movimiento precipitado sin el suficiente
respaldo militar, que consistió en el desembarco que hicieron en San Carlos de la Rápita (Tarragona) el
conde de Montemolín y el general Ortega, el 1 de abril de 1860, con la intención de provocar un
levantamiento general. La reacción del gobierno fue muy rápida, atrapando a los dirigentes carlistas y
obligando al pretendiente a firmar su renuncia a los derechos al trono de España si quería recobrar la
libertad.
Protestas de los campesinos: La protesta campesina tuvo su origen en las desamortizaciones de Madoz
y en el sistema de quintas e impuestos de consumo, así como en la presencia de la Guardia Civil, que
pretendía hacer cumplir las leyes de cercamiento y asegurar la propiedad privada. Los ejemplos más
característicos son los sucesos de Utrera y el Arahal (Sevilla) y la sublevación de Loja (Granada) en 1861.
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LIBERALES RADICALES O
LIBERALES MODERADOS LIBERALES PROGRESISTAS
DEMÓCRATAS
Soberanía nacional. En la
Soberanía compartida del Rey práctica es compartida pues el
Soberanía nacional plena
con las Cortes Rey comparte el poder
legislativo con las Cortes
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El llamado Sexenio Democrático o Revolucionario comprende los años que van desde
1868 hasta el reinado de Alfonso XII. Se trata de un período en el que triunfan los
principios del liberalismo radical y democrático, que se apoyan en los conceptos de
soberanía nacional y sufragio universal. Con ello se intenta superar el liberalismo
moderado que había triunfado durante el reinado de Isabel II. Todo este proceso
democrático se ve acompañado por los inicios del movimiento obrero y de la
organización de la I Internacional (1864).
ESQUEMA
Regencia y El general Serrano como regente, y Prim como presidente del Gobierno (apoyo de
Gobierno progresistas y demócratas).
Medidas Librecambismo, apertura del mercado español al capital extranjero: Ley de Bases
económicas Arancelarias (Figuerola), la peseta como unidad monetaria y Ley de Bases de la Minería.
Sublevaciones republicanas (sectores intransigentes del Partido Republicano Federal):
Desórdenes Cataluña, Andalucía
sociales
Motines de subsistencia (contra las quintas). Huelgas: inicio de un movimiento.
Dejaron de existir los estamentos: igualdad jurídica, fin a los privilegios del clero y nobleza.
Todos los grupos sociales con los mismos derechos y obligaciones (en teoría).
De la
Pertenencia a una clase social por el nivel económico.
sociedad
Clase alta y burguesía: alta nobleza, pequeña nobleza, alta burguesía, burguesía industrial,
estamental
mediana y pequeña burguesía urbana.
a la de
La clase trabajadora: pequeños artesanos, servicio doméstico, empleados de comercio, el
clases
nuevo proletariado surgido en el proceso industrial, campesinos pobres o sin tierras, y
jornaleros.
Movimientos sociales (obrerismo y sindicalismo), etc.
No hay que esperar que decida yo nada de plano y arbitrariamente; sin Cortes no resolvieron los negocios
arduos los Príncipes españoles allá en los antiguos tiempos de la Monarquía, y esta justísima regla de
conducta no he de olvidarla yo en mi condición presente, y cuando todos los españoles están ya
habituados a los procedimientos parlamentarios. Llegado el caso, fácil será que se entiendan y concierten
las cuestiones por resolver un príncipe leal y un pueblo libre.
Nada deseo tanto como que nuestra patria lo sea de verdad. A ello ha de contribuir poderosamente la dura
lección de estos tiempos, que si para nadie puede ser perdida todavía lo será menos para las honradas y
laboriosas clases populares, víctimas de sofismas pérfidos o de absurdas ilusiones.
Cuanto se está viviendo enseña que las naciones más grandes y prósperas, y donde el orden, la libertad y la
justicia se admiran mejor, son aquellas que respetan más su propia historia. [...].
[...] Sea l que quiera mi propia suerte, ni dejaré de ser buen español, ni como todos mis antepasados, buen
católico, ni, como hombre del siglo, verdaderamente liberal."
2.1. LA AGRICULTURA
Los gobiernos liberales del siglo XIX procedieron a una reforma agraria mediante una
serie de medidas, cuyo objetivo esencial era liberar la tierra de las trabas que ponía el
Antiguo Régimen al desarrollo de la propiedad privada y de la economía de mercado.
b) Las desamortizaciones.
Supuso la nacionalización por parte del Estado liberal de las propiedades de la Iglesia y
los Ayuntamientos para su posterior venta en subasta pública. Fue un proceso que ocupó todo
el siglo XIX, destacando las desamortizaciones de Mendizábal en 1836, y Madoz en 1855.
Miles de propiedades salieron al mercado, pero fueron compradas mayoritariamente
por quienes ya las tenían o contaban con recursos económicos para adquirirlas (funcionarios,
militares, comerciantes,…), sin que los medianos y pequeños campesinos pudieran hacerse con
ellas, que era uno de los objetivos que se pretendían, aparte de que tampoco se logró terminar
con el déficit público.
Si bien no se cumplió con el objetivo de realizar una reforma profunda de la estructura
de la propiedad, se cumplieron otros: financiar la guerra contra el carlismo, paliar la grave
situación de la Hacienda Pública, fomentar la construcción del ferrocarril, y poner una
considerable proporción de la tierra de cultivo en manos de individuos que por el interés de
conseguir beneficios, aumentaron la producción y la comercialización en los mercados.
c) La desvinculación.
Se eliminaron figuras jurídicas como el mayorazgo. Las leyes desvinculadoras
posibilitaron que los poseedores de mayorazgos pudieran vender y dividir sus tierras.
d) La libertad de mercado.
El Estado liberal abolió los privilegios de la Mesta, decretó la libertad de precios y de
comercio interior de las mercancías, también abolió los gremios, lo que abrió la libertad de
industria y comercio exterior.
La consecuencia más importante de la reforma agraria liberal fue el aumento de tierras
roturadas hasta entonces incultas, y el incremento de la producción de cereales, vid, patata y
maíz.
2.2. LA INDUSTRIA
La industria española estuvo muy atrasada en el siglo XIX con respecto a otros países
europeos. Existían fábricas de indianas a finales del siglo XVIII en Cataluña, pero la Guerra de
la Independencia detuvo su expansión. Las medidas liberalizadoras y una rápida mecanización
con la introducción de la máquina de vapor en 1830 permitieron que la industria textil
catalana aumentara notablemente su producción, quedando interrumpida hacia los años
sesenta por las dificultades causadas por la Guerra de Secesión de EEUU que impedía
proveerse de algodón, o era muy caro.
La industria textil tuvo que hacer frente a la escasez de carbón de la minería catalana
y las dificultades del transporte para abastecerse de hulla asturiana, que no llegó al puerto de
Barcelona hasta 1892. Otro problema fue la debilidad del mercado español debido a la poca
capacidad adquisitiva del campesinado.
El sector textil exigió constantemente al Gobierno medidas proteccionistas para hacer
frente a la competencia de los tejidos extranjeros.
El otro sector industrial importante fue el siderúrgico, muy ligado al desarrollo de la
minería del hierro y del carbón como combustible para los altos hornos.
La primera siderurgia moderna surgió en Málaga (1826), pero fracasó por el uso de
carbones vegetales ante la dificultad de adquirir carbón de coque. La existencia de yacimientos
de hulla en Asturias potenció esta región como centro siderúrgico en las últimas décadas del
siglo XIX. También fue un núcleo muy importante el País Vasco, donde el desarrollo siderúrgico
surgió a partir de 1876 favorecido por la llegada de carbón de coque galés al puerto de Bilbao.
Ligado a la producción siderúrgica se desarrolló la minería (Ley de Minas de 1868), con la
explotación de yacimientos por compañías extranjeras.
b) La guerra hispano-cubana:
En 1879 se produjo un conato de insurrección contra la presencia de los españoles en
la isla, fue la llamada Guerra Chiquita, siendo derrotados los “mambises”. En 1895 surgió una
nueva insurrección con el "grito de Bayre" (1895). El Gobierno español envió a La Habana al
general Martínez Campos, que no logró controlar la sublevación. Ante el fracaso, fue sustituido
por Valeriano Weiler en 1896. Para evitar que los insurrectos aumentasen sus adeptos en el
mundo rural, organizó concentraciones de campesinos recluyéndolos en los pueblos para
evitar el contacto con los combatientes. Hubo continuas represiones y fusilamientos, además
de muertes entre la población civil, víctimas del hambre y de epidemias.
Los soldados españoles no estaban entrenados para una guerra que se desarrollaba en
plena selva, la manigua, y contra unas fuerzas muy extendidas en el territorio, que se
concentraban y dispersaban rápidamente. Además iban mal pertrechados, con falta de
provisiones, y muchos murieron a causa de las enfermedades tropicales. Estas circunstancias
supusieron grandes dificultades para ganar la guerra.
Tras la muerte de Cánovas en 1897, el nuevo gobierno liberal de Sagasta intentó
pacificar la isla ante la evidencia del fracaso militar. Buscó soluciones políticas: se decretó la
autonomía de Cuba (1898), se extendió a los cubanos los mismos derechos que tenían los
peninsulares, así como la autonomía arancelaria. Pero los independentistas, apoyados por
EEUU, se negaron a aceptar el fin de las hostilidades.
Paralelamente al conflicto en Cuba, José Rizal había creado en Filipinas la Liga Filipina,
que propició la insurrección independentista. El general Polavieja trató de sofocarla, para ello
actuó con extrema dureza condenando a muerte a Rizal (1896); le sucedió en la causa Emilio
Aguinaldo. El archipiélago quedó momentáneamente sofocado en 1897.
c) La guerra con Estados Unidos:
La intención de Estados Unidos de intervenir en el conflicto cubano ya se había venido
gestando anteriormente proponiendo la compra de la isla, que España siempre había
rechazado. La guerra de 1895 sirvió a Estados Unidos como oportunidad para apoyar a los
cubanos insurrectos, entre otras cosas mediante el envío de armas.
La ocasión para intervenir directamente en la guerra la dio el incidente del acorazado
Maine, que estalló en el puerto de la Habana en abril de 1898. El presidente norteamericano
McKinley, apoyado por la prensa de su país, culpó falsamente del hecho a agentes españoles y
envió a España un ultimátum en el que se le exigía la retirada de Cuba. El gobierno español
negó cualquier vinculación con el Maine y rechazó el ultimátum. El Congreso norteamericano
declaró entonces la guerra España, que presentaba una manifiesta inferioridad naval frente a
la moderna flota estadounidense.
El conflicto tuvo dos frentes: Cuba, en el Caribe, y Filipinas, en el sureste asiático. La
escuadra norteamericana del Pacífico se presentó ante las Filipinas y destruyó la escuadra
española en Cavite (abril de 1898). Posteriormente la escuadra española que se dirigía hacia
Puerto Rico, al mando del almirante Cervera, fue derrotada definitivamente en Santiago de
Cuba (mayo de 1898).
El Gobierno español solicitó la mediación de Francia y firmó la Paz de París (diciembre
de 1898), por la que los norteamericanos impusieron a España la independencia de Cuba (bajo
dominio político y económico de Estados Unidos) y la renuncia de Puerto Rico, Filipinas y la isla
de Guam.
Ante la dificultad de sostener su imperio en el Pacífico, España tuvo que vender a
Alemania los archipiélagos de las Carolinas, Marianas y las Palaos en 1899. Era el fin definitivo
del imperio colonial español.
Profesor: Luis Fco. Peñalver Página 6
IES “Padre Juan de Mariana”. Talavera de la Reina. Dto. de Geografía e Historia. HISTORIA 2º BACHILLERATO.CURSO 2015-2016
ÍNDICE
Trató de revitalizar la vida política durante el llamado “gobierno largo”, entre los años
1907 y 1909: elaboró la Ley electoral de 1907, desarrolló una Ley de Administración Local que
buscaba ofrecer autonomía a los municipios, y en el terreno social aprobó la Ley del Descanso
Dominical, y creó el Instituto Nacional de Previsión.
La crisis de 1909, con la Semana Trágica de Barcelona y la represión posterior, motivó
la caída de Maura, siendo sustituido por el liberal Moret.
En 1910, José Canalejas formó un nuevo gobierno liberal. Frente a la posición
autoritaria de Maura, sus actuaciones políticas estuvieron encaminadas a llevar a cabo un
programa regeneracionista para ganarse el apoyo de la clase obrera demasiado volcada en el
socialismo. Para ello favoreció la intervención activa del Estado en materia social y laboral
sobre convenios de trabajo, duración de la jornada laboral, el trabajo de mujeres y niños, y la
prestación de seguridad social por parte del Estado. También llevó a cabo una política de
secularización de la vida política, mediante la efectiva separación entre la Iglesia y el Estado.
Logró aprobar la “Ley del candado” (1910), que pretendía limitar la presencia de órdenes
religiosas en España, aunque su aplicación tuvo escasos resultados.
Canalejas fue asesinado en noviembre de 1912, lo que dejó truncado su proyecto de
regeneración del sistema político de la Restauración
e) La Semana Trágica de Barcelona
Con la Conferencia de Algeciras (1906) y el Tratado Hispano-francés (1912) se
estableció el protectorado franco-español en Marruecos, correspondiendo a España el
territorio de El Rif. Por entonces, el sistema de quintas eximía del servicio militar a los hijos de
los ricos por medio de un pago o redención en metálico. Los ataques de las cabilas rifeñas
contra las obras del ferrocarril que debía enlazar la sierra con el puerto minero de Melilla
motivó que el gobierno aumentara el número de soldados en la zona, por lo que dispuso que
partieran algunos regimientos desde Barcelona, haciendo un llamamiento a los reservistas (10
julio 1809), muchos casados y con hijos, lo que provocó protestas y una huelga general.
Las autoridades ordenaron la salida de las tropas a la calle la tarde del 26 de julio,
quedando Barcelona aislada durante varios días y sometida a la acción de anarquistas y
republicanos radicales (barricadas, destrucción de edificios religiosos e iglesias). Las
autoridades declararon el Estado de Guerra. El gobierno propagó por el resto de la nación que
los sucesos de Barcelona tenían un carácter separatista. Coincidiendo con esta movilización se
produjo la derrota de las tropas españolas en el Barranco del Lobo (27 julio 1809).
Durante el día 29 se inició el declive de la revolución. La represión posterior fue muy
dura, hubo también detenciones y procedimientos sumarios contra los presuntos culpables,
entre ellos Ferrer Guardia, maestro libertario que había creado la Escuela Moderna. Se le acusó
de haber intervenido en los hechos de la Semana Trágica instigando a la sedición, siendo
condenado a muerte; su ejecución desató una fuerte oposición internacional. Maura tuvo que
dimitir tras estos sucesos ante las protestas expresadas en la calle con el grito de “¡Maura no!”.
El pueblo gime en la misma servidumbre que antes, la libertad no ha penetrado en su hogar, su mísera
suerte no ha cambiado en lo más mínimo, como no sea para empeorar (…), el régimen liberal ha hecho
bancarrota. ¿Y sabéis por qué? Porque esa libertad no se cuidaron más que de escribirla en la
“Gaceta”, creyendo que a eso se reducía todo; porque no se cuidaron de afianzarla dándole cuerpo y
raíz en el cerebro y en el estómago; en el cerebro, mejorando y universalizando la instrucción, en el
estómago, promoviendo una transformación honda de la agricultura, que la haga producir doble que al
presente y disminuya el precio de las subsistencias, y, mediante la difusión de la propiedad territorial,
elevando a los braceros a la condición de terratenientes.
Se contentaron con la sombra, olvidando la verdadera sustancia de la libertad y su verdadera garantía,
que se hallan en la escuela y en la despensa; y el fracaso era inevitable. No vieron que la libertad sin
garbanzos no es libertad. No vieron que por encima de todas las Constituciones y de todos los
derechos individuales y de todas las urnas electorales, el que tiene la llave del estómago tiene la llave
de la conciencia, y, por tanto, que el que tiene el estómago dependiente de ajenas despensas no
puede ir a donde quiere; no puede hacer lo que quiere, no puede pensar como quiere; no puede el día
de las elecciones votar a quien quiere; no reflexionaron que el que no sabe es como el que no ve, y el
que no ve tiene que ir conducido por un lazarillo a donde el lazarillo quiere llevarle, que raras veces es
a donde el ciego le conviene, que casi siempre es donde le conviene al lazarillo (…) Esto lo vieron
claramente los hombres de Estado de 1873, preocupándose tanto como de la reforma política, de la
reforma social cuando todavía podía ser sazón de que fructificase pacífica y evolutivamente, sin los
grandes trastornos y conmoción que ahora nos amenazan y que empiezan a alarmar a todos los
partidos (…)
Costa J. “La tierra y la cuestión social”. 1902
(Fuente: http://ugarit.files.wordpress.com)
“Al país y al ejército españoles: Ha llegado para nosotros el momento más temido que
esperado (porque hubiéramos querido vivir siempre en la legalidad y que ella rigiera sin interrupción la
vida española) de recoger las ansias, de atender el clamoroso requerimiento de cuantos amando la
Patria no ven para ella otra salvación que libertarla de los profesionales de la política, de los hombres
que por una u otra razón nos ofrecen el cuadro de desdichas e inmoralidades que empezaron el año
98 y amenazan a España con un próximo fin trágico y deshonroso. La tupida red de la política de
concupiscencias ha cogido en sus mallas, secuestrándola, hasta la voluntad real, (...)
Pues bien, ahora vamos a recabar todas las responsabilidades y a gobernar nosotros y
hombres civiles que representen nuestra moral y doctrina. Basta ya de rebeldías mansas, que sin
poner remedio a nada, dañan tanto y más a la disciplina que ésta recia y viril que nos lanzamos por
España y por el Rey (...)
No tenemos que justificar nuestro acto, que el pueblo sano demanda e impone. Asesinatos de
prelados, ex gobernadores, agentes de la autoridad, patronos, capataces y obreros; audaces e
impunes atracos; depreciación de la moneda; francachela de millones de gastos reservados;
sospechosa política arancelaria por la tendencia, y más porque quien la maneja hace alarde de
descocada inmoralidad; rastreras intrigas políticas tomando como pretexto la tragedia de Marruecos;
incertidumbres ante este gravísimo problema nacional, indisciplina social, que hace el trabajo ineficaz
y nulo, precaria y ruinosa la producción agrícola e industrial; impune propaganda comunista; impiedad
e incultura; justicia influida por la política; descarada propaganda separatista, pasiones tendenciosas
alrededor del problema de las responsabilidades y... por último, seamos justos, un solo tanto a favor
del Gobierno, de cuya savia vive hace nueve meses, inagotable bondad del pueblo español, una débil
e incompleta persecución al vicio del juego.
(...) En virtud de la confianza y mandato que en mí han depositado, se constituirá en Madrid
un directorio inspector militar, con carácter provisional encargado de mantener el orden público y
asegurar el funcionamiento normal de los ministerios y organismos oficiales, requiriendo al país para
que en breve plazo nos ofrezca hombres rectos, sabios, laboriosos y probos que puedan constituir
ministerio a nuestro amparo, pero en plena dignidad y facultad, para ofrecerlos al Rey por si se digna
aceptarlos (...)
Y ahora nuevamente ¡Viva España y viva el Rey!.y recibid todos el cordial saludo de un viejo
soldado que os pide disciplina y unión fraternal en nombre de los días que compartió con vosotros la
vida militar en paz y en guerra y que pide al pueblo español confianza y orden, en nombre de los
desvelos a sus prosperidad dedicados, especialmente de éste en que lo ofrece y lo aventura todo por
servirle.
Ni se lavan ni se peinan
ni se ponen la mantilla
hasta que vuelvan sus novios
de la guerra de Melilla.
Melilla ya no es Melilla
Melilla es un matadero
donde van los españoles
a morir como toreros.
ÍNDICE
campesinos que se había proyectado asentar anualmente, después de dos años de actuación
del Instituto apenas se habían rebasado los 12.000.
d) La cuestión regional
La cuestión de la diversidad nacional dentro de España fue uno de los primeros
problemas que tuvo que plantearse la República. El 14 de abril de 1931, Maciá, presidente de
Esquerra Republicana de Cataluña, había proclamado la República Catalana. El Gobierno
provisional tuvo que negociar con Maciá para que anulara esta expresión a cambio de un
gobierno autonómico provisional (la Generalitat). Una comisión redactó un Estatuto de
Autonomía (Estatuto de Nuria) que fue aprobado por el 99% de la población catalana.
La Constitución mencionaba la posibilidad de conceder la autonomía a las regiones que
lo solicitasen. Se inició en las Cortes el estudio de esta cuestión aprobándose el Estatuto de
Cataluña en septiembre de 1932. Cataluña se convertía en región autónoma, con un gobierno
y parlamento propio. Tras las primeras elecciones Maciá fue elegido presidente de la
Generalitat, siendo sustituido a su muerte por Lluís Companys.
El carácter fuertemente confesional del Partido Nacionalista Vasco dificultó las
conversaciones con el gobierno de izquierdas sobre el futuro Estatuto de Euskadi, que no llegó
a ser aprobado hasta 1936. Otras regiones (Aragón, Castilla la Vieja-León, Valencia, Galicia,
Baleares, Andalucía), iniciaron también proyectos autonómicos, pero no llegaron a realizarse.
e) La obra educativa y cultural
En el campo de la educación, el problema básico con el que tuvo que enfrentarse la
República fue el elevado índice de analfabetismo, superior al 30 por 100, y la falta de
escolarización de casi la mitad de la población infantil. El objetivo primordial fue promover una
educación laica y liberal, extendiendo la educación a toda la población. Los proyectos iniciales
de creación de plazas escolares se vieron frenados por falta de presupuestos, a pesar de lo
cual, en dos años se crearon más de 13.000 aulas y 7.000 plazas de maestros. Se intentó
acabar con la hegemonía de la enseñanza religiosa y se adoptó un modelo de escuela mixta
laica, obligatoria y gratuita.
Hubo interesantes proyectos en el campo educacional, contando con el antecedente
de la labor de la Institución Libre de Enseñanza: modernización de la Universidad, ampliación
de los centros y alumnos de bachillerato, bibliotecas ambulantes y misiones pedagógicas.
f) Crisis de la República de izquierdas
En agosto de 1932 se produjo el alzamiento fallido del general Sanjurjoii que fracasó.
A finales de ese año Azaña gozaba de un inmenso prestigio y popularidad. Había culminado
una reforma militar, se estaba impulsando la reforma agraria, se había derrotado la
sublevación militar y se había aprobado el Estatuto para Cataluña; por lo que cuando en el
verano de 1932 viajó a Cataluña para presentar el Estatuto, fue aclamado por la multitud en
Barcelona. Sin embargo, pronto se iba a producir un inesperado vuelco de la situación.
En los primeros días de 1933 hubo una oleada de esporádicos levantamientos
anarquistas en pequeñas localidades de Cataluña, Levante y Andalucía. Uno de ellos fue el de
Casas Viejasiii, un pueblecito gaditano, donde, debido a la extensión del latifundio, la tierra
sembrada era solamente un tercio del total disponible, de modo que medio millar de
campesinos sin tierra estaba sometido al paro forzoso estacional. La dura represión de los
Guardias de Asalto y la Guardia Civil provocando doce muertos causó un gran descrédito en el
gobierno, que unido al desgaste por venía teniendo por la gran conflictividad, obligó a la
dimisión de Azaña. El presidente de la República, Alcalá Zamora otorgó la presidencia el
gobierno a los radicales, primero a Lerroux y, pocas semanas más tarde, a Martínez Barrio. Su
objetivo era la convocatoria de nuevas elecciones.
Profesor L. F. Peñalver Página 6
IES “Padre Juan de Mariana”. Talavera de la Reina. Departamento de Geografía e Historia. HISTORIA 2º BACHILLERATO
Casas Viejas
http://www.youtube.com/watch?v=nqJrbhWxCVY&feature=related
http://www.youtube.com/watch?v=8utXiaParjg
http://www.youtube.com/watch?v=aRKRLcpuxpU&feature=fvsr
España, en uso de su soberanía y representada por las Cortes Constituyentes, decreta y sanciona
esta Constitución.
Art. 1° España es una República democrática de trabajadores de toda clase, que se organiza en
régimen de Libertad y de Justicia. Los poderes de todos sus órganos emanan del pueblo. La
República constituye un Estado integral, compatible con la autonomía de los Municipios y las
Regiones.
Art. 2°. Todos los españoles son iguales ante la ley.
Art 3°. El Estado español no tiene religión oficial.
Art. 4°. El castellano es el idioma oficial (...) Todo español tiene obligación de saberlo y derecho de
usarlo, sin perjuicio de los derechos que las leyes del Estado reconozcan a las lenguas de las
provincias o regiones (…)
Art. 6°. España renuncia a la guerra como instrumento de política nacional (…)
Art. 11°. Si una o varias provincias limítrofes, con características históricas, culturales y económicas,
comunes, acordaran organizarse en región autónoma para formar un núcleo político-administrativo,
dentro del Estado español, presentarán su Estatuto con arreglo a lo establecido en el Art. 12. (…)
Art, 27. La libertad de conciencia y el derecho de profesar y practicar libremente cualquier religión
quedan garantizados en el territorio español (…); Los cementerios estarán exclusivamente sometidos
a la jurisdicción civil. No podrá haber en ellos separación de recintos por motivos religiosos, (…)
Art. 44. Toda la riqueza del país, sea quien fuere su dueño, está subordinada a los intereses de la
economía nacional (...); La propiedad de toda clase de bienes podrá ser objeto de expropiación
forzosa por causa de utilidad social mediante adecuada indemnización (…)
Art 51. La potestad legislativa reside en el pueblo, que la ejerce por medio de las Cortes o Congreso
(…)
Art. 52. El Congreso de los Diputados se compone de los representantes elegidos por sufragio
universal, igual, directo y secreto.
Constitución de 1931.
Fuente: De Esteban, J. “Constituciones de España” (Constitución de 1931). Centro de Estudios
P. y C.
NOTAS
i
En Castilblanco de los Arroyos (Badajoz) una manifestación fue disuelta por la guardia civil, muriendo un
campesino. Los campesinos reaccionaron dando muerte a cuatro guardias civiles. Una semana más tarde la guardia
civil en Arnedo (Logroño) disparaba sobre una manifestación hiriendo a treinta personas y matando a otras siete.
ii
El veterano general estaba molesto con el Gobierno por motivos personales. Después de los sucesos de Arnedo
(enero 1932), Sanjurjo había sido sustituido como jefe de la benemérita y se le había destinado al puesto de jefe de
carabineros (encargados de las fronteras). Además, el Gobierno, de acuerdo con su idea de limitar papel del ejército
en política interior, lo había relevado de su cargo como alto comisario de Marruecos, entonces pacificado. Su lugar
había sido ocupado por una autoridad civil. La sublevación fue llevada a cabo tras el inicio de los debates
parlamentarios previos a la aprobación del Estatuto de autonomía para Cataluña y a la discusión de los decretos
sobre la reforma agraria. El plan consistía en ocupar los edificios gubernamentales de una docena de ciudades
importantes. Sin embargo, la ejecución resultó un fracaso. El Gobierno conoció con antelación los propósitos de los
conspiradores. Sólo en Sevilla, donde se encontraba Sanjurjo, y en Madrid se llevó a cabo el pronunciamiento En la
capital, tras una refriega en las inmediaciones de la Cibeles en la que hubo algunos muertos y varios heridos, los
sublevados fueron arrestados. Sanjurjo intentó huir a Portugal, pero fue detenido en Huelva antes de conseguirlo;
fue condenado a muerte aunque se le conmutó la pena por la de reclusión.
iii
El 11 de enero de 1933 tuvo lugar en la localidad gaditana de Casas Viejas una revuelta protagonizada por un
grupo de anarquistas de la CNT, con la intención de hacer la revolución para así conseguir llegar a organizarse sin
gobierno, atendiendo a su ideología libertaria, destituyendo al alcalde e intentando tomar el cuartel de la Guardia
Civil, donde se encontraban un sargento y tres números. Hirieron de muerte al sargento y a uno de los números.
Inmediatamente, enterado el Gobierno, envió fuerzas de la Guardia Civil y de la Guardia de Asalto todos ellos al
mando del capitán Manuel Rojas que entraron a tiros en el pueblo, incendiaron la casa donde se habían refugiado
algunos de los dirigentes de la insurrección, entre ellos el conocido como "Seisdedos", y luego procedieron a una
serie de juicios sumarísimos, fusilando a participantes sospechosos y a sus familiares.
iv
En marzo de 1933 se había constituido la Confederación Española de Derechas Autónomas (CEDA), liderada por
José Mª Gil Robles. Gil Robles consideraba que lo esencial no era el tipo de régimen (monarquía o república), sino la
defensa de los intereses del a Iglesia y los valores que esta representaba.
La Falange de José A. Primo de Rivera, fundada poco antes de las elecciones de noviembre de 1933,
recoge los postulados del fascismo europeo y los adapta a la realidad española. En febrero de 1934 se unió con la
JONS de Ramiro Ledesma y Onésimo Redondo dando lugar a la FE de las JONS. Similar a la ideología fascista, tenían
una concepción del Estado basada en un nacionalismo castellano, unitario y uniforme, que tenía sus raíces en la
época de la formación del Imperio hispánico, durante el reinado de los Reyes Católicos. Su lema era “Arriba España,
Una, Grande, Libre”. Criticaban el liberalismo y rechazaba las fórmulas parlamentarias y por lo tanto el sistema
democrático. Proponía la desaparición de los partidos políticos. Responsabilizaba al capitalismo de haber provocado
una injusta situación social en beneficio de los más ricos, pero descalificaba también al socialismo y al marxismo.
Proponía el liderazgo natural de un jefe que estuviera al mando de un Estado fuerte y centralizado, una
organización social jerarquizada y basada en la disciplina; esto es, un Estado autoritario y totalitario. Los miembros
de la FE de la JONS formaron grupos paramilitares uniformados, con sus camisas azules, que actuaban en las calles a
imitación de los grupos de asalto nazis (camisas pardas) o de los fascistas italianos (camisas negras). Su base social
fue muy escasa hasta 1936. Los seguidores de José Antonio se reclutaban entre los jóvenes estudiantes
conservadores de la clase media urbana.
v
Por esas fechas ya había culminado el ascenso de Hitler al poder y del partido nazi en Alemania. En Austria, el
canciller Dollfus había eliminado brutalmente a los líderes obreros ejecutándolos con hacha. Mientras, en España
había signos alarmantes de que se evolucionaba en la misma dirección. Como hemos visto, en febrero de 1934 se
habían fusionado la FE y la JONS, organización de clara reminiscencia fascista, integrada por grupos paramilitares de
acción directa financiados por círculos monárquicos. A lo largo de este año se habían realizado diversas
concentraciones de las JAP, la organización juvenil de la CEDA, en lugares simbólicos, como El Escorial (abril) o
Covadonga (septiembre), en las que se intentaba presionar para que la CEDA entrara en el Gobierno. En estas
reuniones, el líder de la CEDA, Gil Robles, fue aclamado, mano derecha en alto, a los gritos de Jefe, jefe, jefe.
vi
Un negociante holandés, David Strauss, había intentado introducir en España bajo soborno un nuevo tipo de
ruleta truncada en los casinos denominada “straperlo”. A cambio de la concesión de la licencia aseguró una
participación en los beneficios a políticos, descubriéndose que estaban implicados el propio Lerroux, presidente del
Gobierno, su hijo, algún ministro y altos cargos del Estado, todos ellos miembros del Partido Radical.
ÍNDICE
2. DESARROLLO DE LA GUERRA
a) La guerra de columnas (18 de julio de 1936-7 de noviembre de 1936)
b) La batalla de Madrid (7 de noviembre de 1936/marzo de 1937)
c) La caída de la franja cantábrica (abril-octubre de 1937)
d) La guerra en la primera mitad de 1938
e) La batalla del Ebro (26 de julio de 1938-15 de noviembre de 1938)
f) La última etapa de la guerra (15 noviembre de 1938 a 28 de marzo de 1939)
nombrar nuevos oficiales en pocos meses. Al bando rebelde se sumaron unos 200.000
falangistas y unos 63.000 carlistas.
En cuanto a la población civil de cada zona puede decirse, sin generalizar, que las
clases altas (aristocracia terrateniente, banqueros, alta burguesía) y el campesinado medio
apoyaron el levantamiento; las clases trabajadoras del campo y la ciudad fueron el soporte y la
defensa de la República. Una buena mayoría silenciosa y apolítica de la población tuvo que
ocultar su ideología, si en su pueblo o ciudad había triunfado el bando rival. Los gobiernos
autónomos del País Vasco y Cataluña apoyaron a la República, pues uno de los objetivos de los
rebeldes nacionales era eliminar los estatutos de autonomía.
f) La internacionalización del conflicto.
Francia y Gran Bretaña, Estados democráticos, crearon un Comité de no intervención
del que formaban parte 30 países que se comprometían, en teoría, a no ayudar a ninguno de
los dos bandos. La República recibió inmediata ayuda de material militar de la URSS y en
menor cantidad de Francia y México. La ayuda soviética se pagó con el oro del Banco de
España (510 toneladas con un valor de 530 millones de dólares).
La ayuda humana le llegó a la República a través de las Brigadas Internacionales: unos
60.000 hombres de 30 países, sin demasiada experiencia militar, pero disciplinados que
vinieron bajo el lema: “España será la tumba del fascismo”. Eran de ideología comunista (80
%), socialista o liberal, obreros, periodistas, intelectuales, funcionarios, parados, o
aventureros. Vinieron a España para luchar contra la propagación del totalitarismo en el
continente europeo y para salvar la democracia republicana en España. Su intervención ayudó
a detener al ejército rebelde a las puertas de Madrid en el otoño de 1936. Fueron retirados de
España a finales de 1938 y unos 18.000 de ellos quedaron enterrados aquí.
El bando sublevado recibió ayuda de Italia y Alemania de forma masiva y pagadera en
materias primas, especialmente en minerales. Alemania envió su Legión Cóndor, unos 6.000
asesores militares. Italia a sus 40.000 soldados del “Corpo di Truppe Volontarie”. Portugal, con
un régimen de dictadura, apoyó a los rebeldes proporcionando unos millares de combatientes
(los Viriatos); igual hizo Irlanda con la llamada “Legión de San Patricio”.
2. DESARROLLO DE LA GUERRA
a) La guerra de columnas (18 de julio de 1936-7 de noviembre de 1936).
La República declaró disuelto el Ejército y a primeros de agosto intentó crear otro con
las milicias reclutadas entre las organizaciones políticas y sindicales, dando los primeros pasos
para la creación de un Ejército Popular.
En los primeros meses, la guerra fue claramente desfavorable para la República. En el
bando nacional no había un mando unificado, puesto que la muerte de Sanjurjo en accidente
aéreo privaba a la rebelión de su jefe reconocido.
Desde Pamplona, al mando del general Mola, columnas compuestas de soldados,
fuerzas de orden público, requetés y falangistas, partieron hacia Somosierra, Guipúzcoa y
Zaragoza. Sin embargo, la expansión de Mola sobre Madrid quedó detenida por las milicias
republicanas creadas en la capital en los pasos del Sistema Central.
En la zona sur, el éxito de un ejército tan entrenado como el de África, con la Legión
Extranjera y las unidades de marroquíes, fue mucho más fulminante. Con centro en Sevilla, los
sublevados ampliaron y consolidaron su dominio sobre el valle del Guadalquivir y
establecieron conexión con los sublevados de Granada.
Pero lo decisivo para la marcha de la guerra fue el paso del Ejército de África a la
Península por el estrecho de Gibraltar, gracias a la ayuda exterior de Alemania e Italia.
Columnas mandadas por Asensio y Castejón, a quienes se sumaronn después Tella y Yagüe,
avanzaron hacia el norte por Extremadura, ocupando Mérida, Badajoz, y el 3 de septiembre
Talavera, nudo estratégico de gran valor, pero entonces Franco se inclinó por acudir en socorro
de los sitiados en el Alcázar de Toledo (Varela libera el Alcázar el día 28). El 9 de septiembre se
efectuó, a través de la Sierra de Gredos, el enlace entre las fuerzas sublevadas del Norte y del Sur.
En la zona nacional se impuso como mando único al general Franco convirtiéndose el
1 de octubre en Jefe del Gobierno del Estado.
A primeros de octubre, los combates alcanzaron la provincia de Madrid. Mientras
tanto, en los demás frentes, salvo el de Aragón, los progresos rebeldes eran también
incontestables. En Andalucía, el general leal Miaja se detuvo ante Córdoba, aunque había
recuperado Albacete. De Baleares, la República sólo conservó Menorca. Desde Navarra se
efectuó el ataque a Guipúzcoa, cayendo Irún y San Sebastián a comienzos de septiembre.
b) La batalla de Madrid (7 de noviembre de 1936/marzo de 1937).
La batalla por Madrid comenzó el 7 de noviembre. La ciudad se mostraría
inexpugnable. En ello jugó un papel importante la ayuda de las Brigadas Internacionales. La
Junta de Defensa de Madrid estuvo presidida por Miaja. Ante el peligro inminente, el Gobierno
abandonó Madrid y se dirigió a Valencia.
Los atacantes llegaron a cruzar el Manzanares ocupando parte de la Ciudad
Universitaria, pero ahí fueron detenidos. Franco emprendió entonces maniobras envolventes
para el aislamiento de la capital, como la operación sobre el río Jarama para cortar la carretera
de Valencia.
Fracasado este objetivo, se montó la operación desde la zona de Guadalajara, desde
donde partió la ofensiva a primeros de marzo con un fulminante avance del cuerpo
expedicionario italiano, siendo detenido por la contraofensiva republicana.
El 8 de febrero los republicanos habían perdido Málaga.
c) La caída de la franja cantábrica (abril-octubre de 1937).
El primer gran revés republicano fue la conquista por Franco de toda la cornisa
cantábrica (Vizcaya, Santander y Asturias) entre abril y octubre de 1937. El 26 de abril sucedió
el bombardeo de Guernica por la Legión Cóndor de la aviación alemana.
Para contribuir a la disminución de la presión rebelde en el Norte, la República
emprendió ofensivas en otros frentes. En este sentido se llevaron a cabo las operaciones
sobre Brunete, en julio de 1937, y Aragón, en agosto. En este último frente, las milicias
catalanas, compuestas fundamentalmente de anarcosindicalistas, con jefes como Durruti y
Ascaso, habían hecho retroceder el frente primitivo hacia el Este en 1936, llegando cerca de
Zaragoza y sitiando Huesca. Ahora se desencadenaría un fuerte ataque a la altura de Belchite,
donde se dio una gran batalla sin un resultado final que introdujera variaciones esenciales.
d) La guerra en la primera mitad de 1938.
El general Vicente Rojo se puso al frente del Estado Mayor del Ejército republicano. La
nueva etapa comenzó con la lucha en torno a Teruel el 15 de diciembre con iniciales éxitos
republicanos, que tomaron la ciudad el 7 de enero de 1938; pero sin embargo el 22 de febrero
Franco la reconquistaba.
En marzo, la lucha se trasladó a la zona sur del Ebro y en una larga serie de
operaciones el ejército de Franco logró desbaratar completamente el frente de Aragón,
ocupando la zona sur del Ebro, el Maestrazgo, y alcanzando el mar en Vinaroz, el 15 de abril.
El territorio republicano quedaba de nuevo partido, dejando a Cataluña aislada.
Entonces, Franco orientó su ofensiva en la región levantina hacia el Sur, con la intención de
llegar hasta Valencia.
e) La batalla del Ebro (26 de julio de 1938-15 de noviembre de 1938).
La última gran batalla de la guerra comenzó el 26 de julio con el paso del río por un
ejército bien preparado entre Mequinenza y Cherta. El avance republicano tierra adentro en la
margen derecha del río siguió hasta el día 30. Franco lanzó una contraofensiva de tal forma
que el día 15 de noviembre las últimas fuerzas republicanas retrocedieron cruzando el Ebro.
f) La última etapa de la guerra (15 noviembre de 1938 a 28 de marzo de 1939)
El 23 de diciembre inició Franco su ofensiva final en Cataluña. Ocupadas Lérida y
Tarragona, Barcelona fue bombardeada ya mediados de enero, y el día 26 cayó sin lucha.
En el bando republicano fue un mes dramático por la lucha entre los partidarios de
continuar la guerra a todo trance—con la esperanza de contar con un conflicto generalizado en
Europa que esperaban inminente—y los que querían pactar con Franco una paz humanitaria al
menos. Pero éste promulgó la Ley de Responsabilidades Políticas que no daba pie a la
esperanza precisamente.
En la región Centro ya no se combatió. Casado, el 5 de marzo, creaba un Consejo de
Defensa (frente al Gobierno de Negrín), presidido por Miaja y compuesto por socialistas,
anarquistas y algún republicano. El golpe de Casado, pretendió poner fin a la guerra civil
mediante un acuerdo, entre militares, que limitara las anunciadas represalias de los
vencedores. Pero estos hombres cometían la ingenuidad de pensar que Franco podía pactar
con ellos. No sucedió así, y las tropas de Franco entraron en Madrid el 28 de marzo.
Durante la madrugada del 1 de abril las tropas franquistas terminaron con la última
resistencia republicana en los muelles de Alicante. Franco anunciaba que se había terminado la
guerra: "no ha llegado la paz, sino la victoria". También el comienzo de la dictadura.
alianza con los sectores de la burguesía media, pequeños empresarios y campesinos bajo el
lema "primero ganar la guerra", mientras que otras fuerzas -anarquistas, POUM- entendían
que había que tomar medidas revolucionarias y colectivizadoras para poder contar con el
apoyo popular que llevase a la victoria.
La movilización popular que provocó la sublevación demandaba cambios en la
organización económica y social, que fueron llevados a cabo por el Gobierno republicano
desde los primeros momentos de la guerra: incautación y nacionalización de industrias de los
partidarios de la sublevación, continuación de la reforma agraria y expropiación de fincas
abandonadas, nacionalizaron industrias básicas (CAMPSA, compañías ferroviarias), control
estatal sobre los bancos, colectivización empresas y explotaciones agrarias que fueron llevadas
a cabo por las organizaciones sindicales campesinas.
A partir de la crisis de mayo de 1937, el Gobierno republicano pasó a estar dirigido por
Negrín (PSOE) que trasladó en octubre la sede del Gobierno de Valencia a Barcelona. Ya se ha
comentado como Negrín pretendió resistir a ultranza hasta que se desencadenara el
inminente conflicto europeo, pero el coronel Casado, socialistas como Besteiro, o anarquistas
como Mera, apoyaron un golpe de Estado para finalizar la guerra.
b) Evolución política de la España sublevada.
La muerte del general Sanjurjo en accidente de aviación, el día 20 de julio de 1936,
cuando se dirigía a Burgos para encabezar la rebelión, puso en primer plano la figura de
Franco. Mola también fallecería en junio de 1937.
La junta técnica, creada por los rebeldes en Burgos, funcionó como embrión de un
nuevo Gobierno en la zona Nacional; hasta que en septiembre de ese año se acordó en
Salamanca nombrar a Franco Generalísimo y Jefe de un nuevo Estado aún sin definir.
La inexistencia de una dirección clara en la Falange -preso en Alicante su líder, José
Antonio Primo de Rivera, que sería juzgado y fusilado en noviembre de 1936- le permitió a
Franco ponerse a la cabeza también de ese cada vez más numeroso contingente.
Con respecto a la CEDA, aunque Gil-Robles se adhirió a la sublevación y se puso a las
órdenes de Franco, este no permitiría su presencia en España y, al igual que el dirigente
carlista Fal Conde, permaneciós en Portugal. Mola, por su parte, tampoco había permitido a
don Juan, hijo del destronado Alfonso XIII, permanecer en sus filas.
En febrero de 1937 Franco estableció como himno nacional la Marcha Real, y a finales
de mes se constituyó en jefe nacional del partido único que, con el nombre de Falange
Española Tradicionalista y de las JONS.
En enero de 1938 se constituyó el primer Gobierno del nuevo Estado formado por
tradicionalistas, falangistas y militares. El apoyo del episcopado español a Franco le vino a
partir de una carta escrita por el cardenal Gomá a los católicos de todo el mundo (julio 1937)
en la que explicaba la naturaleza religiosa de la guerra.
c) Las consecuencias de la Guerra
La Guerra Civil fue el episodio más traumático que vivió la sociedad española durante
el siglo XX. Durante tres años, conciudadanos, e incluso miembros de una misma familia,
luchaban entre sí; el odio entre los españoles se acrecentó, resultando inevitable el deseo de
aniquilación del contrario. Los que vencieron excluyeron y persiguieron a quienes no se habían
sumado de manera entusiasta a su bando.
En los últimos meses de la guerra, millares de combatientes republicanos y de
familias enteras que habían defendido públicamente al Gobierno legal tuvieron que
abandonar España de manera precipitada, dejando atrás todas sus pertenencias y
Profesor L. F. Peñalver Página 7
IES “Padre Juan de Mariana”. Talavera de la Reina. Departamento de Geografía e Historia. HISTORIA 2º BACHILLERATO
Noviembre 1936
Tan pronto tenga éxito el movimiento nacional, se constituirá un Directorio, que lo integrará un
presidente y cuatro vocales militares. Estos últimos se encargarán precisamente de los ministerios
de la Guerra, Marina, Gobernación y Comunicaciones.
El Directorio ejercerá el Poder con toda su amplitud; tendrá la iniciativa de los Decretos-Leyes que
se dicten, los cuales serán refrendados por todos sus miembros.
Dichos Decretos-Leyes serán refrendados en su día por el Parlamento Constituyente elegido por
sufragio, en la forma que oportunamente se estime.
Los primeros Decretos-Leyes serán los siguientes:
a) Supresión de la Constitución de 1.931.
b) Cese del presidente de la República y miembros del Gobierno.
c) Atribuirse todos los poderes del Estado, salvo el judicial, que actuará con arreglo a las Leyes y
Reglamentos preestablecidos que no sean derogados o modificados.
d) Defensa de la Dictadura Republicana. Las sanciones de carácter dictatorial serán aplicadas por el
Directorio sin intervención de los Tribunales de Justicia.
e) Derogación de las Leyes y Reglamentos y disposiciones que no estén de acuerdo con el nuevo
sistema orgánico del Estado.
f) Disolución de las actuales Cortes.
g) Disolución del Tribunal de Garantías Constitucionales.
h) Restablecimiento de la pena de muerte en los delitos contra las personas (…)
El Directorio se comprometerá durante su gestión a no cambiar en su gestión el régimen
republicano, mantener en todo las reivindicaciones obreras legalmente logradas, reforzar el
principio de autoridad y los órganos de la defensa del Estado, dotar convenientemente al Ejército
(…), organizar la instrucción preliminar desde la escuela y adoptar cuantas medidas estimen
necesarias para crear un Estado fuerte y disciplinado
Se tendrá en cuenta que la acción ha de ser en extremo violenta para reducir lo antes posible al
enemigo, que es fuerte y bien organizado. Desde luego serán encarcelados todos los directivos de
los partidos políticos, sociedades y sindicatos no afectos al movimiento, aplicándoles castigos
ejemplares a dichos individuos para estrangular movimientos de rebeldía y huelgas.
Conquistado el poder instaurará una dictadura militar que tenga por misión inmediata restablecer
el orden público, imponer el imperio de la ley y reforzar convenientemente al ejército, para
consolidar la situación de hecho que pasará a ser de derecho.
Madrid, 5 de junio de 1.936.- El Director
Fuente: TUSELL, J.- Historia de España Contemporánea, 2° Bachillerato, Madrid, 1996. p 301.
b) Autor/es:
c) Contexto histórico:
2. ANÁLISIS
a) Tema:
b) Ideas principales:
1. FUNDAMENTOS IDEOLÓGICOS
2. EVOLUCIÓN POLÍTICA
3. EVOLUCIÓN SOCIOECONÓMICA
4. OPOSICIÓN POLÍTICA AL RÉGIMEN
ÍNDICE
1. FUNDAMENTOS IDEOLÓGICOS
2. EVOLUCIÓN POLÍTICA
2.1. EL RÉGIMEN TOTALITARIO (1939-1945)
2.2. DEL AISLAMIENTO INTERNACIONAL AL RECONOCIMIENTO DEL RÉGIMEN
DE FRANCO (1945-1959)
3. EVOLUCIÓN SOCIOECONÓMICA
3.1. LA ESPAÑA AUTÁRQUICA (1939-1951)
a) La agricultura:
b) La industria.
c) La política social:
1. FUNDAMENTOS IDEOLÓGICOS
El franquismo se basó en los ideales que inspiraron la sublevación del 18 de julio de
1936, configurando un régimen totalitario cuyos rasgos principales eran:
- Un Estado fuerte y muy centralizado, que garantizara la unidad de España, con un
orden social inspirado en la doctrina de la Iglesia y en el ideario falangista.
- Concentración de los poderes en Franco, al que se le denominaba “el Caudillo”: era
jefe del Estado, del gobierno, de los ejércitos, del Movimiento Nacional y del partido
único.
- Rechazo de las instituciones políticas liberales y de la democracia parlamentaria,
identificadas con la “masonería” o la “judeomasonería”, a las que se hacía
responsables de la decadencia nacional.
- Reacción también contra el marxismo y el comunismo.
- Nostalgia de etapas pasadas en las que España triunfaba. Se añoraba la época de los
Reyes Católicos, cuyos símbolos, el yugo y las flechas, emplearon tanto los falangistas
como el régimen en su conjunto.
- Se apoyará en el catolicismo (Estado confesionalmente católico) y en un nacionalismo
exacerbado (rechazo de las nacionalidades históricas)
- Para alcanzar sus objetivos, Franco estableció una brutal dictadura en al que se vio
apoyado por el ejército principal garante del régimen; la Iglesia en la que varios de
sus prelados ocuparon puestos relevantes; Falange, también denominada Movimiento
Nacional, y las llamadas familias políticas afines al franquismo.
- Careció de un texto constitucional y se rigió por una serie de Leyes Fundamentales
- España fue una dictadura totalitaria hasta 1945; católica desde entonces hasta 1957;
y tecnocrática después.
2. EVOLUCIÓN POLÍTICA
2.1. EL RÉGIMEN TOTALITARIO (1939-1945)
El poder que Franco había acumulado durante la Guerra Civil se incrementó al
concentrar en sus manos la Jefatura del Estado, del Ejército y de Falange, creando un régimen
totalitario que se desarrolló en el contexto de la Segunda Guerra Mundial.
En agosto de 1939 Franco formó un segundo gobierno integrado por ministros
militares, católicos y algunos carlistas. En esta etapa el papel predominante fue de los
falangistas, siendo el cuñado de Franco, Serrano Súñer, el hombre clave del régimen hasta
1942. Entre otras medidas se llevaron a cabo las siguientes:
· La afiliación obligatoria a los sindicatos verticales (Ley de Unidad Sindical de 1940).
· Creación de organizaciones infantiles, juveniles, femeninas que transmiten los valores del nuevo
régimen: Sindicatos de Estudiantes (SEU), Frente de Juventudes y la Sección Femenina.
· Concentración de todos los medios de prensa y propaganda y utilización del castellano
como lengua única en la enseñanza y en la Administración
Junto al Fuero del Trabajo que se había aprobado en 1938, también se promulgó Ley
de Cortes (1942) en la que se establecía que las Cortes eran sólo un órgano deliberante.
En agosto de 1942 Franco nombró un nuevo gobierno en el que Falange perdía poder,
con la ausencia de Serrano Súñer.
En 1945 don Juan firmaba el “Manifiesto de Lausana”, en el que condenaba el
régimen de Franco y pedía que se restaurase la monarquía.
Franco ante la Segunda Guerra Mundial
España estaba en muy malas condiciones para participar en la S.G.M., por lo que
Franco declaró la neutralidad. Aun así, mostró sus simpatías por las potencias del Eje, y a
pesar de que en junio de 1940 anunciaba la no beligerancia, colaboró con Alemania
suministrándola alimentos y permitiendo el aprovisionamiento de sus submarinos.
En octubre de 1940 Franco se entrevistó con Hitler en Hendaya, un mes más tarde se
firmó un protocolo por el que se acordaba la participación de España en la guerra a cambio de
la recuperación de Gibraltar y la obtención de territorios en el África francesa. Finalmente
España no entró en la guerra, pero envió en junio de 1941 la División Azul al mando de Muñoz
Grandes, integrada por voluntarios que iban a luchar contra “el comunismo.
A partir de 1942, tras el desembarco aliado en Marruecos y el cambio del curso de la
guerra, la neutralidad de Franco se hizo más evidente, especialmente en 1943 con la caída de
Mussolini; decide por entonces la retirada de la División Azul.
Tras la Segunda Guerra Mundial Franco optó por adaptarse a la nueva situación
internacional buscando la supervivencia de su dictadura. En julio de 1945 formó un nuevo
gobierno en el que potenció a los católicos como Martín Artajo o Joaquín Ruiz Jiménez
impulsando a la vez cambios institucionales no fascistas.
Los principales problemas del período fueron: actividades de los maquis, la inflación, y
el estraperlo. Se publicaron nuevas Leyes Fundamentales:
- El Fuero de los Españoles (1945): recogía los derechos y deberes de los españoles.
- Ley de Referéndum Nacional (1945): El Jefe del Estado podía someter a referéndum los
proyectos de Ley elaborados por las Cortes.
- La Ley de Sucesión (1947). Según esta Ley, España se constituía en Reino, Franco tendría la
Jefatura del Estado con carácter vitalicio y el futuro rey sería propuesto por Franco a las
Cortes. D. Juan de Borbón no aceptó esta ley.
En 1951 Franco nombró un nuevo gobierno, en él destacaron Carrero Blanco (Ministro
de la Presidencia), Joaquín Ruiz Jiménez (Educación) y Arias Salgado (Información y Turismo).
Ruiz Jiménez intentó facilitar la vuelta a España dé los intelectuales exiliados y nombró a
personas de conocido talante aperturista para ocupar el rectorado de algunas universidades
(Laín Entralgo en la Complutense).
En febrero de 1956 se produjeron incidentes entre estudiantes y falangistas,
circunstancia que costó el puesto a Ruiz Jiménez, hubo detenciones policiales y la declaración
del estado de excepción.
Tras esta crisis Franco dio entrada en el gobierno a miembros del Opus Dei, (1957),
eran los "tecnócratas", el más importante fue López Rodó, que diseñó el Plan de
Estabilización de 1959, y también el artífice del crecimiento económico de los años sesenta.
Se tendió a una mayor liberalización económica y se completó la institucionalización
del régimen, eliminando los símbolos seudofascistas del período anterior y organizando la
burocracia a través de la Ley de Procedimiento Administrativo de 1958.
Sin embargo, no se abandonó la línea política esencial del franquismo, resumida en la
defensa de la unidad de España, la prohibición de partidos políticos y la democracia orgánica. Esta
ideología se plasmó en la Ley de Principios Fundamentales del Movimiento Nacional (1958), en la
que se definía a España como una “monarquía tradicional, católica, social y representativa”.
En cuanto a la política exterior en 1956 tanto Francia como España concedían la
independencia a Marruecos.
3. EVOLUCIÓN SOCIOECONÓMICA
3.1. LA ESPAÑA AUTÁRQUICA (1939-1951)
Después de la guerra civil se aplica un modelo de economía autárquica para proteger
la producción nacional de la competencia exterior y lograr el autoabastecimiento. Dicha
politica supuso una desproporcionada intervención del Estado en la vida económica. Como
consecuencia, se produjeron un etancamiento económico generalizado, escasez, hambre y el
racionamiento de porductos básicos. Esta política autárquica se debió a las siguientes causas:
- Las enórmes pérdidas materiales y de capital humano ocasionadas por la Guerra Civil.
- Los obstáculos internacionales, como la Segunda Guerra Mundial, el aislamiento
internacional y la condena del régimen por parte de la ONU.
1
Los propietarios de las zonas afectadas por la reforma conservaban el 72% de sus tierras, cuyo valor aumentaba
por el regadío, y el resto se entregaba a los colonos que recibían sus lotes en régimen de concesión administrativa
hasta que pagaran las fincas y la vivienda con sus respectivos intereses, no podían dividir las parcelas y debían cubrir
los índices de producción fijados por la administración. De 1939-1952 fueron asentados por I.N.C. 27.498 colonos, el
0,56% de la población activa agraria de 1950.
En 1948, Franco y D. Juan se entrevistaron en el yate Azor y D. Juan accedió a que su hijo, el
príncipe D. Juan Carlos, se educara en España. Se abría una etapa de acercamiento entre
ambos personajes.
En la década de 1950 el centro principal de la oposición se estableció en el interior del
país y no en el exilio, como había sucedido hasta entonces. Las protestas se canalizaron a
través de los propios cauces de expresión autorizados por el régimen: los sindicatos verticales
y el Sindicato Español Universitario (SEU)
Se incorporaron a la lucha contra la dictadura jóvenes procedentes de familias
franquistas y tuvieron lugar algunas huelgas (1951, 1956, 1958).
En el ámbito universitario se iniciaron los primeros conflictos relevantes entre el SEU
y los estudiantes que lo rechazaban. El más grave de estos incidents se produjo con motivo de
las elecciones para delegados de curso celebradas en febrero de 1956; tras una pelea que se
saldó con un falangista herido por arma de fuego, se llevó a cabo la detención de jóvenes que
se considerabn subversivos (como Bardem, que sería luego director de cine). Los incidentes
provocaron también una purga general en la que fueron destituidos el ministro de Educación,
Ruiz Giménez y los rectores de las universidades de Madrid y Salamanca, Laín Entralgo y Tovar,
respectivamente.
1. EVOLUCIÓN POLÍTICA
2. EVOLUCIÓN SOCIOECONÓMICA
3. OPOSICIÓN POLÍTICA AL RÉGIMEN
4. CASTILLA-LA MANCHA DURANTE LA DICTADURA
ÍNDICE
1
Escándalo MATESA: fraude que realizaba una empresa favorecida por el gobierno con créditos a la
exportación. El suceso fue aprovechado por el sector falangista para acusar al grupo tecnócrata de
corruptos.
2
El espíritu del 12 de febrero se vio pronto truncado por dos sucesos importantes: la ejecución el 2 de
marzo del joven libertario catalán Salvador Puig Antich y la homilía redactada por monseñor Antonio
Añoveros, obispo de Bilbao, que contenía duras censuras contra el régimen. Esto, junto con el éxito de la
revolución en Portugal, sirvió de freno a la tendencia aperturista del país (el ejecutivo español temía que
tuviera lugar un hecho semejante en España)
Profesor L. F. Peñalver Página 2
IES “Padre Juan de Mariana”. Talavera de la Reina. Departamento de Geografía e Historia. HISTORIA 2º BACHILLERATO
Asociaciones” por el que se intentaba ensanchar los “cauces” del sistema para que en él
cupieran varias tendencias políticas, pero decepcionó tanto a los franquistas más
conservadores que acusaban al Gobierno de débil, como a los aperturistas deseosos de
reformas.
En julio de 1974 Franco sufrió un ataque de tromboflebitis, y a partir de este momento
la enfermedad ya no lo abandonará. Asumió el poder don Juan Carlos, pero por poco tiempo.
Esta incertidumbre política provocada por la mala salud de Franco fue aprovechada por
Marruecos para organizar la denominada Marcha Verde que consistió en la entrada en el
Sahara de 300.000 voluntarios civiles y desarmados, con el fin de anexionarse este territorio. El
14 de noviembre de 1975 España aceptaba retirar sus fuerzas del Sahara, entregándole a
Marruecos y Mauritania.
Sólo seis días después, el 20 de noviembre de 1975, fallecía Franco. Tras su muerte
comenzó la delicada y difícil marcha hacia la democracia.
fomento del desarrollo regional mediante los llamados Polos de Desarrollo3. El resultado del
primer Plan de Desarrollo quedó condicionado por:
- La insuficiencia de recursos económicos que no permitió realizar el ritmo de
inversiones previsto para el sector público.
- Algunos sectores, como la construcción y el turismo, crecieron muy por encima de
lo previsto, mientras que otros, como la siderurgia no llegaron a los mínimos
planeados.
Los otros dos Planes de Desarrollo abarcaron los períodos 1969-1971 y 1972-1975.
El crecimiento económico español en la década de 1960-1970 fue un fenómeno
conocido como el “milagro español”, o “los felices años sesenta”, consecuencia no tanto de
una planificación económica sino de otras causas como fueron:
a) Los créditos y las inversiones de capital extranjero.
b) Las divisas enviadas por los españoles que a partir de 1957, acudieron a trabajar a
varios países de la Europa occidental.
c) Los recursos aportados por los turistas europeos.
d) El aumento espectacular en el volumen de exportaciones e importaciones.
Este crecimiento económico transformó profundamente la estructura de nuestro país:
importante desarrollo industrial y urbano, disminución del peso relativo del sector agrario y las
áreas rurales, aumento del nivel de vida medio del país.
También supuso un profundo cambio en la sociedad española, la de 1970 era
radicalmente distinta a la de 1940. En conjunto se acercaba cada vez más al tipo de sociedad
propia de los países industrializados y desarrollados: la desaparición de la familia tradicional
típica del mundo rural, el aumento y diversificación de la información (prensa, radio,
televisión...), el aumento del consumo cultural (libros de bolsillo, cine, revistas, extensión de la
enseñanza...), la mayor facilidad para la comunicación y los viajes o la profunda transformación
que se produjo en importantes sectores del clero.
3
Los polos de desarrollo se situaron junto a ciudades importantes que no disponían de fuerte implantación
industrial, como Valladolid, Zaragoza, Granada...; solían especializarse en un determinado sector de producción en
función de los recursos cercanos - por ejemplo Huelva en el sector petroquímico y de química básica debido a su
situación marítima relacionada con el transporte de crudo por barco.
b) Autor/es:
c) Contexto histórico:
2. ANÁLISIS
a) Tema:
b) Ideas principales:
Rey para ocupar este cargo puesto que consideraba era el único que podía convencer a los
políticos del franquismo instalados en las Cortes a que desmantelasen el sistema.
En esta etapa, como en los últimos meses del franquismo, se incrementó de forma
considerable la actividad de la oposición así como el grado de politización de la vida pública
española. Prueba de ello fue la creación de un organismo como la Coordinación Democrática,
popularmente conocida como la Platajunta, que aunaba a las fuerzas políticas y sindicales
contrarias al Régimen. La oposición de izquierdas deseaba un “gobierno de concentración”
que convocara elecciones constituyentes. Los primeros meses de 1976 transcurrieron en
medio de oleadas de manifestaciones, protestas y huelgas exigiendo “amnistía y libertad”, el
lema más coreado de la época.
Moncloa” del 1 de marzo de 1977. Fueron acuerdos llevados a cabo por el gobierno, los
empresarios, los partidos políticos y los sindicatos con el fin de elaborar un programa de
estabilización y mejora ante la alarmante situación económica.
Suárez logró también la conformidad de la oposición con el proceso de reforma. Se entrevistó
con el Secretario General del PSOE, Felipe González, también fue fundamental la legalización
del Partido Comunista de España, PCE, el 9 de abril de 1977. La legalización de este partido
era necesaria para que existiera pluralismo político. La formación comunista por su parte
aceptó reconocer la monarquía, la unidad de España y la bandera nacional roja y gualda. El
impacto de la noticia fue enorme, suscitando la oposición de una parte de la sociedad española
y del Ejército. El líder comunista Santiago Carrillo defendió a la política de Reconciliación
Nacional entre todos los españoles.
Finalmente, el 15 de junio de 1977 se celebraron las primeras elecciones democráticas a
Cortes Constituyentes desde 1936. En total, se presentaron casi 600 partidos políticos y
coaliciones. Adolfo Suárez formó la Unión de Centro Democrático (UCD), buscando aglutinar al
electorado moderado (centro derecha). A la derecha de la UCD se encontraba Alianza Popular
(AP) dirigido por Manuel Fraga. A la izquierda el PSOE de Felipe González. También
participaron en las elecciones el PCE, los partidos nacionalistas vascos, como el PNV (Javier
Arzalluz) o catalanes como Convergencia i Unió (CIU) de Jordi Pujol. Los partidos de
ultraderecha como Fuerza Nueva no obtuvieron representación parlamentaria. La
participación en las elecciones fue elevada, en un ambiente tranquilo y esperanzado. El pueblo
español apoyó mayoritariamente el cambio democrático, consiguiendo el triunfo la UCD del
presidente Suárez (34 % votos), seguido por el PSOE y luego el PCE.
Gobierno (Luis Roldán, Juan Guerra...). A la corrupción se sumó la llamada “guerra sucia”
contra el terrorismo: los GAL. Además, se inició hacia 1992 una recesión económica de
carácter mundial que deterioró la economía española. Todo esto debilitó el Gobierno
socialista.
En las elecciones generales de marzo de 1996 ganó el partido Popular de Aznar, pero sin
mayoría absoluta, por lo que buscó apoyo en los nacionalistas de CIU, PNV y Coalición Canaria.
El gran objetivo del Gobierno fue que España alcanzara las condiciones que la Unión Europea
exigía para poder implantar el euro como moneda en el 2002. Para ello llevó a cabo una
enorme operación de privatización de empresas públicas.
Otra medida importante fue la supresión del servicio militar obligatorio y la creación del
ejército profesional.
Tras el asesinato en 1997 de Miguel Ángel Blanco, la movilización ciudadana denunció no sólo
a ETA, sino también a todo el entorno político abertzale.
Las elecciones legislativas del año 2000 dieron la mayoría absoluta al PP. El segundo mandato
del PP se caracterizó por la buena situación económica del país, y al no tener pactos con los
nacionalistas llevó a cabo su programa sin limitaciones. Realizó muchas leyes: Ley de
Extranjería que regulaba la entrada de extranjeros, Ley Orgánica de Universidades, que reducía
la autonomía universitaria; la LOCE que reestructuraba las enseñanzas medias y la Ley de
Partidos que ilegalizaba a los partidos que no condenasen la violencia.
También tuvo que hacer frente a cuestiones que levantaron mucha polémica social y
erosionaron al gobierno: el Plan Hidrológico Nacional y el desastre ecológico del Prestige. Las
malas relaciones con los sindicatos llevaron a estos a convocar una huelga general el 20 de
junio del 2002.
En política exterior, España se alineó con EEUU y dio apoyo a la invasión de Irak, en contra de
todos los partidos políticos del Congreso y de la opinión pública.
Para las elecciones del 2004, Aznar propuso como candidato del PP a Mariano Rajoy. El 11 de
marzo del 2004, tres días antes de las elecciones, estallaron diez bombas en diversos trenes de
cercanías de Atocha en Madrid. En un primer momento el gobierno atribuyó la autoría a ETA.
Horas más tarde, todo apuntaba a la organización terrorista Al-Qaeda.
El día 14 de marzo se celebraron las elecciones y en ellas salió como vencedor José Luis
Rodríguez Zapatero, líder del PSOE.